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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
JOE joe y tu TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: JOE joe y tu TERMINADA
Karen20 escribió:PLEASE SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA :lloro:
hola me parece que eres nueva... bueno no lo se :D
y si lo eres bienvenida :D
:bye:
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Se reclinó hacia atrás, sonriendo, y ordenó:
- Si vacilas, me llamas.
Succioné el aliento.
Entonces acepté,
- Bien.
Sus ojos cayeron a mi mano, entonces de regreso a mí.
- ¿San Pellegrino? – preguntó.
- Joe no quiere que me embriague, - respondí.
Sonrió otra vez. Era lenta. Era conocedora. Y sus ojos se volvieron cálidos.
- Si le haces el feo, también me llamas.
Rodé mis ojos.
- No me importa si te hace firmar un contrato y demanda tu trasero por decírmelo. Quiero saber cómo es ese hombre en la cama.
- ¿Cómo hacemos con eso? – empecé a sugerir, - ¿establecemos un sistema de marcación justo ahora y de esa forma puso solo darte un número, que lo diga todo y me evito ser demandada?
- Uno, es mierda, no vale la pena discutirlo y estás botando su trasero pero mantienes el teléfono, los zapatos, los bolsos, los vestidos y etc. – dijo instantáneamente y siguió, - Dos, es mierda, pero mierda no tan mala es peor que perder el apartamento, el vehículo y la sección VIP. Tres, aún es una mierda, pero hay momentos. Cuatro, es de alguna forma mierda, pero solo porque piensas que es nuevo y además otro vendrá y estará mejor. Cinco, promedio y práctico. Seis, ligeramente por encima del promedio y prometedor. Siete, te hizo de alguna forma feliz, pero hay lugar para mejora. Ocho, todo bien, y posiblemente a volverse mejor. Nueve, estremeció tu mundo. Diez, creó uno totalmente nuevo y nunca quieres subir por aire. ¿Funciona para ti?
- No estoy segura de recordar todo.
- Bien, no te preocupes tanto. Te daré una refrescada cuando el momento llegue.
Lo haría.
Estallé en risas.
Viv deslizó su brazo alrededor de mi cintura, me jaló más cerca y estalló en risas también.
Deslicé los míos alrededor de su cintura y una vez paré de reír, tomé un sorbo de mi San Pellegrino con limón en el.
Entonces giré mi cabeza, echándola hacia atrás el centímetro que tenía para encontrar los ojos de mi chica, me incliné cerca y susurré:
- Te quiero tanto.
- Y también yo te quiero. Y, nena, déjame decirte, este chico es real, no juega contigo y cumple la promesa que todo a su alrededor grita, -estaré sobre mis rodillas y gracias a Dios-. Porque desde que naciste, te mereces algo genial. Y desde que tenías siete años, tuviste mierda y entonces trabajaste tu trasero por cada pequeño trozo de bien que pudieras ganar. Y si él es finalmente el sol en tu horizonte, llamaré a mi primer hijo como él. Lo cual, admítelo, no es un infortunio, ya que su nombre es tipo duro y no Herbert. Pero, aún así.
Sonreí a sus ojos leonados.
Ella sonrío a los míos grises.
Entonces se tomó todo su Martini hasta el fondo de golpe.
Yo tomé de golpe mi agua.
Entonces pregunté,
- ¿Quieres bailar?
Ante lo cual Vivica respondió:
- Absolutamente.
Entonces colocamos nuestras bebidas a un lado y golpeamos la pista de baile.
- Si vacilas, me llamas.
Succioné el aliento.
Entonces acepté,
- Bien.
Sus ojos cayeron a mi mano, entonces de regreso a mí.
- ¿San Pellegrino? – preguntó.
- Joe no quiere que me embriague, - respondí.
Sonrió otra vez. Era lenta. Era conocedora. Y sus ojos se volvieron cálidos.
- Si le haces el feo, también me llamas.
Rodé mis ojos.
- No me importa si te hace firmar un contrato y demanda tu trasero por decírmelo. Quiero saber cómo es ese hombre en la cama.
- ¿Cómo hacemos con eso? – empecé a sugerir, - ¿establecemos un sistema de marcación justo ahora y de esa forma puso solo darte un número, que lo diga todo y me evito ser demandada?
- Uno, es mierda, no vale la pena discutirlo y estás botando su trasero pero mantienes el teléfono, los zapatos, los bolsos, los vestidos y etc. – dijo instantáneamente y siguió, - Dos, es mierda, pero mierda no tan mala es peor que perder el apartamento, el vehículo y la sección VIP. Tres, aún es una mierda, pero hay momentos. Cuatro, es de alguna forma mierda, pero solo porque piensas que es nuevo y además otro vendrá y estará mejor. Cinco, promedio y práctico. Seis, ligeramente por encima del promedio y prometedor. Siete, te hizo de alguna forma feliz, pero hay lugar para mejora. Ocho, todo bien, y posiblemente a volverse mejor. Nueve, estremeció tu mundo. Diez, creó uno totalmente nuevo y nunca quieres subir por aire. ¿Funciona para ti?
- No estoy segura de recordar todo.
- Bien, no te preocupes tanto. Te daré una refrescada cuando el momento llegue.
Lo haría.
Estallé en risas.
Viv deslizó su brazo alrededor de mi cintura, me jaló más cerca y estalló en risas también.
Deslicé los míos alrededor de su cintura y una vez paré de reír, tomé un sorbo de mi San Pellegrino con limón en el.
Entonces giré mi cabeza, echándola hacia atrás el centímetro que tenía para encontrar los ojos de mi chica, me incliné cerca y susurré:
- Te quiero tanto.
