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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
CAPITULO 4
Siendo adolescente solía pasar horas fascinado con aquel cuerpo, y no le sorprendió comprobar que seguía afectándole del mismo modo.
Alzó la mirada y sus ojos se encontraron por primera vez, haciéndolo regresar velozmente en el tiempo y devolviéndolo enseguida al presente. Todos los años de soledad transcurridos entre medias afloraron en su mente, y las palabras empezaron a fluir de su boca antes de que pudiera contenerlas.
—Te he echado de menos, _____ —murmuró con voz ronca—. Más de lo que puedas imaginar. Sólo he pensado en ti durante estos once años—
Los ojos de _____ se abrieron de par en par y, por unos instantes, Joe percibió en ellos una intensa emoción.
—Yo también te he echado de menos—
Un inmenso placer recorrió a Joe al escuchar aquello. Le dio confianza y esperanza para seguir adelante. Cediendo a la tentación de tocarla, alzó una mano y le acarició el pelo.
—¿Sí? —preguntó, deseando saber si había ocupado tanto espacio en los pensamientos de _____ como ella en los de él.
Ella asintió, y se estremeció ligeramente cuando Joe deslizó un dedo por el lateral de su cuello. Él esperaba que dijera algo más sobre cuánto lo había echado de menos, pero en los ojos de _____ brilló una acusación.
—Te fuiste sin decir adiós—
Joe detuvo el movimiento de su mano y la apartó. El tono de _____ le hizo comprender que aún se sentía dolida por lo que le había hecho. Los motivos por los que se fue de Whitaker Falls tan repentinamente los comprendió en una revelación tan abrumadora que no le dejaron tiempo para las despedidas. Mientras siguiera en el pequeño pueblo en el que había crecido y en el que tan mala fama tenía, nunca conseguiría nada, y tampoco tendría la oportunidad de demostrar que podía cambiar, que bajo su recalcitrante comportamiento había cualidades que estaban anhelando ser reconocidas.
Con la esperanza de llegar a ser lo bastante respetable para _____ Holbrook, había intentado modificar su comportamiento rebelde. Pero una fatídica noche destruyó todas sus esperanzas y sueños, obligándolo a escapar a la condena de la comunidad de Whitaker Falls. Solo podía esperar que once años hubieran bastado para sanar las heridas del pasado.
—Lo siento —dijo con suavidad, sabiendo que una disculpa era muy poca compensación para lo que le había hecho a _____.
Ella dejó pasar el comentario, pero si Joe tenía en perspectiva una velada agradable, ya podía ir preparándose. Rodeó la mesa para marcar las distancias.
—¿Por qué no me has dicho que eras tú cuando nos hemos encontrado en el banco? Te has comportado como si no nos conociéramos—
Suponiendo que a ambos les vendría bien una copa de champán, Joe sacó la botella de la cubitera de plata y la abrió.
—El encuentro me pilló por sorpresa, y aún no estaba listo para revelarte quién era —tras servir dos copas, apartó una silla de la mesa e hizo un gesto para que _____ la ocupara.
—Me dejaste creer que eras un desconocido —dijo ella en tono de reproche, mientras se sentaba. Ocupando el otro asiento, Joe sonrió.
—Es posible, pero he sido completamente sincero cuando te he dicho que estabas absolutamente preciosa—
Aquello dejó a _____ sin viento en las velas. Se humedeció el labio inferior con la lengua, sorprendiéndose de inmediato por su provocativa acción.
—No soy preciosa —protestó—. Bonita tal vez, pero no preciosa—
—A los dieciocho eras bonita, pero te has convertido en una mujer preciosa —Joe captó la duda que sus palabras habían despertado en _____ y le costó creer que a lo largo de aquellos años no hubiera habido algún hombre que le hubiera hecho ver lo bella que era—. Y aún tienes la boca más sensual que he visto, con esos labios tan llenos, suaves... y besables—
—Joe...—
—No me cansaba de tu boca, de tus besos —continuó él, haciendo recordar a _____ todo lo que habían compartido—. Me cuesta creer que fuera el primer chico en enseñarte a besar de verdad, pero debo decir que fuiste una estudiante muy aplicada y receptiva —las horas que pasaron perfeccionando aquellos lentos y profundos besos casi lo volvieron loco, pero le enseñaron la verdadera anticipación de esperar algo mucho más especial. Aquella tarde de primavera, él había aprendido lo que era la contención—. ¿Recuerdas aquel día, _____?—
Ella se ruborizó intensamente.
—Sí —contestó, y tomó su copa de champán para dar un trago.
—Yo he revivido ese día y esos besos por lo menos mil veces desde que me fui de Whitaker Falls —dijo Joe, mirándola a los ojos—. Fuiste tan increíblemente generosa y dulce...—
Vio que _____ tragaba saliva y hacía un esfuerzo por mantener la compostura.
