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~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
ven chicas tube una muy buena idea en pedir MARATONNNNNNNNNNNNNN :cheers: :cheers: :cheers:
♫ Laura Jonas ♥
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
JBX2 escribió:ven chicas tube una muy buena idea en pedir MARATONNNNNNNNNNNNNN :cheers: :cheers: :cheers:
Jaaajajajaj sii y yo fui buena y lo subi!
Por cierto, como te llamas? A lo mejor ya lo dijiste pero es que no me acuerdo!
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
ValeriaLovesJoeJ escribió:Nueva lecotra!:) ya quiero que empieze la acción(? JAHJAHJAHAHAJA:EEEE
Bienvenida Vale! Jaajajajaja! Seguro todas andan esperando a que llegue la accion, yo creo que eso lo esperamos todas cuando empezamos una nove jajajaja nos desesperamos por ver si llega el momento! Que vamos a hacer si somos una pervers jajajajajajaja!
Ya falta poquito para la accion!
De nuevo bienvenida!
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
ForJoeJonas escribió:ValeriaLovesJoeJ escribió:Nueva lecotra!:) ya quiero que empieze la acción(? JAHJAHJAHAHAJA:EEEE
Bienvenida Vale! Jaajajajaja! Seguro todas andan esperando a que llegue la accion, yo creo que eso lo esperamos todas cuando empezamos una nove jajajaja nos desesperamos por ver si llega el momento! Que vamos a hacer si somos una pervers jajajajajajaja!
Ya falta poquito para la accion!
De nuevo bienvenida!
Me gusta tu forma de pensar, es que TODAS SOMOS PERVERS :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted:
♫ Laura Jonas ♥
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Jaaajajajajja, cierto. Hasta las más "santas" son unas pervers!
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
tENGO GANAS DE LEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER!!!
COME ON GIRL!!!!
CALIENTA ESOS HERMOSOS DEDITOS Y A TECLEAR!!!
COME ON GIRL!!!!
CALIENTA ESOS HERMOSOS DEDITOS Y A TECLEAR!!!
Aly
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
WOOOOOOOOOOOOOOOOW
AMÉ LOS CAPS ADE!
GRACIAS POR SUBIR LA MARATÓN :D
ME ENCANTA QUE JOE ASI DE ATREVIDO EN ESTA NOVE JAJAJAJAJA
TE SUPLICO QUE LA SIGAS, SE ESTA PONIENDO MUY BUENA!
:bounce:
AMÉ LOS CAPS ADE!
GRACIAS POR SUBIR LA MARATÓN :D
ME ENCANTA QUE JOE ASI DE ATREVIDO EN ESTA NOVE JAJAJAJAJA
TE SUPLICO QUE LA SIGAS, SE ESTA PONIENDO MUY BUENA!
:bounce:
F l ♥ r e n c i a.
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Mil gracias por todos los coments chicas!
Ahora me voy a cenar, después les pongo el cap de hoy!
Un besoooo
Ahora me voy a cenar, después les pongo el cap de hoy!
Un besoooo
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Aquí llego su Ade ara traerles su cap! Gracias corazoncitos miooos!!
-Mis padres quieren que vuelva a casa para que mi madre cuide de Sarah mientras Annie trabaja, pero Annie no está segura de que sea lo mejor.
-A veces una no sabe si debe aceptar la ayuda de los demás -murmuró ______, pensando en Joe-. Y a veces no nos damos cuenta de la suerte que es tener a alguien dispuesto a echamos una mano -procuró concentrarse y se puso el archivador bajo el brazo-. ¿Ya ha llegado el señor Greenburg?
-Acaba de llegar.
-Bien, hágalo pasar, ¿quiere, Kayla? -se volvió hacia la oficina, pero de pronto se detuvo-. Ah, y Kayla, consígame un ejemplar del Quién es quién.
Capítulo 6
Joe estaba forrado.
______ aún estaba aturdida cuando llegó a casa. Su vecino de abajo, aquel de los pies desnudos y los vaqueros rotos, era el heredero de una de las mayores fortunas del país.
______ se quitó el abrigo y, a pesar de que no solía hacerlo, fue a guardarlo al armario. El hombre que se pasaba la vida relatando las nuevas aventuras del Comandante Zark procedía de una familia dueña de caballos de polo y casas de verano. Y, sin embargo, vivía en el cuarto piso de un edificio de apartamentos normal y corriente, en Manhattan.
Además, se sentía atraído por ella. ______ tendría que haber estado ciega y sorda para no darse cuenta de ello, pero, a pesar de que hacía semanas que lo conocía, él no había mencionado ni una sola vez su familia ni su posición a fin de impresionarla.
¿Quién era?, se preguntaba ______. Creía haber empezado a conocerlo y, sin embargo, de pronto volvía a ser un perfecto desconocido.
