Changes (Joe Jonas)

Nombre: Changes
Autor: Flor, Flori, Florci.
Adaptación: No, originaaaaaaaaaaal mia.
Género: I'm a drama quenn
Advertencias: Nada de fantasmas, no cuesta nada comentar!
Otras páginas: Nope


CHANGES


Saddie tenia todo en su vida, dinero, familia, amigos... Pero había algo que no tenia y le retorcía el estomago, no lo tenía a él. Su mejor amigo, de toda la vida. Y tanto lo deseaba, besarlo y gritarle que lo amaba.
Pero no podía, simplemente.
¿Como poder seguir adelante? ¿Es que acaso el no se daba cuenta del amor que sentía?
No encontraba el valor para sacar sus palabras de adentro, temía perderlo de la unica forma que lo tenia.

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Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeno, aca va la sinopsis.
Comenten comenten :D

Keep it Real

Y otro día servía a Saddie para darse cuenta de que las cosas nunca cambiarían. Como siempre, la vida era injusta con cada parte de su anatomía y mentalidad.
Nunca había sido una mujer con suerte.
La razón siempre varía, pero siempre existía algo para odiar con todo su ser la miserable vida que le había tocado.
Se convencía de que tenía que ser feliz teniendo todo lo que tiene, todo lo que una joven podía desear, pero no tenía lo que justamente lo que ella deseaba. Deseaba amor infinito y nunca, nunca llegaba. Se convencía de que aún era temprano de que su príncipe alguna vez llegaría en su caballo blanco diciéndole que la amaba incondicionalmente, pero otra vez las ilusiones le hacían añicos el corazón.
¿Que era necesario para que acepte su amor? Le podría dar todo, hasta su propia vida. Todo ya sea para él. Tan especial. Con ese brillo en sus ojos y en su interior, que nadie como ella lo conocía tan bien. No le molestaban sus malos humores, al contrario le parecían divertidos, amaba su forma de caminar y sobre todo amaba su razón de vivir.
Construía un castillo inexistente de ilusiones en su cabeza, en su propio mundo. En ese que desearía tanto vivir. Todo sería como ella quiera. Nada de sufrimiento y sería irrevocablemente feliz, tomada de la mano de él día y noche. Sonriendo por cualquier pájaro que pasara.
Definitivamente era todo lo contrario. No era feliz.
Y con diecisiete años decía eso.
Había pasado una infancia y casi una adolescencia completa enamorada de el incondicionalmente. Y siempre queriendo escapar de ese sentimiento, pero el boomerang de la vida se le interponía en medio de su frente.
Y cada vez que escuchaba su voz, colocaba otro ladrillo a su castillo de ilusiones pero sin haber pasado dos minutos de haber sido puesto se destruía con tanta facilidad que dolía.
Y cada lágrima que derramaba siempre quedaba escondida en algún rincón oculto de su corazón, y luego quería volver a salir, como las hojas de los árboles en otoño.
-Cariño ya sal de ahí llegaras tarde.-golpeó su madre la puerta intentando apurarla, en quince minutos más sonaría la campana de ingreso de la preparatoria Valley School, una de las más prestigiosas de la ciudad de Los Angeles.
-Ya voy mamá.-respondió secándose las lágrimas y buscando su salvación, maquillaje para tapar la evidencia de que estuvo llorando. Nunca lo quiso admitir. Frente a su familia que siempre quiso darle lo mejor, no.
Se miro al espejo y encontró un ser totalmente desconocido. Practico su sonrisa falsa frente al espejo como era de rutina y se puso los tacones.
Era una de las alumnas más destacadas, pero aún asi era un ser con una perfecta vida social, aunque llevaba con todo ese dolor adentro sabía aparentar bien una felicidad inexistente.
Agarró una manzana verde cuando pasó por la lujosa cocina y beso la mejilla de su madre y su padre y saludo con la mano a sus dos hermanos pequeños que tomaban su cereal ruidosamente.
Tomó las llaves de su Aston Martin gris y salió en busca de él.
Subió y puso fuerte el volumen de la música y encamino hacia la escuela con su típica sonrisa falsa, que ya se había hecho tan común para ella que hasta parecía real.
Tarareaba al ritmo de la canción, que sonaba ahora el solo de guitarra de una de sus bandas favoritas.
Como era de costumbre al llegar todo el mundo se volteo a ver a ella y a su lujoso auto. Bajo delicadamente, algo calve en ella. La delicadeza para cada acto, y que la hacía resaltar más aún que cualquier otra chica en esa secundaria. Su estructural cuerpo se movía al ritmo de su elegante paso haciendo resonar sus tacones dirigiéndose hacia donde estaban sus amigos a quienes saludo con la mano, odiaba saludar a todos, eran muchas personas.
Y cuando lo vio llegar su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal. Los constantes latidos le parecían que sonaban más fuerte que cualquier bullicio dentro de ese lugar. Encaminaba hacia donde estaba ella, y comenzaba a saludar a uno por uno, llegando a ella le dio un fuerte abrazo al que ella no supo responder.
-Te he echado de menos amiga.-pronunció Joseph, él que le quitaba el aliento.
Ella se rió y le contesto simplemente…
-Ayer nos vimos Joe.
-Si, pero ya sabes, eres la mejor.
La sangre recorría violentamente por sus venas haciendo que se acumulara en sus pómulos, logrando una perfecta sonrojada mujer.
Y al lado estaba ella, la mujer que le quitaba los sueños a Joe, que la desvelaba pensando en su belleza. La saludó con un apasionado beso y la abrazó a un más fuerte que a su mejor amiga.
-¿Cómo estas preciosa?-dijo Joe casi sin aire a Jayne, su novia.
Saddie no quiso escuchar más de su escenita de amor profundo con Joe y Jayne y se dirigió a su próxima clase en el edifico A. Se sentó en un banco bien al fondo, era típico de ella.
Apoyo su cabeza entre sus manos y suspiró fuerte, que fastidio.
-¿Que sucede?-preguntó Jessica preocupada, Saddie sonrió, y la miro y simplemente le contesto…
-Nada, solo que dormí mal anoche.
No muy convencida dio por Jess dio por terminado el tema. Eso era lo que le agradaba de ella, no se entrometía en la vida de los demás, vivía en su propio mundo, y no molestaba. Vio entrar a Joe riéndose a carcajadas de la mano con Jayne. J&J. Una vez más lanzó un bufido. La perfecta pareja.
¿En que se engañaba? No tenía nada para conquistar a Joe.
Cuando el profesor James entro al aula, ella vagaba sobre una película que había visto antes de ayer. Y se sorprendió lo rápido que paso la clase.

primera y fiel lectora me encanta la nove seguila!!!

Jazz Jonas Dreamer escribió:primera y fiel lectora me encanta la nove seguila!!!

Que genia !!!

