Who are you? |Doctor Who|

Capítulo 2

The rings of Akhaten

Las hojas se arrastraban entre la húmeda hierva de otoño, la puerta de un jardín trasero se movía a causa del aire, los arboles bailaban. Un joven de pelo negro paseaba por las calles de aquél vecindario, intentando saber donde se situaba mientras luchaba contra el viento para que no le quitara su mapa. Una hoja de extraño color naranja se suelta del árbol aterrizando en la cara del chico que caminaba perdido, en un instante no podía ver nada así que suelta su amada guía de caminos para poder apartarse aquella peculiar cosa que le tapaba la vista, pero cuando se deshace de esta ve como un coche va a su dirección. Él se tapa la cara con las manos esperando el impulso contra el coche pero este no se produce, una joven le salva de las garras de la muerte, "Santo cielo, te encuentras bien" dice ella. Él se para a observarla con delicadeza. Su cabello es de un castaño oscuro y con este tapa su frente con un ligero flequillo, sobre él descansa un pañuelo de color negro. Viste una camisa azul vaquera, con una falda de tubo y unas medias negras. "Si, estoy bien" le contesta él mientras en su rostro se forma una gran sonrisa. 

La lluvia caía a mares, pero a los dos jóvenes no les importaba, simplemente corrían para resguardarse. Al llegar al patio ambos intentan desviar la mirada pero es inevitable, "Tengo algo para ti" dice él para luego mirarla, "¿Para mi?" le pregunta ella curiosa. Él rebusca en su chaqueta para después sacar una hoja de color naranja arrugada y bastante seca, "¿la guardaste?" le pregunta ella junto con una mirada de sorpresa "Claro que la guardé. Esta hoja concreta creció de una manera concreta, en ese lugar concreto para que luego ese viento en concreto la arrancara de ese árbol y hacerla volar hasta en mi cara en concreto, en ese momento concreto. Y si una de esas cosas en concreto, no hubiera ocurrido yo jamás te habría conocido.-ella traga saliva mientras admira su discurso fascinada- Lo que la convierte en la hoja, más importante de la humanidad." le responde con su corazón,  acabando con un beso que forjará las ramas de una futura relación.

La joven abre la habitación y ve a su marido con la pequeña sobre sus brazos haciendo que una sonrisa se forme en sus finos labios, los pequeños pasos de la niña, cuando su madre le solía leer su libro favorito, jugando en el parque. Su vida continuaba como cualquier otra.

Ninguno de los dos sabía que en estas ocasiones siempre había alguien que se escondía detrás de un libro, revista o periódico y unas peculiares gafas, mientras observaba con gesto extraño. Bajo la lluvia fría, bajo el tormento del todo el aguardaba allí y en pocas ocasiones interactuaba con ellos.  Solo una vez, en la extraña ocasión en las que ellos estaban con su preciosa hija en el parque mientras ella jugaba a la pelota, al parecer realizó un mal tiro, cayendo el balón sobre la cabeza del hombre extraño con barbilla graciosa. "Oh, por todas las estrellas ¿te encuentras bien?" dice la mujer mientras corre a ver si el joven se encontraba bien, este se levanta de un tirón para luego ponerse en posición de defensa y parar a relajarse, "Bien, fantástico -dice mientras alza sus manos al aire- Tal vez un poco avergonzado, ¿es peligrosa?" le pregunta él curioso."¿El que?" le pregunta extrañada, "la vergüenza" le responde este "Oh, no. Normalmente no, que yo sepa" le responde con una sonrisa mientras acuden su hija y su marido, "Amigo, lo siento mucho pero es que ahora quiere convertirse en futbolista" le explica el padre mientras apoya su mano en el hombro del joven en señal de saludo "tranquilo fue culpa mía, no ha habido daños. Hola.. -le dice a la pequeña y entonces la madre pronuncia su nombre, Clara- Ah, hola Clara." le dice con una sonrisa sincera y la pequeña se ríe.

