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The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 7 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Capitulo 16
Lana estaba acostada en el borde de mi cama, hojeando mi álbum de fotos de las últimas vacaciones de verano cuando finalmente llegué a casa. Cerré la puerta de mi cuarto un poco más fuerte de lo necesario para esconder mi frustración porque ella había estado revisando mis cosas de nuevo. Levantó su cabeza rápidamente, sorprendida. Bien, espero haberla asustado y que eso sirva para que deje de examinar mis cosas.
—Oh. Eh… ____ al fin estás en casa —contestó cortésmente.
Esta chica no era real. Era como si hablara siempre con voz suave y nunca mostrara ninguna emoción. Era como si mi tía Caroline hubiera dado a luz a un maldito robot. Estaba de mal humor y verla entrometerse en mi espacio personal no lo mejoró.
—Espero que no te moleste que haya sacado tu álbum de fotos. Nuestras mamás han estado hablando en susurros y me aburrí. Estoy realmente feliz de que ahora estés aquí.
Había una sonrisa genuina en su rostro, haciéndome sentir un poco culpable por haberme ofendido con ella. Me refiero a que su papá era un imbécil y su mamá no estaba tratando de reconfortarla. En cambio estaba haciendo que todos en la casa revivieran la experiencia una y otra vez. La compasión por lo que debía estar pasando le ganó a mi mal humor y me senté a su lado.
—Lamento haberte dejado aquí con ellos por tanto tiempo. Estuve con Nick más de lo que pretendía. —No era exactamente verdad pero eso era todo lo que ella necesitaba saber.
Una sonrisa soñadora iluminó su cara y ella volvió su mirada al álbum en su regazo. Lo miré y lo vi abierto en una foto de Nick en la playa. Su pecho bronceado estaba brillando con agua y tenía esa sonrisa tonta en su rostro que siempre me recordaba cuando éramos niños.
—Eres tan afortunada, ____. Nick tiene que ser el chico más hermoso en el mundo. Me recuerdo deseando poder cambiar de lugar contigo cuando éramos niñas porque tú jugabas con él y su primo todo el tiempo. Incluso entonces él era tan caballero y apuesto.
¿Caballero y apuesto? ¿Quién usa esas palabras para describir chicos? Mi mamá, tal vez. Sacudí mi cabeza y me dejé caer en la cama.
—Él no es perfecto —repliqué, sobresaltándome a mí misma. Por primera vez en mi vida admití que Nick Jonas tiene defectos.
Lana giró su cabeza para mirarme. Sus cejas castañas se levantaron cuestionándome.
—Nadie es perfecto, Lana.
Pareció pensarlo un momento y luego volvió a estudiar mi álbum de fotos.
—Supongo que es verdad. Antes solía pensar que mi papá era perfecto —dijo lentamente.
Mi corazón se retorció un poco por el dolor en su voz. No sabía si quería hablar de ello u olvidarlo. Desde que su mamá habla de eso todo el tiempo supongo que ella querría olvidarlo.
—Su otro primo, ¿cuál es su nombre? ¿ John o Jack?
—Joe —dije curiosa sobre qué iba a decir.
—Es verdad. Ugh, recuerdo la vez que Joe me esposó a la valla de tela metálica donde el papá de Nick tenía sus perros de caza. Estaba aterrorizada de estar tan cerca de la entrada. Me recuerdo pensando que esos perros que gruñían iban a, de alguna manera, morder mi mano a través de la valla.
Me reí entre dientes recordando y Lana se giró alrededor de la cama y me frunció el ceño.
—No es gracioso. Sabes que tengo este miedo tonto de los perros. Y ese chico malo me hizo cantar 'Soy una tetera pequeña' con todos mis pulmones una y otra vez.
Cada vez me decía que cantara más alto si quería que me liberara. Y cuando más alto cantaba, más se enfurecían los perros. Era horrible. —Se detuvo y una suave sonrisa cubrió sus labios borrando el ceño anterior—. Después Nick se presentó y le reprochó a Joe y me desesposó. Finalmente apareciste de la nada en ese momento y pusiste una excusa de que necesitabas la ayuda de Joe para algo. Ustedes dos se echaron a correr con sus risas tontas. Nick se limitó a sacudir la cabeza mientras observaba como se marchaban y se disculpó por su primo. Él era tan dulce.
Había olvidado esa aventura. Teníamos tantas que era imposible recordarlas todas.
Pero escuchar a Lana contándola me hizo reír un montón. Yo había estado
escondida detrás de un viejo roble a pocos metros de distancia. Joe me dijo que
me quedara fuera de vista en caso de que Nick se presentara. Me había tenido
que meter el puño en la boca para evitar reírme a carcajadas al oír el sonido de
Lana cantando en voz alta y fuera de tono.
—Estaba segura de que ustedes dos terminarían juntos. Todavía estás riéndote de mi tormento siete años después. Ustedes dos eran malvados.
Levanté mis hombros y le sonreí a Lana.
—Si recuerdo correctamente, tú me dijiste que era tan olorosa y apestosa como un viejo pescado y que ningún chico querría casarse conmigo porque apestaba y mi cabello estaba siempre grasoso como un perro sarnoso.
Lana se ruborizó y cubrió su boca. Obviamente había olvidado esa parte.
—¿Lo hice, no? —contestó, luciendo avergonzada.
Asentí con la cabeza y reí de nuevo ante la expresión en su cara.
—Sip, lo hiciste. A Joe no le gustó mucho, entonces decidió que haría algo para que pagaras por decirme algo así. Esa es la razón por la que te esposó y te hizo cantar.
Lana me dio una sonrisa cómplice.
—¿Tú estabas escondida detrás de un árbol y viniste corriendo cuando Nick apareció, no? Todo el tiempo que estuve siendo torturada estuviste escuchándome.
Me recosté y puse las manos detrás de la cabeza.
—Sip, lo oí todo.
Una almohada me golpeó la cabeza, asustándome y alcancé la que estaba a mi lado para golpear a mi prima que se reía tontamente. ¿Quién sabía que Lana podía ser tonta?
—¿Chicas? —La voz de mi mamá nos interrumpió y sostuvimos las almohadas en el aire listas para golpearnos la una a la otra.
Mamá dudó antes de entrar. Ella había echado su pelo rubio hacia atrás en una cola de caballo y su cara estaba limpia de maquillaje. Podía ver la tensión y preocupación en sus ojos. Este lío con mi tía la agotaba emocionalmente.
—Sí mamá —contestó Lana inmediatamente dejando caer su almohada como si
hubiera estado haciendo algo terriblemente malo. Mamá nos miró a las dos. Una sonrisa brotó de sus labios cuando se hizo evidente que nos estábamos divirtiendo, no peleando.
—Lamento interrumpir la lucha de almohadas —dijo—, pero necesito hablar a
solas con ______ por unos momentos, si no te molesta Lana.
Lana inmediatamente asintió y salió apresuradamente hacia la puerta.
—Gracias —dijo mamá cuando ella pasó y Lana murmuró algo manteniendo su
cabeza baja.
Se me ocurrió que Lana pensó que me estaba metiendo en problemas y quise reír. La chica estaba paranoica.
Tiré la almohada que tenía en la mano de nuevo en la cama y me senté en la gran silla púrpura que había a mi lado.
—¿Qué pasa? —pregunté.
Mamá se sentó en el borde de mi cama casi como estaba Lana. Con la espalda
derecha y las manos en su regazo. Nunca me había dado cuenta cuan diferente era de mi mamá.
—Necesito que me hagas un favor. Realmente es un favor para Lana. Mañana en la noche tu tío Nolan vendrá aquí para hablar de algunas cosas con tu tía Caroline mientras tu padre y yo mediamos. Todos creemos que será mejor si Lana no está aquí para presenciar lo que se dice. Estoy segura de que será fuerte y emocional. Ella ya ha pasado por mucho. No veo ninguna razón para exponerla a este drama. Tu padre y yo queremos protegerla y si pudieras salir con ella mañana en la noche sería perfecto. No la he forzado contigo desde que la escuela empezó de nuevo y estuviste lejos de Nick casi todo el verano pero ahora necesito tu ayuda.
Estaba de acuerdo en que de ninguna manera Lana podía estar aquí con los gritos que seguramente saldrían mañana en la reunión. Sin embargo, había planeado ir a la fiesta en el campo con Nick. Tal vez llevar a Lana no sería tan malo. Tendría más posibilidades de mirar a escondidas a Joe con Lana alrededor. Podría distanciarme de Nick usando mi necesidad de hacer que se sienta cómoda como excusa.
—Seguro, no hay problema. La mantendré fuera hasta tarde.
Lana volvió a mi cuarto al menos una hora más tarde. La soledad había sido agradable. Había chequeado mis correos y respondido uno de Leann. Después me acosté en mi cama y escuché mis canciones favoritas. Cuando Lana entró silenciosamente a mi cuarto ya estaba en piyama y mechones de su cabello mojado enmarcaban su pálida cara. Siempre envidié su bonito pelo rojo. Podía vivir sin su piel pálida y pecosa, pero envidiaba su cabello. Caminó hasta mí y sacó los auriculares de mis oídos.
—Hey —dijo caminando hacia el colchón doble que había en el piso al lado de la cama.
—Hey —le respondí queriendo saber qué había puesto esa expresión triste en su rostro.
Conociendo a mi tía, ella le contó a Lana que su papá vendría mañana en la noche.
La mujer era tonta como una caja de piedras. Cómo su sangre está relacionada con la de mi madre, no tengo la menor idea.
—¿Estás bien? —le pregunté cuando retiró el edredón sobre su colchón y se deslizó bajo las cubiertas. Se encogió de hombros y luego giró la cabeza para mirar detenidamente encima de en mí.
—Sé que él va a venir —asentí. Como imaginaba. —Gracias por llevarme afuera. No creo estar lista para verlo.
De una manera podía entenderla. No traicionaría sólo a su mamá, se traicionaría a ella también. Yo estaría furiosa con mi papá por hacer algo así. Pero eso no me haría dejar de quererlo y extrañarlo. Lana no vio a su papá por una semana.
Seguramente lo extraña, aunque sea un poco.
—¿Alguna vez estarás lista para verlo? —le dije, preguntándome si debí mantener la boca cerrada.
No respondió inmediatamente y empecé a pensar que no lo haría.
—Algún día, todavía no —susurró contra el edredón que tocaba su barbilla. Me
acosté sobre mi almohada y miré al techo. Mis padres podrían volverme loca con su necesidad de que sea perfecta pero al menos nunca me habían hecho pasar por el dolor que Lana debía estar experimentando.
Lana estaba acostada en el borde de mi cama, hojeando mi álbum de fotos de las últimas vacaciones de verano cuando finalmente llegué a casa. Cerré la puerta de mi cuarto un poco más fuerte de lo necesario para esconder mi frustración porque ella había estado revisando mis cosas de nuevo. Levantó su cabeza rápidamente, sorprendida. Bien, espero haberla asustado y que eso sirva para que deje de examinar mis cosas.
—Oh. Eh… ____ al fin estás en casa —contestó cortésmente.
Esta chica no era real. Era como si hablara siempre con voz suave y nunca mostrara ninguna emoción. Era como si mi tía Caroline hubiera dado a luz a un maldito robot. Estaba de mal humor y verla entrometerse en mi espacio personal no lo mejoró.
—Espero que no te moleste que haya sacado tu álbum de fotos. Nuestras mamás han estado hablando en susurros y me aburrí. Estoy realmente feliz de que ahora estés aquí.
Había una sonrisa genuina en su rostro, haciéndome sentir un poco culpable por haberme ofendido con ella. Me refiero a que su papá era un imbécil y su mamá no estaba tratando de reconfortarla. En cambio estaba haciendo que todos en la casa revivieran la experiencia una y otra vez. La compasión por lo que debía estar pasando le ganó a mi mal humor y me senté a su lado.
—Lamento haberte dejado aquí con ellos por tanto tiempo. Estuve con Nick más de lo que pretendía. —No era exactamente verdad pero eso era todo lo que ella necesitaba saber.
