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Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
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Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Sii solo que Zayn y Harry están ocupados.Melissa escribió:Holaa!! aún puedo participar?
Invitado
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Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
SIII!! mañana doy los resultados finales, atenta al muroBeautifulnan escribió:aye stylinson escribió:Resultado para Zayn
voy a dar el resultado y espero que nadie se enoje y
que participen por algún otro, si es lo que desean.
¡¡Felicitaciones!!
- Here:
¿Quede con Zayn? Hjksafhkjdfhkdjfh ¡Mil gracias enserio linda! :ilusion:
Invitado
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Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Yo mañana viajo a las 17:30 y recien llego al otro día, so... Como máximo me fijaré el martes o lunes :3
Invitado
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Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Igual tratare de dar los resultados a la mañana.FatiiDirectioner escribió:Yo mañana viajo a las 17:30 y recien llego al otro día, so... Como máximo me fijaré el martes o lunes :3
Invitado
Invitado
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Felicidades a la Ganadora!.
Tenía ilusión en esta novela pero estoy bien :misery:
Nunca e estado en una N.C., solo en la que yo misma hice.
Trataré de pasarme por ella cuando la comiencen porque en verdad la idea es buena.:aah:
Mucha Suerte con ella.
PD: Yo no te presione, solo te di una linda idea :D
besos :*
Tenía ilusión en esta novela pero estoy bien :misery:
Nunca e estado en una N.C., solo en la que yo misma hice.
Trataré de pasarme por ella cuando la comiencen porque en verdad la idea es buena.:aah:
Mucha Suerte con ella.
PD: Yo no te presione, solo te di una linda idea :D
besos :*
Nothing.
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Lo siento! no se que decir me da pena porque escribes genial, but tenia que elegir a una.SamanthaM. escribió:Felicidades a la Ganadora!.
Tenía ilusión en esta novela pero estoy bien :misery:
Nunca e estado en una N.C., solo en la que yo misma hice.
Trataré de pasarme por ella cuando la comiencen porque en verdad la idea es buena.:aah:
Mucha Suerte con ella.
PD: Yo no te presione, solo te di una linda idea :D
besos :*
bueno te estare esperando e.e
PD: si lo hiciste, nah mentira.
Gracias por participar!
Invitado
Invitado
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Kelsey D. Dawson
Nombre del chico:Gabbriel Winslet
¿Porque quieres ser parte de la Colectiva?:Porque el tema me llamo demasiado la atención, es algo un tanto diferente a lo que estoy acostumbrada y me encanta los desafios <3 hehhehe
Shot o Capitulo de tu autoria (en spoiler o el link)
- Click!:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Capítulo Uno“I shake through the wreckage for signs of life, scrolling through the paragraphs clicking through the photographs; I wish I could make sense of what we do burning down the capitals, the wisest of the animals. Who are you? What are you living for? ...”
El despertador comenzó a sonar a su horario habitual, siete de la mañana en punto. Como era de costumbre, dejé que la música sonara mientras miraba al techo ya despierta tres minutos antes de que el despertador comenzara a sonar. Era una extraña manía que tenía y como era habitual, también sabía que mis padres comenzarían a protestar por el ruido.
- ¡Jenna! – Gritaba mi padre desde su habitación – ¡apaga esa cosa! ¡Tus hermanos duermen! - gritaba las mismas palabras que todos los días, tanto así que parecían un discurso matutino.
Esperé unos cuantos minutos más para apagar la alarma me gustaba hacer enojar a mi padre. El no era un hombre bueno con mamá. Tenía una mujer y yo lo sabía. Sé que el sonido del despertador no molestaba a mis hermanos ni a mi madre, es por eso que lo dejaba sonar un buen rato. Mi madre siempre me daba en el gusto y eso no me gustaba. Puede sonar ilógico, ya que a la mayoría le gustaría que sus padres les dieran el favor en todo, sin embargo, para mí era un tortura, sentía que lo hacía por lástima y para más encima eso provocaba peleas con mi padre, quien siempre buscaba la ocasión perfecta para generar una discusión con mamá y así excusarse para salir de la casa fingiendo enojo, siendo que lo hacía para encontrarse con su amante. – Jenna Marie Rathbone, apaga eso en este momento si no quieres que me levante en este mismo momento – dijo el hombre enfurecido. Vaya, eso era nuevo, nunca me había llamado por mi nombre completo. Odiaba que lo despertara por la mañana, pero a mí me daba lo mismos.
Me giré apoyándome de costado para tomar mi teléfono celular para apagar la alarma, “Perfect Symmetry” de Keane que ya iba por el segundo estribillo.
Me tiré a la cama nuevamente mirando al techo con mi cuerpo completamente extendido y relajado. Me llevé las manos a los ojos, me restregué los ojos apretándolos fuertemente y luego abrí los ojos bruscamente para encontrar el efecto que buscaba: las pelusas de mil colores que se proyectaban sobre el techo blanco de mi habitación. Repetí la acción tres veces y luego me dispuse a levantarme. De seguro mi madre estaría esperándome con el desayuno listo, como todas las mañanas, sentada sobre la mesa esperando a que bajara y me lo comiera TODO para luego volver a la cama. Nunca pasaba. Me negaba a comer todo el revoltijo que mi madre preparaba ¡parecía un banquete para siete personas! Me vestí con mi clásico poleron tres tallas más grande que el mío – necesitaba cubrir los kilos que tenía demás – esta vez era de color gris, me puse shorts de mezclilla – los cuales prácticamente no se notaban ya que el poleron los tapaba – mis converse blancas y unas medias negras para intentar cubrir mis muslos que habían engordado a tal punto de casi no dejar espacio entre ellos. Me até el cabello en una cola alta, tomé mi bolso y salí de mi habitación arrastrando los pies.
