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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Special A!
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2.
Capítulo II
Kelsey Kern.
—Yo creo que deberíamos hacerlo por mayoría de votos —sugiere Tsuki, juntando las palmas de sus manos frente a su pecho, con una sonrisa en rostro.
Recibe varias miradas, algunas de irritación y otras de ternura.
—Insisto en que el de mermelada de fresa es mejor —Liam se encoge de hombros en su asiento y toma un sorbo de su té.
—No, el de zarzamora es mejor, ¿cuándo lo entenderán? —golpea levemente la mesa con su puño Spencer, con una cara de desesperación casi como si una bomba estuviera a punto de estallar.
Discusiones llenaron el invernadero. La mayoría participa y al hablar simultáneamente, para quienes permanecemos al margen de todo, sus palabras son indescifrables.
Veo por el rabillo del ojo a Harry, disimuladamente, quien permanece en su asiento, a mi lado derecho, en el centro de la mesa, callado y tomando su té, absorto en sus pensamientos. No parece estar al tanto del tema de discusión. Un tema realmente ridículo, pero que al parecer mantiene a todos entretenidos mientras defienden su opinión.
Todos nosotros, miembros del Special A, hasta hace dos días, fuimos —prácticamente— puestos en cuarentena del resto del Tomlinson College. Nadie protestó, puesto que nuestros padres nos enseñaron y educaron para obedecer órdenes de nuestros mayores. Y siendo sinceros, me siento aliviada por el cambio. Es decir, no es de lo más cómodo que adolescentes hormonales te espíen por la ventana de las aulas mientras que estás en clase o que te sigan hasta el baño con la excusa de “escoltarte”, y cómo olvidar todas esas cartas insertadas en los casilleros, llenas de declaraciones de amor o, cómo no, también llenas de odio y amenazas.
Frunzo los labios y suspiro, cansada.
—Ya paren, chicos —murmuro, masajeo mis sienes, mis codos apoyados en la mesa.
Fue suficiente para que, efectivamente, dejaran de hablar.
—¿Tú qué opinas, Kels? —me pregunta Louis, arqueando sus cejas y bebiendo también un sorbo.
—Sólo hay que comprar dos cajas de mermelada: una de fresa y otra de frambuesa.
La voz de Harry interviniendo y contestando por mí, provoca que todos lo volteemos a ver y hasta Hayley levantara por una milésima de segundo la vista de su libro de texto.
Lo siguiente es silencio y varios se encogen de hombros como respuesta. Bajo la mirada hacia mi taza, de repente maravillada por su forma.
Lanzo patadas al costal, lo golpeo con toda mi fuerza y no pasan ni dos minutos cuando lanzo el mismo al otro lado de la habitación.
—Ups… —murmuro y limpio las dos gotas de sudor que comienzan a recorrer mi frente con el borde de los guantes protectores de tela.
Hora de educación física. En realidad, la clase de educación física no cuenta con un horario fijo. Nosotros somos libres de ejercitarnos cada que queramos. Bueno, siempre y cuando nos largáramos del colegio antes de las 7 de la tarde.
Para entonces, sólo los chicos y yo estábamos en el lugar, a excepción de Spencer, Landon y Niall. El día está nublado, pero se presiente que no lloverá hasta la madrugada y Louis, Liam y Zayn juegan fútbol a la intemperie, cerca del bosque, mientras que yo estoy en el enorme gimnasio. El cual además de contar con aparatos propios de un gimnasio, tiene la enorme piscina profesional y en una habitación aparte, un jacuzzi para descansar.
Harry dijo que se iría a cambiar. Eso fue hace cinco minutos, pero lo más probable es que su padre o Bruno —su tutor y vicepresidente en la empresa— lo hayan llamado y solicitado para algún detalle a resolver.
Visto unos pantalones pants de licra gris, que se adhiere a mi piel sin dejar ni un centímetro entre ella y mi piel, los cuales terminan en la mitad de mis pantorrillas. Una playera vieja de mi padre color azul marino y con manga corta, está ligeramente sudada —por mi reciente serie de trote de cinco minutos— en la parte alta de mi espalda. Mi cabello está atado en una coleta mal hecha y mechones sueltos cubren parte de mi frente. Mis zapatillas blancas son viejas y desgastadas, casi rotas ya. Debo comprar unas nuevas, pero la pregunta es: ¿con qué dinero?
Camino hacia el costal, con los ojos entrecerrados, concentrándome para hacer las cuentas y responder aquel enigma. Cuando estoy a punto de tomarlo, manos grandes y de aspecto suave y varonil se me adelantan. Subo la vista y me encuentro con los ojos verde esmeralda, fríos y serios que tanto conozco, y con esos rizos castaños y desordenados en el peinado perfecto que tanto he deseado arrancar cada que obtiene la victoria en uno de nuestros enfrentamientos…
—Yo lo pude haber tomado, Harry.
—Uno que quiere ser amable y tú que le contestas de esa manera —niega con la cabeza, dramáticamente—. Insisto en que deberías cambiar tu actitud, Kels.
Tuerzo los labios. Y tan rápido como la idea me llega a la cabeza, una sonrisa adorna mi rostro.
—Oh, conozco esa sonrisa —frunce el entrecejo y me mira con fingido terror.
—¡Vamos, Styles! Apuesto a que puedo romperte la cara en menos de dos minutos y lanzarte justo como lo hice con eso —señalo con el índice izquierdo el costal que carga sus hombros sin esfuerzo—. Sabes que no te arrepentirás.
Suspira y cuelga el costal en su lugar. Da media vuelta, se cruza de brazos y me mira fijamente. Yo arqueo las cejas, anhelante de un nuevo reto.
—De acuerdo, pero sabes que te ganaré, Kern.
—Ya lo veremos —contesto, poniendo mis manos en puños, delante de mi rostro—. Que el juego comience.
Me apresuro a estar frente a él y cuando quiero lanzar una patada a su costado, me toma del pie, me retuerce y me tira contra el suelo; me da la vuelta y se pone encima de mí, capturando mis manos a los costados de mi cabeza.
—No duraste nada, Kelsey. Me decepcionas —una sonrisa ilumina hasta sus ojos, pero mi competitividad es irrefrenable y le sonrío aún más ampliamente.
