Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 15 de 27. • Comparte
Página 15 de 27. • 1 ... 9 ... 14, 15, 16 ... 21 ... 27
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
ForJoeJonas escribió:joe_love escribió:Olaa! Soy Albaa y bueno solo decirtee...QUE ME ENCANTTAA TU NOVEE!
Yo tambiien soy Españolaa aunque vivo en Madrid.
Sigueelaa Pliiss! :D
Bienvenida Alba! Yo soy Ade, encantada de conocerte! Estoy super contenta de que se pase por aqui otra española!! :)
Tienes Facebook? ^^
Por cierto chicas! QUE TAMBIEN TENGO MESSENGER!!! jajajajajajaja
Es que como siempre ando diciendo del Facebook... ¬¬
JAJAJAJAJAJA! Ps pasalo, loca! :risa:
Kat
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Para las que me quieran agregar!
decodemyparanoid(arroba)hotmail.com
decodemyparanoid(arroba)hotmail.com
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Jajaja. Igualmente! Facebook? Si si tengo...aunque abandonado...no me acuerdo ni de la contraseñaa! Jajaja. Si algun diaa me acuerdo te lo pido y te agrego vaa?
Anddaa subee un capp....
Besitoos :)
Anddaa subee un capp....
Besitoos :)
joe_love
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
SIGUE!!!!!!!!!!!!!!
YA KIERO K VENGA LA ACCION :twisted: :twisted: :twisted:
YA KIERO K VENGA LA ACCION :twisted: :twisted: :twisted:
♫ Laura Jonas ♥
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
eso , eso , la accion no le vine mal a nadie! :twisted:
Aly
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
PERVERTIDAS QUE SON TODAS!!
Ay yo tambien lo soy!! Y me encantaaaaaaaaaa!!!!
Alba no te preocupes corazon! Jaajajaja! Si quieres me puedes agregar al MSN: decodemyparanoid(arroba)hotmail.com
Ahora les subo cap, AGREGUENME LA QUE QUIERA!!
Ay yo tambien lo soy!! Y me encantaaaaaaaaaa!!!!
Alba no te preocupes corazon! Jaajajaja! Si quieres me puedes agregar al MSN: decodemyparanoid(arroba)hotmail.com
Ahora les subo cap, AGREGUENME LA QUE QUIERA!!
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
XDDDDDDDDDDDDDDDDDD
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII :twisted: :twisted:
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII :twisted: :twisted:
♫ Laura Jonas ♥
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
¡SEEEH ACCIÓN DE LA QUE ME GUSTAA!
¡Pelea en la camaaa! Jojojo :¬w¬:
Ay señooor! QUIERO CAPS MI ADE CORRE CORRE!
¡Pelea en la camaaa! Jojojo :¬w¬:
Ay señooor! QUIERO CAPS MI ADE CORRE CORRE!
Kat
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
SIIIIII
VIVA LAS PJAP (PERVERTIDAS JONATICAS AL PODER)!!!!!
Cpitulo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
VIVA LAS PJAP (PERVERTIDAS JONATICAS AL PODER)!!!!!
Cpitulo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Aly
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
KatitaDeJonas escribió:¡SEEEH ACCIÓN DE LA QUE ME GUSTAA!
¡Pelea en la camaaa! Jojojo :¬w¬:
Ay señooor! QUIERO CAPS MI ADE CORRE CORRE!
KATY , KATY , QUE PERVERTIDA PORFAVOR ! CON LO SANTA QUE SOY YO...
A QUIEN VAMOS A ENGAÑAR!!!!!
KATY Y ALY PERVERTIDAS POR LOS JONAS POR SIEMPRE!!
Aly
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
oye girl , hacedme un favor plis .
pasaos por mi nueva nove , se llama extasis y opinad vale niñas?
os quiero mucho besotes!
ADE !!!! SUBE EL CAPITULO YA!!! QUE ME DESESPERO!!!
pasaos por mi nueva nove , se llama extasis y opinad vale niñas?
os quiero mucho besotes!
ADE !!!! SUBE EL CAPITULO YA!!! QUE ME DESESPERO!!!
Aly
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Bueno, ya les voy a subir el capi tan esperado pero antes... quiero dedicarles este capi a todas peeeeero en especial a Flor y a Fii, porque son mis genialosas amigas a las que tanto quiero y siempre han estado ahi en mis noves y yo en las suyas y porque somos el TEAM RC! Las quiero mis amoreeeeees!
Ahora si... su capi chicas!
ENJOY IT!
-Hace tanto tiempo, Joe... Estoy asustada.
-¿Serviría de algo si te dijera que yo también?
-No sé.
-______ -acercándose a ella, le puso las manos sobre los hombros-. Mírame -ella hizo lo que le pedía; sus ojos, claros y grandes, tenían una expresión doliente-. Quiero que estés segura, porque no deseo que te arrepientas por la mañana. Dime qué quieres.
Su vida parecía ser una serie de decisiones sin fin. No había nadie que le dijera qué estaba bien y qué mal. Como de costumbre, se recordó que, una vez tomada la decisión, sería ella quien tendría que afrontar las consecuencias y aceptar la responsabilidad.
-Quédate conmigo esta noche -musitó-. Quiero estar contigo.
