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Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahhhh ya tenemos la espada!!!!! :jojojo:
Simin eres la ley!!!
Ese Raziel es tan bueno!!! Cuando quiere!!!
Ahora solo hay que terminar con Sebastian!!! :maloso:
Muajajajaja siiiiiiii mi Nicho regresara :aah:
Siguela!!!
:aah: :aah: :aah: :aah: :aah: :aah:
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ahora solo hay que hacérsela llegar a la rayiz! Not a big deal....
Solo que Simón no se puede comunicar con ella! :gasp:
Simón es el Mejor! :ilusion:
Si, solo debemos desaparecer a Sebastian! :twisted:
:muere: :muere: :muere: :muere: :muere:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
chelis escribió:SIIMOONN!!!.. SIMOOON!!!.... SIIMOOONN!!!.... JAJAJA ESE SIMOOONN AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!
HIZO REIR AL ANGEL Y BUENO ME ENCANTOO!!!
AAIII SIMON ES NUESTRO HEROOEEE!!!..... GUAAAUUUUU!!!
Y ___ POR QUE HIZO LO QUE HIZO????
AAAIIII ESPEREMOS QUE SIMON LLEGUE CON ELLLOSS!!!!
Y LOS SALVEEEE!!!
AAAII SIGUELAA PORFIISS
Simón es nuestro héroe! :(L):
:aah: :aah: :aah: :aah: :aah:
Ya se, ahora solo deben de encontrar a la rayiz y el Nicho! :gasp:
Not a big deal..... :imdead:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Ahhhh
Simon eres el mejor :aah:
Con la espada, tenemos posibilidades del que el Nicho vuelva a ser Nicho!
Soy tan feliz :corre: :corre:
Pero aunque todo va bien hasta el momento, tengo el presentimiento de que pasara algo no muy bueno, o simplemente me volvi paranoica :jojojo:
Es eso, ¿Creo? :scratch:
Aah! Simon ya no tiene la marca ! Eso tambien es bueno por un lado ya no es maldito :happuy: pero por otro ya no es invencible y eso me preocupa y mucho :ñomñom:
Como siempre, el unico culpable aqui es Sebastian :fuckya:
Y para mi mala suerte, tengo un compañero que me cae mal y que se llama Sebastian
:muere: :muere: :muere: :muere:
Y tambien lo odio, Muerte a ambos Sebastian's :muere:
Bueno, espero que la sigas pronto
o Elmo ira a tu casa a violarte
Oqno, pero yo te golpeare
Oqno eso tampoco
Solo siguela
Y ya me voy porque me estoy volviendo loca mas de lo que ya estoy
:maloso:
Todo porque..... :xd:
No se.... :-w-:
Ves ya estoy escribiendo cosas sin sentido :calor:
Espero que la sigas pronto
Kiss xx.
:bye:
Simón es nuestro héroe! :)
:aah: :aah: :aah: :aah: :aah:
Siiiiiiiiiiiii, pronto todo será como siempre!..... o no! :fiu:
Recuerda que TODO puede suceder! :scratch:
Siii, tienes razón con lo de la marca, ahora estará más vulnerable!
JAJAJAJAJA muerte a ambos Sebastian! :twisted:
:muere: :maloso: :muere: :maloso: :muere: :maloso:
JAJAJAJAJAJ Elmo me violara!
Nooooo, ya pongo el capi mejor! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
I.am.rayita (Anto!!!) escribió:Simon es un genioo! sinceramnete lo aposte todo a que se moria, osea ya me habia preparado emocionalmente para su muerte!!! QUE EMOCION!!! esta vivo...y consigio la espada! y le sacaron esa fea marca que seguramente arruinaba su cara...
Y ahora que? tienen que encontrar a Sebastian para matarlo, lo que es un poco imposible...
SEGUILA!!! un beso...
Simón es el Mejor! :(L):
que poca fé tenías en Simón! xD lo bueno es que todo salió bien! *.*
Si tienen que encontrarlos..... not a big deal! :-w-:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Pamm Jonas escribió:Lupitaaaa!!! HOLAAA porfin ya me tienes leyendo por aquí !!! Siempre me dejas con ganas de seguir leyendo te !!! Me tardé en alcanzarlas hasta este,libro como un mes Jejee pero como la semana pasada vinieron los Jonas como dos semanas me desconecte del foro!! jejejejejePero ya estoy leyendo y estoy al corriente de todo!!
Tu fiel lectora de las demás novelas is back!! :D
Síguela que la amo totalmente !!
Hola Pamm!
Es bueno tenerte por acá! ;) & más vale tarde que nunca! ;)
JAJAJAJ lo sé, estoy libros son taaaaaaan adictivos! *.*
:-w-:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
• Amor y Sangre - Capitulo 19 (Parte 1) •
____(tn) había registrado cada lugar de la habitación de Nicholas, metódica y cuidadosamente. Aún llevaba la camiseta sin mangas, y los jeans que había tomado, tenía su cabello recogido detrás de la nuca en un moño desordenado, y las uñas llenas de polvo. Había buscado debajo de la cama, en todos los cajones y armarios, se metió debajo del ellos y del escritorio, y miró en los bolsillos de toda la ropa buscando una segunda estela, pero no había encontrado nada.
Le había dicho a Sebastian que estaba exhausta, que tenía que ir arriba y acostarse; él se vio distraído y la despidió con un gesto de la mano. Imágenes de la cara de Nicholas aparecían en sus parpados cada vez que cerraba los ojos, la forma en que la había mirado, traicionado, como si ya no la reconociera.
Pero ya no había a donde ir. Podía sentarse en el borde de la cama y llorar en silencio, pensando en lo que había hecho, pero eso no le haría ningún bien a nadie. Se lo debía a Nicholas, a sí misma, debía seguir moviéndose. Buscando. Si sólo pudiera encontrar una estela…
Levanto el colchón, buscaba entre los espacios de la base de la cama, cuando llamaron a la puerta.
Dejó caer el colchón, aunque no sin antes asegurarse de que no había nada debajo de él. Apretó los puños, respiró hondo, se encaminó hacia la puerta y la abrió.
Sebastian estaba en el umbral. Por primera vez, vestía algo más que sólo blanco y negro. Traía los mismos pantalones negros y las botas, es cierto, pero también llevaba una túnica de cuero escarlata que mantenía unida por una hilera de ganchos de metal en la parte delantera, cubierta de estrechas runas de oro y plata. Llevaba pulseras de plata en las muñecas, y el anillo Morgenstern.
Ella parpadeó.
―¿Rojo?
―Ceremonial ―respondió―. Los colores significan diferentes cosas para los Cazadores de Sombras que para los humanos. ―Dejó que la palabra "humanos" sonara con desprecio―. Has oído la vieja canción de los niños Nefilim, ¿no?
―¿Los Cazadores de Sombras se casan de dorado? ―preguntó ____(tn). No es que eso le importara, pero estaba tratando de bloquear con su cuerpo el espacio entre la puerta y el marco, de modo que no pudiera mirar tras ella y ver el desorden que había hecho en la normalmente limpia habitación de Nicholas.
―Siento destrozar tus sueños de una boda de blanco. ―Él le sonrió―. Hablando de eso, te he traído algo de ropa.
Él saco el brazo que tenía tras la espalda; en la mano cargaba un conjunto doblado.
Ella lo tomó y dejó que se desenrolla. Era una larga tira de tela roja con un extraño brillo dorado, como el borde de una llama. Con correas de oro.
―Nuestra madre solía llevar esto a las ceremonias del círculo antes de que traicionara a nuestro padre ―dijo―. Póntelo. Quiero que lo uses esta noche.
―¿Esta noche?
―Bueno, no puedes ir a la ceremonia con lo que estás usando ahora. ―Sus ojos la recorrieron, desde sus pies descalzos hasta el escote de la camiseta que se le pegaba al cuerpo por el sudor y a los polvorientos jeans―. Cómo te veas esta noche, y la impresión que le causes a nuestros nuevos acólitos, es importante. Póntelo.
Su mente daba vueltas. La ceremonia esta noche. Nuestros nuevos acólitos.
―¿Cuánto tiempo tengo para estar lista? ―preguntó.
―Una hora, tal vez ―dijo―. Debemos estar en el sitio sagrado a la medianoche. Los otros se reunirán allí. No estaría bien llegar tarde.
Una hora. Con el corazón martilleando, ____(tn) tiró la ropa sobre la cama, en el que brilló como una cota de malla. Cuando volvió, él todavía estaba en la puerta, con una media sonrisa en su rostro, como si tuviera la intención de esperar allí mientras se cambiaba.
Se dirigió a cerrar la puerta. Él la agarró de la muñeca.
―Esta noche ―dijo―, me llamarás Jonathan. Jonathan Morgenstern. Tu hermano.
Un estremecimiento recorrió todo su cuerpo, y bajó la mirada, esperando que él no pudiera ver el odio en sus ojos.
―Lo que tú digas.
En el momento en que él se fue, ella tomó una de las chaquetas de cuero de Nicholas. Se la puso, reconfortándose por el calor y su olor familiar. Metió los pies en los zapatos y salió al pasillo, deseando una estela y una nueva runa Sin Sonido. Podía oír el agua corriendo y los silbidos fuera de tono de Sebastian escaleras arriba, pero sus propios pasos sonaban como explosiones de cañón en sus oídos. Recorrió el pasillo, pegada a la pared, hasta que llegó a la puerta de Sebastian y se deslizó en el interior.
Estaba oscuro, la única iluminación provenía de las luces de la ciudad que entraban por las ventanas, a las que les habían quitado las cortinas. Era un desastre, tal como lo había sido la primera vez que había estado en ella. Comenzó con su armario, repleto de ropa costosa: camisas de seda, chaquetas de cuero, trajes Armani, zapatos Bruno Magli. En el suelo del armario había una camisa blanca, arrugada y manchado de sangre, sangre suficientemente vieja para haberse secado y verse café. ____(tn) miró durante un largo rato y cerró la puerta del armario.
Se detuvo en el escritorio en un costado, sacando los cajones, revolviendo papeles. Había esperado encontrar algo simple, como un trozo de papel con el título MI MALVADO PLAN en la parte superior, pero no hubo suerte. Había docenas de documentos con complejos números y procesos alquímicos en ellos, e incluso un pedazo de papel que comenzaba con un Mí querido con la apretada letra de Sebastian.
