Amor Real (Niall Horan y Tu)

Síguela! :)

Yaaaaaaaay! pase de página ;-)

Mañana (jueves) me voy al DF para el concierto de los chicos asdfashkah estoy muy emocionada!

Espero que subas capítulo hoy, si no todas tendremos que esperar una semana o dos más :c (depende que lo que tardes en subir)

Y la verdad estoy muy ansiosa por saber que pasa entre cat y Niall!

Tu novela es mi favorita!

Daniela_nialler escribió:Tu novela es mi favorita!

¿Tienes idea de lo mucho que amo tus comentarios?

Lo prometido es deuda! En un rato les subo el capitulo :)

Lo prometido es deuda! En un rato les subo el capitulo :)

Oh Shit. Oh Shit! Te espero bebe!!!

Oaaaa!! Como les prometi, aca esta el capitulo 20. Es mas largo que los demas, pero aun no termino de escribir todo lo que tenia planeado para que sucediera, por lo que lo dividi en dos partes para no dejarlas con las ganas. La proxima semana espero subirles el resto:)
Eeennn fiinn! Espero que les guste!


CAPITULO 20.
Holmes Chapel — Parte 2.

El gran letrero que citaba “Holmes Chapel 3 Km” me indicaba el camino. Tome la salida 18, continúe en la rotonda y finalmente logre unirme a Middlewich Rd, siempre siguiendo las indicaciones del GPS.
Los campos al lado de la carretera no eran más que un borrón verde que se filtraba por las ventanillas del auto. Me gustaba conducir a Cheshire; era tranquilo, relajante, y la carretera no era muy transitada, por lo que podía tomar camino sin necesidad de detenerme por el tráfico y dejar que mis pensamientos volaran. Aunque solo lo hubiera hecho un par de veces, me encantaba. La primera vez que viaje fue en el cumpleaños de Anne, y la segunda para acompañarla en un pequeño evento de beneficencia que había organizado. Había pedido mi ayuda para realizarlo, tomando en cuenta que ese tipo de eventos ocupaba la mayor parte en mi lista de eventos realizados en los últimos dos años. No participe directamente, ya que quería que esto se centrara en ella y en su esfuerzo, no en mi minúsculo aporte. Solo viaje durante dos o tres días para ayudarle en lo esencial, el resto lo manejo ella a la perfección
Fue cuestión de un par de minutos antes de que comenzara a adentrarme en el pueblo. Mire por el espejo retrovisor, visualizando el Mercedes Benz negro que transportaba a mi seguridad. En todo el camino no me había percatado de su presencia, y lo más seguro es que fuera porque ya estaba acostumbrada a que me estuvieran siguiendo.
Me dirigí a una de las escasas direcciones que conocía del pueblo. Era un viejo hotel en el que anteriormente ya me había hospedado. Era espacioso, acogedor, y contenía toda la esencia británica, junto con el toque pintoresco que ofrecía Holmes Chapel. Las instalaciones eran una vieja mansión restaurada; las habitaciones tenían un toque moderno aunque sin dejar de lado ese lado rustico del lugar. Me encantada. Era diferente a la extremadamente elegante y detallista decoración del palacio, la cual también comenzaba a cansarme.
Al momento de registrarme, Marilyn —la misma chica que me había registrado la vez anterior cuando vine, si mi memoria no me fallaba— se mostró un poco sorprendida y a la vez nerviosa. No la culpaba; después de todo, no todos los días veías entrar a una menuda chica escoltada por dos gorilas vestidos de traje. Ahora, súmenle que el rostro de esa chica sea mundialmente conocido por ser la cuarta en línea de sucesión al trono británico. Definitivamente, eso no se ve todos los días.
Fue cuestión de un momento para que se recompusiera casi por completo. Creo que Marilyn jamás había imaginado que la Princesa de Gales atravesaría la puerta del hotel donde trabajaba para pasar la noche ahí, mucho menos que eso ocurriera en más de una ocasión. Reserve otras dos habitaciones para Eduardo y sus amigos, para que así solo tuvieran que llegar, pedir sus llaves, e instalarse. Una vez que Marilyn me entrego la llave, agradecí por el servicio y seguí a los dos guardaespaldas que cargaban mí no-muy-exagerado equipaje hasta la habitación 113. La 114 y la 115 ya estaban reservadas para la llegada de mi futuro prometido y sus acompañantes.
En cuanto las maletas estuvieron sobre la cama, la seguridad salió de la habitación dejándome sola. Solo estaría un par de días en el pueblo, así que mi equipaje solo consistía en una maleta de tamaño razonable, y otra más pequeña que contenía mi neceser de baño entre otras cosas. El cuarto era encantador; una cama tamaño matrimonial con mesitas de noche a cada lado, una pequeña sala color pistache al otro extremo de la habitación frente a la chimenea y un armario integrado en la pared. Todo el mobiliario era de madera oscura, y el resto de la decoración en tonos tierra.
