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Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 23.
El frío cortante atravesó el pesado abrigo de Liam.
Finalmente fueron capaces de encontrar una ligera huella en la nieve, a casi una milla fuera de la ciudad. Él y Louis alumbraron el terreno con las linternas, moviéndose tan rápido como podían a través de la ventisca.
Caían copos y húmedos, cubriendo las huellas casi tan rápido como las descubrían.
—Hay una choza justo delante —le gritó Liam a Danielle, quién venía en la retaguardia.
Avanzaron la distancia restante, por la fuerte ventisca, hasta llegar a la vieja choza que estaba a pocos pasos. Cogió el rifle y se lo echó sobre el hombro, preparándose para disparar.
Kevin caminaba detrás de él, apuntando la puerta con el rifle.
—Ilumina la puerta, entraré —ordenó Liam.
Contó hasta tres y embistió la vieja puerta de madera. Se rompió y Liam tropezó hacia dentro.
Louis se apresuró detrás de él, iluminando, mientras tenía el arma preparada.
— ¡Allí, en el rincón! —exclamó Liam.
Danielle entró detrás de ellos, con la pistola en la mano.
— ¿Encontraron algo? —preguntó ella jadeante.
Liam no contestó. Su atención estaba enfocada en el pequeño niño acurrucado en el rincón de la choza. Arrodillándose en frente del niño, Liam alcanzó y tocó la fría piel del niño.
Para su alivio, el niño se meció y abrió sus ojos.
—Gracias a Dios —murmuró Liam.
Inmediatamente, Danielle empezó a dar órdenes por el radio, mientras daba su posición. Pidió EMS y pidió al operador que informe los padres que el niño había sido encontrado.
—Sean —dijo Liamsuavemente—. Hemos llegado a llevarte a casa.
—El hombre malo dijo que no podía volver a casa —tartamudeó Sean—. No hasta…
— ¿No hasta qué? —exigió Danielle.
Con la ceja fruncida en confusión y los labios temblando por el frío, Sean contestó:
—Dijo que tenía que cumplir mi objetivo. ¿Que significa?
Liam miró a los otros y encogió los hombros. ¿Qué chalado raptaba a un niño y lo dejaba para morir de frío?
Se agachó y cogió a Sean, acunándole en los brazos.
—Te llevaremos a casa, Sean. Tu madre estuvo muy preocupada.
—No dejes que el hombre malo le haga daño —murmuró Sean contra la camisa de Liam.
—No te preocupes, hijo. No podrá herir a tu madre.
Sean levantó la cabeza.
—No a mamá. La mujer. El hombre malo dijo que iba a ocuparse de una mujer.
Helados escalofríos de miedo empezaron a recorrer el cuerpo de Liam. Miró a los otros, y el terror empezó a llenarle.
—Cógelo —ordenó a Louis.
Después de que Louis tomó al niño en los brazos, Liam buscó su teléfono. Marcó el número de la casa y esperó mientras sonaba. Dejó sonar veinte veces antes de renunciar. Juró por lo bajo.
—Es medianoche —dijo Danielle—. Probablemente están durmiendo.
—Ya, y mi señal es mala —dijo Liam, intentando disipar la horrible premonición que sentía—. Volveré a intentarlo cuando lleguemos a la ciudad.
— ¿Preparados para irse? —preguntó Danielle mientras aseguraba la cuerda del trineo.
Louis dejó a Sean en el trineo y lo arropó con el edredón. Después, él y Liam cogieron la cuerda y empezaron a empujar el trineo por la nieve. Había como una hora hasta la ciudad, y Liam estaba muy preocupado.
Cuarenta cinco minutos más tarde, sin aliento y avanzando lentamente por la nieve, Louis y Liam se pararon un momento para descansar.
—Ya no queda mucho —dijo Danielle.
Liam asintió, sin aliento para contestar. Su móvil sonó, acabando con el silencio de la noche. Liam dejó la cuerda y buscó frenéticamente el teléfono y contestó:
—Liam.
—Liam... —la voz de ____, débil y trémula, se escuchó por la línea.
—¿____? —se sentía aliviado.
—Liam, gracias a Dios —la voz parecía un poco más fuerte—. No tengo mucho tiempo. —Podía oír lágrimas en su voz, y se sintió aterrado—. Mató a Harry —sollozó ella.
La sangre de Liam se heló.
—____, ____, ¿cariño, dónde estás? ¿Estás bien? —gritó.
—No sé donde estoy —contestó, la voz estaba desesperada—. Él me llevó. Por favor ven a buscarme —la voz se rompió.
— ¡Maldita perra, dame esto!
Liam apretó el teléfono, paralizado, mientras oía la escena del otro lado del teléfono. ____ llorando. Liam oyó una bofetada. Y el teléfono se colgó
— ¡Dulce Jesus!
Louis lo agarró por el hombro.
— ¿Qué demonios está pasando?
—____ —Liam dijo sofocado—. Dijo que Harry está muerto. Y que alguien la tiene.
Louis dejó la linterna que llevaba.
—Tenemos que ir a la cabaña. Harry. Dios mío. —Liam no podía formar otro pensamiento coherente.
—Pueden marcharse —dijo Danielle —. Puedo llevar a Sean de aquí. Irán más rápido sin el trineo. Llamaré por radio pidiendo refuerzos, cogeré un coche tan rápido como puedo. Mis ayudantes están cerca.
Liam no esperó a oír algo más. Él y Louis empezaron a correr por la nieve. Harry. Muerto. Las palabras se repetían una y otra vez, llenando su mente como una enfermiza letanía.
El bastardo les atrajo, secuestrando un niño, y ahora tenía a ____. Su sangre se enfrió. Más que la nieve que envolvía sus piernas. ____ moriría si no la encontraran y rápido.
Adelante, el brillo de las luces de la ciudad resplandecía contra la nieve. Liam aumentó la velocidad, decidido a llegar al jeep tan rápido como era posible. Louis se mantenía detrás de él, absteniéndose de expresar los miedos que merodeaban en sus pensamientos.
Llegaron a la parte de atrás de la tienda de Riley y continuaron corriendo alrededor del aparcamiento, cruzando la calle, donde estaba aparcado el Land Rover. Varias personas, incluso los padres de Sean gritaron preguntas, pero Liam ignoró todo, menos al coche.
Se lanzó en el asiento del conductor, encendió el motor y le dio marcha atrás. Louis apenas entró, antes de que Liam se disparara calle abajo.
El camino hasta en la cima de la montaña parecía eterno y a cada minuto, Liam rezaba.
—Dios, no te los lleves.
Agarró el volante, tomando las curvas más rápido que nunca.
—Que estén bien. No te lleves a Harry.
Tomaron el camino de entrada, y los dos saltaron hacia la puerta. La casa estaba oscura. Liam entró bruscamente, gritando el nombre de Harry. Louis pasó por su lado, alcanzando el interruptor.
Maldijo cuando las luces no se encendieron y volvió a gritar el nombre de Harry.
Liam paró en seco cuando escuchó un bajo gemido. Saltó por encima del sofá, hacia el pasillo, en dirección a las habitaciones de huéspedes.
— ¡Consígueme luz! —le gritó a Louis.
— ¡Harry! ¡Harry! —Liam se lanzó al suelo, al lado de su hermano herido.
Louis apareció con una linterna y alumbró el cuerpo de Harry. Su pecho estaba cubierto de sangre, pero sus párpados temblaron cuando la luz le dio en la cara.
—Harry, soy yo, Liam. ¿Puedes oírme?
— ¿Cómo no podría, cuándo me estás gritando en el maldito oído? —se quejó Harry.
Liam suspiró de alivio, y se relajó.
—Bastardo, me quitaste diez años de vida.
—____ —empezó Harry, y su voz se rompió—. Tiene a ____.
— ¿Dónde te disparó? —exigió Liam, sin centrarse en ____ por solo un momento. Tenía que tomarlo de uno a uno, y en este minuto, necesitaba estar seguro que Harry estaba bien.
—En el hombro —contestó Harry jadeando.
— ¿Puedes levantarte?
Harry se movió y gimió de dolor.
— ¡Liam! — llamó Danielle desde la puerta—.¿Estás aquí?
—Aquí —contestó Louis, moviendo la linterna hacia ella—. ¿Cómo llegaste tan rápido?
—He dejado al niño en la ciudad y vine tan rápido como pude. ¿Jesus Cristo, qué demonios pasó aquí? —preguntó mientras se arrodillaba al lado de Harry.
—Ayúdame a ponerme de pie, maldita sea —dijo Harry desesperado—. Tiene a ____.
— ¿Quién la tiene, Harry? —exigió Liam.
Él y Louis levantaron a Harry y Liam le pasó un brazo alrededor para que no se cayera. Guiaron a Harry hacia el sofá y lo sentaron.
—Tenemos que llevarte al hospital —dijo Louis.
—No.
—Harry, no estás en forma para ir a ninguna parte, solo al hospital.
—Atravesó la carne —jadeó—. No me voy a ninguna parte, mientras que ____ sigue fuera con ese bastardo —se rompió—. Le hizo daño. Lo oí pegándola.
Liam apretó los dedos en puños. Él también oyó al bastando pegando ____.
— ¿Qué más oíste, Harry? ¿Dijo algo? Tenemos que encontrarla.
—Hizo una llamada. Dijo algo sobre una lejana cabaña y cabos sueltos.
— ¡Cristo! —cabaña lejana. Cual si hubieran bastantes esparcidas por los Rocosos.
—Actuó cual si fuera cerca —dijo Harry, mientras puso una mano en el hombro. Sangre roja brillante escapaba a través de sus dedos.
—Necesitas ir al hospital. Danielle, ¿puedes asegurarte de que llegará allí? —preguntó Liam.
—No iré —dijo Harry mordaz.
—Solo nos retrasarías —dijo Liam—. No podemos perder ni un minuto. La matará.
Harry miró desoladamente a Liam.
—Le he fallado.
—Cree que estás muerto —dijo Liam—. Lo mejor que puedes hacer es ir al hospital, para evitar que suceda lo que piensa ella.
Harry se levantó.
— ¿Cómo sabes lo que piensa ella?
Liam le explicó rápidamente la llamada y dispuso con Danielle que lleve a Harry al hospital. Su mente trabajaba furiosamente, intentando formar un plan de acción.
—Vamos, Louis.
Se paró suficientemente para coger más munición para los rifles y salió corriendo de la casa hasta el jeep. Louis saltó a su lado.
—Cerca, cabaña lejana. ¿Cree qué podía haberla llevado a Blythe Meadow? —preguntó Louis mientras Liam conducía.
—Es un buen lugar —asintió Liam—. Encaja. Si no allí, quizá en la vieja cabaña del minero. Comprobaremos a las dos.
Louis miró la ventana en silencio. Entonces, se volvió hacia Liam con ojos llenos de angustia.
— ¿Y si lleguemos demasiado tarde?
Liam agitó la cabeza y apretó el pie en el acelerador.
—No podemos llegar demasiado tarde, Louis. No podemos.
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 24.
____ abrió los ojos lentamente, sorprendida por el esfuerzo que necesitaba hacer. El aire era helado a su alrededor, y le dolía la mandíbula. No reconoció el entorno. Estaba en un cuarto de una cabaña, acostada en el suelo. Movió los brazos y descubrió que ya no tenía las esposas que tenía antes.
Sombras pálidas de luz entraban por la ventana. Amanecía. Así que llevaba allí hay por lo menos dos horas.
Lágrimas escapaban de sus párpados. Harry. Nunca le había dicho que lo amaba. Y ahora ya no tendría la oportunidad de decirlo.
Un sonido la sorprendió y el dolor asaltó su cadera, cuando el raptor la pateo.
—Veo que estás despierta. Bueno. Ahora levántate.
Lo miró cautelosamente. Fue la primera vez que lo hizo de verdad. Esperaba encarar un hombre vil y brutal, pero solo veía lo que parecía ser un hombre amable, de apacible altura y tamaño medio.
Sonrió como si leyendo sus pensamientos.
—No te dejes engañar por mi buen aspecto, mí querida. Ahora, te puedes levantar tú sola o puedo obligarte, y te aseguro, no será una experiencia agradable.
Quedó paralizada por el terror. Quiso vomitar. Puso las manos en el suelo y consiguió impulsarse para ponerse de pie. En cuanto se levantó, el hombre le agarró el brazo y la empujó en dirección a una silla.
—Toma asiento.
Se hundió en la silla situada tras un viejo escritorio. La silla estaba rota y crujió cuando coloco su peso en ella, por un momento, temió que se desmoronaría.
Puso su mano en el escritorio para equilibrarse. Estaba helada. Más helada que en cualquiera otro momento de su vida. No había ningún calor en la cabaña.
Ninguna protección contra el frío. Sentía los miembros congelándose. Temblaba incontrolablemente. Una vez que comenzó, no podía parar.
El hombre encendió un cigarrillo y perezosamente, sopló el humo. Apoyándose contra la mesa, la observó con ojos fríos.
—No tengo paciencia para rodeos. Voy a matarte.
El pánico la inundo. Su garganta se endureció, y por un momento no pudo respirar. No quería morir.
—Voy a ser civilizado al respecto.
Pareció asombrarse con su proclamación. Hasta emitió una risa seca.
—Voy a ofrecerte una elección. Una muerte rápida e indolora, o —pausó para hacer efecto— puede ser problemática, prolongada, y muy dolorosa. Tu elección.
Sintió que la boca se le secaba.
—Todo lo que tienes que hacer es decirme a quien más le contaste lo qué pasó en la noche de su boda. Muy simple. El Sr. Bardwell está muy ansioso para proteger sus intereses. Lo que sería difícil en una celda de prisión, estoy seguro que te puedes imaginar.
Sacó un grande y afilado cuchillo, a medida que hablaba. Acarició el metal frío y brilloso con las puntas de los dedos, moviéndolos de la extremidad hasta la punta.
La mente de ____ se desboco. Era un bastardo hablador. Claramente disfrutaba de la situación. Obviamente si hablaba, terminaría con el asunto en minutos. Miró el cuchillo, el terror recorriéndole todo el cuerpo.
Cerró los ojos e intentó encontrar valor. Recordó a Harry y se mordió el interior la mejilla para alejar el llanto. No podía permitirse que aquel bastardo escapase después de lo que hizo.
— ¿Entonces lo qué será, Sra. Bardwell? ¿Podemos tener una breve conversación antes de su intempestivo fallecimiento?
Con las manos abiertas sobre escritorio, se quedó en pie.
—Vete al infierno —escupió.
Sus ojos se endurecieron. Cruzó el espacio entre ellos y sin advertencia, agarró su brazo y lo empujó hacia atrás. La giró hacia el escritorio. Gimió de dolor y él continuó a haciendo una presión enorme en su brazo.
Empujó más alto. Gritó en agonía y sintió un crujido.
¡Había quebrado su brazo!
Soltándola, dejó su brazo caer, oscilando a su lado. Sintió que la vista se le nublaba cada vez más, hasta se temió desmayarse por el dolor. Llevó la mano el escritorio, intentando mantenerse de pie. Las puntas de los dedos encontraron un lápiz y ella lo agarró.
Se sintió invadida por la ira, la adrenalina zumbando por sus venas, se giró, con el lápiz en la mano y lo hundió en el rostro de su torturador. Ahondó en su mejilla, y él se alejó con un aullido de dolor.
Ella no desaprovechó el tiempo. Ignorando el terrible dolor de su brazo, se arrojo hacia él, golpeándolo con la rodilla en el ingle. Una vez, dos veces y una tercera hasta que él cayó al suelo.
Ella no dudo ni un momento. Corrió.
Llegó la puerta de la cabaña y salió. La helada nieve alcanzaba sus caderas, mientras intentaba caminar.
Su corazón palpitaba. Nunca conseguiría salir de allí. La nieve estaba demasiado alta. Demasiado profunda. Con aquella ropa, ella se congelaría antes de encontrar un lugar seguro.
Apretó su mandíbula hasta sentir dolor. No moriría en las manos del bastardo. Si ella moría, no sería sin luchar.
Ignorando el dolor, el frío y el adormecimiento que afectaba sus miembros, luchó para seguir adelante, determinada poner tanta distancia como pudiera entre ella y su raptor.
Se dirigió a los árboles, intentando perderse en el área boscosa. Una risa histérica broto de su garganta. ¿Cómo podía perder a alguien, con tres pies de nieve?
Sintió la cabeza tirada hacia atrás. La tiró la mano que agarraba su pelo con firmeza. No se intimidó, luchando con uñas y dientes. Sentía que la supervivencia era posible.
El metal brilló en el inicio del sol matutino. Entonces sintió el dolor estallando en el pecho. Cayó en la nieve, vagamente consiente del hombre agarrando un cuchillo arriba de ella. El brazo sano se hundió en el hielo.
La mano palpó, hasta encontrar una piedra. La agarró firmemente, y se dispuso para hacer su última tentativa.
Con un grito de ira, arrastró el brazo adelante y batió en la cabeza del hombre con la piedra, mientras el cuchillo bajaba en su dirección. Esta vez la alcanzó debajo del hombro, haciendo un largo corte en el brazo.
Él cayó con el rostro en la nieve, y ella no le dio tiempo para recobrarse. Rodó, levantando la piedra de nuevo y golpeó tan fuerte como podía. Él se quedo quieto, y ella arrojo la piedra.
Rodó y se alejo, intentando desesperadamente recobrar el control.
El mundo giraba y giraba a su alrededor, estaba agonizando. Él la apuñaló en el pecho. Podía sentir la sangre caliente corriendo por la piel. El brazo caído osciló del lado. De alguna manera tenía que hallar un modo de llegar a casa.
Tropezó colina abajo, lejos de la cubierta de los árboles. Ahora necesitaba estar en el claro. Su esperanza era ser rescatada.
Cerró los ojos. Nunca les diría que los amaba. Lágrimas calientes caían, mezclándose con la sangre que corría libremente por su cuerpo. Si solamente pudiera decirlo.
Liam aceleraba el jeep hasta el límite. Durante dos horas, buscaron en cada rincón de la montaña. Existía solo una posibilidad más, y a pesar de sus esfuerzos, estaba perdiendo rápidamente la esperanza.
—Después de la siguiente curva, salga de la carretera —indicó Louis, con voz lúgubre—. Esperemos que la nevada no haya hecho el trayecto intransitable.
Liam tomo la curva y frenó hasta precipitarse en la salida.
— ¡Liam, mira! —exclamó Louis.
Liam no perdió el tiempo. Había marcas frescas. Recién hechas. De un vehículo. Aceleró por el declive áspero, deslizando y oscilando en la nieve. Controlando el coche con dificultad, por el camino, hasta la vieja cabaña minera.
Un SUV negro se reflejó en la luz solar. Liam rugió cuando paró, agarró el rifle y saltó fuera del jeep. Louis lo siguió rápidamente, el arma de fuego apuntada y lista.
Frunció el ceño cuando vio la puerta totalmente abierta. Miró por la ventana y vislumbró el interior. Estaba desierto.
Él y Louis entraron rápido.
—Alguien estuvo aquí —murmuró Louis— recientemente. —Agarró un cigarrillo caído en el suelo y lo arrojo lejos.
