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At the heart of the question | Resultados.
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Re: At the heart of the question | Resultados.
—Rol: La maestra.
—Escrito:
- enece:
- Capitulo OO1
Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, mas facil serás engañada.Eleanor Army
Grant Gustin — Rey RojoUn día más, multitudes de personas moviéndose de un lado a otro con rumbo a sus respectivos trabajos y en el caso de los jóvenes regresando a sus hogares.
Cierta rubia se encontraba caminando por las enormes calles de Florencia, Italia, a decir verdad, no tenía rumbo alguno, simplemente caminaba esperando despejar su mente.
Algunos cuantos empujones y hasta jalones recibía de parte de otras personas que llevaban demasiada prisa.
—Por Dios, toda esta gente debería calmarse un poco.—suspiró diciendo aquello para si misma.
Aquella chica rubio no era nadie más que Eleanor Army, hija de Ian Army un prestigioso empresario inglés y Elena Grey una famosa diseñadora italiana, padres divorciados, ella vivía con su madre en Italia mientras que su padre vivía en Inglaterra, pero no hace falta mencionar muchas cosas de su vida, ya que la mayoría de las personas saben parte de su historia.
Paró su camino al encontrarse en frente de su dulcería favorita, Royal Candies. Esbozó una sonrisa y entro en ella, desde hace unos instantes sentía que alguien la estaba siguiendo, pero no quería prestarle atención a eso. Compró unos cuantos dulces y salió del lugar, alzó ligeramente su mirada y un pequeño bulto blanco del otro lado de la calle llamó su atención. Parpadeó unas cuantas veces, ¿era un conejo? ¿qué rayos hacía un conejo en ese lugar? Y lo más raro, al parecer llevaba una pequeña playera encima.
—La gente que tiene mascotas es cada vez mas rara hoy en día.—rió y se dio la vuelta, no prestándole atención al lindo animal.
Saco su celular para observar la hora, apenas eran las 4:37 p.m., algo temprano, se le hacía raro que alguno de sus hermanos no le hubieran llamado, o incluso su madre que siempre le hablaba para que fuera a la empresa a alguna prueba de vestuario. Coloco sus auriculares en sus oídos, quería escuchar por un momento algo de música, al menos estaba teniendo un momento relajante.
Continuó caminando y se quitó los auriculares al ver una escena que le había llamado la atención, en una de las tiendas que estaban cruzando la calle se había escabullido un pequeño conejo, el cual estaba aterrando a algunas de sus compradoras.
—Las personas no podrían ser mas dramáticas y la seguridad de hoy en día es un asco, sino pueden evitar que entre un pequeño conejo no me imagino cuando entre un ladrón.—dijo negando la cabeza y llevando uno de los dulces que tenía en su mano a su boca.
Su atención volvió a su celular cuando lo sintió vibrar por unos segundos, oprimió unas cuantas teclas, tenía un mensaje nuevo.
“Ely, necesitamos que vengas ahora, es tiempo de que regreses, no hay más tiempo. Por favor, date prisa.”
Observó el nombre de la persona que le había enviado el mensaje, Drew Army, uno de sus hermanos, suspiró cansada, ahora tendría que ir a la empresa de su madre, quien sabe que era lo que había sucedido. Apresuró su paso ahora en camino al gran edificio donde estaban las oficinas de su familia, sus pies comenzaron a dolerle un poco, y al voltear de vez en cuando veía algún incidente con algún animal, en especial con conejos, ¿qué era lo que pasaba ese día?
Logró llegar a estar en frente de aquel enorme edificio en cuestión de unos quince minutos, tenía suerte de no haber estado lejos del lugar, dejo escapar un suspiro de cansancio y se adentro en aquel edificio.
—Buenas tardes señorita Grey.—saludó una de las secretarias que pasaba cerca de ella.
—Hola Sophie.—contestó el saludo sonriéndole, los empleados de su madre tenían prohibido llamarla con el apellido Army, sus padres se odiaban demasiado.
Llegó hasta el elevador y oprimió el botón para que este bajara mientras esperaba sacó su celular y le marcó a cierta persona.
—¿Bueno?—contestó una voz masculina.
—Drew, ¿para qué me necesitan? Tu mensaje parecía importante, ya estoy por subir al elevador.—dijo a su hermano y de pronto las puertas del elevador se abrieron.
—¿De qué mensaje hablas? Se supone que hoy era tu día libre, nunca te envié nada.—habló su hermano algo confundido. ¿De qué se trataba todo esto?
—No me vengas con tonterías Drew.—dijo al momento de entrar al elevador.
—Te estoy diciendo la verdad Ely, te lo juro que…—la llamada se había cortado, era cierto, dentro de los elevadores no había señal. Bufó por ello y cerró las puertas observando que subiría sola, oprimió el botón para el piso número siete.
Empezó a tararear una de sus canciones preferidas, Unbreakable, de Fireflight, pero algo llamo su atención, un pequeño ruido y un fuerte movimiento. El elevador se había detenido.
“Mierda” fue la única palabra que pasó por su mente, esa debía ser una broma de sus hermanos, y una de muy mal gusto.
Decidió voltear para poder ver su cara en el espejo del elevador en esos momentos, pero pegó un pequeño brinco al darse cuenta de algo.
—¡Dios mío!—gritó al observar que durante esos pequeños segundos una persona había estado detrás de ella, pero… al entrar al elevador ella se había asegurado que estaba sola.—Esto no me puede estar pasando a mi, pero si tú, pero…
Aquella persona era un chico castaño de unos hermosos ojos color marrón, llevaba una chamarra negra encima, casi no se podía notar que estaba sonriendo ante la reacción de la rubia, la cual hablaba y se movía de un lado a otro constantemente en aquel espacio tan pequeño.
—Yo ya sé como termina todo esto, más bien YA vi una película de todo esto.—dijo casi exasperada— Solo que ahí eran cinco personas, y una de ellas era el diablo, oh Dios mío, dime que tú no eres el diablo, porque yo no lo soy, creo que moriré.—comenzó a hablar haciendo reír un poco al chico— ¡SAQUENME DE AQUÍ!—dijo comenzando a arañar la puerta del elevador.
—Tranquila.—habló aquel joven misteriosamente captando la atención de la chica, volteándolo a ver—Se con certeza que yo no soy el diablo.
—Entonces…¿cómo rayos me explicas como llegaste aquí? Cuando yo subí al elevador tu no estabas en él.—dijo Eleanor algo asustada, observó como el chico observaba sonriente aquel espejo, ¿qué quería decirle con ello— Mira, puedo parecer, pero no soy tonta amigo.
—No creo que lo seas.—rió divertido— Acércate Alice.