World War III

Caminó por los pasillos algo rápido con sus apuntes en los brazos y sintió unos pasos atrás.
-Saddie ¿Almorzamos juntos?-pregunto Joseph abrazándola amistosamente por los hombros, ella se soltó como pudo y lo miro con sus tristes ojos.
-Eh… No tengo hambre Joe.-dio vuelta su cara, concentrada en poner bien la clave de su casillero, la presencia de él la enloquecía.- Gracias, será la próxima vez.-De espaldas a él era más fácil ignorarlo, por que eso era lo que tenía que hacer ignorarlo, dejar de sufrir por algo que no tiene futuro, dejar que termine como si no hubiera pasado nada, y ocultando su corazón roto.
-¿Sucede algo?-preguntó preocupado, era la segunda vez que se lo preguntaban en el día. No respondió se quedó inmóvil, intentando de no olvidarse de respirar.-Saddie, contéstame ¿Que te pasa?-la volteó tomándola de un brazo.
-No.-dijo fuerte y sin escrúpulos. La mirada preocupada de Joe la distraía.
-Por favor, se me parte el corazón con verte asi.
Al escuchar eso Saddie tuvo ganas de gritarle. ¿Corazón roto? ¿Que sabía el de un corazón roto? Cerró los ojos con fuerza y se contuvo para no soltar su ira.
-Joe no es momento de hablar. Confía en mí, no sucede nada.
Bla, bla, bla. Si fuera su vocación se dedicaría a actuar, o quizás a escribir los mejores guiones de Hollywood.
De una cosa que Joe estaba seguro era que Saddie era la mejor amiga que había tenido nunca, y que la conocía tan bien que ella no estaba bien. Recordó cuando eran pequeños y corrían en el parque de su casa o mejor aún cuando el se escapaba para ir a la casa del árbol que tenían juntos. Recordó su risa, le llenaba el alma cuando la veía sonreír. Era como un ángel de la guarda para él. Bajada del cielo para cuando más la necesitaba.
Las noches que pasaban en el tejado viendo las estrellas era lo mejor, el recostaba la cabeza en su falda y ella jugaba horas y horas con su cabello despeinado. Y hacía mucho habían perdido el hábito, gracias a Jayne que le habían hecho una gran escena de celos.
Amaba a su amiga, era una de las cosas con más importancia que tenía en el mundo. Con su pelo ondulado del color de la miel, y unos verdes ojos cautivantes. Cuando comenzó la adolescencia pensó que estaba enamorado de ella, pero por supuesto apareció Jay.
La miró expectante ¿Que se suponía que debía hacer? Creía que si la perdía se acababa SU mundo. Y como estaban hoy las cosas, ya se empezaba a derrumbar. Sus ojos se le nublaron de tristeza, ¿Que haría sin ella?
-Joe ¿A ti te sucede algo?-preguntó preocupada, aunque estaba furiosa no con él, sino con ella por haberse enamorado de su mejor amigo, dejó todo de lado.
Observó sus ojos impacientes y contempló allí la niña que había sido hasta hace algunos años, su sonrisa aún permanecía intacta e igual que cuando tenían diez años. Tomo el delicado rostro de ella entre sus manos intentando encontrar respuesta alguna a lo que les estaba sucediendo. El corazón le latía violentamente a ella, casi lastimando su pecho de lo poco acompasado que estaba. Y su respiración se agitaba, logrando que le escaseara el aire.
-¿Por qué estamos tan distantes?-preguntó en un susurró el moreno.
Ella trago saliva y aparto su rostro de las manos de él.
-Es una pregunta que la tienes que deducir tu solo. Hubo una cosa, o quizás un alguien que lo destruyo todo, toda esa conexión que teníamos no existe más gracias a eso.-se descargó solo un poco, la ira volvía a hacerla temblar al intentar controlarse por no gritarle a los cuatro vientos que estaba enamorada de él.- Piénsalo muy bien. Yo no te doy a elegir, solo quiero lo mejor para ti lo sabes. Y si tú eres feliz con ella, pues, no te preocupes por una inútil que solo estorba.
Comenzó a caminar con su paso rítmico hasta el gimnasio ya que se salteaba la hora de el comedor, iba directo a su próxima clase, dejándolo a Joe parado en medio del pasillo con una confusión que le invadía su ser completo.
Cerró la puerta del gigantesco gimnasio y se desplomó en lágrimas. No podía hacer nada contra lo que sentía, era más fuerte que ella y que toda humanidad. Su llanto incesante le hacía doler el pecho, reflejando la angustia que llevaba dentro. Estaba sentada en una de las tantas gradas del salón desierto de gente, con sus brazos envolviendo sus rodillas y con la cabeza gacha. Sintió que la puerta se abría pero no se inmutó ni un momento. Los pasos se acercaban hasta ella, quien no quería mostrar sus ojos rojos e hinchados. La dulce voz que reconoció hizo que la vergüenza que sentía aumentara.
-Lárgate de aquí Joe. –dijo simplemente, controlando su voz.
-No me quiero ir.
-Entonces vete lejos de mí.
-Tampoco.
-Lárgate de aquí Joe. –dijo simplemente, controlando su voz.
-No me quiero ir.
-Entonces vete lejos de mí.
-Tampoco.
-¿Que es lo que quieres de mi?-irritada levantó la cabeza y él estaba parado frente a ella, algo más abajo.
Joseph trago el nudo en la garganta que tenía.
-Aunque no me quieras decir que es lo que pasa, me quedaré aquí, como tú lo hiciste millones de veces por mí. Ahora me toca a mí cuidar de ti.-respondió y se sentó al lado de ella abrazándola fuerte, para no dejarla ir.
Cerró con fuerza sus ojos y reprimió todo si dolor, él no la podía ver así, y menos debía saber que el llanto le pertenecía a él. Ya algo más tranquila le dijo.
-Estoy bien, ya puedes irte.
-Por favor Saddie no seas chiquilina.
-No soy chiquilina, simplemente quiero que te vallas.-suplicó entre lágrimas.
-Sad.-empezó y ella nuevamente cerró los ojos molesta por su sobre nombre, detestaba que le diga asi.-Perdón, Saddie escúchame. No te quiero perder por favor ¿Ya no confías más en mí?
-Quiero hacerte entender Joe que no te quiero más en mi vida.-sus palabras salieron como escupitajo, fluyeron sin temor y si imaginar la sensación en la piel de Joseph reflejando como se estremecía su corazón.
Algo estupefacto pregunto:
-¿Qué?
-Lo que escuchaste Joseph. No quiero verte más.-no sabía de donde habia sacado la fuerza necesaria para decir eso. Es qué ya no lo soportaba más el seguir sufriendo por él. No quería dedicarle una vida a ese dolor, tenía que sacarlo. –Y… Si no te vas tú me voy yo.-dijo con frialdad y comenzó a caminar hacia la puerta del gimnasio con pesadez en sus piernas, como si fueran de plomo.
Corrió a buscar a su amiga, la necesitaba, era la que sabía todo de su vida y con quien descargaba las ganas de llorar y se desquitaba contándole lo horrible que era su vida. Lesley era la mejor amiga que una mujer podía tener, siempre predispuesta a escucharte y con un solo consejo solucionar tus problemas, como palabras mágicas, como un bidibi badibi boom de la cenicienta. Su pelo lacio y su flequillo recto le hacían las facciones perfectas y era la envidia de todas las chicas de la preparatoria. Tenía un novio que partía la tierra, Austin. La encontró sentada en la fuente del patio de la secundaria riendo con él gracias a que casi se cae a la fuente por que lo asustaron.
Cuando se miraron, ella entendió perfectamente que Saddie la necesitaba y se despidió de Austin con un corto beso en los labios y corrió a su amiga. Saddie la abrazó con todas sus fuerzas y nuevamente rompió a llorar. No lo soportaba más, deseaba escapar de se mundo cruel y siniestro donde vivía. Lesley acariciaba el cabello de su amiga intentando hacerle saber que ella compartía su dolor y que pase lo que pase ella estaría ahí, a su lado.
-Largue todo Les.-comentó y la castaña abrió los ojos sorprendida.- Bueno todo no.-limpió sus lágrimas con los puños de sus sueter.- Le dije que no lo quiero más en mi vida. Sabes y sé que no es verdad pero lo tengo cerca y me lastima, y se que el no tiene la culpa, pero gracias a él estoy asi. No me recrimines por favor.
-No te voy a recriminar, solo quiero que pienses que debes haber dejado a un hombre con el corazón roto allá en el gimnasio. Y ese hombre no tiene ni idea de lo que ocurrió.
-Pues que se de cuenta solo. Less no quiero sufrir más. Toda esta porquería agota. Quiero ser feliz, es mi única meta, y con este cajón nunca voy a poder salir a la luz.
-¿Y por qué este final tan trágico?-pregunto sentándose contra la pared del colegio.
-Me nació. Ya se que suena mal, pero merece sufrir un poco.
-¿Te estas dando cuenta? Te pones una careta en el corazón, y con eso pretendes olvidar. No te va a funcionar.- la miro sorprendida.- Lo que quiero decir-se explicó.- es que nunca funcionan estas cosas, todas lo pasamos alguna vez, y hasta que no encuentres a alguien que realmente te haga feliz y no es el hombre por quien lloras no te va a funcionar.
-¿Eso es lo que me quieres decir? ¿Que me olvide de Joe buscando a alguien más a quien amar?-preguntó estupefacta.
-En cierto sentido si. Tu no lo olvidarás hasta que alguien más entre en tu vida.-dijo asintiendo.
Las palabras de Less le retumbaban en la cabeza. ¿Y qué ocurría si no olvidaba a Joe? ¿Qué ocurría si seguía enamorada de él y el seguía con Jayne? ¿Y qué si lo seguía amando y estaba con otro?
Cerró con fuerza sus ojos con frustración por no saber que era lo que estaba haciendo, haría o dejaría de hacer. No sabía donde estaba parado, donde estuvo ni siquiera donde va a estar. ¡Que fácil sería una vida con un libro de auto respuestas! O mejor ¡Que fácil sería la vida si supieras tu destino!
¿Tan mal estaba que pusiera esa careta? Quizás ella sería la excepción a todas esas mujeres que lo intentaron.
-Todo vale por intentarlo ¿No es lo que siempre me dices?-le preguntó a Lesley.
Ella torció el gesto y la miro a los ojos.
-Solo no quiero que salgas lastimada de todo este engaño.
Saddie suspiró tristemente.
-Creo que ya es tarde para eso Les.
Apoyo su cabeza en el hombro de su amiga, las cosas cada vez se ponían peor.

