La Soledad Del Campeón (Nick & Tu) [TERMINADA}

UN CAAAPIIISS

siguela!!!

SIIIII

mas por favor :wut:

SII MAAAASSS

seguilaa "! y chelis !! esa cancion tambien es mi favorita de su cd!!

PORFIIISS

seguila!! :lloro:

Capítulo Seis

Temprano a la mañana siguiente ______ entró en la cocina y encontró a Nick mirando por la ventana que había sobre el fregadero, con una taza de café en la mano y aspecto relajado pero pensativo. Entendía su preocupación. El beso que compartieron la noche anterior aún seguía fresco en su mente, al igual que la conversación sobre el accidente y la responsabilidad que él sentía por la lesión de Keith. Comprendía de dónde procedía su culpabilidad. Sin embargo, percibía que había algo más hondo y personal en la raíz de su angustia emocional.
Sabía que no sería positivo presionarlo, que lo mejor era concentrarse en potenciar la amistad que poco a poco iban forjando.
-Buenos días -saludó con alegría al entrar.
Nick dio media vuelta y observó su informal vestido y sandalias veraniegos antes de volver a mirarla a la cara. Placer y algo más vibrante pasaron fugazmente por su expresión, haciendo que las palpitaciones de ella se incrementaran.
-Buenos días -dijo con voz cálida y amistosa, sin nada de la hostilidad habitual en él.
______ se dirigió hacia la cafetera, sacó una taza del armario, la llenó y añadió leche y azúcar. Apoyó una cadera en el mostrador y bebió un sorbo.
-Pensaba en llevar a Chad a desayunar a Fran's. ¿Quieres venir con nosotros?
-Id vosotros -vertió lo que quedaba de su café en el fregadero-. Hay cosas que debo terminar por aquí.
No era un buen mentiroso, pero ella no dijo nada. Sospechaba que no quería ir a la ciudad con Chad y ella para enfrentarse a las especulaciones que sin duda provocarían, aunque no pensaba abandonar con tanta facilidad.
-¿No pueden esperar una o dos horas? -insistió con su voz más dulce-. De verdad me gustaría que nos acompañaras, y sé que a Chad también le encantaría -lo vio titubear, así que adoptó su expresión más persuasiva-. ¿Por favor?
-De acuerdo -aceptó tras unos momentos; meneó la cabeza como si no pudiera creer que cedía a sus caprichos-. Además, debo recoger algunas cosas en el supermercado de Gentry.
______ tampoco se creyó esa excusa, pero, considerando que ya había obtenido lo que quería, no pensaba cuestionar sus motivos para haber aceptado.
Media hora más tarde los tres entraban en Fran's Diner. Ella estaba decidida a mejorar la reputación de Nick con la gente de la ciudad. Sabía que reclamar su rango social sería un proceso lento y gradual, pero la nueva actitud de Nick era un excelente comienzo, siempre y cuando la mantuviera después de que el pequeño y ella regresaran a California.
Andrea volvió a atenderles, aunque las chispas que habían saltado entre Nick y ella habían menguado hasta una cortesía mutua. Tomó sus pedidos y le prometió a Chad las mejores tortitas de plátano que jamás hubiera probado.
Unos momentos después, la otra camarera del local se acercó a su mesa para llenarles las tazas con café.
-Hola, Nick -saludó con una sonrisa en su cara joven y bonita.
-Hola, Sally -repuso él con igual cordialidad, pero sin sonreír; luego hizo las presentaciones-. Sally, te presento a ______ Richmond. ______, Sally Morris, la mejor amiga de mi hermana.
-Es un placer conocerte -estrechó la mano delgada de la mujer.
-Lo mismo digo -convino con auténtica calidez-. He oído hablar mucho de Chad y de ti, principalmente por parte de Kristin. Parece que Chad se ha convertido en una pequeña celebridad en Cedar Creek. No hay nadie en la ciudad que no sepa de vosotros y de la fundación que representas. Todos pensamos que lo que haces es bastante especial.
-Es un trabajo de amor -reconoció ______, mirando con cariño a Chad.
-Mi hijo Randy está desayunando aquí, ahí en la barra -Sally indicó a un joven de pelo oscuro que los miraba expectante-. Me preguntó si Chad podía sentarse a desayunar con él.
-¿Puedo? -el pequeño miró a ______ esperanzado.
-Adelante -consintió al ver que no le haría ningún mal tener un nuevo amigo.
Chad se levantó y fue a sentarse en un taburete con Randy. Al rato los dos niños hablaban y reían. Chad había olvidado a ______ y Nick en el entusiasmo de haber descubierto compañía de su misma edad.
-Creo que ser una estrella del rodeo empieza a perder protagonismo con Chad –le comentó divertida-. Empiezas a ser el hombre que solía montar toros.
Nick cerró los dedos en torno a la taza de café y sus ojos reflejaron humor.
-Y es exactamente lo que soy... un hombre sencillo que cría caballos.
«Ni tú te crees que eres sencillo», reflexionó ella mientras lo observaba. Una descripción más idónea era complejo y taciturno.
Mientras desayunaban mantuvieron una conversación ligera, y aunque ______ sabía que él jamás lo reconocería, sospechaba que disfrutaba del intercambio verbal relajado y seguro, que solo se centró en los caballos que criaba.
Al terminar, Nick fue a recoger la cuenta que Andrea había dejado sobre la mesa. ______ extendió los dedos para anticiparse y solo consiguió que aterrizaran en el dorso de su mano.
-Yo invito -anunció ella, sin prestar atención al calor de su piel ni a la intimidad de la situación.
-Puede que lo hagáis así en California, pero en Cedar Creek dejar que una mujer pague mi desayuno no hablaría bien de mis modales.
