The Driveway {Harry Styles}

Me senté, con los ojos en el tablero del auto. Quizás se iría si le decía. O quizás de alguna manera él lo entendería y pensaría que era una buena idea. Lo miré directamente, borracho y desaliñado, y mostré toda la confianza que podía.

—Voy a California a ver el último concierto de Kyra Kelley. —Sonó infinitamente más ridículo de lo que anticipé. Esperé. Él me miró perplejo, y por un segundo pensé que quizás estaba muy perdido para entender la ιdιotez de lo que acababa de decir. Rebusqué, tratando de hacer que tuviera sentido para él—. Para hablarle sobre Louis. Él me envió estos boletos. Y entonces me pidió que le hablara sobre él.

Asintió reverentemente, y por un segundo pensé que una pequeña parte de él lo entendía. Luego se inclinó, puso sus manos sobre mis mejillas, y las apretó juntas.

—Eso… es lo más tonto que jamás he escuchado. —Golpeé sus manos, me soltó y se reclinó en el asiento, riéndose.

Lo odiaba. Lo odiaba por la manera en que se presentó ayer, por presentarse hoy aquí, por ser un desastre, por burlarse de mí, y por no ser Louis cuando más lo necesitaba. Mi hermano era todo lo que él no era. Hubo muchas veces que me pregunté cómo es que eran amigos, porque eran tan diferentes, y ahora no importaba.

—Fuera, Harry. —Lo empujé, y casi se cayó fuera de la puerta, lo que lo hizo reír aún más. Crucé mis brazos alrededor de mi pecho, obligándome a no llorar enfrente de él.

Respiró hondo y trató de que hiciéramos contacto, me di cuenta, pero me negué a mirarlo. Finalmente colocó su mano en mi rodilla.

—Lo siento, _______, lo siento. Es que eso suena como…

—Sé como suena. ¿Está bien? Lo sé. Pero ahora mismo no sé qué más hacer, y Jade acaba de irse para la escuela, Gina está diciéndome que debo seguir adelante, y él me escribió esta carta y me envió estos boletos. Y la última cosa que me pidió fue contarle a Kyra Kelley sobre él. Esa fue la última cosa que me pidió que hiciera. —Las lágrimas vinieron, pero no me importó. Ya estaba humillada—. Así que voy a ir a su concierto y hacer eso. Y sí, me doy cuenta lo estúpιdo que suena, ¿de acuerdo? Pero no tienes que tener una opinión al respecto.

Salí del auto y cerré la puerta del pasajero de golpe, después me limpié los ojos y caminé hacia el lado del conductor donde él estaba sentado, sus dedos tocando el volante, completamente sorprendido.

—Sal. Necesito ponerme en camino. —No se movió—. Harry, vamos.

Él sacudió su mano.

—Muy bien, muy bien. —Pero no se bajó. En lugar de eso, empujó mis cosas al suelo y se movió al lado del pasajero—. Entonces también iré.

—Por supuesto que no.

Estiró las piernas delante de él.

—Síp. Louis no hubiese querido que fueras sola como estás. —Él le dio unas palmaditas al tablero—. ¿Qué si el auto se daña? ¿O te pierdes? —No me moví, y no dije nada. Echó su cabeza hacia atrás—. ¿Qué estás esperando, _______? Vamos a ver a como se llame. Yo sólo tomaré un pequeño descanso aquí mientras manejas. —Palmeó el asiento, luego me sonrió con los ojos medio cerrados antes de que su barbilla cayera sobre su pecho y se quedara dormido.

No iba a lograr sacarlo del auto. Pensé por un segundo en manejar hasta su casa y sacarlo rodando enfrente de su jardín, pero no lo odiaba lo suficiente para dejarlo así y que lidiara con su papá. ¿Y qué si el auto se dañaba o yo me perdía? ¿Entonces qué? Lo miré en el asiento del pasajero, donde siempre había estado con mi hermano durante toda la escuela. Entonces di la vuelta y fui a la casa, a la habitación de Louis.

En el interior, todavía estaba oscuro. Doblé las persianas abriéndolas y me paré junto a la ventana un momento, sintiendo casi como si estuviera haciendo algo malo. Como si todo debería quedarse exactamente como estaba a pesar de que yo había estado allí unas cuantas veces en los nueve meses desde que él se había enlistado. Siempre la mantenía simple y ordenada. No decía mucho sobre él. Para eso tenía el Impala. Desde el cromo en las ruedas hasta la pintura negra brillante que le costó una fortuna, él se expresaba a través de ese auto. Allí era donde me sentía cerca a él cuando se fue. Manejarlo había sido un consuelo, así que quizás era correcto que yo estuviera a punto de tomarlo en un misión que tenía sentido sólo para mí.

Lo que no tenía sentido era que en mi mente, en algún lugar entre el auto de Louis y su habitación, Harry podía ir conmigo. Y que él necesitaba algo de ropa, porque apestaba por pasar una noche y mañana bebiendo. Había estado tan molesta con él afuera, que no me había detenido a pensar cómo se debía estar sintiendo. Louis hubiese estado destruido si hubiera sido lo contrario.

Fui a su vestidor y saqué unas camisetas, un par de pantalones cortos de Louis y un par de chancletas para él, sólo por si acaso. Podía resolver por él mismo qué hacer sobre la ropa interior.

Con ropas en mano, di una última mirada alrededor del excesivo espacio en la habitación, y después me dirigí al auto de mi hermano... la carretera abierta, Kyra Kelley, y su borracho ex mejor amigo me estaban esperando.