"The Boyfriend League" (joejonas & tu)

Estaba sorprendida.

—¿Tú hablaste sobre mí? ¿Eso fue antes o después de que te hablara en la caseta?

—Antes.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué había allí para decir?

—Bueno, ustedes dos, hagan espacio para nosotros. —Tiffany dijo, mientras regresaba del puesto de venta entregándole una botella de agua a Joe y empujándolo de la manta que compartían.

¿Qué podían haber estado diciendo de mí?

Nick se sentó a mí lado.

—Sé que dijiste que no querías nada, pero desde que baje aquí…

—Gracias. —Me forcé a sonreír para no mortificarlo sobre la conversación en la colina. Tomé la botella que me ofreció.

Se inclinó sobre mí.

—Tu hermana es graciosa.

—Oh, sí. Ella es una Rita Rudner regular.

—Ella dijo que nunca ha ido a un juego de basquetbol. Eso es muy anti-americano.

Parecía realmente consternado.

—Ella se mantiene ocupada en otras cosas.

—Así que ella estaba diciendo, “Hombre, no tengo ni idea por qué las reinas de belleza trabajan tan duro”.

—Ella no es realmente una reina.

—Pero usa una corona,

—Técnicamente, creo que es una tiara.

—Así que, ¿qué es? ¿Una princesa?

Ella tenía una camiseta con diamantes de imitación de plata con la palabra PRINCESA tallada en ella.

—Supongo. —Lista para seguir adelante.

Él tomó mi mano. Realmente la tomó. Espere por la chispa que sentía cada vez que tocaba a Joe, pero no pasó nada.

Quiero decir, Nick tiene una buena mano. Tibia. Un poco áspera en la superficie. Me gusta sostener su mano. Casi me hace olvidar como se siente la de Joe.

Nick sonrió.

—Está bien, hemos cubierto lo gratis y lo barato. ¿Qué más hay para ser en este pueblo?

Por el recordatorio del concierto, su atención estaba en mí. Hablamos de muchas cosas. Su negocio principal, el hijo de su hermana; estaba planeando ir a su casa el próximo fin de semana porque es su cumpleaños. El divorcio de sus padres; detestaba ser una estadística. Su sueño de jugar en las mayores para los astros de su ciudad natal.

—¿Sabes cuál es la peor parte de una cita? —Me preguntó.

—¿Darte cuenta de que fue un error?

Se rió y luego se puso serio.

—¿Es porque piensas que ésta es uno?

—Oh, no, para nada. —Pero no pude evitar preguntarme si tal vez lo era para él.

—Bien. De todas maneras, ¿la peor parte? Estar preocupado por el beso de buenas noches. Eso le da mucha presión a un chico… construyendo todo hasta ese momento. ¿Quién lo necesita? ¿Sabes?

No supe que decir. Estaba un poco decepcionada. Primera cita oficial. No beso.

—Nunca pensé de eso sobre esa manera.

—Pero tengo una solución para eliminar la presión.

—¿Oh, sí?

—Sí. Vamos a acabar de una vez con esto.

Y me besó.

Fue mi primer beso público, en frente de miles de personas.

Está bien, tal vez solo había doscientos en el concierto. Había oscurecido y yo de verdad, de verdad, esperaba que Joe no viera eso, que no estuviera al otro lado de Tiffany diciendo. “Parece que Nick está llegando a primera base con tu hermana.”

Anoche, él y yo nos estábamos besando y ahora me sentía consciente que menos de 24 horas antes estaba besando a otro. Besando a alguien que estaba tratando de “Acabar de una vez”.

No es el movimiento que iba a ganar un diez en la escala de romanticismo.

Aun cuando el beso fue un diez.

Bueno, tal vez un ocho, porque todo tipo de dudas pasaban por mi mente. ¿Acaso él quería presionar su boca con la mía? ¿Era esto un beso de obligación?

¿O solo estaba nervioso y preocupado sobre el final de la cita?

¿Y Tiffany qué estaba pensando?

Fue una cara o cruz en cuanto a qué era peor: besar en frente de ella o besar en frente de Joe.

Nick se apartó y aun en la oscuridad, podía ver el blanco de su sonrisa.

—No más presión.

Me tomó la mano y se inclinó hacia delante como si quisiera escuchar más atentamente al concierto.

Desafortunadamente, eso me dio una clara vista de que Joe estaba mirando en mi dirección.

Sentí el deseo de disculparme, lo cual era tonto. Nick era mi cita. Incluso podría ser más. Él podría estar rodeando la primera base para volverse mi novio.

Era un poco más de las once cuando llegue a casa. Tiffany y Joe fueron a sus cuartos, dejándome sola en el porche con mi cita.

—Lo pasé bien. —Me dijo.

—Yo también.

—Tal vez podríamos hacerlo de nuevo.

—Eso me gustaría.

—Sabes, me estoy como arrepintiendo de haber ido de una al beso. Arruinando tener nada que esperar al final de la cita.

Le sonreí.

—Sí, eso es una desventaja.

—Entonces, buenas noches. Son un beso de buenas noches.

—Buenas noches.

Dio un paso fuera del porche. Luego se volteó hacia mí.

—No puedo hacerlo. —Me dijo, y me dio otro beso.

Luego sonriendo ampliamente, como si estuviera orgulloso de sí mismo, se fue.

Cuando entré, mi madre esteba esperando en el vestíbulo y dijo:

—¿Cómo estuvo el concierto?

—Ruidoso.

Tiffany y Joe estuvieron donde no los pude ver, así que asumí que estaban arriba de las escaleras.

—Tiffany que fue divertido.

—¿Dijo algo más?

—¿Algo como qué?

