Fly Me To The Top [HS]

Capítulo 44

Tomé mi copa, y me levanté. Sentí como el alcohol me llegaba al cerebro, pero fui fuerte y me mantuve de pie, caminé unos pasos y Harry me jaló del brazo.

—Suéltame, por favor —le dije sin gritar.

—No —me contestó y me besó.

—Harry ¿Qué haces? —le dije aventándolo.

—Alex, no te puedes ir, no me puedes dejar de nuevo...

—Harry si tanto necesitas hablar ve con un psicólogo, si quieres besar a alguien, ahí esta Yeri, para eso es tu novia ¿no? ¿No habías dicho que era tu mayor soporte? ¿Qué era tu mejor amiga, eh?

—Alex, no, es que…

—Nada, Harry, adiós.

Me retiré de la mesa. Me dirigí con Lenna, que estaba platicando con la señora Barlow.

—Hola, Skye —saludé.

—Hola, Alex, ¿qué tal México?

—Muy bien, y con mucha agua, las lluvias llegaron fuertes este verano.

—Si, algo escuché… —me dijo.

—Skye ¿te puedo robar unos segundos a Lenna?

—Por supuesto. Yo iré a buscar a Camila.
—Lenna, ¡ay mi vida, qué feliz estoy por ti! —la abracé.

—¿Alex, estás ebria?

—No, no del todo, pero desearía estarlo. Hablé con Harry, ya quedó claro, me puedo ir tranquila a México.

—¿Ya te vas?

—Por lo pronto iré al departamento, quiero descansar, mañana salgo temprano, no creo que te vea de nuevo, tú te iras ahorita a Wolverhampton ¿verdad?

—Sí, nos iremos en tren, ya no puedo volar.

—Sí, es mejor que te quedes en tierra. Bueno nena, es hora de decir adiós, te quiero muchísimo… Y no olvides mandarme fotos de cuando nazca ¿de acuerdo?

—Claro, ¡te quiero aquí para el bautizo, eh!

—Está bien —reí —haré lo posible.

Le di un beso a Lenna, otro a su panza para despedirme de la pequeña Payne, y me fui. Le dije adiós con la mano a Liam, y seguí caminando hacia la salida. Me encontré a Camila y me despedí de ella. Tomé un taxi y volví a casa.

Por la mañana, salí rumbo a la Ciudad de México. Alrededor de las 4 pm, hora local, llegué a mi destino.

Le pedí a mi mamá que fuera por mí. Y le dije a Nico que lo vería hasta el día siguiente. Durante el camino a casa, no dije nada. Mi mamá iba manejando pero tampoco me preguntó.

Cuando al fin llegamos a casa, corrí a mi cuarto, mi mamá fue detrás de mí, y comencé a llorar. Le platiqué todo a mi madre. Ella no me decía nada, solo me escuchaba, que era lo que yo necesitaba.

Me repuse unos días después, cuando salí con Nico. Me olvidé de lo que pasó en Londres, porque como me dijo Alison alguna vez “Lo que pasa en Londres, en Londres se queda”. ¡Qué ironía! El dicho más famoso de Las Vegas, aplicado a la perfección miles de kilómetros de los casinos.

Ali y Lenna me seguían escribiendo. En una de las cartas, Ali me platicó como fue que "Jay" al fin le había confesado que era una estrella pop:

Capítulo 45

Cuatro meses después, recibí la noticia. Lenna había dado a luz. Su hermosa nena, había nacido sietemesina. La niña era hermosa. Castaña como su papá, con los ojos de Lenna y la sonrisa de Liam. Aun así de pequeña, era tan risueña como su mamá. Había heredado ese ángel. Lenna me pidió que fuera para el bautizo, pero no pude ir. Tuve un vuelo a Estados Unidos, y cuando iba de regreso a la Ciudad de México, hubo una tormenta que nos impidió llegar. Nos retrasó tres horas. Tuvimos que bajar en Monterrey. No había forma de llegar a tiempo a la Ciudad de México para tomar mi vuelo a Londres. La llamé y me disculpé. Sophia y Niall fueron los padrinos. Días después me llegaron las fotos.

Durante los dos siguientes años, no fui a Londres. Seguí en contacto con las chicas. Cada vez eran menos las cartas que recibía y menos las que enviaba.

