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EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 16 Parte 5
Ni siquiera sabía realmente por qué. Su madre no era la más simpática o afectiva mujer. Aún así, Kat necesitaba sentir el consuelo de la presencia de su madre. Pero Artemisa no venía. Joseph salió del dormitorio para mirarla con una mirada dubitativa. ─¿Va algo mal? Parte de ella quería correr hacia él por consuelo, pero la otra parte quería mantener la distancia. Ahora mismo, él le recordaba demasiado a Harry. ─¿Dónde está Artemisa? Joseph indicó con su pulgar por encima de su hombro. ─La gran casa sobre la colina. Es la única que realmente no puedes perder. Llamativa como el infierno y realmente sobre compensada para un complejo de algún tipo. Aparentemente Zeus da una fiesta y Artemisa quiso detenerse y visitarlo. Por supuesto que lo haría. Probablemente estaría durante horas─esa era la suerte de Kat. Joseph cruzó la distancia entre ellos. ─¿Hay algo en lo que pueda ayudar? ─No.─ dijo Kat petulante.─ Tú eres un hombre y odio a todos los hombres ahora mismo. Él dio dos pasos atrás. ─Bastante justo. Ya que mi presencia está obviamente causándote dolor, llevaré mi masculinidad fuera a la terraza, donde puedes reunirte conmigo si puedes pasar por alto mi obvio defecto de nacimiento. Kat lo fulminó con la mirada. Típico en un hombre intentar restarle importancia cuando dolía tanto. Eso era por qué odiaba a todos los de su especie en ese momento. Su padre salió para sentarse sobre la baranda, con la espalda contra una columna. La parte enojada de ella quiso correr afuera, empujarle y dejarle caer al suelo. E incluso aunque el pensamiento le dio un momento de diversión, ella sabía la verdad. No estaba realmente enojada con su padre. Quería aplastar a Harry. Incapaz de detenerse, salió. Joseph se giró hacia ella arqueando una ceja. ─¿Por qué todos los hombres apestan?─ preguntó ella, cruzando los brazos sobre el pecho.─ Yo lo sabía y aún así me enamoré estúpidamente de uno de ustedes. ¿Por qué? ¿Por qué sería tan masoquista? Le tiendes tu corazón a un hombre, ¿Y que hace? ¿Podrías cambiar el canal, bebé? ─imitó en un ridículo tono masculino. ─ Todos vosotros sois patéticamente fríos. No os importa nadie excepto vosotros mismos. ─¿Quieres mi aporte o solo necesitas descargar tu enfado? ─¡Ambas! ─De acuerdo, tú despotrica y agregaré mis comentarios al final. ¿Por qué tenía que ser tan malditamente razonable? Esto realmente expulsó de ella la suficiente rabia para que estuviese moderadamente calmada.
─Para que conste, esto no es plan hombre/mujer. Es sobre las personas. Hablas de que un hombre es frío… deberías ver a una mujer desde mi punto de vista. Si hablamos de la tundra ártica sería más tibio. Créeme, no quieres conocer mi punto de vista sobre tu género. Como hombre, si te toco los pechos, sería arrestado. ¿Tienes idea de cuantas mujeres se sintieron libres de agarrarme la entrepierna? ─¡Papá! ─Lo siento, pero es verdad. Las mujeres son tan rápidas usando a un hombre como un hombre lo es usando a una mujer. No es correcto juzgar un género ni el grupo entero por las acciones de unos pocos idiotas... ¿Ahora qué ha hecho Harry para causar que odies al resto del género masculino? ─No es sólo Harry,─ dijo a la defensiva.─ Mira lo que el abuelo le hizo a la abuela. Lo que… ─se contuvo antes de dejar salir su próximo pensamiento. ─ Lo que yo le hice a tu madre. Maldición, él lo había adivinado. Inclinó la cabeza hacia abajo, sintiéndose tímida y grosera. ─No quise decir eso. ─No te disculpes. Lo pensaste y yo lo oí alto y claro.─ Uf, ella había olvidado su habilidad para eso. ─Lo siento. ─No, no lo haces.─ dijo él con una comprensible sonrisa.─ Es algo en lo que has pensado mucho. No lo olvides, tienes la habilidad de leer a las personas y sus emociones de mí. Ella realmente se retorcía ahora. No era de extrañar que el pobre Kish le hubiese cortado la cabeza. ─¿Soy así de desagradable con ello? ─Probablemente. ─No es de extrañar que las personas estén tan irritadas conmigo. ─Estoy seguro que te perdonan bastante rápido. No realmente, pero no quería discutir con él. Él se inclinó hacia delante para observarla con una mirada seria. ─Para que conste, no le he hecho nada a tu madre. ─La seduciste. ─La besé, y créeme cuando digo que mi intención nunca fue hacer que me deseara. Realmente esperaba que me matase por ello. Su confesión la dejó atónita─eso era extremadamente diferente de la manera en que Artemisa había relatado el suceso. ─¿Qué? Él asintió y ella pudo ver su sinceridad. ─Nunca ha nacido una mujer a la que quisiera seducir, y esa es la verdad. Pasé toda mi vida intentando que las personas me quitaran las manos de encima. Así que antes de que me culpes por seducir a tu madre y después despreciarla, observa los hechos. Yo la besé una vez, esperando la muerte, y entonces ella vino tras de mí.
Para Kat era difícil envolver su mente en eso, pero por otro lado, tenía mucho sentido. ─En cuanto a mis padres...─ continuó él.─ ellos estaban totalmente jodidos desde el principio, pero eso no tiene nada que ver contigo o conmigo. Y definitivamente no tiene nada que ver con tu relación con Harry a menos que tú lo hagas así. No lo hagas. Tus problemas con Harry son simples. Él está asustado y tú lo estás empujando a dar un paso para el que no está listo. ─Tú me dijiste que fuese a él. Lo hice. ─¿Y te disculpaste? ─Sí. ─Entonces dale tiempo, Katra. Cuando pasas una vida siendo traicionado por todo el mundo a tu alrededor, es realmente difícil dejarlo ir. Sin teme el amor. Ella no lo entendía. ─¿Cómo puede alguien temer enamorarse? ─¿Cómo no pueden?─ su cara estaba completamente horrorizada.─ Cuando amas a alguien… realmente lo ama, amigo o amante, le tiendes abierto tu corazón. Le das una parte de ti mismo que no le has dado a nadie y les dejas entrar en una parte de ti que sólo ellos pueden herir─literalmente les entregas una navaja con un mapa de donde pueden cortar más profundo y más dolorosamente en tu corazón y en tu alma. Y cuando golpean, esto te paraliza─igual que si te arrancaran el corazón. Esto te deja desnudo y expuesto, preguntándote que les hiciste para que quieran herirte tan horriblemente cuando todo lo que tú has hecho es amarlos. ¿Qué está tan mal contigo que nadie puede mantener la fe en ti? ¿Qué nadie puede amarte? Que esto suceda una vez es bastante malo… ¿pero que se repita? ¿Quién en su sano juicio no estaría aterrado de eso? Kat tragó contra el nudo en su garganta cuando oyó el dolor en su interior. Con los ojos llenos de lágrimas, camino hacia él, entró en sus brazos y lo abrazó. Joe no podía respirar cuando sintió los brazos de su hija a su alrededor. Solo Simi lo sostenía de esa manera. No había exigencias o pagos a excepción del abrazo. Esto significaba sólo consuelo. Y significaba todo para él. ─ te quiero papá, y nunca te lastimaré. Él cerró los ojos cuando esas palabras lo tocaron profundamente. ─Lo sé, bebé. Solo dale a Harry un poco de espacio y déjale conciliarse consigo mismo y con su pasado. ─¿Y si no lo hace? ─Lo llevaré a un lado y le golpearé por hacer llorar a mi niña. Ella se rió a través de las lágrimas cuando se apartó de él. ─¿De verdad? ─Absolutamente. Olvida lo medieval, romperé lo atlante sobre su trasero, y ya has visto lo que un irritado dios atlante puede hacer. Hace que Hannibal Lecter parezca un bebé llorón. Sonriendo, Kat se limpió las lágrimas.
Ni siquiera sabía realmente por qué. Su madre no era la más simpática o afectiva mujer. Aún así, Kat necesitaba sentir el consuelo de la presencia de su madre. Pero Artemisa no venía. Joseph salió del dormitorio para mirarla con una mirada dubitativa. ─¿Va algo mal? Parte de ella quería correr hacia él por consuelo, pero la otra parte quería mantener la distancia. Ahora mismo, él le recordaba demasiado a Harry. ─¿Dónde está Artemisa? Joseph indicó con su pulgar por encima de su hombro. ─La gran casa sobre la colina. Es la única que realmente no puedes perder. Llamativa como el infierno y realmente sobre compensada para un complejo de algún tipo. Aparentemente Zeus da una fiesta y Artemisa quiso detenerse y visitarlo. Por supuesto que lo haría. Probablemente estaría durante horas─esa era la suerte de Kat. Joseph cruzó la distancia entre ellos. ─¿Hay algo en lo que pueda ayudar? ─No.─ dijo Kat petulante.─ Tú eres un hombre y odio a todos los hombres ahora mismo. Él dio dos pasos atrás. ─Bastante justo. Ya que mi presencia está obviamente causándote dolor, llevaré mi masculinidad fuera a la terraza, donde puedes reunirte conmigo si puedes pasar por alto mi obvio defecto de nacimiento. Kat lo fulminó con la mirada. Típico en un hombre intentar restarle importancia cuando dolía tanto. Eso era por qué odiaba a todos los de su especie en ese momento. Su padre salió para sentarse sobre la baranda, con la espalda contra una columna. La parte enojada de ella quiso correr afuera, empujarle y dejarle caer al suelo. E incluso aunque el pensamiento le dio un momento de diversión, ella sabía la verdad. No estaba realmente enojada con su padre. Quería aplastar a Harry. Incapaz de detenerse, salió. Joseph se giró hacia ella arqueando una ceja. ─¿Por qué todos los hombres apestan?─ preguntó ella, cruzando los brazos sobre el pecho.─ Yo lo sabía y aún así me enamoré estúpidamente de uno de ustedes. ¿Por qué? ¿Por qué sería tan masoquista? Le tiendes tu corazón a un hombre, ¿Y que hace? ¿Podrías cambiar el canal, bebé? ─imitó en un ridículo tono masculino. ─ Todos vosotros sois patéticamente fríos. No os importa nadie excepto vosotros mismos. ─¿Quieres mi aporte o solo necesitas descargar tu enfado? ─¡Ambas! ─De acuerdo, tú despotrica y agregaré mis comentarios al final. ¿Por qué tenía que ser tan malditamente razonable? Esto realmente expulsó de ella la suficiente rabia para que estuviese moderadamente calmada.
─Para que conste, esto no es plan hombre/mujer. Es sobre las personas. Hablas de que un hombre es frío… deberías ver a una mujer desde mi punto de vista. Si hablamos de la tundra ártica sería más tibio. Créeme, no quieres conocer mi punto de vista sobre tu género. Como hombre, si te toco los pechos, sería arrestado. ¿Tienes idea de cuantas mujeres se sintieron libres de agarrarme la entrepierna? ─¡Papá! ─Lo siento, pero es verdad. Las mujeres son tan rápidas usando a un hombre como un hombre lo es usando a una mujer. No es correcto juzgar un género ni el grupo entero por las acciones de unos pocos idiotas... ¿Ahora qué ha hecho Harry para causar que odies al resto del género masculino? ─No es sólo Harry,─ dijo a la defensiva.─ Mira lo que el abuelo le hizo a la abuela. Lo que… ─se contuvo antes de dejar salir su próximo pensamiento. ─ Lo que yo le hice a tu madre. Maldición, él lo había adivinado. Inclinó la cabeza hacia abajo, sintiéndose tímida y grosera. ─No quise decir eso. ─No te disculpes. Lo pensaste y yo lo oí alto y claro.─ Uf, ella había olvidado su habilidad para eso. ─Lo siento. ─No, no lo haces.─ dijo él con una comprensible sonrisa.─ Es algo en lo que has pensado mucho. No lo olvides, tienes la habilidad de leer a las personas y sus emociones de mí. Ella realmente se retorcía ahora. No era de extrañar que el pobre Kish le hubiese cortado la cabeza. ─¿Soy así de desagradable con ello? ─Probablemente. ─No es de extrañar que las personas estén tan irritadas conmigo. ─Estoy seguro que te perdonan bastante rápido. No realmente, pero no quería discutir con él. Él se inclinó hacia delante para observarla con una mirada seria. ─Para que conste, no le he hecho nada a tu madre. ─La seduciste. ─La besé, y créeme cuando digo que mi intención nunca fue hacer que me deseara. Realmente esperaba que me matase por ello. Su confesión la dejó atónita─eso era extremadamente diferente de la manera en que Artemisa había relatado el suceso. ─¿Qué? Él asintió y ella pudo ver su sinceridad. ─Nunca ha nacido una mujer a la que quisiera seducir, y esa es la verdad. Pasé toda mi vida intentando que las personas me quitaran las manos de encima. Así que antes de que me culpes por seducir a tu madre y después despreciarla, observa los hechos. Yo la besé una vez, esperando la muerte, y entonces ella vino tras de mí.
Para Kat era difícil envolver su mente en eso, pero por otro lado, tenía mucho sentido. ─En cuanto a mis padres...─ continuó él.─ ellos estaban totalmente jodidos desde el principio, pero eso no tiene nada que ver contigo o conmigo. Y definitivamente no tiene nada que ver con tu relación con Harry a menos que tú lo hagas así. No lo hagas. Tus problemas con Harry son simples. Él está asustado y tú lo estás empujando a dar un paso para el que no está listo. ─Tú me dijiste que fuese a él. Lo hice. ─¿Y te disculpaste? ─Sí. ─Entonces dale tiempo, Katra. Cuando pasas una vida siendo traicionado por todo el mundo a tu alrededor, es realmente difícil dejarlo ir. Sin teme el amor. Ella no lo entendía. ─¿Cómo puede alguien temer enamorarse? ─¿Cómo no pueden?─ su cara estaba completamente horrorizada.─ Cuando amas a alguien… realmente lo ama, amigo o amante, le tiendes abierto tu corazón. Le das una parte de ti mismo que no le has dado a nadie y les dejas entrar en una parte de ti que sólo ellos pueden herir─literalmente les entregas una navaja con un mapa de donde pueden cortar más profundo y más dolorosamente en tu corazón y en tu alma. Y cuando golpean, esto te paraliza─igual que si te arrancaran el corazón. Esto te deja desnudo y expuesto, preguntándote que les hiciste para que quieran herirte tan horriblemente cuando todo lo que tú has hecho es amarlos. ¿Qué está tan mal contigo que nadie puede mantener la fe en ti? ¿Qué nadie puede amarte? Que esto suceda una vez es bastante malo… ¿pero que se repita? ¿Quién en su sano juicio no estaría aterrado de eso? Kat tragó contra el nudo en su garganta cuando oyó el dolor en su interior. Con los ojos llenos de lágrimas, camino hacia él, entró en sus brazos y lo abrazó. Joe no podía respirar cuando sintió los brazos de su hija a su alrededor. Solo Simi lo sostenía de esa manera. No había exigencias o pagos a excepción del abrazo. Esto significaba sólo consuelo. Y significaba todo para él. ─ te quiero papá, y nunca te lastimaré. Él cerró los ojos cuando esas palabras lo tocaron profundamente. ─Lo sé, bebé. Solo dale a Harry un poco de espacio y déjale conciliarse consigo mismo y con su pasado. ─¿Y si no lo hace? ─Lo llevaré a un lado y le golpearé por hacer llorar a mi niña. Ella se rió a través de las lágrimas cuando se apartó de él. ─¿De verdad? ─Absolutamente. Olvida lo medieval, romperé lo atlante sobre su trasero, y ya has visto lo que un irritado dios atlante puede hacer. Hace que Hannibal Lecter parezca un bebé llorón. Sonriendo, Kat se limpió las lágrimas.
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Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 16 Parte 6
─Voy a mantenerte para eso, ¿Sabes? ─Siéntete libre. Vivo para sacarle a la gente los mocos a patadas. A Kat le gustaba realmente ese pensamiento. También podía ver a Joe haciéndolo. Ella se seco los ojos antes de que se le ocurriera una extraña pregunta fuera de contexto. ─¿Qué haces cuando mamá se va y te quedas solo igual que ahora? ─Él se encogió de hombros. ─Escribo novelas románticas. Su respuesta fue tan rápida, impasible, e inesperada que ella estaba aturdida. ─¿De veras? ─Nah.─ le guiñó el ojo.─ Yo no tengo ese talento, y no sé absolutamente nada de romance. Solo quería ver tu reacción. Ja—Ja. No estaba segura si entendía realmente su sentido del humor. ─¿Qué haces? ¿Realmente? ─Nada. De verdad. Esto es aburrido como el infierno. Artemisa no me permite traer nada aquí conmigo. Ni la guitarra. Ni el Cartoon Network. Ocasionalmente, traigo un libro solo para verla paranoica cuando lo encuentra. Eso no tenía sentido para Kat. ¿Porqué su madre sería tan cruel? ─¿Por qué no te permite tener nada aquí? ─Es una distracción y ella no puede tolerar eso. Mi parte del trato es estar a su servicio. Así que aquí estoy esperando. Es otro salto de poder… una pequeña victoria que puede reclamar sobre mí. ─¿Por qué lo toleras? La mirada en sus turbulentos ojos plata envió un temblor por su espina dorsal. ─La misma razón por la que Harry no se ha resignado a morir. Hay seis mil millones de personas en la tierra que necesitan que alguien los proteja de cosas que son más espantosas que el cobrador de impuestos o el extraño que empuña un cuchillo. Cosas que un arma no detiene. Tanto como sus vidas estén pendientes de un hilo, ¿Qué es una pequeña humillación para mí? Además, soy útil para eso. Quizá, pero ella se preguntó si sería tan altruista en su lugar. ─ Sí, pero eres un dios del destino. ¿No puedes cambiar eso? ─ Piensas igual que una niña, Katra. Las cosas que parecen tan simples rara vez lo son. Es igual que el mecánico que va a arreglar el carburador y en el proceso accidentalmente hace un agujero en el radiador y causa incluso más daños. Cada persona sobre este planeta está conectada. Algunas veces esa línea del tiempo es más fácil de ver, y otras es más complicado. Cambia una insignificante cosa y cambiarás el mismo centro de la humanidad. Por ejemplo, si hubiese evitado que tú le quitases los poderes a Sin él no se habría convertido en lo que es ahora. Él se habría vuelto justo tan frío como tu madre. ─Pero su panteón habría sobrevivido.
─¿Lo habría hecho? El destino nunca es así de simple. Esto no va en línea recta, y cuanto más tratas de rodearlo, peor lo haces para ti mismo. El destino no será negado.
Harry habría perdido sus poderes por otros medios, en otro tiempo y lugar. Y quien fuera que los tomara quizás lo hubiese matado. Si hubiese muerto, el mundo habría terminado hace mucho tiempo o el gallu habría corrido libres y listo. Las posibilidades son infinitas. ─Pero si el destino no se puede negar... si es fijo, ¿Cómo podría haber infinitas posibilidades?─ Esa era una pregunta que nunca había entendido completamente. ─Sólo ciertos aspectos están predestinados. El resultado no. El destino de Harry era perder su divinidad, los medios y lo que sigue son determinados por el libre albedrío. El libre albedrío es la única aterradora variable que pone tanto en movimiento que ni siquiera yo, tengo control sobre ello. ─No lo entiendo. Él respiró hondo mientras se frotaba el brazo para aliviarlo. ─Aquí está un ejemplo. Cuando conocí a Jerry Gautier por primera vez su destino era casarse a los treinta y tener una docena de hijos. Como nuestra amistad creció, perdí la habilidad para ver como cambiaría su futuro. Entonces en un momento de rabia, cambié su destino diciéndole que se mataría a si mismo. No quería decir eso, pero como dios del destino, tales proclamas cuando son hechas por mí, son ley. El destino realineó las circunstancias a su alrededor de modo que lo condujeran a una decisión que tomó su propia vida. La mujer con la que se iba a casar acabó muerta en su tienda. La vida de su madre la tomó un Daimon y Jerry se pegó un tiro a sus pies. Mi libre albedrío no habría arremetido contra él. En vez de eso, lo hice. Su libre albedrío le haría buscar venganza como un humano contra un Daimon y no suicidarse. Pero a causa de lo que yo soy, mi proclamación de que se matase a si mismo pesó más que el suyo y él realmente no tuvo ninguna elección. Tomé su libre albedrío y le costó cada uno de los que estaban cerca de él. ¿Lo entiendes? Ella estaba empezando a ver, pero estaba todavía el hecho del plan original para Jerry. ─Si el destino no puede negarse, entonces Jerry todavía puede encontrar a alguien con quien casarse y tener una docena de hijos, ¿cierto? ─ Eso quizás haya sido cierto, pero en el momento en que forcé mi voluntad sobre su vida alterando eso. Su destino no es un largo conjunto y es su libre albedrío ahora el que lo dirige hacia un destino que yo no puedo ver. Pero sé que sus futuras acciones tocarán las vidas de las personas que amo y lo que quiera que les suceda a ellos es finalmente culpa mía por ser estúpido. No seas estúpida, Katra. Nunca hables con furia y nunca intentes forzar tu voluntad en otra persona. Nunca encontrarás la paz en ello. Kat hizo una pausa cuando se dio cuenta de lo que quería decir exactamente. Durante siglos su madre había estado intentando forzar su voluntad sobre el padre de Kat. Su abuelo había intentado forzar su voluntad sobre su abuela. Y en cada caso el resultado había sido desastroso para todos los que estaban envueltos. Tanto como Kat quería tener a Harry, a menos que él estuviera dispuesto, nunca habría felicidad entre ellos. ─Lo entiendo. ─Bien. Ese es el primer paso. Lo suponía. Pero honestamente, hacer lo correcto realmente lastimaba cuando todo lo que ella quería era forzar a Sin a que volviese a ella. Kat miró a Joseph y sacudió la cabeza.
