Sombras del Pasado [James S. Potter, Albus S. Potter & Tú] [TERMINADA]

por **C.J. Potter** Jue 07 Feb 2013, 10:23 pm

Ficha de la serie

• Titulo: Sombras del pasado.
• Autor: Yo, Juliette.
• Adaptación: Si y no. Es basada en la excelente saga "Harry Potter" escrita por la querida J.K. Rowling, pero es una continuación con algunos detalles combiados.
• Género: Drama, Romance, Aventura, algo de Comedia, y por supuesto Fantasía.
• Contenido: Seguramente habrá escenas Hot. (Albille, Jamille, para todos los Teams, chicas xD ).
• Advertencias: Sí. Esta es una SEGUNDA parte; así que si no leíste la primera, te recomiendo que hagas click aquí y te la leas, o estarás más perdida que esquimal en el desierto del Sahara. Y nada más; cualquier cosa que surga, avisare previamente antes de publicar capítulo.Oh, y para cuando termines esta parte, hay una continuación: Link a la tercera parte. Pero PRIMERO hay que leer esta parte, porque sino vas a estar todavía MÁS perdida.
• Otras páginas: Potterfics y Fanfiction.

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Sinopsis

Venganza. Eso es lo único que ellos están buscando. No pretenden ganar una batalla perdida, ni mucho menos llevarse algo de poder. Ellos, simplemente buscan apaciguar ese odio irracional hacia los Potter, aquello que los impulsa a seguir con toda esta locura. Y, ¿qué mejor manera de atacar al fatídicamente famoso Harry Potter, que herir a sus hijos?

El plan es simple, y efectivo. Para fin de año, todo habrá acabado. Y no importa cuántas vidas se deban sacrificar en el proceso. El objetivo es uno solo.

Y... Por otro lado...

Un año nuevo comienza. Un año que definitivamente promete ser diferente. Y no solo porque los hermanos Potter sigan enemistados a causa de la bonita metamorfomaga, o porque la relación de Rose y Scorpius arma un inigualable revuelo.

Sino por ella. Kerianne Knightdale. La chica nueva; la hermosa rubia de ojos negros; la que competirá con Camille por los hermanos Potter; la que formará el cuadrado amoroso; la que causará más de un problema; la que llevará la palabra "Cambios" a un nuevo nivel. Pero, nunca vale fiarse de nadie. Mucho menos de alguien que luce tan inocente.

Porque... Nada es lo que parece, y mucho menos en Hogwarts.[/size]

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Ta dá! Hey, chicas, hola de nuevo :3 Ya las extrañaba (?)

Ok, para las que no me concocen (cosa que sería muy raro porque esta es una segunda parte), mi nombre es Julieta. Tengo 14 años, soy de Argentina, adoro escribir, y... AMO Harry Potter. Especialmente a James. ~~(A que no se nota :P)~~. Así que... Aquí estoy. Continuando con mi novela favorita. Es como mi bebé, y está creciendo :'| Me da melancolía, en verdad...

Bueeeeeeeeno, no las distraigo más. ¿Qué les parece la Sinopsis? Nunca fui buena con estas cosas, pero una Beta Reader dijo que era importante. Así que salió esa cosa. Bah, la idea en mi cabeza es mucho mejor -.-

Ok, ahora sí. Me despido.

Besos!

-Ju

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Personajes

Camille S. Lupin

Edad

16 Años

Apodo

Cam, Cami.

Sangre

Mestiza.

Aspiraciones amorosas

James y Albus Potter.

Amistades

Rose Weasley - Victoire Weasley - Dominique Weasley - Lily Potter.

Vida

Familia

Camille es huérfana de nacimiento; con un padre que se auto-asesinó en deplorables condiciones, y una madre que falleció al darle a luz. Ella no se queja en absoluto de la vida que ha tenido a pesar de todo, en Francia al cuidado de Bill y Fleur Weasley, quienes hicieron de padres adoptivos, compartiendo una amistad fraternal con los hijos del matrimonio: Victoire, Dominique "Niquie", y el pequeño Louis.
Cam tiene un hermano, Ted Lupin, al cual veía en los veranos, hasta dos años antes de que ella fuera a estudiar a Hogwarts.

Intereses

El quidditch en primer lugar. Luego le siguen las cosas difíciles en totalidad; cuanto más cueste, mejor. Quizás es por eso que se enamoró del imposible James Potter en primer lugar, aunque eso es imposible de saber.
También tiene evidente interés sobre DCAO, y planea ser Auror.

Estudios

Cam mantiene notas a un alto nivel, aunque sin superar a Rose en cuanto a los TIMO'S.

Personalidad

Camille no es como quien dice "una adorable niña". No, de hecho es todo lo contrario.
Podría decirse que su personalidad es explosiva. Se caracteriza en primer lugar por su orgullo y terquedad, los cuales la hacen una persona a la que le cuesta aceptar que se equivocaron.
Por otro lado, puede decirse que es alguien graciosa. Le fascina poder gastar bromas a la gente de tanto en tanto, y olvidarse de los constante dramas adolescentes por los que atraviesa.

Suele ser sarcástica todo el tiempo, aunque si tiene que decirte algo de frente solo lo dice, sin pensar mucho en las consecuencias que eso puede traer.
Quizás las palabras ambiciosa y perfeccionista también le queden a medida, porque es así: Ella sueña a lo grande, y espera que cada cosa que experimenta sea... Perfecta. no puede sentirse bien de otra manera.

Oh, y hay algo más que resaltar: Suele ser rápida para pensar bajo presión, pero no cuando tiene que recapacitar a fondo. Eso ha provocado que más de una vez tuviera un lío en la cabeza. Y más de una vez eso fue a causa de un par de hermanos.

Relaciones

Camille tiene por mejor amiga a Rose Weasley. Desde el primer día ellas conectaron; y sería imposible que no fuera así, ya que son parecidas en todos los aspectos.
Por otro lado, Victoire y Dominique más que amigas son hermanas, y de hecho suelen llamarse "primas". Es Vic quien actúa de hermana mayor-madre, y Niquie quien la lleva a desenvolverse más.

Respecto al amor, su vida es un embrollo. Tiene claro a quién ama, pero no lo considera correcto.

By Skinny Lyon for SC

por **C.J. Potter** Vie 08 Feb 2013, 12:08 pm

Capítulo 1

“Nuevos Comienzos”

“Nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final”.
-María Robinson

Escritora POV

Era una hermosa mañana en Ottery St. Catchpole. El verano dejaba su marca con un sol abrasador, pero la fresca brisa matutina era lo suficientemente capaz de solucionar eso.
Varios muggles comenzaban el día, abriendo las ventanas y regando las flores. Como cualquier mañana. Algunos niños se despabilaban, y el ruido acogedor del pueblo empezaba a fluir. Incluso, ya se podía oler el aroma a pan recién horneado de la panadería local, y los pájaros cantaban felizmente ¡Tan perfecto!

Pues, era otro día como cualquiera. Pero… no era lo mismo en las afueras de Ottery.

Al movernos hacia el paisaje agreste, donde lo único que había era césped y árbol, acompañado de la usual fauna de las colinas inglesas-irlandesas…también hallábamos casas.

Había cuatro de ellas. En una, el viejo señor Xenophilius Lovegood disfrutaba de la llegada de sus nietos. En otra, el matrimonio Diggory contemplaba –como todas las mañanas- el retrato de un joven de cabellos cobrizos y encantadora sonrisa, anhelando lo imposible. Los Fawcett, en cambio, se dedicaban a jugar un mini partido de quidditch en familia, riendo y disfrutando el momento.

Y en la cuarta…

— ¡Te he dicho mil veces que no! — gritó una chica de cabellos pelirrojos, dirigiéndose a su padre.

El hombre, -del cual la joven había obtenido su hermoso cabello- entrecerraba los ojos como un niño, frunciendo los labios.

Estaban en la cocina; una pequeña habitación con una mesa circular de madera al medio, donde una mujer castaña y otra rubia conversaban, prestándole poca atención a la diaria discusión de las mañanas. Por último, una señora regordeta, cuyos cabellos rojizos estaban algo canos, se dedicaba a lavar la vajilla del desayuno, agitando la varita mientras miraba con cierta pena a su nieta.

— ¡Tú no decides eso, Rosebud! — repuso firmemente el hombre, cuyo nombre era Ron Weasley. Su hija jadeó exasperada.

— ¡Sí lo decido! ¡Y yo decido que seguiré siendo novia de Scorpius, te guste o no papá! — exclamó decidida, cruzándose de brazos.

