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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: Músicos :: Justin Bieber
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Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
NUEVA LECTORAAAAAAAAAAA
Me encanta la novela !!
siguela cuando puedas
Me encanta la novela !!
siguela cuando puedas
LuciaBJ
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
CAPITULO 3
— ¿Mantenerme alejado? —me preguntó él con cuidado. —No lo creo, nena. He estado lejos demasiado tiempo. Eres mía _____[tn] , y voy a demostrártelo. Toda mía. Mía de cada manera posible, y antes me condenaré que dejarte que sigas negándolo.
Al escuchar esas palabras que venían de su excitada y ronca voz me dispuse al colgar el teléfono y me dirigi a irme de una buena vez a la casa de mi padre.
Mi madre me esperaba cuando baje las escaleras con la maleta en la mano. Selene [mi madre] era una mujer muy guapa y delgada, con cabello castaño y agudos ojos color avellana.
—Así que te vas —me eclamo al ver mi maleta, que deposite junto a la puerta principal—Pensaba que tendrías más orgullo, ______[tn].
apreté mis labios luchando por evitar una respuesta sarcástica.—Esto no tiene nada que ver con el orgullo, mamá —dije suavemente.—Él todavía es mi padre.
—El mismo padre que destruyó a tu familia. Que se aseguró que perdieses la casa en la que te habías criado. El mismo padre que se casó con la puta que significaba más para él que tú. . —
Mi pecho se tensó de dolor y furia. Ya no era una niña, y podía ver con claridad por qué mi padre no había sido capaz de continuar al lado de mi madre. sólo tenía en cuenta un punto de vista, y ese era el mio.
—Se preocupó por nosotras, mamá —le indique. —Incluso después del divorcio.
—Como si tuviese otra opción —. Ella cruzó sus brazos sobre su pecho mientras su mirada llena de cólera se fijaba en mi.
—Sí, mamá, tuvo otra opción cuando yo cumplí los dieciocho, Pero creo que todavía te envía dinero y te proporciona lo que puedas necesitar, tal como hace conmigo. No tiene por qué hacerlo. –exclame en defensa de mi padre
—El dinero de la conciencia —escupió mi madre, con su bonito rostro retorcido de furia y amarga cólera. —Sabes que hizo mal, ______[tn] Nos echó…
—No, tú elegiste marcharte, si recuerdo bien —
La discusión nunca acababa. Nunca tenía fin. me sentía como si continuamente pagase por las elecciones de mi padre porque mi madre no tenía modo de hacerle pagar a él.
—Es un depravado. Como si tú necesitases pasar una semana en su casa —.mi madre se sacudía de furia, con el desprecio impreso en cada palabra que salía de su boca. — Esas fiestas que da son excusas para las orgías, y esa esposa suya…
—No quiero oírlo, mamá.
—Crees que tu padre y su nueva familia son tan respetables y amables, crees que no sé como mirabas al hermano de ella. Que no sabía lo de las flores que te envió el año pasado. Son monstruos, ________[tn] — me apuntó con un dedo delgado y acusador. —Depravados y sin conciencia. Te convertirán en una zorra.
Habia sentido mi rostro en llamas. Había luchado durante años para ocultar mi atracción por Justin. Había escuchado todos los rumores sobre sus proezas sexuales de las que tan frecuentemente se chismorreaba.
—Nadie puede convertirme en una zorra, mamá —dije entre dientes. —Tal como no hay forma de que tú puedas cambiar el hecho de que tengo un padre. No puedo ignorarle o pretender que no existe, y tampoco quiero hacerlo.
Me enfrente a mi madre, sintiendo el mismo horrible miedo que siempre me llenaba ante el pensamiento de enfurecerla o de desagradarla de alguna forma. Pero me enfrente a mi miedo y senti su propia furia creciendo dentro de ella. Durante muchos años había intentado compensarla por el divorcio que mi padre, de alguna manera, había forzado. Sabía que mi padre se había echado la culpa por ello. Tal como mi madre había jurado una completa inocencia. Y comenzaba a preguntarme si alguno de ellos me diría alguna vez la verdad.
—Terminarás como él —me acusó con sus ojos estrechándose de odio.
—Volveré a casa dentro de una semana, mamá —dije, recogiendo mi equipaje.
Aunque en el fondo de mi mente sabía que no volvería. Había evitado el sentimiento de culpa y el miedo de fallar en algo a los ojos de mi madre. Aunque solo ahora me daba cuenta de que nunca conseguiría su aprobación. Luchaba una batalla perdida. Una batalla que ya no deseaba ganar, para empezar.
CONTINUARA.......
— ¿Mantenerme alejado? —me preguntó él con cuidado. —No lo creo, nena. He estado lejos demasiado tiempo. Eres mía _____[tn] , y voy a demostrártelo. Toda mía. Mía de cada manera posible, y antes me condenaré que dejarte que sigas negándolo.
Al escuchar esas palabras que venían de su excitada y ronca voz me dispuse al colgar el teléfono y me dirigi a irme de una buena vez a la casa de mi padre.
Mi madre me esperaba cuando baje las escaleras con la maleta en la mano. Selene [mi madre] era una mujer muy guapa y delgada, con cabello castaño y agudos ojos color avellana.
—Así que te vas —me eclamo al ver mi maleta, que deposite junto a la puerta principal—Pensaba que tendrías más orgullo, ______[tn].
apreté mis labios luchando por evitar una respuesta sarcástica.—Esto no tiene nada que ver con el orgullo, mamá —dije suavemente.—Él todavía es mi padre.
—El mismo padre que destruyó a tu familia. Que se aseguró que perdieses la casa en la que te habías criado. El mismo padre que se casó con la puta que significaba más para él que tú. . —
Mi pecho se tensó de dolor y furia. Ya no era una niña, y podía ver con claridad por qué mi padre no había sido capaz de continuar al lado de mi madre. sólo tenía en cuenta un punto de vista, y ese era el mio.
—Se preocupó por nosotras, mamá —le indique. —Incluso después del divorcio.
—Como si tuviese otra opción —. Ella cruzó sus brazos sobre su pecho mientras su mirada llena de cólera se fijaba en mi.
—Sí, mamá, tuvo otra opción cuando yo cumplí los dieciocho, Pero creo que todavía te envía dinero y te proporciona lo que puedas necesitar, tal como hace conmigo. No tiene por qué hacerlo. –exclame en defensa de mi padre
—El dinero de la conciencia —escupió mi madre, con su bonito rostro retorcido de furia y amarga cólera. —Sabes que hizo mal, ______[tn] Nos echó…
—No, tú elegiste marcharte, si recuerdo bien —
La discusión nunca acababa. Nunca tenía fin. me sentía como si continuamente pagase por las elecciones de mi padre porque mi madre no tenía modo de hacerle pagar a él.
—Es un depravado. Como si tú necesitases pasar una semana en su casa —.mi madre se sacudía de furia, con el desprecio impreso en cada palabra que salía de su boca. — Esas fiestas que da son excusas para las orgías, y esa esposa suya…
—No quiero oírlo, mamá.
—Crees que tu padre y su nueva familia son tan respetables y amables, crees que no sé como mirabas al hermano de ella. Que no sabía lo de las flores que te envió el año pasado. Son monstruos, ________[tn] — me apuntó con un dedo delgado y acusador. —Depravados y sin conciencia. Te convertirán en una zorra.
Habia sentido mi rostro en llamas. Había luchado durante años para ocultar mi atracción por Justin. Había escuchado todos los rumores sobre sus proezas sexuales de las que tan frecuentemente se chismorreaba.
—Nadie puede convertirme en una zorra, mamá —dije entre dientes. —Tal como no hay forma de que tú puedas cambiar el hecho de que tengo un padre. No puedo ignorarle o pretender que no existe, y tampoco quiero hacerlo.
Me enfrente a mi madre, sintiendo el mismo horrible miedo que siempre me llenaba ante el pensamiento de enfurecerla o de desagradarla de alguna forma. Pero me enfrente a mi miedo y senti su propia furia creciendo dentro de ella. Durante muchos años había intentado compensarla por el divorcio que mi padre, de alguna manera, había forzado. Sabía que mi padre se había echado la culpa por ello. Tal como mi madre había jurado una completa inocencia. Y comenzaba a preguntarme si alguno de ellos me diría alguna vez la verdad.
—Terminarás como él —me acusó con sus ojos estrechándose de odio.
—Volveré a casa dentro de una semana, mamá —dije, recogiendo mi equipaje.
Aunque en el fondo de mi mente sabía que no volvería. Había evitado el sentimiento de culpa y el miedo de fallar en algo a los ojos de mi madre. Aunque solo ahora me daba cuenta de que nunca conseguiría su aprobación. Luchaba una batalla perdida. Una batalla que ya no deseaba ganar, para empezar.
CONTINUARA.......
