Fly Me To The Top [HS]

Capítulo 37

Un rato después, llegaron Harry y Louis.

—¡Uy, que humor eh! —dijo Louis al ver las caras largas de todos.

—Ven, Louis. No es un buen momento para ellos —le dije y lo llevé al otro cuarto en el cual estábamos Lenna, Alison, Michelle, Liam y yo. Harry se quedó atrás.

—Hola, chicos —saludó en general Louis con su sonrisa de siempre.

—Hola —contestaron. Louis se acercó a saludar a las chicas pero cuando vio que Michelle estaba con nosotras su sonrisa desapareció.

—Hola Louis —dijo Michelle feliz de verlo de nuevo.

—Hola Paola, ¿y tu noviecito no vino? —dijo y todos lo miramos extrañados.

Michelle recordó que la última vez que lo vio olvidó mencionarle que eran gemelas, que ella era Michelle y se había hecho pasar por Paola para poder salir con él.

—Louis, ¿podemos hablar afuera?—le dijo y lo jaló del brazo para salir del cuarto —Louis, necesito explicarte algo.

—No me interesa escuchar. Creí que había sido especial esa noche, para mi significó mucho, pero para ti, ya veo que solo fue una noche mas…esta bien, tienes que seguir con tu vida y yo con la mía…lo entiendo

—No, Louis, no es así.

—Vamos, no tienes que sentirte mal, ni pedir perdón…

—Louis, yo no soy Paola.

—No lo hagas…no es necesario en verdad…

—Me llamo Michelle, somos gemelas.

—Pao, no es necesario que intentes hacer eso. No pierdas tu orgullo, por mí no hay problema.

—Louis escúchame… Somos gemelas. A la que viste en París fue a Paola con no se quien, pero esta soy yo, Michelle. Con la que bailaste fui yo, la que te enseñó a diferenciar entre Ant & Dec.

—Paola, o Michelle como te llames, déjalo así, ya no importa, y gracias por decirme quien es quien. —Louis regresó al cuarto con nosotros, Paola entro después. Ella no podía dejar de verlo pero él no le dirigió ni una sola mirada. Unos minutos después Harry nos alcanzó. Estaba atendiendo una llamada importante de Londres, pero después se incorporó a nuestra plática, mientras Niall y Zayn seguían deprimidos y tirados en los sillones de la sala.
Al día siguiente, el clima en casa no era nada bueno. Todos estaban molestos o enojados o deprimidos. Las únicas “normales” éramos Alison y yo. Lenna seguía con sus cambios de humor que a veces ni Liam soportaba. Pero nuestra pequeña paz, terminó.

Por la tarde Harry, me pidió que saliéramos a tomar un café porque necesitaba hablar conmigo. Esa tarde me arreglé más de lo normal. Sabía que el beso que le di lo había hecho cambiar, salí con las expectativas bastante altas del departamento. Harry pasó por mí y caminamos a una cafetería. ¿Qué mejor que una cafetería típica de Irlanda para una declaración de amor?

—Alex, necesito decirte algo muy importante.

—¿Sí, Harry?

—Mira, aquel beso me hizo cambiar mi forma de ver la vida.

Por Dios, aquí viene.

—Ah, ¿sí? —dije fingiendo desinterés.

—Sí, me di cuenta de que Emma solo es un fantasma, un sueño que tuve hace mucho y es hora de seguir adelante con mi vida, olvidarme de ella porque no la conocí y nunca lo haré. Es hora de darle vuelta a la página.

—Muy bien, Harry, es bueno que empieces a ver así la vida.

—Pues sí. Entonces, decidí que era hora de abrir mi corazón para alguien más. Era momento de ver mi realidad porque ella siempre había estado ahí, sólo que no la vi por estar aferrado a un sueño.

—¿De verdad?

—Sí. Ella ha sido mi mejor amiga, un soporte inmenso. Yo he estado cerca de ella todo este tiempo, solo que por los motivos equivocados. Ahora me di cuenta de lo hermosa que es y de que puedo llegar a amarla pero no como amiga, sino como algo más.

