Re: JOE joe y tu TERMINADA

por **chelis** Lun 09 Dic 2013, 6:31 pm

Siiiii

por **jamileth** Lun 09 Dic 2013, 6:33 pm

Capítulo 15

Jodido Monstruo

Era un día soleado, pero brumoso. La hierba verde brillando, insectos revoloteando, sauces goteando y margaritas esparcidas en el césped lucían como si fueran vistos a través del filtro del lente de una cámara.

Levanté la delicada taza de porcelana y tomé un pequeño sorbo de mi té.

—Nunca prestas atención.

Mi cabeza se sacudió y sentada conmigo en la mesa con un prolijo servicio de té sobre ella, un plato de niveles perfectamente decorados con petit fours estaba mi tía. Su fruncido e irónico rostro estaba cubierto con un enorme y absurdo sombrero de ala ancha, completamente decorado.

—¿Qué? —pregunté.

—Tú nunca prestas atención, ________________ —ella espetó—. Mira alrededor. ¿Qué ves?

Miré alrededor luego la miré.

—Belleza —contesté.

—Basura, ________________, esto es basura, tú eres basura. –Ella se inclinó sobre la mesa, bajando su propia taza de té de un golpe y siseó—: Él es basura.

Entonces todo se fundió y ella estaba sentada sobre su ridículo sombrero y todo alrededor de ella eran elevados, humeantes y malolientes montones de horrible basura.

* * * * *

Me desperté sobresaltada, mis ojos se abrieron y solté una bocanada de aire pensando en esa fracción de segundo, esperé que yo no despertara a Joe. Él odiaba seriamente cuando yo tenía un mal sueño.

Puesto que yo estaba presionada a su lado, mi cabeza descansando sobre su pecho y su brazo estaba alrededor mío, esta esperanza se desvaneció rápidamente y lo supe cuando su brazo se apretó.

—________________ —él gruñó, soñoliento, sexy, áspero y contrariado.

—Estoy bien —susurré.

Nada.

Entonces:

—Cambié de opinión, me alegro de que el hijo de puta se desangrara en el patio.

Oh muchacho.

—¿De qué se trataba este? —él preguntó.

La habitación estaba oscura. Yo sabía que era tarde ya que era verano entonces el amanecer besaba el apartamento de Joe temprano. Pero Joe me había dicho hace semanas que él quería que yo hablara abiertamente de cada sueño, pensando que si los dejaba ir, ellos finalmente me dejarían.

Hasta ahora, eso no funcionaba.

—Todavía está oscuro, volvamos a dormir —susurré.

—No preguntaré otra vez.

Suspiré entonces le conté rápidamente sobre el té, lentes con filtros, mi tía, su sombrero y la basura.

—Esa maldita zorra —él se quejó—, te sigue en tus sueños.

—Estoy bien.

Nada. Pero su brazo todavía estaba apretado.

—Cariño, en serio. Estoy acostumbrada a esto. He estado teniéndolos durante años —le aseguré.

—Vamos a encargarnos de que dejes de tenerlos.

Finalmente levanté mi cabeza y miré su rostro sombreado. —Estoy acostumbrada a ellos, cariño. Pero me molesta despertarte. Tal vez debería dormir…

No terminé. El brazo de Joe se apretó más atrayéndome hacia él hasta que mi rostro estaba encima del suyo.

—No termines eso. No va a ocurrir.

—Bien —susurré.

—Los resolveremos hablando.

—Bien —repetí en un susurro.

—Tenías basura, ella. Ahora estás viviendo limpia —me informó.

—Bien.

—Yo tuve mierda por buen tiempo luego recibí lo bueno, ________________, tú sigues siendo la cosa más hermosa que me ha tocado en mi vida. Anótalo porque es cierto. Pregúntale a Viv. Pregúntale a Sandrine. Pregúntale a Rhash. Pregúntale a Kurt. Ellos piensan que eres de lo mejor. Apunta eso. Lleva eso en tus sueños.

Dios, mi novio era tan impresionante.

—Bien, cariño.

Sentí sus ojos sobre mí a través de la oscuridad.

—Esa jodida zorra, siguiéndote en tus sueños —murmuró él.

Él todavía sonaba enojado.

Tenía que hacer algo al respecto.

Entonces lo hice.

Mi mano se arrastró a lo largo de su pecho, por sus abdominales y casi llegué a mi destino antes que sus dedos se envolvieran alrededor de mi muñeca.

—¿A dónde estás yendo? —gruñó.

—Tu voz es sexy, soñolienta áspera —dije suavemente—. Me gustaría escucharte gemir así.

—No quiero tu mano —declaró él.

Maldición.

—Quiero tu boca.

¡Guau!

—Colócate entre mis piernas, nena.

Oh sí.

—Está bien —susurré y su brazo me apretó.

—¿Está bien qué?

—Bien, papi. —Su mano me dejó ir mientras él murmuraba—. Bien, nena, ahora posiciónate y toma a papi en tu boca.

Me desplacé y besé su pecho. Me moví de nuevo y besé sus duros abdominales. Me trasladé otra vez y me puse entre sus piernas. Él inclinó sus rodillas y vi que se acariciaba, preparándose para mí.

Me hice cargo e hice a mi papi gemir sexy, soñoliento, áspero.

bueno chicas aqui esta el cap :D
cuidense bayyyy :bye:

por **aranzhitha** Lun 09 Dic 2013, 7:34 pm

aww yo adoro a mi papi!!
Siguela!!

por **chelis** Lun 09 Dic 2013, 8:14 pm

aaaaahhh!!!!.... oooohh que papi tan mas clientele!!!!

por **jamileth** Mar 10 Dic 2013, 2:39 pm

* * * * *

Estaba caminando desde la cafetera con mi jarrito de café fresco cuando Joe rodeó la esquina de la cocina llevando una camiseta de AC/DC y unos pantalones vaqueros descoloridos.

Le sonreí.

Un lado de sus labios se levantó, entonces sus ojos cayeron inmediatamente sobre mi camiseta que era su camiseta. Él claramente se dirigía al café y yo estaba a punto de pasarlo, pero se detuvo cuando su brazo salió, enganchándome alrededor de mi vientre.

Me llevó frente a él y equilibré mi café entonces nosotros no tendríamos derrames y quemaduras de segundo grado.

Entonces su mano se sumergió hacia arriba y abajó luego la ahuecó sobre la piel desnuda de mi trasero.

Miré a sus ojos.

—Escalofriante, loco y caliente castigo seguido de follar a mi nena fuerte y sin prejuicios, este es definitivamente mi regalo de cumpleaños favorito.

Era semana y media después de su cumpleaños y yo estaba con su camiseta de Black Sabbath.

—Genial —susurré, sus labios temblaron y a continuación dejó caer su cabeza y tocó los míos.

Luego me dejó y fue por el café. Miré su trasero moverse en sus vaqueros entonces cuando se detuvo y agarró la cafetera, me fui de la cocina, bordeé la sala de estar en un nivel más bajo, hacia fuera de la puerta de cristal abierta para sentarme sobre un cómodo, aerodinámico cojín gris sobre sus muebles de hierro forjado.