Carolina-JustinB-OneD
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Y aqui estoy yo para leerlo,siguela que me he enamorado de tu novela
raquellovehollywood
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Este capitulo va dedicado a TODAS las hermosas Beliebers que leen esta novela, y bienvenidas a todas las nuevas
CAPITULO 4
todavía temblaba cuando entre en la amplia avenida de entrada de la casa de mi padre. Las sombras de la tarde invadían la majestuosa mansión virginiana, derramándose sobre la casa y el arbolado patio circundante. El trayecto desde Nueva York no había sido duro, pero mi estado de nervios me habían dejado exhausta. Definitivamente no estaba preparada para enfrentarse a Justin. mi rostro se encendió ante el pensamiento. Intente no pensar en la llamada de esa mañana o en el núcleo de calor que había dejado palpitando en mi interior.
Casi había sido suficiente para hacerme dar la vuelta varias veces y regresar a la cómoda y segura vida en la casa de mi madre. Lo habría hecho, hasta que pense en mi madre quien temía demasiado el mundo como para sacar la cabeza de sus libros y ver las cosas que se perdía. Había perdido a mi padre años antes de su divorcio por su aversión a las demandas sexuales de él haci me había contado a menudo mi madre lo asqueroso y vergonzoso que consideraba el sexo.
Yo no quería envejecer sabiendo que había dejado pasar las cosas emocionantes de la vida. No quería pasar toda mi vida suspirando por lo que más había necesitado y que había dejado escapar. Pero tampoco deseaba que me rompiesen el corazón. Y tenía la sensación de que Justin podría rompérmelo.
Lo deseaba tanto. me había dado cuenta de eso durante los pasados meses. Los sueños me estaban volviendo loca. Sueños de Justin atándome a la cama, burlándose de mi, tocándome, con su oscura voz susurrándome promesas sexuales. Cada vez más a menudo me despertaba con el sexo húmedo, la respiración agitada y una súplica en los labios.
supe que él era un mal asunto incluso antes de que mi padre se casase con su hermanastra. Sus ojos eran demasiado pícaros, sus miradas demasiado sensuales. Era malvadamente sexy, pecaminosamente sensual.
Dejando las llaves en el contacto para que el mayordomo lo aparcase, salte del coche. La noche ya se acercaba y maldita fuese si me quedaba sentada en el coche porque estuviera demasiado asustada como para entrar en la casa. Afortunadamente, Justin no estaría allí. No estaba siempre allí.
—Buenas tardes, señorita Denovan —. El mayordomo, un antiguo gorila de discoteca alto y fornido, abrió la puerta cuando me acerque.
Por lo que sabía, Thomas el mayodormo pasaba de los cincuenta pero no tenía aspecto de pasar de los treinta y cinco. Medía arriba de un metro ochenta, estaba abundantemente musculoso y lucía una nariz torcida y varias cicatrices pequeñas en su amplia cara. Era irlandés, según me había dicho, con una mezcla de linaje indio cherokee y alemán. Su espeso cabello castaño estaba casi afeitado y su amplio rostro se abría con una sonrisa.
—Buenas tardes, Thomas. ¿Mi padre está en casa? —Di un paso al interior, más incómoda de lo que pense que estaría.
Este era el hogar en el que me había criado, en el que corría tras el cachorro que una vez le había comprado mi padre pero del que mi madre se había deshecho. El hogar donde mi padre le curaba las rodillas despellejadas y un corazón magullado. El hogar del que mi madre la había sacado cuando mi padre reclamó sus derechos como esposo o un divorcio.
—Su padre y la señora De Denovan han salido esta tarde, señorita —me respondió él. — ¿Se quedará usted un tiempo?
—Sí —inspire hondo. —Mi equipaje está fuera. ¿Mi habitación está todavía disponible?
Senti una punzada de dolor mientras hacía la pregunta. me había enterado de que Helen había dispuesto mi habitación para los invitados, en lugar de conservarla para mis escasas visitas.
—Lo siento, señorita ______[tn] —dijo Thomas con suavidad. —La habitación está siendo redecorada. Pero el cuarto de la torre está disponible. Lo preparé yo mismo esta mañana.
El cuarto de la torre era el más alejado de los dormitorios de los invitados o de la familia. Detrás de la casa, en la tercera planta. La torre se había añadido décadas atrás por mi abuelo y cuando era niña la había adorado. Ahora me resenti del hecho de que no era una habitación de la familia, sino una que sabía que Helen asignaba a aquellos visitantes que apenas podía tolerar. Evidentemente, pensé, había bajado algunos peldaños en la cortesía de mi madrastra.
inspire profundamente, no eran lágrimas lo que se atascaba en mo garganta, me asegure a mi misma. mi pecho estaba tenso por el agotamiento, no por dolor.
—Bien —trage con fuerza. — ¿Podría subirme el equipaje? Necesito una ducha y un poco de sueño. Veré a mi padre por la mañana.
—Por supuesto, señorita _______[tn] —. La voz de Thomas era amable. Llevaba con la familia más de lo que podía recordar y supo que mi dolor no le pasaba desapercibido.
— ¿Mi padre es feliz, Thomas? —le pregunte haciendo una pausa antes de bajar por el pasillo hacia la escalera oculta que conducía al cuarto de la torre. — ¿Helen se ocupa de él?
—Su padre me parece muy feliz, señorita _________[tn] —me aseguró Thomas. —Más feliz de lo que nunca le he visto desde que la señora Selene se marchó.
Eso era todo lo que importaba. Baje rápidamente por el pasillo, girando hacia la cocina para entrar por la escalera de la derecha. La escalinata conducía a un solo lugar. El cuarto de la torre.
Era una habitación hermosa. Circular y espaciosa, el mobiliario se había fabricado para encajar en el cuarto con exactitud. La cama era grande con una cabecera de madera de nogal maciza que se asentaba perfectamente contra la pared. Pesados cajones a juego se deslizaban en la pared de piedra formando un tocador, cubierto con un tapete a un lado de la cama. Al otro lado de la habitación había una pequeña chimenea, la madera eran troncos falsos que funcionaban con gas, pero era bastante bonito.
me sintia como Cenicienta antes de que el Príncipe la rescatase. me sente pesadamente sobre el edredón que cubría la cama. Esto era una mier.da. Debería regresar al coche e irme directamente de vuelta al hogar al que pertenecía. Ya no pertenecía a este lugar, y comenzaba a preguntarme si alguna vez lo había hecho.
Respirando hondo, me pase las manos por el pelo y escuche como Thomas subía las escaleras. Él entró en el cuarto con una sonrisa amistosa, pero sus ojos marrones eran sombríos cuando se encontraron con los mios.
— ¿Estará usted bien aquí, señorita ________[tn]? —le preguntó mientras colocaba la maleta grande y la bolsa en la rejilla para el equipaje junto a la puerta. —Puedo preparar rápidamente otra habitación.
—No. Estoy bien, Thomas —. Sacudi la cabeza. ¿Qué más daba? Había regresado, principalmente para encontrar algo que nunca existió. Era mejor que lo supiese ahora, antes de llegar más lejos.
Thomas asintió mientras se encaminaba hacia la chimenea. Con movimientos expertos encendió el fuego de gas, luego se echó hacia atrás y asintió con satisfacción ante el calor que se irradió desde los troncos de cerámica.
— ¿Quiere que le pida la cena, señorita ___? —le preguntó.
Mi padre y mi madrastra no estaban, asi sabía que los criados estarían preparando su propia cena. Negue con la cabeza , Probablemente habían esperado una noche de descanso y yo no les privaría de eso. Lo que más le dolía era la ausencia de mi padre. Él sabía que venía, y no estaba allí. Era la primera vez que se marchaba sabiendo que vendría a casa. La primera vez que me sentía como si fuese una extraña en mi propia casa.
* * * * * * *
Una cosa que me encantaba de la habitación de la torre era el baño. El espacioso cuarto estaba situado a la derecha de la cama, y poseía una enorme bañera lo bastante grande para tres personas y una pared entera cubierta de espejo. Thomas había abastecido la pequeña nevera en contra de mis protestas. Una de sus pequeñas sorpresas fue una botella de su vino blanco favorito. la abri, me servi una copa llena y comenze a dar sorbos mientras el agua llenaba la bañera. El vapor se elevó llenando el cuarto, creando un efecto etéreo junto con el brillo de las velas que había encendido.
me quitó el pantalón y la camiseta, apoyando la copa y la botella sobre un pequeño estante, y me hundi en el burbujeante líquido. Exquisito. me incline hacia atrás contra la porcelana y apoyó la cabeza en el reposacabeza acolchado.
Cerre los ojos e inspire profundamente. Había esperado que mi padre estuviese en casa, había esperado alguna clase de bienvenida. No me había esperado que me abandonen a mi suerte. Pero la pecaminosa riqueza de la bañera aliviaba un poco la herida. Podía disfrutarlo. Por esta última vez.
No había venido a la casa sin motivos ocultos, eso lo sabía. Quizás este era mi castigo por ello. No era mi padre quien me había atraído sino el hombre que sabía que llegaría tarde o temprano. “Justin” Inspire profundamente, sonrojándome una vez más ante el recuerdo de la conversación telefónica. Podía tener un poco de sexo con él. No era como si fuese una virgen. Era por todo lo demás. Justin no era de los que se limitaban a un sexo normal. Justin era salvaje y pervertido, y le gustaba dar más sabor a las cosas, según había escuchado. Gemi recordando su promesa de atarme a su cama y lo que haría conmigo allí.