Before the storm

Un largo día había pasado, y al siguiente Saddie salió de compras. Toda mujer lo necesitaba cuando estaba deprimida, era como encontrar consuelo en hermosos zapatos, preocuparte con que los combinaras y nada más. Solo eso en tu cabeza. Eso y nada más.
Sonaba algo superficial, pero no era asi. Encontrabas consuelo en eso, y no pedías mucho. Era salir del mundo común solo por un rato, y si tenía la posibilidad para comprar ¿Por qué no?
Su última parada, la disquera. Su preferida, la del centro comercial del sur tenía todo lo que te pudieras imaginar, desde un pato haciendo ruidos hasta el más fabuloso de los sopranos. Buscó en Internacionales y se entretuvo buscando la nueva copia de Keane. Cuando la encontró esbozó una sonrisa, su música realmente la hacía sentir bien. Era sumergirse en sus letras y llorar como una estupida al darse cuenta que todo lo que decía era verdad. Tenía la costumbre de hacerlo muy seguido. La música era su hogar mágico.
Una de sus amigas le había recomendado también el nuevo CD de coldplay, no dudo en tomarlo y por ultimo encontró uno de Damian Rice.
Se dirigió a la caja contenta por su elección y sin darse cuenta Joe se había alejado de su cabeza. Buscó su tarjeta en el fino bolso de prada que se había comprado hace dos semanas, alguien carraspeo al lado suyo, levantó la vista y se quedó sin aire, sin habla, sin nada. No lo podía creer ¿Había vuelto? Es que era muy extraño verlo nuevamente.
-¿Nick?-preguntó estupefacta sintiéndose estupida, ¡Pero claro que era Nick!
El sonrío a medias, era común de él. De verdad estaba sorprendida.
-No creo que conozcas a mi hermano gemelo escondido.-se rió.
-¡Nick!-lo abrazó contenta. Estaba aquí de nuevo y era espectacular.- Te extrañe tanto, tanto, pero tanto.
-Yo también Saddie. ¡Cada vez estas más linda!
Ella lo soltó y miro al piso avergonzada. Pero estaba contenta, el se había ido hace varios años digamos que unos tres o cuatro, no estaba segura, le habían ofrecido un importante trabajo en las afueras de Washington como representante de una prestigiosa empresa. Era uno de los hermanos mayores de Joe.
-Que bueno que haz vuelto.-le sonrío y luego miro hacia atrás de la fila y un montón de gente la miraba malhumorada, ¡Se había olvidado de que estaba primera para pagar!- La gente me esta mirando mal Nick, tengo que pagar.- soltó una risita nerviosa.
Pagó y le dijo a Nick que lo esperaba afuera, ya que el también tenía que pagar unos CD.
Al salir ambos de la disquera, se dieron nuevamente un gran abrazo, siempre habían sido buenos amigos.
-¿Y que sucedió con Joe?-preguntó Nicholas cuando estaban caminando hacía un café.
Justo cuando Joe estaba lejos de su mente, de sus oídos y de su vista, su hermano se lo hacía recordar. Revoleo los ojos y bajo la cabeza con tristeza recordando su fuerte discusión de ayer.
-No me hables de él. Nos peleamos.-suspiró.
Nick pasó un brazo por los hombros de su amiga.
-Siempre se pelean ustedes dos, pero son inseparables.
-Te has perdido de muchas cosas estando fuera.
La miró a los ojos y frunció el ceño.
-Entonces cuéntame.
-Tu hermano esta de novio.
El de nuevo la miro, pero esta vez con algo de lastima.
-Lo siento.
-Es lo que todos dicen.-sonrió melancólicamente Saddie.
Al llegar al café se sentaron en una mesa para dos frente a frente, Saddie había olvidado lo lindo que le quedaban los rulos a Nick, y su hermosa sonrisa. El tomo la mano de Saddie que reposaba sobre la madera antigua de la mesa del café.
-¿Y entonces todo retrocedió tres casillas en el juego?-preguntó Nicholas preocupado.
-No lo había pensado así, pero si. Nada fue igual, verás Jayne es muy celosa.
-¿Jayne es la novia de mi hermano?
¿Hacía cuanto que Nick no hablaba con su hermano?
-Si.-bajó la cabeza imaginándose como sería su vida si ella misma fuera Jayne. Sería feliz por supuesto.- Háblame de ti, ¿que te trajo de vuelta?
-sonrió y suspiró.-La vida supongo. No me gustaba estar tan alejado y mis cosas siempre estuvieron aquí, lo que más quiero no puede estar lejos de mí.
-¿Renunciaste?
El solo asintió con la cabeza.
-La verdad era que odiaba la vida Washington. Todo el mundo vive apurado y sabes que no soy así.
Saddie se rió.
-Si, y como lo se.
El pedido llegó a los pocos minutos. Un capuchino para los dos.
Se llevaban cuatro años, pero eran tan iguales en gustos, costumbres y pensamientos. Existía una inevitable conexión entre ellos.
Hablaron del lujoso departamento que había conseguido comprar Nick con su sueldo, el auto que había rentado, una novia que habia tenido apenas llegó a la capital y que luego se separaron por que se cansaron.
Conversaron tanto que sin darse cuenta pasaron una hora en aquel café. Contentos por reencontrarse.
-¡Dime por que no te has puesto de novia!-exclamó Nicholas sorprendido.
Ella se rió debido a su exageración a cada cosa.
-Tú ya sabes por que.-le dijo.