Se detuvo un momento para preguntarse quién en esta tierra podría ser querido para Sebastian; no había pensado en él como alguien que alguna vez hubiera tenido sentimientos románticos hacia ninguna persona, antes de pasar a la mesa de noche junto a su cama.
Abrió el cajón. Dentro había una pila de billetes. Por encima de ellos, algo brillaba.
Algo circular y metálico.
Su anillo.
Isabelle se sentó con el brazo alrededor de Simón cuando se dirigían hacia Brooklyn. Estaba agotado, su cabeza palpitaba, su cuerpo era atravesado por el dolor.
Aunque Magnus le había devuelto el anillo en el lago, no había podido llegar a ____(tn) con él. Lo peor de todo, tenía hambre. Le gustaba lo cerca que Isabelle estaba sentada de él, la forma en que ponía su mano justo por encima del pliegue del codo, trazaba patrones allí, a veces, deslizaba los dedos hasta la muñeca. Pero su esencia, el olor de su perfume y su sangre, hicieron que su estómago gruñera.
Afuera la oscuridad comenzaba a crecer, la puesta de sol de fines de otoño se aproximaba pisándole los talones al día, oscureciendo el interior de la camioneta. Las voces de Alec y Magnus se oían como murmullos en las sombras. Mientras Simón dejaba que sus ojos se cerraran, veía impresa en sus párpados la imagen del Ángel, como un estallido de luz blanca.
¡Simón! La voz de ____(tn) explotó dentro de su cabeza, despertándolo al instante.
¿Estás ahí?
Un grito agudo escapó de sus labios. ¿____(tn)? Estaba tan preocupado…
Sebastian tomó mi anillo y lo escondió. Simón, no tenemos mucho tiempo. Tengo algo que decirte. Tienen una segunda Copa Mortal. Planean convocar a Lilith y crear un ejército de Cazadores de Sombras Oscuros, con el mismo poder de los Nefilim, pero aliados al mundo de los demonios.
―¿Estás bromeando? ―dijo Simón. Le llevó un momento darse cuenta de que había hablado en voz alta, Isabelle se agitó, y Magnus lo miró con curiosidad.
―¿Todo bien ahí, vampiro?
―Es ____(tn) ―informó Simón. Los tres se miraron con idénticas expresiones de asombro―. Está tratando de hablar conmigo.
Se puso las manos sobre los oídos, desplomándose en el asiento y tratando de concentrase en sus palabras. ¿Cuándo lo van a hacer?
Esta noche. Pronto. No sé dónde estamos exactamente, pero son cerca de las diez de la noche aquí.
Entonces estás cerca de cinco horas por delante de nosotros. ¿Estás en Europa?
Ni siquiera puedo adivinar. Sebastian ha mencionado algo que se llama el Séptimo Lugar Sagrado. No sé lo qué es, pero he encontrado algunas de sus notas y, al parecer se trata de una antigua tumba. Parece una especie de portal, y los demonios pueden ser convocados a través de él.
____(tn), nunca he oído hablar de nada como eso…
Pero tal vez Magnus o los otros. Por favor, Simón. Díselos tan pronto como sea posible. Sebastian va a resucitar a Lilith. Él quiere guerra, una guerra total con los Cazadores de Sombras. Tiene unos cuarenta o cincuenta Nefilim dispuestos a seguirlo. Van a estar allí. Simón, quiere ver al mundo arder. Tenemos que hacer todo lo posible para detenerlo.
Si las cosas están así de peligrosas, necesitas salir de allí.
La voz de ____(tn) sonaba cansada. Lo estoy intentando. Pero podría ser demasiado tarde.
Simón era vagamente consciente de que todos en la camioneta lo estaban mirando con preocupación en sus rostros. No le importaba. La voz de ____(tn) en su mente era como una cuerda arrojada al abismo, y si podía agarrarla, a lo mejor podría tirar de ella para ponerla a salvo, o al menos impedir que se la arrebataran.
____(tn), escucha. No puedo decirte cómo, es una larga historia, pero tenemos un arma. Se puede utilizar en cualquiera de ellos, en Nicholas o en Sebastian sin perjudicar al otro, y de acuerdo a la… persona que nos la dio, podría ser capaz de separarlos.
¿Separarlos? ¿Cómo?
Él dijo que quemaría toda la maldad de aquel en el que la utilicemos. Así que si la usamos en Sebastian, supongo, que quemaría el vínculo entre ellos, debido a que el vínculo es demoníaco.
Simón sintió que le retumbaba la cabeza, y confiaba en que sonara más confiado que estaba. No estoy seguro. De todos modos, es muy poderosa, se llama Gloriosa.
¿Y si qué si lo usan en Sebastian? ¿Los quemará y los separará sin tener que matarlos?
Bueno, esa es la idea. Quiero decir, hay alguna posibilidad de que destruya a Sebastian. Dependería de si queda algo bueno en él. "Si él es más del Infierno que del Cielo" Creo que eso fue lo que dijo el Ángel.
¿El Ángel? Su alarma era palpable. Simón, que fue lo que…
Su voz se quebró, y Simón se llenó de repente con un clamor de emociones, sorpresa, ira, terror. Dolor. Gritó, mientras se sentaba muy erguido.
¿____(tn)?
Pero sólo había silencio zumbando en su cabeza.
¡____(tn)! gritó, y luego, en voz alta, dijo―: Maldita sea. Se ha ido otra vez.
―¿Qué pasó? ―exigió Isabelle―. ¿Está bien? ¿Qué está pasando?
―Creo que tenemos mucho menos tiempo de lo que pensábamos ―dijo Simón con una voz mucho más tranquila de lo que se sentía―. Magnus, detén la camioneta. Tenemos que hablar.
―Entonces ―comenzó Sebastian, bloqueando la puerta mientras miraba a ____(tn) hacia abajo―. ¿Sería déjà vu si te preguntara qué estás haciendo en mi habitación, hermanita?
____(tn) tragó, con la garganta seca. La luz en el pasillo era brillante detrás de Sebastian, convirtiéndolo en una silueta, por lo que no podía ver la expresión de su rostro.
―¿Estaba buscándote? ―aventuró ella.
―Estás sentada en mi cama ―dijo―. ¿Creías que estaba dentro de ella?
―Yo...
Entró a la habitación, se paseó, en realidad, como si supiera algo que ella no. Algo que nadie más sabía.
―Entonces, ¿para qué me buscabas? ¿Y por qué no te has cambiado para la ceremonia?
―El vestido ―dijo―. No-no me queda.
―Por supuesto que te queda ―dijo, sentándose en la cama junto a ella. Se volvió hacia ella, de espaldas a la cabecera―. Todo lo demás en esa habitación es a tu medida. Eso debe serlo también.
―Es de seda y gasa. No se estira.
―Tú eres una cosita delgada. No debería importar. ―La tomó de la muñeca derecha, y ella cerró los dedos, tratando desesperadamente de ocultar el anillo―.Mira, mis dedos se cierran alrededor de tu muñeca.
Su piel se sentía caliente contra la suya, le enviaba espinas afiladas a través de los nervios. Recordó el camino, en Idris, cuando su toque le había quemado como ácido.
―El Séptimo Lugar Sagrado ―dijo ella, sin mirarlo―. ¿Es ahí a donde fue Nicholas?
―Sí. Lo hice adelantarse, está preparando las cosas para nuestra llegada. Vamos a reunirnos con él allí.
Su corazón se sumergió dentro de su pecho.
―¿Él no va a volver?
―No antes de la ceremonia. ―Ella se fijó en la mueca de la sonrisa de Sebastian―. Lo cual es bueno, porque él estaría muy decepcionado cuando le dijera sobre esto. ―Él deslizó su mano sobre la de ella con rapidez, desenroscándole los dedos. El anillo de oro brillaba allí, como una señal de fuego―. ¿Crees que no reconocería el trabajo de las hadas? ¿Crees que la reina es tan tonta como para enviarte a recuperarlos, sin saber que los guardarías para ti misma? Ella quería que los trajeras aquí, en donde yo los encontraría. ―Él retiro el anillo de su dedo con una sonrisa.
―¿Haz estado en contacto con la reina? ―exigió ____(tn)―. ¿Cómo?
―Con este anillo ―ronroneó Sebastian, y ____(tn) recordó a la reina diciendo con su dulce voz, Jonathan Morgenstern podría ser un poderoso aliado. El Pueblo de las Hadas es antiguo, no tomamos decisiones apresuradas, sino que primero esperamos a ver en qué dirección sopla el viento―. ¿De verdad creíste que ella te dejaría poner las manos en algo que te permitiera comunicarte con tus pequeños amigos sin que pudiera escucharlos? Desde que te lo quité, he hablado con ella, y ella conmigo; eres una tonta por confiar en ella hermanita. A la Reina Seelie le gusta estar del lado de los vencedores. Y ese lado será el nuestro, ____(tn). Nuestro. ―Su voz era baja y suave―. Olvídate de ellos, de tus amigos los Cazadores de Sombras. Tu lugar está con nosotros. Conmigo. Tu sangre clama por el poder, como lo hace la mía. Lo que sea que tu madre haya hecho para torcer tu conciencia, tú sabes quien eres. ―Su mano atrapó su muñeca otra vez, tirando de ella hacia él―. Jocelyn tomó todas las decisiones equivocadas. Se puso del lado de la Clave y en contra de su familia. Esta es tu oportunidad de rectificar su error.
Ella trató de tirar de su brazo hacia atrás.
―Déjame ir, Sebastian. Lo digo en serio.
Su mano se deslizó por su muñeca hacia arriba, rodeando la parte superior de su brazo con los dedos.
―Eres tan poca cosa. ¿Quién iba a pensar que serías como un volcán? Especialmente en la cama.
Se levantó de un salto, alejándose de él.
―¿Qué acabas de decir?
Se levantó, con los labios curvándose en las esquinas. Él era mucho más alto que ella, casi exactamente como lo era Nicholas. Él se inclinó hacia ella mientras hablaba, su voz era grave y áspera.
