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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Just friends || N.C
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Re: Just friends || N.C
¿mi turno? wow no me había dado cuenta, bueno... emm... ahora me pongo a escribir :)
Invitado
Invitado
Re: Just friends || N.C
Paso mi turno hace mas de una semana, se me olvido avisar que no iba apoder subir, lo siento por dejarla estancada, Fati espero el tuyo <3
mardy bum.
Re: Just friends || N.C
Mel me encantó tu cap! Wao, necesito saber si estará embarazada o no :| que lío, son una pareja de "amigos" poco convencional.
Invitado
Invitado
Re: Just friends || N.C
I love him.Capítulo veinte.
La melodía de Summertime Sadness hizo que mis ojos se abrieran lentamente debido a las pocas horas de sueño, las ganas de quedarme en la cama y no levantarme eran muchas, pero era mejor hacerlo si no quería que mi colchón terminara mojado. Juntando todos los ánimos que tenía, saqué de encima de mí las sábanas y me puse de pie, el frío podía sentirse aún a través de la tela de mi pijama. Podía verse por la ventana que aún no amanecía del todo y la luna seguía allí junto a unas pocas notables estrellas alrededor suyo, una pequeña sonrisa se pintó inconscientemente en mi rostro. Los recuerdos del hecho de ayer inundaron mi mente e hicieron que aquella sonrisa se agrandara, me sentía muy feliz de poder haber llegado a un acuerdo con él. Después de todo, para mí siempre será mi mejor amigo, aquel que estuvo en todo momento al lado mío cuándo lo necesité, y viceversa.
Estiré mi cuerpo para luego abandonar mi habitación, atravesé todo el pasillo hasta llegar al baño, el cuál mágicamente estaba vacío. Al entrar me miré al espejo, tenía unas leves ojeras, las cuáles cubriría con maquillaje cuando saliera de ducharme. Abrí el grifo de la ducha y la lluvia artificial comenzó a salir, esperé unos segundos hasta que estuviera en el punto exacto y entonces me deshice de mi pijama -el cuál consistía en una de las tantas remeras de mi banda favorita de rock y unos joggins grises algo holgados-, e ingresé bajo el agua caliente. Habrán pasado unos quince minutos hasta que decido cerrar la canilla y comenzar a secarme, luego me envolví en una toalla y cuidando que no hubiera nadie cerca, me dirigí rápidamente a mi pieza. Del armario saqué una musculosa blanca, unos jeans ajustados negros y debido a la baja temperatura que había, decidí tomar una chaqueta negra no estaba de más. Debajo de mi cama, cogí unas botas militares negras de caña corta con algunas tachas doradas en forma de cruz a los costados. Ya vestida, cepillé mi cabello para luego atarlo en una cola de cabello no tan alta, dejando sueltos algunos mechones cortos. Cubrí con maquillaje las ojeras que tenía, por suerte no eran tan visibles por lo que no tardé casi nada, además me puse rimel y algo de brillo labial. Una vez lista, observé mi reflejo en el espejo de cuerpo completo que tenía incorporado en una de las puertas del ropero, sonreí satisfecha por mi aspecto.
Unos pequeños golpes en mi puerta me hicieron saber que ya era hora de bajar a desayunar, agarré mi mochila al lado de la cama y me la colgué al hombro. Al abrir la puerta, la figura de mi padre se hizo presente.
—Buenos días, cariño —Me saludó besando mi cabeza, le dediqué una sonrisa mientras cerraba nuevamente la puerta de mi habitación.
—Buenos días, papá —Juntos bajamos las escaleras, un aroma a panqueques y café inundaba toda la planta baja, solo cómo nuestro padre sabía hacerlos. En la cocina ya se encontraban sentados Bruno y Leandro, a los cuáles saludé con un beso en la mejilla.
—Oye, Blue, anoche luego de te fueras a la cama, llamó Calum —Comentó Bruno dándole un bocado a su desayuno, al escuchar ese nombre sonreí. Mis hermanos lo notaron y rieron levemente.
—¿Qué dijo?
—Preguntó por cómo te fue en el colegio y que hoy pasaba por ti a la salida.
—De acuerdo.
—Buen provecho —Dijo Leandro levantándose de la mesa y dejando su plato en el fregadero, le agradecimos—. Luke pasa por nosotros en quince minutos, así que apúrense.
—¿Luke?
—Sí, vamos con él ya que papá no podrá llevarnos. Además, ustedes son amigos de nuevo. ¿No?
—Aja, volvimos a ser amigos —Le di un último bocado a mi desayuno, comí la mitad pero a decir verdad no tenía mucha hambre. Lo que restaba de mi plato, se lo di a Bruno. Ese chico parecía comer y nunca engordar. ¿Dónde acumulará todo lo que ingiere?