- ¡Buenos días nena! – exclamó mi madre con una “felicidad” desbordante, fruto de cinismo. La mire apenada. Había llorado. Sus ojos estaban rodeados por círculos oscuros y hundidos, mientras que sus ojos estaban hinchados y rojos. Me acerqué a la mesa con los puños apretados. Miré el montón de comida sobre la mesa y una oleada de nauseas me invadieron. Habían dos waffles, un sándwich de pan integral con lechuga, tomate y jamón de pavo, una banana y un jugo de naranja recién exprimido. – espero que te guste el desayuno que te he preparado – me sonrió de medio lado.
- ¿enciendes la t.v mamá? – le dije desviando el tema. Ella me miró resignada y encendió la televisión que había en la cocina. Justo en ese momento aproveché de tomar un trozo de waffle y envolverlo en servilleta para meterlo al bolsillo de mi pantalón. Tomé jugo de naranja y di un mordisco a mi sándwich. Me fui desasiendo de los waffles poco a poco mientras mi madre observaba la televisión. Cuando solo quedo un trozo de Waffle, un poquito de jugo de naranja – casi nada – y la mayor parte del sándwich decidí que ya era suficiente para dejar contenta a mamá.
- estoy lista, mamá – dije tratando de sonar lo más segura posible, si notaba mi nerviosismo, sabría que algo le ocultaba.
-pero casi no has probado tu sándwich, amor – me miró con el ceño fruncido.
-no, en realidad prefiero envolverlo y llevarlo al instituto, ¿no te molesta, verdad? – pregunté tratando de que quedara conforme – además ya estoy satisfecha – agregué. Mi madre suspiró resignada y tomó el sándwich para envolverlo. Sabía perfectamente que no había ni una opción de que probara el sándwich en el instituto.
Caminé rápidamente a la salida en cuanto me tendió el envoltorio, no quería enfrentarme a sus interrogatorios.
-Jenna, espera – dijo siguiéndome al living cuando estaba a punto de abrir la puerta y largarme. Mierda. - ¿serías tan amable de mostrarme lo que tienes en los bolsillos de tus pantalones? – dijo cruzándose de brazos. Sentí el sudor frío aparecer en mi frente y un escalofrío recorrer cada una de mis vertebras de arriba abajo. Me había pillado, ahora tendría que buscar más tips para una técnica de “como disimular la no ingesta de alimentos”
- no tengo nada, mamá – le dije girando el pomo de la puerta para comenzar a salir. Ella se acercó rápidamente y forcejeó conmigo hasta que pudo meter una de sus manos a mis bolsillos y sacar unas cuantas servilletas con waffles. Me miró seriamente y negó con su cabeza. – Hasta cuando, Jenna- dijo mientras sus ojos se inundaban de lágrimas. - ¡hasta cuando! – gritó apoyándose en el sillón – te doy mi atención las veinticuatro horas del día, te llevo a psicólogos, nutricionistas, centros de integración, terapias ocupacionales, ¡gasto hasta lo que no tenemos para que mejores tu salud! – exclamó llorando mientras se dejaba caer en el sillón sin fuerzas. Un nudo se formó en mi garganta y mis ojos comenzaron a picar. “Lo siento, mamá” pensé. - ¿Qué quieres, Jenn? ¿quieres que tome medidas más drásticas? – amenazó perdiendo los estribos - ¿quieres que te interne? ¿eso es lo que quieres? – gritó nuevamente - ¿no te bastó con estar internada una semana y media en el hospital? ¡Te juegas la vida día a día! – sollozó – ya no puedo más, Jenna – otro sollozo. Mi madre apoyó su cabeza en sus manos apoyadas en sus rodillas, mientras se tiraba el cabello, un acto de máxima desesperación en mi madre. Las lágrimas se escaparon de mis ojo inundando mis mejillas, me dolía verla así, pero no podía hacer nada, no QUERÍA hacer algo – lo peor es que no pones de tu parte – dijo sin mirarme siguiendo es la misma posición. Abrí la puerta de la entrada y antes de irme me giré para murmurar un “lo siento” para luego salir de la caza dando un portazo.
Me limpié las lágrimas y en el camino al instituto boté los residuos de comida que quedaban en mis bolsillos, me repugnaban, me daban asco.
Llegué al instituto antes de que el timbre sonara. En el camino me encontré con mi mejor amiga, Kendall, una chica coreana que había llegado hace un tiempo a instituto.
-¡Jenn! – gritó la chica corriendo por el pasillo en mi dirección – al fin te encuentro, ¿a que no adivinas? – dijo mi amiga llegando a mi lado emocionada, me dio pena no poder contagiarme con su alegría. “K” [se pronuncia Key] era una chica que encontraba que todo en la vida era bello y que la tristeza era algo que uno mismo se buscaba, sin embargo, ella no tendría de que preocuparse en su vida, Kendall tenía la familia perfecta.
-¿tiene que ver con Gabriel? – pregunté tratando de sonar intrigada, era obvio que se trataba de él, mi amiga “enamorada” de ese chico, más bien, obsesionada.
-¡sí! ¿Cómo lo supiste? – dijo emocionada. Abrí mi boca para soltar un “siempre se trata de él, Kendall” pero la cerré inmediatamente, no le iba a romper la ilusión.
-pues… desbordas alegría – mentí casi sin mentir, en realidad ella desbordaba alegría.
- es que es inevitable – dijo dando saltitos – estaba en mi casillero cambiando los libros y de pronto alguien me tocó el hombro y… y… ¡era él! – gritó emocionada.
- eso es asombroso, “K”, realmente me alegro por ti – le sonreí, en realidad me sentía bien de verla tan contenta, Kendall era una excelente chica y se merecía todo lo bueno que le había pasado, le estaba pasando y le iba a pasar.
