"La Estacion Del Arcoiris" Joe Jonas [TERMINADA]

Mañana pongo otro y creo q ya se acaba el jueves

super cortico ademas escribiste el mismo cap! ¬¬

bueno sigeula que el diga a joe lo del bb :9

otrooo capis porfaaaa
siiii

andreita escribió:super cortico ademas escribiste el mismo cap! ¬¬

bueno sigeula que el diga a joe lo del bb :9

Es encerio. ?? Mil perdones para q no digan la termino hoy solo dejen checo bien jajaja ay susy :)

noooooo llos trigalessssss -.-

13
 
Fatigosamente, Joe se desnudó y se metió en la cama. Le dolían todos los huesos del cuerpo. La sequía lo estaba venciendo... Pese a sus trabajos y sudores, el tiempo estaba acabando con él. Lo había intentado y había fracasado. Se le había sometido a prueba y había fallado.
Se acurrucó en su lado evitando tocar a _____; no podía soportar la vista de aquel rostro encantador y lleno de confianza. Había creído en él y le había fallado. El trigo muriendo día a día bajo el sol abrasador era el único resultado de todos sus esfuerzos. Como siempre, las más bellas esperanzas se habían convertido en cenizas. Por primera vez en mucho tiempo, lo cercaba, lo ahogaba una desesperación oscura y solitaria.
______ se daba cuenta de su estado de ánimo. Sabía cuán amargo era ver cómo el trigo tan bien cuidado moría irremisiblemente, aunque no podía entender por qué Joe consideraba la sequía como un fracaso personal. Sin embargo, no sabía qué hacer para consolarlo.
Tiernamente, le acarició la espalda pasándole los dedos por las vértebras y por las pequeñas cicatrices que tenía. Sus caricias fueron capaces de atravesar la niebla del corazón de Joe, el cual sintió que se le hacía un nudo en la garganta.
-Joe, ¿qué son estas pequeñas cicatrices? ¿Te las hicieron en la cárcel?
Él tragó saliva tratando de dominarse. No podía decirle qué eran, pero sentía unas ganas tremendas de abrirle las puertas de su pasado  y dejar que lo consolara.
-No –dijo con voz ronca por la pena contenida-. Son cicatrices de la hebilla de un cinturón. Papá acostumbraba a pegarme con él cuando estaba borracho. Pero a veces lo cogía por el extremo equivocado y entonces el metal...
Se interrumpió porque el llanto lo embargaba, y el odio, el miedo y el dolor acumulados durante años bullían en su interior y amenazaban explotar si continuaba hablando. _____ cesó de acariciarlo; estaba tan horrorizada que no se atrevía ni a hablar ni a moverse. Joe estaba rígido por la tensión que le producía refrenar su dolor; tenía los músculos del cuerpo tensos para guardar en su interior todo aquello. No podía dejarlo ir, no podía cargarla a ella con aquel peso.
Entonces _____ se le acercó y le besó tiernamente las cicatrices. De alguna forma, aquella ternura venció la resistencia de él, que de pronto se echó a llorar sin poder remediarlo. Por sus mejillas rodaron lágrimas ardientes y desesperados sollozos estremecían su cuerpo. _____ lo abrazó; Joe se dio la vuelta y se aferró a ella en un estrecho abrazo. Luego los sollozos fueron cesando y comenzó a hablar con palabras entrecortadas que parecían desgarrarlo.
Le fue contando su pasado, su dolor, sus penas, los golpes, las peleas, la cólera, las humillaciones, todo el horror de una infancia sin amor. _____ lloraba mientras lo escuchaba y lo abrazaba estrechamente como si pudiera protegerlo de aquel pasado, como si lo quisiera librar con sus caricias de aquella negrura.
Finalmente, su voz fue languideciendo y se quedó muy quieto, apretado contra ella, entumecido y exhausto después del desahogo emocional. Ahora sentía una tranquilidad y una paz que jamás había experimentado, consolado y arropado por los brazos de ______.
-Nunca tuve nada bueno en mi vida hasta que apareciste tú -dijo-. Nunca he valido ni un céntimo.
-¡No digas eso! -exclamó ella abrazándolo aún más-. Eres un hombre admirable, valiente y bueno. Los despreciables eran los demás, todos esos que te hicieron sufrir tanto, y nadie te dio nada que no fuera dolor.
-Excepto tú -añadió él con voz amodorrada-. Excepto tú.
Ella le acarició el cabello y poco a poco su cuerpo se fue relajando; poco antes de quedarse dormido dijo, en voz tan baja que _____ no supo si lo había entendido bien:
-Te quiero.
 
