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Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Nair, tranquila, pasa de ella. Yo quiero seguirte leyendo a ti cielo, así que sube siguiendo que somos fieles tus lectoras y aquí seguiremos contigo siempre! Sonríe <3NaiirAJ escribió:SI QUIEREN LEER LA VERDADERA NOVELA, NO ME ENOJA. YA ESTA ESTA ''ARIANA'' O COMO MIERDA SE LLAME! QUE ME CHUPA UN HUEVO ME CAGO LA NOVELA. YA ESTA YA FUE.
Desi1D
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Ahora sigo LA ADAPTACIONDesi1D escribió:Nair, tranquila, pasa de ella. Yo quiero seguirte leyendo a ti cielo, así que sube siguiendo que somos fieles tus lectoras y aquí seguiremos contigo siempre! Sonríe <3NaiirAJ escribió:SI QUIEREN LEER LA VERDADERA NOVELA, NO ME ENOJA. YA ESTA ESTA ''ARIANA'' O COMO MIERDA SE LLAME! QUE ME CHUPA UN HUEVO ME CAGO LA NOVELA. YA ESTA YA FUE.
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Capítulo 6: Parte 2:
Dio media vuelta y se encontró con los ojos castaños brillantes de Jared y su sonrisa enternecida.
—¿Qué haces aquí? —sonrió Lou.
—Si no mal recuerdo esta mañana te dije que no iba a dejarte en paz nunca —unió sus frentes.
A Lou comenzó a incomodarle la prisión de los brazos de Jared. Se apartó suavemente y miró hacia Cher, quien les lanzaba una mirada pícara y cómplice.
—Jared, me voit faim. Foutez le camp! —masculló Cher con un tono de incomodidad.
Jared volvió a tierra y miró a Lenny, quien miraba a Cher como un trozo de pastel de queso.
—Eh, Lenny. Dejemos que Lou y Cher se instalen tranquilamente —la tomó de la cintura.
—¿Nos vamos ya? —Lenny hizo un puchero.
Jared le sonrió y la haló del brazo hasta la puerto. Dos segundos antes de atravesarla, se volteó para regresar hacia Lou y darle un abrazo de oso. Ambos se sonrieron cuando él salió junto a Lenny.
Justo cuando la puerta se cerró la boca de Cher se habló.
—¿Por dónde empezamos, querida mía? —canturreó dando vueltas alrededor de Lou.
—Cher, yo no puedo vivir aquí, esto es demasiado lujo —susurró sin aliento.
—¡A la mierda! Dime qué te traes con mi bebé —la haló del brazo hasta un sofá y la miró expectante.
A Lou se le abrieron los ojos por el impacto de su reacción.
—¿Perdona?
Cher lanzó una carcajada.
—Me refiero a Jared —rodó sus ojos.
—¿Eres su…novia? —dijo Lou entrecortadamente.
Cher soltó un bufido resonante.
—Claro que no, eso arruinaría nuestra amistad. Él me encanta, pero sé que yo no a él, así que ser su mejor amiga es algo mejor que nada, ¿no crees? —masculló con el movimiento divertido de sus labios.
Lou estaba confundida. A Cher le gustaba Jared, a él no le gustaba ella, no como algo más que amigos, ella se conformaba con ser su amiga, más que eso, parecía adorar la idea de ser nada más su amiga. ¿Qué más había por descubrir de la tal Cher?
—No tenemos nada —trató de mentir Lou.
Cher le respondió con una mirada de ¨A mí no me tomas el pelo¨
—¿Desde hace cuánto conoces a Jared? —Lou trató de evadir el tema. No le fue muy difícil.
—Diez, doce años, tal vez —dijo Cher viendo hacia el techo—. Su madre me odia —exclamó orgullosa.
—¿Te odia? ¡¿Cómo?! —se espantó.
—Ella odia a todo el mundo —dijo como explicando lo obvio.
—Eso es imposible. Es tan hermosa y feliz. ¿Cómo puede odiarte? ¿Cómo puede odiar a alguien? Su hijo, su esposo…
—Lou…no conoces a Jane, ¿cierto?
Lou negó con la cabeza.
A Cher se le traspasó por la cabeza una idea morbosa. Tomó su teléfono que se escondía en su bolso brillante y marcó mientras Lou fruncía el ceño confundida. El celular sonó un par de veces en altavoz cuando una voz femenina pero firme contestó.
—¿Hola? —se escuchó del otro lado del teléfono.
—Hola, Janie, adivina quién es…Bueno, no adivines; te lo diré. ¡Soy tu ángel de la buena suerte! —Cher soltó una carcajada.
—Cher —refunfuñó la mujer—. Harry ya me informó de tu llegada.
—¿Y qué tal? ¿Lista para ser mi suegra? James y yo nos comprometimos, nos casaremos en Las Vegas, tu ciudad soñada —decía entre risas. No parecía muy formal lo que decía, más bien parecía un chico con camisa roja en medio de una plaza de toros.
—No me jodas la vida, Cher. Aléjate de Jared, ¿entiendes?
Lou estaba a punto de irse de espaldas por las palabras de la esposa del director. Él era tan amable, tierno y simpático. No cabía en su mente cómo podía hallar sensibilidad en una mujer así.
—Te llegaré a visitar pronto —ignoró su comentario—. Enserio, te extrañé.
Le colgó antes de que la mujer terminara una frase y soltó una risita.
—¿Cómo. Puedes. Hacerle. Eso? —dijo Lou pausadamente.
—Confianza. Ella me ama —se encogió de hombros.
Lou sacudió su cabeza tratando de disolver sus pensamientos. Así que, decidió enfocarse en otra cosa.
—Jared me dijo que tú eras una larga historia…¿a qué se refería?
Cher suspiró.
—Conocí a Jared porque su prima Lenny me acosaba de pequeña… Él fingió salir conmigo un tiempo y ella se alejó. Yo me enamoré un poquitín de Jared y él me hizo tocar tierra.
»¿Sabes? Quisiera que Jared me mirara como te mira a ti.
—¿Cómo me mira a mí?
—¿No tienes sentidos, niña? ¡El chico lame tus callos! —le señaló los pies.
Lou tenía los pies llenos de cicatrices por los vidrios, pero no tenía callos.
—Eso…¿te molesta? —preguntó temerosa.
Cher rodó sus ojos.
—¿Crees que si no me agradaras dejaría que vivieras conmigo? Aunque inspirarte confianza y luego matarte dormida no sería mala idea si quisiera hacerlo —comentó pensativa.
El corazón de Lou palpitaba en sus talones.
—¡Sólo bromeo! Si Jared es feliz, yo también lo soy —se recostó sobre el sofá.
—Espera, ¿tú le gustas a Lenny? —jadeó Lou.
—¡Ni me lo recuerdes! —dijo con sus ojos cerrados. De repente, se estabilizó de nuevo y miró a Lou a los ojos.
—¿Qué pasa?
—¡Tengo una idea! —gritó emocionada.
__________._____________._____________
Luego de dos meses de trabajo duro en la cocina, Lou tomó un trabajo nocturno en un bar. Pasaba el menor tiempo posible en cada descansando. Ella no quería causar problemas. Le rogaba al director que le cobrara alquiler, pero él se negaba. Igual ella le dejaba dinero en un sobre todos los meses para sentirse bien consigo misma.
Visitaba a Frida de vez en cuando, quien se encontraba a gusto con gente de su edad, la trataban muy bien.
Pasó un mes más y ella estaba cada vez más feliz con Cher, quien la ponía a hacer pasarela con su ropa. Jared llevaba a Lou todos los días al apartamento. Vivía más tiempo en él que en su propia casa. El director siempre era amable, pero nunca había podido conocer a su esposa: la famosa Jane. Tan sólo la había visto en fotos y había escuchado su voz. Lou tenía cierto porcentaje de miedo hacia ella.
Todo era muy tranquilo, demasiado. Pero, todos los días, a la hora del almuerzo, Lou tenía que luchar con los reclamos, gritos y maltratos de Marco. Él nunca daba tregua a sus groserías y todos los intentos de Lou por tranquilizarlo eran en vano.
Ella no quería aceptar la realidad: Él era amargado, frío, grosero, insensible, cerrado y lo que más susurraban de él por los pasillos; Antisocial. A pesar de todo, Lou lo seguía amando con las trizas quemadas de su corazón. Él era el diamante en medio una parrilla repleta de carbón. Cada noche soñaba con él, con sus roces y sus besos. Esos besos que después de aquella noche no volvió a probar. No sentía más que sus empujones y sus moretones en los brazos causados por él. Ella jamás se quejó sobre Marco con nadie; no quería involucrar a nadie. Porque nadie entendía a Marco, según ella, él era una víctima de las circunstancias. Ella juraba tener toda la culpa, y que Marco, era un ángel que cayó sin colchón y ahora sufría la patética mortalidad. Ella no era nadie para alzar la mirada a criatura que llegaba a tal perfección. Aceptaba sus golpes y ofensas postrada a sus pies como una servidora humilde. Aunque eso le doliera, su dolor era delicioso, simplemente por el hecho de que él lo causaba, y todo lo proveniente del perfecto Marco era bienvenido.
El dolor no era algo que ella sufriera, era algo más cercano a su realidad. No podía negarse ante la satisfacción que le causaba, porque no esperaba nada más. Su vida era dolor, y eso ya lo había encarado.
—No creo que debas hacer eso —dijo Lou horrorizada.
—Debo hacerlo. ¿Tú quieres? —le ofreció Cher.
—¡No! No lo necesito —dio un paso hacia atrás.
—Lou, ir al ginecólogo es algo necesario. Es por salud. No necesariamente debes tener sida o sífilis para ir —rodó sus ojos—. Te pueden detectar un cáncer o algo mal en el funcionamiento del sistema a tiempo. Puede salvarte la vida.
—Pensé que eso no se podía prevenir.
—Cualquier cosa es mejor tratarla a tiempo. Como ya te dije, no necesariamente se debe tratar de una ITS —dio una palmadita en su hombro.
—No me parece cómodo —sacudió su cabeza.
—Lou, te aconsejo que lo hagas. Según todo lo que me has contado, es necesario. No puedes confiarte, tú has pasado por cosas muy feas y… no sé cómo decirlo realmente —chistó para luego soltar un suspiro—. Lo diré tal cual…Han abusado de ti muchas veces, Lou, nunca has ido al ginecólogo y puede que tengas algo.
Lou frunció sus labios y lo consideró. Cher tenía razón, pero su verdadero miedo no era tener algo, sino que, el último con quien había estado era con Marco, y si ella tenía algo, Marco también lo tendría, y eso sí sería fatal para ella.
—Está bien —accedió.
Cher asintió.
—Lou Allen —llamó el doctor.
Cher sonrió hacia Lou quien caminaba nerviosa hacia la sala de revisión. Su manos estaban frías y húmedas cuando entró.
—Buenas tardes, necesito algunos de tus datos —le pidió una mujer cabello castaño con una coleta y unas gafas.
—Sí —susurró Lou intimidada por la maquinaria a su alrededor.
—Edad —pidió con una libreta.
—Dieciocho.
—¿Tienes novio, Lou?
Ella negó con la cabeza.
—¿Mantienes relaciones sexuales? —dijo con naturalidad.
—La última vez fue hace tres meses —murmuró apenada.
La mujer asintió profesionalmente.
—¿Tienes hijos?
—No.
—¿Qué anticonceptivos usas?
—N-No los uso.
La mujer alzó la vista rápidamente y abrió sus ojos, pero retomó la compostura de nuevo.
—Necesito que uses la bata que está detrás de ese cambiador, sin relojes ni pendientes, sólo la bata. Y regresas —le ofreció una sonrisa diplomática.
Lou trató de ponerse de pie sin marearse, pero inmediatamente sintió su estómago revuelto. Juraba que sus nervios la estaban traicionando. Caminó hacia el vestidor y se puso la enorme bata abierta de la espalda y caminó hacia la mujer de regreso.
—Recuéstate ahí —le señaló con el bolígrafo una camilla.
Lou se recostó lentamente y su ingle comenzó a cosquillear.
La mujer se posó frente a ella en su lado inferior.
—Esto no te dolerá nada, sólo introduciré una pequeña cámara para ver el estado de tu vagina y tus ovarios. Queremos asegurarnos de que tu interior esté como debe ser, luego tomaremos una pequeña muestra de tus fluidos con unos hisopos para verificar lo demás, unas muestras de sangre también serán necesarias —le advirtió.
Lou asintió temblando.
—Necesito que separes tus piernas y respires profundo cuando yo te diga —comentó la mujer agachada bajo Lou.
Ella nunca se había sentido más incómoda en su vida. Jugaba con sus dedos atemorizada.
—Ahora.
Lou respiró profundo y sintió como un pequeño ser extraño se hundía dentro de ella. Puso su mente en blanco para no arrancarse el aparato y salir huyendo con la bata como en una película de manicomios.
—OH. MI. DIOS —murmuró la mujer viendo a través de la pantalla.
Lou inclinó un poco la cabeza hacia adelante viendo la pantalla curiosamente.
Sus manos dejaron de temblar, por el contrario, se paralizaron, al igual que su respiración, su sangre y su corazón. El oxígeno de sus pulmones se congeló y sus ojos se secaron al punto que ardían. Su boca también se secó como un desierto y su alma se convirtió en un hilo filoso que halaba su interior y la dividía en dos.
