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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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the sisters are back | one direction.
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Re: the sisters are back | one direction.
pERDONEN T.T
es que he tenido mucha tarea y no tengo tiempo ni para escribir ;___;
podrian esperarme el fin de semana?
perdonen srsly D:
es que he tenido mucha tarea y no tengo tiempo ni para escribir ;___;
podrian esperarme el fin de semana?
perdonen srsly D:
Opal
Re: the sisters are back | one direction.
yo te espero c:
pero sube rápido que yo quiero D:
además ya tengo el capi mio, pls XDDD
pero sube rápido que yo quiero D:
además ya tengo el capi mio, pls XDDD
Invitado
Invitado
Re: the sisters are back | one direction.
ya casi lo termino! salkfjklfas en un par de horas lo subo
graicas por esperar tanto u.u
graicas por esperar tanto u.u
Opal
Re: the sisters are back | one direction.
capitulo 002
Jesy Nelson
Suspiro mientras tomo un sorbo al café que tengo frente a mí. Es un día templado con un sol con un calor transparente. Como un día de otoño, solo que en Junio.
Ojeo el periódico cuando un hombre menos de mediana edad se me acerca con un bloc en la mano y una pluma en la otra. Le sonrío y el me pregunta qué es lo que quiero comer. Dejo el periódico a un lado y me centro en la pequeña carta del menú.
— Solo quiero una galleta— digo minuciosamente observando los precios. Tengo los euros contados ya que tengo que tomar un bus hasta donde vivo y he comprado el periódico y un café de la esquina —. De nuez y miel, por favor.
El hombre asiente y se va después de garabatear. Dejo la carta en la mesa y observo más allá de la vitrina. Observo las personas que no se detienen para mirar a sus lados, los autos un poco más lejos y los postes de luz apagados y los semáforos.
Unos cinco minutos después, una mujer un poco más joven me entrega la galleta con un plato de vidrio con flores en la orilla.
Me ruge el estómago pero no quiero acabarme la galleta de un solo mordisco, así que la dejo a un lado; de mi bolso saco la libreta y empiezo la tarea que han dejado en la mañana, sin embargo, mi cerebro no funciona correctamente y me comienzan a doler las cienes. Mi estómago ruge con más fuerza.
Miro de reojo la galleta y rodo los ojos. De todos modos algún día me la comeré. Salgo del pequeño café después de pagar y me adentro en las calles de Berlín.
(***)
Cierro la puerta a mis pies. Dejo escapar un suspiro y dejo el bolso en la mesita cerca de la entrada. Escucho voces en la cocina y una que otra risita. Huele a granos de café mezclado con chocolate derretido.
Arrugo la nariz y el entrecejo y camino con los pies como ladrillo encantada por el olor y el tibio ambiente.
La chica de cabello rubio oscuro sonríe de oreja a oreja sentada frente a un chico de cabello corto color azabache y de cuello pálido. La rubia me dirige la mirada y abre los ojos.
— ¡Dónde estabas!— exclama con un dejo de preocupación en su voz. El chico de cabello oscuro gira y me observa unos segundos.
— ¡Jesica!— dice el chico y sonríe.
— ¡Mathias!— digo en el mismo tono y él suelta una risita. Vuelvo la mirada hacia la chica quien tiene una manta ligera entre las manos, la coloca en mis hombros y chasquea la lengua.
— Dios, Annika… no es para tanto— me excuso y como por arte de magia empiezo a toser. Annika alza la ceja y me obliga a sentarme en una silla y unos minutos después me pone una taza roja con un líquido hirviendo.
— Parece que eres adicta a pescar resfriados— dice Annika cuando se sienta —. Escuché en las noticias que las temperaturas iban a descender porque hay un frente frío.
— Pues a mí no me importa— añade Mathias poniendo sus brazos detrás de la cabeza —. Ya estamos por terminar el segundo semestre y lo único para lo que tengo cabeza es para dormir.
Reprimo una sonrisa y tomo un sorbo al chocolate caliente que me quema la garganta hasta mi estómago.
Siento un hormigueo en el bolsillo de mi pantalón y me retuerzo. Saco el celular y contesto sin observar quien es.
Una voz aguda y chillona suena por otro lado.
— ¿Jesy?, ¿crees que me cobren mucho si llamo esta vez?— dice Jackeline Styles. Sonrío sin poder evitarlo. Hago una seña a Mathias y Annika y salgo de la mesa caminando hacia la sala. Ésta esta oscura y hay varias cosas esparcidas por el suelo.
