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Under the scene (Joe Jonas)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip :P :corre: :aah: por finchelis escribió:Terminaron!!!.... Siiiii.... Jejejejejeje..... Jue conocerá a los suegros!!!!!.... Y ella se gano a la suegraaaaa!!!!
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
hjajajaja, ahora viene lo mejor (???jonas_dayi_avril escribió:al fin terminaron!!!! edfjsdk
ahora siguela quiero que Joe y conozca a sus "suegros"
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
lemon. escribió:¡Hola! :skip:esta es una de las mejores historias que he leído. Me ha encantado simplemente, en toda su totalidad. Amo como narras y me encanta la trama, además de que añoraba leer algo de nuestro Josefo, simplemente un fic precioso. Además amo el nombre de la protagonista, Lilian como mi mejor amiga, idk, muy perfecto. Espero la sigas pronto, sé que ya lleva un rato tu novela, por lo que amaría que subieras seguido, sé que la paja y las responsabilidades frenan, pero bue, aquí estaré hasta que culmine. Me llamo Mariella y suelen decirme Marie, aunque puedes decirme cómo más te agrade. Así que, síguela pronto y eso :heart:besos.
Hooola, primero que nada: gracias por todas las cosas buenas que dijiste (acerca de la novela, mi narración, etc), siempre es bien recibido por gente como yo (alguna mutación de ADN de mis padres que terminó en esta cosa adolescente que trata de escribir -mutante y orgulloso de todas formas-)
Tú mejor amiga tiene un nombre bonito :D y yo amaría subir más seguido pero como voy en último año, las cosas se han tornado un poco más cuesta arriba y la paja... deberían sacarmela del cuerpo. Gracias por tus palabras yyyyyyyy te voy a decir Marie, ojalá estés bien :D
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Capítulo 18:
— Gracias por todo — dice Joe—. Estuvo delicioso — le sonríe a mamá.
— Eres encantador — dice mamá.
— No más que yo, muchacho — intercede papá—. Lily, ¿tienes televisión, películas? — pregunta papá y yo asiento.
— Hay películas allí. Josh dejó un montón de Ryan Gosling — me encojo de hombros.
— ¿Quién es Josh y por qué deja películas aquí? — dice papá casi amenazantemente.
— Es el novio de Jenn — dice mamá cabreada.
— ¡Jenn! — dice papá recordando—. Recuerdo.
— Voy de vuelta al hospital — dice Joe levantándose.
— Ten cuidado. Deberías llevarte una almohada y una frazada en caso de que haga frío, recuerda que estamos en noviembre y acá llega todo lo frío — él sonríe.
— Está bien así.
— Lo que menos necesitamos es que te enfermes y tú madre se preocupe.
— ¿Te hago un termo con café? — pregunta mamá.
— Enserio, estoy bien — dice riendo—. Me siento halagado.
— ¿Sabes? Vete luego. Yo soy el rey — se queja papá y le doy un empujoncito—. No me des empujoncitos porque defiendes a tú novio.
— Papá — me quejo avergonzada.
— Te veo luego, tendré el celular encendido — dice mostrándomelo—. Buenas noches, señores. Buenas noches, Lily — me da un corto beso y luego se va acomodando su bufanda.
— Tuvo que haber llevado la frazada — suspiro.
— O a ti, se calentaría de todas formas — dice papá agarrando el control.
— ¡Papá! — chillo.
— Jerry — reprende mamá molesta.
— Bueno, una frazada. Cualquier mierda. Es hombre, sobrevivirá.
— ¿Estás diciendo que una mujer no? — Pregunta mamá cruzándose de brazos.
— Déjame besarte — dice papá levantándose.
— ¿Podrían no hacer eso? — digo incómoda.
— Besemos a Lily — propone mamá.
Sacudo la cabeza mientras me alejo y ellos me siguen.
***
Me muevo en el sillón incómoda. Luego caigo al suelo y me despierto completamente. Murmuro algo mientras me levanto y luego caigo de nuevo porque mis pies se han enredado con las sábanas.
— Patética — murmuro para mí misma mientras me levanto.
Tocan la puerta, es un golpeteo sútil.
Camino hasta la puerta y cuando la abro, Joe está allí.
— Oí un golpe, ¿todo bien? — pregunta mirándome.
— Claro — asiento—. Es sólo que me caí del sillón.
Mira el sillón y luego a mí.
— ¿Por qué no vienes a dormir conmigo? — Mueve su cabeza hacia su departamento y yo suspiro.
— No sé si sería correcto.
— Estás durmiendo en el sillón por mí culpa. Ven conmigo.
— Ese es un buen argumen…
— Sólo dormiremos. Si quieres, me muevo al sillón.
Suspiro porque sé que no le podré llevar la contra.
— Está bien — acepto y cierro la puerta detrás de mí—. Despiértame antes de las siete.
— Hecho — agarra mi mano y la sacude.
Entramos a su departamento y todo está en orden. Se quita el abrigo y lo lanza sobre uno de sus sillones.
Me mira y sonríe.
— La habitación está por allá, sígueme — mueve la cabeza y lo sigo a través del pasillo. Su departamento es igual al mío, a diferencia de que él tiene más cosas por doquier.
Lo sigo en silencio hasta que me muestra la cama. Miro alrededor y veo un televisor pegado a la pared y más allá un escritorio iluminado por una lámpara, sobre él hay papeles y destacadores, además de lápices por doquier.
Hay un libro en su mesa de noche con un marcador que va más allá de la mitad de éste.
Lo miro mientras camino hasta el comienzo de la cama.
— Entonces — comienza mientras mira sus pies—. ¿Prefieres que duerma en el sofá? — ahora me mira y yo sonrío.
— No me molesta dormir contigo — le sonrío y él suspira.
— Volveré en un momento, entonces.
Me meto en las sábanas y observo el lugar. Aquí es donde duerme y donde seguramente práctica. Donde lee los libretos y…
Elimino cualquier pensamiento negativo y me acomodo en la cómoda cama.
— ¿Te gusta? — pregunta entrando en la habitación—. ¿Te molesta si yo me quito la polera? — pregunta nerviosamente y yo enarco una ceja.
— Te conocí sin polera.
Sus mejillas se encienden.
— Estaba entrenando — se quita la polera y la lanza a un cesto, atinandole—. Aunque no te quejaste — recuerda y me mira perspicaz.
Se quita los pantalones y ahora mis mejillas están encendidas. Antes de que pueda decir algo, él toma unos pantalones de pijama y se los calza.
Apaga la luz y lo oigo caminar en la habitación. Luego siento cómo se acuesta junto a mí.
No se acerca ni trata algo. Simplemente se queda allí.
— Oye — digo voltéandome para por lo menos ver su silueta— ¿Cómo está tú madre?
— Bien. Muy bien. Tan bien que me dijo que dejase de tratarla como una quinceañera y que viniese a casa a descansar.
Rio un poco.
— Me alegra oír eso.
Nos quedamos en silencio y luego él suspira.
— Buenas noches, Lily — dice.
— Buenas noches — respondo y agarro su mano. Él la sostiene de vuelta y yo sonrío.
***
Mis ojos se abren y lo primero que veo, es la lluvia incesante que golpea la ventana de Joe.
Cuando recuerdo que es su ventana y no la mía, me sobresalto un poco. Miro mi almohada y descubro su pecho.
La alarma comienza a sonar y él refunfuña un poco. Lanza su mano hacia la mesa de noche y no le atina, así que estiro mi mano y la apago antes de que él la lance lejos y probablemente la rompa.
Su ceño se frunce y luego abre los ojos.
— Hola — es lo primero que dice medio adormilado—. Olvidé que dormiste aquí — susurra pasando una mano por su rostro.
— Hola — respondo y me alejo, sentándome en la cama—. Será mejor que vaya a casa. ¿Quieres desayunar con nosotros?
— Seguro — asiente, su teléfono suena. Él lo agarra y contesta—. ¿Qué pasa? — le dicen algo y él sonríe—. Está bien. Está bien. Lo entiendo. No me grites — sacude la cabeza—. Adiós— No sé si es muy obvio en mi expresión, pero él procede a explicarme—. Mamá. Dice que no vaya, que llueve fuerte y me puedo enfermar.
— Muy considerada.
— Y alguien le pasó un teléfono, lo que no son buenas noticias.
— Son buenísimas — intercedo con una sonrisa.
— ¿Por qué no dormimos un rato más? — pregunta lanzando su cabeza a la almohada.
— Porque mis padres están despertando en mi departamento.
Él se queja.
— Voy yo — me levanto—. ¿Por qué no duermes un rato? Vendré en unas horas.
Él me mira y suspira.
— Iré.
— No, quédate. Estás cansado — le sonrío—. Vengo luego y te alimento — él ríe.
— Gracias.
Salgo de la cama y paso una mano por mi cabello.
— Lily — llama y me volteo a verlo—. ¿Por qué no te acercas?
Frunzo mi ceño, pero lo hago de todas formas.