Lou estuvo a punto de desmayarse al ver en la pequeña pantalla blanca un panorama naranja de la cual se diferenciaba un pequeño círculo que resaltaba sobre un pequeño torso y un par de extremidades diminutas y sobre todo ello, un pequeño puntito negro brillando dentro del círculo. Después de eso, Lou perdió estabilidad y se desvaneció.
Dio media vuelta y se encontró con los ojos castaños brillantes de Jared y su sonrisa enternecida.
—¿Qué haces aquí? —sonrió Lou.
—Si no mal recuerdo esta mañana te dije que no iba a dejarte en paz nunca —unió sus frentes.
A Lou comenzó a incomodarle la prisión de los brazos de Jared. Se apartó suavemente y miró hacia Cher, quien les lanzaba una mirada pícara y cómplice.
—Jared, me voit faim. Foutez le camp! —masculló Cher con un tono de incomodidad.
Jared volvió a tierra y miró a Lenny, quien miraba a Cher como un trozo de pastel de queso.
—Eh, Lenny. Dejemos que Lou y Cher se instalen tranquilamente —la tomó de la cintura.
—¿Nos vamos ya? —Lenny hizo un puchero.
Jared le sonrió y la haló del brazo hasta la puerto. Dos segundos antes de atravesarla, se volteó para regresar hacia Lou y darle un abrazo de oso. Ambos se sonrieron cuando él salió junto a Lenny.
Justo cuando la puerta se cerró la boca de Cher se habló.
—¿Por dónde empezamos, querida mía? —canturreó dando vueltas alrededor de Lou.
—Cher, yo no puedo vivir aquí, esto es demasiado lujo —susurró sin aliento.
—¡A la mierda! Dime qué te traes con mi bebé —la haló del brazo hasta un sofá y la miró expectante.
A Lou se le abrieron los ojos por el impacto de su reacción.
—¿Perdona?
Cher lanzó una carcajada.
—Me refiero a Jared —rodó sus ojos.
—¿Eres su…novia? —dijo Lou entrecortadamente.
Cher soltó un bufido resonante.
—Claro que no, eso arruinaría nuestra amistad. Él me encanta, pero sé que yo no a él, así que ser su mejor amiga es algo mejor que nada, ¿no crees? —masculló con el movimiento divertido de sus labios.
Lou estaba confundida. A Cher le gustaba Jared, a él no le gustaba ella, no como algo más que amigos, ella se conformaba con ser su amiga, más que eso, parecía adorar la idea de ser nada más su amiga. ¿Qué más había por descubrir de la tal Cher?
—No tenemos nada —trató de mentir Lou.
Cher le respondió con una mirada de ¨A mí no me tomas el pelo¨
—¿Desde hace cuánto conoces a Jared? —Lou trató de evadir el tema. No le fue muy difícil.
—Diez, doce años, tal vez —dijo Cher viendo hacia el techo—. Su madre me odia —exclamó orgullosa.
—¿Te odia? ¡¿Cómo?! —se espantó.
—Ella odia a todo el mundo —dijo como explicando lo obvio.
—Eso es imposible. Es tan hermosa y feliz. ¿Cómo puede odiarte? ¿Cómo puede odiar a alguien? Su hijo, su esposo…
—Lou…no conoces a Jane, ¿cierto?
Lou negó con la cabeza.
A Cher se le traspasó por la cabeza una idea morbosa. Tomó su teléfono que se escondía en su bolso brillante y marcó mientras Lou fruncía el ceño confundida. El celular sonó un par de veces en altavoz cuando una voz femenina pero firme contestó.
—¿Hola? —se escuchó del otro lado del teléfono.
—Hola, Janie, adivina quién es…Bueno, no adivines; te lo diré. ¡Soy tu ángel de la buena suerte! —Cher soltó una carcajada.
—Cher —refunfuñó la mujer—. Harry ya me informó de tu llegada.
—¿Y qué tal? ¿Lista para ser mi suegra? James y yo nos comprometimos, nos casaremos en Las Vegas, tu ciudad soñada —decía entre risas. No parecía muy formal lo que decía, más bien parecía un chico con camisa roja en medio de una plaza de toros.
—No me jodas la vida, Cher. Aléjate de Jared, ¿entiendes?
Lou estaba a punto de irse de espaldas por las palabras de la esposa del director. Él era tan amable, tierno y simpático. No cabía en su mente cómo podía hallar sensibilidad en una mujer así.
—Te llegaré a visitar pronto —ignoró su comentario—. Enserio, te extrañé.
Le colgó antes de que la mujer terminara una frase y soltó una risita.
—¿Cómo. Puedes. Hacerle. Eso? —dijo Lou pausadamente.
—Confianza. Ella me ama —se encogió de hombros.
Lou sacudió su cabeza tratando de disolver sus pensamientos. Así que, decidió enfocarse en otra cosa.
—Jared me dijo que tú eras una larga historia…¿a qué se refería?
Cher suspiró.
—Conocí a Jared porque su prima Lenny me acosaba de pequeña… Él fingió salir conmigo un tiempo y ella se alejó. Yo me enamoré un poquitín de Jared y él me hizo tocar tierra.
»¿Sabes? Quisiera que Jared me mirara como te mira a ti.
—¿Cómo me mira a mí?
—¿No tienes sentidos, niña? ¡El chico lame tus callos! —le señaló los pies.
Lou tenía los pies llenos de cicatrices por los vidrios, pero no tenía callos.
—Eso…¿te molesta? —preguntó temerosa.
Cher rodó sus ojos.
—¿Crees que si no me agradaras dejaría que vivieras conmigo? Aunque inspirarte confianza y luego matarte dormida no sería mala idea si quisiera hacerlo —comentó pensativa.
El corazón de Lou palpitaba en sus talones.
—¡Sólo bromeo! Si Jared es feliz, yo también lo soy —se recostó sobre el sofá.
—Espera, ¿tú le gustas a Lenny? —jadeó Lou.
—¡Ni me lo recuerdes! —dijo con sus ojos cerrados. De repente, se estabilizó de nuevo y miró a Lou a los ojos.
—¿Qué pasa?
—¡Tengo una idea! —gritó emocionada.
__________._____________._____________
Luego de dos meses de trabajo duro en la cocina, Lou tomó un trabajo nocturno en un bar. Pasaba el menor tiempo posible en cada descansando. Ella no quería causar problemas. Le rogaba al director que le cobrara alquiler, pero él se negaba. Igual ella le dejaba dinero en un sobre todos los meses para sentirse bien consigo misma.
Visitaba a Frida de vez en cuando, quien se encontraba a gusto con gente de su edad, la trataban muy bien.
Pasó un mes más y ella estaba cada vez más feliz con Cher, quien la ponía a hacer pasarela con su ropa. Jared llevaba a Lou todos los días al apartamento. Vivía más tiempo en él que en su propia casa. El director siempre era amable, pero nunca había podido conocer a su esposa: la famosa Jane. Tan sólo la había visto en fotos y había escuchado su voz. Lou tenía cierto porcentaje de miedo hacia ella.
Todo era muy tranquilo, demasiado. Pero, todos los días, a la hora del almuerzo, Lou tenía que luchar con los reclamos, gritos y maltratos de Marco. Él nunca daba tregua a sus groserías y todos los intentos de Lou por tranquilizarlo eran en vano.
Ella no quería aceptar la realidad: Él era amargado, frío, grosero, insensible, cerrado y lo que más susurraban de él por los pasillos; Antisocial. A pesar de todo, Lou lo seguía amando con las trizas quemadas de su corazón. Él era el diamante en medio una parrilla repleta de carbón. Cada noche soñaba con él, con sus roces y sus besos. Esos besos que después de aquella noche no volvió a probar. No sentía más que sus empujones y sus moretones en los brazos causados por él. Ella jamás se quejó sobre Marco con nadie; no quería involucrar a nadie. Porque nadie entendía a Marco, según ella, él era una víctima de las circunstancias. Ella juraba tener toda la culpa, y que Marco, era un ángel que cayó sin colchón y ahora sufría la patética mortalidad. Ella no era nadie para alzar la mirada a criatura que llegaba a tal perfección. Aceptaba sus golpes y ofensas postrada a sus pies como una servidora humilde. Aunque eso le doliera, su dolor era delicioso, simplemente por el hecho de que él lo causaba, y todo lo proveniente del perfecto Marco era bienvenido.
El dolor no era algo que ella sufriera, era algo más cercano a su realidad. No podía negarse ante la satisfacción que le causaba, porque no esperaba nada más. Su vida era dolor, y eso ya lo había encarado.
—No creo que debas hacer eso —dijo Lou horrorizada.
—Debo hacerlo. ¿Tú quieres? —le ofreció Cher.
—¡No! No lo necesito —dio un paso hacia atrás.
—Lou, ir al ginecólogo es algo necesario. Es por salud. No necesariamente debes tener sida o sífilis para ir —rodó sus ojos—. Te pueden detectar un cáncer o algo mal en el funcionamiento del sistema a tiempo. Puede salvarte la vida.
—Pensé que eso no se podía prevenir.
—Cualquier cosa es mejor tratarla a tiempo. Como ya te dije, no necesariamente se debe tratar de una ITS —dio una palmadita en su hombro.
—No me parece cómodo —sacudió su cabeza.
—Lou, te aconsejo que lo hagas. Según todo lo que me has contado, es necesario. No puedes confiarte, tú has pasado por cosas muy feas y… no sé cómo decirlo realmente —chistó para luego soltar un suspiro—. Lo diré tal cual…Han abusado de ti muchas veces, Lou, nunca has ido al ginecólogo y puede que tengas algo.
Lou frunció sus labios y lo consideró. Cher tenía razón, pero su verdadero miedo no era tener algo, sino que, el último con quien había estado era con Marco, y si ella tenía algo, Marco también lo tendría, y eso sí sería fatal para ella.
—Está bien —accedió.
Cher asintió.
—Lou Allen —llamó el doctor.
Cher sonrió hacia Lou quien caminaba nerviosa hacia la sala de revisión. Su manos estaban frías y húmedas cuando entró.
—Buenas tardes, necesito algunos de tus datos —le pidió una mujer cabello castaño con una coleta y unas gafas.
—Sí —susurró Lou intimidada por la maquinaria a su alrededor.
—Edad —pidió con una libreta.
—Dieciocho.
—¿Tienes novio, Lou?
Ella negó con la cabeza.
—¿Mantienes relaciones sexuales? —dijo con naturalidad.
—La última vez fue hace tres meses —murmuró apenada.
La mujer asintió profesionalmente.
—¿Tienes hijos?
—No.
—¿Qué anticonceptivos usas?
—N-No los uso.
La mujer alzó la vista rápidamente y abrió sus ojos, pero retomó la compostura de nuevo.
—Necesito que uses la bata que está detrás de ese cambiador, sin relojes ni pendientes, sólo la bata. Y regresas —le ofreció una sonrisa diplomática.
Lou trató de ponerse de pie sin marearse, pero inmediatamente sintió su estómago revuelto. Juraba que sus nervios la estaban traicionando. Caminó hacia el vestidor y se puso la enorme bata abierta de la espalda y caminó hacia la mujer de regreso.
—Recuéstate ahí —le señaló con el bolígrafo una camilla.
Lou se recostó lentamente y su ingle comenzó a cosquillear.
La mujer se posó frente a ella en su lado inferior.
—Esto no te dolerá nada, sólo introduciré una pequeña cámara para ver el estado de tu vagina y tus ovarios. Queremos asegurarnos de que tu interior esté como debe ser, luego tomaremos una pequeña muestra de tus fluidos con unos hisopos para verificar lo demás, unas muestras de sangre también serán necesarias —le advirtió.
Lou asintió temblando.
—Necesito que separes tus piernas y respires profundo cuando yo te diga —comentó la mujer agachada bajo Lou.
Ella nunca se había sentido más incómoda en su vida. Jugaba con sus dedos atemorizada.
—Ahora.
Lou respiró profundo y sintió como un pequeño ser extraño se hundía dentro de ella. Puso su mente en blanco para no arrancarse el aparato y salir huyendo con la bata como en una película de manicomios.
—OH. MI. DIOS —murmuró la mujer viendo a través de la pantalla.
Lou inclinó un poco la cabeza hacia adelante viendo la pantalla curiosamente.
Sus manos dejaron de temblar, por el contrario, se paralizaron, al igual que su respiración, su sangre y su corazón. El oxígeno de sus pulmones se congeló y sus ojos se secaron al punto que ardían. Su boca también se secó como un desierto y su alma se convirtió en un hilo filoso que halaba su interior y la dividía en dos.
Lou estuvo a punto de desmayarse al ver en la pequeña pantalla blanca un panorama naranja de la cual se diferenciaba un pequeño círculo que resaltaba sobre un pequeño torso y un par de extremidades diminutas y sobre todo ello, un pequeño puntito negro brillando dentro del círculo. Después de eso, Lou perdió estabilidad y se desvaneció.
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Capitulo 6: Parte 3:
Lou abrió los ojos y su mirada nublada se iba aclarando hacia una luz blanca y brillante. Parpadeó un par de veces. Cher sonreía sobre su cabeza, junto con una doctora.
—Buenos días, preñada —dijo Cher con una voz fina y chillona.
Lou se sentó en la camilla y trató de hacer memoria de todo lo que había visto antes de su desmayo. Miró alrededor. Sintió hambre.