―Todo lo que marca Nicholas, me marca ―dijo―. Como tus arañazos. ―Él estaba sonriendo―. Ocho pares de rasguños en mi espalda, hermanita. ¿Me estás diciendo que tú no los pusiste allí?
Sintió una suave explosión en la cabeza, como un sordo fuego artificial de rabia.
Ella miró su rostro sonriente, y pensó en Nicholas, y en Simón, y en las palabras que recién habían intercambiado. Si la reina podía espiar sus conversaciones, entonces podría ya conocer acerca de Gloriosa. Pero Sebastian no lo sabía, y no debía saber.
Le arrebató el anillo de la mano, y lo arrojó al suelo. Lo oyó dar un grito, pero ya le había puesto el pie encima, y lo sintió ceder ante el peso, haciéndose polvo de oro.
Él miró con incredulidad mientras ella retiraba el pie.
―Tú…
Ella echó hacia atrás la mano derecha, la más fuerte, y le dio con el puño en el estómago.
Era más alto, más ancho y más fuerte que ella, pero tenía el elemento de sorpresa. Él se dobló, por la falta de aire, y le arrebató la estela del cinturón de armas. Y luego echó a correr.
Magnus tiró del volante tan rápido que los neumáticos chirriaron. Isabelle gritó. Se detuvieron a un lado de la carretera bajo la sombra de un bosquecillo de árboles sin hojas.
La siguiente cosa que Simón supo, fue que las puertas estaban abiertas y todo el mundo salió a borbotones sobre el asfalto. El sol se ponía, y los faros de la camioneta estaban encendidos, iluminando a todos con un extraño resplandor.
―Está bien, niño vampiro ―dijo Magnus, moviendo la cabeza lo suficiente como para arrojar purpurina―. ¿Qué diablos está pasando?
Alec se apoyó contra la camioneta, mientras Simón repetía la conversación que había tenido con ____(tn) con la mayor precisión que pudo antes de que todo saliera volando de su cabeza.
―¿Dijo algo acerca de cómo ella y Nicholas van a salir de allí? ―preguntó Isabelle, cuando hubo terminado, con el rostro pálido bajo la luz amarillenta de los faros.
―No ―dijo Simón―. E Iz-No creo que Nicholas quiera salir. Él quiere estar donde está.
Isabelle se cruzó de brazos y miró sus botas, con el pelo negro cubriendo su cara.
―¿Qué es eso del Séptimo Lugar Sagrado? ―preguntó Alec―. Sé de las Siete Maravillas del Mundo, pero ¿los Siete Lugares Sagrados?
―Son más del interés de los brujos que de los Nefilim ―dijo Magnus―. Cada uno es un lugar donde convergen las líneas ley, que forman una matriz, una especie de red en el que se amplifican los hechizos mágicos. La séptima es una tumba de piedra en Irlanda, en Poll na mBrón; el nombre significa ‘la caverna de los dolores’. Es una zona desolada y deshabitada llamada el Burren. Un buen lugar para invocar a un demonio, si es uno grande. ―Él tiró de un mechón de su pelo―. Esto es malo. Muy malo.
Le había dicho a Sebastian que estaba exhausta, que tenía que ir arriba y acostarse; él se vio distraído y la despidió con un gesto de la mano. Imágenes de la cara de Nicholas aparecían en sus parpados cada vez que cerraba los ojos, la forma en que la había mirado, traicionado, como si ya no la reconociera.
Pero ya no había a donde ir. Podía sentarse en el borde de la cama y llorar en silencio, pensando en lo que había hecho, pero eso no le haría ningún bien a nadie. Se lo debía a Nicholas, a sí misma, debía seguir moviéndose. Buscando. Si sólo pudiera encontrar una estela…
Levanto el colchón, buscaba entre los espacios de la base de la cama, cuando llamaron a la puerta.
Dejó caer el colchón, aunque no sin antes asegurarse de que no había nada debajo de él. Apretó los puños, respiró hondo, se encaminó hacia la puerta y la abrió.
Sebastian estaba en el umbral. Por primera vez, vestía algo más que sólo blanco y negro. Traía los mismos pantalones negros y las botas, es cierto, pero también llevaba una túnica de cuero escarlata que mantenía unida por una hilera de ganchos de metal en la parte delantera, cubierta de estrechas runas de oro y plata. Llevaba pulseras de plata en las muñecas, y el anillo Morgenstern.
Ella parpadeó.
―¿Rojo?
―Ceremonial ―respondió―. Los colores significan diferentes cosas para los Cazadores de Sombras que para los humanos. ―Dejó que la palabra "humanos" sonara con desprecio―. Has oído la vieja canción de los niños Nefilim, ¿no?
“Negro para la cacería durante la noche
Para la muerte y el dolor, blanco es el color,
De oro el vestido de la novia debe ser,
Y rojo para un encantamiento hacer. "
Para la muerte y el dolor, blanco es el color,
De oro el vestido de la novia debe ser,
Y rojo para un encantamiento hacer. "
―¿Los Cazadores de Sombras se casan de dorado? ―preguntó ____(tn). No es que eso le importara, pero estaba tratando de bloquear con su cuerpo el espacio entre la puerta y el marco, de modo que no pudiera mirar tras ella y ver el desorden que había hecho en la normalmente limpia habitación de Nicholas.
―Siento destrozar tus sueños de una boda de blanco. ―Él le sonrió―. Hablando de eso, te he traído algo de ropa.
Él saco el brazo que tenía tras la espalda; en la mano cargaba un conjunto doblado.
Ella lo tomó y dejó que se desenrolla. Era una larga tira de tela roja con un extraño brillo dorado, como el borde de una llama. Con correas de oro.
―Nuestra madre solía llevar esto a las ceremonias del círculo antes de que traicionara a nuestro padre ―dijo―. Póntelo. Quiero que lo uses esta noche.
―¿Esta noche?
―Bueno, no puedes ir a la ceremonia con lo que estás usando ahora. ―Sus ojos la recorrieron, desde sus pies descalzos hasta el escote de la camiseta que se le pegaba al cuerpo por el sudor y a los polvorientos jeans―. Cómo te veas esta noche, y la impresión que le causes a nuestros nuevos acólitos, es importante. Póntelo.
Su mente daba vueltas. La ceremonia esta noche. Nuestros nuevos acólitos.
―¿Cuánto tiempo tengo para estar lista? ―preguntó.
―Una hora, tal vez ―dijo―. Debemos estar en el sitio sagrado a la medianoche. Los otros se reunirán allí. No estaría bien llegar tarde.
Una hora. Con el corazón martilleando, ____(tn) tiró la ropa sobre la cama, en el que brilló como una cota de malla. Cuando volvió, él todavía estaba en la puerta, con una media sonrisa en su rostro, como si tuviera la intención de esperar allí mientras se cambiaba.
Se dirigió a cerrar la puerta. Él la agarró de la muñeca.
―Esta noche ―dijo―, me llamarás Jonathan. Jonathan Morgenstern. Tu hermano.
Un estremecimiento recorrió todo su cuerpo, y bajó la mirada, esperando que él no pudiera ver el odio en sus ojos.
―Lo que tú digas.
En el momento en que él se fue, ella tomó una de las chaquetas de cuero de Nicholas. Se la puso, reconfortándose por el calor y su olor familiar. Metió los pies en los zapatos y salió al pasillo, deseando una estela y una nueva runa Sin Sonido. Podía oír el agua corriendo y los silbidos fuera de tono de Sebastian escaleras arriba, pero sus propios pasos sonaban como explosiones de cañón en sus oídos. Recorrió el pasillo, pegada a la pared, hasta que llegó a la puerta de Sebastian y se deslizó en el interior.
Estaba oscuro, la única iluminación provenía de las luces de la ciudad que entraban por las ventanas, a las que les habían quitado las cortinas. Era un desastre, tal como lo había sido la primera vez que había estado en ella. Comenzó con su armario, repleto de ropa costosa: camisas de seda, chaquetas de cuero, trajes Armani, zapatos Bruno Magli. En el suelo del armario había una camisa blanca, arrugada y manchado de sangre, sangre suficientemente vieja para haberse secado y verse café. ____(tn) miró durante un largo rato y cerró la puerta del armario.
Se detuvo en el escritorio en un costado, sacando los cajones, revolviendo papeles. Había esperado encontrar algo simple, como un trozo de papel con el título MI MALVADO PLAN en la parte superior, pero no hubo suerte. Había docenas de documentos con complejos números y procesos alquímicos en ellos, e incluso un pedazo de papel que comenzaba con un Mí querido con la apretada letra de Sebastian.
Se detuvo un momento para preguntarse quién en esta tierra podría ser querido para Sebastian; no había pensado en él como alguien que alguna vez hubiera tenido sentimientos románticos hacia ninguna persona, antes de pasar a la mesa de noche junto a su cama.
Abrió el cajón. Dentro había una pila de billetes. Por encima de ellos, algo brillaba.
Algo circular y metálico.
Su anillo.
*************************************
Isabelle se sentó con el brazo alrededor de Simón cuando se dirigían hacia Brooklyn. Estaba agotado, su cabeza palpitaba, su cuerpo era atravesado por el dolor.
Aunque Magnus le había devuelto el anillo en el lago, no había podido llegar a ____(tn) con él. Lo peor de todo, tenía hambre. Le gustaba lo cerca que Isabelle estaba sentada de él, la forma en que ponía su mano justo por encima del pliegue del codo, trazaba patrones allí, a veces, deslizaba los dedos hasta la muñeca. Pero su esencia, el olor de su perfume y su sangre, hicieron que su estómago gruñera.
Afuera la oscuridad comenzaba a crecer, la puesta de sol de fines de otoño se aproximaba pisándole los talones al día, oscureciendo el interior de la camioneta. Las voces de Alec y Magnus se oían como murmullos en las sombras. Mientras Simón dejaba que sus ojos se cerraran, veía impresa en sus párpados la imagen del Ángel, como un estallido de luz blanca.
¡Simón! La voz de ____(tn) explotó dentro de su cabeza, despertándolo al instante.
¿Estás ahí?
Un grito agudo escapó de sus labios. ¿____(tn)? Estaba tan preocupado…
Sebastian tomó mi anillo y lo escondió. Simón, no tenemos mucho tiempo. Tengo algo que decirte. Tienen una segunda Copa Mortal. Planean convocar a Lilith y crear un ejército de Cazadores de Sombras Oscuros, con el mismo poder de los Nefilim, pero aliados al mundo de los demonios.
