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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
- Everything that kills me makes me feel alive.
O W N :: Zona Libre :: Zona Libre :: Sin Tabú
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Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
I hope you might take me back in time, when the time is right.
Every time i listen to the song Afterlife, i think i have an idea, i can almost feel it... But then it goes away. I just wanna write something that relates to the song. But when i try to do it, the idea just hides from me. I wanna do something like... She was just about to die, she actually wants to, but she can't, so she makes a deal with some tipe of angel-demon i don't know... The deal is, if she manages herself to save three lives, the angel will take her life so she can die; she saves two, and then she meets this guy, I don't know, and he complicates everything. Also, the angel give her some sort of power or something, that aloud her to see peoples line of live, so she can know how many days they have left. Plus, her deal with the angel has a breaking point, she only have two years to do that, or else she won't die, she will become something even worse...
So yeap, that's my unfinish idea.
I hope you might take me back in time, when the time is right.
Every time i listen to the song Afterlife, i think i have an idea, i can almost feel it... But then it goes away. I just wanna write something that relates to the song. But when i try to do it, the idea just hides from me. I wanna do something like... She was just about to die, she actually wants to, but she can't, so she makes a deal with some tipe of angel-demon i don't know... The deal is, if she manages herself to save three lives, the angel will take her life so she can die; she saves two, and then she meets this guy, I don't know, and he complicates everything. Also, the angel give her some sort of power or something, that aloud her to see peoples line of live, so she can know how many days they have left. Plus, her deal with the angel has a breaking point, she only have two years to do that, or else she won't die, she will become something even worse...
So yeap, that's my unfinish idea.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
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Do you see those guys? I LOVE THE SHIT OUT OF THEM. They make me happy. They always make me smile, their songs are amazing to the point i can feel them touching my soul. Every. single. one. You know why i love them so much? Because they are humans. They have never pretented to be something they're not; they have so much pain and problems in their lives, but when they are together, nothing else matter, because they have each other. I love the friendship between them, i can't help it, it makes me really happy.
Thanks, Mcfly.
Do you see those guys? I LOVE THE SHIT OUT OF THEM. They make me happy. They always make me smile, their songs are amazing to the point i can feel them touching my soul. Every. single. one. You know why i love them so much? Because they are humans. They have never pretented to be something they're not; they have so much pain and problems in their lives, but when they are together, nothing else matter, because they have each other. I love the friendship between them, i can't help it, it makes me really happy.
Thanks, Mcfly.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Hoy no tengo inspiración jashsajsk, mañana escribiré en la novela :love:
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Capitulo seis.
- Liam, ¿Ya terminaste con eso?
La voz de Lily le llegó hasta los oídos, sacándolo repentinamente de sus pensamientos. Liam bajó la mirada hacia los papeles sin firmar que yacían sobre su escritorio y negó con la cabeza, rebuscando entre aquel desastre su bolígrafo. Se había distraído nuevamente con sus absurdos pensamientos. Cada vez que intentaba concentrarse en el montón de papeleo que le quedaba por hacer antes del jueves, su mente terminaba viajando hacia __________. Vagaba por su memoria, recordando como todo solía ser y como haría para recuperar todo eso; para recuperar la esencia perdida de ella. Nunca antes se había distraído tanto en el trabajo, en realidad, siempre estaba centrado en lo que hacía, metido en un cien por ciento en cualquier cosa referida a su empleo. Pero ahora le costaba hacerlo. Firmó las primeras hojas que se cruzaron en su camino antes de bajar el bolígrafo y mirar a la novia de su hermano frente a él. Lily le devolvió la mirada algo confusa, sin saber que decirle, él nunca se comportaba nervioso ante nadie que no fuera Harry.
- ¿Harry te habla de lo que me pasa? -Le preguntó, olvidandose por completo de los papeles.
- ¿Qué?
- Qué si Harry te cuenta de mí; vamos, Lily, eres su novia, él te cuenta todo.
- Pues sí, pero... -La pobre estaba cada vez más confundida, hasta que Liam asintió con la cabeza.
- Bien, entonces ya sabes todo sobre _______. y yo. Así que dime, ¿Crees que Harry tiene razón? ¿Qué debo esperar tres días para hablar con ella otra vez?
Lily lo miró con el ceño fruncido. Ella tenía una buena relación con Liam desde que empezó a salir con su hermano menor, lo quería como un amigo, pero eso fuera del trabajo. Cuando se encontraban en horario de oficina Lily siempre mantenía cierto respeto hacia él; así que aquel momento le resultó extraño. Liam nunca le había pedido ningún tipo de consejo amoroso a ella, por lo general esos iban dirigidos a Harry. Además, Lily nunca pensó que él realmente estuviera tan complicado en ese tema, siempre se imaginó que su hermano lo inventaba para exagerar, después de todo, ¿Cómo un hombre como él podría tener problemas en ese campo? Era visiblemente guapo, carismático y lo que a la mayoría de mujeres fáciles allá afuera les gustaba; era adinerado. Con todo, era notorio que Liam más allá de todo eso, era vulnerable y ver ese lado de él la conmovió. Lily carraspeó la garganta, pensando en que decir.
- Pues mira, Liam, por lo que sé... No puedes dejar verte tan... Desesperado, ¿Me entiendes? La viste hace tan solo un día. Quieres salir del estado de amigo, ¿No? -Lily le sonrió con cariño- Yo creo que Harry tiene razón.
- Yo no. Lily, ¿Tres días? Ella no es así, no le va a importar si tardo tres días o dos, lo único que verá será mi ausencia; créeme puede que esté cambiada por fuera, pero por dentro, muy adentro, tiene que seguir siendo la misma. -Liam negó con la cabeza y se levantó de su asiento- Manda todo estos papeles a mi apartamento, los firmaré allá.
- Liam, aún falta mucho...
- Los terminaré en los que llegué. Estarán listos para el jueves, ten algo de fe en mí. -Se colocó la chaqueta en un rápido movimiento, cogió su maletín y se acercó hasta Lily, abrazándola por los hombros- Gracias.
- ¡Liam no...!
Pero el castaño ya había abandonado la oficina. Lily nunca lo había visto tan ansioso por hacer algo en todo el tiempo que lo conocía; quizás realmente amaba a ________.
Liam se bajó del ascensor en el sótano de la empresa y caminó hacia su auto con paso determinado. Iría a verla; no le importaban las palabras de Harry, no podía aguantar dos días más así, además, no le gustaba lo planificado, el era creyente de que las cosas siempre salían mejor si eran espontaneas; y por primera vez en mucho tiempo él estaba siendo espontaneo. Tiró el molesto maletín a la parte trasera de su auto antes de arrancar el vehículo, saliendo del sótano hacia el sol de media tarde. Colocó el reproductor, dejando que el mismo CD de siempre invadiera el auto a medida que se introducía en la avenida principal. Se sentía nuevamente como cuando era un adolescente, lleno de una ansiedad capaz de tragarselo vivo, emocionado, podría decir que incluso feliz, pero aquello sería mucho. Bajó la velocidad al adentrase en la zona residencial y comenzó a fijarse en las casas hasta que por fin encontró la de ____________. Aparcó en todo el frente y apagó el auto, quedándose en silencio por unos minutos. Ahora que lo pensaba bien; había abandonado su trabajo en medio de algo importante y se precipitó hasta allí sin saber si ella si quiera estaba en casa. Eran muchas las posibilidades de que estuviera con su prometido, o que simplemente hubiera salido. ¿Qué demonios haría sí ella no estaba? ¿Con que excusa le saldría a quien fuera que le abriera la puerta? Liam soltó un suspiro al tiempo que se bajaba del auto; no se quedaría con la duda solo por un momento de miedo. Se detuvo justo frente a la puerta, tomó una bocanada de aire y tocó el timbre.
Los segundos pasaron sin que escuchara pasos o voces acercándose a la puerta; esperó un poco más y tocó el timbre nuevamente. Estuvo a punto de regresar, aceptando que no había nadie cuando la puerta se abrió.
- Hey. -________. se echó un mechón de pelo hacia atrás, curvando una sonrisa quebradiza- ¿Que haces aquí? ¿No se supone que deberías estar trabajando?
Liam la observó por unos segundos, pasando de largo el atuendo en forma de pijama aunque ya casi eran las cuatro; algo en su apariencia no cuadraba en lo absoluto. Había algo, pero no podía definir que era. Intentó con todas sus fuerzas hasta que por fín pudo decirlo... Eran sus ojos. Estaban brillosos, y rastros de lo que seguro eran lágrimas mojaban parte de su mejilla. ¿Por qué habría estado llorando? Liam meneó la cabeza, no podía preguntarle así como así.
- Soy algo así como mi propio jefe, puedo irme cuando quiera. -Le respondió él, encogiéndose de hombros- ¿Estás ocupada?
__________. Pareció vacilar unos segundos, sin saber muy bien que responder. Liam pudo notar como ella batallaba en su mente por decidirse. Iba a agregar algo más cuando ella asintió con la cabeza.
- Dame unos minutos para cambiarme, ¿Puedes? -Preguntó, aún no muy segura.
- Claro, te esperaré en el auto, es aquel negro que ves allí. -Liam señaló el vehículo aparcado frente a la casa y sonrió.
La pelinegra asintió con rapidez antes de cerrar la puerta. Liam escuchó sus pasos alejándose de la puerta antes de dar media vuelta y caminar hacia su auto. Seguía dándole vueltas a ese momento, a sus ojos rojos. Solo dos veces la había visto llorar en todo el tiempo que la conocía, y de esas dos solo una sus ojos se habían puesto tan rojos como ese día. No podía evitar pensar en el porqué, ¿Qué podría haberla echo llorar de aquella manera? ¿Podría haber sido...? Inconscientemente, cerró las manos en puños. No quería imaginarse, bajo ninguna circunstancia, a el prometido de _______. haciéndole daño. Ni siquiera podía concebir la imagen de él gritándole a ella. Sabía que las peleas entre parejas eran normales, después de todo, eran humanos. ¿Pero hasta que punto pudieron haber discutido para haberla echo llorar? Liam soltó una maldición al viento. Él jamás haría eso, no a ella, nunca. Él nunca quería tener que cargar con hacerla llorar, con ser él que puso la sombra en sus ojos. Nunca. Y aquello lo molestaba hasta el alma, verla así, tan frágil, tan sensible. Era algo que no había cambiado en ella; _________. siempre fue muy abierta, muy vulnerable, aunque no lo demostrara y era obvio que aún lo seguía siendo. Sin embargo, Liam no podía ni imaginarse por lo que ella estaba pasando.
Se encontraba aún divagando por sus enredados pensamientos cuando alguien le tocó el hombro. Volteó para encontrarse con la figura de _________. vestida con un jean claro, sandalias, una camisa verde manzana y su cabello negro suelto hasta los hombros. Se veía tan sencilla, tan hermosa... Pero no era ella; Liam sabía que bajo toda esa ropa color pastel y recatada, aún existía su verdadero ser.
- ¿Lista? -Preguntó, despegándose del capó del auto. Ella asintió.
- Sí. ¿A donde vamos, Liam? Tengo que estar de regreso antes de las ocho... -Empezó pero él la detuvo, negando con la cabeza al tiempo que abría la puerta del copiloto.
- Estaremos de regreso a tiempo, no te preocupes. -Le aseguró con una ligera sonrisa.
Esperó a que _______. se subiera al auto para cerrar la puerta, rodear el carro por adelante y subirse a su asiento. Se acomodó sobre su asiento y encendió el motor, rodeando el volante con las manos. Aceleró un poco, saliendo de la calle residencial para adentrarse de regreso a las vías con la música sonando de fondo.
_________. volteó la cabeza para ver el paisaje por la ventana, duró unos segundos así antes de regresar la vista hacia él.
- ¿De verdad no me dirás a donde vamos? -Preguntó ________. con los ojos llenos de curiosidad. Liam negó con la cabeza.
- Quiero ver si recuerdas el sitio. -Dijo él, mirándola por la esquina del ojo- ¿Donde está tu espíritu aventurero?
- No lo sé. -Murmuró ________. con voz apenas inaudible antes de agregar- No me gusta tu auto.
Liam se detuvo en un semáforo, apretando el freno bajo su pie antes de girarse para mirarla con el ceño fruncido. Era la primera mujer que decía que no le gustaba su auto, la única, pues a todas parecía encantarle el lujo que emanaba de aquel vehículo. La miró confundido por unos breves segundos.
- ¿Por qué?
- No sé... -________. se encogió de hombros- Siento que no va con tu personalidad, eso es todo. Es un bonito auto, pero tanto... Lujo, es raro.
Se le hizo un nudo en la garganta al escucharla; no sabía como demonios lo hacia, pero siempre era capaz de ver más allá. No lo admitiría, claro, pero hasta él mismo sabia que se había comprado aquel auto con la excusa de que cuadraba con su vida de nuevo millonario, aunque si fuera por él, estuviera conduciendo un descapotable más sencillo. Sin embargo, no le dio tiempo de responder, tuvo que acelerar cuando el semáforo cambió de rojo a verde y siguió por la avenida principal antes de desviarse hacia la derecha. _________. Se distrajo un rato, murmurando la letra de la canción en tono bajito antes de girarse nuevamente.
- Liam... -De repente, sus ojos estaban iluminados por completo- No ve mas a llevar a...
- ¿Ya lo adivinaste? -Él sonrió, acelerando un tanto para coger la primera curva- No sé, lo averiguarás cuando lleguemos.
- ¡Liam! -La chica se inclinó hacia el vidrio, casi traspasándolo- Tienes la mala costumbre de ser misterioso.
El castaño no pudo evitar sonreír ante su comentario, al menos ella recordaba eso de él. Bajó por el sendero de curvas abiertas de la carretera hasta que llegó a una zona completamente plana, aceleró más en esa parte hasta llegar a la última parte del camino y aparcó el auto. _________. se deshizo del cinturón de segura al segundo en el que el auto se apagó y abrió la puerta con rapidez, abalanzándose hacia adelante. Liam apenas tuvo tiempo de girar la cabeza para ver como la pelinegra se quitaba las sandalias y salia corriendo hacia la arena de la playa. Los pies descalzos de ________. tocaron la arena caliente a medida que iba desbocada hacia la orilla. Hacia años que no iba a una playa, que no veía el mar, que no escuchaba las olas romper contra la orilla o la risa de las personas bajo el sol, hacia tanto tiempo que le dolía en el alma haberlo dejado escapar de esa manera. Estaba a punto de tocar el agua con la punta de los dedos cuando se detuvo en seco, a unos dos pasos de la orilla.
Liam la alcanzó, esperando verla ya mojada hasta la cintura, pero resultó que la chica seguía completamente seca. Frunció el ceño, situándose a su lado.
- Pensé que te ibas a bañar completamente cuando te bajaste del auto. -Comentó Liam con una sonrisa, pero ella suspiró.
- No puedo. No llevo traje de baño, llevo ropa normal. No la puedo mojar. -Dijo ella, sonriendo débilmente- ¿Sabes que hace más de seis años que no veo el mar?
- ¿Entonces? Mójate los pies, _________. sé que te mueres de ganas por hacerlo. -Liam le sonrió lo mejor que pudo y le dio un leve empujón- Deja de preocuparte por cinco segundos.
________. Alzó la mirada, clavando sus ojos en los castaños de Liam por varios segundos que se le hicieron eternos. La mirada de ella pareció iluminarse en un momento y entonces le devolvió la sonrisa. Se subió el ruedo del pantalón lo más que pudo, hasta un poco más arriba de la pantorrilla y, sin pensarlo otra vez, terminó de pisar el agua.
La sensación de la arena húmeda bajo sus pies, las olas salpicando su pantalón y el resto del agua rodeándola, fue como un golpe de vida que necesitaba desde hacia mucho. Fue como sí le quitaran una pantalla borrosa de la vista, dejándola ver el mundo bien por primera vez. Su risa inundó los oídos de Liam mientras ________. se hundía hasta la cintura en el agua, no importaba si terminaba toda mojada, la ropa se secaría. Sintió como una ola rompió contra ella, empapándose por completo desde el cabello hasta la punta de los pies. Soltó una risa como no había podido en varios años y de repente, sin aviso, se abalanzó sobre Liam.
