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Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
shhh que le pasa aesa hermana de hierro??
Como esta de parte de Sebastian!?!??
Todo lo que hemos aprendido de Sebastian!!!
Si, por fin es fin de semana!!!!
Siguela!!!!
Como esta de parte de Sebastian!?!??
Todo lo que hemos aprendido de Sebastian!!!
Si, por fin es fin de semana!!!!
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
BUENOOO... BUENOOOO!!!!... SIEMPRE QUE CREO QUE VOY POR EL CAMINO CORRECTO DUDOO!!!!!!... AAARRRGGG!!! SEBASTIAN CONFUNDE MIS PENSAMIENTOOSSS!!!!!.....
PERO ES REINTERESANTE LA NOVEE ASI QUE SIGUELAA PORFIISS
PERO ES REINTERESANTE LA NOVEE ASI QUE SIGUELAA PORFIISS
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Hola he regresado
Sebastian, me confunde! Deja de ser un "buen" hermano, se el de siempre maldita sea este bipolar me hace quebrarme la cabeza pensando
:muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere:
Me siento extraña, es raro leer a la rayis con Sebastian como hermanos, no, no y no me niego a aceptarlo
Otra cosa...
Estaba buscando el trailer de la pelicula de Cazadores de Sombras, lo encontre y mori :imdead:
Ahi esta el link para los que no lo han visto
https://www.youtube.com/watch?v=LqpAs1E3rYs
Ahora si, se despide esta loca lectora que esta jodidamente enganchada en la novela
SIGUELA!
Kiss xx.
Sebastian, me confunde! Deja de ser un "buen" hermano, se el de siempre maldita sea este bipolar me hace quebrarme la cabeza pensando
:muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere:
Me siento extraña, es raro leer a la rayis con Sebastian como hermanos, no, no y no me niego a aceptarlo
Otra cosa...
Estaba buscando el trailer de la pelicula de Cazadores de Sombras, lo encontre y mori :imdead:
Ahi esta el link para los que no lo han visto
https://www.youtube.com/watch?v=LqpAs1E3rYs
Ahora si, se despide esta loca lectora que esta jodidamente enganchada en la novela
SIGUELA!
Kiss xx.
Val x.
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
aranzhitha escribió:shhh que le pasa aesa hermana de hierro??
Como esta de parte de Sebastian!?!??
Todo lo que hemos aprendido de Sebastian!!!
Si, por fin es fin de semana!!!!
Siguela!!!!
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
Lo sé! u.u siempre hay personas traicioneras....
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
chelis escribió:BUENOOO... BUENOOOO!!!!... SIEMPRE QUE CREO QUE VOY POR EL CAMINO CORRECTO DUDOO!!!!!!... AAARRRGGG!!! SEBASTIAN CONFUNDE MIS PENSAMIENTOOSSS!!!!!.....
PERO ES REINTERESANTE LA NOVEE ASI QUE SIGUELAA PORFIISS
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Lo sé, Sebastian provoca eso! xD
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
Siiiiiiiiiiiii, cada vez se pone mejor la nove! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Hola he regresado
Sebastian, me confunde! Deja de ser un "buen" hermano, se el de siempre maldita sea este bipolar me hace quebrarme la cabeza pensando
:muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere:
Me siento extraña, es raro leer a la rayis con Sebastian como hermanos, no, no y no me niego a aceptarlo
Otra cosa...
Estaba buscando el trailer de la pelicula de Cazadores de Sombras, lo encontre y mori :imdead:
Ahi esta el link para los que no lo han visto
https://www.youtube.com/watch?v=LqpAs1E3rYs
Ahora si, se despide esta loca lectora que esta jodidamente enganchada en la novela
SIGUELA!
Kiss xx.
Hola! :3
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Ya seeeeeeeeee! Es estresante leer a Sebastian comportándose como hermano!
Mejor que vuelva a su antiguo yo! ;) es más fácil! :P
Siiiiiiiii, el trailer es genial! *.* & ya falta menos para que salga la peli! ;)
JAJAJAJJA nos leemos después! Loca lectora jodidamente enganchada con la nove! :fiu:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
• Hermanos y Hermanas - Capitulo 16 (Parte 1) •
Cuando ____(tn) y Sebastian regresaron al apartamento, la sala estaba vacía, pero había platos en el fregadero que no habían estado antes.
―Pensé que habías dicho que Nicholas estaba dormido ―le dijo a Sebastian, con una nota de acusación en la voz.
Sebastian se encogió de hombros.
―Lo estaba cuando lo dije. ―Había una ligera burla en su voz, pero no verdadera crueldad.
Habían caminado juntos casi completamente en silencio de regreso desde la casa de Magdalena, pero no un mal tipo de silencio. ____(tn) había dejado que su mente divagara, sólo para regresar a la realidad en ocasiones, al constatar que era Sebastian junto a quién estaba caminado.
―Estoy bastante seguro de saber dónde está.
―¿En su habitación? ―____(tn) comenzó a subir las escaleras.
―No. ―Se puso delante de ella―. Vamos. Te mostraré.
Él se encaminó hacia las escaleras a paso rápido y entró al dormitorio principal, con ____(tn) en sus talones. Mientras ella lo observaba desconcertada, golpeó un lado del armario. Éste se deslizó a un lado, dejando al descubierto un conjunto de escaleras detrás. Sebastian esbozó una sonrisa por encima del hombro, mientras ella subía tras él.
―Estás bromeando ―dijo―. ¿Escaleras secretas?
―No me digas que esta es la cosa más extraña que has visto hoy. ―Él subía los escalones de dos y ____(tn), a pesar de sus huesos cansados, lo siguió. Las escaleras describían una curva y se abrían a un amplio salón, con un pulido suelo de madera y muros altos. Todo tipo de armas colgaban de las paredes, como si estuvieran en la sala de entrenamiento del Instituto: kindjals y chakhrams, mazas, espadas y dagas, ballestas y nudillos de bronce, estrellas arrojadizas, hachas y espadas samurái.
Había círculos de entrenamiento cuidadosamente pintados en el suelo. En el centro de uno de ellos, estaba Nicholas de pie, de espalda a la puerta. Estaba sin camisa y descalzo, con un pantalón de calentamiento negro y un cuchillo en cada mano. Una imagen brilló en su cabeza: la espalda desnuda de Sebastian, marcada con las inconfundibles líneas del látigo. La de Nicholas era lisa, piel de color oro pálido sobre músculo, marcada sólo con las cicatrices típicas de un Cazador de Sombras… y los rasguños que sus propias uñas le habían hecho la noche anterior. Sintió que se ruborizaba, pero en su mente aún estaba la pregunta: ¿por qué Valentine había azotado a un niño, pero no al otro?
―Nicholas ―lo llamó.
Él se giró. Estaba limpio. El fluido plateado se había ido y su cabello dorado presentaba un color bronce oscuro, pegado húmedamente a la cabeza. Su piel brillaba por el sudor. La expresión de su rostro era reservada.
―¿Dónde estabas?
Sebastian se dirigió a la pared y empezó a examinar las armas allí, pasando la mano desnuda por sobre las hojas.
―Pensé que a ____(tn) le gustaría ver París.
―Podrías haberme dejado una nota ―dijo Nicholas―. No es como si nuestra situación fuera la más segura, Jonathan. Prefiero no tener que preocuparme por ____(tn)…
―Yo lo seguí ―dijo ____(tn).
