the hunger games | nc

Ni un minuto más. Inmediatamente, después que su madre y sus hermanos se fueron, un hombre bastante robusto para su gusto entro a la habitación llevándoselo con él. Lo empujo por un laberinto de pasillos, donde Niall tuvo que correr para poder seguirle el paso al hombre, y prácticamente lo metió a la fuerza, en un compartimiento oscuro sin explicación alguna.
Ahora el rubio entendía que era un tren sobre el cual viajaba alejándose de su hogar, el único lugar que había conocido en toda su vida, donde había nacido y donde se encontraba su familia.
Después de un par de intentos, logro encontrar el picaporte de una puerta en aquel cubo oscuro donde la habían metido, y en cuanto la abrió, se encontró con la mirada de la mismo castaña que había visto un par de veces en su distrito pero con quien nunca había tenido el placer  de entablar una conversación, o mejor dicho, era mucho mejor para él no haberlo hecho.
No era demasiado… sociable, y la gente acostumbraba a señalarlo como el raro.
Cerró la puerta a sus espaldas, dedicándose a observar ese compartimiento. Esta si tenía una pequeña ventana donde se filtraba luz natural, además de unos pequeños focos incrustados en el techo.  
Niall se sorprendió por lo limpio y bien cuidado que estaba todo. Una mesa de roble oscuro, repleta de comida, cerca de la ventana, los asientos forrados por terciopelo rojo aparatos cuya utilidad era desconocida para ella, y demás cosas que complementaban.
Eso era perfecto. Su distrito trabajaba realmente duro, porque gran parte, por no decir la mayoría de las cosas que estaban ahí, los había construido su familia, sus vecinos, su comunidad en general.
Debía felicitarlos cuando regresara… Si lo hacía.

-Adelante-escucho que decía una tercera voz, masculina. No solo se encontraba Blaire en la habitación, sino que también había un hombre de unos treinta años aproximadamente, sentado en la punta de la mesa, con una mirada calculadora y una sonrisa que inspiraba confianza. Una combinación peligrosa, pensó el rubio.- Siéntate Niall, deben comer bien y luego descansar un poco. Sera un viaje largo y tendremos poco tiempo para prepararnos. Es mejor que tengan energía suficiente para entonces, sino…  No lo lograran. Yo soy Peter, y seré su escolta. No lo volveré a repetir, Niall… Come por favor-insistió Peter. Trago saliva sintiendo un gran peso atravesar su garganta, y sin volver a pensarlo, se sentó lo más lejos posible de Peter, frente a la castaña quien mantenía su mirada fija en el plato repleto de comida. Ahora ya no sabía que le inspiraba.-Los dejare solos, tengo cosas que hacer. Los quiero en la cama dentro de una hora, ni más ni menos. Mis ayudantes los giraran a sus habitaciones-explico Peter, levantándose elegantemente, como si estuviera programado en su sistema hacerlo de esa forma, y Niall juraría que si lo debía hacer otras cien veces, lo haría de la misma manera. Esa clase de personas estaban educados de manera diferente.
Sin más, el hombre se retiro de compartimiento por la puerta contraría de la que había ingresado el rubio, dejándolos en un completo silencio. Solo se escuchaba el ruido de los cubiertos al rozar, y eso volvía loco a Niall.

-¿Tienes miedo?-pregunto Niall cortando el silencio.

-¿Miedo? Por supuesto que no… No deberíamos.- respondió ella, aun sin alzar la mirada. - ¿Y tú?-

-Estoy aterrado-soltó Niall, siendo completamente sincero. El había hecho todo eso solo para proteger a su hermano. El quería ofrecerse como voluntario, y el rubio no podía permitirlo. Pactaron entre ambos que si él era elegido, se olvidaba del ofrecimiento, y de los juegos. Y así fue como termino en ese tren, junto a Blaire.- No sé por qué estoy acá, debería haberlo dejado ofrecerse como voluntario… Pero es tan pequeño. Mi madre no lo soportaría, y mucho menos mi padre-

-¿De quién hablas?-pregunto Blaire, finalmente, mirándolo a los ojos. Eran color chocolate, tan profundos y tranparentes, con pequeñas manchas verdosas.  El rubio podía perderse en sus ojos tranquilamente.

-De mi hermano- logro responder- El quería hacerlo, pero yo no podía permitirlo. Soy el mayor… Se supone que debo ser el más valiente. Pero me es imposible-

-Eres valiente-soltó la castaña- Salvaste a tu hermano… Además, nadie sabe con lo que nos vamos a encontrar. Nadie sabe si esta lo suficientemente preparado para luchar. Hay que ser inteligentes para ganar, no musculosos-

-No soy inteligente-

-¿Y como estas tan seguro?-

-Eso es lo que la gente dice de mí-

-Pues entonces, haz que cambien de opinión-finalizo la castaña, para luego levantarse de su silla.- Deberíamos irnos a dormir. No quiero que Peter se enfade o algo por el estilo.-dijo. Niall asistió y la imito. Tenía razón. Blaire siempre tenía razón.




