the sisters are back | one direction.

- ¡Sam! ¡Ordena tu cuarto o no iras a la fiesta de Stacy! - exclama Fransea, colocando sus manos sobre sus caderas y moviendo su pie derecho, esperando a que la jovencita de trece años acate sus órdenes.
Sam se da vuelta sobre sus hombros y le saca la lengua, se dirige hacia su cuarto y cierra de un portazo que hace temblar todo el departamento. Suelto el suspiro que he contenido y me pregunto cuanto tiempo va a seguir durándole la etapa de rebeldía que se ha instalado en ella. Si, ahora es una señorita - con su amiguito que viene una vez al mes acompañándola - y se ha empezado a interesar por los chicos, pero si Fransea y yo insistimos en que no puede hacer lo que quiera sin consultarnos, no es porque queramos joderle la vida, sino porque realmente nos preocupamos por ella.
Ahora es cuando me arrepiento por haberle dado dolores de cabeza a Des. Maldito sea el karma.
- Tu no te preocupes - me dice Fransea, dándose vuelta - Yo me encargare que ella ordene su cuarto, la sobornare con algún vestido - coloca una mano sobre su mentón, pensando - Tu vete rápido a esa presentación o vas a meterte en problemas.
- Gracias, Fran - le sonrió y le abrazo con cuidado que mi vestido no se arrugue.
Salgo por la puerta de mi departamento y ahí están esperándome dos de mis guardaespaldas para exportarme hacia la limosina que me espera abajo. Aun no me acostumbro a ser tan custodiada y ser el centro de atención (más que antes), pero supongo que es perfecto para una persona como yo, que le encanta sentirse envidiada y admirada.
Hay algunos de mis fans afuera que tratan de pasar ante la gran fila de guardaespaldas que hay a mi alrededor, llego sana y salva hacia la limo y me meto adentro con rapidez. Aliso mi vestido de color azul noche, ajustado en la parte de arriba y entre abierto abajo, mostrando gran parte de mis muslos cuando camino. Saco mi espejo adentro de mi cartera y me fijo que no haya ninguna imperfección.
Cuando la limosina para, la puerta se abre y me extienden una mano para que la tome; lo hago y salgo del carro, observando como una ola de flash viene hacia a mí.
Y esta es la nueva vida que Jack Styles ha elegido, y, en cierta parte, la odio.


Son las dos de la mañana cuando llego del estreno de la nueva película en que participe. Modelar para Frasea no solo me abrió muchas puertas en el modelaje, también lo hizo dándome algunos papeles pequeños en series o películas; pero mi carrera se fue a un nivel mucho más elevado cuando acepte ser la coprotagonista de una comedia junto a uno de los actores más importantes de América. Creía que morirían allí nomas, pero por pura suerte todo fue un éxito esta noche.
Voy hacia mi cuarto y me quito el vestido con cansancio, saco mi piyama y me la coloco para luego tirarme a mi cama y cerrar los ojos. Desde que me aleje de One Direction, desde hace ya un año, toda mi vida dio un giro de 360° grados. Al principio me jodia bastante que me reconocieran por ser la hermana de Harry Styles y la ex de Niall Horan (por suerte ya me re conocen por mi trabajo).
Puedo decir que he madurado bastante; si, sigo siendo la misma egocéntrica, engreída y odiosa que era hace un año atrás, pero ya no me encapricho con tanta frecuencia y tomo más conciencia de mis actos. Sé que tengo una menor a cargo - desde que Des me firmo la tutela de Sam a mi nombre - y que no puedo andar mandándome cagadas una tras otra. Tengo responsabilidades como darle educación, un bien estar económico, amor y cariño a mi hermana menor; debo pagar nuestros gastos y no faltar nunca a mi trabajo. Si, puede que sea muchas cosas cuando apenas y tengo dieciocho años para tener una carga tan pesada como esta, pero tampoco puedo permitir que Sam viva siendo ignorada por su padre y se convierta en lo que alguna vez fui.
Abro los ojos y me incorporo en mi cama, saco de mi cajón de la mesita de luz un portarretratos donde esta One Direction y respectivas hermanas; sonrió con nostalgia y me pregunto cómo estarán cada una de ellas. Perdí contacto con Leighton después de lo que sucedió con su embarazo, algo que lamente muchísimo por ella y por Louis. De vez en cuando hablo con Jesy por celular y nos reímos de los idiotas, pero ya no es lo mismo si no tenemos a Leight con nosotras. Charlie se cambió de nombre a Rylie, pero para mí siempre seguirá siendo "Charlotte la mocosa"; poco y nada he sabido de ella, apenas y nos comunicamos una vez cada tanto. Sophia vive con su padre y suele comentarme las fotos en facebook, pero nada más he sabido. Tampoco tengo contacto con Harry, Niall, o los demás. No tengo la más mínima idea de que es lo que les sucede porque huyo despavoridamente con el solo escuchar el nombre de su banda.
Recuerdo aquellos ojos color cielo y no evito sentir una fuerte presión en mi pecho. Por más que intente y quiera, Niall aún sigue penetrando cada muro que construyo para superarlo. Es tan inservible dejar de amar a alguien como él.