Tenía que llamarlo, decirle que ya estaba en casa y que hiciera subir a Robert. ______ miró el teléfono experimentando una aguda sensación de embarazo. Le había echado un sermón por contarle una mentira al señor Rosen. Y después lo había perdonado haciendo gala de compasión y, probablemente, también de condescendencia. Todo lo cual empeoraba lo que más odiaba en el mundo: hacer el ridículo.
Maldiciendo, ______ levantó el teléfono. Se habría sentido mucho mejor si hubiera podido atizar a Joseph Jonas con él en la cabeza. Había marcado la mitad de los números cuando oyó la risa de Robert y un ruido de pasos precipitados en el pasillo de fuera. Abrió la puerta y vio a su hijo sacándose la llave del bolsillo.
Los dos iban cubiertos de nieve. La que empezaba a derretirse goteaba del gorro de esquí y de las punteras de las botas de Robert. Parecían haber estado revolcándose por el suelo.
-Hola, mamá. Hemos estado en el parque. Nos hemos pasado por casa de Joe para recoger la bolsa y luego subimos directamente aquí pensando que ya estarías en casa. Ven, sal con nosotros.
-Creo que no voy vestida para guerras de nieve.
Ella sonrió y sacudió el gorro cubierto de nieve de su hijo, pero no se atrevió a alzar la mirada, y Joe lo notó.
-Bueno, pues cámbiate -él se apoyó en la jamba, ignorando la nieve que caía de sus pies.
-He construido un castillo. Anda, ven a verlo. Ya había empezado a hacer un soldado de nieve, pero Joe dijo que teníamos que subir para que no te preocuparas.
Ella alzó la mirada.
-Te lo agradezco.
Él la miraba pensativamente. Demasiado pensativamente, concluyó ______.
-Rob dice que haces unos muñecos de nieve fantásticos.
-Venga, mamá... ¿Y si viene una ola de calor de esas raras y mañana ya no hay nieve? Podría ser, por el efecto invernadero, ¿sabes? Lo he leído.
Estaba atrapada y lo sabía.
-Está bien, voy a cambiarme. ¿Por qué no le preparas a Joe un chocolate para entrar en calor?
-¡Vale! -Robert se sentó en el suelo, al lado de la puerta-. Tienes que quitarte las botas -le dijo a Joe-. Se enfada si le dejas huellas en la alfombra.
Joe se desabrochó la chaqueta mientras ______ se alejaba.
-Pues nosotros no queremos que se enfade.
Quince minutos después, ______ se había puesto unos pantalones de pana, un grueso jersey y unas botas viejas. En lugar del abrigo rojo, llevaba una parca azul un tanto desgastada. Mientras caminaban por el parque, Joe llevaba una mano sujetando la correa de Tas y la otra en el bolsillo. Ignoraba por qué le gustaba tanto verla así vestida, informalmente, con Robert de la mano. No sabía a ciencia cierta por qué deseaba pasar un rato con ella, pero era él quien le había sugerido a Robert que subieran juntos a convencer a ______ de que los acompañara.
El invierno le gustaba. Respiró profundamente una bocanada de aire frío mientras caminaban sobre la nieve suave y profunda de Central Park. La nieve y el aire punzante lo embelesaban, sobre todo cuando los árboles aparecían cubiertos de un dosel blanco y podían fabricarse castillos de nieve.
De niño, pasaba a menudo el invierno en el Caribe, lejos de lo que su madre llamaba «la suciedad y las molestias de la gran ciudad». Él se había aficionado al buceo y la arena blanca, pero siempre le había parecido que, en Navidad, lo suyo era estar entre abetos y no entre palmeras. Los inviernos que más le gustaban eran los que pasaban en la casa de campo de su tío en New Hampshire, donde había bosques para pasear y colinas por las que deslizarse en trineo. Cosa extraña, llevaba unas semanas pensando en volver allí cuando los Wallace aparecieron dos pisos más abajo. Hasta ese instante, mientras paseaban por Central Park, no se había dado cuenta de que había arrumbada aquel plan a un rincón de su mente en cuanto conoció a ______ y a su hijo.
Ella parecía azorada, molesta e incómoda. Joe giró la cabeza y observó su perfil. Tenía las mejillas coloradas por el frío y procuraba que Robert caminara entre ellos dos. Joe se preguntaba si se daría cuenta de lo obvias que eran sus tácticas. ______ no usaba a su hijo como esos padres que utilizan a su prole para satisfacer sus propias ambiciones. Joe la admiraba por ello más de lo que era capaz de explicar. Pero, al poner a Robert en el centro, había relegado a Joe al nivel de amigo de su hijo.
Y así era, pensó Joe con una sonrisa. Sin embargo, no pensaba conformarse con eso.
-Ahí está el castillo, ¿lo ves? -Robert tiró de la mano de ______ y luego salió corriendo.
-Impresionante, ¿eh? -dijo Joe y, antes de que pudiera impedírselo, le pasó un brazo por los hombros-. Tiene mucho talento.