La pequeña Rose Weasley –que ya no era tan pequeña, pues tenía quince años-, era una copia pelirroja de su madre, Hermione. Y si algo sabía Ron de ambas, es que eran tan tercas que sacarles una idea de la cabeza sería tan difícil como esperar que una Snitch se calme por sí sola. ¿No había seguido Hermione con la P.E.D.D.O desde la escuela hasta ahora en el Ministerio? ¡Claro que sí! Y nadie había logrado que deje ese proyecto. Lo mismo estaba pasando con su bebé. Y eso era más doloroso para Ron que cualquier otra cosa.

La niña de sus ojos, con un Malfoy. La vida parecía darle una lección.

— ¡Pues no me gusta! — Soltó entonces el hombre, negando con la cabeza—. ¡Vete a tu habitación, ahora! — demandó, al darse cuenta de que no tenía más que decir. Ya había tratado con todo, y nada funcionaba. Se recordó reclamar sobre todo esto a James y Ted, quienes se suponía que cuidarían de ella.

La pelirroja bufó, evidentemente fastidiada, y corrió escaleras arriba. Cuando se oyó el portazo, supieron que ya estaba enfurruñada con su padre otra vez.

Hermione, le dirigió a su esposo una mirada de desaprobación, y él simplemente se encogió de hombros, regresando a sentarse al sofá al lado de su hermano mayor, Bill Weasley, que leía El Profeta; aunque una sonrisa burlona se dibujaba en su rostro.

— Tú no digas nada. Qué bien tienes con Victoire— masculló Ron, anticipándose a lo que su hermano diría. Y el rostro de Bill se ensombreció ante la mención del “pequeño problema púrpura”.

Camille POV

Rose había entrado con ímpetu en la habitación que compartíamos junto a Victoire y Dominique, dando un fuerte portazo. Ni siquiera tuve que preguntar qué había pasado. Desde que llegamos, todas las mañanas son iguales: Gritos, celos, reclamos y finalmente un el azote de la puerta. Ron Weasley no aceptaba la relación que ella mantenía con Scorpius, al igual que no lo hicieron sus primos en un primer momento.

— ¡Es increíble! ¡Sencillamente increíble! — farfulló ella, tirándose sobre su cama. Sonreí levemente. Así empezaba su monólogo sobre “Porque Scorpius es fantástico”.

— ¿Qué es increíble, Rose? — preguntó Victoire, que leía una carta. Ella también conocía el libreto.

— ¡Mi padre! — Obvió, gruñendo—. ¡Todo el tiempo reclamándome por Scorpius! ¡Y ni siquiera tiene más razones que “Porque es un Malfoy”! ¡Si lo conociera…! ¡Ahh, si lo conociera podría darse cuenta que él es una de las mejores personas que existen! ¡Tan dulce, y siempre…!— el inicio de su discurso, fue interrumpido por un chillido de parte de la rubia. Levanté la mirada del libro que estaba leyendo, asustada, viendo como la sonrisa de “boba enamorada” de Rose se desvanecía con cierta decepción.

— ¿Qué sucede? — inquirí, poniéndome de pie y acercándome a leer la carta que la rubia aun tenía en las manos. Se tapaba la boca y apuntaba a una parte en concreto:

“…Y ya no veo la hora de volver a verte. Pero, eso no sera problema, porque…¡ ¡ a que no sabes que? Este domingo iremos. Y ahi nos quedaremos el resto del verano. No es genial? Claro, sera incomodo que Cam se incluya a los “amargados que viven encerrados en sus cuartos”, pero al menos podre verte! Ah, y si. Los chicos estan terriblemente aburridos. Se tomaron esto del odio a pecho. James ya ni siquiera quiere salir, y FUMA! Lo puedes creer? A la tia Ginny casi le da algo cuando se entero.
Y hablando de otro tema, recuerdas que el otro dia mencionaste algo sobre un regalo de bienvenida? Bueno, me lo pense y creo que ya se lo que quiero. Te acuerdas de “eso” que hicimos en la Sala de Menesteres la ultima semana? Cuando tu te ponías…”

Hice una mueca, y dejé de leer. Vi que Rose abría los ojos de par en par, y se alejaba de vuelta a su cama con los colores en el rostro.

— Vaya… Vendrán— murmuré, mordiéndome el labio inferior. La rubia me examinaba con la mirada, y la pelirroja parecía estar pensando en algo, con una profunda expresión de preocupación—. ¿Cuándo es domingo, Vic?

La rubia desvió la mirada al suelo, y alguien, que acababa de entrar, dijo:

— Hoy. ¿Por qué? — volteé la cabeza, confundida, encontrándome con una pelirroja pequeña, de grandes ojos chocolate. Sonreí ampliamente, y corrí a abrazarla.

— ¡Lily! ¿Cuándo llegaste? — cuestioné, dándole un beso en la mejilla. Esa niña había estado conmigo desde que llegamos del pasado. Estaba curiosa por nuestra “aventura”, como ella lo llamaba, y el resto estaba muy ocupado para narrarles nuestras “Aventuras”, como ella decía. Rose con Scorpius, Ted con Victoire, y bueno… Los otros dos en sus cosas. Así que, al final, la pequeña Potter terminó siendo quien me ayudó a salir del pozo de depresión “soy lo peor que existe en la Tierra”, con su risueña personalidad. O al menos consiguió que dejara de llorar todo el tiempo. Los Potter tienen algo que puede conmigo.

— Recién— respondió, mientras era presa de los abrazos de sus dos primas. Incluso Dominique, que hasta entonces había permanecido en su cama –al rincón de la habitación-, pintándose las uñas, se levantó para saludarla.

Ah… Dominique. Últimamente, hemos vuelto a hablar. Tuve que contarle lo que sucedió con James y Albus, porque sería inhumano no hacerlo. Después de todo, ella fue mi mejor amiga durante años, demasiados para olvidarlos por algo tan tonto. Estaba diferente, sí, pero seguía siendo Niquie para mí. Especialmente ahora, que había perdido la mitad de las personas que más quería.

— ¿Sabes? Tienes a mis hermanos locos— comentó divertida e inocentemente, un rato después -tras habernos hecho un breve resumen de su verano hasta el momento-, apoyándose contra la pared. Me sonrojé, y traté de no pensar en eso. Llevaba mucho tiempo dedicándome a tratar de cumplir con lo que James había pedido, como para arruinarlo todo de golpe. Otra vez.

— Oh, no digas tonterías Lils— murmuré, rascándome la nuca. Rose y Victoire se miraron con complicidad, y en el rostro de Dominique se dibujó una sonrisa llena de gracia.

— ¡Pero es verdad! Hace unos días los oí discutiendo en el jardín, cuando mamá y papá se fueron a cenar con los Scamander. Y, ¿a que no sabes por qué se gritaban? — alzó las cejas pícaramente, y una terrible necesidad de echarme bajo las sábanas comenzó a urgirme.

— ¿Quién tiene la mejor varita? — sugerí, haciéndome la desentendida. Un ruido se oyó desde abajo, pero fue lejano, pues estábamos en el quinto piso. Esta había sido habitación de Charlie, quien ahora estaba en Rumania, como la mayor parte del tiempo.

— ¡No! ¡Era por ti! — Exclamó, abriendo los ojos exageradamente con una sonrisa—. La verdad, no entendí mucho, porque decían cosas como “Tú lo hiciste”, “Fue ella quien comenzó”, “Sí, lo hicimos” — citó, imitando pobremente las voces de sus hermanos. Me mordí el labio inferior de solo pensar qué habrán dicho—. Usaban demasiado el verbo “hacer”, y la mayor parte no tenía sentido, aunque… ¿No es romántico? Digo, sé que odias a James, y que ya no te hablas con Albus, pero…— Oh, sí. Eso es lo que todos piensan desde nuestro regreso. Que nada cambió entre el mayor de los Potter y yo, y que Albus se había distanciado de mí. Es mucho, MUCHO mejor de esa manera.

— No. No es romántico. Es horrible— musité, interrumpiéndola. Ella me miró confundida, entornando los ojos, como si yo tuviera un problema que no era visible a simple vista.

— Um… ¡Hay que bajar a saludar! — indicó Victoire, salvándome de una larga e innecesaria explicación respecto a que yo era una “enemistadora de hermanos”. –Y no, no existe esa palabra-.

— ¡Exacto! — apoyó Niquie, conteniendo la risa. Yo no le veía el chiste, pero aun así agradecí eso, y asentí rápidamente con la cabeza. Lils soltó un “De acuerdo”, confundida por la evasiva del tema, y salimos en tropel por la puerta del dormitorio. Hasta que caí en la cuenta de la estupidez que estaba a punto de cometer y me detuve en seco, girando para regresar a la habitación.