- Bieber se acercó a mí para preguntarme donde estaba Lavender Prince – dijo sonriente. En ese momento me dieron ganas de zarandearla para que entendiera que eso no era motivo para emocionarse o hacerse ilusiones.
- aamm… - abrí y cerré la boca nuevamente tratando de encontrar las palabras precisas para decir y no causarle daño – Kendall… - comencé, aún no estaba segura de lo que le diría pero tenía que bajarla de aquella nube donde se había subido. – creo que comprendes que el hecho que te haya preguntado por Lavender no significa que está coqueteando contigo, ¿verdad? – le dije con gesto de lástima al ver como poco a poco su sonrisa se borraba.
-pero… ¿porqué fue tan amable conmigo? – preguntó frunciendo el ceño.
- lo hizo por cortesía, nena – le dije apretando su rostro derecho para darle cariño. Es injusto que una chica tan amable, hermosa y simpática no fuera correspondida por el chico que amaba desde hace ya unos años.
- creo que él jamás se podrá interesar en mí, ¿verdad? – dijo con gesto deprimido. Era tan extraño verla deprimida, estaba demasiado acostumbrada a verla sacándole sonrisas al mundo y repartiendo amor y cariño.
- claro que sí, “K”, solo hazte notar – le alenté – háblale, invítalo a salir, toma tú la iniciativa – agregué.
-no, es imposible que se vaya a fijar en mí – sonrió con rabia – soy diferente y a nadie le gusta la gente diferente – finalizó.
- no digas eso, “K”- la reproché – yo te adoro por cómo eres y por quién eres, no me interesa que seas diferente, para mí eres igual a todos – le alenté, pero eso no sirvió para que su expresión apenada se borrara de su rostro. En ese momento no sabía qué hacer. Es primera vez que veía a Kendall de esa manera y no me gustaba para nada. De pronto, el chico por el que mi amiga suspiraba, apareció por el pasillo doblando desde pasillo donde estaba el conservatorio de música caminando para el lado contrario donde estábamos Kendall y yo. Fue allí cuando una idea loca se vino a mi cabeza. Sin embargo, por más loca que pudiera resultar mi idea – sin mencionar lo furiosa que se pondría Kendall por hacer aquello – lo haría.
- ¡hey!... Gabriel, ¿verdad? – pregunté al chico corriendo a su lado para alcanzarlo.
- Jenna, ¿Qué haces? – susurró “K” furiosa al ver que la tomaba de la muñeca para arrastrarla en dirección donde se iba el chico. – no Jenna, olvídalo – me regañó tratando de frenarme. Tarde, muy tarde para retractarse ya que el chico se giraba hacia nosotras.
- ¿sucede algo, Rathbone? – preguntó amablemente el chico. Vaya, sabía mi apellido, yo pensaba que él no tenía idea de quienes tenía por compañeros de clases.
- no es nada solo… ¿te ha tocado con Lavender Prince en el laboratorio de química? – pregunté tratando de sonar lo más natural posible.
-así es – afirmó.
-bueno, la cosa es que yo quería ser con lavender, pero mi amiga, Kendall, quedaría sola- le explique te molesta si cambiamos de pareja, me refiero a, Lavender y yo, tú y Kendall – le sonreí tratando de parecerle lo bastante simpática para que el chico accediera. Cuando el chico abrió y cerró la boca al no tener palabra, sinceramente pensé que se negaría, pero luego sonrió mirando a Kendall
- claro, si Lee no tiene problema – dijo llamando a mi amiga por su apellido. Suspiré aliviada.
- yoo… - comenzó a decir Kendall completamente nerviosa al ver que Gabriel y yo la mirábamos atentamente. - ¿sabes mi apellido? – preguntó de pronto sorprendida como si recientemente se hubiera dado cuenta de que Bieber la había llamado por su apellido. A veces Kendall podría parecer una chica poco despierta…
-claro que lo sé, estamos en el mismo salón, ¿recuerdas? – el chico le sonrió de medio lado, como si el comentario de “K” le hubiera causado gracia.
-bueno, entonces está hecho – le sonreí – muchas gracias por el cambio, Gabriel – le agradecí tomando a mi embobada amiga de la muñeca para comenzar a arrastrarla hacia una de las únicas clases que coincidían, Matemáticas.
- de nada, Rathbone – respondió amablemente – nos vemos, Kendall – agregó susurrando el nombre de mi mejor amiga, la cual comenzó a apretar mi mano hasta estrangularla.
- adiós, Gabriel - sonrió “K”.
Cuando el chico se despidió con un gesto de la mano me di cuenta que tenia una de las paletas que mi amiga solía dejar pegada a su casillero. Sinceramente no sé como nadie se daba cuenta que era ella.
- no puedo creer que sigas haciendo esa estupidez – le dije rodando los ojos cuando nos habíamos alejado lo suficiente de Gabriel como para que no pudiera escucharnos – digo, Kendall, ha calculado alguna vez cuanto gastas mensual al comprar todas esos caramelos? – le pregunté frunciendo el seño, la chica se puso colorada al instante.
-me da lo mismo – respondió riendo.
- estás obsesionada, Kendall Lee – me reí en su cara.
- obsesionada no, Jenna Marie Rathbone, Enamorada – contraatacó remarcando la última palabra para luego suspirar.
-estás loca – le sonreí antes de que entráramos a mi peor pesadilla, la clase de Matemáticas con Romilda Vane.
…
- La jornada de clases dio por terminada y todo los estudiantes se apresuraron para salir rápidamente, sin embargo yo no tenía intención de correr a casa, es más, tampoco podía volver corriendo a casa ya que tenía clases con la psicóloga del instituto, Candace Fitzyerald.
