The Driveway {Harry Styles}

Era cálido y olía como a humo de fogata y descansé mi cabeza en su hombro de la manera en que haces con alguien cercano a ti.

—Tranquilo ahí, chico. Ella tiene a un marine por hermano.

Mi aliento se cortó en mi garganta y me enderecé como un rayo, a pesar de la inmediata sensación de hundimiento en mi pecho. Liam río y levantó sus manos en rendición mientras Harry caminaba lentamente desde la oscuridad al ahora poco iluminado círculo de la fogata. Él tenía una sonrisa que me puso en el borde al instante. No, rogué silenciosamente, no digas nada más.

Pateó un guijarro delante de él casualmente.

—Sí. Si su hermano viera a algún chico que sólo acaba de conocer con sus brazos alrededor de ella, pondría una bota en su trasero. —Giró sus ojos hacia mí—. ¿No es cierto, _______?

No sabía qué decir. La simpatía que sentí por él unos minutos antes estaba congelada. Lo miré fijamente y confié en que pudiera verlo. Detenlo.

Liam se defendió.

—No te preocupes hombre. Sólo estábamos hablando.

Harry consideró esto, luego se sentó en la silla al otro lado de Liam. Puso una mano en su hombro.

—Bien. Porque su hermano ya no está alrededor.

Lágrimas calientes y enojadas se agruparon en las esquinas de mis ojos, y me senté, paralizada. Liam me miró, confundido. Harry lo soltó y se sentó en su silla, sacudiendo su cabeza.

—Nop. Él ya no está alrededor, porque pensó que sería una buena idea inscribirse en los marines en lugar de jugar fútbol americano, y luego fue y consiguió volarse, probablemente por ninguna razón en absoluto.

—Harry, detente. —Apenas lo conseguí. La ira en su voz había hecho a la mía temblorosa.

Me miró, luego a la fogata.

—Lo pusieron en el suelo ayer, y ahora estamos aquí. —Se rió amargamente—. ¿Qué estamos haciendo aquí otra vez, _______? ¿Yendo a un concierto? ¿El día después de su funeral?

—Cállate, Harry. —Me levanté y limpié mis ojos, y ahora no estaba controlando mi voz. Lágrimas se derramaron por mis mejillas y escupí mis palabras hacia él—. ¡Cierra la maldita boca!

Liam retiró su silla lentamente y se situó entre nosotros, mirando de mí a Harry.

—Vaya. —Sacó sus manos y giró hacia mí, confusión y preocupación en su rostro—. ¿Es realmente cierto? —preguntó, tentativamente, como sin querer saber realmente —. ¿Sobre tu hermano?

Mordí mi labio inferior y miré abajo al suelo, sin querer responder. Porque sin importar cuántas veces lo dije a las personas en las últimas dos semanas, personas que conocía, realmente no lo había creído. Incluso ayer, en el funeral, me sentí casi como una actriz en una película o algo así. Pero estando aquí, con Harry arrojándolo en mi rostro en frente de un extraño envió un dolor que era imposible de ignorar. Esto fue más allá de perdonable.

Un largo momento pasó sin que ninguno de nosotros hablara. Un troncó saltó, enviando una pequeña explosión de brasas al aire. Nivelé mis ojos con los de Harry y esperé que pudiera sentir cuánto lo odiaba justo entonces.

—Es cierto. Mi hermano está muerto.

—Lo siento —dijo Liam suavemente. Se estiró por mi mano, pero la alejé.

Harry inhaló.

—Bien, ahora. Parece que arruiné el estado de ánimo. —Se enderezó y miró a Liam—. Lo siento, hombre. Ella es toda tuya. —Luego me tendió las llaves de mi propio auto—. Aquí tienes, _______. Supongo que dormiré bajo las estrellas esta noche.

Las azoté de sus manos a la tierra.

—Jódete, Harry.

Asintió como mereciéndoselo, me dio la espalda, y caminó en la oscuridad, hacia la carretera.

Liam esperó hasta que no pudimos verlo más, entonces recogió mis llaves, me las tendió con cautela.

—Uh. ¿Quieres quedarte un poco más?

Sacudí mi cabeza, al borde de las lágrimas de nuevo.

—¿Qué si camino contigo hacia tu auto entonces?

Tragué duro y asentí.

—De acuerdo.

No dijimos nada mientras nos agachábamos a través de los arbustos, y cuando nos paramos junto al auto podía decir que estaba buscando, quizás lo correcto para decir. Pero ahí no había nada correcto.

Cambié las llaves en mis manos.

—Gracias por caminar conmigo.

Su rostro era cálido pero serio.

—Por supuesto. —Hizo una pausa—. Sé que no es mi asunto, pero no lo dejes hacerte sentir mal. Todo el mundo lidia con sus cosas a su propia manera, ¿sabes? Quiero decir, fue una real ιmbecιlιdad, pero puedes decir que está roto por eso también. —Sonrió suavemente—. De todas formas, no creo que haya algo malo contigo estando aquí.