Una sonrisa soñadora iluminó su cara y ella volvió su mirada al álbum en su regazo. Lo miré y lo vi abierto en una foto de Nick en la playa. Su pecho bronceado estaba brillando con agua y tenía esa sonrisa tonta en su rostro que siempre me recordaba cuando éramos niños.
—Eres tan afortunada, ____. Nick tiene que ser el chico más hermoso en el mundo. Me recuerdo deseando poder cambiar de lugar contigo cuando éramos niñas porque tú jugabas con él y su primo todo el tiempo. Incluso entonces él era tan caballero y apuesto.
¿Caballero y apuesto? ¿Quién usa esas palabras para describir chicos? Mi mamá, tal vez. Sacudí mi cabeza y me dejé caer en la cama.
—Él no es perfecto —repliqué, sobresaltándome a mí misma. Por primera vez en mi vida admití que Nick Jonas tiene defectos.
Lana giró su cabeza para mirarme. Sus cejas castañas se levantaron cuestionándome.
—Nadie es perfecto, Lana.
Pareció pensarlo un momento y luego volvió a estudiar mi álbum de fotos.
—Supongo que es verdad. Antes solía pensar que mi papá era perfecto —dijo lentamente.
Mi corazón se retorció un poco por el dolor en su voz. No sabía si quería hablar de ello u olvidarlo. Desde que su mamá habla de eso todo el tiempo supongo que ella querría olvidarlo.
—Su otro primo, ¿cuál es su nombre? ¿ John o Jack?
—Joe —dije curiosa sobre qué iba a decir.
—Es verdad. Ugh, recuerdo la vez que Joe me esposó a la valla de tela metálica donde el papá de Nick tenía sus perros de caza. Estaba aterrorizada de estar tan cerca de la entrada. Me recuerdo pensando que esos perros que gruñían iban a, de alguna manera, morder mi mano a través de la valla.
Me reí entre dientes recordando y Lana se giró alrededor de la cama y me frunció el ceño.
—No es gracioso. Sabes que tengo este miedo tonto de los perros. Y ese chico malo me hizo cantar 'Soy una tetera pequeña' con todos mis pulmones una y otra vez.
Cada vez me decía que cantara más alto si quería que me liberara. Y cuando más alto cantaba, más se enfurecían los perros. Era horrible. —Se detuvo y una suave sonrisa cubrió sus labios borrando el ceño anterior—. Después Nick se presentó y le reprochó a Joe y me desesposó. Finalmente apareciste de la nada en ese momento y pusiste una excusa de que necesitabas la ayuda de Joe para algo. Ustedes dos se echaron a correr con sus risas tontas. Nick se limitó a sacudir la cabeza mientras observaba como se marchaban y se disculpó por su primo. Él era tan dulce.
Había olvidado esa aventura. Teníamos tantas que era imposible recordarlas todas.
Pero escuchar a Lana contándola me hizo reír un montón. Yo había estado
escondida detrás de un viejo roble a pocos metros de distancia. Joe me dijo que
me quedara fuera de vista en caso de que Nick se presentara. Me había tenido
que meter el puño en la boca para evitar reírme a carcajadas al oír el sonido de
Lana cantando en voz alta y fuera de tono.
—Estaba segura de que ustedes dos terminarían juntos. Todavía estás riéndote de mi tormento siete años después. Ustedes dos eran malvados.
Levanté mis hombros y le sonreí a Lana.
—Si recuerdo correctamente, tú me dijiste que era tan olorosa y apestosa como un viejo pescado y que ningún chico querría casarse conmigo porque apestaba y mi cabello estaba siempre grasoso como un perro sarnoso.
Lana se ruborizó y cubrió su boca. Obviamente había olvidado esa parte.
—¿Lo hice, no? —contestó, luciendo avergonzada.
Asentí con la cabeza y reí de nuevo ante la expresión en su cara.
—Sip, lo hiciste. A Joe no le gustó mucho, entonces decidió que haría algo para que pagaras por decirme algo así. Esa es la razón por la que te esposó y te hizo cantar.
Lana me dio una sonrisa cómplice.
—¿Tú estabas escondida detrás de un árbol y viniste corriendo cuando Nick apareció, no? Todo el tiempo que estuve siendo torturada estuviste escuchándome.
Me recosté y puse las manos detrás de la cabeza.
—Sip, lo oí todo.
Una almohada me golpeó la cabeza, asustándome y alcancé la que estaba a mi lado para golpear a mi prima que se reía tontamente. ¿Quién sabía que Lana podía ser tonta?
—¿Chicas? —La voz de mi mamá nos interrumpió y sostuvimos las almohadas en el aire listas para golpearnos la una a la otra.
Mamá dudó antes de entrar. Ella había echado su pelo rubio hacia atrás en una cola de caballo y su cara estaba limpia de maquillaje. Podía ver la tensión y preocupación en sus ojos. Este lío con mi tía la agotaba emocionalmente.
—Sí mamá —contestó Lana inmediatamente dejando caer su almohada como si
hubiera estado haciendo algo terriblemente malo. Mamá nos miró a las dos. Una sonrisa brotó de sus labios cuando se hizo evidente que nos estábamos divirtiendo, no peleando.
—Lamento interrumpir la lucha de almohadas —dijo—, pero necesito hablar a
solas con ______ por unos momentos, si no te molesta Lana.
Lana inmediatamente asintió y salió apresuradamente hacia la puerta.
—Gracias —dijo mamá cuando ella pasó y Lana murmuró algo manteniendo su
cabeza baja.
Se me ocurrió que Lana pensó que me estaba metiendo en problemas y quise reír. La chica estaba paranoica.
Tiré la almohada que tenía en la mano de nuevo en la cama y me senté en la gran silla púrpura que había a mi lado.
—¿Qué pasa? —pregunté.
Mamá se sentó en el borde de mi cama casi como estaba Lana. Con la espalda
derecha y las manos en su regazo. Nunca me había dado cuenta cuan diferente era de mi mamá.
—Necesito que me hagas un favor. Realmente es un favor para Lana. Mañana en la noche tu tío Nolan vendrá aquí para hablar de algunas cosas con tu tía Caroline mientras tu padre y yo mediamos. Todos creemos que será mejor si Lana no está aquí para presenciar lo que se dice. Estoy segura de que será fuerte y emocional. Ella ya ha pasado por mucho. No veo ninguna razón para exponerla a este drama. Tu padre y yo queremos protegerla y si pudieras salir con ella mañana en la noche sería perfecto. No la he forzado contigo desde que la escuela empezó de nuevo y estuviste lejos de Nick casi todo el verano pero ahora necesito tu ayuda.
Estaba de acuerdo en que de ninguna manera Lana podía estar aquí con los gritos que seguramente saldrían mañana en la reunión. Sin embargo, había planeado ir a la fiesta en el campo con Nick. Tal vez llevar a Lana no sería tan malo. Tendría más posibilidades de mirar a escondidas a Joe con Lana alrededor. Podría distanciarme de Nick usando mi necesidad de hacer que se sienta cómoda como excusa.
—Seguro, no hay problema. La mantendré fuera hasta tarde.
Lana volvió a mi cuarto al menos una hora más tarde. La soledad había sido agradable. Había chequeado mis correos y respondido uno de Leann. Después me acosté en mi cama y escuché mis canciones favoritas. Cuando Lana entró silenciosamente a mi cuarto ya estaba en piyama y mechones de su cabello mojado enmarcaban su pálida cara. Siempre envidié su bonito pelo rojo. Podía vivir sin su piel pálida y pecosa, pero envidiaba su cabello. Caminó hasta mí y sacó los auriculares de mis oídos.
—Hey —dijo caminando hacia el colchón doble que había en el piso al lado de la cama.
—Hey —le respondí queriendo saber qué había puesto esa expresión triste en su rostro.
Conociendo a mi tía, ella le contó a Lana que su papá vendría mañana en la noche.
La mujer era tonta como una caja de piedras. Cómo su sangre está relacionada con la de mi madre, no tengo la menor idea.
—¿Estás bien? —le pregunté cuando retiró el edredón sobre su colchón y se deslizó bajo las cubiertas. Se encogió de hombros y luego giró la cabeza para mirar detenidamente encima de en mí.
—Sé que él va a venir —asentí. Como imaginaba. —Gracias por llevarme afuera. No creo estar lista para verlo.
De una manera podía entenderla. No traicionaría sólo a su mamá, se traicionaría a ella también. Yo estaría furiosa con mi papá por hacer algo así. Pero eso no me haría dejar de quererlo y extrañarlo. Lana no vio a su papá por una semana.
Seguramente lo extraña, aunque sea un poco.
—¿Alguna vez estarás lista para verlo? —le dije, preguntándome si debí mantener la boca cerrada.
No respondió inmediatamente y empecé a pensar que no lo haría.
—Algún día, todavía no —susurró contra el edredón que tocaba su barbilla. Me
acosté sobre mi almohada y miré al techo. Mis padres podrían volverme loca con su necesidad de que sea perfecta pero al menos nunca me habían hecho pasar por el dolor que Lana debía estar experimentando.
zai
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Esto es muy triste!!!.. Ver como se quieren y no poder estar juntos y luego su prima!!!!.. Cielos a veces los padres no piensan!!!!!!
chelis
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
ayyyy odio que todo sea tan malo para todos
tienes que seguirla por favor
tienes que seguirla por favor
fernanda
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Chicas!!!! que bueno que les siga gustando la nove asiq aca les traje dos capitulos y estan muy buneo asiq espero les guste :fiu:
Capitulo 17
JOE
Decidí terminar completamente las cosas con Nicole. Ella no estaba llevando las cosas bien, pero Nicole no estaba acostumbrada a ser rechazada. Di un paso en el claro y el familiar olor de madera quemada y la música alta me daban la bienvenida. Escuché gritar mi nombre varias veces en saludos pero no presté atención a quién era. No estaba aquí esta noche para socializar. Había venido por una razón. Había otras cosas que podría haber hecho esta noche. Pero otras cosas no incluían echarle un vistazo a ______. Mi mundo gira alrededor de verla. Si supiera que ella iba a algún lugar, iría. Era el punto cuando empecé a considerar ir a la iglesia los domingos. Sabía, por escuchar a Nick, que ___ canta solos la mayoría de los domingos en la iglesia. No había escuchado su dulce voz cantando en años.
—¿Es verdad? ¿Realmente rompiste con Nicole?
Me volví para ver a Kyle Jacobs acercándose a mí, sonriendo. Siempre había tenido una cosa por Nicole. Acababa de hacerle la noche.
—Sí —contesté, tomando un vaso y llenándolo con cerveza de barril.
—¿Entonces ella puede jugar libre o vas a pegarle a un chico si va tras ella?
Tomé un trago de la cerveza y reí en silencio. Yo en realidad pagaría a alguien para sacarla de mi espalda. En el momento en que se diera cuenta que me deshice de ella porque estaba enamorado de ______ sus garras iban a salir. No podía dejar que dañe a ___.
—Hombre, ella es un ave libre, por favor se mi invitado.
Kyle me golpeó en la espalda.
—DEMASIADO CALIENTE.
Si sólo supiera. La muchacha tenía problemas de una milla de largo. Cabeceé y seguí bebiendo mi cerveza explorando la multitud buscando cualquier señal de
___.
En el momento que dio un paso en el claro sosteniendo la mano de Nick, mi corazón se apresuró. Solamente verla me volvió loco. Odié ver su mano en Nick, pero ella no le prestaba ninguna atención. Ella buscaba en la multitud, me buscaba a mí. Lancé mi vaso en el cubo de la basura y caminé hacia ellos. Una vez que salí de las sombras sus ojos encontraron los míos y una sonrisa de satisfacción levantó las esquinas de su boca. El deseo hizo que mi estómago se encogiera haciendo difícil que no fuera bruscamente hasta Nick y la reclamara como mía. Él no debería tocarla.