Ella puso los ojos en blanco.
-¿Desde cuándo te preocupa el qué dirán o los modales?
Con el pulgar él le acarició los dedos en un movimiento sutil que consiguió que su pulso se acelerara.
-Desde esta mañana -murmuró solo para ella.
______ lo miró, ajena al mundo exterior mientras asimilaba el impacto de esa afirmación, que contenía un mensaje importante. Estaba dispuesto a corregir su conducta y actitud... desde que la conocía. Quedó tan abrumada y encantada con esa transformación sutil que no notó la aproximación de nadie hasta que alguien carraspeó para obtener su atención.
-Hmm, perdonad -dijo una voz de varón con tono incómodo por irrumpir en lo que parecía un momento privado.
______ retiró la mano y miró al hombre que se hallaba de pie junto a su mesa, reconociendo al editor que había ido al rancho de Nick. Exhibió una sonrisa automática.
-Hola, era Jason, ¿verdad?
-Sí, señora -replicó con cortesía, observándolos-. ¿Interrumpo algo personal?
-No, en absoluto -indicó de buen humor-. Nick y yo debatíamos sobre diferencias culturales.
Nick hizo una mueca malvada, compartiendo la broma personal.
Jason mostró desconcierto, aunque ______ no esperaba que comprendiera su comentario críptico.
-¿Qué podemos hacer por usted, Jason? -inquirió.
Él metió las manos en los bolsillos de los pantalones.
-Quería saber si podía hacerle algunas preguntas sobre su fundación. Me gustaría escribir un artículo para la Gaceta de Cedar Creek, con su autorización, desde luego.
-Por supuesto -se hizo a un lado en el asiento de vinilo para que Jason se sentara a su lado. Nick no dijo nada. En los primeros cinco minutos quedó claro que el editor había decidido adoptar un enfoque conservador. Mantuvo las preguntas centradas en Comienzos Brillantes, en el propósito de la fundación y en los objetivos futuros de ______.
Obtuvo suficiente información sobre Chad y ella para llenar dos páginas de la edición del viernes de la Gaceta. Mientras tanto, Nick permaneció del otro lado de la mesa escuchando con atención.
Al final de la entrevista, Jason terminó por reconocer la presencia de Nick.
-Quiero disculparme por el modo en que llevé las cosas el otro día en tu casa -indicó con voz hosca pero sincera.
-Lo mismo digo -se disculpó Nick.
Jason cerró el bloc de notas y lo dejó sobre la mesa con el bolígrafo encima.
-¿Te importaría que te hiciera una pregunta, Nick, entre nosotros?
-De acuerdo -se encogió de hombros con gesto cauteloso.
-¿Qué hizo que concedieras el deseo de Chad?
-Mis motivos para aceptar han cambiado en los últimos días -repuso con bastante candor-. Al principio lo hice por causas personales que prefiero no mencionar. Ahora que he conocido a Chad, lo hago porque el chico merece la oportunidad del mejor futuro posible, y todo eso empieza aquí, con el pequeño creyendo en deseos, sueños y lo imposible.
Ante su profunda revelación, ______ sintió un nudo en la garganta. Su declaración reflejaba el motivo por el que Comienzos Brillantes era una parte tan importante de su vida. Comprendió lo especial y compasivo que era realmente Nick, a pesar de su fachada hosca.
Jason aceptó la respuesta con un destello de respeto en sus ojos. Concluida la entrevista, se levantó y le estrechó la mano, luego la de ______, demorándose un poco más de lo necesario.
-Disfrute del resto de su estancia en Cedar Creek, ______.
-Lo haré, gracias -con una sonrisa, se soltó del cálido apretón.
Comenzó a alejarse de la mesa, pero después de dar unos pasos, se volvió con expresión cautivadora.
-Una última pregunta, como no se marcha hasta el domingo, ¿por casualidad tiene libre el viernes por la noche?
______ abrió la boca para responder, pero Nick se anticipó.
-Estará ocupada -aseveró con autoridad.
Ella miró a su anfitrión, igual que hicieron los clientes más próximos.
-¿Sí? -no se molestó en ocultar el desafío directo que había en su pregunta.
-Vamos a cenar en el Elk Lodge -respondió con igual desafío en los ojos grises.
-¿De verdad? -fingió sorpresa.
-Sí -la observó con el ceño fruncido.
-Qué maravilla -miró a Jason, quien aguardaba paciente que ambos solucionaran el malentendido-. Lo siento, pero creo que ya tengo otros planes.
-Lo comprendo -sonrió, aunque el gesto no ocultó del todo su decepción.
El joven editor se marchó del local y pasado un minuto de miradas especuladoras, los clientes volvieron a concentrarse en sus asuntos.
______ observó a Nick extraer su cartera de piel y sacar suficiente dinero para pagar la cuenta y dejar una propina generosa para Andrea. Adelantó el torso y mantuvo la voz baja.
-¿Sabes, Jonas? Debemos pulir la forma oxidada de establecer una cita. Hace un minuto rondaste lo bárbaro. ¿Ha pasado tanto tiempo desde que invitaste a salir a una mujer?
-En ningún momento mencioné que fuera una cita.
-Entonces, ¿cómo lo llamarías? -ocultó una sonrisa.
-Salir a tomar una cena preparada por otra persona que no seamos tú y yo.
-Cielos, eres poco creativo en tus definiciones.
La miró con ojos centelleantes, pero la expresión amenazadora carecía de convicción. ______ rió y aceptó la invitación para cenar el viernes en el Elk Lodge.
-No fue tan terrible con Jason, ¿verdad?