Liam, que había conocido horas antes, orinando en mi sitio de camping, de alguna manera había dicho exactamente lo correcto. El tipo de cosa que Louis habría dicho justo antes de haberme convencido para hacer algo divertido para liberar mi mente.

—Gracias. —Inhalé—. Lo siento por Harry, él…

—No te preocupes por eso. Ven a bucear mañana con nosotros. Se sentirá bien ver el amanecer. Como un nuevo comienzo. —Señaló al auto—. Tocaré en la ventana.

Curvé mis dedos bajo la manilla y tomé un profundo aliento.

—Bien. —Quería decirle gracias, pero en su lugar solté mi mano, me puse de puntillas y besé su mejilla. Sonrió y luego dio un paso atrás.

—Buenas noches, _______.

Entonces inclinó su cabeza, un pequeño gesto de buenas noches que me dejó sonriendo.
∞
Dentro del auto me arrastré al asiento trasero, extendí mi bolsa de dormir sobre éste y me recosté, así que todavía podía ver las estrellas por la ventana. Pensé en Harry en algún lugar fuera en la oscuridad, y quería odiarlo por lo que había dicho. Pero parte de mí se preguntaba si tenía razón… si estaba mal de mi parte estar aquí en este viaje, si ir al concierto fue sólo una manera de huir. ¿Qué en el mundo le diría a Kyra Kelley sobre mi hermano de todas formas? Y ¿Por qué le importaría?

No tenía la energía o el corazón para responder ninguna de ellas. Cada parte de mí se sentía pesada y cansada. Al final, fijé los seguros de las puertas, asegurando que Harry tendría una noche solitaria e incómoda. Dónde, realmente no me importaba. Entonces me recosté de nuevo y encontré a Cygnus en el cielo, vi sus estrellas parpadear, amistad y pérdida, honor y sacrificio, hasta que todo cayó sobre la inmensidad del desierto.

Un golpeteo persistente me alejó del sueño. Cuando no me moví, persistió. Hice un gran esfuerzo por abrir los ojos, pero me sentía como si hubiera acabado de cerrarlos, y por mi mente pasaron todas las razones para no abrirlos: estaba oscuro, era verano, no había escuela, no debía estar en ninguna parte, nadie debería levantarme…

Me di vuelta, esperando acurrucarme en mi edredón, pero la consciencia me golpeó cuando mi cara se encontró con el vinilo del asiento trasero. Estaba en el auto. El auto de Louis. En un sitio de camping en Nuevo México, donde Harry había sido un ιdιota y desaparecido en la noche y un chico que acababa de conocer intentó hacerme sentir mejor. Pero no estaba mejor. Louis no estaba y yo seguía sola, y el peso de esas cosas me hizo querer cerrar mis ojos con la esperanza de que si me volvía a dormir, nada de eso sería verdad.

El golpeteo se detuvo, remplazado por un susurro.

—¡_______! ¿Estás despierta? —Toc toc—. Si aún quieres bucear, ya nos vamos. —Era la voz de Liam afuera. Liam, quién había sido dulce y considerado, y a quién había besado en la mejilla cuando me acompañó al auto.

Terminé de despertarme, luego me rendí y me senté. Pude ver la sonrisa de Liam en la ventana antes de que retrocediera para que abriera la puerta. Me miré en el espejo retrovisor, aunque no sirvió de mucho en la oscuridad, pasé los dedos por el cabello una vez, me puse las botas e intenté alejar el sentimiento que seguía molestándome desde anoche. Cuando abrí la puerta y respiré el olor fresco a tierra mezclada con enebros y salvia, me sentí algo mejor.

—Buenos días. —Se paró frente a mí y sonrió—. Duermes profundamente. Eso, o esperabas que me fuera si me ignorabas lo suficiente.

Enarcó una ceja, luego metió sus manos en los bolsillos y tembló levemente.

—¿Aún quieres hacerlo? Linda y Niall ya están allí preparando el equipo.

Me abracé y miré alrededor.

—¿Qué hora es?

—Las cinco y algo. Se aproxima el amanecer.

—No lo sé. Yo… —Me sentía mucho más valiente la noche anterior, sentada junto al fuego planeando una aventura, hasta que Harry había aparecido para arruinarla.

Liam hizo un gesto con la cabeza a la mesa de picnic. —Está frito por allá. Y estará fuera de combate un par de horas.

Sacudí mi cabeza.

—No es eso lo que quería decir. Es sólo… no sé cómo bucear, o incluso qué debería hacer, o qué estoy haciendo aquí… y probablemente sólo debería volver a la carretera, porque todo esto es... mira, tengo una fecha tope, y… —Liam asintió lentamente mientras yo balbuceaba, esperando que terminara. Sentí un bulto en mi garganta—. Sonaba mejor en mi cabeza.

Él simplemente se encogió de hombros.

—Está bien. Muchas cosas por hacer. Simplemente puedes venir y mirar si quieres. Hay una gran roca en la que te puedes sentar y vernos. Y el amanecer aún será increíble. —Hizo un gesto hacia donde debía estar Harry—. Vamos. Él no irá a ninguna parte.