— Creo que sí— contesto y río un poco —. Mujer, hace siglos que no llamas, ¿cómo estás?
Jackeline suspira y claramente puedo verla rodando los ojos.
— Pues… bien, lo mismo. Tú sabes— dice y ríe sin ganas —. Entrevistas y pasarelas y premios y más entrevistas y preguntas tontas. ¿Sabes cuantas veces me han preguntado cual es mi color favorito en el último año?
— No tengo idea.
— ¿Y tú cómo estás?— pregunta unos segundos después.
— Bien. Un poco estresada. Los exámenes son el infierno en papel. Pero… sigo viviendo. Ya casi termino el primer año y… aún no puedo creer que hace tanto no te veo
— Yo tampoco— dice y añade una risita nerviosa y después se aclara la garganta —. Bueno…, tengo que decirte algo. Importante. Muy importante.
— ¿Estás embarazada?
— No, idiota. Algo… probablemente más importante.
— Si bueno, ya, escupe.
— Vendrás a Londres. Esta semana.
— ¿Predices el futuro?
— No, Jesy, es una afirmación. Tienes que venir a Londres esta semana. Es una historia un poco larga y no quiero contártelo todo aquí. La prioridad por el momento es que vengas aquí. Hasta en una semana. ¡Te quiero!
(***)
No es que tuviera otra opción. Tenía que regresar forzosamente a Londres porque mi madre y Marilyn están aquí.
Observo a todas las personas que están esperando detrás de una línea roja. Busco con la mirada a Marilyn o a mi madre. Jalo mis dos maletas enormes de ropa y zapatos. Es claro que no dejé la mayoría de la ropa en Berlín aunque tampoco desaproveché la oportunidad. Por fin localizo a Marilyn agitando la mano izquierda enérgicamente. Río y ella se acerca y me estruja entre sus brazos. Se separa y me sonríe.
— ¿Adivina quién por fin sacó su permiso de conducir?— die Marilyn con voz cantarina y agitando las llaves de la camioneta de mi madre.
Marilyn me pone al corriente de todas las cosas que han pasado en el último mes, pues con los exámenes y proyectos finales de la universidad apenas si tenía tiempo de respirar.
Llegamos a mi antigua casa y Marilyn saca una maleta y yo la otra y dejamos el resto del equipaje dentro de la cajuela.
— Mamá salió en una cita con James— anunció Marilyn colocando la llave dentro de la puerta. El olor me pegó en la nariz y me hizo recordar cientos de cosas.
— Que pena que no haya podido venir a su boda— digo alzando las cejas. Era extraño ver a mi madre nuevamente casada —. ¿No hizo el ridículo?
— Por suerte no— dice y ríe un poco —. Bueno, no algo tan trágico. Solo manchó el vestido con un poco de vino y pastel. Como sea, hay pizza fría y dos rollos california. Y pastel.
— ¿De bodas? ¿No fue hace dos meses la boda?— digo juntando las cejas. En ese mismo instante el vibrador suena en mis costillas. Lo saco del bolsillo de la chaqueta y leo el mensaje.
Te veo en el café del centro, entre el banco y la tienda de ropa para bebés. A las tres. No llegues tarde
- Jacky
Farfullo por lo bajo y frunzo el ceño.
— Rollos California y pizza.
(***)
Estaciono la camioneta en el estacionamiento y entro al restaurante con los pies arrastrando. No he dormido bien y los efectos están empezando a hacerse muy notorios. Trato con demasiado esfuerzo tener abiertos los ojos y no cabecear mientras camino.
Quito las lagañas de mis ojos y busco la cabellera rubia de Jackeline. La chica alza el brazo antes de poder reaccionar. Lleva el cabello ocho o nueve veces más corto de lo que solía y se ve extremadamente bien. A su lado está Sophia con los labios fruncidos y un té frente a ella y al lado de Sophia está Leighton observando una carpeta con los ojos bien abiertos.
No esperaba que ellas estuvieran también aquí. Pero qué más da.
Me acerco un tanto insegura y por la mente se me pasa la idea de no acercarme y pasar de largo a otra mesa.
— Hola— digo con un bostezo. Me siento a un lado de Jackeline que se recorre al lado de la ventana —. Tanto tiempo.
Pienso que están un poco exageradas.