Nunca había tenido sexo duro, aunque admitó que tampoco había tenido ningún sexo satisfactorio. Nunca había sido lo bastante intenso, lo bastante fuerte. El orgasmo más fuerte de mi vida había sido en aquel maldito vestíbulo, con los dedos de Justin empujando dentro de mi feminidad. Había estado tan excitada, tan mojada, que incluso mis muslos se habían cubierto de humedad.
Conocía a Justin desde antes de que mi padre se casase con su hermanastra. Había oído hablar de sus prácticas sexuales, de sus placeres. Era un hedonista, malvado. Y a veces, le gustaba dominar. No se comportaba como un matón fuera del dormitorio. Seguro de sí mismo, altanero sí, pero no un matón. Pero yo había oído los rumores. Historias sobre las preferencias de Justin, su insistencia en la sumisión por parte de sus mujeres. Los comentarios que él me había hecho a través de los años solamente daban mayor credibilidad a los rumores.
Temblé solo ante la idea de ser dominada por Justin. El miedo y la excitación vibraron a través de mis venas y de mi sexo a partes iguales, hinchando mis senos. No necesitaba el deseo que sentía por él. No necesitaba el corazón roto que sabía que él provocaría. Apure el vino de su copa y me servi otra, notando que los efectos de la bebida ya corrían por mi sistema. Finalmente me senti más relajada. No había estado tan relajada desde hacía meses. Disfrutando las sensaciones, me servi otra, esperando que al menos esta noche pudiera conseguir unas pocas horas de sueño sin soñar con Justin.
A la mañana siguiente baje la escalera esperando ser bienvenida por mi padre. me había puesto el suéter gris que él me había enviado el mes anterior. Diminutos botones de perla lo cerraban en un ribete justo por encima de mis pechos. Traía zapatos bajos a juego y perlas en el cuello. Confiada y segura de mí misma, me sentía capaz de sortear las preguntas de mi padre, su insistencia para que volviera a casa por un tiempo.
En lugar de ello, cuando entre en el familiar cuarto débilmente iluminado, me encontre con Justin.
CAPITULO 4
todavía temblaba cuando entre en la amplia avenida de entrada de la casa de mi padre. Las sombras de la tarde invadían la majestuosa mansión virginiana, derramándose sobre la casa y el arbolado patio circundante. El trayecto desde Nueva York no había sido duro, pero mi estado de nervios me habían dejado exhausta. Definitivamente no estaba preparada para enfrentarse a Justin. mi rostro se encendió ante el pensamiento. Intente no pensar en la llamada de esa mañana o en el núcleo de calor que había dejado palpitando en mi interior.
Casi había sido suficiente para hacerme dar la vuelta varias veces y regresar a la cómoda y segura vida en la casa de mi madre. Lo habría hecho, hasta que pense en mi madre quien temía demasiado el mundo como para sacar la cabeza de sus libros y ver las cosas que se perdía. Había perdido a mi padre años antes de su divorcio por su aversión a las demandas sexuales de él haci me había contado a menudo mi madre lo asqueroso y vergonzoso que consideraba el sexo.
Yo no quería envejecer sabiendo que había dejado pasar las cosas emocionantes de la vida. No quería pasar toda mi vida suspirando por lo que más había necesitado y que había dejado escapar. Pero tampoco deseaba que me rompiesen el corazón. Y tenía la sensación de que Justin podría rompérmelo.
Lo deseaba tanto. me había dado cuenta de eso durante los pasados meses. Los sueños me estaban volviendo loca. Sueños de Justin atándome a la cama, burlándose de mi, tocándome, con su oscura voz susurrándome promesas sexuales. Cada vez más a menudo me despertaba con el sexo húmedo, la respiración agitada y una súplica en los labios.
supe que él era un mal asunto incluso antes de que mi padre se casase con su hermanastra. Sus ojos eran demasiado pícaros, sus miradas demasiado sensuales. Era malvadamente sexy, pecaminosamente sensual.
Dejando las llaves en el contacto para que el mayordomo lo aparcase, salte del coche. La noche ya se acercaba y maldita fuese si me quedaba sentada en el coche porque estuviera demasiado asustada como para entrar en la casa. Afortunadamente, Justin no estaría allí. No estaba siempre allí.
—Buenas tardes, señorita Denovan —. El mayordomo, un antiguo gorila de discoteca alto y fornido, abrió la puerta cuando me acerque.
Por lo que sabía, Thomas el mayodormo pasaba de los cincuenta pero no tenía aspecto de pasar de los treinta y cinco. Medía arriba de un metro ochenta, estaba abundantemente musculoso y lucía una nariz torcida y varias cicatrices pequeñas en su amplia cara. Era irlandés, según me había dicho, con una mezcla de linaje indio cherokee y alemán. Su espeso cabello castaño estaba casi afeitado y su amplio rostro se abría con una sonrisa.
—Buenas tardes, Thomas. ¿Mi padre está en casa? —Di un paso al interior, más incómoda de lo que pense que estaría.
Este era el hogar en el que me había criado, en el que corría tras el cachorro que una vez le había comprado mi padre pero del que mi madre se había deshecho. El hogar donde mi padre le curaba las rodillas despellejadas y un corazón magullado. El hogar del que mi madre la había sacado cuando mi padre reclamó sus derechos como esposo o un divorcio.
—Su padre y la señora De Denovan han salido esta tarde, señorita —me respondió él. — ¿Se quedará usted un tiempo?
—Sí —inspire hondo. —Mi equipaje está fuera. ¿Mi habitación está todavía disponible?
Senti una punzada de dolor mientras hacía la pregunta. me había enterado de que Helen había dispuesto mi habitación para los invitados, en lugar de conservarla para mis escasas visitas.
—Lo siento, señorita ______[tn] —dijo Thomas con suavidad. —La habitación está siendo redecorada. Pero el cuarto de la torre está disponible. Lo preparé yo mismo esta mañana.
El cuarto de la torre era el más alejado de los dormitorios de los invitados o de la familia. Detrás de la casa, en la tercera planta. La torre se había añadido décadas atrás por mi abuelo y cuando era niña la había adorado. Ahora me resenti del hecho de que no era una habitación de la familia, sino una que sabía que Helen asignaba a aquellos visitantes que apenas podía tolerar. Evidentemente, pensé, había bajado algunos peldaños en la cortesía de mi madrastra.
inspire profundamente, no eran lágrimas lo que se atascaba en mo garganta, me asegure a mi misma. mi pecho estaba tenso por el agotamiento, no por dolor.
—Bien —trage con fuerza. — ¿Podría subirme el equipaje? Necesito una ducha y un poco de sueño. Veré a mi padre por la mañana.
—Por supuesto, señorita _______[tn] —. La voz de Thomas era amable. Llevaba con la familia más de lo que podía recordar y supo que mi dolor no le pasaba desapercibido.
— ¿Mi padre es feliz, Thomas? —le pregunte haciendo una pausa antes de bajar por el pasillo hacia la escalera oculta que conducía al cuarto de la torre. — ¿Helen se ocupa de él?
—Su padre me parece muy feliz, señorita _________[tn] —me aseguró Thomas. —Más feliz de lo que nunca le he visto desde que la señora Selene se marchó.
Eso era todo lo que importaba. Baje rápidamente por el pasillo, girando hacia la cocina para entrar por la escalera de la derecha. La escalinata conducía a un solo lugar. El cuarto de la torre.
Era una habitación hermosa. Circular y espaciosa, el mobiliario se había fabricado para encajar en el cuarto con exactitud. La cama era grande con una cabecera de madera de nogal maciza que se asentaba perfectamente contra la pared. Pesados cajones a juego se deslizaban en la pared de piedra formando un tocador, cubierto con un tapete a un lado de la cama. Al otro lado de la habitación había una pequeña chimenea, la madera eran troncos falsos que funcionaban con gas, pero era bastante bonito.
me sintia como Cenicienta antes de que el Príncipe la rescatase. me sente pesadamente sobre el edredón que cubría la cama. Esto era una mier.da. Debería regresar al coche e irme directamente de vuelta al hogar al que pertenecía. Ya no pertenecía a este lugar, y comenzaba a preguntarme si alguna vez lo había hecho.
Respirando hondo, me pase las manos por el pelo y escuche como Thomas subía las escaleras. Él entró en el cuarto con una sonrisa amistosa, pero sus ojos marrones eran sombríos cuando se encontraron con los mios.
— ¿Estará usted bien aquí, señorita ________[tn]? —le preguntó mientras colocaba la maleta grande y la bolsa en la rejilla para el equipaje junto a la puerta. —Puedo preparar rápidamente otra habitación.
—No. Estoy bien, Thomas —. Sacudi la cabeza. ¿Qué más daba? Había regresado, principalmente para encontrar algo que nunca existió. Era mejor que lo supiese ahora, antes de llegar más lejos.
Thomas asintió mientras se encaminaba hacia la chimenea. Con movimientos expertos encendió el fuego de gas, luego se echó hacia atrás y asintió con satisfacción ante el calor que se irradió desde los troncos de cerámica.
— ¿Quiere que le pida la cena, señorita ___? —le preguntó.