Niall despertó gracias a un pequeño brillo de luz que se filtraba a través de las cortinas de la pequeña ventana. Se sentía maravillosamente bien, pero sería aun mejor si lograba tomar un baño.
Lo visualizo al otro lado de la habitación, y sin pensarlo dos veces, corrió las sabanas y se levanto de la cama, para luego caminar hacia el mismo.
Era pequeño y acogedor. Varios jabones estaban distribuidos sobre la pileta, y otros más dentro de la ducha. Tomo uno, antes de meterse debajo del agua caliente que había dejado correr minutos antes.
Sintió como sus músculos se relajaban, automáticamente, del todo. Parecía que hubiese pasado años desde la última vez que tomo un baño. Quizás era la presión, los nervios, la expectativa. Quizás eran solo sus hormonas. O quizás nada. No lo sabía.
Pero todo tiene un final. No podía, por más que quisiera, quedarse ahí todo el día, por lo que tuvo que cerrar el grifo, cortando la cascada que tan bien le hacía.  Se envolvió con una blanca y suave toalla y salió del baño, a la habitación.
Opto por ponerse la ropa que habían dejado bien doblada sobre una silla, puesto que no le apetecía volver a colocarse la ropa ya sucia con la que había estado todo el día anterior, y luego salió al corredor.
Blaire estaba a solo unos metros, parada frente a su puerta. Acababa de salir, también, y esta vez llevaba un hermoso vestido blanco hasta la rodilla, que para el rubio la hacía lucir demasiado bien.
Ella no lo conocía, nadie lo hacía en su distrito, pero el sí a ella. Perfectamente bien.
-Hola-susurro ella,  acortando es espacio que había entre ambos.

-Hola-saludo Niall. Su habitación estaba más cercana al comedor,  por lo que ambos comenzaron a caminar en esa dirección-¿Cómo dormiste?-pregunto el rubio.

-Muy bien, demasiado bien. Hacía mucho que no dormía de esa manera-sonrió, y Niall se sintió débil.

-Lo sé, yo tampoco-logro articular. Posiblemente parecía un idiota.

-Debería llevarme ese colchón a mi casa-soltó la castaña, sonriendo aun mas.  Ya habían llegado al comedor, y ahora solo la puerta los separaba. Niall tiro de ella mientras respondía:

-Eso sería genial. Lástima que saben quiénes somos… nos buscarían, y nos encerrarían por toda la eternidad.-

-Buenos días, buenos días- canturreo Peter cuando Niall entro al mismo compartimiento donde habían comido la noche anterior. Blaire lo siguió por detrás, y rápidamente se ubico en el mismo lugar, frente a él. Le sonrió gentilmente, y ella le respondió con otra sonrisa. No sabía cómo explicarlo exactamente, pero le daba esperanzas de alguna manera desconocida por el rubio.

-Buenos días-saludo ella, sirviéndose un poco de jugo fresco.

-Buenos días- la imito Niall. Era increíble lo que podía hacer ocho horas de sueño.

-Están radiantes esta mañana. Eso me pone de muy buen humor, ¿Saben por qué?-pregunto Peter sirviéndose un poco de café.

-¿Por qué?-pregunto el rubio, quien aun no sabía que elegir para desayunar. Había tantas cosas. En su distrito rara vez tenía la posibilidad de desayunar de esa manera tan gloriosa. Si ganaba, lo haría durante todo un año hasta cansarse.

-Porque sus mentes están activas, y si están activas son como una esponja, la información se absorbe más rápido, pero también sus neuronas son capaces funcionar aun más rápido. Eso es todo lo que necesito hoy-soltó Peter. Ambos lo miraban con curiosidad, anhelando más sabias palabras que pudieran poner en práctica y que le sirvieran para los juegos.

-Genial, entonces-fue Blaire la que rompió el silencio.

-Comenzaremos a explotar sus preciosos cerebros en bruto-dijo Peter antes de meterse una tostada en la boca.-Necesito que escuchen con atención… Esto no es solo un juego, eso es para niños, y ustedes no lo son. Correrá sangre, morirán personas, y deberán enfrentarse ante situaciones que nunca en su vida imaginaron y deberán tomar decisión… que no siempre son las mejores, las mas éticas, pero que pueden hacer que ganen el juego-El continuaba desayunando a medida que hablaba, mas ninguno de los dos jóvenes podía probar bocado.- Es pero eso que deben entender que no solo hace falta estar físicamente preparado, sino que también, deben desearlo… Deben sentir la adrenalina corriendo por su sangre y estar dispuesto a hacer cualquier cosa, por ganar… por vivir. Si lo desean, pueden lograrlo- El silencio reino en la sala por uno minutos, hasta que Peter decidió continuar con su discurso-Una vez que lleguemos, entrenaran duro. Conocerán a sus adversarios, y por supuesto, serán presentados en una linda ceremonia.-explico Peter mientras devoraba su desayuno.-Ahí podremos explotar sus virtudes, y tratar de mejorar sus puntos débiles, mientras que buscamos los de los demás distritos. Es muy importante conocer los defectos de los demás, por que podrán atar por ese lado si la cosa se pone complicada…
Por un segundo, Niall dejo de escuchar a su escolta, sumergiéndose en sus más profundos pensamientos. “Si lo deseas, puedes lograrlo”, esa frase lo inundaba.
No era fuerte, por supuesto que no. Pero era ágil. Podía llegar a correr a gran velocidad, sin mencionar la habilidad de moverse sigilosamente como un gato. Tampoco debía olvidar su puntería. Era muy bueno en eso.
Si lograba encontrar una manera de manejar astutamente esas dos cosas durante el juego,  sus posibilidades de ganar aumentaban. Lo deseaba realmente. Lo había soñado durante años junto a toda su familia.
El se había preparado, sus hermanos también. Estaba mentalmente listo para lograrlo…. Solo había un problema:
Su compañera era más fuerte que el. La había visto en campo abierto, practicando. Era maravillosa, digna, lo más cercano a la perfección que él había encontrado. Ahí estaba todo. Amaba a Blaire, y tenía miedo de perderla.