— ¿Ya me dices que sucede?— inquiero alzando una ceja, observando acusadoramente a Jackeline.
— Simon quiere que volvamos con One Direction— se adelanta Leighton. Entrecierro los ojos y Leighton me pasa la carpeta que estaba leyendo —. Es un contrato. Nos pagarán. Y a cambio tendremos que estar con ellos el verano y un poco más— da un resoplido —. ¿Y Charlotte?
— Recuerden que no la deben de llamar Charlotte…
— Sí, ya, Rylie— dice Sophia frunciendo el ceño —. Ya lo dijiste cinco veces.
Leo el contrato cuidadosamente. Ahí está la cantidad, el nombre de los chicos, el de nosotras, el tiempo que estaremos ahí, una gráfica de la ventas los últimos meses – pésimas – y la firma de Simon Cowell, su disquera y la de Niall Horan, Harry Styles, Liam Payne, Zayn Malik y Louis Tomlinson. Así que ellos deben estar de acuerdo.
— ¿Qué sucede si me rehuso?— digo contrayendo el rostro a causa de los recuerdos de Liam. Se supone que yo ya lo he superado. Por completo. Aunque no lo he visto en un año completo. Claro que los primeros días nos mantuvimos en contacto pero las relaciones a distancia siempre terminan mal. Terminamos. Definitivamente y para siempre. Pero en el buen modo. No nos guardamos rencor ni nada parecido. Al menos por mi parte es así.
— Creo que nada… malo— dice Jackeline —. Hablé personalmente con Simon. Los chicos están mal. Sus ventas han decaído, su tiempo de brillar ya pasó pero aún tienen esa chispa. Su amistad se ha ido oxidando, chicas. ¿Ustedes no harían algo por su hermano? Yo odio a esa maldita cabeza de brócoli. Pero es lo único que tiene, y, aunque me odie por aceptarlo, me da lástima y sería una zorra si al menos no tratara de ayudarlo.
— ¡El tráfico es un asco en Londres!— exclama Charlotte con la respiración agitada y una mano en su sombrero negro. Esta vez es rubia platino con puntas azul pastel —. ¡Rubia! Tu cabello está genial. Quería cortármelo así el mes pasado pero me dio algo de miedo. Así que en vez de eso me lo pinté de colores— y después agito las puntas de su cabello. ¿Me pierdo de algo?
Sophia, Leighton, Jackeline y yo intercambiamos miradas.
Jackeline le explica todo detalladamente a Charlotte mientras ella, inmóvil, escucha atentamente. Cuando Jackeline termina, le entrego la carpeta y después de leerla, alza la cabeza.
— Esto es una porquería— dice Charlotte —. No aceptaré.
— Char…Rylie. No me hagas repetir el discurso. Sabemos que Zayn… Que los cinco nos hicieron daño. Muy a su manera. Pero yo digo que, aunque se lo merecen, nosotros no debemos pagarles con la misma moneda. Nosotras maduramos, somos, como sus hermanas, mejores que ellos. ¿A caso a ustedes no les gustaría saber que Zayn o Liam o Louis o Niall o Harry les debieran un favor? Pero no un favor insípido. ¡Nosotras salvamos sus carreras!
— Dos palabras— dice Charlotte con una sonrisa enorme en el rostro —. No. Iré— dice poniendo una cara larga—. ¿Leighton, Sophia, Jesy ustedes irán? Díganme que ustedes tienen sentido común.
Claro que no quería ir. Y al mismo tiempo, tenía inmensas ganas. Zayn era mi medio hermano. No era una mala persona después de todo y había llegado a quererlo como el hermano que nunca tuve. Sin embargo, Liam se interponía en el camino.
Aún me sentía nerviosa por ese asunto y sería absolutamente raro. Y después todo el mundo volvería a hablar y empezar a decir cosas que no son ciertas.
Liam y yo somos amigos.
No hay más.
— Yo lo haré— digo a media voz —. Pero solo por Zayn. Él es mi hermano y aunque no nos una la sangre, es familia. Son… principios. Solo por eso.
— Dos de cinco. ¿Quién dijo yo?— dice Jackeline un tanto divertida —. Exactamente como dijo Jesy. En el contrato no dice que nuestra visita es exactamente para “rencontrarnos con viejos amores”. Es simplemente trabajo. Y nos pagarán una buena suma de dinero todos los meses.