 
A la mañana siguiente, Joe se despertó muy cansado. Se acordó de la noche anterior y enrojeció de vergüenza. Se había comportado como un imbécil...
¡Había que ver! Contarle a ______ todas aquellas cosas y horribles y vergonzosas, haberse derrumbado ante ella y haberse echado a llorar como un niño, como una muchachita. Lo había encontrado patético.
Sigilosamente, miró por encima de su hombro. La joven se había levantado y estaba sentada junto al tocador cepillándose el pelo. Al levantar la vista, lo vio a él por el espejo. Una radiante sonrisa le iluminó el rostro
-Buenos días -le dijo con voz cariñosa y alegre, como siempre.
Él se limitó a devolverle la sonrisa y a incorporarse para verla mejor. Era asombroso... No había la más mínima señal de desprecio en su actitud. Más aún, parecía más amable que nunca. Estupendo, no tenía, pues, por qué sentirse mal. En realidad, se sentía mejor, como purificado, como si _____ lo hubiera librado la pasada noche de todos aquellos terribles sentimientos.
«Se los conté, y han desaparecido, y no me odia», pensó Joe, casi echándose a reír. Ni siquiera la sequía le parecía tan terrible. Algunos años eran malos y los granjeros sufrían, pero con un poco de suerte todo se arreglaría al año siguiente. El trabajo del granjero no era nunca seguro para nadie; él no era el único que sufría las consecuencias de la sequía. Si pudiera resistir un poco más, a lo mejor la lluvia acudía en su ayuda. Si pudiera salvar el trigo unos días más... No había que perder la esperanza.
-El río -exclamó en voz alta, y _____ se volvió a mirarlo.
-¿Qué dices?
-Podría acarrear agua del río para el trigo.
-¿Cómo?
-Llevando hasta allá el carro cargado con todos los barriles y cubos que tengamos; los llenamos con agua del río, los traemos y regamos el trigo.
-Pero, Joe, ¡no acabaríamos nunca! Piensa en toda el agua que necesitaríamos para regar los trigales.
-Ya lo sé, ya lo sé. Pero podría intentarlo, ______. Si no lo intento, sería como darme por vencido y dejarme morir. _____ lo miró un momento y luego sonrió. Joe no renunciaría nunca; era de acero, tenía un espíritu inquebrantable. Ahora que conocía la crueldad de su pasado, podía ver con toda claridad su valentía. Nunca se rindió y siguió el mal camino como hizo Earl, pese a todo lo que había sufrido. Había resistido con tenacidad, lo había intentado unay otra vez y había hecho frente a todos. Se sintió llena de orgullo y admiración y dio gracias de que fuera su marido.
-Te ayudaré.
-No, es un trabajo demasiado duro para ti.
-Por favor, Joe. Necesitarás ayuda; sabes bien que la necesitarás. Los barriles pesan mucho. Por favor, quiero servirte de algo. Piensa que iríamos mucho más deprisa si lo hiciéramos entre los dos.
Él le sonrió. Tenía razón y, además, estaba muy satisfecho de la prontitud con que se había ofrecido a ayudarlo.
-De acuerdo.
 
El día era muy caluroso y sofocante, e incluso cuando se dirigían al río muy de mañana el aire estaba seco. Al ver el río, ______ se acordó de aquel domingo, que ahora parecía tan lejano, cuando ella y Joe habían ido hasta allí para recuperar los cuerpos de sus padres. El agua, entonces tan impetuosa y desbordada, estaba ahora tranquila y baja, y brillaba lánguidamente bajo el sol. Recordaba cómo Joe había buscado el cuerpo de su madre desafiando la corriente del río y arriesgando la vida una y otra vez en las tenebrosas aguas. Incluso entonces la había protegido, la había ayudado. Pobre madre. Se preguntaba si podía saber hasta qué punto había juzgado mal a Joe, si podía ver lo bien que la cuidaba. Mientras pensaba en su madre, por un momento, los ojos se le llenaron de lágrimas; pero luego miró a Joe y sonrió.
Trabajaron todo el día como endemoniados, llenando cubos en las lentas aguas y derramándolos en los barriles del carro; luego los Ilevaban a la granja y los vaciaban en las zanjas que Joe había cavado para aprovechar e1 agua del arroyo. Después volvían al río para repetir la operación. Era un trabajo agotador, pero lo realizaron durante toda la jornada; sólo se detuvieron para tomar un ligero almuerzo frío. Cuando hubieron cargado el último carro, ______ se sentía exhausta y empapada de sudor.
Joe la cogió de la mano y la llevó hasta la orilla del río, junto a un bosquecillo de umbrosos árboles. Era un lugar tranquilo y apartado, protegido por los árboles, y la joven se dejó caer en la tierra. Durante un rato estuvieron sentados, descansando, oyendo el rumor de las aguas y contemplando la puesta de1 so1 sobre el río.
-¡Qué hermoso! -exclamó ______ exhalando un cansado suspiro-. Me gustaría meterme en el agua para liberarme de todo este polvo.
Joe sonrió y dijo riendo:
-¿Por qué no lo haces?
-¿Vestida? No, gracias.
Los ojos de él brillaron a1 decir:
-Entonces desnúdate.
-¿Cómo dices? -preguntó ____ un poco asombrada, pero seducida por la idea.
-¿Por qué no? ¿Quién puede verte? Junto a la orilla, el recodo del río no se ve desde la carretera.
-Pero, Joe, así, a la luz del día... -Lo miró y sus ojos reflejaron la traviesa mirada de él.
Jonas se levantó sonriente y comenzó a desnudarse. _____ sintió que 1a excitación le agarrotaba la garganta y de pronto se levantó y se desnudó también atolondradamente. Como niños traviesos, se metieron en el río, gritando de alegría mientras se zambullían. ______ sumergió incluso la cabeza para que el agua la limpiara de polvo, sudor y cansancio. Se soltó los cabellos y se los peinó con los dedos bajo el agua para lavárselos bien.
Juguetearon como niños, riendo a carcajadas y salpicándose uno a otro. ______ se sentía libre, excitada, desinhibida, y cuando Joe al final se quedó quieto, le tendió la mano para atraerla hacia sí, se echó en sus brazos. La besó y se unieron en una maraña de brazos y cabellos. Joe le acariciaba el húmedo y escurridizo cuerpo, maravillándose otra vez de su belleza. Y allí, en aquel atardecer caluroso, en el agua que había matado a sus padres, hicieron el amor, mientras el río se arremolinaba en torno a ellos para seguir su curso.
 