Capítulo 8
Joe tomó la cara de ______ entre sus manos y la sintió temblar. Al rozarse sus labios, la oyó suspirar y supo que siempre recordaría aquel instante, su rendición, su deseo, su vulnerabilidad.
La casa estaba en silencio. Joe deseó poder ofrecerle música. El olor de las rosas que ella había puesto en el jarrón palidecía junto a la fragancia a jardín que le parecía que emanaba de ella. La lámpara difundía una luz intensa. Joe no habría preferido los secretos de la oscuridad, pero sí la misteriosa luz de las velas.
¿Cómo podía explicarle que, lo que estaban a punto de darse el uno al otro, no era algo insignificante ni ordinario? ¿Cómo podía hacerle comprender que llevaba toda la vida esperando aquel momento? No sabía si daría con las palabras justas, ni si esas palabras tocarían el corazón de ______. Así pues, tendría que demostrárselo.
Sin dejar de besarla, la levantó en sus brazos. Ella dejó escapar un leve gemido de sorpresa, pero se abrazó a su cuello.
-Joe...
-Como caballero blanco, no valgo mucho -la miró sonriendo inquisitivamente-. Pero, por esta noche, fingiremos lo contrario.
Parecía un héroe, fuerte e increíblemente dulce. Las pocas dudas que aún tenía ______ se desvanecieron por completo.
-No necesito un caballero blanco.
-Esta noche, yo quiero serlo para ti -la besó una vez más antes de llevarla al dormitorio.
Una parte de él la deseaba hasta tal punto, que el deseo de tumbarla sobre la cama y cubrirla con su cuerpo le causaba dolor. Había veces en que el amor se desataba veloz, incluso violento. Joe lo sabía y sabía que ______ lo entendería. Pero la dejó de pie en el suelo, junto a la cama, y la tomó de la mano, apartándose un poco.
-La luz.
-Pero...
-Quiero verte, ______.
Era absurdo sentir vergüenza. Ella sabía que sería un error permitir que aquel instante pasara en la oscuridad, indiferenciadamente. Estiró un brazo hacia la lámpara de la mesita de noche y la encendió.
La luz los inundó de pronto, sorprendiéndolos a ambos de pie, tomados de la mano, mirándose a los ojos. ______ sintió que el pánico volvía a asaltarla, llamando a golpes a su corazón y a su cabeza. Entonces él la tocó, y el ruido cesó. Joe le quitó los pendientes y, al dejarlos sobre la mesita de noche, el metal tintineó suavemente sobre la madera. ______ se sofocó como si, de un solo gesto, Joe la hubiera desnudado por completo. Él fue a desabrocharle el cinturón, pero se detuvo al ver que las manos de ______ se dirigían, trémulas, hacia el suyo.
-No te haré daño.
-Lo sé.
Ella apartó las manos. Joe le desabrochó el cinturón y lo dejó caer al suelo. Al besarla de nuevo, ______ le rodeó la cintura con los brazos y se dejó llevar por el deseo.
Aquello era lo que quería. No podía mentirse a sí misma, ni buscar excusas. Por una noche, quería pensar y que pensaran en ella solamente como mujer. Sentirse deseada, dar placer, causar asombro. Cuando sus bocas se separaron, se encontraron sus ojos. Y ella sonrió.
-Estaba esperando eso -poseído por un placer tan intenso que apenas podía describirlo, él acercó un dedo a sus labios.
-¿El qué?
-Que sonrieras cuando te beso -acercó la mano a su cara-. Intentémoslo otra vez.
Esta vez, el beso se hizo más profundo y pareció rozar territorios ignotos. ______ alzó las manos hasta los hombros de Joe y, deslizándolas por ellos, rodeó su cuello. Él sintió el contacto de sus dedos, tímido al principio, más confiado después.
-¿Todavía tienes miedo?
-No -ella sonrió de nuevo-. Sí, un poco. No sé... -apartó la mirada, y él hizo que volviera a mirarlo.
-¿Qué?
-No sé qué hacer. Lo que te gusta.
Joe se sintió vencido y asombrado por sus palabras. Había dicho que ella le importaba, y era cierto. Pero, en ese instante, su corazón, que había estado vacilando al filo de un abismo, se precipitó sin remedio en el amor.
-______, me dejas sin palabras -la atrajo hacia sí con fuerza, sosteniéndola entre sus brazos-. Esta noche, haz lo que te apetezca. Todo irá bien.
Él empezó por besarle el cabello, absorbiendo aquel olor que tanto lo atraía. Ya no era necesaria la seducción. Ambos sabían lo que querían. Joe sentía el corazón de ______ latiendo contra el suyo. Entonces ella giró la cabeza y buscó su boca.
Él le bajó con mano temblorosa la larga cremallera de la espalda. Sabía que vivían en un mundo imperfecto, pero necesitaba ofrecerle a ______ una noche perfecta. Nunca había sido un hombre egoísta, pero aun así, por primera vez, deseaba anteponer los deseos de otra persona a los suyos propios.
Le apartó el vestido de los hombros y se lo deslizó a lo largo de los brazos. Bajo él, llevaba una sencilla combinación blanca, sin volantes ni encaje. Ninguna fantasía de seda o satén podría haberlo excitado más.
