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Más Que Cosas De Policías
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Más Que Cosas De Policías
I'm back
Ahque
He leído todo! Soy genial, soy genial, lo ze lo ze *aplauden* okno.
No había comentado antes porque me pareció mejor que en vez de ir tan lento y comentar cap por cap un comentario en resumen sería lo mejor. Bah, no sé. Es lo mismo xp
Ok siguiendo....
Comparando como ha empezado tu nove y como va ahora...WOW...WOW...Y WOWOWOWOWOWOW. Han pasado y cambiado tantas cosas! No sé es cada vez mejor-más genial-perfecta ah. No me estoy expresando muy bien pero que se entienda: me encanta como va todo eaeaeaea.
Y que publiques tan seguido es lo mejor c: no me haces esperar y estoy a día con lo que va pasando en la nove ;D
Eaeaea ah. *notese que amo el gif de Harry 'tuerqueando' o lo que haya querido hacer, ah*
Bueno, eso ha sido mi "gran" resumen x3
Siguelaa!
Besitoss, así re cursi como soy. Ah. Chaoo
Ahque
He leído todo! Soy genial, soy genial, lo ze lo ze *aplauden* okno.
No había comentado antes porque me pareció mejor que en vez de ir tan lento y comentar cap por cap un comentario en resumen sería lo mejor. Bah, no sé. Es lo mismo xp
Ok siguiendo....
Comparando como ha empezado tu nove y como va ahora...WOW...WOW...Y WOWOWOWOWOWOW. Han pasado y cambiado tantas cosas! No sé es cada vez mejor-más genial-perfecta ah. No me estoy expresando muy bien pero que se entienda: me encanta como va todo eaeaeaea.
Y que publiques tan seguido es lo mejor c: no me haces esperar y estoy a día con lo que va pasando en la nove ;D
Eaeaea ah. *notese que amo el gif de Harry 'tuerqueando' o lo que haya querido hacer, ah*
Bueno, eso ha sido mi "gran" resumen x3
Siguelaa!
Besitoss, así re cursi como soy. Ah. Chaoo
Emily Rawson
Re: Más Que Cosas De Policías
La Loca Historia De Mi Vida 1D y tu
Necesito lectoras
https://onlywn.activoforo.com/t67280-la-loca-historia-de-mi-vida-1d-y-tu
Necesito lectoras
https://onlywn.activoforo.com/t67280-la-loca-historia-de-mi-vida-1d-y-tu
Pachita Horan
Re: Más Que Cosas De Policías
Emily Rawson escribió:I'm back
Ahque
He leído todo! Soy genial, soy genial, lo ze lo ze *aplauden* okno.
No había comentado antes porque me pareció mejor que en vez de ir tan lento y comentar cap por cap un comentario en resumen sería lo mejor. Bah, no sé. Es lo mismo xp
Ok siguiendo....
Comparando como ha empezado tu nove y como va ahora...WOW...WOW...Y WOWOWOWOWOWOW. Han pasado y cambiado tantas cosas! No sé es cada vez mejor-más genial-perfecta ah. No me estoy expresando muy bien pero que se entienda: me encanta como va todo eaeaeaea.
Y que publiques tan seguido es lo mejor c: no me haces esperar y estoy a día con lo que va pasando en la nove ;D
Eaeaea ah. *notese que amo el gif de Harry 'tuerqueando' o lo que haya querido hacer, ah*
Bueno, eso ha sido mi "gran" resumen x3
Siguelaa!
Besitoss, así re cursi como soy. Ah. Chaoo
Vaya! Te aceleraste y terminaste de leer más rápido de lo que esperé Pero eso es genial!
Vaya... Cómo amo este comentario :enamorado:
Sí, mientras más avanzas, mejor se pone Acabo de terminar de pasar uno de mis capítulos favoritos de toda la novela (estoy aprovechando mis vacaciones para escribir, okay .-.) y te aviso, es muy WOWOWOWOWOWOW :xd:. Es el 16 así que no tendrás que esperar mucho.
Publico cada cinco días, siempre trato de mantenerlo así, aunque a veces me paso y publico a la semana o me adelanto y lo hago a los cuatro días. Cuando es un capítulo dividido a la mitad, la diferencia es de dos a tres días por ser el mismo. No pongo más porque sino me estaría pasando y desesperaría a quien esté leyendo y no más seguido porque sino se me van a acabar los capítulos y si eso llega a pasar va a haber UN GRAN PROBLEMA porque tardo bastante escribiendo los originales Pero publicando así, tengo como ocho meses de ventaja para escribir, hablo en serio, ahí medio calculé por sin oficio, sí, así de adelantada estoy, así de largo es esto porque el final no lo veo NI CERCA.
El próximo toca para el 17 ;)
Sabes qué es divertido? Que estamos en las fechas navideñas y justo los capítulos que voy a ir subiendo son de Navidad y Año Nuevo y eso! Se sincronizó la cosa sin siquiera planearlo, es tan genial Harry "tuerqueando" Es la primera vez que veo que alguien lo escribe en "español" (como se oye) porque como nunca he visto a nadie traduciéndolo (bueno... algunos dicen "meneo" pero nah... no pega) siempre lo veo como 'twerk' que es la palabra original en inglés, me da tanta risa, cómo no se les ocurrió decir "tuerquear"?
Bueno, me iré a... Emmm, okay, no sé qué hacer :pokerface:
Gracias por leer y comentar y hacerme amar comentarios y hacerme sentir feliz de mi invención que al inicio era una total improvisación que escribía por no tener nada mejor que hacer y por... Ah, siempre hablo de más, je... :bye:
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
Regresé! Y como siempre, cuando regreso es porque traigo buenas noticias: un nuevo capítulo! Antes de publicarlo, aquí vengo con mi típica explicación. Debido a que hay un capítulo (el siguiente) que por alguna razón estoy empeñada con subirlo en Navidad aunque sepa que no habrá mucha gente aquí ese día (o eso me imagino), este será subido así: hoy publico una mitad, la siguiente la publico el 20 y el capítulo #16 iría para el 25, así no rompo mi costumbre de subir cada cinco días y publicar las mitades con dos o tres días de diferencia ;)
Eso creo que era todo, aquí está el nuevo capítulo
Por cierto, en esta mitad hay un diálogo de Marc en el que hago notar algo de lo que me di cuenta después de haberles puesto Montesco a las mellizas, veamos si se dan cuenta.
Capítulo #15: “Vacaciones Torpes”.
Una semana después, el cumpleaños de las mellizas llegó. Como Paula ya había anunciado antes, la celebración sería una reunión en su casa. Todos sus compañeros ya estaban presentes, aunque claro, Paula y Marc más juntos.
—Todo parece ser al revés —Daisy comenta— Ahora Dani y yo pedimos que tú… ¡Ustedes paren!
—Estábamos acostumbrados a vernos a diario y llevábamos seis días sin hacerlo —Paula se defiende.
—El problema es que ustedes sí se dan sus besos… Incomoda —Explica Daniela.
— ¿De qué es la torta? —Escuchan a Matías preguntar.
—Qué raro tú pensando en comida —Dice Alex.
—Es de esas que tienen mucho decorado en crema —Responde Paula.
Marc va a la cocina. En ese momento, el timbre suena. Daisy va a abrir.
—Preparándose para un apretón de cachetes y un abrazo fuerte en tres, dos, uno… —Paula cuenta para sí misma. Daisy abre la puerta y de inmediato pasa lo que anunció— ¡Lo dije! Por eso no me arriesgué a abrir.
— ¿Y Paula dónde está? —Una señora de cabello rubio cenizo claro corto, algo pasada de peso y no muy alta, mirada un tanto no tan amigable aunque se le veía sonriente y de porte elegante, la misma que abrazó y pellizcó los cachetes de Daisy, entra buscando a la otra cumpleañera.
—Aquí mismo —Indica la pelirroja.
— ¡Paula, pensé que no estabas! —Exclama cuando al fin la ve.
—Claro que no.
— ¿Qué tal? —Ve a Daniela— ¡Dani!
— ¡Hola! —Saluda ella— ¿Qué tal te va?
—Muy bien. Oh, me olvidaba de sus regalos. Aquí tienen —Les pasa a cada una de las mellizas una caja de regalo, ellas agradecen.
— ¡Quien esté en la cocina, que traiga refresco! —Ordena Daisy.
—Parece que no había nadie en la cocina. Iré yo a ver —Susan toma la orden al ver que nadie afirmó estar en la cocina.
— ¡Ya voy con los ref…! —Marc estaba anunciando que pronto llegarían los refrescos, cuando de repente se escucha el ruido de una bandeja cayendo al suelo.
— ¿Qué pasó ahí?
—Vayamos a ver —Todos se acercan a la cocina, mas se quedan a unos metros de la puerta a escucharlo todo.
— ¡Muchacho! —La señora está molesta— Ten más cuidado cuando camines con una bandeja.
—Eso no es bueno —Daniela susurra a sus amigos.
—De verdad que no sabía que estaba ahí —Marc está apenado— Disculpe, señora… ¿Quién es usted?
— ¿Quién es ella? Se ve disgustada —Matías nota.
—Susan Montesco. Madre de Paula y Daisy —Contesta. Marc trata de disimular el susto.
—Ya escuchaste —Paula avisa.
—Ella… ¿¡Es tu madre!?
—Así como lo oyes.
—Marc está en graves problemas —Notifica Daisy.
— ¿Y tú quién eres, descuidado? —Y tuvo razón, Susan se oye muy molesta. De la pena, Marc queda en blanco y no habla. Paula decide entrar— ¡Paula! ¿Podrías decirme quién es tu amiguito descuidado que me ha mojado de refresco por no finarse y ahora no responde?
—Esto… —Paula ordena las palabras en su mente— Mamá, él no es un amigo… Verás, él es mi novio. Marc, ella es Susan. Mamá, él es Marc.
— ¡Él es…! —Iba a decir espantada, pero termina disimulando—En ese caso, enséñale a ser más cuidadoso.
— ¡Mamá! —Reclama.
—Nada. Tú sabes muy bien lo importante que es el conocimiento de la primera impresión y esto sólo me dice que no es muy… —Se detiene al darse cuenta de que Marc seguía ahí— Que es algo torpe. Iré a secarme —Se va antes de correr el riesgo de decir algo peor.
Así que de ahí Paula sacó su manía de la primera impresión. Su madre parecía ser aún más estricta y de carácter aún más fuerte. Un silencio incómodo se formó cuando ella fue a secarse. Marc está totalmente apenado.
—Me siento como un niño regañado.
—Mi mamá es experta en hacer que uno se sienta así. Cree que eres torpe, pero no lo eres —Paula hace un intento para animar a Marc.
— ¡Es que no sabía que estaba ahí! Pensé que estaba solo y por eso no me fijé.
—No te preocupes… En un rato llegará mi padre y con él no tienes que ser tan precavido. Él es todo lo contrario. No le importa la primera presentación.
—Bueno… Quedó refresco, volveré a servir.
—Asegúrate de no tropezar con nadie —Matías interviene, aun seguía cerca de la puerta.
—Mejor dicho, salgamos de aquí —Bromea Alex.
—Gracias por el apoyo —Dice Marc sarcástico, mirándolos feo.
Al rato, el papá de las mellizas llega, mas no es presentado, él simplemente fue a sentarse directo a donde estaba Susan, su esposa.
— ¿Tú conoces al novio de Paula?
—No… ¿Está aquí?
—Ese que está ahí —Señala.
— ¿Y ya se presentaron?
—Es un torpe —Responde sin dudar— Me chocó con una bandeja con vasos de refresco.
—Eso es un accidente. A cualquiera le pasa.
—Si quieres, ve a hablar con él, pero ten cuidado.
—Ahora no. No voy a interrumpirlos por una aburrida presentación que puedo hacer en cualquier momento —El padre de las chicas es más calmado y relajado— ¿Y qué piensas de sus compañeros?
—Los demás aun no he hablado con ellos, pero parecen estar bien. ¿Por qué eligió al torpe? —Lamenta. No entiende cómo su hija “perfecta” escogió al más “imperfecto”.
—Un accidente le pasa a todo el mundo en cualquier momento. No definen a la persona. Paula es muy perfeccionista. Él debe ser un excelente chico.
—Como sea —Susan no está muy interesada. Si no iba a estar de acuerdo, no le importaba dejar la discusión hasta ahí. Su esposo voltea los ojos. Vivían en eso, si Susan pensaba algo, eso era lo correcto, nadie la corregía, nadie podía pensar distinto, nadie saldría bien si se le ocurría llevarle la contraria y defender su “equivocado” punto de vista.
A diferencia de su esposa, Elliot es un hombre totalmente relajado. No cree en las primeras impresiones ni en las segundas. Para juzgar a alguien, debe conocerlo de varias veces, no unas cuantas. Casi siempre le parece que ella exagera y expone su opinión sin miedo, pues es el único que puede hacerlo sin morir en el intento. Es todo lo opuesto a Susan. Físicamente, es un hombre alto y delgado, su cabello ya es blanco pero de resto se ve joven. Usa unos lentes muy delgados, de esos que si no los detallas ni los notas.
Todos los amigos de las mellizas salieron junto a ellas por un momento al parque para divertirse un rato, incluyendo a Rex, no sin antes avisarles a los mayores. Unos minutos luego de haberse ido, notan que una lluvia estaba avecinándose, por lo que deciden hacer que Rex se devuelva a la casa por su cuenta por si cuando se regresaran la lluvia los alcanzaba, sólo seguirían afuera unos minutos más antes de entrar. Adentro, Elliot ve a Rex, extrañado.
— ¿Y ese perro de dónde salió? —Pregunta.
— ¿Cuál per…? —Susan voltea y lo ve cerca de la puerta— ¡FUERA DE LA CASA! —Grita. Rex sale de inmediato.
—Eso debió ser alguno de los amigos de Paula y Daisy. Seguro no quisieron sacarlo porque parece que va a llover.
—O quizás se le quedó aquí porque se olvidó de él. Seguro es del descuidado del novio de Paula.
— ¿No podrías superar eso?
—No lo creo.
En el parque, el grupo estaba en su típico juego de lanzar la pelota. Matías le lanza una a Alex, pero resulta que aparece Rex y la agarra.
— ¡Rex! Espera… ¿Rex? —Matías se da cuenta— ¿No le habíamos dicho que fuera a casa?
—Se devolvió a casa de Paula. No sé qué hace aquí de nuevo —Marc se confunde.
—Yo creo que sí sé —Paula participa— A mi mamá no le agradan mucho los perros y que yo sepa, no había visto a Rex. De seguro cuando lo vio, lo sacó de la casa.
—Y ahora está aquí para atrapar la pelota y evitar que nos golpee —Completa Alex.
—No, ya la nube está muy cerca. Volvamos.
— ¡Ya volvimos! —Paula avisa la llegada de ella y los demás.
—Van a- ¿¡Ese perro otra vez!? ¿¡De quién es!? —Se alarma. Marc levanta el brazo algo lento, inseguro— Era de esperarse. Qué descuidado.
—No lo dejé ahí por descuido. Lo mandé a regresar aquí porque vi que iba a llover, pero resultó que no.
—Esa excusa te la pudiste inventar en el camino.
—No lo hice, hablo en serio.
— ¿Cantamos la torta ya? —Daisy intenta detener la discusión antes de que se pusiera peor y Marc terminara como un perro con la cola entre las patas.
—Adelante. Cualquier cosa es mejor que hablar con-
— ¡Mamá! Ya entendimos tu disgusto —Paula la detiene.
Cantan la torta, la pican y reparten para luego sentarse a comer.
—No entiendo por qué te desprecia tanto —Paula comparte su confusión.
—Yo tampoco. No es para tanto.
— ¿Quién quiere crema? —A Sebastián no le gustó mucho.
—A quien no le guste la crema, Diana la recibe con gusto —Habla en tercera persona.
—Y Matías también.
—Y a quien no le guste la masa, Sebastián la recibe con gusto.
—Son unos copiones —Resalta Diana.
—Rex quiere torta… —Nota Alex.
— ¿Quién le facilita un poco a Rex? ¿Nadie? El primero que termine su pedazo —Aconseja Daisy.
—O sea, tú —Paula responde.
Minutos después, varios comienzan a irse. En la sala de estar, los padres de Daisy y Paula, Paula y Marc se encuentran.
—Creo que ahora sí es momento de presentarnos. Como ya lo sabes, ella es mi esposa Susan y yo soy Elliot Montesco, padre de Paula y Daisy. Tengo entendido que tu nombre es Marc, ¿cierto? —Marc asiente con la cabeza— Pero los problemas no nos han dejado presentarnos como se debe. ¿Cuál es tu nombre? Tranquilo, estoy casi seguro de que Susan no te caerá encima.
—Marc Molander… Mucho gusto, señor Montesco.
—No hay problema en que me trates de Elliot. Me agrada más.
—Molander… —Susan piensa. El apellido le suena de alguna parte— ¿Ascenzo? ¿Por casualidad no eres hijo del abogado y de la periodista?
—Si se refiere a Carlos y a Rose… Sí, lo soy.
— ¿Cómo pudieron tener a un hijo tan torpe? —Se pregunta a sí misma en voz baja. Susan admira a sus padres, era seguidora de Rose y Carlos le parecía un hombre muy limpio. Elliot le da un codazo— Así que eres hijo del reconocido abogado… —Se detiene al recordar algo— ¿Él no es el que…? ¿Tienes un hermano preso? —Elliot vuelve a darle un codazo. Marc se incomoda.
—No tienes que responder esa pregunta.
Por otra parte, las hermanas y Daniela escuchan la conversación.
—Nuestra madre se está pasando de imprudente —Opina Daisy.
—Lo sé. Es tan raro…
—No recuerdo que haya sido así con Diego.
—El poder de la primera impresión.
—Menos mal que Marc es bastante tolerante y paciente, sino ya se habría hartado.
—Y eso no sería un buen punto. Por suerte, mi tío no es tan desesperante como ella.
—Espere —Escuchan a Marc. Al parecer, lo estaban acribillando con un montón de preguntas— No puedo responder tantas preguntas a la vez.
—Bueno… Cuéntanos sobre ti, además de tu torpeza-
— ¡Susan! —Interrumpe— Tranquilo, ignora la última parte.
—Pero… ¿No podrían decirme un tema específico? Así puedo saber qué es lo que quieren que les diga.
— ¿Saben qué? —Paula se harta— Voy a intervenir.
— ¡Paula! ¿Por qué interrumpes?
—Quiero intervenir. ¿De qué hablaban? —Entra decidida.
—Quiero saber sobre el descuidado.
— ¿Puedo decir algo yo? Creo que estás exagerando.
— ¿No me vas a decir que tú no haces lo mismo que yo?
—Sí, pero si veo que las cosas no eran como creí, cambio un poco, y Marc te ha demostrado que no es torpe como lo crees.
— ¿Y lo del perro?
—Eso fue como lo dijo. Pensó que iba a llover.
— ¿Sabes qué es lo que pienso ahora? ¿Más o menos por qué eres tú la que habla, acaso él no tiene lengua?
— ¡Lo que pasa es que lo has intimidado! ¿No lo entiendes? ¡No sabe qué decir para que no lo ataques! Más bien, yo creo que te ha tenido suficiente paciencia.
—No sé qué te ha pasado. ¿Mi chica exigente dónde quedó? —Susan se aleja antes de que Marc lograra decir lo que pensaba.
—Gracias por el intento —Marc le agradece a Paula.
—Admiro tu paciencia y tolerancia. Cualquiera habría explotado —Admite Elliot—Por mi parte, no hay problema contigo… Hablaré con Susan, no sé qué le sucede.
—No se preocupe… —Se queda pensando.
—Elliot.
—Elliot. Ya sabe que tengo mucha paciencia.
—De veras, por más que intente de que me trates de “tú”, tus modales no te dejan y hasta te enredas. En serio, me caes bien.
—Y yo que pensaba que tendría más problemas con el padre.
—No todo es como parece. Te voy a ir adelantando que lo más probable es que mi esposa quiera conocer a tu padre. Para que no te extrañes.
—No hay problema.
—Bueno, creo que se está haciendo tarde. Tengo que irme.
—Hasta luego… Elliot.
—Así se habla, Marc —Se va.
—Oh vamos, tu papá es genial.
—Te dije que él te iba a agradar. Te ganaste su respeto por tu paciencia.
—Se nota, pero tu madre…
—Exagera, lo sé. Es la primera vez que la veo así.
Al día siguiente, Carlos invita a su hijo a su casa desde temprano. Marc llega a las 10 a esa casa enorme para ser de sólo una persona, esa casa de cuartos amplios como para correr sin tropezar con nada, esa casa en la que creció.
—Hoy es que me vienen dando las vacaciones.
—Y supongo que hoy decorarás la casa —Dice al ver varias cajas.
— ¿Por qué crees que te invité?
— ¿Para hablar?
— ¿Qué hiciste ayer?
—Ir al cumpleaños de Paula… Conocí a sus padres.
— ¿Y qué tal?
—Su padre dijo que le agrado, pero su madre…Tuve un accidente con ella y me tachó de torpe.
— ¿Y no le demostraste que no lo eres?
—Lo intenté, pero ella exagera mucho con lo de la primera impresión. Me trata como si Paula fuera Julieta y yo un Montesco, claro, lo que hay en común es su Montesco pero al revés. Ella Montesco y yo sería un Capuleto y no Molander… —Marc intenta comparar.
—Te enredaste, ¿cierto?
—Algo así.
—Pero es por ti y no por la familia.
— ¡Exacto! —Con todo y el enredo, su padre entendió el punto.
— ¿Y qué fue lo que hiciste?
—Tenía una bandeja con vasos de refresco. Cuando me volteé para llevarla a la sala, ella estaba ahí y la choqué.
— ¿¡Eso!? —Ríe— ¿¡En serio!?
—Sí, eso.
— ¡Qué exagerada! —Sigue riendo. Suena el celular de Marc.
— ¿Qué tal? —Atiende.
—Adivina. Mi madre acaba de llamar diciendo que quiere conocer a tu papá —Paula contesta.
—Adivina. Lo tengo al lado.
—Oh, bueno… Ella dice que cualquier momento sirve.
—Hoy no. Decoraremos la casa.
— ¿Qué tal mañana?
—Te llamaré cuando termine. Ahí te aviso, ¿sí?
—Ok, chaíto —Cuelgan.
—Era Paula. Su madre quiere conocerte.
—Preparándome para no cometer errores…
—Más te vale.
— ¿Y para cuándo lo dejaste?
—Eso iba a preguntarte a ti.
—Mañana en la tarde. Como a las 4.
—Comencemos la decoración.
Levantan las cajas y las abren para ir revisando por dónde empezarían. Con una casa grande, necesitaban decorar bastante, así que sería un día largo, pero un día largo interrumpido. El celular de Marc vuelve a repicar, pero esta vez es por un asunto urgente.
—Tengo que salir un momento.
— ¿Qué pasó?
—Leonardo tiene un brote. Regreso al rato.
—Quiero acompañarte.
— ¿¡Qué!? —Casi alcanza a gritarlo— ¿Cómo has dicho?
—Que quiero ir contigo.
—Pero… ¿No es que estás molesto con mi hermano?
—Lo estoy, pero la idea es molestarlo a él.
—Claro… —Marc sigue extrañado— Si tú quieres…
Esta visita va a estar rara y con un aire incómodo. Carlos verá a Leonardo por primera vez en meses, eso podría salir de un montón de modos. Esperan que sea del bueno.
Eso creo que era todo, aquí está el nuevo capítulo
Por cierto, en esta mitad hay un diálogo de Marc en el que hago notar algo de lo que me di cuenta después de haberles puesto Montesco a las mellizas, veamos si se dan cuenta.
Capítulo #15: “Vacaciones Torpes”.
Una semana después, el cumpleaños de las mellizas llegó. Como Paula ya había anunciado antes, la celebración sería una reunión en su casa. Todos sus compañeros ya estaban presentes, aunque claro, Paula y Marc más juntos.
—Todo parece ser al revés —Daisy comenta— Ahora Dani y yo pedimos que tú… ¡Ustedes paren!
—Estábamos acostumbrados a vernos a diario y llevábamos seis días sin hacerlo —Paula se defiende.
—El problema es que ustedes sí se dan sus besos… Incomoda —Explica Daniela.
— ¿De qué es la torta? —Escuchan a Matías preguntar.
—Qué raro tú pensando en comida —Dice Alex.
—Es de esas que tienen mucho decorado en crema —Responde Paula.
Marc va a la cocina. En ese momento, el timbre suena. Daisy va a abrir.
—Preparándose para un apretón de cachetes y un abrazo fuerte en tres, dos, uno… —Paula cuenta para sí misma. Daisy abre la puerta y de inmediato pasa lo que anunció— ¡Lo dije! Por eso no me arriesgué a abrir.
— ¿Y Paula dónde está? —Una señora de cabello rubio cenizo claro corto, algo pasada de peso y no muy alta, mirada un tanto no tan amigable aunque se le veía sonriente y de porte elegante, la misma que abrazó y pellizcó los cachetes de Daisy, entra buscando a la otra cumpleañera.
—Aquí mismo —Indica la pelirroja.
— ¡Paula, pensé que no estabas! —Exclama cuando al fin la ve.
—Claro que no.
— ¿Qué tal? —Ve a Daniela— ¡Dani!
— ¡Hola! —Saluda ella— ¿Qué tal te va?
—Muy bien. Oh, me olvidaba de sus regalos. Aquí tienen —Les pasa a cada una de las mellizas una caja de regalo, ellas agradecen.
— ¡Quien esté en la cocina, que traiga refresco! —Ordena Daisy.
—Parece que no había nadie en la cocina. Iré yo a ver —Susan toma la orden al ver que nadie afirmó estar en la cocina.
— ¡Ya voy con los ref…! —Marc estaba anunciando que pronto llegarían los refrescos, cuando de repente se escucha el ruido de una bandeja cayendo al suelo.
— ¿Qué pasó ahí?
—Vayamos a ver —Todos se acercan a la cocina, mas se quedan a unos metros de la puerta a escucharlo todo.
— ¡Muchacho! —La señora está molesta— Ten más cuidado cuando camines con una bandeja.
—Eso no es bueno —Daniela susurra a sus amigos.
—De verdad que no sabía que estaba ahí —Marc está apenado— Disculpe, señora… ¿Quién es usted?
— ¿Quién es ella? Se ve disgustada —Matías nota.
—Susan Montesco. Madre de Paula y Daisy —Contesta. Marc trata de disimular el susto.
—Ya escuchaste —Paula avisa.
—Ella… ¿¡Es tu madre!?
—Así como lo oyes.
—Marc está en graves problemas —Notifica Daisy.
— ¿Y tú quién eres, descuidado? —Y tuvo razón, Susan se oye muy molesta. De la pena, Marc queda en blanco y no habla. Paula decide entrar— ¡Paula! ¿Podrías decirme quién es tu amiguito descuidado que me ha mojado de refresco por no finarse y ahora no responde?
—Esto… —Paula ordena las palabras en su mente— Mamá, él no es un amigo… Verás, él es mi novio. Marc, ella es Susan. Mamá, él es Marc.
— ¡Él es…! —Iba a decir espantada, pero termina disimulando—En ese caso, enséñale a ser más cuidadoso.
— ¡Mamá! —Reclama.
—Nada. Tú sabes muy bien lo importante que es el conocimiento de la primera impresión y esto sólo me dice que no es muy… —Se detiene al darse cuenta de que Marc seguía ahí— Que es algo torpe. Iré a secarme —Se va antes de correr el riesgo de decir algo peor.
Así que de ahí Paula sacó su manía de la primera impresión. Su madre parecía ser aún más estricta y de carácter aún más fuerte. Un silencio incómodo se formó cuando ella fue a secarse. Marc está totalmente apenado.
—Me siento como un niño regañado.
—Mi mamá es experta en hacer que uno se sienta así. Cree que eres torpe, pero no lo eres —Paula hace un intento para animar a Marc.
— ¡Es que no sabía que estaba ahí! Pensé que estaba solo y por eso no me fijé.
—No te preocupes… En un rato llegará mi padre y con él no tienes que ser tan precavido. Él es todo lo contrario. No le importa la primera presentación.
—Bueno… Quedó refresco, volveré a servir.
—Asegúrate de no tropezar con nadie —Matías interviene, aun seguía cerca de la puerta.
—Mejor dicho, salgamos de aquí —Bromea Alex.
—Gracias por el apoyo —Dice Marc sarcástico, mirándolos feo.
Al rato, el papá de las mellizas llega, mas no es presentado, él simplemente fue a sentarse directo a donde estaba Susan, su esposa.
— ¿Tú conoces al novio de Paula?
—No… ¿Está aquí?
—Ese que está ahí —Señala.
— ¿Y ya se presentaron?
—Es un torpe —Responde sin dudar— Me chocó con una bandeja con vasos de refresco.
—Eso es un accidente. A cualquiera le pasa.
—Si quieres, ve a hablar con él, pero ten cuidado.
—Ahora no. No voy a interrumpirlos por una aburrida presentación que puedo hacer en cualquier momento —El padre de las chicas es más calmado y relajado— ¿Y qué piensas de sus compañeros?
—Los demás aun no he hablado con ellos, pero parecen estar bien. ¿Por qué eligió al torpe? —Lamenta. No entiende cómo su hija “perfecta” escogió al más “imperfecto”.
—Un accidente le pasa a todo el mundo en cualquier momento. No definen a la persona. Paula es muy perfeccionista. Él debe ser un excelente chico.
—Como sea —Susan no está muy interesada. Si no iba a estar de acuerdo, no le importaba dejar la discusión hasta ahí. Su esposo voltea los ojos. Vivían en eso, si Susan pensaba algo, eso era lo correcto, nadie la corregía, nadie podía pensar distinto, nadie saldría bien si se le ocurría llevarle la contraria y defender su “equivocado” punto de vista.