—Eso es lindo, se conocen hace once años y no sería lindo echar a la basura todos los momentos juntos.
—Concuerdo con eso.
Estuvimos hablando el rato que restaba antes de que el rubio pasara por nosotros. Yo aproveché para escuchar algo de música, más específicamente Demi Lovato, adoro a esa mujer. La canción Made in the USA iba por la mitad, cuándo mi celular vibró, un mensaje. Lo abrí y era de Calum, algo en mí se revolvió y sonreí cómo una idiota enamorada.
“Anoche soñé contigo. ¿Puedes dejar de meterte en mis sueños, por favor?” Reí al leerlo, era un idiota pero así lo amaba.
“¿Perdón? Tú deja de meterte en mis sueños, en mi corazón y en mi mente.”
“Deja de hacer que te ame.” Y ahí la razón por la cuál me había enamorado de él. Era su forma de ser, y todas los pequeños detalles que se tomaba conmigo.
“Lo intentaré. Cambiando de tema, ¿cómo te estuvo el almuerzo?”
“Aburrido, nada interesante que justificara el no estar contigo. ¿Y a ti cómo te fue en el colegio?”.
“Bien, me reencontré con las chicas. ¿Pasas por mí a la salida?”
“Cuenta con eso, debo ir a ayudar a Mali con algunas cosas. Nos vemos luego, te amo.” Un suspiró salió de mi boca, el sofá en el cuál estaba sentada se hundió a mi costado derecho. Era Leandro.
“Ve, no quiero que tu hermana me eche la culpa de que por mí no la ayudas. Te amo también, besos.” Finalicé la conversación con una sonrisa en el rostro, por poco no me salían corazones de mi cabeza. La mirada divertida de mi hermano estaba sobre mi celular, no me molestaba que él mirara la conversación, no pregunten porqué pero era el único al que le permitía ver mi celular.
Leandro iba a decir algo, pero el timbre lo interrumpió. A los pocos segundos, Bruno fue abrir la puerta y por arriba de mi hermano, se podía ver claramente un jopo rubio.
—Pasa, Luke —Mi hermano se hizo a un lado y el anteriormente mencionado ingresó a la casa. Se acercó a saludarnos a Leandro y a mí.
—Hola Lean, hola pitufa —Habló besando la mejilla de ambos, al oír el tan odiado apodo, le pegué en el hombro—. ¿Por qué la violencia?
—Sabes que odio ese apodo, que me llame Azul no quiere decir que sea de color azul y enana.
—No jodas, eres un gnomo andante, lo de color azul… No todavía. Al paso que vas, terminarás cómo Michael.
—Sólo me teñí una vez, y fue tres años atrás, no exageres.
—Pero te teñiste de color azul, prácticamente por eso te llamo pitufa.
—Vete al diablo, Lucas.
—¡Que mi nombre es Luke, no Lucas! —Dijo yéndose a saludar a mi padre, largué una carcajada. Me levanté del sofá y fui hasta donde estaban ellos dos, sólo para fastidiarlo un poco más.
—Pero para mí eres Lucas, porque tu nombre en español es Lucas.
—Pero soy australiano, y en Australia mi nombre es Luke. Quizá en Argentina signifique Lucas, pero no soy argentino.
—Da igual, para mí siempre fuiste, eres y serás Lucas. ¡Y fin de la discusión de cómo es verdaderamente tu nombre! —Lo apunté con el dedo índice antes de que abriera la boca nuevamente. Hizo un gesto de que se rendía y rodó los ojos.
—¿Cómo es que la aguantas hace dieciséis años? —Le dijo a mi padre, éste se rió y abandonó la cocina. Cuándo estuvimos sólo nosotros dos, le pegué nuevamente pero esta vez en la espalda y con más fuerza— ¡Auch! ¿Por qué tienes tanta fuerza si eres un palo?
—No lo sé, pero recuérdame que algún día te mataré. Eso tenlo seguro.
—Espero que sea de una linda forma al menos —Susurró para sí mismo pero llegué a escucharlo. Fingí no haber oído eso para luego dirigirme con mis hermanos, Luke hizo lo mismo.