- Y también yo te quiero. Y, nena, déjame decirte, este chico es real, no juega contigo y cumple la promesa que todo a su alrededor grita, -estaré sobre mis rodillas y gracias a Dios-. Porque desde que naciste, te mereces algo genial. Y desde que tenías siete años, tuviste mierda y entonces trabajaste tu trasero por cada pequeño trozo de bien que pudieras ganar. Y si él es finalmente el sol en tu horizonte, llamaré a mi primer hijo como él. Lo cual, admítelo, no es un infortunio, ya que su nombre es tipo duro y no Herbert. Pero, aún así.
Sonreí a sus ojos leonados.
Ella sonrío a los míos grises.
Entonces se tomó todo su Martini hasta el fondo de golpe.
Yo tomé de golpe mi agua.
Entonces pregunté,
- ¿Quieres bailar?
Ante lo cual Vivica respondió:
- Absolutamente.
Entonces colocamos nuestras bebidas a un lado y golpeamos la pista de baile.
*****
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Quince minutos después, sobre la pista de baile, sentí una mano en la parte pequeña de mi espalda que no se movió.
Giré mi cuello y parpadeé hacia Hulk. Se inclinó hacia adelante y gritó en mi oído:
- Joe te quiere fuera de la pista de baile.
Posiblemente no lo había oído correctamente.
Así que me incliné hacia él, aún balanceándome con la música y gritando en respuesta:
- ¿Qué?
Mantuvo su boca en mi oído, la mano en la parte pequeña de mi espalda y repitió:
- Mujer, Joe te quiere fuera de la pista de baile.
Me eché hacia atrás, atrapando sus ojos y pregunté:
- ¿Fuera?
Asintió.
- Sip.
- ¿La pista de baile?
Otro asentimiento.
- Sip.
¿Qué en la tierra?
- ¿Por qué? – pregunté.
- Yo no pregunto, solo lo hago. Y Joe te quiere fuera de la pista de baile.
Me incliné hacia él y grité:
- ¿Qué si no voy?
- Entonces te cargaré hacia su oficina, te encerraré dentro, le diré que declinaste y te dejaré para explicar por qué lo hiciste.
Oh Dios.
Miré hacia arriba hacia la ventana de la oficina de Joe.
No sabía qué hacer. Me gustaba bailar. No me gustaba que me dijeran que no podía. No del todo. Pero esta era su fiesta y había pagado por ella en un montón de formas, lo cual era algo que en ese momento no me gustaba.
Mierda.
Miré a Hulk.
Me cargaría a la oficina de Joe. Totalmente.
¡Mierda!
Me giré hacia Vivica quien estaba moviéndose pero mirando y puse mis manos en mi boca.
- Voy a volver a la sección, - grité.
Sus ojos cambiaron de Hulk hacia mí.
Entonces sus manos fueron a su boca y gritó en respuesta,
- Como dije. Aguanta la mierda.
Entonces se balanceó lejos y empezó a quebrar un movimiento que era tan de Viv. Podía bailar sola y entrar en ello y ni siquiera tendría que estar achispada.
Hulk me escoltó a la sección VIP.
Volví a mi San Pellegrino y miré hacia arriba a la ventana de Joe.
Entonces tomé muchas respiraciones profundas.
Correcto, okey.
Hablar con él. Preguntarle qué pasa. Escuchar.
Entonces decidir.
Un par de mis amigos vagaron hacia mí y volví a tener otro tipo de diversión que no involucraba el alcohol o bailar.
Giré mi cuello y parpadeé hacia Hulk. Se inclinó hacia adelante y gritó en mi oído:
- Joe te quiere fuera de la pista de baile.
Posiblemente no lo había oído correctamente.
Así que me incliné hacia él, aún balanceándome con la música y gritando en respuesta:
- ¿Qué?
Mantuvo su boca en mi oído, la mano en la parte pequeña de mi espalda y repitió:
- Mujer, Joe te quiere fuera de la pista de baile.
Me eché hacia atrás, atrapando sus ojos y pregunté:
- ¿Fuera?
Asintió.
- Sip.
- ¿La pista de baile?
Otro asentimiento.
- Sip.
¿Qué en la tierra?
- ¿Por qué? – pregunté.
- Yo no pregunto, solo lo hago. Y Joe te quiere fuera de la pista de baile.
Me incliné hacia él y grité:
- ¿Qué si no voy?
- Entonces te cargaré hacia su oficina, te encerraré dentro, le diré que declinaste y te dejaré para explicar por qué lo hiciste.
Oh Dios.
Miré hacia arriba hacia la ventana de la oficina de Joe.
No sabía qué hacer. Me gustaba bailar. No me gustaba que me dijeran que no podía. No del todo. Pero esta era su fiesta y había pagado por ella en un montón de formas, lo cual era algo que en ese momento no me gustaba.
Mierda.
Miré a Hulk.
Me cargaría a la oficina de Joe. Totalmente.
¡Mierda!
Me giré hacia Vivica quien estaba moviéndose pero mirando y puse mis manos en mi boca.
- Voy a volver a la sección, - grité.
Sus ojos cambiaron de Hulk hacia mí.
Entonces sus manos fueron a su boca y gritó en respuesta,
- Como dije. Aguanta la mierda.
Entonces se balanceó lejos y empezó a quebrar un movimiento que era tan de Viv. Podía bailar sola y entrar en ello y ni siquiera tendría que estar achispada.
Hulk me escoltó a la sección VIP.
Volví a mi San Pellegrino y miré hacia arriba a la ventana de Joe.
Entonces tomé muchas respiraciones profundas.
Correcto, okey.
Hablar con él. Preguntarle qué pasa. Escuchar.