A diferencia de su esposa, Elliot es un hombre totalmente relajado. No cree en las primeras impresiones ni en las segundas. Para juzgar a alguien, debe conocerlo de varias veces, no unas cuantas. Casi siempre le parece que ella exagera y expone su opinión sin miedo, pues es el único que puede hacerlo sin morir en el intento. Es todo lo opuesto a Susan. Físicamente, es un hombre alto y delgado, su cabello ya es blanco pero de resto se ve joven. Usa unos lentes muy delgados, de esos que si no los detallas ni los notas.
Todos los amigos de las mellizas salieron junto a ellas por un momento al parque para divertirse un rato, incluyendo a Rex, no sin antes avisarles a los mayores. Unos minutos luego de haberse ido, notan que una lluvia estaba avecinándose, por lo que deciden hacer que Rex se devuelva a la casa por su cuenta por si cuando se regresaran la lluvia los alcanzaba, sólo seguirían afuera unos minutos más antes de entrar. Adentro, Elliot ve a Rex, extrañado.
— ¿Y ese perro de dónde salió? —Pregunta.
— ¿Cuál per…? —Susan voltea y lo ve cerca de la puerta— ¡FUERA DE LA CASA! —Grita. Rex sale de inmediato.
—Eso debió ser alguno de los amigos de Paula y Daisy. Seguro no quisieron sacarlo porque parece que va a llover.
—O quizás se le quedó aquí porque se olvidó de él. Seguro es del descuidado del novio de Paula.
— ¿No podrías superar eso?
—No lo creo.
En el parque, el grupo estaba en su típico juego de lanzar la pelota. Matías le lanza una a Alex, pero resulta que aparece Rex y la agarra.
— ¡Rex! Espera… ¿Rex? —Matías se da cuenta— ¿No le habíamos dicho que fuera a casa?
—Se devolvió a casa de Paula. No sé qué hace aquí de nuevo —Marc se confunde.
—Yo creo que sí sé —Paula participa— A mi mamá no le agradan mucho los perros y que yo sepa, no había visto a Rex. De seguro cuando lo vio, lo sacó de la casa.
—Y ahora está aquí para atrapar la pelota y evitar que nos golpee —Completa Alex.
—No, ya la nube está muy cerca. Volvamos.
— ¡Ya volvimos! —Paula avisa la llegada de ella y los demás.
—Van a- ¿¡Ese perro otra vez!? ¿¡De quién es!? —Se alarma. Marc levanta el brazo algo lento, inseguro— Era de esperarse. Qué descuidado.
—No lo dejé ahí por descuido. Lo mandé a regresar aquí porque vi que iba a llover, pero resultó que no.
—Esa excusa te la pudiste inventar en el camino.
—No lo hice, hablo en serio.
— ¿Cantamos la torta ya? —Daisy intenta detener la discusión antes de que se pusiera peor y Marc terminara como un perro con la cola entre las patas.
—Adelante. Cualquier cosa es mejor que hablar con-
— ¡Mamá! Ya entendimos tu disgusto —Paula la detiene.
Cantan la torta, la pican y reparten para luego sentarse a comer.
—No entiendo por qué te desprecia tanto —Paula comparte su confusión.
—Yo tampoco. No es para tanto.
— ¿Quién quiere crema? —A Sebastián no le gustó mucho.
—A quien no le guste la crema, Diana la recibe con gusto —Habla en tercera persona.
—Y Matías también.
—Y a quien no le guste la masa, Sebastián la recibe con gusto.
—Son unos copiones —Resalta Diana.
—Rex quiere torta… —Nota Alex.
— ¿Quién le facilita un poco a Rex? ¿Nadie? El primero que termine su pedazo —Aconseja Daisy.
—O sea, tú —Paula responde.
Minutos después, varios comienzan a irse. En la sala de estar, los padres de Daisy y Paula, Paula y Marc se encuentran.
—Creo que ahora sí es momento de presentarnos. Como ya lo sabes, ella es mi esposa Susan y yo soy Elliot Montesco, padre de Paula y Daisy. Tengo entendido que tu nombre es Marc, ¿cierto? —Marc asiente con la cabeza— Pero los problemas no nos han dejado presentarnos como se debe. ¿Cuál es tu nombre? Tranquilo, estoy casi seguro de que Susan no te caerá encima.
—Marc Molander… Mucho gusto, señor Montesco.
—No hay problema en que me trates de Elliot. Me agrada más.
—Molander… —Susan piensa. El apellido le suena de alguna parte— ¿Ascenzo? ¿Por casualidad no eres hijo del abogado y de la periodista?
—Si se refiere a Carlos y a Rose… Sí, lo soy.
— ¿Cómo pudieron tener a un hijo tan torpe? —Se pregunta a sí misma en voz baja. Susan admira a sus padres, era seguidora de Rose y Carlos le parecía un hombre muy limpio. Elliot le da un codazo— Así que eres hijo del reconocido abogado… —Se detiene al recordar algo— ¿Él no es el que…? ¿Tienes un hermano preso? —Elliot vuelve a darle un codazo. Marc se incomoda.
—No tienes que responder esa pregunta.
Por otra parte, las hermanas y Daniela escuchan la conversación.
—Nuestra madre se está pasando de imprudente —Opina Daisy.
—Lo sé. Es tan raro…
—No recuerdo que haya sido así con Diego.
—El poder de la primera impresión.
—Menos mal que Marc es bastante tolerante y paciente, sino ya se habría hartado.
—Y eso no sería un buen punto. Por suerte, mi tío no es tan desesperante como ella.
—Espere —Escuchan a Marc. Al parecer, lo estaban acribillando con un montón de preguntas— No puedo responder tantas preguntas a la vez.
—Bueno… Cuéntanos sobre ti, además de tu torpeza-
— ¡Susan! —Interrumpe— Tranquilo, ignora la última parte.
—Pero… ¿No podrían decirme un tema específico? Así puedo saber qué es lo que quieren que les diga.
— ¿Saben qué? —Paula se harta— Voy a intervenir.
— ¡Paula! ¿Por qué interrumpes?
—Quiero intervenir. ¿De qué hablaban? —Entra decidida.
—Quiero saber sobre el descuidado.
— ¿Puedo decir algo yo? Creo que estás exagerando.
— ¿No me vas a decir que tú no haces lo mismo que yo?
—Sí, pero si veo que las cosas no eran como creí, cambio un poco, y Marc te ha demostrado que no es torpe como lo crees.
— ¿Y lo del perro?
—Eso fue como lo dijo. Pensó que iba a llover.
— ¿Sabes qué es lo que pienso ahora? ¿Más o menos por qué eres tú la que habla, acaso él no tiene lengua?
— ¡Lo que pasa es que lo has intimidado! ¿No lo entiendes? ¡No sabe qué decir para que no lo ataques! Más bien, yo creo que te ha tenido suficiente paciencia.
—No sé qué te ha pasado. ¿Mi chica exigente dónde quedó? —Susan se aleja antes de que Marc lograra decir lo que pensaba.
—Gracias por el intento —Marc le agradece a Paula.
—Admiro tu paciencia y tolerancia. Cualquiera habría explotado —Admite Elliot—Por mi parte, no hay problema contigo… Hablaré con Susan, no sé qué le sucede.
—No se preocupe… —Se queda pensando.
—Elliot.
—Elliot. Ya sabe que tengo mucha paciencia.
—De veras, por más que intente de que me trates de “tú”, tus modales no te dejan y hasta te enredas. En serio, me caes bien.
—Y yo que pensaba que tendría más problemas con el padre.
—No todo es como parece. Te voy a ir adelantando que lo más probable es que mi esposa quiera conocer a tu padre. Para que no te extrañes.
—No hay problema.
—Bueno, creo que se está haciendo tarde. Tengo que irme.
—Hasta luego… Elliot.
—Así se habla, Marc —Se va.
—Oh vamos, tu papá es genial.
—Te dije que él te iba a agradar. Te ganaste su respeto por tu paciencia.
—Se nota, pero tu madre…
—Exagera, lo sé. Es la primera vez que la veo así.
Al día siguiente, Carlos invita a su hijo a su casa desde temprano. Marc llega a las 10 a esa casa enorme para ser de sólo una persona, esa casa de cuartos amplios como para correr sin tropezar con nada, esa casa en la que creció.
—Hoy es que me vienen dando las vacaciones.
—Y supongo que hoy decorarás la casa —Dice al ver varias cajas.
— ¿Por qué crees que te invité?
— ¿Para hablar?
— ¿Qué hiciste ayer?
—Ir al cumpleaños de Paula… Conocí a sus padres.
— ¿Y qué tal?
—Su padre dijo que le agrado, pero su madre…Tuve un accidente con ella y me tachó de torpe.
— ¿Y no le demostraste que no lo eres?
—Lo intenté, pero ella exagera mucho con lo de la primera impresión. Me trata como si Paula fuera Julieta y yo un Montesco, claro, lo que hay en común es su Montesco pero al revés. Ella Montesco y yo sería un Capuleto y no Molander… —Marc intenta comparar.
—Te enredaste, ¿cierto?
—Algo así.
—Pero es por ti y no por la familia.
— ¡Exacto! —Con todo y el enredo, su padre entendió el punto.
— ¿Y qué fue lo que hiciste?
—Tenía una bandeja con vasos de refresco. Cuando me volteé para llevarla a la sala, ella estaba ahí y la choqué.
— ¿¡Eso!? —Ríe— ¿¡En serio!?
—Sí, eso.
— ¡Qué exagerada! —Sigue riendo. Suena el celular de Marc.
— ¿Qué tal? —Atiende.
—Adivina. Mi madre acaba de llamar diciendo que quiere conocer a tu papá —Paula contesta.
—Adivina. Lo tengo al lado.
—Oh, bueno… Ella dice que cualquier momento sirve.
—Hoy no. Decoraremos la casa.
— ¿Qué tal mañana?
—Te llamaré cuando termine. Ahí te aviso, ¿sí?
—Ok, chaíto —Cuelgan.
—Era Paula. Su madre quiere conocerte.
—Preparándome para no cometer errores…
—Más te vale.
— ¿Y para cuándo lo dejaste?
—Eso iba a preguntarte a ti.
—Mañana en la tarde. Como a las 4.
—Comencemos la decoración.
Levantan las cajas y las abren para ir revisando por dónde empezarían. Con una casa grande, necesitaban decorar bastante, así que sería un día largo, pero un día largo interrumpido. El celular de Marc vuelve a repicar, pero esta vez es por un asunto urgente.
—Tengo que salir un momento.
— ¿Qué pasó?
—Leonardo tiene un brote. Regreso al rato.
—Quiero acompañarte.
— ¿¡Qué!? —Casi alcanza a gritarlo— ¿Cómo has dicho?
—Que quiero ir contigo.
—Pero… ¿No es que estás molesto con mi hermano?
—Lo estoy, pero la idea es molestarlo a él.
—Claro… —Marc sigue extrañado— Si tú quieres…
Esta visita va a estar rara y con un aire incómodo. Carlos verá a Leonardo por primera vez en meses, eso podría salir de un montón de modos. Esperan que sea del bueno.
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
Capítulo #15: "Vacaciones Torpes" (Segunda parte).
Al llegar, Marc entra primero.
— ¡Hola!
— ¡AH! —Se asusta, luego ve que es Marc— ¡No hagas eso más nunca! Me asustaste.
— ¿Pero si lo único que hizo fue decir “hola” normalmente?
—Pero lo di- ¿¡Quién dijo eso!?
—Alguien que creo que te sorprenderías al ver.
— ¿Un fantasma? —Supone temeroso.
—Sabes bien que no existen. ¿No conoces mi voz?
—Me parece conocida. Sólo se me ocurre la de- ¿¡Eres papá!?
— ¿Qué tal, Leonardo? —Aparece— Te veo asustado.
— ¿No estabas molesto conmigo? Oh, no me maltrates.
— ¿Cuándo lo he hecho? Y sí, pero ya sabes, épocas navideñas, todo se deja atrás y no quiero estar enfadado con mi hijo.
—No debiste decir eso —Susurra Marc.
— ¿Por qué?
—Sólo espera. Enojo en tres, dos, u-
— ¡Entonces, si no fuera por eso, ¿seguirías enojado?!
— ¿Qué rayos?
—Eso es lo que no sabes sobre alguien impredecible. No cualquier cosa funciona como se cree. Lo que crees que puede calmarlo, realmente podría hacerlo empeorar o cambiar de brote, como ahora.
— ¿¡Por qué no respondes!?
—Calma… ¿Cuál era la pregunta?
—Oh, además de no responder, no me prestas atención. Si no fuera Navidad, ¿seguirías molesto? —Carlos se queda pensando, lo que causa que el enojo de Leo se multiplique— ¿¡Ves!? ¡No saber responder es igual a “seguiría molesto”! ¡Lo que estás haciendo es ser falso! ¡Hacer algo por la época no es lo mismo que por ti mismo!
—Auch, eso me dolió… —Se dice a sí mismo.
— ¡Tal y como a mí me ha dolido tu desinterés por mi vida! —Lo escuchó— Sé que es enojo, pero no para tanto. Sabes de todo lo que me ha pasado y lo único que piensas es “ese chico lo que da es vergüenza. ¿Cómo voy a perdonarle una así? ¡Es una decepción para mí!”, y eso me duele, no sabes cuánto — ¿Estaba molesto o estaba triste?
— ¿De verdad sientes eso?
—No sabes lo horrible que se siente pasar de ser lo mejor, la persona con más oportunidades en la familia, a ser de lo peor de la vida. Y peor es cuando no se tiene ni el apoyo del propio padre —Carlos se queda sin palabras y sólo baja la cabeza— ¿No sabes qué decir? ¿Qué tal? Callé a uno de los mejores abogados del estado, su propio hijo preso sin méritos por ser un enfermo/loco mental. No hace falta que digas algo. Gracias por hacer el intento —Se acuesta y no presta atención.
—No parece el mismo…
—Suerte que no se puso violento.
— ¿De verdad se siente tan mal?
—Hace unos días, se sentía una basura, podrás imaginarte. Y con los brotes todo empeora.
—Leonardo… —Intenta llamar su atención— Leonardo… Hey…
—Sigue molesto o triste, no sé cuál brote tiene.
— ¿Qué hago?
—Háblale. Di lo que ibas a decir.
—Leonardo… Sé que estás molesto y que lo más probable es que no me estés prestando atención, pero…
— ¿Sabes? —Se levanta con otro ánimo, bastante calmado— Hay algo que creo que deberías saber.
— ¿Vas a decirle? —Ambos se extrañan, sobretodo Marc.
—Creo que es lo correcto, pero sólo a él.
— ¿Qué secretean?
—Es una noticia que puede que no te guste mucho —Prepara Leo.
— ¿Qué cosa?
—Si crees que todo lo que me ha pasado es poco… —Respira profundo— Tengo otra enfermedad que no tiene que ver con la impredecibilidad. Esa enfermedad es considerada más que mortal, terminal. Nadie ha logrado sobrevivir a ella… —Piensa— Tengo cardioma desde hace un poco después de entrar aquí. No quería decirle a nadie, sólo a Marc. Por eso no te lo dijo. Me quedan cinco años como máximo.
Finalmente, alguien más se entera de la condición. Carlos se pone más serio sin saber cómo reaccionar. Mucho más tarde, ya de noche incluso, la decoración de esa casa gigante parece estar lista.
— ¡Decoración terminada! —Celebra Marc.
—Quedó bastante bien para ser nosotros los decoradores.
—Cierto —Y tenía razones para decirlo. Quizás Marc tenía aptitudes artísticas y la decoración se le da bien naturalmente, pero sí es un poco desorganizado en esas cosas, y mucho más teniendo a su padre como asistente. Le encanta decorar, mas eso era trabajo de Leo, a él le sale mucho mejor, le da más empeño y más ganas y le divierte más. Por la parte de Carlos, para él sería mucho mejor si no tuviera que decorar nunca, todo le sale mal. Por eso llamó a Marc, porque su casa, por ser la más grande de la familia, es el lugar donde se reúnen durante las celebraciones y por consecuencia, debe ser la mejor decorada.
—Fue un día raro. Quise molestar a Leonardo y terminé enterándome de su condición.
El día siguiente lo esperan más tranquilo. Marc sale a hacer unas cuantas compras navideñas con Paula.
—Así que mis padres están conociendo al tuyo ahora.
—Sí, eso hacen.
— ¿Qué tal si compramos los ingredientes para hacer galletas?
— ¿Y me enseñarás a hacerlas?
— ¿¡No sabes!? ¿¡Nunca has hecho galletas en Navidad!?
—Es que siempre las hacíamos en grupo y el que se sabe la receta de memoria es mi hermano. Yo sólo ayudaba.
—Déjame adivinar. Ayudabas comiendo la masa y las galletas.
—Ehh… Bueeeno…
—Era de esperarse. Te enseñaré si me ayudas y no comiendo. Las haré el 24 temprano, como al mediodía.
—Ok, estaré ahí.
Los novios ya tienen sus planes para la Víspera de Navidad. Compran los ingredientes y discuten sobre la próxima parada.
—Ya compramos los ingredientes. ¿Ahora qué compramos? —Pregunta Marc.
—Decoración.
— ¡Pero si tu casa ya está decorada!
—Quiero decorar un poco más con adornos nuevos.
—Al menos no dejaste eso para el 24.
— ¿Acaso tú hiciste eso alguna vez?
—Hace unos años. Nos ocupamos mucho en otras cosas y el 24 nos dimos cuenta de que no habíamos decorado.
— ¿Y lograron decorar?
—Sabes que la casa de mi papá es enorme, pero sí, aunque terminamos como a las 11 de la noche —Paula ríe un poco— No es gracioso. Los invitados llegaban y tuvimos que turnarnos para atender, cocinar y decorar.
— ¿Y alguno llegó y vio que no estaban listos?
—Por suerte, no. Sabíamos que iba a ir gente y lo que hicimos fue decorar primero la sala y el comedor y luego no dejar entrar a sitios simples. Nos funcionó y no volveremos a hacerlo. Es desesperante.
—Me imagino. Bueno, no sigamos hablando porque sino yo tendré que decorar el 24.
Mientras ellos bromean, Daisy y Daniela están en la cocina de la casa de Paula sin nada que hacer.
— ¿Qué hacemos?
— ¿Hay chocolate caliente?
—Creo que sí pero a Paula no le va a agradar que se lo gastemos… —Daisy se da cuenta de lo que dijo, se levanta y va directo a donde está guardado— ¿Qué importa?
—Volviendo a viejos tiempos. ¿Qué traerá ella?
—Creo que fue a comprar adornos, ingredientes para hacer las galletas y regalos. Se fue con Marc.
—Así que ya sabemos que no comprará su regalo.
—Cambiando de tema, ¿verdad que es raro que de la nada haya conocido a todos tus amigos del colegio? —Comienza a preparar el chocolate.
—No a todos, pero sí, es raro.
— ¿No a todos? ¿Aun faltan?
—Faltan dos.
—Pero ya conocí a los que te caen mejor, ¿no?
—Uno de los que faltan es del que te hablaba a cada rato. Mi mejor amigo.
—Me acuerdo de que me hablabas mucho de uno de tus amigos pero no recuerdo su nombre. ¿Por qué no lo conozco?
—Está fuera de la ciudad —Pensó antes de hablar.
— ¿Es el que tuvo el honor del “último primero”?
—Ese mismo. Es gracioso, fue el último primero del curso y su cumpleaños es en el último primero del año.
—Último primero al doble.
— ¿Cómo va el chocolate?
—A mitad de camino.
Unos minutos después, Marc llega a la casa con varias bolsas. Descubre a las chicas terminando de beber sus tazas.
— ¿Y ustedes por qué hicieron chocolate caliente sin avisarme ni darme? Ni me llamaron.
—No pensábamos que vinieras. Habías salido con Paula —Explica Daniela.
—Había. Me mandó a traer las cosas acá.
—Entonces sí comprará los regalos hoy.
—Por eso me mandó. Ahora, ¿quedó chocolate? —Daisy responde yendo a la cocina y sacando la bolsa del chocolate y la jarra de leche— Muy graciosa. El chocolate en polvo y la leche.
—Si quieres chocolate, háztelo.
—Hay problemas. No sabe —Advierte Daniela.
— ¿¡No sabes!?
—De milagro no sé cómo hacer un sándwich.
—No sabe nada de cocina.
—Ya veo. Marc, en el empaque del chocolate sale cómo hacerlo.
—Ok. Si hago un desastre, lo advertí.
— ¿Es tanto así?
—En serio. No sé cómo hará ahora. Accidente en-
— ¡Ah! —Daniela no empezó a contar cuando ya escucharon a Marc quejándose.
— ¿Qué te pasó?
—Te va a parecer estúpido, pero me quemé.
— ¿¡Qué!? ¿¡Más o menos!?
—Ya entiendo por qué mi mamá nunca me dejó acercarme a la cocina encendida.
—Menos mal que mi mamá no está aquí. Terminaría de asegurarse de tu torpeza.
—Oh sí, menos mal que está conociendo a mi papá.
—Déjame ver cuánto te quemaste.
—No me toques las manos, ¡me arden!
—Pero al menos déjame verlas —Marc le muestra sus manos a Daisy— ¿No puedes mover los dedos?
—Los quemados no.
—Es normal… En un rato sí podrás.
—Y con “un rato” quiere decir como mañana.
—Genial. No podré manejar así.
—De eso no hay duda. ¿Cómo te quemaste?
—Quise agarrar el pote de agua caliente y me olvidé de los guantes. El resto aquí se ve.
— ¡Te quemaste hasta los nudillos!
— ¿No creen que deberían ponerme algo?
—Paula no tiene nada para quemaduras.
— ¿No puedes usar pasta dental?
—Eso no funciona.
— ¿¡Y no pueden ir a comprar una crema para quemaduras!? —El ardor lo está desesperando.
—Buscaré una —Daisy va.
Más tarde, Marc es llevado por Daniela a la casa de Alex.
— ¿Y por qué te trajo…? —Matías ve sus manos— ¿¡Qué te hiciste!?
—Ni lo preguntes.
—Se quemó haciendo chocolate caliente. Tuve que traerlo porque no puede mover los dedos y tenía que manejar.
—Creo que deberías ir aprendiendo a cocinar con cuidado.
— ¿Cómo? ¡Si apenas sabe cocinar sin cuidado! —Matías bromea.
— ¡Estoy aquí! —Le desagrada.
—Tengo que irme, ¡chao! —Daniela se marcha y Rex se acerca a su dueño.
—Rex, por favor no… —Rex se acurruca a su lado como si pidiendo ser acariciado— No puedo hacerte nada.
—Quiere que lo saludes.
—Mañana. Mis manos me arden —Suena su celular. Ve que es el número del vigilante— ¡No me digas!
—Es el tuyo.
—No, no digo eso. Hablo de quien llama.
— ¿Te llevo? —Ofrece Matías.
—Adelante.
Matías lleva a Marc, mas se queda afuera a esperarlo.
— ¿Qué te pasó en las manos?
— ¿Te acuerdas por qué siempre te mandaba a cocinar?
—Porque no sabes.
— ¿Por qué siempre fuiste el que hacía chocolate caliente? —Cambia la pregunta al no agradarle la respuesta.
— ¿Te quemaste por olvidarte de los guantes?
—Exacto… Te veo normal.
—Se me quitó el brote antes de que llegaras.
—Genial. No iba a venir por lo de mis manos y Matías tuvo que traerme.
Decide aprovechar su presencia para conversar con Leonardo un rato no muy largo porque había dejado a Matías esperando afuera. Las bromas por su manera de quemarse se extendieron por toda la semana, incluso el 24 cuando fue a hacer las galletas con Paula, ella siguió recordando su accidente. No probó las galletas ese día porque las hornearía en la cena familiar, pero de todos modos le guardaría una tanda especial para ellos dos. De noche, en la cena navideña de la pequeña familia Molander, Marc se ve imposibilitado de permanecer la noche entera, pues casi a las 11 recibe una llamada de emergencia, por lo que se va lo más pronto posible para poder regresar antes de las 12. La llamada fue del vigilante, Leo estaba presentando síntomas. “¿Cómo puede ser que le dé uno tan tarde y justo hoy?” es el pensamiento de Marc.
—No… No pensé que… vinieras —Un Leonardo con una respiración irregular lo recibe.
— ¿Qué te pasó?
—Me cuesta… respirar.
—Tranquilízate un poco-
— ¿¡Cómo!? ¡Siento asfixia!
—Si tratas de respirar un poco más calmado, quizás no.
— ¡Aire! —Exclama al intentarlo— Necesito… aire. Tu idea me… hizo sentir peor.
— ¿Cómo te empezó?
—Estaba durmiendo. Me desperté por esto… y me siento mal… No fue mi intención… despertarte.
— ¿Despertarme? ¿Qué día crees que es? ¡Es 24!
—Entonces… No quise dañar la… celebración y no quiero… arruinarles la Navidad si me… si me da lo peor… no quiero volver a arruinar la época… como hace 15 años —Leonardo estuvo hospitalizado unas vacaciones navideñas enteras cuando tenía cinco años.
—No vas a arruinar nada —Brote de tristeza y asfixia. ¿Qué puede ser peor? Piensa ahora Marc. Leo pierde el conocimiento en ese momento. Ya tengo respuesta.
Ya casi a las 12, Marc logra regresar a la casa de su padre, justo a tiempo para celebrar la llegada de la Navidad.
—Llegas justo a tiempo —Su papá dice.
— ¿Y los demás?
—En el patio — ¿Cómo no los vio? Marc debía seguir algo consternado— ¿Cuál fue tu urgencia? —Su excusa al irse fue esa, y sólo se lo avisó a su padre. Su abuelo y demás familiares no se enteraron, sólo notaron su repentina partida.
—Leonardo tuvo otro paro raro.
— ¿Y qué tal está?
—Está bien.
—Qué mal 24 para él.
Dejan de hablar para unirse a la familia. Si seguían hablando en privado, algo sospecharían pronto y toda la familia, por pocas personas que fueran sus integrantes, se enteraría y esa no era la idea, menos para un día como ese.
El 25, Paula le entrega su ración de galletas debida a Marc, felicitándolo pues quedaron muy bien para haber sido él uno de los cocineros. Mientras tanto, Leo está por experimentar lo que es una Navidad en prisión… ¿O no?
— ¿Por qué tan solo? —Leonardo se estremece con sólo oír esa voz, la reconoce de inmediato y eso no era de quererse. Primero oculta su temor, luego voltea y ve a quienes no quería volver a ver jamás en su vida.
— ¡Ustedes! —Exclama con disgusto.
— ¿Te sorprende o alegra vernos? Por si no lo sabías, ya podemos andar por aquí como antes.
—Ya me di cuenta.
—Buen regalo de Navidad, ¿no lo crees?
—Grandioso —Responde con sarcasmo— ¿Vinieron a saludarme o tienen algo planeado?
— ¿Por qué malinterpretas nuestras acciones? No siempre tenemos que hacer algo malo.
—Bueno… Entonces supongo que puedo entrar aquí sin preocuparme —Leonardo entra al gimnasio. Mala idea.
— ¿Hacemos que se preocupe?
—Tenemos días sin divertirnos. Hagamos que parezca un accidente.
—Será algo fácil.
Jason y Joseph entran y comenzaron a poner su plan en marcha. Leo no está pendiente. No se percata de su presencia hasta ser golpeado “accidentalmente” con una de las pelotas del gimnasio. Aunque el plan no salió como lo esperaban.
— ¿Le dimos tan fuerte así?
— ¿Qué es lo que hicieron? —Escuchan una voz de hombre cerca de ellos.
— ¿Quién dijo eso?
—Una voz que pensó que no se olvidarían de ella tan fácilmente —La escuchan más de cerca y logran identificarla, sorprendiéndose— ¿Ya saben quién soy? La misma voz que ayudó a traerlos aquí, y veo que no han aprendido nada en estos dos años.
—No es lo que crees que parece.
— ¿Ah no? —Ven a Carlos acercarse, molesto— ¡Entonces, explíquenme lo que mis ojos acaban de ver!
—Cálmese, no es tan grave.
— ¿¡Qué no es tan grave!? ¿¡Les parece que golpear a una persona con una pelota de esas para derribarla y hacer que se golpee la cabeza con el BORDE de la mesa es algo inofensivo!? —Su tono de voz aumenta cada vez más. No dicen nada— ¡No nací ayer! ¡Sé que esto lo hicieron a propósito!
— ¡Claro que no! Sólo estábamos practicando con la pelota pero parece que perdimos la costumbre y la pelota lo golpeó. Sólo eso.
— ¿Creen que me creeré ese cuento?
— ¡Calma! ¿Por qué tanto alarme?
—Esta persona a la que posiblemente han intentado matar más de una vez es mi hijo.
— ¡No sabíamos nada!
— ¿Cómo puede ser que un abogado de su nivel tenga a un hijo preso? Es increíble —Ambos actúan terriblemente.
—Como actores, no sirven. ¡Sí lo sabían! ¿Acaban de terminar su castigo hace unas horas y ya volverán a él? Parecen unos niños malcriados. ¡Vigilante! Lléveselos a sus celdas —El vigilante se encarga de llevarse a los hermanos a sus celdas. Carlos lleva a Leonardo a la enfermería esperando que estuviese bien.
— ¿Qué me pasó? ¿Por qué tengo esto en la cabeza? —Leo despierta desorientado.
—El par de siempre. Estabas en el gimnasio, te tiraron una pelota y te golpeaste con el borde de la mesa.
—Yo no recuerdo nada —Dice extrañado.
—El golpe fue un poco fuerte, por eso.
— ¿Y eso que estabas aquí?
—Vine para ver cómo seguías del paro de ayer. Marc estaba en mi casa cuando lo llamaron. Y… ¿feliz? Navidad.
—Feliz Navidad de verdad para ti.
Fin del Capítulo #15.
Al llegar, Marc entra primero.
— ¡Hola!
— ¡AH! —Se asusta, luego ve que es Marc— ¡No hagas eso más nunca! Me asustaste.
— ¿Pero si lo único que hizo fue decir “hola” normalmente?