Nos despedimos de mi padre, el cuál ya estaba vistiéndose para irse directo a su trabajo, y salimos de la casa. El auto de Luke se encontraba estacionado justo enfrente de nuestra vereda, ¿cómo carajos consiguió una licencia de conducir? La última vez que manejó un vehículo, por un pelo de rana calva no me atropella. El ojiazul subió de piloto, Leandro en el asiento de acompañante y Bruno, Ezequiel y yo en el asiento trasero. Por ser la mujer, entré primera, por lo que quedé detrás de Luke y al lado de la ventanilla. Mientras que mis hermanos subían, puse mis manos a la altura de la cintura del conductor e hice el típico intento de hacer cosquillas. El rubio dio un pequeño salto y comenzó a reírse, para luego agarrar mis manos y voltear a verme. Le regalé una sonrisa inocente de “yo no hice nada”. Rodó sus ojos con una sonrisa y volvió a su posición correspondiente.
Bruno y Ezequiel nos quedaron mirando mientras se contenían las ganas de decir algo, seguramente era respecto a la antigua relación que yo tenía con él. Siempre solía hacerle eso, pero ésta vez era distinto. Él era mi mejor amigo, sólo y exclusivamente mi mejor amigo.
Al cabo de unos segundos, el motor se encendió y emprendió camino al colegio, el cuál no quedaba a más de cinco minutos de aquí. Antes de ir hacia al instituto, Luke tomó un recorrido desconocido hasta que logré ver que estacionó frente a un Starbucks. Allí se bajó y fue a ordenar un café. Cuándo se levantó del asiento, pegué mi frente contra éste. ¿Si en mi casa tuvo tiempo de desayunar, por qué mierdas no lo hizo? Definitivamente lo mataría un día. Tan sólo… Pronto.
Pasaron exactamente diez minutos hasta que Luke volvió con un vaso de café y un paquete de Oreos. El paquete de galletas se lo entregó a mi hermano, ya que al parecer Leandro le había dado el dinero para que lo comprara. El rubio le dio un sorbo a su bebida para luego dármela diciendo “me la entregas cuando lleguemos, y no me lo tomes”. Volvió a arrancar el auto y ahora, por fin, nos dirigimos al colegio.
El vaso estaba caliente y las ganas de derramar la bebida encima del bonito cabello rubio de Luke eran incontrolables, por suerte ya estaba acostumbrada a reprimir emociones y no lo hice. Aparcó el vehículo una vez más, pero esta vez en el estacionamiento del colegio. Mis hermanos se fueron rápidamente ya que el timbre ya había tocado, yo por mi parte tuve que esperar a Luke para entregarle el maldito café.
—¿Quieres tirármelo encima, no? —Preguntó con una mirada divertida, asentí lentamente mientras cerraba los ojos. Al abrirlos, choqué con los suyos. ¿En qué momento se acercó?
—Sólo toma el maldito vaso, de una puta vez —Le extendí su pedido de Starbucks, lo tomó mientras reía. Una vez librada de ese café, me di media vuelta para ingresar pero me retuvo por el brazo. Sentí cómo besaba mi mejilla, me quedé petrificada.
—Muchas gracias, pitufa.
—De nada, Lucas Roberto Hemmings —Le respondí con su nombre completo sabiendo que odiaba, y más si lo decía en español. Me separé de él y me dirigí corriendo hacia mi primera clase.
La profesora de historia seguía hablando y hablando mientras deambulaba entre los espacios de banco, su voz era severa y monótona, o en otras palabras: aburrida. Mi vista volvió a dirigirse hacia el reloj encima de la pizarra, faltaban unos pocos minutos para que el timbre tocara. Esta era la última hora, gracias al cielo. Todas las demás clases se me habían pasado bastante rápido, a decir verdad.
Gracias a Luke, hoy había llegado tarde a la primera clase y la vieja me impidió entrar al aula, al parecer al rubio le pasó lo mismo ya que caminando por los pasillos, lo encontré escuchando música. Ambos nos quedamos haciéndonos compañía y hablando entre nosotros hasta que –por suerte- tocó el timbre, ¿por qué ese “por suerte”? Pues digamos que la conversación no era muy cómoda…
Al ver esa cabellera rubia, tan conocida, apresuré mis pasos hasta llegar a él. Se encontraba con los auriculares puestos y los ojos cerrados, sonreí al verlo tan… Calmado y tranquilo. Me senté junto a él sin hacer mucho escándalo, al parecer la canción terminó y finalmente abrió sus ojos. Al verme sonrió y se quitó los auriculares.
—¿A ti tampoco te dejaron entrar?
—No, y más en biología. La vieja esa me tiene entre ceja y ceja —Murmuró con algo de molestia mientras miraba al suelo. Dejé escapar una leve risa.
—Me imagino, recuerdo que una vez te mataste estudiando toda la noche para dar el examen bien y por un mínimo punto te desaprobó. Estabas muy enojado.
—¿Te acuerdas? Que si no hubieras estado ahí, le hubiera apedreado el auto.