-¡No me digas que por el idiota de mi hermano!-volvió a exagerar.-Estas dependiendo de él, esperando que algún día pase lo que vos quieres, y quizás estas perdiendo tu tiempo. Eres bella e inteligente, todo lo que hay que tener lo tienes. ¿Que esperas?
Saddie se ruborizo. Pensó un poco.
-Quizás no encuentro el indicado.
No era tan fácil como todos pensaban, ella quería alguien especial y no cualquiera que se le cruzase por la calle. No iba a encontrar a alguien con las mismas intenciones que ella, ahora toda su generación se centraba en una noche y nada más y por supuesto eso no era lo que ella quería. Quería amar y ser amada, no lastimada. Simplemente quería ser feliz..
-Es hora de que lo comiences a buscar.-le sonrió tiernamente.
Ella suspiró profundamente deseando tener la suerte necesaria para encontrarlo. Pero sabía que sería muy difícil remplazar a Joe. Este trabajo iba a ser duro, casi como una piedra.
-Ojala fuera tan fácil como decirlo. No creo poder olvidarme de tu hermano tan fácilmente.-bajó la mirada.
-Verás que pronto saldrás de esta. Lo prometo, por que se que eres fuerte.
Sonrío agradecida por depositarle tanta confianza. Necesitaba eso, necesitaba alguien que le diga que podía sin importar como ni cuando, solo estar con ella, y apoyarla en caso de fallar. Pero quizás era la hora de arriesgarse a todo, ponerle osadía a las cosas y encontrarse con un mundo diferente, ser diferente, aunque le cueste. Tenía dieciocho años y había vivido la mitad de su vida sufriendo por su mejor amigo, enamorándose cada vez más de él.
Al transcurrir tanto tiempo en esa cafetería, decidieron que era hora de regresar, además ella hoy tenía una fiesta en casa del novio de Lesley. Y debido a su falsa careta de popularidad no podía dejar de asistir, aunque no tenía ganas.
Saddie se ofreció llevar a Nick, total vivían al lado. Fueron escuchando los nuevos discos que había comprado Saddie, en especial el de Keane, a ambos le fascinaba e iban comentando acerca de las profundas letras.
Bajaron sonriendo del auto al llegar a su casa se despidieron con un gran abrazo y un hasta luego y entraron a su hogar.
Estuvo un par de minutos eligiendo su ropa luego de bañarse, hasta que se decidió por un short de Jean tiro alto, con una remera de estampa con la bandera de Inglaterra y unas botas negras cortas negras con taco alto.
Se maquilló suavemente y bajó a disfrutar un momento con su familia. Se sentó con sus dos hermanitos en el sillón a ver su película favorita, Aladdin.
Comieron pizza ahí, se rió un montón del pequeño Lucas cuando saltó encima de ella y le baboseo la cara llenándola de besos.
Miró la hora y marcaba las doce y treinta, ya era hora de partir. Comúnmente con Joseph iban siempre juntos a estas fiestas, era de lo mejor gritar como locos las canciones de la radio y andar a toda velocidad en las calles menos transitadas.
Sonrió melancólicamente y recordó que si pensaba menos en el más rápido lo iba a olvidar.
Pasó a buscar a Lesley y quien venía hablando por teléfono, por supuesto con Austin. Cuando subió al auto, Saddie se burló de su amiga.
-¿Es que nunca se separan?-le dijo luego de saludarla.
Ella revoleó los ojos.
-Maneja, maneja. Ya estamos llegando bastante tarde.
Saddie arrancó riendo y negando con la cabeza.
-¿Que te propones esta noche que estas tan linda?-preguntó Lesley mirándola de arriba a abajo.
-Olvidarme de Joe.-contestó simplemente. Si, ya estaba tirada a la deriva, haría todo para olvidarlo. Como sea lo tendrá que sacar de su mente.
-Así me gusta.-sonrío orgullosa.
-A que no adivinas quien regreso…-comentó Saddie.
-¿Quién?-confundida, contestó Less.
-Nick.
-¡Mentira! ¡Me muero!
-Si, lo juro. Yo tampoco lo podía creer. Lo encontré en el mall y luego tomamos un café.
-¿Recuerdas que fue quien te dio tu primer beso?-dijo Lesley riendo.
Saddie se ruborizó completamente y miró avergonzada a su amiga.
-Dicen que nunca se olvida el primer beso.-contestó sonriendo.
Al llegar a la fiesta, la casa de Austin ya estaba llena, y como era de esperarse ya había gente ebria. Desde la entrada se veía el jardín interno lleno de adolescentes con alborotadas hormonas y vivían cada uno en su mundo, con su respectiva pareja, entre una de ellas vio a Joseph y apartó la mirada rápidamente para comenzar con su cambio. Hoy iba a ser otra.
Austin se abrió paso entre los invitados para darle la bienvenida a la mujer de su vida, ella lo abrazó contenta y le dio un beso corto en los labios y él luego saludó a Saddie.
-Tienes muchos pretendientes para esta noche amiga. Tendrás que elegir entre los millones que están haciendo fila esperando por ti.
Lesley rió con su angelical voz y le pego en el hombro de su novio, jugando.
-Eso no hace faltas que se lo digas Aust, ya lo tiene muy en claro me parece.
-Veremos que es lo que pasa.-dijo Saddie sonriendo, era la oportunidad perfecta.