Yo no podía decir nada, estaba a la expectativa. Solo sonreía. Estaba ansiosa por que pronunciara esas palabras que había estado esperando por tanto.

—Alex…

—¿Sí, Harry?

—Conocí a alguien, en Londres —Tranquila Alex, a ti también te conoció en Londres —Y creo que estoy enamorado de ella. Se llama Yeri y es como la mano derecha de Paul. Ella siempre estuvo ahí, dándonos su apoyo y ahora me doy cuenta de que hay algo más entre los dos. Bueno, ella también sabe, porque ya somos novios.

Capítulo 38

Mi sonrisa se borró completamente. No podía creer lo que Harry me decía. ¿Enamorado de una chava del staff y ya le había pedido que fuera su novia? ¿Y yo en dónde quedaba?

—Alex, tu has sido muy importante para mi. Gracias a ti logré superar a Emma y ahora estoy con alguien más. No sé cómo podría pagarte eso.

—No, no. Déjalo. Para éso están las amigas, ¿no?

—Sí, y gracias por estar ahí cuando te llamaba en las madrugadas, cuando evité que volaras porque necesitaba una terapia. Gracias, Alex.

—No te preocupes Harry, aquí estoy —dije. Jamás había sonado tan falsa ni tan rara. Harry tenía una hermosa sonrisa en su cara y yo sentía que me derretía, era como si todo se derrumbara. Podía soportar que fuera Emma la que estuviera en su mente, era más fácil de combatir. Ahora era una desconocida. "Yeri". Hasta el nombre me revolvía el estómago.

—Harry, ¿podemos volver? —pedí.

—¿Estás bien?

—Sí, solo que olvidé que tengo que ir a la aerolínea. Necesito hacerle un favor a la señora Barlow.

—Está bien.

Harry pagó los cafés y nos regresamos. Él me iba platicando de Yeri y lo maravillosa que era, pero yo la verdad no lo iba escuchando. Quería pensar que era Emma a la que describía.

Llegamos al departamento y me metí a mi habitación. Camila estaba ahí. Le platiqué todo y ella me contó acerca de la llamada. Las dos estábamos en la miseria. La vida no podía ser más injusta. Michelle entro al cuarto y, cuando nos vio llorando a las dos, nos platicó sobre el malentendido con Louis. Ahora el club de los corazones rotos era más grande. Alison nos escuchó platicar y se metió al cuarto. Al parecer era ella la única que no sufría por amor.

—Pues yo lo único que tengo es que extraño a Jay

—Ay Shelley es un amor —dijo Michelle.

—No le digan Shelley, se oye muy raro, y feo.

—Alison, es su apellido…

—No, ustedes le pusieron así. Él es Jay.

—¡Ali, su padre le puso así! No le quedaba de otra, es Shelley de nacimiento. Jay es solo... ¿Union Jay tal vez? El nombre de su grupo...

—Sí… Por cierto, deberías conseguirnos pases a uno de sus conciertos, ¿no crees? —dijo Camila.

—¿Cuál concierto? ¿Cuál grupo? No les entiendo —dijo una confundida Alison.

—Alison —le dije —tu Jay, es un cantante famoso… Bastante famoso.

—Pues ni tanto porque ella no lo conoce —dijo Michelle riendo.

—Explíquenme…

—¿En verdad no sabes quién es?

—No, no sé y me asusta.

—¿Carry You?

—¿Union J?

—¿X Factor 2012?

—¡No! ¡No sé de qué me están hablando! —decía Alison cayendo en la desesperación.

—Es mejor que se lo preguntes a él. Solamente te puedo decir que tu Jay es un cantante famoso, con miles de fans en todo el Reino Unido y en gran parte del mundo. Seguro estaba en Roma por algún concierto.

—No, Alex, él dijo… —Alison estaba toda confundida y sin poder completar la oración salió del cuarto.

Todas nos quedamos dormidas ahí. En la noche, desperté y vi a todas dormidas. No quise molestarlas así que salí de la habitación sin hacer ruido. En el reloj de la sala eran las 12:50 am, fui a la cocina por un café. Prendí la luz y me sorprendió ver a Lenna en uno de los sillones, muy pensativa.