—Que tuve que decirte que me alejaría de ti para que te calmaras —Dije algo bajo, él levantó la mirada y la enfocó en mí—. Pasaste de estar furioso a estar al borde del llanto.
—Te quería mucho, obviamente iba a estar destrozado si te alejabas de mí —Podía sentir cómo le dolía sacar este tema de conversación, iba a decir algo para cambiar de tema pero me interrumpió—. Eras mi novia en ese entonces —Sus ojos comenzaban a cristalizarse de a poco, lo maldecía por tener unos ojos tan transparentes y hermosos.
—Luke… No quiero recordar eso, por favor.
—Cierto, ambos tenemos otras parejas. ¿Sabes? Aún sigo recordando cuándo todos decían que éramos el uno para el otro. Te sonrojabas cada vez que nos decían eso.
—Luke, basta. En serio, no quiero hablar de eso ahora —Le pedí nuevamente pero esta vez lo miré de frente. Bufó frustrado, sabía lo que venía a continuación.
—No quieres hablar de esto ahora, perfecto. ¿Pero si no es ahora, cuándo? Tú no volverás a sacar el tema, te conozco bastante bien, Azul. Once años es mucho tiempo, ¿sabes? Y más cuándo nos criamos juntos. Tenemos veinte minutos todavía, podemos hablarlo aquí tranquilamente.
—Hemmings, ya basta. ¿Okay? Tenemos otras relaciones, los dos. No sé porqué te pones melancólico de pronto. Si me extrañabas, me hubieras llamado. ¿No?
—¿Crees que no me harté de llamarte? Pero no, siempre era la contestadora la que me respondía.
—Nunca me llegó una puta llamada tuya luego de la de mi cumpleaños. Pero déjalo ahí, después de todo ahora volvemos a ser mejores amigos y sólo mejores amigos.
—¿No tienes miedo de que pase lo mismo que la primera vez?
—Esta vez es distinto, tenemos dieciséis y veinte años, y estamos con relaciones los dos.
—¿Él es mejor que yo?
—Esto es absurdo. No responderé esa estúpida pregunta.
—Entonces sí es mejor que yo. ¿Qué tiene él que no tenga yo?
—No seas idiota, la cosa no va por ese camino. ¿No pensarás plantarme una escena de celos aquí mismo, no? ¿Después de un año?
—Te recuerdo que teóricamente sigues siendo mi novia, nunca terminamos oficialmente —Llegó a decir antes de que el timbre suene.
Volví a la clase de historia cuándo el timbre que indicaba el final de la jornada de ese día sonó. Mis compañeros ya se encontraban guardando y yo aún intentando salir del trance. Comencé a meter mis útiles en mi mochila, al terminar, cerré la cremallera de ésta y abandoné el aula.
La gran masa de adolescentes en los pasillos me ayudaría a escabullirme rápidamente hasta en la salida, en dónde… ¡Mierda! Había olvidado que Calum vendría por mí a la salida. Un gran nudo se colocó en mi garganta, no podía decirle la verdad y no lo haría. No tenía idea de cómo, pero nunca en mi vida le contaría a Calum que en realidad, Luke fue mi novio y nunca terminé con él.
Caminé lentamente hacia la salida, pensando muy bien en cómo haría para mirar a la cara a mi novio, con todo lo sucedido hoy en la mañana. ¿Realmente Luke tenía que decir eso? Todo iba genial entre nosotros, hasta que sacó ese tema. Eso me demostraba que los amigos pueden convertirse en pareja, pero las parejas no pueden convertirse en amigos. Sé que no era fácil, ni para él ni para mí, pero no podría lamentarse por lo sucedido el resto de su vida. Lo hecho, hecho está. Por algo pasan las cosas, ¿no? Quizá, él y yo no éramos tan “el uno para el otro” cómo todos decían…
Al llegar a las escaleras, busqué con la mirada al moreno y junto a un árbol lo encontré. Se encontraba mirando hacia la gran multitud de adolescente, sonreí y el nudo se hizo más grande. Estaba mal hacerle eso a alguien, y más un chico cómo Calum. Mis piernas se dirigieron a paso de tortuga hacia dónde él estaba, al reconocerme una hermosa sonrisa se pintó en su rostro. No esperó hasta que llegara, por lo que él fue quién se acercó y enrolló sus brazos en mi cintura.
—Te extrañé, preciosa —Dijo en un susurro en mi oído, tragué saliva y nos separamos— ¿Todo bien?
—Sí, perfecto ahora que te tengo conmigo —Coloqué mis manos en sus mejillas y acerqué su rostro al mío— ¿Sabes que te amo?