—Nick —le dije a mi primo, asintiendo con la cabeza antes de permitirme mirar un poco más a ______.
Los vaqueros apretados que llevaba se adhirieron a sus caderas mientras su bronceado estómago plano jugaba a las escondidas con el dobladillo de su remera azul pálido. Yo sabía exactamente cuan suave era su piel desnuda contra mis dedos. Levanté mis ojos de su estómago para encontrar su mirada.
—___.
Miré su bello rubor, entonces agachó su cabeza y miró a la persona que estaba de pie al lado de ella a través de sus pestañas. Seguí su mirada y vi a quien sólo podría ser una versión crecida de Lana. Ella me sonrió, pero yo podría ver que era forzado. Me costó todo mi autocontrol contener una risita. Yo había atormentado a la muchacha cuando éramos niños, pero ella era siempre tan humilde con ___.
—Joe, recuerdas a Lana. Creo que una vez la esposaste a la valla de los perros y la forzaste a cantar alto para liberarla.
La introducción de ______ me hizo reír. No pude pararme a mí mismo esta vez.
Recuerdo haber visto la cabeza de ______ llena de rizos rubios mirándome alrededor del tronco de árbol cubriendo su boca mientras sus hombros se sacudían de la risa. Yo había estado tan orgulloso por vengar su honor y hacer, al mismo tiempo, que se riera. Encontré la mirada de ______ deseando por millonésima vez que las cosas hubieran sido diferentes y que ella fuera mía.
—Recuerdo eso. Tú atormentaste tanto a Lana que es un milagro que no haya salido gritando cuando te vio esta noche.
La voz de Nick me asustó. Olvidé que él estaba aquí. No podía pensar en mucho más con ______ mirándome tan dulcemente.
Tosí y volví mi atención a Lana.
—Ah, sí, pero creo que usted lo pidió. Solía decir algunas cosas bastante ásperas a ___ y nunca dejé que nadie se dirigiera a ella de ese modo.
Lana me lanzó una sonrisa que decía que sabía más de lo que debía. ¿Le había dicho ______ a su prima acerca de lo nuestro? La idea de que ella le haya dicho a alguien acerca de nuestro verano juntos me hizo más feliz de lo que debería.
Quería que pensara acerca de eso. Quise que necesitara decírselo a alguien.
Diablos, sólo la quiero a ella.
—¿Dónde está Nicole? —preguntó Nick mirando sobre mi hombro como si esperara que Nicole se agarrara de mí en cualquier momento.
Me costó toda mi fuerza de voluntad no mirar a ______ cuando contesté.
—Rompí con Nic. No importa dónde está.
Quería ver la expresión de ______.
—Uh, ¿de verdad? No esperaba eso. ¿No está embarazada, o si? —La acusación de Nick de romper con Nicole porque la dejé embarazada ralló mis nervios.
¿Siempre había asumido lo peor de mí?
—No, sólo se terminó —contesté en un tono duro que normalmente no usaba con él.
—¿Hay alguien más? —preguntó Nick.
Me pregunté cómo reaccionaría si le dijera que su novia era ese alguien más. No dudaba que lo perdería para siempre. Su brazo se envolvió alrededor de la cintura de ______. Ahora mismo era difícil recordar que él era mi primo. En todo lo que podía concentrarme era en el intenso deseo de arrancar el brazo con el que la estaba tocando.
—¿Por qué no vamos, nos unimos al grupo y dejamos de interrogar a Joe?
Esta vez no pude dejar de mirar a ______. Una sonrisa tocó sus labios antes de darse vuelta y mirar fijamente a Nick.
—Tienes razón bebé. Puedo interrogarlo en otro momento —contestó Nick y me guiñó un ojo antes de conducir a ______ hasta el grupo.
Me quede ahí incapaz de seguirlos. Verla acurrucándose contra su costado era doloroso. Romper con Nic había sido lo justo desde que la estaba usando sólo para llevar el estrés pero ahora no había ninguna distracción para dejar de mirar a Nick con ___.
—Este no debería ser asunto mío, pero el modo en que ______ y tú se siguen mirando el uno al otro como si quisieran comerse va a, tarde o temprano, alertar a tu primo. Él es una persona confiada pero no pienso que sea estúpido.
Quité mi mirada de ______ y Nick y di vuelta para ver a Lana todavía allí mirándome con ceño el fruncido y las manos sobre sus caderas.
¿Qué sabe ella?
—Tienes razón, no es asunto tuyo —contesté bruscamente y me dirigí hacia el barril de cerveza. Necesitaba otra bebida.
______
Nick estaba esforzándose para asegurarse de que Lana se sintiera cómoda con todos. La presentó a sus amigos más cercanos y fue a buscarle una bebida. No me preocupaba. De hecho me daba tiempo de mirar a Joe sin distracciones. No tener a Nicole alrededor suyo era un alivio, pero también hizo casi imposible que quitara mis ojos de él. Joe me atrapó mirándolo y me guiñó un ojo. Mordí fuertemente mi labio inferior para evitar reírme. Me dieron un codazo en las costillas que me hizo jadear y me gire a mi alrededor para encontrar a la persona que me golpeó.
Lana me sonreía inocentemente.
—Estás siendo muy obvia —me dijo entre dientes con una sonrisa falsa en su rostro.
Sin embargo entendí el significado.
—Necesito ir al auto y buscar mi teléfono. Mi mamá probablemente ya me ha llamado diez veces hasta ahora —me anunció Lana.
—Iré contigo —contesté rápidamente, echando un vistazo a Nick quien parecía satisfecho de que estuviera siendo amable con mi prima.
Yo solía buscar este tipo de aprobación de su parte, pero esta vez me molestó. Si no me gustara mi prima, la pisaría sólo para que él se cabreara.
Una vez que estábamos seguros fuera del claro y dirigiéndonos al coche, Lana dejó de andar y se dio vuelta para fulminarme con la mirada.
—Tienes aproximadamente diez minutos para juntar a tus duendes antes de que tu caballero con brillante armadura venga a buscarnos. Voy a ir a buscar mi teléfono y hacer unas cuantas llamadas telefónicas.
Fruncí el ceño.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que tienes que dejar de coquetear con Joe mientras el equipo entero de fútbol está alrededor de testigo. Es como si ustedes pensaran que son los únicos allí. Todos tenemos ojos, sabes.
Ella se dio la vuelta y se dirigió a la parte más profunda del huerto de nueces, hacia los coches estacionados.
—Ella tiene razón, pero es mi culpa. —La voz de Joe debería haberme asustado, pero no lo hizo. De alguna manera sabía que él hallaría el modo de encontrarme a solas.
—Sí, probablemente —dije bromeando mientras me daba vuelta para encontrar su mirada.
Joe dio un paso hacia mí, después llevó la mano hacia su cabello y murmuró una maldición.
—Quería dañar la mano que tenía en tu cuerpo, ___. Nick, por quien debería hacer cualquier cosa. Quería dañarlo. Si te toca de nuevo en frente mío voy a explotar. No puedo con esto.
Eliminé el espacio que había entre nosotros y rodee su cintura con mis brazos. Lo había hecho. Mi necesidad de estar cerca de Joe había creado esta situación imposible.
—Lo siento —murmuré contra su pecho deseando poder hacer que todo desapareciera.
Él me miró y me envolvió con sus brazos, arrastrándome contra su cuerpo.
—No te disculpes. Sólo intenta que no te toque. Cuando te toca me pongo rojo de ira. No puedo evitarlo. No quiero verlo a él o a nadie más tocarte.
Retrocedí hasta que pude mirarlo. Su mandíbula estaba apretada fuertemente.
Saber que él pensaba en Nick con tal ferocidad me hizo sentir tan culpable. No había querido meterme entre ellos y de todos modos lo estaba haciendo.
—¿Qué puedo hacer para que esto esté bien, Joe? No quiero meterme entre ustedes. Esa es la razón principal por la que estoy haciendo esto. Él es tu familia.
Joe enredó sus dedos en mi cabello y me acarició la cabeza.
—Estando con él. Dejando que te toque, que te sostenga, Dios. Me está comiendo. Estas evitando que Nick me odie, pero lo único que estás haciendo es que yo lo odie a él.
Levantó sus brazos y los sujetó lejos de mi cabeza mientras que yo daba un paso atrás. Las lágrimas nublaron mi visión.
—¿Qué se supone que haga, Joe? Dime. ¿Qué se supone que haga?
Abrió su boca para responder y la cerró mientras sus ojos miraban sobre mi hombro. Un destello posesivo atravesó sus ojos como si quisiera advertir a cualquier depredador que estuviera cerca lo que era suyo. Yo sabía sin darme vuelta a quien le fruncía el ceño con tanta ferocidad. No miré a Nick. No estaba segura de qué decir.
—¿Qué está pasando? ______ nunca le grita a la gente. ¿Qué mierda le hiciste,
Joe?
—Es mi culpa. —La voz de Lana hizo que deshiciera mi postura derrotada y me diera vuelta hacia ella.
—¿Qué? —Joe y Nick dijeron a la vez.
Lana dio un suspiro dramático y encogió sus hombros.
—Joe coqueteaba conmigo y a ___ no le gustó. Piensa que él no es lo suficientemente bueno para mí o algo así. Ellos comenzaron a discutir cuando le dijo a Joe que me dejara sola.
No podía creer lo que había escuchado. ¿Acababa Lana de mentir tan creíblemente por mí y Joe?
Ella rió y mordisqueó su uña con algún tonto gesto coqueto y sonrió con satisfacción.
—¿Qué? También podrías decirle la verdad. Tú no piensas que su primo es digno de tu prima.
Dejé de observar la mirada tímida de mi prima y me volví la reina del drama cuando giré para estudiar la cara de Nick. ¿En realidad se lo había creído?
Seguramente no. Él miraba con el ceño fruncido a Joe.
—Joe deja a la prima de ___ sola. Ella no es una de tus chicas de una noche. Ve y busca alguna otra muchacha para reemplazarla. No sirve de nada dejar que ___ se alborote por todo esto.
Increíble.
Eché un vistazo a Joe y su expresión me dijo que estaba demasiado furioso.
Estaba listo para matar a Nick. Intervine entre ellos dándole la espalda a Nick y suplicándole a Joe silenciosamente. Articulé las palabras "por favor" y vi como su ira disminuía antes de que se diera la vuelta y se internara más en el huerto de nueces.
Necesitaba asegurarme de que estaba bien pero no podía hacer eso con Nick parado detrás de mí esperándome para regresar juntos al campo. De nuevo a fingir. De nuevo a ser miserable.
Capitulo 17
JOE
Decidí terminar completamente las cosas con Nicole. Ella no estaba llevando las cosas bien, pero Nicole no estaba acostumbrada a ser rechazada. Di un paso en el claro y el familiar olor de madera quemada y la música alta me daban la bienvenida. Escuché gritar mi nombre varias veces en saludos pero no presté atención a quién era. No estaba aquí esta noche para socializar. Había venido por una razón. Había otras cosas que podría haber hecho esta noche. Pero otras cosas no incluían echarle un vistazo a ______. Mi mundo gira alrededor de verla. Si supiera que ella iba a algún lugar, iría. Era el punto cuando empecé a considerar ir a la iglesia los domingos. Sabía, por escuchar a Nick, que ___ canta solos la mayoría de los domingos en la iglesia. No había escuchado su dulce voz cantando en años.
—¿Es verdad? ¿Realmente rompiste con Nicole?
Me volví para ver a Kyle Jacobs acercándose a mí, sonriendo. Siempre había tenido una cosa por Nicole. Acababa de hacerle la noche.
—Sí —contesté, tomando un vaso y llenándolo con cerveza de barril.
—¿Entonces ella puede jugar libre o vas a pegarle a un chico si va tras ella?
Tomé un trago de la cerveza y reí en silencio. Yo en realidad pagaría a alguien para sacarla de mi espalda. En el momento en que se diera cuenta que me deshice de ella porque estaba enamorado de ______ sus garras iban a salir. No podía dejar que dañe a ___.