─ Eres increíblemente sabio. Él se rió. ─Sólo cuando va para otras personas. Es fácil ver como arreglar sus vidas. Es más difícil ver las grietas en su propia casa. ─Bueno, yo lo aprecio. Gracias.─ Ella lo besó en la mejilla antes de dejarle solo y dirigirse a su habitación. Ella tenía que dejar el templo para cruzar caminando hacia el dormitorio donde se alojaban todas las koris que servían a Artemisa. La habitación de Kat era la última a la izquierda. Le daría a Harry el espacio que necesitaba para ver que quería fuera de su vida. Ella no lo buscaría. Dejaría que fuese él el que llamara. Ese era el único camino. Cuando fue a abrir las cortinas de su dormitorio para dejar entrar la luz del día, oyó algo detrás de ella. Volviéndose, vio como Xypher aparecía en el centro de su habitación. Su expresión era fría y brutal cuando lanzó un demonio macho, en su verdadera forma de demonio en el suelo. El sostenía al demonio por el cogote mientras pateaba y chillaba tratando de liberarse. Xypher estaba cubierto de sangre. Unos arañazos estropeaban el lado izquierdo de su cara. Pero él no parecía advertirlo cuando caminó lentamente hacia Kat. Tan pronto como la alcanzó, lanzó el demonio a sus pies. El demonio intentó levantarse, pero Xypher lo golpeó de regreso. ─Encontré este pedazo de mierda intentando comerse una mujer fuera de una tienda. Pensé que quizás sería un buen chivato y tenía razón. Agarró el demonio por el pelo y lo alzó de modo que Kat pudiera ver su cara. ─Ahora dile a la buena dama donde puso Kessar la Tabla del Destino. ─Está alrededor de su cuello. No deja que nadie se acerque. ─¿Y Zakar? ─Él está sujeto al lado del trono del maestro. Xypher dejó al demonio caer al suelo. ─¿Es suficiente? ¿Ahora, puedo matarlo? Ella miró las heridas sangrantes de Xypher. ─¿Qué hay de ti? ¿Te estás convirtiendo? Él se rió amargamente. ─Estoy muerto. No puedo convertirme cuando no tengo pulso. Eso la hacía sentirse mejor… de alguna extraña manera. ─¿Puedo matarlo ahora? Kat vaciló y ni siquiera sabía porqué. Observó al demonio, extendido sobre el suelo… Una cosa era matar en una pelea pero otra era matar una persona, o demonio en ese caso, que estaba vencido. Eso simplemente parecía estar mal. ─¿Qué eres? ¿Débil?─ gruñó Xypher cuando ella no respondió.─ No me dirás que quieres que me reserve a este patético animal cuando no le mostraría misericordia a nadie. Créame, es preferible quitarse la cabeza a una cobra antes que la cobra te golpee
─Voy a mantenerte para eso, ¿Sabes? ─Siéntete libre. Vivo para sacarle a la gente los mocos a patadas. A Kat le gustaba realmente ese pensamiento. También podía ver a Joe haciéndolo. Ella se seco los ojos antes de que se le ocurriera una extraña pregunta fuera de contexto. ─¿Qué haces cuando mamá se va y te quedas solo igual que ahora? ─Él se encogió de hombros. ─Escribo novelas románticas. Su respuesta fue tan rápida, impasible, e inesperada que ella estaba aturdida. ─¿De veras? ─Nah.─ le guiñó el ojo.─ Yo no tengo ese talento, y no sé absolutamente nada de romance. Solo quería ver tu reacción. Ja—Ja. No estaba segura si entendía realmente su sentido del humor. ─¿Qué haces? ¿Realmente? ─Nada. De verdad. Esto es aburrido como el infierno. Artemisa no me permite traer nada aquí conmigo. Ni la guitarra. Ni el Cartoon Network. Ocasionalmente, traigo un libro solo para verla paranoica cuando lo encuentra. Eso no tenía sentido para Kat. ¿Porqué su madre sería tan cruel? ─¿Por qué no te permite tener nada aquí? ─Es una distracción y ella no puede tolerar eso. Mi parte del trato es estar a su servicio. Así que aquí estoy esperando. Es otro salto de poder… una pequeña victoria que puede reclamar sobre mí. ─¿Por qué lo toleras? La mirada en sus turbulentos ojos plata envió un temblor por su espina dorsal. ─La misma razón por la que Harry no se ha resignado a morir. Hay seis mil millones de personas en la tierra que necesitan que alguien los proteja de cosas que son más espantosas que el cobrador de impuestos o el extraño que empuña un cuchillo. Cosas que un arma no detiene. Tanto como sus vidas estén pendientes de un hilo, ¿Qué es una pequeña humillación para mí? Además, soy útil para eso. Quizá, pero ella se preguntó si sería tan altruista en su lugar. ─ Sí, pero eres un dios del destino. ¿No puedes cambiar eso? ─ Piensas igual que una niña, Katra. Las cosas que parecen tan simples rara vez lo son. Es igual que el mecánico que va a arreglar el carburador y en el proceso accidentalmente hace un agujero en el radiador y causa incluso más daños. Cada persona sobre este planeta está conectada. Algunas veces esa línea del tiempo es más fácil de ver, y otras es más complicado. Cambia una insignificante cosa y cambiarás el mismo centro de la humanidad. Por ejemplo, si hubiese evitado que tú le quitases los poderes a Sin él no se habría convertido en lo que es ahora. Él se habría vuelto justo tan frío como tu madre. ─Pero su panteón habría sobrevivido.
─¿Lo habría hecho? El destino nunca es así de simple. Esto no va en línea recta, y cuanto más tratas de rodearlo, peor lo haces para ti mismo. El destino no será negado.
Harry habría perdido sus poderes por otros medios, en otro tiempo y lugar. Y quien fuera que los tomara quizás lo hubiese matado. Si hubiese muerto, el mundo habría terminado hace mucho tiempo o el gallu habría corrido libres y listo. Las posibilidades son infinitas. ─Pero si el destino no se puede negar... si es fijo, ¿Cómo podría haber infinitas posibilidades?─ Esa era una pregunta que nunca había entendido completamente. ─Sólo ciertos aspectos están predestinados. El resultado no. El destino de Harry era perder su divinidad, los medios y lo que sigue son determinados por el libre albedrío. El libre albedrío es la única aterradora variable que pone tanto en movimiento que ni siquiera yo, tengo control sobre ello. ─No lo entiendo. Él respiró hondo mientras se frotaba el brazo para aliviarlo. ─Aquí está un ejemplo. Cuando conocí a Jerry Gautier por primera vez su destino era casarse a los treinta y tener una docena de hijos. Como nuestra amistad creció, perdí la habilidad para ver como cambiaría su futuro. Entonces en un momento de rabia, cambié su destino diciéndole que se mataría a si mismo. No quería decir eso, pero como dios del destino, tales proclamas cuando son hechas por mí, son ley. El destino realineó las circunstancias a su alrededor de modo que lo condujeran a una decisión que tomó su propia vida. La mujer con la que se iba a casar acabó muerta en su tienda. La vida de su madre la tomó un Daimon y Jerry se pegó un tiro a sus pies. Mi libre albedrío no habría arremetido contra él. En vez de eso, lo hice. Su libre albedrío le haría buscar venganza como un humano contra un Daimon y no suicidarse. Pero a causa de lo que yo soy, mi proclamación de que se matase a si mismo pesó más que el suyo y él realmente no tuvo ninguna elección. Tomé su libre albedrío y le costó cada uno de los que estaban cerca de él. ¿Lo entiendes? Ella estaba empezando a ver, pero estaba todavía el hecho del plan original para Jerry. ─Si el destino no puede negarse, entonces Jerry todavía puede encontrar a alguien con quien casarse y tener una docena de hijos, ¿cierto? ─ Eso quizás haya sido cierto, pero en el momento en que forcé mi voluntad sobre su vida alterando eso. Su destino no es un largo conjunto y es su libre albedrío ahora el que lo dirige hacia un destino que yo no puedo ver. Pero sé que sus futuras acciones tocarán las vidas de las personas que amo y lo que quiera que les suceda a ellos es finalmente culpa mía por ser estúpido. No seas estúpida, Katra. Nunca hables con furia y nunca intentes forzar tu voluntad en otra persona. Nunca encontrarás la paz en ello. Kat hizo una pausa cuando se dio cuenta de lo que quería decir exactamente. Durante siglos su madre había estado intentando forzar su voluntad sobre el padre de Kat. Su abuelo había intentado forzar su voluntad sobre su abuela. Y en cada caso el resultado había sido desastroso para todos los que estaban envueltos. Tanto como Kat quería tener a Harry, a menos que él estuviera dispuesto, nunca habría felicidad entre ellos. ─Lo entiendo. ─Bien. Ese es el primer paso. Lo suponía. Pero honestamente, hacer lo correcto realmente lastimaba cuando todo lo que ella quería era forzar a Sin a que volviese a ella. Kat miró a Joseph y sacudió la cabeza.
─ Eres increíblemente sabio. Él se rió. ─Sólo cuando va para otras personas. Es fácil ver como arreglar sus vidas. Es más difícil ver las grietas en su propia casa. ─Bueno, yo lo aprecio. Gracias.─ Ella lo besó en la mejilla antes de dejarle solo y dirigirse a su habitación. Ella tenía que dejar el templo para cruzar caminando hacia el dormitorio donde se alojaban todas las koris que servían a Artemisa. La habitación de Kat era la última a la izquierda. Le daría a Harry el espacio que necesitaba para ver que quería fuera de su vida. Ella no lo buscaría. Dejaría que fuese él el que llamara. Ese era el único camino. Cuando fue a abrir las cortinas de su dormitorio para dejar entrar la luz del día, oyó algo detrás de ella. Volviéndose, vio como Xypher aparecía en el centro de su habitación. Su expresión era fría y brutal cuando lanzó un demonio macho, en su verdadera forma de demonio en el suelo. El sostenía al demonio por el cogote mientras pateaba y chillaba tratando de liberarse. Xypher estaba cubierto de sangre. Unos arañazos estropeaban el lado izquierdo de su cara. Pero él no parecía advertirlo cuando caminó lentamente hacia Kat. Tan pronto como la alcanzó, lanzó el demonio a sus pies. El demonio intentó levantarse, pero Xypher lo golpeó de regreso. ─Encontré este pedazo de mierda intentando comerse una mujer fuera de una tienda. Pensé que quizás sería un buen chivato y tenía razón. Agarró el demonio por el pelo y lo alzó de modo que Kat pudiera ver su cara. ─Ahora dile a la buena dama donde puso Kessar la Tabla del Destino. ─Está alrededor de su cuello. No deja que nadie se acerque. ─¿Y Zakar? ─Él está sujeto al lado del trono del maestro. Xypher dejó al demonio caer al suelo. ─¿Es suficiente? ¿Ahora, puedo matarlo? Ella miró las heridas sangrantes de Xypher. ─¿Qué hay de ti? ¿Te estás convirtiendo? Él se rió amargamente. ─Estoy muerto. No puedo convertirme cuando no tengo pulso. Eso la hacía sentirse mejor… de alguna extraña manera. ─¿Puedo matarlo ahora? Kat vaciló y ni siquiera sabía porqué. Observó al demonio, extendido sobre el suelo… Una cosa era matar en una pelea pero otra era matar una persona, o demonio en ese caso, que estaba vencido. Eso simplemente parecía estar mal. ─¿Qué eres? ¿Débil?─ gruñó Xypher cuando ella no respondió.─ No me dirás que quieres que me reserve a este patético animal cuando no le mostraría misericordia a nadie. Créame, es preferible quitarse la cabeza a una cobra antes que la cobra te golpee
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Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 16 Parte 6
─Una cobra no puede ayudar en esto ¿Por qué lo deberías castigarlo por que estuvo haciendo lo que los dioses lo crearon? Él puso los ojos en blanco ante ella ─¿Vamos a debatir filosofía o debería sólo besarlo y hacer las paces con el demonio ahora? ¿Le dejo estar a tiro de tu garganta de modo que te la pueda arrancar? Xypher tenía razón. No era el momento de ser piadosa, especialmente desde que sabía de primera mano de lo que eran capaces estos demonios. Ellos no mostraban piedad o compasión. Pero eso no quería decir que tuviese que ser igual a ellos. ─Acaba con él misericordiosamente. ─Sí, Reinita.─ dijo Xypher, su tono lleno de veneno y sarcasmo.─ Me aseguraré de ello y usaré una hoja almohadillada. ─Podría pasar sin tu sarcasmo. ─Y yo podría pasar sin tu tierno corazón. Ella entrecerró los ojos. ─Sólo recuerda, mi tierno corazón es el que te ganó un tiro a la libertad. Su cara se volvió de piedra. ─Reinita, fue un tierno corazón el que me puso en esta posición para empezar. La persona que estaba intentando proteger cuando fui atrapado no me devolvió el favor. La puta sólo me estaba usando. Así que acepta mi advertencia, cualquier compasión que tengas, mátala. Me lo agradecerás después.─ y con eso se desvaneció. Kat se quedó allí por un completo segundo mientras sus palabras sonaban en sus oídos. Esto la hacía preguntarse si quizás Xypher no tendría razón. La traición parecía ser la peor parte de la humanidad. Al menos con el gallu, no habían fingido. Ellos estaban allí simplemente por lo que eran. Demonios. Sabías donde estabas parado. Ellos no fingían quererte y entonces intentaban apuñalarte en la espalda. Ellos iban por tu garganta desde el principio. Casi los podía respetar para eso. Quizá ellos fueron unas altas formas de vida después de todo. La traición no estaba en su naturaleza. Con ese pensamiento, otro aterrador atravesó su mente. Harry sabía como matarla. Le había dado un secreto que no tenía nadie, ni siquiera su madre lo sabía. ¿Era su bondad hacia ella sólo una fachada con el propósito de cegarla hasta que él la traicionara? Seguramente no... Yo tomé sus poderes. El había estado yendo tras su madre durante siglos para matarla por ello. Ahora él sabía que Artemisa era inocente y que Kat lo había hecho. Quizás estoy siendo estúpida y paranoica. Eso era más que posible. ─Detente, Katra. Harry no te lastimará. El no lo haría y ella se negaba a permitirse continuar pensando en ese sin sentido. Ahora mismo Harry estaba herido y confuso. Justo igual que ella. No dejaría que los infundados temores destruyeran lo que habían construido juntos. ¿Y que tienes? Te dijo que te perdieras. Ugh, cómo odiaba esa voz en la cabeza. ─No te escucharé. Amo a Harry y no lo doy por perdido todavía.
Sólo esperaba que él compartiera ese sentimiento por ella. Si no, él iba a matarla.
─Una cobra no puede ayudar en esto ¿Por qué lo deberías castigarlo por que estuvo haciendo lo que los dioses lo crearon? Él puso los ojos en blanco ante ella ─¿Vamos a debatir filosofía o debería sólo besarlo y hacer las paces con el demonio ahora? ¿Le dejo estar a tiro de tu garganta de modo que te la pueda arrancar? Xypher tenía razón. No era el momento de ser piadosa, especialmente desde que sabía de primera mano de lo que eran capaces estos demonios. Ellos no mostraban piedad o compasión. Pero eso no quería decir que tuviese que ser igual a ellos. ─Acaba con él misericordiosamente. ─Sí, Reinita.─ dijo Xypher, su tono lleno de veneno y sarcasmo.─ Me aseguraré de ello y usaré una hoja almohadillada. ─Podría pasar sin tu sarcasmo. ─Y yo podría pasar sin tu tierno corazón. Ella entrecerró los ojos. ─Sólo recuerda, mi tierno corazón es el que te ganó un tiro a la libertad. Su cara se volvió de piedra. ─Reinita, fue un tierno corazón el que me puso en esta posición para empezar. La persona que estaba intentando proteger cuando fui atrapado no me devolvió el favor. La puta sólo me estaba usando. Así que acepta mi advertencia, cualquier compasión que tengas, mátala. Me lo agradecerás después.─ y con eso se desvaneció. Kat se quedó allí por un completo segundo mientras sus palabras sonaban en sus oídos. Esto la hacía preguntarse si quizás Xypher no tendría razón. La traición parecía ser la peor parte de la humanidad. Al menos con el gallu, no habían fingido. Ellos estaban allí simplemente por lo que eran. Demonios. Sabías donde estabas parado. Ellos no fingían quererte y entonces intentaban apuñalarte en la espalda. Ellos iban por tu garganta desde el principio. Casi los podía respetar para eso. Quizá ellos fueron unas altas formas de vida después de todo. La traición no estaba en su naturaleza. Con ese pensamiento, otro aterrador atravesó su mente. Harry sabía como matarla. Le había dado un secreto que no tenía nadie, ni siquiera su madre lo sabía. ¿Era su bondad hacia ella sólo una fachada con el propósito de cegarla hasta que él la traicionara? Seguramente no... Yo tomé sus poderes. El había estado yendo tras su madre durante siglos para matarla por ello. Ahora él sabía que Artemisa era inocente y que Kat lo había hecho. Quizás estoy siendo estúpida y paranoica. Eso era más que posible. ─Detente, Katra. Harry no te lastimará. El no lo haría y ella se negaba a permitirse continuar pensando en ese sin sentido. Ahora mismo Harry estaba herido y confuso. Justo igual que ella. No dejaría que los infundados temores destruyeran lo que habían construido juntos. ¿Y que tienes? Te dijo que te perdieras. Ugh, cómo odiaba esa voz en la cabeza. ─No te escucharé. Amo a Harry y no lo doy por perdido todavía.
Sólo esperaba que él compartiera ese sentimiento por ella. Si no, él iba a matarla.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
CAPÍTULO 17
─Sabes, podrías sólo matar a Kat. ─¡Kish!─ tronó Harry, queriendo estrellar a su criado a través de la pared detrás de él. ─¿Qué? ha pasado toda una semana desde que se marchó y todo lo que has hecho es enfurruñarte como una vaca agonizante. ─Las vacas agonizantes no se enfurruñan. ─¿Cómo lo sabes? ¿Te has hecho el hábito de merodear alrededor de vacas agonizantes? Harry fulminó con la mirada al hombre que estaba ocupado tratando de limpiar su penthouse. Durante más de una semana no había dejado el sofá excepto para matar demonios y salir cazar a Kessar y su hermano. Había dormido, comido y enfurruñado en él. Y todo en un inútil intento por sacar a Kat de su vida. Pero la verdad era que la extrañaba. Extrañaba la esencia de su piel y cabello. Extrañaba la forma en que arrugaba la frente cada vez que pensaba que él estaba loco. Extrañaba el sonido de su voz, el toque de su mano. Más que nada, extrañaba la risas que habían compartido. Su agudo y afilado sarcasmo. Su estomago dolió por el vacío que había dejado su ausencia. El dolor era tan profundo que impregnó todo su ser. No quería hablar con nadie. No tenía energía. Todo lo que deseaba era que Kat regresara. Que se fuera al infierno por eso. Kish levantó la caja de pizza, que todavía contenía una pizza sin tocar, y la puso en la basura. ─Sólo digo que una vaca agonizante puede enfurruñarse. ─Lo menos que podrías hacer es llamarlo toro agonizante─ Dijo Damián entrando al cuarto detrás de Kish ─Hombre levanta el trasero al menos un poco. Al menos seria una mejora a la pequeña niña quejita con la que hemos tenido que tratar estos últimos siete días. Harry levantó su mano y envió una sacudida a cada uno. Ellos aullaron antes de salir volando. ─Algo más de lo que las niñas quieran quejarse? ─Auch ─ gimió Kish ─ Creó que fracturó mi cuerpo. ─ ¿Qué parte? ─ Mi cuerpo entero. Todo me duele. Damien se sentó en uno de los taburetes de la barra para fulminarlo con la mirada. ─Tienes un espejo.
Harry le frunció el ceño ─¿De qué hablas? ─Tu. Hombre, no me extraña que Kat te haya dejado. Apestas, tu pelo esta enredado y no te has bañado, ¿En cuantos días? Olvida pelear con el gallu. Un olorcillo tuyo los mataría.─ Miró a Kish cuando se levantó. ─No necesitarías un combate... el sólo vapor del alcohol lo enviarían como una vela romana. ─Cállate─, gruñó Harry cuando se levantó para tomar la botella medio vacía de Jack Daniels de la mesa de centro. Se dirigió hacia su cuarto de modo que no tuviera que presenciar más sus quejidos. Al menos ese era su plan, pero las paredes eran tan delgadas, que no podía evitar escucharlos. ─¿Cuándo fue la ultima vez que se cambió de ropa?─ Preguntó Damien. ─Creó que fue la última vez que se bañó... el día que Kat se fue. Harry escuchó el sonido de los vasos chocando juntos. Damien juró. ─¿Cuánto ha estado bebiendo? ─Déjame ponerlo de esta manera. Llené los gabinetes hace dos días. ─Demonios, ¿cómo puede pelear contra los demonios y estar tan bebido? ─Creo que tenías razón antes. Pelea un combate y les respira, como un soplete humano. ─Si no fuera tan triste y probablemente cierto. Me reiría. ─Si. Ya lo he escuchado. Personalmente me dejé de reír cuando encontré esto bajo su almohada. Sin blasfemo cuando se dio cuenta que había encontrando Kish, fue rápidamente a su cama para verificar exactamente que tenía en sus manos. Como temió... el atroz pijama de franela de Katra. Como el patético tonto que era. Lo había guardado cerca de modo que pudiera olerlo cada vez que durmiera. Su esencia lo confortaba a un nivel inimaginable. Y justo ahora, se sentía como un idiota que merecía lo que tenia. Pero ese sentimiento se desvaneció después de que comprender que otro hombre sostenía la ropa de Kat... Enfurecido, Harry regresó a la habitación principal y la arrebató de las manos de Kish. ─¿Te importa? No te pertenece. ─Lo siento Se volteó para atrapar la sonrisa satisfecha de Damien. ─¿Qué estas viendo? ─Nada. Sólo estoy tratando de imaginarte en un pijama de franela rosa y calcetines de mono. Estoy seguro que luces impresionante en rosa. Kish se hecho a reír. ─Definitivamente, con su tono de piel, probablemente luzca muy bien en rosa. Definitivamente yo diría que es un otoño.