Las hojas de un libro se pasan sobre un día frío y oscuro, en ellas se lee: Propiedad de Clara Oswald, pero cuando se pasa a la primera pone Ellie Ravenwood. Una lágrima cae sobre el papel, haciendo que la tinta de este se disuelva sobre la gota de h2o para luego resbalar en este. El libro se cierra y la joven que lo mantenía en sus manos pasa a apretarlo contra su pecho,las lágrimas caen sin cesar del rostro de la joven mientras mira con tristeza la tumba de su madre con su padre al lado. Él joven de barbilla graciosa miraba la escena escondido detrás de un árbol, pone gesto de fastidio y corre hasta llegar a donde se encuentra su cabina azul, la abre y entra. Agarra el monitor malhumorado para luego hablar consigo mismo "Solo es una chica, ¿como puede ser ella? -dice mientras pasan las imágenes de la joven-¡No puede ser, lo ves, no puede ser!. Ella no es posible."

Clara permanecía sobre las escaleras que daban a la puerta de la recepción de los Maitland, esperando inquieta con su libro favorito entre sus brazos. No fue hasta que escuchó un sonido en particular, cuando se le formó una sonrisa en el rostro y corrió hacia la puerta para encontrarse con aquella cabina mágica. Entrar en ella y volver a sorprenderse por el enorme interior que había en esta.

-¿Nos estamos moviendo, a través del tiempo real?- pregunta ella mientras admira con sus propios ojos- ¿De que esta hecho el tiempo?. Si se puede atravesar debe estar hecho de algo como la mermelada esta hecha de fresas, ¿de qué esta hecho?
-De fresas... No, no, eso sería inaceptable.-le responde mientras se acomoda la pajarita-.
-¿Podemos ir donde queramos?-le pregunta la joven entusiasmada.
-Si es razonable, bueno yo digo razonable
-¿Puede retroceder en el tiempo? -le preguntaba ella y él se limitaba a responderle con el mismo entusiasmo "y en el espacio"- ¿También avanzar en el tiempo?-para que él le volviera a responder "y en el espacio", haciendo que a la joven no pudiera reprimir la sonrisa formada en su cara.
-Y dime, ¿dónde quieres ir, qué quieres ver?-le pregunta él mientras da una vuelta a la consola.
-No lo se- dice esta extrañada por no saber donde quiere ir, él sonríe nervioso esperando la respuesta sobre el lugar- ¿Sabes cuando alguien te pregunta por tu libro favorito y entonces olvidas todos los libros que has leído?-le pregunta esta y él responde negando con la cabeza- Pues es algo, que ya sabes, pasa.
-Vuelve, a la pregunta- le pide viendo que se va del tema.
-Bueno, pues... Pues, pues- dice haciendo un gesto con las manos y corriendo hacia la barandilla- Pues me gustaría ver, me gustaría ver, lo que me gustaría ver es...- dice moviendo los ojos de un lado para otro mientras piensa en su respuesta para que luego se le forme una sonrisa evocadora- Algo impresionante.

Entonces el doctor tira de la palanca, haciendo que la joven casi caiga de no ser por la barandilla de seguridad, después toca unos cuantos botones más agitando los brazos mientras rueda de un lado a otro y dirige su nave. Y al fin, tierra firme. Él decide taparle los ojos para que su asombro sea mayor, la guía unos pasos hasta el límite de donde se encuentran, para su sorpresa lo que ve cuando sus manos se separan de sus ojos es incomparable. La luz que les iluminaba era de un hermoso sol alienigena, de un color anaranjado sobretodo en el centro, cubierto por unos aros similares a los de saturno solo que estos estaban hechos de otro tipo de restos y poseían un color azulado, al rededor de este majestuoso sol podían verse unos enormes trozos de rocas que resultaban ser siete mundos que giraban a su órbita. La pirámide de los anillos de Akhaten, un lugar sagrado para los cantantes del sol, todos compartiendo una creencia de que la vida en el universo se creó en este lugar. Leyendas tal vez, pero siempre se respetan las creencias de otros. Mientras el doctor se lo trataba de explicar todo a la joven ella miraba el lugar con asombro, solo hicieron falta tres palabras para que el doctor pudiera pensar en que se arrepentía de tener una nueva compañera "¿podemos acercarnos más?", a lo que él le respondió ofreciéndole su mano y consiguiendo que ella aceptara para correr al interior de la Tardis.