El corazón de Liam palpitaba, mientras miraba a su alrededor. Había señales visibles de una pelea. Sangre en el suelo. Se volvió y corrió hacia la puerta, sus ojos buscaban señales frescas en la nieve.
Las profundas huellas de la nieve se alejaban de la cabaña, hasta los árboles, a lo lejos. Él y Louis salieron del porche y empezaron a seguir las pisadas.
Algunos segundos más tarde, Louis levantó la mano para detener a Liam.
— ¡Mira!
Apuntó un cuerpo a lo lejos. Corrieron hasta hallar un hombre hundido en la nieve. Le sangraba la cabeza.
Liam lo giró. Estaba inconsciente. La esperanza aumentó el ritmo de su corazón. ¿____ había escapado?
Entonces sus ojos vieron la sangre roja oscura que manchaba la nieve. Sangre que no venía del hombre. Sus ojos siguieron las salpicaduras a través de la nieve, seguían colina abajo.
— ¡Vamos! —gritó él.
Descendieron la colina, siempre siguiendo el rastro de sangre. Liam rezando todo el tiempo. Dios, déjanos encontrarla. Haz que ella esté bien.
— ¡Liam , está allí!
Liam miró hacia delante, a tiempo, para ver a ____ tambalearse y hundirse en la nieve. Corrió las restantes treinta yardas, con el corazón gritando todo el tiempo.
Cuando llegó a ella, la agarró y la abrazó.
—Oh Dios —gimió.
Había tanta sangre. Bañaba todo su frente. El brazo estaba caído en un ángulo extraño, hinchado y descolorido.
—¡____! ____, cariño —lloró él.
Louis se arrodilló a su lado y le ayudó sacarla de la nieve.
Sus ojos temblaron levemente. La desorientación los nublaba. Empezó a empujar y empujar, intentando levantarse.
Estaba llena la adrenalina, que empezaba a desaparecer. Empezó a temblar violentamente.
—Está entrando en choque —dijo Liam—. Tenemos que sacarla de aquí, ahora. Llame por el radio. Diles que tengan el helicóptero esperando. Tenemos que sacarla de la montaña lo más rápido posible.
—Harry —clamó—. Oh Dios, Harry —ella luchaba débilmente contra Liam y lágrimas se deslizaban por su cara.
—Shhh, cariño. Harry está bien. Te lo juro.
Ella no pareció escucharlo.
—Nunca les dije que… nunca les dije que los amo —susurró.
Liam la estrechó más contra de él. Enterró los labios en su pelo y parpadeó para alejar las lágrimas.
—Dios, yo también te amo, cariño. Yo también te amo.
Se levantó, agarrándola cuidadosamente en sus brazos. No tenía idea de la extensión de sus heridas, pero tenía que bajar rápidamente la montaña.
Louis se adelanto, haciendo un camino en la nieve para Liam. Lucharon para ascender la colina, cada paso era dolorosamente lento. Finalmente, vieron el jeep. Louis siguió enfrente, redoblando sus esfuerzos.
—Toma el botiquín de primeros auxilios —le pidió Liam—. Yo me sentaré detrás con ella. Necesito intentar parar la hemorragia.
Louis entró y agarró el botiquín de primeros auxilios, varios mantas y un montón de vendas.
En cuanto Liam se sentó con ____, Louis encendió el motor y siguió por el trecho, en dirección a la carretera principal.
— ¿Cómo está, Liam? Necesito saber algo —preguntó Louis, la desesperación era presente en su voz.
—El bastardo le quebró el brazo. Parece con que la apuñaló en el tórax. ¡Cristo, tiene tanta sangre!
Encontró la herida, la vendo firmemente. Llevó un dedo a su cuello, sintiéndole el pulso. Era débil e irregular, pero batía contra la piel.
Mantuvo las fajas apretadas con firmeza contra la herida del tórax. Necesitaba reducir el flujo de sangre.
—Harry...
____ estaba solo medio consciente, y completamente inconsciente de la presencia de él y Louis.
Liam alejó el pelo de su rostro.
—Está todo bien con Harry, cariño. ¿Me oyes?
Balanceó la cabeza, pequeños gemidos ásperos escapaban de su garganta.
—Frío…tan frío.
—Aumente el calor, Maldición —gritó Liam a Louis.
Juntó las mantas más apretadas alrededor de ella, intentando infundir calor en su cuerpo.
El ruido del radio lo interrumpió, y oyó contestar a Louis, pero su atención estaba en ____ y en la sangre que empapaba las vendas de sus manos.
—El helicóptero está casi aquí —le llamó Louis—. Van a aterrizar en el pasto de Duffy. Estaremos allí en aproximadamente dos minutos.
Liam respiro con alivio. Estaban casi allí; cuanto más rápido llegara ____ al hospital, tendrá más oportunidades de supervivir.
— ¿Alguna noticia sobre Harry? —pregunto Liam.
—Danielle dijo que lo trasladaron a Denver. Al mismo hospital al cual enviarán a ____. Están preocupados por la cantidad de sangre que perdió.
La voz de Louis mostraba su preocupación, y los nervios de Liam se agitaron más aun.
— ¿Pero está bien, verdad?
—Dijo que perdió la conciencia antes de despegar. No sabía nada más.
— ¡Mierda!
Cerró los ojos y quiso aullar de furia y frustración. Lágrimas escapaban de sus párpados, y él cerró los ojos con firmeza para no dejarlas salir. Nunca se había sentido tan impotente en toda su vida.
Dos de las personas más importantes de su vida, aparte de Louis, arrancadas de su lado.
Se agarró al asiento, cuando el jeep paró abruptamente. La puerta se abrió inmediatamente, y el médico del helicóptero empezó a examinar ____.
El médico gritó instrucciones, y dos enfermeros corrieron para atenderla. Liam salió del coche y los dejó asumir el control.
Una mano se deslizó por su hombro, y Liam se volvió para ver a Danielle.
—Solo quiero que sepas cuanto siento lo que ocurrió, Liam.
—Lo sé, Danielle.
— ¿hay alguna cosa qué pueda hacer?
Se volvió a mirarla.
—Hemos dejado al hombre en la vieja cabaña minera. Probablemente estará muerto. Podrías enviar a uno de tus ayudantes a traerlo.
Danielle lo miro con agudeza.
— ¿No lo mataste, verdad, Liam?
—No, pero quise hacerlo —respondió él.
Los médicos sacaron a ____ del coche y la se acostaron en la camilla. Louis y Liam corrieron allí, pero los detuvo el paramédico.
—La situación es crítica, señor. Lo siento, pero no podemos malgastar ni un segundo.
Liam abrió la boca, queriendo hacer a pregunta, pero se detuvo. En vez de eso, observó mientras ellos empujaban la camilla al helicóptero. El médico de vuelo entró y le dio señal para despegar al piloto. Segundos más tarde, el helicóptero cortaba el aire y volaba en dirección a Denver.
—Vamos, Liam —le llamó Louis con voz cansada. Sonaba como si él también se estuviera conteniendo a duras penas—. Nos llevara algunas horas para llegar a Denver.
Liam, arrastrándose, siguió a Louis y se subieron en el jeep. Tenía miedo. Miedo de lo que encontraran cuando llegarán al hospital.
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 25.
Liam consiguió sacar de quicio por lo menos a seis personas, antes de descubrir dónde estaban Harry y ____. Dio vueltas por Emergencias, hasta que lo amenazaron con ser detenido si no se calmaba.
____ había sido llevada a cirugía, pero Harry estaba aún en Emergencias, recibiendo una transfusión de sangre. Al principio, les dijeron que Louis y Liam no podían verlo todavía, pero después de que Liam juró que destruiría el vestíbulo pedazo a pedazo, la enfermera cedió y permitió que entraran.
Liam abrió la puerta, ansioso por ver a su hermano menor.
La apariencia de Harry lo conmocionó. A su lado, Louis también contuvo el aliento.
Pálido, demacrado, ojeras alrededor de los ojos, Harry era horrible, para decirlo simplemente. Su hombro estaba fuertemente envuelto en vendas, y salían de él suficientes cables como para alimentar la electricidad de una pequeña ciudad.
Los ojos de Harry temblaron al abrirse, cuando entraron sus hermanos. Levantó la cabeza, el dolor marcando profundas arrugas en su frente.
— ¿Dónde está? ¿La habéis encontrado? —exigió.
Liam se detuvo al lado de la cama, con las rodillas débiles por el alivio. No había pasado nada con Harry, que algunos días en el hospital no pudieran arreglar.
—La encontramos —murmuró Louis.
— ¿Dónde está? —masculló Harry con los dientes apretados.
Liam se pasó la mano por el pelo, intentando desesperadamente mantener la compostura.
—Está aquí. En el hospital —Louis habló más alto.
A Harry le brillaron los ojos.
— ¿Cómo está?
—No lo sabemos — dijo Louis.
Harry volvió la mirada en dirección a Liam, tragó saliva y preguntó:
— ¿Qué pasó?
Liam cerró los ojos.
—La apuñaló en el pecho y le quebró un brazo. Está en cirugía. La trajeron hasta aquí en helicóptero. No sabemos mucho.
Harry volvió a hundirse entre las almohadas, con el rostro pálido. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Liam sintió una punzada dolorosa en el corazón. No volvió a ver a Harry lorar desde que eran niños.
— ¿Ella… ella estará bien? —murmuró él.
Liam cambió una mirada con Louis. No quería mentirle, pero Harry no estaba en condiciones de sobrellevar ese tipo de carga.
—Creo que ella se pondrá bien —dijo Louis, rezando para que no fuera mentira.
—No la protegí. La fallé —dijo Harry desoladamente.
—Yo les fallé a ambos —dijo Liam—. No debí dejarlos solos. Pero ahora, no podemos pensar en estas cosas.
Louis puso una mano en el hombro sano de Harry.
— ¿Cómo te sientes?
—Estoy furioso —dijo Harry airadamente—. Permití que ese bastardo se saliera con la suya.
— ¿Qué dijo el médico sobre tu hombro? —preguntó Liam, volviendo firmemente el tema de conversación a Harry.
Harry cerró de nuevo los ojos y se hundió más profundo en la almohada.
—Dijo que estaré bien. Me dio sangre, cosió la herida. Quiere que me quede un día o dos, pero en líneas generales, dijo que soy un bastardo afortunado.
Abrió un ojo para mirar fijamente a Liam.
— ¿Cómo la encontraron? ¿Qué pasó? No me han contado nada.
—Podemos hablar de eso más tarde —pidió Liam.
Estaba seguro de que no necesitaba enfurecer a Harry más de lo que ya estaba.
—No me protejan —Harry dijo ferozmente—. ¡Díganme exactamente qué le sucedió, Maldición!
—Si no te calmas, conseguirás que nos expulsen de aquí —dijo Louis.
Fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió y una enfermera asomó la cabeza en la habitación. Hecho una ojeada a la libreta que cargaba en la mano.
— Sr. Tomlinson y Payne. La Sra. Bardwell salió de la cirugía. Pensé que ustedes querrían saberlo. Está en recuperación, pero el doctor bajará en algunos minutos para hablar con usted.
— ¿Cuándo podremos verla? —exigió Louis.
—Tendrán que preguntarle al doctor. Ya sabe que ustedes está aquí. No tardará.
Liam suspiró con frustración.
— ¿Sabe por lo menos cómo está?
La enfermera sonrió amablemente.
—Pasó bien por la cirugía.
Sintió un vacío en el estómago, y por un momento, pensó que podría desmayarse. El alivio lo invadió de forma tan aplastante, que tuvo que buscar rápido un lugar para sentarse o iba a caer.
Se dejó caer en la silla situada al lado de la cama de Harry y hundió la cabeza entre las manos.
—Gracias a Dios —oyó susurrar a Louis.
Liam no se había dado cuenta de lo asustado que había estado. No, hasta ahora. Su respiración salía entrecortada, mientras luchaba por calmar sus violentas emociones. Apretaba los dedos en puños y luego los aflojaba.
Pasaron varios minutos y los hermanos permanecieron sentados en silencio. Entonces se abrió la puerta y entró un hombre mayor vestido de verde. Les lanzó una mirada y se ajustó las gafas.
— ¿Están aquí por la Sra. Bardwell?
—No la llame así —gruñó Harry—. Su nombre es ____.
El doctor parpadeó sorprendido.
—Tomaré eso como un sí.
Louis se levantó y extendió la mano.
—Louis Tomlinson. Y sí, estamos aquí por ____. ¿Cómo está?
El médico estrechó la mano de Joe.
—Dr. Phillips. Hice la cirugía en la Sra.… ____ —se autocorrigió.
— ¿Está bien? —preguntó Harry ansioso.
—Está bien, considerando la condición en la que llegó. Perdió una gran cantidad de sangre. Sufrió una fractura compuesta en el radio. También sufrió una laceración de seis pulgadas en el hombro izquierdo, además de una severa herida de cuchillo en el tórax. Pude reparar algo del tejido dañado y cerrar el corte. Afortunadamente, la hoja del cuchillo no alcanzó órganos vitales. Dos centímetros más a la derecha y habría perforado un pulmón.
Louis solto un suspiro.
— ¿Cuándo podremos verla?
—Está en recuperación. La trasladaremos a un nivel más bajo de cuidados, menor que UTI y un poco mayor que la sala normal de internación. Quiero monitorizar su progreso por algunos días. No veo razón para que ustedes no puedan entrar a verla en cuanto salga de la recuperación.
— ¿Usted nos puede avisar cuando la trasladen? —preguntó Liam.
—Pediré a la enfermera que venga a buscarlos —prometió el Dr. Phillips.
—Gracias —dijo Louis—. Se lo agradecemos.
El doctor asintió y caminó fuera de la sala, cerrando la puerta al salir.
Liam miró a Harry.
— ¿Cuándo te van a llevar a una habitación?
—No tengo ni una maldita idea —refunfuñó Harry—. Han estado palpándome y pinchándome con agujas todo el tiempo.
Liam vio el dolor en los ojos de Harry. Lanzó un vistazo a Louis, para ver si él también lo había notado.
Louis apretó los labios, convertirlos en una fina línea.
— ¿Has tomado algo para el dolor, amigo? —preguntó.
Harry le dirigió una mirada enojada.
—No, Maldición. Quería permanecer despierto y consciente hasta estar seguro que ____ estaba a salvo.
—De acuerdo, ahora que sabes que está bien, voy a llamar a la enfermera para que te dé algo.
—No lo necesito —dijo Harry entre dientes.
—Harry, te dispararon. No puede sentirte tan genial —Louis levantó la voz—. Deja de ser un idiota obstinado y toma la medicina.
—Puedes tomarla por las buenas o juro que te sujetaré mientras la enfermera clava una aguja en tu trasero —dijo Liam.
—Que te jodan —gruñó Harry.
Pero se dejó caer pesadamente en la cama, los ojos cansados y llenos de dolor. Liam buscó el botón de llamada y lo pulsó. Pocos minutos más tarde, una enfermera entró rápidamente, con una jeringa en la mano.
—Ya era hora de que me permitiera medicarlo, jovencito —dijo, lanzando una mirada severa en dirección a Harry.
Se inclinó para sujetar la vía en la muñeca de Harry y rápidamente inyectó el medicamento contra el dolor. Palmeó suavemente su brazo.
—Ahora intente descansar un poquito.
Liam dio vuelta la silla para enfrentar a Harry, y se volvió a sentar.
Louis atrapó la única silla que quedaba libre y la colocó al pie de la cama.
—Díganle a ____… díganle que la amo —Harry pidió con la voz desvaneciéndose.
—Lo haré —prometió Louis bajito—. Ahora intenta descansar para poder decírselo tú mismo.
La cabeza de Harry se hundió en la almohada y sus ojos se cerraron.
Liam se recostó en la silla y enlazó las manos atrás de la cabeza.
Miró fijamente al techo, los diseños del cielorraso danzaban ante su vista. Estaba tan cansado. Había envejecido una década durante aquella noche. ¿Había sido solamente la noche anterior cuando había estado sentado en la sala, reflexionando sobre lo buena que era la vida?
Las cosas habían cambiado de un momento a otro.
Louis y él continuaron sentados en silencio, mientras los minutos pasaban. Louis se veia tan cansado como se sentia Liam. Pero ninguno descansaría hasta que no vieran a ____.
Debió adormilarse momentáneamente, porque lo sobresaltó la puerta abriéndose.
— ¿Son ustedes Liam y Louis?—preguntó una enfermera.
Louis se incorporó.
—Sí señora, somos nosotros.
Hizo un ademán para que la siguieran.
Una vez en el pasillo, los miró con ojos preocupados.
—Sacamos a la Sra. Bardwell de la recuperación, pero está bastante agitada. Ha estado preguntando por ustedes. No queremos darle sedantes tan pronto después de la anestesia. Quizás la presencia de ustedes la calme.
—Vamos —pidió Liam.
Siguieron a la enfermera, y Liam tuvo que controlar sus zancadas para no adelantarla. Su impaciencia casi hervía, mientras permitía que ella los guiara por los retorcidos pasillos, hacia el ascensor.
Después de lo que pareció toda una vida, la enfermera entró en una gran sala que albergaba varios cubículos más pequeños. En el centro se encontraba el puesto de control de enfermería, donde otras dos enfermeras se movían presurosas entrando y saliendo de los cubículos.
—La Sra. Bardwell está allá en el final —la enfermera indicó.
Caminó delante de ellos, hizo a un lado la cortina e indicó a Louis y Liam que pasaran al cubículo. Liam entró. Contuvo el aliento cuando vio a ____ sobre la cama, cautiva por una multitud de tuberías y cables que salían de todas partes.
Sollozos ahogados provenían de ella, y las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Miraba hacia el otro lado, y él rodeo la cama, para poder enfrentarla.
—____. ____, cariño, estoy aquí —dijo, mientras se acercaba.
Louis lo siguió, aproximándose al otro lado de ____.
Ella cerró los ojos y se giró, alejándose de Liam.
Louis deslizó una mano por su pelo y se inclinó para besarla.
—Me rompes el corazón —dijo Louis con voz ronca.
—Harry —susurró ella—. Oh Dios, Harry.
Liam se mordió el interior de la mejilla, para evitar desmoronarse. Se inclinó hacia delante, necesitaba tocarla, asegurarse por sí mismo de que ella estaba viva.
—Cariño, Harry está bien, te lo juro. Está abajo, en Emergencias, esperando una habitación.
Ella agitó la cabeza y gimió, la agonía deslizándose por la garganta.
—Muñeca, escúchanos —suplicó Louis—. No es bueno para ti estar tan alterada.
Liam la observaba, el pánico aumentando rápidamente en su interior. La enfermera revoloteaba en la entrada del cubículo, la preocupación grabada en el rostro.
____ no estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor. Estaba demasiado afligida. Creía que Harry estaba muerto.
Liam se volvió hacia la enfermera mientras Louis continuaba reconfortando a ____.
—Nuestro hermano, Harry Styles, está abajo, en Emergencias, esperando por una habitación. Haga traer aquí su cama.
La enfermera frunció el entrecejo.