Fly with me

Un rubio de ojos verdes se le acerco, la tomó por la cintura y la sacó a bailar, ella le sonrió y reconoció que era su compañero de banco en química, Ethan, nunca había notado lo lindo que era, con sus facciones casi talladas por un Dios.
Cruzó sus brazos por detrás de el masculino cuello que tenía su compañero, el le sonrió.
-Hoy estas preciosa. Como siempre. –le dijo Ethan al oído, apegándola mas a su cuerpo. Acercó su boca a la de ella y Saddie corrió el rostro llevándolo a su oído.
-Vas muy rápido vaquero.
En el patio trasero Joe vigilaba aquella situación alertado. ¿Desde cuando Saddie era tan provocativa con los hombres? Jayne lo miraba aburrida, ¿es que iba a estar pendiente de Saddie, con quien supuestamente ella no quería saber nada de Joseph, toda la noche?
-Oye Joe, por que no vienes, te sientas al lado mío y continuamos donde lo habíamos dejado.-le preguntó, intentando sacarlo de esa hipnosis de furia.
Estaba encrespado, ¿Que hacía Ethan toqueteándole la espalda? ¿Quién se creía que era?
Volviendo a donde la música sonaba, Saddie le sonreía seductoramente a su compañero de baile.
-Debo irme. –le beso la mejilla y camino hacia el tocador pensando si lo que estaba haciendo era lo correcto. Cerró los ojos y tomó fuerzas, obligándose a olvidar.
Preguntó varias personas donde se encontraba el baño en aquella inmensa casa, cuando por fin lo encontró, entró y al cerrar la puerta suspiró. Aquellas fiestas no eran lo mismo sin Joseph. Hizo una mueca de dolor y volvió a respirar profundamente. Se miró al espejo por dos segundos y se sentó sobre el piso frío. Estaba angustiada, y un constante dolor en el pecho no la dejaba respirar regularmente.
Salió corriendo de aquel baño, buscó sus cosas y luego buscó a Lesley, no podía fingir, estaba mal, destrozada. Y esconderlo le hacía peor. Saludó a su amiga luego de que ella le pidiera explicaciones y de encontrar la típica respuesta ‘Nada, solo estoy cansada.’
Manejo hasta su casa, y fue lo más rápido posible. Necesitaba recostarse en el tejado como cuando era niña. Y lo que más deseaba en ese momento, era que Joseph aparezca allí como en los viejos tiempos.
Subió las escaleras de su casa apresuradamente, abrió las ventanas de su habitación y trepó para acabar en el techo.
Se sentó, abrazó sus rodillas, y escondió su cabeza. Se largó a llorar, prometiéndose que sería la última vez que lloraría por él. Nunca más. Escucho en golpe seco detrás de ella y se dio vuelta. Al principió había fundado una ilusión en su corazón al pensar que Joe la había seguido hasta acá, para luego desilusionarse. Pero, también se contentó por que él había llegado para escucharla llorar. Necesitaba que alguien la escuche, y que no la regañe como Lesley. Alguien tan dulce como solo es Nicholas. Volvió a voltear la mirada, avergonzada de su rostro rojo por el llanto.
El la miró extrañado y luego con pena, al darse cuenta que la razón de las lágrimas de aquella maravillosa mujer era Joseph.
Caminó con cuidado hacia ella, temiendo caerse. Detestaba desde pequeño los tejados. Se sentó en silencio.
-Otra vez él ¿No es así?-preguntó.
Saddie asintió.
-Hay veces de que no comprendo a ninguno de los dos.-continuó Nick. Ella lo miró extrañada.-Es decir, no te comprendo a ti por sufrir así por alguien que no vale la pena, lo se es mi hermano, todo lo que quieras. Y tampoco entiendo a Joseph, por que se que tu tienes todo lo que un hombre necesita.-Saddie se ruborizó a más no poder. El sonrío.- Eres dulce, gran compañera.-Pasó un brazo por los hombros de Saddie, y esta apoyo su cabeza en el pecho de él. Se sentía refugiada de todo ese mundo de sentimientos que rondaba alrededor de ella. Como si un abrazo de él, alejara todas las frustraciones de su mente y su alma.

-Lesley ¡Dime por que se fue!-pregunto irritado Joseph, haciendo un espectáculo en medio de la fiesta.
-Sal de aquí Joe, estas ebrio.-contesto ella molesta, empujándolo para sacarlo del medio.
-¿Le hizo algo este idiota? –señalo a Ethan quien miraba confundido la situación como todos los demás en aquel lugar.
-No Joe, eres tú el que le hace daño. Déjala en paz.
Se quedó callado, parado como si le hubieran tirado un baldazo de agua fría. ¿Y ahora que tenía que ver él? Le envenenaba aquella gente que inventaba excusas. El, y no era por falta de humildes, era una de las personas más importantes para Saddie. Jayne lo tomó del brazo y lo guió hacia fuera para no continuar con aquel escándalo.
-¿Que es lo que ocurre aquí Joe?
Bajo la mirada queriendo escapar de la de ella, no le quería contar que por culpa de ella se había peleado con su mejor amiga, y no quería admitir tampoco que ella era el problema en toda esta situación. Era algo más, y lo sabía. Conocía a Saddie de memoria, sabía que era una mujer muy cerrada y muy difícil de llegar a su corazón, que le tenías que dar su lugar, su espacio, y ahí si, quizás te cuenta algo sobre su vida, que es lo que la pone mal, que le molesta. Podía asegurar que sabía todo, hasta cuantos lunares tenía en su cara o que sus ojos a la luz se ponen grises. Desde lo más superficial a lo más profundo de su alma. Pero esta vez, no entendía razón alguna por lo que había pasado, ¿Cómo había estallado esa bomba derrepente?
-¡Joe!-se exasperó Jayne al ver que él no reaccionaba.- ¡Contesta de una vez!
-No sucede nada Jay.- intentó tranquilizar a su novia.
-No entiendo nada. ¿Te has peleado con Saddie y no me dijiste?
-Fue solo una discusión, no te preocupes.
-¿¡Cómo quieres que no me preocupe si reaccionas así?!
-Ya sabes, es extraño, es nuestra primera pelea seria.
Jayne analizó esas palabras y confirmó aún más lo que ya sabía, Joe y Saddie estaban locamente enamorados sin querer admitir que su amistad llegó a esos lados, tan distintos a una cercana amistad. No era por nada que Jayne hacía una escena de celos cada vez que los veía juntos.