Mi padre y mi madrastra no estaban, asi sabía que los criados estarían preparando su propia cena. Negue con la cabeza , Probablemente habían esperado una noche de descanso y yo no les privaría de eso. Lo que más le dolía era la ausencia de mi padre. Él sabía que venía, y no estaba allí. Era la primera vez que se marchaba sabiendo que vendría a casa. La primera vez que me sentía como si fuese una extraña en mi propia casa.
* * * * * * *
Una cosa que me encantaba de la habitación de la torre era el baño. El espacioso cuarto estaba situado a la derecha de la cama, y poseía una enorme bañera lo bastante grande para tres personas y una pared entera cubierta de espejo. Thomas había abastecido la pequeña nevera en contra de mis protestas. Una de sus pequeñas sorpresas fue una botella de su vino blanco favorito. la abri, me servi una copa llena y comenze a dar sorbos mientras el agua llenaba la bañera. El vapor se elevó llenando el cuarto, creando un efecto etéreo junto con el brillo de las velas que había encendido.
me quitó el pantalón y la camiseta, apoyando la copa y la botella sobre un pequeño estante, y me hundi en el burbujeante líquido. Exquisito. me incline hacia atrás contra la porcelana y apoyó la cabeza en el reposacabeza acolchado.
Cerre los ojos e inspire profundamente. Había esperado que mi padre estuviese en casa, había esperado alguna clase de bienvenida. No me había esperado que me abandonen a mi suerte. Pero la pecaminosa riqueza de la bañera aliviaba un poco la herida. Podía disfrutarlo. Por esta última vez.
No había venido a la casa sin motivos ocultos, eso lo sabía. Quizás este era mi castigo por ello. No era mi padre quien me había atraído sino el hombre que sabía que llegaría tarde o temprano. “Justin” Inspire profundamente, sonrojándome una vez más ante el recuerdo de la conversación telefónica. Podía tener un poco de sexo con él. No era como si fuese una virgen. Era por todo lo demás. Justin no era de los que se limitaban a un sexo normal. Justin era salvaje y pervertido, y le gustaba dar más sabor a las cosas, según había escuchado. Gemi recordando su promesa de atarme a su cama y lo que haría conmigo allí.
Nunca había tenido sexo duro, aunque admitó que tampoco había tenido ningún sexo satisfactorio. Nunca había sido lo bastante intenso, lo bastante fuerte. El orgasmo más fuerte de mi vida había sido en aquel maldito vestíbulo, con los dedos de Justin empujando dentro de mi feminidad. Había estado tan excitada, tan mojada, que incluso mis muslos se habían cubierto de humedad.
Conocía a Justin desde antes de que mi padre se casase con su hermanastra. Había oído hablar de sus prácticas sexuales, de sus placeres. Era un hedonista, malvado. Y a veces, le gustaba dominar. No se comportaba como un matón fuera del dormitorio. Seguro de sí mismo, altanero sí, pero no un matón. Pero yo había oído los rumores. Historias sobre las preferencias de Justin, su insistencia en la sumisión por parte de sus mujeres. Los comentarios que él me había hecho a través de los años solamente daban mayor credibilidad a los rumores.
Temblé solo ante la idea de ser dominada por Justin. El miedo y la excitación vibraron a través de mis venas y de mi sexo a partes iguales, hinchando mis senos. No necesitaba el deseo que sentía por él. No necesitaba el corazón roto que sabía que él provocaría. Apure el vino de su copa y me servi otra, notando que los efectos de la bebida ya corrían por mi sistema. Finalmente me senti más relajada. No había estado tan relajada desde hacía meses. Disfrutando las sensaciones, me servi otra, esperando que al menos esta noche pudiera conseguir unas pocas horas de sueño sin soñar con Justin.
A la mañana siguiente baje la escalera esperando ser bienvenida por mi padre. me había puesto el suéter gris que él me había enviado el mes anterior. Diminutos botones de perla lo cerraban en un ribete justo por encima de mis pechos. Traía zapatos bajos a juego y perlas en el cuello. Confiada y segura de mí misma, me sentía capaz de sortear las preguntas de mi padre, su insistencia para que volviera a casa por un tiempo.
En lugar de ello, cuando entre en el familiar cuarto débilmente iluminado, me encontre con Justin.
Carolina-JustinB-OneD
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Hay les deje otro cap sexys panes :3 comenten
Carolina-JustinB-OneD
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Hola,sexy pane??!jajajaja vale oye tu nkve me pone prever,jajaja tu solo...siguelaaaa!!!!
raquellovehollywood
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
cαρíтυℓσ 5
me quede de pie, inmóvil y silenciosa, mientras permanecía frente a él al otro lado de la habitación. Los ojos de él, de un brillante color miel y llenos de picardía, me observaron atentamente. Finas y negras pestañas enmarcaban las brillantes esferas, tal como su liso pelo de color rubio oscuro enmarcaba los salvajes rasgos de su rostro. Sus pómulos eran altos y afilados, su nariz un arrogante tajo descendente en su cara. Sus labios eran anchos, y podían estar llenos y sensuales o finos por la cólera. Ahora, él parecía simplemente curioso.
Sus brazos estaban cruzados sobre el pecho ancho y musculoso, sus tobillos cruzados mientras se apoyaba en el respaldo de un sofá a cuadros, de tal manera que estaba enfrentado pero lejos de mi.
— ¿Dónde está mi padre? —pregunte, luchando contra mi excitación y mis propios deseos irrefrenables.
—Tuvo una demora. Espera, quizás, estara en casa mañana —dijo él quedamente.
— ¿Quizás? — acalle apenas el temblor en su voz.
—Quizás —él se irguió de su postura perezosa, observándome con una intensidad que le estrechaba los ojos, que me hacía tener los pechos y mi feminidad latiendo. Maldito fuera él por el efecto que tenía en mi.
— ¿Y no me lo podría haber dicho él mismo? —cuestione nerviosamente, mirándolo avanzar hacia mi, decidida a mantener mi posición.
—Estoy seguro que él llamará, eventualmente —la voz de Justin era lenta, se arrastraba perezosamente, espesa por la tensión y la excitación.
Hice todo lo que pude por mantener mis ojos en la cara de él, en lugar de permitirles descender para ver cuán grueso se había puesto el bulto en sus pantalones.
— ¿Entonces te alistaste como voluntario para el comité de bienvenida? —yo estaba jadeante, y supe que él lo podría oír en mi voz. Los ojos de Justin se oscurecieron con el conocimiento, haciendo que mi latido se intensificara aún más.
Justin se acercó sin detenerse, hasta que sólo estuvo a unos centímetros mios, podía hasta sentir el calor de su cuerpo, haciéndome sentir un hormigueo en mis terminaciones nerviosas. Era alto, mucho más ancho que yo & me provocaba una sensación a la vez amenazada y segura. La sangre corría por sus venas mientras yo trataba de darle sentido a los poderosos sentimientos que estaban atravesando mi cuerpo y su mente. Dos años había pensado en él, había luchado con la tentación que él representaba y el ardor que inspiraba.
—Siempre estoy aquí para darte la bienvenida, ______[tn] —él sonrió, esa lenta rareza de sus labios que hacía que los músculos de mi estómago se tensaran—. Pero tengo que admitir, estaba más que ansioso después de hablar contigo ayer.
Mi cara llameó, haciéndose eco de mis gemidos y mi lucha por respirar a través del clímax susurrado directamente a mi mente. La voz de Justin, ronca y profunda, áspera por su propia excitación y luego por su propio clímax, me incitaba.
trague saliva mientras me mordía el labio en nerviosa indecisión. ¿Le extendería la mano? ¿O debería escaparme de él?
—Perro acosador —masculle, más enojada consigo misma que con él.
Él se rió ahogadamente, alargando su mano para tocar mi carne desnuda de mi cuello.
—Veo que sigues tan espinosa como siempre —dijo él con una vena de diversión en sus ojos que se iban oscureciendo—. ¿Serás tan ardiente en la cama, ______[tn]?
— ¡Cómo si te lo fuera a decir! —escupi.
—Hmm, tal vez podrías mostrármelo —sugirió él, su voz sedosamente suave y caliente.
Solo temble ante la cualidad baja y seductora de su voz. Ésta viajó a través de mi cuerpo, tensándome el sexo, haciendo que mis pechos se hincharan y mis pezones se endurecieran en anticipación. Todo mi cuerpo se ruborizó, caliente. Entonces el aliento quedó atrapado en mi garganta. Las manos de justin se movieron, el dorso de sus dedos la acariciaron, dejando un rastro de fuego en la parte superior de mis pechos que subían y bajaban.
—Mía —susurró.
mis ojos se ensancharon ante la nota posesiva en la voz de él—Creo que no, No le pertenezco a nadie, Justin. Mucho menos a ti.
¿Entonces por qué estaba mi cuerpo gritando en negación? podía sentir los desnudos labios de mi vulva mojándose a medida que mi cuerpo se preparaba para ser poseída por él. mi piel hormigueaba, mi boca se hacía agua al pensar en su beso.
—Toda mía —gruñó él mientras un botón se deslizaba, libre del frágil amarre sobre mis pechos palpitantes—. Sabías que no habría manera de que me mantuviera alejado después de oírte llegar al clímax al son de mi voz, _______[tn]. Sabías que no te dejaría ir.