______ procuró ignorar la cálida presión de su brazo y observó la obra de su hijo. Las paredes del castillo eran aproximadamente de sesenta centímetros de alto, lisas como piedra pulida, con un extremo en pendiente, de casi medio metro de altura, con forma de torre cilíndrica. Habían construido un arco de entrada lo bastante alto para que Robert cupiera bajo él a gatas. Al llegar junto al castillo, ______ vio que su hijo pasaba a cuatro patas por debajo y se ponía de pie dentro del castillo, con los brazos en alto.
-Es fantástico, Rob. Supongo que tú también habrás puesto tu granito de arena -le dijo en voz baja a Joe.
-Bueno, sí, aquí y allá -él sonrió, como si se estuviera riendo de sí mismo-. Rob es mejor arquitecto de lo que yo seré nunca.
-Voy a acabar el soldado de nieve -Rob pasó de nuevo por el arco arrastrándose boca abajo-. Haz tú uno, mamá, al otro lado del castillo. Serán los centinelas -comenzó a amontonar y alisar nieve sobre una figura medio formada-. Tú ayúdala, Joe, que este ya está casi hecho.
-De acuerdo -Joe recogió un puñado de nieve-. ¿Te molesta trabajar en equipo?
-No, claro que no -sin mirado a los ojos, ______ se arrodilló en la nieve.
Joe dejó caer el puñado de nieve sobre su cabeza.
-Suponía que era la forma más rápida de conseguir que me miraras -ella lo miró con enojo y empezó a hacer un montoncillo de nieve-. ¿Algún problema, señora Wallace?
Ella siguió amontonando nieve y guardó silencio unos segundos.
-He mirado el Quién es quién.-¿Ah, sí? -Joe se arrodilló a su lado.
-Estabas diciendo la verdad.
-Lo hago de vez en cuando -él empujó un poco más de nieve hacia el montón-. ¿Y?
______ frunció el ceño y comenzó a darle forma al montón.
-Me siento como una idiota.
-Te dije la verdad y tú te sientes como una idiota -Joe alisó minuciosamente la base del muñeco-. ¿Te importaría explicarme por qué?
-Dejaste que te echara la bronca.
-Es bastante difícil pararte cuando empiezas.
______ empezó a achicar nieve con las dos manos para hacer las piernas del muñeco.
-Me dejaste creer que eras un buen samaritano excéntrico y pobre. Hasta iba a ofrecerme a remendarte los vaqueros.
-¿De verdad? -conmovido, Joe la agarró de la barbilla con el guante cubierto de nieve-. Eres un encanto.
Ella no estaba dispuesta a permitir que el atractivo de Joe disipara su enojo.
-Lo cierto es que eres un buen samaritano excéntrico, pero rico -le apartó la mano y empezó a amontonar nieve para el torso.
-¿Significa eso que no vas a remendarme los pantalones?
Una blanca vaharada acompañó el suspiro exasperado de ______ .
-No quiero hablar más de esto.
-Eso ni lo sueñes -Joe reunió más nieve y consiguió enterrarla hasta los codos-. El dinero no debería molestarte, ______. Trabajas en la banca.
-El dinero no me molesta -ella liberó los brazos y le aplastó dos puñados de nieve en la cara. Para que no la viera reírse, se volvió de espaldas-. Preferiría que me hubieras aclarado la situación desde el principio, nada más.
Joe se quitó la nieve de la cara y, tomando otro puñado, sacó la lengua por un lado de la boca. Tenía mucha experiencia en cuestión de bolas de nieve decisivas.
-¿Y cuál es la situación según usted, señora Wallace?
-Te agradecería que dejaras de llamarse así en ese tono -ella se volvió justo a tiempo para recibir la bola de nieve entre los ojos.
-Lo siento -Joe sonrió y empezó a sacudirle la chaqueta-. Se me ha escapado. En cuanto a la situación...
-Entre nosotros no hay situación que valga -casi sin darse cuenta, ______ lo empujó con tanta fuerza que Joe cayó de espaldas en la nieve-. Perdona -dijo, riendo-. Se me ha escapado. No sé por qué, cuando estoy contigo, siempre me dan ganas de hacer estas cosas -él se sentó y siguió mirándola fijamente-. Lo siento -repitió-. Creo que lo mejor será olvidamos del tema. Ahora, si te ayudo a levantarte, ¿prometes no vengarte?
-Claro -Joe le tendió la mano enguantada. En cuando ______ se la dio, tiró de ella. ______ se cayó de bruces-. Por cierto, yo no siempre digo la verdad -antes de que ella pudiera contestar, la envolvió en sus brazos y empezó a rodar por la nieve.
-Eh, que tenéis que hacer otro centinela.
-Ahora vamos -le dijo Joe a Rob mientras ______ recuperaba el aliento-. Le estoy enseñando a tu madre un juego nuevo. ¿Te gusta? -le preguntó a ella mientras se ponía sobre ella otra vez.