Desde el comedor se oían voces. Aunque no lograba atrapar palabra alguna, reconocí una de ellas. Era Ted. Y las ganas de bajar regresaron. Es increíble extrañar tanto a ese bobo; pero no se imaginan cuánto he querido verlo desde que terminaron las clases.

Los Potter, habían acordado con Fleur y Bill que yo me iría a vivir con ellos luego de terminar este año, para estar más tiempo con mi hermano. Pero, obviamente, luego de todo lo que pasó, lo menos indicado que podía hacer era irme a vivir con esos dos; ¡sería una locura! Así que, disculpándome con Harry y Ginny, tuve que decir que no.

— Hey, ¿a dónde vas? — inquirió Rose, tirando de mi muñeca. Giré a verla, lanzándole una mirada elocuente, y ella rodó los ojos—. Tendrás que verlos en algún momento. Además, están todos ahí abajo, así que no se armará ninguna escenita.

— Eso no es lo que me preocupa— bisbiseé, pero aun así dejé que tirara de mí hasta las escaleras. De acuerdo, veré a mi exnovio –que posiblemente aun me atraiga- y su hermano, el cual parece gustarme. ¡Yupi!

Efectivamente, la sala de estar de La Madriguera estaba llena. Hermione, Ginny y Fleur charlaban animadamente sentadas alrededor de la mesa, y no parecieron reparar en nosotras cuando llegamos. Ron, Albus y Harry estaban viendo con interés infantil una revista de escobas mágicas, sentados en el sofá. Bill, estaba en un rincón, de brazos cruzados y mirando intimidantemente a Ted, cuyo cabello era totalmente verde, al igual que su remera; como una planta gigante.

Y ahí estaba él. Hablando con Molly, sentado en un sillón de un cuerpo. Él tampoco se fijó en ninguna de nosotras, lo cual agradecí, porque podía sentir el tono rojizo apoderarse de mis mejillas. Es simplemente increíble que pueda estar más guapo de lo que recordaba. ¿Hace cuánto no lo veo? ¿Un mes? ¿Un mes y medio? ¡Y ya hasta parece estar más alto!

Vacilante, seguí a Rose, sin saber bien qué hacer ahora. La pelirroja se acercó primeramente a su tía, y le dio un gran abrazo, mientras yo me quedaba junto a ella como zoombie.

— Hey, Cam— el primero en fijarse en mí, fue un desesperado y nervioso Ted, que quería escapar como fuera de las garras de Bill. Sonreí, y por primera vez en tiempo me sentí realmente feliz al hacerlo. Fui a zancadas hasta él, y salté en sus brazos, que me esperaban abiertos. Necesitaba a mi hermano ahora. Tanto como lo necesité cuando Fleur y Bill me contaron sobre mis padres, o cuando comencé a ir a Beauxbatons. Tanto como nunca.

— Te extrañé— murmuré, aun abrazándolo.

— Yo también enana— repuso, alegremente. Y ese simple gesto me provocó ganas de volver a tener cuatro años, y poder llorar en su hombro mientras le contaba quién me había hecho daño. Pero, había dos grandes problemas con ese deseo: El primero, es que no podrá volver a tener cuatro años nunca. Y el segundo, es que yo misma me hice daño.

Cuando finalmente lo solté, Victoire se acercó a él, sonriente, y le plantó un beso en los labios, ante la mirada estupefacta de Bill. Contuve una risa y me alejé lentamente hacia atrás, definitivamente no quería ser parte de eso, menos al ver “La vena” del Weasley hincharse.

Y entonces choqué con alguien. Maldición. Volteé, temiendo con quién me encontraría, y di un respingo hacia delante al hallarme con el rostro de Albus. Giré para mirarlo de frente, como tildada. Estaba… Lucía… Bien.

— Hey— saludó, como si nada. Entrecerré los ojos, entre confundida y exasperada. ¿A este sí le tiraron un Obliviate o qué?

— Hey— repuse, lentamente, temiendo que se hubiera vuelto bipolar o algo así, y en cualquier momento sacara su varita y comenzara a tirar Desmaius a todo el mundo.

— Te eché de menos— confesó, y me dio un abrazo, dejándome más pasmada aun. No sabía qué hacer con mis brazos, así que opté por quedarme quieta hasta que me soltó. Y entonces me di cuenta, con cierta vergüenza, de que eso se había sentido bien. Pero no. Sacudí la cabeza levemente, y traté de sonreír, todavía demasiado shockeada como para hablar. Yo creí que me evitaría totalmente, como en Hogwarts. No eso. Por suerte, Ginny me sacó del gran apuro.

— ¡Camille! — dijo ella, alegremente, dándome un beso en la mejilla acompañado de un abrazo. Tengo que admitir que hacía rato no recibía tantos abrazos.

— Ginny, que gusto verte— comenté, sinceramente. Esta mujer me cae de maravillas, y… Acabo de darme cuenta de que fue mi suegra.

— Lo mismo digo. Lily estaba ansiosa por volverte a ver— contó, sonriente.

— Y no era la única— murmuró Albus, ganándose una mirada pícara de su madre. Y otro más se sumo al grupo. Harry Potter. Él me dedicó una sonrisa y tendió su mano, la cual acepté con un corto estrechamiento.

— Estás igual que como te recuerdo— comentó, dejándome confundida. ¿Cómo me recuerda? Pero si él… Él no me… No puede ser, él no me había visto como realmente era nunca. Salvo…

— ¡Lo recuera! — exclamé, abriendo los ojos de par en par. Enseguida me tapé la boca, notando que había pensado en voz alta. Él y Ginny se miraron con complicidad.

— Digamos que sabemos muchas cosas— se limitó a decir la pelirroja, dándose la vuelta mientras tiraba a su marido con ella. Miré al ojiverde, totalmente anonada, y él me devolvió la mirada de sorpresa.

— ¿Crees que sepan lo de…?— no terminó la frase, pues con su mirada de alerta decía todo. Sonreí irónicamente.

— Sí. Estoy segura de que saben todo. Incluso que tú podrías ser el padre de la mitad de nuestros compañeros— él rodó los ojos, aunque pude detectar preocupación en su mirada.

— No la mitad. Solo una cuarta parte— corroboró presumidamente—. El resto era menor o muy grande— aclaró luego, ganándose un codazo de mi parte. Él río ante esto, y por unos momentos pude sentir que todo era como antes. Pero la realidad cayó sobre mí como un balde de agua fría. Jamás sería como antes.

— Hola— musitó alguien detrás de mí. Y reconocí esa voz como si fuera la mía propia. Se oía fastidiado. Ambos giramos al mismo tiempo, encontrándonos con el ojiavellana, cruzado de brazos.

— Hola, James— dije, procurando que mi voz no temblara. Realmente de cerca se veía aun más guapo. Y de manera masoquista recordé cómo era estar entre sus brazos.

— Wow, se puede sentir la tención— acotó irónicamente Albus, haciendo como que tomaba algo en el aire. Él también de pronto estaba fastidiado. Me pregunté qué rayos pasaba con estos dos. La última vez que los vi, ambos me odiaban; y ahora parecían estar compitiendo por quien me hacía pasar un momento más incómodo.

— Cállate— soltamos yo y el pelinegro al mismo tiempo, lo cual generó un sonrojo de mi parte, y que Albus luciera aun más molesto.

— ¡Chicas! ¡Ayuden aquí! — llamó Molly desde la cocina, y me pareció una voz muy lejana, como un salvavidas.

— Ohm… Yo… Voy… Cocina— titubeé, apuntando tontamente con el pulgar hacia atrás. Suspiré resignada, y sencillamente giré sobre mis talones, caminando –o más bien huyendo-, lo más rápido que pude, hasta donde me habían llamado. Allí era un revuelo de mujeres. Las mayores usaban su magia para pelar papas, mezclar ollas, condimentar pavos, o prender las hornallas. Y entre todo el barullo, Dominique, Victoire, Lily, y Rose, se apiñaban en la mesa de madera, cortando las papas que Ginny pelaba con la varita, entre quejas y bufidos.

La pelirroja mayor me miró inquisitivamente cuando me puse a cortar a su lado, pero yo simplemente traté de ignorarla. Quería guardar dentro de mí esa sensación de normalidad, todo el tiempo que pudiera. Aunque no levanté la mirada para ver si los chicos seguían ahí o qué. Me limité a eso. Capturar el momento en mi memoria.

Luego tendría tiempo para devanarme los sesos tratando de encontrarle sentido a todo este circo.

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De verdad que extrañaba escribir esta Novela :| Ok, ¿qué opinan del primer capítulo? Me costó tanto saber cómo empezar de nuevo.