Los brazos de él la rodearon de forma autómatica, como sí estuvieran programados para ajustarse al cuerpo de ella. Liam sintió la ropa mojada de _________. pegarse a la suya, pero no le importó en lo absoluto, la tenía allí, entre sus brazos, riendo... Siendo al menos un poco feliz. Ninguno lo dijo, pero ambos sabían que la razón por la cual Liam la había llevado a la playa junto al muelle era porque allí fue el primer sitio donde fueron cuando se escaparon de clases la primera vez. Fue allí donde eligieron ir y pasaron todo aquel día metidos en las atracciones del muelle. Liam sonrió, apretándola contra él por unos segundos antes de alejarse para mirarle el rostro. Los cabellos negros le caían mojados por toda la cara, pegándose a sus mejillas. __________. Sonrió, separándose de a poco hasta quedar separada de él.
- Gracias, Liam.
All that love ever does is break, and burn... And end.
- Liam, ¿Ya terminaste con eso?
La voz de Lily le llegó hasta los oídos, sacándolo repentinamente de sus pensamientos. Liam bajó la mirada hacia los papeles sin firmar que yacían sobre su escritorio y negó con la cabeza, rebuscando entre aquel desastre su bolígrafo. Se había distraído nuevamente con sus absurdos pensamientos. Cada vez que intentaba concentrarse en el montón de papeleo que le quedaba por hacer antes del jueves, su mente terminaba viajando hacia __________. Vagaba por su memoria, recordando como todo solía ser y como haría para recuperar todo eso; para recuperar la esencia perdida de ella. Nunca antes se había distraído tanto en el trabajo, en realidad, siempre estaba centrado en lo que hacía, metido en un cien por ciento en cualquier cosa referida a su empleo. Pero ahora le costaba hacerlo. Firmó las primeras hojas que se cruzaron en su camino antes de bajar el bolígrafo y mirar a la novia de su hermano frente a él. Lily le devolvió la mirada algo confusa, sin saber que decirle, él nunca se comportaba nervioso ante nadie que no fuera Harry.
- ¿Harry te habla de lo que me pasa? -Le preguntó, olvidandose por completo de los papeles.
- ¿Qué?
- Qué si Harry te cuenta de mí; vamos, Lily, eres su novia, él te cuenta todo.
- Pues sí, pero... -La pobre estaba cada vez más confundida, hasta que Liam asintió con la cabeza.
- Bien, entonces ya sabes todo sobre _______. y yo. Así que dime, ¿Crees que Harry tiene razón? ¿Qué debo esperar tres días para hablar con ella otra vez?
Lily lo miró con el ceño fruncido. Ella tenía una buena relación con Liam desde que empezó a salir con su hermano menor, lo quería como un amigo, pero eso fuera del trabajo. Cuando se encontraban en horario de oficina Lily siempre mantenía cierto respeto hacia él; así que aquel momento le resultó extraño. Liam nunca le había pedido ningún tipo de consejo amoroso a ella, por lo general esos iban dirigidos a Harry. Además, Lily nunca pensó que él realmente estuviera tan complicado en ese tema, siempre se imaginó que su hermano lo inventaba para exagerar, después de todo, ¿Cómo un hombre como él podría tener problemas en ese campo? Era visiblemente guapo, carismático y lo que a la mayoría de mujeres fáciles allá afuera les gustaba; era adinerado. Con todo, era notorio que Liam más allá de todo eso, era vulnerable y ver ese lado de él la conmovió. Lily carraspeó la garganta, pensando en que decir.
- Pues mira, Liam, por lo que sé... No puedes dejar verte tan... Desesperado, ¿Me entiendes? La viste hace tan solo un día. Quieres salir del estado de amigo, ¿No? -Lily le sonrió con cariño- Yo creo que Harry tiene razón.
- Yo no. Lily, ¿Tres días? Ella no es así, no le va a importar si tardo tres días o dos, lo único que verá será mi ausencia; créeme puede que esté cambiada por fuera, pero por dentro, muy adentro, tiene que seguir siendo la misma. -Liam negó con la cabeza y se levantó de su asiento- Manda todo estos papeles a mi apartamento, los firmaré allá.
- Liam, aún falta mucho...
- Los terminaré en los que llegué. Estarán listos para el jueves, ten algo de fe en mí. -Se colocó la chaqueta en un rápido movimiento, cogió su maletín y se acercó hasta Lily, abrazándola por los hombros- Gracias.
- ¡Liam no...!
Pero el castaño ya había abandonado la oficina. Lily nunca lo había visto tan ansioso por hacer algo en todo el tiempo que lo conocía; quizás realmente amaba a ________.
Liam se bajó del ascensor en el sótano de la empresa y caminó hacia su auto con paso determinado. Iría a verla; no le importaban las palabras de Harry, no podía aguantar dos días más así, además, no le gustaba lo planificado, el era creyente de que las cosas siempre salían mejor si eran espontaneas; y por primera vez en mucho tiempo él estaba siendo espontaneo. Tiró el molesto maletín a la parte trasera de su auto antes de arrancar el vehículo, saliendo del sótano hacia el sol de media tarde. Colocó el reproductor, dejando que el mismo CD de siempre invadiera el auto a medida que se introducía en la avenida principal. Se sentía nuevamente como cuando era un adolescente, lleno de una ansiedad capaz de tragarselo vivo, emocionado, podría decir que incluso feliz, pero aquello sería mucho. Bajó la velocidad al adentrase en la zona residencial y comenzó a fijarse en las casas hasta que por fin encontró la de ____________. Aparcó en todo el frente y apagó el auto, quedándose en silencio por unos minutos. Ahora que lo pensaba bien; había abandonado su trabajo en medio de algo importante y se precipitó hasta allí sin saber si ella si quiera estaba en casa. Eran muchas las posibilidades de que estuviera con su prometido, o que simplemente hubiera salido. ¿Qué demonios haría sí ella no estaba? ¿Con que excusa le saldría a quien fuera que le abriera la puerta? Liam soltó un suspiro al tiempo que se bajaba del auto; no se quedaría con la duda solo por un momento de miedo. Se detuvo justo frente a la puerta, tomó una bocanada de aire y tocó el timbre.
Los segundos pasaron sin que escuchara pasos o voces acercándose a la puerta; esperó un poco más y tocó el timbre nuevamente. Estuvo a punto de regresar, aceptando que no había nadie cuando la puerta se abrió.
- Hey. -________. se echó un mechón de pelo hacia atrás, curvando una sonrisa quebradiza- ¿Que haces aquí? ¿No se supone que deberías estar trabajando?
Liam la observó por unos segundos, pasando de largo el atuendo en forma de pijama aunque ya casi eran las cuatro; algo en su apariencia no cuadraba en lo absoluto. Había algo, pero no podía definir que era. Intentó con todas sus fuerzas hasta que por fín pudo decirlo... Eran sus ojos. Estaban brillosos, y rastros de lo que seguro eran lágrimas mojaban parte de su mejilla. ¿Por qué habría estado llorando? Liam meneó la cabeza, no podía preguntarle así como así.
- Soy algo así como mi propio jefe, puedo irme cuando quiera. -Le respondió él, encogiéndose de hombros- ¿Estás ocupada?
__________. Pareció vacilar unos segundos, sin saber muy bien que responder. Liam pudo notar como ella batallaba en su mente por decidirse. Iba a agregar algo más cuando ella asintió con la cabeza.
- Dame unos minutos para cambiarme, ¿Puedes? -Preguntó, aún no muy segura.
- Claro, te esperaré en el auto, es aquel negro que ves allí. -Liam señaló el vehículo aparcado frente a la casa y sonrió.
La pelinegra asintió con rapidez antes de cerrar la puerta. Liam escuchó sus pasos alejándose de la puerta antes de dar media vuelta y caminar hacia su auto. Seguía dándole vueltas a ese momento, a sus ojos rojos. Solo dos veces la había visto llorar en todo el tiempo que la conocía, y de esas dos solo una sus ojos se habían puesto tan rojos como ese día. No podía evitar pensar en el porqué, ¿Qué podría haberla echo llorar de aquella manera? ¿Podría haber sido...? Inconscientemente, cerró las manos en puños. No quería imaginarse, bajo ninguna circunstancia, a el prometido de _______. haciéndole daño. Ni siquiera podía concebir la imagen de él gritándole a ella. Sabía que las peleas entre parejas eran normales, después de todo, eran humanos. ¿Pero hasta que punto pudieron haber discutido para haberla echo llorar? Liam soltó una maldición al viento. Él jamás haría eso, no a ella, nunca. Él nunca quería tener que cargar con hacerla llorar, con ser él que puso la sombra en sus ojos. Nunca. Y aquello lo molestaba hasta el alma, verla así, tan frágil, tan sensible. Era algo que no había cambiado en ella; _________. siempre fue muy abierta, muy vulnerable, aunque no lo demostrara y era obvio que aún lo seguía siendo. Sin embargo, Liam no podía ni imaginarse por lo que ella estaba pasando.
Se encontraba aún divagando por sus enredados pensamientos cuando alguien le tocó el hombro. Volteó para encontrarse con la figura de _________. vestida con un jean claro, sandalias, una camisa verde manzana y su cabello negro suelto hasta los hombros. Se veía tan sencilla, tan hermosa... Pero no era ella; Liam sabía que bajo toda esa ropa color pastel y recatada, aún existía su verdadero ser.
- ¿Lista? -Preguntó, despegándose del capó del auto. Ella asintió.
- Sí. ¿A donde vamos, Liam? Tengo que estar de regreso antes de las ocho... -Empezó pero él la detuvo, negando con la cabeza al tiempo que abría la puerta del copiloto.
- Estaremos de regreso a tiempo, no te preocupes. -Le aseguró con una ligera sonrisa.
Esperó a que _______. se subiera al auto para cerrar la puerta, rodear el carro por adelante y subirse a su asiento. Se acomodó sobre su asiento y encendió el motor, rodeando el volante con las manos. Aceleró un poco, saliendo de la calle residencial para adentrarse de regreso a las vías con la música sonando de fondo.
_________. volteó la cabeza para ver el paisaje por la ventana, duró unos segundos así antes de regresar la vista hacia él.
- ¿De verdad no me dirás a donde vamos? -Preguntó ________. con los ojos llenos de curiosidad. Liam negó con la cabeza.
- Quiero ver si recuerdas el sitio. -Dijo él, mirándola por la esquina del ojo- ¿Donde está tu espíritu aventurero?
- No lo sé. -Murmuró ________. con voz apenas inaudible antes de agregar- No me gusta tu auto.
Liam se detuvo en un semáforo, apretando el freno bajo su pie antes de girarse para mirarla con el ceño fruncido. Era la primera mujer que decía que no le gustaba su auto, la única, pues a todas parecía encantarle el lujo que emanaba de aquel vehículo. La miró confundido por unos breves segundos.
- ¿Por qué?
- No sé... -________. se encogió de hombros- Siento que no va con tu personalidad, eso es todo. Es un bonito auto, pero tanto... Lujo, es raro.
Se le hizo un nudo en la garganta al escucharla; no sabía como demonios lo hacia, pero siempre era capaz de ver más allá. No lo admitiría, claro, pero hasta él mismo sabia que se había comprado aquel auto con la excusa de que cuadraba con su vida de nuevo millonario, aunque si fuera por él, estuviera conduciendo un descapotable más sencillo. Sin embargo, no le dio tiempo de responder, tuvo que acelerar cuando el semáforo cambió de rojo a verde y siguió por la avenida principal antes de desviarse hacia la derecha. _________. Se distrajo un rato, murmurando la letra de la canción en tono bajito antes de girarse nuevamente.
- Liam... -De repente, sus ojos estaban iluminados por completo- No ve mas a llevar a...
- ¿Ya lo adivinaste? -Él sonrió, acelerando un tanto para coger la primera curva- No sé, lo averiguarás cuando lleguemos.
- ¡Liam! -La chica se inclinó hacia el vidrio, casi traspasándolo- Tienes la mala costumbre de ser misterioso.
El castaño no pudo evitar sonreír ante su comentario, al menos ella recordaba eso de él. Bajó por el sendero de curvas abiertas de la carretera hasta que llegó a una zona completamente plana, aceleró más en esa parte hasta llegar a la última parte del camino y aparcó el auto. _________. se deshizo del cinturón de segura al segundo en el que el auto se apagó y abrió la puerta con rapidez, abalanzándose hacia adelante. Liam apenas tuvo tiempo de girar la cabeza para ver como la pelinegra se quitaba las sandalias y salia corriendo hacia la arena de la playa. Los pies descalzos de ________. tocaron la arena caliente a medida que iba desbocada hacia la orilla. Hacia años que no iba a una playa, que no veía el mar, que no escuchaba las olas romper contra la orilla o la risa de las personas bajo el sol, hacia tanto tiempo que le dolía en el alma haberlo dejado escapar de esa manera. Estaba a punto de tocar el agua con la punta de los dedos cuando se detuvo en seco, a unos dos pasos de la orilla.
Liam la alcanzó, esperando verla ya mojada hasta la cintura, pero resultó que la chica seguía completamente seca. Frunció el ceño, situándose a su lado.
- Pensé que te ibas a bañar completamente cuando te bajaste del auto. -Comentó Liam con una sonrisa, pero ella suspiró.
- No puedo. No llevo traje de baño, llevo ropa normal. No la puedo mojar. -Dijo ella, sonriendo débilmente- ¿Sabes que hace más de seis años que no veo el mar?
- ¿Entonces? Mójate los pies, _________. sé que te mueres de ganas por hacerlo. -Liam le sonrió lo mejor que pudo y le dio un leve empujón- Deja de preocuparte por cinco segundos.
________. Alzó la mirada, clavando sus ojos en los castaños de Liam por varios segundos que se le hicieron eternos. La mirada de ella pareció iluminarse en un momento y entonces le devolvió la sonrisa. Se subió el ruedo del pantalón lo más que pudo, hasta un poco más arriba de la pantorrilla y, sin pensarlo otra vez, terminó de pisar el agua.
La sensación de la arena húmeda bajo sus pies, las olas salpicando su pantalón y el resto del agua rodeándola, fue como un golpe de vida que necesitaba desde hacia mucho. Fue como sí le quitaran una pantalla borrosa de la vista, dejándola ver el mundo bien por primera vez. Su risa inundó los oídos de Liam mientras ________. se hundía hasta la cintura en el agua, no importaba si terminaba toda mojada, la ropa se secaría. Sintió como una ola rompió contra ella, empapándose por completo desde el cabello hasta la punta de los pies. Soltó una risa como no había podido en varios años y de repente, sin aviso, se abalanzó sobre Liam.
Los brazos de él la rodearon de forma autómatica, como sí estuvieran programados para ajustarse al cuerpo de ella. Liam sintió la ropa mojada de _________. pegarse a la suya, pero no le importó en lo absoluto, la tenía allí, entre sus brazos, riendo... Siendo al menos un poco feliz. Ninguno lo dijo, pero ambos sabían que la razón por la cual Liam la había llevado a la playa junto al muelle era porque allí fue el primer sitio donde fueron cuando se escaparon de clases la primera vez. Fue allí donde eligieron ir y pasaron todo aquel día metidos en las atracciones del muelle. Liam sonrió, apretándola contra él por unos segundos antes de alejarse para mirarle el rostro. Los cabellos negros le caían mojados por toda la cara, pegándose a sus mejillas. __________. Sonrió, separándose de a poco hasta quedar separada de él.
- Gracias, Liam.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
¿QUIÉN SACÓ 19 DE 20 EN SU EXAMEN SORPRESA HOY EN EL CURSO PRE-UNIVERSITARIO? YO
Y DESDE QUE SALÍ DEL CURSO HE ESTADO IRRADIANDO FELICIDAD A TODOS PORQUE OSEA, HOY SE SUPONE QUE SERÍA UN SHITTY DAY, PERO ES UN AWESOME DAY.
HE AQUÍ UNA IMAGEN DE COMO LUZCO EN ESTOS MOMENTOS -----> :corre:
Y DESDE QUE SALÍ DEL CURSO HE ESTADO IRRADIANDO FELICIDAD A TODOS PORQUE OSEA, HOY SE SUPONE QUE SERÍA UN SHITTY DAY, PERO ES UN AWESOME DAY.
HE AQUÍ UNA IMAGEN DE COMO LUZCO EN ESTOS MOMENTOS -----> :corre:
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Capitulo siete.
Feel so close, but you are so far away.
