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UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
hola nueva lectora, me encanta la nove plis seguila :)
adina
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
perdon por desapareserme esqe tenia mucha tarea
me encanto el cap
siguela porfis
me encanto el cap
siguela porfis
Nani Jonas
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
wwwuuuuuuuaaauuuuuuu
que capiiisss
y se van a casarrr
no lo puedo creeeerrr
pero es por el bien del bb
jejejeje
siguela porfaaaaaaa
que capiiisss
y se van a casarrr
no lo puedo creeeerrr
pero es por el bien del bb
jejejeje
siguela porfaaaaaaa
chelis
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
porfavor siguela!!
estoy picada por lo que pasara!
estoy picada por lo que pasara!
yamijonasforever
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
Nueva lectoraa!!!!!!!!!!!!!!!
Mi nombre es Yhosdaly!!!!
Wowowow siguelaaa plsss de verdad me fascins tu nove!!! :D
Siguelaaa pls nawuaaa ya muero por sabesss q pasa depues del cafe, muero por saber como sera su noche de bodasss!!! nawuaa
soy super intrasigenteee!!!!
Siguelaaaa
plsss de verdad esta nove me intranquiliza muchiisimoOoOoO siguelaaaa
siguelaaa
siguelaaa
muerooo de decesperacion x saber que sigue!!
espero q te acostumbres a mis cometarioss no dejare esta nove por nah!!!
Siguelaaa
besossss
espero Los capisss!!!!!
Mi nombre es Yhosdaly!!!!
Wowowow siguelaaa plsss de verdad me fascins tu nove!!! :D
Siguelaaa pls nawuaaa ya muero por sabesss q pasa depues del cafe, muero por saber como sera su noche de bodasss!!! nawuaa
soy super intrasigenteee!!!!
Siguelaaaa
plsss de verdad esta nove me intranquiliza muchiisimoOoOoO siguelaaaa
siguelaaa
siguelaaa
muerooo de decesperacion x saber que sigue!!
espero q te acostumbres a mis cometarioss no dejare esta nove por nah!!!
Siguelaaa
besossss
espero Los capisss!!!!!
Yhosdaly
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
siguela please!!!
me muero por saber que pasa!!
me muero por saber que pasa!!
yamijonasforever
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
CAPITULO 13
El alivio que Joe detectó en la expresión de _____ fue inconfundible y le hizo comprender que se sentía muy nerviosa ante la perspectiva de quedarse a solas con él.
Pero no había motivos para que se mostrara tan asustadiza, porque él planeaba facilitarle lo más posible las cosas. No tenía intención de imponerle nada, ni tenía esperanzas poco realistas. Solo pensaba tomar lo que ella quisiera ofrecerle voluntariamente.
Quería su confianza y tenía intención de conseguirla; necesitaba todo su apoyo y su fe para lo que le esperaba.
—¿Te estás instalando bien?—
La voz profunda de Joe hizo que un estremeciente recorriera la espalda de _____, impulsándola a mirar por encima del hombro. Estaba en la entrada de la habitación de invitados, con los pantalones color marrón que había vestido para la ceremonia, pero sin la chaqueta y la corbata. Los tres primeros botones de la camisa blanca estaban desabrochados, y se había subido las mangas por encima de los codos.
A pesar de su firme decisión de mantener la distancia emocional con él, el corazón le latió con más fuerza. Aquel hombre era demasiado atractivo y sexy para su paz mental.
—Me estoy instalando perfectamente —dijo, tratando valientemente de concentrarse en la tarea de guardar la ropa y los objetos personales que habían recogido en su casa camino de Cutter Creek.
—Bien —Joe sonrió amistosamente y en su rostro apareció uno de los hoyuelos que hacían que el pulso de _____ se acelerara —Quiero que te sientas cómoda, ya que esta también es tu casa—
_____ abarcó con un gesto de la mano la enorme cama, cubierta con una elegante colcha verde y el tocador de caoba que se hallaba en la pared opuesta.
—Todo esto es magnífico —la habitación resultaba un tanto austera y masculina, pero _____ estaba segura de que en cuanto trajera algunas de sus cosas lograría que se pareciera más al refugio femenino al que se había acostumbrado en su casa.
Aún estaba sorprendida, y aliviada, por el hecho de que Joe no hubiera protestado cuando le había dicho que quería ocupar la habitación de invitados, aunque el muy bribón le hizo ver que aquel arreglo le parecía un poco incongruente, puesto que ya habían compartido una cama. Pero había aceptado sus deseos sin protestar, y eso era lo único que preocupaba a _____. No trataba de complicar su relación, sino de hacer que resultara soportable. No estaba dispuesta a compartir la cama con un hombre del que no estaba segura. Si iba a pasar el resto de su vida con él, pensaba averiguarlo todo sobre su pasado, su presente y su futuro antes de darle acceso a su corazón, su cuerpo y su alma.
Joe metió las manos en los bolsillos del pantalón, mirándola con actitud relajada.
—Debo confesar que la ceremonia me ha parecido bastante sosa—
_____ se encogió de hombros mientras guardaba un montón de camisetas en un cajón.
—Ha sido breve, sencilla y práctica—
—Pero sosa —insistió Joe.
La luz de la mesilla de noche incidió sobre el anillo de _____, haciéndolo destellar. Desde luego, no había nada soso en aquella joya cara que había elegido Joe.
—Hemos prometido cuidarnos y honrarnos hasta que la muerte nos separe. ¿Qué más puedes querer?—
—¿Qué más puedo querer? —Joe repitió la pregunta pensativamente, como sopesando una multitud de picaros deseos. Luego avanzó hacia _____ con un brillo muy masculino en sus ojos color violeta—. ¿Qué tal un beso de mi esposa?—
Nerviosa, _____ se acercó a la cama, dónde tenía la maleta abierta, antes de que Joe la atrapara junto al tocador.
—Esa no es una parte imprescindible de la ceremonia —maldiciendo el temblor de su voz, tomó el camisón de seda con el que dormía y lo dobló para mantener sus manos ocupadas.
—Sí es necesaria para mí —dijo él colocándose tras ella.
No la tocó, pero _____ pudo sentir el calor de su cuerpo a lo largo de la espalda. El cálido aliento de Joe le acarició el vello de la nuca, poniendo en alerta sus sentidos y provocándole una oleada de abrumador anhelo.