Nick miró a la mujer que caminaba a su lado mientras se acercaban al supermercado de Gentry. La expresión de ______ irradiaba una coquetería maliciosa. Sintió ganas de sonreírle... estaba tan llena de vida y energía que le daban ganas de ser partícipe de ese entusiasmo contagioso. Se contuvo y miró a Chad, que iba unos metros por delante, aún feliz por haber
hecho un nuevo amigo.
-Fuiste tú quien habló casi en todo momento -replicó, sabiendo que ella era el único motivo para haber soportado la entrevista de Jason.
-¿Estás diciendo que dominé la conversación? -indicó con tono burlón.
-No, digo que hiciste que la mañana fuera tolerable -esa era la verdad. Jamás
habría aguantado las incómodas cortesías y las miradas curiosas de haber estado solo.
La personalidad amigable y gregaria de ______ había evaporado las reservas de la ciudad.
-Nick, lo que le comentaste a Jason sobre los motivos que tenías para hacer esto por Chad...
-No le des mayor importancia -cortó antes de que pudiera alabarlo por algo que no merecía.
-Pero...
-Sin peros. Lo que le dije a Jason no está abierto a discusión -en particular cuando comenzaba a reconciliarse con lo mucho que la visita de Chad cambiaba su vida solitaria y en el modo en que la presencia de ______ hacía que se cuestionara su futuro. En el último par de días había buceado más en su alma que en todo un año, y le costaba diseccionar unos sentimientos y actos que no terminaba de comprender... emociones que al parecer estaban ligadas a esa mujer que hacía que deseara muchas cosas y necesitara aún más.
-Eres tan terco -soltó ella.
-Oh, eso es de risa viniendo de la señorita Obstinación.
-¡______, Nick!
La voz de su hermana lo arrancó de sus inquietantes pensamientos y le evitó contemplar el hecho de que su existencia era aburrida y sombría que ya ni siquiera podía disfrutar de algo tan natural como la risa.
-¡Kristin! -Chad fue el primero en saludar a la hermana de Nick cuando salía del supermercado seguida de James. El pequeño corrió hasta la pareja y los abrazó, para lanzarse a contarles el desayuno que había tomado con su nuevo amigo Randy en Fran's Diner.
Una vez que Chad terminó, Kristin se dirigió a ellos dos.
-Gentry tiene unos folletos interesantes en el mostrador y he considerado que podía ser una salida estupenda para Chad.
Extendió el pliego amarillo brillante hacia Nick, pero éste no fue capaz de convencerse de aceptarlo. En negrita anunciaba la Noche de Rodeo de Cody, con números diarios durante todo el mes de agosto. Se sintió invadido por demasiados recuerdos, no muchos agradables. Mezclados con su última actuación en un rodeo estaban los momentos que había pasado con su padre en el Rodeo de Cody siendo niño No, no eran recuerdos que deseara revivir.
-¿Por qué no lleváis a Chad vosotros? -sugirió él de repente.
-Nick, creo que vosotros tendríais que ir con él... -comenzó con incertidumbre.
-No, Kristin -aseveró tajante. Demasiado tarde notó que ______ lo observaba.
Kristin suspiró pero no insistió, aunque Nick sabía que su hermana era muy consciente de dónde surgía su negativa.
-Muy bien.
Chad hundió los hombros en evidente decepción, pero aceptó la decisión sin hacer comentario alguno. James se percató de la reacción del muchacho.
-¿Te importaría si Kristin y yo llevamos mañana por la tarde a Chad al Rodeo de Cody? -le preguntó a ______-. Si te apetece, tú también puedes venir. ______ apoyó la mano en la barbilla de Chad y sonrió ante su cara expectante.
-¿Sabéis?, creo que sería maravilloso que los dos llevarais a Chad al rodeo, aunque creo que yo me quedaré a hacerle compañía a Nick.
Este abrió la boca para refutar el último comentario, pero cambió de idea, ya que sabía que era una discusión que no podría ganar.
-Veré si Sally y su marido pueden acompañarnos, para que Chad pueda jugar con Randy -sugirió Kristin, ganándose el sí entusiasmado de Chad.
Mientras James, ______ y su hermana decidían los detalles para la aventura del día siguiente, Nick se excusó y entró en el supermercado, tratando de no pensar en las posibilidades de pasar el día a solas con ______.
______ miró por encima del libro en dirección a los establos, con la esperanza de captar un vistazo de Nick. Kristin y James habían llegado dos horas antes para recoger a Chad y llevárselo al rodeo, y desde entonces había estado sentada en el porche leyendo su novela y debatiendo si ir a ver a Nick o dejarlo en paz.
Desde el incidente del día anterior ante el supermercado, se había mostrado taciturno y distante. Inabordable, pero no rudo como el primer día. Había un motivo específico para que se negara a llevar a Chad al Rodeo de Cody y no pudo evitar meditar en ello. Probablemente lo más inteligente sería darle tiempo a solas, pero ______ jamás había rehuido un reto. Nick, con todos sus secretos oscuros y actitud hostil, la fascinaba. Había visto demasiados destellos de su lado más gentil como para creer que era un hombre bueno, honesto y que merecía ser feliz.
Quería verlo feliz e intentaba no analizar en profundidad por qué eso le resultaba tan importante.
Dejó la novela y entró en la casa. En la cocina preparó unos sándwiches y reunió unos racimos de uvas y unas galletitas caseras que les había enviado Kristin el domingo. Encontró una bandeja en la despensa, añadió dos latas frías de refresco y se dirigió a los establos.