Se adentró con paso rápido hacia su apartamento, dejando el auto aparcado en la calle. Hacía muchos días que Niall y él no se tomaban un momento de relajación, que se alejaban del trabajo. Recién el día anterior Liam le había entregado una montaña de papeles a Lily, y aquel proceso de firmas y tener que leer más de veinte hojas fijándose en cualquier cláusula engañosa fue algo que lo dejó exhausto. Por otro lado, Niall también necesitaba un descanso del trabajo, ambos se habían estado matando el lomo como burros solo para conseguir que se adelantara la reunión con los Hanigans, pues la que habían podido programar aún estaba a un mes de distancia. No había mucho que hacer, los Hanigans eran una empresa poderosa, liderada por un hombre viejo que solo quería deshacerse de los capitales de la misma y dejar que la empresa para la que trabajaban Niall y Liam la absorbiera. Todos salían ganando, los Hanigans seguirían siendo una familia extremadamente rica, con varias cuotas semanales por tiempo indefinido y ellos lograrían ser los dos empleados que concretaron ese trato. Con todo, cada vez era más difícil conseguir un tiempo libre con ellos, ya que su empresa no era la única que quería quedarse con la de los Hanigans, millones más la querían para ellos también. Pero aquel día se tomarían un merecido descanso, habían terminado su jornada de la mañana y corrieron todas las reuniones pautadas para esa tarde para el día siguiente, de modo que podían hacer lo que se les viniera en gana sin preocuparse por sus clientes.
Tiró el maletín sobre el sofá de cuero negro de su sala y siguió de largo hasta su habitación, deshaciéndose la corbata en el camino. Tenía eso de veinte minutos para encontrase con Niall en el centro comercial. Cuando alcanzó la puerta del baño ya se había deshecho de la chaqueta y la camisa de su traje. Se empapó el rostro con agua fría y jabón antes de secarse. Salió del baño y abrió su closet, sacando un jean oscuro, camisa azul y chaqueta de cuero, se cambió lo más rápido que pudo, cogió nuevamente las llaves de su auto y abandonó su apartamento. Lo que más le relajaba de no tener que regresar al trabajo en toda la tarde no era el echo de poder salir, sino que le podría contar todo lo sucedido con _________. hacía dos días a su mejor amigo, pues no había tenido la oportunidad de hacerlo hasta el momento. Puso el vehículo en marcha y aceleró por la calle casi vacía hasta alcanzar el semáforo. Tuvo un par de segundos para colocar el mismo CD de siempre antes de reanudar la marcha. El centro comercial apareció ante su vista unos quince minutos después y entró al estacionamiento, dejando el auto aparcado en el primer puesto que vio. Se encontraba cerrando la puerta del vehículo cuando su celular sonó. De seguro debía de ser Niall, apresurandolo para que llegara a tiempo.
- Ya estoy aquí, relájate. -Contestó, caminando hacia la entrada del centro comercial. Pero la que le respondió no era su amigo.
- ¿Qué? Liam, soy Melissa. -Escuchó una risa al otro lado de la línea- ¿Esperabas a alguien más?
- Pensé que eras Niall. -Dijo él, pasando de largo por la entrada- Hola, Mel. ¿Pasa algo?
- No... Bueno, no sé. ¿Recuerdas a la chica que servía las bebidas en mi fiesta? Ella no lo dice, pero es mi amiga y sé que le causaste una impresión, lindo. -La risa de Melissa le golpeó los tímpanos- En fin, ¿Te parece si le doy tú número? Se llama Bárbara y...
- Mel, gracias, pero no. -La cortó Liam, deteniéndose en las puertas del bar restaurant- No quiero nada por los momentos, ¿Vale? Te tengo que dejar, cuídate.
Liam colgó la comunicación antes de que la pobre chica pudiera replicar y guardó nuevamente su celular. No era que no estuviera buscando nada por los momentos, era que ya tenía a la chica adecuada y no quería distraerse con nadie más. Recordaba vagamente a Bárbara y estaba seguro de que podría resultar bastante simpática, pero él ya tenía sus ojos puestos en __________. Por su puesto que no le había dicho nada sobre eso a Melissa, pues los únicos que sabían hasta el momento eran Harry y Lily. Le era difícil explicar todo lo que estaba sucediendo, pues hasta él le llegaba a aparecer un tanto infantil. Él, Liam Payne, el hombre más calculador, tranquilo, y en buena parte normal que existía, estaba intentando recuperar a _________. a la que una vez fue el ojo del huracán cuando de ser única se trataba. No sabía como, pero lo haría.
Niall le hizo señas cuando entró el sitio iluminado con varias lámparas elegantes que reflejaban en la madera oscura, su amigo se encontraba en una de las mesas más cercanas a la barra. Le devolvió el saludo con la mano antes de llegar a donde estaba.
- Ni siquiera Melissa se tarda tanto. -Le dijo Niall a modo de saludo. Liam se encogió de hombros, sentándose.
- Soy un hombre ocupado. Por cierto, acabo de hablar con ella. -Comentó el castaño, acomodándose sobre su asiento.
- No me digas que te dijo sobre Bárbara... -Liam asintió con la cabeza y Niall soltó una risotada- Te lo juro, Melissa no será feliz hasta que te vea con una pareja estable.
- Sobre eso, tengo que hablarte de algo. -Soltó Liam de una vez, mientras más rápido se lo dijera, más rápido podría saber la opinión de su amigo al respecto.
- ¿Sobre qué?
El mesero llegó en ese momento, interrumpiéndolos por un par de segundos. Liam ojeó rápidamente el menú del sitio y terminó pidiendo una hamburguesa con queso y agua para beber; Niall pidió lo mismo, cambiando el agua por un refresco de sabor a cereza. Esperaron a que el mesero se llevara los menús y se alejara un poco para retomar su charla.
- ¿Y entonces, de que querías hablarme? -Retomó Niall.
- El viernes, en la fiesta de Melissa, ________. estaba allí. -Dijo Liam, clavando la mirada en el infinito.
- ¿Allí, en la casa? ¿Estás seguro? Yo no la vi, y me quedé mucho después de que tu te fueras.
- No la reconocerías. Ya no tiene el cabello como un arcoíris, ni se viste como antes. -Liam recordó como se topó con ella sin querer, reconociéndola por el tatuaje detrás de su oreja.
Niall guardó silencio mientras pensaba en que decir. Nunca se imaginó que Liam le diría eso, después de todo, habían pasado seis años y hasta él llegó a perder la esperanza de que su amigo algún día la volvería a ver. No pudo recordar a Melissa dar señales de que su prima regresaría, ni siquiera se lo comentó. Niall siempre pensó que el día en que ella regresaría todo volvería a ser como siempre debió ser; pero si ________. estaba tan cambiada como su amigo le decía, era probable que eso resultara más difícil. Por fin, después de unos segundos, soltó un suspiro.
- ¿Estabas preparado para verla, o te cogió completamente por sorpresa? -Niall se pasó las manos por el rubio cabello- Mierda, son seis años y ella llega así como así...
- Me cogió completamente por sorpresa que llevara anillo de compromiso. -Los ojos de su amigo se abrieron como platos al escucharlo- Fue lo primero que noté cuando la vi.
El mesero regresó con sus respectivas ordenes, dejándolas sobre la mesa antes de darse la vuelta e irse. Liam se tomó unos segundos para darle un bocado a su hamburguesa, pues de verdad estaba hambriento, al igual que Niall y luego empezó a contarle todo. Liam le comentó como se había tropezado con ella en el cumpleaños de Melissa y que sino hubiera pasado solo dios sabría si se habría enterado de que ella estaba de regreso o si nunca se hubiera enterado. Le dijo como conoció por un par de segundos al prometido de __________.; no se sabía el nombre, pues no se presentaron, pero lo conocía de rostro. Era el típico niño rico, según él. A medida que almorzaban tomaban pequeñas pausas para comer entre la historia, Liam también le comentó la intervención de Harry ese mismo fin de semana, y por fin terminó con lo sucedido hacia dos días. Liam no quiso dar muchos detalles de lo mucho que había significado para él esas tres horas que pasó __________. en la playa, lo mucho que significó verla sonreír de verdad, no esa sonrisa falsa que últimamente tenía. Esos pequeños detalles se los guardó para él mismo.
- Liam. -Niall se echó hacia atrás en su asiento cuando él terminó. El castaño ya conocía esa mirada en su amigo- Sé que verla otra vez despertó todos los sentimientos que tenías dentro, yo pasé por todo eso contigo. Y sé que le vez algo especial a _________. Pero por favor, Liam, piensa en tí también. La última vez ella no pensó dos veces para cruzar el continente e irse, ni siquiera peleó por ello, como siempre hacía. Ella no fue la que salió lastimada Liam, fuiste tú. Y te aseguro que ni Harry ni yo queremos verte así otra vez sí ella te hace daño.
Esa vez fue él el que guardó silencio. Por alguna razón había obviado todo eso cuando se decidió a tenerla de regreso. En parte Niall tenía razón, ________. siempre peleaba por lo que quería, por lo que creía correcto, pero esa ves simplemente aceptó la desición de sus padres, dejando que la mandaran a un internado por seis largos años. ¿Por qué no peleó? ¿Por qué demonios no se defendió? Mientras Liam más lo pensaba, más extraño se ponía. Él no recordaba que _________. hubiera echo algo grave esas últimas semanas antes de que se fuera, ni siquiera recordaba que ella hubiera peleado gravemente con sus padres, habían sido dos semanas bastante tranquilas. Y ahora que lo pensaba, aquel día, en la casa de árbol, cuando ella se despidió... Nunca dijo el porqué. Jamás le mencionó porque se iba. Nunca. Sin embargo, eso no significaba que ella lo hubiera echo para herirlo; en eso Niall se equivocaba completamente. Él la conocía mil veces mejor que su amigo, y sabía que había algo más enredado y complicado dentro de todo eso que nada tenía que ver con echarle la culpa a _________.
Liam asintió con la cabeza, asimilando todo de una vez.
- Gracias, hermano. -Le dijo a Niall antes de levantarse y sacar su cartera- Esta la pago yo, no te preocupes.
Revisó la cuenta con una rápida ojeada y dejó el dinero exacto más un veinte por ciento de propina antes de abandonar el sitio seguido de Niall a su lado. Guardó nuevamente su cartera dentro del bolsillo a medida que caminaban por uno de los pasillos del centro comercial.
- ¿Sabes donde venden atrapuesueños y ese tipo de cosas? -Preguntó Liam, echando un vistazo a cada tienda que pasaban.
- ¿Qué, estás teniendo pesadillas? -Bromeó el rubio antes de agregar algo más- Creo que el segundo piso, ¿Por qué?
- Quiero comprar uno como regalo, eso es todo. -Liam se encogió de hombros, deteniéndose- Si quieres adelantate, yo iré a comprar el atrapasueños y te alcanzo en el estacionamiento.
Niall asintió con la cabeza y le palmeó el hombro rápidamente antes de seguir de largo por el pasillo. Liam regresó sobre sus pasos hasta encontrar la escalera mecánica que daba al segundo piso. Quería comprarle un atrapasueños a __________. No sabía si ella aún conservaba el suyo o lo había perdido durante tanto tiempo, pero apostaba lo que fuera que aún los amaba con todo su ser. Ella siempre había tenido una obsesión por esas cosas, tenía una colección de todos los tamaños y colores, pero su favorito, como él recordaba, era uno de tamaño mediano y color blanco, que a veces usaba sobre su cama y otras como un collar. Sin embargo, cuando iba de camino a la tienda, ya en el segundo piso, se encontró con algo que no pensó ver ni en un millón de años. Su vista se distrajo por unos segundos al pasillo lateral y allí fue cuando lo vio, al prometido de _________. Al principio encontró todo completamente normal, hasta que se percató segundos después de que era lo que andaba mal. No estaba con ella, pero tampoco estaba solo. Se encontraba felizmente cogido de la mano con una mujer morena, con alguien que no era su prometida. Que no era _________.
Feel so close, but you are so far away.
Se adentró con paso rápido hacia su apartamento, dejando el auto aparcado en la calle. Hacía muchos días que Niall y él no se tomaban un momento de relajación, que se alejaban del trabajo. Recién el día anterior Liam le había entregado una montaña de papeles a Lily, y aquel proceso de firmas y tener que leer más de veinte hojas fijándose en cualquier cláusula engañosa fue algo que lo dejó exhausto. Por otro lado, Niall también necesitaba un descanso del trabajo, ambos se habían estado matando el lomo como burros solo para conseguir que se adelantara la reunión con los Hanigans, pues la que habían podido programar aún estaba a un mes de distancia. No había mucho que hacer, los Hanigans eran una empresa poderosa, liderada por un hombre viejo que solo quería deshacerse de los capitales de la misma y dejar que la empresa para la que trabajaban Niall y Liam la absorbiera. Todos salían ganando, los Hanigans seguirían siendo una familia extremadamente rica, con varias cuotas semanales por tiempo indefinido y ellos lograrían ser los dos empleados que concretaron ese trato. Con todo, cada vez era más difícil conseguir un tiempo libre con ellos, ya que su empresa no era la única que quería quedarse con la de los Hanigans, millones más la querían para ellos también. Pero aquel día se tomarían un merecido descanso, habían terminado su jornada de la mañana y corrieron todas las reuniones pautadas para esa tarde para el día siguiente, de modo que podían hacer lo que se les viniera en gana sin preocuparse por sus clientes.
Tiró el maletín sobre el sofá de cuero negro de su sala y siguió de largo hasta su habitación, deshaciéndose la corbata en el camino. Tenía eso de veinte minutos para encontrase con Niall en el centro comercial. Cuando alcanzó la puerta del baño ya se había deshecho de la chaqueta y la camisa de su traje. Se empapó el rostro con agua fría y jabón antes de secarse. Salió del baño y abrió su closet, sacando un jean oscuro, camisa azul y chaqueta de cuero, se cambió lo más rápido que pudo, cogió nuevamente las llaves de su auto y abandonó su apartamento. Lo que más le relajaba de no tener que regresar al trabajo en toda la tarde no era el echo de poder salir, sino que le podría contar todo lo sucedido con _________. hacía dos días a su mejor amigo, pues no había tenido la oportunidad de hacerlo hasta el momento. Puso el vehículo en marcha y aceleró por la calle casi vacía hasta alcanzar el semáforo. Tuvo un par de segundos para colocar el mismo CD de siempre antes de reanudar la marcha. El centro comercial apareció ante su vista unos quince minutos después y entró al estacionamiento, dejando el auto aparcado en el primer puesto que vio. Se encontraba cerrando la puerta del vehículo cuando su celular sonó. De seguro debía de ser Niall, apresurandolo para que llegara a tiempo.
- Ya estoy aquí, relájate. -Contestó, caminando hacia la entrada del centro comercial. Pero la que le respondió no era su amigo.
- ¿Qué? Liam, soy Melissa. -Escuchó una risa al otro lado de la línea- ¿Esperabas a alguien más?
- Pensé que eras Niall. -Dijo él, pasando de largo por la entrada- Hola, Mel. ¿Pasa algo?
- No... Bueno, no sé. ¿Recuerdas a la chica que servía las bebidas en mi fiesta? Ella no lo dice, pero es mi amiga y sé que le causaste una impresión, lindo. -La risa de Melissa le golpeó los tímpanos- En fin, ¿Te parece si le doy tú número? Se llama Bárbara y...
- Mel, gracias, pero no. -La cortó Liam, deteniéndose en las puertas del bar restaurant- No quiero nada por los momentos, ¿Vale? Te tengo que dejar, cuídate.
Liam colgó la comunicación antes de que la pobre chica pudiera replicar y guardó nuevamente su celular. No era que no estuviera buscando nada por los momentos, era que ya tenía a la chica adecuada y no quería distraerse con nadie más. Recordaba vagamente a Bárbara y estaba seguro de que podría resultar bastante simpática, pero él ya tenía sus ojos puestos en __________. Por su puesto que no le había dicho nada sobre eso a Melissa, pues los únicos que sabían hasta el momento eran Harry y Lily. Le era difícil explicar todo lo que estaba sucediendo, pues hasta él le llegaba a aparecer un tanto infantil. Él, Liam Payne, el hombre más calculador, tranquilo, y en buena parte normal que existía, estaba intentando recuperar a _________. a la que una vez fue el ojo del huracán cuando de ser única se trataba. No sabía como, pero lo haría.