Joe pasó una mano junto a su cintura, le quitó delicadamente el camisón y volvió a dejarlo en la maleta. Luego apoyó la palma en su vientre y la atrajo contra su pecho.
_____ tragó saliva con esfuerzo, pero no se movió.
—Besar a la novia es una tradición — le murmuró él al oído—. Y es una manera bonita de sellar los votos que hemos hecho —añadió, haciéndola volverse entre sus brazos—. Me encantaría besar a mi esposa—
_____ apoyó las manos en los brazos de Joe, sobre todo porque no sabía qué hacer con ellas. En medio de la languidez que se estaba apoderando de ella, comprendió que Joe le estaba pidiendo permiso, no tomando lo que consideraba suyo por derecho. Aquello hizo que su resistencia se desvaneciera. Pero sabía lo que pasaba cuando se besaban. Todo pensamiento razonable desaparecía cuando sus labios se tocaban y ella podía hacer auténticas locuras. Se aferró a esa idea para tratar de ignorar la cálida mano que le presionaba la espalda.
—Creo que no deberíamos hacerlo —el tono ronco de su voz desmentía sus palabras.
Joe inclinó la cabeza y la besó castamente en el borde de la boca, haciéndole anhelar más. Cuando deslizó los labios hacia su cuello, el control de _____ sufrió un serio revés y, automáticamente, ladeó la cabeza, para darle acceso a su garganta.
—Un beso, _____ —susurró él, sin disimular su necesidad—. Como marido y mujer—
Ella entreabrió los labios, pero ninguna protesta surgió de ellos, sino un aliento de anticipación por el placer que esperaba de sus tentadores e insaciables besos.
El que le dio Joe fue lento y profundo, excitante y tentador. Mientras la besaba, él deslizó una mano hasta el pecho de _____, presionándolo con suavidad y acariciándole el pezón a través de la blusa de seda. Un suave gemido surgió de la garganta de _____, evidenciando el deseo que había despertado en ella. ¡Deseaba a Joe, pero no deseaba desearlo!
Él debió dé sentir su cambio de actitud, porque en ese momento dio por concluido el beso. Cuando alzó la cabeza, una sonrisa satisfecha curvaba su boca.
—Ahora me siento casado —dijo con un brillo burlón en la mirada.
Y _____ se sentía aturdida y a punto de rendirse a peligrosas emociones. Apartó la mirada avergonzada por su falta de control en lo referente a Joe.
Él le puso una mano bajo la barbilla y la miró con gesto preocupado.
—¿Te encuentras bien?—
_____ logró esbozar una débil sonrisa.
—Solo me siento un poco cansada— Joe le apoyó una mano en el vientre y ella sintió un cosquilleo a lo largo de toda su piel—
—¿El bebé?—
Apartándose de él con delicadeza, _____ se pasó una mano por la frente.
—Ha sido un día muy largo, Joe—
—_____... —Joe dejó escapar un suspiro de frustración—. Sé que hemos empezado con mal pie y sé que no te sientes feliz en esta situación, pero te aseguro que quiero que nuestro matrimonio vaya lo mejor posible. ¿Estás de acuerdo en tratar de llegar a un acuerdo? ¿Por el bien de nuestro hijo?—
_____ quiso preguntarle si aquel beso había sido por el bien de su hijo, pero reprimió aquel mezquino comentario.
—Haría cualquier cosa por este bebé —dijo, accediendo así a la petición de Joe de llegar a un acuerdo en su relación. Luego tomó el camisón, la bata y su neceser—. Ahora voy a darme un baño antes de acostarme—
Joe le dedicó una traviesa sonrisa.
—¿Quieres ayuda para frotarte la espalda?—
—No, gracias—
—No puedes culpar a un marido por intentarlo, sobre todo en su noche de bodas —dijo Joe retirándose hacia la puerta—. Si me necesitas para algo, estaré en mi despacho, al final del pasillo—
A continuación se fue, dejando a _____ para que pasara su noche de bodas a solas.
El alivio que Joe detectó en la expresión de _____ fue inconfundible y le hizo comprender que se sentía muy nerviosa ante la perspectiva de quedarse a solas con él.
Pero no había motivos para que se mostrara tan asustadiza, porque él planeaba facilitarle lo más posible las cosas. No tenía intención de imponerle nada, ni tenía esperanzas poco realistas. Solo pensaba tomar lo que ella quisiera ofrecerle voluntariamente.
Quería su confianza y tenía intención de conseguirla; necesitaba todo su apoyo y su fe para lo que le esperaba.
—¿Te estás instalando bien?—
La voz profunda de Joe hizo que un estremeciente recorriera la espalda de _____, impulsándola a mirar por encima del hombro. Estaba en la entrada de la habitación de invitados, con los pantalones color marrón que había vestido para la ceremonia, pero sin la chaqueta y la corbata. Los tres primeros botones de la camisa blanca estaban desabrochados, y se había subido las mangas por encima de los codos.
A pesar de su firme decisión de mantener la distancia emocional con él, el corazón le latió con más fuerza. Aquel hombre era demasiado atractivo y sexy para su paz mental.
—Me estoy instalando perfectamente —dijo, tratando valientemente de concentrarse en la tarea de guardar la ropa y los objetos personales que habían recogido en su casa camino de Cutter Creek.
—Bien —Joe sonrió amistosamente y en su rostro apareció uno de los hoyuelos que hacían que el pulso de _____ se acelerara —Quiero que te sientas cómoda, ya que esta también es tu casa—
_____ abarcó con un gesto de la mano la enorme cama, cubierta con una elegante colcha verde y el tocador de caoba que se hallaba en la pared opuesta.
—Todo esto es magnífico —la habitación resultaba un tanto austera y masculina, pero _____ estaba segura de que en cuanto trajera algunas de sus cosas lograría que se pareciera más al refugio femenino al que se había acostumbrado en su casa.
Aún estaba sorprendida, y aliviada, por el hecho de que Joe no hubiera protestado cuando le había dicho que quería ocupar la habitación de invitados, aunque el muy bribón le hizo ver que aquel arreglo le parecía un poco incongruente, puesto que ya habían compartido una cama. Pero había aceptado sus deseos sin protestar, y eso era lo único que preocupaba a _____. No trataba de complicar su relación, sino de hacer que resultara soportable. No estaba dispuesta a compartir la cama con un hombre del que no estaba segura. Si iba a pasar el resto de su vida con él, pensaba averiguarlo todo sobre su pasado, su presente y su futuro antes de darle acceso a su corazón, su cuerpo y su alma.