Encontró a Nick en la oficina de atrás inclinado sobre un cuaderno abierto sobre la mesa, perdido en un mar de papeles. Aunque se hallaba concentrado, en ese entorno parecía relajado... incluso increíblemente sexy. Podría haberlo mirado toda la tarde, pero antes de que las sensaciones la desbordaran llamó a la puerta. El alzó la vista y mostró una mezcla de sorpresa y frustración. No frunció el ceño, algo que ella tomó como una señal de que su presencia no era del todo molesta. Entró, demasiado consciente de que posaba la mirada en sus piernas desnudas. Ese día llevaba unos pantalones cortos y un top, y aunque la ropa no mostraba nada, el calor que emanó de sus ojos pareció abrasarla a través de la tela. Movió los pies y señaló la bandeja.
-Como no has comido nada desde el desayuno, pensé que tendrías hambre.
Se reclinó en la silla y cruzó las manos sobre su estómago.
-Sí, de repente siento apetito -murmuró.
-Ah, estupendo -el doble sentido de sus palabras le provocó un hormigueo en el cuerpo-. ¿Tienes una manta? -de repente se preguntó por qué la conversación había adquirido un matiz tan sexual.
-¿Una manta? -un interés masculino brilló en sus ojos-. ¿Para qué?
-Pensaba que podíamos extenderla justo debajo del árbol que hay junto a los establos y comer ahí.
-¿Y por qué no podemos comer en mi despacho? -inquirió, manteniéndola atrapada bajo su mirada.
-Porque aquí hace demasiado bochorno -afirmó.
Él alzó las comisuras de los labios en una leve manifestación de humor, pero no completó esa risueña promesa. Nunca lo hacía.
Ella suspiró casi con impaciencia.
-Vamos, Nick. El día es magnífico y estoy convencida de que no te vendría mal un descanso del tedio del papeleo -él guardó silencio, aunque vio que vacilaba-. No hagas que suplique tu compañía, Jonas.
-No, imagino que esa no sería una visión agradable -se levantó y rodeó el escritorio-. Tú ganas. Comeremos fuera.
Unos minutos después se sentaban bajo la sombra del árbol sobre una manta vieja y suave que Nick había sacado del cuarto de los aparejos. Ella cruzó las piernas mientras él eligió estirarse. Soplaba una brisa agradable que agitaba el extremo del pelo de ______, recogido en una coleta. Le pasó unos sándwiches de queso y jamón, acompañados de lechuga y tomate.
Nick desenvolvió el primero, le dio un buen mordisco y masticó pensativo. ______ abrió las dos latas de refresco, luego tomó un sándwich y le quitó la película de plástico.
-Bien, ¿por qué no quisiste ir hoy al rodeo? -preguntó en un afán por establecer conversación, luego se llenó la boca con el suculento jamón y el queso cremoso.
El dejó de masticar y al instante la miró con suspicacia. Meneó la cabeza con disgusto fingido y bebió un trago del refresco.
-Debí imaginar que había un motivo oculto para que me trajeras comida y sugirieras este acogedor picnic.
-No puedes culparme por sentir curiosidad -vio que él se afanaba por parecer irritado, aunque fracasaba.
-No dejas nada sin tocar, ¿verdad?
-Me gusta solucionar acertijos, y tú, Nick Jonas, representas un gran misterio -abrió la bolsa con las uvas y se llevó una a la boca-. Y ahora cuéntame por qué.
-Caminar tanto habría pasado factura sobre mi pierna -se encogió de hombros mientras terminaba el sándwich.
-Mentiroso -sonrió. Nick mostró una expresión irritada. Era evidente que no había esperado que cuestionara abiertamente su excusa-. Dime la verdad, Nick –instó con suavidad-. Por favor.
-¿Por qué te importa tanto?
«Porque me importas y quiero saber todo de ti... quién eras y por qué te has convertido en el hombre que eres».
-Pienso que si hablas de lo que sea que te esté molestando, es posible que te sientas mejor -le lanzó una mirada de incredulidad-. Funciona con los chicos que trato.
-Soy un hombre adulto, ______ -afirmó con tono cáustico.
-Que lleva un montón de culpa por algo que no necesariamente debes achacarte -aseveró ella- Es lo mismo.
Él no respondió y su cuerpo se puso tenso. Con calma, ella terminó el sándwich y esperó que Nick dirigiera la conversación. Más que nada, deseaba que ese hombre se abriera y le confiara sus secretos más oscuros, pero se negaba a presionarlo más. El siguiente movimiento dependería de él. Al rato su paciencia recibió adecuada recompensa.
-No solo no he ido a un rodeo desde mi accidente, sino que el Rodeo de Cody guarda muchos recuerdos para mí.
-¿Buenos?
-Mezclados con algunos malos -reconoció, comiendo unas uvas.
-Háblame de ello -pidió cuando él no se explayó.
-El Rodeo de Cody es donde competí por primera vez siendo joven, o más bien adonde me empujó a competir mi padre cuando todavía yo no estaba preparado -repuso-. Él también montaba, solo que jamás fue lo bastante bueno como para ganar un campeonato, de modo que pasó a ser su obsesión conmigo.
______ alzó las rodillas y las rodeó con las manos.
-¿Recayó en ti alcanzar sus sueños por él?
-Sí. Y la cuestión es que anhelaba complacerlo, y como la única manera en que podía hacerlo era compitiendo y ganando, lograr el campeonato nacional llegó a ser mi única obsesión. Una muy destructiva -añadió con tono de disgusto.
Le pasó una galletita de chocolate, que él aceptó.
-¿Qué opinaba tu madre al respecto?