Niall le hizo señas cuando entró el sitio iluminado con varias lámparas elegantes que reflejaban en la madera oscura, su amigo se encontraba en una de las mesas más cercanas a la barra. Le devolvió el saludo con la mano antes de llegar a donde estaba.
- Ni siquiera Melissa se tarda tanto. -Le dijo Niall a modo de saludo. Liam se encogió de hombros, sentándose.
- Soy un hombre ocupado. Por cierto, acabo de hablar con ella. -Comentó el castaño, acomodándose sobre su asiento.
- No me digas que te dijo sobre Bárbara... -Liam asintió con la cabeza y Niall soltó una risotada- Te lo juro, Melissa no será feliz hasta que te vea con una pareja estable.
- Sobre eso, tengo que hablarte de algo. -Soltó Liam de una vez, mientras más rápido se lo dijera, más rápido podría saber la opinión de su amigo al respecto.
- ¿Sobre qué?
El mesero llegó en ese momento, interrumpiéndolos por un par de segundos. Liam ojeó rápidamente el menú del sitio y terminó pidiendo una hamburguesa con queso y agua para beber; Niall pidió lo mismo, cambiando el agua por un refresco de sabor a cereza. Esperaron a que el mesero se llevara los menús y se alejara un poco para retomar su charla.
- ¿Y entonces, de que querías hablarme? -Retomó Niall.
- El viernes, en la fiesta de Melissa, ________. estaba allí. -Dijo Liam, clavando la mirada en el infinito.
- ¿Allí, en la casa? ¿Estás seguro? Yo no la vi, y me quedé mucho después de que tu te fueras.
- No la reconocerías. Ya no tiene el cabello como un arcoíris, ni se viste como antes. -Liam recordó como se topó con ella sin querer, reconociéndola por el tatuaje detrás de su oreja.
Niall guardó silencio mientras pensaba en que decir. Nunca se imaginó que Liam le diría eso, después de todo, habían pasado seis años y hasta él llegó a perder la esperanza de que su amigo algún día la volvería a ver. No pudo recordar a Melissa dar señales de que su prima regresaría, ni siquiera se lo comentó. Niall siempre pensó que el día en que ella regresaría todo volvería a ser como siempre debió ser; pero si ________. estaba tan cambiada como su amigo le decía, era probable que eso resultara más difícil. Por fin, después de unos segundos, soltó un suspiro.
- ¿Estabas preparado para verla, o te cogió completamente por sorpresa? -Niall se pasó las manos por el rubio cabello- Mierda, son seis años y ella llega así como así...
- Me cogió completamente por sorpresa que llevara anillo de compromiso. -Los ojos de su amigo se abrieron como platos al escucharlo- Fue lo primero que noté cuando la vi.
El mesero regresó con sus respectivas ordenes, dejándolas sobre la mesa antes de darse la vuelta e irse. Liam se tomó unos segundos para darle un bocado a su hamburguesa, pues de verdad estaba hambriento, al igual que Niall y luego empezó a contarle todo. Liam le comentó como se había tropezado con ella en el cumpleaños de Melissa y que sino hubiera pasado solo dios sabría si se habría enterado de que ella estaba de regreso o si nunca se hubiera enterado. Le dijo como conoció por un par de segundos al prometido de __________.; no se sabía el nombre, pues no se presentaron, pero lo conocía de rostro. Era el típico niño rico, según él. A medida que almorzaban tomaban pequeñas pausas para comer entre la historia, Liam también le comentó la intervención de Harry ese mismo fin de semana, y por fin terminó con lo sucedido hacia dos días. Liam no quiso dar muchos detalles de lo mucho que había significado para él esas tres horas que pasó __________. en la playa, lo mucho que significó verla sonreír de verdad, no esa sonrisa falsa que últimamente tenía. Esos pequeños detalles se los guardó para él mismo.
- Liam. -Niall se echó hacia atrás en su asiento cuando él terminó. El castaño ya conocía esa mirada en su amigo- Sé que verla otra vez despertó todos los sentimientos que tenías dentro, yo pasé por todo eso contigo. Y sé que le vez algo especial a _________. Pero por favor, Liam, piensa en tí también. La última vez ella no pensó dos veces para cruzar el continente e irse, ni siquiera peleó por ello, como siempre hacía. Ella no fue la que salió lastimada Liam, fuiste tú. Y te aseguro que ni Harry ni yo queremos verte así otra vez sí ella te hace daño.
Esa vez fue él el que guardó silencio. Por alguna razón había obviado todo eso cuando se decidió a tenerla de regreso. En parte Niall tenía razón, ________. siempre peleaba por lo que quería, por lo que creía correcto, pero esa ves simplemente aceptó la desición de sus padres, dejando que la mandaran a un internado por seis largos años. ¿Por qué no peleó? ¿Por qué demonios no se defendió? Mientras Liam más lo pensaba, más extraño se ponía. Él no recordaba que _________. hubiera echo algo grave esas últimas semanas antes de que se fuera, ni siquiera recordaba que ella hubiera peleado gravemente con sus padres, habían sido dos semanas bastante tranquilas. Y ahora que lo pensaba, aquel día, en la casa de árbol, cuando ella se despidió... Nunca dijo el porqué. Jamás le mencionó porque se iba. Nunca. Sin embargo, eso no significaba que ella lo hubiera echo para herirlo; en eso Niall se equivocaba completamente. Él la conocía mil veces mejor que su amigo, y sabía que había algo más enredado y complicado dentro de todo eso que nada tenía que ver con echarle la culpa a _________.
Liam asintió con la cabeza, asimilando todo de una vez.
- Gracias, hermano. -Le dijo a Niall antes de levantarse y sacar su cartera- Esta la pago yo, no te preocupes.
Revisó la cuenta con una rápida ojeada y dejó el dinero exacto más un veinte por ciento de propina antes de abandonar el sitio seguido de Niall a su lado. Guardó nuevamente su cartera dentro del bolsillo a medida que caminaban por uno de los pasillos del centro comercial.
- ¿Sabes donde venden atrapuesueños y ese tipo de cosas? -Preguntó Liam, echando un vistazo a cada tienda que pasaban.
- ¿Qué, estás teniendo pesadillas? -Bromeó el rubio antes de agregar algo más- Creo que el segundo piso, ¿Por qué?
- Quiero comprar uno como regalo, eso es todo. -Liam se encogió de hombros, deteniéndose- Si quieres adelantate, yo iré a comprar el atrapasueños y te alcanzo en el estacionamiento.
Niall asintió con la cabeza y le palmeó el hombro rápidamente antes de seguir de largo por el pasillo. Liam regresó sobre sus pasos hasta encontrar la escalera mecánica que daba al segundo piso. Quería comprarle un atrapasueños a __________. No sabía si ella aún conservaba el suyo o lo había perdido durante tanto tiempo, pero apostaba lo que fuera que aún los amaba con todo su ser. Ella siempre había tenido una obsesión por esas cosas, tenía una colección de todos los tamaños y colores, pero su favorito, como él recordaba, era uno de tamaño mediano y color blanco, que a veces usaba sobre su cama y otras como un collar. Sin embargo, cuando iba de camino a la tienda, ya en el segundo piso, se encontró con algo que no pensó ver ni en un millón de años. Su vista se distrajo por unos segundos al pasillo lateral y allí fue cuando lo vio, al prometido de _________. Al principio encontró todo completamente normal, hasta que se percató segundos después de que era lo que andaba mal. No estaba con ella, pero tampoco estaba solo. Se encontraba felizmente cogido de la mano con una mujer morena, con alguien que no era su prometida. Que no era _________.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Básicamente mis papás me acaban de atacar en la cena, diciendo que moriré gracias a mi mal alimentación. Que pagaré por todo en el futuro y que soy una mal agredecida con la vida.
Yupi :).
Yupi :).
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
She ran away in her sleep, and dream of paradise.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Capitulo ocho.
And the lights out never have this brighter glow.
Oyó sin escuchar realmente las conversaciones que sucedían a su alrededor. Se sentían increíblemente lejanas a ella, como sí estuviera a cien metros de distancia. Todas las diferentes voces se mezclaban en su cabeza, confundiendola, aturdiendola. Era como estar escuchando a una cinta retorcida, como sí nada tuviera sentido. Apoyó una mano en el respaldar del barandal, en un intento desesperado por aguantar todo aquello. Había tenido días malos, pero aquel estaba convirtiéndose en uno de los peores hasta el momento. Las cosas a su alrededor comenzaron a perder brillo, y las voces solo se intensificaron más. Colapsaría, en cualquier segundo lo haría. Pero no podía, estaba en público. Apretó fuertemente la mano en el barandal, cerrándola con fuerza al rededor del mismo. La ayudó para parar el mareo que empezaba a venirse encima de ella, pero a los pocos segundos todo regresó al desastre que se estaba desatando en su interior. Podía sentir el molesto vestido floreado cortando su respiración, demasiado ceñido a su cuerpo, así como el apretado peinado de coleta alta que llevaba. Su visión empezó a tornarse borrosa, haciendo todo peor. Solo quería salir corriendo de allí, demostrarles a todos que le importaba un rábano sus vacías conversaciones. Quería dejar de fingir. Quería meterse en su cama y no despertar en tres días... Tomó una bocanada de aire y con esfuerzo, se despegó de la barra.
Estuvo a punto de tropezar cuando una mano la cogió del brazo, evitando que terminara de lleno en el suelo.
- ¿Estás bien? -Era Brandom, que había dejado de hablar con uno de sus amigos. ________. negó con la cabeza.
- Es el calor, y el hecho de que no almorcé. -No era completamente mentira, ella se había saltado el almuerzo. Sin embargo, no era por eso que se encontraba así.
- ¿Quieres que te lleve a tu casa?
________. negó con la cabeza, no quería sacar a Brandom de aquella reunión. Varios amigos y familiares de ellos se habían reunido aquel día en el club campestre y todos parecían estar disfrutando la reunión menos ella.
- Le pediré a Melissa que me lleve. -Dijo, haciendo un esfuerzo por sonreír- Te llamo cuando esté en la casa.
La pelinegra sintió como Brandom depositaba una rápido beso en su coronilla y se alejó de él. Con cada paso que daba se recordaba a sí misma que debía aguantar hasta llegar a su casa para derrumbarse a llorar; que no podía hacerlo allí, frente a un montón de gente y arruinar por completo la imagen que sus padres habían creado de ella. A medida que avanzaba intentó localizar a su prima entre tanta gente, además de los que conocía, que estaban en el club campestre. Cruzó hasta cerca del área de la piscina, pasó por el pequeño teatro cerrado del sitio, e incluso se acercó lo suficiente hasta el bar, pero no había rastros de Melissa. No le sorprendía, era probable que su prima estuviera por algún sitio más privado con Niall. La frustración empezaba a comérsela viva, no le pediría a Brandom que la llevara, necesitaba alejarse de él y toda esa gente, y no tenía auto propio en cual irse. __________. sintió otra vez esa oleada de mareos, y estuvo a punto de caer al suelo sino fuera porque se agarró rápidamente de una silla veraniega. Tomó un par de bocanas de aire y se separó de la silla con un movimiento brusco antes de salir corriendo hacia el único sitio apartado de todo lo demás que conocía. El parque casi abandonado del club. Allí había muy pocos niños, y aquel parque estaba cayendo en decadencia poco a poco, además, se encontraba lo suficientemente alejado de todo lo demás como para que nadie la molestara.
Corrió hasta el sitio y dejó caerse en la única silla doble tipo columpio que había. Al instante se descalzó los zapatos, deshizo la coleta alta en la que tenía atada su cabello oscuro y maniobró como pudo para bajarse el cierre de ese estúpido vestido hasta la mitad, sin importarle si su brasier se veía por la espalda o no. Subió las rodillas al asiento del columpio, el cual ya empezaba a balancearse y dejó que toda su frustración saliera al exterior. Probablemente cualquiera que pasara la vería de forma extraña, pero en esos momentos era lo último que le importaba. Ellos no entendían, no sabían lo difícil que era intentar ser alguien que no eres. Lo sofocante que es tener que reprimir todo lo que eres, tu esencia, y cambiarlo por lo que te obligaron a aprender. Era extremadamente cansado hacer eso todos los días, levantarse para vivir una vida que no era la suya. Fingir a diario, sin descanso. Sabía manejarlo la mayor parte del tiempo, sabía vivir con ello, pero había veces, como ese día, en que todo era demasiado abrumador para ella. Sintió como las lágrimas corrían por sus mejillas y no se molestó en limpiarlas. Aún sentía ese vacío en el pecho, y el retumbar en sus oídos cuando sintió una mano posarse sobre su hombro.
- Estoy bien, en serio ya regreso a la... -Se secó rápidamente las lágrimas de su rostro al tiempo que levantaba la cabeza- Oh.
Los ojos café oscuro de ella se toparon directamente con los de Liam. Al último que se esperaba ver allí era a él. Llevaba al menos cuatro días sin saber absolutamente nada más del castaño y de repente aparecía frente a ella. Se colocó derecha de un tirón, y aflojó las piernas, dejándolas caer hacia el suelo. Sabía que por más que intentara disimular que no pasaba nada, no podía ocultar que estaba llorando.
Liam observó la débil sonrisa de _________. cuando se percató que era él y sintió nuevamente esa sensación de vacío en el pecho al pensar que alguien le pudiera haber hecho daño. No estaba acostumbrado a verla llorar, no era algo que solía hacer y le costaba saber como actuar.
- ¿Te molesta si me siento? -Preguntó Liam, ladeando la cabeza hacia el asiento libre del columpio. _________. Negó con la cabeza.
El castaño se acomodó en el asiento, quedando ligeramente volteado hacia ella. Se quedaron así unos segundos, sin saber que hacer. La pelinegra tenía la vista clavada al frente, fija en el infinito. Tener a su lado a Liam le resultaba raro, extraño, pero al mismo tiempo... Natural. Era como sí de repente ya no se encontrara tan sola. Ella no se percató, pero Liam no dejó de verla ni por un segundo. ________. Soltó un suspiro, acomodándose todo el cabello hacia atrás.
- Debes pensar que me veo horrenda. -Dijo ella, sonriendo un poco- O extraña, ya sabes, sentada en un parque de niños, llorando.
- No pienso nada de eso. -Dijo él, y ________. se sorprendió en la dulzura de su voz.
- Tengo el vestido desajustado, el cabello hecho una maraña y estoy casi cien por ciento segura que se me corrió todo el maquillaje gracias a las lágrimas. -Hizo una pausa para mirarlo- Admite que piensas que me veo horrenda, Liam.
Él negó con la cabeza, haciendo que el columpio se moviera un tanto. ¿Cómo haría para explicarle? En sus ojos, él no la notaba horrenda ni mucho menos. La veía vulnerable, triste... Veía como se volvía a encerrar en su propio mundo, evitando que él pudiera hacer algo para ayudarla. Y aquello era demasiado frustrante, saber que él podía hacer algo y a la vez no, todo por los seis años vacíos entre ellos, por la incomodidad que aún no se terminaba de esfumar por completo. Pero no había forma de decirlo, debía mostrarlo. Esbozó una sonrisa, la más tranquila que pudo y clavó su mirada en la de ella.
- ¿Quieres salir de aquí? -Liam ladeó la cabeza, levantándose de un solo movimiento del columpio.
La mirada de _________. subió a medida que él se levantaba del asiento. Aquello la tomó completamente por sorpresa. ¿Irse? Había salido huyendo de esa reunión infernal con esa idea en mente, pero no pensó en irse con él. Con Liam. Y sin decirle a nadie, para más. Su mente comenzó a debatirse entre la idea de quedarse, de esperar por Melissa, o irse. Ni siquiera le importaba a donde fueran, o sí se enteraban, solo quería irse, salir de allí. Se limpió lo que quedaba de lágrimas en sus mejillas y sonrió, por primera vez en el día, de manera convincente.
- Llévame lejos de aquí.
And the lights out never have this brighter glow.