Yo seguía con Nico. Nuestra relación había mejorado. Yo lo quería mucho pero no sentía que estaba enamorada, dejé al tiempo mis sentimientos, tal vez algún día llegaría a amarlo como él a mí. Mi mamá ya había formalizado su relación con el señor Robinson, estaban rehaciendo su vida juntos, nadie se opuso con eso. Durante esos dos años, podría decir que pensé el 95% de las noches en el beso que me dio Harry antes de volver. No podía seguir engañándome, y mucho menos seguir engañando a Nico diciéndole que pensaba solo en él, así que me armé de valor y se lo confesé

—Nico, necesito decirte algo.

—Sí, Alex… ¿Qué paso?

—¿Alguna vez has renunciado a algún sueño?

—No, creo que he sido muy perseverante, y he conseguido lo que he querido… ¿tú?

—Sí, renuncié al sueño de mi vida.

—No te entiendo, ¿qué sueño?

—Vivir en Londres, ser feliz.

—¿No eres feliz aquí? Nos podemos cambiar a Londres si quieres, lo hubieras dicho antes…

—No, no me entiendes, yo vivir en Londres. Con mis amigas, y amigos —le dije esperando no lastimarlo de más.

—Ah, ya entiendo, ¿me vas a terminar no?

—No… Bueno, Nico, mira, en Londres tengo una vida, y aquí otra, extraño mucho ser la Alex que vivía en Londres, Europa siempre ha sido mi sueño, mi meta. Y la alcancé, solo que cometí la estupidez de volver a México…

—Gracias por lo que me toca…

—No, Nico, no lo digo por ti. Mira, no puedo olvidar todo lo que viví allá, todo lo que soy gracias a eso, y esa persona no es la que está contigo. La Alex que ves, a la que amas, no es la verdadera, solo es un intento de felicidad, es como una copia, como la Alex de reserva porque lastimaron a la otra.

—¿Sabes qué? Ya que acomodes las ideas me hablas, haré como si esto nunca pasó y luego me dices bien…

—No, Nico, no te llamaré. No te mereces que yo te haga eso, tu eres muy especial, cualquier chica se podría enamorar de ti, pero solo que yo no soy ella.

—¿Me estas terminando por ese chico inglés? ¿El gay de una banda pop?

—¿Cómo sabes de él?

—Alex, no estoy ciego, pero al parecer fui un idiota al creer que estando aquí conmigo lo olvidarías. Pero ya veo que solo perdí mi tiempo. Eres libre, vete con él. Y vive feliz, ¡con la verdadera Alex! La que tiene su vida en Londres, la que es feliz en Europa, la que se avergüenza de su país, la que pretende ser alguien mas. Y que les haga provecho.

—Nico, no tienes derecho a hablarme así…

—Claro que lo tengo, fui yo al que lastimaste, fui yo al que engañaste, ¡por dos años! Eso me da derecho ¿no crees?

—No, yo también quería amarte, pero lo siento no se puede… Y como me dijo una amiga, a la que no conoces, pero que es demasiado importante para mí, “A veces la persona que amas no es para ti, y no te queda mas que seguir adelante”, y eso quiero que hagas, que sigas adelante, sin mí.

—¿Y por qué no tomas tu consejo y sigues delante de él?

—Porque lo intenté y no pude. Porque el hecho de que te termine no significa que voy a ir corriendo a buscarlo, porque él tampoco me ama. Porque no sé qué hacer de mi vida, porque me quiero morir… —dije gastando todo el aliento y la dignidad que me quedaba.

Nico no dijo nada. Solo salió de mi casa.

Por los siguientes cuatro meses, no supe nada de nadie. Lenna no escribió ni una sola carta, le mandé varias pero ninguna me contestó. Intenté escribirle a Sophia, pero tampoco respondió. Paola me contestó una vez, pero las siguientes me quedé esperando. Así que deje de escribir. Nico había pedido su cambio. Ahora residía en Guadalajara, al otro lado del país. Yo ya vivía sola. Mi mamá vivía con el Señor Robinson, yo estaba más sola que un pingüino viudo.