 
14
 
Los días se sucedían abrasadores y el calor sofocante no cedía lo más mínimo. Joe y _____ trabajaban desde el alba acarreando agua del río para regar los trigales. Era una tarea fatigosa y agotadora, pero seguían luchando, hasta que finalmente el nivel del río bajó tanto que no se atrevieron a sacar más agua o ni siquiera tendrían para beber.
A partir de entonces, ya no había nada que hacer excepto contemplar sin esperanza cómo el sol agotaba la vida de la granja. Probablemente ya se había perdido la tercera parte de los trigales y sólo la lluvia podría salvar el resto. La frustrante espera desesperaba a Joe, y una mañana ya no pudo resistir más.
-Vayamos a la ciudad -dijo a la hora de desayunar. _____ lo miró extrañada.
-Pero si es jueves.
Él se encogió de hombros.
-¿Y qué importa? No podemos hacer nada excepto contemplar cómo se va secando el trigo. Además, México necesita herraduras nuevas. Llevaremos el carro y compraremos algunas provisiones. Vamos, por lo menos haremos algo que rompa esta desesperante espera.
____ se mostró de acuerdo. Sabía que Joe soportaba mejor la pérdida de la cosecha desde la noche en que le había hablado de las palizas que le daba su padre. Ya no parecía considerarla como una señal más de sus fracasos en la vida. Pero lo estaba matando contemplar cómo el trigo se marchitaba bajo el sol abrasador. Probablemente le sentaría bien alejarse de todo aquello por un rato.
Cuando llegaron a la ciudad, se detuvieron primero en casa de Jenny y tomaron una limonada mientras jugaban con los niños. El pequeño Jonathan andaba a gatas de un lado a otro y se empeñaba en ponerse en pie. _____ le acariciaba la sedosa cabeza y pensaba en la vida que crecía en su propio vientre. Estaba totalmente segura de que se hallaba embarazada; incluso Joe le había hecho una noche un comentario jocoso acerca de que estaba perdiendo cintura. Pronto se le notaría y tendría que decírselo. ¡Cuánta ilusión le hacía tener un bebé gordito y tiernecito, con los ojos cafés claro y el cabello oscuro como Joe! Y, sin embargo, ¡qué horror si su marido interpretaba entonces que ya no se acostaría con él!
Después del almuerzo, fueron a la tienda de Stu para comprar algunas provisiones. Joe y Harper cargaron el carro y _____ decidió entonces regresar a casa e ir preparando la cena mientras su esposo esperaba en la ciudad hasta que hubieran herrado a México. Joe entró en la tienda para pagar la cuenta, pero Stu permaneció fuera para ayudar a ____ a subir al carro.
Jonas se volvió y los miró; vio que ____ inclinaba la cabeza hacia su cuñado y le sonreía; vio cómo Stu lucía la mejor de sus sonrisas y le ponía solícito la mano en el brazo. ¡Maldito sea!-pensó corroído por los celos de siempre-. Trata de ganarse su amor, quiere que lo admire y no le importa que la esté consumiendo esa pasión sin esperanzas.
La cólera, los celos, el dolor de su amor por ______, la desesperación por la cosecha que se quemaba al sol, todo rebullía en el interior de Joe. Cuando Stu regresó a la tienda, las encontradas emociones de Turner eran incontenibles y estalló:
-¿Es que no la puedes dejar en paz?
-¿Qué dices? -le contestó Harper asombrado.
-¡Maldita sea! ¡Es imposible que no veas lo que le estás haciendo a _____! Te quiere y ese amor la está matando. Pero tú haces lo posible para que siga enamorada de ti.
Stu lo miraba, con la boca abierta, y Joe continuaba imparable:
-¿Acaso no te importa? Eres un maldito egoísta y sólo te preocupa tu propia satisfacción. No piensas ni por un momento en el hecho de que si no te viera tan a menudo, si no te empeñaras en ser tan jodidamente encantador, ella podría ser feliz y dejar de amarte. Sería feliz en su propia casa, con su propia familia, en lugar de seguir languideciendo por algo que jamás podrá conseguir.
-¡Estás loco de atar! -replicó Harper, asombrado por las palabras de Joe-. _____ quiere mucho a su hermana, nunca intentaría...
-Naturalmente que nunca intentaría, -dijo él con sarcasmo-. Eso es precisamente lo que la tortura. Por eso es muy cruel que le des esperanzas.
-No sabes lo que dices. No te creo.
-Eres un imbécil, ciego y egoísta -añadió Joe con amargura-. Pero te daré un consejo. Estoy hasta las narices de que toques a _____. Déjala en paz. Simplemente, déjala en paz.
Luego se precipitó hacia la puerta, dejando a Stu boquiabierto. Jamás le habían hablado de aquel modo y le resultaba difícil de entender. Aquel muchacho prácticamente lo había amenazado. Lo que faltaba, que alguien lo amenazara. Y eso de que ______ estuviera enamorada de él era simplemente ridículo. Su cuñada era una muchacha cariñosa e inocente; nunca se le pasaría por la cabeza amar al marido de su hermana. La obscena mentalidad de Digger Jonas era lo que interpretaba sus sentimientos y acciones en aquel sentido. Joe era un celoso maníaco que no podía entender las emociones más puras y elevadas.