—¿Cuántos meses tengo? —susurró resignada.
Lou temía que cabía la posibilidad de que estuviera embarazada antes que Marco, pero si así fuera, ya se le hubiese notado la barriga, pero la verdad es que, ni señales de abultamiento presentaba.
—Tres meses —le respondió la doctora.
Lou sonrió enternecida. Aún debía mentalizar algunas cosas, pero no pudo evitar pensar que una pequeña parte de Marco estaba dentro de ella, e iba a vivir con ella. Eso le causaba felicidad.
—¿Quién es el padre, Lou? —preguntó Cher inquieta dándole los papeles del análisis.
Temía que el nombre de Jared saliera de su boca. Lou sonrió aún más y se levantó de la camilla. Dio media vuelta después de arrebatarle los documentos y salió por la puerta dando saltitos de felicidad.
Al atravesar la puerta, Cher la tomó del brazo.
—¿Qué estás haciendo?
—Cher, quiero pedirte un enorme favor; no le digas nada a Jared, ¿sí?
A Cher se le oscurecieron los ojos y sus pupilas se achicaron. Sintió retorcerse todo su interior, cuando Lou se dio cuenta de sus emociones y se apresuró a decir:
—El bebé no es de Jared.
Cher soltó el aire que contenían sus pulmones y trató de relajarse, aunque todavía no estaba del todo clara.
—Entonces, ¿de quién? —frunció el ceño.
Lou sonrió al recordar el nombre y tomó a Cher del brazo. Ambas se fueron al apartamento en el auto de Cher. Ella no dejaba de lanzar preguntas a Lou durante todo el camino. Lou sólo permanecía con sus brazos alrededor de sus rodillas sonriendo hacia la ventana.
Cuando al fin llegaron, Lou se decidió a hacer algo que jamás creyó ser capaz: sacarle información a alguien indirectamente.
—¡Dime a quien te fajaste! —ordenó Cher desesperada.
Lou salió de sí al escuchar su frase tan peculiar.
—¿A quién me qué? —preguntó con voz aguda.
—Fajar —rodó sus ojos—: sexo feroz, atroz, intenso, descomunal…
—Ya capté, ya capté —sacudió su cabeza—. Cher, ¿me cuentas la historia de esos internados? —pidió Lou. Sus segundas intenciones era saber cómo llegar a ellos, y así poder ver a Marco. Aprovechó la sed natural de Cher de hablar, tocándole su punto débil.
Cher rodó sus ojos.
—Toma asiento, esto tomará años —se lanzó sobre el sofá.
Lou se sentó sonriente a su lado y se puso cómoda.
_____________UNA HORA DESPUES_____________
Lou estaba atónita, temblando y casi en shock. No podía ser posible que todo eso haya pasado. Le temía aún más a Jane de lo habitual. Sentía que esa noche tendría pesadillas por las historias insólitas que habían salido de la boca de Cher con tanta naturalidad. TN no parecía mala persona, tal vez un poco más libertina de lo habitual, pero Jane realmente le causaba escalofríos. Lí era una persona muy sensible e increíble, pero más increíble aún que haya encontrado el amor en una mujer de ese tipo. Bueno, al fin de cuentas, ella era la hermana de Marco, lo que indudablemente hacía que esa mujer frívola fuese la tía de su bebé.
Cher le contó con luje de detalles la dirección de tales internados. Lou mintió por primera vez diciendo que debía ir comprar unas vitaminas que el recetó la doctora en los papeles, cosa que Cher ni discutió por estar hablando por teléfono.
Lou no sabía conducir, tampoco tenía auto, pero sí un poco de dinero para tomar un taxi que la llevara tan lejos como estaban esos internados.
Luego de varias decenas de minutos, Lou llegó al internado donde ya había estado hace varios meses. Caminó por el sendero y se encontró con la fila de casitas hermosas y los descomunales autos.
Suspiró al ver la primera casa y se acercó con los papeles en su mano oscilando. Subió los pequeños escalones hasta la entrada y toco el timbre decorado de la entrada. En su estómago comenzaron a crearse sensaciones nuevas. Lou no pensó mucho en la reacción de Marco, sino en que ahora él estaba dentro de ella uniéndose y combinándose en un pequeño ser.
La puerta se abrió y una mujer mayor de cabello oscuro y ojos cafés frunció el ceño al verla, pero con una ligera sonrisa de desentono.
—Hola —dijo la mujer desconcertada.
—Hola, me llamo Lou. ¿Está Marco? —sonrió Lou.
Los ojos de la mujer se abrieron de par en par y su boca cayó al suelo. Expandió una sonrisa de agradecimiento y dio un paso hacia atrás.
—¡Pasa! ¡Pasa! —le alentó la mujer.
Lou sonrió en respuesta y entró. La mujer comenzó a caminar de un lado a otro sin hallar qué hacer. Lou se sentía apenada.
—Siéntate, ponte cómoda, ¿Quieres que te taiga algo? —se ofreció la ricachona.
Lou negó con la cabeza y una sonrisa en el rostro que no podía deshacer. La mujer estaba extasiada, moría por la idea de que una chica buscara a su hijo. Ella nunc ale había conocido ni un solo amigo, y ahora resultaba que se las traía con una chica. La mujer estaba saltando sobre una uña.
—¡¡Marco!! ¡¡Baja!! ¡Tu mano puede esperar! —gritó la mujer hacia las escaleras—. Viene enseguida —le dijo con voz dulce a Lou. Se acercó a ella y se sentó a su lado—. Mi nombre es TN Styles, la madre de Marco, ¿lo conoces de la universidad? —le preguntó animada.
Lou asintió. TN sonreía cada vez más.
—¡¡Marco, coño, baja!! —gritó de nuevo.
Lou abrió sus ojos al punto que casi se le caen al suelo, pero Cher ya le había advertido de la selección de palabras de la madre de Marco, así que no tocó terreno tan pantanosos después de todo.
Dos minutos después, se escucharon pasos intensificándose cada momento hasta que un par de brazos musculosos, un abdomen definido y unos pectorales voluptuosos rociados por una ligera capa de gotas de agua se apareció en las escaleras. El cuerpo de Marco apenas estaba cubierto por una toalla blanca corta de la cadera hacia abajo. Su cabello oscuro estaba empapado y sus ojos grises resaltaban entre los mechones húmedos que saltaban sobre su cara, sus labios estaban rojos por la temperatura y su cuerpo humeaba sexo en cada una de sus células.
Lou quedó boquiabierta al tiempo que TN admiraba contenta la reacción de la chica por su hijo. La expresión de Marco se endureció al ver a Lou, los ojos se oscurecieron y su rostro de coloreó de un intenso color manzana.
—James, hay una chica aquí que vino a buscarte —pestañeó su madre.
—Ho-Hola, Marco —balbuceó Lou en un trance sexual.
—¡Ve, querida! ¡Sube a la habitación con él! —le animó.
Lou se sonrojó ante la oferta. La madre no sabía que ella ya había estado en su habitación, y haciendo lo que le traía las consecuencias del día de hoy.
—No tengo nada que hablar con esta mugrienta. Sácala con la escoba —masculló Marco groseramente y subió hacia su habitación.
A TN se le caía la cara de vergüenza, mientras que Lou sentía el ligero aire de dolor en el que consistía la tormenta de su vida. TN volteó hacia ella y le sonrió apenada.
—Perdona, bajará en un segundo. No te vayas, eh —dijo TN sacudiendo sus manos.
Subió las escaleras y entró a la habitación de Marco echando humo por los oídos.
—¡¿Qué mierdas crees que haces?! ¡Ve y atiende a la señorita! —gruñó.
—¿Señorita? —bufó Marco—. Es una zorra. Sácala antes que le pegue pulgas a tu sofá —dijo colocándose los calcetines en sus pies.
—¿Cómo puedes hacer esto? ¡No me digas que estás siguiendo los pasos de tu hermana! ¡Ella tuvo suerte, pero tú dudo que la tengas!
—Espero no tenerla. No quiero encontrarme un Lí versión femenina. Faltaba más —rodó sus ojos.
—Escúchame, James. ¡Bajarás ahora mismo y…
—¡Que no me llames James! ¡Odio ese nombre! ¿Me entiendes? —gritó.
—Es el nombre que te puse, ¡Y es el que usarás, James!
—Edward es James, yo no. Mi nombre es Mar-co —se levantó luego de colocarse los zapatos.
—¡A mí no me gritas! Llamaré a Harry —advirtió la mujer dando la vuelta.
—¡No! —gritó Marco asustadizo—. ¡Está bien! Bajaré a atenderla —refunfuñó.
Camino de mala gana hacia el salón y se encontró con Lou y sus flameantes ojos cafés.
—¿Qué quieres? —se cruzó de brazos.
Lou expandió su sonrisa y estiró los papeles hacia Marco. Él se los arrebató y comenzó a hojearlo.
Los ojos de Marco se abrían cada vez más, sus músculos se tensaron y su mandíbula se presionaba. Miró hacia todos lados y tomó del brazo a Lou con fuerza. La arrastró hasta la salida y la dejó caer en el suelo.
—¡¿Qué significa esto?! —le gritó.
—Marco, estoy embarazada —se levantó Lou del suelo limpiando su vestido blanco.
—¡Eso ya lo sé! Y supongo que vas a salirme con que es mío —arrugó los papeles de sus manos.
—Es lo que es. Tengo tres meses, justo cuando estuve contigo. Tendremos un bebé —dijo esperanzada.
—¡No! ¡No lo tendremos! ¡Ahora mismo irás a que te saquen esa cosa! —señaló hacia su barriga.
Lou se tomó el abdomen de inmediato y se estremeció ante sus palabras.
—¡No lo permitiré! ¡Es mi bebé, Marco! —su voz se quebró.
Las lágrimas comenzaban a amenazar con explotar en sus ojos.
—¡Tú no tendrás esa pequeña bestia! Si tú no la matas, lo haré yo —se acercó a ella con los puños apretados.
Lou soltó un quejido fino y temeroso. Se fue de espaldas al suelo mientras Marco se acercaba a ella amenazante contra la vida del bebé. Ella estaba atemorizada al extremo.
—¡Ni se te ocurra tocarla, maldito! —dijo Jared apareciendo detrás de él.
Lo volteó y le lanzó un golpe al estómago. Marco cayó al suelo y Jared comenzó a patearlo en el estómago con fuerza.
Lou sentía que cada patada la recibía ella y se lanzó gateando sobre Marco.
—¡Jared, no! —gritaba espantada.
Se interpuso entre Jared y Marco en medio de los golpes y Jared se detuvo al verla.
Sus ojos flameaban como llamas ardientes de la furia, su pelo estaba erizado como el de un gato y sus puños cerrados en dirección a Marco.
Marco trataba de ponerse de pie para golpear a Jared cuando Lou lo tomó de los brazos y lo miró a los ojos.
—Marco, no. Detente, por favor —susurró Lou a centímetros de su rostro.
Marco ardía de la furia, pero dirigió los ojos hacia la mirada de Lou y su enojo disminuyó hasta congelarse.
Jared haló a Lou hasta acunarla con sus brazos. El humor de Marco volvía a subir de temperatura al ver a Lou entre las manos de Jared.
—Suéltala —le ordenó a Jared.
Él negó con la cabeza.
—No permitiré que la lastimes.
—He dicho…que…la sueltes —masculló entre dientes.
Lou sollozaba débil en los brazos de Jared.
—Eres un marica. ¿Cómo te atreves a golpear a una mujer? Cobarde de mierda —gruñó Jared.
—Dámela —Marco estiró una mano hacia ella.
Jared entrecerró los ojos negando con la cabeza de nuevo. No comprendía como Marco podía tratar a Lou como un objeto.
Marco soltó una media sonrisa. Un pensamiento recorrió su mente. Una táctica infalible. Bajó la mirada hacia Lou y estrechó su sonrisa malévola.
—Ven, Lou —le susurró.
Lou sintió que los ángeles la llamaban al paraíso. Comenzó a resbalar sus manos de los brazos de Jared. Este no comprendía.
—Ven a mí —masculló Marco estirando aún sus brazos. Él sabía que Lou no iba a negarse. Utilizaba el amor que ella sentía a su favor.
—Lou… —susurró Jared al sentir como ella se desprendía de sus brazos en dirección a Marco—. ¿Qué haces? Va a lastimarte —le advirtió en voz baja.
Lou no podía escuchar nada, nada más que el coro de querubines que la llamaban al cielo, ese reino donde Marco era quien ordenaba que su sirvienta apareciera para abanicarlo, y donde ella estaba feliz de satisfacer a su amo.
—Quiero tenerte en mis brazos, Lou —susurró con malicia. Su plan funcionaba a la perfección. Ella ni siquiera dudaba en soltarse de Jared.
Ella se soltó por completo de él y caminó hacia Marco lentamente. Por muy mala que fuera la decisión, la tomó sin pensarlo.
—¡Ahora! —dijo Marco impaciente.
Lou aceleró su paso y se estrelló contra los brazos fuertes de Marco. Jared sentía como martillaban y taladraban su corazón sin piedad alguna. Esa era su realidad, proteger a Lou y que ella se dejara guiar por la hipnosis incontrolable de su corazón quemado y enamorado. Jared se vio entre la espada y la pared. Aunque Lou decidiera estar con la persona que le hacía daño tanto emocional como físico, él seguiría amándola y deseaba protegerla fuera cual fuera su decisión. Lo había prometido. No iba a dejar que la lastimaran, así tuviera que hacerle sombra a ella y a Marco.