─Este verano, serás un fachoso. Harry les dio una fría mirada. ─Encuentro fascinante, que ustedes, dos mujeres sepan que las paletas de color para la ropa tengan un nombre─ Se volteó hacia Damien. ─El hecho de que lo hayas corregido realmente me asusta. ─Oye. Yo no soy el que duerme en pijamas rosa. No quiero oír nada más de ti. Harry lo fulminó con la mirada. ─Es bueno que no malverses mi casino o te mataría en donde estas de pie.─ Y con eso regresó a su habitación. Harry cerró la puerta y se apoyó contra ella. Antes de poder detenerse, levantó el pijama hasta su nariz y olió la suave esencia, única de Kat. Como algo tan estúpido podía hacer ambas cosas, calmarlo y aplastarlo, no lo entendía. Pero ahí no negaba lo que sentía. La quería con él. Y lo mataba estar ahí solo. ─¿Qué he hecho? Pero lo sabía. Tenía que mantenerla lejos de él. Era por su propio bien. ¿Si Ishtar había fallado contra el gallu, que oportunidad tenía Kat de sobrevivir? Nunca pondría en juego su seguridad por egoísmo. Disgustado con su debilidad, se forzó a lanzar el pijama a la cama y se dirigió al baño. Tan pronto que se miró en el espejo, entendió a Damien y Kish. Lucía como el demonio. Sus ojos estaban hundidos por el sueño… no podía recordar la ultima vez que se había afeitado. Su pelo estaba despeinado y descuidado. Kat le daría una patada de lado por lucir así, y probablemente olía tan mal como se veía. Desalentado, Harry fue a la ducha para bañarse y demostrarles a todos que podía funcionar sin ella. Sólo que no quería hacerlo. Mientras esperaba que el agua se calentase, apretó su puño y lo puso contra la fría pared fuera de la ducha antes de presionar su frente contra el azulejo. Cerrando sus ojos, podía verla tan claramente en su mente... sintiéndola. ─¿Harry? El se tensó con el sonido de su voz pronunciando su nombre. Sonaba como si ella estuviera justo detrás de él. Pero él lo sabía bien. Entonces lo sintió. El suave susurro de una mano en su hombro. Temiendo que no fuera nada más que una tortura inventada por su mente, no quiso abrir los ojos. ─¿Éstas bien?─ pregunto ella. ─Eso depende. ─¿De qué? ─De si todavía estarás ahí cuando voltee. ─¿Entonces quieres que me marche? La palabra ─no─ quedo suspendida en su garganta. Carajo, hombre, sacude la cabeza y dile que se marche. Es por su propio bien. Es por tu propio bien
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─Sabes, podrías sólo matar a Kat. ─¡Kish!─ tronó Harry, queriendo estrellar a su criado a través de la pared detrás de él. ─¿Qué? ha pasado toda una semana desde que se marchó y todo lo que has hecho es enfurruñarte como una vaca agonizante. ─Las vacas agonizantes no se enfurruñan. ─¿Cómo lo sabes? ¿Te has hecho el hábito de merodear alrededor de vacas agonizantes? Harry fulminó con la mirada al hombre que estaba ocupado tratando de limpiar su penthouse. Durante más de una semana no había dejado el sofá excepto para matar demonios y salir cazar a Kessar y su hermano. Había dormido, comido y enfurruñado en él. Y todo en un inútil intento por sacar a Kat de su vida. Pero la verdad era que la extrañaba. Extrañaba la esencia de su piel y cabello. Extrañaba la forma en que arrugaba la frente cada vez que pensaba que él estaba loco. Extrañaba el sonido de su voz, el toque de su mano. Más que nada, extrañaba la risas que habían compartido. Su agudo y afilado sarcasmo. Su estomago dolió por el vacío que había dejado su ausencia. El dolor era tan profundo que impregnó todo su ser. No quería hablar con nadie. No tenía energía. Todo lo que deseaba era que Kat regresara. Que se fuera al infierno por eso. Kish levantó la caja de pizza, que todavía contenía una pizza sin tocar, y la puso en la basura. ─Sólo digo que una vaca agonizante puede enfurruñarse. ─Lo menos que podrías hacer es llamarlo toro agonizante─ Dijo Damián entrando al cuarto detrás de Kish ─Hombre levanta el trasero al menos un poco. Al menos seria una mejora a la pequeña niña quejita con la que hemos tenido que tratar estos últimos siete días. Harry levantó su mano y envió una sacudida a cada uno. Ellos aullaron antes de salir volando. ─Algo más de lo que las niñas quieran quejarse? ─Auch ─ gimió Kish ─ Creó que fracturó mi cuerpo. ─ ¿Qué parte? ─ Mi cuerpo entero. Todo me duele. Damien se sentó en uno de los taburetes de la barra para fulminarlo con la mirada. ─Tienes un espejo.
Harry le frunció el ceño ─¿De qué hablas? ─Tu. Hombre, no me extraña que Kat te haya dejado. Apestas, tu pelo esta enredado y no te has bañado, ¿En cuantos días? Olvida pelear con el gallu. Un olorcillo tuyo los mataría.─ Miró a Kish cuando se levantó. ─No necesitarías un combate... el sólo vapor del alcohol lo enviarían como una vela romana. ─Cállate─, gruñó Harry cuando se levantó para tomar la botella medio vacía de Jack Daniels de la mesa de centro. Se dirigió hacia su cuarto de modo que no tuviera que presenciar más sus quejidos. Al menos ese era su plan, pero las paredes eran tan delgadas, que no podía evitar escucharlos. ─¿Cuándo fue la ultima vez que se cambió de ropa?─ Preguntó Damien. ─Creó que fue la última vez que se bañó... el día que Kat se fue. Harry escuchó el sonido de los vasos chocando juntos. Damien juró. ─¿Cuánto ha estado bebiendo? ─Déjame ponerlo de esta manera. Llené los gabinetes hace dos días. ─Demonios, ¿cómo puede pelear contra los demonios y estar tan bebido? ─Creo que tenías razón antes. Pelea un combate y les respira, como un soplete humano. ─Si no fuera tan triste y probablemente cierto. Me reiría. ─Si. Ya lo he escuchado. Personalmente me dejé de reír cuando encontré esto bajo su almohada. Sin blasfemo cuando se dio cuenta que había encontrando Kish, fue rápidamente a su cama para verificar exactamente que tenía en sus manos. Como temió... el atroz pijama de franela de Katra. Como el patético tonto que era. Lo había guardado cerca de modo que pudiera olerlo cada vez que durmiera. Su esencia lo confortaba a un nivel inimaginable. Y justo ahora, se sentía como un idiota que merecía lo que tenia. Pero ese sentimiento se desvaneció después de que comprender que otro hombre sostenía la ropa de Kat... Enfurecido, Harry regresó a la habitación principal y la arrebató de las manos de Kish. ─¿Te importa? No te pertenece. ─Lo siento Se volteó para atrapar la sonrisa satisfecha de Damien. ─¿Qué estas viendo? ─Nada. Sólo estoy tratando de imaginarte en un pijama de franela rosa y calcetines de mono. Estoy seguro que luces impresionante en rosa. Kish se hecho a reír. ─Definitivamente, con su tono de piel, probablemente luzca muy bien en rosa. Definitivamente yo diría que es un otoño.
─Este verano, serás un fachoso. Harry les dio una fría mirada. ─Encuentro fascinante, que ustedes, dos mujeres sepan que las paletas de color para la ropa tengan un nombre─ Se volteó hacia Damien. ─El hecho de que lo hayas corregido realmente me asusta. ─Oye. Yo no soy el que duerme en pijamas rosa. No quiero oír nada más de ti. Harry lo fulminó con la mirada. ─Es bueno que no malverses mi casino o te mataría en donde estas de pie.─ Y con eso regresó a su habitación. Harry cerró la puerta y se apoyó contra ella. Antes de poder detenerse, levantó el pijama hasta su nariz y olió la suave esencia, única de Kat. Como algo tan estúpido podía hacer ambas cosas, calmarlo y aplastarlo, no lo entendía. Pero ahí no negaba lo que sentía. La quería con él. Y lo mataba estar ahí solo. ─¿Qué he hecho? Pero lo sabía. Tenía que mantenerla lejos de él. Era por su propio bien. ¿Si Ishtar había fallado contra el gallu, que oportunidad tenía Kat de sobrevivir? Nunca pondría en juego su seguridad por egoísmo. Disgustado con su debilidad, se forzó a lanzar el pijama a la cama y se dirigió al baño. Tan pronto que se miró en el espejo, entendió a Damien y Kish. Lucía como el demonio. Sus ojos estaban hundidos por el sueño… no podía recordar la ultima vez que se había afeitado. Su pelo estaba despeinado y descuidado. Kat le daría una patada de lado por lucir así, y probablemente olía tan mal como se veía. Desalentado, Harry fue a la ducha para bañarse y demostrarles a todos que podía funcionar sin ella. Sólo que no quería hacerlo. Mientras esperaba que el agua se calentase, apretó su puño y lo puso contra la fría pared fuera de la ducha antes de presionar su frente contra el azulejo. Cerrando sus ojos, podía verla tan claramente en su mente... sintiéndola. ─¿Harry? El se tensó con el sonido de su voz pronunciando su nombre. Sonaba como si ella estuviera justo detrás de él. Pero él lo sabía bien. Entonces lo sintió. El suave susurro de una mano en su hombro. Temiendo que no fuera nada más que una tortura inventada por su mente, no quiso abrir los ojos. ─¿Éstas bien?─ pregunto ella. ─Eso depende. ─¿De qué? ─De si todavía estarás ahí cuando voltee. ─¿Entonces quieres que me marche? La palabra ─no─ quedo suspendida en su garganta. Carajo, hombre, sacude la cabeza y dile que se marche. Es por su propio bien. Es por tu propio bien
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issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 17 Parte 2
Todavía sintiendo su toque en su piel. Se forzó a darse la vuelta, abrió sus ojos y vio lo más hermoso que jamás había visto en su vida. La cara de Kat. Incapaz de detenerse, la tiro hacia el y la besó. Kat no podía respirar por la ferocidad del abrazo de Harry. Trato de enterrar las manos en su pelo, pero sus dedos se atascaron en su enredo. Lo tuvo que lastimar, aún así él no se dio cuenta mientras su lengua danzaba con la de ella y sus gruesas patillas raspaban su piel. La esencia de Harry y whisky llenó su cabeza, su corazón se aceleró. Había tenido tanto miedo de su recibimiento que esto era una alarmante sorpresa para ella. ─¿Esto significa que estas feliz de verme? ─Más que feliz─ El la inmovilizó contra la puerta de la ducha, y antes de que pudiera pestañear su ropa se había ido. Kat no pudo respirar cuando el bajó su cabeza para saborear su pecho derecho. Sus patillas rasparon su piel mandando escalofríos por todo su cuerpo mientras su lengua la atormentaba con placer. El estaba hambriento y sus labios y lengua buscaban cada parte de su cuerpo. El éxtasis la atacó. Cuando había venido aquí, esta recepción era la última cosa que esperaba. Sinceramente esperaba que la echara y le dijera que nunca regresará. O por lo menos que se diera la vuelta, se alejara y sin escuchar ninguna palabra de lo que dijera. Ni en sus más locos sueños hubiera esperado que estuviera tan hambriento por ella como ella por él. Estaba desesperado por tocarla, y la hizo sonreír el conocimiento de cuánto la había extrañado. Se sentía tan bien estar otra vez en sus brazos. Tener su respiración abrasando su piel. Sólo sentir la fuerza de sus brazos era suficiente para tenerla húmeda y necesitada. ─Te quiero Harry─ suspiró ella en su oreja. ─No quiero que esperes— Ella se alzó sobre su cabeza para agarrar la barra de la ducha cuando el entró en ella. Harry gruñó por el sentimiento de estar dentro de ella otra vez. Cada parte de él gritando de alivio. Alzó la vista para ver la preciosa sonrisa en su cara cuando ella lo miraba empujar contra ella. Su cuerpo entero temblaba de placer. El calor de su cuerpo que le daba la bienvenida. Esperar por ella era la cosa más dura que alguna vez hubiera hecho en la vida, y le pareció que duraría para siempre antes de que ella finalmente enterrara las uñas en su brazo lanzara la cabeza hacia atrás para dar un grito. En el minuto en que sintió su clímax, se unió a ella. La cabeza de Kat estaba nadando cuando soltó la barra de la ducha y se dio cuenta de que la ranura del metal había cortado su palma. De todos modos no le importó cuando se envolvió alrededor de él, sólo escuchando su respiración en su oído. ─Ese fue un trato inesperado─ dijo ella con una risa. Harry quería reír con ella, pero no lo encontraba gracioso. La había puesto en peligro y se había retractado de todo lo que había tratado de hacer la última semana. ¿Y por qué? Por el toque de su mano en su cara. La verdad lo desgarró. Vendería su alma por un momento con ella. Pero no le podía contar eso a ella.
─¿Por qué estás aquí?─ Preguntó, su voz grave y extraña incluso para él. ─Xypher me contó la debilidad de Kessar y pensé que deberías saberlo. ¿Era eso? ¿Esa era la única razón por la que ella había regresado? Parte de él quería que dijera que lo había extrañado. Que era incapaz de funcionar sin él. Pero ahora que la veía, se dio cuenta que se veía grandiosa. A diferencia de él, no había perdido el sueño. No había ninguna señal en ella de que estuviera deprimida o afligida. Y eso lo molestaba seriamente Ella lo miró con el ceño fruncido. ─¿Estás bien? ─Bien─ dijo bruscamente. ─No pareces estar bien. Pareces… algo enojado. Pensé que te haría feliz. ─Estoy extasiado─ Oh si, no había ningún sarcasmo en ese tono... Ella le dio unas palmaditas ─Eres un idiota. ─¿Idiota?─ el gruñó ─ Es todo lo que me tienes que decir después de una semana? Ella cruzó los brazos sobre su pecho cuando se encontró con su encantadora mirada dorada. ─Si, eso y que necesitas un baño. ─Estaba en eso cuando apareciste. ─Por la manera en que te ves, yo diría que estas un par de días retrasado─ se mofó ella. El tomó una toalla de una pila del armario armario en la pared. ─¿Estás aquí simplemente para insultarme? Porque si es así, tengo otros dos, quienes golpean como tu. Y son mejores en ello, también. ─Ah, sinceramente no tengo duda de ello. El la ignoró y checó la temperatura del agua. ─Sólo dime lo que averiguaste y vete. ─No. No hasta que me digas que esta mal contigo. ─Nada esta mal conmigo. ─Correcto. Vamos Harry, deja de enfurruñarte y respóndeme. ─Yo no me enfurruño. Si, como no ─Te pones como un niño de dos años. ─No lo hago. Ella puso las manos en las caderas e imito a un pequeño niño. Entonces respondió en el tono más juvenil que pudo imitar. ─También lo haces.─ Harry la fulminó. Incluso aunque quisiera estar enojado, no pudo parar una pequeña sonrisa que lo traicionó. ─ Te odio─ Pero no hubo emoción en su voz que respaldara las palabras. Ella le palmeó una mejilla. ─Bien. Que sea de esa manera. Así encontraré a alguien más para amar.
Cuando empezó a alejarse, tomó su brazo. Kat se detuvo y vio la airada mirada de él. Estaba absolutamente furioso y se congeló hasta los huesos. ─¿Quién?─gruño el. ¿De que diablos estaba hablando? ─¿Quién que? ─¿Con quien vas? De repente todo estuvo claro. Su comportamiento, su ira. Todo. ─Oh, ¡Cielo Santo!, Harry, no puedes creer posible que yo realmente iba a encontrar a alguien más. No permanecí casta durante once mil años para empezar a dormir con cualquiera. Créeme, si hay alguna cosa que sé, es que soy capaz de controlarme. Así que guarda esos celos en una caja y cúbrelos con una tapa de acero inoxidable. Clávala y ponla donde el sol nunca brille. No quiero ver ese lado tuyo nunca más. El retrocedió. ─Bueno, ¿Que se supone que piense? No luces mal por agotamiento ─¿Agotamiento de qué? ─No importa.─ El miró lejos de ella. Ella lo detuvo antes de que entrara en la ducha. ─¿Piensas que esta semana ha sido fácil para mi? Él la irrito al mofarse ─No pareces tener secuelas. Ella le gruñó. ─Chico, mejor alégrate de que estés impresionante desnudo o perderías la piel por eso. He pasado por un completo infierno esta semana por ti. ¿Crees que quería regresar a humillarme sólo para que otra vez me dijeras que me fuera? Se que es difícil para ti creerlo, pero tengo mi orgullo, y tu lo pateaste por ultima vez. Su cara brillo. ─¿Me extrañaste? Y eso sólo la irrito más. ─¿Eso es todo lo que tienes que decir, después de lo que escuchaste? ─No, pero necesito saber la respuesta. Ella dejó salir un suspiro frustrado. ─Si, Harry. Te extrañé, me afligí por ti, te odié. He querido que Simi te ponga salsa barbacoa y no he hecho nada más que pensar cuanto quiero abrazarte... y si, he extrañado cada parte de ti, desde el molesto sonido que haces cuando estas irritado hasta la forma en que me abrazas cuando dormimos. ¿Eres feliz ahora? Sus ojos dorados centellaron. ─Estoy delirante.─ La besó otra vez. Kat se retiró y sacudió la cabeza. ─Sabes, me empiezo a sentir como un yo─yo. Me quieres o no me quieres. Tienes que deja de jugar conmigo, porque no puedo con ello. ─Te quiero aquí conmigo, Katra. Lo quiero. Apenas he sido capaz de funcionar esta semana.
Todavía sintiendo su toque en su piel. Se forzó a darse la vuelta, abrió sus ojos y vio lo más hermoso que jamás había visto en su vida. La cara de Kat. Incapaz de detenerse, la tiro hacia el y la besó. Kat no podía respirar por la ferocidad del abrazo de Harry. Trato de enterrar las manos en su pelo, pero sus dedos se atascaron en su enredo. Lo tuvo que lastimar, aún así él no se dio cuenta mientras su lengua danzaba con la de ella y sus gruesas patillas raspaban su piel. La esencia de Harry y whisky llenó su cabeza, su corazón se aceleró. Había tenido tanto miedo de su recibimiento que esto era una alarmante sorpresa para ella. ─¿Esto significa que estas feliz de verme? ─Más que feliz─ El la inmovilizó contra la puerta de la ducha, y antes de que pudiera pestañear su ropa se había ido. Kat no pudo respirar cuando el bajó su cabeza para saborear su pecho derecho. Sus patillas rasparon su piel mandando escalofríos por todo su cuerpo mientras su lengua la atormentaba con placer. El estaba hambriento y sus labios y lengua buscaban cada parte de su cuerpo. El éxtasis la atacó. Cuando había venido aquí, esta recepción era la última cosa que esperaba. Sinceramente esperaba que la echara y le dijera que nunca regresará. O por lo menos que se diera la vuelta, se alejara y sin escuchar ninguna palabra de lo que dijera. Ni en sus más locos sueños hubiera esperado que estuviera tan hambriento por ella como ella por él. Estaba desesperado por tocarla, y la hizo sonreír el conocimiento de cuánto la había extrañado. Se sentía tan bien estar otra vez en sus brazos. Tener su respiración abrasando su piel. Sólo sentir la fuerza de sus brazos era suficiente para tenerla húmeda y necesitada. ─Te quiero Harry─ suspiró ella en su oreja. ─No quiero que esperes— Ella se alzó sobre su cabeza para agarrar la barra de la ducha cuando el entró en ella. Harry gruñó por el sentimiento de estar dentro de ella otra vez. Cada parte de él gritando de alivio. Alzó la vista para ver la preciosa sonrisa en su cara cuando ella lo miraba empujar contra ella. Su cuerpo entero temblaba de placer. El calor de su cuerpo que le daba la bienvenida. Esperar por ella era la cosa más dura que alguna vez hubiera hecho en la vida, y le pareció que duraría para siempre antes de que ella finalmente enterrara las uñas en su brazo lanzara la cabeza hacia atrás para dar un grito. En el minuto en que sintió su clímax, se unió a ella. La cabeza de Kat estaba nadando cuando soltó la barra de la ducha y se dio cuenta de que la ranura del metal había cortado su palma. De todos modos no le importó cuando se envolvió alrededor de él, sólo escuchando su respiración en su oído. ─Ese fue un trato inesperado─ dijo ella con una risa. Harry quería reír con ella, pero no lo encontraba gracioso. La había puesto en peligro y se había retractado de todo lo que había tratado de hacer la última semana. ¿Y por qué? Por el toque de su mano en su cara. La verdad lo desgarró. Vendería su alma por un momento con ella. Pero no le podía contar eso a ella.
─¿Por qué estás aquí?─ Preguntó, su voz grave y extraña incluso para él. ─Xypher me contó la debilidad de Kessar y pensé que deberías saberlo. ¿Era eso? ¿Esa era la única razón por la que ella había regresado? Parte de él quería que dijera que lo había extrañado. Que era incapaz de funcionar sin él. Pero ahora que la veía, se dio cuenta que se veía grandiosa. A diferencia de él, no había perdido el sueño. No había ninguna señal en ella de que estuviera deprimida o afligida. Y eso lo molestaba seriamente Ella lo miró con el ceño fruncido. ─¿Estás bien? ─Bien─ dijo bruscamente. ─No pareces estar bien. Pareces… algo enojado. Pensé que te haría feliz. ─Estoy extasiado─ Oh si, no había ningún sarcasmo en ese tono... Ella le dio unas palmaditas ─Eres un idiota. ─¿Idiota?─ el gruñó ─ Es todo lo que me tienes que decir después de una semana? Ella cruzó los brazos sobre su pecho cuando se encontró con su encantadora mirada dorada. ─Si, eso y que necesitas un baño. ─Estaba en eso cuando apareciste. ─Por la manera en que te ves, yo diría que estas un par de días retrasado─ se mofó ella. El tomó una toalla de una pila del armario armario en la pared. ─¿Estás aquí simplemente para insultarme? Porque si es así, tengo otros dos, quienes golpean como tu. Y son mejores en ello, también. ─Ah, sinceramente no tengo duda de ello. El la ignoró y checó la temperatura del agua. ─Sólo dime lo que averiguaste y vete. ─No. No hasta que me digas que esta mal contigo. ─Nada esta mal conmigo. ─Correcto. Vamos Harry, deja de enfurruñarte y respóndeme. ─Yo no me enfurruño. Si, como no ─Te pones como un niño de dos años. ─No lo hago. Ella puso las manos en las caderas e imito a un pequeño niño. Entonces respondió en el tono más juvenil que pudo imitar. ─También lo haces.─ Harry la fulminó. Incluso aunque quisiera estar enojado, no pudo parar una pequeña sonrisa que lo traicionó. ─ Te odio─ Pero no hubo emoción en su voz que respaldara las palabras. Ella le palmeó una mejilla. ─Bien. Que sea de esa manera. Así encontraré a alguien más para amar.