Nicholas se volvió y la miró, y por un momento, ella captó un destello en sus ojos, del chico en Idris que le gritó por echar a perder todos sus cuidadosos planes de mantenerla a salvo. Pero este Nicholas era diferente. Sus manos no temblaban cuando la miró y el pulso en su garganta permaneció constante.
―¿Hiciste qué?
―Seguí a Sebastian ―dijo ella―. Estaba despierta y quería ver a dónde iba. ―Puso las manos en los bolsillos de sus jeans y lo miró desafiante. Los ojos de él la recorrieron desde el cabello despeinado por el viento hasta las botas, y ella sintió que se le iba la sangre al rostro. El sudor brillaba a lo largo de las clavículas de Nicholas y en las elevaciones de sus músculos estomacales. Los pantalones de entrenamiento le caían flojos por la cintura, mostrando la V en los huesos de la cadera. Recordó lo que se sentía tener esos brazos rodeándola, el ser apretada lo suficientemente cerca contra él para poder sentir cada detalle de los huesos y los músculos contra su propio cuerpo…
Sintió una oleada de vergüenza tan aguda que la dejó mareada. Lo que lo hacía peor era el hecho que Nicholas no parecía incómodo en lo más mínimo o como si la noche anterior no lo hubiera afectado tanto como a ella. Él sólo parecía… molesto. Molesto, y sudoroso, y sexy.
―Sí, bueno ―dijo él―. La próxima vez que decidas escaparte de nuestro departamento mágicamente resguardado, a través de una puerta que, en realidad, ni siquiera existe, deja una nota.
____(tn) arqueó las cejas.
―¿Estás siendo sarcástico?
Nicholas lanzó uno de sus cuchillos al aire y lo atrapó.
―Es posible.
―Llevé a ____(tn) a ver a Magdalena ―le contó Sebastian. Había tomado una estrella arrojadiza de la pared y la estaba examinando―. Llevamos el adamas.
Nicholas había arrojado el segundo cuchillo al aire; falló al cogerlo esta vez y se hundió de punta en el suelo.
―¿Sí?
―Sí ―respondió Sebastian―. Y le conté el plan a ____(tn). Le dije que estábamos planeando atraer a los Demonios Mayores aquí, para así poder destruirlos.
―Pero no sé cómo planean lograr eso ―dijo ____(tn)―. Nunca me dijiste esa parte.
―Pensé que sería mejor decírtelo con Nicholas presente ―dijo Sebastian. De repente, lanzó su muñeca hacia delante y la estrella arrojadiza voló hacia Nicholas, quien la bloqueó con un rápido movimiento de su cuchillo. Ésta cayó al suelo. Sebastian silbó―. Rápido ―comentó.
____(tn) se volvió hacia su hermano.
―Podrías haberlo lastimado…
―Todo lo que lo lastima a él, me lastima a mí ―dijo Sebastian―. Te estaba mostrando lo mucho que confío en él. Ahora, quiero que confíes en nosotros. ―Sus ojos negros se clavaron en los de ella―. Adamas, el material que hoy le llevé a la Hermana de Hierro. ¿Sabes qué está hecho de eso?
―Por supuesto, los cuchillos serafín, las torres demonio de Alicante, las estelas…
―Y la Copa Mortal.
____(tn) sacudió la cabeza.
―La Copa Mortal es de oro. La he visto.
―Adamas bañado en oro. La Espada Mortal, también, tiene la empuñadura de esa materia. Dicen que es el material con el que están construidos los palacios del Cielo y no es fácil de conseguir. Sólo las Hermanas de Hierro pueden trabajar la materia, y se supone que sólo ellas tienen acceso a ésta.
―Entonces, ¿por qué le diste un poco a Magdalena?
―Para que ella pueda hacer una segunda Copa ―contestó Nicholas.
―¿Una segunda Copa Mortal? ―____(tn) paseó la mirada de uno al otro, incrédula―. Pero no puedes simplemente hacer eso, sólo hacer otra Copa Mortal. Si se pudiera, la Clave no habría entrado tanto en pánico cuando desapareció la Copa Mortal original. Valentine no la hubiera necesitado tan…
―Es una copa ―dijo Nicholas―. Sin importar cómo fuera hecha, siempre fue una copa hasta que el Ángel, voluntariamente, derramó su sangre en el interior. Eso fue lo que la hizo ser lo que es.
―¿Y piensas que puedes conseguir que Raziel derrame voluntariamente su sangre en una segunda copa, por ti? ―____(tn) no pudo evitar el filo de la incredulidad en su voz―. Buena suerte.
―Es un truco, ____(tn) ―explicó Sebastian―. ¿Sabes que todo tiene una alianza? ¿Seráfica o demoníaca? Lo que los demonios creen es que queremos al equivalente demoníaco de Raziel. Un demonio grande en poder, que mezcle su sangre con la nuestra y cree una nueva raza de Cazadores de Sombras. Unos que no estén obligados por la Ley, o los Acuerdos, o las reglas de la Clave.
―¿Les dijeron qué quieren hacer… versiones antiguas de los Cazadores de Sombras?
―Algo por el estilo ―Sebastián rio, rastrillando los dedos a través de su rubio cabello―. ¿Nicholas, quieres ayudarme a explicarlo?
―Valentine era un fanático ―dijo éste―. Estaba equivocado en un montón de cosas. Estaba equivocado al considerar matar a los Cazadores de Sombras, estaba equivocado acerca de los Submundos; pero no estaba equivocado acerca de la Clave o el Concejo. Cada Inquisidor que hemos tenido, ha sido corrupto. Las Leyes que entregó el Ángel son arbitrarias y sin sentido, y sus castigos son peores. ‘La Ley es dura, pero es la Ley’. ¿Cuántas veces has oído eso? ¿Cuántas veces hemos tenido que eludir y evitar a la Clave y sus Leyes, incluso cuando intentábamos salvarlos? ¿Quién me puso en prisión?... la Inquisidora. ¿Quién puso a Simón en la cárcel? La Clave. ¿Quién iba a dejarlo arder?
El corazón de ____(tn) había empezado a latir con fuerza. La voz de Nicholas, tan familiar diciendo esas palabras, hacía que sus huesos se sintieran débiles. Él estaba en lo cierto, y también se equivocaba… como Valentine, pero ella quería creer en él en un modo en que no quería creer en Valentine.
―Bien ―dijo ella―. Entiendo que la Clave es corrupta, pero no veo qué tiene que ver eso con hacer tratos con demonios.
―Nuestro mandato es destruir demonios ―explicó Sebastian―, pero la Clave desperdicia su energía en otras tareas. Las salvaguardas se han ido debilitando y más y más demonios se están desparramando sobre la tierra, pero la Clave hace la vista gorda. Hemos abierto una puerta en el extremo norte de Wrangel Island, y atraeremos a los demonios a través de ésta, con la promesa de esta copa. Sólo entonces, cuando derramen su sangre en el interior, serán destruidos. He llegado a acuerdos de ese tipo con varios Demonios Mayores. Cuando Nicholas y yo los hayamos matado, la Clave verá que somos un poder a tener en cuenta. Tendrán que escucharnos.
____(tn) lo miró.
―Matar Demonios Mayores no es tan fácil.
―Ya lo hice el día de hoy ―dijo Sebastian―. Lo cual es, incidentemente, el por qué ninguno de nosotros se meterá en problemas por matar a todos esos demonios guardaespaldas. Yo maté a su amo.