— ¿Y tú para que necesitas el dinero?— espeta Sophia —. Por lo que tengo entendido eres actriz y modelo.
— Porque más que el dinero, la cabeza de brócoli es mi hermano.
Sophia respira hondo y cierra los ojos.
— Está bien, lo haré —dice con los ojos aún cerrados —. Por Louis.
— ¿Leighton?— pregunto. Ella observa un punto sujeto a la nada y reacciona.
— Aún no lo sé; necesito pensarlo.
— ¡¿Están ustedes locas?!— espeta Charlotte, tensa la mandíbula y mira a cada una de nosotras con una mirada de filo —. Ni si quiera puedo mirarlas a la cara. Ni si quiera sé para qué me molesté en venir.
Y sin más, abandona el restaurante.
— Creo que… también me iré— dice Leighton un poco vacilante. Toma su bolso y sale lentamente por la puerta de cristal.
— Bueno. Logré convencer a la mayoría— die Jackeline y encoge los hombros —. Tenemos que ir el diez de julio a su casa.
(***)
Observo la casa cuando millones de recuerdos se me apelmazan en la mente. Desde el patio delantero la casa parece deshabitada. Hay un par de camionetas negras estacionadas y las rejas parecen recién pintadas. Me sorprende que aún sigan viviendo bajo el mismo techo.
Siento una punzada en el estómago que me recorre hasta la garganta.
De pronto ya no quiero estar ahí por razones que no puedo describir.
Doy una bocanada de aire y miro de reojo a Sophia y Jackeline quienes están más o menos en la misma situación que yo. Leighton habló con Jackeline un poco más temprano pero ella aún no nos ha dicho nada.
— Bueno, supongo que algún día tendremos que entrar— dice Jackeline abriendo la rejilla. Deja que Sophia y yo entremos y después la cierra cuando entra ella.
Camino con el corazón en la boca y cierro los ojos cuando entramos a la casa.
Abro los ojos y pienso en lo que espero encontrar.
Hay desastre por todo el suelo, aunque si quitamos ese detalle, todo está en perfecto estado. Algunos muebles cambiaron de lugar o se cambiaron por unos nuevos, remodelaron la cocina y ahora hay una televisión de cincuenta pulgadas en la sala.
— ¿Qué hacen aquí?— dice alguien entrando al recibidor comiendo un emparedado. Louis para en seco y nos mira con los ojos como platos —. Se supone que estarían aquí a las cinco.
— Bueno. Es lo mismo— se excusa Sophia con una sonrisa de lado a lado. Se acerca a Louis y le aprieta los músculos de la espalda en un abrazo.
— ¿No está… Leighton con ustedes?— pregunta Louis y después sacude la cabeza levemente —. Es decir, ¿Y Charlotte y Leighton?
— Aun no estamos seguras si vendrán— contesta Jackeline — ¿Y los otros?
— Jugando.
(***)
La que solía ser mi habitación tiene las paredes pintadas de blanco y el piso claro de madera ahora es oscuro. Hay unos cuadros insípidos cuadros de flores blancas y la cama está perfectamente ordenada. Están algunas cómodas al ras de la pared y la puerta del armario tiene una bonita perilla amarilla que brilla.
Me desplomo en la cama y unos minutos después alguien toca a la puerta. Suelto un gruñido y con los ojos cerrados murmuro “Pase”.
— Hola Jesica— dice la voz de Zayn. Se sienta en la cama junto a mi y se queda callado un largo rato.
— Ahora no, idiota. Ha sido un día muy largo.
— Bueno, solo quería decir— empieza a decir. Silencio —… gracias. Sé que no es fácil. Por Liam… pero… en fin, creo que me entiendes.
Y después de eso, cierra la puerta y me hundo en mis pensamientos.
Ojeo el periódico cuando un hombre menos de mediana edad se me acerca con un bloc en la mano y una pluma en la otra. Le sonrío y el me pregunta qué es lo que quiero comer. Dejo el periódico a un lado y me centro en la pequeña carta del menú.
— Solo quiero una galleta— digo minuciosamente observando los precios. Tengo los euros contados ya que tengo que tomar un bus hasta donde vivo y he comprado el periódico y un café de la esquina —. De nuez y miel, por favor.
El hombre asiente y se va después de garabatear. Dejo la carta en la mesa y observo más allá de la vitrina. Observo las personas que no se detienen para mirar a sus lados, los autos un poco más lejos y los postes de luz apagados y los semáforos.