Besos!

por **Potterhead** Vie 08 Feb 2013, 1:30 pm

LO AME!
Pobre Rose.....
Bueno fuera de eso...ALBUS SALUDO A CAMILLE! Party Hard (?
Lily contandole a Camille lo de las peleas y diciendole que siempre decian algo de "hacer" algo jajajaja
JAMES FUMA!?!?!?!?!
Me imagino la cara de Bill cuando Victorie beso a Teddy ajjajajaja
Juro que ame la sinopsis y el cap te quedaron geniales!
Y creo que puedo decir Primera lectora (siempre quise decir eso)!!!
WIIIIIIII
Siguela!
Beshos
Andy

por Invitado Vie 08 Feb 2013, 3:45 pm

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH¡¡¡¡¡¡¡¡¿
POR JESUS SANTISIMO ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ESTA GENIAL¡?¡¡¡¡¡¡¡¡¡
NO ME CAE BIEN LA RUBIA, Kerianne Knightdale
LA ODIO¡¡¡¡¡¡¡¡¡
YO NO QUIERO QUE CAMILE COMPARTE A JAMES Y ALBUS CON OTRA PERSONA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ASÍ ESTAMOS BIEN¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
QUE SE MUERA LA NIÑA¡¡¡¡¡
NO ME IMPORTA SI ES MAS LINDA QUE EL CARAJO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ELLOS SON DE CAMILE¡¡¡¡¡¡¡
Y ESO NO DEBE CAMBIAR¡¡¡¡¡¡
AAAAAAAAAH¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
QUE CARAJOS PASA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
CAMILE NO LOS QUIERE COMPARTIR¡¡¡¡¡¡
CAMILE EGOISTA¡¡¡¡¡¡¡
COMO ASÍ QUE JAMES FUMA¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ESO ESTA MAL¡¡¡¡¡¡
QUIERES MORIR O QUE ¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ALBUS Y JAMES ESTAN RE SENSUALES¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Y LA HISTORIA ESTA GENIAL¡¡¡¡¡¡
Y CUANDO ALBUS NOS ABRAZO¡¡¡¡ FUE GENIAL¡¡¡¡¡ Y QUE BROMEAMOS CON EL¡¡¡¡ Y TODO EMPEZO A SER IGUAL QUE ANTES¡¡¡¡¡¡¡¡ FUE GENIAL¡¡¡¡¡¡¡¡
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH¡¡¡¡¡
SIGUELA PRONTO¡¡¡¡¡¡¡ BESITOS¡¡¡¡¡¡

por **Kit Walker** Vie 08 Feb 2013, 7:15 pm

Qué carajo.
¿Qué carajo?
¿QUÉ CARAJOS PASÓ AQUÍ?
Yo creo que tú me quieres asesinar realmente, estoy jodidamente retorciéndome en el suelo (un crucio que te mandé me rebotó :c). NECESITO AIRE. A I R E.
¡Mierda, Julieta, deja de escribir así! Te odio tanto porque tus novelas son demasiado buenas y tienes bastante imaginación, además de que hagas sufrir a mis dos amores peleoneros.
OSEA, ¿QUÉ PEDO?
¿JAMES FUMA?
¿Y LA TIPA CON EL NOMBRE RARO QUE NO PUEDO ESCRIBIR NI PRONUNCIAR?
¿Que James está más guapo? ¿Y supongo que Albus también? Eso es imposible. Aaron y Logan están demasiado partibles csm, no se puede más (yo los imagino así).
JAJAJAJAJJA, sabía que Ron estaría así XD, amé esa escena. Ya me imagino que hasta las orejas se le ponen rojas por lo enojado que está.
En fin.. ESTOY SUFRIENDO.
:lloro: :lloro: :lloro:
Necesito otro capítulo YA o te mando CRUCIO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! C R U C I O!!!!!!!!!!!!
Estaré de mala gana todo el día porque no sabré qué pasará.. básicamente así:
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JASKDJASKFJASDKDRIRFWMIE, listo, me largo porque me botan de la compu D:
Oh!! Y espero que James no contagie a Albus de sus malos hábitos fumadores (?, MALO MALO MALO!!!

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~~estúpido y sensual Lerman~~

Lol, amo a Albus en serio XD.. Lo quiero con Cam ya D: o sino conmigo (?).. Además Logan es mi actor favorito, lo cual contribuye un poco a mi amor al bonito azabache (?
Ok, ya.. me largo indignada (?.
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por **C.J. Potter** Dom 10 Feb 2013, 1:17 pm

Capítulo 2

“Simplemente desalentador”

"Si no eres parte de la solución, eres parte del problema."

-Anónimo

Escritora POV

— Yo creo… Que se volvieron locos— comentó la pelirroja, Rose, que estaba paseando por el Bosque detrás de La Madriguera, acompañada de cierta pelinegra. Camille soltó una risita irónica, recordando la última semana.

Primeramente, la extraña manera en la que la saludaron los hermanos Potter al llegar, y aquel abrazo de Albus. Eso fue lo más shockeante, porque la Lupin creía que la ignorarían olímpicamente, como habían hecho las últimas semanas en Hogwarts. Pero no. De pronto aparecían, y parecían competir por su atención.

Claro que, James aun la ignoraba -y probablemente la odiara-, pues al fin y al cabo era su ex, y ella le había roto el corazón al engañarlo con su hermano en un acto de suprema estupidez. Pero, cada vez que veía a Albus con Camille, el Potter hacía algo para que, o estén siempre acompañados, o no pudieran hablar. Por ejemplo, pagarle a Fred y Hugo para seguirlos mientras paseaban por el jardín; recordarle a Fleur que Camille tenía pilas de tarea para Hogwarts; -decirle a Ted, que le diga a Victoire, que le diga a la Lupin-, que Albus era un idiota; ofrecerse para desgnomizar el jardín en el mismo momento en el que Alb le había pedido “hablar a solas” afuera. ¡Y tantas cosas más!

Camille, incluso había llegado a pensar que él estaba celoso, y seguía enamorado de ella. Pero ese pensamiento se fue tan rápido como llegó, pues si ni ella misma podía quererse tras lo que le hizo, menos lo haría él. Lo más probable, se dijo la chica la noche de ayer, es que quiera vengarse. Que quiera que ambos –Albus y ella- pasen un mal rato. Y definitivamente, que no estén juntos.

Por supuesto, no es que Cam haya tenido en mente “tener algo” con Albus. Sería sumamente estúpido. ¿Por qué? Bueno, es muy obvio. Él es el hermano de James –a quien, aunque le duela en lo más profundo admitirlo, sigue queriendo-, es un mujeriego –como lo fue alguna vez “Él”-, y definitivamente tendría poquísima moral salir con él luego de que fue a causa de ese beso que se dieron, que ella y su novio terminaron. No, imposible. Albus podía ser muy lindo, pero había muchos chicos así. Aunque, a decir verdad, la Lupin no quería saber de novios por ahora, menos teniendo a James Potter en la casa a su lado.

— Lo están— coincidió la pelinegra, que pasaba la yema de los dedos por unas extrañas y suaves flores lilas—. No los entiendo… ¿No pueden simplemente dejar que los olvide como él me pidió?

La pelirroja, abrió la boca para contestarle, pero la volvió a cerrar, y en sus ojos reflejó una idea.

— ¿Me repites qué te dijo mi primo ese día? — pidió, con ese tono que indicaba que amarraba cabos. Camille suspiró de solo pensar en ese momento.

— Dijo que “olvidáramos todo” — citó, tratando vanamente de imitar la seductora voz de James. –No es que ella la considere de ese modo, claro que no-.

La Weasley, entrecerró los ojos unos momentos, y de pronto solo soltó un “Lo sabía”, con una sonrisa triunfal, que daba a entender que acababa de “develar un misterio”.

— ¿Qué sabías que ya no supieras antes, Rosie? — inquirió Cam, ligeramente sarcástica. La pelirroja le dedicó una mueca.

— Creo que con “olvidar todo”, se refería a que olvidarán que salieron. Su romance— la pelinegra, con los ojos en blanco, la interrumpió para soltar un “No me digas”, pero Rose continuó hablando: —. No a él.

Camille tardó en comprender a qué se refería, pero cuando lo hizo se paró de súbito, junto a un arbusto de frutos que no reconoció, y pestañeó varias veces, pensando qué cosas cambiaba eso. ¿Olvidar solo su romance? ¿Como un Borrón y Cuenta Nueva? ¿Solo…?

— ¿Pretende que sigamos como éramos antes de todo eso? — soltó, estupefacta, sintiéndose seriamente dolida nuevamente. ¡Como si todo lo que vivieron no hubiera valido nada! Eso era peor de lo que pensaba. La idea de simplemente sacarlo de su vida le parecía mejor en estos momentos.