Joe metió las manos en los bolsillos del pantalón, mirándola con actitud relajada.
—Debo confesar que la ceremonia me ha parecido bastante sosa—
_____ se encogió de hombros mientras guardaba un montón de camisetas en un cajón.
—Ha sido breve, sencilla y práctica—
—Pero sosa —insistió Joe.
La luz de la mesilla de noche incidió sobre el anillo de _____, haciéndolo destellar. Desde luego, no había nada soso en aquella joya cara que había elegido Joe.
—Hemos prometido cuidarnos y honrarnos hasta que la muerte nos separe. ¿Qué más puedes querer?—
—¿Qué más puedo querer? —Joe repitió la pregunta pensativamente, como sopesando una multitud de picaros deseos. Luego avanzó hacia _____ con un brillo muy masculino en sus ojos color violeta—. ¿Qué tal un beso de mi esposa?—
Nerviosa, _____ se acercó a la cama, dónde tenía la maleta abierta, antes de que Joe la atrapara junto al tocador.
—Esa no es una parte imprescindible de la ceremonia —maldiciendo el temblor de su voz, tomó el camisón de seda con el que dormía y lo dobló para mantener sus manos ocupadas.
—Sí es necesaria para mí —dijo él colocándose tras ella.
No la tocó, pero _____ pudo sentir el calor de su cuerpo a lo largo de la espalda. El cálido aliento de Joe le acarició el vello de la nuca, poniendo en alerta sus sentidos y provocándole una oleada de abrumador anhelo.
Joe pasó una mano junto a su cintura, le quitó delicadamente el camisón y volvió a dejarlo en la maleta. Luego apoyó la palma en su vientre y la atrajo contra su pecho.
_____ tragó saliva con esfuerzo, pero no se movió.
—Besar a la novia es una tradición — le murmuró él al oído—. Y es una manera bonita de sellar los votos que hemos hecho —añadió, haciéndola volverse entre sus brazos—. Me encantaría besar a mi esposa—
_____ apoyó las manos en los brazos de Joe, sobre todo porque no sabía qué hacer con ellas. En medio de la languidez que se estaba apoderando de ella, comprendió que Joe le estaba pidiendo permiso, no tomando lo que consideraba suyo por derecho. Aquello hizo que su resistencia se desvaneciera. Pero sabía lo que pasaba cuando se besaban. Todo pensamiento razonable desaparecía cuando sus labios se tocaban y ella podía hacer auténticas locuras. Se aferró a esa idea para tratar de ignorar la cálida mano que le presionaba la espalda.
—Creo que no deberíamos hacerlo —el tono ronco de su voz desmentía sus palabras.
Joe inclinó la cabeza y la besó castamente en el borde de la boca, haciéndole anhelar más. Cuando deslizó los labios hacia su cuello, el control de _____ sufrió un serio revés y, automáticamente, ladeó la cabeza, para darle acceso a su garganta.
—Un beso, _____ —susurró él, sin disimular su necesidad—. Como marido y mujer—
Ella entreabrió los labios, pero ninguna protesta surgió de ellos, sino un aliento de anticipación por el placer que esperaba de sus tentadores e insaciables besos.
El que le dio Joe fue lento y profundo, excitante y tentador. Mientras la besaba, él deslizó una mano hasta el pecho de _____, presionándolo con suavidad y acariciándole el pezón a través de la blusa de seda. Un suave gemido surgió de la garganta de _____, evidenciando el deseo que había despertado en ella. ¡Deseaba a Joe, pero no deseaba desearlo!
Él debió dé sentir su cambio de actitud, porque en ese momento dio por concluido el beso. Cuando alzó la cabeza, una sonrisa satisfecha curvaba su boca.
—Ahora me siento casado —dijo con un brillo burlón en la mirada.
Y _____ se sentía aturdida y a punto de rendirse a peligrosas emociones. Apartó la mirada avergonzada por su falta de control en lo referente a Joe.
Él le puso una mano bajo la barbilla y la miró con gesto preocupado.
—¿Te encuentras bien?—
_____ logró esbozar una débil sonrisa.
—Solo me siento un poco cansada— Joe le apoyó una mano en el vientre y ella sintió un cosquilleo a lo largo de toda su piel—
—¿El bebé?—
Apartándose de él con delicadeza, _____ se pasó una mano por la frente.
—Ha sido un día muy largo, Joe—
—_____... —Joe dejó escapar un suspiro de frustración—. Sé que hemos empezado con mal pie y sé que no te sientes feliz en esta situación, pero te aseguro que quiero que nuestro matrimonio vaya lo mejor posible. ¿Estás de acuerdo en tratar de llegar a un acuerdo? ¿Por el bien de nuestro hijo?—
_____ quiso preguntarle si aquel beso había sido por el bien de su hijo, pero reprimió aquel mezquino comentario.
—Haría cualquier cosa por este bebé —dijo, accediendo así a la petición de Joe de llegar a un acuerdo en su relación. Luego tomó el camisón, la bata y su neceser—. Ahora voy a darme un baño antes de acostarme—
Joe le dedicó una traviesa sonrisa.
—¿Quieres ayuda para frotarte la espalda?—
—No, gracias—
—No puedes culpar a un marido por intentarlo, sobre todo en su noche de bodas —dijo Joe retirándose hacia la puerta—. Si me necesitas para algo, estaré en mi despacho, al final del pasillo—
A continuación se fue, dejando a _____ para que pasara su noche de bodas a solas.
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
CAPITULO 14
—Buenos días— _____ se volvió para devolver el saludo mientras se servía una segunda taza de té, pero las palabras se le quedaron en la punta de la lengua.
Su marido caminaba por la cocina hacia ella, y ella vio que acababa de ducharse. Tenía el pelo aún húmedo y solo llevaba puestos unos vaqueros, que realzaban la atlética constitución de su cuerpo. Iba descalzo y en el pecho le brillaban aún unas gotas de agua.
¡No tenía derecho a aparecer tan sexy, tan atractivo y tan devastadoramente masculino! Sobre todo, a primera hora de la mañana.
