ღ Amor al son de las Notas ღ – Harry y Tú. [Cancelada] ¡Aviso!

Montañas Rusas &
Impactantes noticias...

Narrador omisente.

Había pasado una semana desde lo sucedido.

Harry y ___(tn), iban mejorando su relación. Ya ninguno de los dos se “odiaban”. Hablan muy a gusto el uno con el otro. Michelle le había entregado el dibujo a Harry y el avía que dado atónito cuando se lo dio, puesto que la ojimiel no se veía muy bien.


Flash Back.

-Toma fracasado. –Le dijo la ojimiel a su primo de forma brusca le paso el papel.

-¿Michelle, estas bien? –Ella estaba con el cabello suelto y un poco despeinado, estaba vestida con un jean, un saco algo grande azul rey y unos converse negros. Tenía unas notorias ojeras, estaba más pálida y sus labios no tenían color alguno.

-Claro que estoy bien inútil. –dijo de mala gana. Entraron a la habitación, llamando la atención de los dos primos.

-Michelle… Yo… -Dijo el ojiazul cuando vio a la ojimiel presente, ella lo ignoro y salió por la puerta, haciendo caso omiso a los llamados de ambos chicos.

Fin de Flash Back.


Michelle estaba encerrada en su mundo donde no hacía nada más que destruirse ella misma, recordándose las cosa más dolorosas de su vida. Desde el incidente con Louis no había salido de su habitación, donde estaba sola, su compañera aun no llegaba. Aunque su amigo Liam todo los días iba a verla y le llevaba algo de comer. Era el único que la veía y verla así le dolía, era su mejor amiga no era para más.


Louis, todo los días recordaba aquel día, donde le pego a la chica que más ha marcado su vida, la que provocó una herida en el, a la que se hizo adicto a que ella profundizara mas con su cercanía. Y ver el tatuaje todos los días lo atormentaba más.


Harry estaba preocupado por su prima pero ella jamás le abrí la puerta, pero por lo menos sabía que aún seguía viva, ya que siempre que llamaba a la puerta y decía que era el, ella le respondía con un “Vete” o un “Lárgate que no te quiero ver por ahora”


Narra Michelle

Que mier/da de semana, ya me aburrí. Una semana sin daños y maldades, es como si dejara de ser yo y eso no se puede. Grandioso día para darme cuenta, ¡sábado!
Me vestí, me maquille, me arregle el cabello con un moñito y salí. Afuera había grupo de chicos y chicas, vestido casualmente. ¿Que aquí no salían los fines de semanas?

Camine por los pasillos sin rumbo alguno a ver si veía a alguien conocido para ver qué hacer. Sentí que alguien corría detrás de mí pero no me voltee, hasta que me tocaron el hombro y me di vuelta.

-Michelle, yo necesito hablar contigo. Lo del otro día lo lamento mucho… yo no quería... –Hablaba rápidamente, lo mire inexpresiva. Pero desvíe mí mirada a un chico unos pasos más atrás de Louis, por suerte ya tenía que hacer y no escuchar a este. Involuntariamente mis labios se curvaron en una sonrisa.

-¡Niall! –Esquive a quien antes me hablaba y camine hasta el chico de cabello rubio.

-Hola, Michelle. –me dijo sonriendo dulcemente.

-¿Cómo estás? –le pregunte.

-Bien, ¿y tú? No te he visto en toda la semana. –Me dijo.

-A no un tonto resfriado. ¿Qué vas hacer? –Le pregunte.

-Nada, solo caminaba por aquí. –me respondió.

-¿Aquí se puede salir los fines de semanas? ¿No? –Le pregunte. <’Que te pasa, verte tan sonriente me enferma> me decía mi psicópata. Y era cierto, yo solo sonrió momentánea mente y no justamente por estar con alguien.

-Sí, ¿por? –pregunto.

-Salgamos, conozco un lugar no muy lejos de aquí muy divertido. –le dije.

-No sé. –me dijo, no muy convencido.

-Esta es una oportunidad limitada, vamos que yo no soy de las que anda invitando a alguien a un lugar. –le dije.

-Está bien, vamos pero tengo que dejar esto en mi habitación. –dijo mostrando unos libros en sus manos.

-Vamos a dejarlos y de una vez le digo a mi primo que estoy bien. –le dije.
Pocos minutos después estábamos frente a la puerta de la habitación en la que tenía más conocidos que en cualquier otra. Cuando Niall abrió la puerta, pude divisar a Harry sentado en su cama con su lap en las piernas que un segundo volteo a mirarnos. Liam venia bajando las escalera y cuando nuestras miradas se cruzaron, frunció el ceño pero después cambio a un gesto alegre.

