Despertar en Grecia [Justin Bieber y One Direction]

-¿me sueltas ahora?- pregunté cabreada cuando estábamos afuera del Pub
-oye, necesito que me escuches, ¿sí?- dijo Malik con tono cabreado, ya, estaba demás decir que no nos soportábamos el uno al otro.
-tienes 2 minutos máximo- dije con tono pesado para que notara que estaba enojada.
-bien, aquí voy…- dijo para sí mismo- losiento- susurró entre dientes y rápidamente
-¿Qué?- pregunté al no entender absolutamente nada de lo que me había dicho- no entendí absolutamente nada- agregué
-¡que lo siento!- respondió gritando esta vez. Fue inevitable que una sonrisa se dibujara en mi rostro. Que Malik dijera “lo siento” era una novedad digna de publicar en las noticias
-¡vaya, vaya! Eso si que es nuevo- me burlé- ¿el señor Malik pidiendo disculpas? Un avance digno de admirar- me burlé nuevamente. Me miró enfadado con las mejillas al rojo vivo y luego miró hacia la calle con la misma expresión de enfado
-no te burles- dijo sin mirarme- nadie se puede enterar de esto, ¿vale?- me miró aún más sonrojado
-ay, ¿por qué no? Eso es tierno- sonreí
-dije, que nadie se entere de esto- agregó enfadándose aún más
-está bien, señor RudoMalikqueNadieSeQueTengoUnLadoTierno- bromeé, estaba gozando cada momento aprovechando que yo tenía las riendas del asunto. Se puso colorado ante mi comentario y se cruzo de brazos- Uy, lo he hecho sonrojar- exclamé en tono chillón para molestarlo aún más apretándole las mejillas.
-¡Antonella!- gritó tratando de liberarse de mi agarre.
-vale, vale, te suelto- me reí- pero dame un abrazo- le estiré los brazos.
-no seas cursi- se quejó
-anda ya, dame un abrazo- me acerqué
-Anto no- se rió ante lo ridícula que se había tornado la situación. Vaya, estaba sonriendo.
-¡abrazo!- grité abalanzándome sobre él para abrazarlo. De pronto, el dejó de forcejear conmigo y me correspondió el abrazo aferrándome de las caderas. Abrí mis ojos de par en par cuando una de sus manos tocó levemente mi trasero- ¡oye! No te sobrepases- exclamé alejándome de él.
-tú querías un abrazo- se encogió de hombros.
-tú lo dijiste, un abrazo, no un agarrón- me quejé
-hay, no exageres, no fue un agarrón- se excusó
-sí lo fue- me quejé
-no, no lo fue- rió
-Zayn, me agarraste el culo, acéptalo- me crucé de brazos
-Antonella, no mientas, no te agarré el…- se calló y señaló mi trasero. Negué con mi cabeza comenzando a molestarme, estoy segura que me había tocado el culo. Me miró sonriendo- ¿te enojaste?- no respondí, solo mire molesta a un lado. De pronto, sentí sus manos alrededor de mis muslos, me levantó y comenzó a girar conmigo en brazos.
-¡suéltame!- grité afirmándome de sus hombros para no caerme. Él no se detuvo y de pronto me dio un ataque de risa que lo contagió, ambos reíamos mientras giraba conmigo en sus brazos hasta que de pronto alguien carraspeó. Miramos hacia la entrada del Pub y allí estaban todos los chicos mirándonos, la mayoría sorprendidos, me fijé en Belle que tenía una ceja alzada. Zayn me bajó rápidamente y nos alejamos para tomar distancia. Zayn aclaró su garganta
-esto…- comencé a decir, pero nada se me venía a la mente en estos momentos.
-ya, ya, no les vamos a pedir explicaciones- dijo Lizzie riéndose- nos vamos, tenemos que irnos a Santorini ahora, nos vamos a buscar los bolsos, salimos en el Ferry de las 2:15, es decir, en 2 horas con 9 minutos- finalizó.