—Eso sucedió hace mucho tiempo, Joe—
—Sin embargo parece que fue ayer —dijo él y, tras unos momentos de silencio, apretó el botón cercano al lugar que ocupaba para hacer saber al camarero que estaban listos para empezar a cenar.
_____ dio otro trago, observándolo por encima del borde de la copa.
—¿Y a qué viene tanta intimidad?—
—Quería verte y hablar contigo sin que nos espiaran —una leve sonrisa curvó los labios de Joe—. ¿Te parece mal que quiera estar a solas contigo?—
_____ pareció meditar un momento su respuesta.
—Debo admitir que ahora mismo me sentiría bastante incómoda si estuviéramos en el comedor principal—
—Exacto. No habría tenido sentido buscarse problemas innecesarios—
_____ arqueó una de sus delicadas cejas al escuchar la palabra «problemas».
—Aparte de mí, ¿sabe alguien más que estás en el pueblo?—
Joe captó un destello de preocupación en su mirada y se preguntó si estaría pensando en su padre y en la posibilidad de que este descubriera que había vuelto. Mientras estaba en el banco había recibido algunas miradas especulativas, como si trataran de ubicarlo, pero nadie le había hablado. Charlando con la joven empleada que se había ocupado de su operación, había averiguado que la habían trasladado de Richmond, Virginia, y que estaba comprometida con Eddie Logan, un hombre del pueblo. Ella vivía allí desde hacía poco tiempo, de manera que no sabía nada de él. Aunque estaba haciendo todo lo posible para no ser reconocido, antes o después se sabría la verdad.
Pero cuanto más tarde se supiera, mejor.
—Tú eres la única persona con la que me he puesto en contacto desde que estoy en Whitaker Falls—
En ese momento entró el camarero con un par de ensaladas y una cesta de panecillos crujientes.
Cuando se fue, _____ tomó uno de los panecillos y le puso mantequilla. Luego miró a Joe.
—¿Y qué te ha hecho volver a Whitaker Falls?— Él le dedicó un guiño juguetón—
—Pasaba por aquí por un asunto de negocios y se me ocurrió parar para visitar a una vieja amiga —aquella era otra verdad a medias, pero no podía revelar sus planes hasta que supiera a qué atenerse con _____.
Ella rio, y el sonido de su risa fue como una deliciosa caricia para su alma.
—Pues he de reconocer que ha sido toda una sorpresa—
Joe hincó su tenedor en la ensalada.
—¿Una sorpresa buena o mala?—
—Inesperada —contestó _____, prudentemente—. ¿Cuánto tiempo piensas quedarte por aquí?—
—Hasta mañana —Joe había atendido sus asuntos en Whitaker Falls y debía volver a su empresa en Richmond. A partir de entonces todo dependería de _____ y de la recepción que le dieran en Whitaker Falls—. Me alojo en el Hampton Inn—
El camarero regresó unos momentos después con unas costillas de cordero, patatas con mantequilla y una menestra de verduras de temporada. Ninguno de los dos habló mientras el joven les servía, y el silencio dio tiempo a _____ para observar disimuladamente a Joe.
CONTINUARA
Siendo adolescente solía pasar horas fascinado con aquel cuerpo, y no le sorprendió comprobar que seguía afectándole del mismo modo.
Alzó la mirada y sus ojos se encontraron por primera vez, haciéndolo regresar velozmente en el tiempo y devolviéndolo enseguida al presente. Todos los años de soledad transcurridos entre medias afloraron en su mente, y las palabras empezaron a fluir de su boca antes de que pudiera contenerlas.
—Te he echado de menos, _____ —murmuró con voz ronca—. Más de lo que puedas imaginar. Sólo he pensado en ti durante estos once años—
Los ojos de _____ se abrieron de par en par y, por unos instantes, Joe percibió en ellos una intensa emoción.
—Yo también te he echado de menos—
Un inmenso placer recorrió a Joe al escuchar aquello. Le dio confianza y esperanza para seguir adelante. Cediendo a la tentación de tocarla, alzó una mano y le acarició el pelo.
—¿Sí? —preguntó, deseando saber si había ocupado tanto espacio en los pensamientos de _____ como ella en los de él.
Ella asintió, y se estremeció ligeramente cuando Joe deslizó un dedo por el lateral de su cuello. Él esperaba que dijera algo más sobre cuánto lo había echado de menos, pero en los ojos de _____ brilló una acusación.
—Te fuiste sin decir adiós—
Joe detuvo el movimiento de su mano y la apartó. El tono de _____ le hizo comprender que aún se sentía dolida por lo que le había hecho. Los motivos por los que se fue de Whitaker Falls tan repentinamente los comprendió en una revelación tan abrumadora que no le dejaron tiempo para las despedidas. Mientras siguiera en el pequeño pueblo en el que había crecido y en el que tan mala fama tenía, nunca conseguiría nada, y tampoco tendría la oportunidad de demostrar que podía cambiar, que bajo su recalcitrante comportamiento había cualidades que estaban anhelando ser reconocidas.