-Eres preciosa -depositó un beso sobre uno de sus hombros y luego sobre el otro-. Absolutamente preciosa.
______ deseaba serlo. Hacía mucho tiempo que no sentía la necesidad de estar algo más que presentable. Al mirarlo a los ojos, se sintió bella y, haciendo acopio de valor, comenzó a quitarle la ropa.
Joe sabía que aquello no era fácil para ella. ______ le quitó la chaqueta y empezó a desanudarle la corbata. Al cabo de un momento, se atrevió de nuevo a mirarlo. Él sintió sus dedos temblar ligeramente al desabrocharle la camisa.
-Me gustas mucho -murmuró.
El único hombre al que había tocado así no era entonces más que un chiquillo. Los músculos de Joe eran sutiles, pero recios, y a pesar de que su pecho era suave, era el de un hombre. ______ se movía despacio, más por timidez que para avivar el deseo de Joe. Los músculos de la tripa de él se estremecieron cuando, al disponerse a desabrocharle los pantalones, los rozó suavemente.
-Me estás volviendo loco.
Ella apartó las manos automáticamente.
-Lo siento.
-No -intentó reírse, pero le salió una especie de quejido-. Me gusta mucho.
Con manos temblorosas, ella le bajó los pantalones. Sus caderas eran estrechas, de músculos largos y duros. ______ sintió un arrebato de fascinación y deleite al acercar las manos a ellos. Luego, se apretó contra él, y la impresión de sentir su carne retumbó dentro de ella.
Joe intentaba refrenar el deseo de precipitarse, de tomarla enseguida, cuanto antes. Las tímidas caricias y los ojos asombrados de ______ lo habían puesto al límite, pero tenía que refrenarse y aguantar. Ella sintió la guerra que se libraba en su interior, notó la rigidez de sus músculos y la aspereza de su respiración.
-¿Joe?
-Espera un momento -enterró la cara entre su pelo y a duras penas logró ganar la batalla y recuperar el control. Pero se sentía debilitado, debilitado y confuso. Tocó la suave y sensitiva piel del cuello de ______ y procuró concentrar toda su atención en aquel punto.
Ella se tensó contra su cuerpo, girando la cabeza instintivamente para dejarle el paso libre. Era como si un velo hubiera caído sobre sus ojos, de tal modo que aquella habitación que le era tan familiar de pronto le parecía borrosa. Sintió que su sangre empezaba a palpitar con fuerza allí donde los labios de Joe la rozaban, humedeciéndole la piel. Después, sintió un calor palpitante pegado a la piel, suavizándola, aguzando su sensibilidad. El gemido que dejó escapar sonó primitivo incluso a sus oídos. Entonces fue ella quien arrastró a Joe hacia la cama.
Él hubiera deseado dejar pasar un minuto más antes de cubrirla con su cuerpo. Sentía que una serie de detonaciones recorrían su cuerpo de la cabeza a la pelvis, pasando por el corazón. Sabía que tenía que acallarlas antes de que rompieran en añicos sus sentidos. Pero ______ recorría su cuerpo con las manos y alzaba las caderas hacia él. Haciendo un esfuerzo, Joe se giró de modo que quedaron tumbados el uno junto al otro.
La besó en la boca y, por un instante, todas sus ansias, todas sus fantasías, sus deseos más oscuros, se concentraron allí. La boca de ______, húmeda y caliente; parecía gritarle a su cerebro qué era lo que sentiría al penetrarla. Apartando la fina barrera de la combinación, sintió los pechos desnudos de ______ y la oyó gemir. Luego, cerrando los labios sobre uno de los pezones erectos, sintió que murmuraba su nombre.
______ se había abandonado. Había creído que jamás volvería a desear aquella rendición, pero en ese instante, mientras su cuerpo se volvía líquido bajo él, pensó que nunca querría otra cosa. La sensación de la carne contra la carne cada vez más caliente y húmeda era nueva y embriagadora. Y lo era también la avidez de sus bocas que se buscaban la una a la otra, y los sabores que hallaban y consumían, desesperados. Él murmuraba palabras sofocante s e inconexas, y ella respondía. La luz jugaba sobre las manos de Joe mientras le enseñaba que una sola caricia podía hacer volar el alma.
Ella estaba desnuda, pero su timidez había desaparecido. Quería que él la tocara, que la saboreara y que buscara su propia satisfacción como buscaba la de ella. El cuerpo de Joe, musculoso y tenso, la fascinaba. Hasta ese instante, no había .sabido que tocar a otro, darle placer a otro, podía levantar tales oleadas de placer. Joe puso la mano sobre su sexo, y la pasión se contrajo en una bola de fuego que estalló de pronto, casi violentamente. Jadeando, tendió la mano hacia él.
Ninguna mujer se había entregado tan completamente a Joe. Ver crecer su excitación y alcanzar el cenit le había provocado un embriagador arrebato de placer. Deseaba llevarla al éxtasis una y otra vez, hasta que estuviera exhausta y aturdida. Pero su control se estaba desvaneciendo, y ella lo llamaba.
Cubriéndola con su cuerpo, la penetró al fin.
