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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Capítulo 85
Zayn condujo por la ciudad, manteniéndose alerta buscando el nuevo coche de Reggie un Toyota RAV4. Sus manos se curvaron alrededor del volante mas fuerte mientras luchaba con la creciente ola de pánico.
Las cosas se fueron al infierno rápido, y esta vez... esta vez él no estaba seguro si la grieta podría ser reparada.
Harry había ido con todos los mensajes a Niall.
Niall y Reggie dejaron la casa, y Harry estaba encerrado en su cuarto.
Y él, el estaba afuera buscando a Reggie. Esperando que ella no se hubiera escapado lejos. Su casa estaba fuera de la cuestión, ya que todavía estaba en ruinas.
Había optado por la casa de Birdie, pero ella todavía se estaba quedando en casa de Virginia. La parada en su casa no había dado ningún resultado.
Condujo por la casa de Louis Tomlinson, pero no vio el coche de Reggie. Fue a otros lugares que Reggie frecuentaba, pero otra vez, nada.
—Donde estás, Reggie? —murmuró mientras conducía de vuelta por la casa de Birdie. Solo se le ocurría otro lugar donde podría buscarla, y lo difícil era llegar allá, el camino era el infierno.
Se paró detrás de la casa de Birdie y condujo a través de los pastos y siguió hasta el límite trasero de la extensión de Fallon. Cuando llegó a la siguiente colina, sus luces captaron los reflectores traseros del RAV4 de Reggie.
El alivio lo hizo temblar. Pero con el alivio también vino el miedo por la inminente confrontación con Reggie.
Ya había ocurrido. Lo que ella había temido. Lo que el temió. Lo que todos temieron. Crisis, caos.
Zayn no sabía que había causado que Harry explotara de esa manera. En realidad ya no importaba ahora porque el daño estaba hecho. Tal vez solo se estaban engañando. Tal vez esto no tenía la oportunidad de funcionar, como una bola de nieve tiene que seguir siendo lo que es en el infierno.
Se estacionó al lado de la camioneta de Reggie y se preparó para hacer la caminata hacia el arroyo. Pero cuando salió y miró hacia el RAV4, vio a Reggie acurrucada en al asiento delantero. Abrió la puerta del pasajero y parpadeó cuando la luz del techo se encendió. Ella no se movió o quiso reconocer cuando él entró y cerró la puerta.
Su corazón se aferró cuando vio su pequeña figura. Se veía vulnerable. Perdida. Él trago el nudo que tenía en su garganta y luchó con lo que tenía que decir. Como decirlo.
Finalmente optó por no decir nada. Se agachó, puso sus manos debajo de sus brazos y la levantó suavemente hasta que pudo rodearla con sus brazos y ella descansó contra su pecho. El cuerpo de ella se sacudió cuando un sollozo se le escapó.
La abrazó más fuerte y enterró su cara en sus rizos.
—Lo siento, amor. —Suspiró.
Durante mucho tiempo, ella se acurrucó contra él y no dijo nada. Mientras más tardaba en contestar, él más se preocupaba.
—Sabía que esto podía pasar —dijo finalmente—. No es justo, Zayn. No puedo elegir un lado. ¿Cómo podría?
—Nadie quiere escoger un lado, Reggie cariño —Dios, él esperaba no haber dicho una mentira mas grande. Él nunca podría haber pensado que Harry arruinaría el trato que tenían, y ahora él estaba aquí atrapado hablando por ambos, Harry y Niall.
—No en tantas palabras
La acomodó mejor, haciendo su cabeza hacia atrás para escucharla mejor, ya que su voz era ahogada por su pecho.
—¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer, Zayn?
El dolor en su voz lo hizo doler. Ella sonaba tan pequeña. Cansada. Completamente derrotada, como si ella hubiera pasado estas últimas horas luchando ella sola contra algo que estaba fuera de su control.
—No depende de ti arreglar esto —dijo suavemente—. Este es problema de Harry. Cruzó la línea. Él tiene que hacer bien las cosas contigo y Niall.
Ella suspiró y se marchitó más en sus brazos —Me estaba engañando. Esto nunca podría haber funcionado, —dijo tristemente.
Él detuvo la protesta que quería salir a borbotones de su boca, la negación en su corazón. En cambio, el estabilizó su respiración y se preparó para esforzarse y luchar.
—Funcionará, Reggie.
Ella se alejó para mirarlo en la oscuridad. —Ni siquiera debería estar hablando contigo. No es justo acudir a ti cuando tengo problemas con Harry o Niall. No sería justo ir con ellos si tuviera un problema contigo.
Extendió la mano para tocar su cara. Necesitaba tocarla. Hacer esa conexión. Sus dedos temblaban demasiado de modo que los apretó en sus palmas y solamente posó sus nudillos contra su mejilla.
—¿Porque? Reggie, estás siendo demasiado dura contigo. No depende de ti ser todo para nosotros. ¿Cómo esperas ser la roca sin alguien en quien confiar? Hablar conmigo sobre el problema que tienes con Harry o Niall no es una traición.
—No es justo —dijo ella tercamente.
—¿Porque no lo es? Nosotros hablamos de ti. Somos una unidad. Una muy torcida y jodida unidad, pero no obstante somos una unidad.
—¿Qué demonios dices tú de mi? —demandó saber ella.
Él sonrió en la oscuridad al escuchar la irritación en su voz.
—Oh, solamente lo terca que eres. Que tan exasperante puedes ser. Que nos preocupamos por ti. Y que te extrañamos.
Ella se apoyó de vuelta en sus brazos —No sé que pasó esta noche, Zayn. Pensé que finalmente había llegado a través de Niall.
Ella paró y se quedó en silencio.
—¿Y? —le preguntó.
—No debería discutir sobre él, contigo.
Zayn suspiró. —¿Ves? Terca. Esa cualidad tuya pesa mucho en nuestras charlas sobre ti, Reggie cariño.
Ella resopló contra él.
Él pasó su mano arriba y abajo en su hombro. —¿Que quisiste decir con llegar a través de Niall?
Ella descansó ahí por un largo tiempo, y él podía sentir la batalla que se estaba luchando dentro de ella. La lealtad era algo fuerte en ella, y ella siempre fue leal a Harry, Niall, y a él. En su mente, confiarle a él algo sobre uno de ellos era una traición. Era escogerlo a él en vez de ellos.
Ellos tenían razón en darse cuenta que ella nunca escogería entre ellos y que su única oportunidad con ella era convencerla que ella les pertenecía a ellos. Solo ahora Harry estaba haciendo lo mejor por arruinarlo todo.
A pesar del esfuerzo, la ira apareció dentro de Zayn. Era irracional. No servía de nada, pero de todos modos le enojaba que con un poco de cólera, Harry lo arriesgó todo. No solo su relación con Reggie, sino también la de Zayn y Niall.
—Él se contuvo, —dijo ella finalmente—. Un año atrás él se contuvo, y luego hicimos el amor otra vez la otra noche, el no había...
Ella parecía batallar en buscar las palabras correctas, y Zayn pensó en esos encuentros para tratar y ver lo que ella estaba viendo. En ambos casos, Harry y Zayn eran los únicos que prácticamente la tomaban. Frunció el ceño. Ambas
ocasiones Niall solo usaba su boca y nada más. Hasta ahora.
—Él no te penetró... vaginalmente —Zayn ofreció, tropezando con la maldita palabra como un idiota.
—Le asusta dañarme, —dijo ella tranquilamente—. Sawyer es rudo en el borde. No es ningún secreto. Y creo que él se siente culpable porque tenía sexo frecuentemente con otras mujeres
Zayn frunció el ceño otra vez. Tenía sentido a la torcida manera de Niall. Para ser honesto, él nunca había puesto atención en la participación de Niall durante el sexo. Sólo no estaba arriba en su lista de prioridades, pero ahora que Reggie lo mencionaba, podía ver su punto.
—¿Así que tú lo amenazaste con violarlo esta mañana? —Pregunto Zayn con un hilo de diversión.
—Algo así, —murmuró—. En cierto modo lo asalté en la cocina y le dejé claro lo que quería de él.
—Diablos, creo que estoy celoso —murmuró Zayn.
Ella le clavó su puño en el estomago, y el sonrió.
—Las cosas iban bien. Bueno, excepto con su necesidad de atarme. —dijo ella oscuramente—. Y toda esa cosa de pegarme.
Zayn se rió entre dientes. —Te gustó.
—Sí, bueno, ese no es el punto. Pero entonces Harry se puso como loco. Quiero decir ¿Qué demonios estaba pensando? ¿De verdad cree, que tu o Niall me dañarían? Si él no confía en ti o en Niall, ¿cómo demonios cree que esto podría funcionar alguna vez? Quiero decir, creo que puedo entender su racha de protección cuando se trata de otras personas o peligros que podría enfrentar, pero ¿protegerme de ti o Niall?
Zayn no tenía la respuesta para eso, porque era algo que él quería saber también.
—¿Viste la mirada en los ojos de Niall, Zayn?
La emoción apretó su voz, y ella sonó cerca de las lágrimas.
—Él solo se paró ahí por un rato mientras Hutch le pegaba como si lo mereciera, como si mereciera todas las acusaciones que Harry le lanzó a él. Y yo no podía ir hacia el porqué entonces se vería como si estuviera tomando su lado en contra de Harry.
Ella se alejó y miró arriba hacia Zayn.
—¿Que debería haber hecho, Zayn?
—¿Qué es lo que querías hacer? —preguntó con delicadeza.
Sus hombros colgaron. —Quería pegarle a Harry en el trasero, y luego quería poner mis brazos alrededor de Niall y decirle que lo amaba, y que sé que él nunca me hubiera dañado.
—Entonces eso debiste haber hecho.
—Lo haces sonar tan fácil. —Se quejó—. ¿Como sé que eso no es hacerme escoger entre vosotros?
—Porque Harry estaba siendo un imbécil, y si hubiera sido sobre otra cosa tú le habrías dicho imbécil inmediatamente y lo hubieras puesto en su lugar.
—No es eso.
Él cambió y ajustó sus piernas para quitarse el calambre que le estaba dando en una de ellas. Entonces la cargó y la movió a su otra rodilla para llevarla de regreso a sus brazos.
—Necesitas un descanso, amor. No puedes ser todo para todos. Por otra parte, no esperamos que lo hagas. Si uno de nosotros esta comportándose como un idiota, no esperamos que tú te aguantes porque puede aparentar que estas tomando partido.
—Pero ¿y si... y si esto no se puede arreglar, Zayn? ¿Entonces qué?
El miedo en su voz hizo eco de sus propios miedos. Pero demonios, las peleas en las relaciones eran inevitables. Era lo que normalmente ocurría entre un hombre y una mujer y o con otros dos hombres. Que jodido desastre.
—Tú no eres un jodido pedazo de carne por el cual tenemos que pelear —dijo, dejando que el primer destello de ira se viera en sus palabras.
Ella se tensó en sus brazos. —Tú también estas enojado.
Él suspiró —Si, estoy enojado. Y no sé qué es lo que hizo que Harry se enojara, pero él no lo manejó bien. Él sabe que Niall y yo nunca te dañaremos. Demonios, él lo sabe.
—Así que, ¿qué puedo hacer? —preguntó ella de nuevo.
—Solo tú puedes contestar eso, —dijo él, aunque quería decirle que fuera y le pegara una buena patada a Harry en el trasero y luego arreglara las cosas con Niall.
Pero él no podía decidir por ella, no importaba que él quisiera hacer lo que fuera para quedársela.
—Solo quisiera saber qué demonios está pensando él.
—Tú y yo —murmuró Zayn.
Harry siempre había ido a la defensiva cuando se trataba de Reggie, aunque Zayn no iba a proporcionar esa información. No tenía ningún sentido apoyarle en caso de que esto no funcionaria.
Él acarició su brazo y luego le besó la cabeza. —¿Por qué no regresas a la casa?
—Apuesto que no han comido en todo el día. Puedes patear el trasero de Harry y el de Niall también si quieres. Yo hasta limpiaré la sangre cuando termines.
Él forzó a su voz a sonar ligera, esperando que si él no hacia un gran problema de ello, tampoco ella.
—Ve tú primero, —dijo ella en voz baja—. Necesito pensar las cosas por un rato.
Capturó su aliento y se mantuvo. —Pero vas a regresar, ¿verdad?
El silencio se extendió entre ellos, y luego él se tensó mientras esperaba su respuesta.
—Ya no voy a huir. Lo que sea que pase lo afrontaré con la cara en alto.
Su respuesta no lo hizo sentir mejor. Pero también escuchó la resolución en su voz.
Aquí era donde iba a tener que confiar en ella y esperar que ningún otro hombre jodiera la oportunidad de futuro que él tenía con la mujer que amaba.
Las cosas se fueron al infierno rápido, y esta vez... esta vez él no estaba seguro si la grieta podría ser reparada.
Harry había ido con todos los mensajes a Niall.
Niall y Reggie dejaron la casa, y Harry estaba encerrado en su cuarto.
Y él, el estaba afuera buscando a Reggie. Esperando que ella no se hubiera escapado lejos. Su casa estaba fuera de la cuestión, ya que todavía estaba en ruinas.
Había optado por la casa de Birdie, pero ella todavía se estaba quedando en casa de Virginia. La parada en su casa no había dado ningún resultado.
Condujo por la casa de Louis Tomlinson, pero no vio el coche de Reggie. Fue a otros lugares que Reggie frecuentaba, pero otra vez, nada.
—Donde estás, Reggie? —murmuró mientras conducía de vuelta por la casa de Birdie. Solo se le ocurría otro lugar donde podría buscarla, y lo difícil era llegar allá, el camino era el infierno.
Se paró detrás de la casa de Birdie y condujo a través de los pastos y siguió hasta el límite trasero de la extensión de Fallon. Cuando llegó a la siguiente colina, sus luces captaron los reflectores traseros del RAV4 de Reggie.
El alivio lo hizo temblar. Pero con el alivio también vino el miedo por la inminente confrontación con Reggie.
Ya había ocurrido. Lo que ella había temido. Lo que el temió. Lo que todos temieron. Crisis, caos.
Zayn no sabía que había causado que Harry explotara de esa manera. En realidad ya no importaba ahora porque el daño estaba hecho. Tal vez solo se estaban engañando. Tal vez esto no tenía la oportunidad de funcionar, como una bola de nieve tiene que seguir siendo lo que es en el infierno.
Se estacionó al lado de la camioneta de Reggie y se preparó para hacer la caminata hacia el arroyo. Pero cuando salió y miró hacia el RAV4, vio a Reggie acurrucada en al asiento delantero. Abrió la puerta del pasajero y parpadeó cuando la luz del techo se encendió. Ella no se movió o quiso reconocer cuando él entró y cerró la puerta.
Su corazón se aferró cuando vio su pequeña figura. Se veía vulnerable. Perdida. Él trago el nudo que tenía en su garganta y luchó con lo que tenía que decir. Como decirlo.
Finalmente optó por no decir nada. Se agachó, puso sus manos debajo de sus brazos y la levantó suavemente hasta que pudo rodearla con sus brazos y ella descansó contra su pecho. El cuerpo de ella se sacudió cuando un sollozo se le escapó.
La abrazó más fuerte y enterró su cara en sus rizos.
—Lo siento, amor. —Suspiró.
Durante mucho tiempo, ella se acurrucó contra él y no dijo nada. Mientras más tardaba en contestar, él más se preocupaba.