____(tn) pasó la mirada desde Nicholas a Sebastian y viceversa. Los ojos de Nicholas eran fríos, pero interesados; la mirada de Sebastian era más intensa. Era como si estuviera intentado ver dentro de su cabeza.
―Bueno ―dijo lentamente―. Es un montón que abarcar, y no me gusta la idea de que se expongan a ese tipo de peligro; pero me alegra que confíen lo suficiente en mí como para contármelo.
―Te lo dije ―dijo Nicholas―, te dije que entendería.
―Nunca he dicho que no lo haría. ―Sebastian no apartó sus ojos del rostro de ____(tn).
Ella tragó fuerte.
―Anoche no dormí mucho ―dijo―. Necesito descansar.
―Qué lástima ―señaló Sebastian―. Iba a preguntarte si querías subir a la Torre Eiffel. ―Sus ojos eran oscuros, inescrutables; no podía adivinar si estaba bromeando o no. Antes de que pudiera decir algo en respuesta, la mano de Nicholas se deslizó entre la suya.
―Iré contigo ―anunció―. Yo tampoco dormí demasiado bien. ―Le hizo un gesto de asentimiento a Sebastian con la cabeza―. Nos vemos en la cena.
Sebastian no contestó. Estaban cerca de los escalones, cuando la llamó―: ____(tn).
Ella se dio la vuelta, extrayendo su mano de la de Nicholas.
―¿Qué?
―Mi bufanda. ―Tendió la mano, esperando.
―Oh. Cierto. ―Dando unos pasos hacia él, tiró con dedos nerviosos del pañuelo anudado a su garganta.
Después de unos momentos de observarla, Sebastian hizo un ruido de impaciencia y atravesó la sala hacia ella; sus largas piernas cubrieron rápidamente el espacio entre ellos. ____(tn) se puso rígida cuando él llevó la mano a su garganta, deshizo hábilmente el nudo con pocos movimientos y luego, desenrolló la bufanda. Por un momento, pensó que él se demoraba mucho en desenrollarla por completo, que sus dedos le rozaban la garganta…
Lo recordó besándola en la colina, sobre los restos quemados de la mansión Fairchild, y que ella sintió como si estuviera cayendo dentro un oscuro y abandonado lugar, perdido y aterrador. Retrocedió a toda prisa y la bufanda cayó de su cuello mientras ella se giraba.
―Gracias por prestármela ―dijo, y se lanzó a seguir a Nicholas por las escaleras, sin volver la mirada atrás para ver a su hermano observando su partida y sujetando la bufanda con una expresión burlona en el rostro.
Simón se sentó entre las hojas muertas y levantó la vista hacia el camino; una vez más, le vino el impulso humano de respirar profundo. Estaba en Central Park, cerca del Shakespeare Garden. Los árboles habían perdido lo último de su lustre otoñal, el dorado, verde y rojo se había convertido en marrón y negro. La mayoría de las ramas estaban desnudas.
Una vez más, tocó el anillo de su dedo. ¿____(tn)?
Una vez más, no hubo respuesta. Sus músculos se sentían tensos como alambre enrollado. Había pasado mucho tiempo desde que fuera capaz de alcanzarla usando el anillo. Se dijo una y otra vez que ella podía estar durmiendo, pero nada podía desatar el terrible nudo de tensión en su estómago. El anillo era su única conexión con ella, y justo en ese momento, se sentía como si no fuera nada más que un trozo de metal muerto.
Dejó caer las manos a los costados y avanzó por el camino, pasando junto a estatuas y bancos grabados con versos de las obras de Shakespeare. El sendero describía una curva hacia la derecha y, de repente, pudo verla, sentada más adelante en un banco, mirando hacia otro lado, su cabello oscuro estaba arreglado en una larga trenza en su espalda. Estaba muy quieta, esperando. Esperando por él.
Simón enderezó la espalda y caminó hacia ella, a pesar de que cada paso se sentía como si estuviera cargado con plomo.
Ella lo oyó mientras se acercaba y se dio la vuelta; su pálido rostro se volvió aún más pálido cuando él se sentó a su lado.
―Simón ―dijo ella, con una exhalación de aliento―. No estaba segura si vendrías.
―Hola, Rebecca ―saludó.
Su hermana le tendió la mano y él la tomó, agradeciendo silenciosamente la previsión que le había hecho ponerse guantes esa mañana, de modo que, si la tocaba, ella no sentiría la frialdad de su piel. No había pasado mucho tiempo desde que la viera por última vez, unos cuatro meses, quizás, pero ya la veía como la fotografía de alguien a quien había conocido hace mucho tiempo, incluso cuando todo en ella le era familiar: su oscuro cabello, sus ojos marrones de la misma forma y color que los suyos, el rocío de pecas sobre su nariz. Llevaba jeans, una parka color amarillo brillante, y una bufanda verde con grandes flores de algodón amarillo. ____(tn) llamaba el estilo de Becky “hippie-chic”; aproximadamente la mitad de su ropa provenía de tiendas vintage, la otra mitad la cosía ella misma.
Mientras él le estrechaba la mano, los ojos de Rebecca se llenaron de lágrimas.
―Si ―le dijo ella, puso los brazos alrededor de su cuerpo y lo abrazó. Él la dejó hacerlo, acariciando torpemente sus brazos y espalda. Cuando se apartó, enjugándose los ojos, tenía el ceño fruncido―. Dios, tu rostro está helado ―dijo―. Deberías usar una bufanda. ―Lo miró acusadoramente―. Como sea, ¿dónde has estado?
―Te lo dije ―respondió él―. Me estoy quedando con un amigo.
Ella soltó una risa breve.
―De acuerdo, Simón, eso no será suficiente ―dijo―. ¿Qué demonios está pasando?
―Becks…
―Llamé a casa en Acción de Gracias ―le informó Rebecca, con la mirada fija en los árboles frente a ellos―. Ya sabes, para saber qué tren ibas a tomar, ese tipo de cosas. ¿Y sabes qué dijo mamá? Dijo que no ibas a ir a casa, que no habría ninguna Acción de Gracias. Así que te llamé a ti y tú no respondiste. Llamé a mamá para averiguar dónde estabas, ella me colgó el teléfono. Sólo… me colgó. Así que regresé a casa. Fue entonces cuando vi toda esa rareza religiosa sobre la puerta. Me asusté por mamá y ella me dijo que estabas muerto. Muerto. Mi propio hermano. Dijo que estabas muerto y que un monstruo tomó tu lugar.
―¿Qué hiciste?
―Me fui de allí ―respondió Rebecca. Simón podía afirmar que estaba tratando de sonar dura, pero había un delgado borde de miedo en su voz―. Estaba bastante claro que mamá ha perdido la cabeza.
―Oh ―dijo Simón. Rebecca y su madre siempre compartieron una relación tensa.
A Rebeca le gustaba referirse a su madre como “la fruta seca” o “la dama loca”. Pero era la primera vez que tenía la sensación de que lo decía en serio.
―Maldito sea tu oh ―le espetó Rebecca―. Estaba frenética. Te envié un mensaje de texto cada cinco minutos. Al final, recibo ese mensaje de mierda tuyo, diciendo que estabas con un amigo. Ahora quieres que nos reunamos aquí. ¿Qué demonios pasa, Simón? ¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo esto?
―¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo qué?
―¿Qué crees tú? Mamá volviéndose totalmente loca. ―Los pequeños dedos de Rebecca se enroscaron en su bufanda―. Tenemos que hacer algo, hablar con alguien, médicos, darle medicamentos o algo. No sé qué hacer, no sin ti. Tú eres mi hermano.
―No puedo ―dijo Simón―. Quiero decir, no puedo ayudarte.
La voz de ella se suavizó.
―Sé que esto apesta y tú apenas estás en la preparatoria pero, Simón, tenemos que tomar estas decisiones juntos.
―Quiero decir que no puedo ayudarte a darle medicamentos ―explicó―. O a llevarla al médico, porque ella tiene razón. Soy un monstruo.
Rebecca se quedó con la boca abierta.
―¿Te lavó el cerebro?
―No…
Su voz se tambaleaba.
―¿Sabes que pensé que, quizás, ella te había lastimado, por el modo en que hablaba?... Pero entonces me dije, No, ella nunca haría eso, no importa qué. Pero si lo hizo… si alzó un dedo contra ti, Simón, entonces ayúdame…
Simón no podía soportarlo más. Se quitó el guante y le tendió la mano a su hermana. Su hermana, quien había sostenido su mano en la playa cuando era demasiado pequeño para entrar al océano sin ayuda; quien le había limpiado la sangre tras las prácticas de fútbol y las lágrimas después que su padre muriera y su madre se convirtiera en un zombi, tirada en su habitación, mirando el cielorraso. Quien le había leído, en su cama en forma de auto de carrera, cuando él aún usaba pijamas con pies. Yo soy el Lórax, hablo por los árboles; quien una vez, accidentalmente, encogió toda su ropa en la lavadora hasta que quedaron tamaño-muñeca, cuando estaba intentando ser casera; quien le empacaba el almuerzo cuando su madre no tenía tiempo. Rebecca, pensó. El último lazo que tenía que cortar.
―Toma mi mano ―le pidió.
Ella la tomó e hizo una mueca.
―Estás tan frío. ¿Has estado enfermo?
―Se podría decir que sí. ―La miró, deseando que sintiera que algo estaba mal con él, realmente mal, pero ella sólo le devolvió la mirada con sus confiados ojos marrones. Se mordió para contener un brote de impaciencia. No era su culpa, ella no sabía―. Tómame el pulso.
―No sé cómo tomar el pulso de una persona, Simón. Soy historiadora de arte.
Él extendió la mano y movió los dedos de su hermana hasta la muñeca.
―Presiona hacia abajo. ¿Sientes algo?
Por un momento, ella se quedó quieta, con un mechón de cabello agitándose sobre su frente.
―No. ¿Se supone que tengo que hacerlo?
―Becky… ―Apartó la muñeca de un tirón, frustrado. No quedaba otra cosa por hacer. Sólo existía un modo―. Mírame ―dijo, y cuando sus ojos se le clavaron en el rostro, dejó salir los colmillos.
Ella gritó.
Gritó y cayó del banco, sobre la mezcla de hojas y tierra compactadas. Varios transeúntes los miraron con curiosidad, pero eso era Nueva York, y no se detuvieron u observaron, sino que simplemente siguieron caminando.
Simón se sentía miserable. Eso era lo que había querido, pero era diferente verla de verdad agazapada allí, tan pálida que sus pecas se destacaban como manchas de tintas, con una mano sobre la boca, exactamente igual a como lo fue con su madre.
Recordaba que le había dicho a ____(tn) que no había peor sentimiento que no confiar en las personas que amabas; había estado equivocado. Que las personas que amabas te temieran, era peor.
―Rebecca ―dijo, y su voz se quebró―. Becky…
Ella sacudió la cabeza, con una mano aún sobre la boca. Estaba sentada en el suelo y su bufanda se arrastraba sobre las hojas. Bajo otras circunstancias, podría haber sido divertido.
Simón se bajó del banco y se arrodilló junto a ella. Sus colmillos habían desaparecido, pero ella lo estaba mirando como si aún estuvieran allí. Muy tímidamente, estiró una mano y le tocó el hombro.
―Becks ―dijo―. Nunca te lastimaría, tampoco lastimaría a mamá, nunca. Sólo quería verte una última vez, para decirte que me voy lejos y que no tienes que volver a verme. Las dejo solas a las dos. Puedes celebrar Acción de Gracias, no te lo arruinaré, no intentaré mantenerme en contacto. No quiero…
―Simón. ―Lo agarró del brazo y fue tirando de él hacia sí, como un pez en un sedal. Él medio cayó contra ella, y ella lo abrazó, sus brazos rodeándolo. La última vez que lo había abrazado de ese modo, fue el día del funeral de su padre, cuando lloraba de ese modo en que llora uno cuando parece que no va a parar nunca―. Yo no quiero no volver a verte nunca más.
―Oh. ―Simón se volvió a sentar en el suelo, tan sorprendido que su mente se quedó en blanco. Rebecca lo rodeó de nuevo con los brazos, y se apoyó contra su hermana, a pesar de que era más delgada que él. Ella lo había contenido cuando eran niños y podía hacerlo de nuevo.
―Pensé que no querrías.
―¿Por qué?
―Soy un vampiro. ―Era extraño oírlo de ese modo, en voz alta.
―Así que, ¿existen vampiros?
―Y hombres lobo. Y otras cosas, aún más raras. Esto… sólo sucedió. Quiero decir, me atacaron, yo no lo elegí, pero eso no importa. Este soy yo, ahora.
―¿Tú…? ―Rebecca vaciló y Simón sintió que ésa era la gran pregunta, la que realmente importaba―. ¿Muerdes a la gente?
Pensó en Isabelle, entonces apartó rápidamente la imagen mental. Y mordí a una chica de trece años. Y a un tipo. No es tan raro como parece. No. Algunas cosas no encajaban dentro de los asuntos de su hermana―. Bebo sangre de botellas, sangre animal. No lastimo a las personas.
―Está bien. ―Ella respiró hondo―. Está bien.
―¿Lo está? Bien, quiero decir.
―Sí. Te amo ―dijo. Le frotó torpemente la espalda. Él sintió algo húmedo sobre su mano y bajó la mirada. Ella estaba llorando, una de sus lágrimas le había salpicado los dedos. Otra la siguió, y él cerró la mano sobre ellas. Simón estaba temblando, pero no de frío; aun así, ella se quitó la bufanda y los envolvió a ambos―. Lo averiguaremos ―afirmó―. Eres mi hermanito, tonto idiota. Te amo, sin importar lo que pase.
Se sentaron juntos, hombro con hombro, con la mirada perdida en los sombríos espacios entre los árboles.
―Pensé que habías dicho que Nicholas estaba dormido ―le dijo a Sebastian, con una nota de acusación en la voz.
Sebastian se encogió de hombros.
―Lo estaba cuando lo dije. ―Había una ligera burla en su voz, pero no verdadera crueldad.
Habían caminado juntos casi completamente en silencio de regreso desde la casa de Magdalena, pero no un mal tipo de silencio. ____(tn) había dejado que su mente divagara, sólo para regresar a la realidad en ocasiones, al constatar que era Sebastian junto a quién estaba caminado.
―Estoy bastante seguro de saber dónde está.
―¿En su habitación? ―____(tn) comenzó a subir las escaleras.