Todo aquello le hizo pensar de nuevo en el disparate, que suponía el hecho de que ______ tuviera que convivir con aquella escoria. Su mera presencia la degradaba. Sin duda la forzaba continuamente. Ya le parecía ver a _____ yaciendo pasivamente bajo la desenfrenada pasión de Jonas. Sin duda la reñía obsesionado por las fantasías de sus celos. Probablemente, también la amenazaba. Pobre _____, allí en la granja, sola y asustada, demasiado avergonzada y aterrorizada por Joe como para volver con su familia.
Stu apretó las mandíbulas. Claro, seguro que era eso. La joven no se daba cuenta de que Jenny y él la acogerían contentos y olvidarían aquel matrimonio desafortunado.
No comprendía que él podría protegerla de Joe, que toda la ciudad lo haría. Eso era, de otro modo, no se habría quedado tanto tiempo con él.
Bien, evidentemente le correspondía a él salvarla del desastre. Debía ir a la granja mientras Joe estaba en la herrería y convencer a ______ de que lo abandonara. Le explicaría que la acogerían de buen grado y que la protegerían y cuidarían. Cuando ella se hubiera dado cuenta de eso y lo hubiera entendido, se sentiría con ánimos para abandonarlo.
Rápidamente, se dirigió a su casa, ensilló el caballo y salió tras _____. Llegó a la granja poco después que ella; la joven, naturalmente, se quedó sorprendidísima.
-¿Stu? -dijo saliendo alarmada de la cocina-. ¿Qué ocurre? ¿Ha sucedido algo? ¿Está bien Jenny? ¿Y los niños?
-Sí, sí, claro que están bien -respondió entrando en la casa, un poco molesto por la forma como ella interpretaba su llegada.
-¡Joe! ¡Oh, no! ¿Qué le ha pasado?
-No le ha ocurrido nada en absoluto -gruñó su cuñado, irritado por la preocupación que ella mostraba por aquel perdido.
-Entonces, ¿de qué se trata? -preguntó asombrada.
-De ti, ______.
-¿De mí? ¿Qué demonios...?
-______, he venido para llevarte a casa.
-¿A casa? ¿De qué estás hablando? Ya estoy en casa.
-No, me refiero a mi casa y a la de Jenny. ________, no hay necesidad de seguir fingiendo; no te daremos la espalda. Sé que crees que porque te casaste con él ya no querremos acogerte, pero no es cierto.
Ella lo miraba tan asombrada que no podía ni hablar. Su cuñado interpretó mal aquel silencio y continuó:
-No tengas miedo, ______. No dejaré que se te acerque. Estarás a salvo.
De pronto, ella se echó a reír; aquello era completamente ridículo. ¡Como si le tuviese miedo a Joe! ¡Como si deseara abandonarlo! Tenía todo lo que podía desear, y de repente se presentaba Stu ofreciéndole su ayuda.
Harper la miraba confundido. ¿De qué demonios se estaba riendo?; pero la perplejidad que reflejaba su cara aún acrecentaba más las carcajadas de ______. Exasperado, suspiró y se metió las manos en los bolsillos.
-Juro por Dios que no te entiendo, _______. ¿Qué es lo que te hace tanta gracia?
-Oh, Stu, discúlpame -murmuró ella, tratando de reprimir la risa-. No era mi intención reírme. Pero es que es tan ridículo... ¿Por qué tendría que abandonar a Joe? ¿Por qué demonios iba a necesitar que me protegieras de él? Los únicos problemas que tengo son el calor y la sequía, y no creo que puedas hacer nada para solucionarlos.
-Pero, ____, Joe Jonas...
-¡Ojo! No quiero oír ni una palabra contra él, ni siquiera de ti. Es una buena persona, un hombre amable y honrado, siempre atento conmigo. Es el hombre más encantador, más guapo y...
-No es posible... No es posible que estés dándome a entender que estás enamorada de él.
_____ lo miró, intentando asimilar aquella idea. Enamorada de Joe. Enamorada de Joe. Y de pronto comprendió..., desde luego, era evidente: lo amaba. Durante mucho tiempo se había negado a ver la verdad. Jonas reinaba en sus pensamientos y sentimientos; anhelaba su cuerpo, anhelaba que la tocara, sólo se sentía satisfecha entre sus brazos. Naturalmente, lo amaba; para ella sólo existía él en el mundo.
Una sonrisa radiante le iluminó el rostro.
-Sí -dijo en un suspiro-. Sí, lo amo.
Stu estaba boquiabierto, completamente anonadado. La joven no pudo menos que echarse a reír. Pobre Stu... Al mirarlo, ____ se preguntaba asombrada cómo podía haber imaginado que lo amaba. De pronto se daba cuenta de hasta que punto su amor se debía al hecho de que fuera el marido de Jenny. Él formaba parte de lo que ella había deseado durante toda su vida: ser como su hermana. No había deseado a Stu, sino el amor y la adoración que Jenny se ganaba siempre, y en cambio ella no. Su cuñado había sido simplemente la personificación de lo que siempre le había estado prohibido. Le puso la mano en el brazo y se alzó de puntillas para darle en los labios un beso fraternal, un gesto de adiós a los locos sueños de adolescente que ya no tenían cabida en su vida.
Mientras Joe esperaba a que herraran a México, se había ido calmando y lamentaba lo que le había dicho a Harper. Seguro que aquel idiota se lo contaba a su mujer o incluso a ____. Si ____ llegaba simplemente a sospechar que había revelado su secreto a la persona que menos deseaba que se enterara, lo odiaría para siempre.