—De ninguna manera. No tenemos manera de instalar una habitación doble aquí. Esta es una unidad de cuidados especiales. Tenemos que poder monitorear de cerca a nuestros pacientes.
—Y yo le estoy diciendo que el único modo de calmarla es traer a mi hermano aquí —insistió Liam—. No me importa qué tiene que hacer para conseguirlo. Simplemente hágalo.
—Yo no tengo autoridad para hacerlo —protestó la enfermera—. Tendré que llamar al médico de guardia y correr el riesgo de darle un sedante a ella.
—Pondré este maldito hospital patas arriba si tengo que hacerlo —se empecinó Liam—. No se equivoque conmigo. No sobre este asunto. Él necesita un cuarto. Necesita ser cuidado. Puede venir aquí. Hay espacio para otra cama. Demonios, podría ponerlo en el cubículo de al lado y sacar la cortina. ¡No me interesa cómo lo hará, sólo quiero que lo haga!
—Yo no puedo autorizar algo así —dijo la enfermera—. Solamente el médico que la atiende puede hacerlo.
—Entonces llámelo —exigió Liam —. Quiero hablar con él. Llámelo ahora mismo. Estamos perdiendo el tiempo.
La enfermera se retiró, y pocos segundos más tarde el Dr. Phillips asomó la cabeza por la puerta.
— ¿Sr. Payne, qué está pasando aquí?
Liam explicó deprisa su pedido. Mientras hablaba, el médico se acercó al lado de la cama de ____ y oyó sus ahogados sollozos. Dejó vagar la mirada por el cuarto, como considerando el pedido de Liam.
Entonces suspiró.
—No me llevo bien con la intimidación, Sr. Payne. Lo que está pidiendo usted, es muy irregular. Sin embargo, tengo que reconocer que quizás lo mejor para esta jovencita sea ver a su hermano. Tal vez eso la calme. Tendré que llamar al médico de Emergencias y organizar todo con él, pero no veo por qué no podríamos hacer una excepción por esta vez. Mucho dependerá de cuán estable sea la condición de su hermano. Tengo entendido que sufrió una herida de bala.
Liam sintió que el alivio lo inundaba.
—Gracias, doctor.
Retomó su posición al lado de la cama de ____, cogiendo su mano sana. El brazo izquierdo estaba enyesado, y su tórax y hombro izquierdo estaban envueltos en pesados vendajes.
Nunca la había visto tan vulnerable. Las lágrimas continuaban escapando de sus ojos cerrados, sentía que el corazón se le apretaba en respuesta. Se inclinó y besó su frente.
—Te amo, cariño —susurró—. Lamento tanto no habértelo dicho nunca.
Mientras él y Louis mantenían la vigilia, ____ se durmió finalmente. Su respiración se volvió más estable, y el flujo de lágrimas por fin se paró. La cabeza caía abatida contra la almohada, el rostro pálido tenía manchas rojas causadas por el llanto.
Algunos minutos más tarde, la misma enfermera a quien Liam había acorralado entró bulliciosamente, echándole una mirada de contrariedad.
—Me dieron instrucciones de abrir el cubículo contiguo al de la Sra. Bardwell. Como imagino que ustedes no aceptarán irse a casa, haré traer una silla y un sofá pequeño también.
Liam relajó la expresión.
—Gracias —dijo con sinceridad—. Esto significa mucho para nosotros.
La expresión de la enfermera se suavizó.
—Sé que ustedes están preocupados por ella. Pero nosotros estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por cuidarla bien. —Después sonrió traviesamente—. Además, lo más probable es que su hermano hubiera acabado aquí, de cualquier forma. El hospital está casi lleno, y él necesita más cuidados que los de una sala normal, pero no es un candidato para la UCI. Y por lo que he oído, no está siendo exactamente cooperativo.
Los labios de Liam se distendieron en una sonrisa.
—Sí, ése es nuestro Harry. Pero cambiará de actitud cuando pueda ver a ____. Ha estado muy preocupado por ella.
En menos de una hora, las cortinas entre los dos cuartos habían sido descorridas y dos ordenanzas habían traído una silla y un sofá que dejaron entre las dos camas.
Treinta minutos más tarde, una enfermera doblaba la esquina, empujando a Harry en una silla de ruedas. Ella se veía bastante infeliz con su carga, y Harry también parecía desalentado.
Ella hizo rodar la silla en dirección a la cama libre, pero él usó la mano sana para detener las ruedas. La enfermera apretó los labios, y meneó la cabeza.
—Debe meterse ya en la cama, Sr. Styles. Consiguió lo que quería. Lo traje en la silla de ruedas, cuando no debería estar fuera de la cama, pero se acostará inmediatamente o lo llevaré de vuelta a Emergencias.
Harry la ignoró, sus ojos se paseaban obsesivamente sobre ____.
—Ayúdame a incorporarme —le pidió con voz ronca a Liam.
—Harry, deberías estar en la cama —comenzó Liam.
—Tengo que verla —dijo Harry.
Liam miró a la enfermera que encogió los hombros derrotada.
—Haga cualquiera cosa que consiga meterlo en la cama lo más deprisa posible —dijo.
—Échame una mano, Louis—dirigió Liam —. Vamos a hacer esto rápido.
Liam se inclinó sobre Harry , y él le pasó el brazo sano alrededor del cuello, apoyándose en su hermano para incorporarse. Harry tembló recostado a Liam, , y el sudor brotó en su frente. El rostro se le puso de color blanco pastoso, y Liam supo que le había costado muy caro el gasto de tanta energía.
Louis y él llevaron a Harry hasta la cama, donde ____ estaba acostada. Con los ojos llenos de lágrimas Harry la miró y acercó la mano para acariciarle la mejilla, después secó la humedad de su propio rostro.
—Lo lamento tanto —dijo, con un nudo en la garganta.
Ella se removió en el sueño.
—Harry —murmuró. Entonces las lágrimas se deslizaron desde sus párpados cerrados una vez más.
Harry finalmente perdió la batalla por permanecer en pie. Su cuerpo se aflojó y Louis y Liam reaccionaron a tiempo para atraparlo. Lo arrastraron a la cama y con ayuda de la enfermera lo acomodaron.
Ella procedió a reconectar todos los cables y vías de medicación, antes de dejarlos a solas.
—Promete que me llamarás cuando ella despierte —pidió Harry fijando en Louis sus ojos exhaustos.
—Lo haré —contestó Louis —. Ahora descansa un poco. No le harías ningún bien en estas condiciones.
Harry asintió y cerró los ojos. Estaba dormido antes de que su cabeza se reclinara completamente sobre la almohada.
Louis giró y se dejó caer en el sofá mientras Liam ocupaba la silla cercana.
—Estuvimos cerca de perderlos —dijo en voz baja.
Liam asintió.
—Muy cerca.
—Hay que hacer algo con ese bastardo.
De nuevo, Louis movió la cabeza.
Liam apretó y aflojó los puños. Repitió la acción una y otra vez.
—Mataré yo mismo a ese hijo de puta antes que dejarlo acercarse de nuevo a mi familia.
Liam consiguió sacar de quicio por lo menos a seis personas, antes de descubrir dónde estaban Harry y ____. Dio vueltas por Emergencias, hasta que lo amenazaron con ser detenido si no se calmaba.
____ había sido llevada a cirugía, pero Harry estaba aún en Emergencias, recibiendo una transfusión de sangre. Al principio, les dijeron que Louis y Liam no podían verlo todavía, pero después de que Liam juró que destruiría el vestíbulo pedazo a pedazo, la enfermera cedió y permitió que entraran.
Liam abrió la puerta, ansioso por ver a su hermano menor.
La apariencia de Harry lo conmocionó. A su lado, Louis también contuvo el aliento.
Pálido, demacrado, ojeras alrededor de los ojos, Harry era horrible, para decirlo simplemente. Su hombro estaba fuertemente envuelto en vendas, y salían de él suficientes cables como para alimentar la electricidad de una pequeña ciudad.
Los ojos de Harry temblaron al abrirse, cuando entraron sus hermanos. Levantó la cabeza, el dolor marcando profundas arrugas en su frente.
— ¿Dónde está? ¿La habéis encontrado? —exigió.
Liam se detuvo al lado de la cama, con las rodillas débiles por el alivio. No había pasado nada con Harry, que algunos días en el hospital no pudieran arreglar.
—La encontramos —murmuró Louis.
— ¿Dónde está? —masculló Harry con los dientes apretados.
Liam se pasó la mano por el pelo, intentando desesperadamente mantener la compostura.
—Está aquí. En el hospital —Louis habló más alto.
A Harry le brillaron los ojos.
— ¿Cómo está?
—No lo sabemos — dijo Louis.
Harry volvió la mirada en dirección a Liam, tragó saliva y preguntó:
— ¿Qué pasó?
Liam cerró los ojos.
—La apuñaló en el pecho y le quebró un brazo. Está en cirugía. La trajeron hasta aquí en helicóptero. No sabemos mucho.
Harry volvió a hundirse entre las almohadas, con el rostro pálido. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Liam sintió una punzada dolorosa en el corazón. No volvió a ver a Harry lorar desde que eran niños.
— ¿Ella… ella estará bien? —murmuró él.
Liam cambió una mirada con Louis. No quería mentirle, pero Harry no estaba en condiciones de sobrellevar ese tipo de carga.
—Creo que ella se pondrá bien —dijo Louis, rezando para que no fuera mentira.
—No la protegí. La fallé —dijo Harry desoladamente.
—Yo les fallé a ambos —dijo Liam—. No debí dejarlos solos. Pero ahora, no podemos pensar en estas cosas.
Louis puso una mano en el hombro sano de Harry.
— ¿Cómo te sientes?
—Estoy furioso —dijo Harry airadamente—. Permití que ese bastardo se saliera con la suya.
— ¿Qué dijo el médico sobre tu hombro? —preguntó Liam, volviendo firmemente el tema de conversación a Harry.
Harry cerró de nuevo los ojos y se hundió más profundo en la almohada.
—Dijo que estaré bien. Me dio sangre, cosió la herida. Quiere que me quede un día o dos, pero en líneas generales, dijo que soy un bastardo afortunado.
Abrió un ojo para mirar fijamente a Liam.
— ¿Cómo la encontraron? ¿Qué pasó? No me han contado nada.
—Podemos hablar de eso más tarde —pidió Liam.
Estaba seguro de que no necesitaba enfurecer a Harry más de lo que ya estaba.
—No me protejan —Harry dijo ferozmente—. ¡Díganme exactamente qué le sucedió, Maldición!
—Si no te calmas, conseguirás que nos expulsen de aquí —dijo Louis.
Fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió y una enfermera asomó la cabeza en la habitación. Hecho una ojeada a la libreta que cargaba en la mano.
— Sr. Tomlinson y Payne. La Sra. Bardwell salió de la cirugía. Pensé que ustedes querrían saberlo. Está en recuperación, pero el doctor bajará en algunos minutos para hablar con usted.
— ¿Cuándo podremos verla? —exigió Louis.
—Tendrán que preguntarle al doctor. Ya sabe que ustedes está aquí. No tardará.
Liam suspiró con frustración.
— ¿Sabe por lo menos cómo está?
La enfermera sonrió amablemente.
—Pasó bien por la cirugía.
Sintió un vacío en el estómago, y por un momento, pensó que podría desmayarse. El alivio lo invadió de forma tan aplastante, que tuvo que buscar rápido un lugar para sentarse o iba a caer.
Se dejó caer en la silla situada al lado de la cama de Harry y hundió la cabeza entre las manos.
—Gracias a Dios —oyó susurrar a Louis.
Liam no se había dado cuenta de lo asustado que había estado. No, hasta ahora. Su respiración salía entrecortada, mientras luchaba por calmar sus violentas emociones. Apretaba los dedos en puños y luego los aflojaba.
Pasaron varios minutos y los hermanos permanecieron sentados en silencio. Entonces se abrió la puerta y entró un hombre mayor vestido de verde. Les lanzó una mirada y se ajustó las gafas.
— ¿Están aquí por la Sra. Bardwell?
—No la llame así —gruñó Harry—. Su nombre es ____.
El doctor parpadeó sorprendido.
—Tomaré eso como un sí.
Louis se levantó y extendió la mano.
—Louis Tomlinson. Y sí, estamos aquí por ____. ¿Cómo está?
El médico estrechó la mano de Joe.
—Dr. Phillips. Hice la cirugía en la Sra.… ____ —se autocorrigió.
— ¿Está bien? —preguntó Harry ansioso.
—Está bien, considerando la condición en la que llegó. Perdió una gran cantidad de sangre. Sufrió una fractura compuesta en el radio. También sufrió una laceración de seis pulgadas en el hombro izquierdo, además de una severa herida de cuchillo en el tórax. Pude reparar algo del tejido dañado y cerrar el corte. Afortunadamente, la hoja del cuchillo no alcanzó órganos vitales. Dos centímetros más a la derecha y habría perforado un pulmón.
Louis solto un suspiro.
— ¿Cuándo podremos verla?
—Está en recuperación. La trasladaremos a un nivel más bajo de cuidados, menor que UTI y un poco mayor que la sala normal de internación. Quiero monitorizar su progreso por algunos días. No veo razón para que ustedes no puedan entrar a verla en cuanto salga de la recuperación.
— ¿Usted nos puede avisar cuando la trasladen? —preguntó Liam.
—Pediré a la enfermera que venga a buscarlos —prometió el Dr. Phillips.
—Gracias —dijo Louis—. Se lo agradecemos.
El doctor asintió y caminó fuera de la sala, cerrando la puerta al salir.
Liam miró a Harry.
— ¿Cuándo te van a llevar a una habitación?
—No tengo ni una maldita idea —refunfuñó Harry—. Han estado palpándome y pinchándome con agujas todo el tiempo.
Liam vio el dolor en los ojos de Harry. Lanzó un vistazo a Louis, para ver si él también lo había notado.
Louis apretó los labios, convertirlos en una fina línea.
— ¿Has tomado algo para el dolor, amigo? —preguntó.
Harry le dirigió una mirada enojada.
—No, Maldición. Quería permanecer despierto y consciente hasta estar seguro que ____ estaba a salvo.
—De acuerdo, ahora que sabes que está bien, voy a llamar a la enfermera para que te dé algo.
—No lo necesito —dijo Harry entre dientes.
—Harry, te dispararon. No puede sentirte tan genial —Louis levantó la voz—. Deja de ser un idiota obstinado y toma la medicina.
—Puedes tomarla por las buenas o juro que te sujetaré mientras la enfermera clava una aguja en tu trasero —dijo Liam.
—Que te jodan —gruñó Harry.
Pero se dejó caer pesadamente en la cama, los ojos cansados y llenos de dolor. Liam buscó el botón de llamada y lo pulsó. Pocos minutos más tarde, una enfermera entró rápidamente, con una jeringa en la mano.
—Ya era hora de que me permitiera medicarlo, jovencito —dijo, lanzando una mirada severa en dirección a Harry.
Se inclinó para sujetar la vía en la muñeca de Harry y rápidamente inyectó el medicamento contra el dolor. Palmeó suavemente su brazo.
—Ahora intente descansar un poquito.
Liam dio vuelta la silla para enfrentar a Harry, y se volvió a sentar.
Louis atrapó la única silla que quedaba libre y la colocó al pie de la cama.
—Díganle a ____… díganle que la amo —Harry pidió con la voz desvaneciéndose.
—Lo haré —prometió Louis bajito—. Ahora intenta descansar para poder decírselo tú mismo.
La cabeza de Harry se hundió en la almohada y sus ojos se cerraron.
Liam se recostó en la silla y enlazó las manos atrás de la cabeza.
Miró fijamente al techo, los diseños del cielorraso danzaban ante su vista. Estaba tan cansado. Había envejecido una década durante aquella noche. ¿Había sido solamente la noche anterior cuando había estado sentado en la sala, reflexionando sobre lo buena que era la vida?
Las cosas habían cambiado de un momento a otro.
Louis y él continuaron sentados en silencio, mientras los minutos pasaban. Louis se veia tan cansado como se sentia Liam. Pero ninguno descansaría hasta que no vieran a ____.
Debió adormilarse momentáneamente, porque lo sobresaltó la puerta abriéndose.
— ¿Son ustedes Liam y Louis?—preguntó una enfermera.
Louis se incorporó.
—Sí señora, somos nosotros.
Hizo un ademán para que la siguieran.
Una vez en el pasillo, los miró con ojos preocupados.
—Sacamos a la Sra. Bardwell de la recuperación, pero está bastante agitada. Ha estado preguntando por ustedes. No queremos darle sedantes tan pronto después de la anestesia. Quizás la presencia de ustedes la calme.
—Vamos —pidió Liam.
Siguieron a la enfermera, y Liam tuvo que controlar sus zancadas para no adelantarla. Su impaciencia casi hervía, mientras permitía que ella los guiara por los retorcidos pasillos, hacia el ascensor.
Después de lo que pareció toda una vida, la enfermera entró en una gran sala que albergaba varios cubículos más pequeños. En el centro se encontraba el puesto de control de enfermería, donde otras dos enfermeras se movían presurosas entrando y saliendo de los cubículos.
—La Sra. Bardwell está allá en el final —la enfermera indicó.
Caminó delante de ellos, hizo a un lado la cortina e indicó a Louis y Liam que pasaran al cubículo. Liam entró. Contuvo el aliento cuando vio a ____ sobre la cama, cautiva por una multitud de tuberías y cables que salían de todas partes.
Sollozos ahogados provenían de ella, y las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Miraba hacia el otro lado, y él rodeo la cama, para poder enfrentarla.
—____. ____, cariño, estoy aquí —dijo, mientras se acercaba.
Louis lo siguió, aproximándose al otro lado de ____.
Ella cerró los ojos y se giró, alejándose de Liam.
Louis deslizó una mano por su pelo y se inclinó para besarla.
—Me rompes el corazón —dijo Louis con voz ronca.
—Harry —susurró ella—. Oh Dios, Harry.
Liam se mordió el interior de la mejilla, para evitar desmoronarse. Se inclinó hacia delante, necesitaba tocarla, asegurarse por sí mismo de que ella estaba viva.
—Cariño, Harry está bien, te lo juro. Está abajo, en Emergencias, esperando una habitación.
Ella agitó la cabeza y gimió, la agonía deslizándose por la garganta.
—Muñeca, escúchanos —suplicó Louis—. No es bueno para ti estar tan alterada.
Liam la observaba, el pánico aumentando rápidamente en su interior. La enfermera revoloteaba en la entrada del cubículo, la preocupación grabada en el rostro.
____ no estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor. Estaba demasiado afligida. Creía que Harry estaba muerto.
Liam se volvió hacia la enfermera mientras Louis continuaba reconfortando a ____.
—Nuestro hermano, Harry Styles, está abajo, en Emergencias, esperando por una habitación. Haga traer aquí su cama.
La enfermera frunció el entrecejo.
—De ninguna manera. No tenemos manera de instalar una habitación doble aquí. Esta es una unidad de cuidados especiales. Tenemos que poder monitorear de cerca a nuestros pacientes.