—Pero lo di- ¿¡Quién dijo eso!?
—Alguien que creo que te sorprenderías al ver.
— ¿Un fantasma? —Supone temeroso.
—Sabes bien que no existen. ¿No conoces mi voz?
—Me parece conocida. Sólo se me ocurre la de- ¿¡Eres papá!?
— ¿Qué tal, Leonardo? —Aparece— Te veo asustado.
— ¿No estabas molesto conmigo? Oh, no me maltrates.
— ¿Cuándo lo he hecho? Y sí, pero ya sabes, épocas navideñas, todo se deja atrás y no quiero estar enfadado con mi hijo.
—No debiste decir eso —Susurra Marc.
— ¿Por qué?
—Sólo espera. Enojo en tres, dos, u-
— ¡Entonces, si no fuera por eso, ¿seguirías enojado?!
— ¿Qué rayos?
—Eso es lo que no sabes sobre alguien impredecible. No cualquier cosa funciona como se cree. Lo que crees que puede calmarlo, realmente podría hacerlo empeorar o cambiar de brote, como ahora.
— ¿¡Por qué no respondes!?
—Calma… ¿Cuál era la pregunta?
—Oh, además de no responder, no me prestas atención. Si no fuera Navidad, ¿seguirías molesto? —Carlos se queda pensando, lo que causa que el enojo de Leo se multiplique— ¿¡Ves!? ¡No saber responder es igual a “seguiría molesto”! ¡Lo que estás haciendo es ser falso! ¡Hacer algo por la época no es lo mismo que por ti mismo!
—Auch, eso me dolió… —Se dice a sí mismo.
— ¡Tal y como a mí me ha dolido tu desinterés por mi vida! —Lo escuchó— Sé que es enojo, pero no para tanto. Sabes de todo lo que me ha pasado y lo único que piensas es “ese chico lo que da es vergüenza. ¿Cómo voy a perdonarle una así? ¡Es una decepción para mí!”, y eso me duele, no sabes cuánto — ¿Estaba molesto o estaba triste?
— ¿De verdad sientes eso?
—No sabes lo horrible que se siente pasar de ser lo mejor, la persona con más oportunidades en la familia, a ser de lo peor de la vida. Y peor es cuando no se tiene ni el apoyo del propio padre —Carlos se queda sin palabras y sólo baja la cabeza— ¿No sabes qué decir? ¿Qué tal? Callé a uno de los mejores abogados del estado, su propio hijo preso sin méritos por ser un enfermo/loco mental. No hace falta que digas algo. Gracias por hacer el intento —Se acuesta y no presta atención.
—No parece el mismo…
—Suerte que no se puso violento.
— ¿De verdad se siente tan mal?
—Hace unos días, se sentía una basura, podrás imaginarte. Y con los brotes todo empeora.
—Leonardo… —Intenta llamar su atención— Leonardo… Hey…
—Sigue molesto o triste, no sé cuál brote tiene.
— ¿Qué hago?
—Háblale. Di lo que ibas a decir.
—Leonardo… Sé que estás molesto y que lo más probable es que no me estés prestando atención, pero…
— ¿Sabes? —Se levanta con otro ánimo, bastante calmado— Hay algo que creo que deberías saber.
— ¿Vas a decirle? —Ambos se extrañan, sobretodo Marc.
—Creo que es lo correcto, pero sólo a él.
— ¿Qué secretean?
—Es una noticia que puede que no te guste mucho —Prepara Leo.
— ¿Qué cosa?
—Si crees que todo lo que me ha pasado es poco… —Respira profundo— Tengo otra enfermedad que no tiene que ver con la impredecibilidad. Esa enfermedad es considerada más que mortal, terminal. Nadie ha logrado sobrevivir a ella… —Piensa— Tengo cardioma desde hace un poco después de entrar aquí. No quería decirle a nadie, sólo a Marc. Por eso no te lo dijo. Me quedan cinco años como máximo.
Finalmente, alguien más se entera de la condición. Carlos se pone más serio sin saber cómo reaccionar. Mucho más tarde, ya de noche incluso, la decoración de esa casa gigante parece estar lista.
— ¡Decoración terminada! —Celebra Marc.
—Quedó bastante bien para ser nosotros los decoradores.
—Cierto —Y tenía razones para decirlo. Quizás Marc tenía aptitudes artísticas y la decoración se le da bien naturalmente, pero sí es un poco desorganizado en esas cosas, y mucho más teniendo a su padre como asistente. Le encanta decorar, mas eso era trabajo de Leo, a él le sale mucho mejor, le da más empeño y más ganas y le divierte más. Por la parte de Carlos, para él sería mucho mejor si no tuviera que decorar nunca, todo le sale mal. Por eso llamó a Marc, porque su casa, por ser la más grande de la familia, es el lugar donde se reúnen durante las celebraciones y por consecuencia, debe ser la mejor decorada.
—Fue un día raro. Quise molestar a Leonardo y terminé enterándome de su condición.
El día siguiente lo esperan más tranquilo. Marc sale a hacer unas cuantas compras navideñas con Paula.
—Así que mis padres están conociendo al tuyo ahora.
—Sí, eso hacen.
— ¿Qué tal si compramos los ingredientes para hacer galletas?
— ¿Y me enseñarás a hacerlas?
— ¿¡No sabes!? ¿¡Nunca has hecho galletas en Navidad!?
—Es que siempre las hacíamos en grupo y el que se sabe la receta de memoria es mi hermano. Yo sólo ayudaba.
—Déjame adivinar. Ayudabas comiendo la masa y las galletas.
—Ehh… Bueeeno…
—Era de esperarse. Te enseñaré si me ayudas y no comiendo. Las haré el 24 temprano, como al mediodía.
—Ok, estaré ahí.
Los novios ya tienen sus planes para la Víspera de Navidad. Compran los ingredientes y discuten sobre la próxima parada.
—Ya compramos los ingredientes. ¿Ahora qué compramos? —Pregunta Marc.
—Decoración.
— ¡Pero si tu casa ya está decorada!
—Quiero decorar un poco más con adornos nuevos.
—Al menos no dejaste eso para el 24.
— ¿Acaso tú hiciste eso alguna vez?
—Hace unos años. Nos ocupamos mucho en otras cosas y el 24 nos dimos cuenta de que no habíamos decorado.
— ¿Y lograron decorar?
—Sabes que la casa de mi papá es enorme, pero sí, aunque terminamos como a las 11 de la noche —Paula ríe un poco— No es gracioso. Los invitados llegaban y tuvimos que turnarnos para atender, cocinar y decorar.
— ¿Y alguno llegó y vio que no estaban listos?
—Por suerte, no. Sabíamos que iba a ir gente y lo que hicimos fue decorar primero la sala y el comedor y luego no dejar entrar a sitios simples. Nos funcionó y no volveremos a hacerlo. Es desesperante.
—Me imagino. Bueno, no sigamos hablando porque sino yo tendré que decorar el 24.
Mientras ellos bromean, Daisy y Daniela están en la cocina de la casa de Paula sin nada que hacer.
— ¿Qué hacemos?
— ¿Hay chocolate caliente?
—Creo que sí pero a Paula no le va a agradar que se lo gastemos… —Daisy se da cuenta de lo que dijo, se levanta y va directo a donde está guardado— ¿Qué importa?
—Volviendo a viejos tiempos. ¿Qué traerá ella?
—Creo que fue a comprar adornos, ingredientes para hacer las galletas y regalos. Se fue con Marc.
—Así que ya sabemos que no comprará su regalo.
—Cambiando de tema, ¿verdad que es raro que de la nada haya conocido a todos tus amigos del colegio? —Comienza a preparar el chocolate.
—No a todos, pero sí, es raro.
— ¿No a todos? ¿Aun faltan?
—Faltan dos.
—Pero ya conocí a los que te caen mejor, ¿no?
—Uno de los que faltan es del que te hablaba a cada rato. Mi mejor amigo.
—Me acuerdo de que me hablabas mucho de uno de tus amigos pero no recuerdo su nombre. ¿Por qué no lo conozco?
—Está fuera de la ciudad —Pensó antes de hablar.
— ¿Es el que tuvo el honor del “último primero”?
—Ese mismo. Es gracioso, fue el último primero del curso y su cumpleaños es en el último primero del año.
—Último primero al doble.
— ¿Cómo va el chocolate?
—A mitad de camino.
Unos minutos después, Marc llega a la casa con varias bolsas. Descubre a las chicas terminando de beber sus tazas.
— ¿Y ustedes por qué hicieron chocolate caliente sin avisarme ni darme? Ni me llamaron.
—No pensábamos que vinieras. Habías salido con Paula —Explica Daniela.
—Había. Me mandó a traer las cosas acá.
—Entonces sí comprará los regalos hoy.
—Por eso me mandó. Ahora, ¿quedó chocolate? —Daisy responde yendo a la cocina y sacando la bolsa del chocolate y la jarra de leche— Muy graciosa. El chocolate en polvo y la leche.
—Si quieres chocolate, háztelo.
—Hay problemas. No sabe —Advierte Daniela.
— ¿¡No sabes!?
—De milagro no sé cómo hacer un sándwich.
—No sabe nada de cocina.
—Ya veo. Marc, en el empaque del chocolate sale cómo hacerlo.
—Ok. Si hago un desastre, lo advertí.
— ¿Es tanto así?
—En serio. No sé cómo hará ahora. Accidente en-
— ¡Ah! —Daniela no empezó a contar cuando ya escucharon a Marc quejándose.
— ¿Qué te pasó?
—Te va a parecer estúpido, pero me quemé.
— ¿¡Qué!? ¿¡Más o menos!?
—Ya entiendo por qué mi mamá nunca me dejó acercarme a la cocina encendida.
—Menos mal que mi mamá no está aquí. Terminaría de asegurarse de tu torpeza.
—Oh sí, menos mal que está conociendo a mi papá.
—Déjame ver cuánto te quemaste.
—No me toques las manos, ¡me arden!
—Pero al menos déjame verlas —Marc le muestra sus manos a Daisy— ¿No puedes mover los dedos?
—Los quemados no.
—Es normal… En un rato sí podrás.
—Y con “un rato” quiere decir como mañana.
—Genial. No podré manejar así.
—De eso no hay duda. ¿Cómo te quemaste?
—Quise agarrar el pote de agua caliente y me olvidé de los guantes. El resto aquí se ve.
— ¡Te quemaste hasta los nudillos!
— ¿No creen que deberían ponerme algo?
—Paula no tiene nada para quemaduras.
— ¿No puedes usar pasta dental?
—Eso no funciona.
— ¿¡Y no pueden ir a comprar una crema para quemaduras!? —El ardor lo está desesperando.
—Buscaré una —Daisy va.
Más tarde, Marc es llevado por Daniela a la casa de Alex.
— ¿Y por qué te trajo…? —Matías ve sus manos— ¿¡Qué te hiciste!?
—Ni lo preguntes.
—Se quemó haciendo chocolate caliente. Tuve que traerlo porque no puede mover los dedos y tenía que manejar.
—Creo que deberías ir aprendiendo a cocinar con cuidado.
— ¿Cómo? ¡Si apenas sabe cocinar sin cuidado! —Matías bromea.
— ¡Estoy aquí! —Le desagrada.
—Tengo que irme, ¡chao! —Daniela se marcha y Rex se acerca a su dueño.
—Rex, por favor no… —Rex se acurruca a su lado como si pidiendo ser acariciado— No puedo hacerte nada.
—Quiere que lo saludes.
—Mañana. Mis manos me arden —Suena su celular. Ve que es el número del vigilante— ¡No me digas!
—Es el tuyo.
—No, no digo eso. Hablo de quien llama.
— ¿Te llevo? —Ofrece Matías.
—Adelante.
Matías lleva a Marc, mas se queda afuera a esperarlo.
— ¿Qué te pasó en las manos?
— ¿Te acuerdas por qué siempre te mandaba a cocinar?
—Porque no sabes.
— ¿Por qué siempre fuiste el que hacía chocolate caliente? —Cambia la pregunta al no agradarle la respuesta.
— ¿Te quemaste por olvidarte de los guantes?
—Exacto… Te veo normal.
—Se me quitó el brote antes de que llegaras.
—Genial. No iba a venir por lo de mis manos y Matías tuvo que traerme.
Decide aprovechar su presencia para conversar con Leonardo un rato no muy largo porque había dejado a Matías esperando afuera. Las bromas por su manera de quemarse se extendieron por toda la semana, incluso el 24 cuando fue a hacer las galletas con Paula, ella siguió recordando su accidente. No probó las galletas ese día porque las hornearía en la cena familiar, pero de todos modos le guardaría una tanda especial para ellos dos. De noche, en la cena navideña de la pequeña familia Molander, Marc se ve imposibilitado de permanecer la noche entera, pues casi a las 11 recibe una llamada de emergencia, por lo que se va lo más pronto posible para poder regresar antes de las 12. La llamada fue del vigilante, Leo estaba presentando síntomas. “¿Cómo puede ser que le dé uno tan tarde y justo hoy?” es el pensamiento de Marc.
—No… No pensé que… vinieras —Un Leonardo con una respiración irregular lo recibe.
— ¿Qué te pasó?
—Me cuesta… respirar.
—Tranquilízate un poco-
— ¿¡Cómo!? ¡Siento asfixia!
—Si tratas de respirar un poco más calmado, quizás no.
— ¡Aire! —Exclama al intentarlo— Necesito… aire. Tu idea me… hizo sentir peor.
— ¿Cómo te empezó?
—Estaba durmiendo. Me desperté por esto… y me siento mal… No fue mi intención… despertarte.
— ¿Despertarme? ¿Qué día crees que es? ¡Es 24!
—Entonces… No quise dañar la… celebración y no quiero… arruinarles la Navidad si me… si me da lo peor… no quiero volver a arruinar la época… como hace 15 años —Leonardo estuvo hospitalizado unas vacaciones navideñas enteras cuando tenía cinco años.
—No vas a arruinar nada —Brote de tristeza y asfixia. ¿Qué puede ser peor? Piensa ahora Marc. Leo pierde el conocimiento en ese momento. Ya tengo respuesta.
Ya casi a las 12, Marc logra regresar a la casa de su padre, justo a tiempo para celebrar la llegada de la Navidad.
—Llegas justo a tiempo —Su papá dice.
— ¿Y los demás?
—En el patio — ¿Cómo no los vio? Marc debía seguir algo consternado— ¿Cuál fue tu urgencia? —Su excusa al irse fue esa, y sólo se lo avisó a su padre. Su abuelo y demás familiares no se enteraron, sólo notaron su repentina partida.
—Leonardo tuvo otro paro raro.
— ¿Y qué tal está?
—Está bien.
—Qué mal 24 para él.
Dejan de hablar para unirse a la familia. Si seguían hablando en privado, algo sospecharían pronto y toda la familia, por pocas personas que fueran sus integrantes, se enteraría y esa no era la idea, menos para un día como ese.
El 25, Paula le entrega su ración de galletas debida a Marc, felicitándolo pues quedaron muy bien para haber sido él uno de los cocineros. Mientras tanto, Leo está por experimentar lo que es una Navidad en prisión… ¿O no?
— ¿Por qué tan solo? —Leonardo se estremece con sólo oír esa voz, la reconoce de inmediato y eso no era de quererse. Primero oculta su temor, luego voltea y ve a quienes no quería volver a ver jamás en su vida.
— ¡Ustedes! —Exclama con disgusto.
— ¿Te sorprende o alegra vernos? Por si no lo sabías, ya podemos andar por aquí como antes.
—Ya me di cuenta.
—Buen regalo de Navidad, ¿no lo crees?
—Grandioso —Responde con sarcasmo— ¿Vinieron a saludarme o tienen algo planeado?
— ¿Por qué malinterpretas nuestras acciones? No siempre tenemos que hacer algo malo.
—Bueno… Entonces supongo que puedo entrar aquí sin preocuparme —Leonardo entra al gimnasio. Mala idea.
— ¿Hacemos que se preocupe?
—Tenemos días sin divertirnos. Hagamos que parezca un accidente.
—Será algo fácil.
Jason y Joseph entran y comenzaron a poner su plan en marcha. Leo no está pendiente. No se percata de su presencia hasta ser golpeado “accidentalmente” con una de las pelotas del gimnasio. Aunque el plan no salió como lo esperaban.
— ¿Le dimos tan fuerte así?
— ¿Qué es lo que hicieron? —Escuchan una voz de hombre cerca de ellos.
— ¿Quién dijo eso?
—Una voz que pensó que no se olvidarían de ella tan fácilmente —La escuchan más de cerca y logran identificarla, sorprendiéndose— ¿Ya saben quién soy? La misma voz que ayudó a traerlos aquí, y veo que no han aprendido nada en estos dos años.
—No es lo que crees que parece.
— ¿Ah no? —Ven a Carlos acercarse, molesto— ¡Entonces, explíquenme lo que mis ojos acaban de ver!
—Cálmese, no es tan grave.
— ¿¡Qué no es tan grave!? ¿¡Les parece que golpear a una persona con una pelota de esas para derribarla y hacer que se golpee la cabeza con el BORDE de la mesa es algo inofensivo!? —Su tono de voz aumenta cada vez más. No dicen nada— ¡No nací ayer! ¡Sé que esto lo hicieron a propósito!
— ¡Claro que no! Sólo estábamos practicando con la pelota pero parece que perdimos la costumbre y la pelota lo golpeó. Sólo eso.
— ¿Creen que me creeré ese cuento?
— ¡Calma! ¿Por qué tanto alarme?
—Esta persona a la que posiblemente han intentado matar más de una vez es mi hijo.
— ¡No sabíamos nada!
— ¿Cómo puede ser que un abogado de su nivel tenga a un hijo preso? Es increíble —Ambos actúan terriblemente.
—Como actores, no sirven. ¡Sí lo sabían! ¿Acaban de terminar su castigo hace unas horas y ya volverán a él? Parecen unos niños malcriados. ¡Vigilante! Lléveselos a sus celdas —El vigilante se encarga de llevarse a los hermanos a sus celdas. Carlos lleva a Leonardo a la enfermería esperando que estuviese bien.
— ¿Qué me pasó? ¿Por qué tengo esto en la cabeza? —Leo despierta desorientado.
—El par de siempre. Estabas en el gimnasio, te tiraron una pelota y te golpeaste con el borde de la mesa.
—Yo no recuerdo nada —Dice extrañado.
—El golpe fue un poco fuerte, por eso.
— ¿Y eso que estabas aquí?
—Vine para ver cómo seguías del paro de ayer. Marc estaba en mi casa cuando lo llamaron. Y… ¿feliz? Navidad.
—Feliz Navidad de verdad para ti.
Fin del Capítulo #15.
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
ai creo que a sido mi cap favorito!
ha estado genial ya quiero ver el que publicaras el 25
amo el hambre que siempre esta en matias, ah solo e fijaba en eso
estoy desde el cel y escribiria un gran testamento sobre todo el cap pero me cuesta por eso este comentario ha de ser con errores y corto :c maldito cel
porfis publica pronto!
ha estado genial ya quiero ver el que publicaras el 25
amo el hambre que siempre esta en matias, ah solo e fijaba en eso
estoy desde el cel y escribiria un gran testamento sobre todo el cap pero me cuesta por eso este comentario ha de ser con errores y corto :c maldito cel
porfis publica pronto!
Emily Rawson
Re: Más Que Cosas De Policías
Oh, ahora entiendo el comentario todo serio .-.Emily Rawson escribió:ai creo que a sido mi cap favorito!
ha estado genial ya quiero ver el que publicaras el 25
amo el hambre que siempre esta en matias, ah solo e fijaba en eso
estoy desde el cel y escribiria un gran testamento sobre todo el cap pero me cuesta por eso este comentario ha de ser con errores y corto :c maldito cel
porfis publica pronto!
HEY, SE ACOMODÓ LA OPCIÓN DE CITAR!
Bueno, como sigo con mi idea de publicar el 25 (tipo regalito de Navidad ), lo más pronto que quizás publicaría, y ahora que lo pienso me gusta la idea y la aplicaré, será la primera mitad el 24 y la segunda el 25! Es que es otro de mis capítulos favoritos porque es otro flashback y se ubica justamente entre el 15/12 y el Día de Reyes, así que es como perfecto para publicarlo en Navidad. No recuerdo qué tan largo me quedó, pero estoy segura de que se pasa de las 23 páginas que suele aceptarme esto de una sola y por eso es que subo de 15 en 15 los capítulos.
Yo ahorita estoy de lo más entretenida poniendo chulo mi perfil Estoy buscando de todo para ver, como verás, cambié mi avatar, era la foto que quería originalmente y al fin logré ponerla dentro de las dimensiones del foro.
Este capítulo era una locura al inicio, lo modifiqué bastante, porque como está ubicada en Miami, para el momento que escribí esto pensaba que nevaba en Miami, pero NO! MIAMI ES LA CIUDAD DEL SOL O ALGO ASÍ, ASÍ QUE SÓLO HA NEVADO UNA VEZ Y LA NIEVE SE DERRITIÓ APENAS CAYÓ! Incluso el capítulo se llamaba "Vacaciones Blancas, Hechos Torpes", quité lo del medio, modifiqué lo del frío por nieve a una posible lluvia en la parte de Rex y eliminé una pelea de bolas de nieve, listo
Oh sí, escribir en un cel es de lo peor. Me imagino que debe ser parecido como desde el iPod que es desde donde he intentado, es UN FASTIDIO! Aunque una vez ni me di cuenta y puse el gran testamento con un montón de emoticones y toda la broma desde ahí Dejé de hacerlo cuando comenzaba a salirse del internet por sí solo sin razón alguna y se borraba todo -.-
No sé cómo es que puedo hablar tanto, siempre pienso que voy a responder corto y termino testamentizando, es que me gusta decir cómo planeo seguir y de dónde salió el capítulo que están comentando :fiu:
Ahora seguiré en mi loquera de chulear todo, :bye:
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
SÍ! El citar ha sido arreglado *baila seximente*Angelacpm escribió:Oh, ahora entiendo el comentario todo serio .-.Emily Rawson escribió:ai creo que a sido mi cap favorito!
ha estado genial ya quiero ver el que publicaras el 25
amo el hambre que siempre esta en matias, ah solo e fijaba en eso
estoy desde el cel y escribiria un gran testamento sobre todo el cap pero me cuesta por eso este comentario ha de ser con errores y corto :c maldito cel
porfis publica pronto!
HEY, SE ACOMODÓ LA OPCIÓN DE CITAR!
Bueno, como sigo con mi idea de publicar el 25 (tipo regalito de Navidad ), lo más pronto que quizás publicaría, y ahora que lo pienso me gusta la idea y la aplicaré, será la primera mitad el 24 y la segunda el 25! Es que es otro de mis capítulos favoritos porque es otro flashback y se ubica justamente entre el 15/12 y el Día de Reyes, así que es como perfecto para publicarlo en Navidad. No recuerdo qué tan largo me quedó, pero estoy segura de que se pasa de las 23 páginas que suele aceptarme esto de una sola y por eso es que subo de 15 en 15 los capítulos.
Yo ahorita estoy de lo más entretenida poniendo chulo mi perfil Estoy buscando de todo para ver, como verás, cambié mi avatar, era la foto que quería originalmente y al fin logré ponerla dentro de las dimensiones del foro.
Este capítulo era una locura al inicio, lo modifiqué bastante, porque como está ubicada en Miami, para el momento que escribí esto pensaba que nevaba en Miami, pero NO! MIAMI ES LA CIUDAD DEL SOL O ALGO ASÍ, ASÍ QUE SÓLO HA NEVADO UNA VEZ Y LA NIEVE SE DERRITIÓ APENAS CAYÓ! Incluso el capítulo se llamaba "Vacaciones Blancas, Hechos Torpes", quité lo del medio, modifiqué lo del frío por nieve a una posible lluvia en la parte de Rex y eliminé una pelea de bolas de nieve, listo
Oh sí, escribir en un cel es de lo peor. Me imagino que debe ser parecido como desde el iPod que es desde donde he intentado, es UN FASTIDIO! Aunque una vez ni me di cuenta y puse el gran testamento con un montón de emoticones y toda la broma desde ahí Dejé de hacerlo cuando comenzaba a salirse del internet por sí solo sin razón alguna y se borraba todo -.-
No sé cómo es que puedo hablar tanto, siempre pienso que voy a responder corto y termino testamentizando, es que me gusta decir cómo planeo seguir y de dónde salió el capítulo que están comentando :fiu:
Ahora seguiré en mi loquera de chulear todo, :bye:
Habrás modificado bastante el capítulo, pero te ha quedado PER-FEC-TO.
Ai sí sería genial esa idea del 25 capítulo navideño :D amo los especiales! Espero leerlo pronto ya que será mi último día con internet, bueno, viajes, vacaciones y eso me hacen estar -a veces- poco conectada. Se me hará complicado leer y publicar.
Vi la modificación de tu firma y todo, hasta haz puesto mi novela :') que tierna gracias, una pregunta, como haces para enlazar la nove con el link? Hasta los links tienen colores :O te ha quedado genial todo. Me encanta :3
No te imaginas el lío que es escribir por celular, es horrible, no me deja borrar bien veo todo en letra miniatura, además que por mi cel no lo veo formato mensaje que escribo rapidísimo, al contrario, se escribe una letra por minuto. Es un milagro poder escribir un testamento de palabras como los que suelo hacer -.-
Me encanta que expliques como te inspiras y todo lo que hiciste para escribir maravilloso capítulo, es genial :$
Bueno, notese la diferencia de mi respuesta con el primer comentario, maldito celular -.- ah. Al menos tiene internet :/
Cuidate, besitos! Esperare en 5 días el nuevo cap!
Emily Rawson
Re: Más Que Cosas De Policías
Sí! Es que como siempre veía a gente con los links así, no paré de buscar hasta encontrar cómo hacerlo, es fácil! Es con lo del código html, pero es simple. Copia esto [ url=][ color=][/color][/url] (pega a url y a color del corchete, si lo copiaba pegado no aparecían .-.) y después del igual de url pones el link de la novela, al lado del igual de color pones el color que quieras (tiene que estar en inglés, Aquí tienes una lista de todos los colores que puedes poner sólo los copias tal cual como salen ahí en ese espacio, y entre los dos color (en el espacio entre los dos corchetes, no dejes espacio entre la palabra y el corchete, cópialo pegado) escribes el texto. Te voy a poner un ejemplo de cómo se veEmily Rawson escribió:SÍ! El citar ha sido arreglado *baila seximente*Angelacpm escribió:Oh, ahora entiendo el comentario todo serio .-.Emily Rawson escribió:ai creo que a sido mi cap favorito!
ha estado genial ya quiero ver el que publicaras el 25
amo el hambre que siempre esta en matias, ah solo e fijaba en eso
estoy desde el cel y escribiria un gran testamento sobre todo el cap pero me cuesta por eso este comentario ha de ser con errores y corto :c maldito cel
porfis publica pronto!
HEY, SE ACOMODÓ LA OPCIÓN DE CITAR!
Bueno, como sigo con mi idea de publicar el 25 (tipo regalito de Navidad ), lo más pronto que quizás publicaría, y ahora que lo pienso me gusta la idea y la aplicaré, será la primera mitad el 24 y la segunda el 25! Es que es otro de mis capítulos favoritos porque es otro flashback y se ubica justamente entre el 15/12 y el Día de Reyes, así que es como perfecto para publicarlo en Navidad. No recuerdo qué tan largo me quedó, pero estoy segura de que se pasa de las 23 páginas que suele aceptarme esto de una sola y por eso es que subo de 15 en 15 los capítulos.
Yo ahorita estoy de lo más entretenida poniendo chulo mi perfil Estoy buscando de todo para ver, como verás, cambié mi avatar, era la foto que quería originalmente y al fin logré ponerla dentro de las dimensiones del foro.
Este capítulo era una locura al inicio, lo modifiqué bastante, porque como está ubicada en Miami, para el momento que escribí esto pensaba que nevaba en Miami, pero NO! MIAMI ES LA CIUDAD DEL SOL O ALGO ASÍ, ASÍ QUE SÓLO HA NEVADO UNA VEZ Y LA NIEVE SE DERRITIÓ APENAS CAYÓ! Incluso el capítulo se llamaba "Vacaciones Blancas, Hechos Torpes", quité lo del medio, modifiqué lo del frío por nieve a una posible lluvia en la parte de Rex y eliminé una pelea de bolas de nieve, listo
Oh sí, escribir en un cel es de lo peor. Me imagino que debe ser parecido como desde el iPod que es desde donde he intentado, es UN FASTIDIO! Aunque una vez ni me di cuenta y puse el gran testamento con un montón de emoticones y toda la broma desde ahí Dejé de hacerlo cuando comenzaba a salirse del internet por sí solo sin razón alguna y se borraba todo -.-
No sé cómo es que puedo hablar tanto, siempre pienso que voy a responder corto y termino testamentizando, es que me gusta decir cómo planeo seguir y de dónde salió el capítulo que están comentando :fiu:
Ahora seguiré en mi loquera de chulear todo, :bye:
Habrás modificado bastante el capítulo, pero te ha quedado PER-FEC-TO.
Ai sí sería genial esa idea del 25 capítulo navideño :D amo los especiales! Espero leerlo pronto ya que será mi último día con internet, bueno, viajes, vacaciones y eso me hacen estar -a veces- poco conectada. Se me hará complicado leer y publicar.
Vi la modificación de tu firma y todo, hasta haz puesto mi novela :') que tierna gracias, una pregunta, como haces para enlazar la nove con el link? Hasta los links tienen colores :O te ha quedado genial todo. Me encanta :3
No te imaginas el lío que es escribir por celular, es horrible, no me deja borrar bien veo todo en letra miniatura, además que por mi cel no lo veo formato mensaje que escribo rapidísimo, al contrario, se escribe una letra por minuto. Es un milagro poder escribir un testamento de palabras como los que suelo hacer -.-
Me encanta que expliques como te inspiras y todo lo que hiciste para escribir maravilloso capítulo, es genial :$
Bueno, notese la diferencia de mi respuesta con el primer comentario, maldito celular -.- ah. Al menos tiene internet :/
Cuidate, besitos! Esperare en 5 días el nuevo cap!