Fuimos a buscar las cosas al hotel mientras que los chicos iban a la casa de Josh por las suyas. Fue todo en tiempo record, llegamos 3 minutos antes de que el Ferry zarpara. Nos sentamos en dos corridas de asientos, ya que éramos un gran grupo de 14 y las corridas eran de 7 asientos. A pedido de Anna, nos sentamos junto a nuestras “parejas”. La marea estaba “furiosa” por así decirlo. Tuvimos que sentar a Daiana junto al barandal ya que las nauseas la asaltaban cada 3 minutos. Cuando llevábamos casi 3 horas de viaje, cuando los mareos me comenzaron a provocar dolor de cabeza, así es que decidí tratar de dormir. Los asientos no ayudaban mucho ya que eran duros y no muy cómodos que digamos.
-hey, Zayn, no seas desatento, se nota que tu novia intenta dormir- dijo de pronto Nathan. Abrí mis ojos y lo miré con los ojos a tope. Luego miré a Zayn que estaba rojo como un tomate de la vergüenza y tragaba saliva.
-¿tienes sueño...?- tragó saliva y se rascó la nuca- ¿…amor?- finalizó. Estuve a punto de partirme el culo de la risa, tuve que morderme la lengua para que no se me escapara una carcajada.
-un poco- respondí conteniéndome. Se puso aún mas rojo al notar que me había causado gracia su intento de parecer mi novio.
-p…puedes recostarte en mis piernas si quieres- dijo entre dientes.
-ow, gracias amor, es muy considerado de tu parte- dije agachándome para recostar mi cabeza en sus piernas. Era mucho mejor que intentar recostarme en mi asiento. Luego de unos minutos, caí profundamente dormida.

Si hay algo que odiaba, era viajar en Ferry. Siempre que iba a visitar a mis abuelos, iba en avión. Pero como Isabelle necesitaba viajar lo antes posible a Santorini, era más rápido de abordar.
De noche las cosas eran peores, Doble sensación de mareo, mayor probabilidad de sentir nauseas, etc. Todas las molestias que significaban viajar en ferry se agudizaban de noche ya que la marea subía con la acción de la luna. Daiana iba tirada sobre la barra ya que las nauseas no la dejaban ni respirar, Belle iba sentada a su lado sosteniéndole el cabello y acariciándole la espalda. De vez en cuando, Dai se desprendía de la barra y se apoyaba en el hombro de Belle queriendo dormir sin resultados. Justin iba sentado junto a Belle seguido de Harry que dormía profundamente. Hasta ronquidos se llevó. Y el chico se lo merecía, ya que durante las 3 primeras horas de viaje, el pobre había estado al pendiente de Dai justo antes de que Isabelle se ofreciera a hacerlo. Llevábamos cuatro horas con cincuenta y cuatro minutos. Eran las cinco de la mañana y pico, la mayoría dormía con excepción de Justin, Liam, Belle, Dai y yo.
-creo que has vomitado todo lo que has comido anoche, Dai- dijo Belle sentando a Dai nuevamente después de que terminara de devolver comida, nuevamente.- no creo que vuelvas a vomitar, ¿Por qué no te recuestas en mis piernas e intentas dormir un poco?- le decía esta con tono maternal tocándole la frente. Daiana asintió cansada y se recostó en las piernas de Isabelle. Luego de un rato- a eso de las seis y pico- el sol comenzó a aparecer desde debajo del mar. Isabelle estaba dormida en el hombro de Justin mientras que el chico tenía su cabeza sobre la de la chica y dormía plácidamente. La única despierta era yo. Y es que no podía dormir. Liam no abandonaba mi cabeza y eso no me gustaba para nada. No quería que él me gustara. Imposible.
Mamá siempre me decía que un amor de verano era una de las cosas más hermosas que pasaban durante la adolescencia, pero sin embargo yo no pensaba lo mismo, digo, ¿Qué tiene de lindo enamorarse de una persona sabiendo que algún día esa persona se iría y probablemente no la volverías a ver? Un nudo se me comenzó a formar en la garganta de tan solo pensar que cuando terminara el verano- o incluso antes- Liam se iría y lo más probable es que no volvería a ver nunca más. Me daba terror de solo pensar que ya no lo tendría, no vería su hermosa sonrisa, no tomaría su cálida mano, no vería sus hermosos ojos castaños claro, no lo tendría para sentirme querida.
-me encanta ver el amanecer- susurró de pronto sacándome de mis pensamientos. Desprendí mi cabeza de su hombro y lo miré.