Considerando el hecho de que mi estadía aquí era relativamente corta, en lugar de sacar todo mi equipaje y colgarlo en el armario, únicamente saque mí vestido para la fiesta y un par de prendas que no quería que se arrugaran. Mientras terminaba de colgar el vestido, mi teléfono comenzó a sonar. Fui hacia la cama para atender y lo lleve a mi oído a la vez que me tumbaba sobre esta.
— ¿Ya llegaste? —un ansioso Niall fue el que pregunto.
— Hace un rato.
— ¿Y porque no has venidooooo?
— Porque, en primera. Estuve conduciendo tres horas y media sin parar, tengo hambre,
¡Y recién termine de instalarme!
— Ok, ok. Lo siento. Lo que pasa es que me aburro un poco. Harry fue a dejar a Taylor al aeropuerto, Anne fue a comprar unas cosas, y Dusty me está mirando feo. Presiento que no le gusto que me comiera el atún que Anne me dejo para que se lo diera, seguramente está planeando una muerte lenta y dolorosa para mi esta noche. Tendré que dormir con los ojos abiertos, si no terminare con sus garras marcadas por todo el cuerpo.
— Exageras, Niall —reí— solo dale algo más de comer y listo.
— ¡El problema es que ya no hay nada! Sabes que no soy precisamente de diente ligero, y llevo casi toda la semana aquí…
— ¿No había una cafetería al lado de la casa de Harry? ¿Por qué no compras algo?
— ¿Qué se supone que deba comprarle a un gato? ¡¿Patatas con queso?! En serio, Cat. Dusty comienza a darme miedo… tiene cara de fiera… sé que no tarda en atacar.
— Niall, es un gato. Además, hablamos de Dusty. Harry se enfadaría con el si te hace algo.
— El amor de Hazza por Dusty es extraño, sé que aprobara mi asesinato si lo propone este gato.
— ¿Hablas en serio? —comenzaba a sospechar seriamente que Niall se había caído por la ventana y golpeado la cabeza.
— Ok, ya. ¿Puedes venir? Te he estado esperando para almorzar y no puedo salir porque mi chofer provisional —o sea Harry— se ha ido y no tengo en que ir hasta tu hotel.
— ¿Enserio? Niall… estoy cansada, quiero dormir.
Y no mentía. De lo único que tenía ganas era de tumbarme sobre la cama y dormir el resto de lo que quedaba del día. Mañana sería un día importante, o por lo menos para mí. Sería la primera vez que pasara mi cumpleaños con Niall, y tal vez suene exagerado, pero me emocionaba.
— Por favooooooooooo —el toque a mi puerta desvió mi atención. Aleje el teléfono de mi oído y, aun con este en la mano, fui a abrirla.
— ¿Sucede algo? —pregunte a uno de seguridad.
Desconocía su nombre, en esta ocasión no me acompañaban John y Johan —los que usualmente solían hacerlo—, sino que me habían asignado a otros dos guardaespaldas de los cuales no tenía ni idea.
— Llamaron de Buckingham para informar que el Príncipe Eduardo se retrasaría un poco, pero igual llegaría.
— Gracias por informarme, ¿Eso es todo?
— Así es alteza.
Regrese al interior y volví a colocarme el teléfono para escuchar.
— Oooooooooooooor. Anda, di que sí.
— ¡Esta bien, esa bien! —acepte entre risas. Niall podía ser igual de terco que yo. Cuando se proponía algo, lo cumplía— llegare en un rato.
— ¡Gracias, Cat!
Y corto.
Ok. Niall comenzaba a asustarme, tendría que mandarlo a hacerse análisis psicológicos para saber si su cerebro seguía funcionando adecuadamente o había sufrido un trastorno. Quien sabe, tal vez se hubiera golpeado la cabeza mientras jugaba futbol y desde entonces miraba balones en lugar de cabezas o algo.
Tome mi bolso y mi abrigo y Salí hacia el pasillo. Ver a los dos guardias era un tanto extraño. Quiero decir, dos hombretones a cada lado de un puerta de tamaño promedio a mitad de un estrecho pasillo no era muy… normal, ¿o sí? Les indique a donde iríamos, no muy lejos de aquí. Después de estar sentada en el asiento del piloto durante tres horas seguidas, me dolía el trasero y lo menos que quería era volver a conducir. En lugar de eso, me monte en el asiento trasero del mercedes en el que venían Tom y Will —según recién me habían dicho— y deje que ellos tomaran el volante. Los escasos diez minutos que duró el viaje la pase mirando por la ventanilla. Los verdes jardines de las casas —ahora no tan verdes— me relajaban. Supongo que salir de vez en cuando del ajetreo de Londres no era tan malo. De hecho, la idea de tener una casa de campo aquí no me desagradaba.