—No tienes otra opción que dejarme ir —le informe, sintiendo la trepidación de los dardos que la atravesaban desde la intensidad repentina de los ojos de Justin.
Los dedos de él acariciaron mi redondeada curva de mi pecho, su expresión pensativa mientras bajaba los ojos hacia mi.
— ¿Por qué peleas conmigo, ________[tn]? —preguntó repentinamente en un tono suave. —Por dos años he hecho todo menos atarte y hacerte admitir que me deseas. Y sé que lo haces. Entonces, ¿por qué luchas contra ello?
—Tal vez quiero ser atada y forzada a admitirlo —dije impertinentemente, ignorando la llamarada de excitación ante el pensamiento. había oído los rumores, conocía las acusaciones que mi propia madre me había acopiado durante años. —Sí, Justin. Yo atada, nada más esperando por ti y uno de tus mejores amigos. Oye cariño, las posibilidades de eso son ilimitadas
— ¿Mi mejor amigo, eh? —él inclinó la cabeza, mirándome con una leve sonrisa.
—Cuantos más, mejor —me aleje de él, negándome el contacto que deseaba por encima de cualquier otro. —Tú sabes cómo es. Una chica tiene que tener alguna clase de excitación en su vida. Puede ser bueno llegar al extremo.
Yo solita iba a cortarme la lengua, me sentía más poseída que en posesión de algo de sentido común por el momento. Tentar a Justin, empujarlo, nunca había sido una buena idea. Lo sabía por experiencia. Pero aparentemente no sabía cómo hacer algo distinto.
—_______[tn] , ten cuidado con lo que deseas —se estaba riendo abiertamente de mi — ¿Has tenido alguna vez en la vida dos hombres a la vez, nena?
— ¿Tiene importancia? —le respondi, algún duendecillo diabólico instándome a bromear, a seducir a modo de devolución presionando el de ella, no obligándola, sino conteniéndola, calentándola.
—No, no importa —él cruzó los brazos sobre su pecho—. Te puedo dar lo que fuera que desees, preciosidad. Si realmente lo deseas. Soy flexible.
NARRA JUSTIN:
Ya sentía mi miembro latir. Condenada, sabía que ________[tn] no tenía idea de cuán lejos me estaba empujando en realidad. Podía ver la excitación en los ojos de ella, el indicio de ardor sexual, de determinación. _____[tn] no tenía ni la más mínima idea de cuán lejos podía llegar en el terreno sexual. El pensar en atarla, en forzarla a admitir las necesidades de mi propio cuerpo, o las necesidades que yo queria, estaba casi más allá de lo que su autocontrol podía aguantar. El pensar en iniciarla en los placeres del ménage a trois, oyendo los gritos de placer de _________[tn] en mis oídos, hizo que mi miembro endureciera hasta el dolor.
Quería que _______[tn] tuviera cada toque, cada experiencia sexual que ella alguna vez hubiera imaginado querer intentar. La quería caliente, mojada y rogando por mi miembro. Quería que ella admitiera sus necesidades, lo mismo que yo finalmente había admitido las propias. Quería a ________[tn], ahora, mañana, para siempre. De cualquier forma que pudiera tenerla, de todas las formas en que ella me permitiera tenerla.
mire el rubor que había subido a sus pómulos de _____[tn], la llamarada de interés en sus ojos que ella apagó. _______[tn] pensaba que era un juego, ingeniosas réplicas de carácter sexual que fácilmente podría poner a un lado más tarde. .
_______[tn] no podía saber, pensé con una hebra de diversión, cuánto disfrutaría yo de hacer ambas cosas con ella. El nivel de dominación que yo poseía era increíblemente alto. Introducirla en ser atada, tomada del pelo, atormentada o emparedada entre mi cuerpo y el de Matt…(el otro chico,ya que quiere hacer un trio,les digo por si no entienden)
Drásticamente aplaste mi lujuria. Eso de compartirla no sería fácil no ocurriría a menudo, pero había un placer particular en ello que no podía ser encontrado en ningún otro acto sexual. El pensamiento de tener el control total de ella, de su cuerpo, sus deseos, su sensualidad, era un afrodisíaco casi imposible de resistir.
—_______[tn] , no deberías desafiarme —le adverti cuidadosamente. —No sabes lo que estás pidiendo, nena.
Me sentía moralmente obligado a darle una oportunidad, y sólo una oportunidad, para aquietar los deseos rugientes que crecían dentro de mi. En cambio ___________[tn] no sabía, no podía saber, que la sexualidad era parte de mi a tal grado. Una sexualidad y un oscuro deseo que yo había estado dispuesto a amortiguar por ella. Pero su atrevida declaración de que ella podría manejarlos era más de lo que yo podía resistir.
—Tal vez lo sé —. Ame la calidad jadeante de la voz de __________[tn] , la mezcla de miedo y lujuria en su tono de voz era una combinación embriagadora.
—cojeria tu cuerpo , ________[tn] —gruñi, avanzando hacia ella otra vez. — ¿Es eso lo que quieres? Mi mejor amigo hundiéndose en esa apretada feminidad mientras yo empujo dentro de tu trasero. Gritarías, nena.
—Hmm…. —sus rosados labios se fruncieron en un mohín de meditación. —Suena interesante, Justin. Pero tú sabes, no permitiría a cualquiera tales privilegios —suspiró ella con pesar. —Lo siento, amorcito, pero aparentemente no estás de suerte.
Oh, ella estaba en problemas. mantuve su expresión sólo ligeramente divertida, permitiendo a mi dulce ________[tn] cavar su propia tumba.
— ¿Y qué cualidades debe tener un hombre para ser tan afortunado? —pregunte, mientras deliberadamente maniobraba para ponerla contra la pared,
Por un momento, una vulnerabilidad cautivadora brilló en los ojos de ella.
—Algo que tú no tienes —. me preguntó si ella habría percibido la pena en su voz.
— ¿Y qué sería eso, nena? —. Quería atraerla hacia mi pecho, abrazarla, asegurarle que cualquier cosa que ella necesitara, cualquier cosa que ella quisiera, sería suya sólo con pedirlo.
______[tn] se apartó con fuerza de mi, su natural actitud defensiva asumiendo el control nuevamente, ese destello de dolor en sus ojos sobrepasando la necesidad de jugar, bromear conmigo y tentarme.
—Corazón, Justin. Debe tener un corazón —dijo, mordiendo las palabras. —Y realmente no creo que tú tengas uno.
NARRAS TU:
Me marche dando media vuelta rápidamente, la cólera envolviéndome. Eso hizo poco por apaciguar el deseo o el rugiente caldero de emociones que amenazaban con abrumarme. Maldición. Doble maldición. No podía amarlo. No podía necesitar su amor. Dos años de discutir con él, luchando contra sus avances y sus acaloradas miradas, no pudieron haber causado esto.
Senti mi cuerpo temblando, mi pecho agarrotado por las lágrimas. Amar a Justin era imposible. No tenía ninguna oportunidad contra las mujeres sofisticadas y experimentadas con las que él se acostaba habitualmente. Yo las había visto, las había odiado. Saber que él las había llevado a su cama, que las había hecho gritar con su toque era más de lo que yo podía tolerar. Seguramente ellas no lo amaron. Pero yo tenía el mal presentimiento de que lo haría.
me quede de pie, inmóvil y silenciosa, mientras permanecía frente a él al otro lado de la habitación. Los ojos de él, de un brillante color miel y llenos de picardía, me observaron atentamente. Finas y negras pestañas enmarcaban las brillantes esferas, tal como su liso pelo de color rubio oscuro enmarcaba los salvajes rasgos de su rostro. Sus pómulos eran altos y afilados, su nariz un arrogante tajo descendente en su cara. Sus labios eran anchos, y podían estar llenos y sensuales o finos por la cólera. Ahora, él parecía simplemente curioso.
Sus brazos estaban cruzados sobre el pecho ancho y musculoso, sus tobillos cruzados mientras se apoyaba en el respaldo de un sofá a cuadros, de tal manera que estaba enfrentado pero lejos de mi.
— ¿Dónde está mi padre? —pregunte, luchando contra mi excitación y mis propios deseos irrefrenables.
—Tuvo una demora. Espera, quizás, estara en casa mañana —dijo él quedamente.
— ¿Quizás? — acalle apenas el temblor en su voz.
—Quizás —él se irguió de su postura perezosa, observándome con una intensidad que le estrechaba los ojos, que me hacía tener los pechos y mi feminidad latiendo. Maldito fuera él por el efecto que tenía en mi.
— ¿Y no me lo podría haber dicho él mismo? —cuestione nerviosamente, mirándolo avanzar hacia mi, decidida a mantener mi posición.
—Estoy seguro que él llamará, eventualmente —la voz de Justin era lenta, se arrastraba perezosamente, espesa por la tensión y la excitación.
Hice todo lo que pude por mantener mis ojos en la cara de él, en lugar de permitirles descender para ver cuán grueso se había puesto el bulto en sus pantalones.
— ¿Entonces te alistaste como voluntario para el comité de bienvenida? —yo estaba jadeante, y supe que él lo podría oír en mi voz. Los ojos de Justin se oscurecieron con el conocimiento, haciendo que mi latido se intensificara aún más.
