City Of Angels. {Nc

-Lo cierto señor Smith, es que no es el tipo de fotografía que suelo hacer. Ni si quiera es modelaje y no creo verme cómoda siguiendo a ese cantante famoso para estar entremetiéndome en su vida, así que si me lo permite señor. Con todos mis respetos anulo mi petición para el trabajo como fotógrafa, siento que haya perdido el tiempo con migo pero creo que tal vez debería especificar el tipo de trabajo que usted desea. Me retiro y ha sido un placer señor Smith-le dije al hombre que estaba frente a mi con la mirada seria y el ceño fruncido. Al parecer Los Angeles no estaba resultando ser mi lugar de suerte, ya he ido a varias entrevistas y desgraciadamente todas piden trabajos mediocres que una niña de siete años puede hacer con su móvil de última generación, parece mentira que no sepan algunos ver el arte que de verdad hay, pienso. Después me retiro con un apretón de manos con el hombre maduro de en frente mía.


Ahora a mi trabajo de verdad. Que en realidad es una tienda de discos, es bastante barata aun que tampoco recibe demasiadas visitas pero me pagan un salario, como expresarlo con exactitud, suficiente para permitirme un caprichito mínimo y sobrevivir en mi mediocre apartamento compartido con una chica, que empiezo a pensar seriamente que es prostituta por la cantidad de visitas que recibe. En fin que vine pensando que esto sería realmente asombroso y en parte estoy un tanto decepcionada, ¿pero sabéis que es lo que hace que me olvide? El hermoso paisaje que hay a mi alrededor, esos amaneceres y atardeceres tan increíbles, las pequeñas cosas que se logra ver observando y sin duda tengo paz y tranquilidad para vivir mi vida. Igualmente en caso de alguna urgencia puedo utilizar mi tarjeta de crédito.


Paro en una cafetería y me cojo algo rápido para desayunar e ir a la tienda a trabajar. Pero al salir de la tienda un olor, probablemente varonil hace que me gire, pero para mi desgracia solo consigo ver un pie entrando a la cafetería así que sigo mi camino. Seguramente os estaréis diciendo lo emocionante que tiene que ser trabajar en una tienda de música como esta, pero no os engañéis esto no es la película de la era del rock, no nos ponemos a bailar cada vez que alguien nos pregunta por un disco y lo encontramos ni decimos “en serio, este también es mi disco favorito”. Definitivamente no, mi trabajo es ordenar discos de vinilo o cds, soportar preguntas estúpidas e bromas varias y cobrar en la caja. Así durante horas, así que mi único entretenimiento es hablar con Jack, es el único que me saca una sonrisa en aquél lugar. Y aun que desde que entré en el puesto me ha estado tirando los tejos lo cierto es que no me interesa del todo, lo veo más como un amigo y me da un tanto de pena por el, pero aun que es terriblemente guapo y esta muy bueno –para que engañarnos- no me acaba de atraer, puede que sea por que soy rara o por que soy demasiado enamoradiza pero soy así.


Jack me invita a comer, cosa que intento evitar pero no consigo, desgraciadamente este es un chico muy insistente. Comemos algo rápido como siempre para luego seguir al trabajo, él me cuenta de su vida, al parecer no es tan inofensivo lo cierto es que le veo un tanto desesperado, lo cierto es que no lo se, pero tal vez debería hacerle conocer a mi compañera de piso. Volvemos al trabajo, finalizo a las siete. Me cambio el uniforme y me pongo mi ropa, luego cojo mi cámara y mi bolsa para irme.


Doy vueltas por la calle, lo cierto es que no tengo rumbo así que simplemente admiro el mundo viendo si algo me interesa. Capturo varias fotos , el mar, los niños jugando y sus preciosas y amplias sonrisas, pequeños detalles en los que me voy fijando y me van gustando. Me siento sobre el borde grueso que hay en el paseo de la playa para seguir captando los instantes que me parecen más bellos, voy intentando ver algo con mi objetivo cuando alguien se sienta sobre donde iba a enfocar para hacer la foto, iba a quitar mi ojo de la cámara para decirle algo cuando me fijo en uno de sus pequeños detalles, tiene el pelo castaño con rizos cayéndose le y con el objetivo a tope consigo ver algo de su rostro, sus preciosos ojos semi verdosos y azulados. Entonces mi estómago se revuelve, yo sigo con la boca abierta desconcertada guardo la cámara y me marcho de aquél lugar. Ni si quiera se por que lo he hecho, la verdad es que no quería lo que realmente deseaba era quedarme a averiguar el rostro de aquél desconocido por completo. Pero sin embargo ahora ya me encuentro a unas calles de mi apartamento y seguramente ese chico ya se habrá ido para cuando yo haya vuelto.


Abro la cerradura y me encuentro a Madison que va con un vestido blanco con algunos detalles y realmente corto, hago una mueca y cierro la puerta, después dejo mis cosas sobre el sofá.


-¿Hoy también sales?-le pregunto con un tanto de indiferencia.
-Si, la verdad es que si- me dice ella pintándose los labios frente al espejo de al lado de la puerta, después se gira y me mira dispuesta a hablarme- Deberías probarlo alguna vez.
-¿El qué, coger alguna enfermedad sexual como el sida?-le pregunto irónica- No, gracias.
-Ha,ha. Que graciosa-me contesta haciendo una pose y posando sus manos sobre las caderas- me refiero a salir, siempre estás metida en casa y no se creo que te vendría bien salir, por que pareces bastante amargada.
-Pero si yo…-no me deja acabar ya que me interrumpe.
-Si, lo se. Eres una fotógrafa enamorada del mundo que prefiere quedarse aquí en vez de salir a dar una vuelta para desconectar, si es muy normal-me contesta ella con un tono irónico para luego marcharse por la puerta.


Genial, ahora mi compañera de piso me deja ridiculizada, des de luego el día no puede ser mejor. Como algo que encuentro en el refrigerador, me hago un moño con el cabello y me dirijo al baño. 


Definitivamente necesito un buen baño para relajarme. Me deshago de mis prendas de vestir, lleno la bañera, hecho los chorros de jabón y especias naturales un poco de música y relax absoluto.


Me quedo medio dormida y me despierto sobre saltada con una imagen en mi mente, los ojos preciosos de aquél joven misterioso.