-Era una mujer tranquila y jamás cuestionó las decisiones de mi padre. Murió de neumonía cuando yo tenía doce años -la miró con dolor-. Mi padre se hallaba tan concentrado en competir y ganar que estábamos en la carretera cuando tendríamos que haber estado en casa junto a mi madre y Kristin. Hizo falta que mi hermana nos llamara suplicándonos que regresáramos porque mi madre se hallaba muy enferma para que mi padre al fin aceptara. Llegamos junto a su lecho un día antes de que falleciera -meneó la cabeza en reprobación silenciosa-. Me encontraba tan inmerso en la fijación de mi padre por ganar que descuidé lo que debería haber sido lo más importante en mi vida. Cuidar de mi madre y de mi hermana.
-Solo eras un muchacho entonces.
-Mi egoísmo no acabó ahí, ______ -esbozó una mueca de resentimiento-. Mi padre apenas dedicó unos días de luto por la muerte de mi madre antes de volver a salir a la carretera para ir al siguiente rodeo, dejando a Kristin con unos buenos amigos de la familia para que esperara nuestras esporádicas visitas. Teníamos que mantener una agenda de competición, facturas que ya habían sido pagadas y no había nada que pudiera distraer a mi padre de su cometido.
-¿Y tú seguiste compitiendo? -preguntó con un nudo en la garganta por el joven confuso que había sido, sospechando que había más.
-Sí, mi padre no dejó de empujarme, y yo seguí compitiendo cuando tendría que haber estado en casa cuidando de mi hermana -tomó otra galletita y apoyó la cabeza en la manta, mirándola-. ¿Y sabes cuál es la ironía de todo el asunto? Mi padre quería que yo ganara el campeonato, pero no conseguí el título hasta después de que muriera de un ataque al corazón.
Ella le ofreció una sonrisa cálida, con la esperanza de compensar la amargura que de pronto remolineó entre ellos.
-Los títulos que ganaste siguen siendo algo de lo que debes estar orgulloso.
-¿Lo crees? -la observó largo rato-. Pagué un precio muy alto por ese título, y a punto estuve de matarme a mí mismo y a otro jinete. No es algo que pueda enorgullecerte -se pasó una mano por el pelo y rió sin humor-. Heredé los mismos rasgos exigentes, agresivos y egoístas que despreciaba en mi padre. Odiaba lo que mi viejo me había hecho, pero su lección quedó tan grabada en mí que presioné a un joven a subir a un toro peligroso antes de estar listo.
Por una vez ______ no supo qué decir para mitigar su dolor.
Nick soltó un suspiro, se echó de espaldas, dobló las manos bajo la cabeza y contempló las pocas nubes que moteaban el cielo.
-¿Y sabes cuál es la peor parte? Ya no confío en mí mismo en lo que a los niños se refiere, e imagino la clase de padre que sería. Lo único que sé sobre el amor y la disciplina es lo que me enseñó mi padre, lo cual no es algo que quiera transmitirle a un hijo mío -su cuerpo grande tembló y cerró los ojos como si quisiera bloquear ese terrible pensamiento-. ¡Y, maldita sea, no soy ningún héroe! -musitó con voz ronca.
______ pegó las piernas al pecho y sufrió en silencio por el niño solitario que había sido y el hombre cínico en que se había transformado. Anheló decirle que sería un padre cariñoso y amable, pero sabía que jamás le creería. Sin embargo, durante un breve tiempo podría hacerle olvidar las cargas que lo abrumaban. Cedió al impulso de inclinarse y darle un beso suave en los labios.
Nick abrió los ojos y antes de que ella pudiera apartarse, alargó la mano y la cerró en su nuca, manteniendo su cara a unos centímetros de la suya.
-¿A qué vino eso? -susurró con voz muy seria.
Nerviosa de repente, se humedeció los labios con la lengua.
-Me gusta cómo me siento cuando te beso. Con calor. Excitada. Ansiosa de más -su abierta sinceridad y el deseo masculino que vio en sus ojos hizo que se ruborizara, pero no se contuvo ¿Tú también sientes algo?
De pronto él la soltó y se incorporó, quebrando el hechizo de seducción que se había apoderado de los dos.
-Me queda trabajo por hacer -indicó sin mirarla-. Gracias por el almuerzo.
Lo observó dirigirse a los establos con una sensación de desolación. Hombre obstinado. Así como se negaba a encarar el pasado, también era reacio a reconocer el creciente sentimiento que nacía entre ellos.

Capítulo Siete

Nick tenía un manojo de nervios y anticipación en el estómago. No importaba las veces que había intentado decirse que el regalo que estaba a punto de hacerle a ______ era para evitar que su piel suave se quemara; su corazón no estaba del todo convencido del gesto. El Stetson de mujer que le había comprado servía un propósito doble, y para colmo uno egoísta. En última instancia, quería ver su sonrisa radiante, que siempre conseguía calentar esa parte fría y solitaria de su alma. Frunció el ceño mientras cruzaba el salón hacia el porche, donde sabía que ______ disfrutaba de la taza de café de la mañana. Aunque sabía que lo que empezaba a sentir por ella se adentraba en terreno peligroso, anhelaba todo lo que podía ofrecer... su generosidad, su calor y la belleza que iba más allá de sus facciones. Se detuvo ante la mosquitera y la vio ante la barandilla del porche con una camiseta y unos vaqueros que se ceñían a sus curvas esbeltas y a sus piernas largas.
Ese día llevaba el pelo suelto y los extremos se curvaban levemente sobre sus hombros.
Abrió la puerta y salió al exterior. Al oír sus pasos ella se volvió y lo saludó con una de esas sonrisas arrebatadoras.
-Me encanta estar aquí -suspiró-. Es tranquilo, apacible y precioso. En particular por la mañana.
Se acercó a ella y pasó los dedos por el borde del sombrero que sostenía en las manos.