Tom estaciono donde le indique. La casa tenía la misma apariencia que el resto de las que la rodeaban; el primer piso era de ladrillo, y la fachada del segundo piso estaba pintada de color blanco, el techo era de tejas color ladrillo, y una entrada empedrada. No sabía el porqué de mi fascinación por esta casa, tal vez fuera su normalidad o algo, pero me encantaba visitar a Anne. Aunque solo lo hubiera hecho un par de veces, nunca me molestaba tener que pasar más de dos horas atrapada en un auto solo para verla.
Will abrió mi puerta y me ayudo a bajar. Agradecí en un pequeño murmuro, para después encaminarme a la puerta blanca de la entrada. Presione el botoncito con la imagen de una campana, dos segundos después se escuchó el timbre de llamada a la puerta. Fue cuestión de un momento antes de que Niall abriera. Mi reacción fue inmediata; me lance a sus brazos y lo abrace como si no lo hubiera visto hace años. Respondió de la misma forma, apretándome contra su pecho y exhalando sobre mi cabello. No era muy alta, de hecho me consideraba enana. Era como 10 cm más pequeña que Niall, por lo que tuve que ponerme de puntillas para susurrarle:
— mas te vale que me alimentes, muero de hambre.
Rio entre dientes antes de separarse de mí. Saco una sudadera gris del perchero que había al lado de la puerta y después la cerró tras él. Mientras nos dirigíamos a la acera, pasó un brazo sobre mis hombros y me atrajo más hacia él.
— Que bueno que llegaste, Cat. Moría de hambre.
— ¿Crees que yo no? Solo comí un par de tostadas en el desayuno, mi estómago ruge.
Caminamos la corta distancia que había entre la casa de Harry y la cafetería. Tom y Will nos seguían por detrás, casi pasando inadvertidos. Niall me abrió la puerta al llegar, dejándome pasar primero. Nos dirigimos a un cubículo al fondo sin llamar la atención. El lugar no estaba muy lleno, solo dos personas más estaban en el lugar. Cuando nuestra mesera llego por nuestra orden, no pareció prestarnos mucha atención, por lo que no hubo inconvenientes. Ordene una hamburguesa con queso y papas y una malteada de chocolate, mientras que Niall escogió lo mismo, mas unos dedos de pescado.
Nuestra conversación de hace unos días resurgió de mis pensamientos. Había prometido contarle todo a Niall; el porqué de mis acciones, porque hacia algo que no quería, todo. Aprovecharíamos este día para tratar de volver a la normalidad, justo como éramos antes de que Eduardo llegara a Inglaterra; me viera forzada a casarme con él, y que mi vida se viniera abajo. Era el momento perfecto para hablar de todo, sin interrupciones. Esperaría a que termináramos de almorzar y saliéramos de la cafetería. No había muchas personas, pero quería estar completamente sola con él para decírselo. Sin motivo aparente, solo quería privacidad.
En lugar de sacar el tema a relucir, decidí preguntarlo que había hecho estos días. Se limitó a decir que solo había arreglado unos últimos detalles a la fiesta, sin revelar más. Le conté que había invitado a Eduardo y algunos amigos de el a la fiesta, no se mostró exactamente feliz, pero no dijo nada. Sabía perfectamente que ni a él ni al resto de los chicos les agradaba Eduardo, por el mismo motivo por el que a mí tampoco me agradaba al principio. Las chicas eran un poco más amables con él, pero únicamente por cortesía. El problema era que no lo conocían, pero estaba segura de que en cuanto lo hicieran las cosas cambiarían.
Eduardo no era precisamente un loco andante como nosotros, —es decir, ¿Quién colocaría una base de cartón en las escaleras del palacio de Buckingham cuando la reina no estaba, solo para utilizarlas como tobogán? —, pero tampoco era un completo príncipe de cuento. Habíamos tenido momentos de risas interminables mientras hacíamos nuestras apariciones públicas, también compartimos largas charlas sobre cosas que nos importaban. Puede que no fuéramos exactamente idénticos en nuestra forma de ser, pero lográbamos llevarnos. Y únicamente por ese motivo, estaba segura de que tarde o temprano los chicos terminarían aceptándolo como un amigo más.
— ¿Cuándo vas a decirme la sorpresa de Anne? —pregunte mientras dejaba mi vaso de malteada ahora vacío, sobre la mesa.
— Si te digo ya no será sorpresa —sonrió, como pocas veces lo hacía— Anne me prohibió decírtela, ni siquiera una pista. Pero te daremos una pequeña esta noche, no es la gran cosa. Mañana sabrás cual es la verdadera sorpresa.