-¿Nick?- sollozó luego de un largo rato de estar en silencio, recostada sobre su pecho.
- ¿Si, preciosa?- contestó mientras jugaba con el pelo de ella.
Se enderezó para quedar sentada y mirarlo fijamente a los ojos.
-Ya se que sería una locura, y mucho pedir para vos que acabas de regresar, pero de verdad es lo que necesito y yo se que tu me apoyas y también necesitas crecer e independizarte de tus padre otra vez…-hablaba tan rápido, que él solo entendía de a partes.
- Un segundo, ¿en que estas pensando? –preguntó Nicholas confundido.
- Vayámonos de este lugar juntos Nick.
El abrió los ojos como platos, sorprendido.
-Pe… Pero, Saddie tu aun estas en el colegio.
Ella hizo un gesto con los hombros como si no le interesara.
-No importa, solo quedan dos semanas de clases y termino la preparatoria.
No sabía que hacer, y no podía decirle que no. Nunca le había podido decir que no. Era algo en ella que lo llamaba, era como una atracción de un imán, si la veía no podía quitarle los ojos de encima. Recordaba cuando eran pequeños y jugaban con Joe todo el tiempo, el no se quitaba de su lado, la defendía de las peleas tontas con su hermano, aunque era muy de vez en cuando, y se preocupaba cuando se caía por correr. Sonrío melancólico al recordar aquellos viejos tiempos y pensó como podía ser un futuro junto a ella. Todo podría ser igual como cuando eran chicos, cuidaría de ella como si fuera un tesoro y no se despegarían nunca.
-¿Estas segura?-preguntó algo indeciso.
-Claro, quiero escapar de este lugar, se me hace difícil alejarme de el estando tan cerca. Sería algo clandestino. –se rió, y Nick secó las rojas mejillas de Saddie con suavidad.
-Hay mucho que pensar, y pronto tendremos que empezar.
A Saddie se le iluminaron los ojos, y agradecía a Dios por haberle enviado un amigo tan especial.
-¿Eso quiere decir que si?
Asintió con la cabeza y Saddie lo abrazó efusivamente.
-Eres increíble.-sonrío a más no poder.
-Ya lo se.
-¡Qué engreído!
Ambos se rieron, estaban contentos, felices, quizás una nueva forma de vida comenzaba para ellos.
Y a Saddie le comenzaba a nacer muy dentro de ella un sentimiento de esperanza, de que por fin podría liberarse de ese amor tan maligno que sentía por Joe. Le brillaban los ojos de una forma muy especial. Nuevamente lo volvió a abrazar, no podría creer que hiciera esto por ella, y no entendía de donde había sacado el valor para pedírselo.
-Podríamos viajar a Manhatan, o mejor a Washintong D.C. así tendríamos un futuro en la capital de nuestro país, de seguro conseguiremos trabajo.-comenzó a soñar.
-No Saddie.-ella lo miro confundida.- Tu no irás a trabajar, tu estudiarás.
-Pero tendré que mantener un lugar donde vivir.- se excusó.
-Si, de eso me encargaré yo, al menos por algún tiempo.
-No puedo permitir eso.-protestó.
-Y yo tampoco puedo permitir que no estudies.
-Pero es difícil conseguir una universidad en Washington.
-No tiene por que ser en Washington. Dime, de seguro ya has averiguado algunas, antes de pensar esta locura.
-Entre a Yale.
Por segunda vez en la noche Nick se sorprendió.
-Eso es grandioso pequeña.
-Si, lo se.
-Algo anda mal ¿No es así?
Ella suspiró profundamente y asintió con la cabeza.
-No lo se, es que, ya se, yo me esforcé por entrar ahí pero, tengo miedo de no ser lo suficientemente buena como para seguir el ritmo de Yale.
-Tú eres capaz, si lograste entrar, eres capaz de cualquier otra cosa. ¡No desaproveches una oportunidad semejante!- la abrazó por un costado- Entonces, New Heaven allí vamos. Boston nos espera.- sonrío.
Y solo con esa sonrisa Saddie certificó que podía tener toda la fuerza necesaria.
-Gracias Nick.-apoyó su cabeza sobre el hombro de él.
Estuvieron varios minutos hasta que sintieron un estrepitoso ruido debajo de la casa y constantes maldiciones, ambos se miraron extrañados y se asomaron a ver.

new reader!
siguela plis!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

araherre escribió:new reader!
siguela plis!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Bienvenida!!! Y ya la voy a seguir... esta casi terminada !

What Did I Do with your heart?

-¿Que haces aquí Joe?-preguntó Nick, extrañado por aquella situación.
-¿Que no vez?-le contestó de mala manera.
Estaba intentando subir al techo por la escalera, la cual se cayó y gracias a Dios se logró agarrar de las rejas del balcón de Saddie.
-Vete de aquí.-dijo ella enojada.
-Solo quiero saber que te hice.-dijo Joe esforzándose para no caerse.
-Ya deja de hacer teatro, te vas a lastimar.-aun estaba enojada, pero temía que se lastimase por algo.-Nick ayúdalo.
-¡Pero le queda más cerca el piso que el techo!-protestó el.
-Joe métete en mi habitación.-sugirió Saddie.
Luego de hacer varios intentos, Joseph logró entrar al balcón de Saddie, ella aliviada suspiró.
-Ya tienes el acceso más fácil, ya puedes irte.-dijo ella fríamente.
-Por favor Sad. Hablemos. No seas chiquilina.-suplico. Miraba hacía arriba, donde estaban los otros dos.
-¡No Joe! ¡No soy chiquilina! Simplemente no quiero hablar ni saber nada de ti. Me cansé. Vete.
-¡Pero todo es un asco sin ti!
Por más que ella se hiciera la fría, le partía el alma verlo rogar por su perdón. Ella lo miro dulcemente y luego recordó como debía ser su postura, sus facciones ahora reflejaban dolor.
-No hay nada que decir Joe. Y tampoco tengo nada que hacer contigo.
-Sad…
-¡No me llames Sad maldita sea!
-Ya Joe vete, le haces daño.-intervino Nick, sabiendo que después de esto Saddie se derrumbaría en sus brazos.
-¿Que te metes? Claro, ahora el súper hombrecito regresa y se mete en mi vida como si fuera la suya. Vuelve de donde viniste.
-Adiós Joseph, luego hablaremos nosotros dos.
-¡Ha! Ahora te crees mi padre.
-Eres un idiota.
Y luego de bastante tiempo en insistir que se valla, se fue. Por fin. Saddie miraba un punto infinito en el cielo oscuro por la noche, aun seguía parada y abrazaba su cuerpo por el frío.
-Creo que es hora de bajar.-dijo ella seca y hundida en sus pensamientos.
-¿Estas bien?-preguntó Nick no tan convencido.
Ella asintió con la cabeza.
-Es tarde.-sonrío a su amigo y lo abrazó.- Gracias.-beso su mejilla tiernamente y comenzó a bajar.
Nicholas se quedó un tanto confundido allí arriba, le costo reaccionar. Y un sentimiento escondido volvía a renacer en el si quererlo.
Sacudió la cabeza, ahuyentando esos pensamientos lo mas lejos posible, bajó de él techo y sin ninguna despedida entró en su casa dispuesto a encerrarse en su habitación para acomodar esa estúpida cabeza.

