Una hermosa casualidad (Josh Hutcherson y Tú)

Capitulo 3 

Luego de bañarme y llamar a mis padres que prometieron mandarme dinero baje las escaleras para comer. No podía evitar seguir sintiendo esa vergüenza e invasión en su casa tan desmedida. ¿Por qué había sido tan bueno conmigo? ¿y que tal si el hacia esto con muchas chicas? Aunque veo un poco imposible que todas las semanas atropelle chicas para llevarlas después a su casa, que tonterías pienso. Y ahí estaba el, inmaculado con el torso desnudo buscando algo en la heladera, tuve que toser un par de veces para que se diera cuenta de mi presencia. 

- Hola Josh!

- Te sentó muy bien la ducha - dijo mirándome de arriba hacia abajo. 

- Gracias supongo - estaba bastante nerviosa - muy linda habitación por cierto. 

- Es la habitación de invitados y fuiste el primer invitado en estrenarla - dejo una olla sobre la mesada de la cocina y se acerco a mi - digamos que te haya atropellado fue un golpe de suerte. 

- Puede que tengas razón, fue un golpe de suerte para mi pero quien sabe si al final el golpe de suerte no es para ti - dije levantando una ceja. 

- No creo necesitar un golpe de suerte, pero si tu lo dices...

- Descuida , estoy bromeando. ¿Que hay en esa olla? - quise cambiar rápidamente de tema. 

- Hay macarrones con queso, pensaba que podríamos comer eso y ver una película si quieres. Tengo un cine privado en el tercer piso. 

- ¿Es mentira no? ¿Cine privado? Es verdad, tu no necesitas ningún golpe de suerte.

La cena fue bastante tranquila, hablamos de amigos y familia sin lanzarnos ninguna indirecta. No quería admitirlo pero me estaba empezando a gustar el y mucho. En el "mini cine" le insistí para ver su película pero el no quería así que miramos una comedia.

- Todavía me debes tu película - espeté golpeando su hombro.

- Tranquila, todavía tienes mal la cabeza no quiero que te enamores de mi - bromeo. 

- Imposible, nunca mas me voy a volver a enamorar, pierdes.

- Yo nunca me enamore. Veo un corazón roto por algún ex ¿no?

- Que suerte tienes, si algo así pero fue hace mucho tiempo y ya no me importa.

- Si te duele es porque te importa.

- No necesariamente, es miedo a volver a sufrir nada mas...

- Me pasa igual solo que siempre que empece a sentir cosas por alguien las aleje para no sufrir en un futuro ¿Esta mal?

- Si uno no se arriesga en la vida no tiene sentido - dije mientras me levantaba de mi butaca - tengo sueño.

- Ya son las dos - dijo mirando su lujoso Rolex - mejor ve a descansar.

- Adiós Josh - dije saludándolo con un beso en la mejilla - hasta mañana.

- Hey, ¿Quieren venir mañana conmigo y unos amigos a una discoteca? Te puedo mostrar un poco de la noche nocturna aquí.

- Pero no conozco a nadie mas que a ti...

- Descuida no te voy a dejar sola, ven a divertirte. Mañana me avisas ¿ok?

- Bueno, mañana salimos. Necesito un poco de distracción, ahora si me voy a dormir!

Me encamine hacia el pasillo para bajar las largas escaleras, este chico era una bomba de tiempo. "Divertirnos" ¿A que se refería con eso? ¿Divertirse conmigo o con otras chicas? Ya de pensarlo me daba un poco de rabia y estaba mal porque hace 1 día el era un completo extraño, sin embargo no podía mantener ese sentimiento alejado, eso que sientes cuando te empieza a importar alguien y esto se hace mas difícil cuando esa persona esta bajo tu mismo techo. ¿y si era uno de esos mujeriegos de Hollywood? Lo bueno de que te guste UN POQUITO un famoso es que esas cosas las podes encontrar en el simple Google. Escribí Josh Hutcherson y una de las primeras opciones eran "Josh Hutcherson y su novia" "Josh Hutcherson hot" ambas eran tentadoras pero opte por la primera, vamos a ver sus amoríos.

Aparecieron varias fotos de el con unas chicas, algunas tomados de las manos y otras besándose, y ninguna era tan linda como pensé que iban a ser, aparentemente también salio con Vanessa Hudgens y yo que pensé que ella seguía con Troy Bolton. No estaba mentalmente preparada para ver esas fotos, me dieron celos y rabia cosa que hace mucho no sentía por un chico, lo mejor era ir a dormir y dejar de pensar...

Capitulo 4