Capítulo 46

Un día, llegué al aeropuerto como todas las mañanas. Fui al Starbucks, compre mi Latte, y me resigné a que fuera lo mismo de siempre. Me senté mientras anunciaban mi vuelo. La hora llegó. Tomé mi maleta y me dirigí al módulo. Una colega me pidió ayuda en el registro de los pasajeros que estaban llegando de París. Fui con ella, estábamos revisando los pases cuando me sorprendió el nombre que vi.

—Zayn Jawaad Malik —susurré.

—Oye, Jess, ¿ya bajaron los pasajeros?

—No, no hasta que terminemos de revisar, hubo un malentendido, al parecer viene un pasajero que debió abordar a Roma, es sordomudo, y la señorita que lo atendió en París lo envió para acá…

—Ouch, pobre hombre.

—Sí, bastante triste…

—¿Y quién es la que lo envió?

—No la conozco, pero creo que es la mexicana.

—¿La mexicana?

—Sí, solo hay una mexicana trabajando allá, pero ni idea de cómo se llame…

—Paola… —pensé en voz alta.

—¿La conoces?

—No, solo se me ocurrió, pero bueno, iré a ver a los pasajeros, tal vez necesiten ayuda con el sordomudo.

—De acuerdo, sí, ve, yo ya casi termino.

Me dirigí al avión. Todos estaban dentro. Me metí con el pretexto de ayudar a nuestro pasajero especial. Mientras pasaba hasta su asiento, iba buscando la cara de Zayn. Llegué con el sordomudo, era un joven, no pasaba los 20 años. Lo ayudé a bajar, para mandarlo de nuevo a Roma. Ahora sin equivocación. Mientras bajábamos de la nave, escuché mi nombre.

—¡Alex!

Volteé y era quien esperaba. Zayn se acercó.

—Ven, sígueme. Hablamos afuera.

Zayn me siguió. Le dije al encargado de la puerta, que Zayn venía conmigo, era pariente de Jack, gracias a Dios, Jack, el sordomudo no escuchó. Ya abajo, llevé a Jack a que abordara su vuelo México - Roma.

—Zayn, ¿qué haces aquí?

—Alex, qué bueno que te encontré, tardaría años en buscarte, tu ciudad me da miedo…

—Zayn —repetí —¿qué haces aquí?

—Tienes que venir a Londres.

—¿Qué pasó?

—Es Harry…

—Zayn por favor. No empieces...

—Alex, Harry lleva casi 2 semanas ebrio. No habla con nadie, solo toma y toma y toma, no quiere cantar. Yeri no lo ha visto, por suerte anda en un crucero con su mamá. Pero, ayúdame por favor, no quiero que vaya a hacer una estupidez.

—Zayn, que Harry esté ebrio no es nada de otro mundo. Además, ¿qué puedo hacer yo?

—Alex, tú puedes convencerlo de que deje de tomar, y que no haga ninguna estupidez. Por favor.

—Zayn…

—Vamos, Alex, en tres horas sale el próximo vuelo. Por favor, hazlo como un favor a un amigo, no a él, sino a mí y a la banda. Por favor.

—Ay, Zayn, si no fueras novio de Lin, te juro que te diría que no.

No sé cómo ni por qué me dejé convencer. Pero lo hice. Me fui en el vuelo con Zayn. Mi maleta ya estaba lista de todos modos. Abordamos, yo me fui como pasajera, Zayn me pago el vuelo. Me daba pena aceptar, pero insistió tanto que me quedé pensando, ¿cómo puede Linda decirle que no? ¿O será que nunca le dice que no? Bueno, dieciséis horas más tarde llegamos a Londres...

Capítulo 47

Bajamos juntos del avión. Recogimos nuestras maletas, unas cuantas fotos con fans, y después Zayn volvió conmigo. Caminamos hacia su auto. Pero antes de salir del aeropuerto, llegue a comprar una botellita de agua.

En la tienda no solo vendían agua, sino también revistas. Así fue como me enteré del verdadero plan de Zayn.


—¡Zayn! Lo siento pero no…

—¿"No" qué, Alex?

—"No", no voy a impedir la boda, lo siento.

—Alex, ¡por favor! Harry no es feliz, Yeri no es para él.

—Pues tampoco lo soy yo…

—Alex, te lo ruego, solo habla con él… Y ya deja que el tiempo decida.