El amplio mercado parecía rebosar de gente, al fin y al cabo todos se reunían para un acto especial, muy especial. Distintos tipos de obsequios y cacharros extraños se adueñaban del lugar buscando dueño, el doctor y Clara aparecieron en la nada son su extraña nave dejándola apartada para luego pasear por la plaza. Grandes ojos, antenas, color rosa, narices extrañas, branquias y de más cosas extrañas se veían en los rostros de la multitud. son sobretodo del sistema local, Panbabvlonians, Lugal-irra-kush, Lucanianos, hooloovoos, Qom voTivig... La lista de seres era grande. La joven miraba anonadada y con gesto amable a su alrededor, mientras él saludaba a algunos de los que nombraba causándole gracia, pero en ese momento justo desaparece dejándola sola mientras esta corre a buscarle. El Doctor coge una cesta con una especie de magdalenas especiales, que parecen ser de hielo y brillar de un color azulado, le ofrece una y ella la prueba agradecida para luego comprobar que estaba realmente bueno.

-¿Que hace toda esta gente aquí?-pregunta ella curiosa.
-Muy bien Clara, todos ellos están aquí para el festival de las ofrendas. Tiene lugar cada mil años o así, cuando los anillos se alinean, es muy importante localmente como el martes de tortitas-le dice mientras caminan y ella le sigue, pero en eso se choca con un extraño de nariz grande y piel verde, este le empieza a ladrar y ella no sabe que hacer en ello vuelve a aparecer él, que empieza a ladrar como un perro.
-¿Que pasa, por que esta enfadado?-le pregunta ella.
-No es un tío es una tía, Dorin es Clara, Clara es Dorin-dice él presentándolas- Parece un poco gruñona pero es un amor total, a que si..-dice mientras le hace cosquillas en la parte del cuello- Pregunta si queremos alquilar una moto, brum-dice intentando imitar el sonido de un motor de una motocicleta, ella asiente y le responde con un ladrido intentando comunicarse con Dorin.
-¿Cuanto cuesta?-le pregunta ella.
-Dinero no, algo valioso de valor sentimental. Como una fotografía, una carta de amor o algo así, es lo que se utiliza como moneda aquí-le explica y ella asiente mientras mira a la mujer- Psicometría, objetos psícicamente impresos con su historia, cuanto más apreciados son más valor tienen.
-Eso es horrible-le discute ella.
-Es mejor que trozos de papel- le dice él.
-En ese caso paga, tienes mil años, deberás tener algo que te importe-le responde para luego voltearse mientras sonríe por lo que sus ojos están admirando, pero entonces él desaparece dejándola sola en mitad del lugar.

La joven empieza a buscarle perdida por el gran mercado mientras grita su nombre, cuando se gira en otra dirección se encuentra a una pequeña niña de tez muy pálida con unas cicatrices en su frente y sus mejillas, con un vestido dorado y una mantilla de color granate, que esta huyendo de algo o más bien de alguien. Cuando Clara va a preguntarle por su estado esta hecha a correr, unos hombres la ven y deciden preguntarle por la que parece ser, la reina de los años. Por lo que la joven no sabe ni quien es y al irse ellos que van vestidos con las mismas ropas empieza a relacionar, viéndose decidida a correr tras dirección de la niña. Pasa por distintas calles extrañas hasta llegar a un lugar abandonado con cajas y cosas extrañas, "¿hola?" pregunta ella esperando tener una respuesta, pero el silencio es lo único que consigue por lo que decide marcharse cuando escucha un ruido que le hace comprobar que no esta sola. Unos pasos rápidos la hacen sobresaltar y encontrarse de nuevo con la niña, ella vuelve a preguntarle por su estado pero la chica vuelve a huir por lo que Clara va tras ella, la niña se cae de su escondite y al ponerse de pié grita consiguiendo asustar a la castaña. Para luego echarse a reír ambas por la tontería que acaban de hacer, entonces le pregunta por su estado para asegurarse de que esta bien y la pequeña empieza a explicarle por que corre. Resulta que intenta ocultarse, la joven al oírlo le tiende su mano para ayudarla diciéndole que conoce la cabina perfecta, la niña accede y juntas van en busca de ella. Al llegar donde se encuentra la cabina mágica Clara intenta abrirla pero al parecer la maquina no está a la labor de obedecerla.