-Apártate. Tengo el jersey lleno de nieve, y los pantalones...
-No intentes seducirme aquí. Tengo una voluntad de hierro. Puedo resistirme a eso y a más.
-Estás loco -ella intentó sentarse, pero Joe la apretó debajo de sí.
-Puede ser -le lamió una mancha de nieve de la mejilla y sintió que se quedaba muy quieta-. Pero no soy tonto -su voz había cambiado. Ya no era la voz desenfadada y cordial de su vecino, sino la voz lenta y aterciopelada de un amante-. Tú sientes algo por mí. Puede que no te guste, pero así es.
Ella estaba sin aliento, y sabía que no era por el inesperado ejercicio. Él tenía los ojos muy claros a la luz del atardecer, y su pelo relucía, espolvoreado de nieve. Su cara estaba muy, muy cerca. Sí, sentía algo por él casi desde el mismo instante de conocerlo, pero ella tampoco era tonta.
-Si me sueltas los brazos, te demostraré lo que siento.
-¿Por qué será que tengo la impresión de que no me gustaría? Pero da igual -la besó suavemente antes de que pudiera responder-. ______, la situación es esta. Tú sientes algo por mí que no tiene nada que ver con el dinero, porque hasta hace unas horas no sabías que lo tenía. Algunos de esos sentimientos tampoco tienen nada que ver con el hecho de que sienta afecto por tu hijo. Son muy personales, muy... íntimos.
Tenía razón. A ______ le dieron ganas de asesinarlo por ello.
-No me digas lo que siento.
-Está bien -de pronto, se levantó y la ayudó a ponerse en pie. Luego, volvió a tomarla entre sus brazos-. Entonces, te diré lo que siento yo. Tú me importas, ______. Más de lo que pensaba.
Ella palideció bajo las mejillas coloradas. Había una expresión exasperada en sus ojos cuando, sacudiendo la cabeza, intentó apartarse.
-No digas eso.
-¿Por qué no? -él procuró ser paciente y la miró con el ceño fruncido-. Ve haciéndote a la idea. Yo ya lo he hecho.
-Esto no me interesa. No quiero sentirme así.
Él le echó la cabeza hacia atrás y la miró fijamente.
-Tendremos que hablar de eso.
-No. No hay nada de qué hablar. Esto se nos está escapando de las manos.
-No, todavía no -él hundió los dedos entre su pelo sin dejar de mirarla-. Estoy casi seguro de que pronto se nos escapará de las manos, pero aún no lo ha hecho. Tú eres demasiado lista y demasiado fuerte para consentirlo.
______ intentó convencerse de que, al cabo de un instante, recuperaría el aliento. En cuanto se apartara de él.
-No me das miedo, ¿sabes?
-Entonces, bésame -dijo él con voz suave-. Casi es de noche. Bésame una vez antes de que se ponga el sol.
Ella se encontró de pronto inclinándose hacia él, con la cara alzada y los párpados cerrados, sin preguntarse por qué le parecía tan natural, tan delicioso, hacer lo que le pedía. Más tarde se haría preguntas, a pesar de que estaba segura de que las respuestas no serían fáciles de hallar. Pero, de momento, acercó sus labios a los de Joe y los sintió frescos y suaves.
El mundo era todo nieve y escarcha, castillos y cuentos de hadas, pero los labios de Joe eran reales. Se ajustaban a los suyos firmemente, entibiando su piel suave y sensitiva en tanto el latido presuroso de su corazón le caldeaba el cuerpo. A lo lejos se oía el trasiego de los coches que pasaban a toda prisa, pero allí, más cerca, a su lado, se oía el frote de sus chaquetas al abrazarse.
Joe quería suscitar su deseo, persuadirla, ver una sola vez que sus labios se curvaban en una sonrisa al apartarse de ella. Sabía que, a veces, incluso los hombres que preferían la acción y el impulso del momento debían proceder paso a paso. Sobre todo, siendo tan precioso el premio que los aguardaba.
Joe no estaba preparado para la aparición de ______ en su vida, pero creía que le sería más fácil que a ella aceptar lo que ocurría entre ellos. ______ seguía guardando secretos, heridas que solo en parte había curado. Sabía que no debía desear el poder de borrar todo aquello. Sus experiencias pasadas, todo cuanto le había ocurrido, formaban parte de aquella mujer de la que estaba a punto de enamorarse.
Así pues, procedería paso a paso, se dijo apartándose de ella. Y esperaría.
-Puede que esto haya aclarado un par de cosas, pero sigo creyendo que tenemos que hablar -la tomó de la mano para retenerla un momento más-. Muy pronto.
-No sé.
¿Se había sentido tan confusa alguna vez? Creía haber dejado atrás hacía mucho tiempo aquellos sentimientos, aquellas dudas.
-Subiré yo, o bajarás tú, pero hablaremos.