-Es que no lo entiendo.-se decía a si mismo Joseph en el jardín de su casa. Estaba totalmente sumergido en sus pensamientos vagabundos, en los que no encontraba respuesta alguna. El estaba seguro de que nunca le había hecho nada malo, es más siempre estaba allí para ella, siempre escuchaba sus pocos problemas, le hacía pasar un buen tiempo junto a él, y no encontraba ningún error en su relación. Es decir, nunca había querido hacerle daño. Y si lo había hecho, era por supuesto sin intención de herir su corazón.
Nadie quería lastimar a las personas que amaba. Era la hermanita que nunca había tenido, y la mejor que jamás había imaginado.
Pero algo rodaba constantemente por su cabeza ¿Que carajo hacía Nicholas tan abrazado a ella? Siempre con la misma vuelta. ¿Que pretendía? ¿Quitarle su puesto de mejor amigo? Eso si que no lo iba a permitir.
Y luego reacciono, solo dos semanas más de clase y todo daría un giro de 180 grados. No lo había tenido en cuenta. El y Saddie se iban a separar, iban a tomar rumbos totalmente distintos y emprenderían un viaje al futuro. Quizás era eso. Saddie de seguro quería empezar a tomar distancias para que no duela tanto la separación. Debería ser eso. Otra explicación no le llevaban al caso.
Ella nunca le quiso contar a Joe a donde había entrado, pero con las calificaciones de ella, era seguro que entre a una de las mejores con beca incluida.
Hacía dos semanas, el había recibido una carta de respuesta de una de las universidades a la cual se inscribió y por suerte lo aceptaron, un gran alivio para sus padres.
Se recostó en el césped y miro las brillantes estrellas en el cielo negro. Contemplo cada constelación visible y sonrío al recordar un día de verano en el que Saddie y el se quedaban horas y horas viendo el cielo cuando no tenían nada por hacer. Llevo su memoria a aquellos tiempos.
-¿Para ti cual es la que más brilla?- preguntó ella concentrada en las luces brillantes arriba de ella.
El tardó en responder, pero luego de responder señaló una justo arriba de sus cabezas.
-¿Tendrá nombre?- volvió a preguntar casi como una niña curiosa por el mundo.
-No lo se. ¿Quieres que le pongamos uno nosotros?- Dijo Joseph sonriéndole a su amiga.
-¡Si! ¡Que divertido!- aplaudió emocionada por la idea.
-Yo la llamaría Saddie.-inquirió el devutativo.
-¡Oh Joe! ¡No seas ridículo!- sonrío ruborizada ella.
-Es fenomenal y brillante como vos. Merece tener un nombre como ese. ¿No lo crees?- tomo la mano de Saddie que reposaba en su estomago.
-No, no lo creo. ¡Joe no te hagas el romántico!-carcajeo ella.
Una lágrima rodó por la mejilla de Joe. La necesitaba, necesitaba esos bellos momentos que hace rato que no tenían.
La tenia que recuperar, haría lo que fuera por ella. Vio la hora en su reloj y decidió que era de dormir. Mañana sería un nuevo día.

Don't Speak

Al despertar tomo un baño para relajar sus músculos, todo este tema lo traía estresado. Había descansado totalmente mal, no pudo pegar un ojo en toda la noche, hasta tuvo que contar ovejas para lograr conciliar el sueño. Cuando por fin pudo, a menos de media hora sonó su celular informándole que le había llegado un mensaje. Leyó el remitente sin ganas luego de ver que eran las nueve y media de la mañana, abrió los ojos como platos al ver que Saddie le había mandado aquel mensaje. Se apresuro para leerlo y sonrío aliviado.
“Joseph… Ya no se que más hacer, por más que tenga que alejarme, me cuesta estar lejos de ti, necesito de ti. Te extraño tanto que casi me cuesta respirar.”
Respondió torpemente, debido a la alegría que le causo.
“Pequeña, pensé que había perdido mi vida en estos días en que no pude estar contigo. Ahora me devuelves el alma al cuerpo.”
“Es algo irresponsable esto de mi parte, tu de verdad me haces mal.” Secundó Saddie el mensaje de Joe.
“Te juro que no te entiendo. ¿Que fue lo que hice mal?”
“No es culpa tuya, soy yo la estúpida. Pero cuando estoy lejos de ti es peor, y estando cerca más todavía.”
“Dime que es lo que sucede y lo podemos resolver juntos. Somos amigos ¿No es así?”
“Ese es el problema. Somos amigos”
Se sentía en un desierto de pensamientos, no entendía nada, ¿Que era lo que sucedía allí, en el corazón de su amiga?
“Saddie por favor, mi cabeza no da más de tanto pensar. Dímelo de una vez, no me hagas esto”
Sin embargo aun no respondía. Salio de la ducha y bajo a desayunar encontrándose con su hermano Nicholas, a quien por supuesto no tenía ganas de ver. Lo ignoró por completo. Buscó la caja de cereales en la alacena y algo de leche en la alacena. Preparo su desayuno y se sentó frente a Nick.
-Que inmaduro eres.-se burlo Nicholas.
-No hablo con traidores.-cortó Joe.
-¿Traidor? ¿Por qué me tengo que sentir yo un traidor?
-Claro, tú viniste decidido de que era hora de quitarme a MI amiga, por que es MI mejor amiga y tu siempre quieres lo que yo tengo. Siempre. Y como eres tan celoso vienes y como se te da la gana le llenas la cabeza y ahora ella me odia, y estoy sufriendo aquí como un tonto por culpa tuya. ¿Eso era lo que querías?- Bramó totalmente enojado Joseph ya al borde de la ira, y se había parado para discutir con su hermano
-¿Te das cuenta lo que estas diciendo? Si que eres imbesil, uno muy grande. No vengas a echarme en cara algo que yo no tengo que ver, solamente estoy apoyando a una chica que realmente necesita que la ayuden, por que esta mal muy mal, y todo culpa tuya que eres un inservible. Tu que tanto le dices que la quieres, eres el que más le hace daño. ¡Todo por ti y por que malditamente esta enamorada de ti! ¡De ti y de nadie más! ¡Y no puedo pelear contra eso! –gritó enfadado enfrentándolo.- Aunque sea lo que más quiero en la vida.-pronuncio algo más bajo decepcionado por no ser el a quien amaba.
Un baldazo de agua fría cayo bajo Joe derrepente. El mundo se paro , los minutos no pasaban, y su corazón dejaba de latir. ¿Que … ¿Que, que? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Se sentó hecho una estatua en el piso contra la pared.
-¿Que dijiste?-pregunto abrumado.-¿Que diablos dijiste Nicholas?- se volvió a enojar y pararse para salir corriendo de su casa.
Su hermano lo siguió.
-¡Espera Joe! ¡No le digas nada!- pero no logro detenerlo. Ya estaba tocando la puerta de la casa de al lado. Nicholas golpeo la pared enfadado de haber defraudado a Saddie.