Alzó la vista cuando Joe ya estaba a solo unos centímetros de ella. Sin previa advertencia, él deslizó una mano tras su cabeza y la besó en la boca. A diferencia de la lenta seducción de la noche anterior, no hubo nada dulce o casto en aquel beso. Su cuerpo fuerte la presionó contra la encimera, y su lengua se aprovechó del gritito de sorpresa que emitió _____ para invadirle la boca.
Pero todo acabó tan rápido como había empezado, dejándola sin aliento y anhelando más. .
—Er... buenos días —logró decir, finalmente, con voz ronca.
Joe sonrió y la recorrió de arriba abajo con la mirada, sin perderse nada.
—Habría sido una mañana aún mejor si me hubiera despertado contigo en la cama —dijo.
La mente de _____ se llenó al instante de imágenes sensuales... como sin duda pretendía su marido.
Se cruzó de brazos y lo miró remilgadamente.
—¿Planeas seguir adelante con estos ataques todo el tiempo?—
—Desde luego —Joe tomó una taza de un armario—. ¿O vas a poner restricciones sobre cuántas veces puedo besarte, y sobre cuándo y dónde?—
¿Dónde? Un estremecimiento recorrió a _____, y tuvo que hacer un esfuerzo para apartar aquel estimulante pensamiento de su mente.
Puso una taza junto a la cafetera y la miró con expresión paciente.
—No estoy exigiendo mis derechos matrimoniales, _____, pero no esperarás que viviendo bajo el mismo techo me resista a besar tu preciosa boca, ¿no?—
La boca en cuestión aún le cosquilleaba a causa del beso. La idea de dar carta blanca a Joe para satisfacer su deseo de besarla hizo que el pulso de _____ se acelerara. ¡Ni siquiera podía creer que estuvieran manteniendo aquella conversación o que ella estuviera considerando seriamente su petición!
—La verdad es que no creo que sea buena idea...—
—No puedo resistirme a besarte, _____ —interrumpió Joe, mientras se servía el café—. Quiero el derecho a besarte cuando quiera.—
_____ movió la cabeza.
—Joe...—
—¿Qué ha pasado con el acuerdo del que hablamos ayer? —preguntó él, haciendo que _____ sintiera una punzada de culpabilidad por mostrarse tan difícil respecto a algo que no debería suponer mayor problema en un matrimonio—. Teniendo en cuenta que hacerte el amor está totalmente fuera de lugar de momento, no puedes esperar que no mantengamos ni el más mínimo contacto físico. Tengo las mismas necesidades que cualquier otro hombre casado en lo referente a su esposa. No te estoy pidiendo que compartas mi cama,, aunque la invitación queda abierta y serás bienvenida en cualquier momento. Solo quiero el privilegio de poder besar a mi esposa—
Consiguió que su argumento pareciera tan simple, tan inocente, que el sentimiento de culpabilidad de _____ no hizo más que aumentar. A fin de cuentas, tampoco era tan difícil soportar sus besos, y lo cierto era que le daban tanto placer como a él.
—De acuerdo —accedió finalmente—. Solo besos— Joe volvió a acercarse a ella y _____ no trató de evitarlo—
—¿Siempre que quiera? —preguntó, deslizando un dedo por su labio inferior. _____ se limitó a asentir—
—¿Cómo quiera? —insistió él, inclinando la cabeza—
_____ volvió a asentir a la vez que alzaba instintivamente los labios hacia el calor y la promesa de los de Joe. La anticipación de sentirlos sobre los suyos se volvió casi insoportable, y muy excitante. Cerró los ojos, esperando... y sintió una punzada de decepción al sentir que Joe la besaba castamente en la frente.
Abrió los ojos y frunció el ceño, pero él no lo notó. Estaba dando un sorbo a su café, como si no hubiera pasado nada.
Apoyando una cadera contra la encimera, preguntó:
—¿Qué tal te sientes esta mañana?— _____ añadió más agua caliente a su taza de té, concentrándose en su tarea.
—Como nueva —contestó, «¡y excitada!», añadió para sí. Al haberle dado derecho a besarla en cualquier momento, de cualquier manera y en cualquier sitio, iba a estar en un continuo estado de ansiedad, preguntándose cuándo planearía Joe el siguiente ataque sensual a sus sentidos.
—¿Tienes náuseas por las mañanas?— La sincera preocupación y curiosidad que captó en la voz de Joe sorprendió a _____.
—A veces —simulando la misma actitud despreocupada de Joe, decidió seguirle la corriente—. Pero he descubierto que un té y una tostada las eliminan—
Él asintió y volvió a mirarla de arriba a abajo, con más curiosidad que otras cosa.
—¿Ha cambiado mucho tu cuerpo?—
_____ se ruborizó ante aquella pregunta, pero le agradó que Joe quisiera compartir con ella lo más posible de aquella experiencia.
—Mis... pechos han crecido y están más duros. Y también los noto extremadamente sensibles—
—Me fijé anoche—
_____ dio un sorbo a su té para calmar el revoloteo dé su estómago.
—Y los pantalones y las faldas empiezan a quedarme un poco estrechos. A este paso, se me va a notar en menos de un mes—
—Estoy deseando verlo —dijo Joe con suavidad. Un inconfundible anhelo hizo que su voz sonara más grave, y se aclaró rápidamente la garganta para disimular su emoción—. Tu rostro resplandece cuando hablas del bebé—
_____ apoyó una protectora mano sobre su vientre, admitiendo que a veces sentía un maravilloso bienestar que parecía irradiar de su interior.
—Nunca pensé que se me concedería la oportunidad de tener un hijo mío—
—Nuestro —corrigió Joe cariñosamente—. Y a mí me alegra haber podido darte uno. De hecho, te daré todos los que quieras. Cuando nazca este, podemos saltarnos nuestras propias reglas y empezar a trabajar para conseguir el segundo—
Su tono bromista hizo que _____ sonriera. Pero no sabía qué les iba a deparar el futuro, y se negaba a comprometerse para algo que no fuera el presente.
—¿Qué te parece si de momento nos centramos en este?—
—¿Estás segura de eso, señora Jonas? —dijo Joe, traviesamente—. Podríamos tener meses para practicar—
—Estoy segura —necesitaba cambiar rápidamente de tema y preguntó—: ¿Quieres que te prepare algo para desayunar?—
—Soy un marido auto suficiente —Joe terminó su café y dejó la taza en el fregadero—. No necesito un gran desayuno por las mañanas. Todo lo que necesito es un café y un cuenco de cereales. Tú siéntate y relájate—
_____ se sentó a la mesa de roble situada junto a los ventanales que daban al establo, el corral y una amplia extensión de hierba.