[ url=https://onlywn.activoforo.com/t59206-mas-que-cosas-de-policias][ color=Firebrick]Más Que Cosas De Policías[/color][/url] Más Que Cosas De Policías (Tuve que separar el corchete de apertura de url y de color al inicio porque sino sale el link y no cómo se ve... dejé el link para que vieras el resultado)
Ahí creo que se ve mejor lo que quiero decir, es sólo copiar, pegar y revisar el color que quieres ;) Ahora, si es un simple texto (como el "Y muchas más..." en amarillo) te saltas los corchetes de url, no los copias y sólo usas los de color
[ color=Gold]Y muchas más...[/color] Y muchas más... (Igual acá, no salía cómo se veía sino el resultado)
El capítulo no es que esté totalmente dedicado a la Navidad, pero por estar ubicado en esa época, afecta un poco a la trama y creo que es lo que lo hace un poco más... intenso? No sé cuál es la palabra indicada.
La firma en realidad fue lo único que no modifiqué :pokerface: Eso lo hice el día que empecé a subir A Very True Dream (mi amiga se va a ir de viaje y por eso no ha escrito más y menos me los ha pasado para que siga subiendo). El avatar, simplemente el avatar, ese avatar lo tenía guardado en el iPod desde antes de crearme la cuenta, pero como la imagen es horizontal y mucho más ancha de lo que sale ahí (la corté un montón) había puesto la otra que ya estaba dentro de los límites. Es que simplemente me encanta la foto *-*
Veamos, comentar desde el iPod es más o menos así. Escribe un poco lento pero no tanto, y es al revés, veo las letras enormes, pone tanto zoom que sólo se ven que si tres palabras. Como el autocorrector cambia palabras a lo loco, cuando las acomodas se pegan con la anterior, si no pones color desde el inicio, te fregaste porque seleccionar todo es
Y yo nunca salgo de viaje :lloro: Ni siquiera he salido de mi país, ni siquiera he ido a Caracas (capital y de paso me queda cerca porque es que si a un estado de por medio de mi ciudad), sólo he ido al estado de donde es mi familia y eso es del lado contrario de la capital ._. Así que esta época para mí no es tan complicada, puedo seguir conectada y haciendo lo que quiera mientras no vengan visitas, pero igual, viendo que no va a haber mucha gente, creo que del 25 no vuelvo a publicar hasta el 2 o el 3, pero capaz y publico el 31 porque el capítulo es bien cortito y después de ese viene OTRO FAVORITO :corre: Sólo que no es flashback, ese más bien me adelanto un montón de meses :xd:
Bueno, ya me despido, espero que hayas entendido mi mini tutorial, :bye:
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
Como se ha arreglado el "citar" lo aprovecharé *o sí* por lo tanto esto quedará como un enorme testamento de citas y solo citas y eso xdAngelacpm escribió:Sí! Es que como siempre veía a gente con los links así, no paré de buscar hasta encontrar cómo hacerlo, es fácil! Es con lo del código html, pero es simple. Copia esto [ url=][ color=][/color][/url] (pega a url y a color del corchete, si lo copiaba pegado no aparecían .-.) y después del igual de url pones el link de la novela, al lado del igual de color pones el color que quieras (tiene que estar en inglés, Aquí tienes una lista de todos los colores que puedes poner sólo los copias tal cual como salen ahí en ese espacio, y entre los dos color (en el espacio entre los dos corchetes, no dejes espacio entre la palabra y el corchete, cópialo pegado) escribes el texto. Te voy a poner un ejemplo de cómo se veEmily Rawson escribió:SÍ! El citar ha sido arreglado *baila seximente*Angelacpm escribió:Oh, ahora entiendo el comentario todo serio .-.Emily Rawson escribió:ai creo que a sido mi cap favorito!
ha estado genial ya quiero ver el que publicaras el 25
amo el hambre que siempre esta en matias, ah solo e fijaba en eso
estoy desde el cel y escribiria un gran testamento sobre todo el cap pero me cuesta por eso este comentario ha de ser con errores y corto :c maldito cel
porfis publica pronto!
HEY, SE ACOMODÓ LA OPCIÓN DE CITAR!
Bueno, como sigo con mi idea de publicar el 25 (tipo regalito de Navidad ), lo más pronto que quizás publicaría, y ahora que lo pienso me gusta la idea y la aplicaré, será la primera mitad el 24 y la segunda el 25! Es que es otro de mis capítulos favoritos porque es otro flashback y se ubica justamente entre el 15/12 y el Día de Reyes, así que es como perfecto para publicarlo en Navidad. No recuerdo qué tan largo me quedó, pero estoy segura de que se pasa de las 23 páginas que suele aceptarme esto de una sola y por eso es que subo de 15 en 15 los capítulos.
Yo ahorita estoy de lo más entretenida poniendo chulo mi perfil Estoy buscando de todo para ver, como verás, cambié mi avatar, era la foto que quería originalmente y al fin logré ponerla dentro de las dimensiones del foro.
Este capítulo era una locura al inicio, lo modifiqué bastante, porque como está ubicada en Miami, para el momento que escribí esto pensaba que nevaba en Miami, pero NO! MIAMI ES LA CIUDAD DEL SOL O ALGO ASÍ, ASÍ QUE SÓLO HA NEVADO UNA VEZ Y LA NIEVE SE DERRITIÓ APENAS CAYÓ! Incluso el capítulo se llamaba "Vacaciones Blancas, Hechos Torpes", quité lo del medio, modifiqué lo del frío por nieve a una posible lluvia en la parte de Rex y eliminé una pelea de bolas de nieve, listo
Oh sí, escribir en un cel es de lo peor. Me imagino que debe ser parecido como desde el iPod que es desde donde he intentado, es UN FASTIDIO! Aunque una vez ni me di cuenta y puse el gran testamento con un montón de emoticones y toda la broma desde ahí Dejé de hacerlo cuando comenzaba a salirse del internet por sí solo sin razón alguna y se borraba todo -.-
No sé cómo es que puedo hablar tanto, siempre pienso que voy a responder corto y termino testamentizando, es que me gusta decir cómo planeo seguir y de dónde salió el capítulo que están comentando :fiu:
Ahora seguiré en mi loquera de chulear todo, :bye:
Habrás modificado bastante el capítulo, pero te ha quedado PER-FEC-TO.
Ai sí sería genial esa idea del 25 capítulo navideño :D amo los especiales! Espero leerlo pronto ya que será mi último día con internet, bueno, viajes, vacaciones y eso me hacen estar -a veces- poco conectada. Se me hará complicado leer y publicar.
Vi la modificación de tu firma y todo, hasta haz puesto mi novela :') que tierna gracias, una pregunta, como haces para enlazar la nove con el link? Hasta los links tienen colores :O te ha quedado genial todo. Me encanta :3
No te imaginas el lío que es escribir por celular, es horrible, no me deja borrar bien veo todo en letra miniatura, además que por mi cel no lo veo formato mensaje que escribo rapidísimo, al contrario, se escribe una letra por minuto. Es un milagro poder escribir un testamento de palabras como los que suelo hacer -.-
Me encanta que expliques como te inspiras y todo lo que hiciste para escribir maravilloso capítulo, es genial :$
Bueno, notese la diferencia de mi respuesta con el primer comentario, maldito celular -.- ah. Al menos tiene internet :/
Cuidate, besitos! Esperare en 5 días el nuevo cap!
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Ahí creo que se ve mejor lo que quiero decir, es sólo copiar, pegar y revisar el color que quieres ;) Ahora, si es un simple texto (como el "Y muchas más..." en amarillo) te saltas los corchetes de url, no los copias y sólo usas los de color
[ color=Gold]Y muchas más...[/color] Y muchas más... (Igual acá, no salía cómo se veía sino el resultado)
El capítulo no es que esté totalmente dedicado a la Navidad, pero por estar ubicado en esa época, afecta un poco a la trama y creo que es lo que lo hace un poco más... intenso? No sé cuál es la palabra indicada.
La firma en realidad fue lo único que no modifiqué :pokerface: Eso lo hice el día que empecé a subir A Very True Dream (mi amiga se va a ir de viaje y por eso no ha escrito más y menos me los ha pasado para que siga subiendo). El avatar, simplemente el avatar, ese avatar lo tenía guardado en el iPod desde antes de crearme la cuenta, pero como la imagen es horizontal y mucho más ancha de lo que sale ahí (la corté un montón) había puesto la otra que ya estaba dentro de los límites. Es que simplemente me encanta la foto *-*aunque estoy segura de que nadie lo reconocerá y pensará que fue una simple foto que encontré por ahí y me gustó.Hoy estoy inspiradísima decorando. Ya puse chulo mi perfil, hasta hace un rato estaba cambiando los fondos de mi iPod y ahora quiero poner la foto de portada de Facebook que ni siquiera tengo
Veamos, comentar desde el iPod es más o menos así. Escribe un poco lento pero no tanto, y es al revés, veo las letras enormes, pone tanto zoom que sólo se ven que si tres palabras. Como el autocorrector cambia palabras a lo loco, cuando las acomodas se pegan con la anterior, si no pones color desde el inicio, te fregaste porque seleccionar todo esimposiblehorrendo, y para buscar los emoticones es fastidioso porque hay que bajar y bajar y bajar y bajar.
Y yo nunca salgo de viaje :lloro: Ni siquiera he salido de mi país, ni siquiera he ido a Caracas (capital y de paso me queda cerca porque es que si a un estado de por medio de mi ciudad), sólo he ido al estado de donde es mi familia y eso es del lado contrario de la capital ._. Así que esta época para mí no es tan complicada, puedo seguir conectada y haciendo lo que quiera mientras no vengan visitas, pero igual, viendo que no va a haber mucha gente, creo que del 25 no vuelvo a publicar hasta el 2 o el 3, pero capaz y publico el 31 porque el capítulo es bien cortito y después de ese viene OTRO FAVORITO :corre: Sólo que no es flashback, ese más bien me adelanto un montón de meses :xd:
Bueno, ya me despido, espero que hayas entendido mi mini tutorial, :bye:
Tu mini tutorial me re sirvió, al principio me costo por los espacios y eso pero luego andubo bien. Solo que me copé y estuve media hora poniendo link a cada nove que leo y cuando le doy a "registrar-guardar" solo quedó con color y link 5 novelas :c Y ni siquiera puedo seguir escribiendo el título de otras -.-
Pero mil gracias por el tutorial, me sirvió mucho :D
Esperaré anciosa el cap entonces, bye :)
Emily Rawson
Re: Más Que Cosas De Policías
Escribo con verde Navidad
Ya, empecé bromeando. Estos últimos días se me ha acumulado tanto el ocio que he hecho de todo. Puse lindo mi perfil, cambié mi avatar, estoy por cambiar mi firma (sólo la parte de esta novela) aunque creo que eso quedará para mañana, estoy planeando una galería para esta novela y mis proyectos (tan sin oficio estoy que se me ha ocurrido otra novela). Eso es lo que pienso explicar ahora, como siempre me ha gustado mantener a todos al día, les avisaré de qué se trata todo esto. También aprovecharé para comentar un poco sobre el próximo capítulo, ya que como es muy largo, si llego a comentar antes/después de sus mitades, quizás no me quepan como casi me pasó con el #13.
Primero que todo, los proyectos: Son sólo dos. Uno que es más que todo como un juego y otro que sí es la novela. Hablaré del segundo primero
Bien, se preguntarán, ¿es algo totalmente nuevo, es una adaptación, qué será? Es simple, es un spin-off, o en español, derivado. Derivado, me refiero a que se me ocurrió a base de MQCDP, pues originalmente iba a ser un capítulo especial tipo flashback (uno de esos tres que digo que tengo pensado escribir), pero que como se me fueron acumulando las ideas, tengo material para una novela corta, quizás no pase de 15 a 20 capítulos. Pero, ¿qué es? Voy avisando que esto sería totalmente dirigido a Leonardo, él será el protagonista de todo. ¿Por qué? Porque serían las "Memorias De Una Vida Miserable". ¿Qué? Simplemente son las experiencias que vivió en la cárcel, así de sencillo. Me animé a convertirlo en una novela cuando escribí un pedazo que le agregué al capítulo #18, en el cual hay unos dos o tres adelantos a MDUVM, y porque la escribiría con narrador protagonista, es decir, en primera persona, Leo sería el narrador siempre, y eso es algo que quiero probar. Como Leo es el personaje más completo que llevo, no creo que me sea tan complicado adaptarme a una narración que sería a su estilo. Es un desafío que quiero aceptar. Quizás empiece a escribirla antes de que acabe el año, y la iría publicando quizás a mediados de febrero, cuando la tenga bien estructurada, adelantada y me convenza del todo.
Ahora el juego. Le llamo así porque pienso permitir que todos sean libres de escribir su propia historia allí. ¿No sería una novela colectiva? No, porque no es una novela, es una colección de cuentos. ¿Cómo? Sería el "Portal De Los Sueños", lugar donde podríamos poner en práctica nuestra narración, nuestro estilo y todo lo que tenga que ver con escribir con tan sólo contar nuestros sueños más locos o los más recordados de manera estilizada, no como solemos contar "oh, entonces de la nada aparecí en tu casa y tú tenías una mascota azul gigante que no sé ni de dónde salió y de repente tu mascota se puso brava y nos atacó, quería comernos y salimos corriendo, cuando salimos de tu casa había nieve y nos caímos en ella y aparecí en una cueva. Tú desapareciste, creo que te comió..."no crean que soñé eso, se me acaba de ocurrir a lo loco, no, es para contarlos como si de un cuento de fantasía y ficción o aventura se tratara, ¿no creen que sería divertido?
La galería: "Más Que Simples Ideas" o "Más Que Sólo Ideas" (no me decido).
Sección de Más Que Cosas De Policías: otra sinopsis, más descripciones, estoy armando unas fichas de personaje que por el momento están muy básicas en diseño, pero que de estar tan ociosa me he pasado tres días enteros investigando sobre códigos para crear cosas así, por eso es que puse lindo mi perfil y pienso cambiar mi firma porque hoy conseguí cómo hacerlas. Por el momento ya tengo la de Leo, pero de tanto ocio ahora me ha dado por buscar representante, ¡al fin tendrán una imagen real por la cual guiarse! "Tendrán", porque si se la busco a uno, a los demás también. Ya tengo a Paula, Sebastián, Alex y Matías, creo que a Cristian y casi consigo a Leo y en parte a Marc, pero aun sigo buscando opciones, los hermanos tienen que ser los representantes perfectos, je... También quiero aprender a hacer otra cosa que no sé ni cómo se llama, no me cansaré hasta encontrarlo, y no creo publicar la galería hasta no saber hacerlo. Ah, y si lo del representante va en serio, entonces tendría que agregar la foto a la ficha, otro trabajo máspor eso es que no puedo estar de vacaciones sin nada que hacer. Habrían datos extra, curiosidades, esas cosas que suelo comentar aquí al responder comentarios luego de un capítulo pero más extensas y mejor explicadas, por eso el título de la galería sería con un "Más Que...", porque estaría más que todo dedicada a esta novela.
A Very True Dream: No sé qué rayos pienso hacer ahí, pero algo intentaré, pienso hacer algo sin la ayuda de Tipity Trouble (ese sería el nombre de usuario de mi amiga así que llamémosle así).
Memorias De Una Vida Miserable: Probablemente otra ficha pero sólo de Leo, la sinopsis... Emm... No sé, lo básico, algún adelanto.
Portal De Los Sueños: De nuevo, la descripción de en qué consistiría.
Esta extraña inspiración en cosas nuevas me viene porque como adelanté tanto (ya llevo hasta el #18 adaptado al formato que subo aquí), no he escrito en más de una semana, sólo he leído, aunque sí, sí he escrito, en el capítulo actual en el que voy en el cuadernoque por cierto me encaaaaanta porque al fin llegué a una fase que esperaba hace tiempo, no revelaré qué número es porque se sorprenderían, ja. Pasar tanto tiempo sin escribir me afecta, se puede notar demasiado.
Ahora iré con lo que iba a ser este comentario originalmente: el capítulo #16. No es que lo vaya a publicar, no, eso es mañana, pero la descripción que siempre hago sí. Como creo que ya lo he dicho varias veces, es un capítulo tipo flashback. Es y no es un especial navideño. Me explico, está ambientado en la época, mas no trata de la Navidad, pero que sea en esos días le da una intensidad especial, ¿me entienden? Es otro de mis capítulos favoritos. Lo publicaré la primera parte mañana, la segunda el 25, siendo como el regalo de Navidad de mi partey el único que podrían recibir de mí, un lindo capítulo nuevo... Ok, ahora no quiero hablar mucho del capítulo porque creo que daría spoilers, pero... Fue el primer capítulo en el que investigué, pero en serio, INVESTIGUÉ para escribirlo y que quedara lo más real posible. Lo único inventado en lo principal del capítulo es algo de menores de diez años, de resto, todo está fielmente atado a la realidad.
¿No es gracioso? Justo estamos en Navidad y los capítulos que he subido son de eso. Eso sólo se seguirá hasta el #17, porque el #18 es un gran adelanto en el tiempoSPOILER!!
Ya pronto me iré despidiendo por hoy, no sin antes revelar los mensajes ocultos de este comentario.
1) Si notaron que al parecer tengo dificultad con esto de los representantes, LA TENGO! Marc y Leo serán una pesadilla para conseguirlos. He estado buscando y sí he visto algunos parecidos, pero no... HE VISTO EN LA CALLE, SÍ, EN LA CALLE POR PURA CASUALIDAD GENTE IDÉNTICA A COMO ME IMAGINO A MARC! En serio, a muchos, ni siquiera sólo uno, no, al menos unos cuatro. Incluso, en una fiesta un chico que estaba invitado era la perfecta versión adolescente de ese Molanderque por cierto estaba tan que parecía actor de cine, pero exactamente, son personas que veo en la calle y jamás sabré cómo se llaman porque ni los volveré a ver (lo más probable) a menos que sea ese vendedor en una tienda de artículos de pesca, gorras y zapatos de un centro comercial... Sí hay un actor de una serie (cancelada, de broma llegó a diez episodios) que se me medio parece, pero no sé... Estoy así con casi todos los personajes excepto Paula ._. Así que yendo al grano: si alguna se imagina a algún personaje como alguien (por favor un actor que se sepan su nombre), díganmelo, quizás sea el representante que busco ;)
2) Me encantaría ver opiniones sobre ambos proyectos, a ver qué dicen y si me animo a hacerlos de verdad.
3) Cualquier cosa que sirva de ayuda en esos aspectos (proyectos, galerías, fichas, firma incluso), no duden en comentarlos, estoy tan libre que intentaré hacer casi cualquier cosa por más técnica que parezca. Si entendí cómo hacer las tablillas para las fichas de personaje, creo que puedo con cualquier otra cosa
PD: Creo que tendré que cambiar el color de fuente, este verde dudo que se vea bien con el nuevo diseño del foro...
Hasta mañana con mi primera parte del regalo de Navidad, :bye:
Ya, empecé bromeando. Estos últimos días se me ha acumulado tanto el ocio que he hecho de todo. Puse lindo mi perfil, cambié mi avatar, estoy por cambiar mi firma (sólo la parte de esta novela) aunque creo que eso quedará para mañana, estoy planeando una galería para esta novela y mis proyectos (tan sin oficio estoy que se me ha ocurrido otra novela). Eso es lo que pienso explicar ahora, como siempre me ha gustado mantener a todos al día, les avisaré de qué se trata todo esto. También aprovecharé para comentar un poco sobre el próximo capítulo, ya que como es muy largo, si llego a comentar antes/después de sus mitades, quizás no me quepan como casi me pasó con el #13.
Primero que todo, los proyectos: Son sólo dos. Uno que es más que todo como un juego y otro que sí es la novela. Hablaré del segundo primero
Bien, se preguntarán, ¿es algo totalmente nuevo, es una adaptación, qué será? Es simple, es un spin-off, o en español, derivado. Derivado, me refiero a que se me ocurrió a base de MQCDP, pues originalmente iba a ser un capítulo especial tipo flashback (uno de esos tres que digo que tengo pensado escribir), pero que como se me fueron acumulando las ideas, tengo material para una novela corta, quizás no pase de 15 a 20 capítulos. Pero, ¿qué es? Voy avisando que esto sería totalmente dirigido a Leonardo, él será el protagonista de todo. ¿Por qué? Porque serían las "Memorias De Una Vida Miserable". ¿Qué? Simplemente son las experiencias que vivió en la cárcel, así de sencillo. Me animé a convertirlo en una novela cuando escribí un pedazo que le agregué al capítulo #18, en el cual hay unos dos o tres adelantos a MDUVM, y porque la escribiría con narrador protagonista, es decir, en primera persona, Leo sería el narrador siempre, y eso es algo que quiero probar. Como Leo es el personaje más completo que llevo, no creo que me sea tan complicado adaptarme a una narración que sería a su estilo. Es un desafío que quiero aceptar. Quizás empiece a escribirla antes de que acabe el año, y la iría publicando quizás a mediados de febrero, cuando la tenga bien estructurada, adelantada y me convenza del todo.
Ahora el juego. Le llamo así porque pienso permitir que todos sean libres de escribir su propia historia allí. ¿No sería una novela colectiva? No, porque no es una novela, es una colección de cuentos. ¿Cómo? Sería el "Portal De Los Sueños", lugar donde podríamos poner en práctica nuestra narración, nuestro estilo y todo lo que tenga que ver con escribir con tan sólo contar nuestros sueños más locos o los más recordados de manera estilizada, no como solemos contar "oh, entonces de la nada aparecí en tu casa y tú tenías una mascota azul gigante que no sé ni de dónde salió y de repente tu mascota se puso brava y nos atacó, quería comernos y salimos corriendo, cuando salimos de tu casa había nieve y nos caímos en ella y aparecí en una cueva. Tú desapareciste, creo que te comió..."
La galería: "Más Que Simples Ideas" o "Más Que Sólo Ideas" (no me decido).
Sección de Más Que Cosas De Policías: otra sinopsis, más descripciones, estoy armando unas fichas de personaje que por el momento están muy básicas en diseño, pero que de estar tan ociosa me he pasado tres días enteros investigando sobre códigos para crear cosas así, por eso es que puse lindo mi perfil y pienso cambiar mi firma porque hoy conseguí cómo hacerlas. Por el momento ya tengo la de Leo, pero de tanto ocio ahora me ha dado por buscar representante, ¡al fin tendrán una imagen real por la cual guiarse! "Tendrán", porque si se la busco a uno, a los demás también. Ya tengo a Paula, Sebastián, Alex y Matías, creo que a Cristian y casi consigo a Leo y en parte a Marc, pero aun sigo buscando opciones, los hermanos tienen que ser los representantes perfectos, je... También quiero aprender a hacer otra cosa que no sé ni cómo se llama, no me cansaré hasta encontrarlo, y no creo publicar la galería hasta no saber hacerlo. Ah, y si lo del representante va en serio, entonces tendría que agregar la foto a la ficha, otro trabajo más
A Very True Dream: No sé qué rayos pienso hacer ahí, pero algo intentaré, pienso hacer algo sin la ayuda de Tipity Trouble (ese sería el nombre de usuario de mi amiga así que llamémosle así).
Memorias De Una Vida Miserable: Probablemente otra ficha pero sólo de Leo, la sinopsis... Emm... No sé, lo básico, algún adelanto.
Portal De Los Sueños: De nuevo, la descripción de en qué consistiría.
Esta extraña inspiración en cosas nuevas me viene porque como adelanté tanto (ya llevo hasta el #18 adaptado al formato que subo aquí), no he escrito en más de una semana, sólo he leído, aunque sí, sí he escrito, en el capítulo actual en el que voy en el cuaderno
Ahora iré con lo que iba a ser este comentario originalmente: el capítulo #16. No es que lo vaya a publicar, no, eso es mañana, pero la descripción que siempre hago sí. Como creo que ya lo he dicho varias veces, es un capítulo tipo flashback. Es y no es un especial navideño. Me explico, está ambientado en la época, mas no trata de la Navidad, pero que sea en esos días le da una intensidad especial, ¿me entienden? Es otro de mis capítulos favoritos. Lo publicaré la primera parte mañana, la segunda el 25, siendo como el regalo de Navidad de mi parte
¿No es gracioso? Justo estamos en Navidad y los capítulos que he subido son de eso. Eso sólo se seguirá hasta el #17, porque el #18 es un gran adelanto en el tiempo
Ya pronto me iré despidiendo por hoy, no sin antes revelar los mensajes ocultos de este comentario.
1) Si notaron que al parecer tengo dificultad con esto de los representantes, LA TENGO! Marc y Leo serán una pesadilla para conseguirlos. He estado buscando y sí he visto algunos parecidos, pero no... HE VISTO EN LA CALLE, SÍ, EN LA CALLE POR PURA CASUALIDAD GENTE IDÉNTICA A COMO ME IMAGINO A MARC! En serio, a muchos, ni siquiera sólo uno, no, al menos unos cuatro. Incluso, en una fiesta un chico que estaba invitado era la perfecta versión adolescente de ese Molander
2) Me encantaría ver opiniones sobre ambos proyectos, a ver qué dicen y si me animo a hacerlos de verdad.
3) Cualquier cosa que sirva de ayuda en esos aspectos (proyectos, galerías, fichas, firma incluso), no duden en comentarlos, estoy tan libre que intentaré hacer casi cualquier cosa por más técnica que parezca. Si entendí cómo hacer las tablillas para las fichas de personaje, creo que puedo con cualquier otra cosa
PD: Creo que tendré que cambiar el color de fuente, este verde dudo que se vea bien con el nuevo diseño del foro...
Hasta mañana con mi primera parte del regalo de Navidad, :bye:
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
Capítulo #16: “La Eterna Navidad” (Primera parte).
Era una mañana normal de un típico 15 de diciembre en la que todos estaban preparándose para las fiestas y los niños contentos por sus vacaciones, al igual que sus padres. Un ejemplo de ello son los Molander, quienes recién habían empezado sus vacaciones el día anterior. Rose y Carlos ya estaban planeando todo, mientras que sus hijos, de cinco y seis años respectivamente para ese momento, jugaban en su cuarto, pero algo no había salido muy bien. Se escuchó un ruido de algo partiéndose en el suelo.
— ¡Lo rompiste! —Exclamó molesto Marc.
— ¡Se rompió solo! —Se defendió Leo.
— ¡Los juguetes no se mueven por su cuenta!
— ¿Y qué me dices de ese auto? —Señaló uno en la mesa.
— ¡Es a control remoto! ¡Uno lo mueve, él solo no puede!
— ¿Y esos juguetes de allá? —Preguntó luego de pensar mientras veía a su alrededor buscando otros.
— ¡Son de cuerda! No se mueven solos. Lo que rompiste no es de cuerda ni a control remoto. No se pudo romper mientras se movía. ¡Alguien tuvo que hacerlo! No fui yo, tú tuviste que hacerlo.
— ¿Por qué siempre me echas la culpa a mí?
—Porque tú eres el menor y… Siempre tienes la culpa.
— ¿Desde cuándo ser el menor es una razón?
—Desde siempre. Los menores son los traviesos.
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que sí!
— ¡Que no…! ¡Oye! —Marc cayó en la trampa.
— ¡Jaja! ¿Ves que no lo es? Tú lo dijiste.
— ¡Claro que no! —Pelearon. Su escándalo llamó la atención de su madre, quien llegó a controlar la situación.
— ¿Qué está pasando aquí?
— ¡Siempre me culpa! —Señaló a Marc.
— ¡Siempre es culpable! —Señaló a Leo.
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Alto, alto, alto! ¿De qué hablan?
— ¡Rompió el carrito!
—Leo, ¿hay algo que quieras decir?
— ¡Se rompió porque se cayó!
— ¿Y quién lo tumbó? —Marc resaltó.
—Lo tumbé, ¡pero lo rompió el piso!
— ¡Basta! No me importa quién fue, ese carrito no tiene remedio —Recogió los pedazos y los colocó en una caja— Hoy los llevaré al parque, así que mejor no sigan comportándose así porque sino no hay parque. Acuérdense que falta poco para el 25.
—Está bien, mamá —Ambos acordaron.
—Ok. Voy a preparar algunas cosas con papá, después salimos. Pórtense bien —Salió. Marc y Leo se quedaron en silencio por unos segundos hasta que la sintieron lejos, para terminar hablando bajo.
— ¡Ojala que te mueras! —Marc deseó sin saber en realidad.
—Marc… Sabes que yo no soy tan torpe para golpearme fuerte. Para que pase, alguien tendría que hacerlo por mí y eso no pasará —Sonó como si hubiese sido un deseo distinto.
—Algún día te darás un golpe fuerte, ya lo verás.
Con tensión entre ellos, fueron a la sala, donde estaban Rose y Carlos decorando.
— ¿Quieren ayudar? —Carlos ofreció.
— ¡Pondré las pelotas del árbol! —Marc corrió directo a la caja de las bambalinas.
—Buscaré las luces —Pensó antes de decirlo. Leo quería poner las bambalinas, mas no lo haría si Marc estaba en eso.
En el parque, cada uno de los hermanos se fue por su lado, seguían molestos. Rose no estaba tan pendiente de eso porque andaba con una amiga. Jugaron bastante con otros niños, claro, nunca juntos. Llegó un momento en el que Marc fue a los columpios y Leonardo al tobogán, el cual estaba solo, pero varios niños hicieron fila tras él. El menor de los hermanos iba adelante, detrás había una niña de unos seis años. Leo se tira por el tobogán. Ya casi llegaba al suelo cuando la niña de atrás gritó.
— ¡Cuidado! ¡Hay una serpiente abajo!
— ¿¡Dónde!? —Leo comenzó a tratar de frenar en el tobogán para subir como le fuera posible.
La niña se bajó del tobogán mientras los otros niños corrieron a alejarse.