—¿Lenna, estás bien? —pregunté.

—Si, solo que no puedo dormir —dijo.

—¿Quieres un té? —le ofrecí.

—No, gracias. —contestó —¿Sabes qué? Mejor si, eso me calmará un poco.

—¿Qué tienes, nena?

—Nada, Alex —me contestó sin poder verme a los ojos.

—Lenna, cuéntame. Se ve que ya no puedes con el secreto. Dime, tal vez te pueda ayudar.

—Ay, Alex, no sé como decirlo. siento que es muy pronto y tengo miedo.

—Lenna, me estas empezando a asustar —le dije y le di una taza de té, mientras yo tomaba la mía de café.

—Alex, sólo abrázame —pidió. Me acerqué a ella y la abracé fuertemente. Nos quedamos ahí varios minutos. Ella estaba llorando, pero no hablaba.

Lenna me soltó, limpio sus lágrimas y me miró fijamente. Yo veía que moría de ganas de dejarlo salir, pero ella se resistía.

—Creo que ya tengo sueño, me iré a dormir —me dijo y tomó un sorbo de su té.

—¿Estás segura?

—Sí. Ya estoy mejor, gracias.

Lenna me dejó en la cocina y se metió a su recamara. Yo me quedé disfrutando de mi deliciosa taza de café.

Varios días después, llevamos a los chicos al aeropuerto de vuelta a Londres. El silencio fue mi “adiós”. Harry intentó acercarse pero yo no lo dejé. Louis ni siquiera volteo a ver Michelle y ni que decir de Camila, ella ni quiso salir de casa. Sophia se iría en ése mismo vuelo como se lo prometió a la señora Barlow. Dijimos adiós y volvimos a nuestras vidas.

El fin de semana siguiente, me levanté más temprano que nunca. Me asomé por la ventana y vi que era un día soleado. Raro para estar en Irlanda, pero hermoso para nosotras las latinas. El sol no fue lo único que vi por la ventana, Lenna iba caminando rápidamente. Traía pants, chamarra, cachucha y tenis. Me apuré y la alcancé. Me dijo que desde hace unos días había encontrado en salir a caminar por la mañana, una buena costumbre, que además la mantendría en forma. Sabía que Lenna no quería que yo lo hiciera, pero no tenia alternativa.

—Ahora sí, ¿me vas a decir qué demonios te pasa?

Capítulo 39

—Ahora sí, ¿me vas a decir qué demonios te pasa?

Lenna se detuvo. Me miró fijamente, y volteó la mirada. Caminó unos pasos y volteó de nuevo.

—Pues… —Yo no me moví, sabía que presionándola así, me diría —Estoy embarazada.

Me soltó la bomba sin decir "ahí va".

—¡¿Qué?! —pregunté, incrédula.

—Sí, estoy embarazada. Tengo 2 meses —confirmó.

—Pero, ¿por qué no lo dijiste antes?

—Alex, no estaba segura, pero ahora sí. Fui con el doctor y me lo confirmó.

—Lenna… —me acerqué y la abracé —Es de Liam, ¿cierto?

—Pues claro, ¿de quién más? —preguntó ligeramente ofendida.

—Bueno, sólo quería despejar la duda —dije antes de que se enojara más —¿Y él ya sabe?

—No…

—¿No crees que debería saberlo? —pregunté.

—Sí, pero no se como reaccionará. No sé cómo decírselo.

—Así como me lo dijiste a mí.

—Pero tú eres mi amiga…

—Y él es el padre. No tienes excusa, Lenna.

—Alex, no sé qué hacer —dijo preocupada —Por lo pronto estoy evitando que se me note, por eso las caminatas y la ropa mas holgada.

—Lenna, con éso sólo te pones en evidencia. No tienes por qué ocultarlo, es tu bebé.

—Sí, pero voy a perder mi empleo. Y si Liam no me apoya, voy a quedar en la ruina.