Cuando empezó a alejarse, tomó su brazo. Kat se detuvo y vio la airada mirada de él. Estaba absolutamente furioso y se congeló hasta los huesos. ─¿Quién?─gruño el. ¿De que diablos estaba hablando? ─¿Quién que? ─¿Con quien vas? De repente todo estuvo claro. Su comportamiento, su ira. Todo. ─Oh, ¡Cielo Santo!, Harry, no puedes creer posible que yo realmente iba a encontrar a alguien más. No permanecí casta durante once mil años para empezar a dormir con cualquiera. Créeme, si hay alguna cosa que sé, es que soy capaz de controlarme. Así que guarda esos celos en una caja y cúbrelos con una tapa de acero inoxidable. Clávala y ponla donde el sol nunca brille. No quiero ver ese lado tuyo nunca más. El retrocedió. ─Bueno, ¿Que se supone que piense? No luces mal por agotamiento ─¿Agotamiento de qué? ─No importa.─ El miró lejos de ella. Ella lo detuvo antes de que entrara en la ducha. ─¿Piensas que esta semana ha sido fácil para mi? Él la irrito al mofarse ─No pareces tener secuelas. Ella le gruñó. ─Chico, mejor alégrate de que estés impresionante desnudo o perderías la piel por eso. He pasado por un completo infierno esta semana por ti. ¿Crees que quería regresar a humillarme sólo para que otra vez me dijeras que me fuera? Se que es difícil para ti creerlo, pero tengo mi orgullo, y tu lo pateaste por ultima vez. Su cara brillo. ─¿Me extrañaste? Y eso sólo la irrito más. ─¿Eso es todo lo que tienes que decir, después de lo que escuchaste? ─No, pero necesito saber la respuesta. Ella dejó salir un suspiro frustrado. ─Si, Harry. Te extrañé, me afligí por ti, te odié. He querido que Simi te ponga salsa barbacoa y no he hecho nada más que pensar cuanto quiero abrazarte... y si, he extrañado cada parte de ti, desde el molesto sonido que haces cuando estas irritado hasta la forma en que me abrazas cuando dormimos. ¿Eres feliz ahora? Sus ojos dorados centellaron. ─Estoy delirante.─ La besó otra vez. Kat se retiró y sacudió la cabeza. ─Sabes, me empiezo a sentir como un yo─yo. Me quieres o no me quieres. Tienes que deja de jugar conmigo, porque no puedo con ello. ─Te quiero aquí conmigo, Katra. Lo quiero. Apenas he sido capaz de funcionar esta semana.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 17 Parte 3
Ella ladeó la cabeza. ─¿Estás seguro? ─Si,─ el murmuro ─Eres una doble distracción, cuando no estás y cuando estás. No estaba segura si era una cosa buena o mala, pero lo tomaría. Agradecida por su rencor, le arrugó la nariz. ─Bueno, en ese caso, toma un baño. Más o menos apestas. ─No, no lo hago. Ella sostuvo su mano con el índice y el pulgar separados aproximadamente por una pulgada. ─Sólo un poco. El resopló. ─Bien.─ Abrió la ducha y entro en ella. Para su deleite, Kat lo siguió dentro y tomó la ropa de su mano antes de empezar a lavarle la espalda. ─¿Entonces que averiguaste sobre Kessar?─ le preguntó sobre su hombro. ─La única cosa que teme es a una mujer llamada Ravanah. Harry le dio una mirada fija como diciendo ya lo sabia. ─Ella no es una mujer. Es otro demonio. ─¿Es un demonio viviente? ─Hay especulaciones sobre si esta viva. Pero nadie ha tenido noticias de ella en siglos. ─¿Es un gallu? ─Oh no. Es única por si misma. ─¿Qué tanto? ─Come carne de otros demonios. De ahí el miedo de Kessar. ─Ooo, bien. Ella podría venirnos bien. ─Si pudiéramos encontrarla. Pero y no contendría la respiración. Sin mencionar, que cuando no hay demonios cerca, ella come la carne de los infantes y las mujeres embarazadas. Es una viciosa. ─Parece encantadora. ¿Tal vez deberíamos invitarla a cenar una noche?─Kat lo giró de modo que pudiera enjabonar el frente de él. Era realmente difícil concentrarse cuando estaba tocando su cuerpo desnudo. Había olvidado como la hacia perder el aliento. El era tan grande y poderoso... tan increíblemente sexy. Era difícil pensar en nada más en el hecho de quería otra sesión de sexo, que terminara con ella entrelazada como un pretzel. ─A propósito, también averigüe que Zakar esta siendo mantenido ─Encadenado al trono de Kessar y la Tabla está alrededor de su cuello. Ella alzó la mirada para atrapar el destello caliente en sus ojos cuando ella recorrió con la esponja su polla y bajo sacó. ─¿Ya lo sabias? ─Me aseguré de conseguir esa información de algunas de matanzas recientes. ─Encantador. Toda mi información es inservible. Es bueno saberlo.
El acunó su mano con la suya frotándola suavemente contra él. Kat se tragó la sensación de seda deslizándose contra sus dedos jabonosos. Si él no estuviera cubierto de jabón, ya estuviera lamiendo sus pezones. ─Al menos trataste.─ Él ladeó la cabeza para besar ligeramente su cuello. ─Es más que suficiente. ─Sólo quisiera que fuera más útil. ─Es útil. Tomó la esponja de su mano y le agregó más jabón. Kat casi gimió cuando empezó a lavar sus pechos. ─Bueno hay más. ─¿Cómo qué? Ella tuvo que poner las manos en sus hombros para estabilizarse cuando empezó a bañarla tiernamente. ─Probablemente sepas que los Dimme no son realmente muy amigables con los gallu. Así que Kessar guarda los demonios alrededor de su tumba. El hizo una pausa. ─¿Sabes donde esta la tumba? ─Si Harry rió antes de tomarla y besarla ─Gracias ─¡Ahá! Así que soy útil. ─Si lo eres. Ahora necesitamos un plan. Kat asintió. ─Uno que no termine con todos nosotros muertos. ─Ese podría ser un buen comienzo Kat abrió sus piernas cuando ladeó su mano para lavarla entre sus muslo. Entonces dejó caer la esponja al suelo de modo que pudiera acariciarla con sus largos dedos. Kat aspiró bruscamente su aliento cuando deslizó su dedo índice profundamente dentro de ella. ─Tenía tanta prisa antes que no pude probarte. Kat no puedo hablar cuando él jugó con ella. Todo lo que podía hacer era ver como se ponía de rodillas y con un codo separaba sus piernas hasta que pudo sustituir sus dedos con la lengua. Sus pechos se endurecieron en respuesta mientras sus gruesas patillas frotaban su sensible carne, añadiendo más escalofríos por ella. Harry gruñó cuando probó el sabor de su cuerpo. Quería su esencia sobre él. Quería probar su placer. Sus muslos húmedos por el agua, y sus suaves gemidos preciosos a sus oídos. El nunca había querido complacer a una mujer de la manera que quería complacerla a ella. No había nada más gratificante que la vista de su orgasmo. El sonido del grito de su nombre cuando ella se venía por el. El agua caliente corriendo pesadamente contra su espalda mientras él la probaba. Deslizó sus dedos profundamente dentro de ella, ganando otro grito de placer.
Y en un momento de ardor, ella agarró su pelo y se estremeció encima de el. Harry rió con triunfo y continuó lamiendo y atormentando hasta haber estrujado cada parte de su orgasmo. Cuando ella terminó, se levantó atrayéndola contra su pecho. Kat no pudo respirar cuando Harry entró otra vez en ella. La inmovilizó contra la pared cuando empujó contra ella. Su cuerpo entero se quemaba y la hacía estar hambrienta. Manteniéndolo cerca, enterró los colmillos en su cuerpo. Estaba tan débil, que todo lo que podía hacer era mantenerse de pie. Cómo tenía todavía energía, no lo sabia. Pero no tomó mucho tiempo para que él gruñera en su oído cuando tomó su liberación. ─Eres insaciable─ jadeó ella cuando lo soltó. ─Era un dios de la fertilidad, ¿Recuerdas? Nosotros tendemos a tomar ese camino. Ella rió ─Ciertamente puedo ver porque las mujeres los adoraban─ Ella le dio un suave beso en la mejilla─ Pero que no se te vaya a la cabeza. ─No te preocupes. Te conozco mejor que eso, Estoy seguro que me cortaras para dar la talla de un momento a otro. Kat le dio un fuerte abrazo antes de retirarse y terminar su baño. Tan pronto como terminaron con la ducha, Harry llamo a Damien, Kish, y a los dos Caronte a su habitación. Simi gritó en el instante en que vio a Kat ─¡Ooo Akra─Kat estas de vuelta! ─Lo estoy Simi, ¿Cómo has estado? ─Realmente bien. Hemos hecho muchas compras.─ Ella sostuvo la mano para mostrar a Kat que cada dedo tenía un anillo nuevo.─ ¿Sabías que hay tiendas aquí en el casino? Xirena y Simi han estado haciendo compras como los demonios que somos. ─Si. Su cuarto parece un depósito─ Simi se sacudió el pelo sobre su hombro.─ Y me gustan los depósitos. Tienen muchas cosas buenas adentro. ─Razón por la que las introduje en el sitio web Tienda de Contenedores.─ Kish guiñó. ─Ooo─ Simi arrulló, ─amamos esa también. Tienen muchas cajas para guardar los QVC y las cosas brillantes de Simi. Harry se aclaró la garganta ─Si y odio interrumpirlos pero pasamos una crisis más grave que almacenar ropa de demonio─ se giró hacia Kat─ Muéstrales el diagrama de la caverna en el aire. Kat uso sus poderes para dibujar en el aire el diagrama de la caverna. ─De acuerdo con Xypher, Kessar duerme aquí.─ marca con una X un corredor. –Tiene su corte y planea las estrategias con los otros demonios aquí.─ era el corredor más lejano de su cámara para dormir.─ Los Dimme están de vuelta aquí─ Que parecía una cámara redonda bastante lejos de donde Kessar dormía.
─Ahora el problema es que tiene planeado mover todos los gallu al área de los Dimme y tener cuarenta humanos como sacrificio para ellos. Mientras los Dimme están entretenidos con los humanos, tiene la intención de proponer una alianza entre ellos. Si los Dimme están de acuerdo con los gallu, ellos y los gallu vendrán por nosotros como una fuerza unida. Damien frunció el ceño. ─¿Y si se niegan? Les dejará hacer un agujero grande hacia la superficie para que todos los gallu salgan y maten a los Dimmen antes de que puedan dejar la caverna. Kish duplicó el ceño de Damián ─¿Puede Kessar hacer eso? ─No lo saben─ dijo Kat con un suspiro.─ La Tabla no funciona en Simi o Xirena.─ Ella miró a Harry─ ¿Podría funcionar en un Demonio Sumerio? El se encogió de hombros ─Las únicas personas que podrían saberlo son Anu o Enlil y están muertos. ─Que no nos sirve─ dijo Damián sarcásticamente. Kish soltó un suspiro exasperado ─¿ No podemos sóo atacar con armas nucleares a estos bastardos en la tierra? Harry se mofó. ─Las pruebas nucleares fue lo que los liberó Es leche materna para los de su clase. ─¿Pero si puedes quemarlos? ─Incinerarlos, es un proceso separado. No es lo mismo que la bomba molecular. Es algo diferente, de algún modo. Soy un ex─dios de la fertilidad, no un científico. Todo lo que sé es que las bomban no funciona, pero el fuego si. ─Entonces consigamos algo de napalm. ─ dijo Kish Kat lo ignoró. ─¿La cuestión? ¿Por qué no se han establecido en la tierra? Seriamente si pueden salir en pequeños grupos, ¿Por qué no se han anidado en la superficie antes? ─Ellos tienen.─ Sin se acercó al diagrama para estudiarlo mientras hablaba.─ Joseph y yo lo hemos seguido siempre que los encontramos. Kessar siempre se queda bajó tierra porque tiene protección ahí. Son más fuertes en el suelo de sus casas, que es lo que las cavernas se han convertido para ellos. ─Además de la seguridad en número.─ Añadió Damien─ Aquí afuera son controlados ya que son asesinados sin dejarles tiempo de dejar algún territorio. En las cavernas… ─Hay miles de ellas para pelear─ agregó Harry─ Incluso ir después de los Dimme es un suicidio. ─ ¿Quien quiere vivir para siempre?─ Kat rió ─ Para el registro. Yo si.─ Kish levantó la mano ─¿Entonces por qué me irritas tan a menudo?─ Harry le frunció el ceño . ─ ¿Tendencias suicidas inherentes a mi especie? Kat ignoró sus bromas cuando miró fijamente el lado opuesto a Sin. ─Es como dijo Kytara. ¿Verdad? Necesitamos un ejército.
Harry sacudió la cabeza.
Ella ladeó la cabeza. ─¿Estás seguro? ─Si,─ el murmuro ─Eres una doble distracción, cuando no estás y cuando estás. No estaba segura si era una cosa buena o mala, pero lo tomaría. Agradecida por su rencor, le arrugó la nariz. ─Bueno, en ese caso, toma un baño. Más o menos apestas. ─No, no lo hago. Ella sostuvo su mano con el índice y el pulgar separados aproximadamente por una pulgada. ─Sólo un poco. El resopló. ─Bien.─ Abrió la ducha y entro en ella. Para su deleite, Kat lo siguió dentro y tomó la ropa de su mano antes de empezar a lavarle la espalda. ─¿Entonces que averiguaste sobre Kessar?─ le preguntó sobre su hombro. ─La única cosa que teme es a una mujer llamada Ravanah. Harry le dio una mirada fija como diciendo ya lo sabia. ─Ella no es una mujer. Es otro demonio. ─¿Es un demonio viviente? ─Hay especulaciones sobre si esta viva. Pero nadie ha tenido noticias de ella en siglos. ─¿Es un gallu? ─Oh no. Es única por si misma. ─¿Qué tanto? ─Come carne de otros demonios. De ahí el miedo de Kessar. ─Ooo, bien. Ella podría venirnos bien. ─Si pudiéramos encontrarla. Pero y no contendría la respiración. Sin mencionar, que cuando no hay demonios cerca, ella come la carne de los infantes y las mujeres embarazadas. Es una viciosa. ─Parece encantadora. ¿Tal vez deberíamos invitarla a cenar una noche?─Kat lo giró de modo que pudiera enjabonar el frente de él. Era realmente difícil concentrarse cuando estaba tocando su cuerpo desnudo. Había olvidado como la hacia perder el aliento. El era tan grande y poderoso... tan increíblemente sexy. Era difícil pensar en nada más en el hecho de quería otra sesión de sexo, que terminara con ella entrelazada como un pretzel. ─A propósito, también averigüe que Zakar esta siendo mantenido ─Encadenado al trono de Kessar y la Tabla está alrededor de su cuello. Ella alzó la mirada para atrapar el destello caliente en sus ojos cuando ella recorrió con la esponja su polla y bajo sacó. ─¿Ya lo sabias? ─Me aseguré de conseguir esa información de algunas de matanzas recientes. ─Encantador. Toda mi información es inservible. Es bueno saberlo.
El acunó su mano con la suya frotándola suavemente contra él. Kat se tragó la sensación de seda deslizándose contra sus dedos jabonosos. Si él no estuviera cubierto de jabón, ya estuviera lamiendo sus pezones. ─Al menos trataste.─ Él ladeó la cabeza para besar ligeramente su cuello. ─Es más que suficiente. ─Sólo quisiera que fuera más útil. ─Es útil. Tomó la esponja de su mano y le agregó más jabón. Kat casi gimió cuando empezó a lavar sus pechos. ─Bueno hay más. ─¿Cómo qué? Ella tuvo que poner las manos en sus hombros para estabilizarse cuando empezó a bañarla tiernamente. ─Probablemente sepas que los Dimme no son realmente muy amigables con los gallu. Así que Kessar guarda los demonios alrededor de su tumba. El hizo una pausa. ─¿Sabes donde esta la tumba? ─Si Harry rió antes de tomarla y besarla ─Gracias ─¡Ahá! Así que soy útil. ─Si lo eres. Ahora necesitamos un plan. Kat asintió. ─Uno que no termine con todos nosotros muertos. ─Ese podría ser un buen comienzo Kat abrió sus piernas cuando ladeó su mano para lavarla entre sus muslo. Entonces dejó caer la esponja al suelo de modo que pudiera acariciarla con sus largos dedos. Kat aspiró bruscamente su aliento cuando deslizó su dedo índice profundamente dentro de ella. ─Tenía tanta prisa antes que no pude probarte. Kat no puedo hablar cuando él jugó con ella. Todo lo que podía hacer era ver como se ponía de rodillas y con un codo separaba sus piernas hasta que pudo sustituir sus dedos con la lengua. Sus pechos se endurecieron en respuesta mientras sus gruesas patillas frotaban su sensible carne, añadiendo más escalofríos por ella. Harry gruñó cuando probó el sabor de su cuerpo. Quería su esencia sobre él. Quería probar su placer. Sus muslos húmedos por el agua, y sus suaves gemidos preciosos a sus oídos. El nunca había querido complacer a una mujer de la manera que quería complacerla a ella. No había nada más gratificante que la vista de su orgasmo. El sonido del grito de su nombre cuando ella se venía por el. El agua caliente corriendo pesadamente contra su espalda mientras él la probaba. Deslizó sus dedos profundamente dentro de ella, ganando otro grito de placer.
Y en un momento de ardor, ella agarró su pelo y se estremeció encima de el. Harry rió con triunfo y continuó lamiendo y atormentando hasta haber estrujado cada parte de su orgasmo. Cuando ella terminó, se levantó atrayéndola contra su pecho. Kat no pudo respirar cuando Harry entró otra vez en ella. La inmovilizó contra la pared cuando empujó contra ella. Su cuerpo entero se quemaba y la hacía estar hambrienta. Manteniéndolo cerca, enterró los colmillos en su cuerpo. Estaba tan débil, que todo lo que podía hacer era mantenerse de pie. Cómo tenía todavía energía, no lo sabia. Pero no tomó mucho tiempo para que él gruñera en su oído cuando tomó su liberación. ─Eres insaciable─ jadeó ella cuando lo soltó. ─Era un dios de la fertilidad, ¿Recuerdas? Nosotros tendemos a tomar ese camino. Ella rió ─Ciertamente puedo ver porque las mujeres los adoraban─ Ella le dio un suave beso en la mejilla─ Pero que no se te vaya a la cabeza. ─No te preocupes. Te conozco mejor que eso, Estoy seguro que me cortaras para dar la talla de un momento a otro. Kat le dio un fuerte abrazo antes de retirarse y terminar su baño. Tan pronto como terminaron con la ducha, Harry llamo a Damien, Kish, y a los dos Caronte a su habitación. Simi gritó en el instante en que vio a Kat ─¡Ooo Akra─Kat estas de vuelta! ─Lo estoy Simi, ¿Cómo has estado? ─Realmente bien. Hemos hecho muchas compras.─ Ella sostuvo la mano para mostrar a Kat que cada dedo tenía un anillo nuevo.─ ¿Sabías que hay tiendas aquí en el casino? Xirena y Simi han estado haciendo compras como los demonios que somos. ─Si. Su cuarto parece un depósito─ Simi se sacudió el pelo sobre su hombro.─ Y me gustan los depósitos. Tienen muchas cosas buenas adentro. ─Razón por la que las introduje en el sitio web Tienda de Contenedores.─ Kish guiñó. ─Ooo─ Simi arrulló, ─amamos esa también. Tienen muchas cajas para guardar los QVC y las cosas brillantes de Simi. Harry se aclaró la garganta ─Si y odio interrumpirlos pero pasamos una crisis más grave que almacenar ropa de demonio─ se giró hacia Kat─ Muéstrales el diagrama de la caverna en el aire. Kat uso sus poderes para dibujar en el aire el diagrama de la caverna. ─De acuerdo con Xypher, Kessar duerme aquí.─ marca con una X un corredor. –Tiene su corte y planea las estrategias con los otros demonios aquí.─ era el corredor más lejano de su cámara para dormir.─ Los Dimme están de vuelta aquí─ Que parecía una cámara redonda bastante lejos de donde Kessar dormía.
─Ahora el problema es que tiene planeado mover todos los gallu al área de los Dimme y tener cuarenta humanos como sacrificio para ellos. Mientras los Dimme están entretenidos con los humanos, tiene la intención de proponer una alianza entre ellos. Si los Dimme están de acuerdo con los gallu, ellos y los gallu vendrán por nosotros como una fuerza unida. Damien frunció el ceño. ─¿Y si se niegan? Les dejará hacer un agujero grande hacia la superficie para que todos los gallu salgan y maten a los Dimmen antes de que puedan dejar la caverna. Kish duplicó el ceño de Damián ─¿Puede Kessar hacer eso? ─No lo saben─ dijo Kat con un suspiro.─ La Tabla no funciona en Simi o Xirena.─ Ella miró a Harry─ ¿Podría funcionar en un Demonio Sumerio? El se encogió de hombros ─Las únicas personas que podrían saberlo son Anu o Enlil y están muertos. ─Que no nos sirve─ dijo Damián sarcásticamente. Kish soltó un suspiro exasperado ─¿ No podemos sóo atacar con armas nucleares a estos bastardos en la tierra? Harry se mofó. ─Las pruebas nucleares fue lo que los liberó Es leche materna para los de su clase. ─¿Pero si puedes quemarlos? ─Incinerarlos, es un proceso separado. No es lo mismo que la bomba molecular. Es algo diferente, de algún modo. Soy un ex─dios de la fertilidad, no un científico. Todo lo que sé es que las bomban no funciona, pero el fuego si. ─Entonces consigamos algo de napalm. ─ dijo Kish Kat lo ignoró. ─¿La cuestión? ¿Por qué no se han establecido en la tierra? Seriamente si pueden salir en pequeños grupos, ¿Por qué no se han anidado en la superficie antes? ─Ellos tienen.─ Sin se acercó al diagrama para estudiarlo mientras hablaba.─ Joseph y yo lo hemos seguido siempre que los encontramos. Kessar siempre se queda bajó tierra porque tiene protección ahí. Son más fuertes en el suelo de sus casas, que es lo que las cavernas se han convertido para ellos. ─Además de la seguridad en número.─ Añadió Damien─ Aquí afuera son controlados ya que son asesinados sin dejarles tiempo de dejar algún territorio. En las cavernas… ─Hay miles de ellas para pelear─ agregó Harry─ Incluso ir después de los Dimme es un suicidio. ─ ¿Quien quiere vivir para siempre?─ Kat rió ─ Para el registro. Yo si.─ Kish levantó la mano ─¿Entonces por qué me irritas tan a menudo?─ Harry le frunció el ceño . ─ ¿Tendencias suicidas inherentes a mi especie? Kat ignoró sus bromas cuando miró fijamente el lado opuesto a Sin. ─Es como dijo Kytara. ¿Verdad? Necesitamos un ejército.
