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No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
que tonta yo jaja...no había visto el capitulo
Se puso el collar? cuando lo encuentren y él se lo vea puesto...
Se puso el collar? cuando lo encuentren y él se lo vea puesto...
kariAC
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
:'( estoy muriendo! odio a zayn {aveces}!!!! otra cosa {por que #$!&% se puso el collar!!!} Sin duda amo esta novela jaja♥
nane♔
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
khgffgjfh ¿Que pasara cuando la vea con el collar! kdfsjdsf siguelaaaa
Besos
Besos
khloe
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
Capítulo 15 (Maratón 1/4)
Antes de dirigirnos al carro tomé los libros, libretas y la laptop de Zayn y metí todo lo que pude en una mochila que encontré en su armario. —De esta manera podrá estudiar para los exámenes del lunes, —dije, entregando a Louis la laptop.
Él lo aprobó y dijo, —Me gusta tu manera de pensar, Cami Conklin.
En el camino de salida, nos detuvimos con Ari, la habitación de él AA. Su puerta estaba abierta y estaba sentado en su escritorio. Louis asomo su cabeza y
dijo, —Hey, Ari. Soy el hermano de Zayn, Louis. Encontramos a Zayn. Gracias por la información, hombre.
Ari sonrió en su dirección y dijo. —No hay problema. —Louis hacia amigos a dondequiera que iba. Todos querían ser amigos de Louis Fisher.
Entonces nos pusimos en camino. Nos dirigimos directamente a Cousins, y listo. Condujimos con las ventanas abajo, la radio alta. No hablamos mucho, pero en
esta ocasión no me importó. Creo que ambos estábamos demasiado ocupados pensando. Yo, pensaba sobre la última vez que conduje por este camino. Sólo que no había sido con Louis. Había sido con Zayn.
Antes de dirigirnos al carro tomé los libros, libretas y la laptop de Zayn y metí todo lo que pude en una mochila que encontré en su armario. —De esta manera podrá estudiar para los exámenes del lunes, —dije, entregando a Louis la laptop.
Él lo aprobó y dijo, —Me gusta tu manera de pensar, Cami Conklin.
En el camino de salida, nos detuvimos con Ari, la habitación de él AA. Su puerta estaba abierta y estaba sentado en su escritorio. Louis asomo su cabeza y
dijo, —Hey, Ari. Soy el hermano de Zayn, Louis. Encontramos a Zayn. Gracias por la información, hombre.
Ari sonrió en su dirección y dijo. —No hay problema. —Louis hacia amigos a dondequiera que iba. Todos querían ser amigos de Louis Fisher.
Entonces nos pusimos en camino. Nos dirigimos directamente a Cousins, y listo. Condujimos con las ventanas abajo, la radio alta. No hablamos mucho, pero en
esta ocasión no me importó. Creo que ambos estábamos demasiado ocupados pensando. Yo, pensaba sobre la última vez que conduje por este camino. Sólo que no había sido con Louis. Había sido con Zayn.
Deyca <3
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
Capítulo 16 (Maratón 2/4)
Fue, sin duda, una de las mejores noches de mi vida. Justo encima del día de año nuevo en Disney World. Mis padres aun estaban casados y yo tenía nueve años. Vimos los fuegos artificiales justo sobre en el Palacio de Cenicienta, y Steven ni siquiera se quejó.
Cuando él llamó, no reconocí su voz, en parte porque no lo esperaba y en parte
porque estaba aún soñolienta. Dijo, —Estoy en mi auto camino a tu casa. ¿Puedo verte?
Eran las doce y media de la madrugada. Boston estaba a cinco horas y medias
de distancia. Manejo toda la noche. Quería verme.
Le dije que estacionara una calle abajo y me encontraría con él en la esquina,
después de que mi madre se fuera a la cama. Él dijo que esperaría.