Marco volteó a Lou para que ambos quedaran de cara a Jared. La rodeó con sus brazos y miró a Jared triunfante, como embarrándole el trofeo de oro al perdedor de último lugar. Marco sabía muy bien los sentimientos de Jared hacia Lou, y ahora los de Lou hacia él mismo. Así que, decidió usar eso en su beneficio contra el peor de sus enemigos: su propio sobrino.
—Lou, ten cuidado —susurró Jared con la voz rota—. Regresa —le suplicó.
Marco rodó sus ojos y rodeó aún más a Lou con sus brazos mostrando posesión absoluta sobre ella. Ella sólo permanecía con la vista al suelo y sus ojos se fraccionaban como vidrios rotos, pero felizmente rotos.
—Se acabó, JJ —se burló Marco—. Ella es mía, porque ella quiere serlo —masculló arrogante.
Jared negó con un nudo en la garganta y la mirada plantada en el toque de Marco sobre el pecho de Lou.
—Esto no se quedará así, ella no sabe lo que siente. No permitiré que le hagas daño —le advirtió.
—Muy tarde —se encogió de hombros—. Ella tiene algo mío ahora —resbaló sus manos hasta el vientre de Lou, donde acarició con sus dedos gruesos sobre su vestido. Lou acariciaba las manos de Marco sobre su abdomen aún plano.
Jared frunció el ceño mientras daba un paso hacia atrás. Marco disfrutaba cada segundo la cara de Jared. Disfrutaba la manera en que él sufría, pues había conseguido lo que siempre había soñado: encontrar su punto débil. Y ahora que ya sabía cuál es, lo iba a destruir por medio de ello, y lo mejor de todo es que, para él, ese punto débil se entregaba en sus manos incondicionalmente.
—Lou, ¿a qué se refiere? —preguntó Jared con la voz temblando.
Lou alzó la mirada por primera vez y miró los ojos de cafés de Jared que estaban llenos de agua y a punto de explotar en lágrimas. Él no soportaba ver como la única persona que odiaba tenía en sus brazos a la que más amaba.
—Jared… —suspiró—. Estoy embarazada.
Lou abrió los ojos y su mirada nublada se iba aclarando hacia una luz blanca y brillante. Parpadeó un par de veces. Cher sonreía sobre su cabeza, junto con una doctora.
—Buenos días, preñada —dijo Cher con una voz fina y chillona.
Lou se sentó en la camilla y trató de hacer memoria de todo lo que había visto antes de su desmayo. Miró alrededor. Sintió hambre.
—¿Cuántos meses tengo? —susurró resignada.
Lou temía que cabía la posibilidad de que estuviera embarazada antes que Marco, pero si así fuera, ya se le hubiese notado la barriga, pero la verdad es que, ni señales de abultamiento presentaba.
—Tres meses —le respondió la doctora.
Lou sonrió enternecida. Aún debía mentalizar algunas cosas, pero no pudo evitar pensar que una pequeña parte de Marco estaba dentro de ella, e iba a vivir con ella. Eso le causaba felicidad.
—¿Quién es el padre, Lou? —preguntó Cher inquieta dándole los papeles del análisis.
Temía que el nombre de Jared saliera de su boca. Lou sonrió aún más y se levantó de la camilla. Dio media vuelta después de arrebatarle los documentos y salió por la puerta dando saltitos de felicidad.
Al atravesar la puerta, Cher la tomó del brazo.
—¿Qué estás haciendo?
—Cher, quiero pedirte un enorme favor; no le digas nada a Jared, ¿sí?
A Cher se le oscurecieron los ojos y sus pupilas se achicaron. Sintió retorcerse todo su interior, cuando Lou se dio cuenta de sus emociones y se apresuró a decir:
—El bebé no es de Jared.
Cher soltó el aire que contenían sus pulmones y trató de relajarse, aunque todavía no estaba del todo clara.
—Entonces, ¿de quién? —frunció el ceño.
Lou sonrió al recordar el nombre y tomó a Cher del brazo. Ambas se fueron al apartamento en el auto de Cher. Ella no dejaba de lanzar preguntas a Lou durante todo el camino. Lou sólo permanecía con sus brazos alrededor de sus rodillas sonriendo hacia la ventana.
Cuando al fin llegaron, Lou se decidió a hacer algo que jamás creyó ser capaz: sacarle información a alguien indirectamente.
—¡Dime a quien te fajaste! —ordenó Cher desesperada.
Lou salió de sí al escuchar su frase tan peculiar.
—¿A quién me qué? —preguntó con voz aguda.
—Fajar —rodó sus ojos—: sexo feroz, atroz, intenso, descomunal…
—Ya capté, ya capté —sacudió su cabeza—. Cher, ¿me cuentas la historia de esos internados? —pidió Lou. Sus segundas intenciones era saber cómo llegar a ellos, y así poder ver a Marco. Aprovechó la sed natural de Cher de hablar, tocándole su punto débil.
Cher rodó sus ojos.
—Toma asiento, esto tomará años —se lanzó sobre el sofá.
Lou se sentó sonriente a su lado y se puso cómoda.
_____________UNA HORA DESPUES_____________
Lou estaba atónita, temblando y casi en shock. No podía ser posible que todo eso haya pasado. Le temía aún más a Jane de lo habitual. Sentía que esa noche tendría pesadillas por las historias insólitas que habían salido de la boca de Cher con tanta naturalidad. TN no parecía mala persona, tal vez un poco más libertina de lo habitual, pero Jane realmente le causaba escalofríos. Lí era una persona muy sensible e increíble, pero más increíble aún que haya encontrado el amor en una mujer de ese tipo. Bueno, al fin de cuentas, ella era la hermana de Marco, lo que indudablemente hacía que esa mujer frívola fuese la tía de su bebé.
Cher le contó con luje de detalles la dirección de tales internados. Lou mintió por primera vez diciendo que debía ir comprar unas vitaminas que el recetó la doctora en los papeles, cosa que Cher ni discutió por estar hablando por teléfono.
Lou no sabía conducir, tampoco tenía auto, pero sí un poco de dinero para tomar un taxi que la llevara tan lejos como estaban esos internados.
Luego de varias decenas de minutos, Lou llegó al internado donde ya había estado hace varios meses. Caminó por el sendero y se encontró con la fila de casitas hermosas y los descomunales autos.
Suspiró al ver la primera casa y se acercó con los papeles en su mano oscilando. Subió los pequeños escalones hasta la entrada y toco el timbre decorado de la entrada. En su estómago comenzaron a crearse sensaciones nuevas. Lou no pensó mucho en la reacción de Marco, sino en que ahora él estaba dentro de ella uniéndose y combinándose en un pequeño ser.
La puerta se abrió y una mujer mayor de cabello oscuro y ojos cafés frunció el ceño al verla, pero con una ligera sonrisa de desentono.
—Hola —dijo la mujer desconcertada.
—Hola, me llamo Lou. ¿Está Marco? —sonrió Lou.
Los ojos de la mujer se abrieron de par en par y su boca cayó al suelo. Expandió una sonrisa de agradecimiento y dio un paso hacia atrás.
—¡Pasa! ¡Pasa! —le alentó la mujer.
Lou sonrió en respuesta y entró. La mujer comenzó a caminar de un lado a otro sin hallar qué hacer. Lou se sentía apenada.
—Siéntate, ponte cómoda, ¿Quieres que te taiga algo? —se ofreció la ricachona.
Lou negó con la cabeza y una sonrisa en el rostro que no podía deshacer. La mujer estaba extasiada, moría por la idea de que una chica buscara a su hijo. Ella nunc ale había conocido ni un solo amigo, y ahora resultaba que se las traía con una chica. La mujer estaba saltando sobre una uña.
—¡¡Marco!! ¡¡Baja!! ¡Tu mano puede esperar! —gritó la mujer hacia las escaleras—. Viene enseguida —le dijo con voz dulce a Lou. Se acercó a ella y se sentó a su lado—. Mi nombre es TN Styles, la madre de Marco, ¿lo conoces de la universidad? —le preguntó animada.
Lou asintió. TN sonreía cada vez más.
—¡¡Marco, coño, baja!! —gritó de nuevo.
Lou abrió sus ojos al punto que casi se le caen al suelo, pero Cher ya le había advertido de la selección de palabras de la madre de Marco, así que no tocó terreno tan pantanosos después de todo.
Dos minutos después, se escucharon pasos intensificándose cada momento hasta que un par de brazos musculosos, un abdomen definido y unos pectorales voluptuosos rociados por una ligera capa de gotas de agua se apareció en las escaleras. El cuerpo de Marco apenas estaba cubierto por una toalla blanca corta de la cadera hacia abajo. Su cabello oscuro estaba empapado y sus ojos grises resaltaban entre los mechones húmedos que saltaban sobre su cara, sus labios estaban rojos por la temperatura y su cuerpo humeaba sexo en cada una de sus células.
Lou quedó boquiabierta al tiempo que TN admiraba contenta la reacción de la chica por su hijo. La expresión de Marco se endureció al ver a Lou, los ojos se oscurecieron y su rostro de coloreó de un intenso color manzana.
—James, hay una chica aquí que vino a buscarte —pestañeó su madre.
—Ho-Hola, Marco —balbuceó Lou en un trance sexual.
—¡Ve, querida! ¡Sube a la habitación con él! —le animó.
Lou se sonrojó ante la oferta. La madre no sabía que ella ya había estado en su habitación, y haciendo lo que le traía las consecuencias del día de hoy.
—No tengo nada que hablar con esta mugrienta. Sácala con la escoba —masculló Marco groseramente y subió hacia su habitación.
A TN se le caía la cara de vergüenza, mientras que Lou sentía el ligero aire de dolor en el que consistía la tormenta de su vida. TN volteó hacia ella y le sonrió apenada.
—Perdona, bajará en un segundo. No te vayas, eh —dijo TN sacudiendo sus manos.
Subió las escaleras y entró a la habitación de Marco echando humo por los oídos.
—¡¿Qué mierdas crees que haces?! ¡Ve y atiende a la señorita! —gruñó.
—¿Señorita? —bufó Marco—. Es una zorra. Sácala antes que le pegue pulgas a tu sofá —dijo colocándose los calcetines en sus pies.
—¿Cómo puedes hacer esto? ¡No me digas que estás siguiendo los pasos de tu hermana! ¡Ella tuvo suerte, pero tú dudo que la tengas!
—Espero no tenerla. No quiero encontrarme un Lí versión femenina. Faltaba más —rodó sus ojos.
—Escúchame, James. ¡Bajarás ahora mismo y…
—¡Que no me llames James! ¡Odio ese nombre! ¿Me entiendes? —gritó.
—Es el nombre que te puse, ¡Y es el que usarás, James!
—Edward es James, yo no. Mi nombre es Mar-co —se levantó luego de colocarse los zapatos.
—¡A mí no me gritas! Llamaré a Harry —advirtió la mujer dando la vuelta.
—¡No! —gritó Marco asustadizo—. ¡Está bien! Bajaré a atenderla —refunfuñó.
Camino de mala gana hacia el salón y se encontró con Lou y sus flameantes ojos cafés.
—¿Qué quieres? —se cruzó de brazos.
Lou expandió su sonrisa y estiró los papeles hacia Marco. Él se los arrebató y comenzó a hojearlo.
Los ojos de Marco se abrían cada vez más, sus músculos se tensaron y su mandíbula se presionaba. Miró hacia todos lados y tomó del brazo a Lou con fuerza. La arrastró hasta la salida y la dejó caer en el suelo.
—¡¿Qué significa esto?! —le gritó.
—Marco, estoy embarazada —se levantó Lou del suelo limpiando su vestido blanco.
—¡Eso ya lo sé! Y supongo que vas a salirme con que es mío —arrugó los papeles de sus manos.
—Es lo que es. Tengo tres meses, justo cuando estuve contigo. Tendremos un bebé —dijo esperanzada.
—¡No! ¡No lo tendremos! ¡Ahora mismo irás a que te saquen esa cosa! —señaló hacia su barriga.
Lou se tomó el abdomen de inmediato y se estremeció ante sus palabras.
—¡No lo permitiré! ¡Es mi bebé, Marco! —su voz se quebró.
Las lágrimas comenzaban a amenazar con explotar en sus ojos.
—¡Tú no tendrás esa pequeña bestia! Si tú no la matas, lo haré yo —se acercó a ella con los puños apretados.
Lou soltó un quejido fino y temeroso. Se fue de espaldas al suelo mientras Marco se acercaba a ella amenazante contra la vida del bebé. Ella estaba atemorizada al extremo.
—¡Ni se te ocurra tocarla, maldito! —dijo Jared apareciendo detrás de él.
Lo volteó y le lanzó un golpe al estómago. Marco cayó al suelo y Jared comenzó a patearlo en el estómago con fuerza.
Lou sentía que cada patada la recibía ella y se lanzó gateando sobre Marco.
—¡Jared, no! —gritaba espantada.
Se interpuso entre Jared y Marco en medio de los golpes y Jared se detuvo al verla.
Sus ojos flameaban como llamas ardientes de la furia, su pelo estaba erizado como el de un gato y sus puños cerrados en dirección a Marco.
Marco trataba de ponerse de pie para golpear a Jared cuando Lou lo tomó de los brazos y lo miró a los ojos.