Antes de que diga algo más, le doy ahora la vuelta a él, y yo soy la que manda ahora encima de Harry. Me paro, dejando que él haga lo mismo y digo:
—Sabes que en esa posición no se puede hacer la gran cosa —me encojo de hombros y mi sonrisa aún permanece intacta.
Él lanza un puñetazo y mis reflejos me permiten moverme antes de que siquiera me roce un cabello. Tomo su mano y la retuerzo hacia atrás. Me siento orgullosa cuando una mueca de dolor atraviesa su rostro. Pero antes de que pueda reaccionar a su próximo movimiento, pasa su pie izquierdo por detrás de mi pie derecho y me vuelve a tirar.
—Tal vez una competencia de velocidad camino a los vestidores lo arregle todo —me apresuro a decir una vez que no veo otra salida.
Enarca una ceja y me mira de manera egocéntrica.
—Sí, eso pensé.
Se levanta rápidamente de encima de mí y corre sin el menor aviso.
—¡Hey, no se vale! —grito y en seguida lo sigo corriendo, también.
Mis pulmones arden, pues los vestidores están muy lejos del gimnasio. Tenemos que pasar por las pistas de atletismo y por el campo donde se practica el tiro con arco. Y al tener áreas de rango tan profesional, el camino no está muy corto que digamos.
Ya está más oscuro y la brisa me hace cosquillas por debajo de mi camisa, en la piel desnuda. El olor al césped regado me llena la nariz y me conforta. Todo en ese momento me hace sentir viva y feliz.
Estoy cerca de alcanzarlo. Dos zancadas largas y lo alcanzo, es sólo que mis pies duelen ya que mis zapatillas se acaban de abrir. Ya caducaron. Me arriesgo a dar las dos zancadas, sin miedo en absoluto a que mis pies terminen llenos de ronchas y callos.
Sonrío con orgullo al ver su cara de frustración cuando me ve estar milímetros por delante de él. Veinte metros y podré estar en los vestidores, sólo tengo que llegar…
No veo una roca que está oculta en el pasto, la cual se encaja entre los dedos de mis pies y me hace soltar un grito de dolor. Veo mi caída próxima, pero los brazos de Harry rodean mi cintura y me libra de un seguro horrible golpe en la cara. Mi corazón está acelerado y respiro con dificultad, asimismo siento la respiración irregular de Harry en mi cuello, lo cual sólo hace que, contando el sudor, el frío de la noche y su respiración, mis vellos se ericen. Permanezco en media caída, colgando entre los brazos de Harry. Cierro los ojos y lucho por recuperar un ritmo cardiaco constante.
—Dios, eso estuvo cerca.
La voz de Liam nos sobresalta y yo me acomodo por fin. Paso un mechón de cabello detrás de mi oreja y Harry y yo permanecemos parados y aún con la respiración agitada.
Liam, Louis con el balón en mano y Zayn quitándose la camisa vienen caminando y sus siluetas son iluminadas por los rayos de la luna.
«Zayn se resfriará si en verdad piensa medio desnudarse con este frío y más aún, luego de ejercitarse».
Regreso a la realidad cuando veo que Louis chequea algo en su iPhone.
—¿Qué hora es? —le pregunto una vez que todos estamos reunidos.
—Cuarto para las siete —levanta la vista hacia mí y me sonríe. No puedo evitar sonreír por la ternura que me provocan las pequeñísimas arrugas alrededor de sus hermosos ojos—, debemos darnos prisa si no queremos que nos encierren aquí.
—Un comentario algo exagerado —comenta Harry y sin darme cuenta asiento con la cabeza.
Tiene razón. Somos como superdotados. Aunque nos encerraran en un banco con máxima seguridad, encontraríamos la manera de salir sin problemas.
—Es hora de prepararse para irnos —asiento de nuevo ante el comentario de Harry. Es increíble cómo siento la necesidad de obedecerlo y darle la razón, pero también ganas de vencerlo en alguna ocasión—. Por cierto, deberías comprarte unas nuevas zapatillas.
—Si tuviera los recursos necesarios… —murmuro y muerdo mi lengua para evitar decir algo más.
Siempre he odiado el sentir lástima en Special A por ser la única que viene de una familia sin dinero.
—Yo te compraré unos, Kels —dice Louis y me pasa el brazo por los hombros.
—Oh, no, no —gesticulo con las manos en señal de “para”—. Suficiente tengo con el iPhone que me regalaste en mi cumpleaños pasado.
Se encogió de hombros, no muy conforme.
—Bueno, pero hoy te llevo a tu casa.
—Por supuesto; acepto, señor Tomlinson —río y nos vamos todos por una ducha y por fin para irnos del instituto.
Tallo mis párpados en un intento para despejar el sueño. Llego al invernadero cuando pocos miembros del Special A están ahí.
Niall y Louis discuten sobre dónde se llevará a cabo la fiesta que están planeando, Harry está en su asiento leyendo, al igual que Arizona y Landon, pero además de ellos, sólo yo estoy en el invernadero.
Me dirijo a mi sillón, pero una caja está ocupando mi asiento. Frunzo el entrecejo. Abro la tapa y me encuentro con nada más y nada menos que unas zapatillas Nike, totalmente blancas. Abro mis ojos asombrada y mis labios se curvan en una sonrisa. Siento mis mejillas enrojecer y la mirada de alguien posada en mí. Volteo a ver a Harry y al hacer contacto visual devuelve su atención al libro.
Claro, fue él.
Recibe varias miradas, algunas de irritación y otras de ternura.
—Insisto en que el de mermelada de fresa es mejor —Liam se encoge de hombros en su asiento y toma un sorbo de su té.
—No, el de zarzamora es mejor, ¿cuándo lo entenderán? —golpea levemente la mesa con su puño Spencer, con una cara de desesperación casi como si una bomba estuviera a punto de estallar.
Discusiones llenaron el invernadero. La mayoría participa y al hablar simultáneamente, para quienes permanecemos al margen de todo, sus palabras son indescifrables.
Veo por el rabillo del ojo a Harry, disimuladamente, quien permanece en su asiento, a mi lado derecho, en el centro de la mesa, callado y tomando su té, absorto en sus pensamientos. No parece estar al tanto del tema de discusión. Un tema realmente ridículo, pero que al parecer mantiene a todos entretenidos mientras defienden su opinión.
