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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Modeling in L.A. (Justin Bieber y tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Modeling in L.A. (Justin Bieber y tú)
por VeronicaBirdwhistle Mar 28 Mayo 2013, 1:34 pm
Nombre: Modeling in L.A.
Autor: Verónica Birdwhistle.
Adaptación: No.
Género: Romance.
Contenido: Romance, drama, aventura.
Advertencia: No hay partes eróticas. No tengo fecha de actualización.
Otras páginas: No.
Nací y crecí en Greenwich Village, un pequeño pueblo al norte de Manhattan. Vivía sola con mi madre Lynne, quien se había divorciado de mi padre Mark años antes. Con sólo quince años, tuve la oportunidad de viajar a Los Ángeles para perseguir mis sueños, acompañada de mi primo Joseph, quien había terminado la universidad dos meses antes.
Nunca pensé realmente que lograría siquiera tomarme un par de fotos profesionales sin ser despedida a Greenwich de nuevo. Pero todo cambió cuando lo conocí a él. Mis esperanzas radiaron como nunca, y ví mi sueño más que alcanzable, pero, sobre todo, sentí lo que era el amor a primera vista.
Capítulo 1.
—¡_________! Apresúrate o llegarás tarde al aeropuerto —gritó mi madre a través de la puerta del baño.
—¡Ya voy mamá!
Me había quedado dormida. Debía estar en el aeropuerto en treinta minutos, pero estaba tan lejos que no había manera de que llegara a tiempo. Rápidamente salí de la ducha y me sequé al mismo tiempo que corría hacia mi armario. Aún estaba algo mojada cuando me coloqué la ropa. Enrollé la toalla en mi cabello mientras me ponía mis converse. Al terminar, lo sequé rápido y cogí la mochila donde guardaría todas mis cosas de uso personal. Guardé mi maquillaje, cepillo de dientes, champú y todo lo que estaba a mi alcance. Compraría todo lo que me faltara al llegar allá. Aún sin maquillaje y con el cabello enredado, bajé corriendo las escaleras. Mi madre ya estaba en el auto y tocaba la bocina como si no hubiera un mañana.
Me despedí de mi abuela Sarah y corrí al auto. Apenas cerré la puerta mi madre arrancó.
—¡Oh, santo cielo! Llegarás realmente tarde. ¿Por qué demonios dormiste tanto? —me regañó.
—Lo lamento, mamá. Anoche estuve despierta hasta muy tarde terminando de empacar algunas cosas —mentí. Estuve hablando con Hannah y Michelle, mis mejores amigas, hasta las 3 de la mañana.
—Joseph te matará.
—Lo sé —gemí. Mi primo podía ser muy cruel cuando quería, y si su empleo de manager estaba en riesgo, aún más.
Estuvimos en silencio por unos minutos, era realmente incómodo. Nunca había salido de Nueva York, puesto que cuando vives en La Gran Manzana no hay mucho que necesites fuera del estado. Tampoco había estado sin mi madre por más de dos días. Me preocupaba mucho por ella.
Mi celular sonó al ritmo de Permanent December, de Miley Cyrus, rompiendo el silencio y mis pensamientos. Contesté rápidamente.
—¿Diga?
—¿Dónde **** estás? ¡Deberías estar aquí desde hace veinte minutos!
—Lo sé, lo sé. Me he quedado dormida. Tú tienes mis papeles, ¿podrías chequearlos por mí?
—No seas tonta, no puedo si tú no estás. ¡Espero que llegues rápido, o te juro que te descuartizaré y te comeré con un poco de arroz!
—¡Tranquilízate! Diablos, hay mucho tráfico. Estoy a dos cuadras.
—Como sea, ¡apresúrate!
Colgué el teléfono y mi madre me miró preocupada.
—Hay un choque en la esquina, cerraron la calle. ¡No hay manera de llegar!
Miré por detrás de su hombro, y encontré la sagrada solución. El estacionamiento de McDonald's estaba desierto.
—Estaciona el auto en McDonald's, iremos caminando.
Cinco minutos después estábamos entrando al aeropuerto. Yo diría que más que caminando, fuimos corriendo. Siendo entrenadora personal, mi madre era increíblemente rápida. Me costó seguirle el ritmo.
—¡_______ Threet! —gritó Joe, atrapando mi atención.
Corriendo, fuimos a donde estaba él. Por alguna razón, comenzó a reír. Me hubiera esperado cualquier cosa, menos eso.
—¿De qué te ríes? —exclamé furiosa.
—Sabía que te quedarías dormida, y te dí la hora equivocada. Salimos en una hora.
—¿Que tú qué? ¡Ugh, te adoro! —lo abracé.
Sé lo que pensaran, "bipolar". Realmente quise reír cuando me explicó su motivo. Debí haberme esperado eso de Joe. Realmente me conocía bien.
—¿Me permite su boleto y pasaporte? —dijo la encargada cuando íbamos a subir al avión.
—Claro —se lo entregué.
—Que disfrute su viaje —dijo una vez que los hubo chequeado.
Caminé por el pasillo de pasajeros hasta llegar a la pista, y me apresuré a subir al avión.