No supo cuánto tiempo se movieron juntos, si minutos u horas. Pero nunca olvidaría que sus ojos se abrieron y lo miraron fijamente.
Tumbado junto a ella sobre la colcha arrugada mientras las gotas de una lluvia helada se estrellaban en la ventana, Joe se sentía un tanto trémulo. Giró la cabeza hacia el siseo de la lluvia, preguntándose cuánto tiempo llevaría sonando. Que él recordara, nunca se había sentido tan a gusto con una mujer como para que el mundo exterior, y todas sus imágenes y sonidos, hubieran cesado de existir.
Se giró de nuevo y apretó a ______ contra su pecho. Se le estaba quedando el cuerpo frío rápidamente, pero no sentía deseos de moverse.
-Estás muy callada -murmuró.
Ella tenía los ojos cerrados. Aún no estaba lista para abrirlos.
-No sé qué decir.
-¿Qué tal « ¡guau!»?
Ella se echó a reír, un tanto sorprendida por poder hacerlo tras aquel momento de intensidad.
-Está bien. Guau.
-Ponle un poco más de entusiasmo. ¿Qué tal «fantástico, increíble, estremecedor»?
Ella abrió los ojos y lo miró.
-¿Qué tal «precioso»?
Él la tomó de la mano y se la besó.
-Sí, con eso me vale -se incorporó apoyándose en el codo y la miró. Ella se removió, intranquila-. Demasiado tarde para ponerte tímida -le dijo, y pasó una mano suavemente sobre su cuerpo-. ¿Sabes?, tenía razón sobre tus piernas. Supongo que no podré convencerte de que te pongas unos pantalones cortos y un par de calcetines de esos que llegan hasta los tobillos.
-¿Cómo dices?
Joe se inclinó sobre ella y le cubrió la cara de besos.
-Me encantan las piernas largas con pantalones cortos y calcetines hasta los tobillos. Me vuelve loco mirar a las mujeres que corren por el parque en verano. Y cuando llevan los pantalones y los calcetines a juego, me matan.
-Estás chiflado.
-Vamos, ______, ¿tú no tienes ningún fetiche? ¿Los hombres con camisetas de tirantes, o con esmoquin, corbata negra y los gemelos desabrochados?
-No seas tonto.
-¿Por qué no?
«Sí, ¿por qué no?», pensó ella, mordiéndose el labio.
-Bueno, la verdad es que me gustan los vaqueros bajos, con el botón desabrochado.
-No volveré a abrocharme los vaqueros mientras viva.
Ella se rió otra vez.
-Eso no significa que yo vaya a ponerme pantalones cortos con calcetines.
-Está bien. A mí me excitas cuando te veo en traje de oficina.
-Pero ¿qué dices?
-Lo que oyes -se colocó sobre ella y empezó a jugar con su pelo-. Esas solapas finas y esas blusas de cuello alto. Y siempre llevas el pelo recogido -le subió el pelo hacia la coronilla. No era lo mismo, pero aun así se le hacía la boca agua-. La eficiente y formal señora Wallace. Cada vez que te veo vestida así, me imagino lo maravilloso que sería quitarte el traje y las horquillas -dejó que su pelo se derramara entre sus dedos.
Pensativa, ______ apoyó la mejilla contra la de él.
-Eres un hombre extraño, Joe.
-Seguramente.
-Confías mucho en tu imaginación, en lo que podría ser, en las fantasías y las ilusiones. Yo, en cambio, solo me fío de los hechos y las cifras, de las pérdidas y las ganancias, de lo que es o no es.
-¿Estás hablando de nuestros trabajos o de nuestros caracteres?
-¿No es lo mismo?
-No. Yo no soy el Comandante Zark, ______.
Ella se removió, acunada por el ritmo del corazón de Joe.
-Supongo que lo que quiero decir es que el artista, el escritor que llevas dentro, rebosa imaginación y creatividad. Y creo que la banquera que hay en mí busca cheques y balances.
Él guardó silencio un momento, acariciándole el pelo. ¿Acaso ______ no se daba cuenta de que había mucho más dentro de ella? Ella fantaseaba con una casa en el campo, sabía batear y había convertido a un hombre de carne y hueso en un manojo de ansias y deseos.
-No quiero ponerme filosófico, ¿por qué crees que elegiste dedicarte a los préstamos? ¿Tienes la misma sensación cuando rechazas una petición que cuando la apruebas?
-No, claro que no.
-Claro que no -repitió él-. Porque, cuando apruebas una, tocas las ilusiones de los otros. Estoy seguro de que no te desvías ni un milímetro de las normas; eso es parte de tu encanto, pero apostaría a que te produce una gran satisfacción personal poder decir: «está bien, cómprense su casa, pongan su negocio, crezcan».
Ella alzó la cabeza.
-Pareces comprenderme muy bien.
De pronto, se dio cuenta de que nadie la había comprendido. Y sintió un vuelco en el corazón.