Unos cinco minutos después, una mujer un poco más joven me entrega la galleta con un plato de vidrio con flores en la orilla.
Me ruge el estómago pero no quiero acabarme la galleta de un solo mordisco, así que la dejo a un lado; de mi bolso saco la libreta y empiezo la tarea que han dejado en la mañana, sin embargo, mi cerebro no funciona correctamente y me comienzan a doler las cienes. Mi estómago ruge con más fuerza.
Miro de reojo la galleta y rodo los ojos. De todos modos algún día me la comeré. Salgo del pequeño café después de pagar y me adentro en las calles de Berlín.
(***)
Cierro la puerta a mis pies. Dejo escapar un suspiro y dejo el bolso en la mesita cerca de la entrada. Escucho voces en la cocina y una que otra risita. Huele a granos de café mezclado con chocolate derretido.
Arrugo la nariz y el entrecejo y camino con los pies como ladrillo encantada por el olor y el tibio ambiente.
La chica de cabello rubio oscuro sonríe de oreja a oreja sentada frente a un chico de cabello corto color azabache y de cuello pálido. La rubia me dirige la mirada y abre los ojos.
— ¡Dónde estabas!— exclama con un dejo de preocupación en su voz. El chico de cabello oscuro gira y me observa unos segundos.
— ¡Jesica!— dice el chico y sonríe.
— ¡Mathias!— digo en el mismo tono y él suelta una risita. Vuelvo la mirada hacia la chica quien tiene una manta ligera entre las manos, la coloca en mis hombros y chasquea la lengua.
— Dios, Annika… no es para tanto— me excuso y como por arte de magia empiezo a toser. Annika alza la ceja y me obliga a sentarme en una silla y unos minutos después me pone una taza roja con un líquido hirviendo.
— Parece que eres adicta a pescar resfriados— dice Annika cuando se sienta —. Escuché en las noticias que las temperaturas iban a descender porque hay un frente frío.
— Pues a mí no me importa— añade Mathias poniendo sus brazos detrás de la cabeza —. Ya estamos por terminar el segundo semestre y lo único para lo que tengo cabeza es para dormir.
Reprimo una sonrisa y tomo un sorbo al chocolate caliente que me quema la garganta hasta mi estómago.
Siento un hormigueo en el bolsillo de mi pantalón y me retuerzo. Saco el celular y contesto sin observar quien es.
Una voz aguda y chillona suena por otro lado.
— ¿Jesy?, ¿crees que me cobren mucho si llamo esta vez?— dice Jackeline Styles. Sonrío sin poder evitarlo. Hago una seña a Mathias y Annika y salgo de la mesa caminando hacia la sala. Ésta esta oscura y hay varias cosas esparcidas por el suelo.
— Creo que sí— contesto y río un poco —. Mujer, hace siglos que no llamas, ¿cómo estás?
Jackeline suspira y claramente puedo verla rodando los ojos.
— Pues… bien, lo mismo. Tú sabes— dice y ríe sin ganas —. Entrevistas y pasarelas y premios y más entrevistas y preguntas tontas. ¿Sabes cuantas veces me han preguntado cual es mi color favorito en el último año?
— No tengo idea.
— ¿Y tú cómo estás?— pregunta unos segundos después.
— Bien. Un poco estresada. Los exámenes son el infierno en papel. Pero… sigo viviendo. Ya casi termino el primer año y… aún no puedo creer que hace tanto no te veo
— Yo tampoco— dice y añade una risita nerviosa y después se aclara la garganta —. Bueno…, tengo que decirte algo. Importante. Muy importante.
— ¿Estás embarazada?
— No, idiota. Algo… probablemente más importante.
— Si bueno, ya, escupe.
— Vendrás a Londres. Esta semana.
— ¿Predices el futuro?
— No, Jesy, es una afirmación. Tienes que venir a Londres esta semana. Es una historia un poco larga y no quiero contártelo todo aquí. La prioridad por el momento es que vengas aquí. Hasta en una semana. ¡Te quiero!
(***)
No es que tuviera otra opción. Tenía que regresar forzosamente a Londres porque mi madre y Marilyn están aquí.