-¿Que pasa?-le pregunta la rubia.
-No lo se, no quiere abrirse-le contesta la joven- Creo que no le gusto-dice aporreando la puerta pero sin obtener ayuda por parte de la máquina- ¡Hey, pequeña!
-Me llamo Merry-dice escondiéndose en el espacio de detrás de la cabina, la castaña la sigue y se sienta junto a ella.
-Dime, ¿que está pasando, es que alguien pretende hacerte daño?-le pregunta con tono dulce.
-No, por supuesto que no. Es que estoy asustada -le explica la niña.
-¿De qué?-le pregunta Clara curiosa.
-De hacerlo mal -le dice Merry asustada.
-¿Crees que podrías fingir que soy un alienigena completo y explicármelo todo?-le pregunta ella.
- Soy Merry Geielh, la reina de los años me escogieron cuando era un simple bebé el día que la última reina murió. Soy el recipiente de esta historia, conozco cada crónica, cada poema, cada leyenda, cada canción -le explica y hace una breve pausa mientras la castaña la mira con singularidad- Debo cantar una canción delante de todos, una canción especial y debo cantársela a un dios, y estoy asustada.
-Todos tenemos miedo cuando somos pequeños, a mi me aterrorizaba perderme y solía tener pesadillas por ello-empieza a explicarle por intentar consolarla- Luego un día me perdí. En la playa de Blackpool entre un millón de personas yo solo tenía seis años, mi peor pesadilla hecha realidad, el mundo parecía haberse acabado para mi y se me rompió el corazón. Entonces mi madre me encontró, comimos pescado con patatas, me llevaron a casa me arropó y me contó una historia. - le acabó de contar mientras recordaba aquél día"No importa dónde estés, en la jungla, el desierto o en la luna, por muy perdida que te sientas en realidad nunca lo estarás, no de verdad. Por que yo siempre estaré allí y siempre vendré y te encontraré, todas las veces." La niña le preguntó si volvió a estarlo sacándola de sus recuerdos.
-¿Nunca volviste a estar asustada?-le preguntó Merry.
-Oh, si si. Pero nunca de perderme -le respondió Clara- Dime, ¿que es lo que te preocupa exactamente de esta canción en particular?
-De hacerlo mal, y con ello enfadar al abuelo -le explica la rubia con cara de preocupación.
-Y tu de verdad crees que lo harás mal, por que yo creo que lo harás realmente bien. Creo que tu Merry Geielh, lo harás muy muy bien-le contesta la castaña con una sonrisa logrando que a la pequeña se le quitara el miedo.

La noche había caído, la enorme plaza rebosaba de seres de otros mundos, donde todos habían acudido por algo especial; El festival de las ofrendas. Y con este ver por primera vez a Merry Geielh, la reina de los años, para poder cumplir con su deber y cantarle al gran dios que descansa. El entusiasmo se podía escuchar desde el otro lado del universo. La pequeña niña rubia salió de el gran pasillo que conectaba el escenario de aquél teatro, ella a paso firme fue directa a donde se encontraba un pequeño podio circular, ahora se podía observar como la chica llevaba una corona con el dibujo de unas hojas de oro y unos frutos que parecían ser rubíes, sobre su cuello un collar de flores blancas. El Doctor y Clara aparecieron de la nada y corrieron a sentarse en los asientos libres, por tal de ver el espectáculo. La pobre cría seguía asustada por lo que miró hacia atrás donde se encontró con Clara mirándola con una sonrisa y un gesto positivo de que todo iba a salir bien. Entonces las notas musicales empezaron a salir de la boca de la niña, por lo que se empezó a oír como otra voz contestaba creando un momento mágico y una melodía preciosa. Le cantan a la momia que está en el templo, lo llaman como su dios o a veces conocido como el abuelo, Cantan la larga canción, una nana por tal de hacer que el antiguo dios se alimente y así mantenerlo dormido. Es un ritual que se repite desde hace millones y millones de años, al igual que la canción. Un cantante la transmite al siguiente, tras generación, tras generación, tras generación, tras generación. Entonces todos alzan sus manos obsequiándole al gran dios regalos de valor, recuerdos para alimentar al antiguo dios. Después todos cantan la canción siguiéndola al compás.

Pero entonces un estruendo hace parar a uno de los cantantes, el que se encuentra en el templo. Un temblor empieza a sentirse, todos saben que algo pasa, la pobre pequeña ha dejado de cantar y ya no sabe como continuar por lo que es llevada involuntariamente a donde se encuentra la pirámide del gran dios. Solo una cosa se parece saber, el abuelo ha despertado.

Hi bby!:

Vicky2001 escribió:¡Nueva lectora!
Zoeeeeeeeeeeee amo tu novela.
¡Síguela pronto!