—No pienso permitir que pases esos atroces hábitos alimentarios a nuestro hijo o hija—
—En ese caso tienes seis o siete meses para reformarme —Joe se sentó frente a ella tras dejar en la mesa una botella de leche, un cuenco y una caja de cereales—. Soy muy reformable, ya lo sabes—
_____ dio un sorbo a su té, pensando en cómo se había reformado Joe a lo largo de los años y en cuánto debía haber tenido que luchar para construirse una nueva vida. Lo que no comprendía era por qué había vuelto al pueblo que lo rechazó. Pero, en lugar de centrarse en aquel tema, preguntó:
—¿Hablabas ayer en serio cuando dijiste que querías que conserváramos mi casita? —teniendo en cuenta que la casa de Joe era lo suficientemente grande como para que vivieran en ella diez personas, había supuesto que querría que vendieran su casita, pero la había sorprendido diciéndole que podían usarla como refugio.
—Claro que sí —Joe llenó el cuenco de cereales y luego se sirvió la leche—. Es evidente que te encanta el lugar, y creo que sería un buen refugio para ti, o para los dos, si quieres. Y estoy seguro de que a nuestro hijo o hija le gustará jugar en el lago—
—Gracias —dijo _____, sinceramente. Aunque solo llevaba unos años en el lago, había llegado a tomarle mucho cariño a su casita.
—No tengo intención de quitarte nada, _____. Trasladaremos los muebles que quieras aquí —Joe miró a su alrededor mientras masticaba una cucharada de cereales. Tras tragar, dijo—: No me importaría nada contar con un toque femenino en la casa. De hecho, agradecería que te ocuparas de la decoración. Ahora tengo lo justo, pero creo que las cosas pueden mejorarse mucho—
El día anterior por la tarde le había enseñado la casa a _____ y, aunque el mobiliario era más bien escaso, la estructura era evidentemente sólida y no se había reparado en gastos para la construcción.
—Es una casa preciosa— Joe miró a _____ a los ojos—
—Es más de lo que nunca llegué a creer que tendría—
Tras terminar su desayuno, Joe se levantó y fue al fregadero a aclarar su cuenco.
—Ayer apenas viste el exterior de la casa. ¿Te apetece dar un paseo y ver lo demás?
—Claro que sí —contestó _____, esperando que la cómoda relación que parecían estar estableciendo le permitiera llegar a conocer mejor a su marido—. Dame media hora para ducharme y cambiarme y enseguida estoy contigo—
—Buenos días— _____ se volvió para devolver el saludo mientras se servía una segunda taza de té, pero las palabras se le quedaron en la punta de la lengua.
Su marido caminaba por la cocina hacia ella, y ella vio que acababa de ducharse. Tenía el pelo aún húmedo y solo llevaba puestos unos vaqueros, que realzaban la atlética constitución de su cuerpo. Iba descalzo y en el pecho le brillaban aún unas gotas de agua.
¡No tenía derecho a aparecer tan sexy, tan atractivo y tan devastadoramente masculino! Sobre todo, a primera hora de la mañana.
Alzó la vista cuando Joe ya estaba a solo unos centímetros de ella. Sin previa advertencia, él deslizó una mano tras su cabeza y la besó en la boca. A diferencia de la lenta seducción de la noche anterior, no hubo nada dulce o casto en aquel beso. Su cuerpo fuerte la presionó contra la encimera, y su lengua se aprovechó del gritito de sorpresa que emitió _____ para invadirle la boca.
Pero todo acabó tan rápido como había empezado, dejándola sin aliento y anhelando más. .
—Er... buenos días —logró decir, finalmente, con voz ronca.
Joe sonrió y la recorrió de arriba abajo con la mirada, sin perderse nada.
—Habría sido una mañana aún mejor si me hubiera despertado contigo en la cama —dijo.
La mente de _____ se llenó al instante de imágenes sensuales... como sin duda pretendía su marido.
Se cruzó de brazos y lo miró remilgadamente.
—¿Planeas seguir adelante con estos ataques todo el tiempo?—
—Desde luego —Joe tomó una taza de un armario—. ¿O vas a poner restricciones sobre cuántas veces puedo besarte, y sobre cuándo y dónde?—
¿Dónde? Un estremecimiento recorrió a _____, y tuvo que hacer un esfuerzo para apartar aquel estimulante pensamiento de su mente.
Puso una taza junto a la cafetera y la miró con expresión paciente.
—No estoy exigiendo mis derechos matrimoniales, _____, pero no esperarás que viviendo bajo el mismo techo me resista a besar tu preciosa boca, ¿no?—
La boca en cuestión aún le cosquilleaba a causa del beso. La idea de dar carta blanca a Joe para satisfacer su deseo de besarla hizo que el pulso de _____ se acelerara. ¡Ni siquiera podía creer que estuvieran manteniendo aquella conversación o que ella estuviera considerando seriamente su petición!
—La verdad es que no creo que sea buena idea...—
—No puedo resistirme a besarte, _____ —interrumpió Joe, mientras se servía el café—. Quiero el derecho a besarte cuando quiera.—
_____ movió la cabeza.
—Joe...—
—¿Qué ha pasado con el acuerdo del que hablamos ayer? —preguntó él, haciendo que _____ sintiera una punzada de culpabilidad por mostrarse tan difícil respecto a algo que no debería suponer mayor problema en un matrimonio—. Teniendo en cuenta que hacerte el amor está totalmente fuera de lugar de momento, no puedes esperar que no mantengamos ni el más mínimo contacto físico. Tengo las mismas necesidades que cualquier otro hombre casado en lo referente a su esposa. No te estoy pidiendo que compartas mi cama,, aunque la invitación queda abierta y serás bienvenida en cualquier momento. Solo quiero el privilegio de poder besar a mi esposa—
Consiguió que su argumento pareciera tan simple, tan inocente, que el sentimiento de culpabilidad de _____ no hizo más que aumentar. A fin de cuentas, tampoco era tan difícil soportar sus besos, y lo cierto era que le daban tanto placer como a él.