Harry sacudió la cabeza.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
mis niñas mañana o el jueves les termino de poner lo q falta de la nove ok las quiero muchoooo FELIZ AÑO NUEVO 2014 Y ESPERO QUE ESTE LLENO DE MUCHAS BENDICIONES PARA UDS Y SUS FAMILIAS LAS QUIEROOOOOOO
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
JOE ES UN GRAN SABIOOOO!!!!...
FELIZ AÑO NUEVOOOO!!!!
FELIZ AÑO NUEVOOOO!!!!
chelis
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 17 Parte 4
─Si, bueno, estamos un poco cortos de personal. Los Dark Hunters no se pueden unir a la lucha sin debilitarse unos a otros. Los dioses Griegos no podrían estar menos preocupados y a los únicos que les importa están muertos. Excepto por nosotros. Damien asintió con la cabeza
─Y probablemente moriremos por una buena causa.
─Si─agregó lentamente Harry. Kessar ha estado apaleándome toda la semana en mis sueños y estoy exhausto por ello. Lo que necesitamos es un milagro.
─O por lo menos un plan que no termine con mi muerte.─ agrego Kish rápidamente.
Kessar gruñó cuando alejó a Xypher lejos de su trono encadenado. Xypher luchó contra las restricciones. No estaba en su forma corpórea. Cómo el demonio había logrado capturarlo, no tenia idea. Pero no le gustaba y si lograba liberarse, iba a desgarrar al bastardo miembro por miembro. Miro a Zakar que rehusó encontrarse
con su mirada fija. ¿Tenia intención el dios el sueño de venderlo? Era lo que se merecía por tratar de
liberarlo. ¿Cuántas veces se iba a dejar traicionar antes de aprender? La gente siempre era idiota sólo por si mismos. Condenado a ser todos los demás.
Zakar era la única forma en que Kessar puedo haberlo encontrado. Zakar era el único al que se había dejado ver. Todo por tratar de ayudarlo. Un demonio femenino lo agarró y hundió sus colmillos en su muslo. Xypher siseó de
dolor. Trato de golpearla lejos, pero Kessar sacudió la cadena en sus manos atrás, para que no pudiera alcanzarla. Ella se retiró confusa cuando escupió la sangre en el piso
─No sabe bien.
─No estoy vivo, perra. Mi sangre es más espesa porque no se bombea repetidamente por mi cuerpo como en los humanos.
Kessar le pateó las costillas.
─Gracias por la lección de ciencia.
La hembra limpió con su mano sus labios manchados de sangre.
─¿De qué nos serviría? Mátalo.
Kessar lo estudió como si fuera un insecto.
─ Si esta muerto, no creo que podamos hacerlo.
Xypher lo señaló con un dedo.
─Punto para el genio.
Esta vez, Kessar lo pateó con fuerza en la espalda. Xypher gruñó, deseando que el dolor estuviera excluido después de la muerte. ¿Pero qué demonios? Él estaba acostumbrado.
─¿Así que haces aquí?─ demandó Kessar─ ¿espiando para Harry?
─¿Quien diablos es Harry?
Kessar lo pateó otra vez—Oh iba a disfrutar arrancándole la garganta al bastardo.
─No seas tímido. Estas aquí para espiar y el único con interés personal en este lugar es Harry.
─ No es verdad─ dijo Xypher lentamente─ Yo sólo pasaba por aquí arriba cuando me di cuenta que hay mucha gente enojada en este lugar. Un Skotos puede vivir un largo tiempo por decirlo así, tu, solo. Kessar se inclinó sobre él y cuando lo hizo, Xhypher vio lo que necesitaba. El medallón de La Tabla.
Oro Redondo y brillante, era una cosa hermosa.
Antes de que Kessar pudiera adivinar sus intenciones, lo tomó y robó liberándolo de la garganta del demonio y pateándolo de vuelta. Xypher rodó lejos de el.
Kessar gritó, su cara cambiando cuando agarró la cadena.
Xypher estaba seguro que Kessar lo tenía. Pero cuando el demonio lo alcanzó, fue golpeado de regreso.
Zakar lo había a agarrado y empujado hacia el trono.
─Dile a Harry que la vara esté en la casa. Él entenderá.
La siguiente cosa que Xhyper supo, era que estaba de vuelta en el Olimpo, en el cuadro entre los templos de Zeus, Apolo, Artemisa, y Ares.
─ Que de…
No se movió repasando los últimos segundos en su mente y sólo llegó a una conclusión plausible.
Para salvar su vida y mandar un mensaje a Harry, Zakar se acaba de condenar a muerte.
─Si, bueno, estamos un poco cortos de personal. Los Dark Hunters no se pueden unir a la lucha sin debilitarse unos a otros. Los dioses Griegos no podrían estar menos preocupados y a los únicos que les importa están muertos. Excepto por nosotros. Damien asintió con la cabeza
─Y probablemente moriremos por una buena causa.
─Si─agregó lentamente Harry. Kessar ha estado apaleándome toda la semana en mis sueños y estoy exhausto por ello. Lo que necesitamos es un milagro.
─O por lo menos un plan que no termine con mi muerte.─ agrego Kish rápidamente.
Kessar gruñó cuando alejó a Xypher lejos de su trono encadenado. Xypher luchó contra las restricciones. No estaba en su forma corpórea. Cómo el demonio había logrado capturarlo, no tenia idea. Pero no le gustaba y si lograba liberarse, iba a desgarrar al bastardo miembro por miembro. Miro a Zakar que rehusó encontrarse
con su mirada fija. ¿Tenia intención el dios el sueño de venderlo? Era lo que se merecía por tratar de
liberarlo. ¿Cuántas veces se iba a dejar traicionar antes de aprender? La gente siempre era idiota sólo por si mismos. Condenado a ser todos los demás.
Zakar era la única forma en que Kessar puedo haberlo encontrado. Zakar era el único al que se había dejado ver. Todo por tratar de ayudarlo. Un demonio femenino lo agarró y hundió sus colmillos en su muslo. Xypher siseó de
dolor. Trato de golpearla lejos, pero Kessar sacudió la cadena en sus manos atrás, para que no pudiera alcanzarla. Ella se retiró confusa cuando escupió la sangre en el piso
─No sabe bien.
─No estoy vivo, perra. Mi sangre es más espesa porque no se bombea repetidamente por mi cuerpo como en los humanos.
Kessar le pateó las costillas.
─Gracias por la lección de ciencia.
La hembra limpió con su mano sus labios manchados de sangre.
─¿De qué nos serviría? Mátalo.
Kessar lo estudió como si fuera un insecto.
─ Si esta muerto, no creo que podamos hacerlo.
Xypher lo señaló con un dedo.
─Punto para el genio.
Esta vez, Kessar lo pateó con fuerza en la espalda. Xypher gruñó, deseando que el dolor estuviera excluido después de la muerte. ¿Pero qué demonios? Él estaba acostumbrado.
─¿Así que haces aquí?─ demandó Kessar─ ¿espiando para Harry?
─¿Quien diablos es Harry?
Kessar lo pateó otra vez—Oh iba a disfrutar arrancándole la garganta al bastardo.
─No seas tímido. Estas aquí para espiar y el único con interés personal en este lugar es Harry.
─ No es verdad─ dijo Xypher lentamente─ Yo sólo pasaba por aquí arriba cuando me di cuenta que hay mucha gente enojada en este lugar. Un Skotos puede vivir un largo tiempo por decirlo así, tu, solo. Kessar se inclinó sobre él y cuando lo hizo, Xhypher vio lo que necesitaba. El medallón de La Tabla.
Oro Redondo y brillante, era una cosa hermosa.
Antes de que Kessar pudiera adivinar sus intenciones, lo tomó y robó liberándolo de la garganta del demonio y pateándolo de vuelta. Xypher rodó lejos de el.
Kessar gritó, su cara cambiando cuando agarró la cadena.
Xypher estaba seguro que Kessar lo tenía. Pero cuando el demonio lo alcanzó, fue golpeado de regreso.
Zakar lo había a agarrado y empujado hacia el trono.
─Dile a Harry que la vara esté en la casa. Él entenderá.
La siguiente cosa que Xhyper supo, era que estaba de vuelta en el Olimpo, en el cuadro entre los templos de Zeus, Apolo, Artemisa, y Ares.
─ Que de…
No se movió repasando los últimos segundos en su mente y sólo llegó a una conclusión plausible.
Para salvar su vida y mandar un mensaje a Harry, Zakar se acaba de condenar a muerte.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
CAPÍTULO 18
Harry se inclinó contra la barra, estudiando el mapa en silencio mientras Kat y Damien hacían notas en un bloc enfrente de él. Tenía que haber alguna manera de entrar allí sin que todos murieran.
Pero maldito si podía pensar en ello.
No importa cuanto observara la situación, iba a ser un baño de sangre. Podía sentirlo. Cada escenario, cada plan que ideaba terminaba con ellos siendo comidos. Tenía que haber algo que se estaba perdiendo...
Harry inclinó la cabeza cuando un nuevo pensamiento penetró su mente.
Frunciendo el ceño ante el mapa, se acercó más a él cuando se dio cuenta de lo que había pasado por alto.
─ ¿Dónde está la cerradura?
Kat levantó la mirada de su bloc
─ ¿Qué cerradura?
─ La que tengo que volver a poner para mantener a los Dimme en su prisión. Zakar fue quien la colocó la última vez. Debía de estar en algún lugar cerca de ellos en una cadena, pero no la veo. Ella se levantó para estudiar el esquema con él.
─ ¿Qué aspecto tiene?
─ Sumerio.
Ella le dedicó una aburrida mirada.
─ No lo veo.
─Eso es realmente una mala cosa.─dijo él.─ Si no hay cerradura, no podemos detenerlos.
Sus ojos se agrandaron.
A Harry se le erizó el vello de la nuca cuando sintió una nueva presencia detrás de él. Se volvió, listo para pelear, para encontrarse solo al Dream Hunter Xypher allí, viéndose peor que de costumbre.
─¿Qué te sucedió?
Xypher bufó.
─Me confundieron otra vez con un saco de arena.─ él se enjuagó la sangre de los labios cuando se unió a ellos en el esquema.─ Tu hermano se resignó simplemente a morir para sacarme del peligro.
El estómago de Sin se hundió.
─ ¿Qué?
El asintió.
─Tenemos que conseguir sacarlo de allí inmediatamente. Kessar planea utilizarlo como un sacrificio al Dimme—si Kessar no lo mata por haberme liberado.
Tan mal como se sentía Harry por ello, una diminuta parte de si mismo estaba aliviada de saber que su hermano no se había convertido completamente. Todavía trataba de hacer lo correcto.
─Zakar también quiso que te dijera que la Vara estaba en casa. Realmente espero que eso tenga sentido para ti porque yo no tengo la menor idea de lo que quiso decir con ello.
Harry frunció el ceño mientras sacudía la cabeza.
No tenía la menor idea. Por lo menos no al principio.
─Espera un segundo... La Vara.─ dio media vuelta y se dirigió a su dormitorio. Podía sentir a Kat detrás de él, pero la ignoró mientras fue hacia el armario y abrió el seguro.
Sacó varios viejos rollos de sus contenedores de arcilla, entonces se dirigió a la cama para extenderlos.
Kat hizo una mueca.
─¿Qué estás haciendo?
─¿Puedes leer sumerio?
─Ha pasado algún tiempo, pero solía hacerlo.
Le entregó un rollo.
─Buscamos algo que tenga que ver con La Vara del Tiempo. Ella bufó.
─Vara del Tiempo, Luna Abandonada, la Tabla del Destino... a vosotros los sumerios realmente os gustan los términos cursis, ¿huh?
Él la miró con diversión
─No me pidieron exactamente mi opinión antes de nombrarlos.
─Bien, por que dada mi estimación de tu intelecto sería realmente aterrador si lo hicieran.─ Ella se inclinó juguetonamente hacia él y le dio un codazo en el costado. Ocultando su diversión, indicó con un gesto de su mentón el escritorio.
─Mueve tu culo allí y empieza a leer antes de que te golpeé yo a ti con mi Vara del Tiempo.
Ella le lanzó una mirada juguetona.
─Puedo pensar en cosas mucho mejores que hacer con tu vara que golpearme, bebé. Harry hizo un ruido de dolor.
─Aww, gawd, hemos degenerado en ingenio realmente malo. Me rindo. Sálvame antes de que mi coeficiente intelectual sea dañado.
─ Bien, vampiro de la diversión. Me llevaré mi rollo allí y jugaré yo sola.
─ ¿Vampiro de la diversión? ¿Qué es eso?
─Eso serías tú chupando toda la diversión de mi vida. Harry negó con la cabeza.
─Tienes los más interesantes términos para las cosas.
─Sí, pero nota que los míos son creativos a diferencia de la tan estelarmente denominada Vara del Tiempo.
Ignorándola, abrió el primer rollo y empezó a leer.
Xypher entró y se unió a la búsqueda. El tiempo parecía arrastrarse mientras leían línea tras línea sin ninguna pista. Harry había olvidado cuan enrevesado y aburrido podía ser su pueblo. Demonios, imagina lo que un buen editor podría haber hecho con la historia de Gilgamesh…
Esta casi por rendirse cuando Xypher retrocedió de su lado de la cama.
─Lo encontré.─ sujetó el rollo para enseñarles la imagen de la Vara en él. Parecía una pequeña daga con una hoja torcida.
Harry tomó el rollo y lo estudió. Solo recordaba vagamente haberlo visto siglos atrás.
─Ahora la pregunta es, ¿En qué casa la puso?
Xypher se encogió de hombros.
─Él dijo que tú lo sabrías.
Y fue en ese instante que lo hizo. Realmente era un genio y era el único lugar que Zakar podría haber querido decir.
─La Tumba de Ishtar.
La cara de Kat palideció.
─¿Qué?
Harry dejó los rollos a un lado, sintiéndose mal al pensar en tener que ir allí otra vez.
─Es el único lugar seguro. Ningún gallu pensaría ir allí y está oculto—ni el más curioso de los arqueólogos podría encontrarlo. Zakar debe haber escondido la Vara allí después de encerrar a los Dimme la última vez. Es el único lugar que tiene sentido.
Él dio un paso atrás, pensando en marcharse.
─Espera,─ dijo Kat, tomando su mano.─ Voy contigo.
Él sacudió la cabeza.
─ Kat…
La severa, determinada mirada que le dio lo alcanzó y lo calentó.
─No necesitas ir allí solo.
Habría discutido si ella no estuviese completamente acertada. Ese era el último lugar en el quería era estar sin ella y él lo sabía.
─Gracias.─ enlazó sus dedos con los de ella.
Kat inclinó la cabeza hacia él antes de que los dos se transportaran al área más remota del Sahara. En una cueva oculta, disimulada por las siempre cambiantes arenas y protegida por un espíritu que jamás permitiría a ojos mortales ver lo que contenía. Era allí donde Harry había depositado a su hija para su descanso y aquí, Ishtar dormía en un pacífico reposo que él nunca había sido capaz de encontrar para si mismo. Al menos no
hasta que Kat había entrado en su vida.
Kat vaciló cuando aparecieron en una caverna profunda y oscura. Podía oír los sonidos de roedores e insectos corriendo para salir de su camino. Avergonzada de tenerles miedo, esperó que no se acercaran a ella.
Harry mantuvo sus manos por encima de la cabeza y apareció una antorcha luminando su camino. Kat estuvo instantáneamente aliviada cuando miró a su alrededor y no vio ninguna cosa repulsiva que corriese hacia ellos ni tampoco alejándose de ellos—odiaba los bichos y los roedores. Pero cuando miró alrededor, fue golpeada por la belleza del lugar.
Harry se inclinó contra la barra, estudiando el mapa en silencio mientras Kat y Damien hacían notas en un bloc enfrente de él. Tenía que haber alguna manera de entrar allí sin que todos murieran.
Pero maldito si podía pensar en ello.
No importa cuanto observara la situación, iba a ser un baño de sangre. Podía sentirlo. Cada escenario, cada plan que ideaba terminaba con ellos siendo comidos. Tenía que haber algo que se estaba perdiendo...
Harry inclinó la cabeza cuando un nuevo pensamiento penetró su mente.
Frunciendo el ceño ante el mapa, se acercó más a él cuando se dio cuenta de lo que había pasado por alto.
─ ¿Dónde está la cerradura?
Kat levantó la mirada de su bloc
─ ¿Qué cerradura?
─ La que tengo que volver a poner para mantener a los Dimme en su prisión. Zakar fue quien la colocó la última vez. Debía de estar en algún lugar cerca de ellos en una cadena, pero no la veo. Ella se levantó para estudiar el esquema con él.
─ ¿Qué aspecto tiene?
─ Sumerio.
Ella le dedicó una aburrida mirada.
─ No lo veo.
─Eso es realmente una mala cosa.─dijo él.─ Si no hay cerradura, no podemos detenerlos.
Sus ojos se agrandaron.
A Harry se le erizó el vello de la nuca cuando sintió una nueva presencia detrás de él. Se volvió, listo para pelear, para encontrarse solo al Dream Hunter Xypher allí, viéndose peor que de costumbre.
─¿Qué te sucedió?
Xypher bufó.
─Me confundieron otra vez con un saco de arena.─ él se enjuagó la sangre de los labios cuando se unió a ellos en el esquema.─ Tu hermano se resignó simplemente a morir para sacarme del peligro.
El estómago de Sin se hundió.
─ ¿Qué?
El asintió.
─Tenemos que conseguir sacarlo de allí inmediatamente. Kessar planea utilizarlo como un sacrificio al Dimme—si Kessar no lo mata por haberme liberado.
Tan mal como se sentía Harry por ello, una diminuta parte de si mismo estaba aliviada de saber que su hermano no se había convertido completamente. Todavía trataba de hacer lo correcto.
─Zakar también quiso que te dijera que la Vara estaba en casa. Realmente espero que eso tenga sentido para ti porque yo no tengo la menor idea de lo que quiso decir con ello.
Harry frunció el ceño mientras sacudía la cabeza.
No tenía la menor idea. Por lo menos no al principio.
─Espera un segundo... La Vara.─ dio media vuelta y se dirigió a su dormitorio. Podía sentir a Kat detrás de él, pero la ignoró mientras fue hacia el armario y abrió el seguro.
Sacó varios viejos rollos de sus contenedores de arcilla, entonces se dirigió a la cama para extenderlos.
Kat hizo una mueca.
─¿Qué estás haciendo?
─¿Puedes leer sumerio?
─Ha pasado algún tiempo, pero solía hacerlo.
Le entregó un rollo.
─Buscamos algo que tenga que ver con La Vara del Tiempo. Ella bufó.
─Vara del Tiempo, Luna Abandonada, la Tabla del Destino... a vosotros los sumerios realmente os gustan los términos cursis, ¿huh?
Él la miró con diversión
─No me pidieron exactamente mi opinión antes de nombrarlos.
─Bien, por que dada mi estimación de tu intelecto sería realmente aterrador si lo hicieran.─ Ella se inclinó juguetonamente hacia él y le dio un codazo en el costado. Ocultando su diversión, indicó con un gesto de su mentón el escritorio.
─Mueve tu culo allí y empieza a leer antes de que te golpeé yo a ti con mi Vara del Tiempo.
Ella le lanzó una mirada juguetona.
─Puedo pensar en cosas mucho mejores que hacer con tu vara que golpearme, bebé. Harry hizo un ruido de dolor.
─Aww, gawd, hemos degenerado en ingenio realmente malo. Me rindo. Sálvame antes de que mi coeficiente intelectual sea dañado.
─ Bien, vampiro de la diversión. Me llevaré mi rollo allí y jugaré yo sola.
─ ¿Vampiro de la diversión? ¿Qué es eso?
─Eso serías tú chupando toda la diversión de mi vida. Harry negó con la cabeza.
─Tienes los más interesantes términos para las cosas.
─Sí, pero nota que los míos son creativos a diferencia de la tan estelarmente denominada Vara del Tiempo.
Ignorándola, abrió el primer rollo y empezó a leer.
Xypher entró y se unió a la búsqueda. El tiempo parecía arrastrarse mientras leían línea tras línea sin ninguna pista. Harry había olvidado cuan enrevesado y aburrido podía ser su pueblo. Demonios, imagina lo que un buen editor podría haber hecho con la historia de Gilgamesh…
Esta casi por rendirse cuando Xypher retrocedió de su lado de la cama.
─Lo encontré.─ sujetó el rollo para enseñarles la imagen de la Vara en él. Parecía una pequeña daga con una hoja torcida.
Harry tomó el rollo y lo estudió. Solo recordaba vagamente haberlo visto siglos atrás.
─Ahora la pregunta es, ¿En qué casa la puso?
Xypher se encogió de hombros.
─Él dijo que tú lo sabrías.
Y fue en ese instante que lo hizo. Realmente era un genio y era el único lugar que Zakar podría haber querido decir.
─La Tumba de Ishtar.
La cara de Kat palideció.
─¿Qué?
Harry dejó los rollos a un lado, sintiéndose mal al pensar en tener que ir allí otra vez.
─Es el único lugar seguro. Ningún gallu pensaría ir allí y está oculto—ni el más curioso de los arqueólogos podría encontrarlo. Zakar debe haber escondido la Vara allí después de encerrar a los Dimme la última vez. Es el único lugar que tiene sentido.
Él dio un paso atrás, pensando en marcharse.
─Espera,─ dijo Kat, tomando su mano.─ Voy contigo.
Él sacudió la cabeza.
─ Kat…
La severa, determinada mirada que le dio lo alcanzó y lo calentó.
─No necesitas ir allí solo.
Habría discutido si ella no estuviese completamente acertada. Ese era el último lugar en el quería era estar sin ella y él lo sabía.
─Gracias.─ enlazó sus dedos con los de ella.
Kat inclinó la cabeza hacia él antes de que los dos se transportaran al área más remota del Sahara. En una cueva oculta, disimulada por las siempre cambiantes arenas y protegida por un espíritu que jamás permitiría a ojos mortales ver lo que contenía. Era allí donde Harry había depositado a su hija para su descanso y aquí, Ishtar dormía en un pacífico reposo que él nunca había sido capaz de encontrar para si mismo. Al menos no
hasta que Kat había entrado en su vida.
Kat vaciló cuando aparecieron en una caverna profunda y oscura. Podía oír los sonidos de roedores e insectos corriendo para salir de su camino. Avergonzada de tenerles miedo, esperó que no se acercaran a ella.