—Yo también te amo —Las últimas cuatro palabras antes de unirnos en un tierno beso.
Estaba consciente de que en cualquier momento Luke saldría y nos vería, pero no me importaba. Además, el tiene novia también. La diferencia, es que quizá él no la ame, y yo a Calum sí lo amo.
Estiré mi cuerpo para luego abandonar mi habitación, atravesé todo el pasillo hasta llegar al baño, el cuál mágicamente estaba vacío. Al entrar me miré al espejo, tenía unas leves ojeras, las cuáles cubriría con maquillaje cuando saliera de ducharme. Abrí el grifo de la ducha y la lluvia artificial comenzó a salir, esperé unos segundos hasta que estuviera en el punto exacto y entonces me deshice de mi pijama -el cuál consistía en una de las tantas remeras de mi banda favorita de rock y unos joggins grises algo holgados-, e ingresé bajo el agua caliente. Habrán pasado unos quince minutos hasta que decido cerrar la canilla y comenzar a secarme, luego me envolví en una toalla y cuidando que no hubiera nadie cerca, me dirigí rápidamente a mi pieza. Del armario saqué una musculosa blanca, unos jeans ajustados negros y debido a la baja temperatura que había, decidí tomar una chaqueta negra no estaba de más. Debajo de mi cama, cogí unas botas militares negras de caña corta con algunas tachas doradas en forma de cruz a los costados. Ya vestida, cepillé mi cabello para luego atarlo en una cola de cabello no tan alta, dejando sueltos algunos mechones cortos. Cubrí con maquillaje las ojeras que tenía, por suerte no eran tan visibles por lo que no tardé casi nada, además me puse rimel y algo de brillo labial. Una vez lista, observé mi reflejo en el espejo de cuerpo completo que tenía incorporado en una de las puertas del ropero, sonreí satisfecha por mi aspecto.
Unos pequeños golpes en mi puerta me hicieron saber que ya era hora de bajar a desayunar, agarré mi mochila al lado de la cama y me la colgué al hombro. Al abrir la puerta, la figura de mi padre se hizo presente.
—Buenos días, cariño —Me saludó besando mi cabeza, le dediqué una sonrisa mientras cerraba nuevamente la puerta de mi habitación.
—Buenos días, papá —Juntos bajamos las escaleras, un aroma a panqueques y café inundaba toda la planta baja, solo cómo nuestro padre sabía hacerlos. En la cocina ya se encontraban sentados Bruno y Leandro, a los cuáles saludé con un beso en la mejilla.
—Oye, Blue, anoche luego de te fueras a la cama, llamó Calum —Comentó Bruno dándole un bocado a su desayuno, al escuchar ese nombre sonreí. Mis hermanos lo notaron y rieron levemente.
—¿Qué dijo?
—Preguntó por cómo te fue en el colegio y que hoy pasaba por ti a la salida.
—De acuerdo.
—Buen provecho —Dijo Leandro levantándose de la mesa y dejando su plato en el fregadero, le agradecimos—. Luke pasa por nosotros en quince minutos, así que apúrense.
—¿Luke?
—Sí, vamos con él ya que papá no podrá llevarnos. Además, ustedes son amigos de nuevo. ¿No?
—Aja, volvimos a ser amigos —Le di un último bocado a mi desayuno, comí la mitad pero a decir verdad no tenía mucha hambre. Lo que restaba de mi plato, se lo di a Bruno. Ese chico parecía comer y nunca engordar. ¿Dónde acumulará todo lo que ingiere?
—Eso es lindo, se conocen hace once años y no sería lindo echar a la basura todos los momentos juntos.
—Concuerdo con eso.
Estuvimos hablando el rato que restaba antes de que el rubio pasara por nosotros. Yo aproveché para escuchar algo de música, más específicamente Demi Lovato, adoro a esa mujer. La canción Made in the USA iba por la mitad, cuándo mi celular vibró, un mensaje. Lo abrí y era de Calum, algo en mí se revolvió y sonreí cómo una idiota enamorada.
“Anoche soñé contigo. ¿Puedes dejar de meterte en mis sueños, por favor?” Reí al leerlo, era un idiota pero así lo amaba.
“¿Perdón? Tú deja de meterte en mis sueños, en mi corazón y en mi mente.”
“Deja de hacer que te ame.” Y ahí la razón por la cuál me había enamorado de él. Era su forma de ser, y todas los pequeños detalles que se tomaba conmigo.
“Lo intentaré. Cambiando de tema, ¿cómo te estuvo el almuerzo?”
“Aburrido, nada interesante que justificara el no estar contigo. ¿Y a ti cómo te fue en el colegio?”.