Con la esperanza de llegar a ser lo bastante respetable para _____ Holbrook, había intentado modificar su comportamiento rebelde. Pero una fatídica noche destruyó todas sus esperanzas y sueños, obligándolo a escapar a la condena de la comunidad de Whitaker Falls. Solo podía esperar que once años hubieran bastado para sanar las heridas del pasado.
—Lo siento —dijo con suavidad, sabiendo que una disculpa era muy poca compensación para lo que le había hecho a _____.
Ella dejó pasar el comentario, pero si Joe tenía en perspectiva una velada agradable, ya podía ir preparándose. Rodeó la mesa para marcar las distancias.
—¿Por qué no me has dicho que eras tú cuando nos hemos encontrado en el banco? Te has comportado como si no nos conociéramos—
Suponiendo que a ambos les vendría bien una copa de champán, Joe sacó la botella de la cubitera de plata y la abrió.
—El encuentro me pilló por sorpresa, y aún no estaba listo para revelarte quién era —tras servir dos copas, apartó una silla de la mesa e hizo un gesto para que _____ la ocupara.
—Me dejaste creer que eras un desconocido —dijo ella en tono de reproche, mientras se sentaba. Ocupando el otro asiento, Joe sonrió.
—Es posible, pero he sido completamente sincero cuando te he dicho que estabas absolutamente preciosa—
Aquello dejó a _____ sin viento en las velas. Se humedeció el labio inferior con la lengua, sorprendiéndose de inmediato por su provocativa acción.
—No soy preciosa —protestó—. Bonita tal vez, pero no preciosa—
—A los dieciocho eras bonita, pero te has convertido en una mujer preciosa —Joe captó la duda que sus palabras habían despertado en _____ y le costó creer que a lo largo de aquellos años no hubiera habido algún hombre que le hubiera hecho ver lo bella que era—. Y aún tienes la boca más sensual que he visto, con esos labios tan llenos, suaves... y besables—
—Joe...—
—No me cansaba de tu boca, de tus besos —continuó él, haciendo recordar a _____ todo lo que habían compartido—. Me cuesta creer que fuera el primer chico en enseñarte a besar de verdad, pero debo decir que fuiste una estudiante muy aplicada y receptiva —las horas que pasaron perfeccionando aquellos lentos y profundos besos casi lo volvieron loco, pero le enseñaron la verdadera anticipación de esperar algo mucho más especial. Aquella tarde de primavera, él había aprendido lo que era la contención—. ¿Recuerdas aquel día, _____?—
Ella se ruborizó intensamente.
—Sí —contestó, y tomó su copa de champán para dar un trago.
—Yo he revivido ese día y esos besos por lo menos mil veces desde que me fui de Whitaker Falls —dijo Joe, mirándola a los ojos—. Fuiste tan increíblemente generosa y dulce...—
Vio que _____ tragaba saliva y hacía un esfuerzo por mantener la compostura.
—Eso sucedió hace mucho tiempo, Joe—
—Sin embargo parece que fue ayer —dijo él y, tras unos momentos de silencio, apretó el botón cercano al lugar que ocupaba para hacer saber al camarero que estaban listos para empezar a cenar.
_____ dio otro trago, observándolo por encima del borde de la copa.
—¿Y a qué viene tanta intimidad?—
—Quería verte y hablar contigo sin que nos espiaran —una leve sonrisa curvó los labios de Joe—. ¿Te parece mal que quiera estar a solas contigo?—
_____ pareció meditar un momento su respuesta.
—Debo admitir que ahora mismo me sentiría bastante incómoda si estuviéramos en el comedor principal—
—Exacto. No habría tenido sentido buscarse problemas innecesarios—
_____ arqueó una de sus delicadas cejas al escuchar la palabra «problemas».
—Aparte de mí, ¿sabe alguien más que estás en el pueblo?—
Joe captó un destello de preocupación en su mirada y se preguntó si estaría pensando en su padre y en la posibilidad de que este descubriera que había vuelto. Mientras estaba en el banco había recibido algunas miradas especulativas, como si trataran de ubicarlo, pero nadie le había hablado. Charlando con la joven empleada que se había ocupado de su operación, había averiguado que la habían trasladado de Richmond, Virginia, y que estaba comprometida con Eddie Logan, un hombre del pueblo. Ella vivía allí desde hacía poco tiempo, de manera que no sabía nada de él. Aunque estaba haciendo todo lo posible para no ser reconocido, antes o después se sabría la verdad.
Pero cuanto más tarde se supiera, mejor.
—Tú eres la única persona con la que me he puesto en contacto desde que estoy en Whitaker Falls—
En ese momento entró el camarero con un par de ensaladas y una cesta de panecillos crujientes.
Cuando se fue, _____ tomó uno de los panecillos y le puso mantequilla. Luego miró a Joe.