Apagué las luces y esperé junto a la ventana, observando las luces traseras. Tan pronto como vi su auto, quería corre fuera, pero tenía que esperar. Podía escuchar el ruido de mi madre alrededor de su habitación, y sabía que ella podía leer en su cama por al menos media hora antes de que cayera dormida. Se sentía como una tortura, sabiendo que él estaba allí afuera esperándome, sin poder ir con él.
En la oscuridad me puse una bufanda y un gorro que mi Abu me regalo para navidad. Luego cerré la puerta de mi dormitorio y de puntillas camine el pasillo de la habitación de mamá, presioné mi oído contra la pared. La luz estaba apagada y pude escucharla roncar suavemente. Steven ni siquiera estaba en casa aún, era una suerte para mí, porque él tenía el sueño ligero al igual que nuestro padre.
Mi madre finalmente dormía, la casa permanecía en calma y silencio. Nuestro
árbol de navidad estaba arriba. Manteníamos las luces encendidas toda la noche porque nos hacía sentir el espíritu navideño, como si en cualquier momento, Santa pudiera llegar con los regalos. No me importo salir sin dejar una nota. La llamaría en la mañana, cuando se despertara y se preguntara donde estoy.
Me arrastré escalera abajo, cuidadosa de los pasos chirriantes, pero una vez que estuve fuera de la casa, estuve volando por los escalones de la entrada, cruzando el césped helado.
Mis zapatos crujían con mis pasos. Olvidé ponerme un abrigo. Recordé la bufanda y el gorro, pero no el abrigo.
Su auto estaba en la esquina, justo donde se suponía debía estar. El auto era
oscuro, sin luces, y abrí la puerta del lado del pasajero, como si lo hubiera hecho millones de veces, pero no lo hice. Nunca había estado dentro. No lo había visto desde agosto.
Incliné mi cabeza hacia dentro, pero no entré, no aún. Quería mirarlo primero. Tenía que hacerlo. Era invierto, y él vestía un chamarra gris. Sus mejillas eran rosas por el frío, su bronceado ha desaparecido, pero aún tiene el mismo aspecto, —Hola, — dije, y luego me deslicé dentro.
—No estás usando un abrigo, —dijo.
—No hace frío, —dije, a pesar de que cuando hable estaba temblando.
—Aquí, —dice, quitándose su chamarra y entregándomela.
Me la puse. Era cálida, y no olía a cigarros. Sólo olía como a él. Así que Zayn
dejó de fumar después de todo. La idea me hizo sonreír.
Él encendió el motor.
Dije, —No puedo creer que de verdad estés aquí.
Sonó casi tímido cuando dijo, —Yo tampoco, —Y entonces vaciló—. ¿Aún vendrás conmigo?
No podía creer que incluso preguntara. Iría a cualquier parte. —Sí, —Le dije. Se
sentía como si nada existiera fuera de esa palabra, de este momento. Aquí, sólo nosotros. Todo lo que ocurrió este verano pasado, y cada verano antes, nos ha llevado a esto. Para ahora. Sentada junto a él en el asiento del copiloto se sentía como un regalo imposible. Se sentía como el mejor regalo de Navidad de mi vida. Porque él me sonreía, y no estaba sombrío, o solemne o triste, o cualquiera de las otras palabras que había llegado a asociar con Zayn. Era luz, era vivaz, era las mejores partes de él mismo.
—Creo que voy a ser doctor, —dijo, mirándome de lado.
— ¿En serio? Wow.
—La medicina es asombrosa. Durante un tiempo, pensé que me gustaría entrar
en el campo de la investigación, pero ahora creo que más bien preferiría estar
trabajando con personas reales.
Dudé y luego dije, — ¿Por lo de tu mamá?
Él asintió. —Está mejorando, sabes. La medicina lo está haciendo posible. Ella
responde muy bien a su nuevo tratamiento. ¿Te platicó tú mamá?
