Always love you, {Logan Henderson y tú}

Caminaba con toda la lentitud que me permitía, mirando cada rostro, cada pasillo, cada rincón. Los chicos seguramente se quedaron dormidos, como siempre, y esperaba poder encontrarme con Marce. Marce. Olvidé en el auto el gorro para el frío que me presto. Me devolví hacia el estacionamiento, con el paso apresurado.
Tome las llaves de mi bolsillo, y abrí la puerta del copiloto. Saque el collar que estaba en el tablero, cerré la puerta del auto y me metí las laves de nuevo en el bolsillo.

— Hola —me volví hacia la voz de la chica y vi que era una castaña de ojos claros, vestía casual.
— ¿Se te ofrece algo? —Pregunté, ya estando de frente junto a ella.
— Oh, que tonta. Soy Trisha Sparks, un gusto —dijo extendiendo su mano, a lo que yo la estrechaba un poco confundida.
— ______ Brooks. ¿Nos conocemos?
— He venido aquí porque quería hablar con Logan, un viejo amigo.
— ¿Ah, sí? —inquirí frunciendo el ceño.
— Sí, y me han dicho que tú eres su novia —me sonrió dulcemente.
— ¿Su novia? —musite solo para mí, pero Trisha escucho.
— Sí, querida. Bien, pensaba en invitarlo a una fiesta que daré hoy en mi casa. Y pensé que quizás tu podrías ir también y si quieren llevar amigos.
— Está bien, se lo diré —le sonreí, esta asintió y se fue en su majestuoso auto.

Trisha ya había desaparecido del instituto, dejándome un poco confundida. ¿De dónde conocía a Logan? No me sorprendería para nada saber que quizás fue uno de sus amores de fin de semana. Una invitación. Una fiesta no estaría nada mal, así me quitaría el agotamiento que dejaron los exámenes finales. La idea de ir a una fiesta con los chicos me emocionaba de cierta forma, yo amaba salir con ellas.

— ¡Hey, ____! —saludo entusiasta Marce, sacándome del hilo de mis pensamientos.

Me di la vuelta y le correspondí un abrazo y un beso.

— ¿Quién era esa chica con la que hablabas? —pregunto curiosa Marce.
— Una amiga de Logan —dije haciendo comillas con los dedos— Nos invitó a una fiesta hoy.
— Genial, una fiesta. ¿Iremos?
— Tendremos que hablar con los demás —me encogí de hombros.

En ese momento se escuchó el estruendoso chirriar de unos cauchos sobre el asfalto. Nos volvimos y era el Mustang de Logan.

Los chicos nos saludaron con un beso y un cálido abrazo a las dos, cuando les preguntamos por Ale, dijeron que se había quedado dormida y posiblemente no venía hoy a clases. Pero el ambiente se tensó un poco por parte de los chicos cuando mencione la invitación de Trisha.

— ¿Trisha? —gruñó Logan, quién estaba parado a mi lado; todavía en el estacionamiento.
— Sí. No sería mala idea ir… —comencé a decir.
— No iremos —me interrumpió James.
— ¿Se puede saber por qué? —Sonsacó Marce algo indignada.
— No se va a ir a esa fiesta. Punto —reprimió Kendall serio.
— No pueden prohibírnoslo. Ya casi cumpliremos la mayoría de edad —contraataqué decidida.
— _____. Ese ambiente no es el correcto para ustedes —insistió Carlos.
— ¿Qué insinúas? —Marce levantó una ceja.
— Nadie va a ir. Lo mínimo que pueden hacerles es violarlas y lo digo en serio —ordenó Logan dirigiéndose principalmente a mí.
— Está bien —saqué el iPhone de mi bolsillo.

Los chicos no iban abandonar su posición y situaciones extremas, requieren soluciones extremas, usaría mi última oportunidad. Alcé la vista, Marce fruncía el ceño, James y Carlos mantenían una postura relajada, pero Logan examinaba cada movimiento con detenida cautela.