—¿Y qué te ha hecho volver a Whitaker Falls?— Él le dedicó un guiño juguetón—
—Pasaba por aquí por un asunto de negocios y se me ocurrió parar para visitar a una vieja amiga —aquella era otra verdad a medias, pero no podía revelar sus planes hasta que supiera a qué atenerse con _____.
Ella rio, y el sonido de su risa fue como una deliciosa caricia para su alma.
—Pues he de reconocer que ha sido toda una sorpresa—
Joe hincó su tenedor en la ensalada.
—¿Una sorpresa buena o mala?—
—Inesperada —contestó _____, prudentemente—. ¿Cuánto tiempo piensas quedarte por aquí?—
—Hasta mañana —Joe había atendido sus asuntos en Whitaker Falls y debía volver a su empresa en Richmond. A partir de entonces todo dependería de _____ y de la recepción que le dieran en Whitaker Falls—. Me alojo en el Hampton Inn—
El camarero regresó unos momentos después con unas costillas de cordero, patatas con mantequilla y una menestra de verduras de temporada. Ninguno de los dos habló mientras el joven les servía, y el silencio dio tiempo a _____ para observar disimuladamente a Joe.
CONTINUARA
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
hay dios qe pasara ahora ya qiero saber
siguela plis
siguela plis
Nani Jonas
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!
me encanta!! estuvieron los 2 caps muy bonitos!!!
porfavor siguela!!
esperare con ansias!!
me encanta!! estuvieron los 2 caps muy bonitos!!!
porfavor siguela!!
esperare con ansias!!
yamijonasforever
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
CAPITULO 5
Una vez superada la conmoción inicial de verlo, tenía cientos de preguntas que hacerle, preguntas a las que Joe estaba contestando, aunque seleccionando cuidadosamente lo que decía. Suponía que, teniendo en cuenta su pasado y la reputación que había dejado atrás, tenía todo el derecho del mundo a hacerlo, pero ella quería algo más que la información superficial que le estaba ofreciendo. ¿Qué le habría hecho realmente volver allí? ¿Los «negocios» que había mencionado, o la curiosidad? ¿Y qué negocios podía tener por allí?
Tomó un trozo de cordero y bebió un poco de champán. Las burbujas le cosquillearon en la garganta relajándola.
—¿Y qué has estado haciendo todos estos años? Está claro que te han sentado bien—
Algo destelló en la mirada de Joe. Una mezcla de orgullo y cautela.
—Como supondrás, las cosas no empezaron así. Cuando me marché de Whitaker Falls fui a Richmond y conseguí un trabajo en una empresa de construcción. Empecé como peón de albañil y fui ascendiendo hasta convertirme en director de proyectos—
_____ esperó a que siguiera, pero Joe no parecía dispuesto a ofrecerle más información.
—Me alegra que te haya ido tan bien— Cuando terminó de comer, Joe dejó sus cubiertos en el plato—
—¿Y qué me dices de ti? Ahora tienes tu floristería. Me ha gustado mucho —sonrió, y el hoyuelo de su mejilla hizo que _____ sintiera un cosquilleo por todo el cuerpo.
Le devolvió la sonrisa, aunque con la clara sensación de que Joe le había devuelto la pelota para evitar hablar de sí mismo.
—Me encanta trabajar en la floristería, y no me puedo quejar de cómo van las cosas— Joe volvió a llenar las copas.—
—¿Y tu padre? ¿Qué tal está?—
_____ permaneció un momento en silencio. En circunstancias normales, habría respondido a la pregunta de Joe sin dudarlo, pero teniendo en cuenta que su padre odiaba a Joe, y que este lo sabía, la pregunta resultaba un tanto incongruente. Pero cuando se fijó en sus oscuros ojos color violeta no vio en ellos animosidad hacia Ellis Holsbrook, sino sincero interés.
—Mi padre está bien —contestó, tras limpiarse los labios con la servilleta—. Aún trabaja como médico de familia, aunque sólo media jornada. ¿Recuerdas al doctor Chase, el socio de mi padre? —cuando Joe asintió, continuó—. Probablemente se ocupará de la consulta cuando mi padre se retire, cosa que espero que suceda pronto—
—¿Y tu madre?—
_____ sintió una intensa punzada de tristeza, y se preguntó si alguna vez dejaría de echar de menos a su madre de forma tan dolorosa. Joe no debía de saber que había fallecido un año después de la muerte de su hijo, ni que su padre lo consideraba culpable de lo sucedido.
—Hace diez años que murió a causa de una neumonía —contestó.
—Cuánto lo siento, _____ —dijo Joe, con genuino pesar. Se levantó, rodeó la mesa y se acercó a ella, ofreciéndole la mano—. Creo que a los dos nos vendría bien tomar un poco de aire fresco —señaló con la cabeza el balcón.