Además, aunque Harper no repitiera lo que le había dicho, había sido una estupidez revelar los sentimientos de _____. Ahora Stu le daría vueltas al asunto y cuanto más lo pensara más intrigado estaría, hasta el punto de que quizá quisiera comprobar si era cierto y aprovecharse del amor de _____. Y entonces Joe la habría perdido para siempre.
Mientras regresaba a la granja, Jonas se iba sintiendo más y más deprimido. Cuando vio la calesa de Harper, lo invadió la desesperación. Stu ya estaba allí... ¡Dios! ¿Habría perdido a _____? Con los pies pesados como plomo, se dirigió a la casa y subió los escalones. A1 llegar junto a la puerta, se quedó helado. Stu y _____ estaban en la cocina, hablando. Aunque no pudo oír las palabras de ella, vio el amor que reflejaba su rostro al mirar a Stu. La vio ponerle la mano en el brazo y vio cómo lo besaba.
Con un sonido inarticulado, Joe se alejó corriendo. _____ oyó el sonido y se volvió intrigada. Vislumbró algo así como una ráfaga luminosa y tardó un momento en darse cuenta de que se trataba de Joe, y luego un momento más en adivinar que había sido testigo del beso. Sin duda, lo había interpretado mal, sobre todo teniendo en cuenta que sabía lo que sentía por Stu. Lo había visto y había salido huyendo, como siempre, sintiéndose enfurecido, herido y ofendido.
-Joe -llamó dirigiéndose a la puerta. Stu la cogió del brazo.
-Deja que se vaya, _____, no vale un pimiento.
-Déjame -gruñó ella soltándose y corriendo hacia la puerta.
Sin embargo, su marido había desaparecido. Ella apretó los puños y cerró los ojos para retener el llanto. ¿Por qué tenía que haber llegado precisamente en aquel momento, justo para ver aquel inocente beso y deducir que estaba confesándole su amor a Stu, cuando en realidad acababa de descubrir que estaba enamorada de él? ¡Era injusto!
Se mordió el labio enfadada. Tenía que encontrar a Joe. Debía explicarle que lo amaba a él y no a Stu; que quería compartir su vida y su hogar con él; que iba a tener un hijo suyo; que deseaba por encima de todo hacerlo feliz. Tenía que encontrarlo... ¿Y si esta vez estaba tan trastornado que no regresaba? Debía ir tras él, pero ¿adónde podía haberse dirigido? Aquélla era su casa y ella la única persona que se preocupaba por él.
Debía de haber vuelto a la casucha de su padre; era el único hogar que había conocido. A menos que se hubiera sentido derrotado y se hubiera marchado Dios sabía adónde. Rechazó tal idea; no debía pensar tal cosa en modo alguno. Tenía que encontrarlo para poner las cosas en claro. No era capaz de pensar en nmguna otra posibilidad y decididamente se encaminó hacia la casa de los Turner.
-¡_____, espera! -la llamó su cuñado-. ¿Qué estás haciendo? ¿Adónde vas?
-A casa de los Jonas.
-¿Es que has perdido el juicio? ¿Vas a ir sola? No, no puedes hacerlo.
-¿Y por qué no? Es la familia de mi marido. ¿Qué daño pueden hacerme? -dijo aparentando valor, aunque estaba muy asustada-. Tengo que encontrar a Joe. Cree... Oh, está muy equivocado, y tengo que explicárselo. Debo decirle... -se interrumpió y emprendió el camino.
Stu suspiró exasperado y la siguió.
-Muy bien; sube a la calesa y te acompañaré.
Ella se detuvo tentada por la idea de dejarse proteger por su cuñado, pero sacudió la cabeza.
-No, no creo que sea conveniente si Joe me viera contigo, enloquecería aún más.
Con aire decidido, reanudó la marcha. Stu hizo una mueca y pegó una patada a una piedra; luego se sentó en los escalones del porche. Se negaba a que la acompañara, pero no podía marcharse y dejarla sin protección alguna.
______ caminaba deprisa por losma campos, echando a correr de vez en cuando. El cerebro le martilleaba al ritmo rápido de los pies: tenía que encontrarlo, tenía que encontrarlo.
Cuando llegó a la casucha, le pareció amenazadoramente tranquila. No había rastro de Joe y el corazón se le aceleró de temor. Sigilosamente, se acercó y subió al porche. No había nadie y entró en la casa. La anciana dormitaba en un rincón; en el silencio retumbaban sus ronquidos. _____ entró de puntillas en la cocina y en el dormitorio; salió de la casa; no sabía dónde podría estar, sólo le restaba volver a la granja y aguardar a que regresara.
Cegada por las lágrimas, apenas vio al hombre que estaba al otro lado del porche. De pronto, el corazón le dio un brinco, pero luego se dio cuenta de que no era Joe.
-Vaya. ¿Qué tal, encantadora señora? -dijo el hombre con voz ronca.
Ella frunció el entrecejo. ¿Quién era? Le resultaba familiar.
-Así pues, la encantadora esposa lo está buscando, ¿no? ¿Por qué no habrá vuelto a casa contigo? Siempre supe que mi hermano era un imbécil.
-¡Earl! -exclamó ella- ¿Qué demonios estás haciendo aquí?
-Es mi casa, ¿no? -inquirió con un tinte de sarcasmo en la voz.
-Sí, pero el sheriff... Él se echó a reír.
-¿Estás preocupada por mí? Me siento conmovido -se le acercó y la acorraló en el porche.
Resultaba extraño que se pareciera a Joe en algunos aspectos -el color de su piel el tono de su voz- y sin embargo fuera tan diferente. Tenía un aire basto, sucio, malévolo en cierta forma; _____ se sintió mal al observar el parecido, como si fuera una deformación de Joe.