Pidió la cuenta después de que termináramos de comer, mientras yo me machacaba el cerebro tratando de adivinar qué es lo que me tenían planeado. Niall no podía darme pistas; solo sabía que esta noche me daría una pequeña, y que mañana seria la verdadera sorpresa, según sus propias palabras.
Sostuvo la puerta para dejarme salir primero. Afuera caía una pequeña llovizna, pero nada a lo que no estuviéramos acostumbrados. Las gotas eran como de fino roció, por lo que apenas y podía sentirlas en las mejillas. Alargue la correa de mi bolso y me lo colgué al hombro, para después meter las manos en los bolsillos de mi abrigo. Niall pasó un brazo por mis hombros, guiándome hacia la derecha, en dirección contraria a la casa de Harry.
Decidí que era el momento perfecto. Solo estábamos nosotros dos —a excepción de Tom y Will, los cuales no seguían por detrás, pero sabía que con ellos no había problema. La brisa agitaba mi cabello y acariciaba mis mejillas. Me estremecí un poco y al parecer Niall lo noto, porque apretó su agarre a mí. Si mi abuela nos viera en este momento, lo más seguro es que empezaría a reclamarme por la cercanía que teníamos. Pero no me importaba, lo único que tenía importancia para mí en este momento era el irlandés que tenía a mi lado.
Justo cuando estaba por iniciar la conversación, Niall hablo.
— ¿A qué hora llegara Eduardo mañana?
— No lo sé, temprano supongo—me encogí de hombros, metiendo mis manos más profundo dentro de los bolsillos.
— Aun no me has dicho porque.
— ¿Qué? —voltee a mirarlo sin entender, hasta que la respuesta de golpeo— ah.
— Exacto.
Lo había prometido, e iba a cumplir mi promesa. Me deshice de su medio abrazo, permaneciendo aun a su lado mientras recorríamos la acera. Mire al suelo, tratando de encontrar las palabras para comenzar a hablar. No es que mi historia fuera un melodrama de película, pero no me encantaba decirla. No creía que a las personas les interesara mucho que digamos.
Suspire.
— Lo más seguro es que quieras una respuesta concisa, pero tal vez sea mejor que te cuente toda la historia.
— Como prefieras, Cat.
Le lance una sonrisa a medias y tome su muñeca. Al ver su expresión con la duda marcada le hice una seña hacia la banca que había en el pequeño parque a unos cuantos metros. Asintió, y después los dos nos dirigimos hacia nuestro destino. La historia no era muy larga, pero no me apetecía contársela de pie. Me parecía más adecuado de esta forma, por alguna razón.
— Ya sabes que mi mama murió cuando yo tenía 4 años —asintió—es extraño pensar que después de todos estos años aun no supero su muerte, pero así es. De los tres fui la más unida a ella, tal vez sea porque era la única mujer o algo. No mantengo exactamente todos los recuerdos de ella, solo unos pocos. Algunos más marcados que otros, de hecho.
“algunos son de cuando me leía cuentos para dormir, siempre de princesas. Me decía que yo era su princesa y que estaba orgullosa de mí, en ese entonces no comprendía de que, es decir ¡Solo tenía cuatro años! ¿Estaba orgullosa de cómo me metía los fideos a la nariz? —Niall soltó la risa, la cual me saco una sonrisa, como siempre.
— Todas las mamas están orgullosas de sus hijos, así que supongo que lo decía por naturaleza— apunto.
— Puede ser. Una frase que siempre me repetía era “Una vez que eres Princesa, ya no puedes quitarte la corona”. En esa época lo tomaba como algo inocente, como cuando estábamos en un evento o algo y la tiara que me colocaban me picaban y mama me decía eso, pero después me di cuenta de lo que verdaderamente significa.
“A los trece, cuando tuve mi primer ataque. Me había cansado de tener que actuar siempre perfecta, en todas partes. Me centraban tanto en la imagen pública que jamás era yo. En la escuela estaba dentro del equipo de porristas, por las tardes me turnaban las clases de piano y ballet, además de que papa siempre nos sacaba a cualquier evento que había para mostrarnos. Utilizaba mi cara de bebe y la siempre-buena-educación de William para demostrar a dos de sus hijos perfectos, pero después de que pasábamos la alfombra o el punto de prensa, nos olvidaba el resto de la noche. A Harry pocas veces lo mostraba, él siempre fue el rebelde. Después de que me juntaron la clase de piano, ballet, la práctica de porristas y una cena de caridad, todo el mismo día, explote.
— ¿Qué hiciste?