— ¿Qué piensas hacer?
— Llamaré a Niall, Logan. De seguro el si nos acompañara —Avisé buscando su número en mi directorio.
— No te atreverías.
— Sí que lo haré —afirme enseñándole el contacto de Niall en mi teléfono.

Logan resoplo y compartió miradas disimuladas con los chicos. No pude evitar sonreír y Marce me miraba cómplice. Después de unos segundos, Logan se dirigió hacia mí negando con la cabeza.

— Vale, iremos a la fiesta —Marce y yo sonreímos complacidas— Pero hay condiciones. No tomen nada de lo que les den, no vayan al baño solas y no se separen de nosotros ni por un segundo.
— No somos niñas pequeñas —replicó Marce.
— ¿Acaso iremos con ustedes al baño?
— No sería mala idea… —Logan le dio un codazo a James, este se sobaba su abdomen.
— ¡Gracias! —agradecí y me lancé a los brazos de Logan, emocionada por lo que nos esperaba esta noche.

Las clases pasaron realmente rápido, aburridas como siempre. Hubo una pelea de almuerzo desastrosa en la cafetería y tuvimos que almorzar debajo del árbol al que acostumbraba a frecuentar, Logan no apartaba su mirada de mí, asegurándose de comiera toda mi pastel de carne.

Ya Marce y yo en los intermedios de clases estábamos planeando que nos pondríamos, bueno, más bien ella, yo sólo escuchaba y asentía sonriente; nunca me había gustado eso de la moda, lo hago porque me gusta lucir bien y más si es para Logan.

Tendríamos que llamar a Alexa, para informarle todo lo que había ocurrido hoy, ya me esperaba su reacción y como siempre, estaría encantada de vestirme. La mayoría de las veces yo era su conejillo de indias particular.
Yo jugaba con un mechón de mi cabellos mientras Marce llamaba a Alexa por teléfono. Era hora de salida y todos estaban apurados por salir del instituto. Entre murmullos habituales y los gritos de Alexa, traté de tomar agua y procurar no mojarme toda.

— Ya todo está listo y Ale propuso que nos arregláramos en su casa, su prima Steph llegó por 3 días de Canadá y dice que es experta en maquillaje —me informo Marce.
— Bien, antes de ir a su casa pasaremos por tu casa y la mía, buscando todo lo que se necesite —Marce asintió y nos dirigimos al campus, donde nos esperaban los chicos.

— ¡Gracias mamá, te amo! —me despedí cerrando la puerta detrás de mí con un par de zapatillas y un vestido dentro de una gran bolsa.

Apresuré el paso hacia el auto y miré la hora en mi reloj de muñeca, eran exactamente las 3:30pm. Sólo tendríamos cuatro horas para prepararnos, a las siete vendrían los chicos.

Me introduje en el auto cuando Marce estaba por cambiar de estación de radio.

Al cabo de unos cuantos minutos ya estábamos en el garaje de la casa de Alexa. Entramos y la mama de Ale nos recibió con una sonrisa encantadora.

— Usted debe ser la mama de Alexa, un gusto, me llamo Marcela Wenth —se presentó brindándole un pequeño abrazo.
— Un gusto, querida. Alexa nos ha hablado mucho de ti —Marce le sonrió y la madre de Ale se dirigió hacia mí— _____, ¿Cómo estás?
— Todo va muy bien, gracias —le sonreí.
— Me alegro. Alexa está arriba esperándolas, suban.

Asentimos y fuimos directo hacia la habitación de Ale. Estaba perfectamente ordenada, pero, por supuesto que no por ella, si no por su madre. La verdad es que Alexa tenía la manía de dejar todo tirado en el piso, y cuando digo todo, me refiero a su ropa interior también. Su habitación era de color morado, con cuadros minúsculos de diferentes tamaños y colores en una de sus paredes, un escritorio color caoba y una decoración muy linda. Ale estaba parada cambiando el enorme televisor y cuando nos vio, nos sonrió cálidamente.