Justin se acercó sin detenerse, hasta que sólo estuvo a unos centímetros mios, podía hasta sentir el calor de su cuerpo, haciéndome sentir un hormigueo en mis terminaciones nerviosas. Era alto, mucho más ancho que yo & me provocaba una sensación a la vez amenazada y segura. La sangre corría por sus venas mientras yo trataba de darle sentido a los poderosos sentimientos que estaban atravesando mi cuerpo y su mente. Dos años había pensado en él, había luchado con la tentación que él representaba y el ardor que inspiraba.
—Siempre estoy aquí para darte la bienvenida, ______[tn] —él sonrió, esa lenta rareza de sus labios que hacía que los músculos de mi estómago se tensaran—. Pero tengo que admitir, estaba más que ansioso después de hablar contigo ayer.
Mi cara llameó, haciéndose eco de mis gemidos y mi lucha por respirar a través del clímax susurrado directamente a mi mente. La voz de Justin, ronca y profunda, áspera por su propia excitación y luego por su propio clímax, me incitaba.
trague saliva mientras me mordía el labio en nerviosa indecisión. ¿Le extendería la mano? ¿O debería escaparme de él?
—Perro acosador —masculle, más enojada consigo misma que con él.
Él se rió ahogadamente, alargando su mano para tocar mi carne desnuda de mi cuello.
—Veo que sigues tan espinosa como siempre —dijo él con una vena de diversión en sus ojos que se iban oscureciendo—. ¿Serás tan ardiente en la cama, ______[tn]?
— ¡Cómo si te lo fuera a decir! —escupi.
—Hmm, tal vez podrías mostrármelo —sugirió él, su voz sedosamente suave y caliente.
Solo temble ante la cualidad baja y seductora de su voz. Ésta viajó a través de mi cuerpo, tensándome el sexo, haciendo que mis pechos se hincharan y mis pezones se endurecieran en anticipación. Todo mi cuerpo se ruborizó, caliente. Entonces el aliento quedó atrapado en mi garganta. Las manos de justin se movieron, el dorso de sus dedos la acariciaron, dejando un rastro de fuego en la parte superior de mis pechos que subían y bajaban.
—Mía —susurró.
mis ojos se ensancharon ante la nota posesiva en la voz de él—Creo que no, No le pertenezco a nadie, Justin. Mucho menos a ti.
¿Entonces por qué estaba mi cuerpo gritando en negación? podía sentir los desnudos labios de mi vulva mojándose a medida que mi cuerpo se preparaba para ser poseída por él. mi piel hormigueaba, mi boca se hacía agua al pensar en su beso.
—Toda mía —gruñó él mientras un botón se deslizaba, libre del frágil amarre sobre mis pechos palpitantes—. Sabías que no habría manera de que me mantuviera alejado después de oírte llegar al clímax al son de mi voz, _______[tn]. Sabías que no te dejaría ir.
—No tienes otra opción que dejarme ir —le informe, sintiendo la trepidación de los dardos que la atravesaban desde la intensidad repentina de los ojos de Justin.
Los dedos de él acariciaron mi redondeada curva de mi pecho, su expresión pensativa mientras bajaba los ojos hacia mi.
— ¿Por qué peleas conmigo, ________[tn]? —preguntó repentinamente en un tono suave. —Por dos años he hecho todo menos atarte y hacerte admitir que me deseas. Y sé que lo haces. Entonces, ¿por qué luchas contra ello?
—Tal vez quiero ser atada y forzada a admitirlo —dije impertinentemente, ignorando la llamarada de excitación ante el pensamiento. había oído los rumores, conocía las acusaciones que mi propia madre me había acopiado durante años. —Sí, Justin. Yo atada, nada más esperando por ti y uno de tus mejores amigos. Oye cariño, las posibilidades de eso son ilimitadas
— ¿Mi mejor amigo, eh? —él inclinó la cabeza, mirándome con una leve sonrisa.
—Cuantos más, mejor —me aleje de él, negándome el contacto que deseaba por encima de cualquier otro. —Tú sabes cómo es. Una chica tiene que tener alguna clase de excitación en su vida. Puede ser bueno llegar al extremo.
Yo solita iba a cortarme la lengua, me sentía más poseída que en posesión de algo de sentido común por el momento. Tentar a Justin, empujarlo, nunca había sido una buena idea. Lo sabía por experiencia. Pero aparentemente no sabía cómo hacer algo distinto.
—_______[tn] , ten cuidado con lo que deseas —se estaba riendo abiertamente de mi — ¿Has tenido alguna vez en la vida dos hombres a la vez, nena?
— ¿Tiene importancia? —le respondi, algún duendecillo diabólico instándome a bromear, a seducir a modo de devolución presionando el de ella, no obligándola, sino conteniéndola, calentándola.
—No, no importa —él cruzó los brazos sobre su pecho—. Te puedo dar lo que fuera que desees, preciosidad. Si realmente lo deseas. Soy flexible.
NARRA JUSTIN:
Ya sentía mi miembro latir. Condenada, sabía que ________[tn] no tenía idea de cuán lejos me estaba empujando en realidad. Podía ver la excitación en los ojos de ella, el indicio de ardor sexual, de determinación. _____[tn] no tenía ni la más mínima idea de cuán lejos podía llegar en el terreno sexual. El pensar en atarla, en forzarla a admitir las necesidades de mi propio cuerpo, o las necesidades que yo queria, estaba casi más allá de lo que su autocontrol podía aguantar. El pensar en iniciarla en los placeres del ménage a trois, oyendo los gritos de placer de _________[tn] en mis oídos, hizo que mi miembro endureciera hasta el dolor.
Quería que _______[tn] tuviera cada toque, cada experiencia sexual que ella alguna vez hubiera imaginado querer intentar. La quería caliente, mojada y rogando por mi miembro. Quería que ella admitiera sus necesidades, lo mismo que yo finalmente había admitido las propias. Quería a ________[tn], ahora, mañana, para siempre. De cualquier forma que pudiera tenerla, de todas las formas en que ella me permitiera tenerla.
mire el rubor que había subido a sus pómulos de _____[tn], la llamarada de interés en sus ojos que ella apagó. _______[tn] pensaba que era un juego, ingeniosas réplicas de carácter sexual que fácilmente podría poner a un lado más tarde. .
_______[tn] no podía saber, pensé con una hebra de diversión, cuánto disfrutaría yo de hacer ambas cosas con ella. El nivel de dominación que yo poseía era increíblemente alto. Introducirla en ser atada, tomada del pelo, atormentada o emparedada entre mi cuerpo y el de Matt…(el otro chico,ya que quiere hacer un trio,les digo por si no entienden)
Drásticamente aplaste mi lujuria. Eso de compartirla no sería fácil no ocurriría a menudo, pero había un placer particular en ello que no podía ser encontrado en ningún otro acto sexual. El pensamiento de tener el control total de ella, de su cuerpo, sus deseos, su sensualidad, era un afrodisíaco casi imposible de resistir.
—_______[tn] , no deberías desafiarme —le adverti cuidadosamente. —No sabes lo que estás pidiendo, nena.
Me sentía moralmente obligado a darle una oportunidad, y sólo una oportunidad, para aquietar los deseos rugientes que crecían dentro de mi. En cambio ___________[tn] no sabía, no podía saber, que la sexualidad era parte de mi a tal grado. Una sexualidad y un oscuro deseo que yo había estado dispuesto a amortiguar por ella. Pero su atrevida declaración de que ella podría manejarlos era más de lo que yo podía resistir.
—Tal vez lo sé —. Ame la calidad jadeante de la voz de __________[tn] , la mezcla de miedo y lujuria en su tono de voz era una combinación embriagadora.
—cojeria tu cuerpo , ________[tn] —gruñi, avanzando hacia ella otra vez. — ¿Es eso lo que quieres? Mi mejor amigo hundiéndose en esa apretada feminidad mientras yo empujo dentro de tu trasero. Gritarías, nena.
—Hmm…. —sus rosados labios se fruncieron en un mohín de meditación. —Suena interesante, Justin. Pero tú sabes, no permitiría a cualquiera tales privilegios —suspiró ella con pesar. —Lo siento, amorcito, pero aparentemente no estás de suerte.
Oh, ella estaba en problemas. mantuve su expresión sólo ligeramente divertida, permitiendo a mi dulce ________[tn] cavar su propia tumba.
— ¿Y qué cualidades debe tener un hombre para ser tan afortunado? —pregunte, mientras deliberadamente maniobraba para ponerla contra la pared,
Por un momento, una vulnerabilidad cautivadora brilló en los ojos de ella.
—Algo que tú no tienes —. me preguntó si ella habría percibido la pena en su voz.
— ¿Y qué sería eso, nena? —. Quería atraerla hacia mi pecho, abrazarla, asegurarle que cualquier cosa que ella necesitara, cualquier cosa que ella quisiera, sería suya sólo con pedirlo.
______[tn] se apartó con fuerza de mi, su natural actitud defensiva asumiendo el control nuevamente, ese destello de dolor en sus ojos sobrepasando la necesidad de jugar, bromear conmigo y tentarme.
—Corazón, Justin. Debe tener un corazón —dijo, mordiendo las palabras. —Y realmente no creo que tú tengas uno.