Una vez sentada en mi puesto, suspiré. Finalmente, luego de ocho años de clases de modelaje, podía ver la luz del camino hacia el éxito.
Autor: Verónica Birdwhistle.
Adaptación: No.
Género: Romance.
Contenido: Romance, drama, aventura.
Advertencia: No hay partes eróticas. No tengo fecha de actualización.
Otras páginas: No.
Nací y crecí en Greenwich Village, un pequeño pueblo al norte de Manhattan. Vivía sola con mi madre Lynne, quien se había divorciado de mi padre Mark años antes. Con sólo quince años, tuve la oportunidad de viajar a Los Ángeles para perseguir mis sueños, acompañada de mi primo Joseph, quien había terminado la universidad dos meses antes.
Nunca pensé realmente que lograría siquiera tomarme un par de fotos profesionales sin ser despedida a Greenwich de nuevo. Pero todo cambió cuando lo conocí a él. Mis esperanzas radiaron como nunca, y ví mi sueño más que alcanzable, pero, sobre todo, sentí lo que era el amor a primera vista.
Capítulo 1.
—¡_________! Apresúrate o llegarás tarde al aeropuerto —gritó mi madre a través de la puerta del baño.
—¡Ya voy mamá!
Me había quedado dormida. Debía estar en el aeropuerto en treinta minutos, pero estaba tan lejos que no había manera de que llegara a tiempo. Rápidamente salí de la ducha y me sequé al mismo tiempo que corría hacia mi armario. Aún estaba algo mojada cuando me coloqué la ropa. Enrollé la toalla en mi cabello mientras me ponía mis converse. Al terminar, lo sequé rápido y cogí la mochila donde guardaría todas mis cosas de uso personal. Guardé mi maquillaje, cepillo de dientes, champú y todo lo que estaba a mi alcance. Compraría todo lo que me faltara al llegar allá. Aún sin maquillaje y con el cabello enredado, bajé corriendo las escaleras. Mi madre ya estaba en el auto y tocaba la bocina como si no hubiera un mañana.
Me despedí de mi abuela Sarah y corrí al auto. Apenas cerré la puerta mi madre arrancó.
—¡Oh, santo cielo! Llegarás realmente tarde. ¿Por qué demonios dormiste tanto? —me regañó.
—Lo lamento, mamá. Anoche estuve despierta hasta muy tarde terminando de empacar algunas cosas —mentí. Estuve hablando con Hannah y Michelle, mis mejores amigas, hasta las 3 de la mañana.
—Joseph te matará.
—Lo sé —gemí. Mi primo podía ser muy cruel cuando quería, y si su empleo de manager estaba en riesgo, aún más.
Estuvimos en silencio por unos minutos, era realmente incómodo. Nunca había salido de Nueva York, puesto que cuando vives en La Gran Manzana no hay mucho que necesites fuera del estado. Tampoco había estado sin mi madre por más de dos días. Me preocupaba mucho por ella.
Mi celular sonó al ritmo de Permanent December, de Miley Cyrus, rompiendo el silencio y mis pensamientos. Contesté rápidamente.
—¿Diga?
—¿Dónde **** estás? ¡Deberías estar aquí desde hace veinte minutos!
—Lo sé, lo sé. Me he quedado dormida. Tú tienes mis papeles, ¿podrías chequearlos por mí?
—No seas tonta, no puedo si tú no estás. ¡Espero que llegues rápido, o te juro que te descuartizaré y te comeré con un poco de arroz!
—¡Tranquilízate! Diablos, hay mucho tráfico. Estoy a dos cuadras.
—Como sea, ¡apresúrate!
Colgué el teléfono y mi madre me miró preocupada.
—Hay un choque en la esquina, cerraron la calle. ¡No hay manera de llegar!
Miré por detrás de su hombro, y encontré la sagrada solución. El estacionamiento de McDonald's estaba desierto.
—Estaciona el auto en McDonald's, iremos caminando.
Cinco minutos después estábamos entrando al aeropuerto. Yo diría que más que caminando, fuimos corriendo. Siendo entrenadora personal, mi madre era increíblemente rápida. Me costó seguirle el ritmo.
—¡_______ Threet! —gritó Joe, atrapando mi atención.
Corriendo, fuimos a donde estaba él. Por alguna razón, comenzó a reír. Me hubiera esperado cualquier cosa, menos eso.
—¿De qué te ríes? —exclamé furiosa.
—Sabía que te quedarías dormida, y te dí la hora equivocada. Salimos en una hora.
—¿Que tú qué? ¡Ugh, te adoro! —lo abracé.
Sé lo que pensaran, "bipolar". Realmente quise reír cuando me explicó su motivo. Debí haberme esperado eso de Joe. Realmente me conocía bien.
—¿Me permite su boleto y pasaporte? —dijo la encargada cuando íbamos a subir al avión.
—Claro —se lo entregué.
—Que disfrute su viaje —dijo una vez que los hubo chequeado.
Caminé por el pasillo de pasajeros hasta llegar a la pista, y me apresuré a subir al avión.
Una vez sentada en mi puesto, suspiré. Finalmente, luego de ocho años de clases de modelaje, podía ver la luz del camino hacia el éxito.
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