Caminé por los pasillos tranquilamente ya que había aguardado unos cuantos minutos en la sala de clases esperando a que la sala se vaciara. Para llegar a la oficina de Fitzyerald, tenía que entrar obligadamente a la oficina del directorio ya que allí se encontraba el despacho de la psicóloga. Entré cuidadosamente tratando de que la maldita puerta donde estaba la secretaria del establecimiento, no se golpeara muy fuerte al cerrarse como solía pasar. Sin embargo, sin querer, solté la puerta de un golpe y me quedé estática en el lugar. Allí había un chico. Un chico de piel tostada y limpia, ojos color azul cielo intensos, cabello castaño, labios medianamente gruesos y nariz perfecta. Alto y delgado. Un chico que me miró atentamente de pies a cabeza como si hubiera visto un fantasma. Un chico que conocía perfectamente. Ese chico era Danniel Tomlinson, el chico que me intimidaba y se burlaba de mí durante la primaria por haber tenido sobrepeso, el causante de mi actual infierno, el porqué de mi lucha diaria contra mi supuesta “enfermedad”. Por un momento, los fantasmas y las pesadillas del pasado me invadieron, haciéndome estremecer de la cabeza a los pies.
En ese momento no supe que hacer, no sabía si salir de la oficina o si quedarme y hacer que no le conocía, probablemente ni se recordaba de mí. De pronto, la secretaria, salió de uno de los despachos.
-Muy bien, Señor Tomlinson, aquí tiene su comprobante de matrícula – dijo la secretaria entregándole una serie de papeles – también sus horarios y su acta de traslado de institución escolar – siguió explicando la rubia – no olvide que su tutor debe venir a firmar los documentos que faltan, puede iniciar mañana – finalizó la mujer sentándose nuevamente en su silla.
- gracias – dijo el chico en tono frío. Su voz había madurado al igual que su cuerpo, me preguntaba si también habría madurado mentalmente.
- ¡oh! Jenna, cariño – dijo la mujer al percatarse de mi presencia y el chico abrió los ojos a tope al escuchar mi nombre y deseé que Annie no hubiera mencionado mi nombre. Aquella mujer era un amor, siempre trataba a los estudiantes con la mayor dulzura posible. Algunas veces me preguntaba si acaso ella era la madre perdida de Kendall, sus personalidades eran muy similares. Espabilé rápidamente, tragué saliva, relajé la mandíbula, la cual había tensado al escuchar mi nombre salir de los labios de la secretaria y aclaré mi garganta para que mi voz sonara seria y fría.
- hola Annie – le salude por el nombre y me acerqué insegura hasta apoyarme sobre la mesa de la mujer.
-¿Qué se te ofrece cariño? – preguntó la mujer.
-vengo a entrevista con Candice – respondí mirando de reojo al chico que mantenía su mirada fija en mí.
- pasa, está en su despacho- me indicó.
Respondí con un simple “gracias” y salí disparada al despacho de Candice.
- pero si aquí tenemos a mi paciente favorita – exclamó la mujer.
-Hola Candice – dije sentándome en la silla sin ganas pero acelerada por el reencuentro con Tomlinson.
-bien, vamos al grano – dijo la mujer sacando una ficha con mi nombre - no estás intentando suicidarte, ¿verdad? – preguntó directa. A veces me preguntaba en qué lugar había conseguido su título de psicóloga, sinceramente.
- n… no – dije entrecerrando el entrecejo, de todas maneras no me sorprendían sus preguntas, siempre eran casi las misma, con ciertas variaciones.
- ¿estás comiendo? – preguntó sonriéndome.
-sí… - respondí insegura.
-¿crees que estás superando tu enfermedad, cariño? - ¡Qué no tenía una puta enfermedad!
-completamente – fingí.
-muy bien, hemos terminado, Jenn, nos vemos la próxima semana- dijo mostrando sus dientes en una sonrisa.
Me levanté con el ceño fruncido, esta vez, la “sesión” había terminado antes de lo usual. No es que hubiera sido mucha la diferencia entre esta y las otras “sesiones” pero esta había sido realmente corta. Cuando estuve en la entrada con la puerta abierta me giré para preguntarle si es que era verdad que la sesión había acabado, pero antes de que pudiera hablar, la mujer habló.
- sí, Jenna, terminamos, puedes irte – dijo sin quitar su sonrisa de su rostro y haciendo un gesto queriendo decir “vete, nena, vete de una vez”. Salí sin protestar.
…………
- hey, Danna, ¿podrías apagar eso? – dije arrugando el entrecejo al sentir el olor a porro inundándome la nariz mientras estaba tirada en mi cama con la cabeza colgando – recuerda que mi madre entra a la habitación cada un minutos – dije exagerando.
- no debería preocuparte- dijo la chica rubia – no creo que se moleste, es más, yo creo que se alegraría de saber que algo ha pasado por tu boca que no sea desde dentro de tu cuerpo – dijo la chica.
- Danna…- la regañó Ángel, mi prima, quién era su mejor amiga. Mis tíos habían venido a visitar a mi madre ya que ella había llamado a la madre de Ángel, su cuñada, pidiéndole compañía durante la tarde. Mi madre se llevaba mucho mejor con su cuñada que con su propio hermano debido a que este último se había enojado con mamá cuando ella se vino a Inglaterra para casarse con papá y había huido de Grecia, su país natal. Danna, a diferencia de mí, asumía que tenía problemas alimenticios, mientras que yo me negaba a hacerlo.
- vale, lo siento – dijo la chica apagando el porro.
-ahora dime, Jenn… ¿qué es lo taaan grave que te ha sucedido para no querer volver al instituto? – preguntó mi prima. Suspiré derrotada al recordar a Tomlinson.