“Bien, me reencontré con las chicas. ¿Pasas por mí a la salida?”
“Cuenta con eso, debo ir a ayudar a Mali con algunas cosas. Nos vemos luego, te amo.” Un suspiró salió de mi boca, el sofá en el cuál estaba sentada se hundió a mi costado derecho. Era Leandro.
“Ve, no quiero que tu hermana me eche la culpa de que por mí no la ayudas. Te amo también, besos.” Finalicé la conversación con una sonrisa en el rostro, por poco no me salían corazones de mi cabeza. La mirada divertida de mi hermano estaba sobre mi celular, no me molestaba que él mirara la conversación, no pregunten porqué pero era el único al que le permitía ver mi celular.
Leandro iba a decir algo, pero el timbre lo interrumpió. A los pocos segundos, Bruno fue abrir la puerta y por arriba de mi hermano, se podía ver claramente un jopo rubio.
—Pasa, Luke —Mi hermano se hizo a un lado y el anteriormente mencionado ingresó a la casa. Se acercó a saludarnos a Leandro y a mí.
—Hola Lean, hola pitufa —Habló besando la mejilla de ambos, al oír el tan odiado apodo, le pegué en el hombro—. ¿Por qué la violencia?
—Sabes que odio ese apodo, que me llame Azul no quiere decir que sea de color azul y enana.
—No jodas, eres un gnomo andante, lo de color azul… No todavía. Al paso que vas, terminarás cómo Michael.
—Sólo me teñí una vez, y fue tres años atrás, no exageres.
—Pero te teñiste de color azul, prácticamente por eso te llamo pitufa.
—Vete al diablo, Lucas.
—¡Que mi nombre es Luke, no Lucas! —Dijo yéndose a saludar a mi padre, largué una carcajada. Me levanté del sofá y fui hasta donde estaban ellos dos, sólo para fastidiarlo un poco más.
—Pero para mí eres Lucas, porque tu nombre en español es Lucas.
—Pero soy australiano, y en Australia mi nombre es Luke. Quizá en Argentina signifique Lucas, pero no soy argentino.
—Da igual, para mí siempre fuiste, eres y serás Lucas. ¡Y fin de la discusión de cómo es verdaderamente tu nombre! —Lo apunté con el dedo índice antes de que abriera la boca nuevamente. Hizo un gesto de que se rendía y rodó los ojos.
—¿Cómo es que la aguantas hace dieciséis años? —Le dijo a mi padre, éste se rió y abandonó la cocina. Cuándo estuvimos sólo nosotros dos, le pegué nuevamente pero esta vez en la espalda y con más fuerza— ¡Auch! ¿Por qué tienes tanta fuerza si eres un palo?
—No lo sé, pero recuérdame que algún día te mataré. Eso tenlo seguro.
—Espero que sea de una linda forma al menos —Susurró para sí mismo pero llegué a escucharlo. Fingí no haber oído eso para luego dirigirme con mis hermanos, Luke hizo lo mismo.
Nos despedimos de mi padre, el cuál ya estaba vistiéndose para irse directo a su trabajo, y salimos de la casa. El auto de Luke se encontraba estacionado justo enfrente de nuestra vereda, ¿cómo carajos consiguió una licencia de conducir? La última vez que manejó un vehículo, por un pelo de rana calva no me atropella. El ojiazul subió de piloto, Leandro en el asiento de acompañante y Bruno, Ezequiel y yo en el asiento trasero. Por ser la mujer, entré primera, por lo que quedé detrás de Luke y al lado de la ventanilla. Mientras que mis hermanos subían, puse mis manos a la altura de la cintura del conductor e hice el típico intento de hacer cosquillas. El rubio dio un pequeño salto y comenzó a reírse, para luego agarrar mis manos y voltear a verme. Le regalé una sonrisa inocente de “yo no hice nada”. Rodó sus ojos con una sonrisa y volvió a su posición correspondiente.
Bruno y Ezequiel nos quedaron mirando mientras se contenían las ganas de decir algo, seguramente era respecto a la antigua relación que yo tenía con él. Siempre solía hacerle eso, pero ésta vez era distinto. Él era mi mejor amigo, sólo y exclusivamente mi mejor amigo.
Al cabo de unos segundos, el motor se encendió y emprendió camino al colegio, el cuál no quedaba a más de cinco minutos de aquí. Antes de ir hacia al instituto, Luke tomó un recorrido desconocido hasta que logré ver que estacionó frente a un Starbucks. Allí se bajó y fue a ordenar un café. Cuándo se levantó del asiento, pegué mi frente contra éste. ¿Si en mi casa tuvo tiempo de desayunar, por qué mierdas no lo hizo? Definitivamente lo mataría un día. Tan sólo… Pronto.