Harry mantuvo sus manos por encima de la cabeza y apareció una antorcha luminando su camino. Kat estuvo instantáneamente aliviada cuando miró a su alrededor y no vio ninguna cosa repulsiva que corriese hacia ellos ni tampoco alejándose de ellos—odiaba los bichos y los roedores. Pero cuando miró alrededor, fue golpeada por la belleza del lugar.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 18 Parte 2
Las paredes que los rodeaban estaban cubiertas con incrustaciones artísticas de niños jugando en fuentes y corriendo tras un venado por un bosque. Una eterna fuente hecha de oro macizo salpicaba en un rincón. Esta tenía un pájaro y cuervo encaramados en un lado y una niña pequeña en el otro, la cual miraba en la charca para coger su propio reflejo.
─Qué hermoso.
Harry tragó y ella pudo sentir la espantosa ola de pena en su interior.
─A Ishtar le encantaba jugar en fuentes y con animales cuando era una niña.
El se detuvo ante la escena de una niña pequeña que tenía una mariposa sentada en el hombro, mientras alimentaba un cervatillo con una mano y un chacal con la otra. El extendió la mano sobre la imagen y ella vio las lágrimas en sus ojos.
─La encontré un día ése día igual que ese cuadro. Ella levantó la mirada hacia mí con sus profundos ojos azules y dijo, ─No te preocupes, Papá. No los lastimaré. Kat envolvió sus brazos a su alrededor y lo mantuvo cerca cuando su pena se extendió y trajo lágrimas a sus propios ojos.
─¿Ella no era realmente hija tuya?
─Eso no me importó. En mi corazón siempre fue mi hija.
─Lo sé.
Él se aclaró la garganta mientras colocaba un brazo sobre los suyos.
─Nunca estuve seguro de quien era realmente su padre. Ningal no lo diría y ella había tenido amantes por montones. Podría haber sido cualquiera.
Pero él nunca había usado eso contra Ishtar. Él había amado a pesar de todo y eso hacía que Kat lo quisiese aún más.
─No sé por que Ningal me odiaba tanto. Intenté con todas mis fuerzas hacer que funcionara, pero nunca había nada que la agradara. Era como si solo quisiera herirme. Kat se tensó cuando un mal presentimiento la atravesó y tuvo que morderse el labio para no hablar. Dado lo que él le había confesado, se preguntaba si Ishtar no sería su hija después de todo.
Cuan cruel mentirle y decirle que su propia hija pertenecía a otra persona. Seguramente Ningal no habría querido hacer eso. Pero cuando se quedó allí de pie, sintió la verdad en su corazón. Ese sería el golpe más profundo y era uno que Kat estaba segura que Ningal habría dado.
Harry se alejó de ella y se dirigió bajando por el estrecho corredor a una cámara al final de este. Tan pronto como entró, las antorchas se encendieron alrededor de la sala. El fuego hacía bailar las sombras que formaban las imágenes de niños jugando y correteando.
Kat jadeó ante el esplendor. Cada parte de la sala estaba cubierto de oro. A lo largo de la pared estaban incrustadas esmeraldas y diamantes haciendo un campo largo donde bailaban los niños y allí en el centro estaba un sarcófago con la forma de un antiguo templo. Era exquisito.
La parte de arriba estaba talada para parecerse a Ishtar cuyos ojos eran dos perfectos zafiros. En sus facciones, Kat vio el parecido con Harry. Había tenido razón acerca de Ningal y la asombró que alguien pudiera ser tan cruel. ¿Cómo podía Ningal haber arremetido tan brutalmente con una persona que debería haberlo significado todo para
ella? Eso desafiaba a la lógica.
Harry se detuvo ante la imagen para colocar su mano sobre la cara de Ishtar. La agonía de sus facciones la atravesaron. El pensamiento de abrir la tumba de Ishtar lo estaba destrozando.
Kat quería evitarle cualquier dolor.
─¿Quieres que lo busque yo?
─No.─ dijo él, su voz era débil.─ Nunca le gustó que la tocaran extraños. Ella era realmente muy tímida.
Con expresión cautelosa, cerró los ojos y empujó la tapa. Esta se acudió ligeramente antes de moverse. El sonido de la piedra arrastrándose resonó por la caverna. Kat se adelantó y entonces jadeó cuando a Ishtar. Al ser una diosa, su cuerpo no se había descompuesto. Estaba tan perfecta como el día en que había muerto. Con los ojos
cerrados, parecía estar durmiendo y una parte de Kat esperaba que ella se despertara y los mirara. Se preguntaba si Harry habría tenido el mismo pensamiento.
Ishtar había sido puesta a descansar con una toga carmesí, el dobladillo estaba incrustado con los rubíes que hacían perfecto juego con su tez oscura. Las manos, cubiertas con guantes de oro, estaban cruzadas sobre sus senos y bajo ellas tenía la Vara del Tiempo. En forma de un cuervo, esto, también, era de oro e incrustado con gemas.
Kat levantó la mirada hacia Harry.
─Es hermosa.
─Lo sé.
El se estiró para sacar la Vara debajo de las manos de Ishtar. Tan pronto como tocó la piel, una solitaria lágrima se deslizó de la comisura de sus ojos.
─La extraño tanto,─ jadeó. Él levantó la mirada.─ No quiero verte a ti así, Katra. ¿Lo entiendes?
Ella asintió cuando sus emociones la estrangularon. Ella tampoco quería enterrarlo. ─Lo mismo digo, tío. Si algo te sucede, definitivamente arruinaría mi mejor día. Harry no habló mientras cerraba el sarcófago y agarraba apretadamente la Vara en su mano.
─Tenemos la llave.
─Ahora necesitamos la cerradura.
─Y un milagro.
Kessar permaneció ante la cerradura con Neti detrás de él. Alto y delgado, vestido en marrón oscuro, Neti había sido una de sus mejores conversiones. El antiguo guardián del Inframundo Sumerio trabajaba ahora para Kessar, quien lo mantenía en un profundo aislamiento.
─Eres retorcido, maestro.
Era verdad. Era el maestro de lo retorcido. Había empotrado la cerradura que devolvería de regreso a los Dimme en el pecho de Zakar. La única manera de que Harry pudiera salvar el mundo sería matando a su propio gemelo. El saboreó la imagen de Harry atravesando el corazón de Zakar para salvar a la humanidad. La única cosa que habría podido haber hecho mejor era haber cogido a su mujer y meter la cerradura en su pecho.
Pero eso habría sido suicida, ya que su muerte podría muy bien liberar un ejército de Carontes para cazarlos.
No. Esto era mucho mejor. Esto sería igual que si Harry se matase a si mismo, o peor. Adelantándose, Kessar inclinó la cabeza cuando bajó la mirada hacia Zakar quien estaba gimiendo por el dolor en su pecho que había sido desgarrado. La cadena que llevaba a la tumba de los Dimme flotaba a su espalda.
El sonrió burlonamente ante el dolor del hombre.
─¿Cual era esa anticuada expresión humana que aprendí anoche? ¿Algunas veces eres el perro y otras veces la toma contra incendios?─ él chasqueó ante Zakar.─ Supongo que hoy tú eres la toma contra incendios, ¿eh?
El cuerpo de Zakar se sacudió cuando levantó valientemente la cabeza para clavar a Kessar con una mirada letal.
─Jódete.
─No, gracias. Prefiero las mujeres.─ él se apartó cuando Zakar intentó escupirle.─ Y tus dioses te creen tan importante. Lloras y escupes y ruegas por clemencia, como cualquiera. No tienes más dignidad que el más bajo de los mendigos.─Enrolló su puño en el pelo de Zakar y tiró con fuerza.─No puedo esperar para verte morir.
Zakar jadeó cuando lo asaltó más dolor y ese pensamiento realmente puso duro a Kessar.
Kessar retrocedió. Necesitaba encontrar una mujer por unos minutos.
─Neti. Vigílalo bien. Volveré a jugar con él en breve.
Harry acababa de regresar a su penthouse con Kat cuando la Vara empezó a brillar. Dos segundos después, algo parecido a un terremoto sacudió todo el casino.
─¿Qué diablos…?─ preguntó Damien cuando varios cuadros cayeron al suelo y se rompieron.─ ¿Más pruebas de bombas?
Harry sacudió la cabeza cuando lo atravesó un mal presentimiento.
─No. Es algo más.─ él miró a Kat para ver si sentía lo mismo que él.
─No sé que es,─ dijo ella con la voz cargada de aprensión.─ Pero no me gusta. Kish se empujó contra la pared.
─Quizás sea el terremoto que siempre están diciendo que golpeará a Las Vegas. ─Quizás…─ Pero la Vara todavía resplandecía y ahora había empezado a emanar un zumbido de bajo nivel.─ Algo no va bien.
De repente, una ligera luz salió disparada de la Vara, iluminando el área frente a Harry. Una alta mujer de cabello negro apareció en una vieja toga marrón oscuro. No tenía ni
idea de quien era ella...
─El sello se ha roto,─ dijo ella en Sumerio.─ Los Dimme serán libres en seis marcas. Quienquiera que tenga este instrumento, debes volver a sellar su tumba.
─¿Seis marcas?─ preguntó Damien.─ ¿Qué diablos significa eso?
─Dos horas,─ dijeron Kat y Sin a la vez.
Las paredes que los rodeaban estaban cubiertas con incrustaciones artísticas de niños jugando en fuentes y corriendo tras un venado por un bosque. Una eterna fuente hecha de oro macizo salpicaba en un rincón. Esta tenía un pájaro y cuervo encaramados en un lado y una niña pequeña en el otro, la cual miraba en la charca para coger su propio reflejo.
─Qué hermoso.
Harry tragó y ella pudo sentir la espantosa ola de pena en su interior.
─A Ishtar le encantaba jugar en fuentes y con animales cuando era una niña.
El se detuvo ante la escena de una niña pequeña que tenía una mariposa sentada en el hombro, mientras alimentaba un cervatillo con una mano y un chacal con la otra. El extendió la mano sobre la imagen y ella vio las lágrimas en sus ojos.
─La encontré un día ése día igual que ese cuadro. Ella levantó la mirada hacia mí con sus profundos ojos azules y dijo, ─No te preocupes, Papá. No los lastimaré. Kat envolvió sus brazos a su alrededor y lo mantuvo cerca cuando su pena se extendió y trajo lágrimas a sus propios ojos.
─¿Ella no era realmente hija tuya?
─Eso no me importó. En mi corazón siempre fue mi hija.
─Lo sé.
Él se aclaró la garganta mientras colocaba un brazo sobre los suyos.
─Nunca estuve seguro de quien era realmente su padre. Ningal no lo diría y ella había tenido amantes por montones. Podría haber sido cualquiera.
Pero él nunca había usado eso contra Ishtar. Él había amado a pesar de todo y eso hacía que Kat lo quisiese aún más.
─No sé por que Ningal me odiaba tanto. Intenté con todas mis fuerzas hacer que funcionara, pero nunca había nada que la agradara. Era como si solo quisiera herirme. Kat se tensó cuando un mal presentimiento la atravesó y tuvo que morderse el labio para no hablar. Dado lo que él le había confesado, se preguntaba si Ishtar no sería su hija después de todo.
Cuan cruel mentirle y decirle que su propia hija pertenecía a otra persona. Seguramente Ningal no habría querido hacer eso. Pero cuando se quedó allí de pie, sintió la verdad en su corazón. Ese sería el golpe más profundo y era uno que Kat estaba segura que Ningal habría dado.
Harry se alejó de ella y se dirigió bajando por el estrecho corredor a una cámara al final de este. Tan pronto como entró, las antorchas se encendieron alrededor de la sala. El fuego hacía bailar las sombras que formaban las imágenes de niños jugando y correteando.
Kat jadeó ante el esplendor. Cada parte de la sala estaba cubierto de oro. A lo largo de la pared estaban incrustadas esmeraldas y diamantes haciendo un campo largo donde bailaban los niños y allí en el centro estaba un sarcófago con la forma de un antiguo templo. Era exquisito.
La parte de arriba estaba talada para parecerse a Ishtar cuyos ojos eran dos perfectos zafiros. En sus facciones, Kat vio el parecido con Harry. Había tenido razón acerca de Ningal y la asombró que alguien pudiera ser tan cruel. ¿Cómo podía Ningal haber arremetido tan brutalmente con una persona que debería haberlo significado todo para
ella? Eso desafiaba a la lógica.
Harry se detuvo ante la imagen para colocar su mano sobre la cara de Ishtar. La agonía de sus facciones la atravesaron. El pensamiento de abrir la tumba de Ishtar lo estaba destrozando.
Kat quería evitarle cualquier dolor.
─¿Quieres que lo busque yo?
─No.─ dijo él, su voz era débil.─ Nunca le gustó que la tocaran extraños. Ella era realmente muy tímida.
Con expresión cautelosa, cerró los ojos y empujó la tapa. Esta se acudió ligeramente antes de moverse. El sonido de la piedra arrastrándose resonó por la caverna. Kat se adelantó y entonces jadeó cuando a Ishtar. Al ser una diosa, su cuerpo no se había descompuesto. Estaba tan perfecta como el día en que había muerto. Con los ojos
cerrados, parecía estar durmiendo y una parte de Kat esperaba que ella se despertara y los mirara. Se preguntaba si Harry habría tenido el mismo pensamiento.
Ishtar había sido puesta a descansar con una toga carmesí, el dobladillo estaba incrustado con los rubíes que hacían perfecto juego con su tez oscura. Las manos, cubiertas con guantes de oro, estaban cruzadas sobre sus senos y bajo ellas tenía la Vara del Tiempo. En forma de un cuervo, esto, también, era de oro e incrustado con gemas.
Kat levantó la mirada hacia Harry.
─Es hermosa.
─Lo sé.
El se estiró para sacar la Vara debajo de las manos de Ishtar. Tan pronto como tocó la piel, una solitaria lágrima se deslizó de la comisura de sus ojos.
─La extraño tanto,─ jadeó. Él levantó la mirada.─ No quiero verte a ti así, Katra. ¿Lo entiendes?
Ella asintió cuando sus emociones la estrangularon. Ella tampoco quería enterrarlo. ─Lo mismo digo, tío. Si algo te sucede, definitivamente arruinaría mi mejor día. Harry no habló mientras cerraba el sarcófago y agarraba apretadamente la Vara en su mano.
─Tenemos la llave.
─Ahora necesitamos la cerradura.
─Y un milagro.
Kessar permaneció ante la cerradura con Neti detrás de él. Alto y delgado, vestido en marrón oscuro, Neti había sido una de sus mejores conversiones. El antiguo guardián del Inframundo Sumerio trabajaba ahora para Kessar, quien lo mantenía en un profundo aislamiento.
─Eres retorcido, maestro.
Era verdad. Era el maestro de lo retorcido. Había empotrado la cerradura que devolvería de regreso a los Dimme en el pecho de Zakar. La única manera de que Harry pudiera salvar el mundo sería matando a su propio gemelo. El saboreó la imagen de Harry atravesando el corazón de Zakar para salvar a la humanidad. La única cosa que habría podido haber hecho mejor era haber cogido a su mujer y meter la cerradura en su pecho.
Pero eso habría sido suicida, ya que su muerte podría muy bien liberar un ejército de Carontes para cazarlos.
No. Esto era mucho mejor. Esto sería igual que si Harry se matase a si mismo, o peor. Adelantándose, Kessar inclinó la cabeza cuando bajó la mirada hacia Zakar quien estaba gimiendo por el dolor en su pecho que había sido desgarrado. La cadena que llevaba a la tumba de los Dimme flotaba a su espalda.
El sonrió burlonamente ante el dolor del hombre.
─¿Cual era esa anticuada expresión humana que aprendí anoche? ¿Algunas veces eres el perro y otras veces la toma contra incendios?─ él chasqueó ante Zakar.─ Supongo que hoy tú eres la toma contra incendios, ¿eh?
El cuerpo de Zakar se sacudió cuando levantó valientemente la cabeza para clavar a Kessar con una mirada letal.
─Jódete.
─No, gracias. Prefiero las mujeres.─ él se apartó cuando Zakar intentó escupirle.─ Y tus dioses te creen tan importante. Lloras y escupes y ruegas por clemencia, como cualquiera. No tienes más dignidad que el más bajo de los mendigos.─Enrolló su puño en el pelo de Zakar y tiró con fuerza.─No puedo esperar para verte morir.
Zakar jadeó cuando lo asaltó más dolor y ese pensamiento realmente puso duro a Kessar.
Kessar retrocedió. Necesitaba encontrar una mujer por unos minutos.
─Neti. Vigílalo bien. Volveré a jugar con él en breve.
Harry acababa de regresar a su penthouse con Kat cuando la Vara empezó a brillar. Dos segundos después, algo parecido a un terremoto sacudió todo el casino.
─¿Qué diablos…?─ preguntó Damien cuando varios cuadros cayeron al suelo y se rompieron.─ ¿Más pruebas de bombas?
Harry sacudió la cabeza cuando lo atravesó un mal presentimiento.
─No. Es algo más.─ él miró a Kat para ver si sentía lo mismo que él.
─No sé que es,─ dijo ella con la voz cargada de aprensión.─ Pero no me gusta. Kish se empujó contra la pared.
─Quizás sea el terremoto que siempre están diciendo que golpeará a Las Vegas. ─Quizás…─ Pero la Vara todavía resplandecía y ahora había empezado a emanar un zumbido de bajo nivel.─ Algo no va bien.
De repente, una ligera luz salió disparada de la Vara, iluminando el área frente a Harry. Una alta mujer de cabello negro apareció en una vieja toga marrón oscuro. No tenía ni
idea de quien era ella...
─El sello se ha roto,─ dijo ella en Sumerio.─ Los Dimme serán libres en seis marcas. Quienquiera que tenga este instrumento, debes volver a sellar su tumba.
─¿Seis marcas?─ preguntó Damien.─ ¿Qué diablos significa eso?
─Dos horas,─ dijeron Kat y Sin a la vez.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 18 Parte 3
Kat miró a Sin.
─Pensé que teníamos un par de semanas.
─También yo.─ dijo él bruscamente.─ Ha debido pasar algo para acelerar el reloj,
Damien hizo una mueca de exagerada felicidad.
─Eso es tan hermoso. Zippity─doo─da! ¡Qué magnífico día!
Kat suspiró con fuerza.
─Tanto como planear un ataque, ¿huh?
Sin pasó a través del diagrama cuando fue a liberar su última espada que mataría fácilmente a los gallu.
─Necesitamos reunir a todos los que podamos.
Damien bufó.
─Uh, jefe, odio ser un aguafiestas, pero creo que todos los que podemos reunir estamos actualmente aquí en esta habitación.
Sin se detuvo a mirar a Simi, Xirena, Damien, Kat, Kish y Xypher. Ese era un lamentable número de defensores. Pero era todo lo que tenía el mundo.
─En ese caso, necesitamos armarnos seriamente
Damien se santiguó.
─Santa María, llena eres de gracia—
─¿Qué estás haciendo?─ preguntó Kish.─ No eres Católico.
─Sí, pero de repente me siento realmente religioso y esta parece ser una buena idea.
Sin puso los ojos en blanco. Miró a Simi y Xirena.
─Vosotras dos seréis nuestra avanzadilla.
Se volvió a mirar a los otros.
─Tendremos que protegerlas para que no las agobien y derriben. Si las perdemos, no tendremos a nadie que pueda ayudarnos.
Kat frunció el ceño.
─Espera. Tengo una idea… Adelántate y arma a todo el mundo. Volveré enseguida. Sin abrió la boca para discutir, pero antes de que pudiera hablar, ella se había ido.
Kat se desvaneció al Olimpo, justo en el balcón de su madre. Afortunadamente, Acheron estaba todavía sentado en la terraza, viéndose increíblemente aburrido. Él le dedicó una helada mirada
─¿Están los Dimme fuera todavía?
Ella se quedó boquiabierta ante la inesperada pregunta.
─¿Cómo—?
─Sentí la vibración. Es una sensación que he tenido antes, como cuando la última vez que casi se liberan. Y para responder la pregunta en tu mente, tendrás que preguntarle a Artemisa. Yo no puedo salir de aquí hasta que ella me libere. Eso apestaba
─Tienes que estar bromeando.
─Oh nunca bromeo acerca de Artemisa. Le prometí que me sentaría aquí y no haría nada, así que aquí estoy haciendo nada. Muy parecido a un realmente alto y aburrido perro guardián. Personalmente, preferiría lanzarme contra una valla electrificada──sería casi lo mismo, creo.
Kat gruñó por lo bajo.
─¿Dónde está ella?
─Todavía con su padre.
Ella inclinó la cabeza hacia atrás y maldijo hacia el techo. Odiaba tener que ir allí.
─De acuerdo. Siéntate justo ahí y yo iré a hablar con ella.
Él se rió.
─Buena suerte.
Kat se destelló rápidamente fuera del vestíbulo principal del templo de Zeus donde los Dioses se reunían para celebrar. Permaneció en las sombras mientras observaba la situación. Apolo estaba a la derecha con Ares y Demeter mientras Atenea se sentó con Afrodita y Nike. Hades estaba en un rincón con Perséfone mientras Zeus se reía con Hermes.
Por suerte, Artemisa estaba sola, bebiendo de una copa de dos asas. La música llenaba el aire mientras otros Dioses jugueteaban, bailaban, y reían.
Moviéndose con cuidado y silenciosamente cuando pudo, Kat se las apañó parallegar a su madre quien saltó sorprendida cuando se dio cuenta que Kat estaba allí.
─¿Qué estás haciendo aquí?─ chasqueó Artemisa.
─Necesito hablar contigo.
─Artemisa echo una mirada a su alrededor nerviosa.
─Este es un mal momento.
Ella no tenía ni idea.
─No puedo enfatizar la importancia de hablar contigo. Ahora.
─Katra…
─Por favor.
Artemisa frunció el ceño antes de apartarse de la mesa y salir hacia los jardines.
─¿Qué?
─Necesito que liberes a Acheron.
Ella se rió, después se puso seria.
─No.─ dijo firmemente.
─Matisera, por favor. Los Dimme están a punto de liberarse y si puedo llevármelo, podrá ayudar reclutando más Carontes y—
─¿Estás loca?─ siseó ella.─ ¿Has visto lo que sucede cuando los Caronte están sueltos? No, lo has hecho por que todavía estás viva. Es igual que desatar langostas con dientes de piraña y no hay quien los pare.
─Pero Acheron puede controlarlos.
─Y podría ser asesinado lo cual es una cosa que jamás permitiré.
─¿Y que pasa conmigo?
─Tú estarás bien.