—Marco, no. Detente, por favor —susurró Lou a centímetros de su rostro.
Marco ardía de la furia, pero dirigió los ojos hacia la mirada de Lou y su enojo disminuyó hasta congelarse.
Jared haló a Lou hasta acunarla con sus brazos. El humor de Marco volvía a subir de temperatura al ver a Lou entre las manos de Jared.
—Suéltala —le ordenó a Jared.
Él negó con la cabeza.
—No permitiré que la lastimes.
—He dicho…que…la sueltes —masculló entre dientes.
Lou sollozaba débil en los brazos de Jared.
—Eres un marica. ¿Cómo te atreves a golpear a una mujer? Cobarde de mierda —gruñó Jared.
—Dámela —Marco estiró una mano hacia ella.
Jared entrecerró los ojos negando con la cabeza de nuevo. No comprendía como Marco podía tratar a Lou como un objeto.
Marco soltó una media sonrisa. Un pensamiento recorrió su mente. Una táctica infalible. Bajó la mirada hacia Lou y estrechó su sonrisa malévola.
—Ven, Lou —le susurró.
Lou sintió que los ángeles la llamaban al paraíso. Comenzó a resbalar sus manos de los brazos de Jared. Este no comprendía.
—Ven a mí —masculló Marco estirando aún sus brazos. Él sabía que Lou no iba a negarse. Utilizaba el amor que ella sentía a su favor.
—Lou… —susurró Jared al sentir como ella se desprendía de sus brazos en dirección a Marco—. ¿Qué haces? Va a lastimarte —le advirtió en voz baja.
Lou no podía escuchar nada, nada más que el coro de querubines que la llamaban al cielo, ese reino donde Marco era quien ordenaba que su sirvienta apareciera para abanicarlo, y donde ella estaba feliz de satisfacer a su amo.
—Quiero tenerte en mis brazos, Lou —susurró con malicia. Su plan funcionaba a la perfección. Ella ni siquiera dudaba en soltarse de Jared.
Ella se soltó por completo de él y caminó hacia Marco lentamente. Por muy mala que fuera la decisión, la tomó sin pensarlo.
—¡Ahora! —dijo Marco impaciente.
Lou aceleró su paso y se estrelló contra los brazos fuertes de Marco. Jared sentía como martillaban y taladraban su corazón sin piedad alguna. Esa era su realidad, proteger a Lou y que ella se dejara guiar por la hipnosis incontrolable de su corazón quemado y enamorado. Jared se vio entre la espada y la pared. Aunque Lou decidiera estar con la persona que le hacía daño tanto emocional como físico, él seguiría amándola y deseaba protegerla fuera cual fuera su decisión. Lo había prometido. No iba a dejar que la lastimaran, así tuviera que hacerle sombra a ella y a Marco.
Marco volteó a Lou para que ambos quedaran de cara a Jared. La rodeó con sus brazos y miró a Jared triunfante, como embarrándole el trofeo de oro al perdedor de último lugar. Marco sabía muy bien los sentimientos de Jared hacia Lou, y ahora los de Lou hacia él mismo. Así que, decidió usar eso en su beneficio contra el peor de sus enemigos: su propio sobrino.
—Lou, ten cuidado —susurró Jared con la voz rota—. Regresa —le suplicó.
Marco rodó sus ojos y rodeó aún más a Lou con sus brazos mostrando posesión absoluta sobre ella. Ella sólo permanecía con la vista al suelo y sus ojos se fraccionaban como vidrios rotos, pero felizmente rotos.
—Se acabó, JJ —se burló Marco—. Ella es mía, porque ella quiere serlo —masculló arrogante.
Jared negó con un nudo en la garganta y la mirada plantada en el toque de Marco sobre el pecho de Lou.
—Esto no se quedará así, ella no sabe lo que siente. No permitiré que le hagas daño —le advirtió.
—Muy tarde —se encogió de hombros—. Ella tiene algo mío ahora —resbaló sus manos hasta el vientre de Lou, donde acarició con sus dedos gruesos sobre su vestido. Lou acariciaba las manos de Marco sobre su abdomen aún plano.
Jared frunció el ceño mientras daba un paso hacia atrás. Marco disfrutaba cada segundo la cara de Jared. Disfrutaba la manera en que él sufría, pues había conseguido lo que siempre había soñado: encontrar su punto débil. Y ahora que ya sabía cuál es, lo iba a destruir por medio de ello, y lo mejor de todo es que, para él, ese punto débil se entregaba en sus manos incondicionalmente.
—Lou, ¿a qué se refiere? —preguntó Jared con la voz temblando.
Lou alzó la mirada por primera vez y miró los ojos de cafés de Jared que estaban llenos de agua y a punto de explotar en lágrimas. Él no soportaba ver como la única persona que odiaba tenía en sus brazos a la que más amaba.
—Jared… —suspiró—. Estoy embarazada.
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Capítulo 7: Parte 1:
Las espinas afiladas atravesaban cada partícula del corazón de Jared. Lou notó en su mirada como ella destrozaba y carbonizaba cada uno de sus sentimientos. No evitó sentir dolor al causárselo a él. Ése fue el momento donde ella se dio cuenta que el dolor de Jared también le dolía a ella. Algo en su interior, por muy doloroso que fuera para Jared, no permitía que Lou regresara a sus brazos, y no era solamente porque el bebé que traía en su vientre pertenecía a Marco, sino porque algo de él estaba en ella también, aunque esto no fuera físico.
Jared negaba con la cabeza mientras diminutas gotitas de agua se asomaban por sus lagrimales. Sus labios de doblaron hacia abajo haciendo un puchero como un bebé humillado. Lou sintió que su corazón también se partía. Soltó una mano de Marco, pero por el contrario, lo agarraba más fuerte con la otra.
Ella no quería lastimar a Jared, ella hubiera sufrido cualquier cosa con tal de que Jared fuera feliz, pero eso implicaría desobedecer a Marco. Y en su mente no cabía ir en contra de Marco, así tuviera que ir en contra de todos. Era algo antinatural para ella doblegar sus deseos.
—Dime que estás mintiendo —dijo Jared en un hilo de voz. Su labio inferior sobresalía mientras una lágrima se arrastró por su mejilla como raspando su piel.
—Dile que se vaya —susurró Marco en el oído de Lou.
Ella cerró sus ojos y su primer instinto fue negarse, pero su corazón palpitó más fuerte en reclamo.
—Jared, vete —Lou empuñó sus ojos.
Los ojos de Jared se abrieron y sus piernas comenzaron a temblar. Se hundía en el abismo del dolor ante las palabras de su hermosamente rota y quemada niña.
—¿Cómo puedes ponerla a hacer esto? —masculló Jared entre dientes mirando a Marco con una mirada fulminante.
Marco sonreía victorioso y bailaba el hula hula sobre la tumba del corazón de su sobrino.
—Lou, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Qué está pasando? —preguntó Lí apareciendo de la nada.
Los brazos de Marco se aferraron con más fuerza al cuerpo de Lou, Jared dio un paso hacia atrás y todos miraron hacia Lí.
—Papá… —empezó Jared, pero Marco lo interrumpió.
—Pasa que tu hijo se está metiendo con mi novia y mi hijo.
Lou sintió una corriente eléctrica recorriendo todo su cuerpo al escuchar la expresión de Marco.
—¿De qué habla? —susurró Lí, luego corrió la mirada hacia Lou.
—Marco y yo tendremos un bebé —anunció ella.
Esta vez fue Lí quien dio un paso hacia atrás boquiabierto. Miró hacia su hijo quien permanecía con los hombros caídos y las ilusiones rotas. Lí sintió en el aire el dolor que emanaba su unigénito.
—Jared, vete a casa —ordenó.
—¿Qué? ¿Para q…
—Que vayas a casa, ahora —endureció su voz.
Jared asintió a regañadientes y caminó en dirección a la casa Lí-Styles.
—Nada a tu madre, como acordamos —le susurró en el oído a su hijo.
Jared no contestó nada, y siguió su camino.
Lí se tomó el cabello con las manos y resopló molesto. Miró a la pareja frente a sus ojos. Marco no hacía desaparecer su rostro de conformidad, y no soltaba a Lou en lo absoluto.
—¿Ya has hablado con Styles? —masculló.
—Sabes cuánto odio que me interroguen, Lí —Marco presionó sus ojos con fuerza.
—Se dará cuenta tarde o temprano.
—Eso lo decidiré yo —gruñó Marco—. No es tu problema, no te metas.
—Si le haces daño, no sólo te meterás con Lou, sabes que también con Jared y conmigo —le advirtió acercándose amenazadoramente.
Marco no contestó, sólo entrecerró los ojos mientras Lí retrocedía en dirección a la casa.
Una vez que Lí entró, Marco soltó a Lou y la volteó hacia él con fuerza.
—Bien hecho, Lou, te has ganado una galletita —soltó una risita maléfica.
—¿Hablaremos con tus padres? —murmuró Lou temerosa.
Marco la tomó de la cintura y la apegó a él con fuerza.
—¿Qué no te quedó claro que NO ME GUSTA QUE ME INTERROGUEN? —presionó su espalda.
—Perdóname —susurró cabizbaja.
Marco torció una sonrisa y estrechó a Lou en sus brazos, algo muy parecido a un abrazo.
—Toma y lárgate —le extendió un celular luego de empujarla lejos de él. Sacó la billetera de su bolsillo y le entregó un manojo de billetes.
—¿Para qué me… —se detuvo al darse cuenta que estaba formulando una pregunta.
—Diré ¨Jane¨ en la pantalla cuando te llame. No contestes cualquier otra llamada. El dinero es para que sobrevivas mientras no estoy —le ordenó retrocediendo.
—Marco, yo no sé cómo regresar —le comentó.
—Justo como viniste —se encogió de hombros y entró a su casa.
Lou exploró el celular mientras caminaba fuera de los terrenos de los internados hasta llegar a una carretera, ahí tomó un taxi y se dirigió de regreso al apartamento con Cher.
Mientras tanto, Jared y Lí tenían una charla en la parte posterior de los internados, lejos de Jane.
—¡Pero ya cálmate! —gritaba Harry a Jared.
—¡No puedo! ¡Se la ha llevado! ¡Se salió con la suya! —gritaba Jared con la voz carrasposa entre sus saladas lágrimas. Caminaba de un lado a otro y daba un golpe en la pared del internado de vez en cuando.
—Ella así lo decidió. Debes afrontarlo —trataba de calmarlo.
—No puedo, papá —su voz se quebró—. Yo la quiero.
—Jared, hijo, esto ya no está en nuestras manos —Lí extendió los brazos hacia su hijo.
—No me daré por vencido —negó con la cabeza.
—Jared, ¡por favor! Tú nunca te has encariñado de ninguna chica así. Siempre has podido superar todo tipo de rupturas.
—Lou no es ninguna de esas rupturas de relaciones tontas que he tenido —murmuró temblando—. Tú nunca dejaste de querer a mamá a pesar de todo lo que hizo, yo tampoco lo haré con Lou.
—Es diferente. Tú madre no estaba enamorada de nadie más ni embarazada de otro.
—No, era aún peor. Lo que pasa es que como se trataban de tus sentimientos los defendías a contra todo —aspiró.
—Esto no es por errores y perdones. Es todo sobre el amor. Ella no te ama como tú a ella.
—Mamá no te amaba como tú a ella —contraatacó.
—No puedo razonar contigo —suspiró resignado.
—Qué bueno que lo reconoces, porque cuando él se canse de torturarme y la dejé, yo iré por ella —le aseguró.
—Está bien. Ya estás grandecito para saber qué hacer. Por el momento, no debemos decirle nada a tu madre. Ella no conoce a Lou y sabes lo fácil que es para los prejuicios. Tú actúa como siempre, ¿sí? Es lo único que te pido.
—De acuerdo —masculló Jared.
Lí abrazó a su hijo y ambos caminaron de regreso a su casa.
Marco se encerró en su cuarto y comenzó a revolver todo.
—¡Maldita sea! ¡Estas mierdas sólo me pasan a mí! —bramaba golpeando todo lo que encontraba a su paso.
—¡¿Qué te pasa?! ¡Marco, abre la puerta! —gritaba TN.
Marco entró al baño y se dio una ducha de agua muy fría para congelar la temperatura de su cuerpo y su furia.
Lou regresó al apartamento, pero Cher no estaba ahí. No era algo raro, puesto que ella casi no estaba en la casa por andar de compras o en citas.
Lou se desvistió frente al espejo y apreció su vientre frente a él.
—Hola, precioso… ¿Cómo te llamas? —acarició su abdomen—. ¿O eres una hermosa nena?
Las espinas afiladas atravesaban cada partícula del corazón de Jared. Lou notó en su mirada como ella destrozaba y carbonizaba cada uno de sus sentimientos. No evitó sentir dolor al causárselo a él. Ése fue el momento donde ella se dio cuenta que el dolor de Jared también le dolía a ella. Algo en su interior, por muy doloroso que fuera para Jared, no permitía que Lou regresara a sus brazos, y no era solamente porque el bebé que traía en su vientre pertenecía a Marco, sino porque algo de él estaba en ella también, aunque esto no fuera físico.
Jared negaba con la cabeza mientras diminutas gotitas de agua se asomaban por sus lagrimales. Sus labios de doblaron hacia abajo haciendo un puchero como un bebé humillado. Lou sintió que su corazón también se partía. Soltó una mano de Marco, pero por el contrario, lo agarraba más fuerte con la otra.