_____ asintió y colocó su mano en la de Joe, mucho más grande. Se sintió como si la estuviera arropando, tanto física como emocionalmente. Era extraño que después de once años hubiera vuelto a meterse con tanta facilidad en su corazón. Porque por mucho daño que le hubiera hecho con su repentina marcha, por mucho que ambos hubieran cambiado durante ese tiempo, aún sentía aquella increíble afinidad con él, como si fuera el hombre destinado para ella. Pero sabía que aquello era absurdo, que solo eran los restos de sus fantasías juveniles, plagadas de finales felices y caballeros de brillantes armaduras. Ahora era una mujer madura y la experiencia le había enseñado que debía ser práctica en sus expectativas respecto a los hombres, los romances y las promesas eternas.
continuara...
Una vez superada la conmoción inicial de verlo, tenía cientos de preguntas que hacerle, preguntas a las que Joe estaba contestando, aunque seleccionando cuidadosamente lo que decía. Suponía que, teniendo en cuenta su pasado y la reputación que había dejado atrás, tenía todo el derecho del mundo a hacerlo, pero ella quería algo más que la información superficial que le estaba ofreciendo. ¿Qué le habría hecho realmente volver allí? ¿Los «negocios» que había mencionado, o la curiosidad? ¿Y qué negocios podía tener por allí?
Tomó un trozo de cordero y bebió un poco de champán. Las burbujas le cosquillearon en la garganta relajándola.
—¿Y qué has estado haciendo todos estos años? Está claro que te han sentado bien—
Algo destelló en la mirada de Joe. Una mezcla de orgullo y cautela.
—Como supondrás, las cosas no empezaron así. Cuando me marché de Whitaker Falls fui a Richmond y conseguí un trabajo en una empresa de construcción. Empecé como peón de albañil y fui ascendiendo hasta convertirme en director de proyectos—
_____ esperó a que siguiera, pero Joe no parecía dispuesto a ofrecerle más información.
—Me alegra que te haya ido tan bien— Cuando terminó de comer, Joe dejó sus cubiertos en el plato—
—¿Y qué me dices de ti? Ahora tienes tu floristería. Me ha gustado mucho —sonrió, y el hoyuelo de su mejilla hizo que _____ sintiera un cosquilleo por todo el cuerpo.
Le devolvió la sonrisa, aunque con la clara sensación de que Joe le había devuelto la pelota para evitar hablar de sí mismo.
—Me encanta trabajar en la floristería, y no me puedo quejar de cómo van las cosas— Joe volvió a llenar las copas.—
—¿Y tu padre? ¿Qué tal está?—
_____ permaneció un momento en silencio. En circunstancias normales, habría respondido a la pregunta de Joe sin dudarlo, pero teniendo en cuenta que su padre odiaba a Joe, y que este lo sabía, la pregunta resultaba un tanto incongruente. Pero cuando se fijó en sus oscuros ojos color violeta no vio en ellos animosidad hacia Ellis Holsbrook, sino sincero interés.
—Mi padre está bien —contestó, tras limpiarse los labios con la servilleta—. Aún trabaja como médico de familia, aunque sólo media jornada. ¿Recuerdas al doctor Chase, el socio de mi padre? —cuando Joe asintió, continuó—. Probablemente se ocupará de la consulta cuando mi padre se retire, cosa que espero que suceda pronto—
—¿Y tu madre?—
_____ sintió una intensa punzada de tristeza, y se preguntó si alguna vez dejaría de echar de menos a su madre de forma tan dolorosa. Joe no debía de saber que había fallecido un año después de la muerte de su hijo, ni que su padre lo consideraba culpable de lo sucedido.
—Hace diez años que murió a causa de una neumonía —contestó.
—Cuánto lo siento, _____ —dijo Joe, con genuino pesar. Se levantó, rodeó la mesa y se acercó a ella, ofreciéndole la mano—. Creo que a los dos nos vendría bien tomar un poco de aire fresco —señaló con la cabeza el balcón.
_____ asintió y colocó su mano en la de Joe, mucho más grande. Se sintió como si la estuviera arropando, tanto física como emocionalmente. Era extraño que después de once años hubiera vuelto a meterse con tanta facilidad en su corazón. Porque por mucho daño que le hubiera hecho con su repentina marcha, por mucho que ambos hubieran cambiado durante ese tiempo, aún sentía aquella increíble afinidad con él, como si fuera el hombre destinado para ella. Pero sabía que aquello era absurdo, que solo eran los restos de sus fantasías juveniles, plagadas de finales felices y caballeros de brillantes armaduras. Ahora era una mujer madura y la experiencia le había enseñado que debía ser práctica en sus expectativas respecto a los hombres, los romances y las promesas eternas.
continuara...
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
Aww chicas muchas gracias por sus comentarios, que bueno Q las nove les agradee... Bienvenidas a las nuevas lectoras! un gusto tenerlas por aQui...
¡¡Saludoos!! :hi:
¡¡Saludoos!! :hi:
Última edición por †StayStrong† el Mar 13 Sep 2011, 9:36 am, editado 1 vez
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
hola,nueva lectora se ve bien interesante,me ha encantado
debes de seguirlaaaa!!!!
debes de seguirlaaaa!!!!