Él toma mi mano y tironea de mí hasta que puede besarme. Luego me deja ir.
— Buenos días — me sonríe.
— Buenos días — digo rodando los ojos. Luego me alejo.
Él se acomoda en la cama y cierra los ojos. Salgo de su departamento con cuidado y luego recuerdo que no traje las llaves del mío.
Cierro los ojos y maldigo.
Antes de que pueda tocar la puerta, ésta se abre y mamá me mira con una ceja enarcada.
— Fui a comprar pan y no había pan — digo en mi defensa.
— ¿Y no te mojaste? — rueda los ojos—. Eres terrible.
— Lo sé — digo preocupada.
— No le diré a tú padre. Pero me debes una.
— Te pagaré dos — le sonrío y ella suspira.
— Gracias por todo — dice Joe—. Estuvo delicioso — le sonríe a mamá.
— Eres encantador — dice mamá.
— No más que yo, muchacho — intercede papá—. Lily, ¿tienes televisión, películas? — pregunta papá y yo asiento.
— Hay películas allí. Josh dejó un montón de Ryan Gosling — me encojo de hombros.
— ¿Quién es Josh y por qué deja películas aquí? — dice papá casi amenazantemente.
— Es el novio de Jenn — dice mamá cabreada.
— ¡Jenn! — dice papá recordando—. Recuerdo.
— Voy de vuelta al hospital — dice Joe levantándose.
— Ten cuidado. Deberías llevarte una almohada y una frazada en caso de que haga frío, recuerda que estamos en noviembre y acá llega todo lo frío — él sonríe.
— Está bien así.
— Lo que menos necesitamos es que te enfermes y tú madre se preocupe.
— ¿Te hago un termo con café? — pregunta mamá.
— Enserio, estoy bien — dice riendo—. Me siento halagado.
— ¿Sabes? Vete luego. Yo soy el rey — se queja papá y le doy un empujoncito—. No me des empujoncitos porque defiendes a tú novio.
— Papá — me quejo avergonzada.
— Te veo luego, tendré el celular encendido — dice mostrándomelo—. Buenas noches, señores. Buenas noches, Lily — me da un corto beso y luego se va acomodando su bufanda.
— Tuvo que haber llevado la frazada — suspiro.
— O a ti, se calentaría de todas formas — dice papá agarrando el control.
— ¡Papá! — chillo.
— Jerry — reprende mamá molesta.
— Bueno, una frazada. Cualquier mierda. Es hombre, sobrevivirá.
— ¿Estás diciendo que una mujer no? — Pregunta mamá cruzándose de brazos.
— Déjame besarte — dice papá levantándose.
— ¿Podrían no hacer eso? — digo incómoda.
— Besemos a Lily — propone mamá.
Sacudo la cabeza mientras me alejo y ellos me siguen.
***
Me muevo en el sillón incómoda. Luego caigo al suelo y me despierto completamente. Murmuro algo mientras me levanto y luego caigo de nuevo porque mis pies se han enredado con las sábanas.
— Patética — murmuro para mí misma mientras me levanto.
Tocan la puerta, es un golpeteo sútil.
Camino hasta la puerta y cuando la abro, Joe está allí.
— Oí un golpe, ¿todo bien? — pregunta mirándome.
— Claro — asiento—. Es sólo que me caí del sillón.
Mira el sillón y luego a mí.
— ¿Por qué no vienes a dormir conmigo? — Mueve su cabeza hacia su departamento y yo suspiro.
— No sé si sería correcto.
— Estás durmiendo en el sillón por mí culpa. Ven conmigo.
— Ese es un buen argumen…
— Sólo dormiremos. Si quieres, me muevo al sillón.
Suspiro porque sé que no le podré llevar la contra.
— Está bien — acepto y cierro la puerta detrás de mí—. Despiértame antes de las siete.
— Hecho — agarra mi mano y la sacude.
Entramos a su departamento y todo está en orden. Se quita el abrigo y lo lanza sobre uno de sus sillones.
Me mira y sonríe.
— La habitación está por allá, sígueme — mueve la cabeza y lo sigo a través del pasillo. Su departamento es igual al mío, a diferencia de que él tiene más cosas por doquier.
Lo sigo en silencio hasta que me muestra la cama. Miro alrededor y veo un televisor pegado a la pared y más allá un escritorio iluminado por una lámpara, sobre él hay papeles y destacadores, además de lápices por doquier.
Hay un libro en su mesa de noche con un marcador que va más allá de la mitad de éste.
Lo miro mientras camino hasta el comienzo de la cama.
— Entonces — comienza mientras mira sus pies—. ¿Prefieres que duerma en el sofá? — ahora me mira y yo sonrío.
— No me molesta dormir contigo — le sonrío y él suspira.
— Volveré en un momento, entonces.
Me meto en las sábanas y observo el lugar. Aquí es donde duerme y donde seguramente práctica. Donde lee los libretos y…
Elimino cualquier pensamiento negativo y me acomodo en la cómoda cama.
— ¿Te gusta? — pregunta entrando en la habitación—. ¿Te molesta si yo me quito la polera? — pregunta nerviosamente y yo enarco una ceja.
— Te conocí sin polera.
Sus mejillas se encienden.
— Estaba entrenando — se quita la polera y la lanza a un cesto, atinandole—. Aunque no te quejaste — recuerda y me mira perspicaz.
Se quita los pantalones y ahora mis mejillas están encendidas. Antes de que pueda decir algo, él toma unos pantalones de pijama y se los calza.
Apaga la luz y lo oigo caminar en la habitación. Luego siento cómo se acuesta junto a mí.
No se acerca ni trata algo. Simplemente se queda allí.
— Oye — digo voltéandome para por lo menos ver su silueta— ¿Cómo está tú madre?
— Bien. Muy bien. Tan bien que me dijo que dejase de tratarla como una quinceañera y que viniese a casa a descansar.
Rio un poco.
— Me alegra oír eso.
Nos quedamos en silencio y luego él suspira.
— Buenas noches, Lily — dice.
— Buenas noches — respondo y agarro su mano. Él la sostiene de vuelta y yo sonrío.
***
Mis ojos se abren y lo primero que veo, es la lluvia incesante que golpea la ventana de Joe.
Cuando recuerdo que es su ventana y no la mía, me sobresalto un poco. Miro mi almohada y descubro su pecho.
La alarma comienza a sonar y él refunfuña un poco. Lanza su mano hacia la mesa de noche y no le atina, así que estiro mi mano y la apago antes de que él la lance lejos y probablemente la rompa.
Su ceño se frunce y luego abre los ojos.
— Hola — es lo primero que dice medio adormilado—. Olvidé que dormiste aquí — susurra pasando una mano por su rostro.
— Hola — respondo y me alejo, sentándome en la cama—. Será mejor que vaya a casa. ¿Quieres desayunar con nosotros?
— Seguro — asiente, su teléfono suena. Él lo agarra y contesta—. ¿Qué pasa? — le dicen algo y él sonríe—. Está bien. Está bien. Lo entiendo. No me grites — sacude la cabeza—. Adiós— No sé si es muy obvio en mi expresión, pero él procede a explicarme—. Mamá. Dice que no vaya, que llueve fuerte y me puedo enfermar.
— Muy considerada.
— Y alguien le pasó un teléfono, lo que no son buenas noticias.
— Son buenísimas — intercedo con una sonrisa.
— ¿Por qué no dormimos un rato más? — pregunta lanzando su cabeza a la almohada.
— Porque mis padres están despertando en mi departamento.
Él se queja.
— Voy yo — me levanto—. ¿Por qué no duermes un rato? Vendré en unas horas.
Él me mira y suspira.
— Iré.
— No, quédate. Estás cansado — le sonrío—. Vengo luego y te alimento — él ríe.
— Gracias.
Salgo de la cama y paso una mano por mi cabello.
— Lily — llama y me volteo a verlo—. ¿Por qué no te acercas?
Frunzo mi ceño, pero lo hago de todas formas.
Él toma mi mano y tironea de mí hasta que puede besarme. Luego me deja ir.
— Buenos días — me sonríe.
— Buenos días — digo rodando los ojos. Luego me alejo.
Él se acomoda en la cama y cierra los ojos. Salgo de su departamento con cuidado y luego recuerdo que no traje las llaves del mío.
Cierro los ojos y maldigo.
Antes de que pueda tocar la puerta, ésta se abre y mamá me mira con una ceja enarcada.
— Fui a comprar pan y no había pan — digo en mi defensa.
— ¿Y no te mojaste? — rueda los ojos—. Eres terrible.
— Lo sé — digo preocupada.
— No le diré a tú padre. Pero me debes una.
— Te pagaré dos — le sonrío y ella suspira.
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Capítulo 19:
— Jennifer, no te acerques más a mi padre — digo apuntándola con el cucharón con el que revuelvo la salsa.
— ¡Pero el hombre sabe de baseball! Josh no sabe ni siquiera donde está parado y es fan de Ryan Gosling. Dame esto, Lily — dice alterada y Josh la fulmina con la mirada. Ruedo los ojos.