— Hola mis amores —Ale me abrazo y me dio un beso en la mejilla, después hizo lo mismo con Marce.
— ¡Steph! —gritó Ale parada desde el umbral de la puerta— ¡Ya llegaron las chicas!
— ¡Ya voy Ale! —gritó Steph de vuelta.

Alexa rápidamente se dirigió hacia su armario, saco un cofre rosa pastel de la parte superior de este; luego, saco más de cinco vestidos de diversos colores. Era de esperarse, pues aparte de que le encantaba todo eso de la moda, la mamá de Steph, su tía Caroline, era diseñadora de modas en Los Ángeles y se podría decir que Ale es su sobrina favorita.

— ¡Hola Muffin! —saludo Steph dándome un abrazo.

Stephanie no cambiaba nunca. Esos hoyuelos pronunciados, ojos azules como el mar, figura escultural y su largo y liso cabello largo rubio. Steph se separó de mí y miro a Marce jovialmente.

— Tú debes ser Marce, ¿no? —preguntó Steph acercándose a Marce.
— Sí, un gusto —dijo Marce levantándose del poof azul en donde estaba sentada hace unos segundos.
— El gusto es mío dulzura —le sonrió, y se volvió hacia nosotras— Bien niñas, ¿A qué fiesta van?
— A una que dará una amiga de Logan, Trisha —respondí.
— ¿Logan? ¡Hace tiempo que no lo veo!
— Steph, concéntrate —pidió Alexa divertida.
— Está muy bien, le encantará verte de nuevo —contesté a su pregunta, ignorando entretenidamente a Alexa.
— A que sí. Bueno, ¿A qué hora es la fiesta? —Steph tomo los vestidos que Alexa había puesto sobre la cama, y los revisaba.
— A las 7:30 —dijo Marce.
— Está bien, ¿Cuál vestido quieren? —Steph nos enseñó los vestidos que tenía en el antebrazo.

Todos eran muy hermosos, pero uno llamaba mi completa atención. Un vestido floral que se ajustaría a mi cuerpo a la perfección, azul oscuro, con flores rosas pastel, blancas, turquesas y lilas. Era tipo strapples, con la parte superior en forma de corazón.

— A mí me encanta ese —Señale el lindo vestido y Steph asintió— Además de que me quedará perfecto con los tacones que compre hace unos días, son rosa pastel y cerrados, justo como me gustan.
— Estoy segura de que te quedará perfecto —Ale me guiño un ojo.

Marce todavía miraba los otros vestidos con el ceño fruncido.

— ¿Qué pasa Marce? —preguntó Steph.
— No me decido por ninguno, es todo.
— Yo tengo uno que me envió mi tía hace unos días, es sencillo, pero creo que te puede quedar bien —Ale rebusco entre su armario de nuevo y saco un vestido turquesa.

Marce casi grita de la emoción. Era un vestido con tirantes trasparentes, corto de color turquesa ajustado al cuerpo con un lazo negro por la parte de la cintura por detrás.

— ¡Esta muy hermoso! —expreso Marce tomando el vestido y abrazando a Alexa.
— Y yo, me pondré un vestido corto ajustado al cuerpo color morado, manga larga, con un cinturón que le haga juego.
— ¿Dónde está, Ale? —preguntó Steph.
— En mi closet ya lo saco.

Probándonos los vestido se nos fue casi una hora y aún nos faltaba bañarnos, el peinado y el maquillaje. Las chicas casi chillan de emoción cuando vieron como me quedaba el vestido y cuando las chicas dejaron escapar que salía con Logan, Steph se puso como loca, me abrazo y me pidió que lo cuidara muy bien, que él valía oro. A las chicas les quedaban muy sexy sus vestidos, estaba segura de que los chicos se sorprenderían mucho cuando nos vieran.
Steph ya estaba preparando todo lo referente al maquillaje. Marce estaba casi durmiéndose sentada en el piso, Alexa se pintaba las uñas y yo juaga los angry birds en mi teléfono.