Entonces decidir.
Un par de mis amigos vagaron hacia mí y volví a tener otro tipo de diversión que no involucraba el alcohol o bailar.
*****
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
El club se estaba vaciando y yo estaba parada en la ventana de Joe mirándolo.
Hulk me había escoltado hacia arriba, a la oficina vacía de Joe antes de poder escoltar a una Saldrine hecha una mierda y a una Vivica no hecha una mierda pero definitivamente feliz hacia afuera de regreso al auto que esperaba para llevarlas a casa.
Todos mis amigos se habían ido, eran después de las tres de la mañana y mi noche con Joe estaba comenzando finalmente.
Mientras miraba hacia afuera por la ventana, incluso a pesar de que las luces estaban encendidas, la música estaba apagada, los rezagados estaban juntando sus cosas y saliendo como ratones y el personal estaba empezando a limpiar todo, estaba fascinada. Y desde que había estado parada allí por la última media hora antes de que las luces se encendieran y la música se apagara, había estado fascinada por bastante tiempo. De hecho, había mucho pasando, demasiado para ver, demasiada gente y era tan fácil verlo todo desde este punto de ventaja, me di cuenta que podía mirarlo por horas y nunca aburrirme.
La única cosa que me aburría era que podías ver todo, absolutamente todo. Y si eras un manipulador y rico propietario de un club quien escoger y elegir, podías quedarte allí y seleccionar tu bufet de gatitas.
Incluso podías ver a tu nueva novia bailando y enviar a tu lacayo para que la detuviera por un capricho.
Ante este pensamiento, la puerta se abrió. Giré mi cuello y observé a Joe entrar.
Apestaba realmente que de alguna forma luciera simplemente así de bueno en traje como lo había hecho en una camiseta descolorida y jeans. Y apestaba porque no podía decidir cómo lucía mejor Joe.
- Oye, nena, - dijo mientras cerraba la puerta detrás de él.
- Me gusta bailar, - borboteé y su cabeza se inclinó a un lado.
Sostuvo mi mirada y lo hizo por algún tiempo mientras esperaba.
Entonces dijo:
- Correcto, es momento de hablar de esto, de cualquier forma.
Entonces caminó hacia su escritorio.
Miré pensando, ¿Hablar sobre qué?
Se sentó detrás de su escritorio y ordenó.
- Ven aquí, ___________________.
Me giré desde la ventana, caminé hacia su escritorio y me detuve en el lado opuesto pero permanecí parada.
Recostado hacia atrás en su silla, mirándome hacia arriba, se quedó quieto.
- Nena, dije, ven aquí.
- Estoy aquí, - repliqué.
- Estás allá, - respondió con una inclinación de su cabeza hacia mí entonces gesticuló hacia su regazo con una mano. – Te quiero aquí.
Oh, chico.
Presioné mis labios juntos. Entonces me moví alrededor del escritorio.
Cuando estaba a poca distancia de alcance, se estiró. Envolviendo su brazo alrededor de mi cintura, lenta y gentilmente, me guió allí, girándome entonces tirando de mí hacia su regazo así que tenía mis piernas sobre un brazo de la silla, mi espalda descansaba contra la otra, mi trasero en su regazo y ambos brazos suyos alrededor de mí.
- Bien, ___________________, nena, antes de que te lleve a casa, a mi cama, es importante que me entiendas, - dijo tranquilamente.
Lo miré y cuando no siguió, asentí.
- Pienso que entiendes por las veces que has estado conmigo, que me gusta el control.
Bien, entiendo eso correctamente.
Asentí otra vez.
- Correcto. – Sus brazos me dieron un apretón, entonces una mano se deslizó ligeramente hacia arriba por mi brazo, causando que se pusiera en carne de gallina todo el camino hasta arriba y finalmente se detuvo en mi cuello donde curvó sus dedos alrededor. Entonces hundió su rostro cerca del mío. – Lo que necesitas entender es que me… gusta… el control. En todas las cosas.
Hulk me había escoltado hacia arriba, a la oficina vacía de Joe antes de poder escoltar a una Saldrine hecha una mierda y a una Vivica no hecha una mierda pero definitivamente feliz hacia afuera de regreso al auto que esperaba para llevarlas a casa.
Todos mis amigos se habían ido, eran después de las tres de la mañana y mi noche con Joe estaba comenzando finalmente.
Mientras miraba hacia afuera por la ventana, incluso a pesar de que las luces estaban encendidas, la música estaba apagada, los rezagados estaban juntando sus cosas y saliendo como ratones y el personal estaba empezando a limpiar todo, estaba fascinada. Y desde que había estado parada allí por la última media hora antes de que las luces se encendieran y la música se apagara, había estado fascinada por bastante tiempo. De hecho, había mucho pasando, demasiado para ver, demasiada gente y era tan fácil verlo todo desde este punto de ventaja, me di cuenta que podía mirarlo por horas y nunca aburrirme.
La única cosa que me aburría era que podías ver todo, absolutamente todo. Y si eras un manipulador y rico propietario de un club quien escoger y elegir, podías quedarte allí y seleccionar tu bufet de gatitas.
Incluso podías ver a tu nueva novia bailando y enviar a tu lacayo para que la detuviera por un capricho.
Ante este pensamiento, la puerta se abrió. Giré mi cuello y observé a Joe entrar.
Apestaba realmente que de alguna forma luciera simplemente así de bueno en traje como lo había hecho en una camiseta descolorida y jeans. Y apestaba porque no podía decidir cómo lucía mejor Joe.
- Oye, nena, - dijo mientras cerraba la puerta detrás de él.
- Me gusta bailar, - borboteé y su cabeza se inclinó a un lado.