—Sí, lo hizo, —dije. A pesar de que ella no había hecho eso. Probablemente no
quería aumentar mis esperanzas. Ella probablemente no quiere aumentar sus propias esperanzas. Mi madre era así. No se permite emocionarse hasta que sabe que es algo seguro. Yo no. Ya me sentía más ligera, más feliz. Susannah estaba mejorando. Estaba con Zayn. Todo estaba sucediendo de la manera que debía.
Me incliné sobre él y le apreté el brazo. —Es la mejor noticia del mundo, —dije,
y lo decía en serio. Él me sonrió, y estaba escrito en cara: esperanza.
Cuando llegamos a la casa, hacia muchísimo frío. Aumentamos la calefacción y
Zayn prendió fuego. Lo observe agacharse y romper trozos de papel y empujarlos a la madera. Apuesto a que había sido gentil con su perro, Boogie. Apuesto que solía dejar Boogie dormir en la cama con él. El pensamiento de camas y sueño de repente me puso nerviosa. Pero no debía de estarlo, porque después de encender el fuego, Zayn se sentó en el sillón reclinable y no en el sofá junto a mí. El pensamiento me llego repentinamente: El estaba nervioso también. Zayn, quien nunca se ponía nervioso. Nunca.
— ¿Por qué te sientas hasta allá? —Le pregunté y pude escuchar mi corazón
latiendo detrás de mis oídos. No podía creer que había sido lo suficientemente valiente como para decir lo que estaba pensando.
Zayn se veía sorprendido también, y vino a sentarse a mi lado. Me acerque a
él. Yo quería que el merodeara con sus brazos. Quería hacer todas las cosas que sólo había visto en televisión y escuchar a Taylor hablar. Bueno, quizás no todo, pero si algunas cosas.
En voz baja, Zayn dijo, —No quiero que estés asustada.
Susurré, —No lo estoy —Aunque lo estaba. No estaba asustada por él, sino por
todo lo que sentía. A veces era demasiado. Lo que sentía por él era más grande que el mundo, que todo.
—Bien —Respiró, y entonces estaba besándome.
Él me besó largo y lento y aunque nos habíamos besado una vez antes, yo nunca pensé que podría ser así. Tomó su tiempo; corrió a su mano a lo largo de la parte inferior de mi pelo, de la forma en que lo haces cuando caminas tocando campanas de viento.
Besarlo, estar con él así... era como una limonada fría con una paja larga, dulce
y medida y agradable de una manera que se sentía infinita. La idea de que quería que nunca dejara de besarme cruzo mi mente. Podría hacer esto para siempre, pensé.
Nos besamos en el sofá de esa forma lo que podrían haber sido horas o minutos.
Todo lo que hicimos esa noche fue besarnos. Fue cuidadoso, en la manera en que me tocaba, como si fuera un adorno de Navidad el cual él temía romper.
Una vez, murmuró, — ¿Estás bien?
Una vez, subí mi mano hasta su pecho y pude sentir su corazón latiendo tan
rápido como el mío. Abrí los ojos y le eché un vistazo, y por alguna razón, me alegró verlo con los ojos cerrados. Sus pestañas eran más que largas que las mías.
Él fue el primer en quedarse dormido. Había escuchado algo acerca de no dormir con fuego encendido, así que esperé a que se apagara. Observe a Zayn dormir un rato. Parecía un niño pequeño, la forma de que su pelo caía en su frente y sus pestañas tocaban su mejilla. Ni siquiera lo recuerdo luciendo así de pequeño. Cuando estaba segura de que estaba dormido, me incliné hacia él, y susurré, — Zayn. Sólo eres tú. Para mí, siempre has sido sólo tú.
Mi madre enloqueció cuando descubrió que no estaba casa esa mañana. Perdí dos llamadas de ella porque estaba dormida. Cuando llamó por tercera vez, furiosa, le dije, — ¿No encontraste mi nota?
Entonces recordé que no le había dejado una.
Ella prácticamente gruño. —No, yo no vi ninguna nota. No vuelvas a salir en medio de la noche sin decirme, Cami.