—Hombre, ella es un ave libre, por favor se mi invitado.
Kyle me golpeó en la espalda.
—DEMASIADO CALIENTE.
Si sólo supiera. La muchacha tenía problemas de una milla de largo. Cabeceé y seguí bebiendo mi cerveza explorando la multitud buscando cualquier señal de
___.
En el momento que dio un paso en el claro sosteniendo la mano de Nick, mi corazón se apresuró. Solamente verla me volvió loco. Odié ver su mano en Nick, pero ella no le prestaba ninguna atención. Ella buscaba en la multitud, me buscaba a mí. Lancé mi vaso en el cubo de la basura y caminé hacia ellos. Una vez que salí de las sombras sus ojos encontraron los míos y una sonrisa de satisfacción levantó las esquinas de su boca. El deseo hizo que mi estómago se encogiera haciendo difícil que no fuera bruscamente hasta Nick y la reclamara como mía. Él no debería tocarla.
—Nick —le dije a mi primo, asintiendo con la cabeza antes de permitirme mirar un poco más a ______.
Los vaqueros apretados que llevaba se adhirieron a sus caderas mientras su bronceado estómago plano jugaba a las escondidas con el dobladillo de su remera azul pálido. Yo sabía exactamente cuan suave era su piel desnuda contra mis dedos. Levanté mis ojos de su estómago para encontrar su mirada.
—___.
Miré su bello rubor, entonces agachó su cabeza y miró a la persona que estaba de pie al lado de ella a través de sus pestañas. Seguí su mirada y vi a quien sólo podría ser una versión crecida de Lana. Ella me sonrió, pero yo podría ver que era forzado. Me costó todo mi autocontrol contener una risita. Yo había atormentado a la muchacha cuando éramos niños, pero ella era siempre tan humilde con ___.
—Joe, recuerdas a Lana. Creo que una vez la esposaste a la valla de los perros y la forzaste a cantar alto para liberarla.
La introducción de ______ me hizo reír. No pude pararme a mí mismo esta vez.
Recuerdo haber visto la cabeza de ______ llena de rizos rubios mirándome alrededor del tronco de árbol cubriendo su boca mientras sus hombros se sacudían de la risa. Yo había estado tan orgulloso por vengar su honor y hacer, al mismo tiempo, que se riera. Encontré la mirada de ______ deseando por millonésima vez que las cosas hubieran sido diferentes y que ella fuera mía.
—Recuerdo eso. Tú atormentaste tanto a Lana que es un milagro que no haya salido gritando cuando te vio esta noche.
La voz de Nick me asustó. Olvidé que él estaba aquí. No podía pensar en mucho más con ______ mirándome tan dulcemente.
Tosí y volví mi atención a Lana.
—Ah, sí, pero creo que usted lo pidió. Solía decir algunas cosas bastante ásperas a ___ y nunca dejé que nadie se dirigiera a ella de ese modo.
Lana me lanzó una sonrisa que decía que sabía más de lo que debía. ¿Le había dicho ______ a su prima acerca de lo nuestro? La idea de que ella le haya dicho a alguien acerca de nuestro verano juntos me hizo más feliz de lo que debería.
Quería que pensara acerca de eso. Quise que necesitara decírselo a alguien.
Diablos, sólo la quiero a ella.
—¿Dónde está Nicole? —preguntó Nick mirando sobre mi hombro como si esperara que Nicole se agarrara de mí en cualquier momento.
Me costó toda mi fuerza de voluntad no mirar a ______ cuando contesté.
—Rompí con Nic. No importa dónde está.
Quería ver la expresión de ______.
—Uh, ¿de verdad? No esperaba eso. ¿No está embarazada, o si? —La acusación de Nick de romper con Nicole porque la dejé embarazada ralló mis nervios.
¿Siempre había asumido lo peor de mí?
—No, sólo se terminó —contesté en un tono duro que normalmente no usaba con él.
—¿Hay alguien más? —preguntó Nick.
Me pregunté cómo reaccionaría si le dijera que su novia era ese alguien más. No dudaba que lo perdería para siempre. Su brazo se envolvió alrededor de la cintura de ______. Ahora mismo era difícil recordar que él era mi primo. En todo lo que podía concentrarme era en el intenso deseo de arrancar el brazo con el que la estaba tocando.
—¿Por qué no vamos, nos unimos al grupo y dejamos de interrogar a Joe?
Esta vez no pude dejar de mirar a ______. Una sonrisa tocó sus labios antes de darse vuelta y mirar fijamente a Nick.
—Tienes razón bebé. Puedo interrogarlo en otro momento —contestó Nick y me guiñó un ojo antes de conducir a ______ hasta el grupo.
Me quede ahí incapaz de seguirlos. Verla acurrucándose contra su costado era doloroso. Romper con Nic había sido lo justo desde que la estaba usando sólo para llevar el estrés pero ahora no había ninguna distracción para dejar de mirar a Nick con ___.
—Este no debería ser asunto mío, pero el modo en que ______ y tú se siguen mirando el uno al otro como si quisieran comerse va a, tarde o temprano, alertar a tu primo. Él es una persona confiada pero no pienso que sea estúpido.
Quité mi mirada de ______ y Nick y di vuelta para ver a Lana todavía allí mirándome con ceño el fruncido y las manos sobre sus caderas.
¿Qué sabe ella?
—Tienes razón, no es asunto tuyo —contesté bruscamente y me dirigí hacia el barril de cerveza. Necesitaba otra bebida.
______
Nick estaba esforzándose para asegurarse de que Lana se sintiera cómoda con todos. La presentó a sus amigos más cercanos y fue a buscarle una bebida. No me preocupaba. De hecho me daba tiempo de mirar a Joe sin distracciones. No tener a Nicole alrededor suyo era un alivio, pero también hizo casi imposible que quitara mis ojos de él. Joe me atrapó mirándolo y me guiñó un ojo. Mordí fuertemente mi labio inferior para evitar reírme. Me dieron un codazo en las costillas que me hizo jadear y me gire a mi alrededor para encontrar a la persona que me golpeó.
Lana me sonreía inocentemente.
—Estás siendo muy obvia —me dijo entre dientes con una sonrisa falsa en su rostro.
Sin embargo entendí el significado.
—Necesito ir al auto y buscar mi teléfono. Mi mamá probablemente ya me ha llamado diez veces hasta ahora —me anunció Lana.
—Iré contigo —contesté rápidamente, echando un vistazo a Nick quien parecía satisfecho de que estuviera siendo amable con mi prima.
Yo solía buscar este tipo de aprobación de su parte, pero esta vez me molestó. Si no me gustara mi prima, la pisaría sólo para que él se cabreara.
Una vez que estábamos seguros fuera del claro y dirigiéndonos al coche, Lana dejó de andar y se dio vuelta para fulminarme con la mirada.
—Tienes aproximadamente diez minutos para juntar a tus duendes antes de que tu caballero con brillante armadura venga a buscarnos. Voy a ir a buscar mi teléfono y hacer unas cuantas llamadas telefónicas.
Fruncí el ceño.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que tienes que dejar de coquetear con Joe mientras el equipo entero de fútbol está alrededor de testigo. Es como si ustedes pensaran que son los únicos allí. Todos tenemos ojos, sabes.
Ella se dio la vuelta y se dirigió a la parte más profunda del huerto de nueces, hacia los coches estacionados.
—Ella tiene razón, pero es mi culpa. —La voz de Joe debería haberme asustado, pero no lo hizo. De alguna manera sabía que él hallaría el modo de encontrarme a solas.
—Sí, probablemente —dije bromeando mientras me daba vuelta para encontrar su mirada.
Joe dio un paso hacia mí, después llevó la mano hacia su cabello y murmuró una maldición.
—Quería dañar la mano que tenía en tu cuerpo, ___. Nick, por quien debería hacer cualquier cosa. Quería dañarlo. Si te toca de nuevo en frente mío voy a explotar. No puedo con esto.
Eliminé el espacio que había entre nosotros y rodee su cintura con mis brazos. Lo había hecho. Mi necesidad de estar cerca de Joe había creado esta situación imposible.
—Lo siento —murmuré contra su pecho deseando poder hacer que todo desapareciera.
Él me miró y me envolvió con sus brazos, arrastrándome contra su cuerpo.
—No te disculpes. Sólo intenta que no te toque. Cuando te toca me pongo rojo de ira. No puedo evitarlo. No quiero verlo a él o a nadie más tocarte.
Retrocedí hasta que pude mirarlo. Su mandíbula estaba apretada fuertemente.
Saber que él pensaba en Nick con tal ferocidad me hizo sentir tan culpable. No había querido meterme entre ellos y de todos modos lo estaba haciendo.
—¿Qué puedo hacer para que esto esté bien, Joe? No quiero meterme entre ustedes. Esa es la razón principal por la que estoy haciendo esto. Él es tu familia.
Joe enredó sus dedos en mi cabello y me acarició la cabeza.
—Estando con él. Dejando que te toque, que te sostenga, Dios. Me está comiendo. Estas evitando que Nick me odie, pero lo único que estás haciendo es que yo lo odie a él.
Levantó sus brazos y los sujetó lejos de mi cabeza mientras que yo daba un paso atrás. Las lágrimas nublaron mi visión.
—¿Qué se supone que haga, Joe? Dime. ¿Qué se supone que haga?
Abrió su boca para responder y la cerró mientras sus ojos miraban sobre mi hombro. Un destello posesivo atravesó sus ojos como si quisiera advertir a cualquier depredador que estuviera cerca lo que era suyo. Yo sabía sin darme vuelta a quien le fruncía el ceño con tanta ferocidad. No miré a Nick. No estaba segura de qué decir.
—¿Qué está pasando? ______ nunca le grita a la gente. ¿Qué mierda le hiciste,
Joe?
—Es mi culpa. —La voz de Lana hizo que deshiciera mi postura derrotada y me diera vuelta hacia ella.
—¿Qué? —Joe y Nick dijeron a la vez.
Lana dio un suspiro dramático y encogió sus hombros.
—Joe coqueteaba conmigo y a ___ no le gustó. Piensa que él no es lo suficientemente bueno para mí o algo así. Ellos comenzaron a discutir cuando le dijo a Joe que me dejara sola.
No podía creer lo que había escuchado. ¿Acababa Lana de mentir tan creíblemente por mí y Joe?
Ella rió y mordisqueó su uña con algún tonto gesto coqueto y sonrió con satisfacción.
—¿Qué? También podrías decirle la verdad. Tú no piensas que su primo es digno de tu prima.
Dejé de observar la mirada tímida de mi prima y me volví la reina del drama cuando giré para estudiar la cara de Nick. ¿En realidad se lo había creído?
Seguramente no. Él miraba con el ceño fruncido a Joe.
—Joe deja a la prima de ___ sola. Ella no es una de tus chicas de una noche. Ve y busca alguna otra muchacha para reemplazarla. No sirve de nada dejar que ___ se alborote por todo esto.
Increíble.
Eché un vistazo a Joe y su expresión me dijo que estaba demasiado furioso.
Estaba listo para matar a Nick. Intervine entre ellos dándole la espalda a Nick y suplicándole a Joe silenciosamente. Articulé las palabras "por favor" y vi como su ira disminuía antes de que se diera la vuelta y se internara más en el huerto de nueces.
Necesitaba asegurarme de que estaba bien pero no podía hacer eso con Nick parado detrás de mí esperándome para regresar juntos al campo. De nuevo a fingir. De nuevo a ser miserable.
zai
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Capitulo 18
Cuando entramos a mi habitación, apreté el interruptor de la luz. Lana caminó a mi alrededor y dejó caer su bolso en el tocador, luego se plantó hacia mí con el ceño fruncido. No había dicho nada en el viaje a casa. Me había visto obligada a mantener una conversación con Nick como si nada hubiera ocurrido mientras ella se sentaba en silencio en la parte posterior. Al parecer, ahora estaba lista para hablar.
—Esta noche lo hice por ti, no porque crea que lo que estás haciendo está bien o mal, sino porque creo que necesitas activar una llamada a la no crucifixión.