―¿Estás bromeando? ―dijo Simón. Le llevó un momento darse cuenta de que había hablado en voz alta, Isabelle se agitó, y Magnus lo miró con curiosidad.
―¿Todo bien ahí, vampiro?
―Es ____(tn) ―informó Simón. Los tres se miraron con idénticas expresiones de asombro―. Está tratando de hablar conmigo.
Se puso las manos sobre los oídos, desplomándose en el asiento y tratando de concentrase en sus palabras. ¿Cuándo lo van a hacer?
Esta noche. Pronto. No sé dónde estamos exactamente, pero son cerca de las diez de la noche aquí.
Entonces estás cerca de cinco horas por delante de nosotros. ¿Estás en Europa?
Ni siquiera puedo adivinar. Sebastian ha mencionado algo que se llama el Séptimo Lugar Sagrado. No sé lo qué es, pero he encontrado algunas de sus notas y, al parecer se trata de una antigua tumba. Parece una especie de portal, y los demonios pueden ser convocados a través de él.
____(tn), nunca he oído hablar de nada como eso…
Pero tal vez Magnus o los otros. Por favor, Simón. Díselos tan pronto como sea posible. Sebastian va a resucitar a Lilith. Él quiere guerra, una guerra total con los Cazadores de Sombras. Tiene unos cuarenta o cincuenta Nefilim dispuestos a seguirlo. Van a estar allí. Simón, quiere ver al mundo arder. Tenemos que hacer todo lo posible para detenerlo.
Si las cosas están así de peligrosas, necesitas salir de allí.
La voz de ____(tn) sonaba cansada. Lo estoy intentando. Pero podría ser demasiado tarde.
Simón era vagamente consciente de que todos en la camioneta lo estaban mirando con preocupación en sus rostros. No le importaba. La voz de ____(tn) en su mente era como una cuerda arrojada al abismo, y si podía agarrarla, a lo mejor podría tirar de ella para ponerla a salvo, o al menos impedir que se la arrebataran.
____(tn), escucha. No puedo decirte cómo, es una larga historia, pero tenemos un arma. Se puede utilizar en cualquiera de ellos, en Nicholas o en Sebastian sin perjudicar al otro, y de acuerdo a la… persona que nos la dio, podría ser capaz de separarlos.
¿Separarlos? ¿Cómo?
Él dijo que quemaría toda la maldad de aquel en el que la utilicemos. Así que si la usamos en Sebastian, supongo, que quemaría el vínculo entre ellos, debido a que el vínculo es demoníaco.
Simón sintió que le retumbaba la cabeza, y confiaba en que sonara más confiado que estaba. No estoy seguro. De todos modos, es muy poderosa, se llama Gloriosa.
¿Y si qué si lo usan en Sebastian? ¿Los quemará y los separará sin tener que matarlos?
Bueno, esa es la idea. Quiero decir, hay alguna posibilidad de que destruya a Sebastian. Dependería de si queda algo bueno en él. "Si él es más del Infierno que del Cielo" Creo que eso fue lo que dijo el Ángel.
¿El Ángel? Su alarma era palpable. Simón, que fue lo que…
Su voz se quebró, y Simón se llenó de repente con un clamor de emociones, sorpresa, ira, terror. Dolor. Gritó, mientras se sentaba muy erguido.
¿____(tn)?
Pero sólo había silencio zumbando en su cabeza.
¡____(tn)! gritó, y luego, en voz alta, dijo―: Maldita sea. Se ha ido otra vez.
―¿Qué pasó? ―exigió Isabelle―. ¿Está bien? ¿Qué está pasando?
―Creo que tenemos mucho menos tiempo de lo que pensábamos ―dijo Simón con una voz mucho más tranquila de lo que se sentía―. Magnus, detén la camioneta. Tenemos que hablar.
*************************************
―Entonces ―comenzó Sebastian, bloqueando la puerta mientras miraba a ____(tn) hacia abajo―. ¿Sería déjà vu si te preguntara qué estás haciendo en mi habitación, hermanita?
____(tn) tragó, con la garganta seca. La luz en el pasillo era brillante detrás de Sebastian, convirtiéndolo en una silueta, por lo que no podía ver la expresión de su rostro.
―¿Estaba buscándote? ―aventuró ella.
―Estás sentada en mi cama ―dijo―. ¿Creías que estaba dentro de ella?
―Yo...
Entró a la habitación, se paseó, en realidad, como si supiera algo que ella no. Algo que nadie más sabía.
―Entonces, ¿para qué me buscabas? ¿Y por qué no te has cambiado para la ceremonia?
―El vestido ―dijo―. No-no me queda.
―Por supuesto que te queda ―dijo, sentándose en la cama junto a ella. Se volvió hacia ella, de espaldas a la cabecera―. Todo lo demás en esa habitación es a tu medida. Eso debe serlo también.
―Es de seda y gasa. No se estira.
―Tú eres una cosita delgada. No debería importar. ―La tomó de la muñeca derecha, y ella cerró los dedos, tratando desesperadamente de ocultar el anillo―.Mira, mis dedos se cierran alrededor de tu muñeca.
Su piel se sentía caliente contra la suya, le enviaba espinas afiladas a través de los nervios. Recordó el camino, en Idris, cuando su toque le había quemado como ácido.
―El Séptimo Lugar Sagrado ―dijo ella, sin mirarlo―. ¿Es ahí a donde fue Nicholas?
―Sí. Lo hice adelantarse, está preparando las cosas para nuestra llegada. Vamos a reunirnos con él allí.
Su corazón se sumergió dentro de su pecho.
―¿Él no va a volver?
―No antes de la ceremonia. ―Ella se fijó en la mueca de la sonrisa de Sebastian―. Lo cual es bueno, porque él estaría muy decepcionado cuando le dijera sobre esto. ―Él deslizó su mano sobre la de ella con rapidez, desenroscándole los dedos. El anillo de oro brillaba allí, como una señal de fuego―. ¿Crees que no reconocería el trabajo de las hadas? ¿Crees que la reina es tan tonta como para enviarte a recuperarlos, sin saber que los guardarías para ti misma? Ella quería que los trajeras aquí, en donde yo los encontraría. ―Él retiro el anillo de su dedo con una sonrisa.
―¿Haz estado en contacto con la reina? ―exigió ____(tn)―. ¿Cómo?
―Con este anillo ―ronroneó Sebastian, y ____(tn) recordó a la reina diciendo con su dulce voz, Jonathan Morgenstern podría ser un poderoso aliado. El Pueblo de las Hadas es antiguo, no tomamos decisiones apresuradas, sino que primero esperamos a ver en qué dirección sopla el viento―. ¿De verdad creíste que ella te dejaría poner las manos en algo que te permitiera comunicarte con tus pequeños amigos sin que pudiera escucharlos? Desde que te lo quité, he hablado con ella, y ella conmigo; eres una tonta por confiar en ella hermanita. A la Reina Seelie le gusta estar del lado de los vencedores. Y ese lado será el nuestro, ____(tn). Nuestro. ―Su voz era baja y suave―. Olvídate de ellos, de tus amigos los Cazadores de Sombras. Tu lugar está con nosotros. Conmigo. Tu sangre clama por el poder, como lo hace la mía. Lo que sea que tu madre haya hecho para torcer tu conciencia, tú sabes quien eres. ―Su mano atrapó su muñeca otra vez, tirando de ella hacia él―. Jocelyn tomó todas las decisiones equivocadas. Se puso del lado de la Clave y en contra de su familia. Esta es tu oportunidad de rectificar su error.
Ella trató de tirar de su brazo hacia atrás.
―Déjame ir, Sebastian. Lo digo en serio.
Su mano se deslizó por su muñeca hacia arriba, rodeando la parte superior de su brazo con los dedos.
―Eres tan poca cosa. ¿Quién iba a pensar que serías como un volcán? Especialmente en la cama.
Se levantó de un salto, alejándose de él.
―¿Qué acabas de decir?
Se levantó, con los labios curvándose en las esquinas. Él era mucho más alto que ella, casi exactamente como lo era Nicholas. Él se inclinó hacia ella mientras hablaba, su voz era grave y áspera.
―Todo lo que marca Nicholas, me marca ―dijo―. Como tus arañazos. ―Él estaba sonriendo―. Ocho pares de rasguños en mi espalda, hermanita. ¿Me estás diciendo que tú no los pusiste allí?
Sintió una suave explosión en la cabeza, como un sordo fuego artificial de rabia.
Ella miró su rostro sonriente, y pensó en Nicholas, y en Simón, y en las palabras que recién habían intercambiado. Si la reina podía espiar sus conversaciones, entonces podría ya conocer acerca de Gloriosa. Pero Sebastian no lo sabía, y no debía saber.
Le arrebató el anillo de la mano, y lo arrojó al suelo. Lo oyó dar un grito, pero ya le había puesto el pie encima, y lo sintió ceder ante el peso, haciéndose polvo de oro.
Él miró con incredulidad mientras ella retiraba el pie.
―Tú…
Ella echó hacia atrás la mano derecha, la más fuerte, y le dio con el puño en el estómago.
Era más alto, más ancho y más fuerte que ella, pero tenía el elemento de sorpresa. Él se dobló, por la falta de aire, y le arrebató la estela del cinturón de armas. Y luego echó a correr.
*************************************
Magnus tiró del volante tan rápido que los neumáticos chirriaron. Isabelle gritó. Se detuvieron a un lado de la carretera bajo la sombra de un bosquecillo de árboles sin hojas.
La siguiente cosa que Simón supo, fue que las puertas estaban abiertas y todo el mundo salió a borbotones sobre el asfalto. El sol se ponía, y los faros de la camioneta estaban encendidos, iluminando a todos con un extraño resplandor.
―Está bien, niño vampiro ―dijo Magnus, moviendo la cabeza lo suficiente como para arrojar purpurina―. ¿Qué diablos está pasando?
Alec se apoyó contra la camioneta, mientras Simón repetía la conversación que había tenido con ____(tn) con la mayor precisión que pudo antes de que todo saliera volando de su cabeza.