______ sabía que, tarde o temprano, Joe conseguiría acorralarla en un rincón.
-Esta noche, no -dijo, despreciándose por ser tan cobarde-. Rob y yo tenemos Cosas que hacer.
-Tú no eres de las que dejan las cosas para otro día.
-Ahora sí lo soy -murmuró ella, y se dio la vuelta rápidamente-. Robert, nos vamos a casa.
-Mira, mamá, acabo de terminar, ¿verdad que esta genial? -el niño se apartó para enseñarles su muñeco de nieve-. Ustedes solo empezaron el suyo.
-Quizá lo acabemos mañana -se acercó a él rápidamente y lo tomó de la mano-. Tenemos que irnos a preparar la cena.
-¿No podemos esperar a que...?
-No, casi es de noche.
-¿Puede venir Joe?
-No, no puede -lanzó una mirada hacia atrás mientras caminaban. Él apenas era una sombra, de pie, junto al castillo de Rob-. Esta noche, no.
Joe puso la mano sobre la cabeza de Tas. El perro gimió e hizo amago de salir corriendo.
-No, Tas, esta noche no.
-Mis padres quieren que vuelva a casa para que mi madre cuide de Sarah mientras Annie trabaja, pero Annie no está segura de que sea lo mejor.
-A veces una no sabe si debe aceptar la ayuda de los demás -murmuró ______, pensando en Joe-. Y a veces no nos damos cuenta de la suerte que es tener a alguien dispuesto a echamos una mano -procuró concentrarse y se puso el archivador bajo el brazo-. ¿Ya ha llegado el señor Greenburg?
-Acaba de llegar.
-Bien, hágalo pasar, ¿quiere, Kayla? -se volvió hacia la oficina, pero de pronto se detuvo-. Ah, y Kayla, consígame un ejemplar del Quién es quién.
Capítulo 6
Joe estaba forrado.
______ aún estaba aturdida cuando llegó a casa. Su vecino de abajo, aquel de los pies desnudos y los vaqueros rotos, era el heredero de una de las mayores fortunas del país.
______ se quitó el abrigo y, a pesar de que no solía hacerlo, fue a guardarlo al armario. El hombre que se pasaba la vida relatando las nuevas aventuras del Comandante Zark procedía de una familia dueña de caballos de polo y casas de verano. Y, sin embargo, vivía en el cuarto piso de un edificio de apartamentos normal y corriente, en Manhattan.
Además, se sentía atraído por ella. ______ tendría que haber estado ciega y sorda para no darse cuenta de ello, pero, a pesar de que hacía semanas que lo conocía, él no había mencionado ni una sola vez su familia ni su posición a fin de impresionarla.
¿Quién era?, se preguntaba ______. Creía haber empezado a conocerlo y, sin embargo, de pronto volvía a ser un perfecto desconocido.
Tenía que llamarlo, decirle que ya estaba en casa y que hiciera subir a Robert. ______ miró el teléfono experimentando una aguda sensación de embarazo. Le había echado un sermón por contarle una mentira al señor Rosen. Y después lo había perdonado haciendo gala de compasión y, probablemente, también de condescendencia. Todo lo cual empeoraba lo que más odiaba en el mundo: hacer el ridículo.
Maldiciendo, ______ levantó el teléfono. Se habría sentido mucho mejor si hubiera podido atizar a Joseph Jonas con él en la cabeza. Había marcado la mitad de los números cuando oyó la risa de Robert y un ruido de pasos precipitados en el pasillo de fuera. Abrió la puerta y vio a su hijo sacándose la llave del bolsillo.
Los dos iban cubiertos de nieve. La que empezaba a derretirse goteaba del gorro de esquí y de las punteras de las botas de Robert. Parecían haber estado revolcándose por el suelo.
-Hola, mamá. Hemos estado en el parque. Nos hemos pasado por casa de Joe para recoger la bolsa y luego subimos directamente aquí pensando que ya estarías en casa. Ven, sal con nosotros.
-Creo que no voy vestida para guerras de nieve.
Ella sonrió y sacudió el gorro cubierto de nieve de su hijo, pero no se atrevió a alzar la mirada, y Joe lo notó.
-Bueno, pues cámbiate -él se apoyó en la jamba, ignorando la nieve que caía de sus pies.
-He construido un castillo. Anda, ven a verlo. Ya había empezado a hacer un soldado de nieve, pero Joe dijo que teníamos que subir para que no te preocuparas.
Ella alzó la mirada.
-Te lo agradezco.
Él la miraba pensativamente. Demasiado pensativamente, concluyó ______.
-Rob dice que haces unos muñecos de nieve fantásticos.
-Venga, mamá... ¿Y si viene una ola de calor de esas raras y mañana ya no hay nieve? Podría ser, por el efecto invernadero, ¿sabes? Lo he leído.
Estaba atrapada y lo sabía.
-Está bien, voy a cambiarme. ¿Por qué no le preparas a Joe un chocolate para entrar en calor?