— Al llegar de la práctica me dijeron que me fuera a alistar, que ya tenían mi ropa preparada para la cena. Estaba tan cansada y estresada, que comencé a gritarle a todo el mundo. Parecía psicópata. Después de eso, me encerré en mi habitación, encendí el reproductor de música, lo subí a todo y no Salí hasta al día siguiente a la hora del almuerzo. Me rehusé a ir a clases y poco después decidí tomar mis clases en el palacio. También deje el ballet y el piano, había tomado suficientes lecciones en mi vida como para tocar como profesional y bailar decentemente —Niall rio entre dientes, y no pude evitar esbozar una media sonrisa. Luego de un pequeño silencio, suspire.
“Puede que me haya desecho del 80% de mis presiones, pero jamás como para ser una chica normal. Es a lo que mama se refería, una vez que eres princesa, ya no puedes quitarte la corona.
— Pero tú si puedes, Caitlin. Renuncia al título, eso y te liberas del matrimonio —sus ojos destilaban desespero, y no sabía el porqué.
— No es tan simple, Niall. Bien podría hacerlo, pero sentiría que le fallo a mi madre.
— ¿Por qué lo harías?
— Porque estaba orgullosa de mí por eso. Yo era su princesa, la pequeña Caitlin de Gales, la niña de Inglaterra. Siempre mencionaba lo mucho que le gustaba como me comportaba en público, decía que no podía esperar a que creciera para ver como ejercía mi cargo. Tal vez ya no esté a mi lado, pero sé que me observa desde el cielo. No quiero decepcionarla renunciando a mi título.
Quedamos un minuto en silencio, sin nada más que decir. Miro directo a mis ojos, como si estuviera tratando de ver mi alma a través de ellos. Después de un momento, suspiro.
— No lo comprendo del todo, Cat, pero tratare de apoyarte.
Una enorme sonrisa se formó en mi rostro, y sin pensarlo, enrede mis brazos a su alrededor para abrazarlo.
— Gracias, Niall. No sé qué haría sin ti.
— No es nada. Gracias por confiarme esto, Cat.
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.
.
Después de un rato en el parque, Niall dijo que ya era el “momento adecuado” para regresar a lo de Anne. Recorrimos el camino de regreso con Tom y Will por detrás, mientras me contaba sobre lo que haría para las fiestas. Yo ya tenía mi agenda para lo que quedara del mes, como todos los años. Sería la típica cena navideña en el palacio, donde se reuniría toda la familia, más los Grey. La familia de Seth era muy cercana a la mía, nuestros padres eran amigos desde la preparatoria, y nuestras madres también se volvieron muy unidas; así que cada año celebraban navidad con nosotros. Siempre era la misma rutina de navidad, donde los únicos que disfrutaban eran los pequeños y los adultos. De los 13 a los 25 años, morías en vida en la fiesta. Si no fuera por Brittany, Chelsea y Seth, cada año en navidad me escaparía por la ventana.
Una vez que llegamos a la casa de los Style, Niall abrió la puerta como si fuera su casa. Supongo que después de varios días ya había cogido la confianza. Nos sacamos los abrigos en el recibidor, colgándolos en un perchero al lado de la puerta. Nos dirigimos hacia la sala, encontrándonos a Gemma y Anne viendo la televisión.
— ¡Caitlin! —chillaron ambas al verme.
Apenas tuve tiempo para reaccionar, ya que de inmediato saltaron para abrazarme. Eran contadas las veces en las que las había visto, pero aun así les tenía un enorme aprecio. En más de una ocasión, Gemma había hecho el papel de hermana mayor conmigo cuando tenía algún problema. Un día, cuando tenía problemas conmigo misma, Harry sugirió que llamara a su hermana para una charla de chicas. En ese momento Brittany y Chelsea estaban incomunicadas, Eleanor pasando un fin de semana con Louis, y Danielle bailando en Francia —por lo que las dos horas que pase hablando con Gemma fueron mi salvación. Ella tenía el don de decir exactamente lo que necesitas, en el momento preciso. Desde entonces seguimos hablando de vez en cuando por teléfono, aunque no muy frecuentemente. Sin embargo, Gemma se ganó un lugar en mi corazón.
— ¡Tenia tantas ganas de volver a verte! —me dijo Anne, abrazándome con fuerza.
Anne era como mi tercera madre —sí, tercera. Ya que el segundo puesto lo ocupaba Maura, la madre de Niall—. Ella al igual que Gemma me había ayudado en más de una ocasión con sus consejos maternales. No me sorprendía por qué Harry salió tan buen hijo, después de todo, Anne era una madre ejemplar. Cuando necesitaba un consejo, sabía que podía acudir a ella.
— Yo también, Anne. ¡No tienen idea de cuánto!
Volví a abrazar a ambas, tratando de transmitirles lo mucho que las había extrañado. Después de un momento, las tres tuvimos que separarnos por la necesidad de tomar una bocanada de aire decente.