-He pensado mucho en ti -la atrajo hacia sí, preguntándose si ella sentía lo bien que encajaban sus cuerpos-. Muchísimo. En realidad, no he pensado en otra mujer desde que te subí la pizza -ella sonrió y fue a acomodarse de nuevo sobre él, pero Joe la detuvo-. ______... -por extraño que fuera, se sentía tímido. Ella lo miraba con expectación, casi con paciencia, mientras él buscaba las palabras adecuadas-. El caso es que no, quiero pensar en otra mujer, ni estar con otra mujer... así -titubeó de nuevo y, al final, masculló un juramento-. Maldita sea, me siento como si estuviera otra vez en el instituto.
Ella sonrió cautelosamente.
-¿Vas a pedirme salir?
No era eso exactamente en lo que él estaba pensando, pero comprendió por la mirada de sus ojos que sería mejor ir despacio.
-Puedo buscar el anillo de mi promoción, si quieres.
Ella se miró la mano, apoyada con toda naturalidad sobre el corazón de Joe. ¿Era absurdo sentirse tan conmovida? Aunque no lo fuera, sin duda era peligroso.
-Quizá sea mejor dejarlo en que yo tampoco quiero estar con nadie más así.
Él fue a decir algo, pero al final se contuvo. ______ necesitaba tiempo para convencerse de que aquello iba en serio. Solo había habido otro hombre en su vida, y en aquella época no era más que una niña. Para ser justo, tenía que dejarle espacio para decidir. Pero no quería ser justo. No, Joe Jonas no era el abnegado Comandante Zark.
-Está bien.
Había organizado y vencido suficientes guerras como para saber cómo planear la estrategia. Se ganaría a ______ antes de que ella se enterara siquiera de que había habido una batalla.
Atrayéndola hacia sí, se apoderó de su boca y comenzó el primer asedio.
Ahora si... su capi chicas!
ENJOY IT!
-Hace tanto tiempo, Joe... Estoy asustada.
-¿Serviría de algo si te dijera que yo también?
-No sé.
-______ -acercándose a ella, le puso las manos sobre los hombros-. Mírame -ella hizo lo que le pedía; sus ojos, claros y grandes, tenían una expresión doliente-. Quiero que estés segura, porque no deseo que te arrepientas por la mañana. Dime qué quieres.
Su vida parecía ser una serie de decisiones sin fin. No había nadie que le dijera qué estaba bien y qué mal. Como de costumbre, se recordó que, una vez tomada la decisión, sería ella quien tendría que afrontar las consecuencias y aceptar la responsabilidad.
-Quédate conmigo esta noche -musitó-. Quiero estar contigo.
Capítulo 8
Joe tomó la cara de ______ entre sus manos y la sintió temblar. Al rozarse sus labios, la oyó suspirar y supo que siempre recordaría aquel instante, su rendición, su deseo, su vulnerabilidad.
La casa estaba en silencio. Joe deseó poder ofrecerle música. El olor de las rosas que ella había puesto en el jarrón palidecía junto a la fragancia a jardín que le parecía que emanaba de ella. La lámpara difundía una luz intensa. Joe no habría preferido los secretos de la oscuridad, pero sí la misteriosa luz de las velas.
¿Cómo podía explicarle que, lo que estaban a punto de darse el uno al otro, no era algo insignificante ni ordinario? ¿Cómo podía hacerle comprender que llevaba toda la vida esperando aquel momento? No sabía si daría con las palabras justas, ni si esas palabras tocarían el corazón de ______. Así pues, tendría que demostrárselo.
Sin dejar de besarla, la levantó en sus brazos. Ella dejó escapar un leve gemido de sorpresa, pero se abrazó a su cuello.
-Joe...
-Como caballero blanco, no valgo mucho -la miró sonriendo inquisitivamente-. Pero, por esta noche, fingiremos lo contrario.
Parecía un héroe, fuerte e increíblemente dulce. Las pocas dudas que aún tenía ______ se desvanecieron por completo.
-No necesito un caballero blanco.
-Esta noche, yo quiero serlo para ti -la besó una vez más antes de llevarla al dormitorio.
Una parte de él la deseaba hasta tal punto, que el deseo de tumbarla sobre la cama y cubrirla con su cuerpo le causaba dolor. Había veces en que el amor se desataba veloz, incluso violento. Joe lo sabía y sabía que ______ lo entendería. Pero la dejó de pie en el suelo, junto a la cama, y la tomó de la mano, apartándose un poco.
-La luz.
-Pero...
-Quiero verte, ______.
Era absurdo sentir vergüenza. Ella sabía que sería un error permitir que aquel instante pasara en la oscuridad, indiferenciadamente. Estiró un brazo hacia la lámpara de la mesita de noche y la encendió.
La luz los inundó de pronto, sorprendiéndolos a ambos de pie, tomados de la mano, mirándose a los ojos. ______ sintió que el pánico volvía a asaltarla, llamando a golpes a su corazón y a su cabeza. Entonces él la tocó, y el ruido cesó. Joe le quitó los pendientes y, al dejarlos sobre la mesita de noche, el metal tintineó suavemente sobre la madera. ______ se sofocó como si, de un solo gesto, Joe la hubiera desnudado por completo. Él fue a desabrocharle el cinturón, pero se detuvo al ver que las manos de ______ se dirigían, trémulas, hacia el suyo.
-No te haré daño.
-Lo sé.