Todos nosotros, miembros del Special A, hasta hace dos días, fuimos —prácticamente— puestos en cuarentena del resto del Tomlinson College. Nadie protestó, puesto que nuestros padres nos enseñaron y educaron para obedecer órdenes de nuestros mayores. Y siendo sinceros, me siento aliviada por el cambio. Es decir, no es de lo más cómodo que adolescentes hormonales te espíen por la ventana de las aulas mientras que estás en clase o que te sigan hasta el baño con la excusa de “escoltarte”, y cómo olvidar todas esas cartas insertadas en los casilleros, llenas de declaraciones de amor o, cómo no, también llenas de odio y amenazas.
Frunzo los labios y suspiro, cansada.
—Ya paren, chicos —murmuro, masajeo mis sienes, mis codos apoyados en la mesa.
Fue suficiente para que, efectivamente, dejaran de hablar.
—¿Tú qué opinas, Kels? —me pregunta Louis, arqueando sus cejas y bebiendo también un sorbo.
—Sólo hay que comprar dos cajas de mermelada: una de fresa y otra de frambuesa.
La voz de Harry interviniendo y contestando por mí, provoca que todos lo volteemos a ver y hasta Hayley levantara por una milésima de segundo la vista de su libro de texto.
Lo siguiente es silencio y varios se encogen de hombros como respuesta. Bajo la mirada hacia mi taza, de repente maravillada por su forma.
Lanzo patadas al costal, lo golpeo con toda mi fuerza y no pasan ni dos minutos cuando lanzo el mismo al otro lado de la habitación.
—Ups… —murmuro y limpio las dos gotas de sudor que comienzan a recorrer mi frente con el borde de los guantes protectores de tela.
Hora de educación física. En realidad, la clase de educación física no cuenta con un horario fijo. Nosotros somos libres de ejercitarnos cada que queramos. Bueno, siempre y cuando nos largáramos del colegio antes de las 7 de la tarde.
Para entonces, sólo los chicos y yo estábamos en el lugar, a excepción de Spencer, Landon y Niall. El día está nublado, pero se presiente que no lloverá hasta la madrugada y Louis, Liam y Zayn juegan fútbol a la intemperie, cerca del bosque, mientras que yo estoy en el enorme gimnasio. El cual además de contar con aparatos propios de un gimnasio, tiene la enorme piscina profesional y en una habitación aparte, un jacuzzi para descansar.
Harry dijo que se iría a cambiar. Eso fue hace cinco minutos, pero lo más probable es que su padre o Bruno —su tutor y vicepresidente en la empresa— lo hayan llamado y solicitado para algún detalle a resolver.
Visto unos pantalones pants de licra gris, que se adhiere a mi piel sin dejar ni un centímetro entre ella y mi piel, los cuales terminan en la mitad de mis pantorrillas. Una playera vieja de mi padre color azul marino y con manga corta, está ligeramente sudada —por mi reciente serie de trote de cinco minutos— en la parte alta de mi espalda. Mi cabello está atado en una coleta mal hecha y mechones sueltos cubren parte de mi frente. Mis zapatillas blancas son viejas y desgastadas, casi rotas ya. Debo comprar unas nuevas, pero la pregunta es: ¿con qué dinero?
Camino hacia el costal, con los ojos entrecerrados, concentrándome para hacer las cuentas y responder aquel enigma. Cuando estoy a punto de tomarlo, manos grandes y de aspecto suave y varonil se me adelantan. Subo la vista y me encuentro con los ojos verde esmeralda, fríos y serios que tanto conozco, y con esos rizos castaños y desordenados en el peinado perfecto que tanto he deseado arrancar cada que obtiene la victoria en uno de nuestros enfrentamientos…
—Yo lo pude haber tomado, Harry.
—Uno que quiere ser amable y tú que le contestas de esa manera —niega con la cabeza, dramáticamente—. Insisto en que deberías cambiar tu actitud, Kels.
Tuerzo los labios. Y tan rápido como la idea me llega a la cabeza, una sonrisa adorna mi rostro.
—Oh, conozco esa sonrisa —frunce el entrecejo y me mira con fingido terror.
—¡Vamos, Styles! Apuesto a que puedo romperte la cara en menos de dos minutos y lanzarte justo como lo hice con eso —señalo con el índice izquierdo el costal que carga sus hombros sin esfuerzo—. Sabes que no te arrepentirás.
Suspira y cuelga el costal en su lugar. Da media vuelta, se cruza de brazos y me mira fijamente. Yo arqueo las cejas, anhelante de un nuevo reto.
—De acuerdo, pero sabes que te ganaré, Kern.
—Ya lo veremos —contesto, poniendo mis manos en puños, delante de mi rostro—. Que el juego comience.
Me apresuro a estar frente a él y cuando quiero lanzar una patada a su costado, me toma del pie, me retuerce y me tira contra el suelo; me da la vuelta y se pone encima de mí, capturando mis manos a los costados de mi cabeza.
—No duraste nada, Kelsey. Me decepcionas —una sonrisa ilumina hasta sus ojos, pero mi competitividad es irrefrenable y le sonrío aún más ampliamente.
Antes de que diga algo más, le doy ahora la vuelta a él, y yo soy la que manda ahora encima de Harry. Me paro, dejando que él haga lo mismo y digo:
—Sabes que en esa posición no se puede hacer la gran cosa —me encojo de hombros y mi sonrisa aún permanece intacta.
Él lanza un puñetazo y mis reflejos me permiten moverme antes de que siquiera me roce un cabello. Tomo su mano y la retuerzo hacia atrás. Me siento orgullosa cuando una mueca de dolor atraviesa su rostro. Pero antes de que pueda reaccionar a su próximo movimiento, pasa su pie izquierdo por detrás de mi pie derecho y me vuelve a tirar.
—Tal vez una competencia de velocidad camino a los vestidores lo arregle todo —me apresuro a decir una vez que no veo otra salida.
Enarca una ceja y me mira de manera egocéntrica.
—Sí, eso pensé.
Se levanta rápidamente de encima de mí y corre sin el menor aviso.
—¡Hey, no se vale! —grito y en seguida lo sigo corriendo, también.
Mis pulmones arden, pues los vestidores están muy lejos del gimnasio. Tenemos que pasar por las pistas de atletismo y por el campo donde se practica el tiro con arco. Y al tener áreas de rango tan profesional, el camino no está muy corto que digamos.