-¡Vale! -Robert se sentó en el suelo, al lado de la puerta-. Tienes que quitarte las botas -le dijo a Joe-. Se enfada si le dejas huellas en la alfombra.
Joe se desabrochó la chaqueta mientras ______ se alejaba.
-Pues nosotros no queremos que se enfade.
Quince minutos después, ______ se había puesto unos pantalones de pana, un grueso jersey y unas botas viejas. En lugar del abrigo rojo, llevaba una parca azul un tanto desgastada. Mientras caminaban por el parque, Joe llevaba una mano sujetando la correa de Tas y la otra en el bolsillo. Ignoraba por qué le gustaba tanto verla así vestida, informalmente, con Robert de la mano. No sabía a ciencia cierta por qué deseaba pasar un rato con ella, pero era él quien le había sugerido a Robert que subieran juntos a convencer a ______ de que los acompañara.
El invierno le gustaba. Respiró profundamente una bocanada de aire frío mientras caminaban sobre la nieve suave y profunda de Central Park. La nieve y el aire punzante lo embelesaban, sobre todo cuando los árboles aparecían cubiertos de un dosel blanco y podían fabricarse castillos de nieve.
De niño, pasaba a menudo el invierno en el Caribe, lejos de lo que su madre llamaba «la suciedad y las molestias de la gran ciudad». Él se había aficionado al buceo y la arena blanca, pero siempre le había parecido que, en Navidad, lo suyo era estar entre abetos y no entre palmeras. Los inviernos que más le gustaban eran los que pasaban en la casa de campo de su tío en New Hampshire, donde había bosques para pasear y colinas por las que deslizarse en trineo. Cosa extraña, llevaba unas semanas pensando en volver allí cuando los Wallace aparecieron dos pisos más abajo. Hasta ese instante, mientras paseaban por Central Park, no se había dado cuenta de que había arrumbada aquel plan a un rincón de su mente en cuanto conoció a ______ y a su hijo.
Ella parecía azorada, molesta e incómoda. Joe giró la cabeza y observó su perfil. Tenía las mejillas coloradas por el frío y procuraba que Robert caminara entre ellos dos. Joe se preguntaba si se daría cuenta de lo obvias que eran sus tácticas. ______ no usaba a su hijo como esos padres que utilizan a su prole para satisfacer sus propias ambiciones. Joe la admiraba por ello más de lo que era capaz de explicar. Pero, al poner a Robert en el centro, había relegado a Joe al nivel de amigo de su hijo.
Y así era, pensó Joe con una sonrisa. Sin embargo, no pensaba conformarse con eso.
-Ahí está el castillo, ¿lo ves? -Robert tiró de la mano de ______ y luego salió corriendo.
-Impresionante, ¿eh? -dijo Joe y, antes de que pudiera impedírselo, le pasó un brazo por los hombros-. Tiene mucho talento.
______ procuró ignorar la cálida presión de su brazo y observó la obra de su hijo. Las paredes del castillo eran aproximadamente de sesenta centímetros de alto, lisas como piedra pulida, con un extremo en pendiente, de casi medio metro de altura, con forma de torre cilíndrica. Habían construido un arco de entrada lo bastante alto para que Robert cupiera bajo él a gatas. Al llegar junto al castillo, ______ vio que su hijo pasaba a cuatro patas por debajo y se ponía de pie dentro del castillo, con los brazos en alto.
-Es fantástico, Rob. Supongo que tú también habrás puesto tu granito de arena -le dijo en voz baja a Joe.
-Bueno, sí, aquí y allá -él sonrió, como si se estuviera riendo de sí mismo-. Rob es mejor arquitecto de lo que yo seré nunca.
-Voy a acabar el soldado de nieve -Rob pasó de nuevo por el arco arrastrándose boca abajo-. Haz tú uno, mamá, al otro lado del castillo. Serán los centinelas -comenzó a amontonar y alisar nieve sobre una figura medio formada-. Tú ayúdala, Joe, que este ya está casi hecho.
-De acuerdo -Joe recogió un puñado de nieve-. ¿Te molesta trabajar en equipo?
-No, claro que no -sin mirado a los ojos, ______ se arrodilló en la nieve.
Joe dejó caer el puñado de nieve sobre su cabeza.
-Suponía que era la forma más rápida de conseguir que me miraras -ella lo miró con enojo y empezó a hacer un montoncillo de nieve-. ¿Algún problema, señora Wallace?
Ella siguió amontonando nieve y guardó silencio unos segundos.
-He mirado el Quién es quién.-¿Ah, sí? -Joe se arrodilló a su lado.
-Estabas diciendo la verdad.
-Lo hago de vez en cuando -él empujó un poco más de nieve hacia el montón-. ¿Y?
______ frunció el ceño y comenzó a darle forma al montón.
-Me siento como una idiota.
-Te dije la verdad y tú te sientes como una idiota -Joe alisó minuciosamente la base del muñeco-. ¿Te importaría explicarme por qué?