Pasaron exactamente diez minutos hasta que Luke volvió con un vaso de café y un paquete de Oreos. El paquete de galletas se lo entregó a mi hermano, ya que al parecer Leandro le había dado el dinero para que lo comprara. El rubio le dio un sorbo a su bebida para luego dármela diciendo “me la entregas cuando lleguemos, y no me lo tomes”. Volvió a arrancar el auto y ahora, por fin, nos dirigimos al colegio.
El vaso estaba caliente y las ganas de derramar la bebida encima del bonito cabello rubio de Luke eran incontrolables, por suerte ya estaba acostumbrada a reprimir emociones y no lo hice. Aparcó el vehículo una vez más, pero esta vez en el estacionamiento del colegio. Mis hermanos se fueron rápidamente ya que el timbre ya había tocado, yo por mi parte tuve que esperar a Luke para entregarle el maldito café.
—¿Quieres tirármelo encima, no? —Preguntó con una mirada divertida, asentí lentamente mientras cerraba los ojos. Al abrirlos, choqué con los suyos. ¿En qué momento se acercó?
—Sólo toma el maldito vaso, de una puta vez —Le extendí su pedido de Starbucks, lo tomó mientras reía. Una vez librada de ese café, me di media vuelta para ingresar pero me retuvo por el brazo. Sentí cómo besaba mi mejilla, me quedé petrificada.
—Muchas gracias, pitufa.
—De nada, Lucas Roberto Hemmings —Le respondí con su nombre completo sabiendo que odiaba, y más si lo decía en español. Me separé de él y me dirigí corriendo hacia mi primera clase.
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La profesora de historia seguía hablando y hablando mientras deambulaba entre los espacios de banco, su voz era severa y monótona, o en otras palabras: aburrida. Mi vista volvió a dirigirse hacia el reloj encima de la pizarra, faltaban unos pocos minutos para que el timbre tocara. Esta era la última hora, gracias al cielo. Todas las demás clases se me habían pasado bastante rápido, a decir verdad.
Gracias a Luke, hoy había llegado tarde a la primera clase y la vieja me impidió entrar al aula, al parecer al rubio le pasó lo mismo ya que caminando por los pasillos, lo encontré escuchando música. Ambos nos quedamos haciéndonos compañía y hablando entre nosotros hasta que –por suerte- tocó el timbre, ¿por qué ese “por suerte”? Pues digamos que la conversación no era muy cómoda…
— Flash Back —
Al ver esa cabellera rubia, tan conocida, apresuré mis pasos hasta llegar a él. Se encontraba con los auriculares puestos y los ojos cerrados, sonreí al verlo tan… Calmado y tranquilo. Me senté junto a él sin hacer mucho escándalo, al parecer la canción terminó y finalmente abrió sus ojos. Al verme sonrió y se quitó los auriculares.
—¿A ti tampoco te dejaron entrar?
—No, y más en biología. La vieja esa me tiene entre ceja y ceja —Murmuró con algo de molestia mientras miraba al suelo. Dejé escapar una leve risa.
—Me imagino, recuerdo que una vez te mataste estudiando toda la noche para dar el examen bien y por un mínimo punto te desaprobó. Estabas muy enojado.
—¿Te acuerdas? Que si no hubieras estado ahí, le hubiera apedreado el auto.
—Que tuve que decirte que me alejaría de ti para que te calmaras —Dije algo bajo, él levantó la mirada y la enfocó en mí—. Pasaste de estar furioso a estar al borde del llanto.
—Te quería mucho, obviamente iba a estar destrozado si te alejabas de mí —Podía sentir cómo le dolía sacar este tema de conversación, iba a decir algo para cambiar de tema pero me interrumpió—. Eras mi novia en ese entonces —Sus ojos comenzaban a cristalizarse de a poco, lo maldecía por tener unos ojos tan transparentes y hermosos.
—Luke… No quiero recordar eso, por favor.
—Cierto, ambos tenemos otras parejas. ¿Sabes? Aún sigo recordando cuándo todos decían que éramos el uno para el otro. Te sonrojabas cada vez que nos decían eso.
—Luke, basta. En serio, no quiero hablar de eso ahora —Le pedí nuevamente pero esta vez lo miré de frente. Bufó frustrado, sabía lo que venía a continuación.
—No quieres hablar de esto ahora, perfecto. ¿Pero si no es ahora, cuándo? Tú no volverás a sacar el tema, te conozco bastante bien, Azul. Once años es mucho tiempo, ¿sabes? Y más cuándo nos criamos juntos. Tenemos veinte minutos todavía, podemos hablarlo aquí tranquilamente.