- mi peor pesadilla ha vuelto a aparecer – exclamé girándome sobre la cama y apoyándome sobre los codos, Ángel estaba a mi derecha y Ángel a mi izquierda, ambas sentadas en el suelo – Danniel Tomlinson ha vuelto…- finalicé resignada.
Última edición por Melissa el Sáb 04 Ene 2014, 7:01 pm, editado 1 vez
Mess.
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Gracias por dejarme audicionar! c: Espero que al menos te guste :P
Mess.
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Melissa escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Nombre de la representante: Liana Liberato.Kelsey D. Dawson
Nombre del chico:Gabbriel Winslet
¿Porque quieres ser parte de la Colectiva?:Porque el tema me llamo demasiado la atención, es algo un tanto diferente a lo que estoy acostumbrada y me encanta los desafios <3 hehhehe
Shot o Capitulo de tu autoria (en spoiler o el link)
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[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Capítulo Uno“I shake through the wreckage for signs of life, scrolling through the paragraphs clicking through the photographs; I wish I could make sense of what we do burning down the capitals, the wisest of the animals. Who are you? What are you living for? ...”
El despertador comenzó a sonar a su horario habitual, siete de la mañana en punto. Como era de costumbre, dejé que la música sonara mientras miraba al techo ya despierta tres minutos antes de que el despertador comenzara a sonar. Era una extraña manía que tenía y como era habitual, también sabía que mis padres comenzarían a protestar por el ruido.
- ¡Jenna! – Gritaba mi padre desde su habitación – ¡apaga esa cosa! ¡Tus hermanos duermen! - gritaba las mismas palabras que todos los días, tanto así que parecían un discurso matutino.
Esperé unos cuantos minutos más para apagar la alarma me gustaba hacer enojar a mi padre. El no era un hombre bueno con mamá. Tenía una mujer y yo lo sabía. Sé que el sonido del despertador no molestaba a mis hermanos ni a mi madre, es por eso que lo dejaba sonar un buen rato. Mi madre siempre me daba en el gusto y eso no me gustaba. Puede sonar ilógico, ya que a la mayoría le gustaría que sus padres les dieran el favor en todo, sin embargo, para mí era un tortura, sentía que lo hacía por lástima y para más encima eso provocaba peleas con mi padre, quien siempre buscaba la ocasión perfecta para generar una discusión con mamá y así excusarse para salir de la casa fingiendo enojo, siendo que lo hacía para encontrarse con su amante. – Jenna Marie Rathbone, apaga eso en este momento si no quieres que me levante en este mismo momento – dijo el hombre enfurecido. Vaya, eso era nuevo, nunca me había llamado por mi nombre completo. Odiaba que lo despertara por la mañana, pero a mí me daba lo mismos.
Me giré apoyándome de costado para tomar mi teléfono celular para apagar la alarma, “Perfect Symmetry” de Keane que ya iba por el segundo estribillo.
Me tiré a la cama nuevamente mirando al techo con mi cuerpo completamente extendido y relajado. Me llevé las manos a los ojos, me restregué los ojos apretándolos fuertemente y luego abrí los ojos bruscamente para encontrar el efecto que buscaba: las pelusas de mil colores que se proyectaban sobre el techo blanco de mi habitación. Repetí la acción tres veces y luego me dispuse a levantarme. De seguro mi madre estaría esperándome con el desayuno listo, como todas las mañanas, sentada sobre la mesa esperando a que bajara y me lo comiera TODO para luego volver a la cama. Nunca pasaba. Me negaba a comer todo el revoltijo que mi madre preparaba ¡parecía un banquete para siete personas! Me vestí con mi clásico poleron tres tallas más grande que el mío – necesitaba cubrir los kilos que tenía demás – esta vez era de color gris, me puse shorts de mezclilla – los cuales prácticamente no se notaban ya que el poleron los tapaba – mis converse blancas y unas medias negras para intentar cubrir mis muslos que habían engordado a tal punto de casi no dejar espacio entre ellos. Me até el cabello en una cola alta, tomé mi bolso y salí de mi habitación arrastrando los pies.
- ¡Buenos días nena! – exclamó mi madre con una “felicidad” desbordante, fruto de cinismo. La mire apenada. Había llorado. Sus ojos estaban rodeados por círculos oscuros y hundidos, mientras que sus ojos estaban hinchados y rojos. Me acerqué a la mesa con los puños apretados. Miré el montón de comida sobre la mesa y una oleada de nauseas me invadieron. Habían dos waffles, un sándwich de pan integral con lechuga, tomate y jamón de pavo, una banana y un jugo de naranja recién exprimido. – espero que te guste el desayuno que te he preparado – me sonrió de medio lado.
- ¿enciendes la t.v mamá? – le dije desviando el tema. Ella me miró resignada y encendió la televisión que había en la cocina. Justo en ese momento aproveché de tomar un trozo de waffle y envolverlo en servilleta para meterlo al bolsillo de mi pantalón. Tomé jugo de naranja y di un mordisco a mi sándwich. Me fui desasiendo de los waffles poco a poco mientras mi madre observaba la televisión. Cuando solo quedo un trozo de Waffle, un poquito de jugo de naranja – casi nada – y la mayor parte del sándwich decidí que ya era suficiente para dejar contenta a mamá.
- estoy lista, mamá – dije tratando de sonar lo más segura posible, si notaba mi nerviosismo, sabría que algo le ocultaba.
-pero casi no has probado tu sándwich, amor – me miró con el ceño fruncido.