Ella apartó las manos. Joe le desabrochó el cinturón y lo dejó caer al suelo. Al besarla de nuevo, ______ le rodeó la cintura con los brazos y se dejó llevar por el deseo.
Aquello era lo que quería. No podía mentirse a sí misma, ni buscar excusas. Por una noche, quería pensar y que pensaran en ella solamente como mujer. Sentirse deseada, dar placer, causar asombro. Cuando sus bocas se separaron, se encontraron sus ojos. Y ella sonrió.
-Estaba esperando eso -poseído por un placer tan intenso que apenas podía describirlo, él acercó un dedo a sus labios.
-¿El qué?
-Que sonrieras cuando te beso -acercó la mano a su cara-. Intentémoslo otra vez.
Esta vez, el beso se hizo más profundo y pareció rozar territorios ignotos. ______ alzó las manos hasta los hombros de Joe y, deslizándolas por ellos, rodeó su cuello. Él sintió el contacto de sus dedos, tímido al principio, más confiado después.
-¿Todavía tienes miedo?
-No -ella sonrió de nuevo-. Sí, un poco. No sé... -apartó la mirada, y él hizo que volviera a mirarlo.
-¿Qué?
-No sé qué hacer. Lo que te gusta.
Joe se sintió vencido y asombrado por sus palabras. Había dicho que ella le importaba, y era cierto. Pero, en ese instante, su corazón, que había estado vacilando al filo de un abismo, se precipitó sin remedio en el amor.
-______, me dejas sin palabras -la atrajo hacia sí con fuerza, sosteniéndola entre sus brazos-. Esta noche, haz lo que te apetezca. Todo irá bien.
Él empezó por besarle el cabello, absorbiendo aquel olor que tanto lo atraía. Ya no era necesaria la seducción. Ambos sabían lo que querían. Joe sentía el corazón de ______ latiendo contra el suyo. Entonces ella giró la cabeza y buscó su boca.
Él le bajó con mano temblorosa la larga cremallera de la espalda. Sabía que vivían en un mundo imperfecto, pero necesitaba ofrecerle a ______ una noche perfecta. Nunca había sido un hombre egoísta, pero aun así, por primera vez, deseaba anteponer los deseos de otra persona a los suyos propios.
Le apartó el vestido de los hombros y se lo deslizó a lo largo de los brazos. Bajo él, llevaba una sencilla combinación blanca, sin volantes ni encaje. Ninguna fantasía de seda o satén podría haberlo excitado más.
-Eres preciosa -depositó un beso sobre uno de sus hombros y luego sobre el otro-. Absolutamente preciosa.
______ deseaba serlo. Hacía mucho tiempo que no sentía la necesidad de estar algo más que presentable. Al mirarlo a los ojos, se sintió bella y, haciendo acopio de valor, comenzó a quitarle la ropa.
Joe sabía que aquello no era fácil para ella. ______ le quitó la chaqueta y empezó a desanudarle la corbata. Al cabo de un momento, se atrevió de nuevo a mirarlo. Él sintió sus dedos temblar ligeramente al desabrocharle la camisa.
-Me gustas mucho -murmuró.
El único hombre al que había tocado así no era entonces más que un chiquillo. Los músculos de Joe eran sutiles, pero recios, y a pesar de que su pecho era suave, era el de un hombre. ______ se movía despacio, más por timidez que para avivar el deseo de Joe. Los músculos de la tripa de él se estremecieron cuando, al disponerse a desabrocharle los pantalones, los rozó suavemente.
-Me estás volviendo loco.
Ella apartó las manos automáticamente.
-Lo siento.
-No -intentó reírse, pero le salió una especie de quejido-. Me gusta mucho.
Con manos temblorosas, ella le bajó los pantalones. Sus caderas eran estrechas, de músculos largos y duros. ______ sintió un arrebato de fascinación y deleite al acercar las manos a ellos. Luego, se apretó contra él, y la impresión de sentir su carne retumbó dentro de ella.
Joe intentaba refrenar el deseo de precipitarse, de tomarla enseguida, cuanto antes. Las tímidas caricias y los ojos asombrados de ______ lo habían puesto al límite, pero tenía que refrenarse y aguantar. Ella sintió la guerra que se libraba en su interior, notó la rigidez de sus músculos y la aspereza de su respiración.
-¿Joe?
-Espera un momento -enterró la cara entre su pelo y a duras penas logró ganar la batalla y recuperar el control. Pero se sentía debilitado, debilitado y confuso. Tocó la suave y sensitiva piel del cuello de ______ y procuró concentrar toda su atención en aquel punto.
Ella se tensó contra su cuerpo, girando la cabeza instintivamente para dejarle el paso libre. Era como si un velo hubiera caído sobre sus ojos, de tal modo que aquella habitación que le era tan familiar de pronto le parecía borrosa. Sintió que su sangre empezaba a palpitar con fuerza allí donde los labios de Joe la rozaban, humedeciéndole la piel. Después, sintió un calor palpitante pegado a la piel, suavizándola, aguzando su sensibilidad. El gemido que dejó escapar sonó primitivo incluso a sus oídos. Entonces fue ella quien arrastró a Joe hacia la cama.