-Dejaste que te echara la bronca.
-Es bastante difícil pararte cuando empiezas.
______ empezó a achicar nieve con las dos manos para hacer las piernas del muñeco.
-Me dejaste creer que eras un buen samaritano excéntrico y pobre. Hasta iba a ofrecerme a remendarte los vaqueros.
-¿De verdad? -conmovido, Joe la agarró de la barbilla con el guante cubierto de nieve-. Eres un encanto.
Ella no estaba dispuesta a permitir que el atractivo de Joe disipara su enojo.
-Lo cierto es que eres un buen samaritano excéntrico, pero rico -le apartó la mano y empezó a amontonar nieve para el torso.
-¿Significa eso que no vas a remendarme los pantalones?
Una blanca vaharada acompañó el suspiro exasperado de ______ .
-No quiero hablar más de esto.
-Eso ni lo sueñes -Joe reunió más nieve y consiguió enterrarla hasta los codos-. El dinero no debería molestarte, ______. Trabajas en la banca.
-El dinero no me molesta -ella liberó los brazos y le aplastó dos puñados de nieve en la cara. Para que no la viera reírse, se volvió de espaldas-. Preferiría que me hubieras aclarado la situación desde el principio, nada más.
Joe se quitó la nieve de la cara y, tomando otro puñado, sacó la lengua por un lado de la boca. Tenía mucha experiencia en cuestión de bolas de nieve decisivas.
-¿Y cuál es la situación según usted, señora Wallace?
-Te agradecería que dejaras de llamarse así en ese tono -ella se volvió justo a tiempo para recibir la bola de nieve entre los ojos.
-Lo siento -Joe sonrió y empezó a sacudirle la chaqueta-. Se me ha escapado. En cuanto a la situación...
-Entre nosotros no hay situación que valga -casi sin darse cuenta, ______ lo empujó con tanta fuerza que Joe cayó de espaldas en la nieve-. Perdona -dijo, riendo-. Se me ha escapado. No sé por qué, cuando estoy contigo, siempre me dan ganas de hacer estas cosas -él se sentó y siguió mirándola fijamente-. Lo siento -repitió-. Creo que lo mejor será olvidamos del tema. Ahora, si te ayudo a levantarte, ¿prometes no vengarte?
-Claro -Joe le tendió la mano enguantada. En cuando ______ se la dio, tiró de ella. ______ se cayó de bruces-. Por cierto, yo no siempre digo la verdad -antes de que ella pudiera contestar, la envolvió en sus brazos y empezó a rodar por la nieve.
-Eh, que tenéis que hacer otro centinela.
-Ahora vamos -le dijo Joe a Rob mientras ______ recuperaba el aliento-. Le estoy enseñando a tu madre un juego nuevo. ¿Te gusta? -le preguntó a ella mientras se ponía sobre ella otra vez.
-Apártate. Tengo el jersey lleno de nieve, y los pantalones...
-No intentes seducirme aquí. Tengo una voluntad de hierro. Puedo resistirme a eso y a más.
-Estás loco -ella intentó sentarse, pero Joe la apretó debajo de sí.
-Puede ser -le lamió una mancha de nieve de la mejilla y sintió que se quedaba muy quieta-. Pero no soy tonto -su voz había cambiado. Ya no era la voz desenfadada y cordial de su vecino, sino la voz lenta y aterciopelada de un amante-. Tú sientes algo por mí. Puede que no te guste, pero así es.
Ella estaba sin aliento, y sabía que no era por el inesperado ejercicio. Él tenía los ojos muy claros a la luz del atardecer, y su pelo relucía, espolvoreado de nieve. Su cara estaba muy, muy cerca. Sí, sentía algo por él casi desde el mismo instante de conocerlo, pero ella tampoco era tonta.
-Si me sueltas los brazos, te demostraré lo que siento.
-¿Por qué será que tengo la impresión de que no me gustaría? Pero da igual -la besó suavemente antes de que pudiera responder-. ______, la situación es esta. Tú sientes algo por mí que no tiene nada que ver con el dinero, porque hasta hace unas horas no sabías que lo tenía. Algunos de esos sentimientos tampoco tienen nada que ver con el hecho de que sienta afecto por tu hijo. Son muy personales, muy... íntimos.
Tenía razón. A ______ le dieron ganas de asesinarlo por ello.
-No me digas lo que siento.
-Está bien -de pronto, se levantó y la ayudó a ponerse en pie. Luego, volvió a tomarla entre sus brazos-. Entonces, te diré lo que siento yo. Tú me importas, ______. Más de lo que pensaba.
Ella palideció bajo las mejillas coloradas. Había una expresión exasperada en sus ojos cuando, sacudiendo la cabeza, intentó apartarse.
-No digas eso.
-¿Por qué no? -él procuró ser paciente y la miró con el ceño fruncido-. Ve haciéndote a la idea. Yo ya lo he hecho.