Me veo en el espejo y me observo con atención los cambios que he tenido: las facciones de mi rostro son más maduras, mi cuerpo está más turbulento que hace un año atrás (debido a que se me crecieron los pechos y también el trasero), mi cabello ahora es corto y parezco mucho más grande así. Aún de esta forma, no llego a sentirme conforme con el cambio.
Suspiro y dejo de lado mis complejos y presto atención a mi vestimenta. Tengo un pantalón de vestir color negro que me llega hasta un poco más debajo de la cintura, mientras que por dentro tengo una remera de color rosa pastel que se sujeta sobre mi cuello. Me coloco collar de oro y unos pendientes de forma de cruz junto con unos tacos altos negros y blancos.
Estoy muy nerviosa, demasiado. ¿Sera por qué mi representante me llamo de urgencia y me aviso que me vistiera lo más casual posible, pero perfecta? A veces es jodido ser siempre el centro de la atención, ante el mínimo error eres criticada, y si no quiero entrar en una depresión y seguir atormentándome con mi peso, debo estar divina a cada momento.
Tomo las llaves de mi auto y bajo hacia el piso de abajo. En vez de salir por la puerta de adelante, salgo por la de servicio antes que los fans comiencen a volverme loca con sus gritos. No es que me caigan mal o los deteste, solo que a veces mis oídos no pueden aguantar tantos gritos.
Entro a mi auto rojo y lo enciendo, arrancándolo mientras suena la hermosa música de The Beatles.


Vivir en Los Ángeles ha sido una de las mejores experiencias que ha habido en mi vida. Desde reencontrarme a Fransea y conocer a Phill, mi representante. Ambos me han ayudado a subir a la cima, y aunque sé que me falta bastante aún, no dejaron de confiar en mí para que lograra alcanzar sueños inimaginables.
Sonrió el solo pensar que las cosa finalmente están saliendo como yo quiero. Ya son vacaciones y pedí estos meses para descansar. Quizá Sam y yo nos vayamos de viaje por algún lado y podamos pasar más tiempo juntas, últimamente nos falta más comunicación entre nosotras dos y no quiero que nuestra relación se eche a la basura.

Al terminar la canción, justo llego al lugar donde me han entrevistado y aparco mi auto. Salgo con rapidez y entro al edificio antes que los paparazis se den cuenta y comiencen a molestarme. Realmente son odiosos, y aunque vivan de fotografiar lo que pasa en mi vida, los detesto con todo mí ser.
Llego a un elevador y subo hasta el piso diecisiete como me han indicado. Allí las puertas se abren y solo veo la secretaria de Phill, quien es su esposa, trabajando en la computadora. Se quita los lentes y me sonríe.
- ¡Jaqueline! ¿Cómo has estado, cielo?
- Muy bien, Grace - le contesto, devolviéndole la sonrisa - Gracias por preguntar.
- Cariño, Phill aún no viene, pero puedes pasar a su despacho. Hay alguien que quiere hablar contigo y parece un tema muy serio - masculla por debajo para que nadie la escuche.
Asiento repetidas veces con la cabeza y el ceño fruncido. ¿Y ahora qué diablos sucede? La duda y la curiosidad se instalan en mí y solo pienso que quizás Grace este exagerando. Pero cuando entro a la oficina de mi representante veo a Simone Cowell, y sé que ahora empezaran los problemas.