—Debes estar confundiéndome, mi nombre es Eleanor.—dijo, pero sin querer dio unos cuantos pasos pequeños hasta el castaño y este la tomo de los hombros para que mirara el espejo, ambos se mantuvieron quietos, viendo sus reflejos.
—Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, serás engañada más facilmente.—susurró al oído de la rubia— Aquí nada es lo que parece.
—¿Qué quieres decir con eso?—preguntó la chica.
Y de pronto, todo se vino abajo, literalmente, ambos sentían como el elevador comenzaba a caer, en especial Eleanor, que gritaba aturdiendo un poco a su acompañante.
—¡VOY A MORIR!—gritó mientras unas pequeñas lagrimas de miedo se escapaban de sus ojos.
—Ya te dije que te tranquilices Alice.—suspiró.
—Joder, me llamo Eleanor, ¿y no ves que estamos por morir?
—Eso no sucederá, al menos, no por ahora.—terminó de decir eso, y el elevador se volvió a detener, ambos quedando frente del espejo de nuevo.
—¿Qué esta sucediendo? ¿Quién eres tú?—preguntó Eleanor ya que no estaba entendiendo absolutamente nada en esos momentos, pero no quitaba su vista del espejo.
—Mira más de cerca.—murmuró el castaño— Porque entre más cerca creas que estas, tal vez menos podrás ver, todo depende de ti… Alice.
Aquellas palabras retumbaron en la mente de la chica, y movió un poco su mano para tocar su reflejo, el cuál no hizo ni el mas mínimo movimiento, haciendo que Ely se asustará.
—No te asustes.—dijo aquel chico esbozando una sonrisa.
El reflejo de Ely sonrió, y ella se sobresaltó dando unos pequeños pasos hacía atrás.
—Dios mío, ¿no que no eras el demonio? ¡Viste eso!—gritó enojada, pero más que nada con mucho miedo.
—Claro que lo vi.—comentó y por un momento desapareció del elevador. Ely parpadeó varias veces, ahora el chico estaba en el espejo.
—Algo tenían esos dulces, sin duda, son los dulces.—se repetía así misma cerrando fuertemente sus ojos.
—Eleanor Army, ¿no te gustaría, acompañarme a un país de maravillas?—preguntó extendiéndole una mano junto con su reflejo. Ely dudo mucho, tal vez alguien tratando de contrabandear droga había puesto algo en los dulces de Royal Candies, tal vez estaba soñando, o simplemente se había vuelto loca, y lo estaba aún mas, al haber extendido su mano a aquel chico, pero, ¿qué podría pasar? Ella no entraría al espejo… ¿o sí? Al parecer si, ya que su reflejo y aquel misterioso y guapo castaño la habían jalado hacía ellos, haciendo que cayera de rodillas, pero ya no estaba en el elevador, ahora se encontraba en un lugar que ni siquiera ella conocía y aquel chico ya no estaba con ella.
—Si, no hay duda, alguien le puso droga a los dulces. ¡En mi vida vuelvo a comprar en esa dulcería!—gritó formando un pequeño “eco”.
Se levantó y sacudió sus rodillas ya que estaban llenas de tierra. Alzó su mirada y su boca se abrió de golpe. ¿Dónde se encontraba? No lo sabía, pero aquel lugar era maravilloso, único. Y otra pregunta rondaba en su mente ¿dónde diablos se había metido aquel muchacho?
—¡Hola!—grito tratando de que alguien la escuchara— ¿Hay alguien aquí o soy la única tonta gritando a lo idiota?
Al parecer no había nadie más, o nadie la había escuchado. Resignada de haber gritado algunas veces más y que nadie la escuchara comenzó a caminar, hasta que llegó a un punto donde el camino se dividía.
—Mierda, ¿ahora a donde voy?—se dijo a si misma.
—Eso depende, ¿a dónde quieres ir?—preguntó una voz detrás de ella— Al parecer Liam trajo a una Alice más.—susurró para que la rubia no lo oyese.
—¿Quién eres tú?—respondió con otra pregunta Ely dándose la vuelva y quedo pasmada a ver al chico que le había hablado. Era algo alto, de cabellos rizados color castaño obscuro, ojos verdes, en verdad hermosos y una sonrisa de oreja a oreja adornando su rostro. Pero había algo raro, en su cabeza había dos orejas, como si fueran de gato—Otro raro, ¿por qué a mi?
—Yo soy Cheshire.—habló mientras sonreía y se acercaba a la rubia— Mi nombre verdadero, no es necesario que lo sepas aún. Entonces, ¿a dónde quieres ir?
—En verdad, no lo se.—suspiró cansada.
—Pues entonces, realmente no importa el camino que debas tomar.—dijo por ultimo regalándole otra sonrisa a la chica y desapareciendo al instante.
—¡Espera!—gritó tratando de que regresará mas no fue así.
Se sentó junto a uno de los arboles que había cerca de ella y miró el pasto. ¿En que lío se había metido ahora? Se estaba comenzando a sentir sola en aquel lugar tan grande. Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar unas cuantas voces y pasos que se acercaban al lugar donde ella se hallaba. Se levantó rápidamente y observó como el chico que hace un rato había estado con ella en el elevador estaba frente a ella junto con otras chicas más.
—¡TU! ¿Dónde rayos te metiste cuando llegamos aquí?—grito y observo que las demás chicas igual estaban algo desconcertadas—No me digas, ¡Eres un degenerado verdad, eso es lo que eres!
—No, espera, yo te explicare, pero todo a su debido tiempo.—trato de excusarse.
—Todo a su debido tiempo al demonio, a mi me dices donde estamos y quien rayos eres ahora mismo.—dijo enojada Eleanor.
—Tranquila, estamos en Wonderland, soy el conejo blanco, mi nombre es Liam.—dijo con algo de miedo por el tono que había utilizado la chica.
—Wow si, eso lo explica todo pero por el momento con eso me conformo, por ahora.—suspiró y sonrió— ¿Quiénes son ustedes?
—Nosotras tampoco sabemos que hacemos aquí, tenemos las mismas dudas que tú. Mi nombre es Emily.—sonrió una rubia de ojos algo azules y facciones un poco inocentes— Puedes decirme Ems.
—Yo soy Liselotte—dijo entusiasmada una pelirroja—Puedes decirme Lottie o Lise, como tu quieras.
—Michelle pero puedes decirme Ellie.—se presentó con una sonrisa otra rubia a decir verdad muy hermosa— Al parecer todas nosotras estamos en las mismas.
—Así es.—suspiro un poco tímida ahora una morena— Yo soy Kenneth.
—Yo soy Gin.—sonrió de lado otra pelirroja.
—Isabelle.—sonrió una castaña— Puedes decirme Izzy.