Sostuvo mi mirada y lo hizo por algún tiempo mientras esperaba.
Entonces dijo:
- Correcto, es momento de hablar de esto, de cualquier forma.
Entonces caminó hacia su escritorio.
Miré pensando, ¿Hablar sobre qué?
Se sentó detrás de su escritorio y ordenó.
- Ven aquí, ___________________.
Me giré desde la ventana, caminé hacia su escritorio y me detuve en el lado opuesto pero permanecí parada.
Recostado hacia atrás en su silla, mirándome hacia arriba, se quedó quieto.
- Nena, dije, ven aquí.
- Estoy aquí, - repliqué.
- Estás allá, - respondió con una inclinación de su cabeza hacia mí entonces gesticuló hacia su regazo con una mano. – Te quiero aquí.
Oh, chico.
Presioné mis labios juntos. Entonces me moví alrededor del escritorio.
Cuando estaba a poca distancia de alcance, se estiró. Envolviendo su brazo alrededor de mi cintura, lenta y gentilmente, me guió allí, girándome entonces tirando de mí hacia su regazo así que tenía mis piernas sobre un brazo de la silla, mi espalda descansaba contra la otra, mi trasero en su regazo y ambos brazos suyos alrededor de mí.
- Bien, ___________________, nena, antes de que te lleve a casa, a mi cama, es importante que me entiendas, - dijo tranquilamente.
Lo miré y cuando no siguió, asentí.
- Pienso que entiendes por las veces que has estado conmigo, que me gusta el control.
Bien, entiendo eso correctamente.
Asentí otra vez.
- Correcto. – Sus brazos me dieron un apretón, entonces una mano se deslizó ligeramente hacia arriba por mi brazo, causando que se pusiera en carne de gallina todo el camino hasta arriba y finalmente se detuvo en mi cuello donde curvó sus dedos alrededor. Entonces hundió su rostro cerca del mío. – Lo que necesitas entender es que me… gusta… el control. En todas las cosas.
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
- Bien, - susurré.
- Así que si le dijo a mi mujer que no beba, ella no bebe. Si le digo que no baile, no baila. Hago esto por mis propias razones y tú consientes. No lo haces, no me respondes. Y, nena, no quieres replicarme.
Correcto, bien.
Esto no me gusta.
- Joe…
Su mano en mi cuello apretó gentilmente y su rostro se acercó más.
- No voy a herirte. Nunca te haría daño. No de la forma en que estás pensando. Pero te haré pagar la forma en que pagarás podría involucrar dolor.
Oh mi Dios.
- ¿Qué? – suspiré.
- Un ejemplo, para que lo entiendas, lo sabías desde antes, si le hubieras dicho a Kurt que bailarías de todos modos, justo ahora estarías sobre mis rodillas de una forma diferente. ¿me entiendes?
Oh. Mi. Dios.
Mi cuerpo se quedó quieto.
Joe lo tiró más cerca.
- El castigo se ajusta al crimen, ___________________. Nada duradero, sin marcas y no durará muchas horas. Y después, siempre, cuidaré de ti. Esta noche, te ve bien, ese vestido luce bien en ti y los ojos de los hombres estaban sobre ti. No me gusta eso. En tu sección, pueden mirar, pueden ver, no pueden acercarse. En la pista de baile, ellos ven más, moviéndote de la forma en que bailas, les das más para ver y pueden acercarse. Eres mía. Nadie toca lo que es mío, acercarse a lo que es mío, ni siquiera piensan en eso. Tú en esa pista de baile, los vi mirarte y sabía que estaban pensando en ello. Eso me molestó. Lo detuve. Si no lo entiendes ahora, no voy a pedirte que hagas algo que te haga sentir incómoda. Solo te pediré que hagas alguna mierda o no hagas alguna mierda que es importante para mí. Si soy importante para ti, la harás. Y es todo lo mismo cuando estamos en la cama.
No dije nada, no podía pensar en qué decir. Solo lo miré fijamente.
Joe siguió hablando.
- Si me complaces, te complaceré. Si haces lo que te digo que hagas, cuidaré de ti. Si desobedeces o actúas por tu cuenta, te castigaré, entonces cuidaré de ti. – Su pulgar barrió mi mandíbula y suspiré, - Y si te gustan tus castigos, actúa todo lo voluntariosa que quieras, nena, entonces te los daré, pero siempre cuidaré de ti.
¿Estaba loco?
¿O solo era pervertido?
- ¿Estás en lo del SM? – Susurré.
Se movió hacia atrás un centímetro.
- Lo que yo hago no tiene marcas. En lo que estoy es el control. No conduces mi auto. No te emborrachas cuando quiero follarte sobria. No bailas si te digo que no lo hagas. No estoy en nada pervertido, animales, cera de velas, juguetes, cuchillos, sangre, agujas, pinzas, estrangulación, y definitivamente ninguna mierda que vaya más allá de todo eso. No es una elección de estilo de vida, salas de juegos y herramientas. No es una inclinación. Es vida. Te dije que pido muy poco de ti, nena, y esto es lo que te estoy pidiendo. Que entiendas esto de mí, que me lo des y si la jodes, que tomes tu castigo y seguimos adelante. Si te gusta, quieres hacerlo un juego, entiendes mis límites, entenderás como manejo el castigo, sabrás qué estás comprando. Si lo compras, te lo daré. No lo necesito pero me gusta y si quieres este juego, lo diré, directamente, seré feliz de jugarlo.
- ¿Y si no quiero este juego? – pregunté vacilante.
- Eso sería decepcionante, - respondió sin vacilar.
Lo estudié, mi corazón latiendo salvajemente y susurré.