NARRAS TU:
Me marche dando media vuelta rápidamente, la cólera envolviéndome. Eso hizo poco por apaciguar el deseo o el rugiente caldero de emociones que amenazaban con abrumarme. Maldición. Doble maldición. No podía amarlo. No podía necesitar su amor. Dos años de discutir con él, luchando contra sus avances y sus acaloradas miradas, no pudieron haber causado esto.
Senti mi cuerpo temblando, mi pecho agarrotado por las lágrimas. Amar a Justin era imposible. No tenía ninguna oportunidad contra las mujeres sofisticadas y experimentadas con las que él se acostaba habitualmente. Yo las había visto, las había odiado. Saber que él las había llevado a su cama, que las había hecho gritar con su toque era más de lo que yo podía tolerar. Seguramente ellas no lo amaron. Pero yo tenía el mal presentimiento de que lo haría.
Carolina-JustinB-OneD
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Huuim espero que la sigas me encantaaa tu nove y lo sabes no?si claro que lo sabes,siguelaaaaaaaaaaa!!!
raquellovehollywood
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Capítulo 6
Me desperté unas horas más tarde, la sensación de ser observada, estudiada, se abrió camino dentro de mi sueño erótico con Justin bromeando, tentándome con un beso que nunca llegó.
A punto de gritar, la presencia en Justin en mi habitación empezó a cobrar sentido.
Parpadee abriendo los ojos, mirando ceñuda la suave luz de una vela en la pequeña mesa de media luna junto a mi cama. Volviendo la cabeza, mi corazón comenzó a correr. Justin estaba sentado al lado de mi cama mirándome, sus ojos color miel entrecerrados, su musculoso pecho desnudo…….Mis ojos se agrandaron, luego volaron hacía abajo. Él estaba desnudo. Dulce Dios, él estaba desnudo y duro, comprenderlo me aterrorizó. Grueso y largo, la cabeza púrpura, la carne fuertemente venosa.
De repente fue más consciente de mi desnudez bajo el pesado edredón. Cuando me había acostado, no había pensado para nada en ello. Ahora podía sentir la hinchazón de mis pechos, el endurecimiento de mis pezones. Entre mis muslos sentía la lenta, ardiente humedad de mi carne afiebrada. También sentía algo más. mis brazos estaban atados al curvado cabecero, estirados, así como mis piernas, con muy poco juego en las cuerdas. El Desgraciado de Justin, me había atado a la cama como una virgen condenada al sacrificio.
— ¿Qué has hecho? —.me aclare la somnolencia de mi voz mientras él se quedaba quieto, mirándome con aquellos malvados ojos, llenos de sensualidad. –Desátame, justin! ¿Qué haces aquí?
—Primera lección —dijo él, su voz era suave mientras asomaba a sus labios una sexy sonrisa. — ¿Estás lista para ella?
— ¿Lección? —negue con la cabeza, mi voz gritando de cólera. ¿Cómo se atrevía el Estupido a atarme? — ¿De que demonios hablas, Justin?
Su mano de justin se levantó. pense que él me tocaría, me agarraría, en cambio, esos largos dedos se enrollaron distraídamente alrededor de su miembro, acariciándolo. trague fuertemente, mi boca sedienta, ansiando sentir la hinchada cabeza en mi. Hasta podría haber pensado en darme impulso, si hubiera podido mover mi cuerpo.
—Tu primera lección en ser mi mujer, ________[tn] —le dijo él, con una voz serena, decidida. –Te dije que estaba harto de esperarte. Esta noche, empieza tu primera lección.
— ¿Eres un psicópata o algo parecido, Justin? —Le dije rechinando los dientes — ¿Prestas atención a lo que dices? Ahora déjame y deja de actuar de manera tan rara. Caray, si lo que quieres es cojer, sólo debías haberlo dicho.
Justin se rio de mi. El bastardo sólo sonrió perezosamente y perversamente.
—Pero, ________[tn] no quiero sólo cojerte —dijo él, divertido. —Quiero que sepas quién controla tu cuerpo, tus lujurias. Quiero que sepas, en el fondo de tu alma, quién pose esa feminidad tan bonita, ese trasero tan tentador y tu boca caliente. Quiero que admitas que son míos, sólo para cojerte cuando yo quiera.
*Maldición, sabía que Justin era retorcido, ¿pero violación?
—Justin —.luchaba para que mi voz sonara razonable. —Esta no es forma de conseguir una mujer. Realmente. Ya sabes, flores, noviazgo, ese es el camino al corazón de una mujer.
— ¿De verdad? —se reía ahora de mi sin disimulo. —Te envié flores, querida.
—Ah sí, con una tarjeta que me decía de qué tamaño tenía que comprar el invasor anal, para así poder cojer mi trasero —aprete los dientes cuando tire de las cuerdas que ataban mis tobillos. —Verdaderamente romántico, Justin.
Recordaba con un sentimiento de horror, el entusiasmo y la vergüenza que senti cuando lei la tarjeta. Había tirado las flores a la basura, pero me había guardado la tarjeta. Del por qué, no estaba muy segura
Hola chicas volví, hay otro capitulo comenten!
Carolina-JustinB-OneD
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Nueva lectora!
Siguela pronto ;) Me encanta
Justin, un acosador :gasp: Que miedo xD Aunque, que sexy xD
Siguela pronto ;) Me encanta
Justin, un acosador :gasp: Que miedo xD Aunque, que sexy xD
Fiamma bieber Styles
Re: Deseo Sexual(Justin Bieber y Tu) [MEGA HOT]
Capítulo 7
Él se encogió de hombros indiferente. —Práctico —me dijo. —Te deseaba preparada. Pero como no aceptaste prepararte tu misma, entonces tendrás que aceptar el dolor.
¿Dolor? No, no, nada de dolor.-pensaba
—Mira, Justin —le advertiste razonablemente. —Mi padre realmente se enfadará contigo. Y sabes que se lo contaré.
—Primero pedí permiso a tu padre, _______[tn] —me dijo él suavemente, ahora con una expresión paciente. — ¿Por qué piensas que tu madre abandonó finalmente a tu padre? Ella rechazaba los caprichos sexuales de tu padre. No cometeré el mismo error contigo. Tu conocerás y aceptaras tu alma, tus necesidades y las mías. No huirás de mí. Tu padre lo entiende y me da el tiempo que necesito para ayudarte a comprender.
Mire hacía arriba a Justin, con la furia estallando dentro de mi mientras sacudía mis brazos estirando las cuerdas que me sujetaban. ¡Condenado!!, no estaban apretadas, pero no había ninguna posibilidad de que pudiera golpearlo para borrarle la expresión de triunfo de su cara.
—Estás mintiendo —lo acuse . —Mi padre nunca dejaría que me hicieras daño.
—Pregúntaselo por la mañana —se encogió de hombros tranquilamente, —estarás libre para entonces.
Un sentimiento de impotencia me embargó. Maldición, pense que él tenía todas las malditas respuestas y todos los malditos proyectos. yo no era un juguete para que él jugara y se lo demostrare.
—Hare que te metan preso —prometi —Lo juro, aunque sea la última cosa que haga, te encerraré.
Durante unos largos momentos el se mostró tranquilo, sus ojos brillaban con lujuria, con un sereno conocimiento.
—Yo no lo haría si estuviera en tu situación. Piensa que mañana por la mañana, quizás hayas cambiado de opinión.-afirmo él mirándome directamente a mis finos ojos
Aspire con fuerza, mirándolo con miedo y odiando el recuerdo que esto me trajo.
— ¿De que me hablas? —le dije rechinando los dientes.
La mano de Justin cesó de acariciar lánguidamente su miembro, moviéndose a mi estómago . mis músculos se contrajeron involuntariamente con el calor y la aspereza del masaje en mi carne.
—Esta noche, te daré una muestra del placer del que puedes disfrutar —me prometió él. —Aprenderás, ________[tn], quién es tu maestro, lentamente. Un paso a la vez. Nada demasiado fuerte, nena, lo prometo.
Temblé. Él no parecía cruel, pero estaba decidido. Su voz era suave, inmensamente suave, pero centrada en el objetivo. Él me tendría ahora y me tendría en sus condiciones.
—Esto no es lo que quiero, Justin —le dije, luchando por respirar, por tener el control.
Su mano De Justin se movió perezosamente de mi estómago, mis ojos siguieron cada movimiento, sus dedos se deslizaron entre mis muslos hasta que uno corrió entre la espesa, resbaladiza crema que los humedecía, que probaban que mis palabras eran falsas. Temblé, reprimiendo un gemido de placer cuando la gruesa longitud del dedo de justin bajó hasta mi feminidad.
— ¿De verda que no quieres esto? —me susurró. —Pienso que me mientes, _______[tn] . No deberías mentirme, nena.
Antes de que yo supiera lo que iba a hacer, su mano se movió, dándome con la palma de la mano un golpe seco sobre la carne desnuda de mi feminidad.
—Eres un perverso de mier*da —le grite, sacudiendome contra las cuerdas, no haciendo caso del latigazo de placer que hizo que mi clítoris se hinchara sobresaliendo. —Le daré una patada a tu Trasero cuando salga de aquí.