—Hola a todas.—saludo Eleanor.— Me llamo Eleanor, pueden decirme Elly. Ahora, ¿qué rayos hacemos aquí? ¿cómo se encontraron todas ustedes?
—Eso es algo que no les puedo decir hasta que lleguen las demás.—comentó el único chico que se encontraba con ellas.
—¿¡QUÉ!?—grito una de las rubias, Emily— ¿Quiénes mas?
—Esto debe ser un sueño o una mala broma.—habló la morena soltando una pequeña mala cara.
—Ni siquiera sabemos donde rayos estamos y que eres tu, ¡un humano no esta con unas orejas de conejo como si nada!—dijo Michelle.
—Para mi que alguien nos drogo a todas.—susurró Eleanor ya que según ella todo lo estaban alucinando.
—Chicas, por favor, cálmense.—dijo con miedo Liam.
Gritos y una pequeña pelea estaba comenzando, las chicas comenzaban a desesperarse y hacer pregunta tras pregunta a aquel extraño.
—Al parecer tu plan no salió como tu esperabas.—rieron dos voces masculinas apareciendo en frente de aquel grupo y captando su atención, era dos chicos, prácticamente idénticos, cualquiera diría que podrían ser clones.
—¡Genial!—rió con sarcasmo Lottie— mas gente extraña.
—Mucho gusto hermosas.—dijo uno de estos mirando a cada una de pies a cabeza, hasta llegar a ver a una de las pelirrojas y guiñarle un ojo con calma— Nosotros somos los gemelos Tweedle, bienvenidas a Wonderland.
—Nombre mas idiota para el lugar no pudieron haber escogido.—soltó de un bufido Eleanor, ya que se encontraba muy enojada al ver que nadie daba explicaciones.
—¡Oye!—gritaron ambos gemelos y las demás chicas comenzaron a reírse de la reacción de estos.
—Bueno, ya ¿qué es lo que hacen ustedes aquí?—preguntó el castaño cansado.
—En primera, déjanos presentarnos bien antes estas hermosas Alice.—sonrió uno de ellos.—Yo soy Tweedledee.
—Yo soy Tweedledum.—sonrió de lado el otro chico. Ambos eran muy atractivos a decir verdad, sus ojos realmente eran llamativos y no decir nada de su sonrisa, era mas que perfecta—Hemos venido hasta aquí pues…—dio un gran salto hasta quedar en frente del conejo, asustándolo un poco— Él se ha enterado de lo que has hecho.
—¿Q-qué?—tartamudeó Liam haciendo que los gemelos rieran y las chicas se preocuparan un poco—¿Pero c-cómo?
—Quien sabe.—respondió Tweedledee—Cualquiera pudo haberle dicho, pero creo que sospecho del Joker.
—¿Joker? ¿Cómo el de Batman?—pregunto emocionada Emily.
—Creo que ese no es el caso.—dijo con una pequeña risita Isabelle.
—¿Batman? ¿Qué es eso?—inquirieron los tres chicos.
—Es una película, ¿no la han visto? Bueno, no nos hagan caso sigan con su platica extraña.—sonrió Gin.
—Bueno, hemos traído esto.—comentaron ambos sacando un pequeño sobre con el símbolo de corazones en este— Se les esta invitando a todas al castillo del Rey.
—¿Castillo?—preguntó emocionada Kenneth y los gemelos asintieron con la cabeza, si era un sueño ese debía ser uno de los mejores para ella.
—P-pero, aun no estan todas juntas.—dijo nervioso el conejo.
—De eso no te preocupes.—habló Tweedledum— Puedes ir a dejar a estas Alice al castillo primero, y después ir por las demás o…
—¿O qué?—preguntó dudoso.
—Nosotros podríamos ir, o mandar a Cheshire.
—¿Ustedes ya se encontraron al gato parlanchín?—preguntó Eleanor confundida y Lottie la observó.
—Yo ya, fue algo raro y corto el encuentro.—suspiro la pelirroja.
—Prefiero la primera opción.—dijo cortante Liam.
—Como tu quieras.—respondieron ambos al unísono—Eso es todo.
—Muy bien, gracias por el aviso.—susurró Liam agarrando el sobre que los gemelos tenían.
—Espero volver a verlas pronto.—sonrió de lado Tweedledee observando de reojo a una de las pelirrojas, Gin exactamente y dedicándole una mirada algo extraña.
—Tal vez nos veamos antes de lo que esperan.—rió su gemelo y ambos comenzaron a caminar por el bosque, perdiéndose en el y volviendo a dejarlas solas con el conejo.
—Saben, ustedes son muy extraños aquí, hasta podría decir que algo locos.—dijo Ken.
—Quiero que nos digas que es lo que sucede.—habló Gin.
—No puedo, pero pronto lo haré, pronto estarán todas juntas.—comentó Liam comenzando a caminar— Síganme.
Y sin saberlo, el juego para aquellas chicas ya había comenzado, dentro de un rato se encontrarían en el castillo y después de ello conocerían a las demás Alice, pero lo que mas le aterraba al conejo era el castigo que recibiría por parte del Rey al no haberle avisado de su plan.
Algunas cuantas platicas y risas salían de la boca de las chicas, no se conocían en lo absoluto pero estaban comenzando a llevarse bien, y eso era lo importante.
Después de un largo recorrido ahí se encontraban, en frente del enorme castillo del Rey Rojo.
—En unos minutos, todo se les será explicado.—dijo el conejo sin siquiera voltearlas a ver y dejándolas con una gran duda, ¿Qué es lo que sucedería ahí adentro?
- OS:
- Shooting StarLas estrellas, aquellas hermosas luces brillantes que permanecen en el cielo cuando éste está oscuro. Aquellas que pueden llegar a significar demasiado para una persona, esas que cuando pequeños nos asombran de sobremanera.
Estaban a punto de dar las dos de la mañana en Nueva York y cierto chico de cabellos rizados se encontraba caminando por el enorme Central Park. Su respiración se notaba agitaba, él estaba cansado.
—¿Dónde rayos estas?—se preguntó a si mismo mientras su vista se dirigía de un lado a otro tratando de encontrar a alguien.
Así se encontraba desde hacía ya casi tres horas, buscando en varios lugares a cierta chica de cabellos color café oscuro, casi negros, más no había tenido éxito alguno.
Cierta parte de él le decía que ya había sido suficiente, que dejara las cosas como estaban, que no la siguiera buscando y que fuera a descansar cómodamente a su departamento, pero otra parte de él, que era aún más fuerte, le decía que debía seguir buscando.
Sus pasos se dirigieron a uno de los árboles que estaban cerca y se recargo en él para después dar un largo suspiro mirando el pasto que yacía debajo de sus pies.