-no, en realidad prefiero envolverlo y llevarlo al instituto, ¿no te molesta, verdad? – pregunté tratando de que quedara conforme – además ya estoy satisfecha – agregué. Mi madre suspiró resignada y tomó el sándwich para envolverlo. Sabía perfectamente que no había ni una opción de que probara el sándwich en el instituto.
Caminé rápidamente a la salida en cuanto me tendió el envoltorio, no quería enfrentarme a sus interrogatorios.
-Jenna, espera – dijo siguiéndome al living cuando estaba a punto de abrir la puerta y largarme. Mierda. - ¿serías tan amable de mostrarme lo que tienes en los bolsillos de tus pantalones? – dijo cruzándose de brazos. Sentí el sudor frío aparecer en mi frente y un escalofrío recorrer cada una de mis vertebras de arriba abajo. Me había pillado, ahora tendría que buscar más tips para una técnica de “como disimular la no ingesta de alimentos”
- no tengo nada, mamá – le dije girando el pomo de la puerta para comenzar a salir. Ella se acercó rápidamente y forcejeó conmigo hasta que pudo meter una de sus manos a mis bolsillos y sacar unas cuantas servilletas con waffles. Me miró seriamente y negó con su cabeza. – Hasta cuando, Jenna- dijo mientras sus ojos se inundaban de lágrimas. - ¡hasta cuando! – gritó apoyándose en el sillón – te doy mi atención las veinticuatro horas del día, te llevo a psicólogos, nutricionistas, centros de integración, terapias ocupacionales, ¡gasto hasta lo que no tenemos para que mejores tu salud! – exclamó llorando mientras se dejaba caer en el sillón sin fuerzas. Un nudo se formó en mi garganta y mis ojos comenzaron a picar. “Lo siento, mamá” pensé. - ¿Qué quieres, Jenn? ¿quieres que tome medidas más drásticas? – amenazó perdiendo los estribos - ¿quieres que te interne? ¿eso es lo que quieres? – gritó nuevamente - ¿no te bastó con estar internada una semana y media en el hospital? ¡Te juegas la vida día a día! – sollozó – ya no puedo más, Jenna – otro sollozo. Mi madre apoyó su cabeza en sus manos apoyadas en sus rodillas, mientras se tiraba el cabello, un acto de máxima desesperación en mi madre. Las lágrimas se escaparon de mis ojo inundando mis mejillas, me dolía verla así, pero no podía hacer nada, no QUERÍA hacer algo – lo peor es que no pones de tu parte – dijo sin mirarme siguiendo es la misma posición. Abrí la puerta de la entrada y antes de irme me giré para murmurar un “lo siento” para luego salir de la caza dando un portazo.
Me limpié las lágrimas y en el camino al instituto boté los residuos de comida que quedaban en mis bolsillos, me repugnaban, me daban asco.
Llegué al instituto antes de que el timbre sonara. En el camino me encontré con mi mejor amiga, Kendall, una chica coreana que había llegado hace un tiempo a instituto.
-¡Jenn! – gritó la chica corriendo por el pasillo en mi dirección – al fin te encuentro, ¿a que no adivinas? – dijo mi amiga llegando a mi lado emocionada, me dio pena no poder contagiarme con su alegría. “K” [se pronuncia Key] era una chica que encontraba que todo en la vida era bello y que la tristeza era algo que uno mismo se buscaba, sin embargo, ella no tendría de que preocuparse en su vida, Kendall tenía la familia perfecta.
-¿tiene que ver con Gabriel? – pregunté tratando de sonar intrigada, era obvio que se trataba de él, mi amiga “enamorada” de ese chico, más bien, obsesionada.
-¡sí! ¿Cómo lo supiste? – dijo emocionada. Abrí mi boca para soltar un “siempre se trata de él, Kendall” pero la cerré inmediatamente, no le iba a romper la ilusión.
-pues… desbordas alegría – mentí casi sin mentir, en realidad ella desbordaba alegría.
- es que es inevitable – dijo dando saltitos – estaba en mi casillero cambiando los libros y de pronto alguien me tocó el hombro y… y… ¡era él! – gritó emocionada.
- eso es asombroso, “K”, realmente me alegro por ti – le sonreí, en realidad me sentía bien de verla tan contenta, Kendall era una excelente chica y se merecía todo lo bueno que le había pasado, le estaba pasando y le iba a pasar.
- Bieber se acercó a mí para preguntarme donde estaba Lavender Prince – dijo sonriente. En ese momento me dieron ganas de zarandearla para que entendiera que eso no era motivo para emocionarse o hacerse ilusiones.
- aamm… - abrí y cerré la boca nuevamente tratando de encontrar las palabras precisas para decir y no causarle daño – Kendall… - comencé, aún no estaba segura de lo que le diría pero tenía que bajarla de aquella nube donde se había subido. – creo que comprendes que el hecho que te haya preguntado por Lavender no significa que está coqueteando contigo, ¿verdad? – le dije con gesto de lástima al ver como poco a poco su sonrisa se borraba.
-pero… ¿porqué fue tan amable conmigo? – preguntó frunciendo el ceño.
- lo hizo por cortesía, nena – le dije apretando su rostro derecho para darle cariño. Es injusto que una chica tan amable, hermosa y simpática no fuera correspondida por el chico que amaba desde hace ya unos años.
- creo que él jamás se podrá interesar en mí, ¿verdad? – dijo con gesto deprimido. Era tan extraño verla deprimida, estaba demasiado acostumbrada a verla sacándole sonrisas al mundo y repartiendo amor y cariño.
- claro que sí, “K”, solo hazte notar – le alenté – háblale, invítalo a salir, toma tú la iniciativa – agregué.
-no, es imposible que se vaya a fijar en mí – sonrió con rabia – soy diferente y a nadie le gusta la gente diferente – finalizó.