Ya está más oscuro y la brisa me hace cosquillas por debajo de mi camisa, en la piel desnuda. El olor al césped regado me llena la nariz y me conforta. Todo en ese momento me hace sentir viva y feliz.
Estoy cerca de alcanzarlo. Dos zancadas largas y lo alcanzo, es sólo que mis pies duelen ya que mis zapatillas se acaban de abrir. Ya caducaron. Me arriesgo a dar las dos zancadas, sin miedo en absoluto a que mis pies terminen llenos de ronchas y callos.
Sonrío con orgullo al ver su cara de frustración cuando me ve estar milímetros por delante de él. Veinte metros y podré estar en los vestidores, sólo tengo que llegar…
No veo una roca que está oculta en el pasto, la cual se encaja entre los dedos de mis pies y me hace soltar un grito de dolor. Veo mi caída próxima, pero los brazos de Harry rodean mi cintura y me libra de un seguro horrible golpe en la cara. Mi corazón está acelerado y respiro con dificultad, asimismo siento la respiración irregular de Harry en mi cuello, lo cual sólo hace que, contando el sudor, el frío de la noche y su respiración, mis vellos se ericen. Permanezco en media caída, colgando entre los brazos de Harry. Cierro los ojos y lucho por recuperar un ritmo cardiaco constante.
—Dios, eso estuvo cerca.
La voz de Liam nos sobresalta y yo me acomodo por fin. Paso un mechón de cabello detrás de mi oreja y Harry y yo permanecemos parados y aún con la respiración agitada.
Liam, Louis con el balón en mano y Zayn quitándose la camisa vienen caminando y sus siluetas son iluminadas por los rayos de la luna.
«Zayn se resfriará si en verdad piensa medio desnudarse con este frío y más aún, luego de ejercitarse».
Regreso a la realidad cuando veo que Louis chequea algo en su iPhone.
—¿Qué hora es? —le pregunto una vez que todos estamos reunidos.
—Cuarto para las siete —levanta la vista hacia mí y me sonríe. No puedo evitar sonreír por la ternura que me provocan las pequeñísimas arrugas alrededor de sus hermosos ojos—, debemos darnos prisa si no queremos que nos encierren aquí.
—Un comentario algo exagerado —comenta Harry y sin darme cuenta asiento con la cabeza.
Tiene razón. Somos como superdotados. Aunque nos encerraran en un banco con máxima seguridad, encontraríamos la manera de salir sin problemas.
—Es hora de prepararse para irnos —asiento de nuevo ante el comentario de Harry. Es increíble cómo siento la necesidad de obedecerlo y darle la razón, pero también ganas de vencerlo en alguna ocasión—. Por cierto, deberías comprarte unas nuevas zapatillas.
—Si tuviera los recursos necesarios… —murmuro y muerdo mi lengua para evitar decir algo más.
Siempre he odiado el sentir lástima en Special A por ser la única que viene de una familia sin dinero.
—Yo te compraré unos, Kels —dice Louis y me pasa el brazo por los hombros.
—Oh, no, no —gesticulo con las manos en señal de “para”—. Suficiente tengo con el iPhone que me regalaste en mi cumpleaños pasado.
Se encogió de hombros, no muy conforme.
—Bueno, pero hoy te llevo a tu casa.
—Por supuesto; acepto, señor Tomlinson —río y nos vamos todos por una ducha y por fin para irnos del instituto.
Tallo mis párpados en un intento para despejar el sueño. Llego al invernadero cuando pocos miembros del Special A están ahí.
Niall y Louis discuten sobre dónde se llevará a cabo la fiesta que están planeando, Harry está en su asiento leyendo, al igual que Arizona y Landon, pero además de ellos, sólo yo estoy en el invernadero.
Me dirijo a mi sillón, pero una caja está ocupando mi asiento. Frunzo el entrecejo. Abro la tapa y me encuentro con nada más y nada menos que unas zapatillas Nike, totalmente blancas. Abro mis ojos asombrada y mis labios se curvan en una sonrisa. Siento mis mejillas enrojecer y la mirada de alguien posada en mí. Volteo a ver a Harry y al hacer contacto visual devuelve su atención al libro.
Claro, fue él.
- jelou:
bueno, espero les guste y blah, blah, blah. últimamente escribo muy rápido los capítulos para novelas colectivas, y lo hubiese posteado ayer, pero mi abuelo y mi madre llegaron a la case y tuve que apagar la lap como si me hubiesen encontrado desnuda con el vecino. ahquenoteníavecino. y bueno, eso. XD
sigue: Pushi.
Kurt.
Re: Special A!
+ Me encantó el prólogo. Escribes tan hermoso, se me es posible imaginarme todo. ¡Los chicos en la limusina! Enserio, me hace sentir la emoción del momento y me da risa, pero solo me daban ganas de seguir y seguir leyendo.
- Ay Wen. Tu capitulo fue tan hermoso, ¡el papá! Ya desearía yo tener un padre como él. Ya te lo he dicho, pero es verdad. Amo como escribes, la narración en sí me gusta mucho; me ayuda a imaginarme todos los sucesos y a meterme en el personaje por la manera en que planteas los sentimientos y acontecimientos que le suceden a Grace. De veras, lo ame por completo.
+ Deya de verdad, cada vez me envicio más por la manera en como escribes. Los diálogos son tal vez lo que más me gusta, es como si siempre tuvieran las palabras talladas para decirlas en el momento correcto; y eso ayuda a completar la imagen de la situación en mi mente. Además, me gustó mucho la actitud de Harry, y esta parte: "—Uno que quiere ser amable y tú que le contestas de esa manera —niega con la cabeza, dramáticamente—. Insisto en que deberías cambiar tu actitud, Kels." me encantó. No sé como lo haces, pero solo me deja con más y más ganas de leer. Enserio; ame demasiado el capitulo. Espero a Pushi
- Ay Wen. Tu capitulo fue tan hermoso, ¡el papá! Ya desearía yo tener un padre como él. Ya te lo he dicho, pero es verdad. Amo como escribes, la narración en sí me gusta mucho; me ayuda a imaginarme todos los sucesos y a meterme en el personaje por la manera en que planteas los sentimientos y acontecimientos que le suceden a Grace. De veras, lo ame por completo.