Los planes estaban en marcha para la fiesta de inauguración de mi spa que era en aproximadamente dos semanas y media. Mahleena planificaba esto también. La empresa de marketing de Joe estaba anunciándolo. Yo había contratado personal. Manicuras, pedicuras, tratamientos faciales, peeling corporales, masajes y cabello, todo el asunto. Incluso teníamos un pequeño sauna de vapor, un Jacuzzi y una ducha. Toda la iluminación baja (excepto en las estaciones de cabello). Relajante. Tranquilo. En el momento en que entrabas, tenías ganas de dejar todo y complacerte.

Yo no podía esperar.

Yo todavía me sentía feliz por el cumpleaños de Joe. No sólo estaba conmovido por lo que había hecho por él, al día siguiente, recibió una llamada de cumpleaños de su mamá y papá y habló sobre mí conmigo allí. Y todo lo que él dijo era bueno.

Él era Joe entonces estos no eran elogios floridos pero le dijo a dijo su papá, con sus ojos fijos en mí:

— Ella es hermosa, papá. La tienes que ver, no lo vas a creer. Pensarás que estás soñando.

Y pensé que era bastante florido o al menos hizo un número sobre mí. Les dijo que tenían que salir a mi encuentro o iríamos a Hawaii pronto para que pudiera reunirme con ellos.

Cuando él colgó el teléfono, me dijo:

—Mamá dice “hola”' y ella está deseando conocerte.

Me detuve de dar vueltas, riendo y gritando, y me limité a sonreír y lo besé.

Entonces me besó.

La vida era buena. Incluso si esperaba cosas, yo nunca esperé que fueran tan buenas como esto.

Y Joe me dio todo esto.

Él salió con su taza e hizo lo que hacía cada mañana cuando nos sentábamos en su balcón. Por lo tanto ya mi silla estaba en posición porque evité la molestia de moverla de nuevo lo que también salvó a Joe la molestia de acomodarla cuando llegó a mí.

Se sentó en una silla frente a la baranda de Plexiglás, levantó sus largas y musculosas piernas hasta la parte superior y cruzó sus tobillos. Mi silla estaba en ángulo hacia la suya, así que fue fácil para él enganchar un brazo alrededor de mis piernas y eso fue lo que él hizo antes de lanzarlas sobre sus muslos.

Sostuve mi café en lo alto en otro esfuerzo de evitar el derrame hasta que él se recostó en su silla y bebió un sorbo de manera que supe que estaba a salvo. Entonces me recosté en la mía e hice el mismo.

—Decidí lo que quiero para mi cumpleaños —él afirmó y parpadeé.

—Tu cumpleaños fue hace más de una semana, Joe —le dije algo que él ya sabía y giró su cuello entonces sus ojos azules puros, vibrantes estaban sobre mí.

Yo nunca me acostumbraría a aquellos ojos, nunca. Y esperaba tener la eternidad para demostrar que era verdad.

—Tú me diste una patada en el trasero en mi cumpleaños tan buena, nena, que he decidido celebrar todo el mes.

Curvé una gran sonrisa, pero en el interior.

En el exterior le di una falsa desaprobación.

—Apenas pude caminar durante tres días contigo haciéndomelo de todas las formas en que podrías hacérmelo, Joe. Todavía me estoy recuperando.

Sus cejas se alzaron

—¿Te follé con fuerza hace treinta minutos? —preguntó.

—Sí —contesté.

—¿Tú me haces sexo oral en medio de la noche? —él presionó.

—Sí.

—Esto último, nena, fue tu idea. —Él miró hacia atrás al Front Range murmurando:

—Tú eres buena.

Si que lo era.

—Lo que sea —murmuré en respuesta, amando nuestras bromas, sin estar a punto de decirle eso y llevando mi café a mis labios—. ¿Qué quieres para tu cumpleaños?

—Que te mudes.

Me ahogué con el café y sus ojos vinieron a mí, con las cejas fruncidas y él se inclinó hacia mí.

—¿Estás bien, nena?

Me di unas palmaditas en mi pecho, tragué y jadeé:

—Sí —Entonces—. ¿Quieres que me mude?

Se me quedó mirando.

Entonces él dijo:

—Nena, tu trasero ha estado en mi cama cada noche durante tres meses, tienes un armario completo para ti y más de la mitad del maldito vestidor, ya. Para una perra que no tenía dinero, conseguiste una cantidad enorme de ropa.

Esto era verdad. Todo eso. Aunque lo último fuera parcialmente su culpa.

—¿Cuánto es la renta? —pregunté.

—Nada considerando que soy dueño del lugar.

—Está bien, ¿cuánto es la hipoteca? —enmendé.

—¿Por qué? —él preguntó.

—Porque, si me mudo, tengo que saber cuál es mi mitad así puedo presupuestarla —contesté y al instante su cabeza se inclinó hacia atrás y miró a la parte inferior del balcón encima de nosotros.

Entonces él cantó:

—Jesús, joder, jódeme. Jesús, joder, jódeme.

—¡Joe¡ —espeté y sus ojos cortaron hacía mí.

—Tú no pagarás la mitad de la hipoteca —declaró él. Abrí mi boca pero él se movió rápidamente, su brazo saliendo, su mano acunando mi mandíbula, el pulgar apretando con firmeza mis labios y vi que sus ojos estaban absolutamente serios.

—Esta no es una discusión. Ríndete sobre esto. Tú pones el aviso. Deshazte de la mierda que compraste en las ventas de garaje, y las que tienen rajaduras en ella, y cualquier cosa que hayas comprado en una maldita rebaja, y todo lo que cualquier maldita persona te haya regalado a menos que tenga algún significado especial. Para el resto de tus porquerías encontraremos un lugar. ¿Me entiendes?

Él quitó su pulgar y seguí hablando bruscamente.

—Entonces se requerirá una caja para mudarme ya que todo proviene de ventas de garaje, tienen rajaduras en ella, lo que compré en una rebaja o que alguien me lo dio.

—Bien, entonces te tomará aproximadamente una hora mudarte. Lo haremos hoy —respondió inmediatamente.

Fue entonces cuando miré a la parte inferior del balcón y pedí:

—Por favor, libérame.

—________________, mírame —ordenó y reduje mi mirada hacia los suyos pero ellos eran inquisitivos. Él no hizo caso de esto y gruñó—: Ríndete.

No cedí.

Anuncié:

—No puedo mudarme. El material limitado que tengo no cabe en ninguna de esas categorías es femenino y eso no combina con tu decoración.

—Nena, vivo en un jodido museo. Por favor, Dios, inyecta un poco de personalidad en ello.

Parpadeé.

—Ni flores o rosado —añadió luego continuó—, o ninguna de esa mierda blanca, despostillada que tienes.

Lo miré fijamente.

Luego pregunté:

—¿Algo más, Joe?

Se quedó mirándome.

Entonces contestó:

—En cuanto a mí respecta, puedes prescindir de todo. Lo único que me importa una mierda que se mude para siempre eres tú.