―¿Dijo algo acerca de cómo ella y Nicholas van a salir de allí? ―preguntó Isabelle, cuando hubo terminado, con el rostro pálido bajo la luz amarillenta de los faros.
―No ―dijo Simón―. E Iz-No creo que Nicholas quiera salir. Él quiere estar donde está.
Isabelle se cruzó de brazos y miró sus botas, con el pelo negro cubriendo su cara.
―¿Qué es eso del Séptimo Lugar Sagrado? ―preguntó Alec―. Sé de las Siete Maravillas del Mundo, pero ¿los Siete Lugares Sagrados?
―Son más del interés de los brujos que de los Nefilim ―dijo Magnus―. Cada uno es un lugar donde convergen las líneas ley, que forman una matriz, una especie de red en el que se amplifican los hechizos mágicos. La séptima es una tumba de piedra en Irlanda, en Poll na mBrón; el nombre significa ‘la caverna de los dolores’. Es una zona desolada y deshabitada llamada el Burren. Un buen lugar para invocar a un demonio, si es uno grande. ―Él tiró de un mechón de su pelo―. Esto es malo. Muy malo.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Que tal! Resulta que Sebastian siempre supo que la rayiz hablaba con Simón!
& que tenía el anillo, una vez más odiemos a Sebastian y a la Reina de la hadas!
:muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere:
& todo esta a punto de ponerse aún peor!
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
Esperemos que nuestro team sea el vencedor! :ilusion:
& de una vez por todas desaparezcan a Sebastian! :fuckya:
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
Disfruten del capi! ;)
Las leo hasta mañana! *.*
Las dejo pq mañana tengo examen en la escuela y no se nada! :-w-:
xD
PD: Deseenme suerte! *.*
Lu wH!;*
X
:bye:
Que tal! Resulta que Sebastian siempre supo que la rayiz hablaba con Simón!
& que tenía el anillo, una vez más odiemos a Sebastian y a la Reina de la hadas!
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& todo esta a punto de ponerse aún peor!
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Esperemos que nuestro team sea el vencedor! :ilusion:
& de una vez por todas desaparezcan a Sebastian! :fuckya:
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
ahh esa maldita reina Seeli :muere:
Y Sebastian que le pasa??? Es su hermana!!! Por Dios!!!
Que bueno que destrullo el anillo!!!!
Siguela!!!!
P.D. Suerte en tu examen!! :bye:
Y Sebastian que le pasa??? Es su hermana!!! Por Dios!!!
Que bueno que destrullo el anillo!!!!
Siguela!!!!
P.D. Suerte en tu examen!! :bye:
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!!!
ESTO SE ESTA PONIENDOO MUUYYY INTERESANTEEEE!!!
Y ME ESTOY JALANDO EL PELO IGUAL QUE MAGNUS!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!
SIGUELAA PORFIIISS
ESTO SE ESTA PONIENDOO MUUYYY INTERESANTEEEE!!!
Y ME ESTOY JALANDO EL PELO IGUAL QUE MAGNUS!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!
SIGUELAA PORFIIISS
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
WOW!
Esto cada vez se pone mejor
Y lo sabia, sabia que algo iba a pasar :gasp:
Oh Por Dios! Sebastian, te odio! NO la acabas, espero que te quemes en el infierno o sino yo misma mando a elmo a violarte y matarte
:muere: :muere: :muere: :muere:
JAJAJAJAJAJAJAJAJA
I Know soy malota!
Genial, La rayis pudo hablar con Simon! :omg:
Y aaaaaaa el Nicho, vuelve! Por amor nosotras VUELVE! :misery: :misery:
Kiss xx.
:bye:
Esto cada vez se pone mejor
Y lo sabia, sabia que algo iba a pasar :gasp:
Oh Por Dios! Sebastian, te odio! NO la acabas, espero que te quemes en el infierno o sino yo misma mando a elmo a violarte y matarte
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I Know soy malota!
Genial, La rayis pudo hablar con Simon! :omg:
Y aaaaaaa el Nicho, vuelve! Por amor nosotras VUELVE! :misery: :misery:
Kiss xx.
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Val x.
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahh esa maldita reina Seeli :muere:
Y Sebastian que le pasa??? Es su hermana!!! Por Dios!!!
Que bueno que destrullo el anillo!!!!
Siguela!!!!
P.D. Suerte en tu examen!! :bye:
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
& espera a leer lo que se viene! :imdead:
Todo se pondrá FEO! :misery:
PD: Gracias! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
chelis escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!!!
ESTO SE ESTA PONIENDOO MUUYYY INTERESANTEEEE!!!
Y ME ESTOY JALANDO EL PELO IGUAL QUE MAGNUS!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!
SIGUELAA PORFIIISS
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
& se va a poner PEOR!
:misery: :imdead: :misery: :imdead: :misery: :imdead:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:WOW!
Esto cada vez se pone mejor
Y lo sabia, sabia que algo iba a pasar :gasp:
Oh Por Dios! Sebastian, te odio! NO la acabas, espero que te quemes en el infierno o sino yo misma mando a elmo a violarte y matarte
:muere: :muere: :muere: :muere:
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I Know soy malota!
Genial, La rayis pudo hablar con Simon! :omg:
Y aaaaaaa el Nicho, vuelve! Por amor nosotras VUELVE! :misery: :misery:
Kiss xx.
:bye:
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
& espera a leer el siguiente capitulo! :imdead:
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
Siiiiiiiiiiii, apoyo tu idea de matar a Sebastian!
:muere: :muere: :muere: :muere: :muere:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
• Amor y Sangre - Capitulo 19 (Parte 2) •
―¿Crees que podrá hacerlo? ¿Crear Cazadores de Sombras Oscuros? ―preguntó Simón.
―Todo tiene una alianza, Simón. La alianza de los Nefilim es seráfica, pero si fuera demoníaca, todavía serían tan fuertes y tan poderosos como lo son ahora. Pero se dedicaran a la erradicación de la humanidad en lugar de a su salvación.
―Tenemos que llegar allí ―dijo Isabelle―. Tenemos que detenerlos.
―"Lo", querrás decir ―la corrigió Alec―. Tenemos que detenerlo. A Sebastian.
―Nicholas es su aliado ahora. Tienes que aceptarlo, Alec ―dijo Magnus. Había comenzado a caer una llovizna con niebla ligera. Las gotas brillaban como el oro por el resplandor de los faros―. Irlanda tiene cinco horas más que nosotros. Estarán haciendo la ceremonia a la medianoche. Son las cinco aquí. Tenemos una hora y media, dos, a lo sumo, para detenerlos.
―Entonces, no debemos demorarnos. Tenemos que ir ―dijo Isabelle, con una pizca de pánico en su voz―. Si vamos a detenerlo…
―Iz, sólo somos nosotros cuatro ―dijo Alec―. Ni siquiera sabemos el número que enfrentamos…
Simón miró a Magnus, que estaba viendo Alec e Isabelle discutir con una peculiar expresión distante.
―Magnus ―dijo Simón―. ¿Por qué no hacemos un Portal al campo? Llevaste por el Portal a la mitad de Idris hacia la llanura de Brocelind.
―Quería darles el tiempo suficiente para que cambiaran de opinión ―dijo Magnus, sin quitar los ojos de su novio.
―Pero podemos viajar por el Portal desde aquí ―dijo Simón―. Quiero decir, podrías hacer eso por nosotros.
―Sí ―afirmó Magnus―, pero como Alec dijo, no sabemos a lo que nos enfrentamos en término de números. Soy un brujo muy poderoso, pero Jonathan Morgenstern no es un Cazador de Sombras ordinario, y tampoco lo es Nicholas, para el caso. Y si tienen éxito en la resurrección de Lilith… podrá ser mucho más débil, pero sigue siendo Lilith.
―Pero ella está muerta ―dijo Isabelle―. Simón la mató.
―Los Demonios Mayores no mueren ―dijo Magnus―. Simón... la dispersó entre los mundos. Tomará mucho tiempo para que ella se regenere y será débil durante años. A menos que Sebastian la llame de nuevo. ―Se pasó una mano por las puntas de su cabello húmedo.
―Tenemos la espada ―dijo Isabelle―. Podemos vencer a Sebastian. Tenemos a Magnus, y a Simón…
―Ni siquiera sabemos si la espada va a funcionar ―dijo Alec.
―Y no nos sirve de mucho si no podemos llegar a Sebastian. Y Simón ya no es más el Sr. Indestructible. Se le puede matar al igual que al resto de nosotros.
Todos miraron a Simón.
―Tenemos que intentarlo ―dijo―. Miren, no sabemos cuántos van a estar ahí, cierto. Tenemos un poco de tiempo. No mucho, pero lo suficiente, si contamos con el Portal, para llamar a algunos refuerzos.
―¿Refuerzos de dónde? ―exigió Isabelle.
―Regresaré al apartamento para ver a Maia y a Jordan ―dijo Simón, su mente con rapidez buscaba más posibilidades―. Veré si Jordan puede conseguir alguna ayuda del Praetor Lupus. Magnus, ve a la estación de policía en el centro, ve si puedes enlistar a los miembros de la manada que estén por ahí. Isabelle y Alec…
―¿Nos estás separando? ―exigió Isabel, alzando la voz―. ¿Qué pasa con los mensajes de fuego, o…?
―Nadie va a confiar en un mensaje de fuego en algo como esto ―dijo Magnus―. Y, además, los mensajes de fuego son para los Cazadores de Sombras. ¿Realmente quieres comunicar esta información a la Clave vía mensaje de fuego en lugar de ir tú misma al Instituto?
―Bien. ―Isabelle se dirigió a un costado de la camioneta. Abrió la puerta, pero no entró en ella: en lugar de eso se inclinó, y sacó a Gloriosa. Brillaba en la penumbra como un rayo de luz en la oscuridad, las palabras grabadas en la hoja parpadeaban a la luz del coche: ¿Quis ut Deus? (¿Quién como Dios? )
La lluvia empezaba a pegar el pelo negro de Isabelle a su cuello. Se veía formidable, mientras caminaba de regreso para unirse al grupo.
―Entonces dejaremos la camioneta aquí. Nos separaremos, pero nos encontramos en el Instituto en una hora. Nos iremos de ahí, sin importar quién esté con nosotros.
