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Diana|N.C|One Direction|Cancelada
O W N :: Archivos :: Canceladas
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Re: Diana|N.C|One Direction|Cancelada
por Invitado Jue 07 Nov 2013, 12:27 pm
Capítulo catorce.Lucy Stark[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Me dolía el estómago de tanto reír.
— ¡Oh, por dios! Ese vestido está pasado, es de hace ya treinta y cinco minutos. – exclamó Jo emulando la chillona voz de Nicole. La verdad, no se le daban nada mal las imitaciones. Me sentía a gusto con esas chicas. Nunca había confiado tanto en nadie. Un ejemplo de ello, fue cuando les conté que tenía bulimia. No sabía porque lo había confesado, ya que yo soy muy tímida, pero esas chicas me transmitían tanta confianza, que decidí confesárselo a ellas. Desvié mi vista hacia las demás mesas de la cafetería. Noté una penetrante mirada encima de mi persona. En efecto, el popular Liam Payne, uno de los chicos –quizás el que más- inteligentes del instituto.
Vi como uno de sus amigos le llamaba la atención. Entonces, aproveché para sacar mi cuaderno de dibujo de la bolsa. Empecé a dibujar los rasgos de aquel atractivo joven. Inconscientemente, mordí mi labio inferior cuando finalicé el retrato. No podía estar enamorándome. No podía, o tal vez, no quería… El timbre resonó por todo el comedor. Todos los jóvenes presentes se levantaron de sus sitios para dirigirse a sus respectivas clases. Me despedí de las chicas, ya que no las vería más en todo el día. Puse rumbo a la clase que me tocaba a aquella hora: Biología.
Me senté en la última fila, como de costumbre, no me gustaba ser vista. El profesor entró en la clase, provocando que toda charla que se estuviera procesando en ese momento, fuese interrumpida. Rápidamente saqué mi libreta de apuntes, y empecé a escribir todo lo que el profesor dictara o explicara. La puerta se abrió repentinamente, dejando paso a Liam, quién llegaba tarde.
— Llega tarde, señor Payne. – profirió el maestro estrictamente.
— Lo sé, lo siento. Pero he ido a buscar el cuaderno a mi coche, me lo había dejado allí.
— Está bien, solo por esta vez, tome asiento. – maldije en un susurro. El único lugar disponible era el de mi lado. Liam miró hacia mi dirección, mostrando una mueca de incredulidad. A paso lento, empezó a caminar hasta mi mesa, hasta sentarse a mí lado.
Las dos horas que duraba la clase, pasaron de forma eterna. Por fin el timbre sonó.
— ¡Esperad! – exclamó el profesor – antes de marcharos, debo explicaros algo. – todos los alumnos, retrocedieron hacia sus asientos – el trabajo consistirá en buscar el hábitat, alimento, características principales y aspecto físico de los animales que os encargue. El trabajo se realizará por parejas, que ahora dictaré. – sacó una hoja de su maletín. – Elisa Perker, con Martha Smith. Rachel Berry, con Finn Hudson. Lucy Stark con… - mi corazón latía tan rápido, que parecía que fuera a explotar, jugaba nerviosamente con los dedos índice de mi mano – Liam Payne.
Abrí los ojos exageradamente. Eché un vistazo a mi compañero. Compartíamos la misma expresión en el rostro. El maestro terminó de nombrar alumnos y al fin, dio permiso para que nos marcháramos. Liam y yo nos quedamos patidifusos, de pie, sin hacer nada. Hasta quedar solos en el lugar.
— Ehm… Este fin de semana, si quieres puedes venir a mi casa y empezamos el trabajo. – articuló nervioso el oji-chocolate.
— Oh, por supuesto. ¿Dónde vives? – pregunté sacando un papel y un bolígrafo para apuntar. Después de dictarme su dirección, me dio su número telefónico y nos despedimos.
Salí al exterior del edifico a esperar a mi padre. Estuve casi veinte minutos esperando, pero nadie llegó. Suspiré fastidiada.
— ¿Lucy? – escuché detrás de mí. Volteé para ver quién me había llamado. Me sorprendió ver que era Liam - ¿Qué haces todavía aquí?
— Estoy esperando a mi padre, pero todavía no ha venido. – entonces mi teléfono emitió una leve vibración. Era un mensaje de mi padre. “Lucy, lo siento cariño, no puedo recogerte hoy. Debo hacer algunos recados. Te quiero.” – Y no vendrá. – finalicé.
— Lo siento, mi coche se ha averiado, pero si quieres te acompaño hasta tu casa. – habló Liam de forma tímida.
— No hace falta, de verdad. – respondí.
— No me importa, de veras. De todas formas yo también tengo que volver a pie.