Reunió todo su valor para marcharse. Earl permanecía inmóvil pero amenazador en los escalones del porche, y ella tenía por fuerza que pasar junto a él para bajarlos. Mientras lo hacía, la cogió por la cintura y _____ se sobresaltó de miedo.
-Venga, no tienes por qué mostrarte tan arrogante. ¿Es que no voy a poder besar a la novia?
La agarró por los hombros y la atrajo hacia él. Ella torció la cara, pero le cogió la cabeza y la besó rudamente en la boca. Presa del terror, _____ lo golpeó y le propinó patadas, defendiéndose con tanto valor que él la soltó, sorprendido por su reacción, y la joven pudo echar a correr gritando. Earl se recobró enseguida, salió tras ella y la agarró por detrás.
-Déjame, déjame -gritó defendiéndose con brazos y piernas-. ¡Dios mío! ¿Qué pretendes? ¡Soy la mujer de tu hermano!
Él, por toda respuesta, se echó a reír y la derribó. _____ cayó con tanta violencia que apenas podía respirar y se quedó tan atontada que antes de que pudiera darse cuenta ya lo tenía encima. Sentía su peso sobre ella y notaba su aliento cálido en el cuello. Cerró los ojos presa del miedo y la desesperación.
Y entonces, milagrosamente, de pronto notó que la liberaban de él. Aturdida abrió los ojos y se esforzó por incorporarse. Earl estaba a unos cuantos pies de distancia y rodaba por el polvo con otro hombre. ¡Joe! Aunque el primero era más alto, llevaba la peor parte de la pelea. Su esposo lo atacaba como un demonio golpeándolo sin descanso con los puños.
-¡Joe! -gritó débilmente poniéndose en pie.
Su marido había inmovilizado a Earl en el suelo y le apretaba la garganta con los dedos; su rostro era una máscara de furia.
-¡Joe! Por favor, no, ¡vas a matarlo! ¡Joe, es tu hermano!
Por fin la voz de _____ penetró en su cerebro; la miró y de su rostro desapareció aquella enloquecida expresión. Luego se miró las manos como si pertenecieran a otro hombre y enseguida so1tó la garganta de Earl.
-_____.
Se puso en pie y ella se refugió entre sus brazos.
-¡Oh, Joe! -sollozó con la cabeza apoyada en su pecho.
-Vamos. Volvamos a casa.
Echaron a andar mientras Earl, en el suelo, hacía esfuerzos por normalizar la respiración.
Al cabo de unos instantes, _____ recobró la compostura suficiente como para poder hablar; levantó la cabeza y se enjugó las lágrimas.
-¿Cómo lo supiste? ¿De dónde saliste? -le dijo emocionada.
-Harper me dijo adónde habías ido y vine a buscarte Cuando estaba ya muy cerca, te oí gritar y eché a correr. Pude haber matado a ese hijo de puta. Ha tenido suerte de que no lo hiciera.
-Pero, ¿cómo...? -preguntó ella confundida-. ¿Dónde viste a Stu?
-En casa. Estaba todavía allí cuando regresé. Te lo explicaré; salí huyendo, ofendido y enloquecido, diciéndome a mí mismo que debía marcharme y dejarte con él, ya que era lo que tanto deseabas. Pero luego me detuve a pensar en lo que habías dicho aquella vez después de la fiesta, eso de que yo tenía miedo de hacer frente a las cosas, que siempre salía huyendo. Y me di cuenta de que tenías razón, de que estaba huyendo ofendido y asustado. Y pensé en el berenjenal en que te dejaba, sola en la granja, sin nadie que te ayudara mientras todos se burlaban de ti porque tu marido te había abandonado. Tampoco podrías disfrutar del amor de Stu, puesto que las circunstancias no habían cambiado. No podía engañarme a mí mismo diciéndome que huía por tu bien; en realidad, estaba escapando de ti y... de todo. Y entonces decidí que ya no iba a salir huyendo nunca más, que iba a hacerle frente a la vida y a aceptarla tal como era. Sé que amas a Stu y sé que no me amas a mí... Dios sabe que no me lo merezco. Pero no podrás conseguirlo nunca y necesitas un marido. Yo soy capaz de cuidarte y ayudarte; podemos tener montones de hijos, ser una familia, una verdadera familia. Creo que hasta ahora no lo había admitido, _____, porque sentía vergüenza de mí mismo y tenía miedo de lo que pudieras decir al saberlo, pero... yo te amo. Te amo por todo lo que eres, por la forma como tus ojos cambian de color, por tu risa, por tu manera de andar, por tu amabilidad, por la ternura con que gimes cuando hacemos el amor. Estoy asustado de esto..., de amarte, del dolor que ese amor pueda depararme, de dejar al descubierto mi alma al ponerla a tus pies. Pero ya no voy a salir huyendo nunca más; sólo significaría perderlo todo.
Joe miraba al frente, temeroso de ver la expresión del rostro de _____. Ella le cogió la mano y la sostuvo entre las suyas; era incapaz de articular palabra. Todos los sentimientos recién descubiertos rebullían en ella hasta que por fin estallaron en una alegre carcajada.
Jonas apretó las mandíbulas.
-Por Dios, _____, no te rías de mí.
-Oh, no, no, no lo comprendes -dijo ella obligándolo a que se detuviera-. No me estaba riendo de lo que has dicho. Me reía de felicidad. Me reía de lo tonta que he sido y de lo hermoso que me parece todo ahora. ¡Oh, Joe!, ¿es que no lo ves?