Giró en torno al enorme árbol, se le hacía conocida esa parte de Central Park.
Alzó su vista y una enorme sonrisa se formó en su rostro. Ahí estaba ella, sentada cómodamente en el pasto, tranquila, su mirada estaba en el cielo y la luz de la luna hacia que sus cabellos se vieran un poco más claros, fijamente observando las estrellas, pareciera que ni siquiera había notado la presencia del chico de ojos verdes.
El castaño se fue acercando lentamente a ella, tratando de no hacer ruido alguno, llegó a estar casi a un metro y medio de ella, sonrió aún más.
—Tardaste en encontrarme. Tonto.—susurró en tono divertido la chica.
—Lo siento. Jamás me imaginé que estarías… aquí.—suspiró y se sentó a lado de ella— Ellie, yo…
—No tienes que decir nada Harry, está bien.—sonrió la chica aún sin mirarlo.
Harry Styles y Elizabeth Parks, se habían conocido hace ya algún tiempo, justamente en ese mismo lugar, y en ese mismo lugar, hace dos meses Harry le había pedido a la de cabellos negros que le diera una oportunidad.
¿Quién diría que el pequeño Boris, el perro de uno de sus mejores amigos haría que ellos se conocieran? De hecho, Harry no se llevaba muy bien con él antes de ello, y ahora amaba a los perros. Pequeños accidentes que se vuelven en grandes memorias.
La razón del porque estaba la chica ahí era simple, hace algunas horas habían tenido una “pequeña” discusión por problemas de los celos de él. Nada nuevo y nada en especial, por así decirlo era algo “normal”.
—No está bien.—se regañó Harry a si mismo llamando la atención de Ellie— Te diré esto de una vez por todas Ellie.
—¿Qué cosa?—preguntó nerviosa la chica.
—¡Que te quiero! ¡Demonios!—gritó Styles y los ojos verdes azulados de la chica se abrieron abruptamente, él nunca le había dicho tal cosa, más bien, él nunca decía esas dos palabras, Harry era el típico casanova que sólo estaba contigo por unos días y después se olvidaba completamente de ti — Si, te quiero y soy un idiota porque soy de esa clase de personas que nunca sabe como expresarse, de esas personas que no podemos decir tan facilmente lo que sentimos. Y si, igual sé que muchas veces puedo ser un completo patán, puedo ser muy celoso, soy un molesto de primera. Tengo miles de defectos Ellie, lo sé.—tomó una gran cantidad de aire y un sonrojo pasó por las mejillas de ambos— Pero esto es cierto, te quiero, y quiero que sepas que lo digo en serio, puede que sea lo único que en verdad sepa en estos momentos y es lo único que me importa ahora.
—Harry…—dijo Ellie, no sabía que responderle, no sabía como reaccionar pero una sonrisa tierna se formó en sus labios— Yo igual te quiero, tonto.
Y aquella simple respuesta de parte de Ellie había hecho que Harry sonriera y se abalanzara encima de ella, dándole un largo y tierno beso en los labios, el cual fue correspondido dulcemente, ambos rieron y se separaron un poco, sus frentes aun chocaban.
—¿Sabes qué yo igual soy celosa?—el de cabellos rizados asintió sonriente, le encantaba ver celosa a su chica, porque si, para él, ella era suya— Bueno, pues te lo hago saber de nuevo.
—Bueno, ¿te he dicho que odio a todos los chicos que están detrás de ti? ¿Si? —ella asintió divertida— Bueno, pues te lo repito. Odio a los que te hablan, te mandan mensajes, llegan a comentar en tus fotos o en tus cosas. A todos.— habló seriamente— Pero quiero que sepas algo aún mas importante.
—¿Qué cosa?—inquirió curiosa la chica siendo abrazada por Harry.
—Que me alegra haberte conocido.—sonrió y dio un pequeño beso en la frente de ella.
—Me alegra que Boris te haya hecho caer en el pasto.—rió y Harry igual lo hizo.
—A mi me alegra que tu te hubieras preocupado por un desconocido al que el perro de su amigo hizo correr como un idiota.—sonrió y alzó su mirada, encontrándose con el cielo, lleno de estrellas, esa noche estaba siendo hermosa—Hagamos algo.—volvió a llamar la atención de la chica y sus miradas chocaron— Nosotros estaremos juntos, hasta el día que se acaben las estrellas.—
Ella alzó la mirada y sonrió, se acercó lentamente a él y deposito un corto beso en los labios de él.
—Hasta que se acaben las estrellas, Harry.— ambos sonrieron.
Ahora ahí se encontraban los dos, juntos, observando las estrellas, las cuales ahora, tendrían un gran significado para ambos. Porque pequeños momentos, pequeños detalles, se convierten en grandes recuerdos y son aquellos, los que mas recordamos con los años. Y de algo estaba seguro el chico de ojos verdes, no dejaría ir a Ellie tan facilmente, mas bien, nunca lo haría porque como ya había dicho y prometido, ellos estarían juntos hasta que se acabaran las estrellas.
Sky.
Re: At the heart of the question | Resultados.
Bueno, he ahi mi pobre ficha, idk, es horrible lo se, pero bueno, este ship lo quería usar desde hace muchos meses pero no veía alguna enecé que me dijera... "usalo" idk, Sam me mato desde piratas del caribe, si que si, y como Finnick, me gusto, pero mi Grant es mi Finnick(?) mucho sentimentalismo e.e(?)
Espero te guste Lore<3
Besos' c:
Sky.
Re: At the heart of the question | Resultados.
Lore. :c Después de pensarlo mucho no creo poder audicionar. No creo conectarme mucho ahora en Diciembre, y el tiempo me esta ahogando. Yo seré lectora. c:
Sophia.
Re: At the heart of the question | Resultados.
Ficha aceptada.Sky. escribió:
—Rol: La maestra.
—Escrito:
- enece:
Capitulo OO1
Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, mas facil serás engañada.Eleanor Army
Grant Gustin — Rey RojoUn día más, multitudes de personas moviéndose de un lado a otro con rumbo a sus respectivos trabajos y en el caso de los jóvenes regresando a sus hogares.
Cierta rubia se encontraba caminando por las enormes calles de Florencia, Italia, a decir verdad, no tenía rumbo alguno, simplemente caminaba esperando despejar su mente.
Algunos cuantos empujones y hasta jalones recibía de parte de otras personas que llevaban demasiada prisa.
—Por Dios, toda esta gente debería calmarse un poco.—suspiró diciendo aquello para si misma.
