Runaways | novela colectiva.

Todos vieron asustados como Birdie estaba inconsciente en el suelo y pararon la pelea. Tony se acercó rápidamente a ella seguido de Damon. Buscaron una toalla pequeña y se la pusieron en la frente. Charlotte le envió una mirada asesina a Nirvana, y ella no entendía el porqué. Así que decidió apartarla y enfocarse en Birdie. Minutos después despertó y todos suspiraron aliviados. Se subieron a la camioneta mientras Birdie hablaba con Tony sobre lo sucedido.

Nirvana se sentó al lado de Lola tratando de estar lo más alejada posible de Charlotte y Connor que mantenían una charla junto a Zayn y Ellie dos filas delante de ella. Nirvana fulminó con la mirada a la primera. La música estaba puesta, pero por la discusión que Destiny y Josh tenían, a penas se escuchaba.

Pensó en la escena que había visto hacía 2 días, en la que Niall la cubría con una manta y la abrazaba. Ella había organizado ese viaje para dejar el pasado atrás, para comenzar de nuevo. Pero tal parecía que Charlotte no quería dejar de ser la misma prostituta barata que se vende a cualquiera.

-¿Nunca podrás dejar de ser una perra verdad Lottie? –susurró al ver como murmuraba algo al oído de Connor.

-¿Dijiste algo? –preguntó Lola volteándose a ella.

-Solo que… no veo la hora de llegar –inventó Nirvana sonriéndole.

-Yo tampoco. Estoy muy emocionado –dijo Mathias que se unía a la conversación- jamás pensé que podría visitar Nueva York.

-Ni yo –admitió Lola- pero gracias a ti, ahora podremos –le sonrió Lola.

Siguieron hablando durante el trayecto. Nirvana enviaba de vez en cuando miradas de reojo hacia Charlotte y su grupo. Y no podía evitar que la sangre le hirviera cada vez que ella soltaba risas y se echaba el cabello hacia atrás.

-Bueno. Llegamos –anunció Josh deteniendo el vehículo- y no gracias a Destiny.

-Y tampoco gracias a ti –Des rodó los ojos cerrando la puerta del copiloto.

-Es verdad. Fue gracias a la señora a la que le pedimos indicaciones –dijo Niall estirando los brazos al bajar.

-No habría necesitado las indicaciones si tan solo alguien –remarcó la palabra viendo a Destiny- supiera leer mapas.

-Te dije, gira a la derecha ¿y tú que hiciste? –se defendió Des- girar hacia la izquierda.

-¡Hey! –llamó la atención Connor- Dejemos la discusión para después. ¡Estamos en Central Park! –extendió los brazos hacia la entrada del parque- ¡A divertirnos!

Leilanie tomó su brazo y juntas entraron al hermoso parque. El clima allí estaba más cálido que en Detroit. El sol tocó la piel de Nirvana calentándola como nunca la había calentado. Observó los brillantes y frondosos árboles verdes, las coloridas flores y la bonita fuente que había en el centro. Nunca había visto algo tan hermoso en su vida. El árbol con más vida que había logrado ver, era uno que estaba en la entrada de la escuela, pero ese, incluso en primavera, estaba medio completo.

-¡No puedo creerlo! –chilló Leilanie saltando de alegría.

Nirvana sonrió ante la felicidad de su mejor amiga. Leilanie tuvo una parte importante en cuanto a atreverse a hacer su idea una realidad. Sabía lo que su amiga sufría con su padrastro todas las noches. En cambio ella solo tenía que aguantar que su mamá le quemara los cigarrillos en los brazos y piernas algunas veces, y no comer todos los días, comparado con lo de Lei, no era nada. El hecho de que Lei se sintiera sucia, de tener que aguantar que su padrastro la tocara contra su voluntad, no le cabía en la cabeza. Por esa razón Nirvana le tenía un profundo respeto a Leilanie, la fuerza que la castaña tenía era inigualable.

No como Charlotte, ella iba todas las noches a cualquier esquina con tal de conseguir un poco de dinero. Como su madre, posiblemente hasta se conocieran.