—Y yo le estoy diciendo que el único modo de calmarla es traer a mi hermano aquí —insistió Liam—. No me importa qué tiene que hacer para conseguirlo. Simplemente hágalo.
—Yo no tengo autoridad para hacerlo —protestó la enfermera—. Tendré que llamar al médico de guardia y correr el riesgo de darle un sedante a ella.
—Pondré este maldito hospital patas arriba si tengo que hacerlo —se empecinó Liam—. No se equivoque conmigo. No sobre este asunto. Él necesita un cuarto. Necesita ser cuidado. Puede venir aquí. Hay espacio para otra cama. Demonios, podría ponerlo en el cubículo de al lado y sacar la cortina. ¡No me interesa cómo lo hará, sólo quiero que lo haga!
—Yo no puedo autorizar algo así —dijo la enfermera—. Solamente el médico que la atiende puede hacerlo.
—Entonces llámelo —exigió Liam —. Quiero hablar con él. Llámelo ahora mismo. Estamos perdiendo el tiempo.
La enfermera se retiró, y pocos segundos más tarde el Dr. Phillips asomó la cabeza por la puerta.
— ¿Sr. Payne, qué está pasando aquí?
Liam explicó deprisa su pedido. Mientras hablaba, el médico se acercó al lado de la cama de ____ y oyó sus ahogados sollozos. Dejó vagar la mirada por el cuarto, como considerando el pedido de Liam.
Entonces suspiró.
—No me llevo bien con la intimidación, Sr. Payne. Lo que está pidiendo usted, es muy irregular. Sin embargo, tengo que reconocer que quizás lo mejor para esta jovencita sea ver a su hermano. Tal vez eso la calme. Tendré que llamar al médico de Emergencias y organizar todo con él, pero no veo por qué no podríamos hacer una excepción por esta vez. Mucho dependerá de cuán estable sea la condición de su hermano. Tengo entendido que sufrió una herida de bala.
Liam sintió que el alivio lo inundaba.
—Gracias, doctor.
Retomó su posición al lado de la cama de ____, cogiendo su mano sana. El brazo izquierdo estaba enyesado, y su tórax y hombro izquierdo estaban envueltos en pesados vendajes.
Nunca la había visto tan vulnerable. Las lágrimas continuaban escapando de sus ojos cerrados, sentía que el corazón se le apretaba en respuesta. Se inclinó y besó su frente.
—Te amo, cariño —susurró—. Lamento tanto no habértelo dicho nunca.
Mientras él y Louis mantenían la vigilia, ____ se durmió finalmente. Su respiración se volvió más estable, y el flujo de lágrimas por fin se paró. La cabeza caía abatida contra la almohada, el rostro pálido tenía manchas rojas causadas por el llanto.
Algunos minutos más tarde, la misma enfermera a quien Liam había acorralado entró bulliciosamente, echándole una mirada de contrariedad.
—Me dieron instrucciones de abrir el cubículo contiguo al de la Sra. Bardwell. Como imagino que ustedes no aceptarán irse a casa, haré traer una silla y un sofá pequeño también.
Liam relajó la expresión.
—Gracias —dijo con sinceridad—. Esto significa mucho para nosotros.
La expresión de la enfermera se suavizó.
—Sé que ustedes están preocupados por ella. Pero nosotros estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por cuidarla bien. —Después sonrió traviesamente—. Además, lo más probable es que su hermano hubiera acabado aquí, de cualquier forma. El hospital está casi lleno, y él necesita más cuidados que los de una sala normal, pero no es un candidato para la UCI. Y por lo que he oído, no está siendo exactamente cooperativo.
Los labios de Liam se distendieron en una sonrisa.
—Sí, ése es nuestro Harry. Pero cambiará de actitud cuando pueda ver a ____. Ha estado muy preocupado por ella.
En menos de una hora, las cortinas entre los dos cuartos habían sido descorridas y dos ordenanzas habían traído una silla y un sofá que dejaron entre las dos camas.
Treinta minutos más tarde, una enfermera doblaba la esquina, empujando a Harry en una silla de ruedas. Ella se veía bastante infeliz con su carga, y Harry también parecía desalentado.
Ella hizo rodar la silla en dirección a la cama libre, pero él usó la mano sana para detener las ruedas. La enfermera apretó los labios, y meneó la cabeza.
—Debe meterse ya en la cama, Sr. Styles. Consiguió lo que quería. Lo traje en la silla de ruedas, cuando no debería estar fuera de la cama, pero se acostará inmediatamente o lo llevaré de vuelta a Emergencias.
Harry la ignoró, sus ojos se paseaban obsesivamente sobre ____.
—Ayúdame a incorporarme —le pidió con voz ronca a Liam.
—Harry, deberías estar en la cama —comenzó Liam.
—Tengo que verla —dijo Harry.
Liam miró a la enfermera que encogió los hombros derrotada.
—Haga cualquiera cosa que consiga meterlo en la cama lo más deprisa posible —dijo.
—Échame una mano, Louis—dirigió Liam —. Vamos a hacer esto rápido.
Liam se inclinó sobre Harry , y él le pasó el brazo sano alrededor del cuello, apoyándose en su hermano para incorporarse. Harry tembló recostado a Liam, , y el sudor brotó en su frente. El rostro se le puso de color blanco pastoso, y Liam supo que le había costado muy caro el gasto de tanta energía.
Louis y él llevaron a Harry hasta la cama, donde ____ estaba acostada. Con los ojos llenos de lágrimas Harry la miró y acercó la mano para acariciarle la mejilla, después secó la humedad de su propio rostro.
—Lo lamento tanto —dijo, con un nudo en la garganta.
Ella se removió en el sueño.
—Harry —murmuró. Entonces las lágrimas se deslizaron desde sus párpados cerrados una vez más.
Harry finalmente perdió la batalla por permanecer en pie. Su cuerpo se aflojó y Louis y Liam reaccionaron a tiempo para atraparlo. Lo arrastraron a la cama y con ayuda de la enfermera lo acomodaron.
Ella procedió a reconectar todos los cables y vías de medicación, antes de dejarlos a solas.
—Promete que me llamarás cuando ella despierte —pidió Harry fijando en Louis sus ojos exhaustos.
—Lo haré —contestó Louis —. Ahora descansa un poco. No le harías ningún bien en estas condiciones.
Harry asintió y cerró los ojos. Estaba dormido antes de que su cabeza se reclinara completamente sobre la almohada.
Louis giró y se dejó caer en el sofá mientras Liam ocupaba la silla cercana.
—Estuvimos cerca de perderlos —dijo en voz baja.
Liam asintió.
—Muy cerca.
—Hay que hacer algo con ese bastardo.
De nuevo, Louis movió la cabeza.
Liam apretó y aflojó los puños. Repitió la acción una y otra vez.
—Mataré yo mismo a ese hijo de puta antes que dejarlo acercarse de nuevo a mi familia.
byers.
Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 26.
____ abrió sus ojos lentamente y parpadeó para alejar las telarañas. Por un momento, no recordó en donde se encontraba o por qué estaba en aquel lugar desconocido. Y cuando recordó, un dolor como nunca haya conocido, se arrastró lentamente por su sistema.
Harry.
Cerró los ojos e intentó recordar todos lo que ocurrió, pero todo lo que le venía en la memoria era a Harry cayendo, la mano sobre el pecho cubierto de sangre.
Lágrimas calientes llenaron sus ojos y escaparon de los párpados. Las sentía escurrirse lentamente y caer por sus mejillas. Una mano caliente agarró su rostro y suavemente le secó la humedad.
Abrió los ojos para ver a Liam de pie junto a ella, con una mirada preocupada en su rostro. Parpadeó de nuevo para enfocarle. Lentamente se dio cuenta del resto del entorno. Estaba en un cuarto de hospital. Miró al otro lado, donde vio a Louis dormido en una silla.
La ausencia tan visible de Harry mandó otro espasmo de agonía por su corazón. De su garganta, se le escapó un sollozo —uno al que intentó reprimir— pero que amenazó sofocarla con su intensidad. Finalmente, fue forzada a dejarlo salir.
Sonó severo y feo, hasta en sus propios oídos. Y una vez liberado, surgieron más hasta que cada respiración trajo otro llanto.
—____, escúcheme, cariño. Tiene que escucharme.
Harry está bien. No está muerto. Está aquí.
Liam agarró su barbilla, forzándola mirarlo, penetrándola con sus ojos color miel.
— ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? —exigió él.
Entonces oyó a alguien en el fondo.
— ¡Déjame, maldita sea!
— ¿Harry? —susurró ella. No podía ser. Lo vio caer. Escuchó el disparo. Sintió su sangre.
Luchó para sentarse y casi perdió el conocimiento, por el dolor que se esparció por su pecho. Liam juró encima de ella y la forzó a acostarse.
—Despacio, cariño. No te hagas daño.
Detrás de Liam, surgió Harry, su cara demarcada, ojos inyectados de sangre, la mitad de su parte superior envuelta en vendas. Se volvió borroso ante ella, mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas. Nunca había notado tan hermosa vista en su vida.
—Cristo, Harry, no deberías estar levantado —protestó Liam.
Harry empujó a Liam a un lado, y en el momento siguiente, ____ se sintió abrazada contra el cuerpo de Harry. Presionó su mejilla contra su pecho, una masa de vendas empujaba su rostro. No le importaba. No le importaba el dolor que sentía en tal incomoda posición.
Él la besó en la frente.
—Gracias a Dios que estás bien —susurró él.
Se alejó y ____ agarró su mano entre las suyas.
—No te vayas.
—Odio interrumpir —empezó Liam—. Pero los dos sienten mucho dolor deben descansar. Eso significa vuelve tu culo en la cama, Harry. Os quiero recuperados, para que podamos ir para casa.
____ oyó la preocupación de su voz. También vio dolor en los ojos de Harry. Su propio dolor estaba rápidamente asumiendo el control. Pero primero tenía que decirlo.
Llevó la mano para tocar el rostro de Harry.
—Te amo. Debería habértelo dicho antes.
Harry cogió su mano y besó su palma.
—Yo también te amo.
Liam pasó un brazo alrededor de Harry y lo alejó. Harry se apoyó contra su hermano. ____ miró hacía arriba donde Louis estaba a su lado.
— ¿Está bien? —preguntó ella en voz baja.
—Está mejor que tú —dijo Louis secamente. Hesito un momento, antes de tocarle el pelo—. Nos asustaste, muñeca.
Ella no contestó. ¿Cómo podía decirle qué ellos no podían haber estado más asustados qué ella? Nunca estuvo tan aterrada en toda su vida. No quiso morir con tanto remordimiento. Las cosas se volvieron claras en aquellos horribles minutos en la nieve, cuando estaba segura de que nunca más volvería a ver a Louis, Harry y Liam.
—Te amo —dijo ella, permitiendo que toda la emoción escapara en aquéllas dos pequeñas palabras.
Louis se agachó para apretar su frente contra la suya.
—Yo también te amo, muñeca. Tanto. No quiero volver a estar tan cerca de perderte nunca más.
Cerró los ojos mientras él la besó suavemente en los labios.
—Me duele —dijo ella bajito.
Louis se levantó inmediatamente.
—Llamaré la enfermera.
Ella sonrió, estremeciendo por el esfuerzo. Sintió la mano de Liam acariciando su brazo y su hombro. Tiernamente empujó su pelo detrás de la oreja.
—Descansa, cariño. Estamos aquí. No nos vamos a ir.
____ oyó entrar a la enfermera, sintió la picadura de la aguja, y segundos más tarde dio la bienvenida al olvido.
—T... te amo —dijo arrastrando las palabras, mientras que el rostro de Liam se desdibujaba.
—Yo también te amo, cariño. Ahora descansa.
En los días siguientes, ____ durmió la mayor parte del tiempo. Harry se puso más y más irritado, hasta que la enfermera finalmente desistió de intentar mantenerlo en la cama. El cuarto día, le dieron el alta oficialmente.
El mismo día, movieron a ____ a una habitación normal. Liam se relajó finalmente. Harry y ____ estaban fuera de peligro. Pronto los tendría en casa, donde pertenecían.
Se sentó en la silla, al lado de la cama de ____ mientras ella dormía y estiró el cuello. Friccionó los ojos cansados y se preguntó como volvería a dormir otra noche, antes de estar seguro de que la amenaza del esposo de ____ desaparecía.
Del otro lado del cuarto, Harry estaba sentado en el sofá, con varios cojines a su alrededor. Su hermano menor no había descansado suficiente después de su herida, Liam lo sabía, pero no sabía como hacer a Harry que se sentara.
Louis se sentó en una silla cerca de Harry, el cansancio se veía en sus ojos. Todos estaban cansados. Querían la misma cosa. Ir a casa.
El móvil de Liam sonó, y él respondió rápidamente, para no molestar ____. Se puso de pie y caminó hacia la puerta, lejos de la cama de ____.
—Liam.
—Liam, soy Danielle. ¿Es un mal momento?
—No, ¿qué pasa?
Danielle hesitó por un momento.
— ¿Cómo están Harry y _____?
—Mejor. Hoy le dieron el alta a Harry y movieron a ____. Los dos necesitan mucho descanso, pero ellos estarán bien.
—Oh, es fenomenal, Liam. Mira, llamo porque pensé que debía saber que encontramos al tío que disparó a Harry e intentó matar ____. Está muerto.
—Mierda.
—Sí, dímelo a mí. Quería vivo al bastardo. Liam, sabes lo que difícil es acusar Mason Bardwell de cualquier cosa.
—Sí, lo sé —gruñó Liam.
— ¿Qué quieres qué haga?
Liam suspiró y se pasó la mano por su pelo.
—No haga nada aún. Necesito hablar con Cal, también con Harry y Louis. No podemos hacer nada que pueda poner a ____ en peligro.
—Te diré si descubro algo más —prometió Danielle.
—Gracias —dijo Liam antes de colgar el teléfono.
Se dio la vuelta para ver a ____ estudiándolo.
—Hola —dijo mientras se acercaba a la cama. Se agachó y la besó en la frente, después alejó el pelo de su mejilla.
— ¿Cómo te sientes?
Sus ojos de canela lo miraban preocupados.
— ¿Quién era al teléfono?
Él no quería disgustarla, pero no iba a mentirle.
—Era Danielle. El hombre quien te hirió… está muerto.
Algo salvaje relampagueó en su rostro.
—Muy bien. Casi mató Harry —dijo mordaz.
—Casi te mató, cariño.
— ¿Cómo está Harry? —dijo mordaz.
Liam parpadeó por el abrupto cambio de tema. Pero cuando estaba despierta, ____ se concentraba en la salud de Harry. Sabía que aún estaba tratando con el susto de casi perderlo. Era un sentimiento íntimamente familiar. Echó un vistazo y vio a Louis y a Harry, estaban dormidos.
—Están descansando.
____ cerró los ojos por un momento, los abrió y asintió.
—Él no debería estar fuera de la cama.
Liam se agachó para volver a besarla. No podía tocarla el suficiente. La besaba, la tocaba cada vez que tenía la oportunidad.
—Quiero ir a casa —susurró ella.
—Lo sé, cariño. Pronto. Te lo prometo.
Acarició su pelo y sentó en la cama, cuidando de no sacudirla demasiado.
Ella pareció haberse retirado dentro de ella. Algo que pasaba cada vez con más frecuencia desde que se despertó. Lo preocupaba. No tenía ni idea de lo que estaba pensando.
Empezó a preguntarla, pero sus ojos se agitaron, y ella los cerró lentamente. Se quedó con ella hasta que oyó su suave e rítmica respiración, indicando que se quedó dormida. Se sentó en la silla, iba a descansar un poco.
byers.
Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Nueva lectora!!
me he leído todos los capítulos en unas pocas horas y me han encantado, un poco pervertidos pero igualmente me han emocionado mucho, sobre todo estos últimos!
siguela pronto por favooor :)
me he leído todos los capítulos en unas pocas horas y me han encantado, un poco pervertidos pero igualmente me han emocionado mucho, sobre todo estos últimos!
siguela pronto por favooor :)
Anna.
Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Hoolaaa!! Me alegra saber que alguien la sigue leyendo y mas que nada una NUEVA LECTORA!!!!Anna. escribió:Nueva lectora!!
me he leído todos los capítulos en unas pocas horas y me han encantado, un poco pervertidos pero igualmente me han emocionado mucho, sobre todo estos últimos!
siguela pronto por favooor :)
bienvenida amorsuelo :3
Ahora la sigo xD
Ya llevaba tiempo sin subir así que la terminaré hoy :'3
Besos!!
DaiXx
byers.
Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 27.
____ miró fijamente el techo, sus pensamientos vueltos un caos. Liam, Louis y Harry estaban dormidos. Le parecía que estaban tan incómodos como en el infierno, pero no quería hacer nada que pudiera despertarlos.
La culpa pesaba como una tonelada en su pecho. Cada vez que cerraba los ojos, veía a Harry cayendo de nuevo. Su peor temor había sido el peligro que estaba atrayendo hacia los hermanos. Un miedo que ahora se justificó.
Era hora de tomar una decisión, para evitar que algo malo volviera a suceder a Louis, Harry o Liam.
Especialmente a Harry. ¡Los amaba tanto! La idea de perder a alguno de ellos, creaba un dolor insoportable en su corazón.
Lanzó una mirada a Liam, a pocos pasos de distancia. Su móvil estaba en la mesita de noche cerca a su cama. Lo observó fijamente por un largo momento, y luego lo alcanzó sigilosamente.
Sabía que Danielle había sido la última en llamar, por lo que su número debía estar guardado. ____ abrió despacio el teléfono y presionó los botones para buscar la última llamada recibida. Y entonces llamó
Algunos segundos más tarde, oía la voz de Danielle, filtrada por la línea.
— ¿Danielle? Soy… soy ____ Bardwell —dijo con voz más fuerte.
Hubo una pausa larga.
— ¿Qué puedo hacer por usted, Sra. Bardwell?
____ respiró profundamente y echó un vistazo para tener la certeza de que no había despertado a los hombres.
—Necesito que contacte con el fiscal de distrito de San Francisco —pidió en casi un murmullo.
Otra pausa larga.
— ¿Liam sabe que me está llamando? —preguntó Danielle.
—No, y quiero mantenerlo así —____ declaró con firmeza—. Mire, Danielle... Sé que no le gusto, pero también sé que le interesa Liam. ¿Quiere que le suceda lo mismo que a Harry? Tengo que hacer lo que pueda para mantenerlo a salvo. Para mantener a todos a salvo.
— ¿Qué quiere que le diga al fiscal?
—Dígale que tengo información sobre Mason Bardwell, que podría interesarle mucho. Dígale donde encontrarme. No voy a discutirlo por teléfono. Tiene que ser personalmente.
— ¿Está segura de estar tomando una decisión correcta? —preguntó Danielle.
Si ____ no conociera los hechos, juraría que había preocupación real en la voz de la otra mujer.
—Es mi única opción. Yo no puedo dejar que ellos mueran por mi causa.
El silencio cayó sobre las dos mujeres. Finalmente, Danielle dijo.
—Está bien, haré esa llamada.
—Gracias —le agradeció suavemente ____.