—No, eso jamás. Nos tienes a nosotras, en especial a mí. Yo siempre te voy a ayudar —dije tratando de consolarla.

—Muchas gracias, Alex. En serio. Pero no sé qué voy a hacer.

—Tú tranquila, ya idearemos un plan. Por lo pronto, ¿qué te parece si regresamos? Muero de hambre.

Lenna y yo regresamos a casa. Camila estaba preparando el desayuno. Yogurt con fruta era su especialidad. Mientras, Michelle veía la televisión con Alison.

—¡Ali, mira! —gritó Michelle —Jay estará pronto en Londres.

—¿Qué?

—Sí, mira —señaló con su dedo la televisión.

Michelle subió el volumen de la televisión y pudieron escuchar claramente cómo el conductor del programa matutino anunciaba las fechas de los conciertos, incluyendo una entrevista en ése programa. Alison se quedó sin palabras al ver que lo que le habíamos dicho días atrás, era verdad. Ella había seguido en contacto con él, pero nunca lo mencionó. Las cinco desayunamos tranquilamente y en silencio.

Capítulo 40

Los tres meses al fin terminaron, ya la llamada mas esperada llegó. La señora Skye nos citó para escoger nuestras residencias. Todas nos dirigimos a su hotel. Salimos del metro y caminamos varias cuadras hasta llegar a su hotel. Antes de entrar, mi atención fue robada por un puesto de revistas. Siempre habían sido mi adicción y sería bueno llevar una revista galés a mi colección. Me acerqué y escogí la revista Sugarscape. La compré y, sin leerla, la puse en mi bolsa para entrar. La señora estaba ocupada, así que, mientras esperábamos, saqué mi revista y comencé a hojearla. El contenido parecía bueno, ropa, salud, ejercicios, horóscopos y al final la sección de chismes de la farándula.

“Wow, Madonna de compras en Oxford Street” —leí. ¿Qué de extraordinario tiene eso? Seguí leyendo y debajo de la noticia de que el príncipe William estaría presente en la boda de algún otro miembro de la realeza Rusa, venia una noticia que me quitó el aliento.

"Harry Styles: El amor tocó a mi puerta"

La noticia decía que el cantante, mi amor platónico, estaba más feliz que nunca. Llevaba casi 3 meses con su nueva pareja Yeri y parecía que esta vez, el amor había llegado para quedarse.

"Mentiras" dije en voz baja.

—¿Estás bien? —me dijo Lenna.

—No, ve esto —dije dándole la revista abierta en la hoja de la noticia.

—¿Madona no compra ahí? —dijo sorprendida.

—No, Lenna. Ve más abajo, la última.

—¡Ay, por Dios! Eso no es cierto. La última vez que hablé con Liam, ayer, me dijo que Harry y Yeri peleaban a cada rato.

—¿Por qué hablas con Liam sobre Harry? —pregunté intrigada.

—Bueno, solo le pregunté… Un pequeño detalle.

—Yo tampoco creo eso —seguí sin darle importancia a la respuesta de Lenna —Yeri no es la adecuada para Harry.

—¿La conoces? —preguntó.

—No, ¡pero mírala! —señalé la foto que venía en la revista.

—Calma, sólo estas celosa —dijo Lenna riendo.

—No son celos… Harry es mi amigo.

—Ni tú te la crees, así que deja de hacerte tonta.

La verdad sí estaba celosa, y bastante. Yeri no podía ser para él. Ella sólo era una extraña, ni siquiera se veía bonita.

—Ya, mejor piensa en que cuando lleguemos a Londres podrás dormir de nuevo en tu cama.

—Lenna, no estoy tan segura de querer volver a Londres.

—¿Qué? —preguntó Lenna exaltada.

—Sí, creo que me iré a México. Quiero ver a mi madre.

—Pero, ¿no era tu sueño vivir en Londres?

—Sí, y ya lo cumplí. Viví ahí por varios meses, conocí a One Direction y cumplí con lo que Emma me pidió, saludé a Harry por ella. Creo que mi misión en Europa terminó.

—¿Estás loca?