Invitado
Invitado
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
M e encanta siguela esta espectacular :D
-GrizJonasLovatoCyrus-
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
CAPITULO 6
El balcón estaba a oscuras, iluminado tan solo por la luna. _____ soltó la mano de Joe y curvó los dedos en torno a la barandilla mientras respiraba el fresco aire de abril. Aunque podían oír el sonido de la gente hablando en el comedor principal, unos balcones más abajo, Joe y ella parecían estar en un mundo aparte. Y ella lo prefería así. No tenía ningún deseo de enfrentarse a las miradas de curiosidad y los susurros a sus espaldas. Nadie tenía por qué saber que había pasado la velada con Joseph Jonas. En especial, su padre.
—No hay duda de que las cosas han cambiado desde que me fui —dijo Joe en tono desenfadado, metiendo las manos en los bolsillos traseros del pantalón—. Aunque también es cierto que algunas siguen exactamente igual—
_____ lo miró con curiosidad.
—¿Te refieres a la gente?—
—A todo el pueblo. Whitaker Town Square es nuevo, y creo que ha aportado una zona moderna y muy necesaria para la población. Sin embargo, Frankie y Earnest siguen sentándose fuera de la peluquería para jugar al ajedrez mientras ven cómo pasa la vida—
_____ no comentó que el ritual diario de Frankie y Earnest podía acabar pronto, dependiendo de lo que el nuevo dueño de aquella hilera de tiendas decidiera hacer con su propiedad.
—¿Te has parado a saludarlos?—
—No —la sonrisa de Joe resultó adorablemente picara—. No sé si aún querrán vengarse por la vez que pasé junto a ellos con mi bicicleta y les tiré un montón de petardos que estuvieron a punto de causarles un ataque al corazón—
_____ rió al recordar aquello, aunque también recordó el revuelo que siguió al incidente. Lo que hizo Joe fue peligroso, desde luego, pero cuando ella le contó a su madre lo sucedido, Felice se limitó a mover la cabeza con tristeza. Mientras todo el mundo condenaba a Joe, ella opinaba que solo actuaba así para llamar la atención. Por aquel entonces _____ no entendía a qué se refería su madre, hasta que conoció directamente a Joe y vio en sus ojos la hostilidad, el dolor y la soledad de un muchacho perdido. Y, a pesar de las advertencias de su padre para que se mantuviera alejada de él, se empeñó en hacerse amiga suya y en aceptarlo a pesar de todo el pueblo.
En ningún momento se le pasó por la cabeza que pudiera llegar a enamorarse de él.
Pensó en las cosas que habían permanecido iguales durante su ausencia, y en las que habían cambiado. Como el lugar en que Joe había crecido.
—No sé si ya lo sabes, Joe, pero... ¿has estado en Cutter Creek?—
—Sí —la expresión de Joe permaneció impenetrable—. He visto que alguien ha construido una casa bastante impresionante allí—
La palabra «impresionante» no bastaba para describir la gran casa estilo rancho, con establo, corrales y todo lo necesario para guardar ganado.
—La casa es el último cotilleo de Whitaker Falls— Joe miró a _____ con expresión divertida.
—¿En serio?—
—Corren rumores de que la tierra fue comprada por una sociedad llamada JAJ. Quien quiera que sea, hizo tirar la antigua casa y construyó esa —_____ esperó a que Joe confirmara o negara la especulación, si es que sabía algo al respecto. La casa entró en subasta poco después de que la madre de Joe muriera, cosa que sucedió pocos meses antes de que este se fuera del pueblo—
—Es asombroso lo que puede comprar el dinero, ¿verdad? —murmuró él en tono sarcástico—. ¿Ha conocido ya alguien al nuevo dueño?—
—No, y la cuadrilla que construyó la nueva casa tampoco parecía conocerlo. Todo pasaba por JAJ. La casa ya está acabada, así que supongo que solo es cuestión de tiempo que aparezca el nuevo residente—
Como Joe no contestó, _____ asumió que no sabía nada sobre la persona que había comprado la tierra que perteneció a su abuelo. Su madre, Candace heredó la propiedad, pero tuvo que hipotecarla para poder mantener su ritmo de juergas y alcohol, dejando a Joe sin nada.
La orquesta del comedor principal comenzó a tocar una pieza y la música pareció envolverlos. El rostro de Joe adquirió una nostálgica expresión mientras miraba hacia el campo de golf, aunque _____ no pudo imaginar qué había llamado su atención. Era un hombre lleno de secretos, un enigmático rompecabezas que no sabía cómo ensamblar. Porque a pesar de lo que habían hablado durante el rato que llevaban juntos, sentía que Joe le estaba ocultando muchas cosas, y no podía evitar sentir una gran curiosidad.
—Es tan extraño estar aquí mirando el campo de golf —murmuró él, en tono extrañamente humilde.