—De acuerdo —accedió finalmente—. Solo besos— Joe volvió a acercarse a ella y _____ no trató de evitarlo—
—¿Siempre que quiera? —preguntó, deslizando un dedo por su labio inferior. _____ se limitó a asentir—
—¿Cómo quiera? —insistió él, inclinando la cabeza—
_____ volvió a asentir a la vez que alzaba instintivamente los labios hacia el calor y la promesa de los de Joe. La anticipación de sentirlos sobre los suyos se volvió casi insoportable, y muy excitante. Cerró los ojos, esperando... y sintió una punzada de decepción al sentir que Joe la besaba castamente en la frente.
Abrió los ojos y frunció el ceño, pero él no lo notó. Estaba dando un sorbo a su café, como si no hubiera pasado nada.
Apoyando una cadera contra la encimera, preguntó:
—¿Qué tal te sientes esta mañana?— _____ añadió más agua caliente a su taza de té, concentrándose en su tarea.
—Como nueva —contestó, «¡y excitada!», añadió para sí. Al haberle dado derecho a besarla en cualquier momento, de cualquier manera y en cualquier sitio, iba a estar en un continuo estado de ansiedad, preguntándose cuándo planearía Joe el siguiente ataque sensual a sus sentidos.
—¿Tienes náuseas por las mañanas?— La sincera preocupación y curiosidad que captó en la voz de Joe sorprendió a _____.
—A veces —simulando la misma actitud despreocupada de Joe, decidió seguirle la corriente—. Pero he descubierto que un té y una tostada las eliminan—
Él asintió y volvió a mirarla de arriba a abajo, con más curiosidad que otras cosa.
—¿Ha cambiado mucho tu cuerpo?—
_____ se ruborizó ante aquella pregunta, pero le agradó que Joe quisiera compartir con ella lo más posible de aquella experiencia.
—Mis... pechos han crecido y están más duros. Y también los noto extremadamente sensibles—
—Me fijé anoche—
_____ dio un sorbo a su té para calmar el revoloteo dé su estómago.
—Y los pantalones y las faldas empiezan a quedarme un poco estrechos. A este paso, se me va a notar en menos de un mes—
—Estoy deseando verlo —dijo Joe con suavidad. Un inconfundible anhelo hizo que su voz sonara más grave, y se aclaró rápidamente la garganta para disimular su emoción—. Tu rostro resplandece cuando hablas del bebé—
_____ apoyó una protectora mano sobre su vientre, admitiendo que a veces sentía un maravilloso bienestar que parecía irradiar de su interior.
—Nunca pensé que se me concedería la oportunidad de tener un hijo mío—
—Nuestro —corrigió Joe cariñosamente—. Y a mí me alegra haber podido darte uno. De hecho, te daré todos los que quieras. Cuando nazca este, podemos saltarnos nuestras propias reglas y empezar a trabajar para conseguir el segundo—
Su tono bromista hizo que _____ sonriera. Pero no sabía qué les iba a deparar el futuro, y se negaba a comprometerse para algo que no fuera el presente.
—¿Qué te parece si de momento nos centramos en este?—
—¿Estás segura de eso, señora Jonas? —dijo Joe, traviesamente—. Podríamos tener meses para practicar—
—Estoy segura —necesitaba cambiar rápidamente de tema y preguntó—: ¿Quieres que te prepare algo para desayunar?—
—Soy un marido auto suficiente —Joe terminó su café y dejó la taza en el fregadero—. No necesito un gran desayuno por las mañanas. Todo lo que necesito es un café y un cuenco de cereales. Tú siéntate y relájate—
_____ se sentó a la mesa de roble situada junto a los ventanales que daban al establo, el corral y una amplia extensión de hierba.
—No pienso permitir que pases esos atroces hábitos alimentarios a nuestro hijo o hija—
—En ese caso tienes seis o siete meses para reformarme —Joe se sentó frente a ella tras dejar en la mesa una botella de leche, un cuenco y una caja de cereales—. Soy muy reformable, ya lo sabes—
_____ dio un sorbo a su té, pensando en cómo se había reformado Joe a lo largo de los años y en cuánto debía haber tenido que luchar para construirse una nueva vida. Lo que no comprendía era por qué había vuelto al pueblo que lo rechazó. Pero, en lugar de centrarse en aquel tema, preguntó:
—¿Hablabas ayer en serio cuando dijiste que querías que conserváramos mi casita? —teniendo en cuenta que la casa de Joe era lo suficientemente grande como para que vivieran en ella diez personas, había supuesto que querría que vendieran su casita, pero la había sorprendido diciéndole que podían usarla como refugio.
—Claro que sí —Joe llenó el cuenco de cereales y luego se sirvió la leche—. Es evidente que te encanta el lugar, y creo que sería un buen refugio para ti, o para los dos, si quieres. Y estoy seguro de que a nuestro hijo o hija le gustará jugar en el lago—
—Gracias —dijo _____, sinceramente. Aunque solo llevaba unos años en el lago, había llegado a tomarle mucho cariño a su casita.
—No tengo intención de quitarte nada, _____. Trasladaremos los muebles que quieras aquí —Joe miró a su alrededor mientras masticaba una cucharada de cereales. Tras tragar, dijo—: No me importaría nada contar con un toque femenino en la casa. De hecho, agradecería que te ocuparas de la decoración. Ahora tengo lo justo, pero creo que las cosas pueden mejorarse mucho—
El día anterior por la tarde le había enseñado la casa a _____ y, aunque el mobiliario era más bien escaso, la estructura era evidentemente sólida y no se había reparado en gastos para la construcción.
—Es una casa preciosa— Joe miró a _____ a los ojos—
—Es más de lo que nunca llegué a creer que tendría—
Tras terminar su desayuno, Joe se levantó y fue al fregadero a aclarar su cuenco.
—Ayer apenas viste el exterior de la casa. ¿Te apetece dar un paseo y ver lo demás?
—Claro que sí —contestó _____, esperando que la cómoda relación que parecían estar estableciendo le permitiera llegar a conocer mejor a su marido—. Dame media hora para ducharme y cambiarme y enseguida estoy contigo—
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
CAPITULO 15
Joe caminó junto a _____ mientras recoman los corrales vacíos que un día esperaba ver llenos de caballos de pura raza. Sentía una gran satisfacción hablándole de sus planes. Habían pasado una hora caminando por el rancho mientras le mostraba los cambios que había realizado. _____ estaba claramente impresionada, y él se sentía muy orgulloso.