Cerró el teléfono y lo puso cuidadosamente en su lugar. Entonces se hundió en las almohadas, exhausta por el esfuerzo que había hecho.
Dos días más tarde, llegó el fiscal, con dos oficiales de patrulla, flanqueándolo. Entraron en el cuarto de ____, despertando la reacción inmediata de los hermanos.
El miedo apretó el pecho de ____, hasta obligarla a luchar por la respiración. Sabía quién era él y por qué estaba allí.
— ¿Qué demonios está ocurriendo? —exigió Louis, cuando el fiscal entró en el cuarto, irguiéndose en toda su estatura.
Harry y Liam también se levantaron. Una pesada tensión nubló el cuarto, tan espesa que podría ser cortada con cuchillo.
—Calma, hijo. Me llamo David Masterson. Soy el fiscal de distrito de San Francisco.
Louis se cruzó de brazos y permaneció parado, con las piernas separadas, mirando fija y desafiantemente al fiscal.
—Eso no explica por qué está aquí.
—Le pedí que viniera —dijo ____ con suavidad.
Todos los ojos se giraron hacia ella. Harry se acercó a la cama, cerniéndose protector sobre ella. Como mucho, eso se veía gracioso. Con el pecho y los hombros llenos de fajas, parecía una momia medio vestida.
—Quizás pueda estar un momento a solas con la Sra. Bardwell —habló más fuerte el fiscal.
—Al infierno si lo permitiré —protestó Harry.
____ dejó que su mano sana descansara en el brazo de Harry.
—Estaré bien, Harry.
Liam la contemplaba fijamente, sin desviar la mirada.
— ¿Qué es lo que has hecho, ____?
—Por favor entiende, Liam. No puedo permitir que alguno de vosotros vuelva a estar lastimado por mi causa.
Liam soltó una larga blasfemia. Ella se estremeció por su ferocidad.
David Masterson señaló a los dos policías.
—Si me hacen el favor, escolten afuera a estos caballeros, así la Sra. Bardwell y yo podemos conversar en privado.
— ¡Al demonio con usted! —se apartó Louis.
—Louis, por favor —pidió ____—. Déjame hacer esto a mi manera. Te pido que salgas. Hazlo por mí.
Las miradas que le lanzaron mostraban sentimientos heridos mezclados con ira, pero los tres finalmente se giraron, y salieron.
El fiscal se acercó y le lanzó una mirada especulativa.
— ¿Le importa si tomo asiento? —preguntó.
Ella meneó la cabeza y lo observó mientras se acomodaba en la silla que Louis desocupó.
—Mi oficina ha estado buscándola desde hace tiempo, Sra. Bardwell. ¿Hay alguna razón particular que causara su desaparición?
____ lo miró con firmeza. No permitiría que él le quitase la primera baza.
Esta reunión sería en sus condiciones y sólo en sus condiciones.
—Yo le pedí que viniera, Sr. Masterson. Yo haré las preguntas.
Irguió una ceja.
—Muy bien. ¿Qué puedo hacer por usted?
—Usted no habría venido hasta aquí si no estuviera muy interesado en Mason Bardwell —comenzó ella.
Él asintió.
—Es verdad.
—Lo vi asesinar a un hombre en la noche de nuestra boda —dijo rápidamente.
El fiscal se levantó y se inclinó hacia adelante, la urgencia brillando en sus ojos.
— ¿Usted lo vio? ¿Está segura?
____ se estremeció y cerró los ojos momentáneamente.
—No existe la menor posibilidad de haber interpretado equivocadamente lo que vi, Sr. Masterson. Disparó a un hombre.
— ¿Hubo algún otro testigo? Piénselo bien, Sra. Bardwell. Es muy importante.
—Por favor. No me llame Sra. Bardwell —dijo despacio—. Me llamo ____. Y sí, había otra persona presente. Su compañero de negocios, Thomas Goins.
David se sentó de vuelta, el triunfo brillaba en sus ojos.
— ¿Está dispuesta a prestar testimonio sobre lo que vio?
—Fue por eso que le pedí que viniera hasta aquí —dijo ella—. Pero tengo condiciones.
De nuevo, él irguió la ceja.
— ¿De qué clase de condiciones estamos hablando?
—Quiero protección. Es el culpable de que yo esté en este hospital. Por su culpa, Harry Styles, casi murió. No dudará en matarnos a mí, o a ellos.
—Desde luego, tomaríamos todas las precauciones necesarias — estuvo rápidamente de acuerdo.
—Quiero que Liam, Louis y Harry sean protegidos también. No les gustará. No querrán aceptarlo. Pero no pondré un pie en el tribunal a menos que usted garantice que alguien estará cuidando de ellos hasta que todo termine.
—____, si usted me ayuda a deshacerme de Mason Bardwell, cuidaré personalmente de ellos. Estamos detrás de él desde hace años. Está metido hasta el cuello en el crimen organizado en el área de la Bahía de San Francisco. Hasta ahora, nosotros no hemos tenido nada concreto de que acusarle. Cuando el Sheriff Peazer me llamó y dijo que usted quería verme, cogí el primer vuelo hasta aquí, esperando que usted me dijera lo que acaba de contarme.
____ se puso pálida.
— ¿Crimen organizado?
David asintió. La estudió por un momento.
—Éste no es probablemente el mejor momento para decírselo, aunque no puedo imaginar un momento ideal para contar este tipo de cosas; bien, tenemos fuertes sospechas de que él estuvo involucrado en la muerte de sus padres.
Abrió la boca, conmocionada.
— ¡Pero ellos murieron en un accidente! ¡Fue un accidente!
—Lo fue. Un accidente bastante sospechoso. Estaba involucrado en varias inversiones con ellos. Esas inversiones resultaron muy malas. Una semana antes del accidente, vinieron a mi oficina diciendo que tenían pruebas de que él estaba envuelto en un fraude.
____ dejó caer la cabeza sobre la almohada. Las lágrimas inundaron sus ojos y ella las enjugó furiosamente.
— ¿Y usted nunca hizo nada sobre eso?
Su voz se hizo más suave.
—Nunca tuvimos pruebas suficientes para hacer una acusación. Créame, si las hubiéramos tenido, habría hecho todo lo posible para condenarlo.
— ¿Qué tengo qué hacer? —preguntó ella—. Quiero a ese bastardo en prisión por todo lo que hizo.
—Bien, tomaré su declaración. Luego pediré una orden de prisión para el Sr. Bardwell. La trasladaremos a un escondite secreto, donde permanecerá hasta la audiencia. Organizaré también la protección policial para los tres hombres.
— ¿Cuánto tiempo tardará todo? —preguntó suavemente.
—No lo sé. No le mentiré. Puede prolongarse algún tiempo, pero haré todo lo que pueda para conseguir fijar rápidamente la fecha del juicio.
Tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. ¿Cuánto tiempo estaría separada de Louis, Liam y Harry? ¿Y la querrían ellos de vuelta cuándo todo terminara? A pesar de odiar la idea de estar separada de ellos, sabía que tenía que hacerlo. Por sus padres, por los hombres que amaba, y más importante, por ella misma.
—Vamos a hacerlo —susurró—. Haga los arreglos.
Él se inclinó hacia delante y le sostuvo la mano entre las suyas.
—Gracias, ____. Está haciendo algo muy valiente.
¿Valiente? ¿O estúpido? Ella no estaba segura. Sólo sabía que tendría que enfrentar a tres hombres muy enfadados. Los hombres que amaba más que cualquiera otra cosa en su vida. Y aquí estaba, haciendo lo que menos deseaba hacer. Dejándolos.
byers.
Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 28.
Liam se sentó, meditando en silencio, sus pies apoyados en la repisa de la ventana de la habitación de hospital. Después de que el abogado de distrito terminó y salió del cuarto, ____ se quedó dormida, claramente exhausta por el encuentro.
El hospital entró en un frenesí de actividad, dirigida por los dos agentes. Aún ahora, un policía estaba vigiando la puerta, y solo el personal del hospital y los hermanos Tomlinson, Payne y Styles tenían permiso para entrar.
Liam podía sentir el reloj marcando, y no le gustaba nada. Miró el pálido rostro de ____. Estaba demasiado delgada, no estaba suficientemente recuperada para enfrentar su bastardo esposo. Necesitó descansar, recuperarse.
— ¿Qué crees qué está pasando? — Louis murmuró, sentándose a su lado.
—No hablen en voz baja, pensando que no los voy a oír —dijo Harry resentido—. Si discuten algo, quiero escuchar.
—Intentamos no despertar a ____ —dijo Liam deliberadamente. Se giró hacia Louis —. Quiero saber que está pasando en su cabeza. Se culpa de lo que le pasó a Harry, y actúa movida por ésa culpa.
Harry maldició, algo que habría hecho a su madre que le lavara su boca con jabón.
— ¿Entonces qué hacemos? —preguntó Louis.
Liam agitó su cabeza. Se sentía tan impotente.
—No lo sé. Tiene que ser su decisión. No podemos decidir por ella.
—No quiero perderla —dijo Harry en voz tensa.
— ¿Cree qué nosotros sí? —preguntó Louis. Ira y frustración hervían en sus ojos.
Liam se flotó la cara. Estaba hecho un manojo de nervios. Cansado. Frustrado. Y muerto de miedo de perder a la mujer que significaba todo para ellos.
— ¿Cómo podríamos dejarla marchar? —exigió Harry —. ¿Quien va a asegurarse que el bastardo de su marido no volverá a hacerle daño?
Liam giró la cabeza hacia la cama cuando oyó a ____ moverse y suspirar suavemente. Sus ojos temblaron y se abrieron, y él se le acercó.
— ¿Cómo te sientes, cariño?
—Cansada —susurró ella.
Él se sintió culpable de lo que iba a hacer, pero no la dejaría marcharse sin luchar. No necesitaba ser presionada, pero era eso lo qué él iba a hacer.
— ¿Qué está pasando, cariño? ¿Por qué llamaste a D.A.? No me gusta lo que implica esto.
Lo miró fijamente con sus hermosos ojos. Ojos que estaban cargados de tristeza. Y miedo. Como si tuviese miedo de como reaccionaría cuando contestara a sus preguntas.
Su tripa se apretó incontrolablemente.
—Se tenía que hacer —dijo ella.
—No, no se tenía que hacer — solto fríamente Harry.
Lágrimas llenaron sus ojos.
—Casi moriste, Harry. Por mi causa. ¿Tienes alguna idea de lo qué me hizo? ¿Cómo me hirió? No puedo aceptar el pensamiento de perder a alguno de vosotros. Os amo demasiado.
Liam miró a Harry. Su hermano estaba cerca de perder el control. La ira y el pesar lo consumían.
—Yo soy el que te falló —dijo Harry casi en grito—. ¿No lo entiendes? He dejado que aquel bastardo entre en nuestra casa. Lo dejé llevarte. Lo dejé casi matarte. Te fallé igual como fallé a aquellos prisioneros en Irak.
Las lágrimas bajaban por el rostro de ____.
—Harry....
—No te dejaré hacer esto, ____. No te dejaré sacrificarte para nosotros —dijo Harry ferozmente.
Luchó para sentarse, y Liam se inclinó para envolver su hombro con el brazo.
—Hice un acuerdo con el abogado de distrito —dijo ella—. Un acuerdo al que no voy a romper. Es algo que tengo que hacer. Por todos nosotros.
La nausea invadió el estómago de Liam, y él, y Louis cambiaron miradas aterrados.
— ¿Qué tipo de acuerdo? —preguntó Louis débilmente.
—Voy a testificar contra Mason.
Liam agitó la cabeza.
—No. No, no, ¡no! Es demasiado peligroso. Irá a por ti con todo lo que tiene.
—Me voy —añadió ____ suavemente—. Hasta el juicio. Estaré bajo protección.
Liam se levantó. Apretó los dedos en puños. Dios, quería pegar algo.
— ¿Por qué? ¿Por qué estás haciendo esto? —exigió él. Ya no le importaba si sonaba enfadado. No podía obligarse a tratarla con suavidad cuando ella lo estaba despedazando por adentro.
—Lo estoy haciendo por ti.
La declaración era firme. Acentuada por la barbilla levantada. Fuego relucía en ojos, que estaban tan cansados hace unos momentos.
Liam cerró los ojos, intentando controlar la ira. Quería gritar. En vez de esto, se dio la vuelta y salió. No podía confiar en sí mismo para hablar cuando todo lo que quería hacer era gritar.
____ lo vio salir y sintió que su mundo se fragmentaba y se partía en pequeños pedazos. Estaba más enfadado que nunca. Enfadado con ella.
Miró la traición que surgía en los ojos de Louis y Harry. ¿La odian todos?
—Vayan con él —los pidió suavemente—. Os necesita.
—Te necesita a ti —señaló Louis.
—No lo dejen hacer alguna cosa estúpida —continuó ella.
—Necesito aire —dijo Harry en una voz derrotada, de que ella se avergonzaba.
Louis agitó la cabeza, mientras seguía a Harry salir del cuarto.
____ llevó la mano al rostro cuando los sollozos que intentó tan fuerte contenerlos, salieron burbujeantes. Intentaba respirar, pero fuertes, rasposos, discordantes continuaban a salir de su garganta.
La enfermera entró por la puerta, con una expresión preocupada en el rostro. David Masterson la seguía de cerca.
— ¿Necesita de algo para el dolor? —preguntó la enfermera.
¿Para el dolor? Si solo una simple droga se llevaría la agonía de su corazón.
____ agitó su cabeza. Quería estar alerta. Necesitará todo su ingenio y agudeza en los próximos días.
—Sra. Bardwell… ____, hablé con su médico, preparamos todo para trasladarla a una clínica privada en otro estado. Si está de acuerdo, saldremos dentro de una hora.
____ se quedó en boca abierta.
— ¿Así rápido?
—Es imperativo moverla a un lugar seguro cuanto antes. Su esposo ya demostró que es capaz de cualquier cosa. No tuvo problemas en encontrarla. Es solo cuestión de tiempo que la encuentre aquí.
Los hermanos. Mason también descubriría a Louis, Harry y a Liam. Donde estaba ella, estaban ellos. ¿Si él pudiera encontrarla tan fácilmente, lo qué haría con los ellos?
—Estoy lista —dijo en una voz firme.
Liam supo que algo estaba mal, desde el minuto en el que salió del ascensor. La enfermera quien debería cuidar a ____ en este turno no le miraba en los ojos. De hecho, iba corriendo en dirección contraria tan rápido como le permitían sus piernas.
Murmuró algo. Le llevó como dos horas para calmarse suficiente para pensar racionalmente.
Louis y Harry no lo ayudaron. Estaban igual de enfadados.
Los tres se dirigían hacia al cuarto de ____. Liam notó la ausencia del policía que había estado antes. Cuando abrió la puerta, encontró una cama recientemente hecha. Una cama vacía. Entró rápidamente por la puerta, empujándola contra la pared.
El cuarto estaba vacío. Completamente vacío. No había ningún rastro de que ____ estuvo allí.
Volvió al pasillo, sus hermanos estaban junto con él. Caminó hasta la sala de las enfermeras y golpeo el mostrador.
— ¿Dónde está? —exigió él.
Una señora mayor, quizá la enfermera jefa, se levantó y extendió la mano para aplacarlo.
—Fue trasladada a otra clínica. Una que tiene mejor seguridad que nosotros.
— ¿Dónde? —preguntó mordaz Harry.
—No les puedo decir.
Liam se giró y vio a David Masterson a pocos metros. Tuvo que dominarse para no romper la nariz al agente de D.A.’S.
—Dejó esto para usted —dijo David, extendiéndole una nota doblada—. No se preocupe, Sr. Payne. Cuidaremos bien de ella.
Liam observó, aturdido, como David se giraba y caminaba por el pasillo, en dirección al ascensor. Se quedó mirando fijamente el papel de su mano, con el estómago revuelto. Con las manos temblando, abrió la nota. dos palabras. Tan simple.
Los amo.
Rompió la nota y la tiró hacia la pared. Sus hermanos tenían las mismas expresiones de incredulidad. Harry dio un puñetazo a la pared, haciendo un agujero en el yeso.
— ¿Qué hacemos ahora? —preguntó despacio Louis.
—Volvemos a la cabaña. Y esperamos que vuelva —dijo Liam.
byers.
Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 29.
____ llegó al final de la acera sinuosa, mirando fijamente la cabaña. El verano llegó a las montañas. En todos los sitios que miraba, la tierra estaba llena de verde. Solo había visto este paisaje cuando estaba cubierto de blanco y pensó que no podía ser más bonito. Estaba equivocada. Posiblemente, no podía ser más maravillosa que ahora, cuando volvía a casa.
Aparcó abajo, en el camino, exactamente en donde lo hizo antes. De alguna manera quería reproducir el día que tuvo hace muchos meses.
Sonrió cuando la brisa movió su largo pelo y lo sopló suavemente alrededor de sus hombros. Deslizó la mano sobre la protuberancia de su abdomen, acariciándola con gentileza.
Con un suspiro, empezó a ascender por la colina hasta llegar a la puerta.
Tenía mariposas bailando en su estómago. En respuesta, el bebé pateaba y se movía. Ella se paró y puso de nuevo una mano sobre el estómago hasta que la sensación se paró.
Sonrió y continuó adelante. Cuando alcanzó el porche, hesitó. La puerta estaba a pocos centímetros, y aún así, no llamó. ¿Debía entrar simplemente? No. Ha pasado mucho tiempo.
¿La aceptarían de vuelta? ¿Aún la amarían? La incertidumbre le destruía su confianza. Liam estuvo tan cabreado la última vez lo vio. Cerró los ojos para borrar la mirada de traición que había visto en su expresión.
Lágrimas llenaron sus ojos. Les echaba terriblemente de menos. Pasó tantas noches despierta, anhelando su toque. Miró hacía abajo y se quitó las lágrimas. Ya pasó todo. Estaba finalmente libre para vivir la vida que anhelaba. Era su elección si la iba a rechazar o aceptar.
Lentamente, levantó la mano y llamó a la puerta. Esperó un momento reuniendo su coraje y llamó más fuerte.
El corazón osciló cuando oyó firmes pasos del otro lado. La puerta se abrió y Harry permaneció en la entrada, con una expresión aturdida en el rostro.
—¿____?
Lo miró fijamente, rezando que no le diera espalda y cerrar la puerta.
Antes de poder decir cualquier cosa, se halló envuelto en sus brazos. La empezó a girar, enterrando su rostro en el tórax.
El bebé se movió y pateó entre ellos y él se congeló. Lentamente la puso de pie y se alejó. Alcanzó la hinchada barriga con una mano trémula.
— ¿Esto es…? ¿Esto es…? —se paró bruscamente, con voz ronca llena de emoción.
Cubrió su mano con la suya, sujetándola contra su estómago.
—Sí —susurró ella.
Él la miró fijamente, en un silencio confuso. Entonces la abrazó de nuevo. Enterró el rostro en su pelo y la levantó. Después, llevó la mano entre ellos para volver a tocar su abdomen como si no lo pudiese creer, a pesar de la evidencia.
—Nuestro bebé —susurró él.