Lo cogió del brazo y lo obligó a mirarla frente a frente. Él la miró abiertamente con los ojos velados por el amor, el dolor y el miedo.
-Joe, te amo.
Él la contemplaba fijamente con atónita sorpresa. Por fin, habló con voz baja y ronca.
-No te burles de mí, _____.
-No me estoy burlando de ti. Joe, te amo. ¡Te amo!
La última y dolorosa resistencia se quebró en él, la atrajo hacia sí y la abrazó como si fuera la vida misma.
-Oh, _____ -murmuró con voz quebrada mientras enterraba la cabeza en sus cabellos.
Ella se le aferró estrechamente. Por fin, en casa; sana, salva y amada. En toda su vida no había sentido la dulzura del amor que ahora la desbordaba.
-______, no puedo creerlo... -se soltó de ella y retrocedió unos pasos para escudriñarle el rostro-. ¿Por qué? ¿Cómo?
-¡Por qué! -repitió asombrada-. ¿Cómo puedes preguntármelo? Eres tan amable, tan trabajador, tan bueno y tan fuerte. Y eres tan... -sonrió y lo miró con timidez-, tan guapo y... me encanta lo que me haces en la cama.
El rió entre dientes.
-_______, ¿me lo dices de verdad? A veces tengo miedo de disgustarte, tengo miedo de que sólo me soportas para tener un hijo.
-¡Cielos, no! De hecho, estoy prácticamente segura de que tenemos un hijo en camino; hace un mes que lo sé. Pero no te lo he dicho porque ésa era mi excusa y tenía miedo de que ya no quisieras acostarte conmigo.
-¡Un niño! ¿Estás embarazada? Oh, _______... -la cogió en brazos y se puso a bailar de felicidad; luego se detuvo y la miró-. ¡Dios de los cielos, _____! ¿Por qué iba a dejar de querer acostarme contigo?
-Creí que a lo mejor tú tenías de mí tan buena opinión, que no podías imaginar que yo quisiera hacerlo sólo por puro placer.
-Y tengo, desde luego, una excelente opinión de ti. Creo que eres la mejor de las mujeres que existen sobre la Tierra. Pero nada puede hacerme más feliz que saber que me deseas y que disfrutas con mis caricias.
La siguió contemplando durante un largo instante, como un artista que admira la obra culminada con esfuerzo y que jamás soñó acabar.
-_____, ______, no puedo creerlo.
Tiernamente, le acarició la cara con sus dedos.
-No puedo creer que vayamos a tener un hijo..., una niña tan hermosa como tú.
______ rió.
-Yo más bien pienso que será un niño, cabello obscuro y ojos café claro.
-______, te amo. Creo que voy a morir de felicidad -dijo él abrazándola.
-Todo va a salir bien. De ahora en adelante, suceda lo que suceda, estaremos juntos. Nada malo podrá ocurrirnos.
-____, mira -susurró Joe, con la vista fija en algo que le llamó súbitamente la atención.
Ella se volvió a mirar; allí, en el horizonte, se estaban apelotonando nubes, nubes oscuras y cargadas que se deslizaban por el cielo.
-Se están acercando. Oh, Joe, se están acercando.
De pronto se levantó una brisa fresca que arremolinó los cabellos y las faldas de la joven.
-Es viento que anuncia lluvia -añadió Jonas.
La cogió de la mano y se apresuraron a regresar a casa, a la granja. El viento fue haciéndose más fuerte y empujó las oscuras nubes hacia ellos. Brilló un relámpago y retumbó un trueno. El cielo se oscureció, y, mientras corrían, empezaron a caer gruesas gotas de lluvia. Estallaron otra vez truenos y relámpagos, y luego comenzó a llover.
Cuando llegaron a casa, estaban completamente empapados, pero no parecía preocuparlos. Joe levantó el rostro y las manos hacia el cielo, deleitándose al sentir la lluvia sobre la piel. ¡Salvados! Los trigales estaban salvados. Se las había arreglado para mantenerlos con vida suficiente como para que ahora revivieran con la lluvia. Los demás granjeros no habían regado sus tierras, habían abandonado sus trigales a la sequía y el calor, y aquella lluvia generosa ya no podría hacer nada por las espigas resecas. Pero el trigo de Joe se empaparía y reverdecería. Había triunfado donde los demás habían fracasado... Él, ¡Joe Jonas! En un rapto de exultante alegría, cogió en brazos a ______ y empezó a dar vueltas vueltas bajo la lluvia. Ella reía y se agarraba a él, sintiéndose a la vez mareada y segura entre sus brazos.
Por fin, exhaustos, entraron en la cocina. Se quitaron los vestidos, los extendieron ante el horno y se secaron los cabellos con toallas. Luego, ya seca y calentita, _____ se desperezó con satisfacción. Los ojos de Joe brillaron de admiración y la joven le sonrió tiernamente. Sin hablarse, se abrazaron con dulzura. Joe le dio un largo y profundo beso, y ____ sintió que el alma la abandonaba para unirse a él. Luego, subieron a la habitación.
-¡Joe, mira! -gritó cuando entraron en el cuarto, apuntando hacia el exterior.
Se acercaron a la ventana y miraron al cielo. La tormenta había pasado rápidamente como había llegado. La granja relucía lavada por la lluvia y el aire olía agradablemente a tierra húmeda. En el horizonte, brillante y resplandeciente como una promesa, había surgido el arco iris; sus iridiscentes colores, azul, rojo, amarillo, atravesaban el cielo y se perdían en el infinito.