―No. ―Se puso delante de ella―. Vamos. Te mostraré.
Él se encaminó hacia las escaleras a paso rápido y entró al dormitorio principal, con ____(tn) en sus talones. Mientras ella lo observaba desconcertada, golpeó un lado del armario. Éste se deslizó a un lado, dejando al descubierto un conjunto de escaleras detrás. Sebastian esbozó una sonrisa por encima del hombro, mientras ella subía tras él.
―Estás bromeando ―dijo―. ¿Escaleras secretas?
―No me digas que esta es la cosa más extraña que has visto hoy. ―Él subía los escalones de dos y ____(tn), a pesar de sus huesos cansados, lo siguió. Las escaleras describían una curva y se abrían a un amplio salón, con un pulido suelo de madera y muros altos. Todo tipo de armas colgaban de las paredes, como si estuvieran en la sala de entrenamiento del Instituto: kindjals y chakhrams, mazas, espadas y dagas, ballestas y nudillos de bronce, estrellas arrojadizas, hachas y espadas samurái.
Había círculos de entrenamiento cuidadosamente pintados en el suelo. En el centro de uno de ellos, estaba Nicholas de pie, de espalda a la puerta. Estaba sin camisa y descalzo, con un pantalón de calentamiento negro y un cuchillo en cada mano. Una imagen brilló en su cabeza: la espalda desnuda de Sebastian, marcada con las inconfundibles líneas del látigo. La de Nicholas era lisa, piel de color oro pálido sobre músculo, marcada sólo con las cicatrices típicas de un Cazador de Sombras… y los rasguños que sus propias uñas le habían hecho la noche anterior. Sintió que se ruborizaba, pero en su mente aún estaba la pregunta: ¿por qué Valentine había azotado a un niño, pero no al otro?
―Nicholas ―lo llamó.
Él se giró. Estaba limpio. El fluido plateado se había ido y su cabello dorado presentaba un color bronce oscuro, pegado húmedamente a la cabeza. Su piel brillaba por el sudor. La expresión de su rostro era reservada.
―¿Dónde estabas?
Sebastian se dirigió a la pared y empezó a examinar las armas allí, pasando la mano desnuda por sobre las hojas.
―Pensé que a ____(tn) le gustaría ver París.
―Podrías haberme dejado una nota ―dijo Nicholas―. No es como si nuestra situación fuera la más segura, Jonathan. Prefiero no tener que preocuparme por ____(tn)…
―Yo lo seguí ―dijo ____(tn).
Nicholas se volvió y la miró, y por un momento, ella captó un destello en sus ojos, del chico en Idris que le gritó por echar a perder todos sus cuidadosos planes de mantenerla a salvo. Pero este Nicholas era diferente. Sus manos no temblaban cuando la miró y el pulso en su garganta permaneció constante.
―¿Hiciste qué?
―Seguí a Sebastian ―dijo ella―. Estaba despierta y quería ver a dónde iba. ―Puso las manos en los bolsillos de sus jeans y lo miró desafiante. Los ojos de él la recorrieron desde el cabello despeinado por el viento hasta las botas, y ella sintió que se le iba la sangre al rostro. El sudor brillaba a lo largo de las clavículas de Nicholas y en las elevaciones de sus músculos estomacales. Los pantalones de entrenamiento le caían flojos por la cintura, mostrando la V en los huesos de la cadera. Recordó lo que se sentía tener esos brazos rodeándola, el ser apretada lo suficientemente cerca contra él para poder sentir cada detalle de los huesos y los músculos contra su propio cuerpo…
Sintió una oleada de vergüenza tan aguda que la dejó mareada. Lo que lo hacía peor era el hecho que Nicholas no parecía incómodo en lo más mínimo o como si la noche anterior no lo hubiera afectado tanto como a ella. Él sólo parecía… molesto. Molesto, y sudoroso, y sexy.
―Sí, bueno ―dijo él―. La próxima vez que decidas escaparte de nuestro departamento mágicamente resguardado, a través de una puerta que, en realidad, ni siquiera existe, deja una nota.
____(tn) arqueó las cejas.
―¿Estás siendo sarcástico?
Nicholas lanzó uno de sus cuchillos al aire y lo atrapó.
―Es posible.
―Llevé a ____(tn) a ver a Magdalena ―le contó Sebastian. Había tomado una estrella arrojadiza de la pared y la estaba examinando―. Llevamos el adamas.
Nicholas había arrojado el segundo cuchillo al aire; falló al cogerlo esta vez y se hundió de punta en el suelo.
―¿Sí?
―Sí ―respondió Sebastian―. Y le conté el plan a ____(tn). Le dije que estábamos planeando atraer a los Demonios Mayores aquí, para así poder destruirlos.
―Pero no sé cómo planean lograr eso ―dijo ____(tn)―. Nunca me dijiste esa parte.
―Pensé que sería mejor decírtelo con Nicholas presente ―dijo Sebastian. De repente, lanzó su muñeca hacia delante y la estrella arrojadiza voló hacia Nicholas, quien la bloqueó con un rápido movimiento de su cuchillo. Ésta cayó al suelo. Sebastian silbó―. Rápido ―comentó.
____(tn) se volvió hacia su hermano.
―Podrías haberlo lastimado…
―Todo lo que lo lastima a él, me lastima a mí ―dijo Sebastian―. Te estaba mostrando lo mucho que confío en él. Ahora, quiero que confíes en nosotros. ―Sus ojos negros se clavaron en los de ella―. Adamas, el material que hoy le llevé a la Hermana de Hierro. ¿Sabes qué está hecho de eso?
―Por supuesto, los cuchillos serafín, las torres demonio de Alicante, las estelas…
―Y la Copa Mortal.
____(tn) sacudió la cabeza.
―La Copa Mortal es de oro. La he visto.
―Adamas bañado en oro. La Espada Mortal, también, tiene la empuñadura de esa materia. Dicen que es el material con el que están construidos los palacios del Cielo y no es fácil de conseguir. Sólo las Hermanas de Hierro pueden trabajar la materia, y se supone que sólo ellas tienen acceso a ésta.
―Entonces, ¿por qué le diste un poco a Magdalena?
―Para que ella pueda hacer una segunda Copa ―contestó Nicholas.
―¿Una segunda Copa Mortal? ―____(tn) paseó la mirada de uno al otro, incrédula―. Pero no puedes simplemente hacer eso, sólo hacer otra Copa Mortal. Si se pudiera, la Clave no habría entrado tanto en pánico cuando desapareció la Copa Mortal original. Valentine no la hubiera necesitado tan…
―Es una copa ―dijo Nicholas―. Sin importar cómo fuera hecha, siempre fue una copa hasta que el Ángel, voluntariamente, derramó su sangre en el interior. Eso fue lo que la hizo ser lo que es.
―¿Y piensas que puedes conseguir que Raziel derrame voluntariamente su sangre en una segunda copa, por ti? ―____(tn) no pudo evitar el filo de la incredulidad en su voz―. Buena suerte.
―Es un truco, ____(tn) ―explicó Sebastian―. ¿Sabes que todo tiene una alianza? ¿Seráfica o demoníaca? Lo que los demonios creen es que queremos al equivalente demoníaco de Raziel. Un demonio grande en poder, que mezcle su sangre con la nuestra y cree una nueva raza de Cazadores de Sombras. Unos que no estén obligados por la Ley, o los Acuerdos, o las reglas de la Clave.