La arrastró hacia el sofá y se sentó. Agarró sus manos y la pujó hasta que estuvo sentada en su regazo. Entonces, puso las ambas manos en su estómago, con los ojos llenos de alegría.
La volvió a mirar, las manos le acarició el brazo que tuvo roto, y la herida de cuchillo que tuvo en el tórax.
— ¿Estás bien?
—Estoy bien. Ahora que estoy aquí —agregó.
Él se movió y enmarcó su rostro con sus grandes manos y la acercó hasta besarla.
—Te he echado tanto de menos —dijo emocionado.
Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
—Yo también te he echado de menos.
Un ruido del otro lado de la habitación, la hizo volver la cabeza en aquella dirección.
Se puso tensa cuando vio a Louis y Liam de pie en la entrada.
El rostro de Louis estaba sonriente, pero Liam la miraba fijamente en atónito silencio. Su corazón se disparó y su estómago protestó. Él no la había perdonado por irse.
Ella se puso lentamente de pie, con los dedos apretados.
Liam se acercó a ella.
—Prométeme —sus ojos la miraban fijamente, penetrando cada trocito de su piel—. Prométeme que nunca volverás a hacer una cosa tan estúpida. Júreme que nunca nos volverás a dejar.
Voló hacia él, lanzándose en sus brazos. Él la agarró con firmeza contra su cuerpo. La mantuvo contra su pecho, besándole el pelo durante mucho tiempo.
Cuando se alejó, fue arrastrada para los brazos de Louis.
—Bienvenida a la casa, cariño.
La besó ligeramente y la volvió a abrazar.
— ¿Tienes algo qué decirnos? —preguntó Liam, mirándole el abdomen.
Ella le sonrió.
—Van a ser padres.
Louis dio un grito y la giró por el cuarto.
—Ponla en el suelo —dijo Harry asustado—. No necesita que la muevas como un saco de grano.
Louis la puso en el suelo y llevó la mano a su barriga.
— ¿Tienes hambre? ¿Quieres qué te prepare algo?
—Me muero de hambre —admitió—. No quise parar ni un momento hasta llegar aquí.
La llevaron a la cocina y Liam sentó a ____ en un banco. Después se sentó detrás de ella, acariciándola con una mano.
— ¿Qué pasó? —preguntó suavemente.
Ella suspiró.
—Fue más rápido que pensamos. Mason no mostró ninguna señal de cooperación, ni con la amenaza de mi declaración. Entonces, la noche anterior a la audiencia, entró con un abogado. Se declaró culpable y firmó un acuerdo.
— ¿Ya no es una amenaza? —preguntó Harry.
Asintió con la cabeza.
—Estará en la prisión durante mucho tiempo.
—Hiciste una cosa muy valiente, muñeca —dijo Louis —. Estoy furioso por haberlo hecho, pero tuviste mucho coraje para hacerlo.
Le sonrió tristemente.
—Los eché tanto de menos. Me sentí tan sola.
Liam la abrazó.
—Nunca volverá a estar sin nosotros, muñeca. Te lo prometo —miró su barriga—. ¿Cuándo lo descubriste?
Ella bajó la mirada, sin saber si debería decirle la verdad. Se mordió la mejilla y lo volvió a mirar.
—Lo supe antes de irme —movió la cabeza—. Fue un choque. Con toda la pérdida de sangre, las heridas; cuando me hicieron los reconocimientos rutinarios, confirmaron que estaba embarazada. Creían que iba a abortar, pero no aborté. —Se paró, después continuó—. Sabía que… sabía si se los contaba, nunca me dejarían ir. Y sabía que tenía que hacerlo para protegeros tanto a vosotros como al bebé.
Louis trajo un plato y un vaso de leche. Arrugó la nariz.
— ¿Leche?
—Para el bebé —dijo él.
Rodó sus ojos.
—Odio la leche.
—Bébelo todo —dijo con una sonrisa—. Lo necesitas, como también el pequeño.
Ella sonrió, llena de felicidad. Estaba en casa. Era casi como si nunca se hubiera ido. Una lágrima solitaria se deslizó por su cara y sonrió más.
Harry llevó la mano a su rostro y le secó la lágrima.
—No pasó un día en el que no pensáramos en ti. Preocupándonos por ti. Maldiciéndote —agregó con una torcida sonrisa—. Bienvenida casa, cariño—declaró en un tono más serio. Entonces se agachó y depositó un beso en su barriga—. Bienvenido a casa bebé.
—Mi divorcio es final —susurró ella.
—Y no pienses que vamos a esperar un día más para hacerte nuestra —comentó Louis cuando se sentó del otro lado de la mesa.
Un hormigueo serpenteó por la espina de ____.
— ¿Qué quieres decir exactamente con eso?
—Quiero decir que nosotros vamos a ir mañana mismo a conseguir una licencia. Un amigo nuestro es juez y cumplirá la formalidad. Está consciente de nuestra situación. Mientras serás legalmente mi esposa, está dispuesto a organizar la ceremonia para acomodar tu compromiso con todos nosotros —dijo Louis.
____ los miró fijamente durante un largo momento y sintió su corazón hincharse tanto hasta temer que estallaría. Ellos aún a querían.
Actuaban como si nunca les hubiera dejado, como si no han pasado casi seis meses.
—Seré realmente de ustedes—dijo temerosa.
Harry bufó.
—Siempre fuiste nuestra. No te engañes en esto.
— ¿Te casarás con nosotros? — Preguntó Liam, acariciándole el pelo—. ¿Te quedarás con nosotros para siempre? ¿Nos amarás tanto como nosotros a ti? ¿Serás la madre de nuestros niños?
Se levantó y abrazó a Liam tan fuertemente como podía.
—Los amo tanto —susurró—. Sí. Sí, me casaré contigo. Con ustedes.
Louis dio un grito y Harry volvió a sentarse en la silla, cruzando los brazos sobre el pecho en un ademán de suprema satisfacción.
Liam le dio un besó largo y duro, dejándola jadeante. Por la primera vez en seis meses, se permitió relajarse y disfrutar el momento.
Mañana sería legalmente suya, aunque emocionalmente ya les pertenecía completamente, y más importante, ellos le pertenecerían.
La vida era llena de ironías. Solo cuando huyó de un pasado lleno de errores, encontró un futuro perfecto, tan brillante que aún tenía problemas en creer que era realidad.
— ¿Alguien quiere jugar Monopoly? —preguntó ella.
Solo más tarde, cuando se sentaron en el balcón mirando el atardecer, ____ se sintió realmente cómoda, como en casa. Por la primera vez desde la muerte de sus padres, tenía la sensación de pertenecer a alguien y a un lugar.
Harry agarró su mano, su pulgar masajeándole la palma.
—Te amo, muñeca.
Ella le sonrió.
—Yo también te amo —se movió para mirar a Louis y a Liam , ambos relajadas, tranquilos—. Los amo a todos.
Louis sonrió.
—Lo sabemos, muñeca. Al final, volviste a nosotros.
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 30.
Unas semanas más tarde.
Liam Payne tocó un mechón del ligero pelo marrón de ____ mientras esta dormía. La espalda estaba anidada contra su pecho, el trasero contra su ingle.
Dejó que su mano se deslizara desde el pelo hasta el hombro, luego por su costado hasta el hinchado vientre. Bajo sus dedos, el bebé se movió, y su pecho se tensó con la violenta satisfacción que lo inundó.
Ella se removió inquieta y apartó la mano, no queriendo perturbar su sueño. Se cansaba fácilmente estos días, con el bebé saliendo de cuantas en dos cortas semanas desde ahora.
Con desgana, presionó un beso en su cabeza y salió cuidadosamente de la cama. Se vistió y fue en busca de sus hermanos.
Encontró a Harry y Louis en la cocina desayunando. Alzaron la mirada cuando Liam entró, sus miradas interrogantes.
— ¿____ todavía duerme? —preguntó Louis.
Liam cabeceó.
—Ni siquiera se ha movido cuando salí de la cama.
—Últimamente ha estado terriblemente cansada — habló Harry más alto, la preocupación teñía su voz.
—Quería hablar con ustedes mientras duerme —dijo Liam mientras tomaba asiento en la barra junto a sus hermanos.
Louis frunció el ceño.
— ¿Es algo malo?
—No. Solo me preguntaba si no deberíamos llevar a ____ a Denver antes de que salga de cuentas. Estaba pensando en por lo menos dos semanas. No me gusta la idea de que se ponga de parto antes y nos quedemos atascados en la montaña.
—Creo que es una buena idea —dijo Harry —. La idea de que se ponga de parto me asusta a muerte.
Louis cabeceó su acuerdo.
—Si quieres puedo llamar y reservar un piso.
—Hazlo —dijo Liam —. Haré los arreglos con Riley, para que cuide de los caballos mientras estemos fuera.
Un ligero sonido de arrastrar los pies, hizo que Harry, Liam y Louis se dieran la vuelta. ____ estaba de pie en la puerta, el pelo desaliñado y con oscuros círculos bajo los ojos.
—Buenos días —murmuró, mientras entraba.
Se deslizó entre los brazos de Liam y alzó la cara por un beso. El cubrió la boca, gozando del sabor de sus dulces labios. Después de un momento, se liberó de sus brazos y se giró hacia Harry. Este la apretó entre sus brazos y la abrazó fuerte, su mano bajando tiernamente para acunar su vientre.
—Buenos días —murmuró él mientras le daba un beso suave.
Descansó un momento en los brazos de Harry, antes de ir hacia Louis.
— ¿Cómo te sientes, muñeca? —preguntó Louis, mientras deslizaba los brazos a su alrededor.
—Cansada —admitió—. El pequeño tiene los días y las noches un poco mezcladas y tengo miedo.
—Mantén el ritmo —dijo Louis compasivo—. Siéntate y te haré algo de comer.
Ella sacudió la cabeza.
—No tengo hambre. Aunque tomaría algo de zumo y me sentaría en el porche delantero durante un rato.
Liam cambió miradas preocupadas con sus hermanos, mientras ella se dirigía a la nevera para servirse un vaso de zumo. Salió de la cocina andando como un pato y pocos segundos más tarde, oyeron que la puerta principal se abría y se cerraba.
—Reserva ese piso —dijo Liam sombrío—. Nos iremos después de su siguiente reconocimiento con la comadrona.
____ dio un paso fuera de la puerta principal y cerró los ojos, mientras la brisa fresca de septiembre soplaba sobre su cara. Dejó caer la mano libre sobre el vientre y se lo masajeó distraídamente, mientras avanzaba a la gran silla cómoda, que los chicos le habían conseguido.
Se hundió en el cojín rellenito y suspiró de alivio, mientras subía los pies en el sofá. Solo había estado de pie unos pocos minutos y ya chillaban, protestando.
Quienquiera que dijo que el embarazo era todo melocotones y sol, claramente, nunca lo había experimentado.
Sorbió el zumo y frotó la mano sobre la hinchada montaña de su estómago. En respuesta, el bebé pateó y giró, trayendo una sonrisa a la cara de ____.
No había sido totalmente sincera con los chicos. El bebé la mantenía despierta de vez en cuando, pero últimamente su sueño había estado plagado de pesadillas. Desde que volvió con los hombres a los que amaba más que nada, había tenido miedo de que algo sucediera y los separara otra vez.
Había noches cuando despertaba, bañada en sudor que se estiraba para asegurarse de que todavía estaban allí. Especialmente Harry. Ya no se levantaba para volver a su cuarto. Él parecía tan ansioso como ella de asegurarse de que nada se interpusiera entre ellos otra vez.
Ella le tocaba a menudo, asegurándose, combatiendo las imágenes de él recibiendo un disparo. Tan pronto como parecía que Louis y Liam se estiraban a por ella, el miedo a perderla era frecuente.
Todos luchaban contra sus demonios de maneras diferentes, y francamente, ____ estaba preparada para ir más allá del temor paralizador. Preparada para asentarse con los hombres que amaba y vivir la vida juntos.
La puerta se abrió y miró de reojo para ver a Louis mirándola con preocupación. Se acercó y se sentó en la ancha silla a su lado, pasando un brazo alrededor de hombros.
Se inclinó para besar su sien y ella cerró sus ojos con placer.
— ¿Cómo vas, muñeca? —preguntó con voz tierna.
Colocó la mano libre sobre el vientre y lo acarició de arriba y abajo, con un movimiento consolador.
Ella suspiró y se inclinó más adentro en su abrazo. Él le besó la cima de la cabeza, mientras la atraía a descansar contra su pecho. Empezó a frotarle la espalda, masajeando y amasando los músculos.
Un bajo gemido del placer se formó en la garganta de ____.
— ¿Se siente bien? —preguntó.
—Aja. —La lengua se sentía demasiado gruesa como para formar palabras. Los ojos se cerraron con cansancio contra su pecho, mientras continuaba frotando. Las noches en blanco se absorbían, mientras Louis hacía magia con sus manos. Las pestañas revolotearon y luchó por intentar permanecer despierta.
Louis miró hacia abajo, mientras los ojos de ____ se cerraban en su batalla por mantenerse despierta. Continuó acariciándole la espalda, disfrutando de la sensación de ella en sus brazos. El silencio la instaba a someterse al deseo de dormir. Dios sabía que lo necesitaba.
Odiaba que todavía luchara contra las pesadillas. Oh, ella nunca lo admitiría, pero oía sus callados quejidos, sentía sus estremecimientos y temblores en su sueño. Los otros estaban igual de conscientes.
La sostenían, asegurándose de que nunca estuviera sola durante la noche. Cuando empezaban las pesadillas, la sostenían, la consolaban, pero se sentían impotentes, mientras su terror continuaba.
Miró hacia abajo otra vez, para ver su cara enterrada en el pecho. Esperó, queriendo asegurarse de que no la despertaría, cuando la llevara adentro.
Giró la cabeza, cuando oyó que se abría la puerta principal. Levantó el dedo hasta los labios, cuando Harry se deslizó fuera. Los ojos de Harry barrieron ávidamente sobre ____, la preocupación oscureciéndole sus ojos azules.
—Voy a llevarla dentro —musitó Louis —. Abre la puerta si no te importa.
Con gran cuidado, Louis liberó el brazo de alrededor de ____ y se puso de pie. Entonces se inclinó y curvó sus brazos debajo de ella, levantándola contra su peche. Se movió lentamente hacia la puerta, parando cuando ella le acarició el cuello con la mejilla.
Cuándo se recostó, avanzó por la puerta que Harry tenía abierto para él. Anduvo hasta el dormitorio y la acostaba con cuidado en la cama. Hizo un sonido de protesta, cuando se alejó de ella. Tomando sólo un segundo en desatarse los zapatos, se arrastró a la cama con ella y la abrazó.
Ella deja salir un suspiro dulce de contento, mientras se acurrucaba en sus brazos. Empezó a frotarle la espalda otra vez, como había hecho en el porche, hasta que se relajara completamente en su abrazo. Pronto, su respiración se filtró por la habitación, y Louis cerró los ojos, contento de yacer allí con la mujer que amaba llenando sus brazos.
Cuándo ____ se despertó, registró primero que Louis ya no estaba delante de ella. Pero estaba sujeta contra una espalda dura y una mano descansaba de manera posesiva en su abdomen redondeado. Sonrió. Harry.
Ella parpadeaba la nube del sueño de sus ojos y se maravilló de cuán mejor se sentía. Parte de ello era por las horas extras de sueño que había necesitado, pero la otra parte, era la tranquilidad que sentía con Harry, curvado alrededor de su cuerpo.
Queriendo enfrentarlo, luchó por girarse, una proeza que no tan sencilla estos días. Manos suaves la ayudaron y labios calientes se encontraron con los suyos, tan pronto como se acomodó.
Ella suspiró contenta, mientras Harry profundizaba su beso, su lengua acariciando la suya. Deslizó una mano sobre su pecho desnudo y luego hasta sus hombros, donde descansaba la cicatriz fruncida del disparo.
Lágrimas inesperadas empañaron su visión, mientras revivía una vez más el horror de aquella noche. Malditas hormonas del embarazo. Era un ambulante caso perdido, estos días.
—No vas a perderme —murmuró Harry mientras se apartaba de su boca.
Una lágrima se deslizó por la mejilla. Dios, ella necesitaba esa tranquilidad. Últimamente, el corazón se le detenía cada vez que lo miraba.
—Te amo —dijo ella, su voz susurrante por la emoción.
—Yo también te amo —dijo él bruscamente.
El bebé pateó y giró entre ellos y la cara de Harry se relajó con una amplia sonrisa.
— ¿Hoy está activo, verdad?
Él movió la mano hasta la cintura de los pantalones de chándal y los bajó, hasta que desnudó el vientre. Sus dedos acariciaron reverentemente la piel tensa. Entonces, se agachó para presionar los labios en el pequeño bulto bajo las costillas.
— ¿Eso es el pie? —preguntó.
____ rió entre dientes.
—Podría ser. No puedo mantener el ritmo, se mueve tan rápido.
El deslizó la mano arriba, apartando su camisa hasta que acunó un pecho lleno. Luego se inclinó otra vez y besó el pezón hinchado.
—Te he echado de menos —dijo simplemente, y ella supo que quería decir sus relaciones sexuales.
Ella gimió suavemente, mientras él arremolinaba la punta de un dedo alrededor de la punta fruncida, dejando la humedad de su lengua.
—Yo también te he echado de menos —murmuró ella.
En realidad, estaba a punto de chillar de frustración. No habían hecho el amor en semanas. Sabía que estaban siendo considerados con su molestia, pero era una innecesaria restricción por su parte.
No habían sido nada, sino terriblemente gentiles desde que había vuelto a ellos, nunca tomándola como antes. Le hicieron el amor reverentemente, casi como si tuvieran miedo de que le hagan daño involuntariamente.
Seguramente, no pasaba ni un día, una hora, sin que la tocaran, acariciaran, ducharan con ternura, pero no era lo mismo que hacer el amor.
—No me romperé —dijo ella deliberadamente.
Un suspiro desigual de frustración, salió del pecho de Harry.
—No quiero herirte a ti o al bebé. Louis, Liam y yo hemos discutido esto. Pensamos que sería mejor esperar hasta después del nacimiento del bebé.
____ frunció el ceño. Se levantó sobre un codo y miró a Harry.
—Déjame poner esto en claro. ¿Tú y tus hermanos decidierón por su cuenta, sin consultarme, que os abstendríais hasta después de que nazca el bebé?
La miró cuidadosamente.
—Uh, si.
Ella apretó los labios en una línea apretada.
—Ya veo. ¿Y nunca se les ocurrió que quizá yo no tenía deseo de abstenerme? ¿Desde cuándo toman mis decisiones por mí?
El la miró en completa confusión, la mirada de un hombre que sabía que estaba arrinconado y no tenía ni idea de que decir para salir de ello.
Ella casi sonrió, pero arruinaría completamente la severa mirada que intentaba echarle. En vez de eso, se inclinó y presionó los labios contra su pecho. Lamió las líneas de entre los duros músculos, bajando para explorar sus rígidos muslos abdominales.
El aliento le escapó en un largo silbido.
—____, no creo… no creo que esto sea una buena idea.
Ella levantó la cabeza para mirarlo a los ojos.