Justin sonrió abiertamente, moviéndose de mi lado para colocarse entre mis muslos extendidos.
— ¡Déjame ir, bastardo! — grite, luchando por no hacer caso del placer vergonzoso y la anticipación que se alzaba en mi interior.
—,___________[tn] , traviesa —me susurró él, su mano dejó de lado mi feminidad, deslizándose entre la humedad de los gruesos y pesados labios de mi sexo. —Estás tan apretada, ________[tn] . ¿Cuánto tiempo no lo haces desde tu último amante?
— ¡Callate Estupido! — grite, por la sorpresa cuando su palma golpeó la curva superior de mi feminidad.luchaba contra las cuerdas, aterrorizada por las espantosas vibraciones de placer que irradiaban de mi clítoris debido al calor del golpe. — ¡Maldito seas!
mi cuerpo se arqueó cuando su dedo se deslizó dentro de mi feminidad otra vez. Era una estimulación lenta, el dedo suavemente separaba mis músculos, haciendo temblar mi carne con el principio del éxtasis. Luche contra la necesidad de gemir, suplicar por la penetración lenta.
— ¿Cuánto tiempo ________[tn] , desde que has tenido un amante? —me preguntó otra vez.
—Te odió — gruñe.
Su dedo se paró. A mitad de camino dentro de mi, mis músculos se apretaron desesperadamente por la necesidad y él paró.
—No estás siendo buena, _________[tn] —susurró él. —Yo podría dejarte atada aquí, caliente y desesperada por aliviarte, o podría darte finalmente lo que necesitas. Ahora contesta a mi pregunta. — ¿Cuánto tiempo?
La amenaza era clara. Su dedo estaba todavía dentro de mi cuando él me miró, su expresión dura ahora, aunque sus ojos retuvieran aquel humor irónico, suave. El contraste era casi espantoso.
—Cuatro años. ¡Estás satisfecho... ….. Oh Dios! —. mi espalda se arqueó, mi cabeza cayó sobre las almohadas cuando su dedo se deslizó dentro con un poderoso empujón.
Me estremecía, el orgasmo tan cerca que yo podía sentirlo palpitar con desesperación.
—Maldición, que estrecha eres, ________[tn] —. La yema de su dedo se torció, acariciando las sensibles profundidades mientras yo me estiraba contra mis ataduras. —Tan apretada como una virgen. Apuesto a que tu trasero aún está más apretado.
Me calme, temblando, viendo la lujuria, el entusiasmo que llenaba la cara de Justin. Su miembro era enorme, grueso y largo, y yo sabía que estiraría mi feminidad hasta que gritara por alivio. ¿Pero mi trasero? No había modo. Aunque mirando la cara de Justin, parecía que él hubiera resuelto el modo de hacerlo, exactamente….
Continuara, comenten y la sigo :)
Él se encogió de hombros indiferente. —Práctico —me dijo. —Te deseaba preparada. Pero como no aceptaste prepararte tu misma, entonces tendrás que aceptar el dolor.
¿Dolor? No, no, nada de dolor.-pensaba
—Mira, Justin —le advertiste razonablemente. —Mi padre realmente se enfadará contigo. Y sabes que se lo contaré.
—Primero pedí permiso a tu padre, _______[tn] —me dijo él suavemente, ahora con una expresión paciente. — ¿Por qué piensas que tu madre abandonó finalmente a tu padre? Ella rechazaba los caprichos sexuales de tu padre. No cometeré el mismo error contigo. Tu conocerás y aceptaras tu alma, tus necesidades y las mías. No huirás de mí. Tu padre lo entiende y me da el tiempo que necesito para ayudarte a comprender.
Mire hacía arriba a Justin, con la furia estallando dentro de mi mientras sacudía mis brazos estirando las cuerdas que me sujetaban. ¡Condenado!!, no estaban apretadas, pero no había ninguna posibilidad de que pudiera golpearlo para borrarle la expresión de triunfo de su cara.
—Estás mintiendo —lo acuse . —Mi padre nunca dejaría que me hicieras daño.
—Pregúntaselo por la mañana —se encogió de hombros tranquilamente, —estarás libre para entonces.
Un sentimiento de impotencia me embargó. Maldición, pense que él tenía todas las malditas respuestas y todos los malditos proyectos. yo no era un juguete para que él jugara y se lo demostrare.
—Hare que te metan preso —prometi —Lo juro, aunque sea la última cosa que haga, te encerraré.
Durante unos largos momentos el se mostró tranquilo, sus ojos brillaban con lujuria, con un sereno conocimiento.
—Yo no lo haría si estuviera en tu situación. Piensa que mañana por la mañana, quizás hayas cambiado de opinión.-afirmo él mirándome directamente a mis finos ojos
Aspire con fuerza, mirándolo con miedo y odiando el recuerdo que esto me trajo.
— ¿De que me hablas? —le dije rechinando los dientes.
La mano de Justin cesó de acariciar lánguidamente su miembro, moviéndose a mi estómago . mis músculos se contrajeron involuntariamente con el calor y la aspereza del masaje en mi carne.
—Esta noche, te daré una muestra del placer del que puedes disfrutar —me prometió él. —Aprenderás, ________[tn], quién es tu maestro, lentamente. Un paso a la vez. Nada demasiado fuerte, nena, lo prometo.
Temblé. Él no parecía cruel, pero estaba decidido. Su voz era suave, inmensamente suave, pero centrada en el objetivo. Él me tendría ahora y me tendría en sus condiciones.
—Esto no es lo que quiero, Justin —le dije, luchando por respirar, por tener el control.
Su mano De Justin se movió perezosamente de mi estómago, mis ojos siguieron cada movimiento, sus dedos se deslizaron entre mis muslos hasta que uno corrió entre la espesa, resbaladiza crema que los humedecía, que probaban que mis palabras eran falsas. Temblé, reprimiendo un gemido de placer cuando la gruesa longitud del dedo de justin bajó hasta mi feminidad.
— ¿De verda que no quieres esto? —me susurró. —Pienso que me mientes, _______[tn] . No deberías mentirme, nena.
Antes de que yo supiera lo que iba a hacer, su mano se movió, dándome con la palma de la mano un golpe seco sobre la carne desnuda de mi feminidad.
—Eres un perverso de mier*da —le grite, sacudiendome contra las cuerdas, no haciendo caso del latigazo de placer que hizo que mi clítoris se hinchara sobresaliendo. —Le daré una patada a tu Trasero cuando salga de aquí.
Justin sonrió abiertamente, moviéndose de mi lado para colocarse entre mis muslos extendidos.
— ¡Déjame ir, bastardo! — grite, luchando por no hacer caso del placer vergonzoso y la anticipación que se alzaba en mi interior.
—,___________[tn] , traviesa —me susurró él, su mano dejó de lado mi feminidad, deslizándose entre la humedad de los gruesos y pesados labios de mi sexo. —Estás tan apretada, ________[tn] . ¿Cuánto tiempo no lo haces desde tu último amante?
— ¡Callate Estupido! — grite, por la sorpresa cuando su palma golpeó la curva superior de mi feminidad.luchaba contra las cuerdas, aterrorizada por las espantosas vibraciones de placer que irradiaban de mi clítoris debido al calor del golpe. — ¡Maldito seas!
mi cuerpo se arqueó cuando su dedo se deslizó dentro de mi feminidad otra vez. Era una estimulación lenta, el dedo suavemente separaba mis músculos, haciendo temblar mi carne con el principio del éxtasis. Luche contra la necesidad de gemir, suplicar por la penetración lenta.
— ¿Cuánto tiempo ________[tn] , desde que has tenido un amante? —me preguntó otra vez.
—Te odió — gruñe.
Su dedo se paró. A mitad de camino dentro de mi, mis músculos se apretaron desesperadamente por la necesidad y él paró.
—No estás siendo buena, _________[tn] —susurró él. —Yo podría dejarte atada aquí, caliente y desesperada por aliviarte, o podría darte finalmente lo que necesitas. Ahora contesta a mi pregunta. — ¿Cuánto tiempo?
La amenaza era clara. Su dedo estaba todavía dentro de mi cuando él me miró, su expresión dura ahora, aunque sus ojos retuvieran aquel humor irónico, suave. El contraste era casi espantoso.
—Cuatro años. ¡Estás satisfecho... ….. Oh Dios! —. mi espalda se arqueó, mi cabeza cayó sobre las almohadas cuando su dedo se deslizó dentro con un poderoso empujón.
Me estremecía, el orgasmo tan cerca que yo podía sentirlo palpitar con desesperación.
—Maldición, que estrecha eres, ________[tn] —. La yema de su dedo se torció, acariciando las sensibles profundidades mientras yo me estiraba contra mis ataduras. —Tan apretada como una virgen. Apuesto a que tu trasero aún está más apretado.
Me calme, temblando, viendo la lujuria, el entusiasmo que llenaba la cara de Justin. Su miembro era enorme, grueso y largo, y yo sabía que estiraría mi feminidad hasta que gritara por alivio. ¿Pero mi trasero? No había modo. Aunque mirando la cara de Justin, parecía que él hubiera resuelto el modo de hacerlo, exactamente….
Continuara, comenten y la sigo :)
Carolina-JustinB-OneD
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