―¿Les dijeron qué quieren hacer… versiones antiguas de los Cazadores de Sombras?
―Algo por el estilo ―Sebastián rio, rastrillando los dedos a través de su rubio cabello―. ¿Nicholas, quieres ayudarme a explicarlo?
―Valentine era un fanático ―dijo éste―. Estaba equivocado en un montón de cosas. Estaba equivocado al considerar matar a los Cazadores de Sombras, estaba equivocado acerca de los Submundos; pero no estaba equivocado acerca de la Clave o el Concejo. Cada Inquisidor que hemos tenido, ha sido corrupto. Las Leyes que entregó el Ángel son arbitrarias y sin sentido, y sus castigos son peores. ‘La Ley es dura, pero es la Ley’. ¿Cuántas veces has oído eso? ¿Cuántas veces hemos tenido que eludir y evitar a la Clave y sus Leyes, incluso cuando intentábamos salvarlos? ¿Quién me puso en prisión?... la Inquisidora. ¿Quién puso a Simón en la cárcel? La Clave. ¿Quién iba a dejarlo arder?
El corazón de ____(tn) había empezado a latir con fuerza. La voz de Nicholas, tan familiar diciendo esas palabras, hacía que sus huesos se sintieran débiles. Él estaba en lo cierto, y también se equivocaba… como Valentine, pero ella quería creer en él en un modo en que no quería creer en Valentine.
―Bien ―dijo ella―. Entiendo que la Clave es corrupta, pero no veo qué tiene que ver eso con hacer tratos con demonios.
―Nuestro mandato es destruir demonios ―explicó Sebastian―, pero la Clave desperdicia su energía en otras tareas. Las salvaguardas se han ido debilitando y más y más demonios se están desparramando sobre la tierra, pero la Clave hace la vista gorda. Hemos abierto una puerta en el extremo norte de Wrangel Island, y atraeremos a los demonios a través de ésta, con la promesa de esta copa. Sólo entonces, cuando derramen su sangre en el interior, serán destruidos. He llegado a acuerdos de ese tipo con varios Demonios Mayores. Cuando Nicholas y yo los hayamos matado, la Clave verá que somos un poder a tener en cuenta. Tendrán que escucharnos.
____(tn) lo miró.
―Matar Demonios Mayores no es tan fácil.
―Ya lo hice el día de hoy ―dijo Sebastian―. Lo cual es, incidentemente, el por qué ninguno de nosotros se meterá en problemas por matar a todos esos demonios guardaespaldas. Yo maté a su amo.
____(tn) pasó la mirada desde Nicholas a Sebastian y viceversa. Los ojos de Nicholas eran fríos, pero interesados; la mirada de Sebastian era más intensa. Era como si estuviera intentado ver dentro de su cabeza.
―Bueno ―dijo lentamente―. Es un montón que abarcar, y no me gusta la idea de que se expongan a ese tipo de peligro; pero me alegra que confíen lo suficiente en mí como para contármelo.
―Te lo dije ―dijo Nicholas―, te dije que entendería.
―Nunca he dicho que no lo haría. ―Sebastian no apartó sus ojos del rostro de ____(tn).
Ella tragó fuerte.
―Anoche no dormí mucho ―dijo―. Necesito descansar.
―Qué lástima ―señaló Sebastian―. Iba a preguntarte si querías subir a la Torre Eiffel. ―Sus ojos eran oscuros, inescrutables; no podía adivinar si estaba bromeando o no. Antes de que pudiera decir algo en respuesta, la mano de Nicholas se deslizó entre la suya.
―Iré contigo ―anunció―. Yo tampoco dormí demasiado bien. ―Le hizo un gesto de asentimiento a Sebastian con la cabeza―. Nos vemos en la cena.
Sebastian no contestó. Estaban cerca de los escalones, cuando la llamó―: ____(tn).
Ella se dio la vuelta, extrayendo su mano de la de Nicholas.
―¿Qué?
―Mi bufanda. ―Tendió la mano, esperando.
―Oh. Cierto. ―Dando unos pasos hacia él, tiró con dedos nerviosos del pañuelo anudado a su garganta.
Después de unos momentos de observarla, Sebastian hizo un ruido de impaciencia y atravesó la sala hacia ella; sus largas piernas cubrieron rápidamente el espacio entre ellos. ____(tn) se puso rígida cuando él llevó la mano a su garganta, deshizo hábilmente el nudo con pocos movimientos y luego, desenrolló la bufanda. Por un momento, pensó que él se demoraba mucho en desenrollarla por completo, que sus dedos le rozaban la garganta…
Lo recordó besándola en la colina, sobre los restos quemados de la mansión Fairchild, y que ella sintió como si estuviera cayendo dentro un oscuro y abandonado lugar, perdido y aterrador. Retrocedió a toda prisa y la bufanda cayó de su cuello mientras ella se giraba.
―Gracias por prestármela ―dijo, y se lanzó a seguir a Nicholas por las escaleras, sin volver la mirada atrás para ver a su hermano observando su partida y sujetando la bufanda con una expresión burlona en el rostro.
***************************************
Simón se sentó entre las hojas muertas y levantó la vista hacia el camino; una vez más, le vino el impulso humano de respirar profundo. Estaba en Central Park, cerca del Shakespeare Garden. Los árboles habían perdido lo último de su lustre otoñal, el dorado, verde y rojo se había convertido en marrón y negro. La mayoría de las ramas estaban desnudas.
Una vez más, tocó el anillo de su dedo. ¿____(tn)?
Una vez más, no hubo respuesta. Sus músculos se sentían tensos como alambre enrollado. Había pasado mucho tiempo desde que fuera capaz de alcanzarla usando el anillo. Se dijo una y otra vez que ella podía estar durmiendo, pero nada podía desatar el terrible nudo de tensión en su estómago. El anillo era su única conexión con ella, y justo en ese momento, se sentía como si no fuera nada más que un trozo de metal muerto.
Dejó caer las manos a los costados y avanzó por el camino, pasando junto a estatuas y bancos grabados con versos de las obras de Shakespeare. El sendero describía una curva hacia la derecha y, de repente, pudo verla, sentada más adelante en un banco, mirando hacia otro lado, su cabello oscuro estaba arreglado en una larga trenza en su espalda. Estaba muy quieta, esperando. Esperando por él.
Simón enderezó la espalda y caminó hacia ella, a pesar de que cada paso se sentía como si estuviera cargado con plomo.
Ella lo oyó mientras se acercaba y se dio la vuelta; su pálido rostro se volvió aún más pálido cuando él se sentó a su lado.
―Simón ―dijo ella, con una exhalación de aliento―. No estaba segura si vendrías.
―Hola, Rebecca ―saludó.
Su hermana le tendió la mano y él la tomó, agradeciendo silenciosamente la previsión que le había hecho ponerse guantes esa mañana, de modo que, si la tocaba, ella no sentiría la frialdad de su piel. No había pasado mucho tiempo desde que la viera por última vez, unos cuatro meses, quizás, pero ya la veía como la fotografía de alguien a quien había conocido hace mucho tiempo, incluso cuando todo en ella le era familiar: su oscuro cabello, sus ojos marrones de la misma forma y color que los suyos, el rocío de pecas sobre su nariz. Llevaba jeans, una parka color amarillo brillante, y una bufanda verde con grandes flores de algodón amarillo. ____(tn) llamaba el estilo de Becky “hippie-chic”; aproximadamente la mitad de su ropa provenía de tiendas vintage, la otra mitad la cosía ella misma.