Oyó sin escuchar realmente las conversaciones que sucedían a su alrededor. Se sentían increíblemente lejanas a ella, como sí estuviera a cien metros de distancia. Todas las diferentes voces se mezclaban en su cabeza, confundiendola, aturdiendola. Era como estar escuchando a una cinta retorcida, como sí nada tuviera sentido. Apoyó una mano en el respaldar del barandal, en un intento desesperado por aguantar todo aquello. Había tenido días malos, pero aquel estaba convirtiéndose en uno de los peores hasta el momento. Las cosas a su alrededor comenzaron a perder brillo, y las voces solo se intensificaron más. Colapsaría, en cualquier segundo lo haría. Pero no podía, estaba en público. Apretó fuertemente la mano en el barandal, cerrándola con fuerza al rededor del mismo. La ayudó para parar el mareo que empezaba a venirse encima de ella, pero a los pocos segundos todo regresó al desastre que se estaba desatando en su interior. Podía sentir el molesto vestido floreado cortando su respiración, demasiado ceñido a su cuerpo, así como el apretado peinado de coleta alta que llevaba. Su visión empezó a tornarse borrosa, haciendo todo peor. Solo quería salir corriendo de allí, demostrarles a todos que le importaba un rábano sus vacías conversaciones. Quería dejar de fingir. Quería meterse en su cama y no despertar en tres días... Tomó una bocanada de aire y con esfuerzo, se despegó de la barra.
Estuvo a punto de tropezar cuando una mano la cogió del brazo, evitando que terminara de lleno en el suelo.
- ¿Estás bien? -Era Brandom, que había dejado de hablar con uno de sus amigos. ________. negó con la cabeza.
- Es el calor, y el hecho de que no almorcé. -No era completamente mentira, ella se había saltado el almuerzo. Sin embargo, no era por eso que se encontraba así.
- ¿Quieres que te lleve a tu casa?
________. negó con la cabeza, no quería sacar a Brandom de aquella reunión. Varios amigos y familiares de ellos se habían reunido aquel día en el club campestre y todos parecían estar disfrutando la reunión menos ella.
- Le pediré a Melissa que me lleve. -Dijo, haciendo un esfuerzo por sonreír- Te llamo cuando esté en la casa.
La pelinegra sintió como Brandom depositaba una rápido beso en su coronilla y se alejó de él. Con cada paso que daba se recordaba a sí misma que debía aguantar hasta llegar a su casa para derrumbarse a llorar; que no podía hacerlo allí, frente a un montón de gente y arruinar por completo la imagen que sus padres habían creado de ella. A medida que avanzaba intentó localizar a su prima entre tanta gente, además de los que conocía, que estaban en el club campestre. Cruzó hasta cerca del área de la piscina, pasó por el pequeño teatro cerrado del sitio, e incluso se acercó lo suficiente hasta el bar, pero no había rastros de Melissa. No le sorprendía, era probable que su prima estuviera por algún sitio más privado con Niall. La frustración empezaba a comérsela viva, no le pediría a Brandom que la llevara, necesitaba alejarse de él y toda esa gente, y no tenía auto propio en cual irse. __________. sintió otra vez esa oleada de mareos, y estuvo a punto de caer al suelo sino fuera porque se agarró rápidamente de una silla veraniega. Tomó un par de bocanas de aire y se separó de la silla con un movimiento brusco antes de salir corriendo hacia el único sitio apartado de todo lo demás que conocía. El parque casi abandonado del club. Allí había muy pocos niños, y aquel parque estaba cayendo en decadencia poco a poco, además, se encontraba lo suficientemente alejado de todo lo demás como para que nadie la molestara.
Corrió hasta el sitio y dejó caerse en la única silla doble tipo columpio que había. Al instante se descalzó los zapatos, deshizo la coleta alta en la que tenía atada su cabello oscuro y maniobró como pudo para bajarse el cierre de ese estúpido vestido hasta la mitad, sin importarle si su brasier se veía por la espalda o no. Subió las rodillas al asiento del columpio, el cual ya empezaba a balancearse y dejó que toda su frustración saliera al exterior. Probablemente cualquiera que pasara la vería de forma extraña, pero en esos momentos era lo último que le importaba. Ellos no entendían, no sabían lo difícil que era intentar ser alguien que no eres. Lo sofocante que es tener que reprimir todo lo que eres, tu esencia, y cambiarlo por lo que te obligaron a aprender. Era extremadamente cansado hacer eso todos los días, levantarse para vivir una vida que no era la suya. Fingir a diario, sin descanso. Sabía manejarlo la mayor parte del tiempo, sabía vivir con ello, pero había veces, como ese día, en que todo era demasiado abrumador para ella. Sintió como las lágrimas corrían por sus mejillas y no se molestó en limpiarlas. Aún sentía ese vacío en el pecho, y el retumbar en sus oídos cuando sintió una mano posarse sobre su hombro.
- Estoy bien, en serio ya regreso a la... -Se secó rápidamente las lágrimas de su rostro al tiempo que levantaba la cabeza- Oh.
Los ojos café oscuro de ella se toparon directamente con los de Liam. Al último que se esperaba ver allí era a él. Llevaba al menos cuatro días sin saber absolutamente nada más del castaño y de repente aparecía frente a ella. Se colocó derecha de un tirón, y aflojó las piernas, dejándolas caer hacia el suelo. Sabía que por más que intentara disimular que no pasaba nada, no podía ocultar que estaba llorando.
Liam observó la débil sonrisa de _________. cuando se percató que era él y sintió nuevamente esa sensación de vacío en el pecho al pensar que alguien le pudiera haber hecho daño. No estaba acostumbrado a verla llorar, no era algo que solía hacer y le costaba saber como actuar.
- ¿Te molesta si me siento? -Preguntó Liam, ladeando la cabeza hacia el asiento libre del columpio. _________. Negó con la cabeza.
El castaño se acomodó en el asiento, quedando ligeramente volteado hacia ella. Se quedaron así unos segundos, sin saber que hacer. La pelinegra tenía la vista clavada al frente, fija en el infinito. Tener a su lado a Liam le resultaba raro, extraño, pero al mismo tiempo... Natural. Era como sí de repente ya no se encontrara tan sola. Ella no se percató, pero Liam no dejó de verla ni por un segundo. ________. Soltó un suspiro, acomodándose todo el cabello hacia atrás.
- Debes pensar que me veo horrenda. -Dijo ella, sonriendo un poco- O extraña, ya sabes, sentada en un parque de niños, llorando.
- No pienso nada de eso. -Dijo él, y ________. se sorprendió en la dulzura de su voz.
- Tengo el vestido desajustado, el cabello hecho una maraña y estoy casi cien por ciento segura que se me corrió todo el maquillaje gracias a las lágrimas. -Hizo una pausa para mirarlo- Admite que piensas que me veo horrenda, Liam.
Él negó con la cabeza, haciendo que el columpio se moviera un tanto. ¿Cómo haría para explicarle? En sus ojos, él no la notaba horrenda ni mucho menos. La veía vulnerable, triste... Veía como se volvía a encerrar en su propio mundo, evitando que él pudiera hacer algo para ayudarla. Y aquello era demasiado frustrante, saber que él podía hacer algo y a la vez no, todo por los seis años vacíos entre ellos, por la incomodidad que aún no se terminaba de esfumar por completo. Pero no había forma de decirlo, debía mostrarlo. Esbozó una sonrisa, la más tranquila que pudo y clavó su mirada en la de ella.
- ¿Quieres salir de aquí? -Liam ladeó la cabeza, levantándose de un solo movimiento del columpio.
La mirada de _________. subió a medida que él se levantaba del asiento. Aquello la tomó completamente por sorpresa. ¿Irse? Había salido huyendo de esa reunión infernal con esa idea en mente, pero no pensó en irse con él. Con Liam. Y sin decirle a nadie, para más. Su mente comenzó a debatirse entre la idea de quedarse, de esperar por Melissa, o irse. Ni siquiera le importaba a donde fueran, o sí se enteraban, solo quería irse, salir de allí. Se limpió lo que quedaba de lágrimas en sus mejillas y sonrió, por primera vez en el día, de manera convincente.
- Llévame lejos de aquí.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Capitulo nueve.
Se alejó de la ventanilla del auto, recostándose nuevamente en el asiento. Se encontraba extrañamente cómoda por primera vez en mucho tiempo, y realmente no quería bajarse de allí. Liam no le había dicho a donde irían y ella tampoco se había molestado en preguntar, porque honestamente no le importaba. La podía llevar a donde fuera, siempre y cuando se quedara con ella. Sabía que el segundo en el que Liam la dejara por su cuenta, se derrumbaría. Aún sentía una que otra sacudida dentro de ella cuando recordaba lo pasado en el club campestre, en como se había alejado de todos para que no la vieran tan débil. Era raro, no le importaba que él supiera como estaba. Que se diera cuenta de que algo dentro de ella no era lo mismo. Aunque claro, él no sabía nada. ________. Soltó un ligero suspiro al recordar que en lo que respectaba a Liam, no sabía nada de lo que le estaba pasando. Reprimió el deseo de pedirle que la diera la vuelta y la dejara en su casa y en cambio, ladeó la cabeza, observándolo.
Liam se encontraba completamente absorto en la vía, conduciendo con cuidado. Ella lo detalló, fijándose en los pequeños detalles que se habían perdido con el paso del tiempo. Su cabello seguía siendo del mismo color castaño de siempre, aunque lo tenía un tanto más corto. Contó los lunares de su cuello como solía hacerlo cuando lo conoció por primera vez, notó la manera en que su cuerpo se inclinaba ligeramente hacia adelante cuando conducía y como tamborileaba los dedos sin cesar al ritmo de la canción mientras conducía.
- ¿Siempre haces eso? -Preguntó, mirándolo con una pequeña sonrisa en su rostro.
- ¿Qué? -Murmuró Liam, sin quitar la mirada del camino.
- Tamborilear los dedos en el volante. Llevas todo el rato haciéndolo.
Liam sintió un ligero escalofrío recorrerle la columna cuando escuchó su comentario. Nadie más, ninguna de las que se había subido a su auto se había dado cuenta de su manía por tamborilear los dedos constantemente. Sabía que no era razón para alegrarse, ni menos, pero sentía que el hecho de que se _______. se percatara de eso, era un paso. Así que no pudo evitar curvar una sonrisa.
- Todo el tiempo. -Le contestó antes de ladear la cabeza- ¿Por qué, te molesta?
- No. -La risa de ella inundó el auto por una fracción de segundos- Es tierno ver como te distraes.
- Es algo que hago inconscientemente. -Dijo él, tomando con suavidad una curva en el camino- ¿Tú no haces nada para distraerte de vez en cuando?
- Ya no.
Él se dio cuenta del repentino cambio en ella cuando dijo aquello. Fue algo tan sutil, tan ligero, que si alguien no la conocía bien no lo habría notado. Liam soltó una maldición interna, bajando la velocidad del auto. ¿Por qué siempre le pasaba eso? Cuando él pensaba que estaba logrando que se abriera un poco, ella hacía algún comentario como ese, o sencillamente se cerraba. ¿Qué demonios le había pasado para que fuera así? ¿Tan callada? Que se comportara así, tan de repente, solo alimentaba su idea de que algo definitivamente no iba bien en su vida. Qué algo que el aún no sabía le había sucedido en esos seis años de distancia.
Se mantuvo en silencio, mirandola por el rabillo del ojo cada tanto hasta que aparcó el auto. Se detuvo frente a una calle poco transitada, y sacó las llaves del contacto. ________. ladeó la cabeza, más no alcanzó ver mucho por la ventanilla además de pequeños edificios a lo largo de la calle.
- ¿Donde estamos? -Preguntó, dándose cuenta de que él estaba a punto de bajarse del auto.
- ¿En serio no te acuerdas que esta es la entrada al Bulevar?
La sonrisa de medio lado que le dedicó Liam justo antes de bajarse del auto hizo que, aún sin quererlo, le diera curiosidad. Se desató el cinturón de seguridad y bajó de un salto del auto, sin dar tiempo para que él le abriera la puerta. El viento cálido del día le pegó en el rostro a medida que terminaba de cruzar la calle a paso rápido. Hacía mucho tiempo que no pisaba el bulevar, y aún más que no venía con él. A medida que avanzaba los recuerdos iban aflorado en su mente. Recordó la primera vez que fue al bulevar con Liam. Él estaba de cumpleaños y ella lo quiso llevar a un sitio que nunca había ido antes. Por su puesto, cuando Liam entró por primera vez a la calle tan concurrida lo abrumó por completo y juró no regresar, sin embargo, el sitio terminó siendo uno de sus favoritos. __________. se preguntó como luciría ahora.
Detuvo su andar cuando alcanzó la intercepción entre las dos calles, en el punto donde comenzaba el bulevar.
Liam caminó tranquilamente detrás de ella hasta detenerse en la entrada del sitio. El paseó la mirada por el lugar antes de mirarla a ella. Los ojos café oscuro de ________. estaban completamente perdidos entre tanta gente, tiendas, ruidos y colores. Temió por un segundo que el sitio le hubiera traído malos recuerdos, pero el miedo se esfumó por completo cuando ella se giró, ondeando su cabello al aire y lo jaló por el brazo.
- ¡Hay que ir a todas las tiendas! -Dijo, al tiempo que sus ojos se iluminaban- Hay que recorrerlas todas. Ver cuales siguen aquí, cuales no... ¿Sabes cuanto tiempo tengo sin venir aquí? Por supuesto que lo sabes, no sé ni porque pregunto. Pero, Liam, este solía ser mi sitio favorito. -Una sonrisa pasó por su rostro- ¿Crees que la tienda de Jelly siga aquí?
- Estoy casi seguro que sí...
Pero Liam no tuvo tiempo de completar la frase, pues la pelinegra lo cogió con fuerza por el brazo y lo jaló hacia adelante, adentrándose junto con ella en el bulevar. El ambiente los invadió en el momento en que entraron en la primera tienda. El lugar estaba repleto de gente a esa hora del día, personas de todos los tamaños, colores y gustos. Desde gente como Liam, que estaba vestido aún con su traje de siempre, hasta Hippies con rastas en sus cabellos. Sin embargo, nadie se fijaba en las diferencias de los demás, todos parecían simplemente disfrutar de la variedad de tiendas del bulevard, que iban desde pequeños locales de comida a tiendas autónomas, donde vendían de todo un poco. A medida que avanzaban por los anaqueles de las tiendas, y entraban solo a las que le llamaba la atención a ________. Liam se limitaba a seguirla, disfrutando de verla completamente desconectada de sus preocupaciones; feliz, sí se podía decir. Él no podía negar que el simple hecho de estar allí le traía montones de recuerdos a la cabeza, y aunque trataba de espantarlos, se le hacía difícil. Se había prometido a sí mismo no comparar a la _________. del pasado con la del presente, ni estar en estancando en algo que ya pasó y no podía cambiar. Pero en ese momento no las estaba comparado, pues ella estaba volviendo a ser la misma. Apenas llevaban veinte minutos sumergidos en el ritmo agitado pero relajante del bulevar, pero desde que pisaron allí, la sonrisa no se había borrado del rostro de ________. Y no era una falsa, era una que, tal como Liam podía ver, alcanzaba hasta sus ojos. Deseó que pudiera quedarse así, que no tuvieran que regresar tarde o temprano a sus casas, que no tuviera que dejarla sola hasta cuando sabe dios. Nuevamente volvió a sentir el deseo fulminante de tenerla para él; de protegerla, de quererla. De asegurarse de que era suya y de nadie más.
Liam estaba envuelto en sus pensamientos cuando notó que ________. soltaba la camisa blanca que tenía en la mano para apoyarse en la pared de la tienda.
- ¿Estás bien? -Liam situó su mano en la cadera de ella, cuidando de que no se cayera. Ella asintió con la cabeza.
________. se apoyó en el brazo de Liam, respirando lentamente hasta que logró desvanecer el mareo. Apurruñó los ojos, concentrándose en respirar.
- ¿Sabes que hora es? -Preguntó ella, aún con los ojos cerrados. Liam ladeó la cabeza, observando el reloj de la tienda.
- Faltan cinco para que den las cuatro -Liam se acercó un poco más, sin entender porque se había puesto tan pálida- ¿Te sientes mal?
- No es nada. -Abrió los ojos, percatándose de lo repentinamente cerca que tenía a Liam- Es solo que no...
La idea se perdió lentamente en su cabeza, dejándola en blanco de repente. Liam estaba demasiado cerca de ella. Demasiado para los seis años que habían pasado. Era consciente de la mano de él en su cadera, de sus ojos castaños fijos en los de ella, del calor que desprendía él en general, de su colonia, que olía fuerte y dulzón a la vez, haciéndolo todo más confuso. ¿Por qué de repente se percataba de todo eso? En todo el tiempo que lo conocía, nunca se sintió nerviosa por estar cerca de él. Pero en ese momento era diferente, era como sí alguien hubiera puesto una corriente de energía entre ellos dos. Una que los atrapaba, alejándolos del mundo.