— Muy bien chicas, ya tengo todo listo. Lo haremos así, mientras yo maquillo a una, la otra se da un baño y seca su cabello, ¿vale? —todas asentimos— ¿Quién será la primera?
— ¡Yo! —propuso Alexa.
— Está bien. Chicas, ustedes vayan a ducharse —ordeno Steph.

Marce fue la primera en ducharse y la ayude un poco a secarse el pelo. Una vez que Marce terminó con su pelo, yo fui a ducharme y seque mi pelo rápidamente, aun así, las leves ondas de mis puntas no se alisaban del todo. Alexa me dijo que se veían hermosas y que las dejara así, eso fue lo que hice.

Ya habían pasado 2 horas y Marce junto con Alexa estaban en otra habitación poniéndose sus vestidos. Ya Steph estaba terminándome de maquillar para irme a cambiar antes de que los chicos llegaran.

Mi teléfono sonó y alcancé la mano para tomarlo lenta y cuidadosamente para tomarlo. Era de Logan.

“Preciosa, ya casi estamos listos, deben de estar hermosas, ya te quiero ver. Cuídense. L”

No pude evitar sonreír ante la dulzura de ese chico. Desde el principio, he estado resistiéndome un sentimiento que se hacía cada vez mucho más fuerte, me odié por mi debilidad, y nunca pensé que esto llegaría hasta lo que somos ahora. No me enamoraba desde hace ya mucho tiempo y no planeaba hacerlo hasta que llegó Logan. Con esa sonrisa tan dulce, con esa mirada dulce, pero no menos audaz, su pelo perfectamente acomodado y esa personalidad tan diferente. A él agradezco muchas cosas y entre ellas… Mi felicidad.

— Y… estás lista —dijo Steph dándome la vuelta en mi asiento para quedar frente al espejo.

Era un maquillaje simple, pero maravilloso. Una ligera base, rubor rosa claro, sombra negra con algunos brillos, rímel y labial rosa, casi transparente. Me peinó de una manera tan sencilla y tierna, mi pelo era tan largo que me llegaba por la cintura, con ondas bastantes pronunciadas en la mitad de él, y la parte superior súper lisa, con ganchos negros con diamantes, sujetando un mechón de cabello en la parte de arriba de mi cabeza.

— No tengo palabras. Quede increíble —reconocí parándome y abrazándola levemente.
— Descuida linda, ahora suéltame o se arruinara mi obra de arte —me sonrió divertida.

Mientras yo me quitaba la toalla que tenía desde que me bañe, entraron las chicas. Me volví hacia la puerta y me quede maravillada con lo que veía. El color turquesa le quedaba esplendido a Marce, se ajustaba a su cuerpo y hacia remarcar sus pequeñas, pero pronunciadas curvas. Alexa se veía genial, su rubio cabello caía como una cascada de majestuosidad en su vestido morado.

— ¡Que hermosas quedaron chicas! —exprese emocionadas y les lancé un beso en el aire porque si me les acercaba, Steph me mataría.
— ¡Corre a vestirte, ______! ¡Dentro de 20 minutos llegan los chicos! —aviso Steph mientras me empujaba fuera de la habitación.
— ¡Tú también estas muy hermosa, _____! —me gritó Ale desde adentro de la habitación.

Sonreí y con rapidez entre al cuarto en ropa interior, tome el vestido entre mis manos, lo admire por unos segundos y pensé “Ojala le guste a Logan”. Siempre me he caracterizado por mi inseguridad, nunca he estado segura de mi misma y muchas veces eso provoca frustración. Ladee la cabeza y tome los tacones del closet.