-Michelle… ¿estás bien? –pregunto Harry acercándose rápidamente a mí y después de comprobar que no me encontraba en mal estado, me miro a los ojos.

-Si estoy bien. –dije seria, sin despegar la mirada fija y él no lo hizo y después me susurro algo.

-No estás bien, tus ojos te delatan. El color negro de tus ojos no es natural, yo diría que eran ámbar. –dijo en un susurro solo audible para mí.

-Listo, ¿nos vamos? –dijo Niall y yo sonreí, Harry me miro curioso cuando hice aquel gesto.

-Si vamos. Adiós chicos, Liam después quiero hablar contigo ¿sí? –le dije.

-Claro, voy a tu habitación luego, que te diviertas. –El muy maldito me dijo con doble sentido.

-Ya cállate idiota. –le dije riendo, cuando abrí la puerta me lleve la grata sorpresa de quien estaba tras esta…


(…)

Aparque mi auto y voltee a ver a mi acompañante, el cual veía por la ventana como niño pequeño.

-La feria, lindo lugar. –dijo volteando a mirarme.

-Sí, me encanta venir. Aun que tengo el problema de subirme sola a la montaña rusa, debido al miedoso de mi primo. –rodé mis ojos soltando el cinturón.

-Mmm… -respondió, mientras yo ya abrí la puerta del auto y salía con naturalidad, el imito mi acto.

-Toma. –le extendí una manilla fluorescente a Niall cuando ya estuve frente a él. El la miro curioso y luego devolvió su mirada hacia mí.- Que siempre estoy preparada.

-Se nota que vienes muy a menudo. –me dijo.

-Mi almohada está llena de estas cosas, solo por si las moscas. –dije solo para que el riera, <'Me repugnas> volvió a aparecer mi psicópata, hace un unos buenos minutos no estaba. Niall dio una pequeña carcajada.

-Ok, vamos. –se acomodó bien la manilla. Caminamos hasta la entrada.

-¡Michelle! Ya te extrañábamos. –Dijo Frank.- y veo que no vienes ni con Harry o Louis.

-Amm… Si él es Niall, un amigo. –sonreí.

-Hola. –musito Niall un poco tímido.

-Un gusto muchacho, bueno que se diviertan. –dijo y nos dejó pasar.

-¿A dónde vamos primero? –me pregunto.

-¿A los carritos chocones? –sugerí.


El rio y me tomó del brazo y caminamos hasta ellos. Cada uno nos subimos en un auto, mientras que perseguíamos al otro para chocarlo, si es que no nos chocaba primero algún otro carrito y las risas no se dejaban de oír. Cuando bajamos, Niall estaba más despeinado de lo normal, mientras que mi cabello seguía intacto y perfectamente acomodados, adoraba eso de mí, que por más que me despeine con un sube movimiento se acomoda nuevamente.


-Eso fue divertido -dijo- Ahora, ¿a dónde quieres ir?

-Te toca decidir a ti. -le pegué cariñosamente en el hombro y reí.
El rio junto conmigo y luego miró alrededor y al final detuvo su mirada en un punto por arriba de mi cabeza.

-¡Subamos allí!-señaló.

-Creo que nos estamos entendiendo. -fue lo primero que salió de mi boca. Nos encaminamos hasta el juego. Llegamos hasta la fila que esperaba ansiosa por subir y me percaté de ello hasta que los estrepitosos gritos de las personas a bordo me llegaban desde lo alto. Nuestro turno de subir llego rápido, el segundo carrito era el quedaba libre. Mire a Niall y parecía algo inquietado.

-¿Niall, te pasa algo? –le pregunte.

-No estoy muy seguro de…

-Ya estás arriba, así que no hay retorno… -me interrumpió.


Nos hicieron ponernos el tubo de seguridad. El tubo metálico no llegaba hasta mí abdomen. Y me reí por eso. Niall me miro aún más inquieto que antes.


-¿De que te ríes? No hay peligro de que uno se salga, ¿verdad?-pregunto.
Niall volvió a mirar que el tubo no me llegaba y se estremeció.

-No, pero dicen que siempre hay una primera vez-reí.

-¡¿Qué?! –Grito.

-Es broma-se carcajee-. Tranquilo, ¿sí? Estas más preocupado que yo y mira que la que me puedo salir soy yo.

-Ese es el problema. –musito casi inaudible.


Entonces el carrito se empezó a mover por el riel que formaba el camino ilógico de aquella montaña. No sé qué le paso a Niall porque sus brazos se tensaron a mi alrededor, tiernos y protectores.