Aquella chica rubio no era nadie más que Eleanor Army, hija de Ian Army un prestigioso empresario inglés y Elena Grey una famosa diseñadora italiana, padres divorciados, ella vivía con su madre en Italia mientras que su padre vivía en Inglaterra, pero no hace falta mencionar muchas cosas de su vida, ya que la mayoría de las personas saben parte de su historia.
Paró su camino al encontrarse en frente de su dulcería favorita, Royal Candies. Esbozó una sonrisa y entro en ella, desde hace unos instantes sentía que alguien la estaba siguiendo, pero no quería prestarle atención a eso. Compró unos cuantos dulces y salió del lugar, alzó ligeramente su mirada y un pequeño bulto blanco del otro lado de la calle llamó su atención. Parpadeó unas cuantas veces, ¿era un conejo? ¿qué rayos hacía un conejo en ese lugar? Y lo más raro, al parecer llevaba una pequeña playera encima.
—La gente que tiene mascotas es cada vez mas rara hoy en día.—rió y se dio la vuelta, no prestándole atención al lindo animal.
Saco su celular para observar la hora, apenas eran las 4:37 p.m., algo temprano, se le hacía raro que alguno de sus hermanos no le hubieran llamado, o incluso su madre que siempre le hablaba para que fuera a la empresa a alguna prueba de vestuario. Coloco sus auriculares en sus oídos, quería escuchar por un momento algo de música, al menos estaba teniendo un momento relajante.
Continuó caminando y se quitó los auriculares al ver una escena que le había llamado la atención, en una de las tiendas que estaban cruzando la calle se había escabullido un pequeño conejo, el cual estaba aterrando a algunas de sus compradoras.
—Las personas no podrían ser mas dramáticas y la seguridad de hoy en día es un asco, sino pueden evitar que entre un pequeño conejo no me imagino cuando entre un ladrón.—dijo negando la cabeza y llevando uno de los dulces que tenía en su mano a su boca.
Su atención volvió a su celular cuando lo sintió vibrar por unos segundos, oprimió unas cuantas teclas, tenía un mensaje nuevo.
“Ely, necesitamos que vengas ahora, es tiempo de que regreses, no hay más tiempo. Por favor, date prisa.”
Observó el nombre de la persona que le había enviado el mensaje, Drew Army, uno de sus hermanos, suspiró cansada, ahora tendría que ir a la empresa de su madre, quien sabe que era lo que había sucedido. Apresuró su paso ahora en camino al gran edificio donde estaban las oficinas de su familia, sus pies comenzaron a dolerle un poco, y al voltear de vez en cuando veía algún incidente con algún animal, en especial con conejos, ¿qué era lo que pasaba ese día?
Logró llegar a estar en frente de aquel enorme edificio en cuestión de unos quince minutos, tenía suerte de no haber estado lejos del lugar, dejo escapar un suspiro de cansancio y se adentro en aquel edificio.
—Buenas tardes señorita Grey.—saludó una de las secretarias que pasaba cerca de ella.
—Hola Sophie.—contestó el saludo sonriéndole, los empleados de su madre tenían prohibido llamarla con el apellido Army, sus padres se odiaban demasiado.
Llegó hasta el elevador y oprimió el botón para que este bajara mientras esperaba sacó su celular y le marcó a cierta persona.
—¿Bueno?—contestó una voz masculina.
—Drew, ¿para qué me necesitan? Tu mensaje parecía importante, ya estoy por subir al elevador.—dijo a su hermano y de pronto las puertas del elevador se abrieron.
—¿De qué mensaje hablas? Se supone que hoy era tu día libre, nunca te envié nada.—habló su hermano algo confundido. ¿De qué se trataba todo esto?
—No me vengas con tonterías Drew.—dijo al momento de entrar al elevador.
—Te estoy diciendo la verdad Ely, te lo juro que…—la llamada se había cortado, era cierto, dentro de los elevadores no había señal. Bufó por ello y cerró las puertas observando que subiría sola, oprimió el botón para el piso número siete.
Empezó a tararear una de sus canciones preferidas, Unbreakable, de Fireflight, pero algo llamo su atención, un pequeño ruido y un fuerte movimiento. El elevador se había detenido.
“Mierda” fue la única palabra que pasó por su mente, esa debía ser una broma de sus hermanos, y una de muy mal gusto.
Decidió voltear para poder ver su cara en el espejo del elevador en esos momentos, pero pegó un pequeño brinco al darse cuenta de algo.
—¡Dios mío!—gritó al observar que durante esos pequeños segundos una persona había estado detrás de ella, pero… al entrar al elevador ella se había asegurado que estaba sola.—Esto no me puede estar pasando a mi, pero si tú, pero…
Aquella persona era un chico castaño de unos hermosos ojos color marrón, llevaba una chamarra negra encima, casi no se podía notar que estaba sonriendo ante la reacción de la rubia, la cual hablaba y se movía de un lado a otro constantemente en aquel espacio tan pequeño.
—Yo ya sé como termina todo esto, más bien YA vi una película de todo esto.—dijo casi exasperada— Solo que ahí eran cinco personas, y una de ellas era el diablo, oh Dios mío, dime que tú no eres el diablo, porque yo no lo soy, creo que moriré.—comenzó a hablar haciendo reír un poco al chico— ¡SAQUENME DE AQUÍ!—dijo comenzando a arañar la puerta del elevador.
—Tranquila.—habló aquel joven misteriosamente captando la atención de la chica, volteándolo a ver—Se con certeza que yo no soy el diablo.
—Entonces…¿cómo rayos me explicas como llegaste aquí? Cuando yo subí al elevador tu no estabas en él.—dijo Eleanor algo asustada, observó como el chico observaba sonriente aquel espejo, ¿qué quería decirle con ello— Mira, puedo parecer, pero no soy tonta amigo.
—No creo que lo seas.—rió divertido— Acércate Alice.
—Debes estar confundiéndome, mi nombre es Eleanor.—dijo, pero sin querer dio unos cuantos pasos pequeños hasta el castaño y este la tomo de los hombros para que mirara el espejo, ambos se mantuvieron quietos, viendo sus reflejos.
—Acércate todo lo que puedas, pues entre mejor creas que ves, serás engañada más facilmente.—susurró al oído de la rubia— Aquí nada es lo que parece.
—¿Qué quieres decir con eso?—preguntó la chica.
Y de pronto, todo se vino abajo, literalmente, ambos sentían como el elevador comenzaba a caer, en especial Eleanor, que gritaba aturdiendo un poco a su acompañante.
—¡VOY A MORIR!—gritó mientras unas pequeñas lagrimas de miedo se escapaban de sus ojos.
—Ya te dije que te tranquilices Alice.—suspiró.
—Joder, me llamo Eleanor, ¿y no ves que estamos por morir?