—Sabía que esto podía pasar —dijo finalmente—. No es justo, Zayn. No puedo elegir un lado. ¿Cómo podría?
—Nadie quiere escoger un lado, Reggie cariño —Dios, él esperaba no haber dicho una mentira mas grande. Él nunca podría haber pensado que Harry arruinaría el trato que tenían, y ahora él estaba aquí atrapado hablando por ambos, Harry y Niall.
—No en tantas palabras
La acomodó mejor, haciendo su cabeza hacia atrás para escucharla mejor, ya que su voz era ahogada por su pecho.
—¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer, Zayn?
El dolor en su voz lo hizo doler. Ella sonaba tan pequeña. Cansada. Completamente derrotada, como si ella hubiera pasado estas últimas horas luchando ella sola contra algo que estaba fuera de su control.
—No depende de ti arreglar esto —dijo suavemente—. Este es problema de Harry. Cruzó la línea. Él tiene que hacer bien las cosas contigo y Niall.
Ella suspiró y se marchitó más en sus brazos —Me estaba engañando. Esto nunca podría haber funcionado, —dijo tristemente.
Él detuvo la protesta que quería salir a borbotones de su boca, la negación en su corazón. En cambio, el estabilizó su respiración y se preparó para esforzarse y luchar.
—Funcionará, Reggie.
Ella se alejó para mirarlo en la oscuridad. —Ni siquiera debería estar hablando contigo. No es justo acudir a ti cuando tengo problemas con Harry o Niall. No sería justo ir con ellos si tuviera un problema contigo.
Extendió la mano para tocar su cara. Necesitaba tocarla. Hacer esa conexión. Sus dedos temblaban demasiado de modo que los apretó en sus palmas y solamente posó sus nudillos contra su mejilla.
—¿Porque? Reggie, estás siendo demasiado dura contigo. No depende de ti ser todo para nosotros. ¿Cómo esperas ser la roca sin alguien en quien confiar? Hablar conmigo sobre el problema que tienes con Harry o Niall no es una traición.
—No es justo —dijo ella tercamente.
—¿Porque no lo es? Nosotros hablamos de ti. Somos una unidad. Una muy torcida y jodida unidad, pero no obstante somos una unidad.
—¿Qué demonios dices tú de mi? —demandó saber ella.
Él sonrió en la oscuridad al escuchar la irritación en su voz.
—Oh, solamente lo terca que eres. Que tan exasperante puedes ser. Que nos preocupamos por ti. Y que te extrañamos.
Ella se apoyó de vuelta en sus brazos —No sé que pasó esta noche, Zayn. Pensé que finalmente había llegado a través de Niall.
Ella paró y se quedó en silencio.
—¿Y? —le preguntó.
—No debería discutir sobre él, contigo.
Zayn suspiró. —¿Ves? Terca. Esa cualidad tuya pesa mucho en nuestras charlas sobre ti, Reggie cariño.
Ella resopló contra él.
Él pasó su mano arriba y abajo en su hombro. —¿Que quisiste decir con llegar a través de Niall?
Ella descansó ahí por un largo tiempo, y él podía sentir la batalla que se estaba luchando dentro de ella. La lealtad era algo fuerte en ella, y ella siempre fue leal a Harry, Niall, y a él. En su mente, confiarle a él algo sobre uno de ellos era una traición. Era escogerlo a él en vez de ellos.
Ellos tenían razón en darse cuenta que ella nunca escogería entre ellos y que su única oportunidad con ella era convencerla que ella les pertenecía a ellos. Solo ahora Harry estaba haciendo lo mejor por arruinarlo todo.
A pesar del esfuerzo, la ira apareció dentro de Zayn. Era irracional. No servía de nada, pero de todos modos le enojaba que con un poco de cólera, Harry lo arriesgó todo. No solo su relación con Reggie, sino también la de Zayn y Niall.
—Él se contuvo, —dijo ella finalmente—. Un año atrás él se contuvo, y luego hicimos el amor otra vez la otra noche, el no había...
Ella parecía batallar en buscar las palabras correctas, y Zayn pensó en esos encuentros para tratar y ver lo que ella estaba viendo. En ambos casos, Harry y Zayn eran los únicos que prácticamente la tomaban. Frunció el ceño. Ambas
ocasiones Niall solo usaba su boca y nada más. Hasta ahora.
—Él no te penetró... vaginalmente —Zayn ofreció, tropezando con la maldita palabra como un idiota.
—Le asusta dañarme, —dijo ella tranquilamente—. Sawyer es rudo en el borde. No es ningún secreto. Y creo que él se siente culpable porque tenía sexo frecuentemente con otras mujeres
Zayn frunció el ceño otra vez. Tenía sentido a la torcida manera de Niall. Para ser honesto, él nunca había puesto atención en la participación de Niall durante el sexo. Sólo no estaba arriba en su lista de prioridades, pero ahora que Reggie lo mencionaba, podía ver su punto.
—¿Así que tú lo amenazaste con violarlo esta mañana? —Pregunto Zayn con un hilo de diversión.
—Algo así, —murmuró—. En cierto modo lo asalté en la cocina y le dejé claro lo que quería de él.
—Diablos, creo que estoy celoso —murmuró Zayn.
Ella le clavó su puño en el estomago, y el sonrió.
—Las cosas iban bien. Bueno, excepto con su necesidad de atarme. —dijo ella oscuramente—. Y toda esa cosa de pegarme.
Zayn se rió entre dientes. —Te gustó.
—Sí, bueno, ese no es el punto. Pero entonces Harry se puso como loco. Quiero decir ¿Qué demonios estaba pensando? ¿De verdad cree, que tu o Niall me dañarían? Si él no confía en ti o en Niall, ¿cómo demonios cree que esto podría funcionar alguna vez? Quiero decir, creo que puedo entender su racha de protección cuando se trata de otras personas o peligros que podría enfrentar, pero ¿protegerme de ti o Niall?
Zayn no tenía la respuesta para eso, porque era algo que él quería saber también.
—¿Viste la mirada en los ojos de Niall, Zayn?
La emoción apretó su voz, y ella sonó cerca de las lágrimas.
—Él solo se paró ahí por un rato mientras Hutch le pegaba como si lo mereciera, como si mereciera todas las acusaciones que Harry le lanzó a él. Y yo no podía ir hacia el porqué entonces se vería como si estuviera tomando su lado en contra de Harry.
Ella se alejó y miró arriba hacia Zayn.
—¿Que debería haber hecho, Zayn?
—¿Qué es lo que querías hacer? —preguntó con delicadeza.
Sus hombros colgaron. —Quería pegarle a Harry en el trasero, y luego quería poner mis brazos alrededor de Niall y decirle que lo amaba, y que sé que él nunca me hubiera dañado.
—Entonces eso debiste haber hecho.
—Lo haces sonar tan fácil. —Se quejó—. ¿Como sé que eso no es hacerme escoger entre vosotros?
—Porque Harry estaba siendo un imbécil, y si hubiera sido sobre otra cosa tú le habrías dicho imbécil inmediatamente y lo hubieras puesto en su lugar.
—No es eso.
Él cambió y ajustó sus piernas para quitarse el calambre que le estaba dando en una de ellas. Entonces la cargó y la movió a su otra rodilla para llevarla de regreso a sus brazos.
—Necesitas un descanso, amor. No puedes ser todo para todos. Por otra parte, no esperamos que lo hagas. Si uno de nosotros esta comportándose como un idiota, no esperamos que tú te aguantes porque puede aparentar que estas tomando partido.
—Pero ¿y si... y si esto no se puede arreglar, Zayn? ¿Entonces qué?
El miedo en su voz hizo eco de sus propios miedos. Pero demonios, las peleas en las relaciones eran inevitables. Era lo que normalmente ocurría entre un hombre y una mujer y o con otros dos hombres. Que jodido desastre.
—Tú no eres un jodido pedazo de carne por el cual tenemos que pelear —dijo, dejando que el primer destello de ira se viera en sus palabras.
Ella se tensó en sus brazos. —Tú también estas enojado.
Él suspiró —Si, estoy enojado. Y no sé qué es lo que hizo que Harry se enojara, pero él no lo manejó bien. Él sabe que Niall y yo nunca te dañaremos. Demonios, él lo sabe.
—Así que, ¿qué puedo hacer? —preguntó ella de nuevo.
—Solo tú puedes contestar eso, —dijo él, aunque quería decirle que fuera y le pegara una buena patada a Harry en el trasero y luego arreglara las cosas con Niall.
Pero él no podía decidir por ella, no importaba que él quisiera hacer lo que fuera para quedársela.
—Solo quisiera saber qué demonios está pensando él.
—Tú y yo —murmuró Zayn.
Harry siempre había ido a la defensiva cuando se trataba de Reggie, aunque Zayn no iba a proporcionar esa información. No tenía ningún sentido apoyarle en caso de que esto no funcionaria.
Él acarició su brazo y luego le besó la cabeza. —¿Por qué no regresas a la casa?
—Apuesto que no han comido en todo el día. Puedes patear el trasero de Harry y el de Niall también si quieres. Yo hasta limpiaré la sangre cuando termines.
Él forzó a su voz a sonar ligera, esperando que si él no hacia un gran problema de ello, tampoco ella.
—Ve tú primero, —dijo ella en voz baja—. Necesito pensar las cosas por un rato.
Capturó su aliento y se mantuvo. —Pero vas a regresar, ¿verdad?
El silencio se extendió entre ellos, y luego él se tensó mientras esperaba su respuesta.
—Ya no voy a huir. Lo que sea que pase lo afrontaré con la cara en alto.
Su respuesta no lo hizo sentir mejor. Pero también escuchó la resolución en su voz.
Aquí era donde iba a tener que confiar en ella y esperar que ningún otro hombre jodiera la oportunidad de futuro que él tenía con la mujer que amaba.
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
¡HOLAAA! :)
Espero que les guste el capítulo!
¡Comenten! ;)
:bye:
Espero que les guste el capítulo!
¡Comenten! ;)
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Soy una persona bien horrible velda? :( perdón es que me fui de vacaciones y pues no lleve la Lap C: ame lso 10 capítulos que dejaste, estuvieron fenomenales :3 Los ame cada uno de ellos y luego cuando se peleo Harry D: OMG enserio no pensé que llegaría a pasar eso, pero pues tiene todo el derecho de enojarse y mi querida Reggie pobre muchacha me la maltrataron!! Bestias xDD Jajaja bien que le gusto, ok bueno pues me encanto este capitulo que acaba de pasar y fue genial, me encanta y espero puedas subir pronto y espero tengas un inicio de año maravilloso y que todo lo que te propongas el próximos año se cumpla y lucha por que se cumpla c: Bueno un beso y bye <3
kissesOfSugar
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
kissesOfSugar escribió: Soy una persona bien horrible velda? :( perdón es que me fui de vacaciones y pues no lleve la Lap C: ame lso 10 capítulos que dejaste, estuvieron fenomenales :3 Los ame cada uno de ellos y luego cuando se peleo Harry D: OMG enserio no pensé que llegaría a pasar eso, pero pues tiene todo el derecho de enojarse y mi querida Reggie pobre muchacha me la maltrataron!! Bestias xDD Jajaja bien que le gusto, ok bueno pues me encanto este capitulo que acaba de pasar y fue genial, me encanta y espero puedas subir pronto y espero tengas un inicio de año maravilloso y que todo lo que te propongas el próximos año se cumpla y lucha por que se cumpla c: Bueno un beso y bye <3
Holaa! (:
No te preocupes linda. :)
Amo que los hayas amado! <3
Sip, no parecía que eso fuera a pasar, pero bueno, ya sabremos que llevo a Harry hacer eso. :/
jajajjaja! Sí que le gustó! xD
a subo nuevo cap! :D
¡Gracias! Te prometo que lucharé para cumplirlos! ;) Espero que tu también tengas un buen inicio de año y que puedas cumplir todos tus deseos! :)
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Capítulo 86
Reggie se acercó a la casa y apagó el motor. La camioneta de Niall no estaba.
Con un suspiro, se bajó y con cansancio se dirigió a la puerta.
Ella y Niall eran muy parecidos. Ambos eran extremistas, con tendencia a estallar, y desquitarse era su manera de lidiar con las cosas.
Esta vez, sin embargo, ella le había prometido a Zayn que manejaría las cosas de forma racional. Ella y su gran boca. Lo que ella realmente quería hacer era meter el rabo entre las piernas y echar a correr. Tal como hizo hace un año. Sólo que eso no había ayudado. Tan pronto como subió los escalones, la puerta se abrió y Harry la atrapó entre sus brazos.
—Reggie, gracias a Dios. Estaba preocupado.
Se puso rígida luego se apartó y le pegó directo en las tripas.
Él se inclinó con un gruñido, pero logró mantener las riendas agarrándola por el codo mientras la arrastraba dentro de la casa. Se retorció hasta liberarse de su agarre y cerró la puerta detrás de él. Él se mantuvo de pie en el vestíbulo, con su mano debajo de su camiseta frotándose las tripas.
—Me lo merecía, —dijo en voz baja.
Lo miró furiosa. —Sí, te lo merecías.
Un largo suspiro se derramó de sus labios, y ella se ablandó cuando vio la miseria dibujada en su rostro. No tenía por qué saber que ella babeaba por él.
Lo paralizó con el ceño fruncido, y él le devolvió la mirada con tristeza.
—¿Podemos hablar? —preguntó él, mientras indicaba la sala de estar.
—¿Dónde está Niall? —Le preguntó mientras caminaba delante de él.
—No sé, —admitió—. Él no ha regresado aún.
Una punzada de miedo recorrió su pecho. Ella se volvió hacia Hutch y usó su ira para bloquear el miedo.
—¿Qué diablos estabas pensando, Harry? ¿Qué fue todo eso?
Se dejó caer en el sofá, clavó los codos en las rodillas y hundió la cara entre las manos.
—Soy un cabrón, —murmuró.
Se sentó en la silla frente a él. —Sí, bueno ahora que eso se ha determinado. Te importaría decirme ¿qué fue lo que te impulsó a esta cabronada en particular?
La miró con tanto dolor en sus ojos que ella retrocedió. Una punzada de inquietud le bajó por la espalda, y su enojo fue reemplazado por la preocupación.
—¿Qué sucede, Harry? —Le preguntó en voz baja—. ¿Qué te hace pensar que Niall o Zayn me harían daño? ¿Parecía que estaba protestando?
Harry tomó en una respiración profunda, y pudo ver su batalla interna, podía ver los músculos contrayéndose y los nervios saltar por su cuerpo tenso.
—Yo no vi que tuvieras la oportunidad de decir que no con las manos atadas a la espalda, la boca llena por la polla de Zayn y Niall metido por tu culo, —dijo sin rodeos.
Ella se sonrojó y apretó los labios. —Mírame, Harry.
Se volvió con la mirada apagada. Sus ojos tenían el mismo aspecto abrumado que los de Niall.
—¿Qué está pasando? Sabes que no me harían daño. Tienes que saberlo. ¿Crees sinceramente que estaría echada allí como una imbécil, tomándolos, si estaban haciendo algo que yo no quería?
Su protesta no se hizo esperar. —Tú eres más pequeña que ellos, Reggie. Especialmente Niall. No sería difícil para él dominarte, y no habría una maldita cosa que pudieras hacer para detenerlo.
Había miedo en su voz y un hilo de ira, pero iba más allá de lo que había sucedido en el sofá. Su mirada estaba desenfocada, como si estuviera perdido en algún otro lugar. En otro momento.