Liam también la podía sentir, era atrapante. Se acerco aún más a ella, esta vez sin el motivo de evitar que se cayera. De repente, sus dos manos estaban situadas en sus caderas. Los ojos de ella vacilaron, cayendo el suelo de repente y haciendo que su frente chocara con la de él. Liam curvó una ligera sonrisa, era él el que solía ponerse nervioso junto a ella, no al revés. __________. Alzó los ojos nuevamente, esta vez se topó con los labios de él terriblemente cerca a los suyos. Algo dentro de ella la empujaba a besarlos, a tocarlos, pero el mareo la invadió nuevamente. No se separó de él, no quería ser ella quien rompiera esa burbuja que los envolvía, sin embargo, ladeó la cabeza.
- No he almorzado. -Terminó por fin de decir. Sin levantar la mirada.
Liam comprendió incluso contra sus instintos que aquel no era el momento para besarla. No cuando ella estaba a punto de desmayarse por no haber comido nada desde el desayuno. Además, ahora sabía que sí había algo entre ellos, que la energía estaba allí, solo hacia falta activarla de una buena vez. Contra su voluntad, despegó las manos lentamente de las caderas de _________. y dio un paso hacia atrás antes de ladear la cabeza, curvando una pequeña sonrisa.
- Tony's café sigue abierto, vamos a buscarte algo de comer. -Le dijo antes de ofrecerle su brazo para que se apoyara.
- Gracias, Liam.
Cuando llegaron al pintoresco café solo estaban ocupadas un par de mesas, así que escogieron las más cerca a la ventana. _________. engulló la hamburguesa que Liam le pidió al segundo en que el mesero la trajo, disfrutando de poder comer algo. No había podido almorzar por andar con el atoro de estar lista para la fiesta campestre y, pensando que podría comer allí, no le dio mucha importancia. Con todo, gracias a su ataque de ansiedad no pudo comer nada hasta ese momento. Masticó dos pedazos de su comida y bebió un sorbo del té frío antes de levantar la cabeza.
- ¿Mejor? -Preguntó Liam, desviando la mirada de la transcurrida calle para sonreír de medio lado.
- Muchísimo. -________. comió otro pedazo de su hamburguesa antes de hablar- Dios, siguen igual de sabrosas que siempre.
- ¿Qué allá no vendían hamburguesas? ¿O no eran tan buenas como las de Tony? -Bromeó Liam, pero ella negó con la cabeza.
_________. Dejó la hamburguesa en el plato y se limpió las manos con la servilleta antes de hablar. Un pequeño peso se había apoderado de su mirada cuando la clavó en la de Liam. Estaba a punto de contarle algo que nadie sabía, aparte de sus padres, claro. Y se sentía bien, saber que podía confiar en él otra vez se sentía de lo mejor. Volvió a negar con la cabeza lentamente.
- Sí venden, allá en Londres es como aquí, hay puestos de comida, es normal. Es solo que... -Se mordisqueó su labio inferior, ladeando la cabeza. Soltó un suspiro y buscó en su cartera floreada hasta encontrar lo que buscaba. Sacó una pastilla chiquita, color naranja- Este fue el primer medicamento que me dieron cuando llegué al internado. No fue nada bonito, ¿Sabes? no sabía a donde iba, ni como era. Ni mucho menos esperé que en ese lugar hubiera un psicólogo. Resulta que para entrar era obligatoria una consulta. Me dijeron que era rebelde, con conflictos de superioridad y dificultad para separar la realidad de la fantasía. Aunque para eso no necesitaba un psicólogo que me lo dijera, mis padres me lo decían a cada segundo, ya eso tu lo sabías. Pero también me dijeron que tenía problemas de peso. -La sonrisa de ________. flaqueó por una fracción de segundo- Y que se relacionaban con un supuesto problema mental que me hacia comer de más. Así que me recetaron esa pastilla que vez allí. Hace que mi hambre se controle, la tomaba una vez por día en el Internado, tal como me lo recetaron. Pero desde que salí, ya no la necesito... Ese sitio te corrompe, Liam. Ya no necesito la pastilla, porque ya casi no tengo apetito. Sé que antes no tenía problemas, yo me sentía bien con mi cuerpo rellenito. Pero ahora sé que tengo uno porque casi no como.
- __________. ¿Qué te hicieron allá? -La voz de Liam dejó ver su autentica preocupación. El castaño se había inclinado sobre la mesa y tenía las manos presionadas contra las suyas. Ella sonrió ligeramente.
- Esto que vez. -Sus ojos se achicaron cuando sonrió y retiró las manos para guardar la pastilla- No te preocupes, Liam. Ya te contaré más, es solo que... Nadie lo sabe y contarte es como...
- Estar de nuevo en los viejos tiempos. -Terminó Liam, asintiendo con la cabeza. La miró por unos segundos, comprendiendo que dejarse abrir como lo estaba haciendo era un paso- Dios, no sé que decirte.
- ¡No me mires con esa cara! -Dijo _______., terminando de comer- Ahorita estoy aquí, contigo, no allá. Y me la estoy pasando de maravilla.
Yours are the sweeter eyes i've ever seen.
Se alejó de la ventanilla del auto, recostándose nuevamente en el asiento. Se encontraba extrañamente cómoda por primera vez en mucho tiempo, y realmente no quería bajarse de allí. Liam no le había dicho a donde irían y ella tampoco se había molestado en preguntar, porque honestamente no le importaba. La podía llevar a donde fuera, siempre y cuando se quedara con ella. Sabía que el segundo en el que Liam la dejara por su cuenta, se derrumbaría. Aún sentía una que otra sacudida dentro de ella cuando recordaba lo pasado en el club campestre, en como se había alejado de todos para que no la vieran tan débil. Era raro, no le importaba que él supiera como estaba. Que se diera cuenta de que algo dentro de ella no era lo mismo. Aunque claro, él no sabía nada. ________. Soltó un ligero suspiro al recordar que en lo que respectaba a Liam, no sabía nada de lo que le estaba pasando. Reprimió el deseo de pedirle que la diera la vuelta y la dejara en su casa y en cambio, ladeó la cabeza, observándolo.
Liam se encontraba completamente absorto en la vía, conduciendo con cuidado. Ella lo detalló, fijándose en los pequeños detalles que se habían perdido con el paso del tiempo. Su cabello seguía siendo del mismo color castaño de siempre, aunque lo tenía un tanto más corto. Contó los lunares de su cuello como solía hacerlo cuando lo conoció por primera vez, notó la manera en que su cuerpo se inclinaba ligeramente hacia adelante cuando conducía y como tamborileaba los dedos sin cesar al ritmo de la canción mientras conducía.
- ¿Siempre haces eso? -Preguntó, mirándolo con una pequeña sonrisa en su rostro.
- ¿Qué? -Murmuró Liam, sin quitar la mirada del camino.
- Tamborilear los dedos en el volante. Llevas todo el rato haciéndolo.
Liam sintió un ligero escalofrío recorrerle la columna cuando escuchó su comentario. Nadie más, ninguna de las que se había subido a su auto se había dado cuenta de su manía por tamborilear los dedos constantemente. Sabía que no era razón para alegrarse, ni menos, pero sentía que el hecho de que se _______. se percatara de eso, era un paso. Así que no pudo evitar curvar una sonrisa.
- Todo el tiempo. -Le contestó antes de ladear la cabeza- ¿Por qué, te molesta?
- No. -La risa de ella inundó el auto por una fracción de segundos- Es tierno ver como te distraes.
- Es algo que hago inconscientemente. -Dijo él, tomando con suavidad una curva en el camino- ¿Tú no haces nada para distraerte de vez en cuando?
- Ya no.
Él se dio cuenta del repentino cambio en ella cuando dijo aquello. Fue algo tan sutil, tan ligero, que si alguien no la conocía bien no lo habría notado. Liam soltó una maldición interna, bajando la velocidad del auto. ¿Por qué siempre le pasaba eso? Cuando él pensaba que estaba logrando que se abriera un poco, ella hacía algún comentario como ese, o sencillamente se cerraba. ¿Qué demonios le había pasado para que fuera así? ¿Tan callada? Que se comportara así, tan de repente, solo alimentaba su idea de que algo definitivamente no iba bien en su vida. Qué algo que el aún no sabía le había sucedido en esos seis años de distancia.
Se mantuvo en silencio, mirandola por el rabillo del ojo cada tanto hasta que aparcó el auto. Se detuvo frente a una calle poco transitada, y sacó las llaves del contacto. ________. ladeó la cabeza, más no alcanzó ver mucho por la ventanilla además de pequeños edificios a lo largo de la calle.
- ¿Donde estamos? -Preguntó, dándose cuenta de que él estaba a punto de bajarse del auto.
- ¿En serio no te acuerdas que esta es la entrada al Bulevar?
La sonrisa de medio lado que le dedicó Liam justo antes de bajarse del auto hizo que, aún sin quererlo, le diera curiosidad. Se desató el cinturón de seguridad y bajó de un salto del auto, sin dar tiempo para que él le abriera la puerta. El viento cálido del día le pegó en el rostro a medida que terminaba de cruzar la calle a paso rápido. Hacía mucho tiempo que no pisaba el bulevar, y aún más que no venía con él. A medida que avanzaba los recuerdos iban aflorado en su mente. Recordó la primera vez que fue al bulevar con Liam. Él estaba de cumpleaños y ella lo quiso llevar a un sitio que nunca había ido antes. Por su puesto, cuando Liam entró por primera vez a la calle tan concurrida lo abrumó por completo y juró no regresar, sin embargo, el sitio terminó siendo uno de sus favoritos. __________. se preguntó como luciría ahora.
Detuvo su andar cuando alcanzó la intercepción entre las dos calles, en el punto donde comenzaba el bulevar.
Liam caminó tranquilamente detrás de ella hasta detenerse en la entrada del sitio. El paseó la mirada por el lugar antes de mirarla a ella. Los ojos café oscuro de ________. estaban completamente perdidos entre tanta gente, tiendas, ruidos y colores. Temió por un segundo que el sitio le hubiera traído malos recuerdos, pero el miedo se esfumó por completo cuando ella se giró, ondeando su cabello al aire y lo jaló por el brazo.
- ¡Hay que ir a todas las tiendas! -Dijo, al tiempo que sus ojos se iluminaban- Hay que recorrerlas todas. Ver cuales siguen aquí, cuales no... ¿Sabes cuanto tiempo tengo sin venir aquí? Por supuesto que lo sabes, no sé ni porque pregunto. Pero, Liam, este solía ser mi sitio favorito. -Una sonrisa pasó por su rostro- ¿Crees que la tienda de Jelly siga aquí?
- Estoy casi seguro que sí...
Pero Liam no tuvo tiempo de completar la frase, pues la pelinegra lo cogió con fuerza por el brazo y lo jaló hacia adelante, adentrándose junto con ella en el bulevar. El ambiente los invadió en el momento en que entraron en la primera tienda. El lugar estaba repleto de gente a esa hora del día, personas de todos los tamaños, colores y gustos. Desde gente como Liam, que estaba vestido aún con su traje de siempre, hasta Hippies con rastas en sus cabellos. Sin embargo, nadie se fijaba en las diferencias de los demás, todos parecían simplemente disfrutar de la variedad de tiendas del bulevard, que iban desde pequeños locales de comida a tiendas autónomas, donde vendían de todo un poco. A medida que avanzaban por los anaqueles de las tiendas, y entraban solo a las que le llamaba la atención a ________. Liam se limitaba a seguirla, disfrutando de verla completamente desconectada de sus preocupaciones; feliz, sí se podía decir. Él no podía negar que el simple hecho de estar allí le traía montones de recuerdos a la cabeza, y aunque trataba de espantarlos, se le hacía difícil. Se había prometido a sí mismo no comparar a la _________. del pasado con la del presente, ni estar en estancando en algo que ya pasó y no podía cambiar. Pero en ese momento no las estaba comparado, pues ella estaba volviendo a ser la misma. Apenas llevaban veinte minutos sumergidos en el ritmo agitado pero relajante del bulevar, pero desde que pisaron allí, la sonrisa no se había borrado del rostro de ________. Y no era una falsa, era una que, tal como Liam podía ver, alcanzaba hasta sus ojos. Deseó que pudiera quedarse así, que no tuvieran que regresar tarde o temprano a sus casas, que no tuviera que dejarla sola hasta cuando sabe dios. Nuevamente volvió a sentir el deseo fulminante de tenerla para él; de protegerla, de quererla. De asegurarse de que era suya y de nadie más.
Liam estaba envuelto en sus pensamientos cuando notó que ________. soltaba la camisa blanca que tenía en la mano para apoyarse en la pared de la tienda.
- ¿Estás bien? -Liam situó su mano en la cadera de ella, cuidando de que no se cayera. Ella asintió con la cabeza.
________. se apoyó en el brazo de Liam, respirando lentamente hasta que logró desvanecer el mareo. Apurruñó los ojos, concentrándose en respirar.
- ¿Sabes que hora es? -Preguntó ella, aún con los ojos cerrados. Liam ladeó la cabeza, observando el reloj de la tienda.
- Faltan cinco para que den las cuatro -Liam se acercó un poco más, sin entender porque se había puesto tan pálida- ¿Te sientes mal?
- No es nada. -Abrió los ojos, percatándose de lo repentinamente cerca que tenía a Liam- Es solo que no...
La idea se perdió lentamente en su cabeza, dejándola en blanco de repente. Liam estaba demasiado cerca de ella. Demasiado para los seis años que habían pasado. Era consciente de la mano de él en su cadera, de sus ojos castaños fijos en los de ella, del calor que desprendía él en general, de su colonia, que olía fuerte y dulzón a la vez, haciéndolo todo más confuso. ¿Por qué de repente se percataba de todo eso? En todo el tiempo que lo conocía, nunca se sintió nerviosa por estar cerca de él. Pero en ese momento era diferente, era como sí alguien hubiera puesto una corriente de energía entre ellos dos. Una que los atrapaba, alejándolos del mundo.
Liam también la podía sentir, era atrapante. Se acerco aún más a ella, esta vez sin el motivo de evitar que se cayera. De repente, sus dos manos estaban situadas en sus caderas. Los ojos de ella vacilaron, cayendo el suelo de repente y haciendo que su frente chocara con la de él. Liam curvó una ligera sonrisa, era él el que solía ponerse nervioso junto a ella, no al revés. __________. Alzó los ojos nuevamente, esta vez se topó con los labios de él terriblemente cerca a los suyos. Algo dentro de ella la empujaba a besarlos, a tocarlos, pero el mareo la invadió nuevamente. No se separó de él, no quería ser ella quien rompiera esa burbuja que los envolvía, sin embargo, ladeó la cabeza.
- No he almorzado. -Terminó por fin de decir. Sin levantar la mirada.
Liam comprendió incluso contra sus instintos que aquel no era el momento para besarla. No cuando ella estaba a punto de desmayarse por no haber comido nada desde el desayuno. Además, ahora sabía que sí había algo entre ellos, que la energía estaba allí, solo hacia falta activarla de una buena vez. Contra su voluntad, despegó las manos lentamente de las caderas de _________. y dio un paso hacia atrás antes de ladear la cabeza, curvando una pequeña sonrisa.
- Tony's café sigue abierto, vamos a buscarte algo de comer. -Le dijo antes de ofrecerle su brazo para que se apoyara.
- Gracias, Liam.
Cuando llegaron al pintoresco café solo estaban ocupadas un par de mesas, así que escogieron las más cerca a la ventana. _________. engulló la hamburguesa que Liam le pidió al segundo en que el mesero la trajo, disfrutando de poder comer algo. No había podido almorzar por andar con el atoro de estar lista para la fiesta campestre y, pensando que podría comer allí, no le dio mucha importancia. Con todo, gracias a su ataque de ansiedad no pudo comer nada hasta ese momento. Masticó dos pedazos de su comida y bebió un sorbo del té frío antes de levantar la cabeza.
- ¿Mejor? -Preguntó Liam, desviando la mirada de la transcurrida calle para sonreír de medio lado.
- Muchísimo. -________. comió otro pedazo de su hamburguesa antes de hablar- Dios, siguen igual de sabrosas que siempre.