—Eso no sucederá, al menos, no por ahora.—terminó de decir eso, y el elevador se volvió a detener, ambos quedando frente del espejo de nuevo.
—¿Qué esta sucediendo? ¿Quién eres tú?—preguntó Eleanor ya que no estaba entendiendo absolutamente nada en esos momentos, pero no quitaba su vista del espejo.
—Mira más de cerca.—murmuró el castaño— Porque entre más cerca creas que estas, tal vez menos podrás ver, todo depende de ti… Alice.
Aquellas palabras retumbaron en la mente de la chica, y movió un poco su mano para tocar su reflejo, el cuál no hizo ni el mas mínimo movimiento, haciendo que Ely se asustará.
—No te asustes.—dijo aquel chico esbozando una sonrisa.
El reflejo de Ely sonrió, y ella se sobresaltó dando unos pequeños pasos hacía atrás.
—Dios mío, ¿no que no eras el demonio? ¡Viste eso!—gritó enojada, pero más que nada con mucho miedo.
—Claro que lo vi.—comentó y por un momento desapareció del elevador. Ely parpadeó varias veces, ahora el chico estaba en el espejo.
—Algo tenían esos dulces, sin duda, son los dulces.—se repetía así misma cerrando fuertemente sus ojos.
—Eleanor Army, ¿no te gustaría, acompañarme a un país de maravillas?—preguntó extendiéndole una mano junto con su reflejo. Ely dudo mucho, tal vez alguien tratando de contrabandear droga había puesto algo en los dulces de Royal Candies, tal vez estaba soñando, o simplemente se había vuelto loca, y lo estaba aún mas, al haber extendido su mano a aquel chico, pero, ¿qué podría pasar? Ella no entraría al espejo… ¿o sí? Al parecer si, ya que su reflejo y aquel misterioso y guapo castaño la habían jalado hacía ellos, haciendo que cayera de rodillas, pero ya no estaba en el elevador, ahora se encontraba en un lugar que ni siquiera ella conocía y aquel chico ya no estaba con ella.
—Si, no hay duda, alguien le puso droga a los dulces. ¡En mi vida vuelvo a comprar en esa dulcería!—gritó formando un pequeño “eco”.
Se levantó y sacudió sus rodillas ya que estaban llenas de tierra. Alzó su mirada y su boca se abrió de golpe. ¿Dónde se encontraba? No lo sabía, pero aquel lugar era maravilloso, único. Y otra pregunta rondaba en su mente ¿dónde diablos se había metido aquel muchacho?
—¡Hola!—grito tratando de que alguien la escuchara— ¿Hay alguien aquí o soy la única tonta gritando a lo idiota?
Al parecer no había nadie más, o nadie la había escuchado. Resignada de haber gritado algunas veces más y que nadie la escuchara comenzó a caminar, hasta que llegó a un punto donde el camino se dividía.
—Mierda, ¿ahora a donde voy?—se dijo a si misma.
—Eso depende, ¿a dónde quieres ir?—preguntó una voz detrás de ella— Al parecer Liam trajo a una Alice más.—susurró para que la rubia no lo oyese.
—¿Quién eres tú?—respondió con otra pregunta Ely dándose la vuelva y quedo pasmada a ver al chico que le había hablado. Era algo alto, de cabellos rizados color castaño obscuro, ojos verdes, en verdad hermosos y una sonrisa de oreja a oreja adornando su rostro. Pero había algo raro, en su cabeza había dos orejas, como si fueran de gato—Otro raro, ¿por qué a mi?
—Yo soy Cheshire.—habló mientras sonreía y se acercaba a la rubia— Mi nombre verdadero, no es necesario que lo sepas aún. Entonces, ¿a dónde quieres ir?
—En verdad, no lo se.—suspiró cansada.
—Pues entonces, realmente no importa el camino que debas tomar.—dijo por ultimo regalándole otra sonrisa a la chica y desapareciendo al instante.
—¡Espera!—gritó tratando de que regresará mas no fue así.
Se sentó junto a uno de los arboles que había cerca de ella y miró el pasto. ¿En que lío se había metido ahora? Se estaba comenzando a sentir sola en aquel lugar tan grande. Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar unas cuantas voces y pasos que se acercaban al lugar donde ella se hallaba. Se levantó rápidamente y observó como el chico que hace un rato había estado con ella en el elevador estaba frente a ella junto con otras chicas más.
—¡TU! ¿Dónde rayos te metiste cuando llegamos aquí?—grito y observo que las demás chicas igual estaban algo desconcertadas—No me digas, ¡Eres un degenerado verdad, eso es lo que eres!
—No, espera, yo te explicare, pero todo a su debido tiempo.—trato de excusarse.
—Todo a su debido tiempo al demonio, a mi me dices donde estamos y quien rayos eres ahora mismo.—dijo enojada Eleanor.
—Tranquila, estamos en Wonderland, soy el conejo blanco, mi nombre es Liam.—dijo con algo de miedo por el tono que había utilizado la chica.
—Wow si, eso lo explica todo pero por el momento con eso me conformo, por ahora.—suspiró y sonrió— ¿Quiénes son ustedes?
—Nosotras tampoco sabemos que hacemos aquí, tenemos las mismas dudas que tú. Mi nombre es Emily.—sonrió una rubia de ojos algo azules y facciones un poco inocentes— Puedes decirme Ems.
—Yo soy Liselotte—dijo entusiasmada una pelirroja—Puedes decirme Lottie o Lise, como tu quieras.
—Michelle pero puedes decirme Ellie.—se presentó con una sonrisa otra rubia a decir verdad muy hermosa— Al parecer todas nosotras estamos en las mismas.
—Así es.—suspiro un poco tímida ahora una morena— Yo soy Kenneth.
—Yo soy Gin.—sonrió de lado otra pelirroja.
—Isabelle.—sonrió una castaña— Puedes decirme Izzy.
—Hola a todas.—saludo Eleanor.— Me llamo Eleanor, pueden decirme Elly. Ahora, ¿qué rayos hacemos aquí? ¿cómo se encontraron todas ustedes?
—Eso es algo que no les puedo decir hasta que lleguen las demás.—comentó el único chico que se encontraba con ellas.
—¿¡QUÉ!?—grito una de las rubias, Emily— ¿Quiénes mas?
—Esto debe ser un sueño o una mala broma.—habló la morena soltando una pequeña mala cara.
—Ni siquiera sabemos donde rayos estamos y que eres tu, ¡un humano no esta con unas orejas de conejo como si nada!—dijo Michelle.
—Para mi que alguien nos drogo a todas.—susurró Eleanor ya que según ella todo lo estaban alucinando.
—Chicas, por favor, cálmense.—dijo con miedo Liam.