- no digas eso, “K”- la reproché – yo te adoro por cómo eres y por quién eres, no me interesa que seas diferente, para mí eres igual a todos – le alenté, pero eso no sirvió para que su expresión apenada se borrara de su rostro. En ese momento no sabía qué hacer. Es primera vez que veía a Kendall de esa manera y no me gustaba para nada. De pronto, el chico por el que mi amiga suspiraba, apareció por el pasillo doblando desde pasillo donde estaba el conservatorio de música caminando para el lado contrario donde estábamos Kendall y yo. Fue allí cuando una idea loca se vino a mi cabeza. Sin embargo, por más loca que pudiera resultar mi idea – sin mencionar lo furiosa que se pondría Kendall por hacer aquello – lo haría.
- ¡hey!... Gabriel, ¿verdad? – pregunté al chico corriendo a su lado para alcanzarlo.
- Jenna, ¿Qué haces? – susurró “K” furiosa al ver que la tomaba de la muñeca para arrastrarla en dirección donde se iba el chico. – no Jenna, olvídalo – me regañó tratando de frenarme. Tarde, muy tarde para retractarse ya que el chico se giraba hacia nosotras.
- ¿sucede algo, Rathbone? – preguntó amablemente el chico. Vaya, sabía mi apellido, yo pensaba que él no tenía idea de quienes tenía por compañeros de clases.
- no es nada solo… ¿te ha tocado con Lavender Prince en el laboratorio de química? – pregunté tratando de sonar lo más natural posible.
-así es – afirmó.
-bueno, la cosa es que yo quería ser con lavender, pero mi amiga, Kendall, quedaría sola- le explique te molesta si cambiamos de pareja, me refiero a, Lavender y yo, tú y Kendall – le sonreí tratando de parecerle lo bastante simpática para que el chico accediera. Cuando el chico abrió y cerró la boca al no tener palabra, sinceramente pensé que se negaría, pero luego sonrió mirando a Kendall
- claro, si Lee no tiene problema – dijo llamando a mi amiga por su apellido. Suspiré aliviada.
- yoo… - comenzó a decir Kendall completamente nerviosa al ver que Gabriel y yo la mirábamos atentamente. - ¿sabes mi apellido? – preguntó de pronto sorprendida como si recientemente se hubiera dado cuenta de que Bieber la había llamado por su apellido. A veces Kendall podría parecer una chica poco despierta…
-claro que lo sé, estamos en el mismo salón, ¿recuerdas? – el chico le sonrió de medio lado, como si el comentario de “K” le hubiera causado gracia.
-bueno, entonces está hecho – le sonreí – muchas gracias por el cambio, Gabriel – le agradecí tomando a mi embobada amiga de la muñeca para comenzar a arrastrarla hacia una de las únicas clases que coincidían, Matemáticas.
- de nada, Rathbone – respondió amablemente – nos vemos, Kendall – agregó susurrando el nombre de mi mejor amiga, la cual comenzó a apretar mi mano hasta estrangularla.
- adiós, Gabriel - sonrió “K”.
Cuando el chico se despidió con un gesto de la mano me di cuenta que tenia una de las paletas que mi amiga solía dejar pegada a su casillero. Sinceramente no sé como nadie se daba cuenta que era ella.
- no puedo creer que sigas haciendo esa estupidez – le dije rodando los ojos cuando nos habíamos alejado lo suficiente de Gabriel como para que no pudiera escucharnos – digo, Kendall, ha calculado alguna vez cuanto gastas mensual al comprar todas esos caramelos? – le pregunté frunciendo el seño, la chica se puso colorada al instante.
-me da lo mismo – respondió riendo.
- estás obsesionada, Kendall Lee – me reí en su cara.
- obsesionada no, Jenna Marie Rathbone, Enamorada – contraatacó remarcando la última palabra para luego suspirar.
-estás loca – le sonreí antes de que entráramos a mi peor pesadilla, la clase de Matemáticas con Romilda Vane.
…
- La jornada de clases dio por terminada y todo los estudiantes se apresuraron para salir rápidamente, sin embargo yo no tenía intención de correr a casa, es más, tampoco podía volver corriendo a casa ya que tenía clases con la psicóloga del instituto, Candace Fitzyerald.
Caminé por los pasillos tranquilamente ya que había aguardado unos cuantos minutos en la sala de clases esperando a que la sala se vaciara. Para llegar a la oficina de Fitzyerald, tenía que entrar obligadamente a la oficina del directorio ya que allí se encontraba el despacho de la psicóloga. Entré cuidadosamente tratando de que la maldita puerta donde estaba la secretaria del establecimiento, no se golpeara muy fuerte al cerrarse como solía pasar. Sin embargo, sin querer, solté la puerta de un golpe y me quedé estática en el lugar. Allí había un chico. Un chico de piel tostada y limpia, ojos color azul cielo intensos, cabello castaño, labios medianamente gruesos y nariz perfecta. Alto y delgado. Un chico que me miró atentamente de pies a cabeza como si hubiera visto un fantasma. Un chico que conocía perfectamente. Ese chico era Danniel Tomlinson, el chico que me intimidaba y se burlaba de mí durante la primaria por haber tenido sobrepeso, el causante de mi actual infierno, el porqué de mi lucha diaria contra mi supuesta “enfermedad”. Por un momento, los fantasmas y las pesadillas del pasado me invadieron, haciéndome estremecer de la cabeza a los pies.
En ese momento no supe que hacer, no sabía si salir de la oficina o si quedarme y hacer que no le conocía, probablemente ni se recordaba de mí. De pronto, la secretaria, salió de uno de los despachos.