— ¡Ahí, al lado del…! —La serpiente atacó— ¡¡Ahh, ayuda!! —Se escuchó por todo el parque. La niña recogió unas piedras.
— ¡¡Ahh!! —La serpiente mordió a Leo, él pataleó para quitársela. La niña, en un acto de desesperación al no ver a un adulto cerca, lanza las piedras que recogió y le pegó a la serpiente con ellas, haciendo que se fuera, ocurriendo todo en menos de cinco segundos, aunque para ese momento ya había soltado a Leo, pero tenía pinta de volver a atacar.
En los columpios, Marc se encontraba totalmente ignorante a lo que estaba pasando a varios metros. No duró mucho, pues Cristian, quien lo acompañaba, sí se dio cuenta.
— ¿No es Leonardo el del tobogán?
— ¿Qué tobogán?
— ¿No oyes todo ese ruido?
—No le he prestado atención, como en la escuela —Sonrió traviesamente— ¿Qué han dicho?
—Hay una niña pidiendo ayuda, no sé por qué, pero antes dijo que había una serpiente y el otro que gritó era tu hermano.
— ¿Crees que lo mordió? —Preguntó sin preocupación alguna.
—Creo… Ahí van tu mamá y la mía. ¡Vayamos!
Cristian y Marc corrieron tras sus madres hasta llegar al tobogán.
— ¿¡Qué te pasó!? —Rose se asustó al ver a su pequeño acostado en la tierra bajo el tobogán con un hilo de sangre saliendo de su tobillo derecho.
—Una serpiente… —Dijo dificultosamente.
— ¿¡Qué tipo de serpiente era!? —Se espantó.
—Crótalo diamante del este —Un niño respondió con total seguridad. Todos lo miraron raro— ¿Qué? Mi papá trabaja en el serpentario del zoológico.
— ¿Estás seguro?
—Reconocería una en donde sea.
—Cristian, ve con tu mamá a mi auto. Ve con ellos, Marc. Ya los alcanzo —Ordenó alarmada. Cargó a Leo y lo recostó en los asientos traseros del auto. Rápido, ella entró y arrancó muy apurada. Atrás estaban los tres niños, adelante, las madres.
— ¿Te sientes bien? —Marc comenzó a sentirse preocupado.
—No… No voy a estar bien, ¿verdad?
— ¡Claro que sí! ¡Ya estamos llegando! —Su madre pensó en positivo.
—Me siento muy mal…
— ¿Qué sientes? ¿Te duele el tobillo?
—No, nada.
—Es raro… Si te mordió ahí, ¿por qué no te duele? —Marc no entendió.
— ¡Llegamos!
Tuvieron suerte de que el hospital estaba cercano al parque. Rápidamente, bajaron a Leo y lo llevaron a Emergencias para ser atendido lo antes posible. Después de varios minutos desesperantes, un doctor fue a notificarles sobre la situación.
—Ya puedo informarles sobre la condición del paciente, pero… —Se agachó para hablar con Marc— ¿Podrías salir?
— ¿Por qué, doctor? ¿Y a dónde?
—Lo que voy a informar podrías no entenderlo. Ve con tu amigo —Lo mandó a ir con Cristian.
— ¡Pero quiero saber! Si no entiendo, me pueden explicar.
— ¿Quieres quedarte aquí y no con tu amigo y tu hermano?
—Puedo ir después de que diga lo que va a decir —Marc era insistente. El doctor vio a Rose. Ella entendió y asintió con la cabeza.
—Bueno… Primero que todo, deben saber que tendrá que permanecer aquí unos cuantos días. Ya le administramos el antídoto, pero hay que esperar hasta mañana para saber qué tanto daño hizo el veneno y conocer su condición. ¿Alguna pregunta?
— ¿Por qué no le dolía el tobillo? —Marc seguía con esa duda.
—Eso es normal. El veneno de esa serpiente tiene ese efecto.
— ¿Cuánto veneno…? —Rose no terminó la pregunta.
—No estoy seguro de la cantidad exacta, pero fue más o menos bastante.
— ¡Pero si él dice que la mordida no duró más de un segundo!
—Una cualidad de las cascabeles es inyectar mucho veneno rápidamente. Por eso son tan peligrosas.
—Entonces, ¿estará grave?
—No se sabrá hasta mañana. Los efectos en un adulto se ven entre 24 a 48 horas después. En un niño, un poco antes.
— ¿Cuánto es lo mínimo que inyecta normalmente?
—Unos 300 a 450mg. Máximo 600 e incluso 700.
—Parece mucho. ¿Y el mínimo letal?
El doctor pensó mucho. No quería decirlo. Suspiró antes de empezar a hablar.
—En un adulto, la dosis mortal mínima… —Sonó una alarma— Disculpen, es de otro paciente mío. Ya regreso —Se fue, apurado.
—Eso fue raro —Notó Rose.
Al rato, el doctor volvió para avisar que ya podían hablar con él, que era posible que presentara dolor, ardor e incluso dificultad para respirar y que tuviera lo que tuviera, no le hicieran mover la pierna derecha, pues estaba muy hinchada y de moverla, podía volver a sangrar. Las madres se quedaron en la sala de espera mientras Marc entró a la habitación.
—Pensé que te habías ido —Rose se sorprendió al ver a Vivian en la sala de espera.
— ¿Cómo si tú me trajiste? No tomaré un taxi. Además, no te iba a dejar sola en estos momentos.
—Gracias… —Vivian y Rose eran amigas desde hace diez años, desde incluso antes de conocer a los padres de sus hijos. Qué decir amigas, mejores amigas, comadres. Rose la conoció en un viaje que hizo a Canadá para grabar su primer comercial, en donde Vivian fue la que impidió que Rose se perdiera en Toronto y terminara en las Cataratas del Niágara. Fue algo así como su guía turística, y de ahí sólo hablaron por teléfono y se vieron cada vez que la italiana viajó al país durante cuatro años, pues Vivian nunca fue a los Estados Unidos hasta un poco después del nacimiento de Marc, cuando decidió mudarse a Miami por una oferta de trabajo que su amiga le consiguió— ¿Y Cristian?
—Ahí, hablando con Leonardo.
—Esto me tiene muy preocupada. ¿Cómo ha estado? No sé sobre nada. Cuéntame todo.
—Cuando llegó, tenía unas cuantas hemorragias. Ya las controlaron. Claro, le pusieron el antídoto… —Vio a Cristian pasar— ¿A dónde vas?
—Mami… ¿Puedo ir a agarrar algunos caramelos?
— ¿Dónde y para quién?
—Ahí y para nosotros tres —Señaló la recepción.
—Dos. No le des nada a tu amigo que no sepas si va a hacerle bien. Búscalos.
—Dulces. ¿Qué más pueden querer los niños?
—Cristian es adicto a ellos.
—Bien… Puedes seguir.
—Después de eso, dijeron que hay que esperar hasta mañana. Tiene el tobillo hinchado, pero es normal.
—Eso sí lo sabía. ¿Le duele algo o se siente mal?
—Un poco de náuseas y sí le duele el cuerpo. Más nada —Cristian volvió— ¿Ya conseguiste los dulces?
— ¿Quieren uno?
— ¡Gracias! —Ambas tomaron algunos caramelos de sus manos, luego se fue a la habitación.
—Lo siento, pero no puedo darte. No sé si te harán bien.
—Aw. Bueno, no quiero que me duela la panza más de lo que me duele ahora.
—Voy a guardarte unos cuantos.
—No lo hagas, no hace falta.
—Pero… —Casi titubeó, eso fue raro— Tú nunca dices “no” a los caramelos.
—Puedo hacerlo cuando quiera. Que nunca quiera no quiere decir que ahora no diga que no.
—Claro… Tú sí los quieres, ¿cierto?
—Todos los que quieras darme. ¿De verdad no los quieres? —Marc quiso confirmar.
— ¡No! ¿Qué no entiendes?
—Es que estás raro.
—Si lo dices por mi tobillo feo, en serio que no te burles.
— ¡No me estoy burlando! Digo que estás raro de actitud.
—No estoy raro… No quiero más dolor y ya.
—Entonces, ¿por qué no quieres que te guarde algunos?
—Porque sé que no aguantarán las ganas de comerlos.
Se rieron.
—Tienes razón —Admitió Marc.
—Entonces, ¿no te molesta que no te guarde?
—No.
Afuera, Rose recordó algo que debió hacer antes.
— ¡No le he dicho nada a Carlos!
—Ya han pasado tres horas. No le agradará.
— ¡Lo sé! Pero, ¿cómo le digo?
—Ve pensándolo rápido porque ahí viene.
— ¿¡Qué!?
Carlos apareció desde atrás, algo alterado.
—Fui al parque, los busqué por mucho tiempo hasta que alguien me dijo que un niño fue mordido por una serpiente horas antes. No quise creer que fuera alguno de los nuestros, pero cuando llamé a casa y no había nadie, lo supuse. ¿Qué sucedió y a quién mordieron?
— ¡Carlos! —Rose lo abrazó. Él se preocupó.
— ¿Qué pasa?
—Lo que te dijeron es cierto —Rose no fue capaz de hablar. Vivian respondió por ella.
—Pero dime, ¿quién fue mordido?
—Leonardo fue mordido en el tobillo derecho por una cascabel diamante del este.
— ¿¡Por una…!? —Del impacto, Carlos soltó a Rose— ¡Que yo sepa, es la más peligrosa del país! ¿Está bien?
—Está en aquella habitación. Marc y Cristián están con él.
— ¿Cómo ocurrió todo?
—Por lo que tengo entendido, él estaba en el tobogán y cuando estaba casi abajo, la serpiente atacó. Nadie la había visto, sólo una niña que avisó antes del ataque.
— ¿“Por lo que tengo entendido”?
—No vimos nada.
— ¡Lo siento mucho! —Rose al fin habló— Debí vigilar a los niños pero me puse a caminar. ¡Todo es mi culpa!
—No te culpes. Tú querías un tiempo libre y nunca pensaste que una cascabel podía estar por ahí. Nadie lo imaginó.
Carlos hizo todo lo posible para calmar a su esposa. Luego de tranquilizarse, fue el turno de los adultos de entrar a ver al herido. Al día siguiente, por la mañana, Rose le avisó a Carlos que usaría su auto para ir al hospital, pues el suyo estaba manchado con sangre, y le pidió limpiarlo mientras tanto.
—Sigo insistiendo, estás raro —Marc le dijo a Leo.
—Digo lo mismo. No lo estoy.
—Entonces, ¿Por qué tan… —Se detuvo a pensar la palabra— “no”?
—Me rindo. Siento que no saldré de esta.
— ¿Cómo dices? Tú no vas a… ¿Cómo es que se dice?... ¡Tú no dejarás de vivir!
— ¡Tu palabra contra la del doctor!
— ¡El doctor no dijo nada de eso!
— ¡Porque no se los quiere decir! —Marc se quedó callado— Ayer lo oí hablando con una doctora sobre mí. Dijo que sentía pena por mí, que no iba a vivir mucho tiempo más. Ella le preguntó por qué, él le respondió que ningún niño menor de diez años ha logrado sobrevivir al veneno de esa serpiente. Que todos fallecen… No sé qué quiere decir eso, pero suena feo… Como dejar de vivir o algo así.
— ¿¡Qué!? ¿Por qué no nos dijo nada? —Ambos se entristecieron.
—Porque no quiere decirlo contigo ahí.
— ¡Por eso me quería fuera ayer!
— ¿Lo ves?
— ¡Tiene que haber algo para que vivas!
—No hay nada.
— ¡Tendrán que inventarlo!
A unos metros de la habitación, el doctor se encontró con Rose.
— ¿Hay algo que no quiere decirme?
—Que no quería… ¿Recuerda las dosis mínimas? No quise decir la letal por el niño… La dosis letal mínima en un adulto es de 100 a 150mg.
—Oh no… Por eso es que estaba tan… —Entró en pánico.
—Hay otra cosa que debería informarle. Le costará aceptarlo, pero… Ningún niño menor de diez años ha logrado vivir a la picadura de esa cascabel.
— ¿¡Qué!?
Adentro, Marc insistía.
— ¿No entiendes? No pueden hacer nada.
— ¡No quiero que te vayas!
—Yo tampoco irme, pero ya me siento demasiado mal —Dejó de mirar a Marc y cerró los ojos.
—Eso no… —Escuchó una alarma extraña venir del electrocardiograma. Lo vio y se confundió al punto de no saber si quedarse ahí a intentar algo o si salir a pedir ayuda.
—Ninguno ha vivido —El doctor intentaba hacer reaccionar a Rose.
— ¿O sea que…?
— ¡Leo no responde! —Marc los interrumpió desesperadamente. Optó por pedir ayuda— ¡No se mueve y esa máquina no se calla! ¡Suena raro!
El doctor corrió a la habitación y se le escuchó pedir un carrito de paro.
— ¿Qué pasa, mamá? —Marc la abrazó de lado, asustado, viendo hacia la habitación.
—No lo sé… —Rose notó a dónde miraba, respondió volteándolo, quizás no debía ver lo que estaba por pasar.
Se quedaron cerca. Rose pendiente de la escena y haciendo a Marc no estarlo. Observó que los doctores intentaron diversas veces reanimarlo sin resultados. El electrocardiograma seguía sonando en un ritmo indeseable. Despejaron y descargaron un choque repetidas veces, sin cambios. Marc ya estaba preguntando por qué no salían, evadía la respuesta con otro tema, debía mantenerlo distante a todo hasta no tener una conclusión clara. Finalmente, aparentaron terminar su trabajo, o al menos la máquina ya estaba normal, pero de resto no. Los doctores se alejaron del paciente un tanto consternados. ¿Qué pasó ahí? Según el aparato, todo fue bien. Según sus caras, todo lo contrario. Entonces, ¿qué creería? Cuando se despejó la vista, vio a Leonardo, mas éste se encontraba dormido, sin despertar, sus ojos permanecieron cerrados. Rose no supo qué imaginar, por lo tanto, esperó a que el doctor se acercara a ellos con la explicación.
—Está vivo, pero en coma.
—Pero… ¿Cómo?
—Tuvo otra hemorragia. Las hemorragias pueden causar coma.
— ¿Cómo es eso? Lo del coma —Marc quedó igual.
—Tu hermano está vivo, sólo que parece dormido… Te explicaré. Tú puedes hablarle, pero no te responderá. No puede hablar ni caminar, tampoco estar despierto.
— ¿Está dormido pero no despierta? ¿Y cuándo lo hará?
—Esa es la pregunta. No se sabe cuándo lo hará. Puede despertar en unas horas como puede no despertar nunca.
— ¿Puede morir estando así? —Preguntó Rose— No sé mucho sobre esto.
—Sí, puede morir.
—Esperen… ¿Cómo se va a dar un golpe fuerte si está acostado y no puede moverse? —Marc se confundió.
— ¿De qué estás hablando?
—No hablamos sobre golpes fuertes —Ambos adultos también.
—Pero… ¿“Morir” no quiere decir “golpe fuerte”? — ¡Eso era todo!
— ¿De dónde sacaste eso?
—Yo te pregunté una vez y me dijiste “se dio un golpe fuerte, por eso murió”.
—Oh, ya lo recuerdo, pero ambos entendimos mal. Tú preguntaste “¿Cómo que murió?” y yo te dije eso porque creí que preguntabas el por qué y no qué quiere decir y tú creíste que te respondí el significado y realmente fue la razón.
—Entonces, ¿qué quiere decir “morir”? —No respondieron— ¿Me escuchan? ¿Qué quiere decir? —Siguieron callados— ¿Por qué no quieren decirme nada?
—Muchos de los pacientes en coma no despiertan y mueren —El doctor dijo en un intento de hacerlo entender.
—Pero, ¿eso qué quiere decir? Espera… Si no despierta es porque se queda así. Si está así es porque está como que durmiendo y no despierta y si alguien no despierta, muere… —Empezó a analizar— No despertar sería no hablar, no comer, no caminar, ni ver, correr, jugar, oír… Es como dejar de vivir, y si a eso se le llama “morir”, “morir” es dejar de- —Paró drásticamente y su expresión cambió de la misma manera, quedando sorprendido, preocupado y asustado— ¡Leo! —Corrió y se sentó en una silla a un lado de la camilla— ¡No quería decir eso, y tenías razón! —Lloró.
—Esto fue lo que quise evitar. En algún momento tenía que pasar. No iba a durar mucho antes de esto.
—Menos mal que lo dedujo él mismo. No habría sido capaz de decírselo —Entraron— Marc, por favor no llores. El doctor dijo claramente que no todos los comatosos mueren. Hay varios que viven.
— ¡Pero también dijo que nadie menor de diez ha vivido a esa serpiente!
— ¿De dónde lo sabes? —Se sorprendió el doctor.
—Mi hermano lo escuchó hablando con otra doctora sobre eso y me lo dijo antes de… toda esa cosa rara que pasó.
— ¿Cuándo me escuchó?
—Ayer en la noche. Él no lograba dormir, por eso escuchó.
—Debió estar confundido y-
— ¡No me mienta, doc! —Exclamó con decisión. Ambos adultos se impactaron— ¡Quiero saber qué le puede pasar!
—Está bien. Pero así sólo llorarás más.
— ¡No me importa! ¿¡Sólo porque soy un niño de seis años no puedo saber lo que le pasa a mi hermano!? ¡No me importa si no entiendo o si me pongo a llorar, necesito saber! —Exigió casi gritando.
—No se quedará tranquilo. Hay que decirle.
—Lo que te dijo es verdad. No puedo agregar más nada, ya lo sabes todo —Se retiró.
— ¡Lo sabía! —Lloró más.
—Pareces estar más triste que yo.
—Es que… estoy triste, pero también algo más.
— ¿Preocupado?
—No. Bueno, sí, pero no es lo que digo. Siento que tengo la culpa.
— ¿Por qué? ¿Qué hiciste tú? Ni cerca estabas.
— ¿Te acuerdas que ayer como a esta hora Leonardo y yo estábamos peleando?
—Sí, pero… ¿Qué tiene que ver?
—Cuando te fuiste del cuarto, yo seguía molesto. Quería golpearlo, pero como no podía, lo deseé. Se lo dije, pero tú ya sabes cómo creía que se decía “golpe fuerte”.
— ¿Deseaste que muriera?
— ¡De la manera que yo pensé que era! —Oírlo sólo lo afectó más— No quise desearle eso, nunca quise que Leo se fuera y menos ahora. ¡Todo esto es mi culpa! Lo deseé y se está cumpliendo.
—No fue tu intención. Tú sólo querías que se golpeara. ¿Él también cree eso?
—Sí. Me dijo que no es tan torpe como para golpearse solo. Luego de eso, nos evitamos. En el parque estuvimos separados siempre. Cristian se quedó un rato con él y otro conmigo. Cuando la mordida, estaba conmigo, y él fue el que se enteró de la mordida primero.
—Ahora entiendo. No quieres que los posibles últimos momentos con él sean de enojo. Quieres remediarlo todo.
—Y sólo puedo hacerlo si vive.
— ¿Quieres volver a casa a calmarte un poco? —Marc asintió.
Rose y Marc regresaron a casa con malas noticias para contarle a Carlos. Entraron con mucho silencio, de paso, Marc se fue directamente a su cuarto sin siquiera saludar.
—Tanto silencio al entrar no me parece bueno —Sospechó.
—Leo está en coma —Rose afirmó sus sospechas.
— ¿Cómo le dio? —Sólo se sorprendió mínimamente.
—Hemorragias.
— ¿Y Marc?
—Fue directo a su cuarto. Se siente muy mal.
— ¿A qué hora es el próximo horario de visitas?
—Como a las tres.
—Iré a esa hora. Tienes suerte de que tu auto es de tapicería de cuero. Lo limpié fácil.
—Oh, gracias —Rose fue a revisar su auto, mientras Carlos se dirigió al cuarto de su hijo. Encontró a Marc viendo al juguete por el que pelearon el día anterior. Lo tenía en sus manos y no apartaba su vista de él.
— ¿Ese es el carro que se rompió ayer?
—Sí, y no tiene remedio, según mamá… —Levantó la vista— Al igual que Leo, según el doctor, pero no pienso eso.
— ¿Qué es lo que piensas?
—Que pueden acomodarse.
—Te aseguro que Rose no sabe nada sobre carros. Claro que puede arreglarse —Carlos iba a tomar el carrito para llevárselo y acomodarlo, sin embargo, Marc lo apartó.
— ¡No! No lo arregles hasta que mi hermano esté bien.
—Marc… De él no puedo asegurarte nada. No sé nada de medicina. Si me preguntas sobre algo legal, perfecto, pero no sé nada de medicina. ¿Y por qué no quieres hasta que pase eso?
— ¿Mamá te contó sobre la pelea de Leo y mía ayer?
—Sino no sabría sobre el carro roto.
—No quiero que lo que hizo que peleáramos esté bien si Leo no lo está.
—Si así lo quieres… Lo guardaré para que sus piezas no se pierdan para después.
—Ok —Lo convenció.
Más tarde, cuando Carlos salió a visitar a Leonardo, Rose empezó a cancelar todo lo que tenía planeado e incluso reservado para las vacaciones. Iban a pasar varios días fuera de la ciudad, ahora tendrían que quedarse en casa. Marc salió de su cuarto a avisarle algo.
—Falta poco para Navidad y… no quiero regalos.
—No puedo evitar que Santa te los traiga.
— ¿No puedes decirle que no quiero regalos?
—No lo creo, igual creo que los traerá.
— ¿Y no le puedes decir que me porté mal a última hora?
—No voy a mentirle. ¿Qué le diré que hiciste?
—Por mi culpa, Leo está grave.
—Culpa de la cascabel, no tuya.
— ¡Le deseé muerte!
—Creías que significaba otra cosa.
—Pero igual le deseé algo malo.
—No lo suficiente como para no tener regalos —La realidad era que ya había comprado los regalos, así que no los dejaría escondidos hasta… Hasta la próxima festividad que incluyera dar presentes.
—Entonces no abriré los regalos —Marc decidió. Se escucharon unas llaves.
— ¿Ya regresó? —Rose quedó confundida. Carlos entró a la casa.
—Entiendo que se sorprendan. No soporto estar en hospitales y menos ver a alguien hospitalizado. No soporté ni diez minutos —Marc se alejó, volvió a encerrarse en su cuarto— Ver a un niño tan activo en esas condiciones es espantoso. No lo soporté.
—Te entiendo. Marc es el único que se sienta a su lado por ratos. No sé cómo lo hace.
—Lo otro que no soporto es tanta… —Pensó— tristeza en la casa. Ayer todo era tan perfecto y hoy… Hoy sólo estamos aquí, preocupados por lo que puede pasar.
—Esta Navidad será horrible .
Era una mañana normal de un típico 15 de diciembre en la que todos estaban preparándose para las fiestas y los niños contentos por sus vacaciones, al igual que sus padres. Un ejemplo de ello son los Molander, quienes recién habían empezado sus vacaciones el día anterior. Rose y Carlos ya estaban planeando todo, mientras que sus hijos, de cinco y seis años respectivamente para ese momento, jugaban en su cuarto, pero algo no había salido muy bien. Se escuchó un ruido de algo partiéndose en el suelo.
— ¡Lo rompiste! —Exclamó molesto Marc.
— ¡Se rompió solo! —Se defendió Leo.
— ¡Los juguetes no se mueven por su cuenta!
— ¿Y qué me dices de ese auto? —Señaló uno en la mesa.
— ¡Es a control remoto! ¡Uno lo mueve, él solo no puede!
— ¿Y esos juguetes de allá? —Preguntó luego de pensar mientras veía a su alrededor buscando otros.
— ¡Son de cuerda! No se mueven solos. Lo que rompiste no es de cuerda ni a control remoto. No se pudo romper mientras se movía. ¡Alguien tuvo que hacerlo! No fui yo, tú tuviste que hacerlo.
— ¿Por qué siempre me echas la culpa a mí?
—Porque tú eres el menor y… Siempre tienes la culpa.
— ¿Desde cuándo ser el menor es una razón?
—Desde siempre. Los menores son los traviesos.
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que sí!
— ¡Que no…! ¡Oye! —Marc cayó en la trampa.
— ¡Jaja! ¿Ves que no lo es? Tú lo dijiste.
— ¡Claro que no! —Pelearon. Su escándalo llamó la atención de su madre, quien llegó a controlar la situación.
— ¿Qué está pasando aquí?
— ¡Siempre me culpa! —Señaló a Marc.
— ¡Siempre es culpable! —Señaló a Leo.
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Que no!
— ¡Que sí!
— ¡Alto, alto, alto! ¿De qué hablan?
— ¡Rompió el carrito!
—Leo, ¿hay algo que quieras decir?
— ¡Se rompió porque se cayó!
— ¿Y quién lo tumbó? —Marc resaltó.
—Lo tumbé, ¡pero lo rompió el piso!
— ¡Basta! No me importa quién fue, ese carrito no tiene remedio —Recogió los pedazos y los colocó en una caja— Hoy los llevaré al parque, así que mejor no sigan comportándose así porque sino no hay parque. Acuérdense que falta poco para el 25.
—Está bien, mamá —Ambos acordaron.
—Ok. Voy a preparar algunas cosas con papá, después salimos. Pórtense bien —Salió. Marc y Leo se quedaron en silencio por unos segundos hasta que la sintieron lejos, para terminar hablando bajo.
— ¡Ojala que te mueras! —Marc deseó sin saber en realidad.
—Marc… Sabes que yo no soy tan torpe para golpearme fuerte. Para que pase, alguien tendría que hacerlo por mí y eso no pasará —Sonó como si hubiese sido un deseo distinto.
—Algún día te darás un golpe fuerte, ya lo verás.
Con tensión entre ellos, fueron a la sala, donde estaban Rose y Carlos decorando.
— ¿Quieren ayudar? —Carlos ofreció.
— ¡Pondré las pelotas del árbol! —Marc corrió directo a la caja de las bambalinas.
—Buscaré las luces —Pensó antes de decirlo. Leo quería poner las bambalinas, mas no lo haría si Marc estaba en eso.
En el parque, cada uno de los hermanos se fue por su lado, seguían molestos. Rose no estaba tan pendiente de eso porque andaba con una amiga. Jugaron bastante con otros niños, claro, nunca juntos. Llegó un momento en el que Marc fue a los columpios y Leonardo al tobogán, el cual estaba solo, pero varios niños hicieron fila tras él. El menor de los hermanos iba adelante, detrás había una niña de unos seis años. Leo se tira por el tobogán. Ya casi llegaba al suelo cuando la niña de atrás gritó.
— ¡Cuidado! ¡Hay una serpiente abajo!
— ¿¡Dónde!? —Leo comenzó a tratar de frenar en el tobogán para subir como le fuera posible.
La niña se bajó del tobogán mientras los otros niños corrieron a alejarse.
— ¡Ahí, al lado del…! —La serpiente atacó— ¡¡Ahh, ayuda!! —Se escuchó por todo el parque. La niña recogió unas piedras.
— ¡¡Ahh!! —La serpiente mordió a Leo, él pataleó para quitársela. La niña, en un acto de desesperación al no ver a un adulto cerca, lanza las piedras que recogió y le pegó a la serpiente con ellas, haciendo que se fuera, ocurriendo todo en menos de cinco segundos, aunque para ese momento ya había soltado a Leo, pero tenía pinta de volver a atacar.
En los columpios, Marc se encontraba totalmente ignorante a lo que estaba pasando a varios metros. No duró mucho, pues Cristian, quien lo acompañaba, sí se dio cuenta.
— ¿No es Leonardo el del tobogán?
— ¿Qué tobogán?
— ¿No oyes todo ese ruido?
—No le he prestado atención, como en la escuela —Sonrió traviesamente— ¿Qué han dicho?
—Hay una niña pidiendo ayuda, no sé por qué, pero antes dijo que había una serpiente y el otro que gritó era tu hermano.
— ¿Crees que lo mordió? —Preguntó sin preocupación alguna.
—Creo… Ahí van tu mamá y la mía. ¡Vayamos!
Cristian y Marc corrieron tras sus madres hasta llegar al tobogán.
— ¿¡Qué te pasó!? —Rose se asustó al ver a su pequeño acostado en la tierra bajo el tobogán con un hilo de sangre saliendo de su tobillo derecho.
—Una serpiente… —Dijo dificultosamente.
— ¿¡Qué tipo de serpiente era!? —Se espantó.
—Crótalo diamante del este —Un niño respondió con total seguridad. Todos lo miraron raro— ¿Qué? Mi papá trabaja en el serpentario del zoológico.
— ¿Estás seguro?
—Reconocería una en donde sea.
—Cristian, ve con tu mamá a mi auto. Ve con ellos, Marc. Ya los alcanzo —Ordenó alarmada. Cargó a Leo y lo recostó en los asientos traseros del auto. Rápido, ella entró y arrancó muy apurada. Atrás estaban los tres niños, adelante, las madres.
— ¿Te sientes bien? —Marc comenzó a sentirse preocupado.
—No… No voy a estar bien, ¿verdad?
— ¡Claro que sí! ¡Ya estamos llegando! —Su madre pensó en positivo.
—Me siento muy mal…
— ¿Qué sientes? ¿Te duele el tobillo?
—No, nada.
—Es raro… Si te mordió ahí, ¿por qué no te duele? —Marc no entendió.
— ¡Llegamos!
Tuvieron suerte de que el hospital estaba cercano al parque. Rápidamente, bajaron a Leo y lo llevaron a Emergencias para ser atendido lo antes posible. Después de varios minutos desesperantes, un doctor fue a notificarles sobre la situación.
—Ya puedo informarles sobre la condición del paciente, pero… —Se agachó para hablar con Marc— ¿Podrías salir?
— ¿Por qué, doctor? ¿Y a dónde?
—Lo que voy a informar podrías no entenderlo. Ve con tu amigo —Lo mandó a ir con Cristian.
— ¡Pero quiero saber! Si no entiendo, me pueden explicar.