- ¿Es esto lo que los vestidos, zapatos y el celular te compran?
Me congelé ante el cambio en su rostro y la furia en sus ojos mientras susurraba en respuesta.
- Eso, ___________________, confirma que me tienes, que justo ahora, tengas tu trasero desnudo para mí.
Oh Dios.
Presioné para alejarme.
Su brazo y mano se pusieron más apretados.
Paré de presionar y respiré profundamente.
- Si te quedas por mí, - gruñó, - tú, y solo tú, aprenderás por qué soy como soy. Nadie sabe. Nadie. Pero tú, ___________________, si tú te quedas conmigo, te mostraré. Y justo ahora, además. Te diré que estás lista para saber, pero no entiendes. Me gusta el control y tengo temperamento. Veo el mundo de cierta forma. Quiero mi mundo de una cierta forma. Y lo dispongo para conseguirlo. Si no lo hago, si no puedo controlarlo, aprovecharlo, las cosas pueden volverse feas. Así que lo hago. Cuando lo hago, quiero decir cuando te castigo, nunca pierdo el control porque lo que estoy haciendo es una liberación. Y la única vez que perderé el control es cuando finalmente esté dentro de ti y te gustará, te lo prometo.
Dios, ahora estaba excitando, sacándome de cuadro y poniéndome curiosa, ¡todo al mismo tiempo!
- Así que si le dijo a mi mujer que no beba, ella no bebe. Si le digo que no baile, no baila. Hago esto por mis propias razones y tú consientes. No lo haces, no me respondes. Y, nena, no quieres replicarme.
Correcto, bien.
Esto no me gusta.
- Joe…
Su mano en mi cuello apretó gentilmente y su rostro se acercó más.
- No voy a herirte. Nunca te haría daño. No de la forma en que estás pensando. Pero te haré pagar la forma en que pagarás podría involucrar dolor.
Oh mi Dios.
- ¿Qué? – suspiré.
- Un ejemplo, para que lo entiendas, lo sabías desde antes, si le hubieras dicho a Kurt que bailarías de todos modos, justo ahora estarías sobre mis rodillas de una forma diferente. ¿me entiendes?
Oh. Mi. Dios.
Mi cuerpo se quedó quieto.
Joe lo tiró más cerca.
- El castigo se ajusta al crimen, ___________________. Nada duradero, sin marcas y no durará muchas horas. Y después, siempre, cuidaré de ti. Esta noche, te ve bien, ese vestido luce bien en ti y los ojos de los hombres estaban sobre ti. No me gusta eso. En tu sección, pueden mirar, pueden ver, no pueden acercarse. En la pista de baile, ellos ven más, moviéndote de la forma en que bailas, les das más para ver y pueden acercarse. Eres mía. Nadie toca lo que es mío, acercarse a lo que es mío, ni siquiera piensan en eso. Tú en esa pista de baile, los vi mirarte y sabía que estaban pensando en ello. Eso me molestó. Lo detuve. Si no lo entiendes ahora, no voy a pedirte que hagas algo que te haga sentir incómoda. Solo te pediré que hagas alguna mierda o no hagas alguna mierda que es importante para mí. Si soy importante para ti, la harás. Y es todo lo mismo cuando estamos en la cama.
No dije nada, no podía pensar en qué decir. Solo lo miré fijamente.
Joe siguió hablando.
- Si me complaces, te complaceré. Si haces lo que te digo que hagas, cuidaré de ti. Si desobedeces o actúas por tu cuenta, te castigaré, entonces cuidaré de ti. – Su pulgar barrió mi mandíbula y suspiré, - Y si te gustan tus castigos, actúa todo lo voluntariosa que quieras, nena, entonces te los daré, pero siempre cuidaré de ti.
¿Estaba loco?
¿O solo era pervertido?
- ¿Estás en lo del SM? – Susurré.
Se movió hacia atrás un centímetro.
- Lo que yo hago no tiene marcas. En lo que estoy es el control. No conduces mi auto. No te emborrachas cuando quiero follarte sobria. No bailas si te digo que no lo hagas. No estoy en nada pervertido, animales, cera de velas, juguetes, cuchillos, sangre, agujas, pinzas, estrangulación, y definitivamente ninguna mierda que vaya más allá de todo eso. No es una elección de estilo de vida, salas de juegos y herramientas. No es una inclinación. Es vida. Te dije que pido muy poco de ti, nena, y esto es lo que te estoy pidiendo. Que entiendas esto de mí, que me lo des y si la jodes, que tomes tu castigo y seguimos adelante. Si te gusta, quieres hacerlo un juego, entiendes mis límites, entenderás como manejo el castigo, sabrás qué estás comprando. Si lo compras, te lo daré. No lo necesito pero me gusta y si quieres este juego, lo diré, directamente, seré feliz de jugarlo.
- ¿Y si no quiero este juego? – pregunté vacilante.
- Eso sería decepcionante, - respondió sin vacilar.
Lo estudié, mi corazón latiendo salvajemente y susurré.
- ¿Es esto lo que los vestidos, zapatos y el celular te compran?
Me congelé ante el cambio en su rostro y la furia en sus ojos mientras susurraba en respuesta.
- Eso, ___________________, confirma que me tienes, que justo ahora, tengas tu trasero desnudo para mí.
Oh Dios.
Presioné para alejarme.
Su brazo y mano se pusieron más apretados.
Paré de presionar y respiré profundamente.