Niall sonreía ampliamente en el umbral. Tenía los brazos cruzados y la sonrisa le iluminaba los ojos. Sonreí por inercia.
— Basta de lloriqueos, es hora de darte la primera parte de tu sorpresa, Cat. —anuncio Niall.
Gemma y Niall me dirigieron al comedor, sentándome a la cabeza de la mesa rectangular. Me quede mirándoles extraño al ver que no tomaban asiento, sino que en su lugar permanecían de pie al lado de la mesa. Uno a cada lado. Anne había desaparecido en la cocina, y yo comenzaba a hacer especulaciones sobre que sería mi sorpresa. Niall había dicho que no era la gran cosa, que la sorpresa verdadera me la darían mañana. Así que, por el momento, apuntaba a que la primera parte consistía en un pastel. Al escuchar como Anne removía algunos trastos en la cocina, estuve más segura de que estaba en lo cierto. Lo más seguro es que decidieran darme un detalle antes de mi cumpleaños, ahí él porque del pastel.
De pronto, la puerta Principal se abrió de golpe.
— ¡Mas les vale no haber comenzado sin mí! —se escuchó la voz de Harry.
El ruloso apareció en el comedor con el cabello un poco húmedo. Un rápido vistazo a la ventana me confirmo que la pequeña llovizna bajo la que Niall y yo hablamos se había intensificado, aunque no llegaba al punto de ser una lluvia normal.
— Tranquilo, Styles. Llegas a tiempo —le dijo Niall.
Harry se acercó primero a su hermana, depositando un beso en su mejilla como saludo, para después repetir la acción conmigo y decir: “Me alegro de verte, Cat”. Palmeo el hombro de Niall y se colocó a su lado. Desde otro punto de vista, la escena resultaría cómica.
— ¡Alguien tápele los ojos!
No pasaron más de tres segundos antes de que Niall se colocara detrás de mí y colocara una mano sobre cada uno de mis ojos. Bufe exasperada. ¿De verdad estaban haciendo esto? Escuche unos pasos provenientes de la cocina; Anne lo más seguro. Dejo algo sobre la mesa, aunque no podía ver que ya que el irlandés seguía impidiéndomelo.
— No es la gran cosa, pero esperamos que te guste —dijo Anne.
Niall retiro las manos de mis ojos, dejándome libre la visión. Al principio vi todo borroso, pero poco después mis ojos se acostumbraron a la luz, dejándome ver que es lo que tenía enfrente.
Una bandeja llena de galletas de chispas de chocolate reposaba sobre la mesa. A simple vista parecían galletas comunes y corrientes, pero después de observarlas detalladamente durante un minuto, no pude retener el jadeo que escapo de mi garganta y evitar que las lágrimas se agolparan en mis ojos.
— ¡Lo siento, lo siento! —Aulló Niall antes de abrazarme con fuerza y depositar un cálido beso en mi frente— Perdona, Cat. Pensamos que te pondría feliz ver las galletas, de verdad, lo siento, princesa.
Quería hablar, decirle que deje de pedirme disculpas por algo que no debe, pero tenía la garganta cerrada por sollozos que amenazaban con escapar. Sentí las lágrimas comenzar a caer por mis mejillas, al igual que los brazos de Niall apretarme con más fuerza. Sentía la mirada Harry y su familia sobre mí, preocupados. Quería decirles que todo estaba bien, pero no podía dejar de llorar. Llorar de felicidad.
Para la gente serán simples galletas con chispas de chocolate, pero para mí son algo mucho más profundo. Son uno de los pocos recuerdos de mi niñez que aún prevalecen. La mayoría son borrosos flashazos que me llegan a la mente de vez en cuando, pero este es uno de los escasos que siguen intactos en mi memoria. Después de todo, son las galletas de mama. Ella solía hacérmelas en ocasiones especiales, sobre todo en mi cumpleaños. Cada mañana el 21 de Diciembre, me despertaban Harry, William, y mama. Los tres cantando el feliz cumpleaños, mientras mi madre sostenía el plato lleno de galletas junto con un vaso de leche. Ella sabía que me encantaban, sin embargo me decía que solo las hacía en momentos especiales. En los pocos cumpleaños que pase con ella, jamás faltaron galletas
Acerque lentamente la mano hacia la bandeja, temiendo que desaparecía como si solo fuera una ilusión. Tome una galleta y me la lleve a la boca, mordiéndola por un lado; para después sentir el familiar sabor dulce que estas tenían. No tenían exactamente el mismo sabor, pero era lo más parecido que había probado jamás. Casi idéntico.
Trague con cuidado, disfrutando de la sensación que sentía en la garganta. Niall seguía abrazándome, ahora acariciando mi brazo para tratar de calmarme. Los sollozo se habían apaciguado, pero las lágrimas seguían cayendo.