—¿Sinceramente crees que Niall me haría daño, Harry? Mírame a los ojos y dime qué piensas tan mal de un hombre que ha sido como un hermano para ti, desde que teníais diez años
Un sordo estremecimiento se deslizó por cuello de Harry. —No —murmuró—. Él te ama. Él moriría antes de hacerte daño.
—Entonces, ¿qué carajo estabas pensando hoy? —Exigió—. Tú lo lastimaste, Harry. ¿Has visto la mirada en sus ojos? ¿Cómo demonios se supone que voy a lograr que me vuelva siquiera a mirar?
Apretó sus dedos en puños y se obligó a no perder el tenue control que tenía sobre su temperamento. Harry estaba dolido también. Ella no tenía ni idea de por qué, pero algo más estaba pasando. Harry apartó la mirada. Sus hombros se agitaron, y arrastró una mano temblorosa por su pelo ruloso.
—Lo sé, Reggie. Lo sé. Lo siento.
—No es a mí a quien tienes que pedir disculpas —señaló.
—Sí, lo es. Te he avergonzado. Yo derribé a mi hermano. Te he puesto en una posición difícil, y por eso lo siento.
—¿Pero por qué? —preguntó en voz baja—. ¿Qué pasó, Harry? No es como si tú actuaras de esa forma. ¿Es la situación? ¿Estás celoso? ¿Es algo con lo que no puedes lidiar?
—No, —dijo con tono cortante mientras movía la cabeza.
Él se puso de pie y empezó a caminar sin descanso. Su lenguaje corporal gritaba conmoción. La tensión salía de él como una ola de calor.
Esperó y observó mientras él luchaba con cualquier demonio que lo tenía en sus garras. Se detuvo y se volvió hacia ella, con una mano en la parte posterior de su cuello. —Simplemente me pegó mal, pequeña. Entré por la puerta, y te vi inclinada sobre el sofá, con las manos atadas a la espalda, con la huella de la mano de Niall en tu culo. ¿Qué se suponía que debía pensar?
Exhaló todo su aliento, pero podía ver que ya no estaba enojado. Parecía confundido. Y triste.
—Mi padre solía golpear a mi madre —confesó en un susurro avergonzado.
Su corazón se sacudió y se apretó, pero ella se mantuvo tranquila, con ganas de escuchar lo que tenía que decir. Nunca hablaba de su familia. Nunca hablaba de su vida antes de llegar a casa de Birdie. Tan cercanos como eran y fueron durante años, todo lo que sabía acerca de él venía desde ese momento.
—Era un hijo de puta. Un alcohólico que era casi tan malo cuando estaba sobrio como cuando estaba borracho. Cuando se cansaba de golpear a mi madre, él venía por mí y mi hermano.
Ella contuvo la respiración. Ella ni siquiera sabía que tenía un hermano.
—Recuerdo lo impotente y enfadado que me sentía por no poder ayudarla. No pude ayudar a mi hermano. Yo estaba completa y totalmente impotente.
—Harry, tú sólo eras un niño —dijo con suavidad.
—Sí, sólo un niño —dijo con sorna—. No he pensado en esos momentos en años, Reggie, pero cuando llegué a casa y te vi, fue como ver a mi padre y a mi madre de nuevo. Yo sé que lo que hice estuvo mal, pero me enferma pensar que alguien te lastime así.
Apartó la mirada con aire de culpabilidad. —Y tal vez he estado esperando a que Niall metiera la pata. Nunca me ha gustado lo bruto que es contigo, pero me senté sobre mis manos y me mordí la lengua porque sabía que sólo provocaría una discusión, y supongo que en el fondo, sé que estoy siendo un imbécil.
Ella abrió la boca para hablar, pero él comenzó a caminar de nuevo.
—La mató, Reggie. El cabrón se salió con la suya. Su muerte fue un accidente. Irónicamente estaba borracha. Ella nunca bebía, pero supongo que esa noche fue demasiado para ella. La empujó por las escaleras y luego actuó como el marido doliente. Yo no podía quedarme más allí, así que escapé, y nunca regresé.
El dolor en su corazón creció al ver el sufrimiento crudo tallado en su cara. Parecía tan perdido como Niall cuando Hary lo había condenado.
—Pensé que tus padres estaban muertos... como los de Zayn y Niall, —dijo en voz baja—. Nunca me di cuenta... Me refiero a que nunca hablabas de ellos.
—¿Qué puedo decirte?, —Dijo con sorna—. Mi viejo no era exactamente alguien a quien escribir, y yo siempre tuve miedo de que me devolviera las cartas. Era más fácil fingir que no existía.
Ella se levantó vacilante, con las piernas inestables. Y entonces se acercó a él, deslizando los brazos por su cintura y hundió la cara en su pecho.
—Lo siento, Harry.
La agarró fuertemente, el pecho agitado por la emoción. —No tienes porqué pedir disculpas Reggie. Fui un imbécil total y absoluto. Yo puse todo en peligro. No sólo para mí sino para Niall y Zayn. ¿Puedes perdonarme por eso?
Cerró los ojos, esperando que fuera tan simple como el perdón. Para todos ellos.
—Tú tienes que arreglar esto con Niall, —dijo en voz baja.
—Lo sé. Pero primero tenía que arreglarlo contigo. Lo que hice fue imperdonable. Hice exactamente lo que juramos que no haríamos. Ponerte entre nosotros. Te amo, Reggie. Y lo siento.
Ella le apretó más fuerte. —Voy a subir y esperar a Niall, ¿de acuerdo?.
Harry frotó sus manos arriba y abajo su espalda. —Estoy tan contento de que vinieras a casa, pequeña. Estaba muy preocupado. No te vayas así de nuevo por favor. La próxima vez quédate y patéame el culo o haz que me vaya, pero no escapes. Esta es tu casa. Tú nos perteneces, aunque no te merezca.
Ella sonrió y luego inclinó la cabeza hacia atrás para poder darle un beso.
—Estoy cansada y ha sido un largo día. Voy a meterme de cabeza en la cama de Niall. Sólo espero por el infierno que llegue a casa y pueda hacerle entrar en razón.
La culpa de nuevo brilló en el rostro de Harry. Empezó a hablar, pero ella mantuvo un dedo sobre sus labios.
—Guárdalo para Niall, —dijo con suavidad.
Él asintió con la cabeza y aflojó el control sobre ella. Ella dejó que sus manos se deslizaran por sus brazos hasta sus muñecas, y luego le apretó las manos una vez antes de subir las escaleras.
Con un suspiro, se bajó y con cansancio se dirigió a la puerta.
Ella y Niall eran muy parecidos. Ambos eran extremistas, con tendencia a estallar, y desquitarse era su manera de lidiar con las cosas.
Esta vez, sin embargo, ella le había prometido a Zayn que manejaría las cosas de forma racional. Ella y su gran boca. Lo que ella realmente quería hacer era meter el rabo entre las piernas y echar a correr. Tal como hizo hace un año. Sólo que eso no había ayudado. Tan pronto como subió los escalones, la puerta se abrió y Harry la atrapó entre sus brazos.
—Reggie, gracias a Dios. Estaba preocupado.
Se puso rígida luego se apartó y le pegó directo en las tripas.
Él se inclinó con un gruñido, pero logró mantener las riendas agarrándola por el codo mientras la arrastraba dentro de la casa. Se retorció hasta liberarse de su agarre y cerró la puerta detrás de él. Él se mantuvo de pie en el vestíbulo, con su mano debajo de su camiseta frotándose las tripas.
—Me lo merecía, —dijo en voz baja.
Lo miró furiosa. —Sí, te lo merecías.
Un largo suspiro se derramó de sus labios, y ella se ablandó cuando vio la miseria dibujada en su rostro. No tenía por qué saber que ella babeaba por él.
Lo paralizó con el ceño fruncido, y él le devolvió la mirada con tristeza.
—¿Podemos hablar? —preguntó él, mientras indicaba la sala de estar.
—¿Dónde está Niall? —Le preguntó mientras caminaba delante de él.
—No sé, —admitió—. Él no ha regresado aún.
Una punzada de miedo recorrió su pecho. Ella se volvió hacia Hutch y usó su ira para bloquear el miedo.
—¿Qué diablos estabas pensando, Harry? ¿Qué fue todo eso?
Se dejó caer en el sofá, clavó los codos en las rodillas y hundió la cara entre las manos.
—Soy un cabrón, —murmuró.
Se sentó en la silla frente a él. —Sí, bueno ahora que eso se ha determinado. Te importaría decirme ¿qué fue lo que te impulsó a esta cabronada en particular?
La miró con tanto dolor en sus ojos que ella retrocedió. Una punzada de inquietud le bajó por la espalda, y su enojo fue reemplazado por la preocupación.
—¿Qué sucede, Harry? —Le preguntó en voz baja—. ¿Qué te hace pensar que Niall o Zayn me harían daño? ¿Parecía que estaba protestando?
Harry tomó en una respiración profunda, y pudo ver su batalla interna, podía ver los músculos contrayéndose y los nervios saltar por su cuerpo tenso.
—Yo no vi que tuvieras la oportunidad de decir que no con las manos atadas a la espalda, la boca llena por la polla de Zayn y Niall metido por tu culo, —dijo sin rodeos.
Ella se sonrojó y apretó los labios. —Mírame, Harry.
Se volvió con la mirada apagada. Sus ojos tenían el mismo aspecto abrumado que los de Niall.
—¿Qué está pasando? Sabes que no me harían daño. Tienes que saberlo. ¿Crees sinceramente que estaría echada allí como una imbécil, tomándolos, si estaban haciendo algo que yo no quería?
Su protesta no se hizo esperar. —Tú eres más pequeña que ellos, Reggie. Especialmente Niall. No sería difícil para él dominarte, y no habría una maldita cosa que pudieras hacer para detenerlo.
Había miedo en su voz y un hilo de ira, pero iba más allá de lo que había sucedido en el sofá. Su mirada estaba desenfocada, como si estuviera perdido en algún otro lugar. En otro momento.
—¿Sinceramente crees que Niall me haría daño, Harry? Mírame a los ojos y dime qué piensas tan mal de un hombre que ha sido como un hermano para ti, desde que teníais diez años
Un sordo estremecimiento se deslizó por cuello de Harry. —No —murmuró—. Él te ama. Él moriría antes de hacerte daño.
—Entonces, ¿qué carajo estabas pensando hoy? —Exigió—. Tú lo lastimaste, Harry. ¿Has visto la mirada en sus ojos? ¿Cómo demonios se supone que voy a lograr que me vuelva siquiera a mirar?
Apretó sus dedos en puños y se obligó a no perder el tenue control que tenía sobre su temperamento. Harry estaba dolido también. Ella no tenía ni idea de por qué, pero algo más estaba pasando. Harry apartó la mirada. Sus hombros se agitaron, y arrastró una mano temblorosa por su pelo ruloso.
—Lo sé, Reggie. Lo sé. Lo siento.
—No es a mí a quien tienes que pedir disculpas —señaló.
—Sí, lo es. Te he avergonzado. Yo derribé a mi hermano. Te he puesto en una posición difícil, y por eso lo siento.
—¿Pero por qué? —preguntó en voz baja—. ¿Qué pasó, Harry? No es como si tú actuaras de esa forma. ¿Es la situación? ¿Estás celoso? ¿Es algo con lo que no puedes lidiar?
—No, —dijo con tono cortante mientras movía la cabeza.
Él se puso de pie y empezó a caminar sin descanso. Su lenguaje corporal gritaba conmoción. La tensión salía de él como una ola de calor.
Esperó y observó mientras él luchaba con cualquier demonio que lo tenía en sus garras. Se detuvo y se volvió hacia ella, con una mano en la parte posterior de su cuello. —Simplemente me pegó mal, pequeña. Entré por la puerta, y te vi inclinada sobre el sofá, con las manos atadas a la espalda, con la huella de la mano de Niall en tu culo. ¿Qué se suponía que debía pensar?
Exhaló todo su aliento, pero podía ver que ya no estaba enojado. Parecía confundido. Y triste.
—Mi padre solía golpear a mi madre —confesó en un susurro avergonzado.
Su corazón se sacudió y se apretó, pero ella se mantuvo tranquila, con ganas de escuchar lo que tenía que decir. Nunca hablaba de su familia. Nunca hablaba de su vida antes de llegar a casa de Birdie. Tan cercanos como eran y fueron durante años, todo lo que sabía acerca de él venía desde ese momento.
—Era un hijo de puta. Un alcohólico que era casi tan malo cuando estaba sobrio como cuando estaba borracho. Cuando se cansaba de golpear a mi madre, él venía por mí y mi hermano.
Ella contuvo la respiración. Ella ni siquiera sabía que tenía un hermano.
—Recuerdo lo impotente y enfadado que me sentía por no poder ayudarla. No pude ayudar a mi hermano. Yo estaba completa y totalmente impotente.
—Harry, tú sólo eras un niño —dijo con suavidad.
—Sí, sólo un niño —dijo con sorna—. No he pensado en esos momentos en años, Reggie, pero cuando llegué a casa y te vi, fue como ver a mi padre y a mi madre de nuevo. Yo sé que lo que hice estuvo mal, pero me enferma pensar que alguien te lastime así.
Apartó la mirada con aire de culpabilidad. —Y tal vez he estado esperando a que Niall metiera la pata. Nunca me ha gustado lo bruto que es contigo, pero me senté sobre mis manos y me mordí la lengua porque sabía que sólo provocaría una discusión, y supongo que en el fondo, sé que estoy siendo un imbécil.
Ella abrió la boca para hablar, pero él comenzó a caminar de nuevo.
—La mató, Reggie. El cabrón se salió con la suya. Su muerte fue un accidente. Irónicamente estaba borracha. Ella nunca bebía, pero supongo que esa noche fue demasiado para ella. La empujó por las escaleras y luego actuó como el marido doliente. Yo no podía quedarme más allí, así que escapé, y nunca regresé.
El dolor en su corazón creció al ver el sufrimiento crudo tallado en su cara. Parecía tan perdido como Niall cuando Hary lo había condenado.
—Pensé que tus padres estaban muertos... como los de Zayn y Niall, —dijo en voz baja—. Nunca me di cuenta... Me refiero a que nunca hablabas de ellos.
—¿Qué puedo decirte?, —Dijo con sorna—. Mi viejo no era exactamente alguien a quien escribir, y yo siempre tuve miedo de que me devolviera las cartas. Era más fácil fingir que no existía.
Ella se levantó vacilante, con las piernas inestables. Y entonces se acercó a él, deslizando los brazos por su cintura y hundió la cara en su pecho.
—Lo siento, Harry.
La agarró fuertemente, el pecho agitado por la emoción. —No tienes porqué pedir disculpas Reggie. Fui un imbécil total y absoluto. Yo puse todo en peligro. No sólo para mí sino para Niall y Zayn. ¿Puedes perdonarme por eso?
Cerró los ojos, esperando que fuera tan simple como el perdón. Para todos ellos.
—Tú tienes que arreglar esto con Niall, —dijo en voz baja.
—Lo sé. Pero primero tenía que arreglarlo contigo. Lo que hice fue imperdonable. Hice exactamente lo que juramos que no haríamos. Ponerte entre nosotros. Te amo, Reggie. Y lo siento.
Ella le apretó más fuerte. —Voy a subir y esperar a Niall, ¿de acuerdo?.