— Exacto— afirmó Rose, con un brillo de pena en los ojos. Posó una mano sobre el hombro de su amiga, que lucía abatida—. ¿Te sientes bien?

— Eh… Sí… solo… ¿Podemos volver? — pidió, añadiendo una leve sonrisa al final, para confirmarle que lo estaba—. Chris vendrá hoy. Y no quiero que llegue y lo reciba la Mafia Potter. ¡Ni Bill! — hizo una mueca de horror, y Rose rió. Luego se imaginó a Scorpius siendo recibido por su padre, y puso una expresión parecida.

***

Estaba sentada en un sillón de madera que había junto a la entrada de La Madriguera. Lo habían colocado allí para cuando nació Lily. Molly y Arthur solían sentarse en él, a contarles cuentos a sus nietos; donde un niño huérfano de anteojos vencía al Ser más temido de la comunidad mágica; donde un viejo y sabio anciano daba lecciones de vida a los más jóvenes, y ayudaba al niño con su cometido, arriesgando su propia vida en el proceso.
Esa era la clase de historia que James y Albus Potter más amaban. De las cuales alguna vez debatieron. De esas que ambos siempre quisieron tener. Pero… cuando pensaban en ello, siempre se imaginaban juntos, peleando espalda con espalda como lo había hecho el Gran Harry Potter con sus mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger. Algún día lo harían. Pero ahora, estaban tan distanciados que aquellas cosas simplemente habían sido llevadas con el viento. Un viento con apellido y nombre, y bonitos ojos turquesa.

— ¡Hey! — se oyó a lo lejos. La Lupin se incorporó rápidamente, y entornó los ojos, hasta ver una cabellera castaña a unos metros. Sonrío, pero su sonrisa desapareció al notar que una rubia iba a su lado. Gwen.

La chica que el año anterior se había besado con James. La que generó esos terribles celos en la metamorfomaga durante las vacaciones de invierno. Ella, el cierta parte, había sido quien despertó a Cam de su sueño; la que la abofeteó con la triste realidad de que ella estaba enamorada de James Potter.

Los Fawcett tardaron en llegar hasta donde estaba sentada la pelinegra, pero cuando finalmente lo hicieron, ella se puso de pie para abrazar a su amigo, realmente aliviada de verlo por la casa en tanto tiempo. Cuando lo soltó, miró con cierto desagrado a su hermana, y le dio un forzoso beso en la mejilla a modo de saludo.

— ¿Cómo has estado? — preguntó Chris, luego de que la Lupin se volviera a mirarlo. Ella suspiró con una sonrisa sarcástica.

— De maravillas. No te imaginas qué bien— ironizó, negando con la cabeza.

— ¿Tan así?

— Bueno…— miró a la rubia, que lucía ligeramente incómoda, y se acercó a la puerta, abriéndola para ella. No pretendía hablar frente a Gwen, y además, lo más seguro es que ella viniera a ver a Dominique, o a él.
Aun así, antes de dejarla entrar, asomó la cabeza para avisar que ella llegaba, encontrándose con nada más y nada menos que James, leyendo una revista de los Chudley Cannons. No pudo evitar hacer un comentario sobre eso.

— Ugh. Tú no cambias el mal gusto en el quidditch— soltó, provocando que él levantara la cabeza, realmente sorprendido al ver que finalmente le dirigía la palabra. Frunció el ceño.

— ¿Estás hablando de ti, cierto? Porque eres tú la fanática de las Arpías— repuso, generando una estúpida sonrisa en la chica, que borró al instante. Recordaba que ella era seguidora de ese equipo. Claro, ella también recordaba que él amaba a los Chudleys.

— No creí que recordaras— murmuró, pero no dio tiempo a comentarios –que quizás nunca llegarían-, porque agregó: —. Las Arpías ganaron los últimos dos Torneos de Quidditch, querido James. Pero, no estoy aquí para discutir cosas obvias; Gwen y Chris están aquí— y el rostro del Potter se iluminó, generando un retorcijón en el estómago de Camille de solo pensar en qué cruzaba por su malévola mente.

— ¿De veras? Hazlos pasar— indicó, dejando de lado su revista. La chica, frunció los labios, y dudó un buen rato, dando varias miradas de soslayo hacia donde Christopher esperaba. Finalmente, soltó un suspiro, y se metió completamente dentro de la casa, cerrando suavemente la puerta detrás de sí y apoyándose sobre ella. El ojiavellana la miró confundido; nunca a los ojos, para variar.

— Escucha, si piensas besuquearte con esa rubia, al menos hazlo en privado. Me gusta dormir sin pesadillas, ¿sabes? — murmuró la pelinegra, consciente de lo hipócrita que estaba siendo. Pero de verdad no le gustaría encontrarse con él y la zor… ella, besándose en el sofá o algo así. Sería el remate de su corazón, a pesar de que probablemente se lo mereciera.

— Es irónico que seas tú quien me dice eso— repuso seriamente James. Y por unos instantes la miró a los ojos. Solo había odio, y dolor en ellos. Suficiente para que Camille sintiera su alma caerse a los pies; no habían hablado de “eso” ni por asomo, desde aquella vez que le dijo que olvidara todo.

— ¿Sabes qué? Olvídalo. Haz lo que quieras. Yo me quedaré afuera con Chris— musitó, tragando fuertemente. Ahora era ella quien no lo miraba a los ojos. Abrió la puerta nuevamente, encontrándose con los dos hermanos hablando. Le indicó a la rubia que entrara, y ella sonrío, pasando a su lado. Camille no volteó a ver si se saludaban o qué; simplemente salió al aire libre, cerrando la puerta detrás de sí, y desplomándose en el sillón de madera. Sentía sus ojos escocer.

— ¿Te sientes bien? — cuestionó su amigo, sentándose a su lado. Sonaba preocupado, y la chica comenzó a preguntarse si se le notaba tanto.

— Realmente no— admitió ella, cansada de fingir que sí lo estaba frente a todos. Ni siquiera con Victoire podía sacarse esa especie de máscara que llevaba pegada; pero él la había soportado tanto en todo esto, y la había visto en situaciones tan penosas, que no tenía sentido simular con él. Se secó una lágrima que amenazaba con salir, y sonrío pesadamente—. Por Merlín, cada vez que me ves estoy llorando. Debo parecerte una canilla andante— bromeó, poniéndose de pie con los brazos cruzados. Admiró el crepúsculo en el horizonte unos momentos –aprovechando para secarse las lágrimas-, y luego se volteó para verlo.

— Nah, uno se acostumbra. Me asustaría si no lo hicieras— dijo su amigo, generando una risita en la chica.

— Vamos al jardín. Aquí las paredes tienen oídos— murmuro ella, y a través de la ventana pudo ver al Potter y la Fawcett riendo cómodamente, sentados muy cerca en el sofá. Se giró bruscamente, y comenzó a caminar a zancadas hasta el jardín de La Madriguera, seguida de su amigo.

A decir verdad, el jardín no era el más lindo que haya habido. Tenía maleza, y césped muy largo que estaba plagado de traviesos gnomos; además de tantos nietos que tenían los Weasley, el lugar estaba lleno de juguetes viejos y botas de agua sucias. Pero al fondo, había un banco de piedra, bajo un árbol, donde Camille solía pasar algunas tardes leyendo libros, para no pensar en el lío que era ahora su vida, o en cuánto extrañaba a sus padres. A pesar de todo, a ella le encantaba ese jardín.

Fue directo al banco, y esperó hasta que Christopher se sentara a su lado otra vez. Cuando finalmente lo hizo, comenzó a hablar. Así, sin más. Le contó sobre todo lo que había pasado la última semana, detalle por detalle, terminando en lo que había descubierto Rose aquella misma tarde.

— Vaya— fue lo único que comentó el castaño cuando ella terminó de hablar.

— ¿Vaya? Chris, esto es en serio. ¡Parece que quisieran jugar con mi cordura! A lo mejor se complotaron para hacerme la vida imposible… Nunca creí llegar a esto— farfulló la pelinegra, que contenía el llanto con voluntad inhumana.

— Yo creo que tienes prendidos a ambos— comentó él, mirando hacia el vacío bosque—. Aunque efectivamente, los dos parecen odiarte. Quizás es una de esas relaciones “amor-odio” — sugirió, divertido, recibiendo un codazo en las costillas—. ¡Ouch! Solo decía…

— Solo decías— burló la chica, imitando su voz—. ¿Qué hago ahora? ¿Hacer como si nada? ¿Gritarles? ¿Lanzarles un Avada Kedavra? ¿Uh?