-Esto no me interesa. No quiero sentirme así.
Él le echó la cabeza hacia atrás y la miró fijamente.
-Tendremos que hablar de eso.
-No. No hay nada de qué hablar. Esto se nos está escapando de las manos.
-No, todavía no -él hundió los dedos entre su pelo sin dejar de mirarla-. Estoy casi seguro de que pronto se nos escapará de las manos, pero aún no lo ha hecho. Tú eres demasiado lista y demasiado fuerte para consentirlo.
______ intentó convencerse de que, al cabo de un instante, recuperaría el aliento. En cuanto se apartara de él.
-No me das miedo, ¿sabes?
-Entonces, bésame -dijo él con voz suave-. Casi es de noche. Bésame una vez antes de que se ponga el sol.
Ella se encontró de pronto inclinándose hacia él, con la cara alzada y los párpados cerrados, sin preguntarse por qué le parecía tan natural, tan delicioso, hacer lo que le pedía. Más tarde se haría preguntas, a pesar de que estaba segura de que las respuestas no serían fáciles de hallar. Pero, de momento, acercó sus labios a los de Joe y los sintió frescos y suaves.
El mundo era todo nieve y escarcha, castillos y cuentos de hadas, pero los labios de Joe eran reales. Se ajustaban a los suyos firmemente, entibiando su piel suave y sensitiva en tanto el latido presuroso de su corazón le caldeaba el cuerpo. A lo lejos se oía el trasiego de los coches que pasaban a toda prisa, pero allí, más cerca, a su lado, se oía el frote de sus chaquetas al abrazarse.
Joe quería suscitar su deseo, persuadirla, ver una sola vez que sus labios se curvaban en una sonrisa al apartarse de ella. Sabía que, a veces, incluso los hombres que preferían la acción y el impulso del momento debían proceder paso a paso. Sobre todo, siendo tan precioso el premio que los aguardaba.
Joe no estaba preparado para la aparición de ______ en su vida, pero creía que le sería más fácil que a ella aceptar lo que ocurría entre ellos. ______ seguía guardando secretos, heridas que solo en parte había curado. Sabía que no debía desear el poder de borrar todo aquello. Sus experiencias pasadas, todo cuanto le había ocurrido, formaban parte de aquella mujer de la que estaba a punto de enamorarse.
Así pues, procedería paso a paso, se dijo apartándose de ella. Y esperaría.
-Puede que esto haya aclarado un par de cosas, pero sigo creyendo que tenemos que hablar -la tomó de la mano para retenerla un momento más-. Muy pronto.
-No sé.
¿Se había sentido tan confusa alguna vez? Creía haber dejado atrás hacía mucho tiempo aquellos sentimientos, aquellas dudas.
-Subiré yo, o bajarás tú, pero hablaremos.
______ sabía que, tarde o temprano, Joe conseguiría acorralarla en un rincón.
-Esta noche, no -dijo, despreciándose por ser tan cobarde-. Rob y yo tenemos Cosas que hacer.
-Tú no eres de las que dejan las cosas para otro día.
-Ahora sí lo soy -murmuró ella, y se dio la vuelta rápidamente-. Robert, nos vamos a casa.
-Mira, mamá, acabo de terminar, ¿verdad que esta genial? -el niño se apartó para enseñarles su muñeco de nieve-. Ustedes solo empezaron el suyo.
-Quizá lo acabemos mañana -se acercó a él rápidamente y lo tomó de la mano-. Tenemos que irnos a preparar la cena.
-¿No podemos esperar a que...?
-No, casi es de noche.
-¿Puede venir Joe?
-No, no puede -lanzó una mirada hacia atrás mientras caminaban. Él apenas era una sombra, de pie, junto al castillo de Rob-. Esta noche, no.
Joe puso la mano sobre la cabeza de Tas. El perro gimió e hizo amago de salir corriendo.
-No, Tas, esta noche no.
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
ODIO SER TAN DURA CON EL POBRE JOE U_U AJAJA
APESAR DE ESO ME ENCANTO EL CAP ADE!!
LOS CAPS SON UNA TERNURA Y SON MUY ADICTIVOS JAJAJAJA
ESPERO QUE LA SIGAS PRONTITO PORQUE QUIERO SEGUIR LEYENDO MÁS :study:
AMO LA NOVE
APESAR DE ESO ME ENCANTO EL CAP ADE!!
LOS CAPS SON UNA TERNURA Y SON MUY ADICTIVOS JAJAJAJA
ESPERO QUE LA SIGAS PRONTITO PORQUE QUIERO SEGUIR LEYENDO MÁS :study:
AMO LA NOVE
F l ♥ r e n c i a.
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Claro que la sigo mi Flor! ^^
La verdad es que si son una ternura, me encantó desde el primer momento que la leí *o*
La verdad es que si son una ternura, me encantó desde el primer momento que la leí *o*
ForJoeJonas
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