―Miró a los ojos a cada uno de sus compañeros, como retándolos a desafiarla―. Simón, toma esto. ―Le tendió la empuñadura de Gloriosa.
―¿Yo? ―Simón se quedó perplejo―. Pero yo no… en realidad nunca he usado una espada.
―Tú lo invocaste ―dijo Isabelle, con los ojos negros brillantes en la lluvia―. El Ángel te la dio a ti, Simón, y por eso eres el que debe llevarla.
____(tn) se lanzó por el pasillo y golpeó los escalones con estrépito a su paso, corrió por el piso de abajo hacia el lugar en la pared que Nicholas le había dicho era la única entrada y salida del apartamento.
No se hacía ilusiones de poder escapar. Sólo necesitaba un momento para hacer lo que tenía que hacer. Oyó las botas de Sebastian en lo alto de la escalera por detrás de ella, y aumentó la velocidad, casi chocando contra la pared. Había puesto la estela en aquel primer punto, dibujando frenéticamente: un trazo tan sencillo como una cruz, pero completamente nuevo para el mundo…
Sebastian cerró el puño en la parte trasera de su chaqueta, jalándola hacia atrás y la estela voló de su mano. Ella jadeó mientras él la alzaba sobre sus pies y la empujaba contra la pared, dejándola sin aliento. Echó un vistazo a la marca que había hecho en la pared, y sus labios se curvaron en una mueca de desprecio.
―¿La runa de apertura? ―dijo. Se inclinó hacia delante y le susurró al oído―. Y ni siquiera la terminaste, no es que eso importe. ¿De verdad crees que hay un lugar en esta tierra al que puedas ir y que yo no pueda encontrarte?
____(tn) respondió con un epíteto que le habría conseguido que la echaran de clases en San Xavier. En cuanto él se echó a reír, ella levantó la mano y le dio una bofetada con tanta fuerza, que los dedos le picaron. Por la sorpresa, aflojó el agarre sobre ella, y así se apartó de él y se puso sobre la mesa, tratando de llegar a la habitación de abajo, la que al menos tenía una cerradura en la puerta…
Y él estaba delante de ella, agarrándola de las solapas de la chaqueta y haciéndola girar. Sus pies se alzaron, y habría caído si él no la hubiera clavado en la pared con su cuerpo, con sus brazos a los lados, haciendo una jaula a su alrededor.
Su sonrisa era diabólica. Atrás quedó el joven con estilo con quien había paseado por el Sena y bebido chocolate caliente mientras hablaban de pertenencia. Sus ojos eran todo negro, sin pupila, como túneles.
―¿Qué va mal hermanita? Te ves molesta.
Ella apenas podía recobrar el aliento.
―Mi uña…se...rompió mientras….golpeaba tu cara.... ¿Lo ves? ―Le mostró el dedo, sólo uno de ellos.
―Lindo. ―Él soltó un bufido―. ¿Sabes por qué sabía que ibas a traicionarnos? ¿Cómo supe que no serías capaz de evitarlo? Es porque tú eres muy parecida a mí.
Él la presionaba nuevamente y con más fuerza contra la pared. Podía sentir su pecho subir y bajar contra el suyo. Ella estaba al nivel de sus ojos, en línea recta con su aguda clavícula. Su cuerpo se sentía como una prisión alrededor de ella, sujetándola en su lugar.
―No soy como tú. Déjame ir…
―Eres en todo como yo ―gruñó en su oído―. Te infiltraste con nosotros. Fingiendo amistad, fingiendo cariño.
―Nunca he tenido que fingir cerca de Nicholas.
Entonces vio el destello de algo en sus ojos, oscuros celos, ni siquiera estaba segura de qué estaba celoso. Acercó los labios a su mejilla, tan cerca que los sintió moverse en
contra de su piel cuando hablaba.
―Nos jodiste ―murmuró. Su mano estaba enroscada alrededor de su brazo izquierdo y poco a poco empezó a moverla hacia abajo―. Probablemente, literalmente jodiste a Nicholas…
No podía evitarlo, se estremeció. Ella sintió que inhalaba con fuerza.
―Lo hiciste ―dijo―. Te acostaste con él. ―Sonaba casi traicionado.
―No es asunto tuyo.
La tomó de la cara, dándole vuelta para que lo mirara, sus dedos se le clavaban en la barbilla.
―No puedes joder a alguien para que sea bueno, aunque fue una movida despiadada. ―Su hermosa boca se curvó en una fría sonrisa―. Sabes que él no recuerda nada de eso, ¿verdad? ¿Te dio un buen momento, por lo menos? Porque yo lo hubiera hecho.
Ella sentía la bilis en la garganta.
―Tú eres mi hermano.
―Esas palabras no significan nada y no debe importarnos. No somos humanos, sus reglas no se nos aplican. Las estúpidas leyes sobre lo que se puede o no mezclar con el ADN. En realidad, considerándolo, son hipócritas. Ya lo han experimentado; los gobernantes del antiguo Egipto solían casarse con sus hermanos, ya sabes. Cleopatra se casó con su hermano. Fortalecieron la línea de sangre.
Ella lo miró con odio.
―Sabía que estabas loco ―dijo―. Pero no me di cuenta que estabas absoluta, espectacular y malditamente demente.
―Oh, yo no creo que haya nada loco en ello. ¿A quién le pertenecemos, sino a nosotros mismos?
―Nicholas ―dijo―. Yo le pertenezco a Nicholas.
Hizo un ruido desdeñoso.
―Puedes tener a Nicholas.
―Pensé que lo necesitabas.
―Lo necesito, pero no para lo que tú lo necesitas. ―Sus manos fueron a su cintura―. Podemos compartirlo. No me importa lo que hagas, mientras sepas que me perteneces.
Levantó las manos, tratando de empujarlo.
―No te pertenezco, me pertenezco a mí misma.
La mirada en sus ojos la congeló en su lugar.
―Creo que sabes que no es así ―dijo, y posó su boca en la de ella, duramente.
Por un momento, ella estuvo de vuelta en Idris, de pie delante las ruinas de la mansión Fairchild, y Sebastian la estaba besando, y se sentía como si estuviera cayendo en la oscuridad, en un túnel que no tenía fin. En ese momento había pensado que había algo malo con ella, que no podía besar a nadie más que a Nicholas, que ella estaba rota.
Ahora lo sabía mejor. La boca de Sebastian se movía contra la de ella, como una dura y fría navaja cortando en la oscuridad, se levantó sobre las puntas de sus pies, y le mordió con fuerza en el labio.
Gritó y se apartó de ella, con la mano en la boca. Ella podía sentir su sangre, el cobre amargo, que escurría por su barbilla mientras la miraba con ojos incrédulos.
―Tú…
Ella se giró y le dio una fuerte patada en el estómago, con la esperanza de que hubiera sido en donde ella lo había golpeado antes. En cuanto él se dobló, salió disparada, corriendo por las escaleras. Estaba a mitad de camino cuando sintió que él la agarraba por la parte de atrás del cuello. Él le dio la vuelta como si fuera un bate de béisbol, y la lanzó contra la pared. Ella se golpeó con fuerza y cayó de rodillas, sin aliento.
Sebastian se dirigió hacia ella, con las manos flexionándose a los costados, los ojos negros brillando como los de un tiburón. Se veía aterrador; ____(tn) sabía que debía tener miedo, pero una certeza fría y cristalina se había apoderado de ella. El tiempo parecía haberse desacelerado. Recordó la lucha en la tienda de Praga, y cómo había desaparecido en su propio mundo, donde cada movimiento era tan preciso como las manecillas de un reloj. Sebastian se inclinó, y ella, impulsándose, se levantó del suelo, barriendo las piernas a un lado, golpeándole los pies para quitárselo de encima.
Cayó hacia adelante, y ella salió de su camino, saltando sobre sus pies. No se molestó intentando huir en este momento. En cambio, agarró el jarrón de porcelana de la mesa y, cuando Sebastian se puso de pie, lo estrelló en su cabeza. Se rompió, salpicando agua y hojas, él se tambaleó hacia atrás, la sangre manchaba su cabello blanco-plateado.
Él gruñó y se abalanzó sobre ella. Era como ser golpeada por una bola de demolición. ____(tn) voló hacia atrás, estrellándose contra la mesa de cristal, y cayó al suelo en una explosión de fragmentos y agonía. Gritó cuando Sebastian le cayó encima, presionando su cuerpo hacia abajo contra los cristales rotos, con los labios en una mueca. Le paso el brazo herido por la cara. La sangre la cegó, se ahogó con su sabor en la boca, y la sal le picó los ojos. Levantó una rodilla, golpeándolo en el estómago, pero era como patear un muro. Él le sujetó las manos, obligándola a ponerlas a los costados.
―____(tn), ____(tn), ____(tn) ―dijo. Estaba jadeando. Por lo menos lo había dejado sin aliento. La sangre le corría en un lento goteo desde la profunda herida de un costado de la cabeza, manchando su cabello de escarlata―. No está mal, no eras una luchadora en Idris.
―Suéltame…
Él acercó su rostro al de ella. Su lengua salió disparada. Ella trató de alejarse, pero no pudo moverse lo suficientemente rápido y él lamió la sangre de su cara, y sonrió.
La sonrisa le abrió más el labio, y más sangre le corrió en un hilo por la barbilla.
―Me preguntaste a quién pertenezco ―susurró―. Te pertenezco. Tu sangre es mi sangre, tus huesos son mis huesos. La primera vez que me viste, te parecí familiar, ¿no? Igual que tú me resultabas familiar a mí.
Ella lo miró boquiabierta.
―Estás demente.
―Está en la Biblia ―dijo―. En el Cantar de los Cantares. “Has robado mi corazón, hermana mía, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos. Con una gargantilla en tu cuello.” ―Sus dedos rozaron su garganta, entrelazándose con la cadena, la cadena que había tenido el anillo Morgenstern. Se preguntó si iba a aplastar su tráquea―. “Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado la que llamaba: Ábreme, hermana mía, mi amor". ―Su sangre le caía sobre el rostro. Se mantuvo inmóvil, su cuerpo zumbando por el esfuerzo, ya que su mano se deslizaba por su garganta, descendiendo por el costado, hasta la cintura. Sus dedos se deslizaron en el interior de la cinturilla de sus jeans. Su piel era caliente, ardía, ella podía sentir que la deseaba.