Gritos y una pequeña pelea estaba comenzando, las chicas comenzaban a desesperarse y hacer pregunta tras pregunta a aquel extraño.
—Al parecer tu plan no salió como tu esperabas.—rieron dos voces masculinas apareciendo en frente de aquel grupo y captando su atención, era dos chicos, prácticamente idénticos, cualquiera diría que podrían ser clones.
—¡Genial!—rió con sarcasmo Lottie— mas gente extraña.
—Mucho gusto hermosas.—dijo uno de estos mirando a cada una de pies a cabeza, hasta llegar a ver a una de las pelirrojas y guiñarle un ojo con calma— Nosotros somos los gemelos Tweedle, bienvenidas a Wonderland.
—Nombre mas idiota para el lugar no pudieron haber escogido.—soltó de un bufido Eleanor, ya que se encontraba muy enojada al ver que nadie daba explicaciones.
—¡Oye!—gritaron ambos gemelos y las demás chicas comenzaron a reírse de la reacción de estos.
—Bueno, ya ¿qué es lo que hacen ustedes aquí?—preguntó el castaño cansado.
—En primera, déjanos presentarnos bien antes estas hermosas Alice.—sonrió uno de ellos.—Yo soy Tweedledee.
—Yo soy Tweedledum.—sonrió de lado el otro chico. Ambos eran muy atractivos a decir verdad, sus ojos realmente eran llamativos y no decir nada de su sonrisa, era mas que perfecta—Hemos venido hasta aquí pues…—dio un gran salto hasta quedar en frente del conejo, asustándolo un poco— Él se ha enterado de lo que has hecho.
—¿Q-qué?—tartamudeó Liam haciendo que los gemelos rieran y las chicas se preocuparan un poco—¿Pero c-cómo?
—Quien sabe.—respondió Tweedledee—Cualquiera pudo haberle dicho, pero creo que sospecho del Joker.
—¿Joker? ¿Cómo el de Batman?—pregunto emocionada Emily.
—Creo que ese no es el caso.—dijo con una pequeña risita Isabelle.
—¿Batman? ¿Qué es eso?—inquirieron los tres chicos.
—Es una película, ¿no la han visto? Bueno, no nos hagan caso sigan con su platica extraña.—sonrió Gin.
—Bueno, hemos traído esto.—comentaron ambos sacando un pequeño sobre con el símbolo de corazones en este— Se les esta invitando a todas al castillo del Rey.
—¿Castillo?—preguntó emocionada Kenneth y los gemelos asintieron con la cabeza, si era un sueño ese debía ser uno de los mejores para ella.
—P-pero, aun no estan todas juntas.—dijo nervioso el conejo.
—De eso no te preocupes.—habló Tweedledum— Puedes ir a dejar a estas Alice al castillo primero, y después ir por las demás o…
—¿O qué?—preguntó dudoso.
—Nosotros podríamos ir, o mandar a Cheshire.
—¿Ustedes ya se encontraron al gato parlanchín?—preguntó Eleanor confundida y Lottie la observó.
—Yo ya, fue algo raro y corto el encuentro.—suspiro la pelirroja.
—Prefiero la primera opción.—dijo cortante Liam.
—Como tu quieras.—respondieron ambos al unísono—Eso es todo.
—Muy bien, gracias por el aviso.—susurró Liam agarrando el sobre que los gemelos tenían.
—Espero volver a verlas pronto.—sonrió de lado Tweedledee observando de reojo a una de las pelirrojas, Gin exactamente y dedicándole una mirada algo extraña.
—Tal vez nos veamos antes de lo que esperan.—rió su gemelo y ambos comenzaron a caminar por el bosque, perdiéndose en el y volviendo a dejarlas solas con el conejo.
—Saben, ustedes son muy extraños aquí, hasta podría decir que algo locos.—dijo Ken.
—Quiero que nos digas que es lo que sucede.—habló Gin.
—No puedo, pero pronto lo haré, pronto estarán todas juntas.—comentó Liam comenzando a caminar— Síganme.
Y sin saberlo, el juego para aquellas chicas ya había comenzado, dentro de un rato se encontrarían en el castillo y después de ello conocerían a las demás Alice, pero lo que mas le aterraba al conejo era el castigo que recibiría por parte del Rey al no haberle avisado de su plan.
Algunas cuantas platicas y risas salían de la boca de las chicas, no se conocían en lo absoluto pero estaban comenzando a llevarse bien, y eso era lo importante.
Después de un largo recorrido ahí se encontraban, en frente del enorme castillo del Rey Rojo.
—En unos minutos, todo se les será explicado.—dijo el conejo sin siquiera voltearlas a ver y dejándolas con una gran duda, ¿Qué es lo que sucedería ahí adentro?
- OS:
Shooting StarLas estrellas, aquellas hermosas luces brillantes que permanecen en el cielo cuando éste está oscuro. Aquellas que pueden llegar a significar demasiado para una persona, esas que cuando pequeños nos asombran de sobremanera.
Estaban a punto de dar las dos de la mañana en Nueva York y cierto chico de cabellos rizados se encontraba caminando por el enorme Central Park. Su respiración se notaba agitaba, él estaba cansado.
—¿Dónde rayos estas?—se preguntó a si mismo mientras su vista se dirigía de un lado a otro tratando de encontrar a alguien.
Así se encontraba desde hacía ya casi tres horas, buscando en varios lugares a cierta chica de cabellos color café oscuro, casi negros, más no había tenido éxito alguno.
Cierta parte de él le decía que ya había sido suficiente, que dejara las cosas como estaban, que no la siguiera buscando y que fuera a descansar cómodamente a su departamento, pero otra parte de él, que era aún más fuerte, le decía que debía seguir buscando.
Sus pasos se dirigieron a uno de los árboles que estaban cerca y se recargo en él para después dar un largo suspiro mirando el pasto que yacía debajo de sus pies.
Giró en torno al enorme árbol, se le hacía conocida esa parte de Central Park.
Alzó su vista y una enorme sonrisa se formó en su rostro. Ahí estaba ella, sentada cómodamente en el pasto, tranquila, su mirada estaba en el cielo y la luz de la luna hacia que sus cabellos se vieran un poco más claros, fijamente observando las estrellas, pareciera que ni siquiera había notado la presencia del chico de ojos verdes.
El castaño se fue acercando lentamente a ella, tratando de no hacer ruido alguno, llegó a estar casi a un metro y medio de ella, sonrió aún más.
—Tardaste en encontrarme. Tonto.—susurró en tono divertido la chica.
—Lo siento. Jamás me imaginé que estarías… aquí.—suspiró y se sentó a lado de ella— Ellie, yo…
—No tienes que decir nada Harry, está bien.—sonrió la chica aún sin mirarlo.