Realmente son la pareja al revés. Mientras Jenn habla con mi padre de baseball, mamá le está mostrando recetas a Josh y por un momento creí que simplemente estaba siendo amable con ella, porque Josh es amable y callado, pero luego exclamó con felicidad “yo vi eso el otro día en el canal del gourmet” y supe que no estaba fingiendo en absoluto.
— Lily, echale un poco de oregano, sabrá mejor — aconseja mamá y le hago caso.
El timbre suena y elevo una ceja.
— Josh, hazle un favor al mundo y termina de preparar esta salsa — digo y él se levanta enseguida del sillón.
Abro la puerta mientras limpio mis manos en el delantal.
— Iba pasando y huele exquisito — dice Joe y se acerca lo suficiente para hacer que mis neruonas se desconecten. Debería decirle que Josh y Jenn están acá conociendo a mis padres, pero va peinado de manera que el flequillo no cubre su rostro y lleva un abrigo que le hace lucir como un modelo.
Él sacude la cabeza, aun con la sonrisa tonta y toma mi rostro para darme un beso. Quizá sabe lo que provoca en mí y cree que la mejor forma de arreglarlo es besándome.
— ¿Qué mierda pasa? — Joe se aleja abruptamente y sus ojos se agrandan cuando ve a Jenn.
— Te iba a decir — murmuro y sus mejillas están rojas—. Pero hablaste y te ves genial — admito avergonzada y él me mira durante un momento.
— Quizá debería volver luego — dice a punto de caminar lejos.
— Quizá deberías buscar tú carnet de masculinidad y decirnos qué pasa — dice Josh y yo lo observo, allí revolviendo algo.
— ¿Lo dice quien está cocinando? — pregunta Joe con una ceja elevada.
— Tengo las pelotas para hacer cosas que se creerían afeminadas como cocinar y adorar a Ryan Gosling — deja de mirar lo que revuelve y mira a Joe con seriedad—. ¿Qué me dices de ti?
— La verdad es que me gusta Lily desde el primer momento y creo que me gané un par cuando dejé a Brenda y le confesé todo a Lily — dice lentamente y Josh asiente. Luego deja la mezcla a un lado y sonríe, trotando hacia nosotros para abrazarnos.
— Esperé tanto por esto — dice estrujándonos—. Jenn, ¿por qué no vienes?
— Porque hay algo que no termina de calzar aquí — dice mirándonos desde el sillón—. ¿Cameron?
Entonces Josh deja de estrujarnos y mira hacia atrás.
— Sabes que es un…
— Pero de todas formas — interrumpe.
— Terminado — digo y ella sonríe por fin. Se echa a chillar.
— Son mi pareja favorita después de yo y Josh — nos abraza y nos estrujan los dos.
***
— Te quiero — susurra Joe en mi oído mientras cierro las ventanas corredizas—. ¿Tus padres se van hoy, entonces? — pregunta y yo asiento.
— Por la noche — respondo volteándome y él pone su rostro en mi hombro—. Aléjate un rato — murmuro empujándolo y él ríe.
— Si quieres, puedo llevarlos en el auto — ofrece y yo asiento—. Muy bien, ¿a qué hora, entonces?
— Las nueve — respondo y él asiente—. ¿Qué hay de tú mamá? — pregunto caminando hasta acomodar un cojín para luego sentarme en el sillón individual. Él se sienta en el más grande.
— La dan de alta pronto. Ella y Rocky vendrán a vivir conmigo — comenta distraído poniendo las manos en su estómago.
— ¿Quién es Rocky? — Pregunto con el ceño fruncido—. ¿Tienes un hermano?
Él se echa a reír.
— Rocky es nuestro perro. Sé que soy un poco animal a veces, pero… — me echo a reír y él sonríe—. Te encantará, es un enano simpático.
— Ya lo creo — respondo riendo.
***
Abrazo a mi papá y él me asfixia de vuelta. Es un hombre grande y yo siempre he parecido una cosa pequeña a su lado.
— Nos veremos pronto — le recuerdo golpeando su hombro como puedo—. Tengo la obra y esas cosas — me encojo de hombros y él ríe un poco.
— Sigues siendo la misma — sacude mi cabello y yo me quejo un poco—. Será mejor que vayamos a acomodarnos — le dice a mamá y le tiende la mano a Joe—. Ten cuidado con ella — Joe asiente mientras sacude su mano. Luego papá se aleja y da unos pasos, se voltea a verme—. Dile a Jenn que la llamaré en cuanto sepa lo de los Mets.
— Espera, ¿vas a llevarla? ¿A ella? ¿No a tú hija? — digo frunciendo el ceño.
— Eh, sí — responde y yo ruedo los ojos—. A ti también, eres una llorona — dice riendo y luego se aleja. Mamá está hablando con Joe y luego camina hasta mí, me da un fuerte abrazo.
— Dile a Josh que le enviaré la receta de la pizza italiana por correo — se aleja y yo abro la boca ofendida—. El chico es un amor.
— Lo sé pero…
— Y le gusta Ryan Gosling. Es de ensueño. Jenn es afortunada — entrecierro los ojos—. Tú también, por supuesto.
— Sé cocinar también — se defiende como puede Joe y mamá ríe un poco—. Y Ryan Gosling es cool.
— No es lo mismo, lo lamento — dice mamá. Papá le lanza un grito—. Nos vemos pronto. Te llamaremos cuando estemos en casa y cuídense — nos aconseja y luego se da la media vuelta para irse con papá.
— Jennifer, no te acerques más a mi padre — digo apuntándola con el cucharón con el que revuelvo la salsa.
— ¡Pero el hombre sabe de baseball! Josh no sabe ni siquiera donde está parado y es fan de Ryan Gosling. Dame esto, Lily — dice alterada y Josh la fulmina con la mirada. Ruedo los ojos.
Realmente son la pareja al revés. Mientras Jenn habla con mi padre de baseball, mamá le está mostrando recetas a Josh y por un momento creí que simplemente estaba siendo amable con ella, porque Josh es amable y callado, pero luego exclamó con felicidad “yo vi eso el otro día en el canal del gourmet” y supe que no estaba fingiendo en absoluto.
— Lily, echale un poco de oregano, sabrá mejor — aconseja mamá y le hago caso.
El timbre suena y elevo una ceja.
— Josh, hazle un favor al mundo y termina de preparar esta salsa — digo y él se levanta enseguida del sillón.
Abro la puerta mientras limpio mis manos en el delantal.
— Iba pasando y huele exquisito — dice Joe y se acerca lo suficiente para hacer que mis neruonas se desconecten. Debería decirle que Josh y Jenn están acá conociendo a mis padres, pero va peinado de manera que el flequillo no cubre su rostro y lleva un abrigo que le hace lucir como un modelo.
Él sacude la cabeza, aun con la sonrisa tonta y toma mi rostro para darme un beso. Quizá sabe lo que provoca en mí y cree que la mejor forma de arreglarlo es besándome.
— ¿Qué mierda pasa? — Joe se aleja abruptamente y sus ojos se agrandan cuando ve a Jenn.
— Te iba a decir — murmuro y sus mejillas están rojas—. Pero hablaste y te ves genial — admito avergonzada y él me mira durante un momento.
— Quizá debería volver luego — dice a punto de caminar lejos.
— Quizá deberías buscar tú carnet de masculinidad y decirnos qué pasa — dice Josh y yo lo observo, allí revolviendo algo.
— ¿Lo dice quien está cocinando? — pregunta Joe con una ceja elevada.
— Tengo las pelotas para hacer cosas que se creerían afeminadas como cocinar y adorar a Ryan Gosling — deja de mirar lo que revuelve y mira a Joe con seriedad—. ¿Qué me dices de ti?
— La verdad es que me gusta Lily desde el primer momento y creo que me gané un par cuando dejé a Brenda y le confesé todo a Lily — dice lentamente y Josh asiente. Luego deja la mezcla a un lado y sonríe, trotando hacia nosotros para abrazarnos.
— Esperé tanto por esto — dice estrujándonos—. Jenn, ¿por qué no vienes?
— Porque hay algo que no termina de calzar aquí — dice mirándonos desde el sillón—. ¿Cameron?
Entonces Josh deja de estrujarnos y mira hacia atrás.
— Sabes que es un…
— Pero de todas formas — interrumpe.
— Terminado — digo y ella sonríe por fin. Se echa a chillar.
— Son mi pareja favorita después de yo y Josh — nos abraza y nos estrujan los dos.
***
— Te quiero — susurra Joe en mi oído mientras cierro las ventanas corredizas—. ¿Tus padres se van hoy, entonces? — pregunta y yo asiento.
— Por la noche — respondo volteándome y él pone su rostro en mi hombro—. Aléjate un rato — murmuro empujándolo y él ríe.
— Si quieres, puedo llevarlos en el auto — ofrece y yo asiento—. Muy bien, ¿a qué hora, entonces?