Observo a todas las personas que están esperando detrás de una línea roja. Busco con la mirada a Marilyn o a mi madre. Jalo mis dos maletas enormes de ropa y zapatos. Es claro que no dejé la mayoría de la ropa en Berlín aunque tampoco desaproveché la oportunidad. Por fin localizo a Marilyn agitando la mano izquierda enérgicamente. Río y ella se acerca y me estruja entre sus brazos. Se separa y me sonríe.
— ¿Adivina quién por fin sacó su permiso de conducir?— die Marilyn con voz cantarina y agitando las llaves de la camioneta de mi madre.
Marilyn me pone al corriente de todas las cosas que han pasado en el último mes, pues con los exámenes y proyectos finales de la universidad apenas si tenía tiempo de respirar.
Llegamos a mi antigua casa y Marilyn saca una maleta y yo la otra y dejamos el resto del equipaje dentro de la cajuela.
— Mamá salió en una cita con James— anunció Marilyn colocando la llave dentro de la puerta. El olor me pegó en la nariz y me hizo recordar cientos de cosas.
— Que pena que no haya podido venir a su boda— digo alzando las cejas. Era extraño ver a mi madre nuevamente casada —. ¿No hizo el ridículo?
— Por suerte no— dice y ríe un poco —. Bueno, no algo tan trágico. Solo manchó el vestido con un poco de vino y pastel. Como sea, hay pizza fría y dos rollos california. Y pastel.
— ¿De bodas? ¿No fue hace dos meses la boda?— digo juntando las cejas. En ese mismo instante el vibrador suena en mis costillas. Lo saco del bolsillo de la chaqueta y leo el mensaje.
Te veo en el café del centro, entre el banco y la tienda de ropa para bebés. A las tres. No llegues tarde
- Jacky
Farfullo por lo bajo y frunzo el ceño.
— Rollos California y pizza.
(***)
Estaciono la camioneta en el estacionamiento y entro al restaurante con los pies arrastrando. No he dormido bien y los efectos están empezando a hacerse muy notorios. Trato con demasiado esfuerzo tener abiertos los ojos y no cabecear mientras camino.
Quito las lagañas de mis ojos y busco la cabellera rubia de Jackeline. La chica alza el brazo antes de poder reaccionar. Lleva el cabello ocho o nueve veces más corto de lo que solía y se ve extremadamente bien. A su lado está Sophia con los labios fruncidos y un té frente a ella y al lado de Sophia está Leighton observando una carpeta con los ojos bien abiertos.
No esperaba que ellas estuvieran también aquí. Pero qué más da.
Me acerco un tanto insegura y por la mente se me pasa la idea de no acercarme y pasar de largo a otra mesa.
— Hola— digo con un bostezo. Me siento a un lado de Jackeline que se recorre al lado de la ventana —. Tanto tiempo.
Pienso que están un poco exageradas.
— ¿Ya me dices que sucede?— inquiero alzando una ceja, observando acusadoramente a Jackeline.
— Simon quiere que volvamos con One Direction— se adelanta Leighton. Entrecierro los ojos y Leighton me pasa la carpeta que estaba leyendo —. Es un contrato. Nos pagarán. Y a cambio tendremos que estar con ellos el verano y un poco más— da un resoplido —. ¿Y Charlotte?
— Recuerden que no la deben de llamar Charlotte…
— Sí, ya, Rylie— dice Sophia frunciendo el ceño —. Ya lo dijiste cinco veces.
Leo el contrato cuidadosamente. Ahí está la cantidad, el nombre de los chicos, el de nosotras, el tiempo que estaremos ahí, una gráfica de la ventas los últimos meses – pésimas – y la firma de Simon Cowell, su disquera y la de Niall Horan, Harry Styles, Liam Payne, Zayn Malik y Louis Tomlinson. Así que ellos deben estar de acuerdo.
— ¿Qué sucede si me rehuso?— digo contrayendo el rostro a causa de los recuerdos de Liam. Se supone que yo ya lo he superado. Por completo. Aunque no lo he visto en un año completo. Claro que los primeros días nos mantuvimos en contacto pero las relaciones a distancia siempre terminan mal. Terminamos. Definitivamente y para siempre. Pero en el buen modo. No nos guardamos rencor ni nada parecido. Al menos por mi parte es así.
— Creo que nada… malo— dice Jackeline —. Hablé personalmente con Simon. Los chicos están mal. Sus ventas han decaído, su tiempo de brillar ya pasó pero aún tienen esa chispa. Su amistad se ha ido oxidando, chicas. ¿Ustedes no harían algo por su hermano? Yo odio a esa maldita cabeza de brócoli. Pero es lo único que tiene, y, aunque me odie por aceptarlo, me da lástima y sería una zorra si al menos no tratara de ayudarlo.