- Si te quedas por mí, - gruñó, - tú, y solo tú, aprenderás por qué soy como soy. Nadie sabe. Nadie. Pero tú, ___________________, si tú te quedas conmigo, te mostraré. Y justo ahora, además. Te diré que estás lista para saber, pero no entiendes. Me gusta el control y tengo temperamento. Veo el mundo de cierta forma. Quiero mi mundo de una cierta forma. Y lo dispongo para conseguirlo. Si no lo hago, si no puedo controlarlo, aprovecharlo, las cosas pueden volverse feas. Así que lo hago. Cuando lo hago, quiero decir cuando te castigo, nunca pierdo el control porque lo que estoy haciendo es una liberación. Y la única vez que perderé el control es cuando finalmente esté dentro de ti y te gustará, te lo prometo.
Dios, ahora estaba excitando, sacándome de cuadro y poniéndome curiosa, ¡todo al mismo tiempo!
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Él tomó una respiración y la ira de deslizó fuera de sus ojos.
Entonces su pulgar se deslizó sobre mi mandíbula, su mano se movió arriba para ahuecarla y luego su pulgar se deslizó por mi mejilla y luego mis labios mientras sus ojos se sostenían los míos y susurró:
—Yo puedo hacerlo suave. Puedo hacerlo normal. Puedo y te lo haré de un montón de formas, nena. Y si tienes una preferencia, todo lo que tienes que hacer es pedir y si estoy de humor, te lo daré. Pero estás en mi cama, mi casa, mi auto, mi club, tienes que entender que yo soy el hombre, rendirte a eso y confiar en que siempre voy a cuidar de ti.
¿Hacérmelo de un montón de formas?
Pedí una aclaración.
—¿Te gusta, como, uhm… atarme? —Pregunté.
—¿Bondage? ¿Restricciones? ¿Mordazas? —Preguntó de vuela.
Asentí.
Él respondió. —Absolutamente.
Guau.
Eso sólo me excito y me causó curiosidad.
Mierda.
—Esto es… —Hice una pausa, —un poco, —busqué una palabra, —inusual.
Un lado de su boca se curvó hacia arriba.
—Sí. También lo soy yo.
—¿Puedo ser yo? —Pregunté y sus cejas se juntaron.
—¿Qué?
—Si yo estoy, um… rindiéndome a ti, no sé si… quiero decir, ¿puedo ser yo?
—Uh… sí.
—¿Cómo?
—Tú tendrás los límites.
—¿Sin ninguna explicación?
—Nena, Te compré ese teléfono porque necesitabas uno. Te compré esos vestidos porque de la forma que te vistes, sé que te gusta la ropa, pero no puedes permitirte la buena mierda, así que te conseguí la buena mierda que te gustaría, que te haría feliz. No hice nada de esa mierda para comprar nada de ti. Y yo haciendo algo agradable y tú insinuando que estoy comprándote no es genial. Así que, eso conseguiría el castigo de una manera que tendrías problemas sentándote por un par de días. Te dije que yo conduzco mi auto cuando estás en él. Seguiste empujando eso, sabiendo que expliqué eso, eso te conseguiría un castigo. Ya expliqué lo de la pista de baile. ¿No estás viendo el patrón de los límites aquí?
—Pero me gusta bailar, —susurré.
—Entonces pon música en mi casa y baila toda la mierda que quieras. Haz una fiesta y pídele a todos tus amigos que vengan y bailen. Sal con tus amigas no a mi club y baila. Pero si estás en tu sección en mi club, no bailas.
Esto no parecía tan malo.
—¿Así que no te importan los tipos mirando y acercándose en otros clubs?
—Nena, ellos podrían mirar pero no se acercarán. Te dije que salgas y bailes con tus amigas en otro club pero eso no significa que no pondré un hombre sobre ti. Lo haré y haré eso por tres razones. Una, no sólo tú sino ambas de tus amigas son hermosas y ya expliqué la receta para el desastre en el que estás por tu cuenta. Ustedes tres es una amenaza triple y me pone todo tipo de incómodo. Es un milagro que su escena de chicas con Nick fuera la primera que las tres tuvieran. Necesitas un hombre sobre ti y si vas a la ciudad pero no a tu sección en mi club, consigues uno. Dos, no quiero algún imbécil tocándote o acercándose a ti, a ti. Y si tengo un hombre sobre ti, eso no pasará. Y tres, él es tu aventón, ninguna tarifa de taxi, todas pueden estar molidas y todavía llegar a casa a salvo.
Seriamente, ¿cómo podía un hombre ser tan increíble y tan loco todo al mismo tiempo?
—Creo que necesito pensar en esto, Joe, —dije en voz baja.
—Entonces hazlo pero no creas que estás jodidamente haciéndolo sola en tu cama. He esperado una semana a que tu cuerpo esté bajo el mío entre mis sábanas y no voy a esperar más tiempo.
—No estoy segura— Empecé.
—No quieres que te folle esta noche, esperaré hasta la mañana cuando hayas dormido en ella y tú estarás de acuerdo. Pero mientras estés durmiendo en ella, lo estarás haciendo a mi lado.
Parpadeé.
Entonces me puse rígida.
Luego espeté:
—¿En serio?
Se inclinó, sonriendo.
¡Sonriendo!
—___________________, nena, pon al tanto la mierda. La primera vez que te conocí en adelante, he sido el hombre que expliqué esta noche. Y tú has aguantado, me seguiste, viniste a mí, me besaste y no querías dejarme ir. Esta noche, dije que ninguna bebida. Tú dijiste está bien. Esta noche, envié a Kurt para sacarte de la pista de baile. Yo vi, nena, y dejaste la maldita pista de baile. Hace menos de diez malditos minutos, te dije que vinieras aquí, no te acercaste lo suficiente, dejé claro que quería tu culo en mi regazo. Y nena, ahora mismo, sin una palabra de protesta, estás sentada con tu dulce culo en mi regazo. Entiendo esta mierda es intensa porque yo soy intenso, eso es todo el maldita trato. Entiendo que te tomará un tiempo para acostumbrarse a ello. Pero lo quieres. Joder, incluso te gusta. Simplemente no lo entiendes todavía. Pero lo harás.