+ Deya de verdad, cada vez me envicio más por la manera en como escribes. Los diálogos son tal vez lo que más me gusta, es como si siempre tuvieran las palabras talladas para decirlas en el momento correcto; y eso ayuda a completar la imagen de la situación en mi mente. Además, me gustó mucho la actitud de Harry, y esta parte: "—Uno que quiere ser amable y tú que le contestas de esa manera —niega con la cabeza, dramáticamente—. Insisto en que deberías cambiar tu actitud, Kels." me encantó. No sé como lo haces, pero solo me deja con más y más ganas de leer. Enserio; ame demasiado el capitulo. Espero a Pushi
Sophia.
Re: Special A!
Que hermosos capítulos, en serio, escriben como los dioses. Me encantó la relación de Harry y Kels. Y le regaló zapatillas! Que amor :3 Un detalle simple y hermoso.
Niall y Louis no están ni una semana y ya organizan fiestas xd.
Oh Dios, que nervios, sigo yo.
De seguro que va a estar caca D: Aunque voy a hacer mi mayor esfuerzo.
Niall y Louis no están ni una semana y ya organizan fiestas xd.
Oh Dios, que nervios, sigo yo.
De seguro que va a estar caca D: Aunque voy a hacer mi mayor esfuerzo.
khaleesi.
---
Re: Special A!
Fui la primera en ver el tema jskldsjljdklj
But, como soy la que siempre llega de últimas, no comenté
Estoy ansiosa por comenzar
Luego subo las relas que me faltan, perdón :c
But, como soy la que siempre llega de últimas, no comenté
Estoy ansiosa por comenzar
Luego subo las relas que me faltan, perdón :c
~Lucy~
Re: Special A!
Tengo que comentar dos capítulos, plz.
El de wen (creo que le dicen así) me encantó muchísimo<3
Yo pensaba que todavía nadie posteaba su capi, but no(?)
En serio, escribís perfecto
Tu capi me dio feels
Ai zi, a ellos los acosan :aysi:
JAJAJAJAAJAJAJAJA la conversación tan sofisticada que tuvo con el Payne
Y encima no dejo de pensar en Malik
Estoy sin inspiración, perdonen si el comentario es muy corto
Y el de Deya fue perfect e.e
Osea, Kels y Harry todos competitivos jfrhsdjkzjhds (?)
ELLA HUBIERA GANADO LA CARRERA, I KNOW
but no
me parece muy interesante que la chica no sea supermillonaria como todos los chicos y las chicas, creo(?)
se le rompieron las zapatillas D:
Y HARRY LE REGALO UNAS NUEVAS
eso fue muy tierno c':
El de wen (creo que le dicen así) me encantó muchísimo<3
Yo pensaba que todavía nadie posteaba su capi, but no(?)
En serio, escribís perfecto
Tu capi me dio feels
Ai zi, a ellos los acosan :aysi:
JAJAJAJAAJAJAJAJA la conversación tan sofisticada que tuvo con el Payne
Y encima no dejo de pensar en Malik
Estoy sin inspiración, perdonen si el comentario es muy corto
Y el de Deya fue perfect e.e
Osea, Kels y Harry todos competitivos jfrhsdjkzjhds (?)
ELLA HUBIERA GANADO LA CARRERA, I KNOW
but no
me parece muy interesante que la chica no sea supermillonaria como todos los chicos y las chicas, creo(?)
se le rompieron las zapatillas D:
Y HARRY LE REGALO UNAS NUEVAS
eso fue muy tierno c':
demons.
Re: Special A!
Oh, fue hermoso, Deya. Kels es simplemente increíble. Su manía de ser competitiva y de llevarlo todo a su manera. Me sorprende bastante el que Harry sea como ella, aunque sus personalidades no chocan como uno espera a que sea. Encuentro la relación de Kelsey y Louis demasiado adorable. Un amigo como el es imposible no querer. Me recuerda a mi hermano, lo adoro, de cierta forma. Escribes realmente bien, en serio, me gusta mucho como planteas las cosas, me hace querer seguir leyendo. Espero ansiosa a Lynsh
Invitado
Invitado
Re: Special A!
Capítulo III
Emily Recker.
La luz del sol a la una de la tarde, era de todo, menos agradable. Claro, excepto si quieres obtener un bronceado que afectara a cada centímetro de tu cuerpo –al menos que no te quites el sostén-, en ese caso sí.
Una suave brisa acariciaba de forma constante mi cara, logrando que un par de cabellos rebeldes hicieran cosquillas en él al moverse. La velocidad era solamente un factor que sumar a la hora de todo el viento que se estampaba. Había querido caminar, y tomar un poco de aire. Relajarme, y distanciarme un poco de todo lo que había sucedido en los últimos días.
Pertenecer a Special A. no era exactamente un pase directo a la tranquilidad. Todo Tomlinson College parecía tener intenciones de querer saber y deducir tu próximo movimiento –desde el más mínimo, como ir al baño; hasta quizás lo más privados, como que nota te sacaste en lenguas extranjeras-.
Claro, que estar en el grupo más privilegiado no te salvaban de los rumores molestos e insistentes. Y muchas veces, éstos corrían más rápido que la propia pólvora quemándose.
Para mi desgracia, uno de los más mediáticos del año pasado, fue que yo estaba saliendo con el hijo de los dueños de Tomlinson College: Louis Tomlinson. Arrogante, asquerosamente simpático, un idiota y mi mayor competencia. O al menos eso creía, porque no teníamos nada que ver. Yo me dedicaba al Tenis, y él se especializaba en fútbol. No había motivo alguno para que ambos nos cruzáramos, sin embargo, siempre algo lo colocaba en mi camino como una piedra enorme el cual no podía saltear.
Nunca tuve algo con él, ni nunca lo tendríamos.
Los bloques de cemento que conformaban la vereda desaparecían por debajo de mis pies. Mi mano se alternaba al costado de mi cuerpo hacia atrás y hacia delante creyendo que eso me daría más velocidad, o al menos el impulso necesario para moverme más rápido.
Si no me apuraba, llegaría tarde.
°°°
La clase de álgebra avanzaba más lento de lo que yo hubiera deseado. El aburrimiento se demostraba claramente en mi posición física: Mi cabeza estaba apoyada en mí mano derecha como si pesara más de lo que mi cuello pudiera sostener, y la izquierda se cerraba alrededor de un lápiz mientras lo golpeaba contra el pupitre.Las matemáticas nunca habían sido mi primera opción, no obstante, esto no significaba que no fuera buena en ellas.
