El Círculo {One Direction} |NC|

La ''señorita refinada'' se había quedado durmiendo mientras que nosotras estábamos jugando en medio de una partida a la Wii. Debo admitir que me lo estoy pasando bien el estar con estas cinco chicas desconocidas, aunque a veces sean unas pelmazas.

- Mirar, la princesita se ha dormido – digo mirando a Joan tumbada en su cama casi roncando.
- Ya, déjala Helenna. – Dijo Stella con el ceño fruncido.
- Es que se ve tan… Tan… – Hago una pausa pensando malvadamente – No tengo una palabra para definirla.
- Eso o no tienes ni idea de vocabulario – La miro a tiempo para ver una sonrisa burlona en su cara. Me encogí de hombros.
- Tienes suerte que esté muerta de sueño, niña.

Tumbándome en mi colchón, el más apartado de ellas, coloqué los brazos tras mi cabeza y miré como ellas apagaban la Wii y se tumbaban en sus respectivos colchones para acto después apagar la luz y que toda la habitación se quedara en un absoluto silencio y oscuridad.

- ¡No! – Gritó Alexa cuando estaba a punto de dormirme – ¿Podemos dejar alguna luz encendida?
- No será verdad… – Digo enfadada.
- Sí, venga. Enciende aquella lámpara, la más lejana y duérmete, miedica. – Dijo una adormilada Stella.

Alex se levantó, encendió la pequeña lámpara y volvió a acostarse en su colchón para así, poder dejarme dormir en una completa y tranquila paz.

Pude escuchar al fondo de mi profundo sueño cómo alguien tocaba a una puerta y segundos después la abrió con sumo cuidado, para dejar un carrito dentro de la habitación. Unas chicas le dan las gracias y acto seguido se cerró la puerta. Esas chicas cada vez armaban más jaleo con los vasos y discutían qué se come cada una.

Agarré mi sábana y con un movimiento rápido a la vez que bufé me lo pasé por encima de la cabeza, quedando totalmente debajo de ella. Pude escucharlas reírse y de inmediato, una gran ola de café recién hecho y tostadas me inundó las fosas nasales.

- ¿Te vas a despertar o qué? – Dijo Joan.
- Si me metes prisa tardaré más. – Esbocé una sonrisa burlona sabiendo que no me puede ver. A los pocos segundos salí de mi refugio dónde estaba muy calentita y cómoda y me acerqué a ellas y al carrito. – Que buena pinta… ¿Este café es mío? – Apunté a un café lleno.
- Sí y esas dos tostadas que están al lado. – Dijo Elise.
– ¡Perfecto! – Y acto seguido comencé a desayunar junto a ellas quienes estaban en silencio.

Una vez que terminamos todas de desayunar en un completo e incómodo silencio preguntó Alexa:

- Y ahora que ya hemos terminado de desayunar, ¿por dónde empezamos a buscar a Philip? – Nos encogemos de hombros.
- Podríamos empezar por donde despertamos ayer, supongo que no estará muy lejos ese sitio en dónde estábamos. – Respondió Stella.
- Por una vez, estoy de acuerdo con ella. Además, solo tenemos que buscar un edificio que haya sufrido una explosión o algo parecido. No creo que haya muchos aquí. – Digo levantándome seguida por sus miradas interrogantes.
- Cuanto antes lo encontremos, antes me podré alejar de vosotras. – Dijo Joan levantándose también.
- No te preocupes, es recíproco. – Le sonreí de lado mientras que la seguíamos hacia hacia el garaje.

Joan le había dicho a Alfred que saldría y que cogería su coche, que no la esperara para comer por qué no sabía si iba a venir temprano. Su coche era tan típico de chicas como ella, con dinero. Era un BMW descapotable de un rojo llamativo, ¿cómo no?

- Oye, nos falta un asiento – Dijo Alexa.
- Pues que una se suba entre medio de los asientos de atrás agarrándose a las cabeceras de ellos – Dijo para meterse en el coche.
- ¡Yo donde dijo Joan! – Gritó Stella llamando la atención para subirse entre Elise y yo, en los asientos de atrás. Joan arranca.
- Vaya.. ¿te crees la mejor por ir ahí o qué? – Pregunté con enfado.
- ¿Tienes envidia? - Me miró burlonamente.
- Eso sería lo último que tendría hacia ti – Digo segura de las palabras. Interrumpió Elise:
- ¿Os acordáis de por dónde era?
- Bueno, más o menos, pero creo que sí. – Dijo Stella. – Yo os guío.

- ¡Era a la derecha! ¡A la derecha! – Gritó a todo pulmón Stella cansada de que no le hiciéramos caso.
- ¡Qué no! ¡Era a la izquierda! – Grito también – ¡Joder! ¡Hacedme caso por una puta vez!
- ¡Iremos por dónde quiera! – Gritó Joan haciéndonos callar – Stella, espero que tengas razón. – Bufé al tiempo que hacía un movimiento con mi cabeza a un lado y rodaba los ojos. Stella sonreía victoriosa.
- Cómo no... – Susurré con sarcasmo.

Joan giró hacia la derecha, las casas cada vez se ponían peor y eran más viejas y sucias, en las calles habían personas que nos miraban cómo diciendo: ¿Qué hacen esas aquí? o miraban al coche como si estuvieran pensando en robarlo.

- Joder... – Susurré – Nos has llevado a un barrio de mala muerte. Mira que.. – Me interrumpió Joan.
- Como digas ''os lo dije'' te bajas del coche y te vas andando – Dijo Joan claramente enfadada mientras que yo sonreía. Suelto una carcajada.
- Oye Helenna, ¿por aquí no vives tú? – Dijo Stella, me giré rápido a verla.
- Vuelve a repetirlo y no sales viva de este coche, ¿ha quedado claro? – Le digo amenazante.
- ¿Has visto el miedo que te tengo?

Cuando termina de decir esa frase claramente y con mucho enfado en mi interior, estrecho los ojos y le envío una gran ola de sufrimiento, segundos después se ha caído encima de Elise y está gritando que pare.

- ¡Ya, Helenna! – Gritó Joan, deslicé mis ojos fuera de Stella y esta se calló.
- Mejor da la vuelta y vamos por donde dijo Helenna – Dijo Elise a la vez que ayudaba a Stella a incorporarse y Joan hacía un movimiento con el coche y volvíamos por donde vinimos.
- ¿Te encuentras bien? – Giró la cabeza Alexa y le preguntó a Stella.
- Sí – Dijo mientras me miraba con mala cara.

Vaya, creo que ya me he ganado una enemiga.. Pensé.

Una vez en la calle dónde nos habíamos estado peleando minutos atrás Stella y yo, nos metemos a la calle que yo decía desde un principio por el que ir. Unos minutos más tarde a lo lejos vemos un edificio grande y alto, con un lado de el negro, como si hubiera habido una explosión.

- ¿Creéis que será ese? – Dijo Alexa.
- No perdemos nada por intentarlo. – Dijo Stella.
- Pues, ¿a qué estamos esperando? – Digo, bajándome del coche de Joan seguida por ellas.