Me puse el vestido con mucho cuidado de no arruinar el peinado ni el maquillaje y me senté en la cama y puse mis tacones rosas. Me pare y me miré en el espejo tamaño real que estaba en el rincón de la habitación.

Mis pechos resaltaban y mi cintura estaba pronunciada, mi cabello castaño claro caía en ondas en mi espalda y el maquillaje le da ese toque genuino y tierno que le faltaba. Me dirigí hacia la cama, donde estaba mi mochila, y saque mi perfume favorito. Lo rocié y salí de la habitación.

Cuando entre las chicas me miraron con los ojos abiertas de par en par y parecía que su quijada iba a caer al piso.

— ¿Qué? —exigí desconcertada saber mientras me preguntaba que estaba mal.
— Por Dios, _____. Estas más hermosa que nunca —pronuncio Steph con admiración.
— Oh, gracias —me sonroje.
— Es cierto, estas bellísima —admitió Marce.
— Hermosa, me quede sin palabras preciosa. Ahora, toma tus pendientes.
— Gracias —dije y los tome para en un ágil movimiento colocármelos.

En ese momento escuchamos abrirse la puerta del living de la casa y unos murmullos, nos miramos entre sí sin saber qué hacer y Steph resoplo.

— Chicas, tomen sus bolsos y terminen de prepararse. Yo voy a recibir a los chicos —Steph salió por la puerta.

Tomamos nuestros bolsos, metimos nuestras cosas y salimos para ponernos en el barandal de las escaleras, a esperar que los chicos saludaran a Steph para bajar. Estaba muy nerviosa y las manos me sudaban. Tenía miedo de no ser lo suficientemente buena para Logan.

— Creo que ya es hora —susurró Alexa. Marce y yo asentimos.

Respire profundo y baje las escaleras con cuidado, para que, por culpa de mi nerviosismo no me cayese. Decidimos pasar primero por la cocina por un vaso de agua, antes de ir a la sala de estar. Vimos a la Sra. Vega sentada en una de las sillas de la cocina, tomando una taza de café.

— Hola mama —musito Ale sirviendo unos vasos de agua.
— ¡Chicas se ven muy hermosas!
— Gracias Sra. Vega —mascullamos Marce y yo al unísono.
— No hay de qué. Y tú, Ale, pareces una princesa.
— Gracias, mami.
— Logan, Kendall, Carlos y James ya llegaron mis amores, están en la sala con Steph.
— Sí, ya vamos para allá —dije.

Tomamos los vasos de agua y fuimos hacia el living. Los chicos conversaban animadamente en el sofá.

— ¡Wow! —balbucearon Carlos, Logan, Kendall y James al unísono. Steph nos miraba con satisfacción.
— Que horrible te ves —expreso Logan con desagrado acercándose a mí.
— ¿Ah, sí? —dije cabizbaja, a punto de llorar.
— No, _____. Eres la chica más hermosa que he visto hasta ahora. Te ves radiante —dijo Logan, posando su mano en mi cintura, acercándome a él y besando mi frente con delicadeza— Prométeme que no te separaras de mí hoy, ¿sí?
—Prometido —prometí mirándolo a los ojos y depositando un pequeño beso en sus labios.

James carraspeo y nos volvimos hacia él.

— James… —comenzó Logan.
— Yo también quiero decirle a _____ que esta bella.
— Claro, pero rápido, ya nos vamos —aceptó Logan, me sonrió y se dio media vuelta.
— ¡Te ves genial!
— Gracias, James. Tú también estás muy guapo.
James vestía unos pantalones color vino ajustado a sus torneadas piernas, zapatos casuales, una camisa manga larga blanca y una chaqueta azul de cuero. Su pelo estaba despeinado y esa sonrisa que hacía suspirar a más de una, lo hacían casi perfecto.
— Siempre —me guiñó un ojo y yo rodé los ojos.
— Será mejor que nos vayamos, se nos hará tarde.
— Tienes razón —concordé.