—Ese es tu problema. Piensas demasiado.
Se deslizó fuera de la cama solo el tiempo suficiente para quitarse sus ropas, antes de arrastrarse de vuelta encima de él.
Los dedos bajaron hasta el botón de sus vaqueros.
—La manera en que lo veo, tienes dos elecciones —empezó—. Una, puedes quitarte los vaqueros como un buen chico, o dos, puedes sufrir la ira de las hormonas locas de una mujer embarazada.
—Bien, cuando lo pones así.
Las manos se movieron, para bajarse torpemente los vaqueros. Los sacudió, mientras los empujaba por las caderas. Unos pocos segundos más tarde, estaba desnudo, su polla tensa hacia arriba.
Una oleada de deseo se disparó por su sistema, dejándola jadeante. Sin darle tiempo para cambiar de idea, puso las manos en su pecho, para sujetarse y pasó una pierna sobre las caderas. Las manos de él la sostuvieron por los hombros, mientras se estiraba para posicionar la polla en la entrada de su coño. Luego, se hundió, enfundándolo en un movimiento.
Harry arqueó su cabeza, los ojos eran cerrados, mientras apretaba los dientes. Ella sonrió. Quizás le faltaba un poco de práctica, pero no era su culpa, dado que ellos no habían sido participantes exactamente dispuestos. Pero iba a remediar eso. Empezando por ahora.
Las manos de Harry se deslizaron por su cuerpo, sobre las curvas e hinchados pezones, hasta que se asentaron en las caderas. Ella empezó una cabalgada lenta y sensual, decidida a castigarlo por haberse reprimido con ella. Él estaría pidiendo clemencia, antes de acabar con él. Se inclinó hacia delante, permitiendo que su pelo cayera sobre el pecho, mientras continuaba girando las caderas. Un placer exquisito, dolorido, se construía en su pelvis, curvándose como fuego en el abdomen. Dios, lo había echado de menos.
Los dedos se curvaron en el pecho. Jadeó, mientras sentía el lento alzamiento del orgasmo. No, no acabaría tan rápidamente. Se hundió otra vez y se detuvo, disfrutando de la sensación de él, clavado tan profundamente dentro de ella.
—Jesús, ____, no puedes pararte ahora.
El bajo y desesperado sonido de su voz, mandó un estremecimiento por su pecho. Le miró fijamente a los ojos y sonrió traviesa. Levantó las caderas una diminuta pulgada antes de deslizarse hacia abajo.
—Te aprovechas de hecho que no puedo devolverte esto —se quejó Harry.
Las manos viajaron alrededor de las caderas, para acunar su trasero. Se arqueó dentro de ella, empujando más profundamente.
Ella sabía que no iba a durar mucho. Y entonces, el movió una mano entre sus piernas. Los dedos encontraron su clítoris y empezaron a acariciar la carne temblorosa. De dio por vencida de hacerle sufrir y reanudó el ritmo.
Las rodillas se clavaron en los costados, mientras que su cuerpo se tensaba. Cada músculo se tensó, estirándose, rogando por liberación. El aliento se escapó de sus pulmones, como fuego.
Harry se levantó y dejó salir un grito, mientras su cálida semilla la inundaba. Unos pocos segundos más tarde, el orgasmo ardió sobre ella, liberando mil burbujas diminutas, explotando en una punzada de placer.
El la agarró, mientras se desplomaba hacia delante. Suavemente, la colocó con cuidado a su lado, curvando sus brazos a su alrededor, mientras la sostenía cerca. Los dos intentaban recuperar el aliento, mientras que sus corazones latían erráticamente por las secuelas.
Le besó el pelo, acariciándole la espalda con una mano, mientras ella se estremecía con réplicas.
— ¿Te he hecho daño? —le preguntó contra la oreja.
Ella sacudió la cabeza y le acarició con la nariz.
— Liam y Louis patearán mi culo por esto —dijo él irónico.
Ella sonrió y se empujó para mirarlo.
—No, no lo harán. No tengo intención de darles la oportunidad.
—Uh, oh.
—No te preocupes por tus hermanos —dijo ella—. Tengo planes para ellos.
Última edición por Little BadGirl el Mar 27 Mayo 2014, 6:21 pm, editado 1 vez
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 31.
____ no notó las fijas y sospechosas miradas de Louis y Liam, cuando reapareció en la cocina a la hora de comer. Las miradas inquisitivas se volvieron ceños, cuando Harry entró a zancadas detrás de ella, con una sonrisa satisfecha curvándole los labios.
Continuaron frunciéndole el entrecejo durante toda la comida, hasta que finalmente Harry se disculpó, diciendo entre dientes algo acerca de verificar los caballos. ____ sonrió y miró hacia abajo para que los otros no vieran su reacción.
—Voy a tomar una ducha —murmuró Louis, mientras recogía su plato.
Liam continuó picoteando su comida, mirando fijamente a ____, a cada rato. Ella esperó hasta que Louis se fue, recogiendo casualmente su propio plato durante unos pocos minutos.
Evitó la mirada fija de Liam y se dirigió hacia el cuarto de baño.
Los espejos no estaban empañados todavía, cuando se deslizó dentro. El sonido de la ducha resonaba en el gran cuarto de baño, y podía sentir el frío de la ducha, a través del cuarto. Suprimió una risita. Una ducha fría no le haría ningún bien una vez que saliera y la encontrara desnuda y esperando.
Se retorció, desnudándose, y tiró los pantalones y la camisa. El agua se detuvo y Louis salió de la ducha, estirándose por una toalla en el armario. Todavía no la había visto, y ella se aprovechó de la sorpresa.
Silenciosamente, cerró la distancia de entre ellos y estiró la mano para acariciar su trasero. El se tensó, mientras que su brazo serpenteaba alrededor de su cadera, bajando hasta la ingle.
La polla se hinchó en su mano, y sonrió.
El gimió suavemente.
—No juegas limpio, muñeca.
Le dio un beso en el centro de la espalda, mordisqueando un sendero hacia arriba por su espina dorsal.
—Tu tampoco —murmuró.
El se estremeció contra los labios, se dio la vuelta para encararla, sosteniendo la toalla sobre la ingle. Enmarcó su cara con una mano y se inclinó para besarla. Ella sabía lo que era. Un rechazo.
Al infierno con eso.
Tiró lejos de la toalla y acunó su erección con las manos, deslizando valientemente los dedos sobre la longitud.
—Te daré las mismas dos opciones que le ofrecí a Harry —dijo, dirigiéndole una severa mirada—. Puedes rendirte como un buen chico o sufrir la ira de una hormonal y embarazada mujer.
El contuvo el aliento y lo dejó salir con una Maldición.
—Sabía que el gilipollas se rindió.
Ella sonrió malvadamente.
—Como tú también lo harás.
El arqueó una ceja, y su expresión se ablandó.
—Muñeca, no quiero herirte a ti o al bebé. Estás cansada. Hecha polvo. De ninguna manera voy a imponerte mis demandas. Puedo esperar.
Ella se levantó de puntillas y lo besó.
—Pero yo no puedo —susurró.
La miró fijamente, la indecisión arrugándole la frente. Entonces ella fue a por todas.
—Por favor.
El cerró los ojos, y ella supo que había ganado. ¿Manipuladora? Probablemente. Pero no iba a perder el tiempo sintiéndose culpable, cuando los tres tenían temores fuera de lugar, acerca de herirla.
La empujó a sus brazos, besándola profundamente. Ella gimió, mientras se fundía con su cuerpo. Necesitaba esto. Lo quería. Lo anhelaba.
—No voy a follarte otra vez en el mostrador del cuarto de baño —murmuró, mientras la recogía suavemente.
Ella se rió tontamente, mientras él la llevaba al dormitorio.
____ dio un paso fuera de la puerta de la cocina y cerró brevemente los ojos, mientras la brisa soplaba sobre ella. Se sentía revigorizada. La fatiga tan pesada que había sentido sobre ella las últimas semanas, se había disipado y una energía refrescante había tomado su lugar. Se sentía más ligera, más libre y había dormido maravillosamente las pasadas dos noches, después de que asechara a Harry y Louis.
Liam... bien, él era otra historia. La había evitado durante los últimos dos días. Si no estuviera tan segura del porque, le habría herido los sentimientos, pero sabía porque corría. Pero no podría esconderse para siempre de ella.
Lo encontró en el granero, limpiando uno de los establos. Se paró a mirarlo. Sin camisa, los músculos sobresalían mientras trabajaba.
Después de unos pocos momentos, él se dio la vuelta como si presintiera su presencia. La preocupación le arrugó la frente y caminó hasta donde estaba parada.
— ¿Cariño, está todo bien?
Ella sonrió y asintió.
El frunció el cejo.
—No deberías estar aquí fuera. Deberías estar dentro, descansando.
Había más énfasis en la parte de descansar. Casi era acusatorio en su tono, desde que supo malditamente bien que había hecho el amor con Louis y Harry.
—Quería algo de aire fresco, y honestamente, Liam, te preocupas demasiado. Estoy bien. Me siento bien.
La atrajo en sus brazos y la sostuvo allí, durante un largo momento. El corazón latía contra la mejilla y su nariz le acarició adentrándose más en su abrazo.
Ella deslizó una mano hacia abajo, para acunar la tela que cubría la protuberancia entre sus piernas. El se retiró de prisa, separándose de ella.
Sus ojos verdes destellaron.
—Simplemente porque has conseguido que esos dos tontos estén envueltos alrededor de tu dedo meñique, no significan que conseguirás algo conmigo.
Ella arqueó una ceja.
— ¿Estás diciendo que no te tengo envuelto alrededor del dedo? —preguntó inocentemente.
Le frunció el ceño.
—Sabes malditamente bien que te daría la luna si la pidieras.
—Entonces hazme el amor —dijo suavemente—. No quiero la luna. Te quiero a ti.
El suspiró y sacudió la cabeza.
—Cariño, no puedo. No me pidas esto. Por favor. No… no puedo refrenarme. Te haré daño y eso me mataría. Me conoces. Soy rudo. Soy dominante. Es mejor si esperamos hasta que el bebé haya nacido.
—A la mierda.
Liam levantó la cabeza, sorprendido.
— ¿Perdona?
—A la mierda —repitió. Cruzó los brazos sobre el pecho y dio golpecitos con el pie con irritación.
—Esto es un montón de mierda y lo sabes. Nunca me harías daño. Nunca has hecho nada que no haya suplicado.
La miró con la boca abierta por el choque.
Ella giró bruscamente con un arranque de furia y salió del granero pisando fuerte. Hombre irritante. Uno pensaría que había pedido que le donara un riñón, aunque probablemente hubiera estado de acuerdo con ello. ¿Pero pedirle sexo? Y el mundo se acababa. ¿No se suponía que los hombres vivían, respiraban y soñaban por el sexo veinticuatro horas al día? Claramente, nadie había compartido esa pequeña información con Liam.
Todavía tenía un ataque del genio (y exasperación) treinta minutos después, cuando pisoteaba alrededor de la cocina, insultando a los platos. Todavía no podía cocinar algo que valiera la pena, pero al menos había dominado el aspecto de la limpieza.
Atacaba el fregadero con un estropajo de brillo, cuando unos brazos calientes se envolvieron alrededor de ella y una boca le acarició el cuello.
—¿Liam no coopera con tu loca esquema de seducción? —murmuró Harry contra la oreja.
Ella suspiró y recostó en sus brazos.
—Es un rígido, un dolor en mi trasero —se quejó—. Y por mí, esta noche puede dormir en el sofá.
Harry rió entre dientes y la giró en sus brazos.
—No seas tan dura con él. Sabes cómo es cuando se le mete una idea en la cabeza.
—Es una idea estúpida.
Harry la tiró contra él y descansó el mentón en la cabeza.
—Él no es fácil. Nunca ha sido fácil. Pero esto es tan duro para él, como para ti. Es como un oso con una espina en la pata.
____ se apartó de un empujón y miró fijamente a Harry.
— ¡Pero no tiene que serlo! Eso es lo que me irrita. Es todo abnegación y ¿para qué? El no es feliz, no soy feliz.
— ¿Un masaje de pies te haría feliz? —preguntó inocentemente.
Ella paró de despotricar.
— ¿Masaje de pies?
El sonrió.
—Si vienes al salón, te daré el mejor masaje de pies que hayas tenido nunca.
Le cogió la mano y tiró de él través de la cocina. La siguió, riéndose.
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 32.
El estaba siendo la peor clase de asno. Liam se paró en la puerta del salón, mirando fijamente al resto de su familia. Una familia que, en su mayor parte, había evitado durante los últimos tres días.
____ estaba tumbada en el sofá, la cabeza en el regazo de Louis y las piernas estiradas a través de Harry. Louis le acariciaba ociosamente el pelo con los dedos, mientras miraba la película. Harry frotaba los pies de ____ y ella estaba profundamente dormida.
Echaba de menos tocarla, sentirla en sus brazos. Siempre que estaba a su alrededor, su necesidad era un dolor palpable. Quería llevarla a la cama y follarla de una docena de formas diferentes. Y ahí yacía el problema.
Louis alzó la mirada hacia él, levantando una ceja en una silenciosa pregunta. A pesar de su impulso de dar la vuelta y alejarse de la tierna escena de delante, en vez de eso, se sintió obligado a entrar.
No había pretendido herirla. Dios sabía que haría todo lo que fuera por no herirla, pero su intención de eludirla había hecho justo eso.
— ¿Puedes levantarla sin despertarla? —susurró Liam a Louis.
Louis sonrió.
—En este momento una manada de elefantes podría atravesar esto y no se movería.
—Me gustaría algún tiempo a solas con ella —dijo Liam, dudando.
Los tres no hacían a menudo peticiones de su tiempo. Parte de hacer que la relación funcionara, era no abrigar celos ni hacerla escoger entre ellos. Pero cada cierto tiempo, necesitaban tiempo a solas con ella. Era una necesidad que todos reconocían y respetaban.
—Claro —dijo Louis suavemente. Salió suavemente del sofá, apartándole la cabeza de su regazo y colocándosela cómodamente en el cojín. Harry hizo lo mismo, y los dos dejaron el cuarto.
Liam miró fijamente hacia abajo durante un largo momento, antes de deslizarse finalmente en el sofá, a su lado. Cuando le levantó la cabeza, ella se movió y se acurrucó más cerca.
Pasó la mano por toda la longitud de su cuerpo, disfrutando de la sensación de su suavidad, sus curvas, su vientre hinchado. No podía esperar a conocer a su hijo. Finalmente, su familia estaría completa.
Ella se movió contra él, y sus ojos revolotearon, abriéndose. Parpadeó y luego sonrió, sus ojos suavizándose con amor. Esa mirada nunca dejaba de cortarle la respiración. Su amor era el regalo más grande que había recibido nunca, y no era uno que tuviera la intención de perder.
—Te he echado de menos —susurró ella.
Se inclinó y la besó en la frente, mientras que los dedos trazaban un camino por su cuello.
—He sido un idiota. Lo siento.
Ella levantó la cabeza para que los labios se encontraran con los suyos.
—Te amo. No eres un idiota.
— ¿Podríamos ir a la cama? ¿Solo tú y yo esta noche? Quiero sostenerte a ti y a nuestro bebé —dijo.
Sus ojos resplandecieron y asintió.
—Me gustaría.
La ayudó a incorporarse y ella alzó las piernas sobre el sofá, mientras Liam se ponía de pie. El se estiró para empujarla a su lado y luego la acunó en sus brazos, mientras se dirigían al dormitorio.
Las manos de ____ se curvaron confiadamente alrededor de su cuello. El bebé pateó y giró contra su pecho, y su puño se apretó alrededor de ella, mientras que una oleada de emoción barría por él.
Cuidadoso de no darle empujones, la sentó en la cama. Alcanzó las cubiertas y las empujó, colocándolas alrededor de su cuerpo. Cuando acabó, se arrastró a su lado y tiró del edredón sobre ellos.
La empujó más cerca de él, disfrutando de la sensación de su suave piel contra la suya.
—Lo siento si herí tus sentimientos, cariño —murmuró—. No quiero que pienses algo equivocado sobre el porqué no te hago el amor.
Ella hizo una mueca y luego en sus labios apareció en una sonrisa triste.
—Es tu manera de ser sobre protector, pero te amo mucho —dijo—. Y entiendo el porqué. No estoy de acuerdo, pero no voy a tomarlo como algo personal.
—Bien. Porque, cariño, si te quisiera más, ardería espontáneamente. Pero si te hiero… nunca me lo perdonaría.
Ella le acarició la mejilla con la mano y le acunó la mandíbula en su palma.
—Deja de torturarte. Solo sostenme. Te necesito tanto.
El corazón de Liam dio un vuelco, y sintió una ráfaga fuerte de amor en sus palabras.
—Yo también te necesito, cariño. Nunca sabrás cuanto. Haría lo que fuera por ti. Espero que sepas eso.
Ella se levantó para besarlo.
—Si te prometo no volver a intentar violarte, ¿pararías de evitarme?
El se echó a reír. La sostuvo cerca, el pecho sacudiéndolos a los dos, mientras reía entre dientes.
—Haré un trato. Tan pronto como tengas a nuestro bebé y suficiente tiempo para curarte, te dejaré violarme todo lo que quieras.
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Capítulo 33.
____ se movió por la cocina tarareando suavemente para a sí misma. Mientras acababa con el último plato, miró el reloj. Los chicos salieron a ejercer los caballos e iban a tardar un poco más.
Ella salió, pues necesitaba un poco de aire fresco y un paseo. Su espalda la había estado doliendo toda la mañana; quizás, si se estiraba un poco, se sentirá mejor. Se quedó en el camino, más allá del granero. Le encantaba explorar la tierra que rodeaba la cabaña. Siempre tenía una vista espectacular, no importaba en qué dirección andaba.
Hoy, rodeó el granero y se dirigió hacia los árboles de una suave cuesta. Sabía que, una vez alcanzada la cima de la pendiente, sería capaz de ver el pequeño valle y el río que lo atraviesa.
Se paraba bastantes veces, mientras que el dolor de espalda crecía en intensidad. Dios mío, se había convertido en una débil, desde que se quedó embarazada. Se apoyó en un árbol, mientras se esforzaba por respirar. Miró hacia arriba y midió la distancia que quedaba. No quedaba demasiado lejos y se podría sentar en su roca favorita y disfrutar de la vista.
Cuando alcanzó la cima, se paró un momento, poniendo una mano a su espalda, mientras se quedó mirando el rio. Después, buscó la roca en la que solía sentarse, cuando sintió un espasmo en el abdomen, desequilibrándola.
Entró en pánico, mientras su pie resbalaba por el borde. Precariamente, agitó las manos, luchando por el equilibrio. Por un momento, pareció suspendida entre el cielo y la tierra. Luego se cayó de espaldas.
Sus dedos trataron de aferrarse la tierra, golpeándose contra rocas y raíces. Aterrizó fuerte y se deslizó rápidamente por la pendiente, hacia el río.
Sintió una sacudida de dolor, mientras su pie quedó atrapado entre rocas y su tobillo se torció. Pero detuvo su caída.