Kat estaba completamente horrorizada, pero también decidida.
─Necesito su ayuda.
Artemisa ondeó la mano.
─Deja a los humanos solos y no te preocupes por ellos. Siempre podemos hacer más─. Y con eso, se giró y se marchó.
Kat se quedó allí con la boca abierta. No podía creer lo que eso fuera todo lo que tenía que decir su madre. Siempre podemos hacer más. ¿Por qué estaba tan sorprendida? ¿Qué, honestamente, había esperado? No es como si su madre despertase de repente y fue la Madre Teresa.
Disgustada, Kat destelló de regreso al penthehouse de Sin. El lo miró con expectación.
Ella mantuvo una mano en alto para evitar que hablara.
─Ni siquiera preguntes.
─¿La típica respuesta de Artemisa?
Con el corazón pesado, se dirigió a las armas que él había dispuesto sobre la cama y cogió una pequeña ballesta que en ese momento, habría querido disparar en el perverso corazón de su madre.
No hizo más que levantarlo, cuando un brillante destello iluminó el cuarto. Ella giró, lista para disparar a la fuente de ello.
Hasta que vio a Deimos… y otros quince miembros de los Dolophoni. No podía haber estado más atónita si hubiese encontrado a su abuela allí. Sin dio un paso atrás, su cara con sospecha.
─¿Qué es esto?
─Refuerzos.─ dijo Deimos sinceramente. Él clavó a Kat con esa oscura y mortal mirada suya.─ Oí lo que le dijiste a Artemisa…y su respuesta. No todos somos tan fríos. Una de las hembras sonrió.
─Además, pelear el lo que hacemos mejor.
Sin consideró esto por un segundo antes de tenderle la mano a Deimos.
─Bienvenido a la batalla.
Deimos inclinó su cabeza antes de sacudir la mano de Sin.
─Para que conste, esto no quiere decir que me gustes.
─Lo mismo digo.
Cuando Sin tomó el mapa de Kat para mostrarles la disposición de la cueva, aparecieron D´Alerian, M´Adoc y
M´Ordant.
Kat estaba incluso más atónita de lo que lo había estado con Deimos.
─¿Tienes espacio para tres más?─ le preguntó M´Adoc a Sin.
─Claro,─ dijo Sin.─ Siempre podemos usar más combustible para la hoguera. Kish bufó.
─Para que conste, yo no ardo bien.
Xirena le revolvió el cabello.
─Créeme, humano, todos vosotros ardéis bien.
─Es cierto,─ agregó Simi.─ Simi puede quemar a la mayoría de la gente y freírlos extra crujientes.
Kish suspiró.
─Encantador.
─Ignorando su intercambio, Sin repasó los planos con todo el mundo.
─Las buenas noticias son, que ellos no han tenido tiempo para reunir muchos
humanos para sacrificar. Espero que lo que sea que hayan hecho para acelerar el reloj, no lo sepan.
Damien hizo una mueca.
─¿Y si lo hicieron a propósito?
─Seamos positivos, ¿vale?─ dijo Kat con la voz de una profesora de jardín de infancia.─ Pretendamos que todos vamos a sobrevivir a esto.
Kish sonrió.
─Estoy con Kat. Me gusta su plan. Mucho.
Después de fulminarlo con la mirada. Sin dio una palmada para obtener la atención todos.
─De acuerdo, niños. Vamos a una fiesta donde no nos quieren demasiado. ¿Cada uno sabe lo que tiene que hacer?
─Ni una pista.─ anunció Kish felizmente.─ Pero creo con toda seguridad que la muerte y el desmembramiento están en mi pronóstico, seguido por llovizna de intestinos y pieles desolladas.
─Demasiado para el Señor Positivo, ¿huh?─ se rió Damien.
─Veremos cómo te ríes cuando lancen tu culo a la luz del día.
─Creo que puedo apañármelas.─ Damien dio un paso adelante, pero Sin lo detuvo.
─Tienes que quedarte fuera de esto.
Damien lo fulminó con la mirada.
─Y una mierda.
─No,─ dijo Sin, con tono decidido.─ Kish tiene razón. Es de día y yo no estoy dispuesto a tomar a correr ese riesgo. Todavía, Damien no se rendía.
─Estaremos bajo tierra.
─Y estaremos volando agujeros en las paredes. Si alguien golpea el lugar correcto, luz del sol y Damien muerto.
Apareció un tic en la mandíbula de Damien, pero al final lo aceptó.
─Bien. Pero recuerda cuando te golpeen en culo, que yo intenté salvarlo. Sin le dio una palmada en la espalda antes de inspeccionar a cada miembro de su
equipo.
─Desearía poder pensar en algo inspirador que deciros a todos. Algún gran discurso con el que enviaros al combate, pero cuando miro alrededor—
─Todo lo que yo veo son personas que van a morir.
Kat se rió.
─Muy bonito. Pero si tenemos que averiguarlo, llevémonos a tantos de ellos como podamos.─ ella se movió al lado de Harry y tomó su mano en las de ella.─ No estás solo, bebé.
Él apretó su mano.
─Gracias a todos por estar aquí. La humanidad puede que no sepan de vosotros, pero sé que están agradecidos. Ahora vayamos a patear culos de demonios.
Kat miró a Sin.
─Pensé que teníamos un par de semanas.
─También yo.─ dijo él bruscamente.─ Ha debido pasar algo para acelerar el reloj,
Damien hizo una mueca de exagerada felicidad.
─Eso es tan hermoso. Zippity─doo─da! ¡Qué magnífico día!
Kat suspiró con fuerza.
─Tanto como planear un ataque, ¿huh?
Sin pasó a través del diagrama cuando fue a liberar su última espada que mataría fácilmente a los gallu.
─Necesitamos reunir a todos los que podamos.
Damien bufó.
─Uh, jefe, odio ser un aguafiestas, pero creo que todos los que podemos reunir estamos actualmente aquí en esta habitación.
Sin se detuvo a mirar a Simi, Xirena, Damien, Kat, Kish y Xypher. Ese era un lamentable número de defensores. Pero era todo lo que tenía el mundo.
─En ese caso, necesitamos armarnos seriamente
Damien se santiguó.
─Santa María, llena eres de gracia—
─¿Qué estás haciendo?─ preguntó Kish.─ No eres Católico.
─Sí, pero de repente me siento realmente religioso y esta parece ser una buena idea.
Sin puso los ojos en blanco. Miró a Simi y Xirena.
─Vosotras dos seréis nuestra avanzadilla.
Se volvió a mirar a los otros.
─Tendremos que protegerlas para que no las agobien y derriben. Si las perdemos, no tendremos a nadie que pueda ayudarnos.
Kat frunció el ceño.
─Espera. Tengo una idea… Adelántate y arma a todo el mundo. Volveré enseguida. Sin abrió la boca para discutir, pero antes de que pudiera hablar, ella se había ido.
Kat se desvaneció al Olimpo, justo en el balcón de su madre. Afortunadamente, Acheron estaba todavía sentado en la terraza, viéndose increíblemente aburrido. Él le dedicó una helada mirada
─¿Están los Dimme fuera todavía?
Ella se quedó boquiabierta ante la inesperada pregunta.
─¿Cómo—?
─Sentí la vibración. Es una sensación que he tenido antes, como cuando la última vez que casi se liberan. Y para responder la pregunta en tu mente, tendrás que preguntarle a Artemisa. Yo no puedo salir de aquí hasta que ella me libere. Eso apestaba
─Tienes que estar bromeando.
─Oh nunca bromeo acerca de Artemisa. Le prometí que me sentaría aquí y no haría nada, así que aquí estoy haciendo nada. Muy parecido a un realmente alto y aburrido perro guardián. Personalmente, preferiría lanzarme contra una valla electrificada──sería casi lo mismo, creo.
Kat gruñó por lo bajo.
─¿Dónde está ella?
─Todavía con su padre.
Ella inclinó la cabeza hacia atrás y maldijo hacia el techo. Odiaba tener que ir allí.
─De acuerdo. Siéntate justo ahí y yo iré a hablar con ella.
Él se rió.
─Buena suerte.
Kat se destelló rápidamente fuera del vestíbulo principal del templo de Zeus donde los Dioses se reunían para celebrar. Permaneció en las sombras mientras observaba la situación. Apolo estaba a la derecha con Ares y Demeter mientras Atenea se sentó con Afrodita y Nike. Hades estaba en un rincón con Perséfone mientras Zeus se reía con Hermes.
Por suerte, Artemisa estaba sola, bebiendo de una copa de dos asas. La música llenaba el aire mientras otros Dioses jugueteaban, bailaban, y reían.
Moviéndose con cuidado y silenciosamente cuando pudo, Kat se las apañó parallegar a su madre quien saltó sorprendida cuando se dio cuenta que Kat estaba allí.
─¿Qué estás haciendo aquí?─ chasqueó Artemisa.
─Necesito hablar contigo.
─Artemisa echo una mirada a su alrededor nerviosa.
─Este es un mal momento.
Ella no tenía ni idea.
─No puedo enfatizar la importancia de hablar contigo. Ahora.
─Katra…
─Por favor.
Artemisa frunció el ceño antes de apartarse de la mesa y salir hacia los jardines.
─¿Qué?
─Necesito que liberes a Acheron.
Ella se rió, después se puso seria.
─No.─ dijo firmemente.
─Matisera, por favor. Los Dimme están a punto de liberarse y si puedo llevármelo, podrá ayudar reclutando más Carontes y—
─¿Estás loca?─ siseó ella.─ ¿Has visto lo que sucede cuando los Caronte están sueltos? No, lo has hecho por que todavía estás viva. Es igual que desatar langostas con dientes de piraña y no hay quien los pare.
─Pero Acheron puede controlarlos.
─Y podría ser asesinado lo cual es una cosa que jamás permitiré.
─¿Y que pasa conmigo?
─Tú estarás bien.
Kat estaba completamente horrorizada, pero también decidida.
─Necesito su ayuda.
Artemisa ondeó la mano.
─Deja a los humanos solos y no te preocupes por ellos. Siempre podemos hacer más─. Y con eso, se giró y se marchó.
Kat se quedó allí con la boca abierta. No podía creer lo que eso fuera todo lo que tenía que decir su madre. Siempre podemos hacer más. ¿Por qué estaba tan sorprendida? ¿Qué, honestamente, había esperado? No es como si su madre despertase de repente y fue la Madre Teresa.
Disgustada, Kat destelló de regreso al penthehouse de Sin. El lo miró con expectación.
Ella mantuvo una mano en alto para evitar que hablara.
─Ni siquiera preguntes.
─¿La típica respuesta de Artemisa?
Con el corazón pesado, se dirigió a las armas que él había dispuesto sobre la cama y cogió una pequeña ballesta que en ese momento, habría querido disparar en el perverso corazón de su madre.
No hizo más que levantarlo, cuando un brillante destello iluminó el cuarto. Ella giró, lista para disparar a la fuente de ello.
Hasta que vio a Deimos… y otros quince miembros de los Dolophoni. No podía haber estado más atónita si hubiese encontrado a su abuela allí. Sin dio un paso atrás, su cara con sospecha.
─¿Qué es esto?
─Refuerzos.─ dijo Deimos sinceramente. Él clavó a Kat con esa oscura y mortal mirada suya.─ Oí lo que le dijiste a Artemisa…y su respuesta. No todos somos tan fríos. Una de las hembras sonrió.
─Además, pelear el lo que hacemos mejor.
Sin consideró esto por un segundo antes de tenderle la mano a Deimos.
─Bienvenido a la batalla.
Deimos inclinó su cabeza antes de sacudir la mano de Sin.
─Para que conste, esto no quiere decir que me gustes.
─Lo mismo digo.
Cuando Sin tomó el mapa de Kat para mostrarles la disposición de la cueva, aparecieron D´Alerian, M´Adoc y
M´Ordant.
Kat estaba incluso más atónita de lo que lo había estado con Deimos.
─¿Tienes espacio para tres más?─ le preguntó M´Adoc a Sin.
─Claro,─ dijo Sin.─ Siempre podemos usar más combustible para la hoguera. Kish bufó.
─Para que conste, yo no ardo bien.
Xirena le revolvió el cabello.
─Créeme, humano, todos vosotros ardéis bien.
─Es cierto,─ agregó Simi.─ Simi puede quemar a la mayoría de la gente y freírlos extra crujientes.
Kish suspiró.
─Encantador.
─Ignorando su intercambio, Sin repasó los planos con todo el mundo.
─Las buenas noticias son, que ellos no han tenido tiempo para reunir muchos
humanos para sacrificar. Espero que lo que sea que hayan hecho para acelerar el reloj, no lo sepan.
Damien hizo una mueca.
─¿Y si lo hicieron a propósito?
─Seamos positivos, ¿vale?─ dijo Kat con la voz de una profesora de jardín de infancia.─ Pretendamos que todos vamos a sobrevivir a esto.
Kish sonrió.
─Estoy con Kat. Me gusta su plan. Mucho.
Después de fulminarlo con la mirada. Sin dio una palmada para obtener la atención todos.
─De acuerdo, niños. Vamos a una fiesta donde no nos quieren demasiado. ¿Cada uno sabe lo que tiene que hacer?
─Ni una pista.─ anunció Kish felizmente.─ Pero creo con toda seguridad que la muerte y el desmembramiento están en mi pronóstico, seguido por llovizna de intestinos y pieles desolladas.
─Demasiado para el Señor Positivo, ¿huh?─ se rió Damien.
─Veremos cómo te ríes cuando lancen tu culo a la luz del día.
─Creo que puedo apañármelas.─ Damien dio un paso adelante, pero Sin lo detuvo.
─Tienes que quedarte fuera de esto.
Damien lo fulminó con la mirada.
─Y una mierda.
─No,─ dijo Sin, con tono decidido.─ Kish tiene razón. Es de día y yo no estoy dispuesto a tomar a correr ese riesgo. Todavía, Damien no se rendía.
─Estaremos bajo tierra.
─Y estaremos volando agujeros en las paredes. Si alguien golpea el lugar correcto, luz del sol y Damien muerto.
Apareció un tic en la mandíbula de Damien, pero al final lo aceptó.
─Bien. Pero recuerda cuando te golpeen en culo, que yo intenté salvarlo. Sin le dio una palmada en la espalda antes de inspeccionar a cada miembro de su
equipo.
─Desearía poder pensar en algo inspirador que deciros a todos. Algún gran discurso con el que enviaros al combate, pero cuando miro alrededor—
─Todo lo que yo veo son personas que van a morir.
Kat se rió.
─Muy bonito. Pero si tenemos que averiguarlo, llevémonos a tantos de ellos como podamos.─ ella se movió al lado de Harry y tomó su mano en las de ella.─ No estás solo, bebé.
Él apretó su mano.
─Gracias a todos por estar aquí. La humanidad puede que no sepan de vosotros, pero sé que están agradecidos. Ahora vayamos a patear culos de demonios.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
CAPÍTULO 19
Una cosa era planear un ataque, pero otro asunto completamente diferente llevarlo a cabo. Kat los detuvo antes de que pudieran salir y dirigirse hacia la cámara donde estaba la tumba.
—Haré un rápido. Veamos si saben que se ha roto el sello y nos esperan. Harry levantó la mano por un minuto. Se la quedó mirando con cada parte de su corazón en los ojos, brillando allí para que ella lo viera.
—No permitas que te hieran.
Kat sonrió juguetonamente.
—Sigue pensando de esa manera y voy a pensar que realmente me quieres.
—Te amo, Katra, y no quiero enterrarte.
Ella sabía exactamente cuan difícil era para él decir esas palabras. El hecho de que las dijese ante ellos como testigos… Nada la había tocado más.
—No te preocupes, volveré para atormentarte antes de que puedas extrañarte.
—Mejor que lo hagas. Sin ti, quizás realmente me las arregle para cultivar un ego— Puede que los dioses lo prohíban—él la besó rápidamente, después la envió fuera.
Kat cambió a su forma de sombra para flotar a través de las zigzagueantes cavernas sin ser vista ni oída. Donde quiera que fuera, no parecía haber mucha actividad. Los demonios no parecían estar reuniendo sus fuerzas.
—¿Cuándo empezaremos a rodear a los humanos?
Ella se congeló ante el sonido de una aguda voz femenina que venía de una sala justo encima de ella.
Se aproximó a esta cuidadosamente, entonces se giró para encontrarse a una mujer y a Kessar recostados ante el fuego.
—Al final de la semana,—dijo Kessar.—No hay necesidad de tenerlos allí demasiado pronto. Odio escucharlos gemir y llorar. Berreando como patéticas criaturas. Ella sintió un ligero mareo. Él no tenía idea de que el sello estaba roto….Oh esto era bueno. Finalmente algo de suerte para ellos. Sonriendo, dio un paso atrás.
Y chocó contra algo sólido.
El corazón de Kat dejó de latir cuando se estiró y tocó un brazo. Por favor se uno de nosotros, por favor se uno de nosotros…ella se volvió lentamente, esperando encontrar a Xypher o a uno de los otros.
No lo era.
Era un alto demonio macho que la miraba igual que al pavo asado en un bufet el Día de Acción de Gracias. Él no debería ser capaz de verla, y de algún modo lo hacía.
—¡Kessar! Tenemos un espía entre nosotros.—él se estiró a por ella.
Kat se desvaneció instantáneamente y regresó con Harry y los otros.
—Houston, tenemos un problema. Me descubrió un demonio y está pidiendo ayuda. Harry maldijo.
—Pero,—añadió rápidamente,—las buenas noticias son, que no saben que el tiempo se redujo.
Deimos encontró la mirada de Harry.
—Con algo de suerte, pensarán que Kat estaba sola.
Harry asintió.
—Necesitamos...
Tenemos que separarnos para evitar que descubran cuantos estamos aquí.—él se volvió a su sirviente.—Kish, quédate con Simi y Xirena y seguidnos a Kat y a mí. Nos dirigiremos a la tumba para detener el reloj.
—Nosotros desviaremos a los demonios.—dijo Deimos.—Y armaremos toda clase de infierno.
—Gracias.
Deimos inclinó la cabeza ante Harry.
—¿Estamos todos listos?—él miró alrededor a sus hermanos quienes parecían gozar ante la inminente lucha. Dejando escapar un sangriento grito de guerra, él y el resto de los Dolophoni corrieron a través de las cavernas.
Gracias a los dioses que no estaban sobre la cima de una montaña de nieve con todo ese ruido. Seguro que habría habido una avalancha.
M´Adoc se puso un dedo en el oído y esperó hasta que se desvanecieron.
—Odio sus dramáticos…y decibelios niveles.
Entonces él, D´Alerian y M´Ordant se dirigieron tras ellos a un paso mucho más tranquilo.
Kat miró a su alrededor.
—¿Dónde está Xypher?
—Él fue a vigilarte.
—No lo ví.
—Eso es por que estaba haciendo mi propio recorrido.
Ellos se volvieron para verlo pálido.
—¿A dónde fuiste?—preguntó Harry.
—Zakar. Sé por que el reloj está en marcha y no va a gustarte lo más mínimo. Le empotraron la cerradura en el pecho.
—Harry se sintió enfermo ante las noticias.
—Estás bromeando.
Él negó con la cabeza.
—Supongo que algún hechizo hizo que el reloj funcionara—
—Causando que se acelerara. Zakar es parte demonio y parte dios. La combinación debió haber causado eso.
Xypher asintió.
Kat se encogió ante el pensamiento del pobre Zakar y el dolor que debía estar pasando.
—¿Podemos sacar la cerradura?
—Puedes verlo, pero no lo creo.
La cara de Harry estaba dura, fría y furiosa.
—Kessar me está cobrando la muerte de su hermano.
—No,—dijo Xypher, su voz espesa,—él le está cobrando a Zakar el ayudarme. Sangriento bastardo.
Kat puso su mano en el brazo de Harry para consolarlo incluso cuando sabía por lo que estaba pasando. ¿Cómo podía un simple toque aliviar el dolor que el debía sentir?
—Llévanos a él.—dijo él furioso.
Xypher lo hizo.
Harry se sintió palidecer cuando vio a su hermano sobre sus rodillas cerca de la tumba que retenía a los Dimme. Vestido solo con un par de jeans, Zakar estaba desplomado contra la piedra con sus manos encadenadas aparte.
Él corrió al lado de su hermano.
—¿Zakar?
La cara de Zakar estaba contorsionada por el dolor cuando se encontró con la mirada de Harry. Una compasiva agonía atravesó a Harry. Había dado cualquier cosa para ahorrarle esto a su hermano.
—¿Te das cuenta de lo que han hecho?—preguntó Zakar.
—Sí.
Una cosa era planear un ataque, pero otro asunto completamente diferente llevarlo a cabo. Kat los detuvo antes de que pudieran salir y dirigirse hacia la cámara donde estaba la tumba.
—Haré un rápido. Veamos si saben que se ha roto el sello y nos esperan. Harry levantó la mano por un minuto. Se la quedó mirando con cada parte de su corazón en los ojos, brillando allí para que ella lo viera.
—No permitas que te hieran.
Kat sonrió juguetonamente.
—Sigue pensando de esa manera y voy a pensar que realmente me quieres.
—Te amo, Katra, y no quiero enterrarte.
Ella sabía exactamente cuan difícil era para él decir esas palabras. El hecho de que las dijese ante ellos como testigos… Nada la había tocado más.
—No te preocupes, volveré para atormentarte antes de que puedas extrañarte.
—Mejor que lo hagas. Sin ti, quizás realmente me las arregle para cultivar un ego— Puede que los dioses lo prohíban—él la besó rápidamente, después la envió fuera.
Kat cambió a su forma de sombra para flotar a través de las zigzagueantes cavernas sin ser vista ni oída. Donde quiera que fuera, no parecía haber mucha actividad. Los demonios no parecían estar reuniendo sus fuerzas.
—¿Cuándo empezaremos a rodear a los humanos?
Ella se congeló ante el sonido de una aguda voz femenina que venía de una sala justo encima de ella.
Se aproximó a esta cuidadosamente, entonces se giró para encontrarse a una mujer y a Kessar recostados ante el fuego.
—Al final de la semana,—dijo Kessar.—No hay necesidad de tenerlos allí demasiado pronto. Odio escucharlos gemir y llorar. Berreando como patéticas criaturas. Ella sintió un ligero mareo. Él no tenía idea de que el sello estaba roto….Oh esto era bueno. Finalmente algo de suerte para ellos. Sonriendo, dio un paso atrás.
Y chocó contra algo sólido.