Me apoyé contra el auto y volví a considerar qué tal sería ver las estrellas desde el agua y luego ver cómo el sol las va diluyendo, limpiando el cielo para otro día. Necesitaba eso. Louis nunca habría dejado pasar la oportunidad. Quizás incluso habría entendido mi propósito aquí. Inspiré hondo y miré las estrellas del cielo violáceo, luego a Liam.

—De acuerdo. Lo intentaré. De todas formas ya estoy despierta.

Liam sonrió.

—¿Tienes un traje de baño?

Fui por él a la camioneta, y Liam me siguió.

—Sabía que sí. —Se colgó una mochila en un brazo, y me rodeó con el otro—. Vamos.
∞
No parecía que el sol fuera a salir pronto, pero según Liam lo haría, por lo que había que apurarse. Trotamos por el camino desierto, y él hizo un espacio en una alambrada que estaba en la entrada al estacionamiento del centro de buceo para que yo pasara.

—¿Nos vamos a colar aquí?

Me miró.

—Algo así. Es que aún no ha abierto, sólo eso. —Se detuvo y volvió a acomodarse la mochila en el hombro por décima vez—. Aunque no creo que venga nadie por un buen rato. Sólo a Linda se le ocurriría algo así. Es… creativa.

Sonreí.

—¿Hacen esto muy seguido? ¿Crear aventuras espontáneas que realizar juntos?

—Ellos intentan hacer algo con ello, Zayn y Linda. En esa forma están bien juntos, y Niall… es como si fuera el hermano menor de los tres. Realmente les va el tema de carpe diem. —Estaba sin aliento por el peso de la mochila—. Y normalmente no me importa ver a Linda tan pegada a Zayn, la primera vez que lleve a ambos a casa… nunca me imagine que ellos pudiesen terminar juntos, mi hermana siempre ha sido tímida al momento de estar sentimentalmente con alguien, y él, bueno… aun así trato de no meterme en esos asuntos, soy bastante suave en lo que a hermanos mayores se refiere.

Se detuvo en seco, como si hubiera dicho algo malo, y ninguno de los dos dijo nada mientras caminábamos por el estacionamiento. Nos encontramos con una pared de ladrillo baja, donde Liam dejó caer la mochila. Me miró, preocupado.

—Lo lamento, yo no quería…

Esta vez lo detuve.

—Está bien. Puedes decir la palabra “hermano” si quieres. —Miré a través del paredón y pude ver el agua, la superficie oscura—. Su nombre era Louis. —Me detuve ante el dolor en mi pecho y esperé a que pasara—. Como sea, a él le habría encantado esto.

Liam asintió en silencio.

—Y también creo que le habrías caído bien. Harry simplemente se comportó como un ιdιota anoche sin ningún motivo.

—¿Sin ningún motivo? —Enarcó las cejas—. Sí… no sé qué motivos podría tener. —Me miró un momento, y decidí no molestarme en explicarle que no era algo protector ni celoso. Liam palmeó las manos—. ¿Estás bien? Ya casi llegamos.

Trepamos por la pared y bajamos hacia donde estaban las siluetas de los chicos. Linda nos vio primero y se acercó a mí, con los brazos abiertos.

—¡Viniste! —Me dio un abrazo incómodo por el equipo, luego me hizo retroceder por los hombros—. ¿Estás nerviosa? No lo estés. Ven. —Tomó mi mano y me guio a un asiento que había entre las rocas—. Liam puede ayudarte a preparar todo. Tenemos que apurarnos si queremos ser más rápidos que el amanecer.

Volví a mirar a Liam y por un momento pensé que debería decirle que Harry nunca necesitaba razones para actuar así. Nunca sabías qué haría a continuación. Pero ya se había llevado la mochila hacia Niall, y se reían mientras la abría y comenzaba a sacar el equipo. Miré alrededor. Incluso en la oscuridad podía decir que el Agujero Azul era grande. Más grande que cualquier piscina a la que hubiera ido. Me saqué las botas y dejé que mis dedos se enfriaran en la piedra que bordeaba la línea.

—¿Entonces, esto es natural? ¿Nadie lo puso aquí?

—Nop. —Linda se paró a mi lado—. Todo natural. Una locura que esté en medio del desierto, ¿verdad? Espera a verlo a la luz del día. Es el tono azul más perfecto que jamás hayas visto. —Me pasó una camiseta—. Toma. Ponte esto encima de tu traje de baño. Es de neopreno. El agua está bastante tibia, pero esto ayudará un poco a mantener tu calor.

La tomé y miré alrededor, buscando un lugar donde cambiarme.

—No te preocupes, está oscuro. No te verán desde allí.

—Es verdad. —Asentí y retrocedí hacia la pared todo lo que pude de todas formas, mientras Linda se ponía lo que parecía una mochila con los tanques de oxígeno unidos.

—Te veré allá —dijo—. Esto va a encantarte.

Me sentía nerviosa.

—De acuerdo.