Esta era una respuesta realmente buena.

Aun así.

—Tú sabes, cuando te vuelves autoritario y te pones tan súper generoso, estaré devanándome mis sesos por un milenio buscando maneras de ser mala para compensar y eso me irrita, luego me irrita más cuando consigues ser dulce por lo que no puedo molestarme ya.

—Sabes que eso no tiene una maldita pizca de sentido —me dijo.

Lo miré airadamente.

Luego giré mi cabeza y miré hacia el Front Range, murmurando:

—Como quieras.

Luego bebí a sorbos el café.

Entonces escuché:

—Aviso y muda tu mierda, ________________.

—Está bien, Joe.

—Jesús, joder, jódeme –se quejó Joe.

Tomé otro sorbo de café. Hice esto con calma. Pero otra vez, dentro, yo giraba y chillaba.

Entonces anuncié a las montañas:

—Siento una noche fuera con Sandrine llegando.

—Cristo, ella me hizo sexo oral en medio de la noche, la comí y la follé hace media hora y ella se sienta con mi camiseta, sin bragas, bebiendo café, intentando ponerme duro —se quejó.

Mis ojos se dirigieron hacia él.

—Tu regla, cariño. Puedo ir y ponerme bragas.

Sus ojos llegaron a mí.

—Tú lo haces, yo saco la correa.

Mis piernas se movieron agitadamente.

Él me miró fijamente.

Luego giró su cabeza y murmuró hacia el Range:

—Joder, he creado un jodido monstruo.

Me sentí sorprendida.

Luego estallé en carcajadas.

******

bueno chicas aqui esta el cap :D
cuidense :bye:

por **aranzhitha** Mar 10 Dic 2013, 5:26 pm

aw es quien no es insasiable con ese hombre!!
Siguela!!

por **chelis** Mar 10 Dic 2013, 7:16 pm

Jajajajajajajajaja.... Me encanto este caaaaaapiiiiss

por **jamileth** Miér 11 Dic 2013, 4:38 pm

Los tacones delgados, altos de mis imponentes sandalias cliquearon en el piso mientras recorría el apartamento. Lo hice sonriéndome a mí misma porque, estaba girada hacia abajo lo que podría ser un crimen en algunos estados, pero yo podía escuchar a Black Sabbath.

Volteé en la esquina a la sala de estar y vi a Joe fuera en el balcón, los talones encima de la barandilla, bebiendo café y fumando un cigarrillo. Sabía que mientras me había duchado y me estaba preparando para afrontar el día, él probablemente se había movido para recargar su taza. Fuera de eso, nada.

Esta era una de las cosas que me gustaban de él. Cómodo en su propia compañía. Él tenía muy poco tiempo de inactividad, lo poco que tenía lo pasaba conmigo, pero si hubiera momentos como este, él no tenía que llenarlos con libros o TV. Solamente música, café (una cerveza o un vodka en las rocas), sus cigarrillos y él.

Como todo sobre Joe, pensé que era caliente.

Giró su cuello y sus ojos llegaron a mí cuando él escuchó mi aproximación. Con sus ojos hacia mí, lo miré aplastar su cigarrillo en el cenicero.

Me acerqué, volvió su cabeza, él movió su taza a su otra mano entonces su mano más cercana a mí podría enroscarse alrededor de mi cadera y me incliné en tocar mi boca contra la suya.

Me retiré unos centímetros y dije suavemente:

—Voy a inspeccionar el spa.

—Correcto —murmuró.

—¿Puedo pedirte pensar en algo mientras estoy fuera? —solicité.

—Algo —me dijo y levanté una mano a su cuello mientras sentía mi rostro suavizarse.

—Piensa en algo que pueda hacer para contribuir a nuestra casa. Yo comprendo que quieres proteger mis intereses, pero lo que necesitas entender es que necesito hacer esto. Comestibles. Pago de servicios. Pago de limpieza. Algo. Hasta que mi spa se convierta en el éxito enorme que voy a hacer que sea, sé que con esta casa no puedo permitirme a ir a medias y tú nunca me dejarás hacer eso de todos modos. Pero tengo que hacer algo.

Sabía que estaba atrapado en el comienzo de lo que dije cuando sus ojos se desplazaron a mi boca y susurró:

—Nuestra casa.

Mis dedos en su cuello le dieron un apretón y susurré a su vez:

—Cariño.

Sus ojos se posaron en los míos y me dijo en voz baja:

—Hablaremos de ello esta noche.

Mi hombre. Él me amaba y me daría algo.

Le sonreí y respondí:

—Bien.

Sus ojos cayeron de nuevo a mi boca.

—Quiero esa boca otra vez antes de que te vayas.

Se la di. Sus dedos avanzaron en mi cabello, sosteniéndome hacia él y saqueándola. Entonces, después de lanzarle una sonrisa sobre mi hombro mientras me alejaba, me fui.

* * * * *

—¡Nos vemos más tarde! —grité mientras caminaba por el pasillo en el nivel superior de mi spa.

—¡Hasta más tarde! —Uno de los dos tipos que estaban terminando el baño de vapor gritó en respuesta.

Sonreí y vagué por el pasillo suavemente alumbrado con sus paneles de madera oscura.

La gente de las planta de Mahleena estaba llegando ese día. Plantas. Eso significaba que estábamos cerca de la apertura. Bambú natural, principalmente. La sensación era limpia, rica, cálida, costosa con un toque oriental. Muy poco color como a Mahleena le gustaba, con toques de rojo cálido a mi petición. Sobre todo porque me recordaban a Joe.

Di una caminata por la escalera curva y miré a través del área abierta, sus cómodos paneles con estaciones de uñas, salones de pedicura y abiertos puestos de estilistas con altos espejos y luces colgantes.

—Impresionante –dije en voz baja, llegué a la parte inferior y deambulé hasta el alto mostrador de recepción que fue construido con paneles delgados de madera oscura y ubicada lejos, pero en un ángulo de la puerta principal.

Me moví detrás. El teléfono ya había sido instalado. El sistema informático sería instalado al día siguiente. Si Mahleena o cualquiera de los trabajadores me dejaban apuntes no urgentes, ellos los pondrían allí. Yo había hecho un recorrido cuando llegué sin volver allí y había procurado ponerme al día hablando con los muchachos, así que estaba revisando los apuntes antes de irme.

Entonces una vibración estremeció hasta mi cuello y esta no era del tipo que Joe me daba. Como si ellos fueran guiados por fuerzas invisibles, levanté mi cabeza y mis ojos se movieron a la enorme ventana de vidrio laminado al frente de mi lugar que daba hacia la calle y contuve la respiración.

Nick caminaba por la calle, mirando sobre su hombro hacia algo, pero no hacia mi spa. Eso no me gustó. Este no era el escenario de una coincidencia que Joe lanzó acerca de que viera a Nick en la calle. Él estaba allí por alguna razón. Yo lo sabía.