Mientras él le estrechaba la mano, los ojos de Rebecca se llenaron de lágrimas.
―Si ―le dijo ella, puso los brazos alrededor de su cuerpo y lo abrazó. Él la dejó hacerlo, acariciando torpemente sus brazos y espalda. Cuando se apartó, enjugándose los ojos, tenía el ceño fruncido―. Dios, tu rostro está helado ―dijo―. Deberías usar una bufanda. ―Lo miró acusadoramente―. Como sea, ¿dónde has estado?
―Te lo dije ―respondió él―. Me estoy quedando con un amigo.
Ella soltó una risa breve.
―De acuerdo, Simón, eso no será suficiente ―dijo―. ¿Qué demonios está pasando?
―Becks…
―Llamé a casa en Acción de Gracias ―le informó Rebecca, con la mirada fija en los árboles frente a ellos―. Ya sabes, para saber qué tren ibas a tomar, ese tipo de cosas. ¿Y sabes qué dijo mamá? Dijo que no ibas a ir a casa, que no habría ninguna Acción de Gracias. Así que te llamé a ti y tú no respondiste. Llamé a mamá para averiguar dónde estabas, ella me colgó el teléfono. Sólo… me colgó. Así que regresé a casa. Fue entonces cuando vi toda esa rareza religiosa sobre la puerta. Me asusté por mamá y ella me dijo que estabas muerto. Muerto. Mi propio hermano. Dijo que estabas muerto y que un monstruo tomó tu lugar.
―¿Qué hiciste?
―Me fui de allí ―respondió Rebecca. Simón podía afirmar que estaba tratando de sonar dura, pero había un delgado borde de miedo en su voz―. Estaba bastante claro que mamá ha perdido la cabeza.
―Oh ―dijo Simón. Rebecca y su madre siempre compartieron una relación tensa.
A Rebeca le gustaba referirse a su madre como “la fruta seca” o “la dama loca”. Pero era la primera vez que tenía la sensación de que lo decía en serio.
―Maldito sea tu oh ―le espetó Rebecca―. Estaba frenética. Te envié un mensaje de texto cada cinco minutos. Al final, recibo ese mensaje de mierda tuyo, diciendo que estabas con un amigo. Ahora quieres que nos reunamos aquí. ¿Qué demonios pasa, Simón? ¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo esto?
―¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo qué?
―¿Qué crees tú? Mamá volviéndose totalmente loca. ―Los pequeños dedos de Rebecca se enroscaron en su bufanda―. Tenemos que hacer algo, hablar con alguien, médicos, darle medicamentos o algo. No sé qué hacer, no sin ti. Tú eres mi hermano.
―No puedo ―dijo Simón―. Quiero decir, no puedo ayudarte.
La voz de ella se suavizó.
―Sé que esto apesta y tú apenas estás en la preparatoria pero, Simón, tenemos que tomar estas decisiones juntos.
―Quiero decir que no puedo ayudarte a darle medicamentos ―explicó―. O a llevarla al médico, porque ella tiene razón. Soy un monstruo.
Rebecca se quedó con la boca abierta.
―¿Te lavó el cerebro?
―No…
Su voz se tambaleaba.
―¿Sabes que pensé que, quizás, ella te había lastimado, por el modo en que hablaba?... Pero entonces me dije, No, ella nunca haría eso, no importa qué. Pero si lo hizo… si alzó un dedo contra ti, Simón, entonces ayúdame…
Simón no podía soportarlo más. Se quitó el guante y le tendió la mano a su hermana. Su hermana, quien había sostenido su mano en la playa cuando era demasiado pequeño para entrar al océano sin ayuda; quien le había limpiado la sangre tras las prácticas de fútbol y las lágrimas después que su padre muriera y su madre se convirtiera en un zombi, tirada en su habitación, mirando el cielorraso. Quien le había leído, en su cama en forma de auto de carrera, cuando él aún usaba pijamas con pies. Yo soy el Lórax, hablo por los árboles; quien una vez, accidentalmente, encogió toda su ropa en la lavadora hasta que quedaron tamaño-muñeca, cuando estaba intentando ser casera; quien le empacaba el almuerzo cuando su madre no tenía tiempo. Rebecca, pensó. El último lazo que tenía que cortar.
―Toma mi mano ―le pidió.
Ella la tomó e hizo una mueca.
―Estás tan frío. ¿Has estado enfermo?
―Se podría decir que sí. ―La miró, deseando que sintiera que algo estaba mal con él, realmente mal, pero ella sólo le devolvió la mirada con sus confiados ojos marrones. Se mordió para contener un brote de impaciencia. No era su culpa, ella no sabía―. Tómame el pulso.
―No sé cómo tomar el pulso de una persona, Simón. Soy historiadora de arte.
Él extendió la mano y movió los dedos de su hermana hasta la muñeca.
―Presiona hacia abajo. ¿Sientes algo?
Por un momento, ella se quedó quieta, con un mechón de cabello agitándose sobre su frente.
―No. ¿Se supone que tengo que hacerlo?
―Becky… ―Apartó la muñeca de un tirón, frustrado. No quedaba otra cosa por hacer. Sólo existía un modo―. Mírame ―dijo, y cuando sus ojos se le clavaron en el rostro, dejó salir los colmillos.
Ella gritó.
Gritó y cayó del banco, sobre la mezcla de hojas y tierra compactadas. Varios transeúntes los miraron con curiosidad, pero eso era Nueva York, y no se detuvieron u observaron, sino que simplemente siguieron caminando.
Simón se sentía miserable. Eso era lo que había querido, pero era diferente verla de verdad agazapada allí, tan pálida que sus pecas se destacaban como manchas de tintas, con una mano sobre la boca, exactamente igual a como lo fue con su madre.
Recordaba que le había dicho a ____(tn) que no había peor sentimiento que no confiar en las personas que amabas; había estado equivocado. Que las personas que amabas te temieran, era peor.
―Rebecca ―dijo, y su voz se quebró―. Becky…
Ella sacudió la cabeza, con una mano aún sobre la boca. Estaba sentada en el suelo y su bufanda se arrastraba sobre las hojas. Bajo otras circunstancias, podría haber sido divertido.
Simón se bajó del banco y se arrodilló junto a ella. Sus colmillos habían desaparecido, pero ella lo estaba mirando como si aún estuvieran allí. Muy tímidamente, estiró una mano y le tocó el hombro.
―Becks ―dijo―. Nunca te lastimaría, tampoco lastimaría a mamá, nunca. Sólo quería verte una última vez, para decirte que me voy lejos y que no tienes que volver a verme. Las dejo solas a las dos. Puedes celebrar Acción de Gracias, no te lo arruinaré, no intentaré mantenerme en contacto. No quiero…
―Simón. ―Lo agarró del brazo y fue tirando de él hacia sí, como un pez en un sedal. Él medio cayó contra ella, y ella lo abrazó, sus brazos rodeándolo. La última vez que lo había abrazado de ese modo, fue el día del funeral de su padre, cuando lloraba de ese modo en que llora uno cuando parece que no va a parar nunca―. Yo no quiero no volver a verte nunca más.