— Oh, de acuerdo. – empezamos a caminar. El sol empezaba a esconderse detrás el horizonte, y una tenue luz anaranjada iluminaba nuestros rostros. Estuvimos callados casi todo el camino, hasta que Liam habló.
— ¿Sufres bulimia? – paré en seco. Lo miré extrañada y confusa. ¿Cómo lo sabía?
— ¿Quién te lo ha dicho? – hablé secamente.
— Lo… Lo leí en tu, tu di-diario. – tartamudeó. Alcé mis cejas sorprendida. – Bueno, Ni-nicole lo leyó en voz alta esta mañana. – la sangre empezó hervir dentro de mi ser. Lágrimas furiosas empezaron a recorrer mi rostro. Hasta convertirse en sollozos. – No pequeña, no. – dijo Liam abrazándome entre sus trabajados brazos. – No es malo llorar. – alcé mi vista, encontrándome con un precioso par de ojos chocolate. – Mi… mi hermana también era bulímica…
— ¿De verdad? – pregunté con cierta sorpresa. El asintió.
— Y… murió. – el silencio se apoderó del lugar, mientras los dos observábamos el sol desaparecer lentamente. Cuando se escondió totalmente detrás del horizonte abracé al castaño con fuerza.
— Lo siento mucho Liam.
— No lo sientas Lulú. – sonrió tiernamente.
— ¿Lulú? – reí tímidamente.
— Sí. – respondió.
— Está bien, Leeyum. – los dos reímos.
— Lulú y Leeyum. – mencionó riendo Liam.
Seguimos caminando hasta llegar a mi casa. El camino pasó rápidamente entre risas, charlas y tonterías.
— Hasta mañana, Leeyum.
— Hasta mañana Lulú.
El mejor día de mi vida, sin duda. Pero todavía no había acabado. Justo cuando me disponía a irme a dormir, recibí un bonito mensaje:
“Que sepas que te puedo considerar ya mi mejor amiga, Lulú.
Eres tonta enana.”
Una enorme sonrisa surcó mis labios. Ese, era el primer amigo que había tenido en toda mi vida. No podía estar más feliz. En un solo día, había conseguido cinco nuevas amistades.
Reitero, el mejor día de mi vida.
— ¡Oh, por dios! Ese vestido está pasado, es de hace ya treinta y cinco minutos. – exclamó Jo emulando la chillona voz de Nicole. La verdad, no se le daban nada mal las imitaciones. Me sentía a gusto con esas chicas. Nunca había confiado tanto en nadie. Un ejemplo de ello, fue cuando les conté que tenía bulimia. No sabía porque lo había confesado, ya que yo soy muy tímida, pero esas chicas me transmitían tanta confianza, que decidí confesárselo a ellas. Desvié mi vista hacia las demás mesas de la cafetería. Noté una penetrante mirada encima de mi persona. En efecto, el popular Liam Payne, uno de los chicos –quizás el que más- inteligentes del instituto.
Vi como uno de sus amigos le llamaba la atención. Entonces, aproveché para sacar mi cuaderno de dibujo de la bolsa. Empecé a dibujar los rasgos de aquel atractivo joven. Inconscientemente, mordí mi labio inferior cuando finalicé el retrato. No podía estar enamorándome. No podía, o tal vez, no quería… El timbre resonó por todo el comedor. Todos los jóvenes presentes se levantaron de sus sitios para dirigirse a sus respectivas clases. Me despedí de las chicas, ya que no las vería más en todo el día. Puse rumbo a la clase que me tocaba a aquella hora: Biología.
Me senté en la última fila, como de costumbre, no me gustaba ser vista. El profesor entró en la clase, provocando que toda charla que se estuviera procesando en ese momento, fuese interrumpida. Rápidamente saqué mi libreta de apuntes, y empecé a escribir todo lo que el profesor dictara o explicara. La puerta se abrió repentinamente, dejando paso a Liam, quién llegaba tarde.
— Llega tarde, señor Payne. – profirió el maestro estrictamente.
— Lo sé, lo siento. Pero he ido a buscar el cuaderno a mi coche, me lo había dejado allí.
— Está bien, solo por esta vez, tome asiento. – maldije en un susurro. El único lugar disponible era el de mi lado. Liam miró hacia mi dirección, mostrando una mueca de incredulidad. A paso lento, empezó a caminar hasta mi mesa, hasta sentarse a mí lado.
Las dos horas que duraba la clase, pasaron de forma eterna. Por fin el timbre sonó.