—Zayn, ¿que pretendes que le diga? ¿“Harry volví después de 2 años de no verte, y vengo para que pienses mejor lo que haces, Yeri no es la indicada”?

—No, bueno sí, algo así…

—Zayn, Zayn, Zayn, no. Lo siento.

—Vamos, Alex, no viajaste dieciséis horas en primera clase para volver quince minutos después...

—Pues no, viajé porque me dijiste que Harry me necesitaba, pero ya que descubrí tu plan, tengo que volver.

—Anda, ven, que Lin nos espera en el estacionamiento.

—Son unos tramposos, ¡tenían todo planeado! Voy a matar a Lin, y también a las demás, porque de seguro todas cooperaron.

—Pues entonces ven, todas están en la casa, ahí las podrás matar, ¿de acuerdo?
—Zayn, eres… Eres… —no podía encontrar la palabra indicada, me sentía tan frustrada, pero a la vez feliz de estar de nuevo en Londres con todos.

Llegamos al aeropuerto, y ahí estaba Lin, esperando junto con Lenna y la pequeña Amy. No saludé a las chicas, solo abracé a la nena…

—Hola Amy, soy tu tía Alex, corazón, tu eres la única que vale la pena aquí, todos son unos mentirosos, que me hicieron viajar para hacer algo que saben que no quiero. Pero tú, corazón, le diste sentido a mi vida.

Lenna y Lin se empezaron a reír, y subimos al carro.

Nos llevaron a la casa de Lenna y Liam. Ahí estaban el resto de mis amigos. Entré y todos pusieron cara de alivio. Claro que todos sabían del plan.

—A todos ustedes… —les dije con tono amenazador, los señalé con una mano, mientras traía a Amy aun en el otro brazo —¡Los extrañé tanto! —les grité.

Las gemelas fueron las primeras a las que saludé. Al fin habían arreglado el enredo con Louis y Jack, las dos estaban acompañadas, así que me toco saludar a los chicos también. Pase después a la cocina, donde Alison y Camila estaban preparando un invento raro. En la sala estaban Niall, Zayn y Sophia jugando baraja. En el jardín estaba Liam platicando con Patch, mientras Tatiana le ayudaba a Linda con las bebidas.

Después de saludar a todos, Lenna me quitó a la niña y me llevó al cuarto donde Harry estaba dormido.

—Vamos Alex, ayúdalo.

Entré. Lo vi en la cama con una botella tirada y su brazo colgando del colchón. Roncaba muy fuerte. Me acerqué. Ya traía barba. Me senté a un lado de él en una silla que estaba por ahí y lo vi dormir.

No sabía qué le diría si despertaba. Le tomé la mano, y le besé la mejilla, le eché encima una cobija y salí del cuarto, llevándome la botella.

—¿Qué paso? —me dijo Zayn que esperaba afuera.

—Nada, está dormido, y no creo que despierte en un buen rato.

—¿Hablaron?

—No…

Le di la botella a Zayn y me incorporé con las chicas en la cocina.

—Lenna, ¿cuándo es la boda?

Un silencio incómodo llenó la habitación. Todas voltearon a verse.

—Mañana —dijo insegura.

Capítulo 48

—Lenna, ¿cuándo es la boda?

Un silencio incómodo llenó la habitación. Todas voltearon a verse.

—Mañana —dijo insegura.

Sentí como si me hubiesen echado un balde de agua fría.

—Muy bien, tengo tiempo de agarrar un vuelo a México —dije con una sonrisa sarcástica.

—Alex, por favor, ¡deja de huir! —me gritó Paola.

—¡No estoy huyendo!

—¡Claro que lo estás! Los dos se aman, pero son tan idiotas y orgullosos que no quieren aceptarlo —me reclamó Ali.

—Después de la boda, Harry se desahogó conmigo, él te ama, se dio cuenta cuando lo besaste, pero pensó que tu solo lo veías como un amigo.

—Camila por Dios, eso fue lo que yo le dije a él…

—Alex, Yeri, no es nada —dijo Sophia.

—Claro que es, es su novia y mañana será su esposa. ¡Claro que es algo!

—Alex, ¡NO! Ellos no se aman, entiéndelo.
—¿A mí qué me importa si no se aman? Eso díganselo a ellos, ellos son los que se van a casar, no yo. Además, yo tengo a mi novio en México.