— ¿Quieres quedarte aquí y no con tu amigo y tu hermano?
—Puedo ir después de que diga lo que va a decir —Marc era insistente. El doctor vio a Rose. Ella entendió y asintió con la cabeza.
—Bueno… Primero que todo, deben saber que tendrá que permanecer aquí unos cuantos días. Ya le administramos el antídoto, pero hay que esperar hasta mañana para saber qué tanto daño hizo el veneno y conocer su condición. ¿Alguna pregunta?
— ¿Por qué no le dolía el tobillo? —Marc seguía con esa duda.
—Eso es normal. El veneno de esa serpiente tiene ese efecto.
— ¿Cuánto veneno…? —Rose no terminó la pregunta.
—No estoy seguro de la cantidad exacta, pero fue más o menos bastante.
— ¡Pero si él dice que la mordida no duró más de un segundo!
—Una cualidad de las cascabeles es inyectar mucho veneno rápidamente. Por eso son tan peligrosas.
—Entonces, ¿estará grave?
—No se sabrá hasta mañana. Los efectos en un adulto se ven entre 24 a 48 horas después. En un niño, un poco antes.
— ¿Cuánto es lo mínimo que inyecta normalmente?
—Unos 300 a 450mg. Máximo 600 e incluso 700.
—Parece mucho. ¿Y el mínimo letal?
El doctor pensó mucho. No quería decirlo. Suspiró antes de empezar a hablar.
—En un adulto, la dosis mortal mínima… —Sonó una alarma— Disculpen, es de otro paciente mío. Ya regreso —Se fue, apurado.
—Eso fue raro —Notó Rose.
Al rato, el doctor volvió para avisar que ya podían hablar con él, que era posible que presentara dolor, ardor e incluso dificultad para respirar y que tuviera lo que tuviera, no le hicieran mover la pierna derecha, pues estaba muy hinchada y de moverla, podía volver a sangrar. Las madres se quedaron en la sala de espera mientras Marc entró a la habitación.
—Pensé que te habías ido —Rose se sorprendió al ver a Vivian en la sala de espera.
— ¿Cómo si tú me trajiste? No tomaré un taxi. Además, no te iba a dejar sola en estos momentos.
—Gracias… —Vivian y Rose eran amigas desde hace diez años, desde incluso antes de conocer a los padres de sus hijos. Qué decir amigas, mejores amigas, comadres. Rose la conoció en un viaje que hizo a Canadá para grabar su primer comercial, en donde Vivian fue la que impidió que Rose se perdiera en Toronto y terminara en las Cataratas del Niágara. Fue algo así como su guía turística, y de ahí sólo hablaron por teléfono y se vieron cada vez que la italiana viajó al país durante cuatro años, pues Vivian nunca fue a los Estados Unidos hasta un poco después del nacimiento de Marc, cuando decidió mudarse a Miami por una oferta de trabajo que su amiga le consiguió— ¿Y Cristian?
—Ahí, hablando con Leonardo.
—Esto me tiene muy preocupada. ¿Cómo ha estado? No sé sobre nada. Cuéntame todo.
—Cuando llegó, tenía unas cuantas hemorragias. Ya las controlaron. Claro, le pusieron el antídoto… —Vio a Cristian pasar— ¿A dónde vas?
—Mami… ¿Puedo ir a agarrar algunos caramelos?
— ¿Dónde y para quién?
—Ahí y para nosotros tres —Señaló la recepción.
—Dos. No le des nada a tu amigo que no sepas si va a hacerle bien. Búscalos.
—Dulces. ¿Qué más pueden querer los niños?
—Cristian es adicto a ellos.
—Bien… Puedes seguir.
—Después de eso, dijeron que hay que esperar hasta mañana. Tiene el tobillo hinchado, pero es normal.
—Eso sí lo sabía. ¿Le duele algo o se siente mal?
—Un poco de náuseas y sí le duele el cuerpo. Más nada —Cristian volvió— ¿Ya conseguiste los dulces?
— ¿Quieren uno?
— ¡Gracias! —Ambas tomaron algunos caramelos de sus manos, luego se fue a la habitación.
—Lo siento, pero no puedo darte. No sé si te harán bien.
—Aw. Bueno, no quiero que me duela la panza más de lo que me duele ahora.
—Voy a guardarte unos cuantos.
—No lo hagas, no hace falta.
—Pero… —Casi titubeó, eso fue raro— Tú nunca dices “no” a los caramelos.
—Puedo hacerlo cuando quiera. Que nunca quiera no quiere decir que ahora no diga que no.
—Claro… Tú sí los quieres, ¿cierto?
—Todos los que quieras darme. ¿De verdad no los quieres? —Marc quiso confirmar.
— ¡No! ¿Qué no entiendes?
—Es que estás raro.
—Si lo dices por mi tobillo feo, en serio que no te burles.
— ¡No me estoy burlando! Digo que estás raro de actitud.
—No estoy raro… No quiero más dolor y ya.
—Entonces, ¿por qué no quieres que te guarde algunos?
—Porque sé que no aguantarán las ganas de comerlos.
Se rieron.
—Tienes razón —Admitió Marc.
—Entonces, ¿no te molesta que no te guarde?
—No.
Afuera, Rose recordó algo que debió hacer antes.
— ¡No le he dicho nada a Carlos!
—Ya han pasado tres horas. No le agradará.
— ¡Lo sé! Pero, ¿cómo le digo?
—Ve pensándolo rápido porque ahí viene.
— ¿¡Qué!?
Carlos apareció desde atrás, algo alterado.
—Fui al parque, los busqué por mucho tiempo hasta que alguien me dijo que un niño fue mordido por una serpiente horas antes. No quise creer que fuera alguno de los nuestros, pero cuando llamé a casa y no había nadie, lo supuse. ¿Qué sucedió y a quién mordieron?
— ¡Carlos! —Rose lo abrazó. Él se preocupó.
— ¿Qué pasa?
—Lo que te dijeron es cierto —Rose no fue capaz de hablar. Vivian respondió por ella.
—Pero dime, ¿quién fue mordido?
—Leonardo fue mordido en el tobillo derecho por una cascabel diamante del este.
— ¿¡Por una…!? —Del impacto, Carlos soltó a Rose— ¡Que yo sepa, es la más peligrosa del país! ¿Está bien?
—Está en aquella habitación. Marc y Cristián están con él.
— ¿Cómo ocurrió todo?
—Por lo que tengo entendido, él estaba en el tobogán y cuando estaba casi abajo, la serpiente atacó. Nadie la había visto, sólo una niña que avisó antes del ataque.
— ¿“Por lo que tengo entendido”?
—No vimos nada.
— ¡Lo siento mucho! —Rose al fin habló— Debí vigilar a los niños pero me puse a caminar. ¡Todo es mi culpa!
—No te culpes. Tú querías un tiempo libre y nunca pensaste que una cascabel podía estar por ahí. Nadie lo imaginó.
Carlos hizo todo lo posible para calmar a su esposa. Luego de tranquilizarse, fue el turno de los adultos de entrar a ver al herido. Al día siguiente, por la mañana, Rose le avisó a Carlos que usaría su auto para ir al hospital, pues el suyo estaba manchado con sangre, y le pidió limpiarlo mientras tanto.
—Sigo insistiendo, estás raro —Marc le dijo a Leo.
—Digo lo mismo. No lo estoy.
—Entonces, ¿Por qué tan… —Se detuvo a pensar la palabra— “no”?
—Me rindo. Siento que no saldré de esta.
— ¿Cómo dices? Tú no vas a… ¿Cómo es que se dice?... ¡Tú no dejarás de vivir!
— ¡Tu palabra contra la del doctor!
— ¡El doctor no dijo nada de eso!
— ¡Porque no se los quiere decir! —Marc se quedó callado— Ayer lo oí hablando con una doctora sobre mí. Dijo que sentía pena por mí, que no iba a vivir mucho tiempo más. Ella le preguntó por qué, él le respondió que ningún niño menor de diez años ha logrado sobrevivir al veneno de esa serpiente. Que todos fallecen… No sé qué quiere decir eso, pero suena feo… Como dejar de vivir o algo así.
— ¿¡Qué!? ¿Por qué no nos dijo nada? —Ambos se entristecieron.
—Porque no quiere decirlo contigo ahí.
— ¡Por eso me quería fuera ayer!
— ¿Lo ves?
— ¡Tiene que haber algo para que vivas!
—No hay nada.
— ¡Tendrán que inventarlo!
A unos metros de la habitación, el doctor se encontró con Rose.
— ¿Hay algo que no quiere decirme?
—Que no quería… ¿Recuerda las dosis mínimas? No quise decir la letal por el niño… La dosis letal mínima en un adulto es de 100 a 150mg.
—Oh no… Por eso es que estaba tan… —Entró en pánico.
—Hay otra cosa que debería informarle. Le costará aceptarlo, pero… Ningún niño menor de diez años ha logrado vivir a la picadura de esa cascabel.
— ¿¡Qué!?
Adentro, Marc insistía.
— ¿No entiendes? No pueden hacer nada.
— ¡No quiero que te vayas!
—Yo tampoco irme, pero ya me siento demasiado mal —Dejó de mirar a Marc y cerró los ojos.
—Eso no… —Escuchó una alarma extraña venir del electrocardiograma. Lo vio y se confundió al punto de no saber si quedarse ahí a intentar algo o si salir a pedir ayuda.
—Ninguno ha vivido —El doctor intentaba hacer reaccionar a Rose.
— ¿O sea que…?
— ¡Leo no responde! —Marc los interrumpió desesperadamente. Optó por pedir ayuda— ¡No se mueve y esa máquina no se calla! ¡Suena raro!
El doctor corrió a la habitación y se le escuchó pedir un carrito de paro.
— ¿Qué pasa, mamá? —Marc la abrazó de lado, asustado, viendo hacia la habitación.
—No lo sé… —Rose notó a dónde miraba, respondió volteándolo, quizás no debía ver lo que estaba por pasar.
Se quedaron cerca. Rose pendiente de la escena y haciendo a Marc no estarlo. Observó que los doctores intentaron diversas veces reanimarlo sin resultados. El electrocardiograma seguía sonando en un ritmo indeseable. Despejaron y descargaron un choque repetidas veces, sin cambios. Marc ya estaba preguntando por qué no salían, evadía la respuesta con otro tema, debía mantenerlo distante a todo hasta no tener una conclusión clara. Finalmente, aparentaron terminar su trabajo, o al menos la máquina ya estaba normal, pero de resto no. Los doctores se alejaron del paciente un tanto consternados. ¿Qué pasó ahí? Según el aparato, todo fue bien. Según sus caras, todo lo contrario. Entonces, ¿qué creería? Cuando se despejó la vista, vio a Leonardo, mas éste se encontraba dormido, sin despertar, sus ojos permanecieron cerrados. Rose no supo qué imaginar, por lo tanto, esperó a que el doctor se acercara a ellos con la explicación.
—Está vivo, pero en coma.
—Pero… ¿Cómo?
—Tuvo otra hemorragia. Las hemorragias pueden causar coma.
— ¿Cómo es eso? Lo del coma —Marc quedó igual.
—Tu hermano está vivo, sólo que parece dormido… Te explicaré. Tú puedes hablarle, pero no te responderá. No puede hablar ni caminar, tampoco estar despierto.
— ¿Está dormido pero no despierta? ¿Y cuándo lo hará?
—Esa es la pregunta. No se sabe cuándo lo hará. Puede despertar en unas horas como puede no despertar nunca.
— ¿Puede morir estando así? —Preguntó Rose— No sé mucho sobre esto.
—Sí, puede morir.
—Esperen… ¿Cómo se va a dar un golpe fuerte si está acostado y no puede moverse? —Marc se confundió.
— ¿De qué estás hablando?
—No hablamos sobre golpes fuertes —Ambos adultos también.
—Pero… ¿“Morir” no quiere decir “golpe fuerte”? — ¡Eso era todo!
— ¿De dónde sacaste eso?
—Yo te pregunté una vez y me dijiste “se dio un golpe fuerte, por eso murió”.
—Oh, ya lo recuerdo, pero ambos entendimos mal. Tú preguntaste “¿Cómo que murió?” y yo te dije eso porque creí que preguntabas el por qué y no qué quiere decir y tú creíste que te respondí el significado y realmente fue la razón.
—Entonces, ¿qué quiere decir “morir”? —No respondieron— ¿Me escuchan? ¿Qué quiere decir? —Siguieron callados— ¿Por qué no quieren decirme nada?
—Muchos de los pacientes en coma no despiertan y mueren —El doctor dijo en un intento de hacerlo entender.
—Pero, ¿eso qué quiere decir? Espera… Si no despierta es porque se queda así. Si está así es porque está como que durmiendo y no despierta y si alguien no despierta, muere… —Empezó a analizar— No despertar sería no hablar, no comer, no caminar, ni ver, correr, jugar, oír… Es como dejar de vivir, y si a eso se le llama “morir”, “morir” es dejar de- —Paró drásticamente y su expresión cambió de la misma manera, quedando sorprendido, preocupado y asustado— ¡Leo! —Corrió y se sentó en una silla a un lado de la camilla— ¡No quería decir eso, y tenías razón! —Lloró.
—Esto fue lo que quise evitar. En algún momento tenía que pasar. No iba a durar mucho antes de esto.
—Menos mal que lo dedujo él mismo. No habría sido capaz de decírselo —Entraron— Marc, por favor no llores. El doctor dijo claramente que no todos los comatosos mueren. Hay varios que viven.
— ¡Pero también dijo que nadie menor de diez ha vivido a esa serpiente!
— ¿De dónde lo sabes? —Se sorprendió el doctor.
—Mi hermano lo escuchó hablando con otra doctora sobre eso y me lo dijo antes de… toda esa cosa rara que pasó.
— ¿Cuándo me escuchó?
—Ayer en la noche. Él no lograba dormir, por eso escuchó.
—Debió estar confundido y-
— ¡No me mienta, doc! —Exclamó con decisión. Ambos adultos se impactaron— ¡Quiero saber qué le puede pasar!
—Está bien. Pero así sólo llorarás más.
— ¡No me importa! ¿¡Sólo porque soy un niño de seis años no puedo saber lo que le pasa a mi hermano!? ¡No me importa si no entiendo o si me pongo a llorar, necesito saber! —Exigió casi gritando.
—No se quedará tranquilo. Hay que decirle.
—Lo que te dijo es verdad. No puedo agregar más nada, ya lo sabes todo —Se retiró.
— ¡Lo sabía! —Lloró más.
—Pareces estar más triste que yo.
—Es que… estoy triste, pero también algo más.
— ¿Preocupado?
—No. Bueno, sí, pero no es lo que digo. Siento que tengo la culpa.
— ¿Por qué? ¿Qué hiciste tú? Ni cerca estabas.
— ¿Te acuerdas que ayer como a esta hora Leonardo y yo estábamos peleando?
—Sí, pero… ¿Qué tiene que ver?
—Cuando te fuiste del cuarto, yo seguía molesto. Quería golpearlo, pero como no podía, lo deseé. Se lo dije, pero tú ya sabes cómo creía que se decía “golpe fuerte”.
— ¿Deseaste que muriera?
— ¡De la manera que yo pensé que era! —Oírlo sólo lo afectó más— No quise desearle eso, nunca quise que Leo se fuera y menos ahora. ¡Todo esto es mi culpa! Lo deseé y se está cumpliendo.
—No fue tu intención. Tú sólo querías que se golpeara. ¿Él también cree eso?
—Sí. Me dijo que no es tan torpe como para golpearse solo. Luego de eso, nos evitamos. En el parque estuvimos separados siempre. Cristian se quedó un rato con él y otro conmigo. Cuando la mordida, estaba conmigo, y él fue el que se enteró de la mordida primero.
—Ahora entiendo. No quieres que los posibles últimos momentos con él sean de enojo. Quieres remediarlo todo.
—Y sólo puedo hacerlo si vive.
— ¿Quieres volver a casa a calmarte un poco? —Marc asintió.
Rose y Marc regresaron a casa con malas noticias para contarle a Carlos. Entraron con mucho silencio, de paso, Marc se fue directamente a su cuarto sin siquiera saludar.
—Tanto silencio al entrar no me parece bueno —Sospechó.
—Leo está en coma —Rose afirmó sus sospechas.
— ¿Cómo le dio? —Sólo se sorprendió mínimamente.
—Hemorragias.
— ¿Y Marc?
—Fue directo a su cuarto. Se siente muy mal.
— ¿A qué hora es el próximo horario de visitas?
—Como a las tres.
—Iré a esa hora. Tienes suerte de que tu auto es de tapicería de cuero. Lo limpié fácil.
—Oh, gracias —Rose fue a revisar su auto, mientras Carlos se dirigió al cuarto de su hijo. Encontró a Marc viendo al juguete por el que pelearon el día anterior. Lo tenía en sus manos y no apartaba su vista de él.
— ¿Ese es el carro que se rompió ayer?
—Sí, y no tiene remedio, según mamá… —Levantó la vista— Al igual que Leo, según el doctor, pero no pienso eso.
— ¿Qué es lo que piensas?
—Que pueden acomodarse.
—Te aseguro que Rose no sabe nada sobre carros. Claro que puede arreglarse —Carlos iba a tomar el carrito para llevárselo y acomodarlo, sin embargo, Marc lo apartó.
— ¡No! No lo arregles hasta que mi hermano esté bien.
—Marc… De él no puedo asegurarte nada. No sé nada de medicina. Si me preguntas sobre algo legal, perfecto, pero no sé nada de medicina. ¿Y por qué no quieres hasta que pase eso?
— ¿Mamá te contó sobre la pelea de Leo y mía ayer?
—Sino no sabría sobre el carro roto.
—No quiero que lo que hizo que peleáramos esté bien si Leo no lo está.
—Si así lo quieres… Lo guardaré para que sus piezas no se pierdan para después.
—Ok —Lo convenció.
Más tarde, cuando Carlos salió a visitar a Leonardo, Rose empezó a cancelar todo lo que tenía planeado e incluso reservado para las vacaciones. Iban a pasar varios días fuera de la ciudad, ahora tendrían que quedarse en casa. Marc salió de su cuarto a avisarle algo.
—Falta poco para Navidad y… no quiero regalos.
—No puedo evitar que Santa te los traiga.
— ¿No puedes decirle que no quiero regalos?
—No lo creo, igual creo que los traerá.
— ¿Y no le puedes decir que me porté mal a última hora?
—No voy a mentirle. ¿Qué le diré que hiciste?
—Por mi culpa, Leo está grave.
—Culpa de la cascabel, no tuya.
— ¡Le deseé muerte!
—Creías que significaba otra cosa.
—Pero igual le deseé algo malo.
—No lo suficiente como para no tener regalos —La realidad era que ya había comprado los regalos, así que no los dejaría escondidos hasta… Hasta la próxima festividad que incluyera dar presentes.
—Entonces no abriré los regalos —Marc decidió. Se escucharon unas llaves.
— ¿Ya regresó? —Rose quedó confundida. Carlos entró a la casa.
—Entiendo que se sorprendan. No soporto estar en hospitales y menos ver a alguien hospitalizado. No soporté ni diez minutos —Marc se alejó, volvió a encerrarse en su cuarto— Ver a un niño tan activo en esas condiciones es espantoso. No lo soporté.
—Te entiendo. Marc es el único que se sienta a su lado por ratos. No sé cómo lo hace.
—Lo otro que no soporto es tanta… —Pensó— tristeza en la casa. Ayer todo era tan perfecto y hoy… Hoy sólo estamos aquí, preocupados por lo que puede pasar.
—Esta Navidad será horrible .
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
Capítulo #16: "La Eterna Navidad" (Segunda parte).
El teléfono de la casa sonó. Rose lo atendió.
— ¿Hola?
—Hola Rose —Era Vivian.
— ¿Cómo estás?
—Como siempre. Quería saber cómo sigue Leonardo.
— ¡Oh amiga!
— ¿Qué pasó?
—Fui con Marc en la mañana y él presenció cómo quedó en coma. Yo ni estaba en la habitación.
— ¿¡En coma!? ¿Pero cómo?
—Hemorragias. Tuvo varias y una le causó un paro cardíaco. Cuando lo sacaron del paro, entró en coma.
—Pobre Leo… Y pobre Marc, ver todo eso.
—Pero hay más. Lo peor no ha pasado. Justo antes del paro, el doctor me dijo que ningún niño menor de diez años ha sobrevivido a la mordedura de esa cascabel.
—Ay no… ¿Marc se enteró?
—Fue de las últimas cosas que Leo le dijo. Él también lo sabía porque escuchó al doctor decirlo.
—Que Leo se enterara creo que fue muy malo. Con lo fácil que se trauma… Seguro se puso pesimista.
—Todo ha sido horrible.
Conversaron por un rato más, hasta que Rose notó que no veía a Marc desde la llegada de Carlos, eso no era normal. Debía hacer algo por él.
—Hay que hacer algo con Marc. Ha estado tan callado…
—La pregunta es “qué”.
—Es muy extraño. No habla, no ve televisión, no juega… Sólo come, bebe, va al baño y dibuja.
—Es normal que dibuje. Al menos hace algo.
—Sí, pero cuando lo hace, siempre anda preguntando a mitad de dibujo si está bien. No lo está haciendo.
—A lo mejor no quiere que lo veamos.
— ¿Sabes? Vivian dijo que si queríamos pasar por su casa, podemos hacerlo.
—Buena idea —Fue a buscar a Marc— Iremos a casa de Vivian. ¿Quieres ir? Estará Cristian.
—Ok, ya voy.
Aceptó salir sólo porque quizás ver a un amigo le haría bien. Al llegar, se detuvo frente a un teclado con curiosidad.
— ¿Qué es esto? —Marc necesitaba saber.
—Un teclado, o algo así entendí.
— ¿Sirve? —Ni sabía qué era, pero también quería saber si servía, aunque no supiera para qué. De seguro preguntaría eso luego.
— ¡Claro! —Tocó una tecla.
—Déjame intentar —Entendió de inmediato que se trataba de un instrumento musical. Con razón se le parecía a un piano.
—No podrás tocarlo bien. Ni sabías qué era —Para sorpresa de Cristian, Marc tocó una pieza bastante bien, ¿¡qué!? — ¿¡Cómo…!?
—Parece que no tienes razón —Se burló.
— ¿¡Pero cómo!? ¡Tocaste bien a la primera!
— ¡Creo que Marc debería enseñarte! —Escucharon a Vivian y al resto de los adultos reír.
— ¿¡Él cómo me va a enseñar!? ¡Ni sabía qué era y de seguro nunca vio uno hasta ahora! ¡Fue pura suerte!
—Volveré a tocar a ver —Marc repitió la acción y la misma canción de antes le volvió a salir de maravilla, ¿¡qué!?
— ¿¡Qué!? —Cristian llegó a pensar que estaba en uno de esos sueños raros en los que las personas tienen habilidades especiales.
— ¿Dos veces bien son suerte? —Bromeó Marc. Sus padres acudieron al lugar.
— ¿De verdad nunca habías visto uno? —Vivian necesitaba confirmar.
—Nunca.
— ¿Es que sabes qué creo? Que la música es lo tuyo.
— ¿Ah? —No entendió.
—Quiero decir… ¿Tú has oído sobre los poderes, no?
Los poderes no son eso de visión de rayos X, invisibilidad, atravesar muros o levantar enormes cantidades de toneladas, no. No son esos poderes que se ven en caricaturas, historietas y todo lo que incluya superhéroes, no. Son aquellas habilidades especiales que cada individuo posee. Son como la actividad innata que en otras personas suele ser aprendida o que es imposible de aprender, simplemente se viene con eso. Incluyen desde imitar sonidos y voces hasta ser incansable, aunque eso sí es de cómic, pero sí entra en la lista de poderes. Tocar un instrumento normalmente es algo que se estudia para dominarlo, no algo que apenas se intenta, sale bien.
—Ah sí, ¿pero qué tiene que ver?
—Como lo dije, creo que la música es lo tuyo. Buscaré otro instrumento para comprobarlo —Vivian se adentró hasta “el cuarto de las cosas guardadas para después”, donde sólo consiguió un instrumento que aunque parecía ser una exageración, si su teoría era cierta, no tendría inconvenientes— Sé que esto es demasiado, pero… Lo otro único que tengo es esto.
— ¿Un violín? Me dicen que es difícil.
—Lo sé, pero no tengo otro. Inténtalo —Se lo pasó.
—No se rían si lo hago mal —Creyendo que estaba haciendo algo mal, tocó una melodía— ¿Qué tal? —Preguntó un tanto asustado.
—Marc Molander Ascenso — ¿Qué era eso? Que te llamen por tu nombre completo –o casi completo- sólo significa dos cosas: o te van a felicitar, o te van a regañar, lo cual es lo más seguro— ¡La música es lo tuyo!
—El primero en descubrir su poder de nuestros amigos —Cristian no sabía que más decir, aun no se la creía.
— ¡Sííííííí! —Celebró— Y me gusta. El violín no parece tan difícil —Se lo devolvió a Vivian y los adultos se fueron.
— ¿¡QUÉ!? ¡Yo intenté y no puedo ni agarrarlo bien!
— ¡Es fácil! Oh, al fin me siento un experto en algo. Quiero ver la cara de- Oh… —Toda su emoción desapareció de un segundo al otro por sólo haber deseado ver cómo reaccionaría Leo.
—Esta es como la tercera vez que cambias de humor en menos de media hora… Toca de nuevo —Marc cumplió con la orden. Le gustaba hacer algo bien.
—Es divertido. Lástima que no tengo instrumentos… Ni con quién entretenerme. Quiero que esté bien para el 24.
El 24 de diciembre fue el noveno día luego de la mordida. Por lo menos, para el día anterior, nada había cambiado, pero para este día Marc tenía muchas más expectativas, por lo que entró entusiasmado a la habitación donde estaba Leo, mas al llegar a la camilla y verlo, se desanimó.
— ¡Aaaaaaaaahhhhhhhwwwwwww! ¿Por qué no despiertas?... —Este sería otro día más de conversación unilateral— ¿Sabes? Lo más probable es que hoy todos comiencen a darme regalos, pero no los quiero. No quiero nada este año. Bueno, sí, sí quiero algo, pero nada que venga envuelto o en un paquete. Lo único que quiero es que mejores, que despiertes. No sería lo mismo despertar mañana y no tener a alguien que me acompañe a abrir los regalos. Aunque… Si me dan regalos mañana, no los abriré. No lo haré solo. Espero hablar contigo de verdad mañana —Dijo como despedida, pero terminó quedándose sentado en la misma silla al lado de la camilla.
—Su hijo es el único que le habla —El doctor y Rose observaban la escena.
—Marc es muy insistente y tiene paciencia.
—Su hermano no muestra señales de mejoramiento. No reacciona al dolor ni a ningún estímulo. Sólo sus pupilas a la luz pero muy poco, tal cual como hace ocho días.
—Más de una semana y no mejora… Marc ha estado muy diferente todos estos días y tiene pesadillas cuando nunca las tenía. De paso, todas tienen que ver con esto. Hoy soñó que en vez de una cascabel, era un tipo de serpiente gigante la que lo atacó y que cuando fue a salvarlo, lo mordió a él. Ahí despertó.
—Uno siempre despierta en esas partes.
En la tarde, Carlos, Rose y Marc regresaron a casa. Al entrar, lo primero que notaron fue al arbolito. ¡Estaba rodeado de regalos! Los Molander tenían la costumbre de avisar a quienes supieran que iban a dejar regalos cuándo saldrían y dejarían la puerta abierta para que fueran y dejaran el presente a escondidas, así, cuando llegaban a casa, de la nada el arbolito estaba lleno de regalos que serían desenvueltos en la noche cuando la familia se reunía y en la mañana siguiente por los niños. Solían dejar muchos, pero esta vez eran más.
—Sí que trajeron regalos —Se sorprendió Carlos.
—Y aun no es 25.
— ¿Crees que Marc vaya a abrir uno?
—No lo creo. Sólo míralo, los ve y los deja ahí para irse a su cuarto a dibujar de nuevo.
—Antes era tan feliz abriendo regalos. Ahora ni los toca.
—Todo es deprimente. Lo único que quiere es que Leonardo despierte. No pierde las esperanzas.
—Todos lo queremos.
—Si fuera lo del año pasado que sólo eran heridas graves pero se sabía que viviría… —Rose se refirió a un robo en el que ambos hermanos resultaron heridos a inicios del año anterior— Ahora es todo lo contrario.
El día de la Navidad llegó con todo, excepto Navidad. No parecía para nada ese día, ni menos la época. La casa estaba silenciosa a diferencia de los hogares vecinos. Eran las nueve de la mañana. Rose y Carlos conversaban en la sala de estar.
—Este era el momento en el que Marc llevaba como tres horas despierto y andaba emocionadísimo. Ahora sólo duerme —La puerta de su cuarto se abrió— Tenía que hablar.
—Tengo hambre… —Marc salió.
Y el silencio siguió. Fue como si a Marc se le hubiese olvidado qué día era. El día favorito de los niños convertido en una total pesadilla. Como ya se había hecho costumbre en los últimos días, lo primero que hizo fue pedir ir a ver a Leo. Quizás, lo único que quería para Navidad estaba en una camilla de hospital esperando por él, despierto, ansioso por ver a su familia.
—Hoy volví a tener otra pesadilla —Marc decidió contarle a su madre en el trayecto— Tú estabas pensando en desconectar a Leo y yo hacía lo posible para que no lo hicieras. Papá estaba de acuerdo contigo y nadie conmigo. Fuimos al hospital y le dijiste al doctor que lo desconectara. Yo estaba sentado a su lado y lloré, seguía diciendo que no lo hicieras, pero nada. Pedí y pedí y no me hacían caso. Al final lo hicieron y yo me puse peor. Te preguntaba por qué lo hiciste y me culpaba… Ahí desperté.