Harry Styles y Elizabeth Parks, se habían conocido hace ya algún tiempo, justamente en ese mismo lugar, y en ese mismo lugar, hace dos meses Harry le había pedido a la de cabellos negros que le diera una oportunidad.
¿Quién diría que el pequeño Boris, el perro de uno de sus mejores amigos haría que ellos se conocieran? De hecho, Harry no se llevaba muy bien con él antes de ello, y ahora amaba a los perros. Pequeños accidentes que se vuelven en grandes memorias.
La razón del porque estaba la chica ahí era simple, hace algunas horas habían tenido una “pequeña” discusión por problemas de los celos de él. Nada nuevo y nada en especial, por así decirlo era algo “normal”.
—No está bien.—se regañó Harry a si mismo llamando la atención de Ellie— Te diré esto de una vez por todas Ellie.
—¿Qué cosa?—preguntó nerviosa la chica.
—¡Que te quiero! ¡Demonios!—gritó Styles y los ojos verdes azulados de la chica se abrieron abruptamente, él nunca le había dicho tal cosa, más bien, él nunca decía esas dos palabras, Harry era el típico casanova que sólo estaba contigo por unos días y después se olvidaba completamente de ti — Si, te quiero y soy un idiota porque soy de esa clase de personas que nunca sabe como expresarse, de esas personas que no podemos decir tan facilmente lo que sentimos. Y si, igual sé que muchas veces puedo ser un completo patán, puedo ser muy celoso, soy un molesto de primera. Tengo miles de defectos Ellie, lo sé.—tomó una gran cantidad de aire y un sonrojo pasó por las mejillas de ambos— Pero esto es cierto, te quiero, y quiero que sepas que lo digo en serio, puede que sea lo único que en verdad sepa en estos momentos y es lo único que me importa ahora.
—Harry…—dijo Ellie, no sabía que responderle, no sabía como reaccionar pero una sonrisa tierna se formó en sus labios— Yo igual te quiero, tonto.
Y aquella simple respuesta de parte de Ellie había hecho que Harry sonriera y se abalanzara encima de ella, dándole un largo y tierno beso en los labios, el cual fue correspondido dulcemente, ambos rieron y se separaron un poco, sus frentes aun chocaban.
—¿Sabes qué yo igual soy celosa?—el de cabellos rizados asintió sonriente, le encantaba ver celosa a su chica, porque si, para él, ella era suya— Bueno, pues te lo hago saber de nuevo.
—Bueno, ¿te he dicho que odio a todos los chicos que están detrás de ti? ¿Si? —ella asintió divertida— Bueno, pues te lo repito. Odio a los que te hablan, te mandan mensajes, llegan a comentar en tus fotos o en tus cosas. A todos.— habló seriamente— Pero quiero que sepas algo aún mas importante.
—¿Qué cosa?—inquirió curiosa la chica siendo abrazada por Harry.
—Que me alegra haberte conocido.—sonrió y dio un pequeño beso en la frente de ella.
—Me alegra que Boris te haya hecho caer en el pasto.—rió y Harry igual lo hizo.
—A mi me alegra que tu te hubieras preocupado por un desconocido al que el perro de su amigo hizo correr como un idiota.—sonrió y alzó su mirada, encontrándose con el cielo, lleno de estrellas, esa noche estaba siendo hermosa—Hagamos algo.—volvió a llamar la atención de la chica y sus miradas chocaron— Nosotros estaremos juntos, hasta el día que se acaben las estrellas.—
Ella alzó la mirada y sonrió, se acercó lentamente a él y deposito un corto beso en los labios de él.
—Hasta que se acaben las estrellas, Harry.— ambos sonrieron.
Ahora ahí se encontraban los dos, juntos, observando las estrellas, las cuales ahora, tendrían un gran significado para ambos. Porque pequeños momentos, pequeños detalles, se convierten en grandes recuerdos y son aquellos, los que mas recordamos con los años. Y de algo estaba seguro el chico de ojos verdes, no dejaría ir a Ellie tan facilmente, mas bien, nunca lo haría porque como ya había dicho y prometido, ellos estarían juntos hasta que se acabaran las estrellas.
Escribes demasiado hermoso, Ale. me encanto, suerte entonces.<3
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Re: At the heart of the question | Resultados.
Sophia. escribió:Lore. :c Después de pensarlo mucho no creo poder audicionar. No creo conectarme mucho ahora en Diciembre, y el tiempo me esta ahogando. Yo seré lectora. c:
Ay Soph. :c Yo con tantas ganas de tenerte por acá. Pero es tú decisión, no quiero involucrarme en eso, y en parte te comprendo. Nos estaremos hablando por ahí. c: Entonces te espero en el tema, bby.
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Re: At the heart of the question | Resultados.
Cuándo la Chachi me mande su ficha, les digo los resultados. c:
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Re: At the heart of the question | Resultados.
no temas de miPushi. escribió:Espero los resultados
Aunque estoy nerviosa bc está Steph, y Cami, y ay
No importa, mis esperanzas suelen ser bastantes altas (?)
Bai <3
peralta.
---------
Re: At the heart of the question | Resultados.
but, es que vos... sos muy aljdlsdjsdlsjdld y yo soy yo (?) but no importa, soy machito y me la aguanto (?)Alouette. escribió:no temas de miPushi. escribió:Espero los resultados
Aunque estoy nerviosa bc está Steph, y Cami, y ay
No importa, mis esperanzas suelen ser bastantes altas (?)
Bai <3
pd: vino Sky ctm, omg, no. D:
khaleesi.
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Re: At the heart of the question | Resultados.
Ay Evy hahaha, ¿eso qué? Todas tenemos oportunidad c: no te impacientes por eso xdPushi. escribió:but, es que vos... sos muy aljdlsdjsdlsjdld y yo soy yo (?) but no importa, soy machito y me la aguanto (?)
pd: vino Sky ctm, omg, no. D:
peralta.
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Re: At the heart of the question | Resultados.
Antes de decir otra cosa, Chachi. ¿por cual papel vas?
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Re: At the heart of the question | Resultados.
por la psicóloga con mi súper ship, ahque.
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Re: At the heart of the question | Resultados.
¿Eso qué? así que no negás que sos asdjsdlsdjsldjsdl ah.Alouette. escribió:Ay Evy hahaha, ¿eso qué? Todas tenemos oportunidad c: no te impacientes por eso xdPushi. escribió:but, es que vos... sos muy aljdlsdjsdlsjdld y yo soy yo (?) but no importa, soy machito y me la aguanto (?)
pd: vino Sky ctm, omg, no. D:
idk, me pongo nerviosa D:
khaleesi.
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