Él hubiera deseado dejar pasar un minuto más antes de cubrirla con su cuerpo. Sentía que una serie de detonaciones recorrían su cuerpo de la cabeza a la pelvis, pasando por el corazón. Sabía que tenía que acallarlas antes de que rompieran en añicos sus sentidos. Pero ______ recorría su cuerpo con las manos y alzaba las caderas hacia él. Haciendo un esfuerzo, Joe se giró de modo que quedaron tumbados el uno junto al otro.
La besó en la boca y, por un instante, todas sus ansias, todas sus fantasías, sus deseos más oscuros, se concentraron allí. La boca de ______, húmeda y caliente; parecía gritarle a su cerebro qué era lo que sentiría al penetrarla. Apartando la fina barrera de la combinación, sintió los pechos desnudos de ______ y la oyó gemir. Luego, cerrando los labios sobre uno de los pezones erectos, sintió que murmuraba su nombre.
______ se había abandonado. Había creído que jamás volvería a desear aquella rendición, pero en ese instante, mientras su cuerpo se volvía líquido bajo él, pensó que nunca querría otra cosa. La sensación de la carne contra la carne cada vez más caliente y húmeda era nueva y embriagadora. Y lo era también la avidez de sus bocas que se buscaban la una a la otra, y los sabores que hallaban y consumían, desesperados. Él murmuraba palabras sofocante s e inconexas, y ella respondía. La luz jugaba sobre las manos de Joe mientras le enseñaba que una sola caricia podía hacer volar el alma.
Ella estaba desnuda, pero su timidez había desaparecido. Quería que él la tocara, que la saboreara y que buscara su propia satisfacción como buscaba la de ella. El cuerpo de Joe, musculoso y tenso, la fascinaba. Hasta ese instante, no había .sabido que tocar a otro, darle placer a otro, podía levantar tales oleadas de placer. Joe puso la mano sobre su sexo, y la pasión se contrajo en una bola de fuego que estalló de pronto, casi violentamente. Jadeando, tendió la mano hacia él.
Ninguna mujer se había entregado tan completamente a Joe. Ver crecer su excitación y alcanzar el cenit le había provocado un embriagador arrebato de placer. Deseaba llevarla al éxtasis una y otra vez, hasta que estuviera exhausta y aturdida. Pero su control se estaba desvaneciendo, y ella lo llamaba.
Cubriéndola con su cuerpo, la penetró al fin.
No supo cuánto tiempo se movieron juntos, si minutos u horas. Pero nunca olvidaría que sus ojos se abrieron y lo miraron fijamente.
Tumbado junto a ella sobre la colcha arrugada mientras las gotas de una lluvia helada se estrellaban en la ventana, Joe se sentía un tanto trémulo. Giró la cabeza hacia el siseo de la lluvia, preguntándose cuánto tiempo llevaría sonando. Que él recordara, nunca se había sentido tan a gusto con una mujer como para que el mundo exterior, y todas sus imágenes y sonidos, hubieran cesado de existir.
Se giró de nuevo y apretó a ______ contra su pecho. Se le estaba quedando el cuerpo frío rápidamente, pero no sentía deseos de moverse.
-Estás muy callada -murmuró.
Ella tenía los ojos cerrados. Aún no estaba lista para abrirlos.
-No sé qué decir.
-¿Qué tal « ¡guau!»?
Ella se echó a reír, un tanto sorprendida por poder hacerlo tras aquel momento de intensidad.
-Está bien. Guau.
-Ponle un poco más de entusiasmo. ¿Qué tal «fantástico, increíble, estremecedor»?
Ella abrió los ojos y lo miró.
-¿Qué tal «precioso»?
Él la tomó de la mano y se la besó.
-Sí, con eso me vale -se incorporó apoyándose en el codo y la miró. Ella se removió, intranquila-. Demasiado tarde para ponerte tímida -le dijo, y pasó una mano suavemente sobre su cuerpo-. ¿Sabes?, tenía razón sobre tus piernas. Supongo que no podré convencerte de que te pongas unos pantalones cortos y un par de calcetines de esos que llegan hasta los tobillos.
-¿Cómo dices?
Joe se inclinó sobre ella y le cubrió la cara de besos.
-Me encantan las piernas largas con pantalones cortos y calcetines hasta los tobillos. Me vuelve loco mirar a las mujeres que corren por el parque en verano. Y cuando llevan los pantalones y los calcetines a juego, me matan.
-Estás chiflado.
-Vamos, ______, ¿tú no tienes ningún fetiche? ¿Los hombres con camisetas de tirantes, o con esmoquin, corbata negra y los gemelos desabrochados?
-No seas tonto.
-¿Por qué no?
«Sí, ¿por qué no?», pensó ella, mordiéndose el labio.
-Bueno, la verdad es que me gustan los vaqueros bajos, con el botón desabrochado.
-No volveré a abrocharme los vaqueros mientras viva.
Ella se rió otra vez.
-Eso no significa que yo vaya a ponerme pantalones cortos con calcetines.
-Está bien. A mí me excitas cuando te veo en traje de oficina.
-Pero ¿qué dices?