Ella no quería lastimar a Jared, ella hubiera sufrido cualquier cosa con tal de que Jared fuera feliz, pero eso implicaría desobedecer a Marco. Y en su mente no cabía ir en contra de Marco, así tuviera que ir en contra de todos. Era algo antinatural para ella doblegar sus deseos.
—Dime que estás mintiendo —dijo Jared en un hilo de voz. Su labio inferior sobresalía mientras una lágrima se arrastró por su mejilla como raspando su piel.
—Dile que se vaya —susurró Marco en el oído de Lou.
Ella cerró sus ojos y su primer instinto fue negarse, pero su corazón palpitó más fuerte en reclamo.
—Jared, vete —Lou empuñó sus ojos.
Los ojos de Jared se abrieron y sus piernas comenzaron a temblar. Se hundía en el abismo del dolor ante las palabras de su hermosamente rota y quemada niña.
—¿Cómo puedes ponerla a hacer esto? —masculló Jared entre dientes mirando a Marco con una mirada fulminante.
Marco sonreía victorioso y bailaba el hula hula sobre la tumba del corazón de su sobrino.
—Lou, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Qué está pasando? —preguntó Lí apareciendo de la nada.
Los brazos de Marco se aferraron con más fuerza al cuerpo de Lou, Jared dio un paso hacia atrás y todos miraron hacia Lí.
—Papá… —empezó Jared, pero Marco lo interrumpió.
—Pasa que tu hijo se está metiendo con mi novia y mi hijo.
Lou sintió una corriente eléctrica recorriendo todo su cuerpo al escuchar la expresión de Marco.
—¿De qué habla? —susurró Lí, luego corrió la mirada hacia Lou.
—Marco y yo tendremos un bebé —anunció ella.
Esta vez fue Lí quien dio un paso hacia atrás boquiabierto. Miró hacia su hijo quien permanecía con los hombros caídos y las ilusiones rotas. Lí sintió en el aire el dolor que emanaba su unigénito.
—Jared, vete a casa —ordenó.
—¿Qué? ¿Para q…
—Que vayas a casa, ahora —endureció su voz.
Jared asintió a regañadientes y caminó en dirección a la casa Lí-Styles.
—Nada a tu madre, como acordamos —le susurró en el oído a su hijo.
Jared no contestó nada, y siguió su camino.
Lí se tomó el cabello con las manos y resopló molesto. Miró a la pareja frente a sus ojos. Marco no hacía desaparecer su rostro de conformidad, y no soltaba a Lou en lo absoluto.
—¿Ya has hablado con Styles? —masculló.
—Sabes cuánto odio que me interroguen, Lí —Marco presionó sus ojos con fuerza.
—Se dará cuenta tarde o temprano.
—Eso lo decidiré yo —gruñó Marco—. No es tu problema, no te metas.
—Si le haces daño, no sólo te meterás con Lou, sabes que también con Jared y conmigo —le advirtió acercándose amenazadoramente.
Marco no contestó, sólo entrecerró los ojos mientras Lí retrocedía en dirección a la casa.
Una vez que Lí entró, Marco soltó a Lou y la volteó hacia él con fuerza.
—Bien hecho, Lou, te has ganado una galletita —soltó una risita maléfica.
—¿Hablaremos con tus padres? —murmuró Lou temerosa.
Marco la tomó de la cintura y la apegó a él con fuerza.
—¿Qué no te quedó claro que NO ME GUSTA QUE ME INTERROGUEN? —presionó su espalda.
—Perdóname —susurró cabizbaja.
Marco torció una sonrisa y estrechó a Lou en sus brazos, algo muy parecido a un abrazo.
—Toma y lárgate —le extendió un celular luego de empujarla lejos de él. Sacó la billetera de su bolsillo y le entregó un manojo de billetes.
—¿Para qué me… —se detuvo al darse cuenta que estaba formulando una pregunta.
—Diré ¨Jane¨ en la pantalla cuando te llame. No contestes cualquier otra llamada. El dinero es para que sobrevivas mientras no estoy —le ordenó retrocediendo.
—Marco, yo no sé cómo regresar —le comentó.
—Justo como viniste —se encogió de hombros y entró a su casa.
Lou exploró el celular mientras caminaba fuera de los terrenos de los internados hasta llegar a una carretera, ahí tomó un taxi y se dirigió de regreso al apartamento con Cher.
Mientras tanto, Jared y Lí tenían una charla en la parte posterior de los internados, lejos de Jane.
—¡Pero ya cálmate! —gritaba Harry a Jared.
—¡No puedo! ¡Se la ha llevado! ¡Se salió con la suya! —gritaba Jared con la voz carrasposa entre sus saladas lágrimas. Caminaba de un lado a otro y daba un golpe en la pared del internado de vez en cuando.
—Ella así lo decidió. Debes afrontarlo —trataba de calmarlo.
—No puedo, papá —su voz se quebró—. Yo la quiero.
—Jared, hijo, esto ya no está en nuestras manos —Lí extendió los brazos hacia su hijo.
—No me daré por vencido —negó con la cabeza.
—Jared, ¡por favor! Tú nunca te has encariñado de ninguna chica así. Siempre has podido superar todo tipo de rupturas.
—Lou no es ninguna de esas rupturas de relaciones tontas que he tenido —murmuró temblando—. Tú nunca dejaste de querer a mamá a pesar de todo lo que hizo, yo tampoco lo haré con Lou.
—Es diferente. Tú madre no estaba enamorada de nadie más ni embarazada de otro.
—No, era aún peor. Lo que pasa es que como se trataban de tus sentimientos los defendías a contra todo —aspiró.
—Esto no es por errores y perdones. Es todo sobre el amor. Ella no te ama como tú a ella.
—Mamá no te amaba como tú a ella —contraatacó.
—No puedo razonar contigo —suspiró resignado.
—Qué bueno que lo reconoces, porque cuando él se canse de torturarme y la dejé, yo iré por ella —le aseguró.
—Está bien. Ya estás grandecito para saber qué hacer. Por el momento, no debemos decirle nada a tu madre. Ella no conoce a Lou y sabes lo fácil que es para los prejuicios. Tú actúa como siempre, ¿sí? Es lo único que te pido.
—De acuerdo —masculló Jared.
Lí abrazó a su hijo y ambos caminaron de regreso a su casa.
Marco se encerró en su cuarto y comenzó a revolver todo.
—¡Maldita sea! ¡Estas mierdas sólo me pasan a mí! —bramaba golpeando todo lo que encontraba a su paso.
—¡¿Qué te pasa?! ¡Marco, abre la puerta! —gritaba TN.
Marco entró al baño y se dio una ducha de agua muy fría para congelar la temperatura de su cuerpo y su furia.
Lou regresó al apartamento, pero Cher no estaba ahí. No era algo raro, puesto que ella casi no estaba en la casa por andar de compras o en citas.
Lou se desvistió frente al espejo y apreció su vientre frente a él.
—Hola, precioso… ¿Cómo te llamas? —acarició su abdomen—. ¿O eres una hermosa nena?
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Capítulo 7: Parte 2:
─Es enserio, Jane, estoy preocupada ─le decía TN a su hija.
─¿Pero qué quieres que haga? Sabes que ellos no congenian ─le explicaba mientras miraba a Jared de lejos.
─Inténtalo, hoy se puso peor que nunca. Tiró todas las cosas de su habitación, hizo un desastre, gritaba como si lo estuvieran violando. Ayúdame, te lo ordeno.
─Está bien, mamá. Haré lo que pueda, pero sabes que a Marco no le gusta el fútbol, ni nada normal ─rodó sus ojos.
─¡Es tu hermano!
─¡Lo sé, lo sé!... Y hablando de hermanos, ¿cuándo regresa Ed?
─Aún no lo sabe. Jura avisarnos en cuanto tenga noticias.
─Está bien, mamá. Nos vemos luego ─colgó.
Era de tarde. Jared pasaba los canales de televisión sin ver alguno. Su mente estaba sumada en pensamientos, en los cuales Lou estaba presente en todos ellos. Se imaginó la vida que sería si el bebé que llevase dentro fuese suyo. Suspiró al imaginar vivir con ella, acariciar su barriga todas las noches, dormir con ella, besarla…cosa que nunca había hecho, pero siempre había soñado. Cuánto hubiese dado por alimentarla, decirle cosas hermosas al oído, acaricias su cabello, hacerla reír. Pero, ahora no podía hacer nada de eso, porque según Marco, ella le pertenecía. El tema del bebé le había tocado muy fuerte, pero eso no disminuía el amor que sentía por su quemada Lou.
Jared apagó el televisor y de camino a su habitación miró la enorme caja de Lego’s diminutos. Bostezó y llevó la caja hasta el comedor. Una vez sentado ahí, se decidió a montar una estructura, algo diferente. Tal vez, algo que le recordara a Lou. Él sentía que lo que había en su corazón era amor, como la torre Eiffel en la ciudad del amor. Sonrió y empezó a unir las piezas coloridas de forma vertical.
Luego de casi cinco horas, Jared estaba casi en la cumbre de su edificación, cuando la voz de su madre lo interrumpió.
─Jared, deja eso ya. Ve a dormir ─bostezó.
─Ya voy, mamá. Sólo termino esta ─respondió Jared sin voltear la mirada. Colocó la última pieza con sumo cuidado y relajó sus hombros─. Ya está ─suspiró.
Jane sonrió maléficamente mientras Jared tomaba una foto a la torre con su teléfono. Él planeaba imprimir la foto y regalársela a Lou, como un recuerdo, tal vez. Sonrió ante el la imagen sonriente de Lou al recibir la foto.
─¿Y qué pasa si yo hago... esto? ─Jane agitó su mano cerca de la creación de su hijo.
─¡No! ─gritó en shock.
Jane sonrió y se detuvo.
─Ve a dormirte ─le ordenó.
Jared se levantó y antes de subir las escaleras plantó un beso en la mejilla de su madre. Entró a la habitación y se recostó en la cama. Miró la foto de la torre y se le ocurrió una idea. Marcó el teléfono.
─Hola, Cher, ¿Lou sigue despierta?
─Estoy muy bien, gracias ─bromeó─. Ya te la paso…
─Hola ─respondió Lou.
Jared cerró sus ojos y suspiró. Amaba la voz de Lou.
─¿Cómo estás? ─susurró.
─¿Estás enojado conmigo? ─gimoteó.
─Yo nunca me enojaré contigo ─le prometió─. ¿Estás bien?
─Sí, de hecho ya tengo un teléfono.
─¿Qué?
─Marco me lo dio, creo que era suyo.
Jared rodó sus ojos.
─Lou, sabes que te quiero, ¿cierto?
─Sí, yo también te quiero, Jared.
─Pero no como a Marco ─dijo con el alma en trozos.
Lou sólo suspiro, la respuesta era más que clara para ambos.
─Siempre estaré para ti, no importa de quien estés embarazada.
─Gracias por apoyarme, aún con mi barriga de sandía.
─De balón ─la corrigió Jared.
─Ah, ¿de balón? Gracias ─bromeó Lou.
Jared soltó una carcajada.
─Jared, hijo del amor apasionado, cuelga ese teléfono y duérmete ─Jane golpeó la puerta de la habitación de su hijo al escucharlo hablar.
Jared ni siquiera escuchó por estar hipnotizado en el teléfono.
─Cuéntame, mon amour, ¿qué pasó cuando me fui?
─Marco se puso a la defensiva con tu padre. ¿Por qué es así con todo el mundo? ─preguntó Lou con voz ahogada.
─No con todos ─se sentó en la cama─, a mi abuelo le teme como a nadie.
─¿Por qué?
─Sólo ellos dos lo sabrán ─se encogió de hombros. Una duda se centró entre las cejas de Jared─. Loulu, ¿por qué Marco quería golpearte antes de que yo llegara?
Los puños de Jared se cerraron y sus ojos comenzaron a flamear.
─Él… ─Lou dudó varios segundos. Contarle que Marco trataba de matar al bebé significaría intensificar el odio entre ambos─ simplemente estaba molesto.
─Lou, yo necesito que contactes conmigo de cualquier manera en caso de que Marco intente algo contra ti o contra el bebé, ¿me entiendes?
Lou soltó un largo suspiro.
─Sí ─susurró para luego bostezar.
─Ve a dormir ─sonrió─. Descansa.
─Buenas noches, Jared. Nos vemos mañana…¿o JJ? ─soltó una risita.
─No te burles, es un apodo familiar. Supongo que tu nombre no es Lou, ¿o sí?
─No. Soy Louisianna Adrianne Allen.
─Lí ─susurró Jared.
─¿Cómo?
─Nada. Buenas noches, Lou.
─Adios, JJ ─colgó entre risitas.
Lou se durmió acariciando su vientre mientras Jared se batía los sesos en qué hacer. Marco estaba tirado en el suelo de su habitación sin camisa y pensando cómo iba a decírselo a Styles ahora.
Al amanecer, Lou se preparó y bajo a desayunar con Cher.
Cher abrió los ojos al verla y abrió la boca para hablar, pero Lou se sentó y habló antes que ella.
─El padre de mi bebé es Marco Styles, Jared y el señor Lí ya lo saben. Marco le contará a sus padres y todo se lo están ocultando a Jane, ¿alguna pregunta? ─alzó una ceja.