El profesor terminaba de explicar unas cuentas que tendríamos que hacer para la siguiente clase, cuando la campana anunció el receso tan ansiado.
Todos agarraron sus pertenencias, y corrieron hacia el pasillo para liberarse del encierro del aula.
-¡Emily!- Siento como alguien me llama. Me di la vuelta, y mi mejor amiga trotaba hacia mí con una sonrisa radiante. –Viniste bastante agitada esta mañana ¿No?- Reí por lo bajo, mientras dándole la razón, asentí con la cabeza.
-Quise tomar aire, Sky. Pero…
-Se te hizo tarde- Finalizó por mí. Una vez más, me había quitado las palabras de la boca, gracias a que ella sabía perfectamente como era. –Tendrás que sacarte esa costumbre, amiga.
-Por supuesto que sí- Escuché detrás de mío. No fue necesario agudizar mis oídos para saber con quién estábamos tratando. Bufé por lo bajo, mientras que con una simple mirada le supliqué a Skylar que me ayudara a salir de ésta. No quería hablar, puesto que, es obvio que cuando uno detesta a alguien, hace todo lo posible por mantenerse alejado de él. Al menos en mi caso, yo intentaba eso cuando no estábamos compitiendo.
-Yo tengo cosas que hacer, nos vemos luego Ems- Mi apodo fue lo último que pronunció antes de desaparecer por los pasillos del colegio, dejándome en la completa soledad –trágicamente- con la compañía de Louis. No quería darme vuelta, quería salir corriendo, porque cada encuentro con Louis significaba drama. Drama para mí, drama para cualquiera que fuera testigo de los acontecimientos que creaban nuestras discusiones.
Una vez, ahora que recuerdo, con Louis jugamos al tenis de mesa –mejor conocido vulgarmente como ping pong-. Estábamos empatados 40 a 40, y quedaba solo un minuto para que terminara el receso –sí, gastaba mi tiempo libre en intentos por ganarle a Louis-. En fin, Louis me empezó a desafiar todavía más, y a retarme diciendo que en ese tiro no podría ni llegar a quebrar la muñeca para pegarle con la paleta a la pelota. Mi orgullo estaba por las nubes, y no iba a dejar que mi dignidad se cayera por los suelos –al menos no más-. Así que, sin más tiempo que desperdiciar, golpeé la pelotita contra la mesa pintada de verde, y posteriormente la golpeé. La lucha estuvo equitativa, ninguno bajaba de nivel, sin embargo una sola mirada de Louis durante el juego fue suficiente para que bajara la guardia. Louis casi me gana, sin embargo yo lo rematé… para peor.
La pelota rebotó y rompió un vidrio, además de noquear a la profesora de lengua y literatura, que estaba a punto de jubilarse.
“Al menos le adelanté las vacaciones” Pensé positivamente. Pero, esa fue una historia para que Louis me la recordara todas la veces que pudiera, con el mensaje subliminal de “Yo soy mejor” entre palabras.
-Ni siquiera sabes de que estábamos hablando- Espeté, animándome a darme vuelta y encararlo. Y ahí estaba de nuevo: Pelo ligeramente alborotado hacia arriba, sonrisa cínica y burlona, y esa mirada… Esos ojos celestes. Mis pensamientos eran automáticamente criticados por mi sub consciente: No podía pensar ningún halago hacia el muchacho que me torturaba de lunes a viernes, y cuando quería, los fines de semana. No obstante, vamos, era casi imposible no notar esos ojos.
-Oh, sí lo sé, Emily- Indicó, ensanchando su sonrisa aún más. –Tarde, de nuevo.
-No llegué tarde-Negué con la cabeza, mientras estrechaba mis ojos. Mis brazos se cruzaron enfrente de mi pecho en señal de protesta.
-Casi- Señaló con su dedo índice. -¿Sabes? La próxima vez que estés en un apuro como ese, podría pasarte a buscar.-Levanté la ceja, y solté una risa irónica. No creía que estuviera dispuesto a hacer un favor como ese, en realidad, ningún favor en general.
-¿Qué es? ¿Alguna clase de broma?- Gruñí. Louis se colocó la mano en el pecho, mientras hacía una mueca de falsa ofensa.
-No- Negó dramáticamente. Mi mirada estudiaba cada centímetro de su rostro, tratando de emplear los métodos que había aprendido en la serie ‘Miénteme’. No pude encontrar ninguna mentira, a diferencia del nerviosismo de un criminal –aunque no sé porque lo consideraba tal- el mantenía firmes sus facciones en estado burlesco. Decidí dejar de “luchar” y giré sobre mi propio eje lista para irme. Sin embargo, una vez más, la voz de Louis me detuvo. –Solo mi intento de caridad- Sus palabras me causaron gracia, y al mismo tiempo una ofensa, y grande.
-¡Sabía que no te podías resistir!- Aclamé mientras estampé mi dedo contra su pecho, pese a eso, Louis no se movió ni un centímetro.
-Culpable- Levantó las manos en señal de paz, pero no había señal de rendición en él –Pero sí, podría traerte alguna vez- Levanté una ceja, sin creer sus palabras. –Serías afortunada. Imagínate bajando del auto de Louis Tomlinson- Mis manos se cernieron alrededor de las riendas de mi mochila, y la subieron ligeramente encima de mi hombro. Una sonrisa auténtica se formó en mi cara, mientras inclinaba sutilmente mi cabeza hacia un costado.
-¿Afortunada?- Inquirí. Louis asintió con su inconfundible egocentrismo, y yo volví a hacer una mueca. Sin esperar a dirigir más palabras a él, o que él me las dirigiera a mí, retrocedí unos pasos y finalmente me di vuelta alejándome de él. –Preferiría que me llevaran al infierno, Louis- Aseguré, seguido de una risa jocosa.
°°°
La limosina me vino a recoger a las siete de la tarde en punto. Nunca tenía por qué quejarme de mi chofer, y al parecer nunca tendría que hacerlo. Walt era una persona muy responsable, y como no, un excelente hombre. Tenía 41 años, más no aparentaba esa edad, sino menos. Sin embargo, él vivía para su pequeño hijo, Ben, y su esposa –que era muy agradable- Jane.Miraba a través de los vidrios, con la tranquilidad de que no me miraban a mí –ya que eran polarizados-
El viaje se hacía más corto hacia casa. Special A. podía ser un lugar privilegiado, sin embargo, como todo privilegio había que luchar por él. Y así se formaban descansadamente los días agotadores.