_____ miró su delineado perfil, su boca sensual, su firme mandíbula.
—¿Por qué?—
—Porque estoy acostumbrado a verlo desde el otro lado —contestó él con sencillez.
El corazón de _____ voló de inmediato hacia él, hacia el marginado que fue en su juventud. Nunca se había parado a pensar en cómo vería el pueblo desde su perspectiva, pero quería saberlo.
—Cuéntamelo —dijo.
—Cuando era un muchacho solía sentarme en el campo de golf por la noche, allí, en la colina que se halla junto al hoyo número trece —Joe señaló el lugar y _____ lo siguió con la mirada—. Solía quedarme allí horas, mirando las puertas que daban al comedor del club de campo, viendo a la gente comer y preguntándome a qué sabrían la langosta y el solomillo. Y si tenía mucha suerte, los veía a ti y a tu familia cenando juntos —lentamente, se volvió hacia ella y alzó una mano para apartar un rizo de la mejilla de _____—. Veía bailar a las parejas y a veces te veía entre los brazos de algún joven patoso, y me imaginaba lo que sería bailar contigo, sostenerte entre mis brazos... Que ridiculez, ¿no?—
_____ imaginó lo distante, aislado y marginado que debía de sentirse del resto del pueblo. A pesar del nudo que se le hizo en la garganta, logró decir:
—Eso no tiene nada de ridículo—
Él le devolvió una mirada de cautela, aunque atemperada por el encanto que había desarrollado con la madurez.
—Solo tú podrías pensar eso—
_____ no podía compensarlo por su triste adolescencia, pero en aquellos momentos deseó darle algo que lo compensara por todos los bailes que se había perdido. Al menos, eso sí podía hacerlo.
Moviéndose despacio, apoyó ambas manos en el pecho de Joe, sintiendo en ellas el firme latido de su corazón. Luego las deslizó en torno a su cuello, acortando gradualmente la distancia que los separaba. Los músculos de Joe se tensaron y ella disfrutó con la corriente de deseo que le recorrió las venas.
Los increíbles ojos de Joe adquirieron un brillo casi ardiente y apoyó las manos en las caderas de _____ para impedir que sus cuerpos se unieran.
—¿Qué haces? —preguntó con voz ronca.
Una sonrisa muy femenina curvó los labios de _____ mientras la seductora balada parecía envolverlos.
—Relájate y rodéame con tus brazos. Voy a darte ese baile que tanto deseaste—
CONTINUARA
El balcón estaba a oscuras, iluminado tan solo por la luna. _____ soltó la mano de Joe y curvó los dedos en torno a la barandilla mientras respiraba el fresco aire de abril. Aunque podían oír el sonido de la gente hablando en el comedor principal, unos balcones más abajo, Joe y ella parecían estar en un mundo aparte. Y ella lo prefería así. No tenía ningún deseo de enfrentarse a las miradas de curiosidad y los susurros a sus espaldas. Nadie tenía por qué saber que había pasado la velada con Joseph Jonas. En especial, su padre.
—No hay duda de que las cosas han cambiado desde que me fui —dijo Joe en tono desenfadado, metiendo las manos en los bolsillos traseros del pantalón—. Aunque también es cierto que algunas siguen exactamente igual—
_____ lo miró con curiosidad.
—¿Te refieres a la gente?—
—A todo el pueblo. Whitaker Town Square es nuevo, y creo que ha aportado una zona moderna y muy necesaria para la población. Sin embargo, Frankie y Earnest siguen sentándose fuera de la peluquería para jugar al ajedrez mientras ven cómo pasa la vida—
_____ no comentó que el ritual diario de Frankie y Earnest podía acabar pronto, dependiendo de lo que el nuevo dueño de aquella hilera de tiendas decidiera hacer con su propiedad.
—¿Te has parado a saludarlos?—
—No —la sonrisa de Joe resultó adorablemente picara—. No sé si aún querrán vengarse por la vez que pasé junto a ellos con mi bicicleta y les tiré un montón de petardos que estuvieron a punto de causarles un ataque al corazón—
_____ rió al recordar aquello, aunque también recordó el revuelo que siguió al incidente. Lo que hizo Joe fue peligroso, desde luego, pero cuando ella le contó a su madre lo sucedido, Felice se limitó a mover la cabeza con tristeza. Mientras todo el mundo condenaba a Joe, ella opinaba que solo actuaba así para llamar la atención. Por aquel entonces _____ no entendía a qué se refería su madre, hasta que conoció directamente a Joe y vio en sus ojos la hostilidad, el dolor y la soledad de un muchacho perdido. Y, a pesar de las advertencias de su padre para que se mantuviera alejada de él, se empeñó en hacerse amiga suya y en aceptarlo a pesar de todo el pueblo.
En ningún momento se le pasó por la cabeza que pudiera llegar a enamorarse de él.
Pensó en las cosas que habían permanecido iguales durante su ausencia, y en las que habían cambiado. Como el lugar en que Joe había crecido.