―Oh. ―Simón se volvió a sentar en el suelo, tan sorprendido que su mente se quedó en blanco. Rebecca lo rodeó de nuevo con los brazos, y se apoyó contra su hermana, a pesar de que era más delgada que él. Ella lo había contenido cuando eran niños y podía hacerlo de nuevo.
―Pensé que no querrías.
―¿Por qué?
―Soy un vampiro. ―Era extraño oírlo de ese modo, en voz alta.
―Así que, ¿existen vampiros?
―Y hombres lobo. Y otras cosas, aún más raras. Esto… sólo sucedió. Quiero decir, me atacaron, yo no lo elegí, pero eso no importa. Este soy yo, ahora.
―¿Tú…? ―Rebecca vaciló y Simón sintió que ésa era la gran pregunta, la que realmente importaba―. ¿Muerdes a la gente?
Pensó en Isabelle, entonces apartó rápidamente la imagen mental. Y mordí a una chica de trece años. Y a un tipo. No es tan raro como parece. No. Algunas cosas no encajaban dentro de los asuntos de su hermana―. Bebo sangre de botellas, sangre animal. No lastimo a las personas.
―Está bien. ―Ella respiró hondo―. Está bien.
―¿Lo está? Bien, quiero decir.
―Sí. Te amo ―dijo. Le frotó torpemente la espalda. Él sintió algo húmedo sobre su mano y bajó la mirada. Ella estaba llorando, una de sus lágrimas le había salpicado los dedos. Otra la siguió, y él cerró la mano sobre ellas. Simón estaba temblando, pero no de frío; aun así, ella se quitó la bufanda y los envolvió a ambos―. Lo averiguaremos ―afirmó―. Eres mi hermanito, tonto idiota. Te amo, sin importar lo que pase.
Se sentaron juntos, hombro con hombro, con la mirada perdida en los sombríos espacios entre los árboles.
:ilusion: :ilusion: :ilusion: :ilusion: :ilusion: :ilusion:
Me encanto la hermana de Simón!
:aah: :aah: :aah: :aah: :aah: :aah:
Ojala la mamá de Simón se de cuenta de que esta equivocada pronto! ;)
Que tal el plan de Sebastian! (?
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
Nichooooooooo vuelve pronto! :misery:
Las leo después! *.*
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Hola!
:imdead:
La hermana de Simón, se paso es muy buena.... :ilusion:
Mamá de Simón no seas estupida el jamas te haria daño! :fuckya:
Okey, lo que dice Sebastian no es tan descabellado :scratch: , pero aun asi. No es correcto! Y lo que dijo el Nicho, no Nicho es cierto, a veces la clave es corrupta! :roll:
PERO NO!
Todo estas confusiones me las causa el inutil sin cerebro, mal aborto del Infierno de Sebastian
:muere: :muere: :muere:
Ademas algo bueno
El Nicho fue sarcastico!!!!!! Soy tan feliz, eso es un pequeñito avance, eso es algo propio del verdadero Nicho! :aah:
Siguela
Saludos desde Chile, te dice esta loca demente amiga tuya que esta ultramega atrapada en esta novela
Kiss xx.
:bye:
:imdead:
La hermana de Simón, se paso es muy buena.... :ilusion:
Mamá de Simón no seas estupida el jamas te haria daño! :fuckya:
Okey, lo que dice Sebastian no es tan descabellado :scratch: , pero aun asi. No es correcto! Y lo que dijo el Nicho, no Nicho es cierto, a veces la clave es corrupta! :roll:
PERO NO!
Todo estas confusiones me las causa el inutil sin cerebro, mal aborto del Infierno de Sebastian
:muere: :muere: :muere:
Ademas algo bueno
El Nicho fue sarcastico!!!!!! Soy tan feliz, eso es un pequeñito avance, eso es algo propio del verdadero Nicho! :aah:
Siguela
Saludos desde Chile, te dice esta loca demente amiga tuya que esta ultramega atrapada en esta novela
Kiss xx.
:bye:
Val x.
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
AAAII ESTOY LLORANDOOO!!!.. ESO SI ES AMOR DE HERMAANOOOSS!!!
AAAIIII SU HERMANAA LO QUIEREE.. Y LO ACEPTA COMO ESSS!!!..... EN SERIO QUE ESTOY LLLORAAANDOOO!!!!!!....
SIGUELAA PORFIISSS!!!
Y SEBASTIAN... NO ME CREO ESE CUENTOOO!!!!!... ALGO ESCONDE EL CONDENADOOO
AAAIIII SU HERMANAA LO QUIEREE.. Y LO ACEPTA COMO ESSS!!!..... EN SERIO QUE ESTOY LLLORAAANDOOO!!!!!!....
SIGUELAA PORFIISSS!!!
Y SEBASTIAN... NO ME CREO ESE CUENTOOO!!!!!... ALGO ESCONDE EL CONDENADOOO
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
awww que linda la hermana de Simon!!!!
Esas si son hermanas!!!!! :aah:
Sebastian esta loco :muack:
No creo que quiera salvar al mundo!!
Para mi que oculta cosas!
Siguela!!!!
Esas si son hermanas!!!!! :aah:
Sebastian esta loco :muack:
No creo que quiera salvar al mundo!!
Para mi que oculta cosas!
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
jaja le dejos las uñas marcadas en la espealda de Nicholas jaja....que salvaje, okno!
Que bien la hermana de Simon, no? se lo tomo de lo mejor...
SEGUILA!! un beso...
Que bien la hermana de Simon, no? se lo tomo de lo mejor...
SEGUILA!! un beso...
I.am.rayita (Anto!!!)
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Hola!
:imdead:
La hermana de Simón, se paso es muy buena.... :ilusion:
Mamá de Simón no seas estupida el jamas te haria daño! :fuckya:
Okey, lo que dice Sebastian no es tan descabellado :scratch: , pero aun asi. No es correcto! Y lo que dijo el Nicho, no Nicho es cierto, a veces la clave es corrupta! :roll:
PERO NO!
Todo estas confusiones me las causa el inutil sin cerebro, mal aborto del Infierno de Sebastian
:muere: :muere: :muere:
Ademas algo bueno
El Nicho fue sarcastico!!!!!! Soy tan feliz, eso es un pequeñito avance, eso es algo propio del verdadero Nicho! :aah:
Siguela
Saludos desde Chile, te dice esta loca demente amiga tuya que esta ultramega atrapada en esta novela
Kiss xx.
:bye:
Hola! :3
La hermana de Simón es la mejor! *.* es bueno saber que estará con él! *.*
u.u esperemos que la mamá de Simón se de cuenta de que esta mal....
Sebastian sabe manipular muy bien las cosas....
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
Nicho vuelve! :misery:
*.* JAJAJJA nos estamos leyendo! ;)
PD: tus comentarios siempre me hacen el día! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
chelis escribió:AAAII ESTOY LLORANDOOO!!!.. ESO SI ES AMOR DE HERMAANOOOSS!!!
AAAIIII SU HERMANAA LO QUIEREE.. Y LO ACEPTA COMO ESSS!!!..... EN SERIO QUE ESTOY LLLORAAANDOOO!!!!!!....
SIGUELAA PORFIISSS!!!
Y SEBASTIAN... NO ME CREO ESE CUENTOOO!!!!!... ALGO ESCONDE EL CONDENADOOO
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! *.*
Ojala a la rayiz le hubiera tocado un hermano así de bueno! :sad:
En cambio tiene a Sebastian! :wut:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
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