— ¿Incluso si solo voy a un dar paseo de medianoche? —Bromeé. Hacer que mi
madre riera era una cosa segura. Yo diría una broma y su ira se evaporaría lejos. Comencé a cantar su canción favorita de Patsy Cline.
—I go out walkin’, after midnight, out in the moonlight…
—No es gracioso. ¿Dónde estás? —Su voz era dura, cortante.
Dudé. No había nada que mi madre odiara más que a un mentiroso. Se enteraría de todas formas. Era como una psíquica. —Umm. ¿Cousins?
La escuche tomar aire. — ¿Con quién?
Volteé a verlo. Él escuchaba atentamente. Deseaba que no lo estuviera haciendo.
—Zayn, —dije bajando la voz.
Me sorprendió su reacción. La escuche tomar aire nuevamente, pero esta vez fue más un suspiro, como un suspiro de alivio. — ¿Estas con Zayn?
—Sí.
— ¿Cómo esta él? —Era una pregunta extraña, que pasaba con ella a la mitad de su enojo conmigo.
Volteé a sonreírle y abaniqué mi rostro como si estuviera aliviada. Él me guiñó
un ojo. —Genial —dije, relajándome.
—Bien, bien —dijo, pero fue como si ella se estuviera hablando a sí misma—. Cami, te quiero en la casa esta noche. ¿Está claro?
—Sí, —dije. Estaba agradecida. Pensé que me exigiría que me fuera enseguida.
—Dile a Zayn que conduzca con cuidado, —Hizo una pausa—. ¿Y Cami?
— ¿Sí, Laurel? —Ella siempre sonreía cuando la llamaba por su nombre.
—Diviértete. Este va a ser tu último día de diversión en mucho, mucho tiempo.
Gemí. — ¿Estoy castigada? —Estar castigada era una novedad; mi madre nunca
me había castigado antes, pero creo que nunca le había dado una razón para hacerlo.
—Esa es una pregunta muy estúpida.
Ahora que ella ya no estaba enojada, no lo pude resistir. —Pensé que decías que no había ninguna pregunta estúpida.
Ella colgó el teléfono. Pero yo sabía que la había hecho sonreír.
Cerré mi teléfono y me volví hacia a Zayn. — ¿Qué hacemos ahora?
—Lo que queramos.
—Quiero ir a la playa.
Y eso fue lo que hicimos. Nos abrigamos y nos dirigimos a la playa en unas botas de lluvia que encontramos. Yo me puse las de Susannah, y también eran dos tallas más grandes y me mantuvieron resbalándome en la arena. Caí sobre mi trasero dos veces. Me reí todo el tiempo, pero apenas podía oírlo porque el viento soplaba muy fuerte. Cuando regresamos al interior, puse mis heladas manos en sus mejillas y en lugar de apártalas, él dijo, —Ahh, se siente bien.
Me reí y dije, —Eso es porque eres frio.
Puso mis manos en los bolsillos de su abrigo y dijo con una voz tan suave que me pregunte si había oído bien, —Para todo el mundo, tal vez. Pero no para ti. —Él me miró cuando dijo esto, por lo cual se que lo decía en serio.
No supe que decir, en cambio, me puse de puntitas y lo bese en la mejilla. Estaba frío y suave bajo mis labios.
Zayn sonrió brevemente y luego empezó a caminar. — ¿Tienes frío? — preguntó, de espaldas a mí.
—Algo así, —Respondí. Estaba ruborizada.
—Prenderé otra vez el fuego —dijo.
Mientras él trabajaba en el fuego, encontré una vieja caja de chocolate caliente Swiss Miss en la despensa, junto a los tés de Twinings y café Chock full o’Nuts de mi madre. Susannah solía hacernos chocolate caliente en los días de lluvia, cuando el aire estaba frío. Ella usaba leche, pero por supuesto no había ninguna, por lo que use agua.