-Estoy convencido de que la impresión favorable que tienes de Wyoming cambiará cuando llegue el invierno. Pueden ser largos y duros, por no mencionar el hecho de que muchas veces te ves confinado durante las nevadas y las tormentas.
-Depende de con quién te quedes confinado -insinuó con sensualidad, haciendo que a él le hirviera la sangre ante las posibilidades. Bebió otro sorbo de café y bajó la vista al Stetson de color crema que tenía Nick-. ¿Te has comprado un sombrero nuevo?
-No, lo compré para ti -alargó la mano, sintiéndose de repente incómodo.
-¿Sí? -alzó la vista a su cara pero no aceptó el regalo que le ofrecía.
Él asintió con gesto brusco y fingió preocupación.
-Esa delicada piel tuya se va a convertir en cuero como no te protejas adecuadamente.
La adorable sonrisa que había esperado apareció y le tensó las entrañas. ______ dejó la taza de café en la barandilla y tomó el sombrero, pasando los dedos por el suave fieltro.
-Vaya, mi propio Stetson. ¿Me convierte en una verdadera vaquera?
-Al menos durante tres días más.
La sonrisa de ella vaciló un poco ante el recordatorio de que no tardaría en marcharse, haciendo que Nick se preguntara si temía tanto como él la llegada del domingo. Esa mujer era el único motivo de su drástico cambio de actitud. Conocía todos los detalles despreciables de su vida y se negaba a creer lo peor. De algún modo, había logrado rebatir todos los argumentos sobre su oscura reputación, hasta que hizo que comenzara a creer si no se había juzgado con demasiada dureza.
-Y bien, ¿qué te parece?
El sonido de la voz de ______ devolvió a Nick a la mujer que tenía delante. Se había puesto el sombrero que le había regalado. Pensó que estaba increíble y dolorosamente hermosa.
-Te queda perfecto -lo echó un poco atrás para poder verle los ojos brillantes y guardar la imagen en la memoria.
-Gracias por el sombrero -dijo, acercándose con paso inseguro. Apoyó una mano en su torso y le dio un beso en la mejilla.
Una descarga de calor le atravesó las venas y le hizo recordar palabras que ella había dicho dos días atrás. «Me gusta cómo me siento cuando te beso. Con calor. Excitada. Ansiosa de más».
No le había dado una respuesta porque le daba miedo. Claro que él también sentía algo... la misma excitación y ansia que experimentaba ella, y la necesidad de trascender los deseos físicos. Quería a ______ Richmond, pero el apetito emocional que sentía por ella no se podía mitigar con un simple beso. Era más hondo de lo que jamás había sentido por otra mujer.
-Eh, Nick -dijo Chad al salir al porche con los nuevos zahones de cuero que Kristin y James le habían comprado en el rodeo.
-Prometiste enseñarme como lazar igual que los vaqueros en el rodeo. ¿Podemos hacerlo esta mañana?
-Sí, te lo prometí, ¿verdad? -agradecido por la interrupción, miró al pequeño-. ¿Te apetece una lección sobre cómo echar el lazo? -le preguntó a ______
-Desde luego -le guiñó un ojo a Chad.
Se dirigieron a un corral vacío y Nick sacó dos cuerdas enroscadas del cuarto de los aparejos. Se reunió con sus ávidos estudiantes bajo el cálido sol y le pasó una a Chad.
-Cuesta lazar un becerro cuando no tienes ninguno -bromeó ______, metiendo las manos en los bolsillos posteriores de los vaqueros.
-Podemos practicar con ese barril vacío de ahí. Créeme -añadió-, te va a costar bastante acertar con algo tan quieto.
Dedicó la siguiente hora a enseñar con paciencia a Chad y a ______ cómo formar un lazo pequeño, luego a darle vueltas con firmeza antes de arrojarlo sobre el barril. Al rato Chad logró realizar algunas pruebas que terminaron cerca del objeto.
-Buen intento -alabó-. Todo radica en la muñeca. Mantenla relajada y suelta la cuerda poco a poco hasta que te sientas cómodo para arrojarla.
-Éste es el trabajo duro -se quejó ______ de buen humor, moviendo el brazo cansado-. Creo que necesito un descanso. ¿Os apetece beber algo fresco?
-A mí me gustaría una limonada, por favor -pidió Chad con la vista clavada en su objetivo mientras se concentraba en lazar el barril. Parecía cansado pero decidido a no abandonar.
-¿Ya lo dejas? -se burló Nick quitándole la cuerda.
-Eh, este Stetson solo me da el aspecto de una vaquera -repuso ella con una mezcla de obstinación y orgullo femenino-. Por desgracia, carece de poderes mágicos para convertirme en una -frunció la nariz-. Ahora bien, sí puedo manejar los refrescos -sonrió y se dirigió a la puerta que conducía fuera del corral.
Nick comenzó a formar un lazo y soltó suficiente cuerda hasta disponer de un buen círculo.
-Antes de irte, ¿querrías levantar esa bala de heno que hay ahí? -preguntó.
Ella se detuvo y miró en la dirección que él señalaba con la cabeza.
-Claro -aceptó al ver que ambos tenían las manos ocupadas.
Mientras la observaba ir hacia el extremo del corral, le susurró a Chad
-¿Qué te parece si atrapamos una yegua?
Chad lo comprendió al seguir los ojos de Nick y ver a ______ inclinada para enderezar la bala de heno. Una sonrisa enorme transformó su expresión.
-Sí -murmuró, bajando la cuerda para contemplar la destreza de Nick.
-¿Qué tal así? -preguntó ______ al volverse para mirarlos.
-Perfecto -convino él, acercándose cada vez más-. Y ahora quédate quieta y sé una buena...