Harry frotó sus manos arriba y abajo su espalda. —Estoy tan contento de que vinieras a casa, pequeña. Estaba muy preocupado. No te vayas así de nuevo por favor. La próxima vez quédate y patéame el culo o haz que me vaya, pero no escapes. Esta es tu casa. Tú nos perteneces, aunque no te merezca.
Ella sonrió y luego inclinó la cabeza hacia atrás para poder darle un beso.
—Estoy cansada y ha sido un largo día. Voy a meterme de cabeza en la cama de Niall. Sólo espero por el infierno que llegue a casa y pueda hacerle entrar en razón.
La culpa de nuevo brilló en el rostro de Harry. Empezó a hablar, pero ella mantuvo un dedo sobre sus labios.
—Guárdalo para Niall, —dijo con suavidad.
Él asintió con la cabeza y aflojó el control sobre ella. Ella dejó que sus manos se deslizaran por sus brazos hasta sus muñecas, y luego le apretó las manos una vez antes de subir las escaleras.
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Capítulo 87
Ella no tenía intención de quedarse dormida, pero cuando oyó crujir la puerta y vio el reloj, se dio cuenta que lo hizo.
La luz se encendió, y se echó un brazo por encima, mientras sus ojos casi explotaban.
—¡Carajo! Lo siento, Reggie, —murmuró Niall antes de abofetear el interruptor de la luz para devolver el cuarto a la oscuridad.
—Está bien, —dijo atontada—. Vuelve a encenderla.
En vez de hacerlo, él se acercó y encendió la lámpara de noche. Con cautela, se quitó el brazo de la cara y lo miró fijamente.
Él lucía... tosco. Como si hubiera estado peleando unos cuantos asaltos con un hombre mucho más grande que él, aunque ella no estaba segura de que fueran muchos asaltos.
—¿Qué diablos te ha pasado? —Preguntó ella—. ¿Y dónde has estado?
La comisura de sus labios agrietados lucía lo que parecía sospechosamente una sonrisa de medio lado.
—Bebí un poco, —dijo encogiéndose de hombros.
Sus ojos se estrecharon. —¿Y condujiste hasta la casa? Maldita sea, Niall, ¿por qué no me llamaste? ¿Estás tratando de matarte o de hacer que te arresten?
Él se dejó caer sobre la cama, se inclinó hacia adelante y luego volvió la cabeza para mirarla. —¿Te mantuviste despierta para darme una lección?
—No, tonto, me mantuve despierta porque quería verte. Porque quería meterte algo de sentido común en tu cabezota.
—Ya veo por qué llegué a casa para tal abuso. —Su voz estaba llena de diversión, pero persistían las sombras en sus ojos.
Ella se arrastró sobre la cama, cogió un puñado de su camisa y tiró de él hacia delante. Su boca se abrió, con sorpresa mientras ella se abalanzaba para besarlo.
Se deslizó alrededor de su cuerpo como si fuera una bailarina de tubo11. Entonces antes de que pudiera siquiera parpadear, ella se empujó hacia adelante, tirándolo de espaldas.
Ella cayó con él y ambos aterrizaron con un golpe seco.
Sus labios se encontraron. Lo besaba para luego liberarlo y luego lo besaba de nuevo. —Nunca. -Beso-. —Más. -Beso-. —Huyas. -Beso-. —Así de nuevo.
Sus manos se deslizaron por su espalda hasta que alcanzaron sus hombros mientras salpicaba la boca con la suya.
—Y lo dice la mujer que huyó como un murciélago del infierno, —dijo secamente.
Ella levantó la cabeza y miró hacia abajo. —¿Y cómo sabes lo que hice?
—Oh, vamos a ver. A, eres igual a mí. Y B, Zayn dejó un mensaje un tanto desesperado en mi teléfono celular diciendo que habías huido como un gato escaldado de nuevo.
—Volví, —murmuró.
Movió la mano a su frente y metió un mechón detrás de la oreja. Su expresión se tornó grave. —Sí, lo hiciste. ¿Me atrevo a analizarlo?
—No quiero hablar de mí, —dijo en voz baja—. Quiero hablar de ti. Y de Harry.
Sus ojos parpadearon y se pusieron en blanco. La empujó, y ella cayó a un lado mientras él rodaba lejos.
—No hay nada que hablar, —dijo con voz apagada.
—Ahí es donde te equivocas.
Él volvió su rostro para enfrentarla, sus ojos eran un enjambre de intensidad. Si ella no lo conociera tan malditamente bien, estaría muy asustada ahora. Él se cargó de poder. Desprendiéndose de él como el agua de un radiador caliente. Pero lo miró con calma, negándose a dejarse intimidar.
—No va a funcionar. Te vas a sentar aquí y me vas a escuchar o lo juro te voy a atar el culo a la cama. Entonces vamos a ver cuánto te gusta estar a mi merced”.
Sus labios se levantaron en una sonrisa. —Odio decírtelo, cariño, pero si eso es una amenaza, no me asustas. Puedo pensar en cosas peores que estar bajo tu misericordia.
Un zumbido cálido soplaba a través de sus venas, y temblaba a pesar de su determinación de patearle el culo hasta someterlo.
Avanzó de nuevo, quedando frente a su cara hasta que estuvieron nariz con nariz.
—Vas a escucharme, Niall. Vamos a hablar de esto. Si te niegas, me voy.
Él parpadeó, y luego sus ojos se redujeron hasta convertirse en hendiduras peligrosas. —Yo no tolero los ultimátums, Reggie.
Nunca hagas una amenaza que no estés dispuesta a llevar a cabo. Era un concepto sólidamente arraigado de años de vivir con un padre que era más fanfarronería y aire caliente que la carne y la sangre.
Sin decir palabra, dio marcha atrás a la cama, se dio la vuelta y salió por la puerta.
Sus manos temblaban, pero esto era demasiado importante. No era un farol.
¿Cómo diablos podía quedarse allí y tratar de hacer funcionar esto si él no estaba dispuesto a bajar la guardia a su alrededor?
Ella no iba a aceptar este tipo de mierda de Harry, y desde luego no lo aceptaría de Niall. ¿Dramático? Sí, y ella casi se sentía culpable porque no era su estilo.
Bueno, aparte de huir rápidamente. Sin embargo, hacer amenazas vanas o jugar estúpidos juegos mentales no era lo de ella.
Pero Niall no era alguien a quien se le podía acercar con calma. Él tomó medidas drásticas porque era tan testarudo como ella. Probablemente más.
Ella entró a su habitación, tiró algunas mudas de ropa en una bolsa y se dirigió hacia la puerta. Todavía no había señas de Nial. Con un suspiro, bajó las escaleras. Ella estaba más que dispuesta a abandonar y dejar que Niall intentara explicarles a Zayn y Harry por qué ella no estaba allí.
Agarró el pomo de la puerta de entrada, y Niall todavía no había salido de su habitación. Lo sabía, porque la casa aún no se había sacudido con la fuerza de un portazo. Tal vez esa podría ser su salida, pero ella no quería despertar a Harry y a Zayn.
Ella salió a la calle y bajó las escaleras hacia su RAV4. Tenía la mano sobre la manija de la puerta cuando escuchó algo que sonaba como un toro bramando. Ella apenas tuvo tiempo de reprimir su sonrisa cuando la levantaron en el aire y la arrojaron sobre un hombro voluminoso. Niall pisoteó las escaleras con ella balanceándose a su espalda, su nariz golpeando su culo todo el camino. Tiró la puerta detrás de él, y ella hizo una mueca. Hasta allí llegaron sus intenciones para no despertar a los chicos.
Tiró un brazo por encima de su culo y luego la arrojó sobre el sofá. Ella aterrizó con un golpe seco, quedándose sin aliento por un momento. Niall se acercó a ella, con un ceño oscuro en su rostro.
—¿Qué carajo, Reggie? ¿Desde cuándo haces una mierda como esta?
Ella levantó la ceja izquierda. —¿Perdóname? Yo no soy el que actúa como un cabrón aquí. Me vuelves a lanzar así otra vez y te arresto por agredir a un oficial de policía.
Se agachó, puso sus manos a ambos lados de sus piernas y se colocó sobre su rostro.
—Arréstame entonces, —gruñó.
Lo miró, y la miró. Luego ella golpeó sus manos contra su cara con un poco más de fuerza de lo necesario y tiró de él para encontrarse en su beso.
Caliente y hambrienta. Ella estaba tan hambrienta de él.
Él le devolvió el beso con la misma intensidad, la misma fuerza. El apoyó su espalda hasta que está tocó el cojín, y la apretó contra el respaldo del sofá.
Luego se apartó y la miró con feroz determinación. —No vas a ir a ninguna parte.
No, ella no lo haría, pero él no tenía por qué saberlo.
—Si no me hablas, Niall, me voy. No me quedaré aquí mientras pones un pie de distancia entre nosotros a cada paso.
Agachó la cabeza a un lado de ella y juró. Palabras crudas incluso para él. Ella alzó las cejas.
—Maldita sea, Reggie. ¿Qué quieres de mí?, —dijo tras su racha de maldiciones.
—Todo, —dijo sin dudarlo. Ella no esperó a que la descolocara. Ahuecó su cara con la mano y frotó su pulgar sobre las cerdas duras de su mandíbula—. Él se equivocó, Niall. Harry estaba completamente fuera de lugar. No tenía derecho a decir las cosas que dijo. Tú lo sabes, y yo lo sé. Él lo sabe.
La incertidumbre brilló en sus ojos. —Él no estaba equivocado, —dijo en voz baja—. Yo no tenía derecho a tratarte así, Reggie. Como a una puta barata utilizada para juegos pervertidos.
Ella dejó caer la mano de su rostro, cruzó los brazos sobre su pecho y adoptó una mirada de indignación.
—¿Acabas de llamarme puta barata?
Juró nuevo. Tenía la mandíbula tan apretada que se iba a romper los dientes. —Tú sabías, ¡carajo que no es lo que estaba diciendo!
Hizo una mueca, sabiendo que ella estaba a punto de empujarlo sobre el borde. Alguien tenía que ceder. Prefería que fuera su culo apretado.
—¿Así que estás diciendo que el hecho de que yo quiera juegos pervertidos no me hace una puta barata?
Él gruñó y puso las manos en alto. —Juro por Dios, que si sigues así dentro de poco seré un hijo de puta calvo. Me vas a llevar a beber.
—El sentimiento es completamente mutuo, —dijo ella con dulzura.
—¿Estás tratando de cabrearme?, —preguntó.
—Sí.
Él quedó asombrado.
—Háblame, Niall, —dijo, dejando caer el desprecio, las discusiones y todo lo demás—. No te voy a permitir huir de esto. ¿Te suena familiar? No tuviste reparos metiéndote conmigo. Ahora las tornas se invierten. Dejé de correr, y ahora quiero que estés seguro que no pienso meter el maldito rabo entre las piernas.
La miró durante un largo momento, sus ojos azules quemando agujeros. —Dios me libre de una mujer obstinada, —murmuró—. No hay nada de qué hablar, Reggie. Se acabó.
Ella negó con la cabeza. —Yo te vi, Niall. Yo vi esa mirada en tu cara. Te conozco mejor que nadie. No me digas que no lo hago.
—Sí, lo haces, —dijo en voz baja—. Mejor que nadie. Tú me amas mejor que nadie y es por eso que no quiero hacerte daño.
Un grito de frustración bajo salió de sus labios. Él se apartó y la miró sorprendido.
—¿Cómo es que puedes tener relaciones sexuales conmigo y hacerme daño? ¿Cómo? Dios, es que no tiene sentido. ¿Crees que no tengo fantasías pervertidas? Por supuesto que nunca se han centrado en que me ates o que golpees mi culo, pero tú sabes, yo podría trabajar con esos puntos. ¿Qué es tan terrible para ti? ¿Qué no susurras unas cuantas palabras dulces y cariñosas mientras rellenas mi culo con tu gran polla?
Sus ojos se agrandaron en estado de shock por su crudeza. Abrió la boca pero no salió nada, y ella siguió adelante, sin ganas de dejarlo interrumpir su discurso. No cuando ella apenas estaba calentando.
—¿O tal vez es porque jodiste mi culo? ¿Crees que eres el primero en hacer eso, Niall? Te doy una pista. Tú no fuiste. He estado alrededor de esa cuadra una o dos veces. Sin duda más que Zayn o Harry. Ahora bien, según tu auto-impuesto criterio, ese hecho me hace totalmente inadecuada. De hecho, debería encerrarme bien lejos de vosotros tres y vivir el resto de mi vida en celibato.
—Jesucristo. Cierra la puta boca, Reggie.
—Suena estúpido cuando lo digo, ¿no?
—No me importa una mierda con cuántos hombres has estado en el pasado, —dijo—. Lo único que importa es cuántos van a ser de ahora en adelante.
—Y a mí no me preocupan las mujeres de tu pasado, —dijo amablemente—. No me importa que seas rudo y sin pulir o que no me susurres cosas dulces al oído mientras me follas. Si te hace sentir mejor, Zayn puede susurrarme mientras me jodes.
Un gruñido bajo onduló fuera de su garganta. —No necesito a Zayn hablando por mí.
—Bien. Eso está decidido. Entonces tú y yo podemos hacer el amor sin ayuda de nadie. Me siento mucho mejor ahora.
—Eres una sabihonda miserable, —dijo él, mientras giraba los ojos.
—Pero tú me amas de todos modos.
Suspiró con aire taciturno y le dirigió una mirada triste, la mirada de un hombre sólidamente derrotado. —Yo te amo, Reggie. Más de lo que jamás sabrás. Más de lo que he amado a nadie.
—Y yo te amo —dijo en voz baja—. Ahora llévame arriba y fóllame, gran tonto.
11- Bailarina de strepteasse
La luz se encendió, y se echó un brazo por encima, mientras sus ojos casi explotaban.
—¡Carajo! Lo siento, Reggie, —murmuró Niall antes de abofetear el interruptor de la luz para devolver el cuarto a la oscuridad.
—Está bien, —dijo atontada—. Vuelve a encenderla.
En vez de hacerlo, él se acercó y encendió la lámpara de noche. Con cautela, se quitó el brazo de la cara y lo miró fijamente.
Él lucía... tosco. Como si hubiera estado peleando unos cuantos asaltos con un hombre mucho más grande que él, aunque ella no estaba segura de que fueran muchos asaltos.
—¿Qué diablos te ha pasado? —Preguntó ella—. ¿Y dónde has estado?
La comisura de sus labios agrietados lucía lo que parecía sospechosamente una sonrisa de medio lado.
—Bebí un poco, —dijo encogiéndose de hombros.
Sus ojos se estrecharon. —¿Y condujiste hasta la casa? Maldita sea, Niall, ¿por qué no me llamaste? ¿Estás tratando de matarte o de hacer que te arresten?
Él se dejó caer sobre la cama, se inclinó hacia adelante y luego volvió la cabeza para mirarla. —¿Te mantuviste despierta para darme una lección?
—No, tonto, me mantuve despierta porque quería verte. Porque quería meterte algo de sentido común en tu cabezota.
—Ya veo por qué llegué a casa para tal abuso. —Su voz estaba llena de diversión, pero persistían las sombras en sus ojos.
Ella se arrastró sobre la cama, cogió un puñado de su camisa y tiró de él hacia delante. Su boca se abrió, con sorpresa mientras ella se abalanzaba para besarlo.
Se deslizó alrededor de su cuerpo como si fuera una bailarina de tubo11. Entonces antes de que pudiera siquiera parpadear, ella se empujó hacia adelante, tirándolo de espaldas.