Mis cabellos comenzaron a moverse con velocidad por el viento producido y luego se apaciguaron cuando el carrito empezó a transitar en dirección hacia lo alto. Hasta el momento, no había sido la gran cosa, sólo vueltas tenues y velocidad media, pero ahora sabía que iba empezar lo excitante: la adrenalina de caer en picada hacía abajo. El corazón se me comenzó a acelerar; eso era bueno, porque sabía que entre más se tardará en llegar hasta arriba, más era la altura.

Sentía la respiración acelerada de Nial sobre mí. Entonces, al borde de caer por la estrafalaria bajada, Niall me apretó un poco más a él, voltee a mirarlo y él lo estaba haciendo, cuando de repente…


Narra Niall

Michelle me llevó de la mano a todos los juegos, en donde cada vez terminaba más despeinado y ella reía. Estar a su lado era divertido. Reíamos juntos sin ninguna razón, excepto por el puro placer de reír. Corríamos de un lado a otro, tomados de la mano para hacer fila en los juegos y mientras esperábamos nuestro turno. Me sentí libre, feliz, especial; me sentí… como jamás me había sentido. Era como olvidarte del mundo exterior y como si sólo haya existido Michelle a mi lado, para reír conmigo, mirarme con sus ojos miel y hacerme la persona más feliz en toda la faz de la tierra. Ella era única, encantadora, tosa ella podría ser una canción, un poema o la rosa de un jardín.

Me reía como no lo había hecho nunca, simplemente el mundo desapareció para mí, me encontraba flotando entre nubes, resbalándome por un arco iris. Y cada vez que sonreía y reía, su belleza era tan extrema que resultaba absurda. Su sonrisa era como un tesoro prohibido, de esos que no debes buscar, de esos que no debes encontrar; pero sin embargo, sumamente hermoso y atractivo.

Luego de que subimos a la mayoría de los juegos, decidimos tomar un descanso. Compró un par de algodones de azúcar y nos sentamos en otra de las bancas. Estábamos riendo pero nos interrumpió la canción “Beautiful people” de Cher Lloyd. Era el celular de Michelle ella contesto.


-¿Hola? –Pregunto.- Si, con ella. –Dijo de repente.- ¿Como que vivo? –Dijo estañada y parecía que se había olvidado de que me encontraba a su lado.- No, él no puede estar vivo. Yo misma eche sus cenizas al mar. –Tenía el ceño fruncido, pero después lo dejo por un rostro que inmutaba que estaba sorprendida.- ¿Qué? –Su rostro cambio drásticamente a uno furioso.- Voy a matarlos. –dijo de repente apretando los dientes. Pero se percató nuevamente de que estaba ahí.- Te llamo luego, adiós. –corto. –Nos vamos.

-¿Qué? –pregunte, pero por respuesta me tiro las llaves de su auto.

-Maneja tú o terminare arroyando a alguien de lo molesta que estoy. –Abrió bruscamente el asiento del copiloto. Me quede atónito pero después obedecí y entre al auto. Maneje hasta el Internado, ella se bajó rápidamente, camino a paso furioso y rápido. La seguí, camino hasta la parte de las habitaciones de los chicos y trato de abrir la puerta de mi habitación pero estaba cerrada con seguro. Toco fuertemente y no hubo respuesta, se veía realmente furiosa. Le dio una patada a la puerta y esta se abrió de golpe.

-¡Styles! –grito y su primo bajo rápidamente las escaleras.

-¿Que le hiciste? –me pregunto.

-El nada, tus padres y los míos sí. –respondió ella.

-¿Qué? –pregunto atonto.- ¿Qué hicieron?

-Está vivo. –Dijo respondió.

-¿Como que está vivo? No él murió en el accidente ¿recuerdas? –dijo, ¿Accidente? ¿De qué hablan? ¿Quién está vivo?

-Sí, lo recuerdo. ¡Cada mal’dita noche me lo recuerdo y me culpo por aquello, creyendo que por mi culpa el murió! –grito ella.

-¿Segura de que no es una reacción tardada del coma? –le pregunto, ¿Coma? ¿Quién estuvo en coma?- Por que recuerdo que estuviste u buen tiempo y el medico dijo que eso podría traer consecuencias.

-Sí, lo sé. De ahí las jaquecas. –Le respondió.- Recuerda que tengo contactos, me llamaron y me dijeron que está vivo, que lo vieron. –Espera ¿Michelle estuvo en coma? ¿Alguien estaba muerto y ahora está vivo? ¿Pero quién es? ¿Fue ella la causante de la supuesta muerte de ese alguien?....

Continuara...

¿Enamorado? No... ¿o,Si?