No esperaba que ella obedeciera, y no se equivocó. Por cada paso de él, ella dio dos al costado con mirada suspicaz.
-Nick, ¿qué crees que estás haciendo?
El lazo giraba cada vez más alto.
-Capturar a una indómita yegua.
______ abrió la boca indignada, aunque el brillo en sus ojos le indicó que aceptaría la broma.
-¡No te atreverás!
-¿No? -desafió con suavidad.
-¡Pues no esperes que me quede quieta y te ponga las cosas fáciles! -corrió por el corral en un intento por frustrar sus intenciones.
-No, eso no sería divertido -continuó avanzando con tranquilidad, lo cual solo sirvió para avivar la anticipación de lo que iba a suceder... la captura de ______-. Presta atención, Chad -indicó en voz baja-. Mantén los ojos en la presa e intenta calcular cuál será su siguiente movimiento. Observa sus piernas para adivinar hacia dónde va a correr -bajó la vista a esas piernas largas y sexys y no le costó adelantarse a la dirección que tomó.
Ella soltó una exclamación de frustración y le apuntó con el dedo.
-Lo pagarás, Nick Jonas.
-Oh, eso espero, señorita Richmond -dijo, imaginando las distintas posibilidades de su venganza.
Poco a poco la fue arrinconando en una esquina vallada. Aunque los separaban unos diez metros, ambos sabían que la tenía atrapada. Ella respiraba agitadamente y en los ojos le brillaba una excitación encendida mientras buscaba un modo de escapar. Los pechos le subían y bajaban de forma enloquecedora. La vista de Nick se hallaba clavada en esa visión estimulante. Sintió que se le contraían las entrañas con una necesidad y deseo irresistibles por esa vivaz mujer.
-¡Atrápala, Nick! -instó Chad divertido, recordándole que no estaban solos.
De algún modo, lo que había empezado como un juego se había convertido en una lenta y tentadora seducción que él quería llevar a su inevitable conclusión. Aproximándose, movió la muñeca para darle firmeza al lazo y reclamar su presa. Ella se humedeció los labios con la lengua y amagó a la izquierda. Cuando él la siguió de manera automática, se lanzó a la derecha con un grito de triunfo. Recuperándose en el acto, Nick soltó el lazo... que cayó justo por su cabeza y alrededor de su cuerpo. La cuerda se tensó en su cintura y le sujetó los brazos a los lados, deteniéndola en mitad de la carrera sin tirarla al suelo. La dejó un poco floja para no lastimarla y brindarle tiempo para recuperar el equilibrio.
-Así es cómo se hace, Chad -comentó.
______ lo miró boquiabierta, como si no pudiera creerse que la había atrapado como a un becerro.
-Muy gracioso, Jonas -sin éxito, intentó quitarse la cuerda-. Ya puedes soltarme.
-No, me gusta verte de esa manera -inexorablemente, tiró de ella-. Bueno, ya hemos capturado a nuestra yegua, Chad. ¿Crees que podremos domarla?
______ agitó la cabeza y lo miró con falsa expresión de cólera.
-Esta yegua te va a mantener muy ocupado, vaquero.
-Como si no lo supiera -indicó él con los ojos en blanco. No dejó de aproximarla, conteniendo la carcajada que vibraba en su pecho. Dios, ¿cuándo había sido la última vez que se había divertido tanto de forma tan sencilla? No pudo recordarlo, pero pensaba disfrutar de ese momento mientras durara. Se echó el sombrero hacia atrás-. Empiezo a dudar si soltarte.
A unos pasos de distancia, ella se detuvo de golpe y el asombro transformó sus rasgos.
-Vaya, Nick Jonas, ¿eso que detecto en tu cara es una sonrisa?
-Señorita Richmond, no tengo ni idea de lo que hablas.
______ rió con incredulidad. Con suavidad él tiró de la cuerda, haciéndola trastabillar los últimos pasos. Para evitar que cayera, apoyó la mano en su espalda con el fin de sostenerla. Demasiado tarde comprendió su error. Su gesto noble dejó la boca de ______ apenas a unos centímetros de la suya y a lineó sus cuerpos a la perfección. El suyo respondió a las curvas suaves y tuvo que luchar contra la instintiva reacción masculina. Ella sonrió.
-Quizá ha pasado tanto tiempo que ya has olvidado lo que se siente al sonreír, pero desde aquí es lo que me parece que estás haciendo.
Nick abrió la boca para negarlo, pero el sonido de un vehículo captó la atención de Chad, quien corrió a la valla para ver al visitante. Nick supo que debería soltar a ______ mas no fue capaz de hacer caso a esa voz de la razón, no cuando en lo único en que podía pensar era en besar los labios que tenía tan cerca que sentía su aliento entrecortado y cálido.
-¡Ha llegado Kristin! -anunció Chad, saludando en dirección a la furgoneta que Nick no podía ver desde donde se hallaba.
-Vas a soltarme -susurró ella, recuperando la compostura-, ¿o quedaré sometida a la humillación de que tu hermana me vea así?
Eso lo sacó de la bruma sensual e hizo que estableciera suficiente distancia entre ellos, tanto por decoro como por su cordura.
-¿Podrías, hmm, ayudarme a aflojar la cuerda? -continuó ella-. No llego hasta el nudo.
Nick bajó la vista hasta el sitio en que el nudo descansaba debajo de sus pechos.
Al comprender lo que acarreaba la tarea, se obligó a levantar unas manos inseguras.
Probó con la cuerda, incapaz de evitar que los nudillos rozaran la parte inferior de esa suave plenitud. Al parecer, ella tampoco pudo evitar que los senos se le inflamaran ni que los pezones se irguieran contra la camisa de algodón. El sintió una oleada de calor en el vientre, que se extendió hacia todas sus terminales nerviosas. Apartar la vista de su cara no frenó su ardor, menos aún cuando ella exhibía el mismo apetito vital que se retorcía en sus entrañas.