— ¡El tráfico es un asco en Londres!— exclama Charlotte con la respiración agitada y una mano en su sombrero negro. Esta vez es rubia platino con puntas azul pastel —. ¡Rubia! Tu cabello está genial. Quería cortármelo así el mes pasado pero me dio algo de miedo. Así que en vez de eso me lo pinté de colores— y después agito las puntas de su cabello. ¿Me pierdo de algo?
Sophia, Leighton, Jackeline y yo intercambiamos miradas.
Jackeline le explica todo detalladamente a Charlotte mientras ella, inmóvil, escucha atentamente. Cuando Jackeline termina, le entrego la carpeta y después de leerla, alza la cabeza.
— Esto es una porquería— dice Charlotte —. No aceptaré.
— Char…Rylie. No me hagas repetir el discurso. Sabemos que Zayn… Que los cinco nos hicieron daño. Muy a su manera. Pero yo digo que, aunque se lo merecen, nosotros no debemos pagarles con la misma moneda. Nosotras maduramos, somos, como sus hermanas, mejores que ellos. ¿A caso a ustedes no les gustaría saber que Zayn o Liam o Louis o Niall o Harry les debieran un favor? Pero no un favor insípido. ¡Nosotras salvamos sus carreras!
— Dos palabras— dice Charlotte con una sonrisa enorme en el rostro —. No. Iré— dice poniendo una cara larga—. ¿Leighton, Sophia, Jesy ustedes irán? Díganme que ustedes tienen sentido común.
Claro que no quería ir. Y al mismo tiempo, tenía inmensas ganas. Zayn era mi medio hermano. No era una mala persona después de todo y había llegado a quererlo como el hermano que nunca tuve. Sin embargo, Liam se interponía en el camino.
Aún me sentía nerviosa por ese asunto y sería absolutamente raro. Y después todo el mundo volvería a hablar y empezar a decir cosas que no son ciertas.
Liam y yo somos amigos.
No hay más.
— Yo lo haré— digo a media voz —. Pero solo por Zayn. Él es mi hermano y aunque no nos una la sangre, es familia. Son… principios. Solo por eso.
— Dos de cinco. ¿Quién dijo yo?— dice Jackeline un tanto divertida —. Exactamente como dijo Jesy. En el contrato no dice que nuestra visita es exactamente para “rencontrarnos con viejos amores”. Es simplemente trabajo. Y nos pagarán una buena suma de dinero todos los meses.
— ¿Y tú para que necesitas el dinero?— espeta Sophia —. Por lo que tengo entendido eres actriz y modelo.
— Porque más que el dinero, la cabeza de brócoli es mi hermano.
Sophia respira hondo y cierra los ojos.
— Está bien, lo haré —dice con los ojos aún cerrados —. Por Louis.
— ¿Leighton?— pregunto. Ella observa un punto sujeto a la nada y reacciona.
— Aún no lo sé; necesito pensarlo.
— ¡¿Están ustedes locas?!— espeta Charlotte, tensa la mandíbula y mira a cada una de nosotras con una mirada de filo —. Ni si quiera puedo mirarlas a la cara. Ni si quiera sé para qué me molesté en venir.
Y sin más, abandona el restaurante.
— Creo que… también me iré— dice Leighton un poco vacilante. Toma su bolso y sale lentamente por la puerta de cristal.
— Bueno. Logré convencer a la mayoría— die Jackeline y encoge los hombros —. Tenemos que ir el diez de julio a su casa.
(***)
Observo la casa cuando millones de recuerdos se me apelmazan en la mente. Desde el patio delantero la casa parece deshabitada. Hay un par de camionetas negras estacionadas y las rejas parecen recién pintadas. Me sorprende que aún sigan viviendo bajo el mismo techo.
Siento una punzada en el estómago que me recorre hasta la garganta.
De pronto ya no quiero estar ahí por razones que no puedo describir.
Doy una bocanada de aire y miro de reojo a Sophia y Jackeline quienes están más o menos en la misma situación que yo. Leighton habló con Jackeline un poco más temprano pero ella aún no nos ha dicho nada.
— Bueno, supongo que algún día tendremos que entrar— dice Jackeline abriendo la rejilla. Deja que Sophia y yo entremos y después la cierra cuando entra ella.