—Hemmings, ya basta. ¿Okay? Tenemos otras relaciones, los dos. No sé porqué te pones melancólico de pronto. Si me extrañabas, me hubieras llamado. ¿No?
—¿Crees que no me harté de llamarte? Pero no, siempre era la contestadora la que me respondía.
—Nunca me llegó una puta llamada tuya luego de la de mi cumpleaños. Pero déjalo ahí, después de todo ahora volvemos a ser mejores amigos y sólo mejores amigos.
—¿No tienes miedo de que pase lo mismo que la primera vez?
—Esta vez es distinto, tenemos dieciséis y veinte años, y estamos con relaciones los dos.
—¿Él es mejor que yo?
—Esto es absurdo. No responderé esa estúpida pregunta.
—Entonces sí es mejor que yo. ¿Qué tiene él que no tenga yo?
—No seas idiota, la cosa no va por ese camino. ¿No pensarás plantarme una escena de celos aquí mismo, no? ¿Después de un año?
—Te recuerdo que teóricamente sigues siendo mi novia, nunca terminamos oficialmente —Llegó a decir antes de que el timbre suene.
— Fin del Flash Back —
Volví a la clase de historia cuándo el timbre que indicaba el final de la jornada de ese día sonó. Mis compañeros ya se encontraban guardando y yo aún intentando salir del trance. Comencé a meter mis útiles en mi mochila, al terminar, cerré la cremallera de ésta y abandoné el aula.
La gran masa de adolescentes en los pasillos me ayudaría a escabullirme rápidamente hasta en la salida, en dónde… ¡Mierda! Había olvidado que Calum vendría por mí a la salida. Un gran nudo se colocó en mi garganta, no podía decirle la verdad y no lo haría. No tenía idea de cómo, pero nunca en mi vida le contaría a Calum que en realidad, Luke fue mi novio y nunca terminé con él.
Caminé lentamente hacia la salida, pensando muy bien en cómo haría para mirar a la cara a mi novio, con todo lo sucedido hoy en la mañana. ¿Realmente Luke tenía que decir eso? Todo iba genial entre nosotros, hasta que sacó ese tema. Eso me demostraba que los amigos pueden convertirse en pareja, pero las parejas no pueden convertirse en amigos. Sé que no era fácil, ni para él ni para mí, pero no podría lamentarse por lo sucedido el resto de su vida. Lo hecho, hecho está. Por algo pasan las cosas, ¿no? Quizá, él y yo no éramos tan “el uno para el otro” cómo todos decían…
Al llegar a las escaleras, busqué con la mirada al moreno y junto a un árbol lo encontré. Se encontraba mirando hacia la gran multitud de adolescente, sonreí y el nudo se hizo más grande. Estaba mal hacerle eso a alguien, y más un chico cómo Calum. Mis piernas se dirigieron a paso de tortuga hacia dónde él estaba, al reconocerme una hermosa sonrisa se pintó en su rostro. No esperó hasta que llegara, por lo que él fue quién se acercó y enrolló sus brazos en mi cintura.
—Te extrañé, preciosa —Dijo en un susurro en mi oído, tragué saliva y nos separamos— ¿Todo bien?
—Sí, perfecto ahora que te tengo conmigo —Coloqué mis manos en sus mejillas y acerqué su rostro al mío— ¿Sabes que te amo?
—Yo también te amo —Las últimas cuatro palabras antes de unirnos en un tierno beso.
Estaba consciente de que en cualquier momento Luke saldría y nos vería, pero no me importaba. Además, el tiene novia también. La diferencia, es que quizá él no la ame, y yo a Calum sí lo amo.
- Abre si crees que luke es sexy:
- Disculpen la tardanza, en serio. La inspiración no venía y esto es lo que salió. Me quedó muy dramático, pero bue'. Es algo confusa la idea que tengo pensada con esto... Espero que les guste, y nuevamente lamento la tardanza.
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Re: Just friends || N.C
No te disculpes, como ya dije, sabía que valdría la pena y así fue! Pues me gusta el drama, así que estuvo genial! No quisiera estar en el lugar de Azul, god, Calum es lo más tierno del mundo pero con Luke tienen mucha historia... Idk, ya veremos como sigue en el próximo :P ily
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Re: Just friends || N.C
amé el capítulo, amo a luke, es tan lindo con la pitufa ahq. me encanta tu manera de escribir, además el capítulo fue precioso, lo amé completamente. drama queen here. idk quién siga btw amo tu firma, bai.
tobias.
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