-Muy bien, Señor Tomlinson, aquí tiene su comprobante de matrícula – dijo la secretaria entregándole una serie de papeles – también sus horarios y su acta de traslado de institución escolar – siguió explicando la rubia – no olvide que su tutor debe venir a firmar los documentos que faltan, puede iniciar mañana – finalizó la mujer sentándose nuevamente en su silla.
- gracias – dijo el chico en tono frío. Su voz había madurado al igual que su cuerpo, me preguntaba si también habría madurado mentalmente.
- ¡oh! Jenna, cariño – dijo la mujer al percatarse de mi presencia y el chico abrió los ojos a tope al escuchar mi nombre y deseé que Annie no hubiera mencionado mi nombre. Aquella mujer era un amor, siempre trataba a los estudiantes con la mayor dulzura posible. Algunas veces me preguntaba si acaso ella era la madre perdida de Kendall, sus personalidades eran muy similares. Espabilé rápidamente, tragué saliva, relajé la mandíbula, la cual había tensado al escuchar mi nombre salir de los labios de la secretaria y aclaré mi garganta para que mi voz sonara seria y fría.
- hola Annie – le salude por el nombre y me acerqué insegura hasta apoyarme sobre la mesa de la mujer.
-¿Qué se te ofrece cariño? – preguntó la mujer.
-vengo a entrevista con Candice – respondí mirando de reojo al chico que mantenía su mirada fija en mí.
- pasa, está en su despacho- me indicó.
Respondí con un simple “gracias” y salí disparada al despacho de Candice.
- pero si aquí tenemos a mi paciente favorita – exclamó la mujer.
-Hola Candice – dije sentándome en la silla sin ganas pero acelerada por el reencuentro con Tomlinson.
-bien, vamos al grano – dijo la mujer sacando una ficha con mi nombre - no estás intentando suicidarte, ¿verdad? – preguntó directa. A veces me preguntaba en qué lugar había conseguido su título de psicóloga, sinceramente.
- n… no – dije entrecerrando el entrecejo, de todas maneras no me sorprendían sus preguntas, siempre eran casi las misma, con ciertas variaciones.
- ¿estás comiendo? – preguntó sonriéndome.
-sí… - respondí insegura.
-¿crees que estás superando tu enfermedad, cariño? - ¡Qué no tenía una puta enfermedad!
-completamente – fingí.
-muy bien, hemos terminado, Jenn, nos vemos la próxima semana- dijo mostrando sus dientes en una sonrisa.
Me levanté con el ceño fruncido, esta vez, la “sesión” había terminado antes de lo usual. No es que hubiera sido mucha la diferencia entre esta y las otras “sesiones” pero esta había sido realmente corta. Cuando estuve en la entrada con la puerta abierta me giré para preguntarle si es que era verdad que la sesión había acabado, pero antes de que pudiera hablar, la mujer habló.
- sí, Jenna, terminamos, puedes irte – dijo sin quitar su sonrisa de su rostro y haciendo un gesto queriendo decir “vete, nena, vete de una vez”. Salí sin protestar.
…………
- hey, Danna, ¿podrías apagar eso? – dije arrugando el entrecejo al sentir el olor a porro inundándome la nariz mientras estaba tirada en mi cama con la cabeza colgando – recuerda que mi madre entra a la habitación cada un minutos – dije exagerando.
- no debería preocuparte- dijo la chica rubia – no creo que se moleste, es más, yo creo que se alegraría de saber que algo ha pasado por tu boca que no sea desde dentro de tu cuerpo – dijo la chica.
- Danna…- la regañó Ángel, mi prima, quién era su mejor amiga. Mis tíos habían venido a visitar a mi madre ya que ella había llamado a la madre de Ángel, su cuñada, pidiéndole compañía durante la tarde. Mi madre se llevaba mucho mejor con su cuñada que con su propio hermano debido a que este último se había enojado con mamá cuando ella se vino a Inglaterra para casarse con papá y había huido de Grecia, su país natal. Danna, a diferencia de mí, asumía que tenía problemas alimenticios, mientras que yo me negaba a hacerlo.
- vale, lo siento – dijo la chica apagando el porro.
-ahora dime, Jenn… ¿qué es lo taaan grave que te ha sucedido para no querer volver al instituto? – preguntó mi prima. Suspiré derrotada al recordar a Tomlinson.
- mi peor pesadilla ha vuelto a aparecer – exclamé girándome sobre la cama y apoyándome sobre los codos, Ángel estaba a mi derecha y Ángel a mi izquierda, ambas sentadas en el suelo – Danniel Tomlinson ha vuelto…- finalicé resignada.
Ficha aceptada!
Ya estas participando. Me encanto el capitulo :3
Suerte!
Invitado
Invitado
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
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Primero que nada, gracias a todas por participar. De verdad creo que todas tienen mucho talento en la escritura. Pero tenia que elegir.
Click en el titulo, ir a personajes. En la tarde hago el muro.
Belen0311:
Se que habías audicionado por Niall, pero tenia que elegir a una, sin embargo ame el OS y tome una decision. Si queres podes participar cambiando el artista, solo avísame si es si o no, para yo saber :)
Se que habías audicionado por Niall, pero tenia que elegir a una, sin embargo ame el OS y tome una decision. Si queres podes participar cambiando el artista, solo avísame si es si o no, para yo saber :)
Invitado
Invitado
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
Gracias, gracias, muchisismas gracias.
Gracias por elegirme. Casi me da algo, lo juro.
Ya quiero empezar.
¡Felicitaciones a todas!
Invitado
Invitado
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
AAAAAAHHHH GRAACIAS GRACIAS GRAACIAS !!! Prometo no decepcionarte e_e
Mess.
Re: Learning to be a dad |Audiciones cerradas|¡Resultados!
u.u otra novela en la que no entró
Suerte!
Suerte!
Robin.
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