En cuanto la cuerda cedió y cayó a sus pies, Nick se apartó y soltó el aire por la boca. Maldiciendo la futilidad de la situación y la necesidad que tenía de ella, contempló los establos hasta que el cuerpo se le serenó lo suficiente como para poder recibir a su hermana.
-¿Nick?
-¿Sí? -susurró con frustración, mirándola.
-Entre nosotros, sí sonreíste.
-No -negó, pero incluso en ese instante experimentó la necesidad de sonreír ante su expresión satisfecha.
-Sí -insistió con suavidad-. Y antes de que me vaya el domingo, demostraré que hay más sonrisas de donde surgió esa.
______ se relajó en los brazos de Nick mientras bailaban al ritmo de la balada que tocaba la orquesta en el mejor asador de Cedar Creek. El viernes por la noche el Elk Lodge se hallaba lleno, y aunque Nick y ella habían recibido miradas curiosas al llegar a cenar, tras el interés inicial éstas habían menguado. Algunas personas se acercaron para preguntar dónde estaba Chad. ______ les explicó que se encontraba con Kristin y James. La pareja les había preguntado si el pequeño podía quedarse a dormir en su casa.
Los dos cenaron en torno a una conversación relajada y en vez de marcharse al terminar, tal como había esperado ______, se quedaron sentados charlando principalmente de naderías, aunque todo lo que decía él atrapaba su atención y la hacía comprender con más profundidad quién era Nick. Honda e irrevocablemente sintió que se enamoraba de ese vaquero amable y cariñoso que Chad había descubierto hacía años, a pesar de que lo ocultara bajo unas capas de culpa y recriminación. Lo que había comenzado como un intento de aplacar a la bestia salvaje que había conocido dos semanas atrás, había terminado por poner sus emociones del revés. Cuando lo miraba, veía cosas que superaban la atracción y el deseo físicos. Claro que experimentaba una gran excitación cerca de él, aunque había algo indefinible que nunca habían mostrado los hombres con los que había salido en el pasado... una conexión, un calor y una sensación de idoneidad. ¿Es éste el amor que he estado buscando?», se preguntó, aturdida por el pensamiento.
Nick frotó una mano gentil por su espalda.
-Eh, ¿te encuentras bien?
-Estoy bien -repuso, despejando la mente de la asombrosa revelación.
Él no pareció convencido.
-¿Te diviertes? Si lo deseas, podemos irnos.
-Me lo estoy pasando muy bien -repuso con sinceridad, sin desear que la noche terminara-. Aunque pensaba que esto no era una cita.
-No lo es -comentó divertido.
______ no pudo resistir provocarlo. Sacarle una sonrisa se había convertido en una gozosa batalla de voluntades, y estaba impaciente por ganar.
-Bueno, estamos bailando juntos. Bastante pegados -la fricción de sus pechos, vientres y muslos inundaba el cuerpo de ella con suficiente calor como para iniciar una hoguera bajo la superficie de su piel.
-Bailar fue idea tuya, no mía -señaló Nick.
-No recuerdo que tú opusieras mucha resistencia -subió la mano hasta la nuca de él.
-Como si alguna vez pudiera ganar contigo -expresó con humor y escepticismo.
-Tienes razón -concedió con una sonrisa insolente-. Ciertamente, que seas un romántico le da a este día la categoría de cita.
-Si no hago nada romántico -deslizó un muslo musculoso entre los de ______, acercando aún más sus cuerpos, si eso era posible.
-Depende de la definición que se dé a romántico -sus palpitaciones se aceleraron.
-Adelante. Ilumíname con la tuya.
-Bueno, esta noche te has mostrado muy atento.
-Tenemos un público ávido, y quiero causar una buena impresión.
-Ambos sabemos que eso es mentira -rió. Él se encogió de hombros, sin reconocer nada-. ¿Y qué me dices del modo en que me abrazas mientras bailamos? ¿O del hecho de que llevas contemplando mi boca un buen rato como si quisieras besarme? ¿Sabes? -susurró con voz apenas audible-, dejaría que lo hicieras.
Él dio la impresión de meditar la idea. Pero en ese momento la música adquirió un ritmo más vivo y los obligó a moverse a otra velocidad por la pista y el momento se perdió. Sin embargo, la tensión sensual que bullía entre ellos permaneció activa hasta mucho después de irse del Elk Lodge. Un silencio cómodo reinó en la furgoneta de Nick, solo quebrado por una emisora de radio donde pasaban música country. ______ miraba por la ventanilla y se asombró cuando un relámpago surcó el cielo nocturno, iluminando el interior del vehículo.
-Parece que esta noche tendremos tormenta -comentó él en voz baja y sexy en el espacio reducido-. Con un poco de suerte llegaremos antes a casa.
En cuanto pronunció esas palabras cayó una gota gorda, seguida de otra y otra, hasta que no le quedó más elección que activar los limpiaparabrisas para poder ver. Cuando detuvo la furgoneta ante la casa, la lluvia caía de forma constante.
-Me parece que tendremos que correr hasta el porche -comentó al apagar el motor. Pero antes de que pudiera sacar las llaves, la mano de ______ se cerró sobre la suya. La miró en silencio. Incluso en la penumbra del habitáculo veía el brillo en sus ojos. No tuvo que esperar mucho para averiguar qué pasaba por esa cabeza hermosa. Los dedos de ella subieron despacio por su brazo; se acercó con una sonrisa tentadora en la cara.
-Deja la radio encendida y baila conmigo.