- ¿Qué allá no vendían hamburguesas? ¿O no eran tan buenas como las de Tony? -Bromeó Liam, pero ella negó con la cabeza.
_________. Dejó la hamburguesa en el plato y se limpió las manos con la servilleta antes de hablar. Un pequeño peso se había apoderado de su mirada cuando la clavó en la de Liam. Estaba a punto de contarle algo que nadie sabía, aparte de sus padres, claro. Y se sentía bien, saber que podía confiar en él otra vez se sentía de lo mejor. Volvió a negar con la cabeza lentamente.
- Sí venden, allá en Londres es como aquí, hay puestos de comida, es normal. Es solo que... -Se mordisqueó su labio inferior, ladeando la cabeza. Soltó un suspiro y buscó en su cartera floreada hasta encontrar lo que buscaba. Sacó una pastilla chiquita, color naranja- Este fue el primer medicamento que me dieron cuando llegué al internado. No fue nada bonito, ¿Sabes? no sabía a donde iba, ni como era. Ni mucho menos esperé que en ese lugar hubiera un psicólogo. Resulta que para entrar era obligatoria una consulta. Me dijeron que era rebelde, con conflictos de superioridad y dificultad para separar la realidad de la fantasía. Aunque para eso no necesitaba un psicólogo que me lo dijera, mis padres me lo decían a cada segundo, ya eso tu lo sabías. Pero también me dijeron que tenía problemas de peso. -La sonrisa de ________. flaqueó por una fracción de segundo- Y que se relacionaban con un supuesto problema mental que me hacia comer de más. Así que me recetaron esa pastilla que vez allí. Hace que mi hambre se controle, la tomaba una vez por día en el Internado, tal como me lo recetaron. Pero desde que salí, ya no la necesito... Ese sitio te corrompe, Liam. Ya no necesito la pastilla, porque ya casi no tengo apetito. Sé que antes no tenía problemas, yo me sentía bien con mi cuerpo rellenito. Pero ahora sé que tengo uno porque casi no como.
- __________. ¿Qué te hicieron allá? -La voz de Liam dejó ver su autentica preocupación. El castaño se había inclinado sobre la mesa y tenía las manos presionadas contra las suyas. Ella sonrió ligeramente.
- Esto que vez. -Sus ojos se achicaron cuando sonrió y retiró las manos para guardar la pastilla- No te preocupes, Liam. Ya te contaré más, es solo que... Nadie lo sabe y contarte es como...
- Estar de nuevo en los viejos tiempos. -Terminó Liam, asintiendo con la cabeza. La miró por unos segundos, comprendiendo que dejarse abrir como lo estaba haciendo era un paso- Dios, no sé que decirte.
- ¡No me mires con esa cara! -Dijo _______., terminando de comer- Ahorita estoy aquí, contigo, no allá. Y me la estoy pasando de maravilla.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
El día de ayer y el día de hoy han sido interesantes.
Letswalkinthesun
Re: - Everything that kills me makes me feel alive.
Capitulo diez.
Observó las revistas que tenía frente a ella sin expresar emoción alguna. Intentó fingir por una hora que aquello la emocionaba, pero no podo continuar porque la verdad sea dicha, le aburría hasta la médula. Eso de estar sentada hojeando revistas por horas, comiendo pequeños bocadillos de dulces que a ella le sabían a plástico e intentar parecer una señorita, no le gustaba. Sentía que a medida que el reloj rosa pálido en su pared avanzaba, algo le iba chupando el alma. Ella encontraba todos las modelos idénticas unas a otras, todos los vestidos iguales y la mismas reseñas sin sentido que ponían al pie de página. No encontraba nada de divertido o estimulaste pasarse una tarde perfecta encerrada en una habitación. No comprendía como había gente a la que le podía gustar eso, cuando había un mundo de posibilidades fuera de la puerta. Llevaba al menos tres horas allí. Al principio, su madre las había acompañado, trayéndoles las revistas, los bocadillos y guías de bodas, pero ella abandonó la habitación hacia más o menos media hora, pues tuvo que salir. Así que _________. se había quedado con Melissa, revisando el cerro de revistas que aún les quedaba por ver. Ella se encontraba fastidiada de ver el mismo vestido blanco página tras página, pero, por otro lado, su prima parecía encantada. Melissa se había ofrecido de buena gana a ayudarla con los por menores de la celebración, alegando que era su prima y que le encantaría ayudarla. La castaña miraba por las revistas con entusiasmo, comentando sobre los distintos cortes de vestidos, los diferentes modelos en cada revista e incluso comentando sobre como debería ser el pastel de la boda. Melissa parecía más emocionada con todo eso que la propia __________. Y era cierto, pues la pelinegra no tenía ni una pizca de ánimo en todo eso. No le podía importar menos que vestido se iba a poner, o si el pastel sería de dos pisos o de uno con sabor a chocolate. Le daba igual. Claro que Melissa se emocionaba, su prima solo sabía el lado bonito de la historia. Que Brandom era británico, encantador y dispuesto a casarse con ________. La misma historia que sus padres le contaban a todo el mundo. Pero la verdad no la sabía nade más a excepción de sus padres y ella misma.
Sin poder ver un solo vestido blanco más, cerró la revista, dejándola caer en el suave colchón de la cama antes de soltar un soplido y caer de espaldas en la misma.
- Ya no aguanto más. -Dijo, fijando su mirada en el techo de color rosa pastel.- Ya no quiero ver más revistas, Meli.
- ¡Pero aún falta mucho! -Su prima bajó la revista que tenía en la mano para verla- Ni siquiera has dicho cual modelo de vestido de gusta, ¿Lo has pensado? ¿Uno tipo sirena, o uno con armadura de princesa?
- Honestamente me da igual. Puedo ir con un jean, tacones y una camisa blanca y sería lo mismo. -Comentó _________. al tiempo que cogía una de sus almohadas y la colocaba sobre su cabeza.
No pudo ver la expresión de indignación de Melissa al escucharla decir aquello, pero por el bufido que profirió su prima se lo pudo imaginar a la perfección. Acababa de decir que le importaba un tomate su boda. Pero es que ya no aguantaba estar allí, no quería seguir encerrada en su habitación. Quería salir, quería hacer algo más, olvidarse de esa estúpida boda por el resto del día... Quería ver a Liam.
Se sorprendió a si misma admitiendo que quería ver al castaño. Pasar el día con él, escuchar su voz, verlo a los ojos. Al principio se sorprendió que se le hubiera hecho tan sencillo aceptarlo, pues fue repentino como sus pensamientos la llevaron a ese desenlace. Pero es que junto a él todo era diferente. Cuando estaba junto a Liam las cosas eran menos complicadas, todo era más natural. Más sencillo. Como antes de que toda su vida cambiara. Retiró de un tirón la almohada de su cabeza y se sentó con la espalda recta, sorprendido a Melissa, que la vio con el ceño fruncido.
- ¿Qué te pasa? -Preguntó su prima, aún con el ceño fruncido.
- Mira, Meli. Siempre he confiado en ti, y necesito un favor inmenso. -Dijo ________. observando con ojos suplicantes a la castaña.
- Oh, _______. ¿Qué piensas pedirme?
Era cierto que __________. siempre confió en ella. Incluso de pequeñas, Melissa siempre formó parte de la vida de la pelinegra. Eran primas, pero gracias a lo cerca que quedaban sus casas y el echo de que ambas eran hijas únicas, tenían una relación más parecida a la de hermanas. _______. Podía ser reservada cuando quería, pero incluso cuando se metía en problemas y no tenía a nadie con quien hablar, le contaba todo a su prima. Sencillamente porque era la persona más cercana a ella, y porque confiaba en Melissa con los cerrados, igual que la chica en ella. Llevaba seis años sin pedirle un solo favor, sin volver a utilizar la confianza que ambas se tenían entre sí. Así que sí bien la castaña estaba emocionada, también presentía que lo que su primera estaba a punto de pedirle no sería cosa de un día, ni mucho menos fácil.
- Primero necesito que me des el número de Liam, ¿Lo tienes? -________. Notó la expresión en el rostro de Melissa y se apresuró a agregar:- ¡No pongas esa cara! Sé que es tú amigo, debes tenerlo por algún lado.
- ¿Para qué quiere su número? No sé, siento que me ocultas algo, ______.
- Meli, no puedo contarte todo hoy. Pero te puedo decir que Brandom no es lo que aparenta, nadie en esta casa. Y en la única que confío es en ti... Y en Liam. Quiero salir de aquí, y mi mamá no se puede enterar que estuve con él. No se puede enterar de que salí y dejé todo eso a medias. Para eso necesito tú ayuda. -Los ojos de la pelinegra brillaron un tanto, enfocada en convencer a su prima.
Melissa vaciló por unos segundos, sin saber muy bien que hacer. Sabía que el momento en que aceptara a ayudarla, estaría envuelta en otras de las muchas situaciones inexplicables a las que _________. la arrastraba. Pero sí decía que no, le estaría dando la espalda a su prima. Suspiró antes de levantarse de la cama, alcanzó su bolso tirado sobre el sofá del cuarto y hurgó en el hasta sacar su celular. Colocó ambas manos en las caderas, mirando a la pelinegra con el ceño fruncido.
- Más te vale contarme todo lo que te sucede dentro de unos días. Porque esto de andar haciendo cosas sin saber la razón me causa nervios. -Le sonrió con complicidad a ________. y le entregó el celular- ¿Y qué piensas hacer?
- Gracias Meli. -Tomó el aparato entre sus manos al tiempo en que la castaña se volvía a sentar. Lo miró por un par de segundos sin saber muy bien que hacer ahora- No lo sé.
- Oh vamos. Tienes que hacer algo emocionante. Sino, no valdrá la pena. -Su prima sonrió, dándole un pequeño empujón- ¡Llámalo!
La pelinegra asintió levemente con la cabeza y buscó en la agenda del celular hasta encontrar el número perteneciente a Liam. Meditó lo que iba a decir por unos segundos y marcó el botón de Llamar. El tono de llamada repicó exactamente tres veces antes de que la voz del castaño le atendiera desde el otro lado de la linea.
Liam paseó la mirada por su apartamento una vez más. Los muebles estaban acomodados como siempre, no había cajas de pizza vacías tiradas en la cocina, los vasos se encontraban ordenados, había acomodado su habitación para que no pareciera un nido invernadero y además, se encargó de quitarse la pijama que había estado llevando todo el día para ponerse un pantalón corto y camisa azul oscuro. Él no era de los que andaba vestido apropiadamente en su casa, los fines de semana que no salía, como aquel, se quedaba en pijama todo el día, únicamente se cambiaba la camisa cuando daban altas horas de la noche y tenía que dormirse otra vez, pero de resto sus días libres consistían en despejarse del trabajo, dormir, comer y leer un pedazo del libro que tuviera a la mano. Él no era de salir muy seguido, le gustaba cuando tenía algo importante de hablar con alguno de sus amigos, o con Harry, pero de resto disfrutaba más quedándose en su casa. Había pensando salir a hacer unas compras rápidas al supermercado, pero desistió de la idea cuando, hacía ya quince minutos, una llamada cayó en su celular. Contestó esperando escuchar la voz chillona de Melissa, pero la que habló fue otra persona. Al principio pensó que era algún tipo de broma pesada, pero pronto se dio cuenta de que en realidad era _______. quien lo estaba llamando. La voz de ella sonaba nerviosa a través del teléfono, y eso solo le arrancó una sonrisa. Le era tan extraño recordar seis años atrás, cuando era él el que se ponía nervioso con ella. Él no veía razón alguna por la cual ella debía sentirse nerviosa alrededor de él, ella lo conocía desde hacía mucho, habían compartido demasiado juntos, al menos que... Al menos que ella también sintiera esa química inexplicable, esa energía que él podía sentir cada vez que estaba a su lado. Algo muy evidente como para ocultarlo.
Con todo, él también se encontraba ligeramente nervioso. Liam no estaba acostumbrado a recibir más visitas en su casa a excepción de Harry, Niall y a veces a sus respectivas novias. De resto, a nadie más. Era cierto que había llevado a varias mujeres a su apartamento, pero a ninguna le importaba en lo más mínimo su decoración, todo lo que esperaban era una cama lo suficientemente cómoda para poder pasar la noche. Pero con __________. era diferente, la chica vendría a su casa, y ella tenía un ojo para los detalles que nadie más que él conociera poseía. Así que allí estaba, vagando como un extraño en su propia casa sin saber muy bien que hacer. Él se había ofrecido a buscarla, pero la pelinegra le había dicho que Melissa la traería. No sabía por cuanto tiempo planeaba quedarse, ni porque tan repentinamente quiso venir, pero ninguna de las dos cosas le importaba, lo que realmente le gustó era el hecho de que fue ella quien llamó. Era la pelinegra quien quería verlo.
El timbre de la puerta sonó, sacándolo de sus pensamientos. Cuando la abrió, se encontró con la figura de _________. parada frente a él. Llevaba unos jeans sencillos, una camisa holgada color blanco con pequeñas machas violetas esparcidas alrededor y el cabello suelto en despeinadas hondas. Ella le sonrió.
- Hola. -Dijo ella, aún manteniendo su sonrisa. Liam dio un paso hacia atrás y abrió la puerta un poco más.
- Pasa, no te quedes allí. -Espero a que ella pasara para cerrar la puerta- ¿Cómo estás?
Pero ella ignoró, como era costumbre, esas innecesarias preguntas y en cambio observó todo el apartamento con la misma sonrisa puesta en sus labios. Era exactamente como se lo imaginó, pero a la vez con un toque inesperado típico de Liam. Se dio la vuelta para poder verlo mientras él avanzaba hasta la sala donde ella ya se encontraba.
- Así que aquí vives. -Dijo _________. alzando los brazos. Él asintió con una leve sonrisa.
- Sí. Sé que no es mucho, pero lo compré por mi cuenta y...
- Es hermoso, Liam. Tiene tu toque. -Le respondió ella, disipando los nervios que se habían apoderado repentinamente de él.
- ¿Quieres algo de tomar, o de comer? -Preguntó el castaño mientras ella se sentaba en el brazo del mueble.
- No, gracias, hoy sí comí. -Una risa se escapó de los labios de _________. al tiempo que se encogía de hombros- Además, Melissa solo me dio quince minutos antes de regresar por mí.
- ¿Quince minutos? -Liam se sentó en el mueble frente a ella, sin despegar la mirada.
- Si, no se supone que deberíamos haber salido de mi casa. Supuestamente deberíamos estar mirando revistas de bodas hasta que mis ojos se quemen, pero...
- Oh.
Liam dejó escapar un suspiro casi inaudible. Casi. La palabra "Boda" lo había jalado sin piedad de regreso a la realidad. ¿Cómo rayos se le pudo olvidar que ella estaba comprometida con otro hombre? Y que, en realidad, sí se casarían. Que unas campanas de bodas sonarían y no serían para ellos dos. Eso lo golpeó como un bate de acero en el estomago, haciendo que todo el ambiente cambiara de repente. Lo había olvidado por completo, y ese tipo de cosas no se podían olvidar así como así. Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, sin saber que decir. _________. no midió sus palabras y no había esperado que Liam reaccionara de esa manera, cerrándose de golpe. Pero, nuevamente, estaba atrapada entre la verdad y la mentira. Entre lo que todo el mundo veía en el exterior y lo que en realidad sucedía. Nuevamente sin saber como contarle a Liam. Soltó un suspiro y se llevó la mano al cuello, empezando a mover ansiosamente su collar, como tenía de costumbre.
- Siempre digo algo malo, en serio. No sé porque no aprendo a medir lo que digo... -Negó con la cabeza- ¿Sabes que no lo amo, verdad, Liam?
- ¿Cómo?
El castaño había levantado la mirada cuando ella empezó a hablar, pero apenas la había escuchado, se encontraba absorto fijándose en que era lo que tanto manoseaba entre sus manos. Ella suspiró, ladeando la cabeza.
- Que si sabes que yo no... -Pero Liam la interrumpió, levantándose de repente del sofá.
- ¿Qué es eso, _______.? -Preguntó, con la vista fija en su cuello.
La pelinegra se quedó perpleja al escucharlo y se cayó al tiempo que retiraba sus manos de su cuello y estiraba el collar, mostrándoselo.
- ¿Esto, que no te acuer...?