La boca de Cher cayó al suelo y estaba a punto de irse de espaldas.
─¿Marco? ¿Cómo pudiste seducirlo? ¡Ése chico no tiene ni hormonas! Dudo que sea humano algunas veces.
─Pues las tiene, y muy activas ─mordió la tostada de su plato.
─¡Cuéntame cómo fue! ─arrastró la banqueta hacia Lou.
Lou podía contar muchas cosas, pero su intimidad no se la contaría ni a Jared. Eso era algo entre Marco y ella, solamente.
─Vámonos; llegarás tarde a clases ─Lou tomó su bolso luego de un sorbo de jugo y Cher la siguió. La curiosidad la halaba como el hilo de un mimo.
Jared baja de su habitación para desayunar con su familia. Lí besa a su esposa, y Jared hace lo mismo.
─Pancakes para Jared y cereal para Harry ─anunció Jane sirviéndoles.
Lí y Jared se miran el uno al otro en intercambian platos.
─Juro que mañana no me equivocaré ─prometió Jane.
─Eso dijiste ayer ─murmuró Harry..
─Pues, si no te gusta lo que te hago, usa tus manitos en la cocina como las usas en la cama ─gruñó.
─Eso no quería escucharlo ─Jared presionó sus ojos.
─¿Qué día es hoy? ─preguntó Jane.
─Jueves ─contestó Harry.
─¿Qué toca? ─les preguntó a ambos.
Lí y Jared se intercambian miradas. El nombre de ¨Lou¨ resuena en sus miradas, Jane no se percata para nada.
─Yo lo de todos los días en la universidad ─respondió Harry al ver que su hijo no hablaba.
─Fútbol despues de clases, tutorearé matemáticas a un chico luego de eso, y en la noche tengo una cita ─sonrió Jared sonrojado. Esperaba que su madre le creyera la mentira, puesto que su cita no era un plan fijo, más bien, buscaba como escabullirse para ver a Lou en la noche.
─Dime que es la misma del fin de semana ─Jane rodó sus ojos.
─Nop ─rió.
Lí fulminó con la mirada a Jared, él se dio cuenta que su hijo sólo trataba de actuar natural, así que él trató de hacer lo mismo.
─¡Ese es mi muchacho! ─Harry palmeó su hombro.
─¿Y qué pasó con Donna? ─murmuró Jane desconforme.
─Ah, estaba loca ─balbuceó. No encontró nada más inteligente que decir.
─¿Quién es la chica de hoy? ─preguntó Jane inocentemente, no tenía ni rastros de idea de que su familia le escondía algo.
Jared pensó un poco mejor la respuesta.
─Es Evelyn, y tiene unos se... Perdón.
─¿Tú qué harás hoy? ─le preguntó Lí a su esposa rápidamente, al ver que su hijo sobreactuaba y estaba hecho un manojo de nervios ante el interrogatorio.
─Trabajaré en el mismo caso, un asesinato bastante curioso.
─Lindo ─bromeó Jared.
─Jared, quiero pedirte un favor.
─Si tiene que ver con Marco, olvídalo ─bufó para luego presionar la mandíbula y morderse la lengua, su nombre ardía como ácido en su lengua.
─Óyeme, no le hables así a tu madre ─le regañó Harry.
Jared rodó sus ojos y soltó la cuchara molesto.
─Dime, mamá ─masculló de mala gana.
─Mi madre llamó, quiere que lleves a Marco a ver una de tus prácticas del fútbol ─hizo un puchero.
─¿Para qué? A Marco no le gusta el fútbol; a Marco no le gusta nada ─masculló entre dientes.
─Es el punto. Mi madre está preocupada por su integración social. Sabes de sus vicios. Tal vez viéndote haciendo algo bueno, le den ganas de hacerlo también. Inyéctale un poco de tu energía ─trató de curvar una sonrisa.
─¿Y seré yo quien lo convenza? Marco me odia ─y yo a él, dijo en sus adentros.
─Jared, no digas eso. Marco no te odia. Se llevarían bien si le dieras una oportunidad.
─Le he dado muchas. Él simplemente es un antisocial perdido. No quiero seguir hablando de esto; me voy a clases ─se levantó de la mesa golpeando el suelo con sus pies. Ardía de la rabia.
─Piénsalo un poco, por favor ─suplicó su madre.
Él trató de no enojarse con ella, era inocente y estaba privada de la información. Plantó un beso en su mejilla y contestó:
─Ni soñando ─susurró. Comenzó a jugar con las llaves en sus manos y salió de un portazo.
─¿Crees que Marco sea lo que Jared dice? ─le preguntó Jane a Harry. Éste leía el periódico tratando de evadir pensamientos.
─Ah, sí. Seguro ─encogió sus hombros.
─¡Harry! Es de mi hermano de quien hablamos ─lo regañó.
─Lo siento, Jane, pero son realidades. Tu adorado hermano adolescente es raro. Y no, no raro como tú o como tu madre, él es como... místico y a veces me da miedo. ¿Pertenecerá a una secta? ─jadeó abriendo los ojos.
─¡No seas imbécil! ─Jane huyó de la mesa.
Jared se apresuró para alcanzar a Lou antes de que saliera del apartamento. Justo ella salía cuando él estacionaba su coche frente al edificio.
─Buenos días, Lou ─le dio un beso en la mejilla.
─Hola, Jared, ¿qué haces aquí? ─le sonrió Lou.
─¿No es obvio? Buscándote ─masculló Cher caminando hacia su auto.
─Hola, Cher ─Jared fingió interés. Ella sólo agitó su mano.
─¿Puedo llevarte a la universidad? ─tomó sus manos y las agitó suavemente.
Lou miró sobre el hombro de Jared.
─Perdona, ¿te le estás ofreciendo a mi chica? ─se escuchó la voz gruesa y sexy de Marco. Bastó para que Lou se derritiera.
Lou evadió a Jared y caminó hacia Marco con una sonrisa estampada en la boca. Se lanzó entre los brazos extendidos de él y él la acunó posesivamente.
─Hazme un favor y no vuelvas a acercarte a ella, ¿de acuerdo?
─Tú no eres su dueño ─Jared apretó los puños.
─Tú qué opinas, ¿Lou? ─le susurró Marco a Lou en el oído.
Jared cristalizaba sus ojos esperando que Lou reaccionara.
─Lo siento, Jared ─dijo nada más y clavó su vista al suelo.
Una nube gris comenzó a dejar caer agua sobre la cabeza de Jared, un par de rayos también. Marco se percató del estado del chico y quiso darle un pequeño remate que lo destrozaría.
Marco estrechó una sonrisa y volteó a Lou para frente a él, la tomó de la cintura y unió sus labios con los de ella. Lou no se lo esperaba, pero sentía que volaba en el aire al sentir el calor húmedo de sus labios, él devoraba su boca como un león hambriento y Jared presenciaba todo con el corazón en la mano, latiendo y sangrando.
Jared rápidamente entró a su auto y salió a toda pastilla.
Marco soltó a Lou y la empujó un poco, como de costumbre, pero ella no le tomo importancia.
─No me llamaste ayer ─gimoteó Lou.
─No estaba de humor. Esta noche pasaré por ti para que hablemos con mis padres ─la tomó de un mechón de cabello y la haló contra él.
Ella se quejó de dolor, pero su boca fue callada por un beso de los deliciosos y finos labios de su adorado Marco.
─Me besaste ─esbozó una sonrisa.
Marco torció una también y la volvió a tomar del cabello.
─No lo hagas drama ─la tiró dentro del auto.
Marco entró a su auto y condujo a toda velocidad hacia la universidad.
─Es enserio, Jane, estoy preocupada ─le decía TN a su hija.
─¿Pero qué quieres que haga? Sabes que ellos no congenian ─le explicaba mientras miraba a Jared de lejos.
─Inténtalo, hoy se puso peor que nunca. Tiró todas las cosas de su habitación, hizo un desastre, gritaba como si lo estuvieran violando. Ayúdame, te lo ordeno.
─Está bien, mamá. Haré lo que pueda, pero sabes que a Marco no le gusta el fútbol, ni nada normal ─rodó sus ojos.
─¡Es tu hermano!
─¡Lo sé, lo sé!... Y hablando de hermanos, ¿cuándo regresa Ed?
─Aún no lo sabe. Jura avisarnos en cuanto tenga noticias.
─Está bien, mamá. Nos vemos luego ─colgó.
Era de tarde. Jared pasaba los canales de televisión sin ver alguno. Su mente estaba sumada en pensamientos, en los cuales Lou estaba presente en todos ellos. Se imaginó la vida que sería si el bebé que llevase dentro fuese suyo. Suspiró al imaginar vivir con ella, acariciar su barriga todas las noches, dormir con ella, besarla…cosa que nunca había hecho, pero siempre había soñado. Cuánto hubiese dado por alimentarla, decirle cosas hermosas al oído, acaricias su cabello, hacerla reír. Pero, ahora no podía hacer nada de eso, porque según Marco, ella le pertenecía. El tema del bebé le había tocado muy fuerte, pero eso no disminuía el amor que sentía por su quemada Lou.
Jared apagó el televisor y de camino a su habitación miró la enorme caja de Lego’s diminutos. Bostezó y llevó la caja hasta el comedor. Una vez sentado ahí, se decidió a montar una estructura, algo diferente. Tal vez, algo que le recordara a Lou. Él sentía que lo que había en su corazón era amor, como la torre Eiffel en la ciudad del amor. Sonrió y empezó a unir las piezas coloridas de forma vertical.
Luego de casi cinco horas, Jared estaba casi en la cumbre de su edificación, cuando la voz de su madre lo interrumpió.
─Jared, deja eso ya. Ve a dormir ─bostezó.
─Ya voy, mamá. Sólo termino esta ─respondió Jared sin voltear la mirada. Colocó la última pieza con sumo cuidado y relajó sus hombros─. Ya está ─suspiró.
Jane sonrió maléficamente mientras Jared tomaba una foto a la torre con su teléfono. Él planeaba imprimir la foto y regalársela a Lou, como un recuerdo, tal vez. Sonrió ante el la imagen sonriente de Lou al recibir la foto.
─¿Y qué pasa si yo hago... esto? ─Jane agitó su mano cerca de la creación de su hijo.
─¡No! ─gritó en shock.
Jane sonrió y se detuvo.
─Ve a dormirte ─le ordenó.
Jared se levantó y antes de subir las escaleras plantó un beso en la mejilla de su madre. Entró a la habitación y se recostó en la cama. Miró la foto de la torre y se le ocurrió una idea. Marcó el teléfono.
─Hola, Cher, ¿Lou sigue despierta?
─Estoy muy bien, gracias ─bromeó─. Ya te la paso…
─Hola ─respondió Lou.
Jared cerró sus ojos y suspiró. Amaba la voz de Lou.
─¿Cómo estás? ─susurró.
─¿Estás enojado conmigo? ─gimoteó.
─Yo nunca me enojaré contigo ─le prometió─. ¿Estás bien?
─Sí, de hecho ya tengo un teléfono.
─¿Qué?
─Marco me lo dio, creo que era suyo.
Jared rodó sus ojos.
─Lou, sabes que te quiero, ¿cierto?
─Sí, yo también te quiero, Jared.
─Pero no como a Marco ─dijo con el alma en trozos.
Lou sólo suspiro, la respuesta era más que clara para ambos.
─Siempre estaré para ti, no importa de quien estés embarazada.
─Gracias por apoyarme, aún con mi barriga de sandía.
─De balón ─la corrigió Jared.
─Ah, ¿de balón? Gracias ─bromeó Lou.
Jared soltó una carcajada.
─Jared, hijo del amor apasionado, cuelga ese teléfono y duérmete ─Jane golpeó la puerta de la habitación de su hijo al escucharlo hablar.
Jared ni siquiera escuchó por estar hipnotizado en el teléfono.
─Cuéntame, mon amour, ¿qué pasó cuando me fui?
─Marco se puso a la defensiva con tu padre. ¿Por qué es así con todo el mundo? ─preguntó Lou con voz ahogada.
─No con todos ─se sentó en la cama─, a mi abuelo le teme como a nadie.
─¿Por qué?
─Sólo ellos dos lo sabrán ─se encogió de hombros. Una duda se centró entre las cejas de Jared─. Loulu, ¿por qué Marco quería golpearte antes de que yo llegara?
Los puños de Jared se cerraron y sus ojos comenzaron a flamear.
─Él… ─Lou dudó varios segundos. Contarle que Marco trataba de matar al bebé significaría intensificar el odio entre ambos─ simplemente estaba molesto.
─Lou, yo necesito que contactes conmigo de cualquier manera en caso de que Marco intente algo contra ti o contra el bebé, ¿me entiendes?
Lou soltó un largo suspiro.
─Sí ─susurró para luego bostezar.
─Ve a dormir ─sonrió─. Descansa.
─Buenas noches, Jared. Nos vemos mañana…¿o JJ? ─soltó una risita.
─No te burles, es un apodo familiar. Supongo que tu nombre no es Lou, ¿o sí?
─No. Soy Louisianna Adrianne Allen.
─Lí ─susurró Jared.
─¿Cómo?
─Nada. Buenas noches, Lou.
─Adios, JJ ─colgó entre risitas.
Lou se durmió acariciando su vientre mientras Jared se batía los sesos en qué hacer. Marco estaba tirado en el suelo de su habitación sin camisa y pensando cómo iba a decírselo a Styles ahora.