-Lo que oyes -se colocó sobre ella y empezó a jugar con su pelo-. Esas solapas finas y esas blusas de cuello alto. Y siempre llevas el pelo recogido -le subió el pelo hacia la coronilla. No era lo mismo, pero aun así se le hacía la boca agua-. La eficiente y formal señora Wallace. Cada vez que te veo vestida así, me imagino lo maravilloso que sería quitarte el traje y las horquillas -dejó que su pelo se derramara entre sus dedos.
Pensativa, ______ apoyó la mejilla contra la de él.
-Eres un hombre extraño, Joe.
-Seguramente.
-Confías mucho en tu imaginación, en lo que podría ser, en las fantasías y las ilusiones. Yo, en cambio, solo me fío de los hechos y las cifras, de las pérdidas y las ganancias, de lo que es o no es.
-¿Estás hablando de nuestros trabajos o de nuestros caracteres?
-¿No es lo mismo?
-No. Yo no soy el Comandante Zark, ______.
Ella se removió, acunada por el ritmo del corazón de Joe.
-Supongo que lo que quiero decir es que el artista, el escritor que llevas dentro, rebosa imaginación y creatividad. Y creo que la banquera que hay en mí busca cheques y balances.
Él guardó silencio un momento, acariciándole el pelo. ¿Acaso ______ no se daba cuenta de que había mucho más dentro de ella? Ella fantaseaba con una casa en el campo, sabía batear y había convertido a un hombre de carne y hueso en un manojo de ansias y deseos.
-No quiero ponerme filosófico, ¿por qué crees que elegiste dedicarte a los préstamos? ¿Tienes la misma sensación cuando rechazas una petición que cuando la apruebas?
-No, claro que no.
-Claro que no -repitió él-. Porque, cuando apruebas una, tocas las ilusiones de los otros. Estoy seguro de que no te desvías ni un milímetro de las normas; eso es parte de tu encanto, pero apostaría a que te produce una gran satisfacción personal poder decir: «está bien, cómprense su casa, pongan su negocio, crezcan».
Ella alzó la cabeza.
-Pareces comprenderme muy bien.
De pronto, se dio cuenta de que nadie la había comprendido. Y sintió un vuelco en el corazón.
-He pensado mucho en ti -la atrajo hacia sí, preguntándose si ella sentía lo bien que encajaban sus cuerpos-. Muchísimo. En realidad, no he pensado en otra mujer desde que te subí la pizza -ella sonrió y fue a acomodarse de nuevo sobre él, pero Joe la detuvo-. ______... -por extraño que fuera, se sentía tímido. Ella lo miraba con expectación, casi con paciencia, mientras él buscaba las palabras adecuadas-. El caso es que no, quiero pensar en otra mujer, ni estar con otra mujer... así -titubeó de nuevo y, al final, masculló un juramento-. Maldita sea, me siento como si estuviera otra vez en el instituto.
Ella sonrió cautelosamente.
-¿Vas a pedirme salir?
No era eso exactamente en lo que él estaba pensando, pero comprendió por la mirada de sus ojos que sería mejor ir despacio.
-Puedo buscar el anillo de mi promoción, si quieres.
Ella se miró la mano, apoyada con toda naturalidad sobre el corazón de Joe. ¿Era absurdo sentirse tan conmovida? Aunque no lo fuera, sin duda era peligroso.
-Quizá sea mejor dejarlo en que yo tampoco quiero estar con nadie más así.
Él fue a decir algo, pero al final se contuvo. ______ necesitaba tiempo para convencerse de que aquello iba en serio. Solo había habido otro hombre en su vida, y en aquella época no era más que una niña. Para ser justo, tenía que dejarle espacio para decidir. Pero no quería ser justo. No, Joe Jonas no era el abnegado Comandante Zark.
-Está bien.
Había organizado y vencido suficientes guerras como para saber cómo planear la estrategia. Se ganaría a ______ antes de que ella se enterara siquiera de que había habido una batalla.
Atrayéndola hacia sí, se apoderó de su boca y comenzó el primer asedio.
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Puede matarme más este hombre?? Amé el capítulo! Claro que no es Zark, es mucho mejor que él.
Tienes que seguirla
Tienes que seguirla
Daaani<3
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
QUE BONITO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
LLORÉ =)
HAY MI ADE!!!!! ERES UNA GENIA!!!!
GOODNIGTH GIRL SIGUELA PRONTO EEEEH
BESOS!
LLORÉ =)
HAY MI ADE!!!!! ERES UNA GENIA!!!!
GOODNIGTH GIRL SIGUELA PRONTO EEEEH
BESOS!
Aly
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Como la dejas asi??
Andaa pon maas :)
Pliiss!
Besiitoosss :)
Andaa pon maas :)
Pliiss!
Besiitoosss :)
joe_love
Página 15 de 27. • 1 ... 9 ... 14, 15, 16 ... 21 ... 27
Temas similares
» Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
» Next Top Model Nueva York ~H. S~
» Te estoy vigilando, Nueva York
» ♥Soltera en Nueva York♥ ( Harry y Tu ) HOT
» Hocus Pocus - [Harry Potter&Tú]
» Next Top Model Nueva York ~H. S~
» Te estoy vigilando, Nueva York
» ♥Soltera en Nueva York♥ ( Harry y Tu ) HOT
» Hocus Pocus - [Harry Potter&Tú]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 15 de 27.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.