Con un encogimiento de hombros me quité el bolso de mi hombro poniéndolo en el mostrador de la recepción para agarrar mi teléfono cuando la puerta a mi spa se abrió. Volví mi espalda inmediatamente y mis ojos fueron a la puerta.

Un hombre rechoncho de aproximadamente unos tres o seis centímetros más alto que yo con entradas, un bronceado profundo y una cadena de oro enredada con la profusa cantidad de pelo que crecía en su pecho estaba caminando, sus ojos en mí. No me gustaba el aspecto de él. En absoluto.

Sospechoso.

No, sórdido.

—Lo siento —le dije—, no hemos abierto todavía.

—¿________________ Gage? —preguntó, no fallando un solo paso en caminar hacia mí.

Manteniendo mi mirada sobre él, abrí el broche de mi bolso y hurgué por mi teléfono de la era espacial.

—¿Puedo ayudarle? —pregunté.

—Soy Drake Nair.

No conocía a ningún Drake Nair y por el aspecto de él, yo sabía que nunca querría hacerlo.

Encontré el teléfono y lo saqué, levantándolo en mi mano entonces él podría verlo. Sus ojos cayeron sobre él y luego se volvieron a mí cuando hablé.

—¿Y qué puedo hacer por usted, Sr. Nair?

Él estaba parado a poco más de un metro de distancia del mostrador.

—Soy el ex-socio de Joe.

Una sorpresa y no era del tipo bueno.

Mantuve la compostura y ni siquiera parpadeé.

—¿Sí? —Incité.

Él me estudió.

Le informé tratando de advertirle:

—Hay dos hombres trabajando arriba, Sr. Nair.

—No estoy sorprendido –murmuró, todavía estudiándome y no hablando acerca de no estar sorprendido sobre hombres trabajando en mi spa.

—Sr. Nair, tengo cosas que hacer –declaré—. ¿Quisiera decirme por qué está usted aquí?

Se enfocó completamente en mí y contestó:

—Si me pidiera suponer hace diez años, yo le diría qué es exactamente lo que él quería pero yo no diría que usted es lo que él podría conseguir.

Mantuve mi espalda recta, mis ojos sobre él y mi mano curvada en mi teléfono. Lo que no hice fue hablar.

Él lo hizo.

—No obstante. El muchacho era un imán para los coños, joder, todas estaban sobre él. Usted sabe, ellas querían que él condujera la acción.

—Asumo que usted se refiere a Joe y ya que no lo conozco, preferiría no hablar de él con usted.

Me ignoró.

—Muchacha, acciones, este es el gran momento. Él las hubiera tenido. ¿Por su aspecto? Él incluso no tenía que ganar. Grandes tiempos de inversionistas y endosos estarían batiendo sus vaqueros para tener sus logos sobre su coche, su pleito, sus trajes, su rostro en sus anuncios de revista.

—Sr. Nair…

—Vive tranquilo —él susurró las palabras de Joe y yo me callé—. Al minuto comenzó a despegar a “causa” de la manera que él lucía, el hecho de que él ganó casi cada puta carrera en la que estaba, jodidamente intrépido, malditamente loco, él me sacó de apuros y entró en el negocio conmigo.

—Parecería que usted está decidido a decir lo que tiene que decir, pero tiene que ser bueno si tiene que bajar a decirlo. Como le dije, tengo cosas que hacer.

—Lo tomó todo de mí, —dijo suavemente y ese infeliz escalofrío se deslizó hasta mi cuello de nuevo. —Di la vuelta, fui a Costa Rica. Le hace algo a un hombre cuando otro hombre hace un necio de él. Ni un jodido dólar cambió de manos y él lo maniobró todo justo fuera de debajo de mí. Robó la entera jodida cosa. El club. Las chicas.

Mis piernas se bloquearon y mi cara debe haber cambiado porque él sonrió de una manera que no me gusto.

—Oh sí, —dijo, todavía hablando suavemente, —Nick lo adivinó.

¡Oh Dios!

¡Nick!

bueno chicas aqui esta el cap :D
cuidense :bye:

por **aranzhitha** Miér 11 Dic 2013, 6:08 pm

aw maldito Nick!!
Otra vez molestando a Joe y la rayiz!!
Ese hombre me da miedo!!
Siguela!!

por **chelis** Miér 11 Dic 2013, 6:26 pm

:wut: :wut: no lo creaaasss!!!!..... Tienes que hablar con joe primero!!!!!..

por **jamileth** Vie 13 Dic 2013, 8:31 pm

Ahora que Sandrine había calmado su mierda, él iba a ser la muerte mía.

—Nick no sabe nada, —espeté.

—Nick sabe que Joe vende coños.

Deje de respirar.

—Sí, —dijo, su tono ansioso, disfrutando esto y yo sabía que estaba dándoselo. —No lo sabías. Buena chica. Sólo mirándote, puedo ver que eres dulce, cariño. Y no tienes idea de que tu hombre vende coños.

Oh mi Dios.

No me moví. Quería hacerlo. Quería correr. Pero no podía.

Drake Nair no había terminado.

—Tomó mi club, tomo mi establo. Esas eran, —se inclinó, lo perdió por un segundo y susurró, —mis chicas. —Se echó hacia atrás, calmándose mientras mantenía sus ojos fijos en mí. Entonces, —No sabes, no tienes una jodida idea de cómo funciona la mente de ese chico, pero me imagino que él se metió en todo ese asunto conmigo sabiendo que iba a robar mi establo. Siempre fue acerca de las chicas. Así que él lo tomó de mí. Tú eres su mujer, una chica dulce, con clase, buena, que respeto que siempre quiso pero nunca, sabiendo lo que ese chico es, de lo que viene, quien siempre será, conseguiría. Tienes que saber, me hace muy feliz mirar tu cara ahora mismo, sabiendo que esto golpeó profundamente, sabiendo que tú sabes que puedes conseguir a cualquiera así que no tienes que tomar a un hombre que vende coños.

—Si no le importaría, —dije suavemente, —me gustaría que se fuera.

—Sí, apuesto que lo haces. Pero tengo una cosa más que decir.

Abrí mi boca pero él caminó rápidamente hacia el escritorio y en lugar de eso tomé un paso atrás, mis dedos curvándose apretados en mi teléfono.

Puso su mano en el escritorio y siguió hablando.

—Puedes superar eso, te daré esto. Él no sólo dirige coños a través de mi club, dirige drogas. Estás en la cama con porquería, ________________ Gage. Tú no pones tu mierda junta, como Joe Sebring fue, es y siempre será, eso es todo lo que tú serás siempre.

Y con eso, se giró y salió de mi spa.

Me quedé mirando la puerta e hice esto por mucho tiempo, mi corazón acelerado, mi respiración viniendo corta.

Entonces giré mi cabeza y miré por las ventanas donde la última vez vi a Nick.

Él estaba allí, de pie mirando por las ventanas, los ojos en mí.

Sonriendo.

Él puso eso en marcha. Él me tendió una trampa. Él le tendió una trampa a su hermano.

Desgraciado hijo de puta.