Ella cayó con él y ambos aterrizaron con un golpe seco.
Sus labios se encontraron. Lo besaba para luego liberarlo y luego lo besaba de nuevo. —Nunca. -Beso-. —Más. -Beso-. —Huyas. -Beso-. —Así de nuevo.
Sus manos se deslizaron por su espalda hasta que alcanzaron sus hombros mientras salpicaba la boca con la suya.
—Y lo dice la mujer que huyó como un murciélago del infierno, —dijo secamente.
Ella levantó la cabeza y miró hacia abajo. —¿Y cómo sabes lo que hice?
—Oh, vamos a ver. A, eres igual a mí. Y B, Zayn dejó un mensaje un tanto desesperado en mi teléfono celular diciendo que habías huido como un gato escaldado de nuevo.
—Volví, —murmuró.
Movió la mano a su frente y metió un mechón detrás de la oreja. Su expresión se tornó grave. —Sí, lo hiciste. ¿Me atrevo a analizarlo?
—No quiero hablar de mí, —dijo en voz baja—. Quiero hablar de ti. Y de Harry.
Sus ojos parpadearon y se pusieron en blanco. La empujó, y ella cayó a un lado mientras él rodaba lejos.
—No hay nada que hablar, —dijo con voz apagada.
—Ahí es donde te equivocas.
Él volvió su rostro para enfrentarla, sus ojos eran un enjambre de intensidad. Si ella no lo conociera tan malditamente bien, estaría muy asustada ahora. Él se cargó de poder. Desprendiéndose de él como el agua de un radiador caliente. Pero lo miró con calma, negándose a dejarse intimidar.
—No va a funcionar. Te vas a sentar aquí y me vas a escuchar o lo juro te voy a atar el culo a la cama. Entonces vamos a ver cuánto te gusta estar a mi merced”.
Sus labios se levantaron en una sonrisa. —Odio decírtelo, cariño, pero si eso es una amenaza, no me asustas. Puedo pensar en cosas peores que estar bajo tu misericordia.
Un zumbido cálido soplaba a través de sus venas, y temblaba a pesar de su determinación de patearle el culo hasta someterlo.
Avanzó de nuevo, quedando frente a su cara hasta que estuvieron nariz con nariz.
—Vas a escucharme, Niall. Vamos a hablar de esto. Si te niegas, me voy.
Él parpadeó, y luego sus ojos se redujeron hasta convertirse en hendiduras peligrosas. —Yo no tolero los ultimátums, Reggie.
Nunca hagas una amenaza que no estés dispuesta a llevar a cabo. Era un concepto sólidamente arraigado de años de vivir con un padre que era más fanfarronería y aire caliente que la carne y la sangre.
Sin decir palabra, dio marcha atrás a la cama, se dio la vuelta y salió por la puerta.
Sus manos temblaban, pero esto era demasiado importante. No era un farol.
¿Cómo diablos podía quedarse allí y tratar de hacer funcionar esto si él no estaba dispuesto a bajar la guardia a su alrededor?
Ella no iba a aceptar este tipo de mierda de Harry, y desde luego no lo aceptaría de Niall. ¿Dramático? Sí, y ella casi se sentía culpable porque no era su estilo.
Bueno, aparte de huir rápidamente. Sin embargo, hacer amenazas vanas o jugar estúpidos juegos mentales no era lo de ella.
Pero Niall no era alguien a quien se le podía acercar con calma. Él tomó medidas drásticas porque era tan testarudo como ella. Probablemente más.
Ella entró a su habitación, tiró algunas mudas de ropa en una bolsa y se dirigió hacia la puerta. Todavía no había señas de Nial. Con un suspiro, bajó las escaleras. Ella estaba más que dispuesta a abandonar y dejar que Niall intentara explicarles a Zayn y Harry por qué ella no estaba allí.
Agarró el pomo de la puerta de entrada, y Niall todavía no había salido de su habitación. Lo sabía, porque la casa aún no se había sacudido con la fuerza de un portazo. Tal vez esa podría ser su salida, pero ella no quería despertar a Harry y a Zayn.
Ella salió a la calle y bajó las escaleras hacia su RAV4. Tenía la mano sobre la manija de la puerta cuando escuchó algo que sonaba como un toro bramando. Ella apenas tuvo tiempo de reprimir su sonrisa cuando la levantaron en el aire y la arrojaron sobre un hombro voluminoso. Niall pisoteó las escaleras con ella balanceándose a su espalda, su nariz golpeando su culo todo el camino. Tiró la puerta detrás de él, y ella hizo una mueca. Hasta allí llegaron sus intenciones para no despertar a los chicos.
Tiró un brazo por encima de su culo y luego la arrojó sobre el sofá. Ella aterrizó con un golpe seco, quedándose sin aliento por un momento. Niall se acercó a ella, con un ceño oscuro en su rostro.
—¿Qué carajo, Reggie? ¿Desde cuándo haces una mierda como esta?
Ella levantó la ceja izquierda. —¿Perdóname? Yo no soy el que actúa como un cabrón aquí. Me vuelves a lanzar así otra vez y te arresto por agredir a un oficial de policía.
Se agachó, puso sus manos a ambos lados de sus piernas y se colocó sobre su rostro.
—Arréstame entonces, —gruñó.
Lo miró, y la miró. Luego ella golpeó sus manos contra su cara con un poco más de fuerza de lo necesario y tiró de él para encontrarse en su beso.
Caliente y hambrienta. Ella estaba tan hambrienta de él.
Él le devolvió el beso con la misma intensidad, la misma fuerza. El apoyó su espalda hasta que está tocó el cojín, y la apretó contra el respaldo del sofá.
Luego se apartó y la miró con feroz determinación. —No vas a ir a ninguna parte.
No, ella no lo haría, pero él no tenía por qué saberlo.
—Si no me hablas, Niall, me voy. No me quedaré aquí mientras pones un pie de distancia entre nosotros a cada paso.
Agachó la cabeza a un lado de ella y juró. Palabras crudas incluso para él. Ella alzó las cejas.
—Maldita sea, Reggie. ¿Qué quieres de mí?, —dijo tras su racha de maldiciones.
—Todo, —dijo sin dudarlo. Ella no esperó a que la descolocara. Ahuecó su cara con la mano y frotó su pulgar sobre las cerdas duras de su mandíbula—. Él se equivocó, Niall. Harry estaba completamente fuera de lugar. No tenía derecho a decir las cosas que dijo. Tú lo sabes, y yo lo sé. Él lo sabe.
La incertidumbre brilló en sus ojos. —Él no estaba equivocado, —dijo en voz baja—. Yo no tenía derecho a tratarte así, Reggie. Como a una puta barata utilizada para juegos pervertidos.
Ella dejó caer la mano de su rostro, cruzó los brazos sobre su pecho y adoptó una mirada de indignación.
—¿Acabas de llamarme puta barata?
Juró nuevo. Tenía la mandíbula tan apretada que se iba a romper los dientes. —Tú sabías, ¡carajo que no es lo que estaba diciendo!
Hizo una mueca, sabiendo que ella estaba a punto de empujarlo sobre el borde. Alguien tenía que ceder. Prefería que fuera su culo apretado.
—¿Así que estás diciendo que el hecho de que yo quiera juegos pervertidos no me hace una puta barata?
Él gruñó y puso las manos en alto. —Juro por Dios, que si sigues así dentro de poco seré un hijo de puta calvo. Me vas a llevar a beber.
—El sentimiento es completamente mutuo, —dijo ella con dulzura.
—¿Estás tratando de cabrearme?, —preguntó.
—Sí.
Él quedó asombrado.
—Háblame, Niall, —dijo, dejando caer el desprecio, las discusiones y todo lo demás—. No te voy a permitir huir de esto. ¿Te suena familiar? No tuviste reparos metiéndote conmigo. Ahora las tornas se invierten. Dejé de correr, y ahora quiero que estés seguro que no pienso meter el maldito rabo entre las piernas.
La miró durante un largo momento, sus ojos azules quemando agujeros. —Dios me libre de una mujer obstinada, —murmuró—. No hay nada de qué hablar, Reggie. Se acabó.
Ella negó con la cabeza. —Yo te vi, Niall. Yo vi esa mirada en tu cara. Te conozco mejor que nadie. No me digas que no lo hago.
—Sí, lo haces, —dijo en voz baja—. Mejor que nadie. Tú me amas mejor que nadie y es por eso que no quiero hacerte daño.
Un grito de frustración bajo salió de sus labios. Él se apartó y la miró sorprendido.
—¿Cómo es que puedes tener relaciones sexuales conmigo y hacerme daño? ¿Cómo? Dios, es que no tiene sentido. ¿Crees que no tengo fantasías pervertidas? Por supuesto que nunca se han centrado en que me ates o que golpees mi culo, pero tú sabes, yo podría trabajar con esos puntos. ¿Qué es tan terrible para ti? ¿Qué no susurras unas cuantas palabras dulces y cariñosas mientras rellenas mi culo con tu gran polla?
Sus ojos se agrandaron en estado de shock por su crudeza. Abrió la boca pero no salió nada, y ella siguió adelante, sin ganas de dejarlo interrumpir su discurso. No cuando ella apenas estaba calentando.
—¿O tal vez es porque jodiste mi culo? ¿Crees que eres el primero en hacer eso, Niall? Te doy una pista. Tú no fuiste. He estado alrededor de esa cuadra una o dos veces. Sin duda más que Zayn o Harry. Ahora bien, según tu auto-impuesto criterio, ese hecho me hace totalmente inadecuada. De hecho, debería encerrarme bien lejos de vosotros tres y vivir el resto de mi vida en celibato.
—Jesucristo. Cierra la puta boca, Reggie.
—Suena estúpido cuando lo digo, ¿no?
—No me importa una mierda con cuántos hombres has estado en el pasado, —dijo—. Lo único que importa es cuántos van a ser de ahora en adelante.
—Y a mí no me preocupan las mujeres de tu pasado, —dijo amablemente—. No me importa que seas rudo y sin pulir o que no me susurres cosas dulces al oído mientras me follas. Si te hace sentir mejor, Zayn puede susurrarme mientras me jodes.
Un gruñido bajo onduló fuera de su garganta. —No necesito a Zayn hablando por mí.
—Bien. Eso está decidido. Entonces tú y yo podemos hacer el amor sin ayuda de nadie. Me siento mucho mejor ahora.
—Eres una sabihonda miserable, —dijo él, mientras giraba los ojos.
—Pero tú me amas de todos modos.
Suspiró con aire taciturno y le dirigió una mirada triste, la mirada de un hombre sólidamente derrotado. —Yo te amo, Reggie. Más de lo que jamás sabrás. Más de lo que he amado a nadie.
—Y yo te amo —dijo en voz baja—. Ahora llévame arriba y fóllame, gran tonto.
_________________________________________
11- Bailarina de strepteasse
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
¡HOLAA! :)
Les dejo dos capítulos! Espero que les gusten. (:
¡Comenten! ;)
¡Les deseo un Feliz Año Nuevo a todas!
:bye:
Les dejo dos capítulos! Espero que les gusten. (:
¡Comenten! ;)
¡Les deseo un Feliz Año Nuevo a todas!
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Jajajajaja sopaaaas!!! Eso Reggie, eh quedado impresionada por la forma en que lo domo! Jajajajajja Dios, fue genial y ahora entiendo por que hizo eso Harry, y es muy comprensible y deberán entender yo se que lo harán, se aman <3 jajajaja bueno continuando estuvo genial y espero subas pronto por que el próximo capitulo estará horny y quiero saber que pasa y como arreglaran las cosas Niall y Harry C: Bueno te deseo y un inicio de año magnifico y espero de todo corazón que cumplas todas tus metas que te propongas a lo largo del año y que este lleno de felicidad y sobre todo que sea mejor que el pasado, Bye un beso
kissesOfSugar
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Si, es comprensible. Pobre Harry. Esperemos que Niall lo entienda.kissesOfSugar escribió: Jajajajaja sopaaaas!!! Eso Reggie, eh quedado impresionada por la forma en que lo domo! Jajajajajja Dios, fue genial y ahora entiendo por que hizo eso Harry, y es muy comprensible y deberán entender yo se que lo harán, se aman <3 jajajaja bueno continuando estuvo genial y espero subas pronto por que el próximo capitulo estará horny y quiero saber que pasa y como arreglaran las cosas Niall y Harry C: Bueno te deseo y un inicio de año magnifico y espero de todo corazón que cumplas todas tus metas que te propongas a lo largo del año y que este lleno de felicidad y sobre todo que sea mejor que el pasado, Bye un beso
Ya subo otro cap. :)
Gracias, para ti también! Ojalá sea mejor que el pasado. Gracias! Deseo lo mismo para ti también. :D
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Capítulo 88
Reggie miró a Niall mientras esperaba que reaccionara. Después de un breve parpadeo de indecisión que cruzó su cara, parecía enfrentarse con su incertidumbre y otro destello iluminó los ojos. Un puro brillo depredador. Uno que la hizo temblar.
—Me gusta un poco cuando actúan como He-Man tirándome por encima de sus hombros, —dijo casualmente.
—¿Es eso una invitación? —preguntó con voz ronca. El timbre de su voz profunda se apoderó de su piel, cálido y suave.
Ella sonrió descaradamente hacia él. —Yo diría que se trata de una demanda, pero es posible que te niegues porprincipio.
—Siéntete libre de hacer ese tipo de demandas en cualquier momento que desees.
Antes de que pudiera decir otra palabra, la levantó y se la arrojó por encima del hombro con la misma facilidad como si llevara una bolsa de cinco libras de azúcar.
Ella se rió como una idiota todo el camino hasta la escalera, lo que le valió una bofetada en el trasero y una amonestación por despertar al resto de la casa.
Como si pudieran haber estado durmiendo.
La llevó a su dormitorio y la tiró sobre la cama. Se agachó para tirar de su camisa y tirarla a través de la habitación. La pura sensualidad de ver a un hombre desnudo se perdió en ella. Sus ojos estaban pegados a su físico.
Sus músculos ondulando preciosos. Parecía casi elegante a pesar de su tamaño. Se quitó el botón de la bragueta, metió los pulgares en la cintura y tiró hacia abajo. Sus bóxers azules que usaba combinaban con los pantalones vaqueros, dejando al descubierto su grueso pene. Se balanceaba libre de todo y se irguió.
La agarró y se quedó allí mirándola, con las piernas separadas, completamente descarada. —¿Te gusta lo que ves?
—Tragó saliva y asintió con la cabeza.
—Quítate la ropa, —ordenó.
—¿Y si quiero que me la quites? —dijo a la ligera.
—Ahora.
—Está bien entonces. —Su tono no admitía discusión, y ella estaba a punto de jadear.
Se apresuró y tiró de sus pantalones vaqueros, pero la detuvo con una mirada.
—Despacio, —dijo—. Bien y lento.
Una sonrisa sensual curvó sus labios hacia arriba. Así que él quería un espectáculo, ¿verdad? Se arrastró de rodillas a continuación, se puso de pie sobre la cama de modo que ahora lo miraba.
Con un balanceo seductor de sus caderas, comenzó a avanzar lentamente, con los vaqueros sobre las caderas, teniendo cuidado de mantener su ropa interior en su lugar. Cuando cayó al suelo alrededor de sus tobillos, levantó un pie y lo sacudió y luego levantó su otro pie y pateó sus vaqueros hacia la puerta.