Era una sensación muy agradable ver hasta dónde había llegado en once años. Para alguien que lo viera desde fuera, parecía tenerlo todo: la casa más grande de Whitaker Falls, un floreciente negocio, una bella esposa y un bebé en camino que satisfarían su anhelo de tener una familia propia... La vida no podía ser mucho mejor para un hombre con un pasado tan duro.
Pero a pesar de todo lo qué había conseguido, lo que más le importaba parecía eludirlo: _____. Aunque parecía haber aceptado su situación, se mostraba muy cautelosa con él. Sin embargo, no podía culparla por ello. Todo había ido demasiado deprisa, y apenas habían tenido tiempo para descubrir cómo habían cambiado durante aquellos once años. Solo con tiempo, cariño, mucha paciencia... y muchos besos, lograría que desapareciera la cautela de _____.
La miró y frunció el ceño. Aunque no habían pasado fuera mucho rato, parecía cansada. Teniendo en cuenta su delicado estado, la tomó cuidadosamente por el codo y la condujo hasta la casa, donde le indicó que se sentara en el balancín que había en el porche. Luego se sentó a su lado, dejando un espacio razonable entre ambos.
—¿En qué estás pensando, _____? —preguntó, decidido a averiguar por qué estaba tan silenciosa. Ella ladeó la cabeza y lo miró especulativamente.
—De todos los sitios en los que podrías haberte permitido vivir, ¿por qué elegiste volver a Whitaker Falls?—
Era lógico que sintiera curiosidad por aquello. Años atrás, Joe llegó a la conclusión de que sería mucho menos complicado para él construirse una casa cerca de Richmond, donde la gente lo conocía como el exitoso hombre de negocios que era. Sin embargo, siempre supo que volvería a Whitaker Falls, a pesar de los problemas que ello podría acarrearle.
Pasando un brazo por el respaldo del asiento, tomó entre los dedos el extremo de la trenza que se había hecho esa mañana _____.
—Sé que puede parecer una locura que haya vuelto al lugar en el que me rechazaron y en el que todo el mundo asocia el apellido Jonas con la desgracia, el escándalo y toda una seria de ofensas, pero el motivo de mi regreso es bastante simple: mis raíces están en Cutter Creek.—
Eso pareció sorprender a _____.
—¿Has vuelto porque creciste aquí?—
—Sí —era tan simple y complejo como eso. Joe trató de explicarse—. Esta tierra perteneció a mis abuelos, luego a mi madre y, a pesar de que ella no se esforzó en lo más mínimo por conservar el único legado que tenía, también era «mi» legado. Cutter Creek forma parte de mí —su tono adquirió un destello de amargura, pero lo reprimió enseguida, negándose a permitir que estropeara lo que había empezado como un día muy agradable—. Siempre quise construir una casa aquí y tener aquí a mi familia, y no soportaría que hubiera otra persona viviendo en Cutter Creek—
_____ asintió, comprensiva, y eso animó a Joe a continuar.
—Quería volver para mejorar la reputación de los Jonas. Todo el mundo recuerda a mi madre borracha y a su hijo ilegítimo, que sólo causaba problemas allí donde iba. Quiero que esta vez las cosas sean diferentes.—
_____ utilizó un pie para balancear suavemente el asiento.
—No puedes cambiar el pasado, Joe.—
—No, no puedo cambiarlo —asintió él—. Pero ahora sé que puedo controlar mi futuro, y en eso va a residir la diferencia. He pasado los últimos once años trabajando duro, tratando de demostrarme a mí mismo que podía ser algo a pesar de mis orígenes. Llegar a donde estoy no ha sido fácil, pero ha merecido la pena.—
—Y ahora tienes tu propio negocio, y asumo que te va muy bien con él —dijo _____, uniendo las manos sobre el vientre—. ¿A qué se dedica exactamente tu empresa?—
Al recordar lo impreciso que fue la noche de su reencuentro con _____, y pensando en lo cauteloso que aún debía ser, Joe eligió sus palabras cuidadosamente.
—Es una empresa de construcción y urbanización. Khann y Asociados, la empresa para la que empecé a trabajar cuando me fui de aquí, me dio el apoyo financiero que necesitaba para poner en marcha mi propio negocio. Yo pujo por los proyectos y los desarrollo y nos repartimos los beneficios. Pero ahora estoy a punto de obtener una propiedad que planeo reurbanizar sin contar con el apoyo financiero de Khann y hasta que obtuviera definitivamente aquella propiedad, eso era todo lo que estaba dispuesto a revelar.
—¿Te mantendrá tu trabajo alejado de casa mucho tiempo? —preguntó _____.
«Casa». A Joe le gustó el sonido de aquella palabra en labios de _____.
—Espero que no. Mi oficina está en Richmond, y en ella trabajan una secretaria y dos proyectistas que revisan mi trabajo. Tendré que pasar al menos tres días a la semana en Richmond, pero aquí puedo ocuparme de muchas cosas con tanta facilidad como en la oficina. Tengo ordenador, fax, impresora, fotocopiadora y todo lo necesario para trabajar cómodamente—
—Trataré de molestarte lo menos posible —dijo _____—. Mi floristería me mantiene bastante ocupada, así que tendrás la casa para tí solo durante el día—
—Nunca me molestarías —aseguró Joe, inclinándose hacia ella y sobrepasando el área de segundad que había mantenido hasta entonces—. Además, no me importaría tenerte cerca, sobre todo por si me entra una urgencia incontrolable por besarte—
Previendo lo que se avecinaba, _____ entreabrió los labios. Pero Joe se limitó a delizar un dedo a lo largo de su nariz.
_____ soltó el aliento exasperada por sus tácticas juguetonas.
—Eres un provocador, Joe Jonas— Él rio suavemente, confiando en que todo iba a ir bien entre ellos... aunque tuvieran que enfrentarse a la opinión de todo el pueblo respecto a su matrimonio.
continuara...
Joe caminó junto a _____ mientras recoman los corrales vacíos que un día esperaba ver llenos de caballos de pura raza. Sentía una gran satisfacción hablándole de sus planes. Habían pasado una hora caminando por el rancho mientras le mostraba los cambios que había realizado. _____ estaba claramente impresionada, y él se sentía muy orgulloso.
Era una sensación muy agradable ver hasta dónde había llegado en once años. Para alguien que lo viera desde fuera, parecía tenerlo todo: la casa más grande de Whitaker Falls, un floreciente negocio, una bella esposa y un bebé en camino que satisfarían su anhelo de tener una familia propia... La vida no podía ser mucho mejor para un hombre con un pasado tan duro.