— Las nueve — respondo y él asiente—. ¿Qué hay de tú mamá? — pregunto caminando hasta acomodar un cojín para luego sentarme en el sillón individual. Él se sienta en el más grande.
— La dan de alta pronto. Ella y Rocky vendrán a vivir conmigo — comenta distraído poniendo las manos en su estómago.
— ¿Quién es Rocky? — Pregunto con el ceño fruncido—. ¿Tienes un hermano?
Él se echa a reír.
— Rocky es nuestro perro. Sé que soy un poco animal a veces, pero… — me echo a reír y él sonríe—. Te encantará, es un enano simpático.
— Ya lo creo — respondo riendo.
***
Abrazo a mi papá y él me asfixia de vuelta. Es un hombre grande y yo siempre he parecido una cosa pequeña a su lado.
— Nos veremos pronto — le recuerdo golpeando su hombro como puedo—. Tengo la obra y esas cosas — me encojo de hombros y él ríe un poco.
— Sigues siendo la misma — sacude mi cabello y yo me quejo un poco—. Será mejor que vayamos a acomodarnos — le dice a mamá y le tiende la mano a Joe—. Ten cuidado con ella — Joe asiente mientras sacude su mano. Luego papá se aleja y da unos pasos, se voltea a verme—. Dile a Jenn que la llamaré en cuanto sepa lo de los Mets.
— Espera, ¿vas a llevarla? ¿A ella? ¿No a tú hija? — digo frunciendo el ceño.
— Eh, sí — responde y yo ruedo los ojos—. A ti también, eres una llorona — dice riendo y luego se aleja. Mamá está hablando con Joe y luego camina hasta mí, me da un fuerte abrazo.
— Dile a Josh que le enviaré la receta de la pizza italiana por correo — se aleja y yo abro la boca ofendida—. El chico es un amor.
— Lo sé pero…
— Y le gusta Ryan Gosling. Es de ensueño. Jenn es afortunada — entrecierro los ojos—. Tú también, por supuesto.
— Sé cocinar también — se defiende como puede Joe y mamá ríe un poco—. Y Ryan Gosling es cool.
— No es lo mismo, lo lamento — dice mamá. Papá le lanza un grito—. Nos vemos pronto. Te llamaremos cuando estemos en casa y cuídense — nos aconseja y luego se da la media vuelta para irse con papá.
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Por que no es lo mismo?????.....
Creo que ya todos quieren a joe!!!!!
Creo que ya todos quieren a joe!!!!!
chelis
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Capítulo 20:
— Esto es algo tonto — es todo lo que dice mientras se acomoda junto a mí en el sillón.
— Tú eres tonto — digo apuntándolo—. No debiste renunciar a Romeo.
— Eso también — dice lanzando el dialogo—. Ven acá — llama estirando su mano.
— Seré la peor Julieta — me quejo y él sonríe mientras tira de mí en su regazo.
— Improvisarás — pasa sus labios por mi mejilla y yo sólo cierro mis ojos.
Él comienza a besarme y luego estamos sobre el sillón.
— Ten cuidado — murmuro como puedo entre cada beso que me da. Luego él me agarra por la cintura y ambos caemos al suelo— ¿Estás bien? — pregunto riendo y él sonríe.
— Mejor que nunca, créeme — me da la mejor sonrisa sucia, mi teléfono comienza a sonar y yo estiro la mano y pongo el teléfono en mi oído.
— ¿Mamá? — digo, porque supongo que es ella.
— Cameron, de hecho — responde su voz del otro lado del teléfono.
— Oooh — me levanto de encima de Joe como si Cameron estuviese aquí, lo cual es estúpido, pero a fin de cuentas, un acto reflejo—. ¿Qué tal?
— Bien, fueron unas buenas fiestas — responde amigable—. ¿Tú?
Miro sobre mi hombro y veo a Joe levantándose del suelo con un signo de interrogación pintado en su expresión.
— También tuve unas buenas fiestas — respondo rascando mi cuello.
— Me alegro de oír eso. Oye, ¿crees que hay alguna posibilidad de quedarte luego del ensayo? Creo que necesitamos practicar más.
— Seguro — respondo rápido. Joe está detrás de mí.
— ¿Soy yo o estás rara? — pregunta confundido.
— Son cosas tuyas — respondo riendo incómodamente—. Nos vemos, entonces.
— Nos vemos — dice y corto la comunicación.
— ¿Quién era? No sonaba como tú madre — me mira con los ojos entrecerrados.
— Era Cameron. Quiere practicar el lunes luego del ensayo.
— Ni aunque practique mil años podrá hacerlo bien.
— Joe — golpeo su hombro —. Trata de ser más amable.
— Se te insinuó, te besó…
— Porque tú fuiste un idiota — respondo y él se queda en silencio—. Bien. Vale aclarar que odio a los celosos y que si te elegí por sobre él, no tendrías por qué sentirte mal por el hecho de que estoy trabajando con él.
Él suspira.
— Es verdad. Lo lamento — levanta las manos y yo asiento—. ¿De vuelta al sillón? — pregunta agarrándome por la cintura.
— De hecho quiero comer algo — tomo sus manos y las alejo mientras él se queja.
— Te cocinaré algo — se aproxima a mi cocina—. Tú lee esa obra. De todas formas el que lee dos diálogos aquí, soy yo.
— No son dos, y fue por tú propia culpa — digo sentándome en el sillón.
Pasa media hora y luego los platos están servidos. Él solamente me sonríe y yo voy hasta la mesa.
— Luce bien — digo sentándome.
— Tú sabes que cocino bien — sonríe fanfarronamente mientras se sienta en el otro puesto. Luego de que como el primer bocado, su sonrisa se borra. Se aclara la garganta—. ¿Qué harás con él, Lily?
Lo miro sin entender.
— ¿Con quién? — pregunto.
— Cameron — lo miro y él suspira—. Estaban empezando algo. Y aunque lo deteste, odiaría estar en su lugar.
Me quedo en silencio, eso es cierto. He sido una chica terrible. Aunque en cierta forma ya sabía eso, cuando mi inconsciente trataba de gritarme cada vez que me besaba con Joe, pero nunca hice caso.
— Hablaré con él, lo entenderá — digo tranquila, aunque la idea me pone nerviosa. Odio ser mala.
— Está bien — suspira, pero no luce feliz con la respuesta.
— ¿Quieres que vaya de vuelta con él? — cuestiono.
— No es eso — pasa las manos por su rostro—. Esto nunca acaba. Los problemas — dice.
— Estás vivo, Joe. Mientras sigas vivo, tendrás problemas diferentes todos los días — le explico y él sonríe un poco—. ¿Hay algo que te esté molestando, aparte de Cameron?
Él mira alrededor, luego asiente lentamente.
— Hay algo que no te he dicho. Que probablemente los chicos no te hayan dicho. Que probablemente Christina no te haya contado.
Entrecierro los ojos y dejo el tenedor de lado.
— ¿Qué es eso?
— Christina y yo somos amigos desde el penúltimo año de escuela — él se aclara la garganta—. Ella… Uh… Siente… Cariño por mí — dice y luego agrega—, cariño especial.
Luce incómodo con ello.
— ¿Y si no le has dado una oportunidad en todo este tiempo, porque creería que lo harías hasta ahora? — pregunto sin entender.
— La relación más duradera que he tenido, ha sido con Brenda — comienza a contarme.
— ¿Estás hablando enserio? — interrumpo y él asiente avergonzado.
— Ella siempre supo que era una farsa para complacer a mi padre. He tratado de empujar a un lado la idea de nosotros juntos, pero creo que de alguna forma no lo he logrado y apenas sepa de esto de la separación, vendrá hacia mí.
— Entonces dile que estamos juntos — digo obviamente.
— ¿Qué me dices de Cameron? Preferiría esperar un tiempo antes de que todos sepan. No quiero que te traten de zorra o algo así. Cameron podrá haber sido muy amable, pero no es más que otro niñito hijo de papá, jugador de fútbol americano que salió con todas las porristas y que es amable contigo cuando tiene su objetivo en vista, pero cuando no lo logra, te destruye.
Entrecierro los ojos.
— Cameron no es así. Estás viendo muchas películas…
— No, Lily — dice serio—. Sé qué tipo de chico es.
— ¿Y cómo sabes tanto de él? — cuestiono rodando los ojos.
— Él estuvo con mi prima — dice él—. Estoy hablando enserio — me apunta con el tenedor—. Te quiero y me importas. No quiero que pases por lo mismo que pasó Em.
Lo miro y luego asiento. Él suspira y comienza a comer al fin. Luego de aquellas declaraciones, el ambiente está un poco tenso, o se siente de esa forma, al menos.
— ¿Te gustaría salir? — pregunto de repente y él me mira.
— ¿Me estás invitando en una cita? — sonríe de lado y yo sonrío también.
— Algo así. Me gustaría ir a Broadway. Nunca he ido — me encojo de hombros y él apoya su cabeza en su mano mientras me observa.