— Bien, creo que deberías comenzar por algo menos asesino. No sé, ¿algo que no te mande a Azkaban? — sugirió, entrecerrando los ojos. Ella río un poco. Eso le agradaba; siempre que estaba con él ella podía reír. Como alguna vez fue con Albus.

— Hm… ¿Ignorarlos? Puedo fingir que realmente me olvidé de todo— afirmó, sonando muy decidida, aunque internamente moría por no tener que hacerlo.

— No te enojes, pero no estoy seguro de que seas capaz de hacer eso… ¿Por qué no actúas normalmente? — dijo en cambio, y Cam contuvo un suspiro de alivio. No es como si ella hiciera obligatoriamente lo que su amigo dictaminara, pero le tenía confianza ciega. Si él decía que eso era lo mejor, es porque probablemente o fuera.

— Es difícil actuar normalmente. ¿Qué parte de “Albus prácticamente se me tira encima” no entiendes? — repuso la chica, tras pensarlo unos momentos. Christopher esbozó una sonrisa divertida.

— No es como si no hubieses lidiado con algo así antes— comentó, abriendo los ojos de manera elocuente. Claro que Camille había tenido que soportar a sus compañeros de Beauxbatons, pero esto era diferente.

— Um… Sobre eso… Creo que olvidé mencionar un pequeño detalle— masculló en un hilo de voz la chica, removiéndose incómoda en el asiento. El Fawcett rodó los ojos, anticipándose a lo que diría.

— No vas a decirme que ahora también te gusta Albus— ella gruñó un poco, de manera infantil, y negó con la cabeza.

— No me gusta. Solo… Agh, no sé ni siquiera sé qué me pasa. Alguien debería lanzarme un Avada Kedavra o darme un buen golpe. Soy una idiota— dijo en un gran suspiro, sintiendo su estómago encogerse. El castaño chasqueó la lengua en desaprobación.

— No lo eres. Solo estás confundida. Y no todo es tu culpa; esos dos se encargaron de hacerte un buen lío en la cabeza. Bien, mayor de lo que ya era— la chica sonrío ladinamente ante la broma, mirando agradecida a su amigo.

— ¿Qué sería de mí sin ti, eh? — murmuró la chica, medio en broma, dedicándole una franca sonrisa.

Pero él no le devolvió el gesto. Estaba muy concentrado mirándola fijamente. Y ella estaba tan confundida viéndolo, que contuvo un respingo al sentir la mano del castaño en su mejilla.
Su rostro entero se tornó de un profundo carmín, y su cabeza se había tildado en totalidad ante lo que estaba sucediendo. Solo podía pensar “No él”.
Christopher jamás había pasado de un abrazo amistoso, incluso cuando fingían ser pareja. ¿Por qué demonios todos los que ella quiere tienen que terminar tratando de besarla? Ni siquiera podía moverse, y mucho menos al comprobar que él se estaba acercando.

Pero una voz familiar, plagada de odio, la salvó.

— No pierdes el tiempo, eh— Christopher se apartó automáticamente de la pelinegra, luciendo totalmente apenado. Ella, pestañeó varias veces, tratando de asimilar todo, antes de voltear la cabeza para enfrentarse al ojiavellana.

La rubia a su lado también parecía confundida, e incómoda. Camille, se preguntó, ¿por qué rayos todas las rubias son las que se empecinan en coquetear con James, uh? Soltó una risa irónica, confundiendo a todos.

— Oh, no seas hipócrita, Potter— musitó, recordando el consejo de Chris. “Actúa normal”.

James, entrecerró los ojos, descolocado ante su actitud, pero se recompuso rápidamente. La Lupin pudo ver, en el mismo momento en el que se movió para plantarse firme, el agarre de la mano de Gwen al brazo de su exnovio. Quiso golpearla.

— Entonces tú no seas tan fácil— repuso duramente el chico. Y entonces, el dolor que su pecho tuvo en ese momento, se nubló con el profundo enojo que sentía ante esas palabras. ¿Cómo podía decir eso, cuando alguna vez dijo que la amaba?

— Hey, cállate— dijo alguien al lado de la pelinegra. Ella miró algo sorprendida a su amigo, quien se había puesto de pie.

— No puedes decirme que me calle— masculló más molesto que antes el Potter. Christopher sonrío con burla.

— Puedo decirte lo que quiera, principito.

James dio un paso adelante, soltándose del agarre de la nerviosa Gwen, y el castaño alzó las cejas.

— Repítelo— musitó amenazadoramente el pelinegro, y entonces Camille pudo reaccionar. Se puso de pie rápidamente, y dio dos zancadas hasta llegar a ellos.

— Ya basta— ordenó, tirando del brazo de su amigo, quien le dedicó una fugaz mirada de soslayo, pero no se movió.

— ¿O qué? — Se burló el Potter, que también estaba cruzado de brazos.

— O te golpearé— contestó imperturbable ella, sonriendo falsamente—. Estás comportándote como un idiota, ¿sabes? Sé que soy una estúpida, que no debería haber hecho lo que hice, y que probablemente merezca otros tres meses encerrada en mi habitación sintiéndome una basura. Pero no es necesario en absoluto que hagas esto. Estoy harta, ¿entiendes? — soltó la chica, sorprendiéndose a sí misma al final. Había planeado decirle eso por mucho tiempo, pero no creía tener el valor para hacerlo.

— Entiendo— afirmó tras un incómodo silencio. En ese momento, Cam habría dado cualquier cosa por saber qué cruzaba por la cabeza de ese chico. Pero no hubo mucho tiempo para desearlo, porque apenas hubo terminado la frase, James giró sobre sus talones y se marchó hasta la casa, desapareciendo tras la puerta de la cocina.

— Creo que mejor nos vamos— dijo Chris, unos minutos después, en los que nadie habló tampoco. La pelinegra asintió como pudo, y sin siquiera despedirse, los hermanos Fawcett se encaminaron hacia las colinas de las afueras de Ottery, dejando a una confundida pelinegra parada bajo la sombra tenue de un árbol.

¿Qué había sido eso?

*****************************

Holaa! Chicas, primero que nada, amé sus comentarios xD Jajajajajjaja, todas quedaron así como "OH DIABLOS" con lo de nuestro James fumador. Está deprimido el pobre. (que loco, siempre que tiene desengaños amorosos se mete con alguna adicción ).

Ahh, reí bastante. Adoro los comentarios con gifs, Kit xD Y LOGAN. God, es tan parecido al Albus de mi cabeza. ~~Pobre Cam, entre los sexys de Albus y James, yo me volvería loca. ¿Se puede con los dos? Okno~~.

Okas, ahora, sobre el nuevo capítulo... Generalmente me inspiran los comentarios, así que.. Go and give inspiration (?)

Las quiero, gracias por comentar! Besos!

por **chicamati** Dom 10 Feb 2013, 3:36 pm

Hola!! Ame el cap, dios, te juro que amo tanto tu novela, soy nueva lectora :D!
Y bueno, seguila :)

por **Potterhead** Dom 10 Feb 2013, 8:27 pm

LO AME!!
Awwww Chris es tan tierno pero arruino todo cUando quizo besar a Cam...
JAMES IS JEALOUS! (si lo se soy tan buena con el English (? )
ODIO A GWEN rubia pelotuda perra puta estupida imbecila(? Inutila?) pedofila (? Okno Me desquite....
Siguela
BESHOS GIGANTOTES Y NOSH VEMOSH LA PROXSHIMA SHEMANA (? ( te empezare a eshcribir como eshpañola)
Beshos
Andy

por **Chiari-Bonade-Milak** Mar 12 Feb 2013, 7:48 pm

Hola!! Me encanto como empezo la segunda temporada. Siguela

por **C.J. Potter** Miér 13 Feb 2013, 3:35 pm

chicamati escribió:Hola!! Ame el cap, dios, te juro que amo tanto tu novela, soy nueva lectora :D!
Y bueno, seguila :)

Hola! Gracias, y bienvenida! (:

por **C.J. Potter** Miér 13 Feb 2013, 3:52 pm

Potterhead escribió:LO AME!!
Awwww Chris es tan tierno pero arruino todo cUando quizo besar a Cam...
JAMES IS JEALOUS! (si lo se soy tan buena con el English (? )
ODIO A GWEN rubia pelotuda perra puta estupida imbecila(? Inutila?) pedofila (? Okno Me desquite....
Siguela
BESHOS GIGANTOTES Y NOSH VEMOSH LA PROXSHIMA SHEMANA (? ( te empezare a eshcribir como eshpañola)
Beshos
Andy

Jajajajajja, amo el Ingless!

Ay sí, está medio celosito el pobre. Pero poco queda para que se sienta así... Chris ya terminó la escuela (Qué mal -__).

Jajajajajajajajjajaja, inutila? Preety good.