—Tus pesadillas van en orden… —Pensó en voz alta. Y era verdad. Primero soñó con la parte de la mordida, varias versiones de ella, luego soñó con los días de espera en el hospital y con varias versiones de los momentos antes del paro cardíaco o distintos desenlaces, y ahora soñaba con el final, el cual de seguro también tendría varias versiones en sus sueños.
La imagen al llegar al hospital se repitió, fue la misma. Leo no despertaba, seguía en coma, seguía ausente. Marc esta vez no aguantó y lloró, de verdad deseaba recuperarlo en Navidad, habría sido perfecto. Al regresar a casa, ni siquiera se esforzó en ir a su cuarto y encerrarse. Se tiró sobre el sofá de la sala y ahí se quedó.
— ¿Por qué no abres los regalos? —Preguntó su padre.
—No abriré nada porque no merezco ningún regalo.
—Te portaste bien todo el año. Claro que los mereces.
— ¡NO! Leo está así por mi culpa. ¡No merezco nada!
—Tú no tienes la culpa. Si es por lo del deseo, no cuenta. No sabías el verdadero significado de la palabra.
—Igual no abriré nada. No tengo ganas —Se molestó ante la insistencia, por lo que se dirigió a su cuarto y ahora el día sería como los anteriores.
De noche, justo antes de dormir, Marc habló consigo mismo.
—No entiendo. ¿Por qué no puede despertarse? ¿Por qué abrir los ojos y hablar es tan difícil ahora si antes lo hacía todos los días? ¿Y qué es lo que no entienden de que no quiero abrir los regalos? No quiero ni me los merezco —Marc liberó sus pensamientos y desesperaciones— Espero no soñar nada raro —Acostado en su cama, apagó la lámpara de la mesita de noche.
Los días pasaron y nada cambió. El 31 y el primero fueron tristes. Esas fechas no fueron lo mismo sin el menor de la familia. Era 6 de enero y todo continuaba igual. Marc fue visitado por Cristian cerca del mediodía.
— ¡Mis sueños están locos! Te voy a contar el de hoy.
Se ve a Marc llegando a su casa, adulto. Mientras buscaba las llaves de la entrada, hablaba por teléfono con una compañera.
—Eso es algo que siempre sucede entre hermanos. ¿Tienes alguno? —Su compañera era en realidad una amiga, pues conversaban de todo, excepto de trabajo.
—… Soy hijo único —Dijo luego de dudar.
— ¿En serio? Oh, qué lástima. Nunca sabrás lo divertido que es tener un hermano… Ser el mayor es lo máximo.
—Me imagino… Estoy llegando a mi casa, te hablo luego —La verdad era que se le dificultaba encontrar las llaves con una sola mano.
—Ok. Nos vemos mañana —Colgaron.
Marc entró, dejó las llaves y se dirigió a su cuarto. En el camino, de la nada apareció Leonardo, aun como un niño de cinco años.
— ¿¡Desde cuándo veo espíritus!? —Se asustó.
—Siempre he estado ahí, sólo que nunca me dejo ver.
— ¿Y eso que te dejaste ver?
—Creo que estás olvidándote de lo que me dijiste antes de irme… O después.
— ¿Por qué dices eso?
El fantasma, la visión, o lo que fuera lo que estaba en frente de él comenzó a imitar su voz de niño.
— “Nunca me acostumbraré a ser hijo único. Nunca cuando me pregunten si tengo hermanos podré decir que no tengo porque sí tuve uno-”.
—Espera —Interrumpió— ¿Tú imitabas?
— ¡Ese no es el punto!
—No es justo, ¿verdad?
— ¿¡Eso es una pregunta!? ¡Tú tienes un buen trabajo, muchos amigos, vives la vida que quisiste y siempre fuiste el que se portó mal! ¿Y qué conmigo? Yo siempre me porté perfectamente y no tengo nada, ¡NADA! Estoy muerto y creo que pude hacer mucho de haber vivido. La injusticia es que el malo lo tiene todo y el bueno no tiene nada. No estoy diciendo que deberías estar en mi lugar, porque yo jamás sería capaz de desearte lo que me deseaste hace más de quince años. Si no fuera por eso, yo de seguro estaría viviendo y no me habría picado esa serpiente.
— ¿Acaso no sabes todo lo que intenté y todo lo que hice y deseé para que vivieras?
— ¡Fue TU culpa! ¡Debería dolerte decir que no sabes lo que se siente tener un hermano cuando tuviste uno y por tu propia culpa lo perdiste!
— ¡Me duele! Duele recordarlo, no lo digo por-
—Ah, entonces quieres olvidarlo todo. Genial, te quitas un peso de encima cuando ese peso es ser el culpable de que una vida inocente se marchara. La culpa no te deja en paz.
— ¡Por favor, ya! ¡Lo que deseé fue otra cosa! Nunca he vuelto a desear el mal a NADIE.
—Lástima que aprendiste por un error.
—Y no me perdonaré eso.
— ¡Aprendiste tarde!
— ¿No me oyes?
— ¡Fue tu culpa!
Seguía culpándolo por más que intentara hacerlo entender. Trató de cambiar su opinión, pero lo ignoró y siguió, haciéndolo sentir peor.
—Y desperté. Fue rarísimo. Todos hablaban como adultos con palabras… ¿Profundas? Y me dio algo de miedo.
—No es nada normal eso.
—Para nada, pero creo que descubrí su poder.
— ¿Los regalos de hoy tampoco los abriste? —Cristian vio el arbolito.
—Tampoco. Guardé todos.
En la sala de estar, Rose y Vivian conversaban seriamente.
—Ya son tres semanas y nada ha mejorado.
—Y el doctor dijo que si en tres semanas no había ningún cambio, lo mejor sería desconectarlo.
—Carlos y yo hemos pensado seriamente eso, y creo que hoy es el día —Le costó decir.
— ¿¡Van a desconectarlo un Día de Reyes!? —Vivian se alarmó— ¡Por favor, NO lo hagas! Será muy cruel para Marc y para todos.
—Es que ya no aguantamos más verlo así. Debería estar aquí jugando con Cristian y Marc y no en el hospital sin posibilidades de mejorar.
—Haz lo que quieras, yo sólo te di una sugerencia.
—Me costará mucho, pero ya hay que aceptar la realidad.
Eran las 3:01pm. Marc estaba sentado en una silla a un lado de la camilla, como de costumbre.
—Creo que mamá y papá quieren desconectarte, están muy tristes y les costó decidir, pero creo que hoy lo harán —Entristeció— No puedo creerlo, si es verdad, morirás hoy. Será horrible. El Día de Reyes no volvería a ser lo mismo.
Entraron el doctor y Rose. Ella tenía lágrimas en sus ojos.
— ¿Estás segura de que quieres hacerlo? —Marc volteó como un búho al oír la voz del doctor diciendo esas palabras.
—Sí —Casi no se escuchó.
—Marc… —Vio algo triste a los niños. Ya llevaba exactamente tres semanas observando cómo el mayor se quedaba por ratos prolongados junto a su hermano esperando una buena señal, cómo le hablaba como si fuera a conseguir una respuesta, pues esa era su esperanza, y cómo lloraba cuando se daba cuenta de que era inútil y ahora acabaría de arruinarlo todo— Es hora de que te vayas despidiendo.
— ¡No! Mamá, ¿por qué?
—Pasaron tres semanas y no hay cambio… Ni lo habrá.
— ¿No puedes esperar más? —Un nudo se estaba formando en su garganta.
—Un tiempo más no hará la diferencia.
— ¡Sí la hará! Espera aunque sea una hora más.
—Yo no quiero que se vaya-
—Él tampoco quiere irse —Dejó callada a su madre.
— ¿Cómo puedes saberlo? —Preguntó cuando recuperó el habla.
—Leo me lo dijo antes de ponerse así. Lo último que dijo antes de eso fue “yo tampoco quiero irme, pero ya me siento demasiado mal” —Volvió a quedarse callada— ¿Podrías esperar una hora más?
Rose lo pensó. Vio la hora y tomó la decisión.
—Si de aquí a las 4:03 Leonardo sigue en coma sin mejoras, será desconectado. ¿Trato hecho?
— ¡Hecho! —Dudó un poco, pero aceptó. Los adultos salieron de la habitación. La espera final empezó— Los convencí de esperar una hora más. Ahora sí que de verdad no debes durar ni dudar en despertar. Es tu última oportunidad y espero que la aproveches.
Pasaron los minutos y Marc no se movió ni un momento de su silla. Rose no quería aceptar su propuesta, esperar una hora más sólo sería prolongar el dolor por sesenta minutos extra que no eran necesarios. Si no había presentado mejoras en veintiún días, menos lo haría en ese tiempo. Aceptó al ver lo esperanzado que se encontraba su hijo, aunque eso querría decir que cuando llegara el momento, sería aún peor. A las 3:53, a escasos diez minutos de la hora límite, Marc seguía pendiente.
—Te quedan diez minutos. Estoy comenzando a rendirme. Al final parece que sí te irás —Se deprimió un poco— Si lo haces, te voy diciendo que voy a extrañarte demasiado. Todo fue mi culpa y jamás voy a perdonarme. Cuando me pregunten si tengo hermanos, diré que tuve uno que ya no está, pero que mientras estaba fue el mejor que pude desear. Puede que siempre te eché la culpa de todo, pero yo te quiero mucho —Comenzó a llorar— Si despiertas, te prometo que no volveré a hacerlo para salvarme de algún regaño. No volveré a fastidiarte recordándote que eres menor, nunca te gustó y no quiero pelearme contigo. Te voy a cuidar para que no te pase nada. Trataré de ser el mejor hermano que podrías tener porque te lo mereces. Pase lo que pase, JAMÁS volveré a desearle el mal a nadie, por peor que me caiga… Si algo aprendí de esto es que las palabras pueden hacer mucho daño y creo que eso fue lo que pasó. No entiendo algo. ¿Por qué eres tú el que está sufriendo y pagando por algo que yo hice, en vez de ser yo? Tú eres el que está castigado por algo que no hiciste y menos mereces morir por eso. Aunque ahora que lo pienso… quizás sí sea yo el castigado porque soy el que está sufriendo ser hijo único. ODIO serlo. Pero igual, sería injusto que te fueras, aunque sea un castigo para mí, pero no mereces pagar por mi culpa.
Cuatro en punto. Quedaban tres minutos.
—Esto es mi culpa. Si no fuera por mí, nada estaría pasando… —Sus esperanzas estaban por el suelo— ¿Sabes qué? Si quieres, no despiertes, pero si supieras cómo estaremos todos en casa, no te gustaría. Si quieres que todos nos pongamos muy tristes, no despiertes, pero te digo que mamá y yo ya estamos así, papá no tanto… No quiero pensar cómo estaremos después. Pero si quieres que estemos felices, ¡despierta! ¿No puedes hacer algo tan simple como eso? ¡Piensa en nosotros! Falta muy poco para que vengan mamá y el doctor, ¡así que despierta ya!
Y tenía razón, ellos ya estaban en camino a la habitación. Marc se había enojado, a ese punto de depresión había llegado. Ahora no eran lamentos, eran regaños para él y para sí mismo lo que salía de su interior.
—No puedo creer que vaya a perderte por un tonto deseo que hice porque se rompió un tonto carrito que puede acomodarse. Lo único que deseo es que despiertes, tener a mi hermanito de vuelta, ese es mi deseo, no el otro. Sería mi regalo perfecto. No quiero que el mejor hermano del mundo sea sólo un recuerdo triste de una eterna Navidad… Despierta, despierta…
Las 4:02 habían llegado. Sólo quedaba un minuto. Marc no paraba de decir “despierta” lentamente y en voz baja. Lo hizo hasta cansarse. Apoyó la cabeza sobre la orilla de la camilla y sólo pudo llorar mirando al suelo. Su madre y el doctor estaban por llegar, así que ya no podía hacer algo mejor. Se estaba arrepintiendo de no haber pedido más tiempo. Deseaba que Leo se hubiese caído del tobogán y así se hubiese golpeado fuertemente como lo imaginaba en su deseo real, y que hubiese salido con sólo un gran moretón que dolería por un rato y listo, seguiría adelante con eso, pero no, sus palabras estaban por cumplirse en su verdadero significado, el feo, el que no le gustaba, el que no tenía solución alguna y con el que tendría que lidiar el resto de su vida. ¿Por qué no pudieron cumplirse como él creía que era? ¿Por qué no podía agarrar un diccionario y simplemente cambiar el significado de la palabra a su gusto? ¿Por qué tenía que perder a su hermano si aun era sólo un niño? ¿Por qué tenía que experimentar algo tan fuerte siendo tan pequeño? ¿Por qué?
— ¿Por qué lloras? —Escuchó una voz. Se había asustado, pensó que el doctor había llegado y que tendría que resignarse a aceptar lo que estaba por venir, pero luego notó que esa no era la voz del doctor. Menos mal.
— ¿Quién dijo eso? —No levantó la vista. Quien fuera el propietario de esa voz no iba a recibir una respuesta afirmativa, Marc no iba a permitir que se enteraran de que estaba llorando. No es que fuera malo, simplemente no quería y punto.
— ¿Quién más? Somos los únicos aquí. Si no fuiste tú, tuve que ser yo —Espera, ¿qué? Ahora la voz salió mucho más clara y Marc estuvo pendiente de dónde vino. Secó sus lágrimas para mostrar la cara.
— ¡DESPERTASTE! ¡Sabía que lo harías! —Gritó. La emoción lo hizo olvidar que en los hospitales no se grita –a menos que seas un paciente agonizando, quizás-, pero eso no tenía importancia. Una sonrisa de oreja a oreja apareció en su rostro.
— ¿De qué hablas? ¿Me quedé dormido? —Estaba desorientado.
—Después te digo. Llamaré a mamá —Corrió a la puerta. Apenas salió, casi chocó con Rose y el doctor, quienes se frenaron.
— ¿Qué pasa? —Rose no entendió por qué Marc salió de repente. ¿Había sentido que estaban por llegar y pediría una hora más?
—Ya verás. Ven, entra y ve —Entró rápido, confundiéndolos.
— ¿Qué es lo que…? —Cruzó la puerta y su expresión cambió totalmente.
— ¿Qué fue lo que pasó? Todos ponen cara de… —Leo imitó la cara, la cual era una sorprendida con la boca muy abierta.
— ¡Despertaste! —Rose corrió hacia él para abrazarlo.
— ¿Alguien quiere decirme qué…? —Captó— ¿Cómo viví?
— ¿Qué es lo último que recuerdas?
—Tenía el pie hinchado y escuché que nadie menor de diez años había vivido a esa cascabel… Y faltaban nueve días para el 25.
—Prepárate para poner la cara que tenemos todos. Cuando eso, era 16 de diciembre. Hoy es Día de Reyes.
— ¿¡Qué!? —Puso la cara de todos.
—El 16 entraste en coma. Digamos que eso sería como quedarse dormido, y acabas de despertar.
— ¡Ahora entiendo!
—Tendrás que quedarte aquí unos días más para asegurarnos de que estás bien. Al menos tu tobillo se ve mucho mejor. Lo más probable es que te quede la cicatriz, es lo de menos —Salió de la habitación.
—Pensé que no despertarías, ¡estoy tan feliz! —Exclamó su mamá.
—Tengo algunas cosas que contarte.
Finalmente, el ánimo estaba volviendo. Aun seguían un tanto asustados, pues podría llegar a pasar algo, pero tal parecía que no. Tres días después, Carlos, Rose, Marc y Leonardo se reunieron en la habitación, pero esta vez sería por algo muy, muy bueno.
—Bien, tengo el honor de ser el primer doctor en decirle esto a un paciente menor de diez años que fue internado por la picadora de una cascabel diamante del este- Disculpen, estoy emocionado. ¡Estás de alta! Oficialmente, eres el primer sobreviviente. Cualquier cosa rara que sientas, no dudes en venir.
¡Sí! Al fin podían celebrar. Leo volvería a casa después de tantos días, sano y salvo.
—Extrañé estar aquí.
—Todos extrañamos tenerte aquí. Se siente tan bien tenerte de vuelta —Admitió Rose.
—Mira esto —Marc le mostró el arbolito totalmente rodeado de regalos.
— ¿Esos son los regalos de Navidad?
—Y del 6. No quise abrirlos sin ti.
— ¿Por qué?
—No sería lo mismo. Sentía que no los merecía. ¿Recuerdas que te dije “ojala que te mueras”? tú y yo creíamos que significaba “golpe”, pero es “dejar de vivir”.
— ¿En serio? Ya veo por qué pensaste eso.
—Ahora que estás aquí, te dejo abrir TODOS los regalos que están aquí. Te fuiste como todo un rey del hospital, eres recibido como todo un rey a casa.
— ¡Gracias! —Se emocionó— ¡Son un montón! ¿No quieres abrir ni uno?
—Abre los que quieras. No me importa no abrir ninguno.
—Aun no puedo creer que sólo me haya quedado con esta cicatriz en el tobillo —Señaló. Veía los regalos, no podía decidirse, no sabía por dónde empezar.
—Nadie puede, ni el doctor. ¿Y sólo eso? ¡Por favor! Te ganaste un puesto que NADIE te quitará.
—Lo sé. Se siente tan genial.
— ¡Ohh! Me olvidaba de algo. Una de las cosas que tengo que contar es que creo que sé cuál es tu poder.
— ¿Y cuál crees que es? —Dejó de ver los regalos. Eso iba a estar interesante. Sintió curiosidad.
—Imitar voces. Trata de imitar la mía.
—Imitar voces. Trata de imitar la mía —Se sorprendió. Logró imitar la voz de Marc con perfección.
—Imita a papá —Sonrió de la emoción, Leo también, estaba por reírse. Se dirigieron a su cuarto antes de la próxima imitación.
—“Bueno chicos, tengo un juicio y no debo llegar tarde”.
— ¡Pero si aun estás de vacaciones! —Exclamó del otro lado de la casa Rose. Leo imitó a su padre hablando bastante fuerte. Los hermanos se vieron, sorprendidos, y luego se echaron a reír.
— ¡Eso no lo dije yo! —Escucharon a su padre responder desde otro cuarto.
— ¡Pero sonó como tu voz! —Decidieron aguantar un poco la risa para oír la conversación.
— ¿No hay algún televisor prendido?
— ¡Ninguno!
— ¿Quién dijo eso, entonces? —No aguantaron más y volvieron a reír, ahora más fuerte.
— ¿De qué se ríen?
— ¡De algo que crees que dijo papá pero que no lo hizo pero su voz sí! —Leo explicó para luego seguir burlándose.
— ¿¡Qué!? —Contestaron al unísono sus padres.
— “¿¡Qué!?” —Leo se sorprendió— ¡También puedo imitar varias voces a la vez!
— ¿Desde cuándo se escuchan ecos en esta casa?
— “¿Desde cuándo…?” —Intentó— Aw, no puedo imitar a mujeres.
— ¡Tenemos visita! —Carlos avisó al oír el timbre.
— “¡Tenemos visita!”.
— ¿Qué está pasando aquí?
— “¿Qué está pasando aquí?”.
— ¡Esto es divertido! —Marc comentó.
— ¿Vamos a ver quién vino?
— ¡Vamos!
— “¡Vamos!” —Se rieron. Eran Vivian y Cristian. Los recibieron, y al entrar, Cristian le pasó una caja envuelta en papel de regalo.
—Mi mamá quería darte algo, Marc.
—Me preguntó qué será —Abrió el regalo y vio el estuche de algo. Levantó la tapa y se asombró— ¿¡El violín!? ¿No es el mismo que toqué en tu casa?
—El mismo —Contestó Vivian.
—Es tuyo. ¿Por qué me lo regalas?
—Era mío, pero en todo el tiempo que lo tuve, jamás pude tocarlo, no aprendí. Cristian intentó pero tampoco pudo, así que lo guardé para dárselo a una persona que lograra tocarlo bien. Tú eres la persona indicada para tenerlo. Cuídalo bien.
— ¡Gracias!
— ¿Puedes tocarlo? —Leonardo estaba confundido.
—Muéstrale a Leonardo lo que puedes hacer —Marc tocó un poco.
—A la primera.
— ¡Tocas genial!
— ¡Toca todo bien a la primera! Es su poder, la música.
— ¿Por qué no me lo dijiste?
—Quería mostrártelo al momento, sino no me creerías.
—Cristian, ¿quieres ver otra cosa?
— ¿Como qué?
— “¿Como qué?”.
— ¿¡Imitas voces!?
— “¿¡Imitas voces!?”.
—Súper, los hermanos descubrieron sus poderes antes que nadie.
— ¡Choca esos cinco! —Marc y Leo celebraron. En la sala de estar, los adultos hablaban.
—Ahora entiendo por qué los ecos. Leonardo imita —Dijo Carlos.
—Los chicos están felices. Qué bien que todo volvió a la normalidad. Hacía mucha falta —Opinó Rose.
—Y pensar que un minuto menos y estaría desconectado.
— ¿Qué creen que lo salvó?
—La insistencia de Marc —Rose expuso su punto de vista— El doctor cree que fue el lugar de la mordida y la mordida. A todos los mordió por más de un segundo y más arriba, lo que hacía que entrara más veneno y llegara más rápido al corazón, cerebro y otros órganos. En cambio, a Leo más abajo no lo pudo morder y la mordedura duró menos de un segundo.
—Menos veneno y más tiempo para llegar a los órganos.
—Pura suerte. La niña que avisó sobre la serpiente creo que en parte lo salvó porque por el aviso fue que Leo movió la pierna, sino lo habría mordido como en el muslo —Participó Vivian.
—Exacto —Concordó Rose— Quisiera darle las gracias, pero ni la conozco y no creo poder encontrarla.
En un cuarto, los chicos jugaban con algunos regalos que Leo logró abrir.
—Están de vuelta, tal y como eran antes.
—Tal y como éramos no… Marc fue el primero en descubrir su poder y yo me quedé con la marca del primer sobreviviente.
—Como siempre con tus cosas raras.
— ¿Cómo supiste que soy imitador?
—Por un sueño en el que me imitaste y me culpabas de todo.
—Creo que extrañaste tener a quien culpar —Se rieron ante el comentario de Leonardo.
De la eterna Navidad sólo quedaron algunas enseñanzas y la marca del primer sobreviviente. Nunca se tuvo conocimiento de quién fue la niña que avisó la presencia de la víbora, pero admitían que fue una de las heroínas de la historia. Marc aprendió a no desear el mal y Rose que con paciencia e insistencia, lo que se desea puede cumplirse. La unión de la familia creció luego del suceso, además de la valoración de la vida. Los hermanos parecían otros, eran más unidos y se trataban mejor. Al parecer, la serpiente aportó buenos cambios, después de todo.
Fin del Capítulo #16.
¡Feliz Navidad! :bye:
El teléfono de la casa sonó. Rose lo atendió.
— ¿Hola?
—Hola Rose —Era Vivian.
— ¿Cómo estás?
—Como siempre. Quería saber cómo sigue Leonardo.
— ¡Oh amiga!
— ¿Qué pasó?
—Fui con Marc en la mañana y él presenció cómo quedó en coma. Yo ni estaba en la habitación.
— ¿¡En coma!? ¿Pero cómo?
—Hemorragias. Tuvo varias y una le causó un paro cardíaco. Cuando lo sacaron del paro, entró en coma.
—Pobre Leo… Y pobre Marc, ver todo eso.
—Pero hay más. Lo peor no ha pasado. Justo antes del paro, el doctor me dijo que ningún niño menor de diez años ha sobrevivido a la mordedura de esa cascabel.
—Ay no… ¿Marc se enteró?
—Fue de las últimas cosas que Leo le dijo. Él también lo sabía porque escuchó al doctor decirlo.
—Que Leo se enterara creo que fue muy malo. Con lo fácil que se trauma… Seguro se puso pesimista.
—Todo ha sido horrible.
Conversaron por un rato más, hasta que Rose notó que no veía a Marc desde la llegada de Carlos, eso no era normal. Debía hacer algo por él.
—Hay que hacer algo con Marc. Ha estado tan callado…
—La pregunta es “qué”.
—Es muy extraño. No habla, no ve televisión, no juega… Sólo come, bebe, va al baño y dibuja.
—Es normal que dibuje. Al menos hace algo.
—Sí, pero cuando lo hace, siempre anda preguntando a mitad de dibujo si está bien. No lo está haciendo.
—A lo mejor no quiere que lo veamos.
— ¿Sabes? Vivian dijo que si queríamos pasar por su casa, podemos hacerlo.
—Buena idea —Fue a buscar a Marc— Iremos a casa de Vivian. ¿Quieres ir? Estará Cristian.
—Ok, ya voy.
Aceptó salir sólo porque quizás ver a un amigo le haría bien. Al llegar, se detuvo frente a un teclado con curiosidad.
— ¿Qué es esto? —Marc necesitaba saber.
—Un teclado, o algo así entendí.
— ¿Sirve? —Ni sabía qué era, pero también quería saber si servía, aunque no supiera para qué. De seguro preguntaría eso luego.
— ¡Claro! —Tocó una tecla.
—Déjame intentar —Entendió de inmediato que se trataba de un instrumento musical. Con razón se le parecía a un piano.
—No podrás tocarlo bien. Ni sabías qué era —Para sorpresa de Cristian, Marc tocó una pieza bastante bien, ¿¡qué!? — ¿¡Cómo…!?
—Parece que no tienes razón —Se burló.
— ¿¡Pero cómo!? ¡Tocaste bien a la primera!
— ¡Creo que Marc debería enseñarte! —Escucharon a Vivian y al resto de los adultos reír.
— ¿¡Él cómo me va a enseñar!? ¡Ni sabía qué era y de seguro nunca vio uno hasta ahora! ¡Fue pura suerte!
—Volveré a tocar a ver —Marc repitió la acción y la misma canción de antes le volvió a salir de maravilla, ¿¡qué!?
— ¿¡Qué!? —Cristian llegó a pensar que estaba en uno de esos sueños raros en los que las personas tienen habilidades especiales.
— ¿Dos veces bien son suerte? —Bromeó Marc. Sus padres acudieron al lugar.
— ¿De verdad nunca habías visto uno? —Vivian necesitaba confirmar.
—Nunca.
— ¿Es que sabes qué creo? Que la música es lo tuyo.
— ¿Ah? —No entendió.
—Quiero decir… ¿Tú has oído sobre los poderes, no?
Los poderes no son eso de visión de rayos X, invisibilidad, atravesar muros o levantar enormes cantidades de toneladas, no. No son esos poderes que se ven en caricaturas, historietas y todo lo que incluya superhéroes, no. Son aquellas habilidades especiales que cada individuo posee. Son como la actividad innata que en otras personas suele ser aprendida o que es imposible de aprender, simplemente se viene con eso. Incluyen desde imitar sonidos y voces hasta ser incansable, aunque eso sí es de cómic, pero sí entra en la lista de poderes. Tocar un instrumento normalmente es algo que se estudia para dominarlo, no algo que apenas se intenta, sale bien.
—Ah sí, ¿pero qué tiene que ver?
—Como lo dije, creo que la música es lo tuyo. Buscaré otro instrumento para comprobarlo —Vivian se adentró hasta “el cuarto de las cosas guardadas para después”, donde sólo consiguió un instrumento que aunque parecía ser una exageración, si su teoría era cierta, no tendría inconvenientes— Sé que esto es demasiado, pero… Lo otro único que tengo es esto.
— ¿Un violín? Me dicen que es difícil.
—Lo sé, pero no tengo otro. Inténtalo —Se lo pasó.
—No se rían si lo hago mal —Creyendo que estaba haciendo algo mal, tocó una melodía— ¿Qué tal? —Preguntó un tanto asustado.
—Marc Molander Ascenso — ¿Qué era eso? Que te llamen por tu nombre completo –o casi completo- sólo significa dos cosas: o te van a felicitar, o te van a regañar, lo cual es lo más seguro— ¡La música es lo tuyo!
—El primero en descubrir su poder de nuestros amigos —Cristian no sabía que más decir, aun no se la creía.
— ¡Sííííííí! —Celebró— Y me gusta. El violín no parece tan difícil —Se lo devolvió a Vivian y los adultos se fueron.
— ¿¡QUÉ!? ¡Yo intenté y no puedo ni agarrarlo bien!
— ¡Es fácil! Oh, al fin me siento un experto en algo. Quiero ver la cara de- Oh… —Toda su emoción desapareció de un segundo al otro por sólo haber deseado ver cómo reaccionaría Leo.
—Esta es como la tercera vez que cambias de humor en menos de media hora… Toca de nuevo —Marc cumplió con la orden. Le gustaba hacer algo bien.
—Es divertido. Lástima que no tengo instrumentos… Ni con quién entretenerme. Quiero que esté bien para el 24.
El 24 de diciembre fue el noveno día luego de la mordida. Por lo menos, para el día anterior, nada había cambiado, pero para este día Marc tenía muchas más expectativas, por lo que entró entusiasmado a la habitación donde estaba Leo, mas al llegar a la camilla y verlo, se desanimó.
— ¡Aaaaaaaaahhhhhhhwwwwwww! ¿Por qué no despiertas?... —Este sería otro día más de conversación unilateral— ¿Sabes? Lo más probable es que hoy todos comiencen a darme regalos, pero no los quiero. No quiero nada este año. Bueno, sí, sí quiero algo, pero nada que venga envuelto o en un paquete. Lo único que quiero es que mejores, que despiertes. No sería lo mismo despertar mañana y no tener a alguien que me acompañe a abrir los regalos. Aunque… Si me dan regalos mañana, no los abriré. No lo haré solo. Espero hablar contigo de verdad mañana —Dijo como despedida, pero terminó quedándose sentado en la misma silla al lado de la camilla.
—Su hijo es el único que le habla —El doctor y Rose observaban la escena.
—Marc es muy insistente y tiene paciencia.
—Su hermano no muestra señales de mejoramiento. No reacciona al dolor ni a ningún estímulo. Sólo sus pupilas a la luz pero muy poco, tal cual como hace ocho días.