―Tú no me amas ―le dijo ella. Su voz era débil, él aplastaba el aire de sus pulmones. Recordó lo que le había dicho su madre, sobre que cada emoción que Sebastian mostraba era un engaño. Sus pensamientos eran claros como el cristal, en silencio gracias a la euforia de la pelea y sabiendo qué y cómo hacerlo, se mantuvo enfocada mientras Sebastian le enfermaba con su toque.
―Y no te importa que yo sea tu hermano ―dijo―. Sé lo que pensabas de Nicholas, incluso cuando creías que era tu hermano. A mí no me puedes mentir.
―Nicholas es mejor que tú.
―Nadie es mejor que yo. ―Él sonrió, sus dientes blancos estaban manchados de sangre―. “Un jardín cerrado eres, hermana mía” ―dijo―. “Un jardín cerrado, una fuente sellada.” Pero ya no, ¿verdad? Nicholas se encargó de eso. ―Él tomó el botón de sus jeans, y ella aprovechó la distracción para apoderarse de una pieza triangular de cristal de buen tamaño y le introdujo el borde dentado en su hombro.
El vidrio se deslizó a lo largo de sus dedos, cortándolos. Él gritó, echándose hacia atrás, más por la sorpresa que por el dolor, ya que el equipo lo protegía. Ella hundió el cristal una vez más, esta vez en su muslo, y cuando él se echó hacia atrás, ella puso el codo contra su garganta. Él se deslizó a un lado, sin aliento. Ella rodó, consiguiendo quedar encima de él mientras sacaba el cristal ensangrentado de su pierna. Bajó el fragmento hacia la vena palpitante en su cuello…y se detuvo.
Él se estaba riendo. Yacía bajo ella, y se reía, su risa vibraba a través de su propio cuerpo. Su piel estaba salpicada con sangre; la sangre de ella que goteaba sobre él, y su propia sangre, la que brotaba de ahí donde le había cortado; su pelo blanco-plateado estaba enmarañado. Él dejó caer los brazos a ambos lados, dejándolos extendidos como las alas de un ángel roto, caído del cielo.
Él le dijo―: Mátame, hermanita. Mátame, y matarás a Nicholas, también.
Ella dejó caer el cristal.
―Todo tiene una alianza, Simón. La alianza de los Nefilim es seráfica, pero si fuera demoníaca, todavía serían tan fuertes y tan poderosos como lo son ahora. Pero se dedicaran a la erradicación de la humanidad en lugar de a su salvación.
―Tenemos que llegar allí ―dijo Isabelle―. Tenemos que detenerlos.
―"Lo", querrás decir ―la corrigió Alec―. Tenemos que detenerlo. A Sebastian.
―Nicholas es su aliado ahora. Tienes que aceptarlo, Alec ―dijo Magnus. Había comenzado a caer una llovizna con niebla ligera. Las gotas brillaban como el oro por el resplandor de los faros―. Irlanda tiene cinco horas más que nosotros. Estarán haciendo la ceremonia a la medianoche. Son las cinco aquí. Tenemos una hora y media, dos, a lo sumo, para detenerlos.
―Entonces, no debemos demorarnos. Tenemos que ir ―dijo Isabelle, con una pizca de pánico en su voz―. Si vamos a detenerlo…
―Iz, sólo somos nosotros cuatro ―dijo Alec―. Ni siquiera sabemos el número que enfrentamos…
Simón miró a Magnus, que estaba viendo Alec e Isabelle discutir con una peculiar expresión distante.
―Magnus ―dijo Simón―. ¿Por qué no hacemos un Portal al campo? Llevaste por el Portal a la mitad de Idris hacia la llanura de Brocelind.
―Quería darles el tiempo suficiente para que cambiaran de opinión ―dijo Magnus, sin quitar los ojos de su novio.
―Pero podemos viajar por el Portal desde aquí ―dijo Simón―. Quiero decir, podrías hacer eso por nosotros.
―Sí ―afirmó Magnus―, pero como Alec dijo, no sabemos a lo que nos enfrentamos en término de números. Soy un brujo muy poderoso, pero Jonathan Morgenstern no es un Cazador de Sombras ordinario, y tampoco lo es Nicholas, para el caso. Y si tienen éxito en la resurrección de Lilith… podrá ser mucho más débil, pero sigue siendo Lilith.
―Pero ella está muerta ―dijo Isabelle―. Simón la mató.
―Los Demonios Mayores no mueren ―dijo Magnus―. Simón... la dispersó entre los mundos. Tomará mucho tiempo para que ella se regenere y será débil durante años. A menos que Sebastian la llame de nuevo. ―Se pasó una mano por las puntas de su cabello húmedo.
―Tenemos la espada ―dijo Isabelle―. Podemos vencer a Sebastian. Tenemos a Magnus, y a Simón…
―Ni siquiera sabemos si la espada va a funcionar ―dijo Alec.
―Y no nos sirve de mucho si no podemos llegar a Sebastian. Y Simón ya no es más el Sr. Indestructible. Se le puede matar al igual que al resto de nosotros.
Todos miraron a Simón.
―Tenemos que intentarlo ―dijo―. Miren, no sabemos cuántos van a estar ahí, cierto. Tenemos un poco de tiempo. No mucho, pero lo suficiente, si contamos con el Portal, para llamar a algunos refuerzos.
―¿Refuerzos de dónde? ―exigió Isabelle.
―Regresaré al apartamento para ver a Maia y a Jordan ―dijo Simón, su mente con rapidez buscaba más posibilidades―. Veré si Jordan puede conseguir alguna ayuda del Praetor Lupus. Magnus, ve a la estación de policía en el centro, ve si puedes enlistar a los miembros de la manada que estén por ahí. Isabelle y Alec…
―¿Nos estás separando? ―exigió Isabel, alzando la voz―. ¿Qué pasa con los mensajes de fuego, o…?
―Nadie va a confiar en un mensaje de fuego en algo como esto ―dijo Magnus―. Y, además, los mensajes de fuego son para los Cazadores de Sombras. ¿Realmente quieres comunicar esta información a la Clave vía mensaje de fuego en lugar de ir tú misma al Instituto?
―Bien. ―Isabelle se dirigió a un costado de la camioneta. Abrió la puerta, pero no entró en ella: en lugar de eso se inclinó, y sacó a Gloriosa. Brillaba en la penumbra como un rayo de luz en la oscuridad, las palabras grabadas en la hoja parpadeaban a la luz del coche: ¿Quis ut Deus? (¿Quién como Dios? )
La lluvia empezaba a pegar el pelo negro de Isabelle a su cuello. Se veía formidable, mientras caminaba de regreso para unirse al grupo.
―Entonces dejaremos la camioneta aquí. Nos separaremos, pero nos encontramos en el Instituto en una hora. Nos iremos de ahí, sin importar quién esté con nosotros.
―Miró a los ojos a cada uno de sus compañeros, como retándolos a desafiarla―. Simón, toma esto. ―Le tendió la empuñadura de Gloriosa.
―¿Yo? ―Simón se quedó perplejo―. Pero yo no… en realidad nunca he usado una espada.
―Tú lo invocaste ―dijo Isabelle, con los ojos negros brillantes en la lluvia―. El Ángel te la dio a ti, Simón, y por eso eres el que debe llevarla.
************************************
____(tn) se lanzó por el pasillo y golpeó los escalones con estrépito a su paso, corrió por el piso de abajo hacia el lugar en la pared que Nicholas le había dicho era la única entrada y salida del apartamento.
No se hacía ilusiones de poder escapar. Sólo necesitaba un momento para hacer lo que tenía que hacer. Oyó las botas de Sebastian en lo alto de la escalera por detrás de ella, y aumentó la velocidad, casi chocando contra la pared. Había puesto la estela en aquel primer punto, dibujando frenéticamente: un trazo tan sencillo como una cruz, pero completamente nuevo para el mundo…
Sebastian cerró el puño en la parte trasera de su chaqueta, jalándola hacia atrás y la estela voló de su mano. Ella jadeó mientras él la alzaba sobre sus pies y la empujaba contra la pared, dejándola sin aliento. Echó un vistazo a la marca que había hecho en la pared, y sus labios se curvaron en una mueca de desprecio.
―¿La runa de apertura? ―dijo. Se inclinó hacia delante y le susurró al oído―. Y ni siquiera la terminaste, no es que eso importe. ¿De verdad crees que hay un lugar en esta tierra al que puedas ir y que yo no pueda encontrarte?
____(tn) respondió con un epíteto que le habría conseguido que la echaran de clases en San Xavier. En cuanto él se echó a reír, ella levantó la mano y le dio una bofetada con tanta fuerza, que los dedos le picaron. Por la sorpresa, aflojó el agarre sobre ella, y así se apartó de él y se puso sobre la mesa, tratando de llegar a la habitación de abajo, la que al menos tenía una cerradura en la puerta…
Y él estaba delante de ella, agarrándola de las solapas de la chaqueta y haciéndola girar. Sus pies se alzaron, y habría caído si él no la hubiera clavado en la pared con su cuerpo, con sus brazos a los lados, haciendo una jaula a su alrededor.
Su sonrisa era diabólica. Atrás quedó el joven con estilo con quien había paseado por el Sena y bebido chocolate caliente mientras hablaban de pertenencia. Sus ojos eran todo negro, sin pupila, como túneles.
―¿Qué va mal hermanita? Te ves molesta.
Ella apenas podía recobrar el aliento.
―Mi uña…se...rompió mientras….golpeaba tu cara.... ¿Lo ves? ―Le mostró el dedo, sólo uno de ellos.
―Lindo. ―Él soltó un bufido―. ¿Sabes por qué sabía que ibas a traicionarnos? ¿Cómo supe que no serías capaz de evitarlo? Es porque tú eres muy parecida a mí.
Él la presionaba nuevamente y con más fuerza contra la pared. Podía sentir su pecho subir y bajar contra el suyo. Ella estaba al nivel de sus ojos, en línea recta con su aguda clavícula. Su cuerpo se sentía como una prisión alrededor de ella, sujetándola en su lugar.