Levanté las cejas ante su explicación.
—Nick es un buen chico. Él y Joe siempre han sido cercanos. Recuerdo como eran como uña y carne cuando ustedes tres eran niños. Envidiaba tu amistad con esos chicos, tenían algo especial. Algo único. No podría quedarme allí y dejar que todo se derrumbase. Además de la mirada en el rostro de Joe, me temo que habría matado a Nick con sus propias manos si decía algo equivocado.
Me hundí en la cama y puse la cabeza en mis manos. Esto era un desastre. Ella tenía razón. Yo estaba arruinando una amistad de toda la vida.
—¿Qué hago? —pregunté, sabiendo que tampoco tenía la respuesta mágica.
Lana se sentó a mi lado y me palmeó la espalda.
Lo que me hizo sentir aún peor. Aquí estaba yo teniendo que romper con dos chicos y ella había estado conmigo esta noche, porque su tramposo padre había ido a hacerle frente a su detestable madre. En el magnífico esquema de las cosas sus problemas eran mucho más grandes.
—Elige uno y deja que el otro se vaya.
Sonaba muy simple, pero era imposible, ¿No veía eso?
—No puedo. A quienquiera que elija, uno de ellos odiará al otro y posiblemente, a mí. La elección de uno de ellos no va a resolver nada.
—Tienes razón. No lo hará. Necesitas dejar ir a ambos. Si los dejas ir a ambos, entonces un día, todos tendrán la oportunidad de recuperar la amistad que se está destruyendo.
Odiaba que sus palabras tuvieran sentido. Tenía que romper con Nick y los tres necesitábamos alejarnos. Mi pecho se oprimía ante la idea de alejarme de Joe, de no contar con sus brazos alrededor de mí y enterrar mi cara en su pecho. Pero no podía contar con él. Tenerlo eventualmente significaría perderlo. Él nunca aceptaría la pérdida de Nick. Él podría vivir sin mí. Una lágrima ardiente rodó de mi barbilla, extendí la mano y la limpié lejos. Yo había hecho todo este lío, lo justo era arreglarlo.
—Tienes razón —susurré, mirando al frente—, pero desearía que no la tengas.
Un suave golpe en la puerta me recordó las demás cosas que pasaban en la casa esta noche. Estiré la mano y apreté la de Lana antes de que la puerta se abriera y entrara su madre. Su pelo era del mismo color que el de mi madre y mío, pero hasta ahí llegaba la semejanza. Donde mi madre estaba delgada y menuda mi tía era muy pesada, de huesos grandes y llevaba una mueca permanente. Ella nunca parecía feliz, incluso antes de que se enterara que su marido la engañaba. No había estado aquí cuando llegamos a casa. Mamá y papá también habían desaparecido. A partir de los sonidos que llegaban de la sala parecía que todo el mundo estaba de vuelta.
—Hola chicas, bueno, Lana mi amor vamos a hablar un poco, bien.
La mano de Lana apretó la mía antes de dejarla ir y ponerse de pie. Si mi tía dejara que fuera con ella y la tomara de la mano a través de toda la conversación. Lana había terminado siendo la amiga que tan desesperadamente necesitaba la semana pasada. La puerta se cerró detrás de ellas y me eché hacia atrás en la cama, susurré una pequeña oración por Lana. Dios sabe que lo necesita con una mamá como la suya.
Estoy cansada de las despedidas. Lana y su madre estaban en nuestra puerta con sus maletas en la mano. Mi tía se dirigía de vuelta a casa a limpiar a mi tío en lo que sería un divorcio desagradable. Lana tendrá mucho drama y dolor por delante.
Le rogué que se quedara aquí con nosotros, podría dejar que sus padres se enfrentarán sin ella a su alrededor, pero dijo que su madre la necesitaba en estos momentos. En cierto modo la entiendo, pero luego me pregunto si yo estando en sus zapatos sería tan amable. Ella era realmente la mejor persona. Yo era la niña egoísta.
—Voy a echarte de menos —dije, deseando que mi voz no sonara tan triste.
Es extraño cómo se puede pensar que alguien está arruinando tu vida para que después termine siendo tu amiga. Estaba tan molesta por tener que compartir mi espacio y escuchar a mi tía que no me había dado cuenta de que tenía una amiga delante de mi nariz cuando más la necesitaba. Todavía la necesitaba.
—Te voy a extrañar también. Quiero ser informada sobre tu... vida —dijo ella con una pequeña elevación en las cejas.
Asentí con la cabeza y me incliné para abrazarla.
—Gracias— le susurré al oído.
—De nada —susurró.
—Estoy tan contenta de que las niñas se hayan unido de nuevo después de todos estos años. Vamos a tener que volver a visitarnos pronto. Después de pasar por el divorcio y todo eso. Tal vez pueda usar mi dinero extra para llevarlas a ustedes dos en un crucero. ¿No sería divertido? —dijo mi tía.
Necesité de toda mi fuerza de voluntad para no retroceder con su propuesta, no había manera de que vaya en un viaje con esa loca y mucho menos un barco donde era imposible escapar de ella.
La sonrisa en el rostro de Lana me fuerza a devolverle la sonrisa. Ella sabía bien que no había manera de que fuera a un viaje con su mamá.
—Muy bien, todos estaremos en contacto —dijo mi tía y se volvió para dirigirse hacia su auto Lincoln Town.
Me quedé mirando como mi papá le ayudó a cargar su equipaje en el maletero y mi madre abrazó y habló con su hermana. Lana me saludó desde el asiento del pasajero. Mi habitación se quedará en silencio y será toda mía otra vez... pero ya no sonaba atractivo.
Hay algunas cosas que no esperas ver y Joe Jonas paseando en la iglesia un domingo por la mañana es uno de ellos. Acabar mi solo no había sido fácil, mis ojos querían comérselo, sentado solo en el último banco en sus jeans y con una cómoda camiseta azul marino extendida en su amplio pecho.
Nick no había notado a su primo ya que estaba en la segunda fila en la parte delantera. Yo había estado sentada en esa fila desde que era una niña. Mis padres me esperaban, ya sea en el primer o segundo banco. Yo no podía volver a utilizarla. Nick nunca se quejó. Cada domingo, él estaba ahí esperándome a que terminara de cantar en el coro.
Mi mirada se desvió de nuevo a Joe, aunque sabía que era una mala idea. Él era responsable de hacer que me olvide de las palabras. Una lenta sonrisa de estimulación tocó sus labios, la iglesia de repente se sintió a un centenar de grados.
Mi rostro se sonrojó y arranqué mis ojos de él y su deliciosa boca. De alguna manera me las arreglé para terminar las palabras de How Great Thou Art sin echarla a perder. El coro comenzó a salir por las puertas laterales del escenario, normalmente hacía mi camino a la banca; hoy, sin embargo, necesitaba un respiro.
Me quedé detrás de Mary Hill y dejé escapar un suspiro de alivio cuando entré en el cálido sol.
—¿Te vas? —preguntó Jason Tibbs pegando su cara llena de granos en la puerta frunciéndome el ceño.
Su papá era el pastor asociado entonces él sentía que nuestra pobre relación le daba el derecho de cuestionar mis acciones. En vez de insultarlo, tomé una respiración profunda, luego, forcé una sonrisa y miré hacia él.
—No, me duele la cabeza. Necesitaba tomar un descanso tranquilo.
Él sonrió abiertamente mostrando de esa manera, demasiada encía y su dentadura torcida. Su padre realmente necesita enviar al chico a un ortodoncista y un dermatólogo.
—Bueno, voy a dejar la puerta abierta así luego no tienes que caminar todo el camino alrededor del edificio para volver a entrar.
Asentí con la cabeza y dije un obligatorio:
—Gracias.
La puerta se cerró detrás de él en silencio y sabía que tenía poco tiempo para que la gente comenzara a notar mi falta en la segunda fila.
—¿Te escondes aquí por mí?
La voz de Joe me sobresaltó provocándome un grito. Sus piernas largas se
comieron la hierba cuando cerró la distancia entre nosotros. No podía dejar de
comérmelo con los ojos. Era simplemente injusto que alguien se viera tan bien en un par de Levis.
—Que no respondas quiere decir que sí —dijo, con una sonrisa en su rostro mientras caminaba deteniéndose a sólo unos centímetros de mí.
Él sabía que yo sentía lujuria y le gustó.
Decidida a recuperar algo de dignidad enderecé mi postura y me pasé el cabello
hacia atrás sobre lo hombros mientras lo miraba.
—Siempre vengo aquí a tomar aire antes de ir a sentarme a una hora de predicación —mentí.
Joe se echó a reír y extendió la mano para trazar una línea desde mi oreja a mis labios.
—¿Por qué no te creo? —preguntó.
Su voz se había profundizado mientras estudiaba mi boca. Todo lo que logré fue un encogimiento de hombros. Su pulgar estaba rozando delicadamente por encima de mi labio inferior como si estuviera pidiendo entrar y me sentí perdida.
Estábamos de pie justo delante de la iglesia donde cualquiera podía salir y encontrarnos, pero en todo lo que podía pensar era en presionar mis labios contra los suyos. Joe se estaba convirtiendo en una necesidad y nada de tal revelación podría ser considerado positivo.
—Joe, ¿qué estás haciendo? —Mi voz salió ronca.
—Sí, Joe, me gustaría saber lo mismo —dijo una voz que no le pertenecía.
Varias cosas ocurrieron al mismo tiempo. El pulgar de Joe detuvo su caricia, pero no dejó caer su mano, podía sentir su cuerpo en tensión por el sonido de la voz de Nick. Lo que debería haber hecho y lo que hice estaban en dos diferentes estratosferas. Porque alejarme y poner distancia entre Joe y yo sería lo más lógico e inteligente para hacer; tender la mano y agarrar su brazo y sostenerlo fue mi reacción inmediata.
—¿Alguno de ustedes va a hablar o sólo seguirán embobados el uno con el otro?
El borde duro en la voz de Nick me despertó del trance en el que había estado y solté la mano de Joe y di varios pasos hacia atrás. Si Nick esperaba mantener su calma entonces, teníamos que poner un poco de espacio entre nosotros. Los ojos de Joe agujeraban dentro de mí. Silenciosamente me suplicaba, casi podía oír sus pensamientos. Luego volvió su rostro hacia su primo. Este era el enfrentamiento que había esperado que nunca sucediera.
—¿Qué es exactamente lo que estás insinuando Nick? —preguntó Joe en un tono mortalmente calmado que yo sabía, nunca había usado con él.
—Oh, No lo sé, tal vez el hecho de que vine a buscar a mi novia y la encontré siendo acariciada por ti.
Joe dio un paso adelante y un gruñido bajo retumbó en su pecho. Corrí y le agarré del brazo con ambas manos, esto probablemente no ayudaba al genio de
Nick, pero impidió que le golpearan el rostro. Ambos chicos estaban en forma, pero Joe tenía el mercado del mal culo. No podía dejarlo hacer algo que nunca se perdonaría.
Nick me miró fijamente. Sólo podía imaginar lo que pasaba por su mente. Lo triste era, que sabía que ni siquiera se acercaba a la verdad, nunca se imaginaría que había perdido mi virginidad con Joe en la caja de una camioneta.
—¿Quieres decirme lo que está pasando ___? —Había dolor en su voz.
Odiaba saber que las palabras que tenía que decirle no borrarían esto pero sí empeorarían la situación. Empujé a Joe detrás de mí cuando me puse delante de él.
—Ve a casa Joe. Nick y yo tenemos que hablar y no quiero que estés aquí.
Volverme a ver su reacción era tentador, pero no lo hice. En lugar de eso mantuve mis ojos en Nick orando en silencio que Joe me escuchara y se fuera. Ya era hora de terminar esto y salvar su amistad antes de que fuera demasiado tarde.
—No quiero dejarte sola —respondió con acero en sus palabras.
—Joe por favor. No estás ayudando a las cosas. Sólo vete.