Pero a pesar de todo lo qué había conseguido, lo que más le importaba parecía eludirlo: _____. Aunque parecía haber aceptado su situación, se mostraba muy cautelosa con él. Sin embargo, no podía culparla por ello. Todo había ido demasiado deprisa, y apenas habían tenido tiempo para descubrir cómo habían cambiado durante aquellos once años. Solo con tiempo, cariño, mucha paciencia... y muchos besos, lograría que desapareciera la cautela de _____.
La miró y frunció el ceño. Aunque no habían pasado fuera mucho rato, parecía cansada. Teniendo en cuenta su delicado estado, la tomó cuidadosamente por el codo y la condujo hasta la casa, donde le indicó que se sentara en el balancín que había en el porche. Luego se sentó a su lado, dejando un espacio razonable entre ambos.
—¿En qué estás pensando, _____? —preguntó, decidido a averiguar por qué estaba tan silenciosa. Ella ladeó la cabeza y lo miró especulativamente.
—De todos los sitios en los que podrías haberte permitido vivir, ¿por qué elegiste volver a Whitaker Falls?—
Era lógico que sintiera curiosidad por aquello. Años atrás, Joe llegó a la conclusión de que sería mucho menos complicado para él construirse una casa cerca de Richmond, donde la gente lo conocía como el exitoso hombre de negocios que era. Sin embargo, siempre supo que volvería a Whitaker Falls, a pesar de los problemas que ello podría acarrearle.
Pasando un brazo por el respaldo del asiento, tomó entre los dedos el extremo de la trenza que se había hecho esa mañana _____.
—Sé que puede parecer una locura que haya vuelto al lugar en el que me rechazaron y en el que todo el mundo asocia el apellido Jonas con la desgracia, el escándalo y toda una seria de ofensas, pero el motivo de mi regreso es bastante simple: mis raíces están en Cutter Creek.—
Eso pareció sorprender a _____.
—¿Has vuelto porque creciste aquí?—
—Sí —era tan simple y complejo como eso. Joe trató de explicarse—. Esta tierra perteneció a mis abuelos, luego a mi madre y, a pesar de que ella no se esforzó en lo más mínimo por conservar el único legado que tenía, también era «mi» legado. Cutter Creek forma parte de mí —su tono adquirió un destello de amargura, pero lo reprimió enseguida, negándose a permitir que estropeara lo que había empezado como un día muy agradable—. Siempre quise construir una casa aquí y tener aquí a mi familia, y no soportaría que hubiera otra persona viviendo en Cutter Creek—
_____ asintió, comprensiva, y eso animó a Joe a continuar.
—Quería volver para mejorar la reputación de los Jonas. Todo el mundo recuerda a mi madre borracha y a su hijo ilegítimo, que sólo causaba problemas allí donde iba. Quiero que esta vez las cosas sean diferentes.—
_____ utilizó un pie para balancear suavemente el asiento.
—No puedes cambiar el pasado, Joe.—
—No, no puedo cambiarlo —asintió él—. Pero ahora sé que puedo controlar mi futuro, y en eso va a residir la diferencia. He pasado los últimos once años trabajando duro, tratando de demostrarme a mí mismo que podía ser algo a pesar de mis orígenes. Llegar a donde estoy no ha sido fácil, pero ha merecido la pena.—
—Y ahora tienes tu propio negocio, y asumo que te va muy bien con él —dijo _____, uniendo las manos sobre el vientre—. ¿A qué se dedica exactamente tu empresa?—
Al recordar lo impreciso que fue la noche de su reencuentro con _____, y pensando en lo cauteloso que aún debía ser, Joe eligió sus palabras cuidadosamente.
—Es una empresa de construcción y urbanización. Khann y Asociados, la empresa para la que empecé a trabajar cuando me fui de aquí, me dio el apoyo financiero que necesitaba para poner en marcha mi propio negocio. Yo pujo por los proyectos y los desarrollo y nos repartimos los beneficios. Pero ahora estoy a punto de obtener una propiedad que planeo reurbanizar sin contar con el apoyo financiero de Khann y hasta que obtuviera definitivamente aquella propiedad, eso era todo lo que estaba dispuesto a revelar.
—¿Te mantendrá tu trabajo alejado de casa mucho tiempo? —preguntó _____.
«Casa». A Joe le gustó el sonido de aquella palabra en labios de _____.
—Espero que no. Mi oficina está en Richmond, y en ella trabajan una secretaria y dos proyectistas que revisan mi trabajo. Tendré que pasar al menos tres días a la semana en Richmond, pero aquí puedo ocuparme de muchas cosas con tanta facilidad como en la oficina. Tengo ordenador, fax, impresora, fotocopiadora y todo lo necesario para trabajar cómodamente—
—Trataré de molestarte lo menos posible —dijo _____—. Mi floristería me mantiene bastante ocupada, así que tendrás la casa para tí solo durante el día—
—Nunca me molestarías —aseguró Joe, inclinándose hacia ella y sobrepasando el área de segundad que había mantenido hasta entonces—. Además, no me importaría tenerte cerca, sobre todo por si me entra una urgencia incontrolable por besarte—
Previendo lo que se avecinaba, _____ entreabrió los labios. Pero Joe se limitó a delizar un dedo a lo largo de su nariz.
_____ soltó el aliento exasperada por sus tácticas juguetonas.
—Eres un provocador, Joe Jonas— Él rio suavemente, confiando en que todo iba a ir bien entre ellos... aunque tuvieran que enfrentarse a la opinión de todo el pueblo respecto a su matrimonio.
continuara...
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
Ok, tengo que decirles estoooo: ustedes son INCREIBLES, GENIALES, DIVINAMENTE GENIALEEEEES!! Es un gusto tenerlas a todas y cada una de ustedes como lectoras!! Es super genial saber que hay nuevas lectoras a las cuales les doy la mas cordial bienvenida, que bueno que les guste la nove... Por otro lado sorry por no subir caps tan seguidos pero esQ mi internet anda fallando -.-! Prometo resolver ese problema y estar mas seguido aqui con ustedes!!
¡¡Cuidense muchoo!!
¡¡Saludooos!!
¡¡Cuidense muchoo!!
¡¡Saludooos!!
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
me encantaron los caps, me encanta la nove. sube mas caps pronto plisssss :)
adina
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