Aparté de un tirón mi cabeza y caminé tan calmadamente como pude reunir en una de las estaciones de uñas acordonadas y lejos de los ojos de Nick Sebring.

Entonces respire profundo.

—Aguanta la mierda. —Escuché a Vivica decir en mi cabeza.

De acuerdo, está bien.

—Podrías escuchar jodida mierda sobre mí de una variedad de fuentes. Pero habla conmigo antes de reaccionar. Voy a confirmarlo o negarlo, seré honesto y por último, me explicaré. Si se trata de mierdas que no quiero que sepas todavía, voy a explicar eso también y esperarás hasta que esté listo. Si sientes que no puedes, entonces, nena, aún así vas a jodidamente... hablar... conmigo antes de dejarme.

De acuerdo, está bien.

Bien.

Bien.

Levanté mi teléfono, activé la pantalla y llamé a Joe.

Respondió al segundo tono.

—Nena.

—Drake Nair acaba de irse y me dijo algunas cosas sobre ti, —susurré y lo hice rápidamente, mi voz entrecortada.

Silencio. Total. Completo. Un vacío giratorio de aterradora nada.

Luego, en voz baja:

—Estoy en el club. Ven a mí ahora mismo, nena.

—Está bien, Joe.

—Ahora mismo, ________________, nena.

—Está bien, —estuve de acuerdo en voz baja.

Colgué, caminé rápidamente al pie de las escaleras y grité en voz alta pero todavía temblorosa:

—¡Me voy, chicos!

—¡Nos vemos, ________________!

—¡Nos vemos!

Me giré y me dirigí rápidamente al escritorio, metí mi teléfono en mi bolso, lo tiré sobre mi hombro y me apresuré fuera.

Entonces me apresuré por el bloque a Slade. Había estado allí durante el día de vez en cuando y nunca fallaba en asustarme un poco. Era raro durante el día.

No lo noté entonces.

Sólo abrí la puerta y entré en el fresco y vasto interior que parecía extraño no atestado de cuerpos, destellando con luces o ahogado con música.

Casi instantáneamente vi a Joe caminando a zancadas rápidamente hacia mí.

Me moví hacia él.

Cuando nos encontramos, él no dijo una palabra pero me agarró la mano, cambió de dirección y yo me apuré para seguirle el paso.

En las escaleras a su oficina, haciendo que mi corazón saltara en mi garganta, mi vientre se hiciera un nudo y soltara, él me sorprendió al detenerse, girando y levantándome en sus brazos, No sabía si él estaba impaciente conmigo teniendo problemas para seguirlo o si me quería cerca.

No pregunté.

Pero dudé antes de que mis brazos se deslizaran alrededor de sus hombros para sostenerme.

Joe notó todo. Notó mi vacilación.

Lo supe cuando, su voz tersa, firme, dolida, susurró:

—Jódeme.

Llegamos a la cima, su torso se inclinó y abrió la puerta. Me cargó en la oficina, la puerta se cerró detrás de nosotros y amablemente me puso sobre mis pies.

Rápidamente, tomé tres pasos de distancia.

Mi corazón se apretó porque él me lo permitió.

—¿Tú vendes coños? —susurré.

Cerró sus ojos lentamente y mi nariz empezó a picar.

—¿Joe? —Incité y sus ojos se abrieron.

—Tengo cincuenta y siete chicas, —dijo inmediatamente.

Oh Dios. ¡Dios!

—¿Y drogas? —Todavía estaba susurrando, pero fue alrededor de la garganta obstruida y sonaba ronca.

Su cabeza se sacudió y preguntó:

—¿Qué?

Lo perdí y mi voz fue aguda y fuerte cuando espeté:

—¿Vendes drogas?

—Joder no, —replicó.

Empecé a respirar pesadamente.

Joe me vio hacerlo.

Entonces volví mi cabeza y moré a la ventana.

—Llegaba a casa sangrando su culo, de su coño. No a veces, a menudo. —Lo escuché decirlo y mi mirada sorprendida cortó de nuevo a él. Siguió hablando y supe que era acerca de su madre. —La cara rota, labio desgarrado, ojos cerrados por la hinchazón. Yo limpié esa mierda. Tenía seis años.

Oh.

Mi.

Dios.

Mi cuerpo se bloqueó y Joe siguió hacia mí.

—Fulanos le hacían esa mierda a ella, pero no sólo ellos. Su hombre lo hizo también. Su proxeneta. Se ponía rudo y su rudeza era fea. Y él se aprovechaba a menudo. La única cosa que podía detenerlo era un niño de cuatro años en la habitación. Se olvidaba y no cerraba la puerta o me encerraba en mi cuarto, yo entraba y lo hacía tan a menudo como podía. Aprendí a coger mi propio candado y el de ella así podía llegar a ella. Verlo sobre ella. Hacer que él deje de violarla. Ser su escudo. Forzar cerraduras. A los cuatro.

Todas mis entrañas se habían apoderado y apretado y el dolor era insoportable.

—Joe— jadeé.

—Te dije que mi vida era una mierda, ________________, y jodidamente lo era. La de ella era peor. Su hombre, el peor tipo de ser humano que existe. Mantenía a sus chicas en cocaína, en heroína, en crack, cualquier cosa para mantenerlas enganchadas a él. Eso es todo lo que les daba y eso no era ningún jodido regalo. Ninguna protección. Él tomo su corte y era uno grande, nena. Se calentaba usando sus cuerpos. Las ponía en la calle, las trabajaba con fuerza. Pero ellas resultaban un mal truco, él no hacía una mierda. Los Fulanos aprenden. Ellos lo saben. Consiguen una perra con la que no pueden jugar como porque su hombre les hace una visita, ellos avanzan. Así que sabían a cuales mujeres escoger. Y mi madre era una de ellas.

Presioné mis labios juntos y los rodé.

Joe continuó.

—Yo no tenía ningún control. Mi primer jodido recuerdo en esta vida es entrar en la habitación de mi mamá viéndola en su cama sangrando de cada orificio. Sus ojos rasgados e hinchados vinieron a mí, sonrió una sonrisa que tuvo que forzar a través del dolor, estúpida y esperando que estuviera engañándome, incapaz de mover un músculo excepto su boca y susurró, “Cariño.” Bloqueé el resto. Sabes, después de eso, no una sino un montón de jodidas veces, encontré eso, la limpié. Ella estaba tan golpeada, por el momento que yo tenía jodidos seis años, que ella me lo permitía.

Me tragué el dolor y la herida que sentí por él, y se atascó en mi garganta porque era mucho, y él siguió hablando.

—Yo no tenía ningún control. Ninguno. Era un jodido niño. Podía hacer lo que podía hacer y eso era todo lo que podía hacer. Ella era buena para mí, ________________, me amaba. No sólo porque yo era su escudo sino porque yo era su hijo. La única cosa buena que alguna vez hizo, me dijo ella, fue hacerme. Ella pensaba que el sol salía y se ponía por mí y todavía lo hace. Pero recordé que, tan bueno como Carl se lo dio a ella y a mí, yo jodidamente nunca olvide esa sensación de estar fuera-de-control, viviendo mierda que alguien forzó sobre mí, y me convertí en un hombre que nunca ha de sentir esa mierda otra vez.