— ¡Esperad! – exclamó el profesor – antes de marcharos, debo explicaros algo. – todos los alumnos, retrocedieron hacia sus asientos – el trabajo consistirá en buscar el hábitat, alimento, características principales y aspecto físico de los animales que os encargue. El trabajo se realizará por parejas, que ahora dictaré. – sacó una hoja de su maletín. – Elisa Perker, con Martha Smith. Rachel Berry, con Finn Hudson. Lucy Stark con… - mi corazón latía tan rápido, que parecía que fuera a explotar, jugaba nerviosamente con los dedos índice de mi mano – Liam Payne.
Abrí los ojos exageradamente. Eché un vistazo a mi compañero. Compartíamos la misma expresión en el rostro. El maestro terminó de nombrar alumnos y al fin, dio permiso para que nos marcháramos. Liam y yo nos quedamos patidifusos, de pie, sin hacer nada. Hasta quedar solos en el lugar.
— Ehm… Este fin de semana, si quieres puedes venir a mi casa y empezamos el trabajo. – articuló nervioso el oji-chocolate.
— Oh, por supuesto. ¿Dónde vives? – pregunté sacando un papel y un bolígrafo para apuntar. Después de dictarme su dirección, me dio su número telefónico y nos despedimos.
Salí al exterior del edifico a esperar a mi padre. Estuve casi veinte minutos esperando, pero nadie llegó. Suspiré fastidiada.
— ¿Lucy? – escuché detrás de mí. Volteé para ver quién me había llamado. Me sorprendió ver que era Liam - ¿Qué haces todavía aquí?
— Estoy esperando a mi padre, pero todavía no ha venido. – entonces mi teléfono emitió una leve vibración. Era un mensaje de mi padre. “Lucy, lo siento cariño, no puedo recogerte hoy. Debo hacer algunos recados. Te quiero.” – Y no vendrá. – finalicé.
— Lo siento, mi coche se ha averiado, pero si quieres te acompaño hasta tu casa. – habló Liam de forma tímida.
— No hace falta, de verdad. – respondí.
— No me importa, de veras. De todas formas yo también tengo que volver a pie.
— Oh, de acuerdo. – empezamos a caminar. El sol empezaba a esconderse detrás el horizonte, y una tenue luz anaranjada iluminaba nuestros rostros. Estuvimos callados casi todo el camino, hasta que Liam habló.
— ¿Sufres bulimia? – paré en seco. Lo miré extrañada y confusa. ¿Cómo lo sabía?
— ¿Quién te lo ha dicho? – hablé secamente.
— Lo… Lo leí en tu, tu di-diario. – tartamudeó. Alcé mis cejas sorprendida. – Bueno, Ni-nicole lo leyó en voz alta esta mañana. – la sangre empezó hervir dentro de mi ser. Lágrimas furiosas empezaron a recorrer mi rostro. Hasta convertirse en sollozos. – No pequeña, no. – dijo Liam abrazándome entre sus trabajados brazos. – No es malo llorar. – alcé mi vista, encontrándome con un precioso par de ojos chocolate. – Mi… mi hermana también era bulímica…
— ¿De verdad? – pregunté con cierta sorpresa. El asintió.
— Y… murió. – el silencio se apoderó del lugar, mientras los dos observábamos el sol desaparecer lentamente. Cuando se escondió totalmente detrás del horizonte abracé al castaño con fuerza.
— Lo siento mucho Liam.
— No lo sientas Lulú. – sonrió tiernamente.
— ¿Lulú? – reí tímidamente.
— Sí. – respondió.
— Está bien, Leeyum. – los dos reímos.
— Lulú y Leeyum. – mencionó riendo Liam.
Seguimos caminando hasta llegar a mi casa. El camino pasó rápidamente entre risas, charlas y tonterías.
— Hasta mañana, Leeyum.
— Hasta mañana Lulú.
El mejor día de mi vida, sin duda. Pero todavía no había acabado. Justo cuando me disponía a irme a dormir, recibí un bonito mensaje:
“Que sepas que te puedo considerar ya mi mejor amiga, Lulú.
Eres tonta enana.”
Una enorme sonrisa surcó mis labios. Ese, era el primer amigo que había tenido en toda mi vida. No podía estar más feliz. En un solo día, había conseguido cinco nuevas amistades.
Reitero, el mejor día de mi vida.
- Hi! <3:
- Sé que está muy mal, pero no estaba inspirada. Jo, amé tu capítulo. ¡A Lucho le gusta Jo!
Espero tu capítulo Leidy. 
Invitado
Invitado
Re: Diana|N.C|One Direction|Cancelada
por Invitado Lun 11 Nov 2013, 8:34 am
me encanto el capitulo lo siento por no haber comentado antes pero es capitulo te quedo tan askdadja en fin espero que siga la siguiente pronto para empezar a leer
Invitado
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