―No soy como tú. Déjame ir…
―Eres en todo como yo ―gruñó en su oído―. Te infiltraste con nosotros. Fingiendo amistad, fingiendo cariño.
―Nunca he tenido que fingir cerca de Nicholas.
Entonces vio el destello de algo en sus ojos, oscuros celos, ni siquiera estaba segura de qué estaba celoso. Acercó los labios a su mejilla, tan cerca que los sintió moverse en
contra de su piel cuando hablaba.
―Nos jodiste ―murmuró. Su mano estaba enroscada alrededor de su brazo izquierdo y poco a poco empezó a moverla hacia abajo―. Probablemente, literalmente jodiste a Nicholas…
No podía evitarlo, se estremeció. Ella sintió que inhalaba con fuerza.
―Lo hiciste ―dijo―. Te acostaste con él. ―Sonaba casi traicionado.
―No es asunto tuyo.
La tomó de la cara, dándole vuelta para que lo mirara, sus dedos se le clavaban en la barbilla.
―No puedes joder a alguien para que sea bueno, aunque fue una movida despiadada. ―Su hermosa boca se curvó en una fría sonrisa―. Sabes que él no recuerda nada de eso, ¿verdad? ¿Te dio un buen momento, por lo menos? Porque yo lo hubiera hecho.
Ella sentía la bilis en la garganta.
―Tú eres mi hermano.
―Esas palabras no significan nada y no debe importarnos. No somos humanos, sus reglas no se nos aplican. Las estúpidas leyes sobre lo que se puede o no mezclar con el ADN. En realidad, considerándolo, son hipócritas. Ya lo han experimentado; los gobernantes del antiguo Egipto solían casarse con sus hermanos, ya sabes. Cleopatra se casó con su hermano. Fortalecieron la línea de sangre.
Ella lo miró con odio.
―Sabía que estabas loco ―dijo―. Pero no me di cuenta que estabas absoluta, espectacular y malditamente demente.
―Oh, yo no creo que haya nada loco en ello. ¿A quién le pertenecemos, sino a nosotros mismos?
―Nicholas ―dijo―. Yo le pertenezco a Nicholas.
Hizo un ruido desdeñoso.
―Puedes tener a Nicholas.
―Pensé que lo necesitabas.
―Lo necesito, pero no para lo que tú lo necesitas. ―Sus manos fueron a su cintura―. Podemos compartirlo. No me importa lo que hagas, mientras sepas que me perteneces.
Levantó las manos, tratando de empujarlo.
―No te pertenezco, me pertenezco a mí misma.
La mirada en sus ojos la congeló en su lugar.
―Creo que sabes que no es así ―dijo, y posó su boca en la de ella, duramente.
Por un momento, ella estuvo de vuelta en Idris, de pie delante las ruinas de la mansión Fairchild, y Sebastian la estaba besando, y se sentía como si estuviera cayendo en la oscuridad, en un túnel que no tenía fin. En ese momento había pensado que había algo malo con ella, que no podía besar a nadie más que a Nicholas, que ella estaba rota.
Ahora lo sabía mejor. La boca de Sebastian se movía contra la de ella, como una dura y fría navaja cortando en la oscuridad, se levantó sobre las puntas de sus pies, y le mordió con fuerza en el labio.
Gritó y se apartó de ella, con la mano en la boca. Ella podía sentir su sangre, el cobre amargo, que escurría por su barbilla mientras la miraba con ojos incrédulos.
―Tú…
Ella se giró y le dio una fuerte patada en el estómago, con la esperanza de que hubiera sido en donde ella lo había golpeado antes. En cuanto él se dobló, salió disparada, corriendo por las escaleras. Estaba a mitad de camino cuando sintió que él la agarraba por la parte de atrás del cuello. Él le dio la vuelta como si fuera un bate de béisbol, y la lanzó contra la pared. Ella se golpeó con fuerza y cayó de rodillas, sin aliento.
Sebastian se dirigió hacia ella, con las manos flexionándose a los costados, los ojos negros brillando como los de un tiburón. Se veía aterrador; ____(tn) sabía que debía tener miedo, pero una certeza fría y cristalina se había apoderado de ella. El tiempo parecía haberse desacelerado. Recordó la lucha en la tienda de Praga, y cómo había desaparecido en su propio mundo, donde cada movimiento era tan preciso como las manecillas de un reloj. Sebastian se inclinó, y ella, impulsándose, se levantó del suelo, barriendo las piernas a un lado, golpeándole los pies para quitárselo de encima.
Cayó hacia adelante, y ella salió de su camino, saltando sobre sus pies. No se molestó intentando huir en este momento. En cambio, agarró el jarrón de porcelana de la mesa y, cuando Sebastian se puso de pie, lo estrelló en su cabeza. Se rompió, salpicando agua y hojas, él se tambaleó hacia atrás, la sangre manchaba su cabello blanco-plateado.
Él gruñó y se abalanzó sobre ella. Era como ser golpeada por una bola de demolición. ____(tn) voló hacia atrás, estrellándose contra la mesa de cristal, y cayó al suelo en una explosión de fragmentos y agonía. Gritó cuando Sebastian le cayó encima, presionando su cuerpo hacia abajo contra los cristales rotos, con los labios en una mueca. Le paso el brazo herido por la cara. La sangre la cegó, se ahogó con su sabor en la boca, y la sal le picó los ojos. Levantó una rodilla, golpeándolo en el estómago, pero era como patear un muro. Él le sujetó las manos, obligándola a ponerlas a los costados.
―____(tn), ____(tn), ____(tn) ―dijo. Estaba jadeando. Por lo menos lo había dejado sin aliento. La sangre le corría en un lento goteo desde la profunda herida de un costado de la cabeza, manchando su cabello de escarlata―. No está mal, no eras una luchadora en Idris.
―Suéltame…
Él acercó su rostro al de ella. Su lengua salió disparada. Ella trató de alejarse, pero no pudo moverse lo suficientemente rápido y él lamió la sangre de su cara, y sonrió.
La sonrisa le abrió más el labio, y más sangre le corrió en un hilo por la barbilla.
―Me preguntaste a quién pertenezco ―susurró―. Te pertenezco. Tu sangre es mi sangre, tus huesos son mis huesos. La primera vez que me viste, te parecí familiar, ¿no? Igual que tú me resultabas familiar a mí.
Ella lo miró boquiabierta.
―Estás demente.
―Está en la Biblia ―dijo―. En el Cantar de los Cantares. “Has robado mi corazón, hermana mía, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos. Con una gargantilla en tu cuello.” ―Sus dedos rozaron su garganta, entrelazándose con la cadena, la cadena que había tenido el anillo Morgenstern. Se preguntó si iba a aplastar su tráquea―. “Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado la que llamaba: Ábreme, hermana mía, mi amor". ―Su sangre le caía sobre el rostro. Se mantuvo inmóvil, su cuerpo zumbando por el esfuerzo, ya que su mano se deslizaba por su garganta, descendiendo por el costado, hasta la cintura. Sus dedos se deslizaron en el interior de la cinturilla de sus jeans. Su piel era caliente, ardía, ella podía sentir que la deseaba.
―Tú no me amas ―le dijo ella. Su voz era débil, él aplastaba el aire de sus pulmones. Recordó lo que le había dicho su madre, sobre que cada emoción que Sebastian mostraba era un engaño. Sus pensamientos eran claros como el cristal, en silencio gracias a la euforia de la pelea y sabiendo qué y cómo hacerlo, se mantuvo enfocada mientras Sebastian le enfermaba con su toque.
―Y no te importa que yo sea tu hermano ―dijo―. Sé lo que pensabas de Nicholas, incluso cuando creías que era tu hermano. A mí no me puedes mentir.
―Nicholas es mejor que tú.
―Nadie es mejor que yo. ―Él sonrió, sus dientes blancos estaban manchados de sangre―. “Un jardín cerrado eres, hermana mía” ―dijo―. “Un jardín cerrado, una fuente sellada.” Pero ya no, ¿verdad? Nicholas se encargó de eso. ―Él tomó el botón de sus jeans, y ella aprovechó la distracción para apoderarse de una pieza triangular de cristal de buen tamaño y le introdujo el borde dentado en su hombro.
El vidrio se deslizó a lo largo de sus dedos, cortándolos. Él gritó, echándose hacia atrás, más por la sorpresa que por el dolor, ya que el equipo lo protegía. Ella hundió el cristal una vez más, esta vez en su muslo, y cuando él se echó hacia atrás, ella puso el codo contra su garganta. Él se deslizó a un lado, sin aliento. Ella rodó, consiguiendo quedar encima de él mientras sacaba el cristal ensangrentado de su pierna. Bajó el fragmento hacia la vena palpitante en su cuello…y se detuvo.
Él se estaba riendo. Yacía bajo ella, y se reía, su risa vibraba a través de su propio cuerpo. Su piel estaba salpicada con sangre; la sangre de ella que goteaba sobre él, y su propia sangre, la que brotaba de ahí donde le había cortado; su pelo blanco-plateado estaba enmarañado. Él dejó caer los brazos a ambos lados, dejándolos extendidos como las alas de un ángel roto, caído del cielo.
Él le dijo―: Mátame, hermanita. Mátame, y matarás a Nicholas, también.
Ella dejó caer el cristal.
Que tal con Sebastian, ahora resulta que el muy desquiciado esta enamorado de SU hermana!
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
Ahora entienden muchas cosas huh! (?
No, este hombre esta mal, totalmente jodido!
:misery: :misery: :misery: :misery: :misery:
& lo peor, aún no lo puede matar la rayiz, pq mata al Nicho también!
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
No, no, esto esta peor que nunca!
Esperemos que la caballería llegue pronto! *.* :scratch:
Disfruten del capi, e intenten que no les de algo! :fiu:
Las leo después! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
ese tipo esta loco!!! :wut: es un desquiciado :misery:
Como puede amar a su hermana!!??? :imdead:
Porque quiere siempre lo de Nicholas!! :muere:
Loco de remat ojala se muera!!!
Siguela!!!
Como puede amar a su hermana!!??? :imdead:
Porque quiere siempre lo de Nicholas!! :muere:
Loco de remat ojala se muera!!!
Siguela!!!
aranzhitha
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