Mientras me sentaba en el sofá y removía mi taza, viendo como los mini malvaviscos se desintegran, pude sentir mi corazón latiendo, como un millón de veces por minuto. Cuando estaba con él, no podía controlar mi respiración.
Zayn no paró de moverse. Rompía piezas de papel, las metía a las brasas, él estaba en cuclillas delante de la chimenea, apoyando su peso en un lado a otro.
— ¿Quieres tu cocoa? —Le pregunte.
Volteó hacia atrás en mi dirección. —Sí, claro.
Se sentó a mi lado en el sofá y bebió de la taza de los Simpson. Siempre fue su
favorita. —Esto sabe…
— ¿Increíble?
—A polvo.
Nos miramos y nos reímos. —Para tu información, la cocoa es mi especialidad. Y de nada, —dije, tomando mi primer sorbo. Y si sabía un poco como a polvo.
Me observó y apunto a mi rostro. Luego levanto su mano y froto mi mejilla con su pulgar como si estuviera borrando una mancha. — ¿Tengo polvo de cocoa en mi cara? —pregunté, repentinamente paranoica.
—No, —dijo—. Sólo un poco sucio, perdón, quiero decir, pecas.
Reí y le di un golpe en el brazo, y luego tomó mi mano y me acercó a él. Retiro el mi cabello de mis de mis ojos, y me preocupo que él pudiera haber oído la manera en que saqué el aire en cuando me tocó.
Se estaba haciendo más y más oscuro fuera. Zayn suspiró y dijo, —Sera mejor que lleve de vuelta.
Baje la mirada hacia mi reloj. Eran a las cinco de la tarde. —Sí... Supongo que sería lo mejor.
Ninguno de los dos se movió. Levantó su mano y enrollo sus dedos en mi cabello, como una bola de estambre. —Me encanta lo suave que es tu pelo, —dijo.
—Gracias, —murmure. Nunca había pensado de mi cabello como algo especial. Era sólo cabello. Y era castaño y el castaño no era tan especial como el rubio o negro o rojo.
La forma en que lo miraba… a mí. Como si poseyera alguna especie de fascinación por él, como si él nunca se pudiera llegar a cansarse de tocarlo.
Nos besamos otra vez, pero fue distinto a la noche anterior. No había nada lento o perezoso esta vez. La forma en que me miraba... con urgencia, queriéndome, necesitándome. Era como una droga. Era querer más y más y más. Pero era yo quien quería más.
Cuando lo acerque más a mí, cuando puse mis manos debajo de su camisa y las
lleve a su espalda, tembló durante un segundo. — ¿Están muy frías mis manos? —pregunté.
—No, —dijo. Entonces me soltó y se sentó. Su rostro estaba un poco rojo y su cabello aplastado por la parte de atrás. Dijo—. No quiero presionar nada.
Me senté también. —Pero yo pensé que tú ya… —no supe cómo terminar la frase. Esto era muy vergonzoso. Nunca había hecho esto antes.
Zayn enrojeció aún más. Dijo, —Sí, quiero decir, lo he hecho, pero tú no.
— ¡Oh! —Dije, bajando mi mirada hacia a mi calcetín. Luego levante la vista—.
¿Cómo sabes que yo no lo he hecho? —Ahora lucia rojo como una remolacha y sufrían de tartamudez
—Solo pensé que no habías… es decir, solo asumí…
—Pensaste que no había hecho nada antes, ¿Verdad?
—Bueno, sí. Es decir, no.
—No deberías hacer suposiciones, —dije.
—Lo siento, —dijo. Dudó—. ¿Entonces, lo has hecho?
Sólo me quede mirándolo.
Cuando abrió la boca para hablar, lo detuve. Dije, —No, no lo he hecho. Ni siquiera he estado cerca.
Luego me incline hacia adelante y le bese en la mejilla. Se sentía como un privilegio el sólo ser capaz de hacerlo, besarlo cuando quería. —Eres realmente dulce conmigo —Susurré, y me sentí tan contenta y agradecida de estar ahí, en ese momento.