—Está bien, cariño, —Susurré pero Joe no terminó de explicar.

—Nair es un imbécil. Y sí, tomé su establo y todavía lo tengo. Y me voy a quedar con él, ________________. Él tenía una chica, trabajaba los lastres, —se movió hacia el pecho en la pared y pasó un dedo por el esculpido torso femenino, —ella hizo eso por mí. Joder, increíble lo que podía crear de un trozo de madera. Una artista. Una prostituta. Una drogadicta. Ella era de Nair. Ella me llevó con él. Él pensó que yo era un corredor de mierda-por-cerebro adicto a la velocidad. Pensó que me podía manejar. Ella murió de una sobredosis. Todo ese talento, —tiró un dedo hacia el torso, —se desvaneció. La belleza que ella podía traer al mundo, perdida. Lo dejé pensar que podía manejarme y me metí en ello para cuidar de sus chicas. Él no era como el hombre de mi madre pero no era sobre protección. Él era acerca de coño. Usándolo para hacerse rico. Usándolo para excitarse. Hizo a sus chicas servirle, una, dos, veinte. Y no estoy bromeando. Veinte perras arrastrándose todas sobre él. Loco. Las hizo untarse de aceite y luchar en su jodida cama así él podía mirar y masturbarse. No las mantenía limpias. Y era impredecible, dependiendo de cuan perezoso estaba sintiéndose, ya si enviaría a alguien a entregar un mensaje, una de sus chicas conseguía una paliza. Yo pasé un montón de tiempo cubriendo un montón de culos lo que le molestó. Él no me quería cuidando su coño sino siendo la cara de su club. Nos enfrentamos. Hice movimientos. Lo saqué. Entonces reconstruí y creció su imperio, tal como estaba. Las chicas que no estaban limpias, las limpié. Las chicas que no querían estar en la vida, las deje ir. Él tenía cuarenta y dos chicas. Yo tengo más porque ellas vienen a mí. Y si no tienen marcas de pista o hábitos, me encargo de ellas. Cuido sus espaldas. Ellas toman clientes que quieren follar, Rhashan y Kathleen hacen arreglos, ellas hacen lo que quieren, sólo lo que ellas quieren y si un hombre trata por más, nos aseguramos de que sabe que no estamos de acuerdo con eso y ese mensaje se entrega claro como el cristal. Esa es nuestra reputación, yo lo hice de esa forma así que esa mierda no pasa a menudo y mis chicas salen a salvo.

por **jamileth** Vie 13 Dic 2013, 8:47 pm

—¿Rhashan? —susurré.

—Sí, y si estás preocupada por tu chica, no lo estés. Ella lo sabe. Él sabe que no me gusta la atención y me preguntó si podía decirle. Tu chica Viv, está lejos de ser estúpida así que accedí. Él le dijo. Ella creció en el barrio. También lo hizo él. Ambos lo entienden.

—Ella no me lo dijo.

—Ella lo hacía, a ti o cualquiera, el culo de él estaría fuera. Y eso vino de mí.

Sentí un temblor deslizarse a través de mí mientras preguntaba:

—¿Así que ibas a ocultar esto de mí?

—Joder sí.

Mi voz era alta y firme cuando empujé:

—¿Por qué?

—Cristo, ________________, debido a la forma en que ahora mismos estás mirándome, —dijo entre dientes. —Sólo te dije como crecí. Carl hizo eso bien para mamá y yo. Pero yo corrí. No creerías los coños asquerosos en las carreras. Conseguí incluso un toque de dulce, si me desmoronaba, dejaba que ellas entraran, les decía esa mierda sobre mí, ese dulce se volvía amargo. Pero ninguno de ellas, ninguno, ________________, era tu tipo de dulce. Nunca en mi vida esperé que probaría tu tipo de dulce así que, sí, joder sí, iba a ocultar esto de ti para garantizar que mantendría tu dulce.

—Pensé no ibas a ocultar nada de mí.

—No lo hice. No mentí. No ajuste el hombre que soy. Simplemente no compartí.

—Esa es la misma cosa.

—Tú lo sientes de esa manera, nada que yo pueda hacer.

Sostuve sus ojos.

Entonces susurré:

—Él dijo que dirigías drogas a través del club.

—Bueno, él jodidamente mintió. Pero, las cartas sobre la mesa, nena, los Rusos tienen este territorio. Hice ese trato así podía controlar esa mierda. Es un jodido club, mis chicos podrían tener ojos en la parte trasera de sus cabezas y no ver todos los tratos que pasan. Hace cuatro años, cinco niños se apoderaron de mala mierda y la policía lo rastreó, vendido por un distribuidor en mi club. Primero, yo no necesito esa atención. Segundo, de ninguna jodida manera estoy bien con gente muriendo a causa de mierda que obtienen en mi club. Tomamos medidas enérgicas, todavía no pudimos detener el flujo. Era una jodida pesadilla. Llegué al punto, que si quería controlar eso, tendría que cerrar mis puertas. Los Rusos se acercaron a mí, dieron garantías de que no reclutarían compradores en mi club, promocionarían fuera de los locales así cualquiera que quería esa mierda, sabían a quien ir. Prometieron que verían a los distribuidores que estaban trabajando en mi club, lo limpiarían. Ellos no tenían problemas haciendo mierda que yo no permitiré a mis chicos hacer, para ver que eso pase. Los usan, no hacen ninguna pregunta sino que consiguen un club limpio. También prometieron que su mierda sería buena mierda, no mezclada, no mala, alguien jodido, no sería la mierda que estaban tomando sino ellos. Y por último, permití la conexión en mi club peor cualquier acuerdo va fuera del local. Yo les doy uno. Un jodido distribuidor. Él hace lo que hace, pero sólo si la gente viene a él. Mantengo un ojo en eso. El primer chico que escogieron, se puso ambicioso. Volví a los Rusos. Ellos lo echaron, pusieron otro chico dentro. Él mantiene un perfil bajo. Tengo control de eso. Eso apesta. Vi a mi mamá enganchada a esa mierda, no me gusta en cualquier lugar cerca de mí. Y la mafia Rusa está jodidamente loca. Pero ellos me entienden, conocen mis límites, mantienen su mierda en el otro lado y es la única forma en que eso funciona para mí. No tengo un pedazo de eso porque no lo quiero. Ellos no se lo venden a mis chicas. No se lo venden a mi personal. Uno de ellos se acerca a su distribuidor, me lo reportan y esa persona se va. La única cosa que consigo de eso es un club libre de esa mierda excepto lo que yo controlo.

De acuerdo, está bien.

Bien.

—¿Las chicas vienen a ti? —Pregunté con cautela.