-pensé que estabas dormido- susurré. Miré el sol saliendo desde el mar y recordé que los Ferry tenían segundo piso, desde donde se podía apreciar mejor- ven conmigo- dije levantándome cuidadosamente para no despertar a nadie. Me siguió en silencio hasta las escaleras, donde me detuvo para tomar mi mano. No quise mirar nuestras manos entrelazadas y tampoco su rostro.
Llegamos arriba y efectivamente el amanecer se veía mucho mejor. Liam me tomó desde atrás por la cintura y puso su barbilla sobre mi hombro izquierdo. El nudo en la garganta se volvió a formar.
-Liam…- susurré cuando el sol había terminado de salir desde el mar.
-dime- respondió sin moverse de su postura.
-tú… esto… ¿por cuánto tiempo te quedarás aquí?- pregunté indecisa.
-¿porqué? ¿Me quieres echar de tu país?- bromeó
-no, no, es solo te preguntaba- aclaré
-a inicios de diciembre- suspiró contra mi hombro. A inicios de diciembre… en 2 meses. Era bastante tiempo, pero aún así, se iría y eso es lo que importaba. Me separé un poco de él, le sonreí y baje. El espectáculo del amanecer había terminado y estaba decidida a no permitirme enamorarme de Liam. Llámenme cobarde, sí, lo soy.

Según Lizzie solo nos quedaban alrededor de cuarenta a treinta minutos y ya todos estábamos inquietos por llegar. La verdad es que no quería volver a viajar en Ferry en mi vida. Estábamos todos de pie- excepto Zayn ya que Anto seguía durmiendo en sus piernas- no nos queríamos sentar nuevamente en esos incómodos asientos que nos dejaban el culo molido luego de haber dormido toda la noche en ellos.
Daiana se sentía mucho mejor pero prefirió no comer antes de pisar tierra firme. Observé a todos los chicos que estaban con cara de poker face mientras que Zayn tenía cara de “Antonella despiértate ya”. Me fijé en Wendy que estaba sentada en la barra de contención donde decía claramente “do not take a sit”.
-hey, Wen, no puedes sentarte allí- le dije luego de leer el letrero.
-¿por qué no?- dijo mirándome con cara de sueño.
-letrero- señalé el letrero que estaba justo bajo sus pies- además es peligroso, imagínate te caes, bájate- ordené.
-hay, no seas tan exagerada, no me caeré- dijo quitándole importancia con su mano
-como digas- me encogí de hombros. Solo bastó que me diera la vuelta para sentir un grito proveniente de Wendy seguido del sonido del agua. Wendy se había caído.
Todos nos apoyamos en el barandal, incluyendo Anto que se había despertado con el grito. Nathan se lanzó al agua junto a Josh para poder subirla. Cuando la subieron, la envolvimos con una manta que nos entregó una de las auxiliares y la sentamos en las sillas incómodas.
-te lo dije- le dije de brazos cruzados. Wen solo me fulminó con la mirada queriendo decir “no es necesario que me lo recuerdes”.
Luego de cincuenta minutos y pico, pudimos pisar tierra firme en el muelle. Todos suspiramos aliviados ya que no aguantábamos un segundo más en esa cosa. Santorini era realmente hermoso. Las casa construidas en el cerro pintadas de blanco con detalles en azul que tanto la caracterizaban, por fin se posaban delante de mis ojos. Parecía tan irreal que tuve que pellizcarme- sin que nadie me viera, ya que era algo estúpido- para creerlo. “Pensar que todo esto es gracias a un deseo” me dije mentalmente.
Íbamos caminando por el muelle guiados por Lizzie cuando de pronto la voz de un niño pequeño me sacó de mi estado de shock.
-¡Isabelle! ¡tante Isabelle!- “ tía Isabelle” .Me di media vuelta para ver desde donde provenía la tierna vocecita que hablaba en Francés. Era gritaba Charlotte, mi sobrina quién corría hacia mí con los brazos abiertos y una gran sonrisa en su pequeño y angelical rostro.
-¡Lottie!- grité tirando la maleta y agachándome con los brazos abiertos para recibirla- Viens ici petit- “ven aquí pequeña” le dije. La nenita se tiró a mis brazos, la levanté y comencé a dar vueltas con ella. Me sentía tan feliz en esos momentos que sentía que nadie podía opacar esa felicidad.