— Se me había ido totalmente. Una actriz que vive en Nueva York y jamás ha ido a Broadway — medio se burla, así que lo miro mal—. Bien, iremos.
— Esto es algo tonto — es todo lo que dice mientras se acomoda junto a mí en el sillón.
— Tú eres tonto — digo apuntándolo—. No debiste renunciar a Romeo.
— Eso también — dice lanzando el dialogo—. Ven acá — llama estirando su mano.
— Seré la peor Julieta — me quejo y él sonríe mientras tira de mí en su regazo.
— Improvisarás — pasa sus labios por mi mejilla y yo sólo cierro mis ojos.
Él comienza a besarme y luego estamos sobre el sillón.
— Ten cuidado — murmuro como puedo entre cada beso que me da. Luego él me agarra por la cintura y ambos caemos al suelo— ¿Estás bien? — pregunto riendo y él sonríe.
— Mejor que nunca, créeme — me da la mejor sonrisa sucia, mi teléfono comienza a sonar y yo estiro la mano y pongo el teléfono en mi oído.
— ¿Mamá? — digo, porque supongo que es ella.
— Cameron, de hecho — responde su voz del otro lado del teléfono.
— Oooh — me levanto de encima de Joe como si Cameron estuviese aquí, lo cual es estúpido, pero a fin de cuentas, un acto reflejo—. ¿Qué tal?
— Bien, fueron unas buenas fiestas — responde amigable—. ¿Tú?
Miro sobre mi hombro y veo a Joe levantándose del suelo con un signo de interrogación pintado en su expresión.
— También tuve unas buenas fiestas — respondo rascando mi cuello.
— Me alegro de oír eso. Oye, ¿crees que hay alguna posibilidad de quedarte luego del ensayo? Creo que necesitamos practicar más.
— Seguro — respondo rápido. Joe está detrás de mí.
— ¿Soy yo o estás rara? — pregunta confundido.
— Son cosas tuyas — respondo riendo incómodamente—. Nos vemos, entonces.
— Nos vemos — dice y corto la comunicación.
— ¿Quién era? No sonaba como tú madre — me mira con los ojos entrecerrados.
— Era Cameron. Quiere practicar el lunes luego del ensayo.
— Ni aunque practique mil años podrá hacerlo bien.
— Joe — golpeo su hombro —. Trata de ser más amable.
— Se te insinuó, te besó…
— Porque tú fuiste un idiota — respondo y él se queda en silencio—. Bien. Vale aclarar que odio a los celosos y que si te elegí por sobre él, no tendrías por qué sentirte mal por el hecho de que estoy trabajando con él.
Él suspira.
— Es verdad. Lo lamento — levanta las manos y yo asiento—. ¿De vuelta al sillón? — pregunta agarrándome por la cintura.
— De hecho quiero comer algo — tomo sus manos y las alejo mientras él se queja.
— Te cocinaré algo — se aproxima a mi cocina—. Tú lee esa obra. De todas formas el que lee dos diálogos aquí, soy yo.
— No son dos, y fue por tú propia culpa — digo sentándome en el sillón.
Pasa media hora y luego los platos están servidos. Él solamente me sonríe y yo voy hasta la mesa.
— Luce bien — digo sentándome.
— Tú sabes que cocino bien — sonríe fanfarronamente mientras se sienta en el otro puesto. Luego de que como el primer bocado, su sonrisa se borra. Se aclara la garganta—. ¿Qué harás con él, Lily?
Lo miro sin entender.
— ¿Con quién? — pregunto.
— Cameron — lo miro y él suspira—. Estaban empezando algo. Y aunque lo deteste, odiaría estar en su lugar.
Me quedo en silencio, eso es cierto. He sido una chica terrible. Aunque en cierta forma ya sabía eso, cuando mi inconsciente trataba de gritarme cada vez que me besaba con Joe, pero nunca hice caso.
— Hablaré con él, lo entenderá — digo tranquila, aunque la idea me pone nerviosa. Odio ser mala.
— Está bien — suspira, pero no luce feliz con la respuesta.
— ¿Quieres que vaya de vuelta con él? — cuestiono.
— No es eso — pasa las manos por su rostro—. Esto nunca acaba. Los problemas — dice.
— Estás vivo, Joe. Mientras sigas vivo, tendrás problemas diferentes todos los días — le explico y él sonríe un poco—. ¿Hay algo que te esté molestando, aparte de Cameron?
Él mira alrededor, luego asiente lentamente.
— Hay algo que no te he dicho. Que probablemente los chicos no te hayan dicho. Que probablemente Christina no te haya contado.
Entrecierro los ojos y dejo el tenedor de lado.
— ¿Qué es eso?
— Christina y yo somos amigos desde el penúltimo año de escuela — él se aclara la garganta—. Ella… Uh… Siente… Cariño por mí — dice y luego agrega—, cariño especial.
Luce incómodo con ello.
— ¿Y si no le has dado una oportunidad en todo este tiempo, porque creería que lo harías hasta ahora? — pregunto sin entender.
— La relación más duradera que he tenido, ha sido con Brenda — comienza a contarme.
— ¿Estás hablando enserio? — interrumpo y él asiente avergonzado.
— Ella siempre supo que era una farsa para complacer a mi padre. He tratado de empujar a un lado la idea de nosotros juntos, pero creo que de alguna forma no lo he logrado y apenas sepa de esto de la separación, vendrá hacia mí.
— Entonces dile que estamos juntos — digo obviamente.
— ¿Qué me dices de Cameron? Preferiría esperar un tiempo antes de que todos sepan. No quiero que te traten de zorra o algo así. Cameron podrá haber sido muy amable, pero no es más que otro niñito hijo de papá, jugador de fútbol americano que salió con todas las porristas y que es amable contigo cuando tiene su objetivo en vista, pero cuando no lo logra, te destruye.
Entrecierro los ojos.
— Cameron no es así. Estás viendo muchas películas…
— No, Lily — dice serio—. Sé qué tipo de chico es.
— ¿Y cómo sabes tanto de él? — cuestiono rodando los ojos.
— Él estuvo con mi prima — dice él—. Estoy hablando enserio — me apunta con el tenedor—. Te quiero y me importas. No quiero que pases por lo mismo que pasó Em.
Lo miro y luego asiento. Él suspira y comienza a comer al fin. Luego de aquellas declaraciones, el ambiente está un poco tenso, o se siente de esa forma, al menos.
— ¿Te gustaría salir? — pregunto de repente y él me mira.
— ¿Me estás invitando en una cita? — sonríe de lado y yo sonrío también.
— Algo así. Me gustaría ir a Broadway. Nunca he ido — me encojo de hombros y él apoya su cabeza en su mano mientras me observa.
— Se me había ido totalmente. Una actriz que vive en Nueva York y jamás ha ido a Broadway — medio se burla, así que lo miro mal—. Bien, iremos.
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
El color del titulo de tu novela no coincidía con el color del genero indicado en tu ficha. Éste ha sido modificado a su color correspondiente para evitar futuros inconvenientes.
uncool.
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Capítulo 21:
Broadway es genial.
Las luces, el espectáculo, los actores, el guión… La compañía.
Joe agarra mi mano apenas salimos del teatro. Su rostro luce emocionado, expectante.
— ¿Te gustó? — Pregunta y yo asiento.
— ¡Fue fantástico! — respondo emocionada.
— Me alegro, cariño. Ahora iremos por algo de comida y luego a dormir.
— ¿Por qué decides lo que hago luego? — pregunto y él sonríe.
— Porque quiero. Y porque mañana la universidad comienza temprano y dudo de que quieras llegar tarde — rueda los ojos y yo sonrío.
— Me gusta que tengas en consideración eso — comento mientras caminamos por las calles abultadas de gente—. ¿Dónde comeremos? — pregunto en su oído para que oiga.
— ¿Dónde quieres ir? — Pregunta en respuesta. Ruedo los ojos—. Oh, Virginia. Claro — se toca la frente—. ¿Te gusta la comida árabe? — pregunta achicando sus ojos alrededor—. Jenn siempre comenta de la comida árabe.
— Joe, además de la pizzería, ¿no has comido en otro lugar? — pregunto incrédula.
— ¿Mcdonals vale? — Hace una mueca y yo asiento—. La pizzería y Mcdonals, entonces. Una vez Burger King.
— ¿Y si vamos a tú casa y en el camino compramos algo para comer? — Ofrezco y él se encoge de hombros.
— ¿Lo prefieres así? Podría llamar a Jenn y preguntarle dónde queda el…
— Está bien así. Además cocinas bien — agrego distraída y él sonríe aliviado.
— Soy un idiota — me dice y sacudo la cabeza.
— Está bien, está bien — repito y él luce algo frustrado.
— No más privaciones. Todos los fines de semana buscaremos un restaurant nuevo — me promete y yo asiento.
— Pero hoy iremos a tú casa — digo y él asiente, sonriendo.
***
Salgo de mi casa y Joe está allí. Su cadera apoyada junto con su hombro derecho en el marco de su puerta. Lleva los pantalones del pijama y va sin polera.