Colocó las palmas en sus caderas, se alisó el cuerpo con las manos, bajo su camisa trabajando la tela hasta su pecho. Se pasó la camisa sobre su cabeza y la envió volando siguiendo a sus vaqueros.
Todavía balanceándose adelante y atrás, deslizó las manos por su espalda para desabrochar su sostén. Las correas se soltaron y cayeron por sus brazos. Ella puso las manos de nuevo manteniendo las copas en su lugar, y luego poco a poco dejó caer el sujetador de encaje deslizándolo por su cuerpo, liberando sus pechos a su ávida mirada.
Incapaz de resistir la tentación de volverlo loco, se tragó sus inhibiciones y dejó que sus dedos danzaran a través de sus pechos. Ella tomó cada pequeño montículo y luego trabajó con los pezones entre sus dedos.
Él dejó escapar un pequeño gemido que era una mezcla con respiraciones súbitas de aire.
Manteniendo una mano acariciando la punta arrugada, arrastró los dedos de la otra mano en medio, trazando una línea alrededor de su ombligo y luego se sumergió más bajo en la banda de sus bragas.
Suave como un susurro, con los dedos profundizado por debajo del material transparente, a través de los rizos suaves entre sus piernas, más profundamente en la carne húmeda entre sus pliegues.
Sus dedos se volcaron sobre su clítoris, incitando un estremecimiento delicado que se inició en la ingle y terminó sobre sus hombros. Sus pezones se endurecieron en respuesta, y ella sacó uno con sus dedos, disfrutando del hormigueo agudo que entró como una erupción.
Ella trabó sus ojos en Niall mientras manipulaba el pequeño pedazo de carne entre sus piernas. Cuando estuvo segura de que estaba centrado exclusivamente en ella, echó atrás la cabeza, cerró los ojos y movió las caderas al ritmo de sus dedos.
No tuvo que esperar mucho.
Él le agarró las muñecas y tiró de ella hacia adelante hasta que cayó de rodillas sobre la cama, su cuerpo a unos centímetros de su amplio pecho. Sus dedos todavía envueltos firmemente alrededor de sus muñecas, se inclinó y le devoró la boca con un voraz beso.
—Me vuelves loco —murmuró contra sus labios.
—Bien —murmuró ella.
Sacó los brazos y se apoyó hacia atrás, luego hacia delante cayendo sobre su espalda para golpear el colchón, poniéndose a pocos centímetros sobre ella, con su cuerpo presionando firmemente contra el suyo.
Era un hombre que podría asustar a un montón de mujeres. No había suavidad en él. Grande y fuerte. Eso era lo que parecía. Pero cuando le sonrió, cuando la miró, no hubo gentileza en él, sino sólo un dolor de pecho.
Era suya. Él era todo suyo, y eso se reflejaba. Pudo haber estado con muchas mujeres, pero sabía que él no había tenido a ninguna de ellas en el corazón como lo hacía con ella. No era algo que tenía que decir tampoco. Sus acciones se lo habían demostrado.
Su pezón rozó su barbilla mientras su boca rodaba sobre la de ella, bebiendo profundamente. Probaba, lamía y mordisqueaba los labios en un primer momento y luego pasaba la lengua.
Su cuerpo se arqueó sobre el de ella en señal de que sus caderas se debían ubicar entre sus piernas. Él dio un toque a la parte inferior de su muslo con la rodilla para que se abriera a sus avances.
Doblando los dedos alrededor de su muñeca otra vez, levantó los brazos sobre su cabeza y tomó sus manos para quedar firmemente agarrado en ellas.
Entonces dejó un rastro con la mano libre sobre su cara, explorando las líneas de la mandíbula y sus hinchados labios. La punta de los dedos danzaba por su cuello, alrededor de su clavícula.
Trazó la línea entre sus pechos y a su vez circuló los pezones hasta que se arrugaron y se pusieron tensos por tantas atenciones.
Metió la cabeza y tiró de uno de las protuberancias poco apretadas con los dientes.
Ella gritó mientras un rayo le atravesaba las venas. Sus pechos se hincharon y tensaron, pidiendo más, queriendo su toque, su boca.
Suplicó. No se avergonzaba de su necesidad. Quería más. Exigía más.
—Por favor —susurró—. Te deseo tanto. Te necesito, Niall.
—Ah, Reggie, —gimió—. Me haces sentir como si yo fuera el único hombre en el mundo.
Su pene rozó su piel resbaladiza mientras arqueaba sus caderas hacia delante. Dos movimientos más, y se deslizó en ella con una empuje largo.
Ella inclinó la espalda y se esforzó contra él, queriendo más, con ganas de más. Era tan grueso. Todas sus terminaciones nerviosas en su tensa vagina, en fuego mientras él le frotaba la espalda y otra vez sobre la carne hinchada.
Él continuó conteniendo las manos de ella con él, mientras con su mano libre continuaba dándole placer en sus pezones. Sus caderas se mecían suavemente hacia adelante, dando un paseo fácil. Le recordaban las suaves olas en la costa de Texas.
Cálido, suave, llegando a la orilla y fundiéndose a lo largo de la arena abrasada por el sol.
Ella suspiró con satisfacción mientras se balanceaba entre sus piernas. Se había mentido cuando se decía que no sabía nada de hacer el amor lento y sensual. Ella nunca se sintió más querida o apreciada que en ese momento. La idea de que este guerrero, este hombre de gran trasero y abultados músculos y con las manos más grandes que su cabeza podía amarla tan tiernamente le traía lágrimas a sus ojos.
Sí, le había mentido. Sabía exactamente cómo dar amor dulce.
Descansó en su interior, con los ojos cerrados mientras su estremecimiento rodaba sobre su cuerpo. Había paz en su rostro. Placer y satisfacción.
Entonces comenzó a moverse de nuevo, rodando hacia adelante como la marea.
Más profunda, hundiéndose. Con cada empuje, llegando a más en su cuerpo. Y su alma.
—Pasa tus piernas alrededor de mí, cariño. Abrázame fuerte.
Deslizó sus talones hasta la parte posterior de sus piernas antes de cruzarlas en la parte baja de su espalda. Tiró de ella hacia la parte inferior del cuerpo y luego hacia arriba para encontrarse con él en cada golpe.
Sintió una punzada en el fondo de su vagina, que se hizo más grande, más dura, ampliándose hasta que se retorció con nerviosa necesidad. Esa necesidad fue creciendo, más grande con cada segundo que pasaba. Se agrupó en su ingle y se irradió hacia el exterior en cien direcciones diferentes.
Por último, soltó sus muñecas y deslizó ambas manos por su cuerpo acariciando su trasero. Sus dedos extendidos a lo largo de sus nalgas mientras le palmeaban atrás.
Atrayéndola hacia él, la montó, subiéndola a su cuerpo como si fuera la pieza faltante de un rompecabezas.
Más rápido, más fuerte. Más se elevaban. Suave, luego duro. Suave, luego fuerte. Lenta después rápidamente.
Dio un salto, como si saltara sobre el borde del acantilado. Cayó sobre ella, extendiendo sus brazos mientras bajaba en caída libre. Los brazos extendidos, los ojos cerrados, el viento en su rostro. Y luego voló. Aumentó la inmersión, y perseguía al viento.
Y a pesar de todo, la abrazó. Esas palabras que le decía y le susurraba al oído pero que no sabía lo que significaban. Su amor. Envolviendo cada parte de su cuerpo, llenándola, en torno a ella.
El amor.
—Te amo, —susurró mientras se estremeció contra él.
—Te amo, —contestó él con voz ronca—. Lo siento mucho, Reggie. Nunca quise hacerte sentir como si no significaras nada en el mundo para mí.
Ella sonrió mientras se acercaba a descansar sobre él. —Nunca he dudado que significo mucho para ti.
Su cabeza reposaba sobre sus hombros, su cara presionada contra su cuello. Le pasó los brazos alrededor. Aún estaban unidos, y la intimidad de su abrazo fue algo que Reggie llevaría por siempre con ella.
—Me gusta un poco cuando actúan como He-Man tirándome por encima de sus hombros, —dijo casualmente.
—¿Es eso una invitación? —preguntó con voz ronca. El timbre de su voz profunda se apoderó de su piel, cálido y suave.
Ella sonrió descaradamente hacia él. —Yo diría que se trata de una demanda, pero es posible que te niegues porprincipio.
—Siéntete libre de hacer ese tipo de demandas en cualquier momento que desees.
Antes de que pudiera decir otra palabra, la levantó y se la arrojó por encima del hombro con la misma facilidad como si llevara una bolsa de cinco libras de azúcar.
Ella se rió como una idiota todo el camino hasta la escalera, lo que le valió una bofetada en el trasero y una amonestación por despertar al resto de la casa.
Como si pudieran haber estado durmiendo.
La llevó a su dormitorio y la tiró sobre la cama. Se agachó para tirar de su camisa y tirarla a través de la habitación. La pura sensualidad de ver a un hombre desnudo se perdió en ella. Sus ojos estaban pegados a su físico.
Sus músculos ondulando preciosos. Parecía casi elegante a pesar de su tamaño. Se quitó el botón de la bragueta, metió los pulgares en la cintura y tiró hacia abajo. Sus bóxers azules que usaba combinaban con los pantalones vaqueros, dejando al descubierto su grueso pene. Se balanceaba libre de todo y se irguió.
La agarró y se quedó allí mirándola, con las piernas separadas, completamente descarada. —¿Te gusta lo que ves?
—Tragó saliva y asintió con la cabeza.
—Quítate la ropa, —ordenó.
—¿Y si quiero que me la quites? —dijo a la ligera.
—Ahora.
—Está bien entonces. —Su tono no admitía discusión, y ella estaba a punto de jadear.
Se apresuró y tiró de sus pantalones vaqueros, pero la detuvo con una mirada.
—Despacio, —dijo—. Bien y lento.
Una sonrisa sensual curvó sus labios hacia arriba. Así que él quería un espectáculo, ¿verdad? Se arrastró de rodillas a continuación, se puso de pie sobre la cama de modo que ahora lo miraba.
Con un balanceo seductor de sus caderas, comenzó a avanzar lentamente, con los vaqueros sobre las caderas, teniendo cuidado de mantener su ropa interior en su lugar. Cuando cayó al suelo alrededor de sus tobillos, levantó un pie y lo sacudió y luego levantó su otro pie y pateó sus vaqueros hacia la puerta.
Colocó las palmas en sus caderas, se alisó el cuerpo con las manos, bajo su camisa trabajando la tela hasta su pecho. Se pasó la camisa sobre su cabeza y la envió volando siguiendo a sus vaqueros.
Todavía balanceándose adelante y atrás, deslizó las manos por su espalda para desabrochar su sostén. Las correas se soltaron y cayeron por sus brazos. Ella puso las manos de nuevo manteniendo las copas en su lugar, y luego poco a poco dejó caer el sujetador de encaje deslizándolo por su cuerpo, liberando sus pechos a su ávida mirada.
Incapaz de resistir la tentación de volverlo loco, se tragó sus inhibiciones y dejó que sus dedos danzaran a través de sus pechos. Ella tomó cada pequeño montículo y luego trabajó con los pezones entre sus dedos.
Él dejó escapar un pequeño gemido que era una mezcla con respiraciones súbitas de aire.
Manteniendo una mano acariciando la punta arrugada, arrastró los dedos de la otra mano en medio, trazando una línea alrededor de su ombligo y luego se sumergió más bajo en la banda de sus bragas.
Suave como un susurro, con los dedos profundizado por debajo del material transparente, a través de los rizos suaves entre sus piernas, más profundamente en la carne húmeda entre sus pliegues.
Sus dedos se volcaron sobre su clítoris, incitando un estremecimiento delicado que se inició en la ingle y terminó sobre sus hombros. Sus pezones se endurecieron en respuesta, y ella sacó uno con sus dedos, disfrutando del hormigueo agudo que entró como una erupción.
Ella trabó sus ojos en Niall mientras manipulaba el pequeño pedazo de carne entre sus piernas. Cuando estuvo segura de que estaba centrado exclusivamente en ella, echó atrás la cabeza, cerró los ojos y movió las caderas al ritmo de sus dedos.
No tuvo que esperar mucho.
Él le agarró las muñecas y tiró de ella hacia adelante hasta que cayó de rodillas sobre la cama, su cuerpo a unos centímetros de su amplio pecho. Sus dedos todavía envueltos firmemente alrededor de sus muñecas, se inclinó y le devoró la boca con un voraz beso.
—Me vuelves loco —murmuró contra sus labios.
—Bien —murmuró ella.
Sacó los brazos y se apoyó hacia atrás, luego hacia delante cayendo sobre su espalda para golpear el colchón, poniéndose a pocos centímetros sobre ella, con su cuerpo presionando firmemente contra el suyo.
Era un hombre que podría asustar a un montón de mujeres. No había suavidad en él. Grande y fuerte. Eso era lo que parecía. Pero cuando le sonrió, cuando la miró, no hubo gentileza en él, sino sólo un dolor de pecho.
Era suya. Él era todo suyo, y eso se reflejaba. Pudo haber estado con muchas mujeres, pero sabía que él no había tenido a ninguna de ellas en el corazón como lo hacía con ella. No era algo que tenía que decir tampoco. Sus acciones se lo habían demostrado.
Su pezón rozó su barbilla mientras su boca rodaba sobre la de ella, bebiendo profundamente. Probaba, lamía y mordisqueaba los labios en un primer momento y luego pasaba la lengua.
Su cuerpo se arqueó sobre el de ella en señal de que sus caderas se debían ubicar entre sus piernas. Él dio un toque a la parte inferior de su muslo con la rodilla para que se abriera a sus avances.
Doblando los dedos alrededor de su muñeca otra vez, levantó los brazos sobre su cabeza y tomó sus manos para quedar firmemente agarrado en ellas.
Entonces dejó un rastro con la mano libre sobre su cara, explorando las líneas de la mandíbula y sus hinchados labios. La punta de los dedos danzaba por su cuello, alrededor de su clavícula.
Trazó la línea entre sus pechos y a su vez circuló los pezones hasta que se arrugaron y se pusieron tensos por tantas atenciones.
Metió la cabeza y tiró de uno de las protuberancias poco apretadas con los dientes.
Ella gritó mientras un rayo le atravesaba las venas. Sus pechos se hincharon y tensaron, pidiendo más, queriendo su toque, su boca.
Suplicó. No se avergonzaba de su necesidad. Quería más. Exigía más.
—Por favor —susurró—. Te deseo tanto. Te necesito, Niall.
—Ah, Reggie, —gimió—. Me haces sentir como si yo fuera el único hombre en el mundo.
Su pene rozó su piel resbaladiza mientras arqueaba sus caderas hacia delante. Dos movimientos más, y se deslizó en ella con una empuje largo.
Ella inclinó la espalda y se esforzó contra él, queriendo más, con ganas de más. Era tan grueso. Todas sus terminaciones nerviosas en su tensa vagina, en fuego mientras él le frotaba la espalda y otra vez sobre la carne hinchada.
Él continuó conteniendo las manos de ella con él, mientras con su mano libre continuaba dándole placer en sus pezones. Sus caderas se mecían suavemente hacia adelante, dando un paseo fácil. Le recordaban las suaves olas en la costa de Texas.
Cálido, suave, llegando a la orilla y fundiéndose a lo largo de la arena abrasada por el sol.