-Un arco iris... Eso significa esperanza -susurró _____. Joe la rodeó con sus brazos y siguió mirando. Esperanza. Significaba más que eso... Era la gloriosa promesa de una vida nueva. Inclinó la cabeza y besó a su mujer.
 
 
 
FIN
Ojala les halla gustado mucho ahí una segunda parte  de esta novela y la historia trata de otro problema entre Joe y _____ en la original seria Luke y Sarah y la hermana de Joe no  estoy segura si loa pueda adaptar pero si les interesa se llama lisa Gregory la promesa del arcoíris. Le digo no se si pueda y si lo hago me tardaría aunque ya vienen vacaciones además estoy pensando en poner otra adaptación diferente de una historia q ame J en fin espero q la hayan disfrutado mucho y no olviden leer mis otras novelas escritas por mi. Y perdón por la falta de comas esque el teclado de mi lap falla :/
 

julieta_black escribió:muchas gracias por subirla...esta ha sido una d emis novelas favoritas...es hermosa de verdad soy muy feliz!!!!!!!!!!!!!!!

y ps si puedes subir la segunda parte, yo estare muy pendiente

beshitosssssssssssss

A ti muchas gracias por leerla yo aviso aquí si subo la parte 2

me encantooo el finaaalll.. y es muy sierto siempre hay esperanza :)
aaaiii si puedes subela si no esperare a otra nove :)
gracias por subirlaaaaa

corazon como te digo: MAE ESTA NOVE!!
enserio de principio a fin la ame
no me perdi ni un cap!!!

te apoyare en la nove que pongas
si es asi de ehrmosa
alli estare :9

andreita escribió:corazon como te digo: MAE ESTA NOVE!!
enserio de principio a fin la ame
no me perdi ni un cap!!!

te apoyare en la nove que pongas
si es asi de ehrmosa
alli estare :9

Mil gracias de todo corazón por leerla
Estoy pensando en subir la segunda parte después de la nueva adaptación q
Pongo orita pongo el resumen de la nueva adaptación

chelis escribió:me encantooo el finaaalll.. y es muy sierto siempre hay esperanza :)
aaaiii si puedes subela si no esperare a otra nove :)
gracias por subirlaaaaa

Subiré una nueva adaptación y después de esa subiré La 2 parte de esta

Y muchas gracias por leerla

dale lo estare esperando :)