— Lo sentimos, Caitlin. Pensamos que sería un lindo detalle, perdona si te ofendimos o algo —dijo Gemma.
Negué con la cabeza, dejando el resto de la galleta sobre la bandeja y limpiándome las lágrimas, que rápidamente fueron sustituidas por unas nuevas.
— No tienen nada de que disculparse, Gem —solloce— es lo más hermoso que alguien hizo por mí.
— Ow, cariño —se acercó a mí y me abrazo. Los brazos de Niall aún seguían alrededor de mí, así que en cuanto Gemma me abrazo comenzó a soltarme para que ella pudiera hacerlo completamente. No quería que se alejara, pero no diría nada— por un minuto pensé que te habíamos molestado.
— No, no —sorbí de mi nariz, a la vez que me limpiaba las lágrimas tratando de recomponerme— es un hermoso gesto. ¿Cómo supieron de las galletas?
Mire a Harry, Anne y Niall, esperando encontrar la respuesta. Gemma se quedó a mi lado, dejando solo un brazo sobre mis hombros para darme más libertad de movimiento.
— Niall es el que sabe —dijo Harry.
Mire a mi mejor amigo con los ojos cristalinos, el solo se encogió de hombros para restarle importancia.
— Tu hermano me lo conto hace tiempo. Batallamos un poco pero al final encontramos la famosa harina.
— ¿Un poco? ¡Pasamos tres meses buscándola! —exclamo Harry levantando los brazos.
— ¿Tres meses? —pregunte, mirando hacia Niall.
— Si, bueno. Harry me comento de las galletas, así que decidí hacerte algunas para tu cumpleaños. Le pedí al ruloso que me ayudara a hacerlas, porque admitámoslo; no soy muy bueno con la repostería.
— Lo difícil fue encontrar la harina —informo Anne.
— Ya no fabrican esa marca desde el 98 —añadió Gemma— tuvimos que rastrearla por todo el continente.
— Al final fue Niall el que la encontró —finalizo Harry.
Mire a Niall, a la espera de una respuesta. Correspondió a mi mirada, centrando sus ojos en los míos y provocando que me desconectara por un instante.
— Un anciano en Alemania tenía un saco completo. Dijo que se había quedado con el antes de cerrar su pastelería y jamás lo había abierto. Gracias al cielo seguía comestible.
— ¿De verdad se molestaron tanto con todo esto solo por mí? —sentí las lágrimas volver a agolparse en mis ojos. Nunca, nadie, jamás, se había tomado tantas molestias solo para darme una sorpresa. Y el hecho de que fueran personas a las que realmente apreciaba me hacía sentir aún más sentimental.
— Caitlin —dijo Niall— iría hasta el fin del mundo solo por verte sonreír.
No resistí más. Me levante de golpe y fui a su encuentro, envolviéndolo con mis brazos en cuanto estuvo a mi alcance y enterrando la cabeza en su pecho. Correspondió a mi abrazo, apretándome hacia él y sujetándome con fuerza. Todo esto había sido su idea, él era la cabeza detrás de todo esto, había contactado a un anciano en Alemania solo para hacerme este detalle; y yo más feliz no podía estar. No era la primera vez que Niall me sorprendía, pero jamás a tanta magnitud. El me conocía, tal vez no toda mi historia, pero si la mayor parte. Aun tenía muchas cosas que contarle, pero en comparación, sabía mucho más que otras personas. Él era especial, de una forma en la que no sabría cómo explicar. No era como Harry, por el cual sentía un profundo amor fraternal; o Seth, al cual conocía desde que usábamos pañales y quería como a un hermano. No, este amor era especial, diferente. Un amor que jamás había sentido por alguien, no de tal magnitud.
Las siguientes palabras me salieron del corazón. Trate de dejar claro lo mucho que significaba para mí. No sé de donde surgieron, solo sé que lo hicieron. Con el corazón en la mano, abrí la boca y susurre:
— Eres lo mejor que me ha pasado.