Ahora hablash eshpañol? (Yo hablo con zeta a veces :| I hate that).

Ahora sí, besos! ^^

por **C.J. Potter** Miér 13 Feb 2013, 3:53 pm

Chiari-Bonade-Milak escribió:Hola!! Me encanto como empezo la segunda temporada. Siguela

Holaaa! Bienvenida de vuelta (? ^^

Besos!

por **C.J. Potter** Miér 13 Feb 2013, 3:56 pm

Oks, voy a hacer Maratón. Me extraña que hayan tan pocas de las que me acompañaban antes. Bah, más bien me entristece; pero estoy extrañamente entusiasmada. Me sobra inspiración, y voy a aprovecharla :33

Creo que son cuatro partes... Es un mismo capítulo, pero pasan tantas cosas que tuve que dividirlo (20 páginas de Word. Mi espíritu regresó :'D (?)

Besos!

por **C.J. Potter** Miér 13 Feb 2013, 4:00 pm

M A R A T Ó N

Capítulo 3

“Callejón Diagon”

PARTE 1

Escritora POV

Las calles del Callejón Diagon estaban atestadas de gente. Magos y brujas de coloridas túnicas, iban de lado a lado, hablando, cuchicheando, riendo o gritando. Los escaparates de las tiendas, exponían sus contenidos, que iban desde sombreros hasta ratas redondas, peludas y con un solo ojo.
No había nada más mágico que el Callejón Diagon; salvo Hogwarts, claro.

— Necesito una túnica nueva— avisó Lily a su madre, quien caminaba a su lado, repasando una lista. La pelirroja levantó los ojos para dedicarle a su hija una mirada sorprendida.

— ¿Ya? Merlín, Lils, deja de crecer— dijo Ginny, sonriendo. Todos los años debía comprarle una nueva.

— Cierto. Ya me alcanzaras, y será vergonzoso que eso suceda— convino Rose, que caminaba frente a su prima, con Victoire y Camille a cada lado; Dominique había optado por ir junto a su tía, porque aun le incomodaba un poco estar con esas tres. Lily pestañeó repetidamente, con dramatismo.

— Yo también necesito túnica nueva— masculló Albus, que iba por detrás de su familia, con las manos en los bolsillos del vaquero. Incluso más atrás de él, estaban James y Ted, hablando con complicidad. Camille volteó unos segundos, para rodarle los ojos al ojiverde, pero en lugar de eso puso una mueca al ver a su hermano y el Potter en esa situación, a través de la gente que caminaba despreocupadamente. Se imaginaba de qué estaban hablando.

— Tú sí que creciste— afirmó Ginny, como autoconvenciendose. Había un brillo de tristeza en sus ojos; sus bebes ya eran grandes—. ¿Alguien más necesita túnica? — inquirió tras sacudir levemente la cabeza para dejar de pensar en esas cosas, deteniéndose frente a una tienda que indicaba “Madame Malkin, túnicas para toda ocasión”.

— No— respondieron todos, salvo los Potter menores. Ginny asintió, y les indicó a sus dos hijos que entraran a la tienda, pero antes de adentrarse ella también, se detuvo para tenderles una pequeña bolsita a Victoire.

— Ustedes vayan por los libros— indicó, dándole también un pedazo de pergamino donde había anotado los libros de todos. Era una larga lista—. Fleur y Hermione deben estar en Ollivander’s con Louis y Hugo, así que si la ven avísenles que nos encontramos en la heladería de Florean Fortescue. Ron y Harry dijeron que irían a ver una nueva escoba, así que ni se molesten en buscarlos— añadió. Lanzó una mirada de soslayo a su hijo mayor, y luego a su ahijado, ambos parecían prestar poca atención a la pelirroja.

— ¡James, Ted! — llamó la mujer, poniendo los brazos como jarra, aun con la mitad del cuerpo dentro de la tienda. De fondo, podía ir la voz de su hija indicándole a Madame Malkin qué necesitaban. El ojiavellana levantó la mirada, indiferente. Ginny suspiró. No le gustaba esta nueva faceta—. Ustedes cuiden a las chicas— pidió simplemente, y por su cabeza pasó de manera fugaz la noticia que había visto esa misma mañana en El Profeta.“Mortífagos regresan”.

El pelipúrpura asintió con fervor, pero el pelinegro se limitó a rodar los ojos. Con un último vistazo a los jóvenes, Ginny se metió en la tienda y cerró la puerta tras de sí.

Dominique, que se encontraba en un espacio medio entre ambos grupos, se arrimó hasta ponerse junto a su hermana. La tensión era palpable.

Victoire y Ted habían terminado hacía unas cuantas semanas, Rose había discutido con su primo a causa del papelón que James había hecho días atrás cuando encontraron a Camille y Christopher Fawcett besándose, y… En resumen, era la situación más incómoda que la rubia había experimentado en su vida.

Sobre el metamorfomago y la duodécima-parte-veela… El evento de la ruptura se había desarrollado durante la visita a Ottery. –Rose se dijo que no debían volver al pueblo, porque siempre sucedían desastres-.
Las chicas estaban ensimismadas en el drama entre Camille y los hermanos Potter, como si se tratase de una novela en las tardes. Así que la rubia no pasaba mucho tiempo con el pelipúrpura como antes. Y… bueno, Ted es un chico que poco puede contenerse a los impulsos.
Cuando las chicas –tras una charla motivadora a Cam- fueron a encontrarse con el resto –es decir, James, Fred, Hugo, Albus, y el mismo Ted-, se encontraron con que el metamorfomago estaba besándose con otra chica. Una castaña con mucho maquillaje.

Fue un escándalo. Ni siquiera Dominique había visto a su hermana tan alterada. Y el hecho de que ella ya tenía la edad para usar magia fuera de Hogwarts no ayudó mucho. Camille y Rose tuvieron que detener a la rubia para que no petrificara a la chica también. “Ella no sabía que el tonto Teddy tenía novia” le tuvo que recordar la pelinegra. Ella también se sintió decepcionada de su hermano, pero no podía darle charlas sobre ser infiel sin ser una hipócrita.

No quieren saber cómo se puso Bill cuando se enteró…

Victoire pasó a ser lo único que le preocupaba a la pelinegra. Incluso pudo dejar de pensar en los dos hermanos que jugaban con su cabeza. Solo sabía que ahora era el momento de cuidar de su amiga, tal como ella había hecho.

Hasta que sucedió lo de Christopher. La tomó por sorpresa que la hubiese besado. Y más aun cuando todos los habitantes de la Madriguera los atraparon. Aun podía sentir la desgarradora mirada de Albus sobre ella, o la llena de furia de James. Incluso la atormentaba la confusión de Ginny.
Pero lo verdaderamente vergonzoso fue cuando James comenzó a despotricar contra ella, sin que pudiera defenderse propiamente. Porque él tenía razón al llamarla “zorra”. Porque todo era su culpa. Desde el castigo que Harry le impuso a su hijo, hasta que Rose saltara en su defensa, junto a Hermione. La pobre Fleur estaba pasmada. Ted ni siquiera supo qué hacer.

Así es que, ahora estar solos desde aquellos… Inconvenientes… Era verdaderamente desagradable. Y se lamentaba por anticipado de solo pensar que en una semana tendrán que estar todos en un mismo lugar. Hogwarts.

— Vamos— indicó Dominique, al ver que nadie allí parecía querer hablar. Todos salieron de su ensoñación, y asintieron con la cabeza.

Los seis se encaminaron en silencio hasta Flourish y Blotts, sin decir nada incluso una vez que estuvieron dentro. Camille, se sorprendió tremendamente ante la estancia. Los estantes estaban llenos de libros hasta el techo. Había unos grandiosos forrados en piel, otros del tamaño de un sello, con tapas de seda, otros llenos de símbolos raros y unos pocos sin nada impreso en sus páginas. La pelinegra era, ciertamente, una aficionada a los libros, especialmente cuando estos eran extrañamente fuera de lo común.

Se acercó hasta uno sobre una vieja mesita de madera, con los ojos brillosos. La tapa era de cuero, con piedras preciosas incrustadas, y en grandes letras doradas etiquetaba “Los cuentos de Beddle el Bardo”. Con cierta vacilación, llevó un dedo hasta el lomo, y acarició maravillada el relieve.

— ¿Hermoso, verdad? — inquirió una pastosa voz, haciéndola dar un respingo. Recién entonces percibió que Rose estaba a su lado, igual de embobada. La pelinegra levantó la mirada, encontrándose con que un anciano ahora estaba parado delante de una especie de puerta hecha con tiras de piedritas de diversos colores, colgando como una lluvia.