Me encogí de hombros.

¿Que ella me había visto jugando un juego de hockey con mis amígdalas? ¿Qué si fue ruidoso?

—¿Estas bien?

—Estoy bien. ¿No se suponía que reemplazarías el cartón de helado faltante? Te deje una nota.

—Tu padre lo hizo.

—Genial.

Saque la caja de helado de galleta con chispas de chocolate fuera del congelador, agarre una cuchara y fui arriba. Iba ir a mi habitación pero note la luz parpadeante en el salón de juego. La TV estaba prendida, las luces apagadas y las puertas cerradas.

Miré a través de uno de los paneles y pude ver a Joe sentado en una silla reclinable con su espalda hacia mí, porque la silla estaba en medio del salón, justo enfrente de la TV.

Debatí conmigo misma. Ir a mi habitación o unírmele a Joe en la habitación de juego.

Empuje la puerta e hice un audible sonido de clic que pudo ser escuchado aun con la TV prendida.

Joe miró por encima de su hombro.

—¿Puedo entrar? —Le pregunté.

—Hey, está es tu casa. Tu TV y tu TiVo.

Sonriendo, entre a la habitación y cerré la puerta detrás de mí.

—De hecho, técnicamente todo lo que mencionaste pertenece a mis padres.

Me senté en la silla doblando mis pies debajo de mí, tomé la tapa de cartón del helado, lo puse en una pequeña mesa de vidrio detrás de mío y saque una gran bola de galleta.

Comí helado y apunte con mi cuchara vacía hacia la televisión.

—¿Así que eres fan de House?

El bateo el TiVo en el botón de pausa justo a la pantalla plana.

—Solo he visto unos episodios. No estoy seguro si me gustaría que ese tipo fuera mi doctor.

Me reí.

—Te escucho. Parece que él tiene muchos diagnósticos errados. Mi padre tiene este irritante había de darle al botón para ver cuánto tiempo falta cada vez que viene un diagnóstico. Si falta mucho tiempo, se va. Eso no es todo. Ni siquiera sé porque les gusta el programa. No es como si los síntomas significaran algo para nosotros y que pudiéramos averiguar que está mal en los pacientes.

—Creo que a la gente le gusta que House dice alto a las cosas que todos quisiéramos decir.

Y me pregunte si hay cosas que él quiere decir.

—¿Puedo ser honesta? —Le pregunté.

—Claro, pero ya sé que vas a decir. Te gusta el que hace Chase.

Me reí, diciendo no admitir que había sido raro besar a Nick enfrente de él.

—Cuando habla, claro. Tengo una debilidad por los acentos. La guía de TV lo nombró uno de los hombres más sexy de la TV. Y si la Guía de TV lo dice, es la verdad. Apuesto que te gusta Cameron.

Me sonrió.

—Cuddy.

—Ah. Creo que ella es la favorita de papá, también. No le digas a mi madre —le doy otra cucharada al helado—. ¿Seguro que no quieres nada?

Se encoge de hombros y se inclina hacia mí.

—Está bien. Voy a tomar un poco.

Fue algo que no había esperado y algo que me dejó preguntándome que hacer.

¿Meter mi cuchara en su boca?

Sentí una fría gota en la mano que sostenía el cartón y me di cuenta que mi cuchara estaba suspendida y el helado estaba empezando a derretirse. Lo extendí hacia él, viendo como su boca se cerraba en mi cuchara.

¿Ahora qué? No estaba para nada acostumbrada a alimentar a hombres.

Envolvió su mano en mi muñeca y la guio hacia atrás. Miré el aprecio deslizándose sobre su cara como chocolate caliente en una Banana Split.

—Sabe a ti. —Me dijo.

El calor sonrojo mi cara.

—Uh, sí. Mi brillo de labios tienes el mismo sabor.

—Creo que se acaba de convertir en mi sabor favorito.

Está bien. ¿Así que fue un respaldo de mi beso?

—Dijiste que nunca lo habías probado antes.

—No lo había hecho.

Lo miré.

—Es uno de los más famosos. ¿Cómo no habías podido probarlo?

—Yo no soy de tendencias. Solo porque alguien más lo haga, no quiere decir que yo también lo haga.

Miré abajo viendo el helado derretirse en el cartón.

Recordé su sabor. Cereza. ¿Y él de Nick?

Realmente no podía decirlo.

Fue raro cuando ya no ahonde el helado con gusto.

—Antes dijiste que Nick y tú hablaron de mí. ¿Qué exactamente?

—Solo las cosas usuales de chicos.

—¿Cómo qué?

—Como lo mucho que le gustas.

Mis inseguridades estaban circulando.

—¿Le guste antes de Dave and Bubba´s? ¿Antes que Tiffany me pusiera a través del cambio de imagen?

—¿Por qué no ibas a hacerlo?

Sonaba completamente desconcertante, como si tal vez le hubiera preguntado a Tiffany algo de estilo.

—Está bien. Antes, cuando mencione lo de ser honesta, solo quería decirte que fue raro besar a Nick enfrente de ti, porque yo no beso chicos enfrente de las personas. Así que, de todos modos, solo quería que lo supieras.

—Considéralo escuchado.

—Está bien, entonces.

Me levante.

—¿Quieres que deje esto contigo?

—¿Segura que no te importa?

—Nah —le deje el cartón y la cuchara—. Disfrútalo.
Mi oferta no era totalmente generosa. Me tome el perverso placer de pensar que iba a pensar en mí cada vez que cogiera helado.

Me pregunte si él hubiera sido mi cita de esta noche si no estuviera viviendo en mi casa.

¿Sería muy rudo pedirle que se mudara?