OH POR DIOS LO AME!!!!! ASDAFHSJAG
no puedo creer lo tierno que es Niall con Cat! Eso se que el iría hasta el fin del mundo con tan sólo verla sonreír fue tan akshajakakahshjakaka perfecto
El capítulo fue perfecto!
Tu novela es perfecto!
Todo perfecto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y ajshjahagsjajah omg Niall tan desesperado por querer que cat no contraiga matrimonio oh my ashsjasja por que será? Akshakajhs a amo tu novela!
Oh! Jajaja te imaginas a Niall cantándole a cat Wedding Bells de los Jonas Brothers jajaja akshakhaka (si no la conoces búscala, aún no esta en modo estudió pero ya esta en internet :))


AMO TU NOVELA
ES MI FAVORITA Y NO ME CANSARE SDE DECIRLO


Hablando de eso.... He estado recomendándo tu novela, espero que no te moleste :P

Aún sigo sin creer lo hermoso que es Niall con cat! siempre tan atento y tierno con ella akshkaj lo amo akshakjs


Buenooooooooooo lo malo es que subes hasta la próxima semana :( aunque con 'la próxima semana' espero que hables del lunes Jajaja

El domingo va a ser absolutamente genial, iré al concierto de los chicoooooooooos akdhakshja aún no la creo :')

Me tengo que ir, aún no he hecho mi maleta y mañana/hoy (jueves) me voy al DF ;)


Cuídate y síguela lo más pronto posible porque si no muero :((((( okno pero si me pongo muuuuuuy triste



Adioooos

HOLA NUEVA Y FIEL LECTORA!!!! SIGUELA PORFAVOR ME ENAMORE LA AMO DE VERDAD
TE RUEGO QUE LA SIGAS O MORIRE
Bueno me presento me llamo Susy y soy de México siguela porfavor

EL CONCIERTO FUE INCREIBLE!!!!!!!!
¿Cómo te fue a ti en el? Asombroso, verdad? AJSHAKSJSKHAK
Cuando subes?
Hoy?
Mañana?


Sube prontoooooooo!!!!

Hola, tengo tres amigas que son lectoras de tu novela pero no tiene cuenta para comentar, así que me. Pidieron que por favor te dijera que la siguieras lo más pronto posible, así que sube pronto :))))