Mis ansias por llegar a casa solo era cuestión de comodidad, y no tanto de la necesidad cariñosa que brindaba un hogar. Es más, me sentía sorprendida cada vez que encontraba a alguien dentro de los metros cuadrados que rodeaban mi vivienda.
Mamá y papá trabajaban todo el día, o simplemente llegaban a casa cuando yo ya estaba descansando para ir al siguiente día al instituto; y para colmo, se levantaba bien temprano antes de que siquiera les pudiera decir un pobre “hola”.
No los veía muy a menudo, sin embargo, eso no borraba el hecho de que los quisiera. Dicen que la distancia solo refuerza el amor, pero ese no era mi caso. El amor que yo les tenía era puro agradecimiento por todo lo que me habían otorgado, y lo que habían hecho por mí.
Los extrañaba, si, pero no por eso iba a hacer un berrinche cada vez que se fueran.
Unas rejas enormes se alzaron frente a la vereda mientras la limusina se detenía exactamente al costado.
-¿Si?- Habló alguien a través del comunicador que estaba colocado en el muro que limitaba la entrada de mi casa. Su voz dulce y amable me confirmó que era la única mucama posible en mi casa: Olga.
-Traigo a la señorita Recker- Indicó Walt. Olga emitió un sonido de asentimiento, y posteriormente las puertas se abrieron de forma automática.
Mi transporte recorrió una entrada iluminada por el sol y decorada por unos arbustos. Luego, una fuente redonda se centraba justo en el medio armonizando el ambiente con el sonido producido por la cascada del agua. La limusina recorrió la rotonda producida, y se estacionó justo enfrente de los escalones que luego tendría que subir para llegar a la puerta.
Ni bien tuve la oportunidad, bajé de la limusina y le agradecí a Walt por haberme traído.
Traspasé las puertas de madera, y me encontré con el interior de mi casa.
Una enorme escalera se ajustaba alineada perfectamente, a sus costados nada m{as que porta retratos familiares desde hace años.
-¿Hola?- Pregunté. Nadie contestaba, y si mis predicaciones estaban en lo correcto, nadie iba a contestar.
Caminé escaleras arriba con una velocidad de trote, mientras ansiaba llegar y descansar de una vez por todas.
Divisé mi habitación al final del pasillo, contenta por estar al fin en un lugar privado y tranquilo. Me bañaría, luego me pondría en pijamas y quizás llamaría a Skylar o Hayley, para hablar con ellas o de seguro terminar contando mil y un razones para odiar a Louis Tomlinson.
Recorría el pasillo con ansias, cuando pasé por la habitación de mis padres y escuché el sonido de la aspiradora recorriendo la alfombra. Me volví entonces unos pasos atrás para saludar a Olga, quien se encargaba de esa tarea y muchas más.
-Olga- La llamé, mientras que ella reaccionó y me dedicó una cálida sonrisa.
-Emily, suponía que correrías a tu habitación- Declaró, mientras yo simplemente reí y le otorgué un abrazo.
Olga era una señora de ya avanzada edad. O bueno, no tanto ya que poseía cincuenta primaveras encima. Su pelo canoso se encontraba corto y levemente ondulado, dejando a sus ojos celestes toda la atención de su rostro.
-Sí. Es difícil comenzar después de unas vacaciones, pero bueno…- Suspiré y coloqué mis brazos en forma de jarra. –Ya me acostumbraré. – Olga asintió y rió ante mis palabras.
-Eso espero- Indicó, mientras me señalaba en forma cómplice. Olga suele ser la mayoría de las veces una mamá sustituta para mí, y es lógico, ya que mis papás –como bien saben- no están y ella muchas veces es mi única compañía en casa.
-Me voy a duchar, y quizás me quede el resto del día echada en cama- Aclaré, imitando un gesto bastante holgazán. Ella asintió, mientras yo me empezaba a retirar de la habitación. Pero me tuve que detener a los pocos segundos, en el marco de la puerta, ya que parecía ser que Olga tenía unas palabras más que otorgarme.
-Oh, y Emily- Anunció captando mi atención- Llamó una amigo tuyo- ¿Amigo mío? La información parecía ser bastante sospechosa, ya que, conociendo a mis amigos, ellos llamarían a mi celular antes que a mi casa. Era mucho más rápido y fácil para contactarme.
Fruncí el ceño ante una señal de confusión, y me crucé de brazos.
-¿Amigo?
-Sí, me dijo que tenía que hablar- Prosiguió. No se me ocurría nadie de quien estuviera hablando, por lo que decidí hacerle la pregunta más directa.
-¿Dijo como se llamaba?- Interrogué, esperando ansiosa la respuesta, ya que me intrigaba hasta los nervios.
-Oh, claro que sí, espera que lo recuerde- Olga golpeteó su dedo índice delicadamente contra su pera, haciéndome saber que estaba haciendo un esfuerzo por recordar. Pensé que se iba a dar vencida fácilmente contra la duda, pero no fue necesario, ya que ella misma anunció la identidad. –Si!- Chasqueó los dedos. –Se llamaba Louis. Louis Tomlinson- Si mi quijada no hubiera estado pegada por naturaleza, ésa se hubiera caído fácilmente contra el piso en ofensa. ¿Por qué me llamaría? ¿Qué necesidad de irrumpir mi línea telefónica? Cobré la compostura y nuevamente me dediqué a enfocarme en el castaño que tantas pesadillas me causaba.
-¿Y qué quería?- Indagué, levantando una ceja.
-Dijo que tenía asuntos pendientes contigo, eso nomás- Soltó mi mucama. Respiré hondo, y luego solté el aire comprimido por mi pecho. Parpadeé unas veces, y finalmente luego de unos segundos cortos –pero intensos- de debate, decidí tomar ese baño que tanto ansiaba. El agua significaba relajación, distracción, y calma en el alma. Y en ese momento quizás necesitaría trescientos litros de agua.
-Oh, claro que tenemos asuntos pendientes Olga- Sentencié mientras cruzaba la puerta y agradecía por tener el número de teléfono de Louis entre el marcado rápido. En ocasiones como éstas, servía mucho.