Entonces su pulgar se deslizó sobre mi mandíbula, su mano se movió arriba para ahuecarla y luego su pulgar se deslizó por mi mejilla y luego mis labios mientras sus ojos se sostenían los míos y susurró:
—Yo puedo hacerlo suave. Puedo hacerlo normal. Puedo y te lo haré de un montón de formas, nena. Y si tienes una preferencia, todo lo que tienes que hacer es pedir y si estoy de humor, te lo daré. Pero estás en mi cama, mi casa, mi auto, mi club, tienes que entender que yo soy el hombre, rendirte a eso y confiar en que siempre voy a cuidar de ti.
¿Hacérmelo de un montón de formas?
Pedí una aclaración.
—¿Te gusta, como, uhm… atarme? —Pregunté.
—¿Bondage? ¿Restricciones? ¿Mordazas? —Preguntó de vuela.
Asentí.
Él respondió. —Absolutamente.
Guau.
Eso sólo me excito y me causó curiosidad.
Mierda.
—Esto es… —Hice una pausa, —un poco, —busqué una palabra, —inusual.
Un lado de su boca se curvó hacia arriba.
—Sí. También lo soy yo.
—¿Puedo ser yo? —Pregunté y sus cejas se juntaron.
—¿Qué?
—Si yo estoy, um… rindiéndome a ti, no sé si… quiero decir, ¿puedo ser yo?
—Uh… sí.
—¿Cómo?
—Tú tendrás los límites.
—¿Sin ninguna explicación?
—Nena, Te compré ese teléfono porque necesitabas uno. Te compré esos vestidos porque de la forma que te vistes, sé que te gusta la ropa, pero no puedes permitirte la buena mierda, así que te conseguí la buena mierda que te gustaría, que te haría feliz. No hice nada de esa mierda para comprar nada de ti. Y yo haciendo algo agradable y tú insinuando que estoy comprándote no es genial. Así que, eso conseguiría el castigo de una manera que tendrías problemas sentándote por un par de días. Te dije que yo conduzco mi auto cuando estás en él. Seguiste empujando eso, sabiendo que expliqué eso, eso te conseguiría un castigo. Ya expliqué lo de la pista de baile. ¿No estás viendo el patrón de los límites aquí?
—Pero me gusta bailar, —susurré.
—Entonces pon música en mi casa y baila toda la mierda que quieras. Haz una fiesta y pídele a todos tus amigos que vengan y bailen. Sal con tus amigas no a mi club y baila. Pero si estás en tu sección en mi club, no bailas.
Esto no parecía tan malo.
—¿Así que no te importan los tipos mirando y acercándose en otros clubs?
—Nena, ellos podrían mirar pero no se acercarán. Te dije que salgas y bailes con tus amigas en otro club pero eso no significa que no pondré un hombre sobre ti. Lo haré y haré eso por tres razones. Una, no sólo tú sino ambas de tus amigas son hermosas y ya expliqué la receta para el desastre en el que estás por tu cuenta. Ustedes tres es una amenaza triple y me pone todo tipo de incómodo. Es un milagro que su escena de chicas con Nick fuera la primera que las tres tuvieran. Necesitas un hombre sobre ti y si vas a la ciudad pero no a tu sección en mi club, consigues uno. Dos, no quiero algún imbécil tocándote o acercándose a ti, a ti. Y si tengo un hombre sobre ti, eso no pasará. Y tres, él es tu aventón, ninguna tarifa de taxi, todas pueden estar molidas y todavía llegar a casa a salvo.
Seriamente, ¿cómo podía un hombre ser tan increíble y tan loco todo al mismo tiempo?
—Creo que necesito pensar en esto, Joe, —dije en voz baja.
—Entonces hazlo pero no creas que estás jodidamente haciéndolo sola en tu cama. He esperado una semana a que tu cuerpo esté bajo el mío entre mis sábanas y no voy a esperar más tiempo.
—No estoy segura— Empecé.
—No quieres que te folle esta noche, esperaré hasta la mañana cuando hayas dormido en ella y tú estarás de acuerdo. Pero mientras estés durmiendo en ella, lo estarás haciendo a mi lado.
Parpadeé.
Entonces me puse rígida.
Luego espeté:
—¿En serio?
Se inclinó, sonriendo.
¡Sonriendo!
—___________________, nena, pon al tanto la mierda. La primera vez que te conocí en adelante, he sido el hombre que expliqué esta noche. Y tú has aguantado, me seguiste, viniste a mí, me besaste y no querías dejarme ir. Esta noche, dije que ninguna bebida. Tú dijiste está bien. Esta noche, envié a Kurt para sacarte de la pista de baile. Yo vi, nena, y dejaste la maldita pista de baile. Hace menos de diez malditos minutos, te dije que vinieras aquí, no te acercaste lo suficiente, dejé claro que quería tu culo en mi regazo. Y nena, ahora mismo, sin una palabra de protesta, estás sentada con tu dulce culo en mi regazo. Entiendo esta mierda es intensa porque yo soy intenso, eso es todo el maldita trato. Entiendo que te tomará un tiempo para acostumbrarse a ello. Pero lo quieres. Joder, incluso te gusta. Simplemente no lo entiendes todavía. Pero lo harás.
jamileth
Re: JOE joe y tu TERMINADA
Joe Sebring me había asustado a menudo. Me había confundido tal vez más. Él totalmente me ponía frenética. También había sido muy dulce. Y ahora estaba siendo todos ellos. Excepto tal vez la parte dulce pero un poco de eso también, ya que estaba siendo honesto conmigo, exponiéndolo honestamente y tomándose el tiempo para explicar. Aunque él creía que el final era inevitable, su arrogancia no vino como una sorpresa ya que él había sido así antes. Además, yo no podía culparlo por eso porque lo que dijo tenía absolutamente la razón.