—De hecho, no. Nico y tu llevan cuatro meses que terminaron.

—¿Y tú cómo sabes Lin?

—Tu madre me dijo…

—¡¿Hablaste con ella?!

—Sí, por eso también mandamos a Zayn por ti.

—No es posible que jueguen así conmigo, no puedo creer que mis “amigas” hayan hecho eso. Solo falta que ustedes le hayan dicho a Nico de Harry…

—Pues, sí, yo le dije… —admitió Lenna con culpa.

—Pero, ¿por qué?

—Alex, si Harry se casa, nadie va a ser feliz, ni tú, ni él, ni ella, ni nosotras…

—¿Y ustedes por qué?

—Porque vas a huir, porque te vas a esconder como siempre lo haces en México, porque vas a estar allá amargándote, vas a pedirle perdón a Nico, lo vas a hacer sufrir, porque él te ama así como tú amas a Harry, y todos van a pretender ser felices pero nadie lo será… —dijo Tatiana que apenas llegaba a nuestra conversación.

—Alex, vamos, al menos acéptalo. Y si no quieres ir a la boda, está bien, no vayas. Pero de Londres no te irás —me dijo Michelle.

—Necesito pensarlo…

Tomé el llavero de Ali, quien vivía aun en el departamento donde yo vivía antes. Y me salí. Sí, estaba huyendo como siempre lo hacía, pero no tenía opción.

Alrededor de dos horas después, Lenna llegó al departamento. Llegó sola.

—Alex…

—Lenna, no me digas nada…

—Nena, es lo mejor.

—Lenna, ustedes no saben lo que siento, no saben lo horrible que sentí cuando Zayn llegó al aeropuerto y me dijo que Harry estaba mal, que llevaba dos semanas tomando sin control. ¿Sabes qué sentí? ¡No, no sabes! ¿Sabes que mi papá era alcohólico? ¿Sabes los recuerdos tan detestables que tengo de eso, para que me digan que el hombre que amo está así? ¿Sabes qué sentí cuando vi que Harry se casaba? Lenna, no es tan fácil, yo solo soy la persona que le quitó el sueño a Harry, la que arruinó su vida al decirle que Emma había muerto. Si no le hubiera dicho nada, lo hubiera tratado, y ahorita seríamos felices, sin fantasmas, sin bodas, sin alcohol, sin mentiras.

—Alex…

—Lenna, no digas nada, solo quería que lo supieras, quería que vieran lo que hicieron, que sepan cómo jugaron conmigo, y que se dieran cuenta que no todos somos tan suertudos para ser amados por la persona que amamos. Ahora, ¿me puedes dejar sola?

Lenna salió del departamento sin decir nada.

Me encerré en uno de los cuartos. Y me quedé dormida mientras lloraba al borde de la deshidratación.

A la mañana siguiente, desperté con el ruido de afuera. Todas se estaban arreglando para la boda. Se veían hermosas.

—¿Segura que no irás? —me dijo Paola.

—Sí, es lo mejor. Salúdenme a los chicos.

—Ay, nena… —me abrazó Alison, después Camila, las gemelas, Sophia y al final Lin.

—Ya váyanse, que se les hace tarde…

Las despedí y me dispuse a volver a la cama.

Mientras tanto en la iglesia…

—Harry, ¿estás listo? —le preguntó Zayn, su padrino.

—Dude, sí, ya es hora… —dijo Harry suspirando.

—Harry...

—¿Acaso me dirás lo guapo que me veo? —bromeó.

—Alex está aquí.

Harry perdió el color del rostro

—¿Aquí, "aquí"? ¿Aquí en la boda?

—No, aquí en Londres. No vino a la boda, solo quería que supieras…

Harry se quedó pensativo y regresó al cuarto en donde se estaba cambiando.

Linda estaba espiando la conversación de Zayn y Harry. Cuando vio que Harry se sentó de nuevo, fue con Paola.

—Listo. Hora de la parte B.

Paola corrió la voz. Mientras las chicas entretenían al sacerdote, Paola alcanzó a Yeri en el cuarto donde esperaba para salir.

—Yeri, ¿puedo hablar contigo?

—Seguro, pasa Paola…

—Yeri… No te cases.