Pero no pudo terminar la frase. Liam acortó la distancia que los separaba en cuestión de segundos, la cogió por la cintura con un movimiento rápido, levantándola del sofá, y, sin pensarlo más de un segundo, la besó. Lo hizo antes de que su cerebro le pusiera algún impedimento, de que tuviera tiempo de pensar bien lo que haría. Lo hizo porque al ver el collar ya no tenía dudas. _________. Tenía puesto el collar con la inicial de su nombre en color verde. El color preferido de Liam. Sintió los suaves labios de la pelinegra bajo los suyos, la mejilla de ella bajo su mano, su cuerpo cerca de el de él. Todo parecía haber sido sacado de su memoria. Besarla se sintió exactamente como siempre se lo imaginó.
Por otro lado, aquello la había tomado completamente por sorpresa. _________. nunca se imaginó que los labios de Liam tuvieran un sabor en particular. Qué la atraparan tanto como lo estaban haciendo. En todo lo que podía pensar era en el constante movimiento de sus labios entre los suyos, uno que empezaba a volverla loca. Se dejó llevar, porque quería. Porque no sabía como detenerlo. Porque no quería hacerlo. Pronto se encontró rodeándolo con los brazos, absorbiendo su aroma a perfume, cuero y jabón. Podía quedarse así por una eternidad, pero pronto sus pulmones necesitaron respirar. Se separó apenas unos centímetros, con su mano presionando suavemente contra el pecho de Liam.
Él se inclinó un poco más sobre ella y besó su frente, apretándola en un abrazo. Ambos supieron en ese momento, que desde ese día para adelante, algo los había unido.
They don't know about us.
Observó las revistas que tenía frente a ella sin expresar emoción alguna. Intentó fingir por una hora que aquello la emocionaba, pero no podo continuar porque la verdad sea dicha, le aburría hasta la médula. Eso de estar sentada hojeando revistas por horas, comiendo pequeños bocadillos de dulces que a ella le sabían a plástico e intentar parecer una señorita, no le gustaba. Sentía que a medida que el reloj rosa pálido en su pared avanzaba, algo le iba chupando el alma. Ella encontraba todos las modelos idénticas unas a otras, todos los vestidos iguales y la mismas reseñas sin sentido que ponían al pie de página. No encontraba nada de divertido o estimulaste pasarse una tarde perfecta encerrada en una habitación. No comprendía como había gente a la que le podía gustar eso, cuando había un mundo de posibilidades fuera de la puerta. Llevaba al menos tres horas allí. Al principio, su madre las había acompañado, trayéndoles las revistas, los bocadillos y guías de bodas, pero ella abandonó la habitación hacia más o menos media hora, pues tuvo que salir. Así que _________. se había quedado con Melissa, revisando el cerro de revistas que aún les quedaba por ver. Ella se encontraba fastidiada de ver el mismo vestido blanco página tras página, pero, por otro lado, su prima parecía encantada. Melissa se había ofrecido de buena gana a ayudarla con los por menores de la celebración, alegando que era su prima y que le encantaría ayudarla. La castaña miraba por las revistas con entusiasmo, comentando sobre los distintos cortes de vestidos, los diferentes modelos en cada revista e incluso comentando sobre como debería ser el pastel de la boda. Melissa parecía más emocionada con todo eso que la propia __________. Y era cierto, pues la pelinegra no tenía ni una pizca de ánimo en todo eso. No le podía importar menos que vestido se iba a poner, o si el pastel sería de dos pisos o de uno con sabor a chocolate. Le daba igual. Claro que Melissa se emocionaba, su prima solo sabía el lado bonito de la historia. Que Brandom era británico, encantador y dispuesto a casarse con ________. La misma historia que sus padres le contaban a todo el mundo. Pero la verdad no la sabía nade más a excepción de sus padres y ella misma.
Sin poder ver un solo vestido blanco más, cerró la revista, dejándola caer en el suave colchón de la cama antes de soltar un soplido y caer de espaldas en la misma.
- Ya no aguanto más. -Dijo, fijando su mirada en el techo de color rosa pastel.- Ya no quiero ver más revistas, Meli.
- ¡Pero aún falta mucho! -Su prima bajó la revista que tenía en la mano para verla- Ni siquiera has dicho cual modelo de vestido de gusta, ¿Lo has pensado? ¿Uno tipo sirena, o uno con armadura de princesa?
- Honestamente me da igual. Puedo ir con un jean, tacones y una camisa blanca y sería lo mismo. -Comentó _________. al tiempo que cogía una de sus almohadas y la colocaba sobre su cabeza.
No pudo ver la expresión de indignación de Melissa al escucharla decir aquello, pero por el bufido que profirió su prima se lo pudo imaginar a la perfección. Acababa de decir que le importaba un tomate su boda. Pero es que ya no aguantaba estar allí, no quería seguir encerrada en su habitación. Quería salir, quería hacer algo más, olvidarse de esa estúpida boda por el resto del día... Quería ver a Liam.
Se sorprendió a si misma admitiendo que quería ver al castaño. Pasar el día con él, escuchar su voz, verlo a los ojos. Al principio se sorprendió que se le hubiera hecho tan sencillo aceptarlo, pues fue repentino como sus pensamientos la llevaron a ese desenlace. Pero es que junto a él todo era diferente. Cuando estaba junto a Liam las cosas eran menos complicadas, todo era más natural. Más sencillo. Como antes de que toda su vida cambiara. Retiró de un tirón la almohada de su cabeza y se sentó con la espalda recta, sorprendido a Melissa, que la vio con el ceño fruncido.
- ¿Qué te pasa? -Preguntó su prima, aún con el ceño fruncido.
- Mira, Meli. Siempre he confiado en ti, y necesito un favor inmenso. -Dijo ________. observando con ojos suplicantes a la castaña.
- Oh, _______. ¿Qué piensas pedirme?
Era cierto que __________. siempre confió en ella. Incluso de pequeñas, Melissa siempre formó parte de la vida de la pelinegra. Eran primas, pero gracias a lo cerca que quedaban sus casas y el echo de que ambas eran hijas únicas, tenían una relación más parecida a la de hermanas. _______. Podía ser reservada cuando quería, pero incluso cuando se metía en problemas y no tenía a nadie con quien hablar, le contaba todo a su prima. Sencillamente porque era la persona más cercana a ella, y porque confiaba en Melissa con los cerrados, igual que la chica en ella. Llevaba seis años sin pedirle un solo favor, sin volver a utilizar la confianza que ambas se tenían entre sí. Así que sí bien la castaña estaba emocionada, también presentía que lo que su primera estaba a punto de pedirle no sería cosa de un día, ni mucho menos fácil.
- Primero necesito que me des el número de Liam, ¿Lo tienes? -________. Notó la expresión en el rostro de Melissa y se apresuró a agregar:- ¡No pongas esa cara! Sé que es tú amigo, debes tenerlo por algún lado.
- ¿Para qué quiere su número? No sé, siento que me ocultas algo, ______.
- Meli, no puedo contarte todo hoy. Pero te puedo decir que Brandom no es lo que aparenta, nadie en esta casa. Y en la única que confío es en ti... Y en Liam. Quiero salir de aquí, y mi mamá no se puede enterar que estuve con él. No se puede enterar de que salí y dejé todo eso a medias. Para eso necesito tú ayuda. -Los ojos de la pelinegra brillaron un tanto, enfocada en convencer a su prima.
Melissa vaciló por unos segundos, sin saber muy bien que hacer. Sabía que el momento en que aceptara a ayudarla, estaría envuelta en otras de las muchas situaciones inexplicables a las que _________. la arrastraba. Pero sí decía que no, le estaría dando la espalda a su prima. Suspiró antes de levantarse de la cama, alcanzó su bolso tirado sobre el sofá del cuarto y hurgó en el hasta sacar su celular. Colocó ambas manos en las caderas, mirando a la pelinegra con el ceño fruncido.
- Más te vale contarme todo lo que te sucede dentro de unos días. Porque esto de andar haciendo cosas sin saber la razón me causa nervios. -Le sonrió con complicidad a ________. y le entregó el celular- ¿Y qué piensas hacer?
- Gracias Meli. -Tomó el aparato entre sus manos al tiempo en que la castaña se volvía a sentar. Lo miró por un par de segundos sin saber muy bien que hacer ahora- No lo sé.
- Oh vamos. Tienes que hacer algo emocionante. Sino, no valdrá la pena. -Su prima sonrió, dándole un pequeño empujón- ¡Llámalo!
La pelinegra asintió levemente con la cabeza y buscó en la agenda del celular hasta encontrar el número perteneciente a Liam. Meditó lo que iba a decir por unos segundos y marcó el botón de Llamar. El tono de llamada repicó exactamente tres veces antes de que la voz del castaño le atendiera desde el otro lado de la linea.
Liam paseó la mirada por su apartamento una vez más. Los muebles estaban acomodados como siempre, no había cajas de pizza vacías tiradas en la cocina, los vasos se encontraban ordenados, había acomodado su habitación para que no pareciera un nido invernadero y además, se encargó de quitarse la pijama que había estado llevando todo el día para ponerse un pantalón corto y camisa azul oscuro. Él no era de los que andaba vestido apropiadamente en su casa, los fines de semana que no salía, como aquel, se quedaba en pijama todo el día, únicamente se cambiaba la camisa cuando daban altas horas de la noche y tenía que dormirse otra vez, pero de resto sus días libres consistían en despejarse del trabajo, dormir, comer y leer un pedazo del libro que tuviera a la mano. Él no era de salir muy seguido, le gustaba cuando tenía algo importante de hablar con alguno de sus amigos, o con Harry, pero de resto disfrutaba más quedándose en su casa. Había pensando salir a hacer unas compras rápidas al supermercado, pero desistió de la idea cuando, hacía ya quince minutos, una llamada cayó en su celular. Contestó esperando escuchar la voz chillona de Melissa, pero la que habló fue otra persona. Al principio pensó que era algún tipo de broma pesada, pero pronto se dio cuenta de que en realidad era _______. quien lo estaba llamando. La voz de ella sonaba nerviosa a través del teléfono, y eso solo le arrancó una sonrisa. Le era tan extraño recordar seis años atrás, cuando era él el que se ponía nervioso con ella. Él no veía razón alguna por la cual ella debía sentirse nerviosa alrededor de él, ella lo conocía desde hacía mucho, habían compartido demasiado juntos, al menos que... Al menos que ella también sintiera esa química inexplicable, esa energía que él podía sentir cada vez que estaba a su lado. Algo muy evidente como para ocultarlo.
Con todo, él también se encontraba ligeramente nervioso. Liam no estaba acostumbrado a recibir más visitas en su casa a excepción de Harry, Niall y a veces a sus respectivas novias. De resto, a nadie más. Era cierto que había llevado a varias mujeres a su apartamento, pero a ninguna le importaba en lo más mínimo su decoración, todo lo que esperaban era una cama lo suficientemente cómoda para poder pasar la noche. Pero con __________. era diferente, la chica vendría a su casa, y ella tenía un ojo para los detalles que nadie más que él conociera poseía. Así que allí estaba, vagando como un extraño en su propia casa sin saber muy bien que hacer. Él se había ofrecido a buscarla, pero la pelinegra le había dicho que Melissa la traería. No sabía por cuanto tiempo planeaba quedarse, ni porque tan repentinamente quiso venir, pero ninguna de las dos cosas le importaba, lo que realmente le gustó era el hecho de que fue ella quien llamó. Era la pelinegra quien quería verlo.
El timbre de la puerta sonó, sacándolo de sus pensamientos. Cuando la abrió, se encontró con la figura de _________. parada frente a él. Llevaba unos jeans sencillos, una camisa holgada color blanco con pequeñas machas violetas esparcidas alrededor y el cabello suelto en despeinadas hondas. Ella le sonrió.
- Hola. -Dijo ella, aún manteniendo su sonrisa. Liam dio un paso hacia atrás y abrió la puerta un poco más.
- Pasa, no te quedes allí. -Espero a que ella pasara para cerrar la puerta- ¿Cómo estás?
Pero ella ignoró, como era costumbre, esas innecesarias preguntas y en cambio observó todo el apartamento con la misma sonrisa puesta en sus labios. Era exactamente como se lo imaginó, pero a la vez con un toque inesperado típico de Liam. Se dio la vuelta para poder verlo mientras él avanzaba hasta la sala donde ella ya se encontraba.
- Así que aquí vives. -Dijo _________. alzando los brazos. Él asintió con una leve sonrisa.
- Sí. Sé que no es mucho, pero lo compré por mi cuenta y...
- Es hermoso, Liam. Tiene tu toque. -Le respondió ella, disipando los nervios que se habían apoderado repentinamente de él.
- ¿Quieres algo de tomar, o de comer? -Preguntó el castaño mientras ella se sentaba en el brazo del mueble.
- No, gracias, hoy sí comí. -Una risa se escapó de los labios de _________. al tiempo que se encogía de hombros- Además, Melissa solo me dio quince minutos antes de regresar por mí.
- ¿Quince minutos? -Liam se sentó en el mueble frente a ella, sin despegar la mirada.
- Si, no se supone que deberíamos haber salido de mi casa. Supuestamente deberíamos estar mirando revistas de bodas hasta que mis ojos se quemen, pero...
- Oh.
Liam dejó escapar un suspiro casi inaudible. Casi. La palabra "Boda" lo había jalado sin piedad de regreso a la realidad. ¿Cómo rayos se le pudo olvidar que ella estaba comprometida con otro hombre? Y que, en realidad, sí se casarían. Que unas campanas de bodas sonarían y no serían para ellos dos. Eso lo golpeó como un bate de acero en el estomago, haciendo que todo el ambiente cambiara de repente. Lo había olvidado por completo, y ese tipo de cosas no se podían olvidar así como así. Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, sin saber que decir. _________. no midió sus palabras y no había esperado que Liam reaccionara de esa manera, cerrándose de golpe. Pero, nuevamente, estaba atrapada entre la verdad y la mentira. Entre lo que todo el mundo veía en el exterior y lo que en realidad sucedía. Nuevamente sin saber como contarle a Liam. Soltó un suspiro y se llevó la mano al cuello, empezando a mover ansiosamente su collar, como tenía de costumbre.
- Siempre digo algo malo, en serio. No sé porque no aprendo a medir lo que digo... -Negó con la cabeza- ¿Sabes que no lo amo, verdad, Liam?
- ¿Cómo?
El castaño había levantado la mirada cuando ella empezó a hablar, pero apenas la había escuchado, se encontraba absorto fijándose en que era lo que tanto manoseaba entre sus manos. Ella suspiró, ladeando la cabeza.
- Que si sabes que yo no... -Pero Liam la interrumpió, levantándose de repente del sofá.
- ¿Qué es eso, _______.? -Preguntó, con la vista fija en su cuello.
La pelinegra se quedó perpleja al escucharlo y se cayó al tiempo que retiraba sus manos de su cuello y estiraba el collar, mostrándoselo.
- ¿Esto, que no te acuer...?
Pero no pudo terminar la frase. Liam acortó la distancia que los separaba en cuestión de segundos, la cogió por la cintura con un movimiento rápido, levantándola del sofá, y, sin pensarlo más de un segundo, la besó. Lo hizo antes de que su cerebro le pusiera algún impedimento, de que tuviera tiempo de pensar bien lo que haría. Lo hizo porque al ver el collar ya no tenía dudas. _________. Tenía puesto el collar con la inicial de su nombre en color verde. El color preferido de Liam. Sintió los suaves labios de la pelinegra bajo los suyos, la mejilla de ella bajo su mano, su cuerpo cerca de el de él. Todo parecía haber sido sacado de su memoria. Besarla se sintió exactamente como siempre se lo imaginó.
Por otro lado, aquello la había tomado completamente por sorpresa. _________. nunca se imaginó que los labios de Liam tuvieran un sabor en particular. Qué la atraparan tanto como lo estaban haciendo. En todo lo que podía pensar era en el constante movimiento de sus labios entre los suyos, uno que empezaba a volverla loca. Se dejó llevar, porque quería. Porque no sabía como detenerlo. Porque no quería hacerlo. Pronto se encontró rodeándolo con los brazos, absorbiendo su aroma a perfume, cuero y jabón. Podía quedarse así por una eternidad, pero pronto sus pulmones necesitaron respirar. Se separó apenas unos centímetros, con su mano presionando suavemente contra el pecho de Liam.
Él se inclinó un poco más sobre ella y besó su frente, apretándola en un abrazo. Ambos supieron en ese momento, que desde ese día para adelante, algo los había unido.
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