—No sé si ya lo sabes, Joe, pero... ¿has estado en Cutter Creek?—
—Sí —la expresión de Joe permaneció impenetrable—. He visto que alguien ha construido una casa bastante impresionante allí—
La palabra «impresionante» no bastaba para describir la gran casa estilo rancho, con establo, corrales y todo lo necesario para guardar ganado.
—La casa es el último cotilleo de Whitaker Falls— Joe miró a _____ con expresión divertida.
—¿En serio?—
—Corren rumores de que la tierra fue comprada por una sociedad llamada JAJ. Quien quiera que sea, hizo tirar la antigua casa y construyó esa —_____ esperó a que Joe confirmara o negara la especulación, si es que sabía algo al respecto. La casa entró en subasta poco después de que la madre de Joe muriera, cosa que sucedió pocos meses antes de que este se fuera del pueblo—
—Es asombroso lo que puede comprar el dinero, ¿verdad? —murmuró él en tono sarcástico—. ¿Ha conocido ya alguien al nuevo dueño?—
—No, y la cuadrilla que construyó la nueva casa tampoco parecía conocerlo. Todo pasaba por JAJ. La casa ya está acabada, así que supongo que solo es cuestión de tiempo que aparezca el nuevo residente—
Como Joe no contestó, _____ asumió que no sabía nada sobre la persona que había comprado la tierra que perteneció a su abuelo. Su madre, Candace heredó la propiedad, pero tuvo que hipotecarla para poder mantener su ritmo de juergas y alcohol, dejando a Joe sin nada.
La orquesta del comedor principal comenzó a tocar una pieza y la música pareció envolverlos. El rostro de Joe adquirió una nostálgica expresión mientras miraba hacia el campo de golf, aunque _____ no pudo imaginar qué había llamado su atención. Era un hombre lleno de secretos, un enigmático rompecabezas que no sabía cómo ensamblar. Porque a pesar de lo que habían hablado durante el rato que llevaban juntos, sentía que Joe le estaba ocultando muchas cosas, y no podía evitar sentir una gran curiosidad.
—Es tan extraño estar aquí mirando el campo de golf —murmuró él, en tono extrañamente humilde.
_____ miró su delineado perfil, su boca sensual, su firme mandíbula.
—¿Por qué?—
—Porque estoy acostumbrado a verlo desde el otro lado —contestó él con sencillez.
El corazón de _____ voló de inmediato hacia él, hacia el marginado que fue en su juventud. Nunca se había parado a pensar en cómo vería el pueblo desde su perspectiva, pero quería saberlo.
—Cuéntamelo —dijo.
—Cuando era un muchacho solía sentarme en el campo de golf por la noche, allí, en la colina que se halla junto al hoyo número trece —Joe señaló el lugar y _____ lo siguió con la mirada—. Solía quedarme allí horas, mirando las puertas que daban al comedor del club de campo, viendo a la gente comer y preguntándome a qué sabrían la langosta y el solomillo. Y si tenía mucha suerte, los veía a ti y a tu familia cenando juntos —lentamente, se volvió hacia ella y alzó una mano para apartar un rizo de la mejilla de _____—. Veía bailar a las parejas y a veces te veía entre los brazos de algún joven patoso, y me imaginaba lo que sería bailar contigo, sostenerte entre mis brazos... Que ridiculez, ¿no?—
_____ imaginó lo distante, aislado y marginado que debía de sentirse del resto del pueblo. A pesar del nudo que se le hizo en la garganta, logró decir:
—Eso no tiene nada de ridículo—
Él le devolvió una mirada de cautela, aunque atemperada por el encanto que había desarrollado con la madurez.
—Solo tú podrías pensar eso—
_____ no podía compensarlo por su triste adolescencia, pero en aquellos momentos deseó darle algo que lo compensara por todos los bailes que se había perdido. Al menos, eso sí podía hacerlo.
Moviéndose despacio, apoyó ambas manos en el pecho de Joe, sintiendo en ellas el firme latido de su corazón. Luego las deslizó en torno a su cuello, acortando gradualmente la distancia que los separaba. Los músculos de Joe se tensaron y ella disfrutó con la corriente de deseo que le recorrió las venas.
Los increíbles ojos de Joe adquirieron un brillo casi ardiente y apoyó las manos en las caderas de _____ para impedir que sus cuerpos se unieran.
—¿Qué haces? —preguntó con voz ronca.
Una sonrisa muy femenina curvó los labios de _____ mientras la seductora balada parecía envolverlos.
—Relájate y rodéame con tus brazos. Voy a darte ese baile que tanto deseaste—
CONTINUARA
.Lu' Anne Lovegood.
Re: UNA BODA SORPRESA (Joe&tu) [TERMINADA]
Bienvenidas a las nuevas lectoras! un gusto tenerlas por aQui...
¡¡Saludoos!! :hi:
¡¡Saludoos!! :hi:
.Lu' Anne Lovegood.
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