Ella suspiró con satisfacción mientras se balanceaba entre sus piernas. Se había mentido cuando se decía que no sabía nada de hacer el amor lento y sensual. Ella nunca se sintió más querida o apreciada que en ese momento. La idea de que este guerrero, este hombre de gran trasero y abultados músculos y con las manos más grandes que su cabeza podía amarla tan tiernamente le traía lágrimas a sus ojos.
Sí, le había mentido. Sabía exactamente cómo dar amor dulce.
Descansó en su interior, con los ojos cerrados mientras su estremecimiento rodaba sobre su cuerpo. Había paz en su rostro. Placer y satisfacción.
Entonces comenzó a moverse de nuevo, rodando hacia adelante como la marea.
Más profunda, hundiéndose. Con cada empuje, llegando a más en su cuerpo. Y su alma.
—Pasa tus piernas alrededor de mí, cariño. Abrázame fuerte.
Deslizó sus talones hasta la parte posterior de sus piernas antes de cruzarlas en la parte baja de su espalda. Tiró de ella hacia la parte inferior del cuerpo y luego hacia arriba para encontrarse con él en cada golpe.
Sintió una punzada en el fondo de su vagina, que se hizo más grande, más dura, ampliándose hasta que se retorció con nerviosa necesidad. Esa necesidad fue creciendo, más grande con cada segundo que pasaba. Se agrupó en su ingle y se irradió hacia el exterior en cien direcciones diferentes.
Por último, soltó sus muñecas y deslizó ambas manos por su cuerpo acariciando su trasero. Sus dedos extendidos a lo largo de sus nalgas mientras le palmeaban atrás.
Atrayéndola hacia él, la montó, subiéndola a su cuerpo como si fuera la pieza faltante de un rompecabezas.
Más rápido, más fuerte. Más se elevaban. Suave, luego duro. Suave, luego fuerte. Lenta después rápidamente.
Dio un salto, como si saltara sobre el borde del acantilado. Cayó sobre ella, extendiendo sus brazos mientras bajaba en caída libre. Los brazos extendidos, los ojos cerrados, el viento en su rostro. Y luego voló. Aumentó la inmersión, y perseguía al viento.
Y a pesar de todo, la abrazó. Esas palabras que le decía y le susurraba al oído pero que no sabía lo que significaban. Su amor. Envolviendo cada parte de su cuerpo, llenándola, en torno a ella.
El amor.
—Te amo, —susurró mientras se estremeció contra él.
—Te amo, —contestó él con voz ronca—. Lo siento mucho, Reggie. Nunca quise hacerte sentir como si no significaras nada en el mundo para mí.
Ella sonrió mientras se acercaba a descansar sobre él. —Nunca he dudado que significo mucho para ti.
Su cabeza reposaba sobre sus hombros, su cara presionada contra su cuello. Le pasó los brazos alrededor. Aún estaban unidos, y la intimidad de su abrazo fue algo que Reggie llevaría por siempre con ella.
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
¡HOLAAA! :D
Espero que les guste el cap!
¡Comenten! ;)
:bye:
Espero que les guste el cap!
¡Comenten! ;)
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Owwwwwwww madre mía!!! Se aman, si lo sabemos pero queremos acción (bueno yo la quiero) Urge saber que pasa con el maniático que anda acosando a Reggie, espero ya pronto sepa algo de eso, jajaja mientras estuvo muy bueno el capitulo :3 Me encanta tu novela, espero puedas subir pronto y un beso ;)
kissesOfSugar
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Ya habrá acción. Falta MUY poco. Ya sabremos también de ese acosador. :xkissesOfSugar escribió:Owwwwwwww madre mía!!! Se aman, si lo sabemos pero queremos acción (bueno yo la quiero) Urge saber que pasa con el maniático que anda acosando a Reggie, espero ya pronto sepa algo de eso, jajaja mientras estuvo muy bueno el capitulo :3 Me encanta tu novela, espero puedas subir pronto y un beso ;)
Me alegra que te haya gustado! :)
Me encanta que te encante!
Ya la sigo. :D
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Be With Me {Zayn, Harry & Niall} -HOT- TERMINADA
Capítulo 89
Niall saltó de la cama a la mañana siguiente, con cuidado de no despertar a Reggie. Estaba acurrucada, muerta para el mundo, y no pudo evitar la sonrisa que alivió la tensión en la frente.
Se agachó para tocar los rizos que se derramaban por su mejilla. Hermosa. Ella era tan hermosa. Su necesidad de ella iba mucho más allá de lo físico. Había encontrado la liberación física en un montón de lugares en los últimos años, pero nunca había encontrado a nadie que le calmara el dolor en el pecho como Reggie.
Él nunca lo haría.
No, no era lo suficientemente bueno para ella. Nunca lo sería. Pero por alguna razón, a ella no le importaba. Pese todos sus defectos, ella afirmaba que lo amaba.
Que lo quería.
Algo pasaba cuando él estaba a su alrededor. Ella siempre se las arreglaba para encontrar su grieta, se deslizaba en su interior y daba calor a su corazón. Ella se había introducido de manera tan profunda que él no tenía ningún deseo que ella encontrara jamás la forma de salir de nuevo.
A pesar de tener que compartirla con otros dos hombres, hombres que la amaban, ella se las arregló para hacerle sentir como si fuera el único hombre en el mundo.
El malestar se instaló en el pecho cuando pensó en Harry. Se volvió, sabiendo que lo que había pasado tendría que ser resuelto. No disfrutaba del enfrentamiento, pero por Reggie, haría cualquier cosa.
A regañadientes la dejó dormir. Tomó una ducha rápida y se dirigió hacia las escaleras. Harry estaba en la cocina como había esperado.
Al momento de entrar, Harry levantó la vista, y Niall pudo ver la cautela en su mirada. El silencio puso a Niall incómodo, se deslizó sobre un taburete de la barra y actuó de forma casual. Durante un tiempo, sólo el ruido de las ollas y sartenes se hizo eco a través de la cocina. Harry sacó los ingredientes para hacer panqueques sin volver a mirar a Niall.
—Mira hombre, vamos a olvidar lo que sucedió, —dijo finalmente Niall.
Harry paró de revolver la mezcla, pero no levantó la vista de inmediato. Poco a poco, dejó caer la cuchara contra el plato, y cuando por fin miró a Niall, había mucho pesar en su expresión.
—Me equivoqué, —dijo simplemente Harry—. Yo fui un estúpido, y ni tu ni Reggie se lo merecían.
—Muy bien, estamos bien entonces, —dijo Niall, deseoso de seguir con otras cosas.
Harry suspiró y frunció el ceño. —No, esto hay que decirlo. Lo que ocurrió no tuvo nada que ver contigo y todo que ver conmigo. Tú apretaste algunos botones, pero tiene que ver con cuestiones que tuve con mi viejo. Me asustaste, y la cosa es, que sé que nunca le harías daño a Reggie. Ahora lo sé. Y necesito que lo entiendas. Te debo una disculpa, pero más que eso, te debo más respeto del que yo te concedí.
Niall se movió incómodo en el taburete. —OK. Está todo bien.
Harry se relajó y volvió a revolver la mezcla. —¿Quitaste el hierro con Reggie, o jodí las cosas entre vosotros?
—Ella me puso recto, —murmuró Niall—. Estamos bien.
Harry sonrió. —Sí, me derribó.
Niall volvió la cabeza hacia arriba. —¿En serio?
Harry se frotó el estómago con la mano libre. —Sí. La novilla me atizó un golpe en medio.
Niall se echó a reír, y se asombró de lo bien que se sentía. Alivio. Esperanza.
Harry le buscó la mirada centrándose fijamente en sus ojos. —Lo siento.
Niall negó con la cabeza. —Estamos bien.
Zayn entró con un puñado de equipos electrónicos, el ceño fruncido y la cara sucia. Soltó las cosas en la barra con un ruido.
—¿Has estado de compras? —Preguntó Niall con una ceja arqueada.
El ceño no alivió de la cara de Zayn. —¿Alguno de los dos sabe qué demonios es esta cosa? —Preguntó.
Harry se inclinó y examinó la colección. —Parece un equipo de vigilancia.
—Sí, yo pienso lo mismo, —respondió Zayn.
—¿De dónde lo has sacado? —Preguntó Niall.
—Buenos días, —dijo Reggie al entrar en la cocina. Ella les ofreció una sonrisa a los tres, y sólo Zayn no se la devolvió.
Ella se deslizó al lado de Harry en primer lugar, acurrucándose contra su costado.
Luego bajo la vista hacia las cosas en el mostrador y se congeló. Una expresión peculiar cruzó su cara, seguida rápidamente por una chispa de culpabilidad.
Niall frunció el ceño. Esto no presagiaba nada bueno.
—Yo lo encontré aquí, —dijo Zayn oscuro—. Cámaras. Equipos de grabación. Rodean la casa.
Niall siguió mirando a Reggie. —¿Tienes alguna idea de dónde vino? —le preguntó. Reggie se apartó de Harry y Zayn la miró sorprendido.
—Uh, es mío, —dijo en voz baja.
—¿Tuyo? —Zayn frunció el ceño más profundo—. ¿Qué diablos está pasando, Reggie?"
Se secó las manos en sus pantalones vaqueros y se mordió de forma ausente el labio inferior.
—Yo lo mandé instalar. Mientras estábamos en Houston, —agregó.
La bombilla se encendió. Niall vio el malestar en su lenguaje corporal y sabía que cualquier explicación no le iba a gustar. Los demás estaban entendiendo rápidamente también.
—¿Es por eso que estabas tan ansiosa de llevarnos a todos a Houston? —Preguntó Niall.
Reggie trató de calmar el pánico que le anudaba la garganta. Esta no era la manera en que quería explicarles las cosas a ellos. Ella había querido dejar las cosas claras con ellos, no debería haber sentido como si estuvieran acechando a sus espaldas.
¿Qué era en realidad lo que hizo?
Ella suspiró y se dejó caer en un taburete.
—¿Reggie? —dijo Harry.
—Un amigo mío tiene una empresa de seguridad. Material de alta tecnología. Tiene muchos trabajos por contratos de vigilancia policial. Le pregunté si podía poner el cableado en el lugar mientras nosotros no estábamos.
—Muy bien, ¿por qué? —Preguntó Zayn—. Quiero decir que ya entiendo por qué lugar fue allanado, pero ¿por qué pensaste que necesitabas mantenerlo en secreto?
—Porque no saben toda la historia, —dijo en voz baja—. Yo no quería que supierais la historia completa.
—Bueno, por supuesto, no lo comparto, —arrastrando las palabras, le dijo Niall.
Ellos estaban molestos. Pero sabía que estarían más cabreados cuando supieran más.
—Yo estaba tratando de protegeros, —dijo—. A todos vosotros. Tengo razones para creer que el asesinato, el ataque hacia mí, el allanamiento de aquí y el de Birdie y el coche bomba eran ataques personales hacia Harry.
—¿Qué? —Exclamó Harry.
Niall y Zayn miraron atónitos por igual.
—No lo sé a ciencia cierta, —dijo con suavidad—. Misty Thompson era alguien que salió con Harry. El resto de las conexiones se explican por sí. Y la noche que fue asesinada, el hombre me llamó y me dijo Reggie es hora de que él pague. —Ella echó un vistazo a Harry, haciendo una mueca mientras palideció aún más. No era la forma en que ella hubiera querido darle la noticia. El nombre de la víctima era de conocimiento público, pero Harry no estaba muy en sintonía con las noticias locales—. Mi departamento siguió el razonamiento de que tenía que ver con mi padre ya que él es de alto perfil, rico y un político. Pero cuando la casa de Birdie fue asaltada, el único cuarto destruido fue el de Harry.
—¡Maldita sea!, Reggie, ¿por qué no me dijiste nada de esto? —Exigió Harry—. ¿No crees que yo tenía derecho a saber si alguien estaba tratando de matar a la gente cercana a mí? ¿Que alguien ya había muerto por mí?
—No fue mi decisión. Mi departamento no estaba convencido, y estaban investigando todos los ángulos. Ellos os querían interrogar a los tres... hoy. Pero hicieron un arresto y obtuvieron una confesión por el asesinato, por lo que no fue necesario después de todo.
—Eso es mentira, —dijo Niall, sin rodeos—. Dime una cosa, Reggie. ¿Por qué decidiste quedarte? ¿Por qué el repentino cambio de actitud? Yo apostaría un montón que no tenía nada que ver con nosotros, y sí con tu protección, o ¿porque incluso decidiste repentinamente dejar de luchar contra la atracción?
La sangre huyó de su rostro. Esto era lo que temía. Ellos estaban haciendo la conexión. No fue así, maldita sea, pero ella sabía cómo era. ¿Cómo diablos se suponía que iba a convencerlos de lo contrario?
—Tiene razón, ¿no? —preguntó Zayn con una voz que sonaba a muertos—. Nos estabas protegiendo, ¿no? Lo hiciste para poder mantener un ojo sobre nosotros. Demonios, incluso instalaste un sistema de vigilancia elaborado para proteger la casa. Nunca tuviste la intención de darnos una oportunidad.
—Eso no es cierto, —espetó ella—. ¡Maldita sea, Zayn! Eso no es justo. No fue así.
Harry estaba pálido y parecía decididamente inestable. —¿Justo? ¿Quieres hablar de lo que no es justo, Reggie? Nos mentiste. ¿Desde cuándo nos mientes?
No podía soportar mirar el dolor en sus rostros. La miraron sintiéndose completa y absolutamente traicionados.
—No mentí, —dijo en voz baja—. No acerca de nosotros.
—Mírame a los ojos y dime que no te quedaste para protegernos, —le dijo Cam.
Ella le devolvió la mirada sin pestañear. —No puedo decirlo, Zayn. Yo me quedé para protegerte, pero esa no fue la única razón. ¿No has descubierto todavía que yo haría cualquier cosa por ti? ¿Por todos vosotros?
Niall juró y se apartó de ella. Una grieta se abrió en su pecho, casi la partió en dos.
—¿Qué tan difícil? —Zayn gritó—. ¿Qué tan difícil ha tenido que ser buscar una excusa para quedarse con nosotros? Por lo menos se honesta ahora, Reggie. ¿Hubieras permanecido siempre con nosotros si no estuvieras preocupada por nuestra seguridad?
Ella se quedó inmóvil, sin saber qué decir, cómo decirlo. Sí, al principio, ella necesitaba toda la inspiración del mundo para hacer algo tan descabellado. Eso no la convertía en una perra del mal, por amor de Dios. Lo que importaba, lo que debía importar, fueron las conclusiones a las que había llegado desde entonces.
Pero tal vez se había equivocado, porque no parecían confiar mucho en ella después de todo.
—Tomaré tu silencio como toda la respuesta que necesito, —dijo Zayn con disgusto.
El teléfono sonó, y Zayn lo arrancó, con el rostro ensombrecido por la ira.
—Hola —ladró. Se detuvo un momento y luego empujó el receptor hacia ella.
—Tu jefe, —dijo breve.
Ella tomó el teléfono, maldiciendo el momento. Ella no tenía tiempo para la mierda del trabajo. Ella tenía que hacer bien las cosas con los chicos. Pero Zayn no esperó. Se volvió bruscamente y se alejó. El miedo se apoderó de ella. Se le formó un nudo en la garganta. Cam nunca se había alejado. Con manos temblorosas, levantó el teléfono a la oreja.
—Sí, señor, —dijo a modo de saludo.
—Necesito que vengas, —dijo, directamente—. DA quiere reunirse contigo. Hay algunos agujeros en este caso que estamos tratando de resolver.