Nick no me quitaba los ojos de encima. Él estaba tratando tan duro de leer entre líneas. Yo tendría que decirle algunas verdades. Pero sólo lo suficiente para impedir que destruyan su relación.
El crujido de la hierba seca bajo las botas de Joe me dijo que había concedido mi deseo y se dirigía a su camioneta. Había ganado esa batalla. Ahora, la más grande me estaba mirando a la cara y no tenía ni idea de lo que aba a decir.
Cuando entramos a mi habitación, apreté el interruptor de la luz. Lana caminó a mi alrededor y dejó caer su bolso en el tocador, luego se plantó hacia mí con el ceño fruncido. No había dicho nada en el viaje a casa. Me había visto obligada a mantener una conversación con Nick como si nada hubiera ocurrido mientras ella se sentaba en silencio en la parte posterior. Al parecer, ahora estaba lista para hablar.
—Esta noche lo hice por ti, no porque crea que lo que estás haciendo está bien o mal, sino porque creo que necesitas activar una llamada a la no crucifixión.
Levanté las cejas ante su explicación.
—Nick es un buen chico. Él y Joe siempre han sido cercanos. Recuerdo como eran como uña y carne cuando ustedes tres eran niños. Envidiaba tu amistad con esos chicos, tenían algo especial. Algo único. No podría quedarme allí y dejar que todo se derrumbase. Además de la mirada en el rostro de Joe, me temo que habría matado a Nick con sus propias manos si decía algo equivocado.
Me hundí en la cama y puse la cabeza en mis manos. Esto era un desastre. Ella tenía razón. Yo estaba arruinando una amistad de toda la vida.
—¿Qué hago? —pregunté, sabiendo que tampoco tenía la respuesta mágica.
Lana se sentó a mi lado y me palmeó la espalda.
Lo que me hizo sentir aún peor. Aquí estaba yo teniendo que romper con dos chicos y ella había estado conmigo esta noche, porque su tramposo padre había ido a hacerle frente a su detestable madre. En el magnífico esquema de las cosas sus problemas eran mucho más grandes.
—Elige uno y deja que el otro se vaya.
Sonaba muy simple, pero era imposible, ¿No veía eso?
—No puedo. A quienquiera que elija, uno de ellos odiará al otro y posiblemente, a mí. La elección de uno de ellos no va a resolver nada.
—Tienes razón. No lo hará. Necesitas dejar ir a ambos. Si los dejas ir a ambos, entonces un día, todos tendrán la oportunidad de recuperar la amistad que se está destruyendo.
Odiaba que sus palabras tuvieran sentido. Tenía que romper con Nick y los tres necesitábamos alejarnos. Mi pecho se oprimía ante la idea de alejarme de Joe, de no contar con sus brazos alrededor de mí y enterrar mi cara en su pecho. Pero no podía contar con él. Tenerlo eventualmente significaría perderlo. Él nunca aceptaría la pérdida de Nick. Él podría vivir sin mí. Una lágrima ardiente rodó de mi barbilla, extendí la mano y la limpié lejos. Yo había hecho todo este lío, lo justo era arreglarlo.
—Tienes razón —susurré, mirando al frente—, pero desearía que no la tengas.
Un suave golpe en la puerta me recordó las demás cosas que pasaban en la casa esta noche. Estiré la mano y apreté la de Lana antes de que la puerta se abriera y entrara su madre. Su pelo era del mismo color que el de mi madre y mío, pero hasta ahí llegaba la semejanza. Donde mi madre estaba delgada y menuda mi tía era muy pesada, de huesos grandes y llevaba una mueca permanente. Ella nunca parecía feliz, incluso antes de que se enterara que su marido la engañaba. No había estado aquí cuando llegamos a casa. Mamá y papá también habían desaparecido. A partir de los sonidos que llegaban de la sala parecía que todo el mundo estaba de vuelta.
—Hola chicas, bueno, Lana mi amor vamos a hablar un poco, bien.
La mano de Lana apretó la mía antes de dejarla ir y ponerse de pie. Si mi tía dejara que fuera con ella y la tomara de la mano a través de toda la conversación. Lana había terminado siendo la amiga que tan desesperadamente necesitaba la semana pasada. La puerta se cerró detrás de ellas y me eché hacia atrás en la cama, susurré una pequeña oración por Lana. Dios sabe que lo necesita con una mamá como la suya.
Estoy cansada de las despedidas. Lana y su madre estaban en nuestra puerta con sus maletas en la mano. Mi tía se dirigía de vuelta a casa a limpiar a mi tío en lo que sería un divorcio desagradable. Lana tendrá mucho drama y dolor por delante.
Le rogué que se quedara aquí con nosotros, podría dejar que sus padres se enfrentarán sin ella a su alrededor, pero dijo que su madre la necesitaba en estos momentos. En cierto modo la entiendo, pero luego me pregunto si yo estando en sus zapatos sería tan amable. Ella era realmente la mejor persona. Yo era la niña egoísta.
—Voy a echarte de menos —dije, deseando que mi voz no sonara tan triste.
Es extraño cómo se puede pensar que alguien está arruinando tu vida para que después termine siendo tu amiga. Estaba tan molesta por tener que compartir mi espacio y escuchar a mi tía que no me había dado cuenta de que tenía una amiga delante de mi nariz cuando más la necesitaba. Todavía la necesitaba.
—Te voy a extrañar también. Quiero ser informada sobre tu... vida —dijo ella con una pequeña elevación en las cejas.
Asentí con la cabeza y me incliné para abrazarla.
—Gracias— le susurré al oído.
—De nada —susurró.
—Estoy tan contenta de que las niñas se hayan unido de nuevo después de todos estos años. Vamos a tener que volver a visitarnos pronto. Después de pasar por el divorcio y todo eso. Tal vez pueda usar mi dinero extra para llevarlas a ustedes dos en un crucero. ¿No sería divertido? —dijo mi tía.
Necesité de toda mi fuerza de voluntad para no retroceder con su propuesta, no había manera de que vaya en un viaje con esa loca y mucho menos un barco donde era imposible escapar de ella.
La sonrisa en el rostro de Lana me fuerza a devolverle la sonrisa. Ella sabía bien que no había manera de que fuera a un viaje con su mamá.
—Muy bien, todos estaremos en contacto —dijo mi tía y se volvió para dirigirse hacia su auto Lincoln Town.
Me quedé mirando como mi papá le ayudó a cargar su equipaje en el maletero y mi madre abrazó y habló con su hermana. Lana me saludó desde el asiento del pasajero. Mi habitación se quedará en silencio y será toda mía otra vez... pero ya no sonaba atractivo.
Hay algunas cosas que no esperas ver y Joe Jonas paseando en la iglesia un domingo por la mañana es uno de ellos. Acabar mi solo no había sido fácil, mis ojos querían comérselo, sentado solo en el último banco en sus jeans y con una cómoda camiseta azul marino extendida en su amplio pecho.
Nick no había notado a su primo ya que estaba en la segunda fila en la parte delantera. Yo había estado sentada en esa fila desde que era una niña. Mis padres me esperaban, ya sea en el primer o segundo banco. Yo no podía volver a utilizarla. Nick nunca se quejó. Cada domingo, él estaba ahí esperándome a que terminara de cantar en el coro.
Mi mirada se desvió de nuevo a Joe, aunque sabía que era una mala idea. Él era responsable de hacer que me olvide de las palabras. Una lenta sonrisa de estimulación tocó sus labios, la iglesia de repente se sintió a un centenar de grados.
Mi rostro se sonrojó y arranqué mis ojos de él y su deliciosa boca. De alguna manera me las arreglé para terminar las palabras de How Great Thou Art sin echarla a perder. El coro comenzó a salir por las puertas laterales del escenario, normalmente hacía mi camino a la banca; hoy, sin embargo, necesitaba un respiro.
Me quedé detrás de Mary Hill y dejé escapar un suspiro de alivio cuando entré en el cálido sol.
—¿Te vas? —preguntó Jason Tibbs pegando su cara llena de granos en la puerta frunciéndome el ceño.
Su papá era el pastor asociado entonces él sentía que nuestra pobre relación le daba el derecho de cuestionar mis acciones. En vez de insultarlo, tomé una respiración profunda, luego, forcé una sonrisa y miré hacia él.
—No, me duele la cabeza. Necesitaba tomar un descanso tranquilo.
Él sonrió abiertamente mostrando de esa manera, demasiada encía y su dentadura torcida. Su padre realmente necesita enviar al chico a un ortodoncista y un dermatólogo.
—Bueno, voy a dejar la puerta abierta así luego no tienes que caminar todo el camino alrededor del edificio para volver a entrar.
Asentí con la cabeza y dije un obligatorio:
—Gracias.
La puerta se cerró detrás de él en silencio y sabía que tenía poco tiempo para que la gente comenzara a notar mi falta en la segunda fila.
—¿Te escondes aquí por mí?
La voz de Joe me sobresaltó provocándome un grito. Sus piernas largas se
comieron la hierba cuando cerró la distancia entre nosotros. No podía dejar de
comérmelo con los ojos. Era simplemente injusto que alguien se viera tan bien en un par de Levis.
—Que no respondas quiere decir que sí —dijo, con una sonrisa en su rostro mientras caminaba deteniéndose a sólo unos centímetros de mí.
Él sabía que yo sentía lujuria y le gustó.
Decidida a recuperar algo de dignidad enderecé mi postura y me pasé el cabello
hacia atrás sobre lo hombros mientras lo miraba.
—Siempre vengo aquí a tomar aire antes de ir a sentarme a una hora de predicación —mentí.
Joe se echó a reír y extendió la mano para trazar una línea desde mi oreja a mis labios.
—¿Por qué no te creo? —preguntó.
Su voz se había profundizado mientras estudiaba mi boca. Todo lo que logré fue un encogimiento de hombros. Su pulgar estaba rozando delicadamente por encima de mi labio inferior como si estuviera pidiendo entrar y me sentí perdida.
Estábamos de pie justo delante de la iglesia donde cualquiera podía salir y encontrarnos, pero en todo lo que podía pensar era en presionar mis labios contra los suyos. Joe se estaba convirtiendo en una necesidad y nada de tal revelación podría ser considerado positivo.
—Joe, ¿qué estás haciendo? —Mi voz salió ronca.
—Sí, Joe, me gustaría saber lo mismo —dijo una voz que no le pertenecía.
Varias cosas ocurrieron al mismo tiempo. El pulgar de Joe detuvo su caricia, pero no dejó caer su mano, podía sentir su cuerpo en tensión por el sonido de la voz de Nick. Lo que debería haber hecho y lo que hice estaban en dos diferentes estratosferas. Porque alejarme y poner distancia entre Joe y yo sería lo más lógico e inteligente para hacer; tender la mano y agarrar su brazo y sostenerlo fue mi reacción inmediata.
—¿Alguno de ustedes va a hablar o sólo seguirán embobados el uno con el otro?
El borde duro en la voz de Nick me despertó del trance en el que había estado y solté la mano de Joe y di varios pasos hacia atrás. Si Nick esperaba mantener su calma entonces, teníamos que poner un poco de espacio entre nosotros. Los ojos de Joe agujeraban dentro de mí. Silenciosamente me suplicaba, casi podía oír sus pensamientos. Luego volvió su rostro hacia su primo. Este era el enfrentamiento que había esperado que nunca sucediera.
—¿Qué es exactamente lo que estás insinuando Nick? —preguntó Joe en un tono mortalmente calmado que yo sabía, nunca había usado con él.
—Oh, No lo sé, tal vez el hecho de que vine a buscar a mi novia y la encontré siendo acariciada por ti.
Joe dio un paso adelante y un gruñido bajo retumbó en su pecho. Corrí y le agarré del brazo con ambas manos, esto probablemente no ayudaba al genio de
Nick, pero impidió que le golpearan el rostro. Ambos chicos estaban en forma, pero Joe tenía el mercado del mal culo. No podía dejarlo hacer algo que nunca se perdonaría.