—Más de una semana y no mejora… Marc ha estado muy diferente todos estos días y tiene pesadillas cuando nunca las tenía. De paso, todas tienen que ver con esto. Hoy soñó que en vez de una cascabel, era un tipo de serpiente gigante la que lo atacó y que cuando fue a salvarlo, lo mordió a él. Ahí despertó.
—Uno siempre despierta en esas partes.
En la tarde, Carlos, Rose y Marc regresaron a casa. Al entrar, lo primero que notaron fue al arbolito. ¡Estaba rodeado de regalos! Los Molander tenían la costumbre de avisar a quienes supieran que iban a dejar regalos cuándo saldrían y dejarían la puerta abierta para que fueran y dejaran el presente a escondidas, así, cuando llegaban a casa, de la nada el arbolito estaba lleno de regalos que serían desenvueltos en la noche cuando la familia se reunía y en la mañana siguiente por los niños. Solían dejar muchos, pero esta vez eran más.
—Sí que trajeron regalos —Se sorprendió Carlos.
—Y aun no es 25.
— ¿Crees que Marc vaya a abrir uno?
—No lo creo. Sólo míralo, los ve y los deja ahí para irse a su cuarto a dibujar de nuevo.
—Antes era tan feliz abriendo regalos. Ahora ni los toca.
—Todo es deprimente. Lo único que quiere es que Leonardo despierte. No pierde las esperanzas.
—Todos lo queremos.
—Si fuera lo del año pasado que sólo eran heridas graves pero se sabía que viviría… —Rose se refirió a un robo en el que ambos hermanos resultaron heridos a inicios del año anterior— Ahora es todo lo contrario.
El día de la Navidad llegó con todo, excepto Navidad. No parecía para nada ese día, ni menos la época. La casa estaba silenciosa a diferencia de los hogares vecinos. Eran las nueve de la mañana. Rose y Carlos conversaban en la sala de estar.
—Este era el momento en el que Marc llevaba como tres horas despierto y andaba emocionadísimo. Ahora sólo duerme —La puerta de su cuarto se abrió— Tenía que hablar.
—Tengo hambre… —Marc salió.
Y el silencio siguió. Fue como si a Marc se le hubiese olvidado qué día era. El día favorito de los niños convertido en una total pesadilla. Como ya se había hecho costumbre en los últimos días, lo primero que hizo fue pedir ir a ver a Leo. Quizás, lo único que quería para Navidad estaba en una camilla de hospital esperando por él, despierto, ansioso por ver a su familia.
—Hoy volví a tener otra pesadilla —Marc decidió contarle a su madre en el trayecto— Tú estabas pensando en desconectar a Leo y yo hacía lo posible para que no lo hicieras. Papá estaba de acuerdo contigo y nadie conmigo. Fuimos al hospital y le dijiste al doctor que lo desconectara. Yo estaba sentado a su lado y lloré, seguía diciendo que no lo hicieras, pero nada. Pedí y pedí y no me hacían caso. Al final lo hicieron y yo me puse peor. Te preguntaba por qué lo hiciste y me culpaba… Ahí desperté.
—Tus pesadillas van en orden… —Pensó en voz alta. Y era verdad. Primero soñó con la parte de la mordida, varias versiones de ella, luego soñó con los días de espera en el hospital y con varias versiones de los momentos antes del paro cardíaco o distintos desenlaces, y ahora soñaba con el final, el cual de seguro también tendría varias versiones en sus sueños.
La imagen al llegar al hospital se repitió, fue la misma. Leo no despertaba, seguía en coma, seguía ausente. Marc esta vez no aguantó y lloró, de verdad deseaba recuperarlo en Navidad, habría sido perfecto. Al regresar a casa, ni siquiera se esforzó en ir a su cuarto y encerrarse. Se tiró sobre el sofá de la sala y ahí se quedó.
— ¿Por qué no abres los regalos? —Preguntó su padre.
—No abriré nada porque no merezco ningún regalo.
—Te portaste bien todo el año. Claro que los mereces.
— ¡NO! Leo está así por mi culpa. ¡No merezco nada!
—Tú no tienes la culpa. Si es por lo del deseo, no cuenta. No sabías el verdadero significado de la palabra.
—Igual no abriré nada. No tengo ganas —Se molestó ante la insistencia, por lo que se dirigió a su cuarto y ahora el día sería como los anteriores.
De noche, justo antes de dormir, Marc habló consigo mismo.
—No entiendo. ¿Por qué no puede despertarse? ¿Por qué abrir los ojos y hablar es tan difícil ahora si antes lo hacía todos los días? ¿Y qué es lo que no entienden de que no quiero abrir los regalos? No quiero ni me los merezco —Marc liberó sus pensamientos y desesperaciones— Espero no soñar nada raro —Acostado en su cama, apagó la lámpara de la mesita de noche.
Los días pasaron y nada cambió. El 31 y el primero fueron tristes. Esas fechas no fueron lo mismo sin el menor de la familia. Era 6 de enero y todo continuaba igual. Marc fue visitado por Cristian cerca del mediodía.
— ¡Mis sueños están locos! Te voy a contar el de hoy.
Se ve a Marc llegando a su casa, adulto. Mientras buscaba las llaves de la entrada, hablaba por teléfono con una compañera.
—Eso es algo que siempre sucede entre hermanos. ¿Tienes alguno? —Su compañera era en realidad una amiga, pues conversaban de todo, excepto de trabajo.
—… Soy hijo único —Dijo luego de dudar.
— ¿En serio? Oh, qué lástima. Nunca sabrás lo divertido que es tener un hermano… Ser el mayor es lo máximo.
—Me imagino… Estoy llegando a mi casa, te hablo luego —La verdad era que se le dificultaba encontrar las llaves con una sola mano.
—Ok. Nos vemos mañana —Colgaron.
Marc entró, dejó las llaves y se dirigió a su cuarto. En el camino, de la nada apareció Leonardo, aun como un niño de cinco años.
— ¿¡Desde cuándo veo espíritus!? —Se asustó.
—Siempre he estado ahí, sólo que nunca me dejo ver.
— ¿Y eso que te dejaste ver?
—Creo que estás olvidándote de lo que me dijiste antes de irme… O después.
— ¿Por qué dices eso?
El fantasma, la visión, o lo que fuera lo que estaba en frente de él comenzó a imitar su voz de niño.
— “Nunca me acostumbraré a ser hijo único. Nunca cuando me pregunten si tengo hermanos podré decir que no tengo porque sí tuve uno-”.
—Espera —Interrumpió— ¿Tú imitabas?
— ¡Ese no es el punto!
—No es justo, ¿verdad?
— ¿¡Eso es una pregunta!? ¡Tú tienes un buen trabajo, muchos amigos, vives la vida que quisiste y siempre fuiste el que se portó mal! ¿Y qué conmigo? Yo siempre me porté perfectamente y no tengo nada, ¡NADA! Estoy muerto y creo que pude hacer mucho de haber vivido. La injusticia es que el malo lo tiene todo y el bueno no tiene nada. No estoy diciendo que deberías estar en mi lugar, porque yo jamás sería capaz de desearte lo que me deseaste hace más de quince años. Si no fuera por eso, yo de seguro estaría viviendo y no me habría picado esa serpiente.
— ¿Acaso no sabes todo lo que intenté y todo lo que hice y deseé para que vivieras?
— ¡Fue TU culpa! ¡Debería dolerte decir que no sabes lo que se siente tener un hermano cuando tuviste uno y por tu propia culpa lo perdiste!
— ¡Me duele! Duele recordarlo, no lo digo por-
—Ah, entonces quieres olvidarlo todo. Genial, te quitas un peso de encima cuando ese peso es ser el culpable de que una vida inocente se marchara. La culpa no te deja en paz.
— ¡Por favor, ya! ¡Lo que deseé fue otra cosa! Nunca he vuelto a desear el mal a NADIE.
—Lástima que aprendiste por un error.
—Y no me perdonaré eso.
— ¡Aprendiste tarde!
— ¿No me oyes?
— ¡Fue tu culpa!
Seguía culpándolo por más que intentara hacerlo entender. Trató de cambiar su opinión, pero lo ignoró y siguió, haciéndolo sentir peor.
—Y desperté. Fue rarísimo. Todos hablaban como adultos con palabras… ¿Profundas? Y me dio algo de miedo.
—No es nada normal eso.
—Para nada, pero creo que descubrí su poder.
— ¿Los regalos de hoy tampoco los abriste? —Cristian vio el arbolito.
—Tampoco. Guardé todos.
En la sala de estar, Rose y Vivian conversaban seriamente.
—Ya son tres semanas y nada ha mejorado.
—Y el doctor dijo que si en tres semanas no había ningún cambio, lo mejor sería desconectarlo.
—Carlos y yo hemos pensado seriamente eso, y creo que hoy es el día —Le costó decir.
— ¿¡Van a desconectarlo un Día de Reyes!? —Vivian se alarmó— ¡Por favor, NO lo hagas! Será muy cruel para Marc y para todos.
—Es que ya no aguantamos más verlo así. Debería estar aquí jugando con Cristian y Marc y no en el hospital sin posibilidades de mejorar.
—Haz lo que quieras, yo sólo te di una sugerencia.
—Me costará mucho, pero ya hay que aceptar la realidad.
Eran las 3:01pm. Marc estaba sentado en una silla a un lado de la camilla, como de costumbre.
—Creo que mamá y papá quieren desconectarte, están muy tristes y les costó decidir, pero creo que hoy lo harán —Entristeció— No puedo creerlo, si es verdad, morirás hoy. Será horrible. El Día de Reyes no volvería a ser lo mismo.
Entraron el doctor y Rose. Ella tenía lágrimas en sus ojos.
— ¿Estás segura de que quieres hacerlo? —Marc volteó como un búho al oír la voz del doctor diciendo esas palabras.
—Sí —Casi no se escuchó.
—Marc… —Vio algo triste a los niños. Ya llevaba exactamente tres semanas observando cómo el mayor se quedaba por ratos prolongados junto a su hermano esperando una buena señal, cómo le hablaba como si fuera a conseguir una respuesta, pues esa era su esperanza, y cómo lloraba cuando se daba cuenta de que era inútil y ahora acabaría de arruinarlo todo— Es hora de que te vayas despidiendo.
— ¡No! Mamá, ¿por qué?
—Pasaron tres semanas y no hay cambio… Ni lo habrá.
— ¿No puedes esperar más? —Un nudo se estaba formando en su garganta.
—Un tiempo más no hará la diferencia.
— ¡Sí la hará! Espera aunque sea una hora más.
—Yo no quiero que se vaya-
—Él tampoco quiere irse —Dejó callada a su madre.
— ¿Cómo puedes saberlo? —Preguntó cuando recuperó el habla.
—Leo me lo dijo antes de ponerse así. Lo último que dijo antes de eso fue “yo tampoco quiero irme, pero ya me siento demasiado mal” —Volvió a quedarse callada— ¿Podrías esperar una hora más?
Rose lo pensó. Vio la hora y tomó la decisión.
—Si de aquí a las 4:03 Leonardo sigue en coma sin mejoras, será desconectado. ¿Trato hecho?
— ¡Hecho! —Dudó un poco, pero aceptó. Los adultos salieron de la habitación. La espera final empezó— Los convencí de esperar una hora más. Ahora sí que de verdad no debes durar ni dudar en despertar. Es tu última oportunidad y espero que la aproveches.
Pasaron los minutos y Marc no se movió ni un momento de su silla. Rose no quería aceptar su propuesta, esperar una hora más sólo sería prolongar el dolor por sesenta minutos extra que no eran necesarios. Si no había presentado mejoras en veintiún días, menos lo haría en ese tiempo. Aceptó al ver lo esperanzado que se encontraba su hijo, aunque eso querría decir que cuando llegara el momento, sería aún peor. A las 3:53, a escasos diez minutos de la hora límite, Marc seguía pendiente.
—Te quedan diez minutos. Estoy comenzando a rendirme. Al final parece que sí te irás —Se deprimió un poco— Si lo haces, te voy diciendo que voy a extrañarte demasiado. Todo fue mi culpa y jamás voy a perdonarme. Cuando me pregunten si tengo hermanos, diré que tuve uno que ya no está, pero que mientras estaba fue el mejor que pude desear. Puede que siempre te eché la culpa de todo, pero yo te quiero mucho —Comenzó a llorar— Si despiertas, te prometo que no volveré a hacerlo para salvarme de algún regaño. No volveré a fastidiarte recordándote que eres menor, nunca te gustó y no quiero pelearme contigo. Te voy a cuidar para que no te pase nada. Trataré de ser el mejor hermano que podrías tener porque te lo mereces. Pase lo que pase, JAMÁS volveré a desearle el mal a nadie, por peor que me caiga… Si algo aprendí de esto es que las palabras pueden hacer mucho daño y creo que eso fue lo que pasó. No entiendo algo. ¿Por qué eres tú el que está sufriendo y pagando por algo que yo hice, en vez de ser yo? Tú eres el que está castigado por algo que no hiciste y menos mereces morir por eso. Aunque ahora que lo pienso… quizás sí sea yo el castigado porque soy el que está sufriendo ser hijo único. ODIO serlo. Pero igual, sería injusto que te fueras, aunque sea un castigo para mí, pero no mereces pagar por mi culpa.
Cuatro en punto. Quedaban tres minutos.
—Esto es mi culpa. Si no fuera por mí, nada estaría pasando… —Sus esperanzas estaban por el suelo— ¿Sabes qué? Si quieres, no despiertes, pero si supieras cómo estaremos todos en casa, no te gustaría. Si quieres que todos nos pongamos muy tristes, no despiertes, pero te digo que mamá y yo ya estamos así, papá no tanto… No quiero pensar cómo estaremos después. Pero si quieres que estemos felices, ¡despierta! ¿No puedes hacer algo tan simple como eso? ¡Piensa en nosotros! Falta muy poco para que vengan mamá y el doctor, ¡así que despierta ya!
Y tenía razón, ellos ya estaban en camino a la habitación. Marc se había enojado, a ese punto de depresión había llegado. Ahora no eran lamentos, eran regaños para él y para sí mismo lo que salía de su interior.
—No puedo creer que vaya a perderte por un tonto deseo que hice porque se rompió un tonto carrito que puede acomodarse. Lo único que deseo es que despiertes, tener a mi hermanito de vuelta, ese es mi deseo, no el otro. Sería mi regalo perfecto. No quiero que el mejor hermano del mundo sea sólo un recuerdo triste de una eterna Navidad… Despierta, despierta…
Las 4:02 habían llegado. Sólo quedaba un minuto. Marc no paraba de decir “despierta” lentamente y en voz baja. Lo hizo hasta cansarse. Apoyó la cabeza sobre la orilla de la camilla y sólo pudo llorar mirando al suelo. Su madre y el doctor estaban por llegar, así que ya no podía hacer algo mejor. Se estaba arrepintiendo de no haber pedido más tiempo. Deseaba que Leo se hubiese caído del tobogán y así se hubiese golpeado fuertemente como lo imaginaba en su deseo real, y que hubiese salido con sólo un gran moretón que dolería por un rato y listo, seguiría adelante con eso, pero no, sus palabras estaban por cumplirse en su verdadero significado, el feo, el que no le gustaba, el que no tenía solución alguna y con el que tendría que lidiar el resto de su vida. ¿Por qué no pudieron cumplirse como él creía que era? ¿Por qué no podía agarrar un diccionario y simplemente cambiar el significado de la palabra a su gusto? ¿Por qué tenía que perder a su hermano si aun era sólo un niño? ¿Por qué tenía que experimentar algo tan fuerte siendo tan pequeño? ¿Por qué?
— ¿Por qué lloras? —Escuchó una voz. Se había asustado, pensó que el doctor había llegado y que tendría que resignarse a aceptar lo que estaba por venir, pero luego notó que esa no era la voz del doctor. Menos mal.
— ¿Quién dijo eso? —No levantó la vista. Quien fuera el propietario de esa voz no iba a recibir una respuesta afirmativa, Marc no iba a permitir que se enteraran de que estaba llorando. No es que fuera malo, simplemente no quería y punto.
— ¿Quién más? Somos los únicos aquí. Si no fuiste tú, tuve que ser yo —Espera, ¿qué? Ahora la voz salió mucho más clara y Marc estuvo pendiente de dónde vino. Secó sus lágrimas para mostrar la cara.
— ¡DESPERTASTE! ¡Sabía que lo harías! —Gritó. La emoción lo hizo olvidar que en los hospitales no se grita –a menos que seas un paciente agonizando, quizás-, pero eso no tenía importancia. Una sonrisa de oreja a oreja apareció en su rostro.
— ¿De qué hablas? ¿Me quedé dormido? —Estaba desorientado.
—Después te digo. Llamaré a mamá —Corrió a la puerta. Apenas salió, casi chocó con Rose y el doctor, quienes se frenaron.
— ¿Qué pasa? —Rose no entendió por qué Marc salió de repente. ¿Había sentido que estaban por llegar y pediría una hora más?
—Ya verás. Ven, entra y ve —Entró rápido, confundiéndolos.
— ¿Qué es lo que…? —Cruzó la puerta y su expresión cambió totalmente.
— ¿Qué fue lo que pasó? Todos ponen cara de… —Leo imitó la cara, la cual era una sorprendida con la boca muy abierta.
— ¡Despertaste! —Rose corrió hacia él para abrazarlo.
— ¿Alguien quiere decirme qué…? —Captó— ¿Cómo viví?
— ¿Qué es lo último que recuerdas?
—Tenía el pie hinchado y escuché que nadie menor de diez años había vivido a esa cascabel… Y faltaban nueve días para el 25.
—Prepárate para poner la cara que tenemos todos. Cuando eso, era 16 de diciembre. Hoy es Día de Reyes.
— ¿¡Qué!? —Puso la cara de todos.
—El 16 entraste en coma. Digamos que eso sería como quedarse dormido, y acabas de despertar.
— ¡Ahora entiendo!
—Tendrás que quedarte aquí unos días más para asegurarnos de que estás bien. Al menos tu tobillo se ve mucho mejor. Lo más probable es que te quede la cicatriz, es lo de menos —Salió de la habitación.
—Pensé que no despertarías, ¡estoy tan feliz! —Exclamó su mamá.
—Tengo algunas cosas que contarte.
Finalmente, el ánimo estaba volviendo. Aun seguían un tanto asustados, pues podría llegar a pasar algo, pero tal parecía que no. Tres días después, Carlos, Rose, Marc y Leonardo se reunieron en la habitación, pero esta vez sería por algo muy, muy bueno.
—Bien, tengo el honor de ser el primer doctor en decirle esto a un paciente menor de diez años que fue internado por la picadora de una cascabel diamante del este- Disculpen, estoy emocionado. ¡Estás de alta! Oficialmente, eres el primer sobreviviente. Cualquier cosa rara que sientas, no dudes en venir.
¡Sí! Al fin podían celebrar. Leo volvería a casa después de tantos días, sano y salvo.
—Extrañé estar aquí.
—Todos extrañamos tenerte aquí. Se siente tan bien tenerte de vuelta —Admitió Rose.
—Mira esto —Marc le mostró el arbolito totalmente rodeado de regalos.
— ¿Esos son los regalos de Navidad?
—Y del 6. No quise abrirlos sin ti.
— ¿Por qué?
—No sería lo mismo. Sentía que no los merecía. ¿Recuerdas que te dije “ojala que te mueras”? tú y yo creíamos que significaba “golpe”, pero es “dejar de vivir”.
— ¿En serio? Ya veo por qué pensaste eso.
—Ahora que estás aquí, te dejo abrir TODOS los regalos que están aquí. Te fuiste como todo un rey del hospital, eres recibido como todo un rey a casa.
— ¡Gracias! —Se emocionó— ¡Son un montón! ¿No quieres abrir ni uno?
—Abre los que quieras. No me importa no abrir ninguno.
—Aun no puedo creer que sólo me haya quedado con esta cicatriz en el tobillo —Señaló. Veía los regalos, no podía decidirse, no sabía por dónde empezar.
—Nadie puede, ni el doctor. ¿Y sólo eso? ¡Por favor! Te ganaste un puesto que NADIE te quitará.
—Lo sé. Se siente tan genial.
— ¡Ohh! Me olvidaba de algo. Una de las cosas que tengo que contar es que creo que sé cuál es tu poder.
— ¿Y cuál crees que es? —Dejó de ver los regalos. Eso iba a estar interesante. Sintió curiosidad.
—Imitar voces. Trata de imitar la mía.
—Imitar voces. Trata de imitar la mía —Se sorprendió. Logró imitar la voz de Marc con perfección.
—Imita a papá —Sonrió de la emoción, Leo también, estaba por reírse. Se dirigieron a su cuarto antes de la próxima imitación.
—“Bueno chicos, tengo un juicio y no debo llegar tarde”.
— ¡Pero si aun estás de vacaciones! —Exclamó del otro lado de la casa Rose. Leo imitó a su padre hablando bastante fuerte. Los hermanos se vieron, sorprendidos, y luego se echaron a reír.
— ¡Eso no lo dije yo! —Escucharon a su padre responder desde otro cuarto.
— ¡Pero sonó como tu voz! —Decidieron aguantar un poco la risa para oír la conversación.
— ¿No hay algún televisor prendido?
— ¡Ninguno!
— ¿Quién dijo eso, entonces? —No aguantaron más y volvieron a reír, ahora más fuerte.
— ¿De qué se ríen?
— ¡De algo que crees que dijo papá pero que no lo hizo pero su voz sí! —Leo explicó para luego seguir burlándose.
— ¿¡Qué!? —Contestaron al unísono sus padres.
— “¿¡Qué!?” —Leo se sorprendió— ¡También puedo imitar varias voces a la vez!
— ¿Desde cuándo se escuchan ecos en esta casa?
— “¿Desde cuándo…?” —Intentó— Aw, no puedo imitar a mujeres.
— ¡Tenemos visita! —Carlos avisó al oír el timbre.
— “¡Tenemos visita!”.
— ¿Qué está pasando aquí?
— “¿Qué está pasando aquí?”.
— ¡Esto es divertido! —Marc comentó.
— ¿Vamos a ver quién vino?
— ¡Vamos!
— “¡Vamos!” —Se rieron. Eran Vivian y Cristian. Los recibieron, y al entrar, Cristian le pasó una caja envuelta en papel de regalo.
—Mi mamá quería darte algo, Marc.
—Me preguntó qué será —Abrió el regalo y vio el estuche de algo. Levantó la tapa y se asombró— ¿¡El violín!? ¿No es el mismo que toqué en tu casa?
—El mismo —Contestó Vivian.
—Es tuyo. ¿Por qué me lo regalas?
—Era mío, pero en todo el tiempo que lo tuve, jamás pude tocarlo, no aprendí. Cristian intentó pero tampoco pudo, así que lo guardé para dárselo a una persona que lograra tocarlo bien. Tú eres la persona indicada para tenerlo. Cuídalo bien.
— ¡Gracias!
— ¿Puedes tocarlo? —Leonardo estaba confundido.
—Muéstrale a Leonardo lo que puedes hacer —Marc tocó un poco.
—A la primera.
— ¡Tocas genial!
— ¡Toca todo bien a la primera! Es su poder, la música.
— ¿Por qué no me lo dijiste?
—Quería mostrártelo al momento, sino no me creerías.
—Cristian, ¿quieres ver otra cosa?
— ¿Como qué?
— “¿Como qué?”.
— ¿¡Imitas voces!?
— “¿¡Imitas voces!?”.
—Súper, los hermanos descubrieron sus poderes antes que nadie.
— ¡Choca esos cinco! —Marc y Leo celebraron. En la sala de estar, los adultos hablaban.
—Ahora entiendo por qué los ecos. Leonardo imita —Dijo Carlos.
—Los chicos están felices. Qué bien que todo volvió a la normalidad. Hacía mucha falta —Opinó Rose.
—Y pensar que un minuto menos y estaría desconectado.
— ¿Qué creen que lo salvó?
—La insistencia de Marc —Rose expuso su punto de vista— El doctor cree que fue el lugar de la mordida y la mordida. A todos los mordió por más de un segundo y más arriba, lo que hacía que entrara más veneno y llegara más rápido al corazón, cerebro y otros órganos. En cambio, a Leo más abajo no lo pudo morder y la mordedura duró menos de un segundo.
—Menos veneno y más tiempo para llegar a los órganos.
—Pura suerte. La niña que avisó sobre la serpiente creo que en parte lo salvó porque por el aviso fue que Leo movió la pierna, sino lo habría mordido como en el muslo —Participó Vivian.
—Exacto —Concordó Rose— Quisiera darle las gracias, pero ni la conozco y no creo poder encontrarla.
En un cuarto, los chicos jugaban con algunos regalos que Leo logró abrir.
—Están de vuelta, tal y como eran antes.
—Tal y como éramos no… Marc fue el primero en descubrir su poder y yo me quedé con la marca del primer sobreviviente.
—Como siempre con tus cosas raras.
— ¿Cómo supiste que soy imitador?
—Por un sueño en el que me imitaste y me culpabas de todo.
—Creo que extrañaste tener a quien culpar —Se rieron ante el comentario de Leonardo.
De la eterna Navidad sólo quedaron algunas enseñanzas y la marca del primer sobreviviente. Nunca se tuvo conocimiento de quién fue la niña que avisó la presencia de la víbora, pero admitían que fue una de las heroínas de la historia. Marc aprendió a no desear el mal y Rose que con paciencia e insistencia, lo que se desea puede cumplirse. La unión de la familia creció luego del suceso, además de la valoración de la vida. Los hermanos parecían otros, eran más unidos y se trataban mejor. Al parecer, la serpiente aportó buenos cambios, después de todo.
Fin del Capítulo #16.
¡Feliz Navidad! :bye:
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
Ahora escribo con rojo Navidad de nuevo empecé bromeando.
Muy bien, esta es mi última publicación del 2013. No es un capítulo, es de nuevo un aviso.
¿Recuerdan que dije que estaba pensando en abrir una galería? ¡Pues hoy me decidí y la acabo de publicar! Se titula Más Que Sólo Ideas y su link se encuentra bajo mi avatar. No la he terminado, tampoco es que vaya a subir todo de una. Ya está la primera parte de esta novela.
Y para los que quieran saber de esta, publicaré el capítulo #17 el primero, sí, el primero. Como es corto, creo que cabe completo en un solo mensaje, así que el siguiente iría para el 6 de enero, el Día de Reyes, otro regalito de mi parte. Ese capítulo sí es largo y los haré sufrir esperando tres días hasta la siguiente parte :jojojo:no se quejen, al menos aviso.
Eso era todo. Pásense por la galería cuando quieran, intentaré que quede simpática. Comenten libremente ahí. Por cierto, ya empecé a escribir Memorias De Una Vida Miserable, está quedando PER-FECT, la publicaría alrededor de febrero para tener tiempo de adelantar y de poner su respectiva sección en la galería a ver qué les parece.
PD: ¿Vieron que cambié la firma? Ahora ya no me incomoda, la lupa me hacía sentir fuera de sitio :xd:
Felices fiestas, :bye:
Muy bien, esta es mi última publicación del 2013. No es un capítulo, es de nuevo un aviso.
¿Recuerdan que dije que estaba pensando en abrir una galería? ¡Pues hoy me decidí y la acabo de publicar! Se titula Más Que Sólo Ideas y su link se encuentra bajo mi avatar. No la he terminado, tampoco es que vaya a subir todo de una. Ya está la primera parte de esta novela.
Y para los que quieran saber de esta, publicaré el capítulo #17 el primero, sí, el primero. Como es corto, creo que cabe completo en un solo mensaje, así que el siguiente iría para el 6 de enero, el Día de Reyes, otro regalito de mi parte. Ese capítulo sí es largo y los haré sufrir esperando tres días hasta la siguiente parte :jojojo:
Eso era todo. Pásense por la galería cuando quieran, intentaré que quede simpática. Comenten libremente ahí. Por cierto, ya empecé a escribir Memorias De Una Vida Miserable, está quedando PER-FECT, la publicaría alrededor de febrero para tener tiempo de adelantar y de poner su respectiva sección en la galería a ver qué les parece.
PD: ¿Vieron que cambié la firma? Ahora ya no me incomoda, la lupa me hacía sentir fuera de sitio :xd:
Felices fiestas, :bye:
Spencer
Re: Más Que Cosas De Policías
SI. AL. FIN. PUEDO. COMENTAR :)
El internet no me andaba para nada hasta que hoy conseguí algo de señal...y eso.
Para empezar con lo de 'verde de navidad' que me encantó, pues las ideas de la galería y lo que vendría a hacer una especie de colectividad de anécdotas es simplemente G-E-N-I-A-L. Y sobre la nueva mini novela asimilada a esta sobre Leo en la cárcel, es fántastico! Me encantaría ver todo eso, luego pasa links, sí?
Como ha quedado tu perfil y firma -en especial la firma, no sé me enamore de ella- es genial. Es todo genial :3 tan perfectito ash.
Ahora sobre el cap especial navideño...amo los caps largos y más los tuyos que narras tan bien, fue genial :) Me encantó el cap, ya lo dije? Quedó justo con la fecha y todo :$
En fin, debo acortar este comentario porque se me va el internet...Así que felices fiestas y en especial feliz año nuevo adelantado. Besos!
El internet no me andaba para nada hasta que hoy conseguí algo de señal...y eso.
Para empezar con lo de 'verde de navidad' que me encantó, pues las ideas de la galería y lo que vendría a hacer una especie de colectividad de anécdotas es simplemente G-E-N-I-A-L. Y sobre la nueva mini novela asimilada a esta sobre Leo en la cárcel, es fántastico! Me encantaría ver todo eso, luego pasa links, sí?
Como ha quedado tu perfil y firma -en especial la firma, no sé me enamore de ella- es genial. Es todo genial :3 tan perfectito ash.
Ahora sobre el cap especial navideño...amo los caps largos y más los tuyos que narras tan bien, fue genial :) Me encantó el cap, ya lo dije? Quedó justo con la fecha y todo :$
En fin, debo acortar este comentario porque se me va el internet...Así que felices fiestas y en especial feliz año nuevo adelantado. Besos!
Emily Rawson
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