El corazón de Kat dejó de latir cuando se estiró y tocó un brazo. Por favor se uno de nosotros, por favor se uno de nosotros…ella se volvió lentamente, esperando encontrar a Xypher o a uno de los otros.
No lo era.
Era un alto demonio macho que la miraba igual que al pavo asado en un bufet el Día de Acción de Gracias. Él no debería ser capaz de verla, y de algún modo lo hacía.
—¡Kessar! Tenemos un espía entre nosotros.—él se estiró a por ella.
Kat se desvaneció instantáneamente y regresó con Harry y los otros.
—Houston, tenemos un problema. Me descubrió un demonio y está pidiendo ayuda. Harry maldijo.
—Pero,—añadió rápidamente,—las buenas noticias son, que no saben que el tiempo se redujo.
Deimos encontró la mirada de Harry.
—Con algo de suerte, pensarán que Kat estaba sola.
Harry asintió.
—Necesitamos...
Tenemos que separarnos para evitar que descubran cuantos estamos aquí.—él se volvió a su sirviente.—Kish, quédate con Simi y Xirena y seguidnos a Kat y a mí. Nos dirigiremos a la tumba para detener el reloj.
—Nosotros desviaremos a los demonios.—dijo Deimos.—Y armaremos toda clase de infierno.
—Gracias.
Deimos inclinó la cabeza ante Harry.
—¿Estamos todos listos?—él miró alrededor a sus hermanos quienes parecían gozar ante la inminente lucha. Dejando escapar un sangriento grito de guerra, él y el resto de los Dolophoni corrieron a través de las cavernas.
Gracias a los dioses que no estaban sobre la cima de una montaña de nieve con todo ese ruido. Seguro que habría habido una avalancha.
M´Adoc se puso un dedo en el oído y esperó hasta que se desvanecieron.
—Odio sus dramáticos…y decibelios niveles.
Entonces él, D´Alerian y M´Ordant se dirigieron tras ellos a un paso mucho más tranquilo.
Kat miró a su alrededor.
—¿Dónde está Xypher?
—Él fue a vigilarte.
—No lo ví.
—Eso es por que estaba haciendo mi propio recorrido.
Ellos se volvieron para verlo pálido.
—¿A dónde fuiste?—preguntó Harry.
—Zakar. Sé por que el reloj está en marcha y no va a gustarte lo más mínimo. Le empotraron la cerradura en el pecho.
—Harry se sintió enfermo ante las noticias.
—Estás bromeando.
Él negó con la cabeza.
—Supongo que algún hechizo hizo que el reloj funcionara—
—Causando que se acelerara. Zakar es parte demonio y parte dios. La combinación debió haber causado eso.
Xypher asintió.
Kat se encogió ante el pensamiento del pobre Zakar y el dolor que debía estar pasando.
—¿Podemos sacar la cerradura?
—Puedes verlo, pero no lo creo.
La cara de Harry estaba dura, fría y furiosa.
—Kessar me está cobrando la muerte de su hermano.
—No,—dijo Xypher, su voz espesa,—él le está cobrando a Zakar el ayudarme. Sangriento bastardo.
Kat puso su mano en el brazo de Harry para consolarlo incluso cuando sabía por lo que estaba pasando. ¿Cómo podía un simple toque aliviar el dolor que el debía sentir?
—Llévanos a él.—dijo él furioso.
Xypher lo hizo.
Harry se sintió palidecer cuando vio a su hermano sobre sus rodillas cerca de la tumba que retenía a los Dimme. Vestido solo con un par de jeans, Zakar estaba desplomado contra la piedra con sus manos encadenadas aparte.
Él corrió al lado de su hermano.
—¿Zakar?
La cara de Zakar estaba contorsionada por el dolor cuando se encontró con la mirada de Harry. Una compasiva agonía atravesó a Harry. Había dado cualquier cosa para ahorrarle esto a su hermano.
—¿Te das cuenta de lo que han hecho?—preguntó Zakar.
—Sí.
issadanger
Re: EL DIABLO TAMBIEN PUEDE LLORAR - HARRY Y KATRA
Capitulo 19 Parte 2
Los ojos dorados de Zakar se enterraron en los de él.
—Entonces mátame y para esto.
—No vale la pena salvarme. Acaba con mi sufrimiento.
—No.
Costándole respirar, Zakar miró a Kat.
—Díselo, Katra. No tenemos tiempo para discutir. Los demonios están listos para combatir a los otros y ellos estarán aquí en breve. Puedo oírlos. Dile que me mate y detenga su liberación.
Kat vaciló. ¿Cómo podía decirle a Harry que asesinara a su propio hermano gemelo? Esa sería la peor clase de crueldad—lo cual no dudaba que fuese el plan de Kessar. Esto mataría a Harry de dolor. Fuera de todos los poderes que ella tenía, porqué no tenía una para detener el… Kat se detuvo cuando una idea
Kat se detuvo cuando la golpeó una idea.
—Espera. Tengo un plan.
Ella fue hacia Zakar para estudiar como estaba empotrada la cerradura en su pecho. La visión de aquello hizo que se encogiera. Kessar lo había hecho tan dolorosamente como era posible. Forzándose a tragarse la bilis, se encontró con la esperanzada mirada de Harry.
—Simi puede sacar la cerradura y yo puedo curar instantáneamente la herida.
—¿Estás segura?
Ella asintió.
—Absolutamente.
Harry cogió la cabeza de Zakar entre sus manos.
—Creo en ti, Hermano. Quédate conmigo y saldremos de esta.
Los ojos de Zakar estaban llenos de esperanza cuando Simi se movió hacia él. Ella liberó la cadena a sus espaldas.
—Esto va a lastimarte mucho. Lo siento,—entonces tiró de ello hasta liberarlo.
Zakar dejó escapar un desgarrador grito antes de desmayarse, en los brazos de Harry. La sangre manaba de su boca y espalda.
Doliéndose por ambos, Kat tomó a Zakar de Harryy lo dejó deslizarse contra ella.
—Lo tengo. Ve a poner a cero el reloj.
Tan pronto como Harry se estiró a por esto, ella puso su mano sobre la espalda de Zakar y cerró los ojos para curarle. No debía tomarle demasiado tiempo revivirlo o sería demasiado tarde.
Antes de que Harry pudiese insertar la Vara, el reloj voló de sus manos.
Kat maldijo cuando se dio cuenta que sus poderes no estaban funcionando. Zakar no estaba sanando.
Una sensación de temor la consumió. No podía ser cierto.
Y en ese instante, supo que había sucedido. Kessar.
Volviéndose, o vio de pie en la entrada con el reloj en sus manos.
—Realmente no crees que ibas a poder ganar tan fácil, ¿verdad? ¿Que hayas enviado a tus conspiradores a atacar mis demonios y que no hubiese sabido donde encontrarte? Que vergüenza.
Harry corrió hacia él, pero Kessar lo derribó contra el suelo sin siquiera tocarle. Hizo lo mismo cuando Xypher intentó atacarle.
—Tengo la Tabla del Destino y vosotros no tenéis poderes.
—Y una mierda.—gruñó Xypher.—Yo te la robé.
Él sacó un medallón de su bolsillo.
Kessar se rió cuando levantó el brazo para mostrar un pequeño medallón idéntico colgando de su puño.
—¿Realmente crees que soy tan estúpido? Si realmente me lo hubieses robado, te habría perseguido por todos los vestíbulos del Olimpo para recuperarlo. Como dije, ahora no tenéis poder.
Xirena bufó.
—Yo tengo el mío.
—Y la Simi tienes los suyos.
Pero antes de que ellas pudieran si quiera moverse hacia él, Kessar retrocedió y las encerró en la habitación. El sonido de piedra contra piedra al arrastrarse los rodeó y los encerró con un resonante estruendo. Kat corrió hacia la puerta, pero era un fragmento de una sólida losa de piedra que se necesitaría de un elefante para poder moverla. Y no se movía. ¡Maldición!
Kat dejó escapar un disgustado suspiro.
—No puedo creerlo. Estamos atrapados aquí, con los Dimme, mientras la cerradura esta del otro lado.—ella se volvió hacia Harry.—¿Cuánto transcurrirá hasta que recuperemos nuestros poderes?
Harry se veía tan enfermo como se sentía ella.
—Unas cuantas horas de acuerdo a la última vez.
—Maravilloso.—dijo ella con sarcasmo.—¿Y cuanto tenemos hasta que las putas
despierten?
—Menos de dos.
Ella imitó la voz del Sr. Rogers.
—¿Podeis decir jodidos, chicos y chicas? Sí, creo que podeis.
Harry la ignoró como él fue al lado del Zakar. Un músculo pulsó en su mandíbula cuando tiró de su hermano hacia él y lo sostuvo calladamente en la oscuridad. Kat quería llorar por él. Con el corazón dolido, se movió para quedarse a su lado y le rodeó tiernamente los hombros.
—Lo siento, Harry. No sabía que esto se volvería de esta manera.
—Lo sé.
Pero eso no cambiaba nada. Zakar todavía estaba muerto y ellos estaban atrapados.
Kat se dejó caer de rodillas para sostenerlo mientras él sostenía a su hermano.
—¿Akra—Kat?
Ella se volvió a la llamada de Simi.
—¿Sí, duzura?
—La Simi va a ir a hacer que akri venga y esto se ponga mejor.
Como desearía que eso fuese tan fácil. Pero su padre estaba tan atrapado como lo estaban ellos.
—Yo ya lo he intentado.
Kish estudió a Simi por un minuto.
—¿Por qué no enviamos a las Demonios ahí fuera para que recuperen la Vara y nos a traigan?
—Ellas no pueden luchar solas contra el número de demonios de fuera.—dijo Xypher.—Son dos contra doscientos. Sería una matanza.
—Voy a traer a akri.—Simi se desvaneció.
Harry no había dicho ni una palabra. El solo sostenía a su hermano y se veía como si también le hubiesen arrancado el corazón.
—No entiendo tu mal humor.
Joe puso los ojos en blanco cuando se paró frente al sofá de Artemisa mientras ella o fulminaba con la mirada.
—No estoy de mal humor, Artie. Solo estoy jodido siempre que andas cerca. Eso no es nada nuevo para ti.
Antes de que ella pudiera responder, apareció Simi.
Artemisa frunció el labio.
—Oh saca eso de mi templo antes de que moje la alfombra.
—Tú no tienes alfombras,—le recordó Joe, aburrido por su ataque contra Simi.
—El suelo entonces.
Simi le siseó a Artemisa.
Joe ignoró a la diosa y se volvió a Simi.
—Hey, bebé, ¿Qué necesitas?
—Akra-Kat está en problemas, akri. Esos demonios la han cogido y ella no tiene poderes. Ellos van a dejar que los que son realmente demonios se la coman.
Artemisa se levantó y se acercó, su cara pálida.
—¿Qué quieres decir con que ella no tiene poderes?
—Ellos cogieron ese medallón que succiona los poderes de un dios y lo usaron con Akra—Kat. Ahora ellos van a matarla.
Antes de que Joe pudiera moverse, Artemisa se desvaneció. Un instante después, reapareció.
—Quizás debas venir conmigo.
—¿Tú crees?—Harry la abriría en canal. Pero Joe necesitaba confirmación verbal de Artemisa antes de poder actuar.—¿Me estás liberando de mi promesa?
—¡Sí, ahora ayúdame a proteger a mi hija!
Kat levantó la Mirada cuando una sombra cayó sobre ella. Su corazón se detuvo cuando vio a Joseph.
—Estás aquí.
Usando el pulgar, él indicó a Artemisa sobre su hombro.
—Nada igual que una osa preocupada por un cachorro.
Él frunció el ceño al ver a Zakar en brazos de Harry.
Harry dejó a su hermano en el suelo cuando vio a Joe y Artemisa, pero para su crédito, no atacó a la diosa.
—¿Qué sucedió?—preguntó Joe.
Kat tragó antes de hablar.
—Kessar lo mató. Yo iba a curarle, pero mis poderes se han ido.
Joe se encontró con la agónica mirada de Sin.
—No te preocupes, Harry. Ya has perdido bastante. No voy a ver que te suceda otra vez.
Arrodillándose en el suelo al lado del cuerpo, Joe puso la mano sobre el pecho de Zakar. Dos latidos después, Zakar jadeó mientras se incorporaba. Convulsionándose, tosiendo.
El alivio en la cara de Sin era palpable.
—Gracias, Joseph.
Joe inclinó la cabeza antes de echar una ojeada al resto de la caverna.
—¿Puedes detener a los Dimme?—preguntó Kat esperanzada.
Joe se rascó un lado de la cara mientras lo consideraba.
—Yo no controlo la Vara. No es Atlante. Solo Harry o Zakar pueden detenerlos. Harry ayudó a su hermano a ponerse de pie. Zakar parecía tener algo de problema al respirar, pero estaba vivo y eso era todo lo que importaba. Y con cada respiración que daba, parecía ponerse más fuerte.
Harry encontró la mirada de Joe.
—Nosotros necesitamos nuestros poderes.
Joe se volvió a Artemisa.
Ella se quedó mirando a los hombres pálida.
—¿Qué?
La irritación de Joe con ella era más que aparente.
—Kat es un Shifon. Aún débil, puede tomar los poderes. Uno de nosotros va a tener que compartirlos con ella y el otro tendrá que quitarle la Tabla a Kessar y volver aquí con ella.
Artemisa arrugó la cara.
Los ojos dorados de Zakar se enterraron en los de él.
—Entonces mátame y para esto.
—No vale la pena salvarme. Acaba con mi sufrimiento.
—No.
Costándole respirar, Zakar miró a Kat.
—Díselo, Katra. No tenemos tiempo para discutir. Los demonios están listos para combatir a los otros y ellos estarán aquí en breve. Puedo oírlos. Dile que me mate y detenga su liberación.
Kat vaciló. ¿Cómo podía decirle a Harry que asesinara a su propio hermano gemelo? Esa sería la peor clase de crueldad—lo cual no dudaba que fuese el plan de Kessar. Esto mataría a Harry de dolor. Fuera de todos los poderes que ella tenía, porqué no tenía una para detener el… Kat se detuvo cuando una idea
Kat se detuvo cuando la golpeó una idea.
—Espera. Tengo un plan.
Ella fue hacia Zakar para estudiar como estaba empotrada la cerradura en su pecho. La visión de aquello hizo que se encogiera. Kessar lo había hecho tan dolorosamente como era posible. Forzándose a tragarse la bilis, se encontró con la esperanzada mirada de Harry.
—Simi puede sacar la cerradura y yo puedo curar instantáneamente la herida.
—¿Estás segura?
Ella asintió.
—Absolutamente.
Harry cogió la cabeza de Zakar entre sus manos.
—Creo en ti, Hermano. Quédate conmigo y saldremos de esta.
Los ojos de Zakar estaban llenos de esperanza cuando Simi se movió hacia él. Ella liberó la cadena a sus espaldas.
—Esto va a lastimarte mucho. Lo siento,—entonces tiró de ello hasta liberarlo.
Zakar dejó escapar un desgarrador grito antes de desmayarse, en los brazos de Harry. La sangre manaba de su boca y espalda.
Doliéndose por ambos, Kat tomó a Zakar de Harryy lo dejó deslizarse contra ella.
—Lo tengo. Ve a poner a cero el reloj.
Tan pronto como Harry se estiró a por esto, ella puso su mano sobre la espalda de Zakar y cerró los ojos para curarle. No debía tomarle demasiado tiempo revivirlo o sería demasiado tarde.
Antes de que Harry pudiese insertar la Vara, el reloj voló de sus manos.
Kat maldijo cuando se dio cuenta que sus poderes no estaban funcionando. Zakar no estaba sanando.
Una sensación de temor la consumió. No podía ser cierto.
Y en ese instante, supo que había sucedido. Kessar.
Volviéndose, o vio de pie en la entrada con el reloj en sus manos.
—Realmente no crees que ibas a poder ganar tan fácil, ¿verdad? ¿Que hayas enviado a tus conspiradores a atacar mis demonios y que no hubiese sabido donde encontrarte? Que vergüenza.
Harry corrió hacia él, pero Kessar lo derribó contra el suelo sin siquiera tocarle. Hizo lo mismo cuando Xypher intentó atacarle.
—Tengo la Tabla del Destino y vosotros no tenéis poderes.
—Y una mierda.—gruñó Xypher.—Yo te la robé.
Él sacó un medallón de su bolsillo.
Kessar se rió cuando levantó el brazo para mostrar un pequeño medallón idéntico colgando de su puño.
—¿Realmente crees que soy tan estúpido? Si realmente me lo hubieses robado, te habría perseguido por todos los vestíbulos del Olimpo para recuperarlo. Como dije, ahora no tenéis poder.
Xirena bufó.
—Yo tengo el mío.
—Y la Simi tienes los suyos.
Pero antes de que ellas pudieran si quiera moverse hacia él, Kessar retrocedió y las encerró en la habitación. El sonido de piedra contra piedra al arrastrarse los rodeó y los encerró con un resonante estruendo. Kat corrió hacia la puerta, pero era un fragmento de una sólida losa de piedra que se necesitaría de un elefante para poder moverla. Y no se movía. ¡Maldición!
Kat dejó escapar un disgustado suspiro.
—No puedo creerlo. Estamos atrapados aquí, con los Dimme, mientras la cerradura esta del otro lado.—ella se volvió hacia Harry.—¿Cuánto transcurrirá hasta que recuperemos nuestros poderes?
Harry se veía tan enfermo como se sentía ella.
—Unas cuantas horas de acuerdo a la última vez.
—Maravilloso.—dijo ella con sarcasmo.—¿Y cuanto tenemos hasta que las putas
despierten?
—Menos de dos.
Ella imitó la voz del Sr. Rogers.
—¿Podeis decir jodidos, chicos y chicas? Sí, creo que podeis.
Harry la ignoró como él fue al lado del Zakar. Un músculo pulsó en su mandíbula cuando tiró de su hermano hacia él y lo sostuvo calladamente en la oscuridad. Kat quería llorar por él. Con el corazón dolido, se movió para quedarse a su lado y le rodeó tiernamente los hombros.
—Lo siento, Harry. No sabía que esto se volvería de esta manera.
—Lo sé.
Pero eso no cambiaba nada. Zakar todavía estaba muerto y ellos estaban atrapados.
Kat se dejó caer de rodillas para sostenerlo mientras él sostenía a su hermano.
—¿Akra—Kat?
Ella se volvió a la llamada de Simi.
—¿Sí, duzura?
—La Simi va a ir a hacer que akri venga y esto se ponga mejor.
Como desearía que eso fuese tan fácil. Pero su padre estaba tan atrapado como lo estaban ellos.
—Yo ya lo he intentado.
Kish estudió a Simi por un minuto.
—¿Por qué no enviamos a las Demonios ahí fuera para que recuperen la Vara y nos a traigan?
—Ellas no pueden luchar solas contra el número de demonios de fuera.—dijo Xypher.—Son dos contra doscientos. Sería una matanza.
—Voy a traer a akri.—Simi se desvaneció.
Harry no había dicho ni una palabra. El solo sostenía a su hermano y se veía como si también le hubiesen arrancado el corazón.
—No entiendo tu mal humor.
Joe puso los ojos en blanco cuando se paró frente al sofá de Artemisa mientras ella o fulminaba con la mirada.
—No estoy de mal humor, Artie. Solo estoy jodido siempre que andas cerca. Eso no es nada nuevo para ti.
Antes de que ella pudiera responder, apareció Simi.
Artemisa frunció el labio.
—Oh saca eso de mi templo antes de que moje la alfombra.
—Tú no tienes alfombras,—le recordó Joe, aburrido por su ataque contra Simi.
—El suelo entonces.
Simi le siseó a Artemisa.
Joe ignoró a la diosa y se volvió a Simi.
—Hey, bebé, ¿Qué necesitas?
—Akra-Kat está en problemas, akri. Esos demonios la han cogido y ella no tiene poderes. Ellos van a dejar que los que son realmente demonios se la coman.
Artemisa se levantó y se acercó, su cara pálida.
—¿Qué quieres decir con que ella no tiene poderes?
—Ellos cogieron ese medallón que succiona los poderes de un dios y lo usaron con Akra—Kat. Ahora ellos van a matarla.
Antes de que Joe pudiera moverse, Artemisa se desvaneció. Un instante después, reapareció.
—Quizás debas venir conmigo.
—¿Tú crees?—Harry la abriría en canal. Pero Joe necesitaba confirmación verbal de Artemisa antes de poder actuar.—¿Me estás liberando de mi promesa?
—¡Sí, ahora ayúdame a proteger a mi hija!
Kat levantó la Mirada cuando una sombra cayó sobre ella. Su corazón se detuvo cuando vio a Joseph.
—Estás aquí.
Usando el pulgar, él indicó a Artemisa sobre su hombro.
—Nada igual que una osa preocupada por un cachorro.
Él frunció el ceño al ver a Zakar en brazos de Harry.
Harry dejó a su hermano en el suelo cuando vio a Joe y Artemisa, pero para su crédito, no atacó a la diosa.
—¿Qué sucedió?—preguntó Joe.
Kat tragó antes de hablar.
—Kessar lo mató. Yo iba a curarle, pero mis poderes se han ido.
Joe se encontró con la agónica mirada de Sin.
—No te preocupes, Harry. Ya has perdido bastante. No voy a ver que te suceda otra vez.
Arrodillándose en el suelo al lado del cuerpo, Joe puso la mano sobre el pecho de Zakar. Dos latidos después, Zakar jadeó mientras se incorporaba. Convulsionándose, tosiendo.
El alivio en la cara de Sin era palpable.
—Gracias, Joseph.
Joe inclinó la cabeza antes de echar una ojeada al resto de la caverna.
—¿Puedes detener a los Dimme?—preguntó Kat esperanzada.
Joe se rascó un lado de la cara mientras lo consideraba.
—Yo no controlo la Vara. No es Atlante. Solo Harry o Zakar pueden detenerlos. Harry ayudó a su hermano a ponerse de pie. Zakar parecía tener algo de problema al respirar, pero estaba vivo y eso era todo lo que importaba. Y con cada respiración que daba, parecía ponerse más fuerte.
Harry encontró la mirada de Joe.
—Nosotros necesitamos nuestros poderes.
Joe se volvió a Artemisa.
Ella se quedó mirando a los hombres pálida.
—¿Qué?
La irritación de Joe con ella era más que aparente.
—Kat es un Shifon. Aún débil, puede tomar los poderes. Uno de nosotros va a tener que compartirlos con ella y el otro tendrá que quitarle la Tabla a Kessar y volver aquí con ella.
Artemisa arrugó la cara.
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