-Ven Nirvana –Leilanie la haló hasta quedar frente a un chico que tocaba la guitarra y cantaba bastante bien una canción de la agrupación que llevaba por nombre.

-Amo esa canción –dijeron ella y Charlotte al mismo tiempo.

Nirvana la fulminó con la mirada y la castaña la retiró rápidamente.

-Pues yo también amo a Nirvana –dijo Leilanie tratando de alivianar la atención.

-¿Y quién no? –Mathias se colocó al lado de Leilanie para escuchar las últimas tonadas de la canción. Todos aplaudieron.

-Veo que tenemos mucho en común –Connor se metió en la conversación hablándole solamente a Charlotte. Que se sonrojó por la mirada del ojiazul.

-Oh sí que felicidad –dijo sarcástica Nirvana pasando entre ellos dos.

-Te pasa algo. Así que ahorrémonos la contradictoria y dime que es –Leilanie se atravesó en su camino.

-Nada –bufó la castaña cruzándose de brazos. Su amiga enarcó una ceja y colocó sus brazos en las caderas. Cosa que solo podía significar que Lei no dejaría de molestarla hasta saber la respuesta. Nirvana suspiró relajando su cuerpo- Es Charlotte –dirigió su mirada donde ella y los demás todavía veían al guitarrista.

-Lo supuse –admitió su amiga- ¿Pero exactamente qué es lo que te pasa con ella?

-Es que es una perra –soltó Nirvana- Solo mírala. Coqueteándole a Connor y a Niall al mismo tiempo –señaló.

-Entonces estás celosa –río Leilanie recibiendo una mirada asesina de su amiga.

-¡No estoy celosa! –chilló- ¿Cómo se te ocurre eso?

-No mientas –río Leilanie.

-No estoy mintiendo –volvió a chillar Nirvana.

-Cuando mientes tu voz se poner chillona.

-No es verdad –replicó aclarando su voz.

Su amiga la examinó con la mirada. Sí que la conocía.

-Pero también es por el simple hecho de jugar con dos corazones Lei. Me recuerda a mí madre –recordó Nirvana- y yo odio a  mi madre.

-Está bien –Leilanie suavizó su tono de voz y lo hizo comprensivo- pero contrólate. Porque cuando una persona no te agrada sé de lo que eres capaz –le advirtió Leilanie- y eso solo provocará problemas.

-No prometo nada –dijo Nirvana con una media sonrisa.

-Oh Dios esa sonrisa –se lamentó Leilanie- Nirvana –la sujetó por los hombros- ¿Crees que asesinando a la chica que le gusta a Connor tú le gustarás?

-No estaba pensando en asesinarla. Pero podría hacerlo parecer un accidente –murmuró recibiendo otro regaño de su amiga.

-Te estaré vigilando Rossi –Leilanie entrecerró los ojos al tiempo que soltaba a Nirvana.

Volvieron junto al resto del grupo y caminaron por el grandísimo parque observando todo a su alrededor. Algunas personas los miraban de manera despectiva, como si fueran forasteros. En parte lo eran. Sus ropas no se comparaban con las de los habitantes de allí. Eran harapientas y parecían no haber recibido ni un rayo de sol durante toda su vida, lo cual era cierto. Pero no les importaba, al fin eran felices y nada podía arruinárselos.

-Estoy exhausta –dijo Charlotte sentándose al borde de una fuente cercana.

-Igual yo –Damon se dejó caer a su lado.

-No sabía que esto era tan grande –Birdie se acostó en la hierba frente a la fuente.

-Vamos a comprar el almuerzo –le dijo Leilanie a Nirvana señalando una carreta de hamburguesas.

-Voy con ustedes –se levantó Zayn.

-Y yo –se unió Lola.

Se acercaron a la carreta y pidieron la comida. Nirvana mientras esperaba, ideaba algo para dejar a Charlotte en ridículo frente a todos. Tal vez podría hacerla tropezar frente a un charco de lodo, o dejarla encerrada en algún lugar y deshacerse de ella de una buena vez por todas.

-Pásala por favor –gritó un chico al grupo.