- ajam.:
Capítulo subido! Perdón por la tardanza, tuve problemas personales ._. Pero acá está, estoy nerviosa, pero bueno. Hice lo mejor que pude, espero que les haya gustado. Sobre la font palatino, no sé como ponerla, so si alguien em dice algún código u algo así, porfa, y tmbn sobre el tamaño. No queria hacerlas esperar más, so, por eso subí.
Y si mal no estoy, sigue Sophia
Besos <33
khaleesi.
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Re: Special A!
Antes de leer y comentar sobre el cap de Lynsh: ¡Fácil! selecciona cualquier font, luego editalo y pon "Platino" y en el tamaño es igual.
[*size=12][/size]-editas-[*size=16][/size]
[*font=Comic Sans MS][/font]-editas-[*font=Platino][/font]
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Invitado
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Re: Special A!
Lore me salvaste la vidaLore. escribió:Antes de leer y comentar sobre el cap de Lynsh: ¡Fácil! selecciona cualquier font, luego editalo y pon "Platino" y en el tamaño es igual.
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[*font=Comic Sans MS][/font]-editas-[*font=Platino][/font]
khaleesi.
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Re: Special A!
Vale, pero recuerda justificar también.Pushi. escribió:Lore me salvaste la vidaLore. escribió:Antes de leer y comentar sobre el cap de Lynsh: ¡Fácil! selecciona cualquier font, luego editalo y pon "Platino" y en el tamaño es igual.
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Invitado
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Re: Special A!
me encantó tu capítulo, pushina
ahporqueledecia pushina.
realmente estoy apurada, perdona.
SIGANLA RAI NAO.
ahporqueledecia pushina.
realmente estoy apurada, perdona.
SIGANLA RAI NAO.
demons.
Re: Special A!
Pushi. me encanto el capítulo, me gusta mucho la personalidad de Ems, además de ser tan indiferente con Lou. Por cierto, olvidaste corregir lo de la letra y el tamaño. Como sea, me encanto el capítulo, escribes muy bien y espero leer más sobre lo que pase con Louis y Emily. Al parecer sigo yo, entonces subire mañana.
Invitado
Invitado
Re: Special A!
Wen: jñksajdkadhjksh :A:Dios, amé tu cap<3
Ash, odio a la mamá de Grace :meh: eso, por ser tan mala va a comprar oreos y le saldrán todas sin cremita :enojao:
Y Grace es toda linda, toda amoursh
Me encantó todo, todito(? En especial amé a Grace<3
¡Besos!
Deya: Oh gad kakadkdhkdhkhad<3 Es tan... tan :idc:tu cap<3
Ósea, Harry es medio bipolar :meh: ¿Primero la odia y después le compra tennis? ah yo quisiera que fuera así conmigo y además son todos competitivos me encanta<3
Y ese Louis le dio un IPhone, pls.
Amé mucho tu cap<33333 Besos :3.
Ash, odio a la mamá de Grace :meh: eso, por ser tan mala va a comprar oreos y le saldrán todas sin cremita :enojao:
Y Grace es toda linda, toda amoursh
Me encantó todo, todito(? En especial amé a Grace<3
¡Besos!
Deya: Oh gad kakadkdhkdhkhad<3 Es tan... tan :idc:tu cap<3
Ósea, Harry es medio bipolar :meh: ¿Primero la odia y después le compra tennis? ah yo quisiera que fuera así conmigo y además son todos competitivos me encanta<3
Y ese Louis le dio un IPhone, pls.
Amé mucho tu cap<33333 Besos :3.
~Lucy~
Re: Special A!
¡Pushu de mi vida! Lo lamento demasiado por haber tardado demasiado en comentar desde que te dije que lo haría, pero como es algo obvio he estado bastante ausente. De todos modos, amé el capítulo, en serio. La relación de Emily con Louis es algo distinta a la de Kels y Harry, pero aún así es perfecta. dsjahfjkdsahk. Sabes que escribes muy bien y por eso mismo te escogí.<3 Aprecio el que no hayas tardado casi nada en publicar y debo admitir que me dio risa que no supieras lo de la font y el tamaño. XD Pero es un code normal y de todos modos Lore ya te explicó.(? Amé el capítulo, en serio. Y de nuevo lo siento por la tardanza. Espero a Lore.
PD. De una vez acá te digo, gracias por ayudarme con lo de mi tarea de tecnología ayer.<3
PD2. Te amo.
Kurt.
Re: Special A!
Antes que nada deben de odiarme y comprendo sus razones. Desgraciadamente estuve tan perdida en mis problemas personales que olvide entrar aquí. Quiero pedirle una pequeña disculpa a Deya en ese caso, obviamente leí ambos capítulos. Me ha parecido precioso el capítulo de Deya, pero es tan triste que me ha dejado un tanto tocada; es como un grito casi, y la brevedad no hace más que aumentar esa sensación. El que se exagere mucho el tema de la competitividad me encanta, me deja con mucha más experiencia, además de que tengo la misma manía con mi hermano. Debo decir también que el pobre no hace nada por la vida, así que no es tanto de "competitividad". Me gusta mucho ese tinte de hermandad entre Kelsey y Louis, y siempre lo aplaudo cuando lo encuentro. Es intenso, es cierto, penetra y bastante. El sentimiento está vivo en las líneas y eso me encanta. Ya debes de tener muy claro que tu manera de escribir es alimento para mis ojos.
Corto, intenso y dramático (por la forma en que fue escrito) que parece un momento de liberación del amante más que las acciones como tal. Por otra parte estas pocas letras retratan perfectamente la característica reacción de fastidio que tienen las personas y es algo que se aplaude, me hubiese gustado un poco más descriptivo pero las acciones que marcas están muy bien hechas. De por sí el escrito tiene unos cuantos errores, nada que no se pueda solucionar. Creo que en esa forma estamos muy conectadas tu y yo(?).
Te espero, lore querida.<3
Corto, intenso y dramático (por la forma en que fue escrito) que parece un momento de liberación del amante más que las acciones como tal. Por otra parte estas pocas letras retratan perfectamente la característica reacción de fastidio que tienen las personas y es algo que se aplaude, me hubiese gustado un poco más descriptivo pero las acciones que marcas están muy bien hechas. De por sí el escrito tiene unos cuantos errores, nada que no se pueda solucionar. Creo que en esa forma estamos muy conectadas tu y yo(?).
Te espero, lore querida.<3
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