— ¿De nuevo exhibicionista? No creo que quieras salir así, hay como menos mil grados afuera — aconsejo poniendo mis guantes, él ríe.
— Buenos días, Lily — me interrumpe y yo me acerco. Él me da un beso corto y luego se aleja—. No iré a la universidad hoy — me avisa.
— ¿Por qué no? — Pregunto frunciendo el ceño.
— Mamá llegará dentro de una hora. Debo ayudarla a mudarse — me cuenta—. ¿Quieres cenar con nosotros? Me gustaría que la conocieras ahora que está mejor — comenta distraído—. Seguro se llevarán genial. Además debes conocer a Rocky. Te amará.
— Suena bien — asiento—. De hecho podría quedarme y ayudarles — se me ocurre de repente.
— No es necesario, ve a la universidad. Sé que odias faltar — me sonríe y agarra mi mejilla—. ¿A las siete?
— A las ocho — digo con una mueca—. Debo quedarme a ensayar.
Su sonrisa se borra.
— Oh.
— Tranquilo, está bien — le digo y pongo mi mano en su estómago duro, él se ríe tontamente—. ¿Eres cosquilloso? — Pregunto divertida.
— No quieres hacerme cosquillas, Lily — responde alejándose.
— Oh, claro que sí.
— No seas infantil — dice divertido mientras dejo mi bolso en el suelo.
Comienzo a hacerle cosquillas, mientras que él queda indefenso. Joe trata de hacerme la contra, pero es obvio que no quiere botarme o algo, ya que todos sus movimientos son débiles y cuidadosos, incluso si está desesperado porque pare.
— Lily — llama exasperado—. Lilian — pide y yo me alejo un momento—. Dios, ¿quieres matarme? — se sienta en el sillón donde cayó y me agarra.
— Déjame ir — pido y él niega.
— Me vengaré.
— Déjame ir, voy a llegar tarde — insisto y él me apretuja más fuerte.
— Déjala — y la voz ajena rompe el momento.
Cameron está de pie en la puerta, luce bastante prolijo para que sólo sean las siete y cuarenta.
Su ceño fruncido no indica lo mejor.
Joe me deja ir, pero cuando me volteo a verlo, quiero volver a mi lugar para agarrarlo. Seguramente lo aniquilará.
— Cameron, ¿viniste por mí? — pregunto y él asiente.
— He esperado dos semanas para verte, así que vine a primera hora y bueno — apunta a Joe—. Me gusta cómo has esperado por mí.
— Es sólo mi vecino y mi amigo, Cameron — medio sonrío.
— ¿Por qué le debes explicaciones a este? — Pregunta Joe y yo cierro los ojos. En estos momentos extraño a Ryan.
— ¿A este? No soy simplemente este — dice entrando en el apartamento de Joe—. ¿Qué haces con mí novia?
— ¿Tú qué? — dice Joe con una risa que parece una exhalación—. ¿Tú novia? — y comienza a reír.
Jamás he visto a Cameron enojado, pero cuando lo está, su rostro se pone rojo y sus ojos brillan de manera peligrosa. El azul casi se ve negro.
— ¿Qué te da gracia? — Pregunta y yo sacudo la cabeza.
— Esto es estúpido — me entrometo.
— ¿Sabes qué es estúpido? — Pregunta Joe y yo lo miro por sobre mi hombro—. Cameron.
Cierro los ojos. Espero oír la cabeza de Joe azotar contra la puerta, pero nada ocurre.
— Tú eres estúpido — murmuro hacia Joe, luego camino afuera y Cameron me sigue en silencio. Me detengo al final de las escaleras y espero por él—. Lamento eso — susurro y él sacude la cabeza—. ¿Por qué no lo golpeaste? ¿Por qué no le gritaste? — Pregunto de repente. Él levanta la cabeza.
— No soy un fanático de la violencia — responde.
— Juegas fútbol americano — apunto y él sonríe.
— Eso no significa que voy o debería ir golpeando gente por la vida. Es un juego, nada más — se encoge de hombros.
Me quedo mirándolo, sin saber si Joe me miente acerca de su prima. Sintiéndome mal por dudar de él.
— Te extrañé — murmura de repente y yo lo observo. No espera una respuesta o no insiste en conseguir que yo diga lo mismo. Me siento fatal de no poder responder de la misma forma.
— ¿Cómo estuvo esa acción de gracias? — Pregunto en respuesta.
— Genial, mamá preparó mucha comida — comienza a contarme. Creo que está haciendo como que no le interesa que yo no le dijese que lo extrañé. Y lo está haciendo bien, de todas formas, es actor.
Broadway es genial.
Las luces, el espectáculo, los actores, el guión… La compañía.
Joe agarra mi mano apenas salimos del teatro. Su rostro luce emocionado, expectante.
— ¿Te gustó? — Pregunta y yo asiento.
— ¡Fue fantástico! — respondo emocionada.
— Me alegro, cariño. Ahora iremos por algo de comida y luego a dormir.
— ¿Por qué decides lo que hago luego? — pregunto y él sonríe.
— Porque quiero. Y porque mañana la universidad comienza temprano y dudo de que quieras llegar tarde — rueda los ojos y yo sonrío.
— Me gusta que tengas en consideración eso — comento mientras caminamos por las calles abultadas de gente—. ¿Dónde comeremos? — pregunto en su oído para que oiga.
— ¿Dónde quieres ir? — Pregunta en respuesta. Ruedo los ojos—. Oh, Virginia. Claro — se toca la frente—. ¿Te gusta la comida árabe? — pregunta achicando sus ojos alrededor—. Jenn siempre comenta de la comida árabe.
— Joe, además de la pizzería, ¿no has comido en otro lugar? — pregunto incrédula.
— ¿Mcdonals vale? — Hace una mueca y yo asiento—. La pizzería y Mcdonals, entonces. Una vez Burger King.
— ¿Y si vamos a tú casa y en el camino compramos algo para comer? — Ofrezco y él se encoge de hombros.
— ¿Lo prefieres así? Podría llamar a Jenn y preguntarle dónde queda el…
— Está bien así. Además cocinas bien — agrego distraída y él sonríe aliviado.
— Soy un idiota — me dice y sacudo la cabeza.
— Está bien, está bien — repito y él luce algo frustrado.
— No más privaciones. Todos los fines de semana buscaremos un restaurant nuevo — me promete y yo asiento.
— Pero hoy iremos a tú casa — digo y él asiente, sonriendo.
***
Salgo de mi casa y Joe está allí. Su cadera apoyada junto con su hombro derecho en el marco de su puerta. Lleva los pantalones del pijama y va sin polera.
— ¿De nuevo exhibicionista? No creo que quieras salir así, hay como menos mil grados afuera — aconsejo poniendo mis guantes, él ríe.
— Buenos días, Lily — me interrumpe y yo me acerco. Él me da un beso corto y luego se aleja—. No iré a la universidad hoy — me avisa.
— ¿Por qué no? — Pregunto frunciendo el ceño.
— Mamá llegará dentro de una hora. Debo ayudarla a mudarse — me cuenta—. ¿Quieres cenar con nosotros? Me gustaría que la conocieras ahora que está mejor — comenta distraído—. Seguro se llevarán genial. Además debes conocer a Rocky. Te amará.
— Suena bien — asiento—. De hecho podría quedarme y ayudarles — se me ocurre de repente.
— No es necesario, ve a la universidad. Sé que odias faltar — me sonríe y agarra mi mejilla—. ¿A las siete?
— A las ocho — digo con una mueca—. Debo quedarme a ensayar.
Su sonrisa se borra.
— Oh.
— Tranquilo, está bien — le digo y pongo mi mano en su estómago duro, él se ríe tontamente—. ¿Eres cosquilloso? — Pregunto divertida.
— No quieres hacerme cosquillas, Lily — responde alejándose.
— Oh, claro que sí.
— No seas infantil — dice divertido mientras dejo mi bolso en el suelo.
Comienzo a hacerle cosquillas, mientras que él queda indefenso. Joe trata de hacerme la contra, pero es obvio que no quiere botarme o algo, ya que todos sus movimientos son débiles y cuidadosos, incluso si está desesperado porque pare.
— Lily — llama exasperado—. Lilian — pide y yo me alejo un momento—. Dios, ¿quieres matarme? — se sienta en el sillón donde cayó y me agarra.
— Déjame ir — pido y él niega.
— Me vengaré.
— Déjame ir, voy a llegar tarde — insisto y él me apretuja más fuerte.
— Déjala — y la voz ajena rompe el momento.
Cameron está de pie en la puerta, luce bastante prolijo para que sólo sean las siete y cuarenta.
Su ceño fruncido no indica lo mejor.
Joe me deja ir, pero cuando me volteo a verlo, quiero volver a mi lugar para agarrarlo. Seguramente lo aniquilará.
— Cameron, ¿viniste por mí? — pregunto y él asiente.