Camino con el corazón en la boca y cierro los ojos cuando entramos a la casa.
Abro los ojos y pienso en lo que espero encontrar.
Hay desastre por todo el suelo, aunque si quitamos ese detalle, todo está en perfecto estado. Algunos muebles cambiaron de lugar o se cambiaron por unos nuevos, remodelaron la cocina y ahora hay una televisión de cincuenta pulgadas en la sala.
— ¿Qué hacen aquí?— dice alguien entrando al recibidor comiendo un emparedado. Louis para en seco y nos mira con los ojos como platos —. Se supone que estarían aquí a las cinco.
— Bueno. Es lo mismo— se excusa Sophia con una sonrisa de lado a lado. Se acerca a Louis y le aprieta los músculos de la espalda en un abrazo.
— ¿No está… Leighton con ustedes?— pregunta Louis y después sacude la cabeza levemente —. Es decir, ¿Y Charlotte y Leighton?
— Aun no estamos seguras si vendrán— contesta Jackeline — ¿Y los otros?
— Jugando.
(***)
La que solía ser mi habitación tiene las paredes pintadas de blanco y el piso claro de madera ahora es oscuro. Hay unos cuadros insípidos cuadros de flores blancas y la cama está perfectamente ordenada. Están algunas cómodas al ras de la pared y la puerta del armario tiene una bonita perilla amarilla que brilla.
Me desplomo en la cama y unos minutos después alguien toca a la puerta. Suelto un gruñido y con los ojos cerrados murmuro “Pase”.
— Hola Jesica— dice la voz de Zayn. Se sienta en la cama junto a mi y se queda callado un largo rato.
— Ahora no, idiota. Ha sido un día muy largo.
— Bueno, solo quería decir— empieza a decir. Silencio —… gracias. Sé que no es fácil. Por Liam… pero… en fin, creo que me entiendes.
Y después de eso, cierra la puerta y me hundo en mis pensamientos.
Opal
Re: the sisters are back | one direction.
Nyaaaaaaaaaaaan <3 cariño, ame tu capitulo con toda mi alma <3 Es que... ¡las chicas estan juntas de nuevo! Me dio mucha pena con Leight :c creo que ella fue la que mas sufrió a una manera tan dolorosa. Rylie, como siempre, en desacuerdo con las chicasxd pero también tendra sus razones para no ir :S
Espero a Lore
Espero a Lore
Jaeger.
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Re: the sisters are back | one direction.
qasfdhags JUSTO COMO ME LO IMAGINÉ. pls, Nyan, leíste mis pensamientos sobre la decisión de Charlotte XD (?) y amo que Jesy haya viajado desde Alemania a Londres para ayudar a Zayn, es hemozo u-ú y que pena por Leigh, ella sí tenía motivos para no ir. Después de lo que sucedió y de las cosas que pasó, me imagino que no quiere ni ver en pintura a los chicos :c bueno, pues, espero a Lore para subir mi cap
Invitado
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Re: the sisters are back | one direction.
pls, tenemos las cabezas conectadas(?)Connú. escribió:qasfdhags JUSTO COMO ME LO IMAGINÉ. pls, Nyan, leíste mis pensamientos sobre la decisión de Charlotte XD (?) y amo que Jesy haya viajado desde Alemania a Londres para ayudar a Zayn, es hemozo u-ú y que pena por Leigh, ella sí tenía motivos para no ir. Después de lo que sucedió y de las cosas que pasó, me imagino que no quiere ni ver en pintura a los chicos :c bueno, pues, espero a Lore para subir mi cap
ahque
es que conozco bien a la char .... e.e
Opal
Re: the sisters are back | one direction.
ahsfdhas es que somos cuñadas, ozea (?)NyanCat escribió:pls, tenemos las cabezas conectadas(?)Connú. escribió:qasfdhags JUSTO COMO ME LO IMAGINÉ. pls, Nyan, leíste mis pensamientos sobre la decisión de Charlotte XD (?) y amo que Jesy haya viajado desde Alemania a Londres para ayudar a Zayn, es hemozo u-ú y que pena por Leigh, ella sí tenía motivos para no ir. Después de lo que sucedió y de las cosas que pasó, me imagino que no quiere ni ver en pintura a los chicos :c bueno, pues, espero a Lore para subir mi cap
ahque
es que conozco bien a la char .... e.e
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