—Sí, lo creas o no, algunas perras se regodean en esa mierda. Pero no todas ellas, ________________. La mayoría de ellas se ponen en una situación en la que necesitan dinero. Yo no soy un benefactor. La vida las lleva a esa mierda, yo ofrezco administración, investigación y protección. Tienen que hacerlo, lo hacen seguras. Esa profesión, nena, es la más antigua en el mundo y nunca va a morir. Crees que es bueno o malo, la vida me llevó a mi código. Ese negocio no es legal y jodidamente debería serlo. Las mujeres en las calles, no tienen nada a menos que sean realmente jodidas afortunadas y consigan un hombre que las cuide, las mantenga seguras y no espere cortesías. Eso es raro. El único que he conocido soy yo.

—¿Así que tú no tomas cortesías? —Susurré y su rostro se endureció, la habitación se llenó con su calor vibrante y de nuevo susurré, esta vez rápidamente, —Tú no tomas cortesías.

—Yo o cualquiera de mis chicos. Ellos tienen un gusto, ellos pagan. Mis chicas no dan eso gratis. Y nunca he metido mi polla en una de ellas. Ni una. Ellas no caminan por las calles. Lo hicieron por Nair. No lo hacen por mí. Exclusivamente clientes. Y ellos no pagan veinte dólares por una mamada. Pagan lo que deberían por darle eso a algún imbécil que se excita consiguiéndolo. Yo consigo mi pedazo manteniéndolas seguras y tratando con molestias. Nuestra primera cita, nena, el primer día que pasaste conmigo, tenía una chica, demasiado dulce para el jodido negocio, demasiado débil. Lo tomó por el culo. Dos veces. Dos visitas diferentes de este tipo. Ella no quería esa mierda. Ella no consigue paga por esa mierda. Yo no consigo paga por proporcionar esa mierda. Y él no dijo que quería esa mierda. La primera vez que ella lo tomó, no lo denunció. La segunda vez, llamó a Rhashan y Rhash me llamó. El amigo consiguió una visita. Ya no está en la lista de clientes y fui yo, personalmente, quien fracturó su pómulo y su brazo de modo que si él cree que puede ir a otra tienda y tirar esa mierda, lo pensará de nuevo.

Sostuve sus ojos. Entonces pregunté en voz baja:

—¿Qué hacía Nick para ti?

—Nick se supone que era mis ojos y oídos en el club. Observaba al distribuidor ruso. Se aseguraba de que nadie excepto quien yo sabía, trabajaba en mi club. Ninguna perra que no esté en mi establo. Ningún distribuidor. Si él tenía un soplo de que algún equipo estaba encubierto, mirando para tomar el control del territorio, sin embargo, podrían hacer eso, él me lo comunicaría y le pondríamos fin a ello antes de que consiguieran alguna idea o tuvieran suficiente tiempo para evaluar mi organización y encontrar una debilidad. Él mantenía un ojo en mi personal, bartenders llevándose lo mejor, camareras tirando movimientos de mierda, él lo reportaba o, si era mierda insignificante, se ocupada de ello. Tú conoces mis problemas con él. Lo que no sabes es que él hacía esa mierda y yo le pagaba al mismo tiempo que él jugaba al hombre grande. Sentándose en su sección VIP, chupando Hennessy Paradis* sobre mí. Esa mierda no es barata. Quitaba sus ojos de la bola frecuentemente para jugar al pez gordo y conseguirse el mismo algún coño. Y él era el más grande cliente del distribuidor Ruso. Cocaína. El personal, inaceptable. La familia, él me hizo comer esa mierda. La mierda contigo, nena, el colmo. Pero incluso antes de eso, tenía esa mierda en mi vida con mi mamá, una drogadicta y el mundo tal como es, tengo que tratar con los Rusos cuando definitivamente preferiría no tratar con esos jodidos lunáticos, no necesito a mi hermano en esa mierda. Y no lo quiero en mi casa. Hablé con él, no me escuchó. Le dije que esa mierda no estaba en mi condominio, no me escuchó. Él jodió contigo, yo terminé.

[Hennessy: Es uno de los fabricantes más antiguos y famosos de coñac.]

—¿Tus padres saben que Nick—?

Joe me interrumpió.

—Yo los protejo de la mierda de Nick pero aparte de eso, mis padres lo saben todo, ________________. Te dije que tuve una buena vida y con excepción de los dolores de cabeza diarios, como todo el mundo tiene con el trabajo y la mierda, la tengo. Y cuando digo todo, quiero decir todo. De la forma que se conocieron, Carl necesitando limpiar la mierda de ella, ellos no son Ozzie y Harriet*. Saben que tengo chicas. Saben que no sólo es este club, los bienes inmuebles que poseo, sino también esos negocios que fijan sus culos en su casa en Hawaii y les permite vivir una buena vida. Tú podrías pensar que es molesto pero con mi vida, mi familia, no lo es. Ellos estás orgullosos de mí, creen en lo que hago y no dudan en decirme esa mierda.

[Las aventuras de Ozzie y Harriet es una serie estadounidense que se transmitió por la cadena ABC del 3 de octubre de 1952 a 26 de marzo 1966, protagonizada por la vida real de la familia Nelson]

Tomé una respiración profunda y Joe me vio hacerlo.

Entonces compartí:

—Tengo miedo de edificios cayendo sobre mí cuando estoy en estacionamientos subterráneos.

A mis palabras, la totalidad de su poderosa forma se sacudió.

Luego preguntó:

—¿Qué?

—Sé que es irracional pero es cierto. La mierda pasa. Mis padres fueron asesinados durante un robo de auto. Así que lo sé. Algunos arquitectos cometen un error con su compás o… lo que sea. El edificio colapsa encima de mí.

—________________— susurró.

—Y, —continué, interrumpiéndolo, —tengo miedo de los ascensores. Me meto en ellos y a menos de que pueda enfocarme en algo más, todo en lo que puedo pensar es que caerán hasta mi muerte. Nunca tomé el ascensor en mi edificio. Tú viven en el piso quince. Estoy en buena forma pero eso, uh… no.

Joe se quedó en silencio un momento y luego le preguntó en voz baja:

—Nena, ¿por qué estás diciéndome esta mierda?

—Porque tú acabas de decirme todos tus secretos. Pensé que debería devolver el favor.

A mis palabras, instantáneamente, su cabeza cayó para contemplar sus botas pero yo sabía que él no estaba viendo sus botas porque vi sus ojos cerrarse en el camino abajo.

—¿Joe?

Su cabeza se disparo arriba y gruñó:

—Aquí.

Fui allí y a medio metro de distancia, sus brazos salieron disparados, sus dedos se cerraron apretados en mis caderas y me jaló hacia él, sus brazos cerrándose a mí alrededor. Uno de sus brazos se quedó súper apretado en mi cintura, aplastando mi cuerpo al suyo mientras la otra mano derivó hacia arriba y se enredó en mi cabello.

Sus ojos sostuvieron los míos cautivos, susurró:

—¿Estás bien con esta mierda?