Ella estaba escuchando música y bailando frente al espejo, tratando de divertirse a su manera. Cantaba a todo lo que daba su garganta para no ahogar los gritos que querían salir de su alma destrozada de dolor. Sintió que afuera llamaban a la puerta, oyó cuando su mamá atendió a aquella persona pero no logro oír quien era. Siguió cantando, para despreocuparse del mundo, pero paró en seco cuando vio a Joe parado en la entrada de su habitación.
-Eh. Joseph. ¿Que haces aquí?
El respiro profundo varias veces. Ella noto que el estaba enfadado.
-¿Que sucede?-le pregunto confundida.
La música aún sonaba atrás de aquella escena, se escuchaba como un suspiro.
Joe cerró los ojos y tragó saliva. Saddie lo miro aún más preocupada y comenzó a acercarse.
-No te muevas.-dijo aun con los ojos cerrados.- Dime ¿Por qué no me dijiste antes? ¿Es verdad?
-¿Que si es verdad que Joseph?
-¡Dímelo maldita sea!
-¿Que dices?
-No hables.
Se acerco a ella lentamente y miro sus ojos aguados. ¿Por qué le había echo tanto daño? ¿En que momento su mejor amiga se había enamorado de él?
-No lo entiendo Saddie. Todos estos años y no me has dicho nada. Es algo ilógico pensar ahora que éramos buenos amigos.
-No se de que hablas Joseph.-pronuncio totalmente perdida en aquella conversación.
-Dije que no hables.-Joseph tiro de su cabello angustiado.- ¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo te hice daño Saddie? No puedo vivir sabiendo que te lastime de aquella forma. ¿Por que no me lo has dicho?
La canción movida y divertida que estaba sonando cambio por una que gracias a ella se le escapó una lágrima a Saddie.

“I thought I was cool
but I just looked a fool for so long,
Now you’re gone, Now you’re gone,
Don’t speak to me, don’t speak to me…”

-¿Desde hace cuanto tiempo estas enamorada de mi Saddie?
Ella pudo escuchar el sonido de su corazón cuando se rompía.
-Desde que te conocí Joe.-respondió vomitando su verdad.
-Todo este tiempo me has mentido.-susurró él.

“I recall all the fights most of them are times
Where you would lie in my arms
Now you’re gone, you’re gone
Don’t speak to me, don’t be lying…”

-Nunca te mentí, solo guardaba mi verdad. No quería perder nuestra amistad.

“There’s a lot you don’t notice
When you read between the lines
The futures out of focus,
When you’re blinded by the light.
Its a hope for all the hopeless
In the worst of trying times...”

-¿Dices que no mentiste? Saddie por favor ¡Eso mismo es mentir! Podrías haberte ahorrado tanto dolor, podrías haberme ahorrado verte así y por mí. ¡Fui yo el que no te dejaba dormir en las noches! Me siento un idiota.

“I resort to being speechless
Cause our love won't survive
Our love won't survive.”

Saddie ya no aguantaba más, tenía el corazón entre sus manos preparado para tirarlo al suelo y pisotearlo.
-¿Sabes que es lo peor de todo Sad?- continuó hablando Joe.- Es que me tuve que venir a enterar por mi maldito hermano en vez de por ti. – La observó tragar saliva y se dio cuenta de que estaba ocultando el llanto.- ¡Ya no quiero que llores por mi! ¡Olvídate de mí! Ya no quiero hacerte más daño, por favor. No puedo seguir sabiendo que es mi culpa.
-Ah claro.- se soltó ella.- Te enteras, vienes, me das tu discursito de galán y piensas que así se solucionará todo. Si pudiera haber elegido no me hubiera enamorado de ti Joe te lo aseguro, podría estar ahora viviendo un increíble romance con tu hermano pero yo lo rechace de niña, teniendo las tontas esperanzas de que algún día te des cuenta y tengas el valor de venir y besarme, pero no yo soy tan estúpida que hasta pensaba que un día dejarías a Jayne por mi. Piensas que no intente olvidarte, seguro que no ¡Ha! Ya no veo la hora de sacarte de mi vida para siempre y tú dices que no intenté olvidarte. Púdrete, veté de mi casa ¡ahora!
-No me iré.-respondió el.
-Siempre con el mismo cuento. Vete Joseph. No eres bienvenido.
-¡Por favor, lo dices por que estas enojada nada más!
-¿¡Es que no entiendes que no te quiero ver?! Vete, vete de mi casa, de mi vida y de mi corazón.- Joseph se acerco a ella y la abrazó, ella golpeaba su pecho para que la suelte.- Suéltame imbésil.- empezó a llorar, pero no se rendía seguí golpeando el pecho de el.- Suéltame. ¡Tarado! ¡Estúpido! ¡Desgraciado! –con cada insulto que ella decía Joseph la apegaba aún más a su cuerpo hasta que Saddie tuvo que desistir y ahora se escuchaba solamente su llanto en medio de la habitación. El apoyó su frente en la cabeza de su amiga y el nudo de su garganta desapareció al empezar a desprender lágrimas de sus ojos.
Joe tomó la cara de Saddie firmemente y beso su frente con dulzura, luego una de sus mejillas suavemente que tenían el gusto salado de sus lágrimas y se deslizó a su barbilla, beso el hoyuelo que tanto le gustaba, cerró los ojos y beso los labios de ella, quien se sorprendió y comenzó a golpear de nuevo el pecho de Joe, pero luego el poso los brazos de ella atrás de su cuello y disfruto de aquél dulce beso por el cual había estado esperando por tantos años, y ambos con llorando dieron el primer beso de aquella historia que había empezado hace rato y nunca iba a terminar. Se separaron por un segundo al no encontrar ni una gota de aire en sus pulmones, pero sus labios otra vez estaban juntos, pidiendo a gritos no separarse jamás. Joseph sintió un hormigueo en todo su cuerpo que no lo dejaba parar. Era como si en todo este tiempo no se hubiera dado cuenta de cuanto la necesitaba, y eso hizo formar de nuevo un nudo en su garganta. Jayne. Amaba a su novia. Y lo de Saddie simplemente era una locura. Se alejo de ella casi sin ganas, la miro triste de haber cometido aquel error y salió corriendo de aquella habitación.
Saddie se quedo mirando clavada en el medio el lugar por donde se acababa de ir Joe, como si fuera en un pestañar había desaparecido.

JGRVFBHEDFVB
NUEVA LECTORA!
SIGUELA PRONTOO!

hola perdon por no haber comentado desde hace mucho pero estoy castigada asi que perdon de nuevo pero ya me puse al dia =) me encanta la nove

Wwwwaaa siguela!