— Lo es— afirmó la chica, volviendo a mirar el libro, que lucía antiquísimo.

— Es un original. Dicen que el propio Beddle lo encuadernó, y que solo hizo diez de estos— contó, con la voz teñida de misterio. Tanto la pelirroja como su amiga se miraron entre sí, emocionadas. Por detrás de ellas, el resto parecía contener la risa ante la reacción entusiasmada de las chicas—. Claro que, solo son mitos— aclaró al final, tomando el libro en sus manos, acomodándolo en un estante, entre un libro de cubierta azul, y otro verde, cortando la fantasía de las ambas chicas.

El anciano giró a verlos nuevamente, con una sonrisa de reconocimiento. Los Potter y los Weasley eran los que más seguido visitaban la tienda. No podía creer que alguien pudiera hacer explotar un libro antes de que Ginny Weasley tuviera que venir a mitad de año para conseguirles a su hijo y su ahijado una nueva copia de “Ingredientes Mágicos de Antaño”.

— ¿Qué buscan niños? — cuestionó el hombre, con su voz oxidada. Victoire reaccionó, y le tendió la lista al anciano, quien alzó las cejas—. Vaya… Se multiplican— bromeó, generando castas sonrisas—. Bien, enseguida vuelvo— avisó, antes de perderse tras las tiras de piedritas, que sonaron rítmicamente.

Y… Silencio. Las chicas intercambiaron miradas incómodas, mientras James y Ted permanecían mirando el suelo.

— Esperaré afuera— murmuró el Potter tras un rato, harto de la situación, y giró hasta la puerta cerrándola detrás de sí. Tanto Camille como Rose fruncieron el ceño. Imaginaban para qué pensaba salir.

— ¿Tú o yo? — cuestionó la metamorfomaga a su amiga. Ella dudó.

— Tú. Aun está enojado conmigo— dictaminó. Cam estuvo tentada a decir ‘a mí me odia’, pero en vez de eso, asintió con la cabeza, y ante la mirada confundida de todos, salió por la puerta nuevamente al bullicio del Callejón.

por **C.J. Potter** Miér 13 Feb 2013, 4:04 pm

M A R A T Ó N

Capítulo 4

“Callejón Diagon”

PARTE 2

Escritora POV

Camille comenzó a caminar por la transitada calle, mirando hacia ambos lados todo el tiempo, deteniéndose con esperanzas frente a la tienda de escobas, creyendo que quizás él quería conseguir una nueva ahora que sería capitán del equipo; pero no estaba allí. En su lugar, un montón de personas se apiñaban frente a la vidriera, con murmullos emocionados. No se detuvo a mirar, y siguió caminando, hasta que la cantidad de personas con que chocaba era cada vez menor…
Ya estaba en el Callejón Knocturn, y no había rastro de él. La chica comenzaba a temer que anduviera en problemas, cuando percibió su voz entre el silencio sepulcral de las oscuras calles del Callejón Nocturno. Se apresuró a girar a la izquierda por un pasaje angosto, sonriendo aliviada.

Y su sonrisa se borró al ver aquello. El Potter, -tal como ella pensaba- tenía esa horrible cosa muggle llamada cigarrillo entre el dedo del medio y el índice. Su espalda estaba contra la pared, y frente a él había una rubia platino que le sonreía coquetamente. Los cabellos en su nuca se erizaron por alguna razón que no logró descifrar. Ambos callaron las risas al verla, y recién entonces reaccionó.

— ¿Qué haces aquí? — fue lo primero que preguntó la pelinegra, admirando con una extraña envidia el rostro angelicalmente hermoso de la muchacha. De no ser por sus ojos, negros como la noche, habría jurado que era un verdadero Ángel. Aunque su ajustada ropa no indicaba lo mismo.

James rodó los ojos, y se llevó el cilindro a la boca. Cam cruzó la distancia que los separaba a zancadas, y dio un manotazo, tirando el cigarro al piso. El Potter frunció el ceño, molesto. Se oyó una cantarina risa.

— No sabía que tenías novia— murmuró significativamente la chica. La Lupin se sonrojó, y desvió la mirada al piso.

— No es mi novia. Es la hermana de mi mejor amigo— corrigió el chico, indiferente—. Solo se empeña en molestarme.

— Eres un idiota— masculló Camille, tras bufar. Solo pretendía cuidarlo, y él hacía esto —. Debemos volver antes de que los chicos se encuentren con tu madre y tengan que decirle que te escabulliste a ensuciar tus pulmones— indicó, cruzándose de brazos. La rubia arqueó las cejas, con las comisuras crispadas en una sonrisa burlona.

— ¿Quieres meterte en tus cosas? — soltó el chico, volviendo su atención a la rubia. —. ¿Iras a Hogwarts?

— Así es— afirmó la otra, mientras la pelinegra pestañeaba repetidamente, a medida que su cabello se teñía de rojo. La rubia la miró sorprendida—. Uh… Metamorfomaga. Dicen que son temperamentales. Mejor me voy antes de que se le ocurra golpearme— comentó divertida, y la –ahora- pelirroja, le lanzó una mirada que procuraba ser furiosa—. Nos vemos… James— se despidió, acariciando su nombre con la voz. Antes de que alguno pudiera decir nada, la chica entró en la puerta tras de ella.

— ¿En qué demonios estabas pensando? ¿Sabes qué lugar es este? — dijo Cam entre dientes, molesta, tirando de su brazo. Él se zafó rápidamente.

— Se llama conocer otras personas. ¿Tampoco puedo hacer eso?— masculló irónico, mirando la puerta por donde la ‘estúpida’ rubia había desaparecido.

— No si esas personas viven en el Callejón Knocturn— repuso seriamente, con algo cosquilleando en su pecho—. Nadie que no sea oscuro vive aquí.

— Ella es agradable. Y menos histérica que tú, “mamá”— musitó él hastiado, incorporándose y encaminándose fuera del estrecho lugar. La pelinegra jadeó exasperada y lo siguió apresuradamente.

— Yo no soy histérica. Y esa chica me pone los pelos de punta— fundamentó la Lupin, siguiéndole el paso—. ¡Y eso no sucede cuando alguien es “agradable”! De verdad que tiene algo raro. Y, ¿para colmo va a ir a Hogwarts? No, creo que no deberías acercarte a ella— continuó, negando con la cabeza. El Potter se detuvo en seco, poco antes de salir del estrecho pasaje. Alzó las cejas.

— Estás celosa— soltó como si nada, aunque internamente no pudo evitar sorprenderse. Camille abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar lentamente. No, ella no podía estar celosa.

— Claro que no. Solo me preocupo por ti— murmuró seriamente, cruzándose de brazos a la defensiva. El ojiavellana sonrío ladinamente, con burla.

— Por supuesto. Se nota que solo buscas mi felicidad— ironizó, volviendo a caminar. Cam dio un traspié al querer seguirlo, y por poco se cae, pero se recompuso y trotó para alcanzarlo nuevamente.

— De hecho, así es— dijo una vez de vuelta a su lado, retomando la conversación. Era cierto.

James la miró de refilón, conteniendo una risa sarcástica, y negó con la cabeza. Ya estaban en las calles del Callejón Knocturn, y allí no se oía ningún ruido.

— No se nota en absoluto— farfulló por lo bajo el Potter. Camille arrugó la frente.

— Es enserio— insistió la chica, rebasándolo para quedar frente a frente. Era tan raro para ella hablar de esta manera con él después de tanto tiempo. James se detuvo para no chocarla, algo frustrado.

— Esto es estúpido— murmuró, pero ella ignoró el comentario, decidida a comenzar a llevarse bien con él. No soportaría pasar nueve meses más de este infierno que había sobrellevado las últimas semanas.

— ¿Por qué no me crees? — inquirió, frunciendo el ceño, con los brazos cruzados sobre el pecho. James suspiró.

— Déjalo— pidió, tratando de continuar caminando, pero ella lo impidió, empujándolo ligeramente hacia atrás.

— ¿Soy leprosa para ti? — inquirió ella, ofendida. De verdad le dolía cada vez que él la ignoraba. Solo quería llevarse bien con él; era el primer paso para olvidarlo, tal como él quería—. De verdad, ¿tan difícil es creer que me importas?

— Teniendo en cuenta que no pierdes la oportunidad de besuquearte con todo el mundo frente a mí, no creo que te importe mucho— soltó de súbito el pelinegro, mirándola fijamente para darle a entender que iba en serio. Los ojos turquesa de la chica se abrieron de par en par, y allí mismo se tornaron mucho más claro cada vez, hasta llegar al celeste pálido que siempre había tenido.

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Sombras del Pasado [James S. Potter, Albus S. Potter & Tú] [TERMINADA]

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