—Es un shock, lo admitiré. Pero me dijiste que si escucho mierda, debería venir a ti y tú lo explicarías. Te explicaste y lo hiciste minuciosamente. Pero la línea de fondo, yo soy la mujer para ti, Joe, fui hecha para ti, tal como soy. Lo que no entiendes es, que tú eres el hombre para mí tal como eres. Yo entiendo eso, cariño. Y lo entendí hace un tiempo.

por **jamileth** Vie 13 Dic 2013, 8:54 pm

Saqué el “po” en “tiempo” pero poco antes de que su mano en mi cabello inclinara mi cabeza en una dirección, la suya inclinada al otro y su boca se cerró de golpe en la mía.

Luego él saqueó y yo me aferré, como de costumbre, como siempre, disfrutando el viaje.

El arrancó su boca de la mía, pero deslizó sus labios a lo largo de mi mejilla a mi oído, sosteniéndome cerca, apretada, en una forma que se sentía que nunca me dejaría ir y susurró:

—Joder, te amo.

—Lo sé, cariño. También te amo. Y, ya que estamos compartiendo secretos, deberías saber que averigüé eso cuando tú pusiste una manta sobre mí.

Su cabeza subió y atrapó mis ojos.

—¿Qué?

—Nuestra primera, muy larga, muy rara, muy intensa cita. Me quedé dormida y desperté y tú pusiste una manta sobre mí. Desde que mis padres murieron nadie se ha preocupado si yo podría conseguir un resfriado. Hasta ti. Un hombre que pensaría en eso y hace algo sobre ello, yo sabía en el fondo en un lugar que me hizo sonreír, era el hombre para mí. No lo entendí hasta, bueno… justo ahora. Pero, ya sabes… tú deberías saberlo.

Me sonrió pero murmuró:

—Nunca voy a tirar esa manta.

—Tú inténtalo, lucharé contigo hasta el suelo.

Sentí su cuerpo sacudirse contra el mío y le sonreí.

Entonces mi sonrisa se desvaneció y susurré:

—Otra cosa que tienes que saber, cariño, y lo siento, pero Nick arregló eso con Drake Nair. Él estaba en la calle afuera de mi lugar. Lo observó. No se acercó a mí pero Nair me dijo que Nick habló con él y sé por la forma en que Nick estaba observándome que él fue el que arregló eso.

Vi a Joe tomar una respiración afilada y luego soplar un suspiro molesto.

Luego murmuró:

—Lo siento, nena.

—Yo también, pero está hecho así que lo que sea.

—No lo que sea, le pasaré esta mierda a Carl.

Mi cabeza se inclinó y Joe empezó a pasar sus dedos a través de mi cabello mientras respondía:

—He estado lidiando con ello. No voy a lidiar más con ello. Carl sabe que Nick está jodiendo esto mal, va a perder su cabeza. Prepárate, nena, él también tirará su culo en un asiento en un avión unos cinco minutos después de que yo lo comparta y él vendrá a Denver y rasgará a su hijo en un nuevo imbécil.

Parpadeé.

Los labios de Joe se retorcieron.

—Sólo para que lo sepas, Car era musculoso para un gran hombre local. La única manera que podía separar a mi mamá de su proxeneta era siendo capaz de meterse con él. Algo que él hizo. Carl es un buen hombre pero eso no significa que está limpio. Lo que él es, es grande, macizo y se ocupaba y todavía se ocupa de sí mismo. Nick no ha hecho un hábito de joder exclusivamente conmigo. Carl tiene una manera de conseguir que él su mierda en línea. Si Nick no toma la manera de Carl, lo menos que él hará es asegurarse que la mierda ya no se fuga a ti y a mí. Y Carl probablemente estará muy cabreado de que oculte lo que tengo de ellos y será ruidoso sobre ello. Tú estás alrededor, no tomas esa mierda. Él la pondrá en mi cara pero nunca lastimaría a una mujer o la asustaría directamente. Después de él me desgarre en uno nuevo, si tu pasas a estar allí, lo juro por Cristo, nena, él se volverá a ti y ofrecerá conseguirte una cerveza y darte un masaje en los pies.

Empecé a reír.

—No es broma, —me dijo Joe.

Me reí más fuerte.

Joe miró, sonrió y sus dedos pasaron a través de mi cabello.

Me presione más cerca.

Entonces la sonrisa murió y él dijo suavemente:

—Está bien, nena, lo entiendes todo, ahora tienes mi palabra de que eso es todo lo que hay, pero es también todo lo que vas a conseguir. Esa mierda, las chicas, los Rusos, es mi asunto, no mi vida. Tú eres mi vida. Eso no se escapa de ello, salvo lo que tengo que hacer para mantenerlo, que toma mi tiempo y energía. No eres la nueva mejor amiga de cincuenta y siete perras. Eso no existe para ti. Rhash, él es apretado y está más apretando con Vivica. No quería secretos, nada entre ellos. Pero tú deberías saber, que él estableció esa ley con ella también. Negocios son negocios, el hogar es el hogar, la vida es la vida. Lo primero, tú y Vivica no tienen mierda que ver con ello, ambas son sólo los dos últimos. Tienes que compartir con ella que lo sabes, así ella sabe que no tiene que preocuparse de que está ocultando algo importante de su chica, ustedes dos hablen. Una vez que esté hecho y fuera de eso, nena, viviremos tranquilos. ¿Estás conmigo?

Asentí.

Sus ojos recorrieron mi rostro.

Luego susurró:

—Estás conmigo.

—Siempre, Joe.

Su mirada vino a la mía.

—Jódeme, —susurró. —Jódeme, —repitió y luego el calor invadió su rostro y lo dijo de nuevo. —Jódeme.

Él decía eso cuando yo hacía algo que lo conmovía (y, por supuesto, otras veces).

Y fue entonces cuando lo entendí. Para Joe, mi dulce nunca se puso amargo.

Y eso significaba todo para él.

Así que yo supe entonces que estaba dándole todo lo mismo que él estaba dándome.

Y eso significaba todo para mí.

Así que me apreté contra él, mis brazos alrededor de él se apretaron, mi cabeza inclinada más hacia atrás y le sonreí a mi hombre.

BUENO CHICAS LES COMUNICO QUE AQUI SOLO

FALTA EL EPILOGO Y LA NOVE YA SE ACABA ....

EL EPILOGO ES LARGO POR QUE CREO QUE AUN TIENEN

TRES, CUATRO O CINCO CAPITULOS MAS :D

BUENO ES SU DECISION.. DE QUE TAN RAPIDO SUBO

LOS CAPITULOS...

CADA DIEZ U OCHO COMENTARIOS SUBO MAS DEL

EPILOGO :D

BUENO CHAUUU

CUIDENSE :D

BAYY :bye:

por **aranzhitha** Vie 13 Dic 2013, 9:11 pm

osea que Joe es como un proxeneta bueno!?
Dios! es una caja de sorpresas!!
pero aun asi lo amo!!
y ojala que Nick reciba su merecido!!
no quiero que termine!
me encanta!!
siguela!!!

por **chelis** Sáb 14 Dic 2013, 9:54 pm

Ya se acaba?????.... Nooooooo!!!!...
Pero bueno .... Joe es tan dulce!!!..

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