—No, pero ahora que vi la foto, ¿a qué voy a Londres? No lo quiero ver y yo sé que me lo toparé, mientras tu estés con Liam, Lin con Zayn y alguien con Niall. Tendré que ver a Harry y no quiero hacerlo, por nada del mundo.

—Alex, dices eso sólo porque estas enojada, pero espera a que se enfríe tu mente. Así lo verás mejor —dijo Lenna tratando de convencerme.

—No, ya lo pensé. Hace mucho que no veo a mi madre. La extraño —admití.

—Te puedo apostar que te vas por mil razones antes de extrañar a tu mamá —parecía enojada.

—Tal vez tengas razón, pero no, en verdad quiero verla. Además, no me caería nada mal comer algunas tortillas.

—¡Cállate, no me vayas a provocar un antojo!

—Lo siento —le dije riendo y sobé su pequeño vientre que apenas se estaba formando.

—Quita la mano de ahí. Se ve sospechoso —me reclamó.

—Es verdad, lo siento. Ya está —me disculpé, retirando mi mano.

La señora Barlow al fin se desocupó y entramos todas juntas.

—Buenos días, chicas —nos saludó.

—Buenos días —respondimos.

—Bien, llenen estas hojas. Pongan sus datos, su número de registro, el último vuelo que atendieron y al final la ciudad donde quieren residir y listo. Yo en un rato les mando los vuelos en los que se irán.

Tomamos las hojas y comenzamos a escribir. De una por una fuimos entregándolas y salimos del hotel. En la noche, estábamos arreglando nuestras maletas, cuando llegó Camila. Venía de visitar a su mamá y aprovechó para traernos los boletos. Todos salían la mañana siguiente. Así que temprano, ahí estábamos con todas nuestras cosas, listas para emprender nuestro viaje.

—Pasajeros con destino a Londres, Barlow Airlines, Vuelo BW-457, favor de abordar por la puerta 15.

—Ése es el de nosotras —dijo Camila tratando de esconder su entusiasmo.

—¡Que emoción! Primera vez que viajo como pasajero en un avión de la compañía —dijo emocionada Michelle, lo cual nos hizo reír a todas.

—Buen viaje, chicas —les dije.

—¿Cómo que "buen viaje"? —preguntó Alison, confundida.

—Sí, buen viaje. Yo no iré con ustedes —dije algo triste. Lo que más me dolía era dejar a mis mejores amigas.

—¡¿Qué?! —preguntó Lenna sorprendida —¿Era en serio?

—¿A dónde te vas? —me dijo Camila.

—De regreso a México. Me voy a ver a mi madre —expliqué.

—De vacaciones, ¿cierto? —dijo Michelle tratando de entender lo que estaba pasando.

—No, pedí mi residencia en México. De hecho, mi vuelo no tarda en ser anunciado.

—Pasajeros con destino a La Ciudad de México, Barlow Airlines, Vuelo BW-789, favor de abordar por la puerta 3.

—Ven, ahí estoy yo…

—¡No te puedes ir! Tú… ¡Tú eras la mas emocionada en estar en Londres! —dijo Alison riendo. Al igual que todas, estaba tratando de convencerse de que lo que estaba haciendo era una broma. Nadie me creía.

—Sí, pero es hora de volver a casa. Cuídense mucho, las quiero.

Me acerqué y las abracé de una por una, y después, idea de Camila, nos dimos un abrazo grupal.

—Te vamos a extrañar… —me dijo Lenna, tratando de esconder el nudo que se formaba en su garganta.

—Y yo a ustedes, escríbeme, y me cuentas como lo tomó Liam, ¿de acuerdo?

—Claro, quiero que vengas pronto, ¡eh!

—Seguro —sonreí.

Me despedí y caminé hasta la puerta 3. Había poca gente esperando. Y las azafatas que me atenderían eran puramente mexicanas. Podía distinguir ese acento, y esa simpatía al hablar. Me presenté con una de ellas, y abordé el avión. Salí primero yo, y 15 minutos después salieron las chicas hacia Londres. A mi me tomó dieciséis horas llegar y a ellas solamente dos.