— He esperado dos semanas para verte, así que vine a primera hora y bueno — apunta a Joe—. Me gusta cómo has esperado por mí.
— Es sólo mi vecino y mi amigo, Cameron — medio sonrío.
— ¿Por qué le debes explicaciones a este? — Pregunta Joe y yo cierro los ojos. En estos momentos extraño a Ryan.
— ¿A este? No soy simplemente este — dice entrando en el apartamento de Joe—. ¿Qué haces con mí novia?
— ¿Tú qué? — dice Joe con una risa que parece una exhalación—. ¿Tú novia? — y comienza a reír.
Jamás he visto a Cameron enojado, pero cuando lo está, su rostro se pone rojo y sus ojos brillan de manera peligrosa. El azul casi se ve negro.
— ¿Qué te da gracia? — Pregunta y yo sacudo la cabeza.
— Esto es estúpido — me entrometo.
— ¿Sabes qué es estúpido? — Pregunta Joe y yo lo miro por sobre mi hombro—. Cameron.
Cierro los ojos. Espero oír la cabeza de Joe azotar contra la puerta, pero nada ocurre.
— Tú eres estúpido — murmuro hacia Joe, luego camino afuera y Cameron me sigue en silencio. Me detengo al final de las escaleras y espero por él—. Lamento eso — susurro y él sacude la cabeza—. ¿Por qué no lo golpeaste? ¿Por qué no le gritaste? — Pregunto de repente. Él levanta la cabeza.
— No soy un fanático de la violencia — responde.
— Juegas fútbol americano — apunto y él sonríe.
— Eso no significa que voy o debería ir golpeando gente por la vida. Es un juego, nada más — se encoge de hombros.
Me quedo mirándolo, sin saber si Joe me miente acerca de su prima. Sintiéndome mal por dudar de él.
— Te extrañé — murmura de repente y yo lo observo. No espera una respuesta o no insiste en conseguir que yo diga lo mismo. Me siento fatal de no poder responder de la misma forma.
— ¿Cómo estuvo esa acción de gracias? — Pregunto en respuesta.
— Genial, mamá preparó mucha comida — comienza a contarme. Creo que está haciendo como que no le interesa que yo no le dijese que lo extrañé. Y lo está haciendo bien, de todas formas, es actor.
xlivelikeitsnowornever
Re: Under the scene (Joe Jonas)
Capítulo 22:
— Mira tú cara de culo — dice Josh sentándose junto a mí—. ¿Qué te pasó? — Pregunta brindándome una sonrisa.
— ¿Y Jenn? — Pregunto y miro sobre su hombro, aunque es un poco tonto, desde que Jenn es alta y no podría pasar desapercibida. Mucho menos esconderse tras Josh, quien es como diez centímetros más bajo que ella.
— Jenn y yo no somos siameses. Podemos vivir sin el otro un rato — me sonríe, yo entrecierro los ojos—. Está enferma.
— Oh — es todo lo que digo porque no sé que más decir—. ¿Puedo pedirte un favor? — pregunto acomodándome en el pupitre.
Él alza las cejas, luego deposita sus libros en su pupitre y me sonríe.
— Depende. Puedo hacer casi todo. Y si es un problema de mujer, no tengo problema en ir y comprar cosas femeninas — me comenta y yo sonrío.
— No es nada de eso — le digo y él asiente.
— Mejor aún — ambos reímos.
— Necesito que me des un consejo. Necesito uno. No puedo contárselo a ninguna de las chicas… Y me quedas tú.
— ¿Soy tú última opción? — pregunta falsamente ofendido—. Vamos a pretender que no me ofendes con eso. Suelta tú pregunta que quiere ser aconsejada, me tienes los nervios de punta — comenta ansioso.
— ¿Joe o Cameron? — Pregunto y su sonrisa se borra—. Lo sé.
— Pensé que todo iba bien con Joe — responde—. ¿Qué hizo? — pregunta.
— Fue un idiota con Cameron.
— ¿Por qué fue un idiota con Cameron? — Pregunta entrecerrando sus ojos.
— Cameron fue por mí hoy, apareció allí y yo estaba apresada por Joe y estaba diciéndole que me dejase ir y Cameron lo tomó enserio y Joe fue un idiota. Cameron no hizo nada y sinceramente, no sé cómo Joe no terminó con la cabeza reventada. Además me dijo esto de su prima con Cameron y estoy tan confundida…. — toco mi cabeza—. ¿Soy una perra? — Le pregunto desesperada.
— No lo eres — responde enseguida—. No tienes nada oficial con ninguno, ¿cierto? — Sacudo la cabeza—. No te sientas mal porque Joe toma decisiones de repente y tú vas con él, te gusta mucho — dice con cara de obviedad—. Si yo estuviese con una chica y Jenn viniese y me dijese que por fin tiene las agallas de estar conmigo, probablemente correría a ella también — se encoge de hombros—. Y en el tema de Cameron y Joe, creo que… Realmente no lo sé — sacude la cabeza—. Cameron no es malo, pero existen rumores de él. Supongo que ya sabes que lo tachan de mujeriego y todo eso — rueda los ojos—. Y Joe es un imbécil a veces. Si yo fuese tú, me iría con Josh — responde con facilidad.
— ¿Tú crees que si Jenn no me cayese tan bien, no te habría robado ya? — Pregunto y él ríe.
— Me siento codiciado. Arreglaste tú error, saltamontes — sonríe y yo le sonrío de vuelta—. ¿Sabes? Ve con el que quieras, mientras te haga feliz y te respete. Esas son las bases de una relación, además de la confianza — mi corazón se empequeñece mientras veo la decisión más clara—. Joe se ve más feliz ahora que está contigo, pero no lo sé, sinceramente no creo poder darte una visión muy clara del tema, desde que no conozco bien a Cameron y temo que hace rato, Joe y yo no analizamos las mentes del otro como solíamos hacer. Da igual lo que decidas, yo y los chicos somos amigos tuyos aunque no elijas a Joe — me sonríe y acaricia mi hombro—. No temas a ir por lo que tú sientes que es correcto.
— Gracias — susurro y compartimos una sonrisa.
— ¿Te molesta si tomo el puesto junto a ti, Lily? — Pregunta Cameron y yo sacudo la cabeza. ¿Él acaso ha escuchado parte de mi conversación con Josh? Por un momento, el pánico me golpea y se filtra por cada fibra nerviosa de mi cuerpo, mi cuerpo tenso.
— ¿Tienes un lápiz? Olvidé traer uno — dice Josh revisando en su bolso—. Jenn siempre tiene lapiceras y yo jamás traigo las mías.
Estoy a punto de revisar mi bolso, cuando veo una lapicera siendo ofrecida a Josh.
— Gracias — dice Josh aceptándola.
Miro hacia Cameron y él me sonríe, mientras acomoda un mechón de mi cabello detrás de la oreja.
***
— ¡Rocky! — Grita la madre de Joe mientras el perro se lanza sobre mí apenas pongo un pie en el apartamento de Joe, es un Beagle bastante bonito—. ¿Cómo estás, Lily?
— Bien, ¿qué tal usted? — pregunto de vuelta y ella se encoge de hombros.
— Bien, dentro de todo.
Joe aparece. Lleva una vieja camiseta de una banda de rock y los pantalones de gimnasia. Cuando me ve de pie allí, levanta las cejas.
— Lily — dice y su voz posee una mezcla rara: es irónica, pero en son de disculpas. Frunzo el ceño—. ¿Qué tal la universidad hoy?
— Estuvo bien — Respondo amablemente. Sigo cerca de la puerta.
— ¿Qué tal el ensayo? — Pregunta y yo lo miro mal.
— Estuvo bien.
— ¿Cameron no quiso venir a nuestra cena? — Y allí está. Su madre lo mira mal—. ¿No es él tú novio?
— Sabes perfectamente que no.
Él me mira y recoge una caja, se da la media vuelta, jugando a la princesa del cuento una vez más.
— ¿Siempre has sido así de idiota? — Pregunto y su madre se hace a un lado con el perro en brazos—. Digo, luce como que amas empujar a un lado a la gente que se preocupa por ti y te quiere. Has empujado a los chicos. Me estás empujando a mí. Y todo por tus miedos y niñerías — tomo una gran respiración—. ¿Sabes cuánto me hieren tus comentarios? — pregunto y él se gira para mirarme—. ¿Sabes cuánto daño le has hecho a tus amigos, pero ellos siguen estando allí para ti cuando los necesitas? Si los llamas en este momento, aparecerán aquí. A Jenn no le importará su resfriado y a Josh no le importará cargarla. Christina correrá y arrastrará a Zoe. Todo porque se preocupan por ti. ¿Y tú que les das? ¿Qué me das a mí? Porque confianza… No he recibido ni una pizca y eso es injusto, porque yo he tenido que aguantar mucho más que tú, he tenido que ser mucho más valiente… He tenido que ser todo lo que tú no eres — miro al piso—. Quería ser parte de esto: de tú crecimiento como hombre. De tú libertad. Quería ver cómo atravesabas los miedos que te han apresado durante tanto tiempo, pero sé que eso no ocurrirá. Sé que seguirás diciendo cosas hirientes y yo merezco que me quieran como quiero. Te quiero, te amo — digo—, y me duele dejarte ahora, pero, si tú me amases, me lo demostrarías; a veces dudo si me quieres o sólo me necesitas para poder tener agallas.