Una pelota de fútbol rodó hasta los pies de Nirvana. Esta sonrió. Su oportunidad estaba frente a ella. Vio al chico y estaba justo detrás de la fuente donde Charlotte examinaba distraídamente el parque. Calculó y golpeó la pelota con todas sus fuerzas. Esta le dio a Charlotte de lleno en el delgado estómago antes de caer al agua.

-¡Charlie! –exclamó Lola corriendo a la chica.

Leilanie volteó a la fuente con sorpresa, luego hacia Nirvana con desaprobación. La castaña se encogió de hombros reprimiendo una sonrisa con inocencia. Corrieron hacia donde una empapada Charlotte intentaba incorporarse.

-¿Qué pasó? –preguntó Connor acercándose preocupada. Nirvana rodó los ojos.

-Yo. Lo siento –se disculpó falsamente la castaña- Intentaba pasársela al chico que está atrás. Al parecer no tengo buena puntería.

Charlotte la fulminó con la mirada. Muchos de los que pasaban por allí comenzaron a carcajearse por la escena y el estado de la castaña. Esta, por su parte, comenzó a soltar gemidos, como si fuera a lanzarse a llorar de un momento a otro. Al ver eso, y sin pensarlo dos veces, Connor se metió a la fuente también y comenzó a saltar y tirar agua.

-¿Qué haces? –preguntó Birdie riendo.

-Si quieren un espectáculo –Connor agarró a Birdie del brazo y la tiró a la fuente con él- lo tendrán.

Uno a uno, el grupo de chicos comenzó a meterse a la fuente mientras Nirvana los miraba horrorizada. Obviamente su plan no había funcionado. Connor por hacerse el lindo con Charlotte terminó haciéndolo un juego.

-Veamos si así se te bajan los humos –murmuró Leilanie antes de tirarla a la fuente también.

Eso sí funcionó. Nirvana olvidó su enojo y se divirtió tirándoles agua a todos, incluso a los que pasaban cerca de la fuente. Parecían un grupo de locos. Riéndose y haciendo un gran escándalo, pero simplemente se estaban divirtiendo como nunca lo habían hecho en su vida. Después de casi media hora metidos en la fuente, un policía los obligó a salir, pero a pesar de eso, no podían borrar la sonrisa de sus rostros.

-No estuvo mal, ya necesitaba un buen baño –río Niall exprimiendo su ropa.

-Todos lo necesitábamos –dijeron al mismo tiempo.

-Algunos más que otros –bromeó Josh observando a Destiny, todos rieron.

-No podemos quedarnos así –señaló esta ignorando el comentario de Josh.

-Entonces regresemos a la furgoneta y saquemos ropa –sugirió Nirvana encogiéndose de hombros.

-Alguien tiene que ir por las hamburguesas –recordó Niall.

-No me molestaría comer mojada –Lola se encogió de hombros.

El señor al que le habían pedido la comida se las dio todavía riendo por lo que había visto. Se sentaron en una de las mesas y comieron todavía riendo. Al terminar, se dirigieron a la furgoneta y sacaron sus cosas y se metieron a uno de los baños.

-¿Te ayudo a cambiarte? –le dijo Josh a Destiny pícaramente.

Nirvana se metió al baño antes de poder escuchar el comentario de Destiny. Se metió a un cubículo y escuchó como al rato las demás entraban. Se secó y cambió la ropa, no quiso meter la ropa mojada en la mochila porque esta podría mojarse y salió.
Se miró al espejo, se veía igual de demacrada, pero al menos no se sentía de la misma manera. Una figura apareció detrás de ella. Se giró rápidamente para enfrentarla.

-Sé que lo hiciste a propósito –murmuró Charlotte para que las demás no la escucharan.

-A pesar de ser puta eres lista Harlen –se burló Nirvana.

-Te metiste con la persona equivocada Rossi –amenazó la castaña acercándose peligrosamente a la ojiazul.

-Tú te metiste con la equivocada –Nirvana le sostuvo la mirada.

-La guerra inició entonces –Charlotte salió del baño moviendo las caderas y dando pisadas fuertes.

-La guerra ya estaba iniciada desde que te metiste con Connor –murmuró Nirvana con malicia.