Nick me miró fijamente. Sólo podía imaginar lo que pasaba por su mente. Lo triste era, que sabía que ni siquiera se acercaba a la verdad, nunca se imaginaría que había perdido mi virginidad con Joe en la caja de una camioneta.
—¿Quieres decirme lo que está pasando ___? —Había dolor en su voz.
Odiaba saber que las palabras que tenía que decirle no borrarían esto pero sí empeorarían la situación. Empujé a Joe detrás de mí cuando me puse delante de él.
—Ve a casa Joe. Nick y yo tenemos que hablar y no quiero que estés aquí.
Volverme a ver su reacción era tentador, pero no lo hice. En lugar de eso mantuve mis ojos en Nick orando en silencio que Joe me escuchara y se fuera. Ya era hora de terminar esto y salvar su amistad antes de que fuera demasiado tarde.
—No quiero dejarte sola —respondió con acero en sus palabras.
—Joe por favor. No estás ayudando a las cosas. Sólo vete.
Nick no me quitaba los ojos de encima. Él estaba tratando tan duro de leer entre líneas. Yo tendría que decirle algunas verdades. Pero sólo lo suficiente para impedir que destruyan su relación.
El crujido de la hierba seca bajo las botas de Joe me dijo que había concedido mi deseo y se dirigía a su camioneta. Había ganado esa batalla. Ahora, la más grande me estaba mirando a la cara y no tenía ni idea de lo que aba a decir.
zai
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!
YA SE DESCUBRIOOOO TOOODOOO!!!
AHORA QUE PASARAAAA??????.....
YA SE DESCUBRIOOOO TOOODOOO!!!
AHORA QUE PASARAAAA??????.....
chelis
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
que situación tan dificil ,por favor quiero y necesito desesperadamente volver a leer
fernanda
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Chicas mi internet anda fallando estos dias anda cuando quiere el nomas :wut:
asiq ahora q parece q anda les dejo dos capis :aah:
Espero les gusten :amor:
Capitulo 19
—Empieza por el principio ___ y dime todo.asiq ahora q parece q anda les dejo dos capis :aah:
Espero les gusten :amor:
Capitulo 19
No había forma en que le dijera todo. Miré hacia afuera a la carretera cómo la
camioneta de Joe se alejaba. El silencio era ensordecedor mientras Nick
esperaba que hablara.
—Este verano, Joe y yo reavivamos nuestra amistad. Éramos cercanos una vez,
sabes eso. —Hice una pausa y respiré hondo—. Él me entiende. Sabe cuando estoy
llena de basura y sabe que no soy perfecta a pesar de que me esfuerzo mucho para
serlo. Con Joe puedo dejarme llevar y no preocuparme de perder su amistad.
—Así que, esto es una cosa de amigos, porque por la forma en la que estaba
acariciándote la boca y comiéndote con los ojos me resulta un poco difícil de creer.
—Todo lo que puede ser alguna vez con Joe es amistad. Él lo sabe. Joe es
afectuoso. Toca un montón de labios de chicas.
Nick levantó las cejas como si pensara que lo que estaba diciendo era absurdo.
—No sé si estamos hablando del mismo tipo, pero Joe, mi primo Joe, no mira
nostálgicamente a nadie en la forma en la que lo acabo de sorprender mirándote.
Eres demasiado ingenua para verlo, pero confía en mí bebé, él te desea y voy a
patear su trasero.
Está bien, eso no era lo que había estado esperando. Culparme a mí, no a Joe.
Necesitaba redirigir esa ira suya.
—Has malinterpretado lo que viste. Él estaba tratando de hablarme acerca de lo
que he decidido hacer hoy. Él cree que tú y yo se supone que estemos juntos por
siempre. No lo creo. Somos jóvenes y necesito espacio. No estoy lista para hablar
de casarme contigo algún día. Eso me asusta. Hay tanta vida ahí fuera para
disfrutar en primer lugar. Joe cree que estoy cometiendo un error porque piensa
que eres lo mejor que me ha sucedido. Lo que viste fue a tu primo tratando de
convencerme de que no rompa contigo.
La mirada de incredulidad y conmoción que se apoderó del rostro de Nick era
un poco insultante. ¿Por qué era tan difícil de creer que rompiera con él?
—¿Tú, tú estas... rompiendo conmigo? —Negó con la cabeza y dio un paso atrás.
Su cara se había puesto pálida, como si le hubiera dicho que nunca volvería a jugar
al fútbol. Esto no era el fin del mundo.
—Actúo contigo. No soy la chica buena que crees que soy. Te encanta esta ______
falsa. He estado tratando de ser digna de ti durante tanto tiempo que estoy
agotada. No me gusta devolver los estúpidos carritos hasta el lugar de devolución
en el estacionamiento y no me gusta sentirme como si tuviera que ser la buena
samaritana para todos con los que me cruzo. A veces sólo quiero correr y
preocuparme por mí. Soy egoísta e intratable y sólo una gran farsante. Esta chica
que amas y con la que quieres casarte no existe.
Era como si un peso se acabara de deslizar fuera de mis hombros. El aire se
precipitó dentro de mis pulmones y por primera vez en tres años respiré hondo.
—Eso es una locura —dijo Nick sacudiendo la cabeza.
Estaba tan cerca de la libertad ahora, podía probarlo. Parada aquí y escuchándolo
tratando de convencerme de que no sabía de lo que estaba hablando me molestó.
Pero podía controlar esto ahora. La verdadera ______ tenía un respaldo.
—No, es verdad. Quiero ir al estacionamiento y besarnos tan duro que mi
sujetador se pierda debajo del asiento del coche. Quiero lanzarle un pájaro a Nicole
cuando me mire en los pasillos de la escuela. Y quiero usar mi bikini rojo y
disfrutar del hecho de que los chicos me estén mirando. No soy quien crees que
soy. Nunca lo fui y nunca lo seré.
Cerré el espacio entre nosotros, me puse de puntillas y dejé un beso en su mejilla.
El olor familiar de su colonia causó que mi pecho se apretara con la emoción. Lo
echaría de menos, pero no lo suficiente como para ser otra persona para tenerlo.
Me vio de manera diferente ahora. Pude notarlo en su expresión. La emoción
agitándose en sus ojos azules cuando finalmente vio quién soy en realidad fue
agridulce. Me di la vuelta y corrí hacia mi Jetta. Sin otra mirada atrás me fui. Por
primera vez dejé la iglesia antes de que terminara.
Leann estaba sentada en los escalones de la entrada del dormitorio antiguo de
ladrillo de tres pisos en el que había sido colocada este año, cuando entré en el
estacionamiento. Desde aquí pude verla mordisqueándose la uña del pulgar.
Leann sólo mutilaba su uña del pulgar cuando estaba nerviosa. Había sido
imprecisa en mi razón para venir cuando la había llamado, una vez que decidí
donde iba a ir. Me abalancé en un lugar vacío del estacionamiento. Decirle a
alguien todo se había convertido en algo esencial en mi viaje hasta aquí. Necesitaba
liberar esto de mi pecho. Un golpecito en la ventana me sorprendió y miré para
encontrar a Leann aún mordiéndose la uña del pulgar y frunciendo el ceño.
Forzando una sonrisa me abrió la puerta y dio un paso atrás para que pudiera
salir.
—Juro que creo que me crecieron canas esperando que llegaras —dijo alcanzando
mi brazo y tirando de mí en un abrazo—. No puedo creer que estés aquí y no
puedo creer que hayas dejado la iglesia más temprano sin decirle a nadie dónde
ibas.
Me aparté y me encontré con su mirada:
—No te dije eso.
Rodó sus ojos marrones grandes y enganchó su brazo con el mío en dirección al
dormitorio.
—Cariño al momento que fue evidente que no regresarías al servicio, recibí un
texto de mi tía Linda y Kayla, a continuación Kyle lo publicó en su muro de
Facebook.
Gemí y apoyé la cabeza sobre su hombro.
Leann me dio una palmadita en el brazo y me llevó a sentarme en un banco
apartado colocado a la sombra de un árbol de roble. Sentándose dio unos
golpecitos en el espacio vacío a su lado.
—Ven y siéntate. El suspenso me está matando. Nunca has sido causa de chismes.
Esto tiene que ser bueno.
Me moví sobre el asiento de madera y estudié las manos en mi regazo. Admitir
esto era una cosa. En realidad, mirar a Leann a la cara mientras comparto todos
mis errores con ella era otra. Habíamos sido amigas durante tres años y ni una sola
vez había mencionado ni siquiera una atracción leve hacia Joe.
—Sabes que Joe y yo éramos cercanos de niños—decidí empezar por ahí. Parecía
el mejor lugar.
—¡Oh buen Dios! ¿Quieres decir que esto tiene algo que ver con JOE? ¿Joe
Jonas?
Me encogí y asentí sin levantar la vista hacia ella.
—Sí, tiene todo que ver con Joe —susurré.
La mano de Leann cubrió la mía y tomé algo de consuelo de su gesto.
—Este verano, Joe y yo comenzamos a pasar tiempo juntos. Tú estabas con Noah
o trabajando y Nick se había ido. Pensé que sería bueno reavivar la amistad que
Joe y yo compartimos alguna vez.
Leann apretó mis manos y continué explicándole la forma en que había jugado
billar en el bar donde trabajaba su madre, fuimos a nadar en el lago, vimos una
película en mi casa y luego me detuve sabiendo que lo que le diría a continuación
iba a ser difícil de comprender para ella. Después de todo, yo era la chica buena.
—Esa noche, en la parte trasera de su camioneta, Joe y yo... nosotros... —Tragué
saliva y cerré los ojos—, tuvimos sexo.
Leann dejo ir mis manos y deslizó su brazo alrededor de mis hombros en su lugar.
—Wow. —Fue su única respuesta.
—Lo sé. No fue la única vez tampoco y... y aunque sé que no volverá a suceder...
Creo que... Creo que lo amo. Tal vez siempre lo he hecho. No, sé que siempre lo
hice. Cuando estoy con Joe siento cosas que nunca he sentido con Nick. Puedo
ser yo. No hay que fingir. Joe conoce mis peores defectos.
—El corazón quiere lo que el corazón quiere. No podemos evitar eso —dijo Leann.
Suspiré y finalmente, alcé mis ojos, nuestras miradas se encontraron. Las lágrimas
no derramadas nublaban mi visión.
—Pero he arruinado su vida. Todo lo que él tenía era a Nick. No te equivoques,
yo fui detrás de Joe. Puedo mirar atrás y verlo ahora. Todo esto es culpa mía.
Nunca debí haberme interpuesto entre ellos —sollocé y hundí mi cabeza en su
hombro.
—Joe podría haber dicho que no. Sabía que estaba destruyendo su relación con
Nick cada momento que pasó contigo. No asumas toda la culpa por esto.
El tono severo en la voz de Leann sólo me provocó llorar más fuerte. Joe
necesitaba a Nick. Él podría no darse cuenta, pero lo hacía. De alguna manera
tenía que hacer lo correcto.
—¿Cómo puedo solucionar esto? ¿Cómo puedo ayudar a Joe a recuperar a
Nick de vuelta?
—No puedes solucionar este problema por ellos. Joe sabía lo que estaba haciendo
___. Te eligió sobre Nick. Ahora que has dejado ir a Nick, ¿vas a elegir a
Joe?
Me sequé las lágrimas de mis mejillas y la miré.
—Elegir a Joe hará que todos en Grove lo odien. Todos lo verán como el tipo que
alejó a la chica de Nick. No puedo hacerle eso.
Leann se encogió de hombros.
—No creo que Joe se preocupe por los demás. Lo hizo evidente, cuando decidió
andar a escondidas con la chica de su primo, que era lo que quería hacer. Tiene que
amarte ___. Nunca en esta vida habría pensado que Joe haría nada que dañara a
Nick. Lo ama. Así que eso sólo puede significar que te ama más. —Se agachó y
me dio unas palmaditas en el hombro—. La cuestión aquí es ¿Lo amas con la
misma intensidad? ¿Estás dispuesta a darles la espalda a tu familia y a la gente del
pueblo con el fin de tenerlo?