Él sacude la cabeza, sus ojos brillan un poco.
— Siempre haces esto — lo afronto, porque no seré como él—. Siempre me empujas a alguien más. Siempre prefieres pelear conmigo que por mí… Ahora dejaré que me empujes y no esperaré a que pelees por mí, porque es más que obvio que no lo harás. Que nunca estuviste dispuesto hacerlo. Lo lamento — digo y él parece no creer lo que está ocurriendo—. Lo lamento tanto y realmente te deseo lo mejor — continúo—. Espero que cuando ames a una chica, ya sepas que hacer y lo hagas — me volteo—. Sé feliz, Joe — aconsejo y me voy de su apartamento, sin atreverme a mirarlo.
----
fin.
nah, quedan como dos capítulos más
— Mira tú cara de culo — dice Josh sentándose junto a mí—. ¿Qué te pasó? — Pregunta brindándome una sonrisa.
— ¿Y Jenn? — Pregunto y miro sobre su hombro, aunque es un poco tonto, desde que Jenn es alta y no podría pasar desapercibida. Mucho menos esconderse tras Josh, quien es como diez centímetros más bajo que ella.
— Jenn y yo no somos siameses. Podemos vivir sin el otro un rato — me sonríe, yo entrecierro los ojos—. Está enferma.
— Oh — es todo lo que digo porque no sé que más decir—. ¿Puedo pedirte un favor? — pregunto acomodándome en el pupitre.
Él alza las cejas, luego deposita sus libros en su pupitre y me sonríe.
— Depende. Puedo hacer casi todo. Y si es un problema de mujer, no tengo problema en ir y comprar cosas femeninas — me comenta y yo sonrío.
— No es nada de eso — le digo y él asiente.
— Mejor aún — ambos reímos.
— Necesito que me des un consejo. Necesito uno. No puedo contárselo a ninguna de las chicas… Y me quedas tú.
— ¿Soy tú última opción? — pregunta falsamente ofendido—. Vamos a pretender que no me ofendes con eso. Suelta tú pregunta que quiere ser aconsejada, me tienes los nervios de punta — comenta ansioso.
— ¿Joe o Cameron? — Pregunto y su sonrisa se borra—. Lo sé.
— Pensé que todo iba bien con Joe — responde—. ¿Qué hizo? — pregunta.
— Fue un idiota con Cameron.
— ¿Por qué fue un idiota con Cameron? — Pregunta entrecerrando sus ojos.
— Cameron fue por mí hoy, apareció allí y yo estaba apresada por Joe y estaba diciéndole que me dejase ir y Cameron lo tomó enserio y Joe fue un idiota. Cameron no hizo nada y sinceramente, no sé cómo Joe no terminó con la cabeza reventada. Además me dijo esto de su prima con Cameron y estoy tan confundida…. — toco mi cabeza—. ¿Soy una perra? — Le pregunto desesperada.
— No lo eres — responde enseguida—. No tienes nada oficial con ninguno, ¿cierto? — Sacudo la cabeza—. No te sientas mal porque Joe toma decisiones de repente y tú vas con él, te gusta mucho — dice con cara de obviedad—. Si yo estuviese con una chica y Jenn viniese y me dijese que por fin tiene las agallas de estar conmigo, probablemente correría a ella también — se encoge de hombros—. Y en el tema de Cameron y Joe, creo que… Realmente no lo sé — sacude la cabeza—. Cameron no es malo, pero existen rumores de él. Supongo que ya sabes que lo tachan de mujeriego y todo eso — rueda los ojos—. Y Joe es un imbécil a veces. Si yo fuese tú, me iría con Josh — responde con facilidad.
— ¿Tú crees que si Jenn no me cayese tan bien, no te habría robado ya? — Pregunto y él ríe.
— Me siento codiciado. Arreglaste tú error, saltamontes — sonríe y yo le sonrío de vuelta—. ¿Sabes? Ve con el que quieras, mientras te haga feliz y te respete. Esas son las bases de una relación, además de la confianza — mi corazón se empequeñece mientras veo la decisión más clara—. Joe se ve más feliz ahora que está contigo, pero no lo sé, sinceramente no creo poder darte una visión muy clara del tema, desde que no conozco bien a Cameron y temo que hace rato, Joe y yo no analizamos las mentes del otro como solíamos hacer. Da igual lo que decidas, yo y los chicos somos amigos tuyos aunque no elijas a Joe — me sonríe y acaricia mi hombro—. No temas a ir por lo que tú sientes que es correcto.
— Gracias — susurro y compartimos una sonrisa.
— ¿Te molesta si tomo el puesto junto a ti, Lily? — Pregunta Cameron y yo sacudo la cabeza. ¿Él acaso ha escuchado parte de mi conversación con Josh? Por un momento, el pánico me golpea y se filtra por cada fibra nerviosa de mi cuerpo, mi cuerpo tenso.
— ¿Tienes un lápiz? Olvidé traer uno — dice Josh revisando en su bolso—. Jenn siempre tiene lapiceras y yo jamás traigo las mías.
Estoy a punto de revisar mi bolso, cuando veo una lapicera siendo ofrecida a Josh.
— Gracias — dice Josh aceptándola.
Miro hacia Cameron y él me sonríe, mientras acomoda un mechón de mi cabello detrás de la oreja.
***
— ¡Rocky! — Grita la madre de Joe mientras el perro se lanza sobre mí apenas pongo un pie en el apartamento de Joe, es un Beagle bastante bonito—. ¿Cómo estás, Lily?
— Bien, ¿qué tal usted? — pregunto de vuelta y ella se encoge de hombros.
— Bien, dentro de todo.
Joe aparece. Lleva una vieja camiseta de una banda de rock y los pantalones de gimnasia. Cuando me ve de pie allí, levanta las cejas.
— Lily — dice y su voz posee una mezcla rara: es irónica, pero en son de disculpas. Frunzo el ceño—. ¿Qué tal la universidad hoy?
— Estuvo bien — Respondo amablemente. Sigo cerca de la puerta.
— ¿Qué tal el ensayo? — Pregunta y yo lo miro mal.
— Estuvo bien.
— ¿Cameron no quiso venir a nuestra cena? — Y allí está. Su madre lo mira mal—. ¿No es él tú novio?
— Sabes perfectamente que no.
Él me mira y recoge una caja, se da la media vuelta, jugando a la princesa del cuento una vez más.
— ¿Siempre has sido así de idiota? — Pregunto y su madre se hace a un lado con el perro en brazos—. Digo, luce como que amas empujar a un lado a la gente que se preocupa por ti y te quiere. Has empujado a los chicos. Me estás empujando a mí. Y todo por tus miedos y niñerías — tomo una gran respiración—. ¿Sabes cuánto me hieren tus comentarios? — pregunto y él se gira para mirarme—. ¿Sabes cuánto daño le has hecho a tus amigos, pero ellos siguen estando allí para ti cuando los necesitas? Si los llamas en este momento, aparecerán aquí. A Jenn no le importará su resfriado y a Josh no le importará cargarla. Christina correrá y arrastrará a Zoe. Todo porque se preocupan por ti. ¿Y tú que les das? ¿Qué me das a mí? Porque confianza… No he recibido ni una pizca y eso es injusto, porque yo he tenido que aguantar mucho más que tú, he tenido que ser mucho más valiente… He tenido que ser todo lo que tú no eres — miro al piso—. Quería ser parte de esto: de tú crecimiento como hombre. De tú libertad. Quería ver cómo atravesabas los miedos que te han apresado durante tanto tiempo, pero sé que eso no ocurrirá. Sé que seguirás diciendo cosas hirientes y yo merezco que me quieran como quiero. Te quiero, te amo — digo—, y me duele dejarte ahora, pero, si tú me amases, me lo demostrarías; a veces dudo si me quieres o sólo me necesitas para poder tener agallas.
Él sacude la cabeza, sus ojos brillan un poco.
— Siempre haces esto — lo afronto, porque no seré como él—. Siempre me empujas a alguien más. Siempre prefieres pelear conmigo que por mí… Ahora dejaré que me empujes y no esperaré a que pelees por mí, porque es más que obvio que no lo harás. Que nunca estuviste dispuesto hacerlo. Lo lamento — digo y él parece no creer lo que está ocurriendo—. Lo lamento tanto y realmente te deseo lo mejor — continúo—. Espero que cuando ames a una chica, ya sepas que hacer y lo hagas — me volteo—. Sé feliz, Joe — aconsejo y me voy de su apartamento, sin atreverme a mirarlo.
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fin.
nah, quedan como dos capítulos más
xlivelikeitsnowornever
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