Al amanecer, Lou se preparó y bajo a desayunar con Cher.
Cher abrió los ojos al verla y abrió la boca para hablar, pero Lou se sentó y habló antes que ella.
─El padre de mi bebé es Marco Styles, Jared y el señor Lí ya lo saben. Marco le contará a sus padres y todo se lo están ocultando a Jane, ¿alguna pregunta? ─alzó una ceja.
La boca de Cher cayó al suelo y estaba a punto de irse de espaldas.
─¿Marco? ¿Cómo pudiste seducirlo? ¡Ése chico no tiene ni hormonas! Dudo que sea humano algunas veces.
─Pues las tiene, y muy activas ─mordió la tostada de su plato.
─¡Cuéntame cómo fue! ─arrastró la banqueta hacia Lou.
Lou podía contar muchas cosas, pero su intimidad no se la contaría ni a Jared. Eso era algo entre Marco y ella, solamente.
─Vámonos; llegarás tarde a clases ─Lou tomó su bolso luego de un sorbo de jugo y Cher la siguió. La curiosidad la halaba como el hilo de un mimo.
Jared baja de su habitación para desayunar con su familia. Lí besa a su esposa, y Jared hace lo mismo.
─Pancakes para Jared y cereal para Harry ─anunció Jane sirviéndoles.
Lí y Jared se miran el uno al otro en intercambian platos.
─Juro que mañana no me equivocaré ─prometió Jane.
─Eso dijiste ayer ─murmuró Harry..
─Pues, si no te gusta lo que te hago, usa tus manitos en la cocina como las usas en la cama ─gruñó.
─Eso no quería escucharlo ─Jared presionó sus ojos.
─¿Qué día es hoy? ─preguntó Jane.
─Jueves ─contestó Harry.
─¿Qué toca? ─les preguntó a ambos.
Lí y Jared se intercambian miradas. El nombre de ¨Lou¨ resuena en sus miradas, Jane no se percata para nada.
─Yo lo de todos los días en la universidad ─respondió Harry al ver que su hijo no hablaba.
─Fútbol despues de clases, tutorearé matemáticas a un chico luego de eso, y en la noche tengo una cita ─sonrió Jared sonrojado. Esperaba que su madre le creyera la mentira, puesto que su cita no era un plan fijo, más bien, buscaba como escabullirse para ver a Lou en la noche.
─Dime que es la misma del fin de semana ─Jane rodó sus ojos.
─Nop ─rió.
Lí fulminó con la mirada a Jared, él se dio cuenta que su hijo sólo trataba de actuar natural, así que él trató de hacer lo mismo.
─¡Ese es mi muchacho! ─Harry palmeó su hombro.
─¿Y qué pasó con Donna? ─murmuró Jane desconforme.
─Ah, estaba loca ─balbuceó. No encontró nada más inteligente que decir.
─¿Quién es la chica de hoy? ─preguntó Jane inocentemente, no tenía ni rastros de idea de que su familia le escondía algo.
Jared pensó un poco mejor la respuesta.
─Es Evelyn, y tiene unos se... Perdón.
─¿Tú qué harás hoy? ─le preguntó Lí a su esposa rápidamente, al ver que su hijo sobreactuaba y estaba hecho un manojo de nervios ante el interrogatorio.
─Trabajaré en el mismo caso, un asesinato bastante curioso.
─Lindo ─bromeó Jared.
─Jared, quiero pedirte un favor.
─Si tiene que ver con Marco, olvídalo ─bufó para luego presionar la mandíbula y morderse la lengua, su nombre ardía como ácido en su lengua.
─Óyeme, no le hables así a tu madre ─le regañó Harry.
Jared rodó sus ojos y soltó la cuchara molesto.
─Dime, mamá ─masculló de mala gana.
─Mi madre llamó, quiere que lleves a Marco a ver una de tus prácticas del fútbol ─hizo un puchero.
─¿Para qué? A Marco no le gusta el fútbol; a Marco no le gusta nada ─masculló entre dientes.
─Es el punto. Mi madre está preocupada por su integración social. Sabes de sus vicios. Tal vez viéndote haciendo algo bueno, le den ganas de hacerlo también. Inyéctale un poco de tu energía ─trató de curvar una sonrisa.
─¿Y seré yo quien lo convenza? Marco me odia ─y yo a él, dijo en sus adentros.
─Jared, no digas eso. Marco no te odia. Se llevarían bien si le dieras una oportunidad.
─Le he dado muchas. Él simplemente es un antisocial perdido. No quiero seguir hablando de esto; me voy a clases ─se levantó de la mesa golpeando el suelo con sus pies. Ardía de la rabia.
─Piénsalo un poco, por favor ─suplicó su madre.
Él trató de no enojarse con ella, era inocente y estaba privada de la información. Plantó un beso en su mejilla y contestó:
─Ni soñando ─susurró. Comenzó a jugar con las llaves en sus manos y salió de un portazo.
─¿Crees que Marco sea lo que Jared dice? ─le preguntó Jane a Harry. Éste leía el periódico tratando de evadir pensamientos.
─Ah, sí. Seguro ─encogió sus hombros.
─¡Harry! Es de mi hermano de quien hablamos ─lo regañó.
─Lo siento, Jane, pero son realidades. Tu adorado hermano adolescente es raro. Y no, no raro como tú o como tu madre, él es como... místico y a veces me da miedo. ¿Pertenecerá a una secta? ─jadeó abriendo los ojos.
─¡No seas imbécil! ─Jane huyó de la mesa.
Jared se apresuró para alcanzar a Lou antes de que saliera del apartamento. Justo ella salía cuando él estacionaba su coche frente al edificio.
─Buenos días, Lou ─le dio un beso en la mejilla.
─Hola, Jared, ¿qué haces aquí? ─le sonrió Lou.
─¿No es obvio? Buscándote ─masculló Cher caminando hacia su auto.
─Hola, Cher ─Jared fingió interés. Ella sólo agitó su mano.
─¿Puedo llevarte a la universidad? ─tomó sus manos y las agitó suavemente.
Lou miró sobre el hombro de Jared.
─Perdona, ¿te le estás ofreciendo a mi chica? ─se escuchó la voz gruesa y sexy de Marco. Bastó para que Lou se derritiera.
Lou evadió a Jared y caminó hacia Marco con una sonrisa estampada en la boca. Se lanzó entre los brazos extendidos de él y él la acunó posesivamente.
─Hazme un favor y no vuelvas a acercarte a ella, ¿de acuerdo?
─Tú no eres su dueño ─Jared apretó los puños.
─Tú qué opinas, ¿Lou? ─le susurró Marco a Lou en el oído.
Jared cristalizaba sus ojos esperando que Lou reaccionara.
─Lo siento, Jared ─dijo nada más y clavó su vista al suelo.
Una nube gris comenzó a dejar caer agua sobre la cabeza de Jared, un par de rayos también. Marco se percató del estado del chico y quiso darle un pequeño remate que lo destrozaría.
Marco estrechó una sonrisa y volteó a Lou para frente a él, la tomó de la cintura y unió sus labios con los de ella. Lou no se lo esperaba, pero sentía que volaba en el aire al sentir el calor húmedo de sus labios, él devoraba su boca como un león hambriento y Jared presenciaba todo con el corazón en la mano, latiendo y sangrando.
Jared rápidamente entró a su auto y salió a toda pastilla.
Marco soltó a Lou y la empujó un poco, como de costumbre, pero ella no le tomo importancia.
─No me llamaste ayer ─gimoteó Lou.
─No estaba de humor. Esta noche pasaré por ti para que hablemos con mis padres ─la tomó de un mechón de cabello y la haló contra él.
Ella se quejó de dolor, pero su boca fue callada por un beso de los deliciosos y finos labios de su adorado Marco.
─Me besaste ─esbozó una sonrisa.
Marco torció una también y la volvió a tomar del cabello.
─No lo hagas drama ─la tiró dentro del auto.
Marco entró a su auto y condujo a toda velocidad hacia la universidad.
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
OMG OMG OMG OMG OMG OMG HBSDHSBFHSDBHDFB AII DIS, JO CASI LLORO CUANDO SE VA CON MARCO Y DEJA AHI A JARED :( Y LA BESA AHORA AL FINAL MARCO JDNFSUJDHFJDF MY FEELINGS HSCUSDHFUSDFHUDSF AL FINAL LA VA A ACABAR QUERIENDO, QUE YO LO SÉ SIGUELAAAAAAA
Desi1D
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Nair obvio que tus fieles lectoras estarán aquí, contigo, esperando un capitulo de esta HERMOSA NOVELA incluyéndome :-w-:
AMÉ los capítulos
Tienes que seguirla
Saludos
:bye:
AMÉ los capítulos
Tienes que seguirla
Saludos
:bye:
AnaStylinson
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
NAIR AMOR MIO YO SEGUIRE LEENDO AQUI NO ME GUSTAN EN FACEBOOK Y ACUERDATE QUE SOY TU FIEL LECTORA Y AHORA QUE REGRESE ESTARE COMENTANDO !!!
TE AMO!! YO SEGURE AQUI CON TIGO
BESOS Y YA LEO TU MARATON!
TE AMO!! YO SEGURE AQUI CON TIGO
BESOS Y YA LEO TU MARATON!
vivian styles
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
HOLA AMOR ♥ GRACIAS POR LEER. TE QUIERO MUCHO Y PRONTO LA SIGO :)vivian styles escribió:NAIR AMOR MIO YO SEGUIRE LEENDO AQUI NO ME GUSTAN EN FACEBOOK Y ACUERDATE QUE SOY TU FIEL LECTORA Y AHORA QUE REGRESE ESTARE COMENTANDO !!!
TE AMO!! YO SEGURE AQUI CON TIGO
BESOS Y YA LEO TU MARATON!
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Gracias por bancarme. Pronto la sigo :) Besitos ♥AnaStylinson escribió:Nair obvio que tus fieles lectoras estarán aquí, contigo, esperando un capitulo de esta HERMOSA NOVELA incluyéndome :-w-:
AMÉ los capítulos
Tienes que seguirla
Saludos
:bye:
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Nooo llores pronto la sigo :)Desi1D escribió:OMG OMG OMG OMG OMG OMG HBSDHSBFHSDBHDFB AII DIS, JO CASI LLORO CUANDO SE VA CON MARCO Y DEJA AHI A JARED :( Y LA BESA AHORA AL FINAL MARCO JDNFSUJDHFJDF MY FEELINGS HSCUSDHFUSDFHUDSF AL FINAL LA VA A ACABAR QUERIENDO, QUE YO LO SÉ SIGUELAAAAAAA
NaiirAJ
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
siguelaaaaaaaaa... pobre jared no se merece todo lo que le hace el es tan asdfghjkl estoy llorando de solo pensar zcomo se sentia jared al presenciar las escenitas de marco y lou... LOU es una estupida, que no se da cuenta que marco solo esta jugando con ella para hacerle danio a jared!!!?? -.-
dulce styles
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
LOU ESTA EMBARAZADA OH MAI GORE
MARCO ES UN HDP PERO LO AMO, Y JARED ES TAN..... :enamorado: EL AMA A LOU Y ELLA ESTA COMO POSEIDA O HIPNOTIZADA POR MARCO :muere:
MARCO BESO A LOU CHBFG LA ENVIDIO TANTO TIENE A JARED Y SE ACOSTO Y BESO A MARCO SDHBFGDSKHF MUEROO PINCHE PENDEHA SUERTUDA
BUENO COMO YA LO HE DICHO NO VOY A DEJAR DE LEER TU ADAPTACION POR ESTA PENDEJA TARADA OZEAH... CAGA LA NOVELA, YA TODAS NOSOTRAS SABEMOS QUE ES UNA ADAPTACION Y SABES QUE? AMO TU ADAPTACION OK? NO DEJES QUE ALGUIEN ESTUPIDO TE ARRUINE SI?
TE MANDO UN KISS SEPSI DE MUA SEGUILA SI? :bye:
MARCO ES UN HDP PERO LO AMO, Y JARED ES TAN..... :enamorado: EL AMA A LOU Y ELLA ESTA COMO POSEIDA O HIPNOTIZADA POR MARCO :muere:
MARCO BESO A LOU CHBFG LA ENVIDIO TANTO TIENE A JARED Y SE ACOSTO Y BESO A MARCO SDHBFGDSKHF MUEROO PINCHE PENDEHA SUERTUDA
BUENO COMO YA LO HE DICHO NO VOY A DEJAR DE LEER TU ADAPTACION POR ESTA PENDEJA TARADA OZEAH... CAGA LA NOVELA, YA TODAS NOSOTRAS SABEMOS QUE ES UNA ADAPTACION Y SABES QUE? AMO TU ADAPTACION OK? NO DEJES QUE ALGUIEN ESTUPIDO TE ARRUINE SI?
TE MANDO UN KISS SEPSI DE MUA SEGUILA SI? :bye:
Agus Directioner
Re: Malas Decisiones {3 Temporada de Diva Adolescente} <CAPITULO NUEVO> FINAL
Prefiero esperar a nair
Que leer una novela en facebook
No me importa que sea adaptada !
No tenias por que haber dicho eso !
Nair ! Siempre te apoyare !
Que leer una novela en facebook
No me importa que sea adaptada !
No tenias por que haber dicho eso !
Nair ! Siempre te apoyare !
Edith Vallejo.
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