Capitulo 20
JOE
—Bueno, el infierno ha dado una bofetada congelada. Nick Jonas está
caminando hacia un bar.
La voz de mi madre me llegó alta y clara a través de la habitación vacía. Bajé la
cerveza. Estaba haciendo de enfermera desde que entré aquí hace unos cinco
minutos.
No había encontrado a ______ en ninguna parte, por lo que vine aquí con la
esperanza de que también me estuviera buscando.
—No estoy aquí para una visita social, tía Honey. Vine para ver mi espalda
apuñalada por el hijo de puta de mi primo.
Mamá dejó escapar un silbido y meneó la cabeza.
—Tenía que haber pensado mejor antes de creer que lo sabías todo sobre Joe y
______ paseando juntos alrededor del pueblo.
—Cállate mamá —dije sin mirarla.
Mantuve mis ojos en Nick. El odio en los suyos era algo que jamás había
imaginado ver dirigido hacia mí. A pesar de saber que lo merecía, aún era difícil
lidiar con ello.
Su cabello estaba comprimido detrás de sus orejas y sus dientes estaban tan
apretados que podía ver la marca de su mandíbula.
—¿Está aquí? —preguntó Nick mientras echaba un vistazo al bar vacío. Él
también había pensado que ella vendría hacia mí.
—No.
—¿Dónde está?
—No lo sé.
Nick acechó en mi dirección. Dios, no quería golpearlo. Yo sólo quería a ___. La
verdadera. La que él no conocía. La que él nunca sería capaz de amar.
—¿Cómo pudiste hacerme esto Joe? Eres como mi hermano.
El dolor en sus ojos se sentía como un cuchillo revolviéndose en el estómago. No
era suficiente para hacer que me arrepintiera de algo, pero dolía como el infierno.
—No la conoces, nunca lo has hecho.
—¿No la conozco? ¿NO LA CONOZCO? ¿Quién diablos te crees que eres Joe?
Ha sido mía por tres años. TRES AÑOS. Ustedes apenas se miraron en tres años.
¿Me voy un verano y resulta que están juntos? ¿Se hicieron amigos? ¿Qué pasó
exactamente? Porque no pienso tragarme la mierda que ella me dijo fuera de la
iglesia.
¿Debía decirle la verdad? La merecía pero no podía hacerlo sin el consentimiento
de ___. También era su historia.
—Nos acercamos. Pasamos tiempo juntos. Recordamos por qué éramos tan
cercanos cuando éramos pequeños.
Me detuve y lo miré largamente. Había algo que necesitaba saber. Una verdad que
era mía para poder decirle. Pero admitirlo probablemente mataría cualquier
posibilidad de que pudiéramos superar esto. Todo se reducía a quién era más
importante. Mi primo. El único que siempre estaba allí para mí, sin importar lo que
pasara, mi mejor amigo. Y estaba ___. La única persona sin la cual no podía vivir.
No más.
—La amo.
En el mismo segundo, la mandíbula de Nick cayó y volvió a tensarse. Se estaba
preparando para lanzarse hacia mí, lo pude ver en su postura.
—Tú, la, amas —repitió furioso e incrédulo—. ¿Eres consciente de que pensaba
casarme con ella algún día? ¿Y tú Joe, eh? ¿Planeas casarte con ella? ¿Mudarte
con ella al remolque de tu madre? Tal vez podría conseguir un trabajo aquí, con la
tía Honey, cuando sus padres dejen de darle el dinero.
Mi puño se estrelló contra su rostro antes de que supiera lo que estaba sucediendo.
Nick se tambaleó hacia atrás, con la sangre corriendo por su nariz. Un rugido
estalló en su pecho y cargó contra mí, arrojándome contra el suelo. Su puño se
estrelló con mi mandíbula sólo porque sabía que lo merecía. Pero esa era lo último
que dejaría que hiciera. La sangre que corría de su nariz, por encima de su boca,
logró que hiciera todo lo que estaba en mi poder para contenerlo. Yo no quería
golpearlo de nuevo, pero que me aspen si iba a dejar que él me golpeara.
—¡Deténganse! ¡Los dos! —gritó mamá por encima de nuestros gruñidos, pero
Nick no paraba de intentar lanzarse sobre mí y yo no paraba de bloquear sus
golpes.
—Eres un bastardo Joe. Ella es una buena chica. No le puedes dar lo mismo que
yo. —Las palabras de Nick hicieron que perdiera temporalmente la calma y que,
nuevamente, mi puño se estrellara en un lado de su cara. Diablos.
Tenía que callarse de una maldita vez.
—Cállate, Saw —le grité, empujándolo lejos de mí y poniéndome de pie.
—Es la verdad y lo sabes. Sólo es demasiado estúpida para darse cuenta…
No terminó la frase antes de que lo tuviera con la espalda contra el suelo, con mi
mano cerrándose sobre su garganta.
—No la vuelvas a llamar estúpida —le advertí.
Había cruzado una línea. Yo lo quería, pero la quería más a ella.
—Es suficiente, quítate de ahí Joe. Esto ha ido demasiado lejos. Están dejando
que una chica arruine su amistad. Ninguno de ustedes se casará con ella. Ni hablar
de hijos. Es dulce y bonita, eso se los concedo, pero no vale la pena deshacerse de
su familia por ella.
Mamá se acercó a nosotros, su sombra cubrió la cara de Nick. Reduje mi agarre
en su cuello, en caso de que se estuviera poniendo azul, porque era incapaz de
verlo bien.
—Él no es mi familia.
Las palabras de Nick me dolieron, pero me habría sentido de la misma forma si
hubiera alejado a ___ de mí. Deshice la llave y lo liberé, irguiéndome nuevamente,
poniendo distancia entre ambos. No aparté mis ojos de él.
—Lo siento chico, pero estar furioso con él por esa chica no le quitará la sangre que
también corre por tus venas. Ustedes son y serán siempre parte de la misma
familia.
Nick puso una expresión desdeñosa mientras se ponía de pie y se limpiaba la
sangre de la nariz con la manga de la camisa.
—No es más que el bastardo del hermano perdedor de mi padre.
No reaccioné. Quería que lo hiciera. Pero no le di ese gusto. Mamá chasqueó la
lengua como lo hace cuando sabe algo importante que los demás no. Dejé que mis
ojos se fijaran en ella por un segundo, para descubrir qué quería decir.
—De hecho, Joe no es el bastardo del hermano de tu padre. Es el bastardo de tu
padre. La sangre en sus venas es la misma que la tuya. No te confundas sobre eso.
Me quedé paralizado en mi lugar mientras las palabras de mamá se hundían en mi
conciencia. Retrocedí un paso y me sostuve del borde de la mesa de billar,
buscando apoyo mientras la miraba, esperando por una señal de que mentía.
—No. —Fue la única respuesta de Nick.
No podía mirarlo. No ahora.
—Sí. Pregúntale a tu padre. Diablos, pregúntale a tu madre. Eso será divertido. Me
odia de todos modos. Bien podría hacer que me odiara un poco más por liberar al
gato encerrado.
Decía la verdad. Lo notaba en su voz. Había oído sus mentiras durante toda mi
vida. Sabía percibir la diferencia.
—No. No eres más que una puta estúpida. Mi padre nunca lo haría.
Mamá se rió y rodeó el bar para coger una toalla que le tiró a Nick.
—Limpia la sangre de tu cara y vete a casa. Cuando te des cuenta que estoy
diciendo la verdad, entonces, tú y tu hermano podrán resolver las cosas. Como
dije, ninguna chica vale tanto la pena como para luchar de esa manera.
Probablemente te gustaría preguntarle a tu padre acerca de eso, también. Estoy
segura que tiene una opinión sobre el tema. Teniendo en cuenta que la manzana no
cae lejos del árbol.
¿Qué estaba diciendo? Una amarga sonrisa afloró a sus labios.
—No sé qué es peor. Enterarme de que son basura blanca después de todo o tener
a tu madre tratando de acusar a mi padre —escupió Nick antes de darse la
vuelta y caminar hacia la puerta por la que había entrado apenas quince minutos
antes.
______
—Bueno, abue, he vuelto. Es tiempo de enfrentar la música —dije mientras
colocaba el tallo de la rosa en la lápida de su tumba la mañana siguiente.
Me levanté a las cuatro de la mañana después de pasar la noche con Leann, para
poder regresar a tiempo para ir a la escuela. No necesitaba agregar una ausencia
injustificada a mi lista de transgresiones. Mis padres probablemente me hubieran
encerrado de por vida si eso sucedía.
Me senté en el banco de madera al pie de la tumba, mi madre lo había sacado del
porche de la abuela y lo había traído aquí.
—Metí la pata a lo grande. No estabas aquí para correr hacia ti por lo que fui con
Leann, lo cual probablemente sólo empeoró las cosas. Incluso salí de la iglesia
después del solo del coro. No creo que mis padres sepan el motivo aún, pero
tampoco creo que importe.
Tomé un sorbo del café moka que había recogido en mi camino a la ciudad. La
escuela no empezaba hasta una hora después y volver a casa en este momento no
era lo mejor.
—Todo esto es por Joe. Lo amo. Loco ¿no? Joe Jonas, el chico malo del
pueblo y tenía que enamorarme de él. Yo, la novia de su primo y mejor amigo.
Pero él me deja ser yo misma. Justo como tú. No es malo como todo el mundo
piensa. Nadie conoce su corazón. No pueden ver más allá de su grosera boca, el
hecho de que beba cerveza, ni su actitud rebelde para ver que es un chico sin un
padre. Nadie se acercó y trató de enseñarle algo mejor. Lo dejaron crecer solo. No
es justo. Todo el mundo lo juzga sabiendo que no tiene ninguna influencia positiva
en su vida. Su tío nunca se ha preocupado por cuidarlo, disciplinarlo o siquiera
interesarse en él. Creo que es maravilloso a pesar de la mala mano que le tocó.
Odio cuando todo el mundo juzga a los demás aquí. Ellos llaman a este lugar el
Cinturón de la Biblia, pero en realidad, abue, creo que todos ellos necesitan ir a leer
sus Biblias un poco más. Recuerdo claramente a Jesús siendo amable con los
pecadores, no juzgándolos. Joe sólo necesita a alguien que crea en él y yo lo hago.
Tomé otro trago de mi café con leche y me recosté en el banco. El cementerio de la
iglesia estaba en silencio al amanecer. Un autobús escolar pasando cerca era la
única señal de vida.
Mi teléfono sonó, alertándome de la llegada de un mensaje. Lo miré y fruncí el
ceño.
“¿Dónde estás y dónde está Joe?”
Era de Nick.
Dudé, insegura de cómo responderle. Aunque, la idea de que Joe estuviera
perdido me molestó.
“Estoy en la tumba de mi abuela. No he visto a Joe desde que me fui de la iglesia ayer”.
Esperé por una respuesta pero no vino. Agarré mis llaves del banco y me puse de
pie.
—Tengo que irme, abue. Te amo —dije y lancé un beso hacia su lápida antes de
volver al coche.
zai
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Noooooo!!!!!... Joe se fue !!!!!... Y nick la trata así!!!... Eso no se vale!!!!
chelis
Re: The Jonas Boys (Joe y tu) [TERMINADA]
Hola nueva lectora!!
Oh querida! Que novela por Dios santo!
No podía parar de leer, te pasó lo mismo? Haah
Creo que Abby Glines sabe escribir. Leiste la trilogia Existence o Breath ?
Es genial! Mil gracias por subir,te felicito por haber llegado a tú tesis y mil gracias por haber subido por nosotras. Sos idola !!
Oh querida! Que novela por Dios santo!
No podía parar de leer, te pasó lo mismo? Haah
Creo que Abby Glines sabe escribir. Leiste la trilogia Existence o Breath ?
Es genial! Mil gracias por subir,te felicito por haber llegado a tú tesis y mil gracias por haber subido por nosotras. Sos idola !!
Augustinesg
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