Yo quería saber sus secretos. Sólo quería saber más sobre él. Me gustaba pasar tiempo con él.
Pero todavía me ponía frenética.
—¿Qué está trabajando en esa cabeza tuya? —Preguntó suavemente y me di cuenta que había ido desenfocada, así que me centré en él.
—Tú me asustas, me confundes, me pones frenética y también eres dulce, así que no sé qué hacer contigo.
Él era honesto, yo podría serlo también.
—Está bien, nena, —susurró, su pulgar deslizándose de nuevo a través de mis labios, mi mejilla y luego apretó sus dedos suavemente en mi mandíbula mientras continuó—: otro bonus. Me tomas como soy, yo tomo la carga de tú teniendo que preguntar todo el tiempo qué hacer.
Allí estaba. Confusión de nuevo.
—¿Perdón? —Le susurré.
—Has llevado una carga pesada por un largo maldito tiempo, ___________________. Tú confías en mí, yo tomo esa carga. No mires en esta mierda, preguntes por ahí y hagas suposiciones. No estás usando ese vestido porque yo soy lo que se considera un clásico Dominante. Te vistes sola. Comes lo que quieres. Vives tu vida. Pero confía en mí, tú sigues dejándome entrar, yo comparto tu carga. Y tú te entregar a mí, lo resolvemos a largo plazo, lo juro, nena, estaré feliz de tomarlo todo y dejarte vivir libre.
Y ahí estaba. Dulce.
Mi tensión se escapo mientras mi vientre se derretía y susurré:
—Joe...
—___________________, nena, quiero llevarte a casa, pero todavía tengo mierda que hacer. Y yo quiero que te sientes justo donde estás mientras lo hago. Entonces te llevaré a casa. Luego te llevaré a la cama. Entonces dormiras conmigo. Ya hemos terminado de hablar. Lo expuse. Tú me entiendes. Te voy a dar tiempo. Mañana, tú decides.
Lamí mis labios.
El pulgar de Joe acarició mi mejilla.
Entonces, no se me escapó todo lo que dijo de mí, de él, de cómo yo estaba con él ya, cuando susurré:
—Está bien.
Uno de los lados de sus labios se curvó hacia arriba y supe que no pasó desapercibido para él tampoco. Luego se sentó hacia atrás, sacó su teléfono del bolsillo interior de su chaqueta y golpeó algunos botones.
Y como estuve de acuerdo, me senté en su regazo mientras él hacía la mierda que tenía que hacer.
bueno chicas hasta aqui les subo .... me faltan subirles algunos pero aqui ya estan otros bueno gracias por los comentarios :D
y lo siento por no haer subido pero me fui de viaje
bayyyyy :bye:
Yo quería saber sus secretos. Sólo quería saber más sobre él. Me gustaba pasar tiempo con él.
Pero todavía me ponía frenética.
—¿Qué está trabajando en esa cabeza tuya? —Preguntó suavemente y me di cuenta que había ido desenfocada, así que me centré en él.
—Tú me asustas, me confundes, me pones frenética y también eres dulce, así que no sé qué hacer contigo.
Él era honesto, yo podría serlo también.
—Está bien, nena, —susurró, su pulgar deslizándose de nuevo a través de mis labios, mi mejilla y luego apretó sus dedos suavemente en mi mandíbula mientras continuó—: otro bonus. Me tomas como soy, yo tomo la carga de tú teniendo que preguntar todo el tiempo qué hacer.
Allí estaba. Confusión de nuevo.
—¿Perdón? —Le susurré.
—Has llevado una carga pesada por un largo maldito tiempo, ___________________. Tú confías en mí, yo tomo esa carga. No mires en esta mierda, preguntes por ahí y hagas suposiciones. No estás usando ese vestido porque yo soy lo que se considera un clásico Dominante. Te vistes sola. Comes lo que quieres. Vives tu vida. Pero confía en mí, tú sigues dejándome entrar, yo comparto tu carga. Y tú te entregar a mí, lo resolvemos a largo plazo, lo juro, nena, estaré feliz de tomarlo todo y dejarte vivir libre.
Y ahí estaba. Dulce.
Mi tensión se escapo mientras mi vientre se derretía y susurré:
—Joe...
—___________________, nena, quiero llevarte a casa, pero todavía tengo mierda que hacer. Y yo quiero que te sientes justo donde estás mientras lo hago. Entonces te llevaré a casa. Luego te llevaré a la cama. Entonces dormiras conmigo. Ya hemos terminado de hablar. Lo expuse. Tú me entiendes. Te voy a dar tiempo. Mañana, tú decides.
Lamí mis labios.
El pulgar de Joe acarició mi mejilla.
Entonces, no se me escapó todo lo que dijo de mí, de él, de cómo yo estaba con él ya, cuando susurré:
—Está bien.
Uno de los lados de sus labios se curvó hacia arriba y supe que no pasó desapercibido para él tampoco. Luego se sentó hacia atrás, sacó su teléfono del bolsillo interior de su chaqueta y golpeó algunos botones.
Y como estuve de acuerdo, me senté en su regazo mientras él hacía la mierda que tenía que hacer.
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y lo siento por no haer subido pero me fui de viaje
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jamileth
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