Me cruzo de brazo mientras escucho la explicación que Simone tiene para su inesperada visita. Tengo un nudo en la garganta debido a todas las cosas que está contándome sobre los chicos y como su carrera está cayendo a pique.
- ¿Y qué quieres que haga con eso? - inquiero, un tanto molesta mientras me cruzo de piernas y de brazos - ¿Que vaya y les dé un sermón sobre como sobrellevar su vida? Hace un año que no hablo con ellos, Simone.
- No hablo de eso, Jaqueline - replica con las facciones duras y serias.
Cowell toma una carpeta del escritorio y me la pasa. La abro un poco desconfiada y finalmente empiezo a ojearla, luego con más atención cuando veo los gráficos. Mis ojos se ensanchan y mi boca se abre ligeramente.
- ¿Qué es esto?
- Las ventas que han tenido los discos de los chicos del verano pasado, exactamente cuando las cinco entraron en la vida de One Direction.- explica Simone - Tal vez las cosas no hayan quedado en buenos términos, pero Harry aún sigue siendo tu hermano, Jaqueline.
Lo fulmino con la mirada mientras aprieto con fuerza los dientes para no echarme a llorar. En la carpeta también están los exámenes en los que demuestran las cantidades de drogas y alcohol que ha ingerido Harry y los chicos, entre ellos Niall.
- ¿Cuál es tu plan? - pregunto con la garganta estrangulada, pero no suelto ni una sola lagrima.
- Las hermanas de One Direction volverán y harán una serie de actividades donde demuestren que los chicos han cambiado y se merecen toda la fama y dinero del mundo.

Realmente no sé si hacerme la desentendida y marcharme, o si quedarme y aceptar su propuesta. Pero ya no tengo marcha atrás, no cuando sostengo en mi mano la pluma y firmo, sellando el pacto de que volveré a la cima a One Direction.


Cinco días han pasado desde la conversación y ya he hecho todo para que el plan resulte. Primero que nada, y por más que me dolió en todo el alma, deje a Sam a cargo de Frasea, quien gustosamente acepto. Sam estaba de mal humor debido a que yo me marchaba, incluso lloro porque creía que la abandonaría. Mi hermana solo tiene trece años y con todas las veces que la han dejado en el olvido supongo que aun esta aterrada a estar sola; pero explicándole la situación de nuestro hermano, acepto de inmediato y con una sonrisa en el rostro. Cancele las últimas entrevistas que tenía y también los viajes que había programado. Compre un pasaje hacia Inglaterra y aquí me encuentro, sentada en un café mientras espero a que cierta rubia aparezca por una buena vez.
La puerta se abre y las campanas características suenan, avisando que más clientes han entrado al lugar. Y allí esta Sophia, usando unos jeans gastados y una remera ajustada al cuerpo mientras sostiene en su hombro un lindo bolso. Se sienta delante de mí y me mira fijamente, dándome una leve sonrisa.
- ¿Cómo has estado, Sophia? - le pregunto mientras levanto mi café y le doy un pequeño sorbo - ¿Quieres que te pida algo?
- Estoy bien, Jack -contesta, refiriéndose a las dos preguntas - Solo dime que querías hablar tan urgente conmigo.
Dejo la taza en el plato y saco una carpeta con los documentos que Cowell me ha pasado. Se la dejo a Sophia y ella comienza a inspeccionarla; su rostro va cambiando medida que va leyendo cada hoja hasta que finalmente pequeñas gotas caen sobre su rostro. Se las quita con rapidez y me mira fijamente, frunciendo el ceño.
- ¿Qué es esto, Jaqueline? - pregunta un tanto molesta.
- Lo que les está sucediendo a los chicos - respondo con frialdad - Están jodidos, muy jodidos y se han metido en grandes líos.
- ¿Y por qué me muestras esto? ¿Quieres que me sienta terrible por haberme alejado de mi hermano? - espeta bruscamente. Niego con la cabeza y suelto un suspiro. Sophia espera mi respuesta y me preparo para lo que viene.
- Mira la última hoja y lee el contrato.
Mirándome interrogante, le insisto con la mirada que lo abra; temerosa, lo hace y sus ojos se ensanchan con el contrato. Me echa una mirada, preguntándome si en realidad es lo que ve, pero para ese entonces yo ya estoy extendiéndole un bolígrafo.
Segura de sí misma, más que cuando yo firme, toma la pluma y deja impregnado en el papel su delicada firma.
- Sera difícil convencer a las demás, sobre todo a Leighton.
Asiento con la cabeza, Leight es de las tres que más salió herida. Solo espero que Jesy ni Charlie/Rylie no me digan lo mismo o voy a sentirme terriblemente culpable.
- Entonces, ¿las hermanas volvieron? - dice con cierta burla en su voz, quitándome la taza de café y dándole un sorbo.
- Las hermanas han vuelto - sentencio.