—Señor, este realmente no es un buen momento, —comenzó.
—Lo siento, Reggie. Te necesito aquí. Esto es demasiado importante. ¿Puedo esperarte dentro una hora? —Ella suspiró y cerró los ojos. ¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea!
—Sí, señor. Yo estaré ahí.
Marcó el botón Off y poco a poco puso el teléfono en el mostrador.
—Me tengo que ir. No puedo dejar esto de lado, —dijo en voz baja—. Vamos a hablar de esto cuando vuelva.
—¿Vas a volver? —preguntó con frialdad Harry.
Su mirada parpadeaba hasta la suya, y ella no pudo ocultar el dolor en su expresión.
—¿Quieres que vuelva?
—Lo único que queremos es que vuelvas, si es aquí donde quieres estar, —terció Niall—. Pero tal vez deberías pensar por qué quieres volver. Si es debido a algún jodido sentido de obligación o ¿si quieres protegernos del lobo feroz? Yo no quiero que estés aquí para eso. No se trata de algún estúpido equipo del culo, Reggie. Se trata de ti y de nosotros y del hecho de que tal vez ya estamos cansados de poner nuestras vidas en espera cuando no se tiene intención de darnos lo que queremos. Y bueno, quizás no sea lo que quieres. Eso está bien. Sólo lo tienes que decirlo. Pero tienes que parar de sacudirte alrededor nuestro.
El pánico rodó a través de ella como una locomotora. ¿Habrían llegado finalmente al fin de su paciencia con ella? Entumecida. Estaba entumecida de pies a cabeza. Y entonces levantó la vista y vio la mirada en los ojos muertos de Harry.
Ella se volvió y salió de la cocina. Se iba ahora o se rompería delante de ellos. Oyó el chasquido de un puño contra una pared, y se estremeció, pero ella no regresó.
Ella no podía volver hasta que tuviera el tiempo para convencerlos de que los amaba y que quería estar con ellos.
Siempre.
Sólo esperaba que por el infierno que la escuchasen en ese momento y que ella no hubiese agotado su asignación de segundas oportunidades.
Se agachó para tocar los rizos que se derramaban por su mejilla. Hermosa. Ella era tan hermosa. Su necesidad de ella iba mucho más allá de lo físico. Había encontrado la liberación física en un montón de lugares en los últimos años, pero nunca había encontrado a nadie que le calmara el dolor en el pecho como Reggie.
Él nunca lo haría.
No, no era lo suficientemente bueno para ella. Nunca lo sería. Pero por alguna razón, a ella no le importaba. Pese todos sus defectos, ella afirmaba que lo amaba.
Que lo quería.
Algo pasaba cuando él estaba a su alrededor. Ella siempre se las arreglaba para encontrar su grieta, se deslizaba en su interior y daba calor a su corazón. Ella se había introducido de manera tan profunda que él no tenía ningún deseo que ella encontrara jamás la forma de salir de nuevo.
A pesar de tener que compartirla con otros dos hombres, hombres que la amaban, ella se las arregló para hacerle sentir como si fuera el único hombre en el mundo.
El malestar se instaló en el pecho cuando pensó en Harry. Se volvió, sabiendo que lo que había pasado tendría que ser resuelto. No disfrutaba del enfrentamiento, pero por Reggie, haría cualquier cosa.
A regañadientes la dejó dormir. Tomó una ducha rápida y se dirigió hacia las escaleras. Harry estaba en la cocina como había esperado.
Al momento de entrar, Harry levantó la vista, y Niall pudo ver la cautela en su mirada. El silencio puso a Niall incómodo, se deslizó sobre un taburete de la barra y actuó de forma casual. Durante un tiempo, sólo el ruido de las ollas y sartenes se hizo eco a través de la cocina. Harry sacó los ingredientes para hacer panqueques sin volver a mirar a Niall.
—Mira hombre, vamos a olvidar lo que sucedió, —dijo finalmente Niall.
Harry paró de revolver la mezcla, pero no levantó la vista de inmediato. Poco a poco, dejó caer la cuchara contra el plato, y cuando por fin miró a Niall, había mucho pesar en su expresión.
—Me equivoqué, —dijo simplemente Harry—. Yo fui un estúpido, y ni tu ni Reggie se lo merecían.
—Muy bien, estamos bien entonces, —dijo Niall, deseoso de seguir con otras cosas.
Harry suspiró y frunció el ceño. —No, esto hay que decirlo. Lo que ocurrió no tuvo nada que ver contigo y todo que ver conmigo. Tú apretaste algunos botones, pero tiene que ver con cuestiones que tuve con mi viejo. Me asustaste, y la cosa es, que sé que nunca le harías daño a Reggie. Ahora lo sé. Y necesito que lo entiendas. Te debo una disculpa, pero más que eso, te debo más respeto del que yo te concedí.
Niall se movió incómodo en el taburete. —OK. Está todo bien.
Harry se relajó y volvió a revolver la mezcla. —¿Quitaste el hierro con Reggie, o jodí las cosas entre vosotros?
—Ella me puso recto, —murmuró Niall—. Estamos bien.
Harry sonrió. —Sí, me derribó.
Niall volvió la cabeza hacia arriba. —¿En serio?
Harry se frotó el estómago con la mano libre. —Sí. La novilla me atizó un golpe en medio.
Niall se echó a reír, y se asombró de lo bien que se sentía. Alivio. Esperanza.
Harry le buscó la mirada centrándose fijamente en sus ojos. —Lo siento.
Niall negó con la cabeza. —Estamos bien.
Zayn entró con un puñado de equipos electrónicos, el ceño fruncido y la cara sucia. Soltó las cosas en la barra con un ruido.
—¿Has estado de compras? —Preguntó Niall con una ceja arqueada.
El ceño no alivió de la cara de Zayn. —¿Alguno de los dos sabe qué demonios es esta cosa? —Preguntó.
Harry se inclinó y examinó la colección. —Parece un equipo de vigilancia.
—Sí, yo pienso lo mismo, —respondió Zayn.
—¿De dónde lo has sacado? —Preguntó Niall.
—Buenos días, —dijo Reggie al entrar en la cocina. Ella les ofreció una sonrisa a los tres, y sólo Zayn no se la devolvió.
Ella se deslizó al lado de Harry en primer lugar, acurrucándose contra su costado.
Luego bajo la vista hacia las cosas en el mostrador y se congeló. Una expresión peculiar cruzó su cara, seguida rápidamente por una chispa de culpabilidad.
Niall frunció el ceño. Esto no presagiaba nada bueno.
—Yo lo encontré aquí, —dijo Zayn oscuro—. Cámaras. Equipos de grabación. Rodean la casa.
Niall siguió mirando a Reggie. —¿Tienes alguna idea de dónde vino? —le preguntó. Reggie se apartó de Harry y Zayn la miró sorprendido.
—Uh, es mío, —dijo en voz baja.
—¿Tuyo? —Zayn frunció el ceño más profundo—. ¿Qué diablos está pasando, Reggie?"
Se secó las manos en sus pantalones vaqueros y se mordió de forma ausente el labio inferior.
—Yo lo mandé instalar. Mientras estábamos en Houston, —agregó.
La bombilla se encendió. Niall vio el malestar en su lenguaje corporal y sabía que cualquier explicación no le iba a gustar. Los demás estaban entendiendo rápidamente también.
—¿Es por eso que estabas tan ansiosa de llevarnos a todos a Houston? —Preguntó Niall.
Reggie trató de calmar el pánico que le anudaba la garganta. Esta no era la manera en que quería explicarles las cosas a ellos. Ella había querido dejar las cosas claras con ellos, no debería haber sentido como si estuvieran acechando a sus espaldas.
¿Qué era en realidad lo que hizo?
Ella suspiró y se dejó caer en un taburete.
—¿Reggie? —dijo Harry.
—Un amigo mío tiene una empresa de seguridad. Material de alta tecnología. Tiene muchos trabajos por contratos de vigilancia policial. Le pregunté si podía poner el cableado en el lugar mientras nosotros no estábamos.
—Muy bien, ¿por qué? —Preguntó Zayn—. Quiero decir que ya entiendo por qué lugar fue allanado, pero ¿por qué pensaste que necesitabas mantenerlo en secreto?
—Porque no saben toda la historia, —dijo en voz baja—. Yo no quería que supierais la historia completa.
—Bueno, por supuesto, no lo comparto, —arrastrando las palabras, le dijo Niall.
Ellos estaban molestos. Pero sabía que estarían más cabreados cuando supieran más.
—Yo estaba tratando de protegeros, —dijo—. A todos vosotros. Tengo razones para creer que el asesinato, el ataque hacia mí, el allanamiento de aquí y el de Birdie y el coche bomba eran ataques personales hacia Harry.
—¿Qué? —Exclamó Harry.
Niall y Zayn miraron atónitos por igual.
—No lo sé a ciencia cierta, —dijo con suavidad—. Misty Thompson era alguien que salió con Harry. El resto de las conexiones se explican por sí. Y la noche que fue asesinada, el hombre me llamó y me dijo Reggie es hora de que él pague. —Ella echó un vistazo a Harry, haciendo una mueca mientras palideció aún más. No era la forma en que ella hubiera querido darle la noticia. El nombre de la víctima era de conocimiento público, pero Harry no estaba muy en sintonía con las noticias locales—. Mi departamento siguió el razonamiento de que tenía que ver con mi padre ya que él es de alto perfil, rico y un político. Pero cuando la casa de Birdie fue asaltada, el único cuarto destruido fue el de Harry.
—¡Maldita sea!, Reggie, ¿por qué no me dijiste nada de esto? —Exigió Harry—. ¿No crees que yo tenía derecho a saber si alguien estaba tratando de matar a la gente cercana a mí? ¿Que alguien ya había muerto por mí?
—No fue mi decisión. Mi departamento no estaba convencido, y estaban investigando todos los ángulos. Ellos os querían interrogar a los tres... hoy. Pero hicieron un arresto y obtuvieron una confesión por el asesinato, por lo que no fue necesario después de todo.
—Eso es mentira, —dijo Niall, sin rodeos—. Dime una cosa, Reggie. ¿Por qué decidiste quedarte? ¿Por qué el repentino cambio de actitud? Yo apostaría un montón que no tenía nada que ver con nosotros, y sí con tu protección, o ¿porque incluso decidiste repentinamente dejar de luchar contra la atracción?
La sangre huyó de su rostro. Esto era lo que temía. Ellos estaban haciendo la conexión. No fue así, maldita sea, pero ella sabía cómo era. ¿Cómo diablos se suponía que iba a convencerlos de lo contrario?
—Tiene razón, ¿no? —preguntó Zayn con una voz que sonaba a muertos—. Nos estabas protegiendo, ¿no? Lo hiciste para poder mantener un ojo sobre nosotros. Demonios, incluso instalaste un sistema de vigilancia elaborado para proteger la casa. Nunca tuviste la intención de darnos una oportunidad.
—Eso no es cierto, —espetó ella—. ¡Maldita sea, Zayn! Eso no es justo. No fue así.
Harry estaba pálido y parecía decididamente inestable. —¿Justo? ¿Quieres hablar de lo que no es justo, Reggie? Nos mentiste. ¿Desde cuándo nos mientes?
No podía soportar mirar el dolor en sus rostros. La miraron sintiéndose completa y absolutamente traicionados.
—No mentí, —dijo en voz baja—. No acerca de nosotros.
—Mírame a los ojos y dime que no te quedaste para protegernos, —le dijo Cam.
Ella le devolvió la mirada sin pestañear. —No puedo decirlo, Zayn. Yo me quedé para protegerte, pero esa no fue la única razón. ¿No has descubierto todavía que yo haría cualquier cosa por ti? ¿Por todos vosotros?
Niall juró y se apartó de ella. Una grieta se abrió en su pecho, casi la partió en dos.
—¿Qué tan difícil? —Zayn gritó—. ¿Qué tan difícil ha tenido que ser buscar una excusa para quedarse con nosotros? Por lo menos se honesta ahora, Reggie. ¿Hubieras permanecido siempre con nosotros si no estuvieras preocupada por nuestra seguridad?
Ella se quedó inmóvil, sin saber qué decir, cómo decirlo. Sí, al principio, ella necesitaba toda la inspiración del mundo para hacer algo tan descabellado. Eso no la convertía en una perra del mal, por amor de Dios. Lo que importaba, lo que debía importar, fueron las conclusiones a las que había llegado desde entonces.
Pero tal vez se había equivocado, porque no parecían confiar mucho en ella después de todo.
—Tomaré tu silencio como toda la respuesta que necesito, —dijo Zayn con disgusto.
El teléfono sonó, y Zayn lo arrancó, con el rostro ensombrecido por la ira.
—Hola —ladró. Se detuvo un momento y luego empujó el receptor hacia ella.
—Tu jefe, —dijo breve.
Ella tomó el teléfono, maldiciendo el momento. Ella no tenía tiempo para la mierda del trabajo. Ella tenía que hacer bien las cosas con los chicos. Pero Zayn no esperó. Se volvió bruscamente y se alejó. El miedo se apoderó de ella. Se le formó un nudo en la garganta. Cam nunca se había alejado. Con manos temblorosas, levantó el teléfono a la oreja.
—Sí, señor, —dijo a modo de saludo.
—Necesito que vengas, —dijo, directamente—. DA quiere reunirse contigo. Hay algunos agujeros en este caso que estamos tratando de resolver.
—Señor, este realmente no es un buen momento, —comenzó.
—Lo siento, Reggie. Te necesito aquí. Esto es demasiado importante. ¿Puedo esperarte dentro una hora? —Ella suspiró y cerró los ojos. ¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea!
—Sí, señor. Yo estaré ahí.
Marcó el botón Off y poco a poco puso el teléfono en el mostrador.
—Me tengo que ir. No puedo dejar esto de lado, —dijo en voz baja—. Vamos a hablar de esto cuando vuelva.
—¿Vas a volver? —preguntó con frialdad Harry.
Su mirada parpadeaba hasta la suya, y ella no pudo ocultar el dolor en su expresión.
—¿Quieres que vuelva?
—Lo único que queremos es que vuelvas, si es aquí donde quieres estar, —terció Niall—. Pero tal vez deberías pensar por qué quieres volver. Si es debido a algún jodido sentido de obligación o ¿si quieres protegernos del lobo feroz? Yo no quiero que estés aquí para eso. No se trata de algún estúpido equipo del culo, Reggie. Se trata de ti y de nosotros y del hecho de que tal vez ya estamos cansados de poner nuestras vidas en espera cuando no se tiene intención de darnos lo que queremos. Y bueno, quizás no sea lo que quieres. Eso está bien. Sólo lo tienes que decirlo. Pero tienes que parar de sacudirte alrededor nuestro.
El pánico rodó a través de ella como una locomotora. ¿Habrían llegado finalmente al fin de su paciencia con ella? Entumecida. Estaba entumecida de pies a cabeza. Y entonces levantó la vista y vio la mirada en los ojos muertos de Harry.
Ella se volvió y salió de la cocina. Se iba ahora o se rompería delante de ellos. Oyó el chasquido de un puño contra una pared, y se estremeció, pero ella no regresó.
Ella no podía volver hasta que tuviera el tiempo para convencerlos de que los amaba y que quería estar con ellos.
Siempre.
Sólo esperaba que por el infierno que la escuchasen en ese momento y que ella no hubiese agotado su asignación de segundas oportunidades.
ᴍᴀʀ.
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