Cuándo se aseguró que no volvería a caer, abrazó su barriga, sintiendo los movimientos del bebé.
Mentalmente, buscó sus heridas.
El tobillo le latía, y miró para verle sólidamente atrapado entre dos rocas grandes. Cuando trató de alcanzarle, y liberarle, su hombro protestó vehementemente.
Maldita sea.
Estaba bien. Estaba razonablemente segura de que no tenía nada roto. Pero el hombro le dolía terriblemente, probablemente era dislocado, y su tobillo, tenía que admitir que estaba torcido. Si podría liberar su pie, podría subir la pendiente.
Otro pequeño temblor empezó en su espalda, y se extendió por su barriga, intensificándose incómodamente. Lo flotó con la mano y trató de mantener inmóvil el hombro derecho.
Bueno, éste era un desastre. Pero sabía que no tenía que preocuparse. Ella podría tener que esperar aquí un poco, pero sabía que los chicos la encontrarían. Volverían de cabalgar y probablemente enloquecerían al no encontrarla.
Una punzada de culpabilidad la fastidiaba. No debería haber salido a caminar hasta que habrían regresado, pero no se había imaginado caer, no cuándo recurrió tantas veces este camino.
Se preocuparían hasta que la hallarán, era segura que la encontrarán. Hasta entonces, solo tendrá que recostarse y tratar de relajarse. Tal vez una pequeña siestecita le sacaría de su mente el dolor y su palpitante tobillo.
Su abdomen se apretó otra vez y ella acarició la barriga, tratando de alejar la molestia y ponerse cómoda. Luego cerró los ojos y se relajó.
____ abrió sus ojos y parpadeó rápidamente, intentando darse cuenta en dónde estaba. Tembló mientras que el fresco aire de la tarde soplaba sobre su piel.
Crudo dolor se enfocaba en su estómago y se reunía en la ingle. Sentía su espalda como si alguien la apuñalaba con fuego.
Cambió de posición, tratando de sentarse, pero cayó rápidamente, cuando su cuerpo protestó.
El sol se había hundido y el crepúsculo no estaba lejos. Para la primera vez, el miedo bajó por su espina. ¿Por qué aún no la han encontrado? No quería quedarse tras oscurecer. Maldita sea, quería ir a casa y pasar la noche en los brazos de los hombres que amaba.
Se escuchó un ruido. Ella se esforzó en oír. ¿Era su nombre?
El ruido se acercó.
Ella trató de liberar su pie, pero no lo consiguió. Sabiendo que tenía que esperar hasta que la encuentren, gritó tan fuerte como pudo.
Unos segundos más tarde, polvo y piedras cayeron como lluvia sobre su cabeza.
—¿____? —La frenética voz de Harry la alcanzó.
—¡Harry! ¡Estoy aquí abajo! —ella gritó ronca.
Unos segundos más tarde, Harry se deslizó por la pendiente. Antes de de poder decir algo, la abrazó.
—¿Dios mío, ____, estás bien? ¿Qué pasó? —la preguntó, mientras se apartaba.
Sus manos temblaban mientras acariciaba su cuerpo, tocándola, asegurándose que estaba bien. Cogió el radio y lo acercó a sus labios.
—Louis, Liam, la he encontrado. Se cayó por la pendiente de detrás del granero. Arriba, donde le gusta sentarse.
Tiró la radio mientras que los demás decían que estaban en el camino.
—¿Estás herida? —preguntó él ansiosamente—. ¿Qué pasó?
—Mi pie está atrapado —dijo ella—. Me retorcí el tobillo. No lo podía liberar. Y creo que me disloqué el hombro, pero lo puedo mover así que no está tan mal.
Harry soltó su pie y lo tocó tiernamente.
—No creo que está roto —dijo él, con evidente alivio en su voz—. Está hinchado, pero parece ser un esguince.
Se le cortó el aliento mientras que su barriga se apretó otra vez, esta vez mucho más doloroso que antes.
—¡Oh!
Harry la miró rápidamente, la preocupación arrugaba su frente.
—¿Qué te pasa?
Un repentino chorro de humedad bajó por sus piernas. Seguido de otro espasmo en su vientre. Oh Dios, era tan estúpida. Estaba de parto. ¿No se suponía que dolía más que esto? Todo lo que había sentido fue una suave incomodidad. Menos dolor, pero el problema era que lo sintió todo el día. ¿Llevaba de parto tanto tiempo?
—Harry, creo que acabo de romper las aguas —trató de quitar la ansiedad de su voz, pero sabía que falló miserablemente—. Y duele. Creo que estoy de parto.
Harry se puso pálido.
—¿Cuánto tiempo?
—Creo que todo el día.
Él maldijo.
—¿Por qué no dijiste nada? —exigió él—.¿Por qué saliste fuera?
Las lágrimas llenaron sus ojos, mientras que otra contracción la dejó sin aliento.
—No lo sabía —gritó ella mientras que caían lágrimas por sus mejillas— no me di cuenta. Lo siento.
Él la abrazó y la meció.
—Lo siento, bebé. Me asusté tanto. Dios mío, no te podíamos encontrar por ninguna parte. Estaba tan asustado de perderte. —levantó la cabeza y miró alrededor—. Dios mío ¿Maldita sea, dónde están?
Ella se agarró de sus brazos y gimió suavemente, mientras tenía otra contracción. La mano de Harry temblaba, mientras comprobaba su reloj.
—Menos de dos minutos desde la última.
—¡Harry!
_____ y Harry miraron hacia arriba y vieron a Liam.
—¡Aquí abajo! Necesitaré ayuda para subirla —le llamó Harry. Él miró a ____ y apretó su mano—. No te preocupes, mi amor. Cuidaremos de ti.
Ella asintió.
—Sé que lo harán.
Liam se deslizado unos segundos más tarde y se arrodilló al lado de ____, terriblemente preocupado.
—¿Estás bien, bebé?
Ella asintió.
—Está de parto, Liam.
Liam se acercó a Harry.
—¿Estás segura?
—Estoy segura —dijo ____ secamente.
—Mierda —juró Liam —. Tenemos que bajarla de la montaña.
Ella levantó una mano y acarició afectuosamente su mejilla.
—No hay tiempo.
—¿Cómo que no hay tiempo? —exigió Liam.
—Sus contracciones son demasiado seguidas —dijo Harry asustado —. Creo que está cerca.
La cara de Liam se drenó de color y el pánico llameó en sus ojos. Escucharon a Louis gritar de lo alto, y Liam elevó su cabeza.
—No bajes —gritó él—. La subiremos.
Liam se agachó y levantó gentilmente a ____ en los brazos. Inclinó la cabeza hacia Harry.
—Sube, tendremos que trasladarla. No quiero que me caiga con ella. —Harry subió la cuesta, parándose a pocos pasos. Aseguró sus pies y cogió a ____. Liam se movió cuidadosamente, alcanzándola a Harry.
Luego la aflojó en los brazos de su hermano, quién la subía poco a poco.
Cuando alcanzaron la cima, Louis la recogió, abrazándola apretjoeente contra su pecho. Su aliento eran desigual y su corazón golpeaba con fuerza contra su mejilla.
—Gracias a Dios que estás bien —murmuro Louis, besándole en la frente.
—Está de parto —dijo Liam mientras que él y Harry subían a su lado.
El abrazo de Louis se apretó alrededor de ella.
—Ve por sus cosas. La tomaré al Rover.
—No hay tiempo.
—¿Cómo que no hay tiempo? —exigió Louis.
—Tendrá que estar aquí —dijo Liam quedamente—. Sus contracciones son demasiado cercanas. No tenemos tiempo para llevarla al pueblo.
____ gimió, teniendo otra contracción, esta vez mucho más fuerte que la última. Louis juró y salió corriendo. Harry y Liam se apresuraron hacia la cabaña.
—Louis, estoy bien —dijo jadeando—. No tienes que preocuparte.
Él besó su frente otra vez, mientras se acercaba a la cabaña.
—Siempre me preocuparé por ti, muñeca.
Cuando entraron la casa, Liam y Harry se apresuraron hacia el dormitorio.
—Ponla aquí —indicó Liam, señalando la cama—. Necesitamos evaluar la situación. Harry coge el teléfono y ve si la comadrona puede subir ahora.
Louis la dejo en la cama, mientras tenía otra contracción. Ella cerró los ojos, apretando los dientes. Para algo que no había sido doloroso durante todo el día, ahora compensaba el tiempo perdido.
Liam acarició su cara con manos preocupado, quitándole el pelo de los ojos.
—Voy a desnudarte, cariño. Necesito ver qué pasa.
Ella inclinó la cabeza y se le volvió a cortar el aliento, mientras que otra contracción seguía estrechamente a la última.
Liam arrancó su ropa, teniendo cuidado con sus heridas. Louis permaneció inmóvil al lado de la cama, su cara llena de pánico.
—¡Oh, Dios, Liam, siento como necesitará empujar!
Liam le quitó los pantalones y echó un vistazo a los ojos asustados que lo miraban fijamente. Su tripa se apretó tanto, que no podía pensar correctamente. Pero sabía que tenía que tranquilizarse e intentar hacer que para ____ sea lo más fácil posible.
—Escúcheme, cariño. Necesito que intentes calmarte y respirar profundo. No empuje si te puedes abstener.
Harry volvió, caminando rápidamente.
—Está en el camino, pero va a tardar un rato.
—No tenemos un rato —musitó Liam.
—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Louis mientras se unía a sus hermanos—. ¡No sé como traer un bebé al mundo!
Liam se encogió, tratando de quitar el pánico de su voz.
—Nosotros hemos traído potros al mundo. No puede ser muy distinto.
____ levantó su cabeza de la cama y lo miró malhumorada.
—No me acabas de comparar con un caballo.
Él sonrió abiertamente, sintiendo que el agarre de su pecho se retiraba un poco. Podrían hacer esto. Lo harían. ____ dependía de ellos.
—Harry, ve por detrás de ella y haz lo mejor que puedes para que mantenga la calma —él dijo en voz bajo—. Louis, tú y yo necesitamos lavarnos y después me tienes que traer algunos suministros. Necesito algo que sujete el cordón umbilical y necesito una de esas jeringas que tenemos en la caja de primeros auxilios. Traiga cualquier otra cosa que piensas que necesitamos porque no puedo pensar bien, ni para salvar mi vida. Y rápidamente.
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
Capítulo 34.
Harry se sentó detrás de ____, rodeándola con los brazos y sus manos descansaban en su vientre. Ella se inclinó hacia atrás sobre sus pecho, la espalda acunada contra su pelvis. El levantó una mano para apartarle el pelo de la cara, mientras que otra contracción atravesaba su cuerpo.
Ella tembló en sus brazos, y él hizo todo lo que pudo hacer, para no permitir que su miedo tomara el control.
Cuando regresaron a la casa, después de ejercitar a los caballos, no había sido capaz de encontrarla en ningún sitio. En ese momento, todo un montón de terroríficos escenarios atravesaron su mente. Locuras, ideas locas, pero sin embargo le habían asustado.
Su ex marido había escapado de la cárcel. O quizás había contratado a alguien más para matarla.
Esto le trajo recuerdos de la noche en que había yacido impotente en el suelo mientras ____ había sido alejada de él. Su incapacidad para salvarla, el hecho que le había fallado cuando más le necesitaba.
Cerró los ojos y enterró los labios en su pelo. El picor de las lágrimas ardía en los parpados y tomó profundos y tranquilizadores alientos para intentar controlar sus emociones. No podía fallar. No ahora. No cuando ella le necesitaba para ser fuerte. No le fallaría otra vez.
—Respira, cariño. Respiraciones profundas. Eso es —la animó Liam.
Liam se posición entre sus piernas, mientras Louis se cernió sobre su hombro.
—Ah Dios, ¡duele! —gritó ella.
Arqueó la espalda y Harry pudo sentir la tensión de su cuerpo, como una gomita completamente estirada.
—Lo estás haciendo bien, cariño. Casi estamos aquí. Cierra la boca. Respira por la nariz, aguanta y empuja. Un empujón largo. Vamos a ver a nuestro bebé.
Ante la dirección calma de Liam, ella se tranquilizó.
Harry podía sentir su inhalación profunda y luego aguantaba.
—Eso es, amor —susurró Harry.
Las manos de Harry enmarcaron el vientre, intentando infundirle fuerza.
— ¡Eso es! —dijo Liam con voz entusiasmada—. Vamos, cariño, un buen empujón más. Puedes hacerlo.
Un agonizante gemido rasgó la garganta de ____ y Harry se dolió por ella. El sentía su dolor. Sentía su esfuerzo. Lo vivía con ella. Dios, deseaba poder tomar su dolor. Haría cualquier cosa por que ella no sufriera así.
— ¡Aaaaah!
—Bien, descansa un minuto —instó Liam —. La cabeza está fuera. Esa es la parte dura. Permítame succionar y trabajaremos en conseguir que nuestro bebé haga el resto del camino hasta aquí.
Harry miró hacia abajo, para ver una ancha sonrisa partía la cara de su hermano mayor.
Detrás de él, Louis se puso de pie, su cara era llena de asombro, de admiración.
—Necesito empujar otra vez, Liam.
Había pánico en su voz, como si no estuviera bastante segura de que debería estar haciendo.
Harry la besó en el pelo y frotó el vientre con las manos, queriendo hacer algo para consolarla.
Liam se estiró y apretó una de las manos de ____.
—Vamos, empuja, cariño. Un buen empujón más y habremos acabado.
La espalda de ____ se arqueó una vez más y cada músculo en su cuerpo se tensó. Luego se relajó, como un globo desinflado. Cayó en los brazos de Harry, como un tallarín débil. Respiraba de forma desigual, el pecho subiendo y bajando con esfuerzo.
Harry miró abajo una vez más y se encontró con los ojos de su hermano.
—Es un chico —susurró Liam —. ¡Tenemos un hijo!
Una lágrima descendió por la mejilla de Harry y se apresuró a secarla con el hombro.
Louis se acercó y Liam sostuvo al resbaladizo bulto que se retorcía, para que Louis lo cogiera.
— ¿Puedes ocuparte del cordón? —preguntó Liam —. Necesitaré cerciorarme de que sale la placenta.
Louis se estiró reverentemente a por el bebé que gemía, con lágrimas brillando en sus ojos. Los tres hermanos intercambiaron miradas, sus ojos repletos de emoción. Harry apretó a ____ en sus brazos, la ráfaga de amor que sentía por ella tan fuerte, que era todo lo que podía hacer para contenerse.
Louis cortó y ató el cordón, luego envolvió una manta alrededor del bebé. Anduvo y bajó suavemente el bulto a los brazos extendidos de ____.
Harry consiguió su primera vislumbre de su hijo. ____ lo sostenía en sus brazos, los dedos explorando levemente la cara y los dedos diminutos.
—Es hermoso —susurró ella, su voz pesada por la emoción.
Harry se sentó allí, sosteniéndolos a ambos en sus brazos. Sostenía todo lo que le importaba allí, cerca de él, contra su corazón. Otra lágrima bajó por su mejilla, y esta vez no la enjugó.
—Te amo —él se ahogó contra su pelo.
Louis se inclinó para besar a ____ en la sien y luego bajó la cara para besar frente del bebé.
—Gracias —susurró Louis —. Es absolutamente hermoso.
____ giró la cara para sonreír ampliamente a ambos, a él y a Louis.
— ¿Lo es, verdad?
Ella giró al bebé a su seno, ofreciéndole su pezón. Después de unos pocos momentos de que el bebé lo acariciara con la nariz y lo rozara, ____ se las arregló para que lo cogiera. Pronto estuvo alimentándose con satisfacción.
Unos pasos sonaron en el vestíbulo y un segundo después entró rápidamente la comadrona. Sonrió a ____.
—Bien, diría que lo habéis hecho bien sin mí.
Se apresuró y tomó el control de la situación. Ahuyentó a los hombres, dándoles a cada uno una tarea diferente, asegurándoles que podrían regresar tan pronto como ella hubiera tenido la oportunidad de revisar y limpiar a la madre y al bebé.
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Re: Our Women |Louis T. Harry S. Liam P. & _____| [SÚPER HOT] ¡TERMINADA!
EPÍLOGO
____ yacía en una cama limpia, con una bata limpia, con el bebé en los brazos. La comadrona la había mimado, consiguiendo limpiarla a ella y al bebé y revisándolos antes de sonreírle y declarar que ambos estaban bien.
Se sentía cansada. Realmente agotada. La comadrona le había vendado el tobillo y la advirtió que la dejara unos días. De cualquier forma, ____ no planeaba salir pronto de la cama. Dormiría una semana.
Pero nunca había sido más feliz que en ese momento.
La comadrona se salió rápidamente, diciendo que vendría al día siguiente para verificarla tanto a ella como al bebé. Inmediatamente después, los chicos se presentaron y se dirigieron a donde yacía ____.
Se amontonaron, acercándose a la cama con ella, pero siendo cuidadosos de no empujarla.
Miraron con admiración al bebé, turnándose para tocarle la mejilla o los diminutos dedos.
—Es hermoso —susurró Louis reverentemente.
Harry curvó un brazo alrededor de los hombros de ____ y la abrazó.
— ¿Estáis bien? ¿Cómo te sientes?
—Sí, cariño, ¿cómo te sientes? —preguntó Liam, la preocupación le oscurecía los ojos.
El pecho se le apretó y las lágrimas inundaron sus ojos, mientras inspeccionaba la escena que tenía ante ella.
—Estoy bien —dijo ahogándose—. Nunca he estado mejor.
Y era verdad. ¿Cómo podía la vida ser mejor que en ese momento? Nunca sería tan perfecta otra vez.
Este retrato estaría encerrado para siempre en su memoria. Tan asustada como había estado, ahora que todo había pasado, no podía imaginar un mejor parto.
Ningún ambiente estéril de hospital. Ningún extraño trayendo a su hijo al mundo. Solo los hombres a los que amaba más que a la vida. Solo la manera en que debía ser.
Alzó la mirada hacia Harry, quien estaba todavía estudiando al bebé con una expresión semejante al éxtasis.
— ¿Quieres sostenerlo? Eres el único que no lo ha tenido.
—Me gustaría —dijo con voz ronca.
Levantó el bulto y Harry colocó cuidadosamente sus grandes manos alrededor del diminuto bebé. Lo sostuvo contra el pecho y miró con fascinación como su hijo abría los ojos.
— ¿Cómo lo llamaremos? —preguntó Louis.
—Seth —contestó ____—. Me gusta el nombre de Seth.
—Seth Tomlinson, Styles, Payne. Es un buen nombre —dijo Liam, sus ojos suavizándose cuando se encontró con los de ____—. Gracias.
Ella ladeó la cabeza, sonriéndole.
— ¿Por qué?
—Por nuestro hijo. Por amarnos. Por entendernos —respondió.
La garganta de ____ se apretó y por un momento no hubiera podido hablar ni aunque lo hubiera querido. Luchó por procesar la oleada de emoción que se construía y se hinchaba en su interior. De repente fue demasiado y no lo suficiente, todo al mismo tiempo.
Estaba a salvo. Era amada. Amaba con todo su corazón. Estaba en casa.
byers.
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