Sus ojos estaban oscuros y serios cuando dijo, —Solo… quiero saber siempre que estarás bien. Es importante para mí.
—Estoy bien, —dije—. Mejor que bien.
Zayn asintió. —Bueno —dijo. Se levanto y me dio la mano para ayudarme—. Vamos a tú casa, entonces.
No llegue a casa esa noche hasta después de medianoche. Nos detuvimos y cenamos en un restaurante fuera de la carretera. Pedí panqueques y papas fritas, y él pagó. Al llegar a casa, mi madre estaba muy enojada. Pero no me arrepiento. Nunca me arrepentí, ni por un segundo. ¿Cómo arrepentirte de una de las mejores noches de toda tu vida? No lo haces. Recuerdas cada palabra, cada mirada. Incluso cuando duele, todavía lo recuerdas.
Fue, sin duda, una de las mejores noches de mi vida. Justo encima del día de año nuevo en Disney World. Mis padres aun estaban casados y yo tenía nueve años. Vimos los fuegos artificiales justo sobre en el Palacio de Cenicienta, y Steven ni siquiera se quejó.
Cuando él llamó, no reconocí su voz, en parte porque no lo esperaba y en parte
porque estaba aún soñolienta. Dijo, —Estoy en mi auto camino a tu casa. ¿Puedo verte?
Eran las doce y media de la madrugada. Boston estaba a cinco horas y medias
de distancia. Manejo toda la noche. Quería verme.
Le dije que estacionara una calle abajo y me encontraría con él en la esquina,
después de que mi madre se fuera a la cama. Él dijo que esperaría.
Apagué las luces y esperé junto a la ventana, observando las luces traseras. Tan pronto como vi su auto, quería corre fuera, pero tenía que esperar. Podía escuchar el ruido de mi madre alrededor de su habitación, y sabía que ella podía leer en su cama por al menos media hora antes de que cayera dormida. Se sentía como una tortura, sabiendo que él estaba allí afuera esperándome, sin poder ir con él.
En la oscuridad me puse una bufanda y un gorro que mi Abu me regalo para navidad. Luego cerré la puerta de mi dormitorio y de puntillas camine el pasillo de la habitación de mamá, presioné mi oído contra la pared. La luz estaba apagada y pude escucharla roncar suavemente. Steven ni siquiera estaba en casa aún, era una suerte para mí, porque él tenía el sueño ligero al igual que nuestro padre.
Mi madre finalmente dormía, la casa permanecía en calma y silencio. Nuestro
árbol de navidad estaba arriba. Manteníamos las luces encendidas toda la noche porque nos hacía sentir el espíritu navideño, como si en cualquier momento, Santa pudiera llegar con los regalos. No me importo salir sin dejar una nota. La llamaría en la mañana, cuando se despertara y se preguntara donde estoy.
Me arrastré escalera abajo, cuidadosa de los pasos chirriantes, pero una vez que estuve fuera de la casa, estuve volando por los escalones de la entrada, cruzando el césped helado.
Mis zapatos crujían con mis pasos. Olvidé ponerme un abrigo. Recordé la bufanda y el gorro, pero no el abrigo.
Su auto estaba en la esquina, justo donde se suponía debía estar. El auto era
oscuro, sin luces, y abrí la puerta del lado del pasajero, como si lo hubiera hecho millones de veces, pero no lo hice. Nunca había estado dentro. No lo había visto desde agosto.
Incliné mi cabeza hacia dentro, pero no entré, no aún. Quería mirarlo primero. Tenía que hacerlo. Era invierto, y él vestía un chamarra gris. Sus mejillas eran rosas por el frío, su bronceado ha desaparecido, pero aún tiene el mismo aspecto, —Hola, — dije, y luego me deslicé dentro.
—No estás usando un abrigo, —dijo.
—No hace frío, —dije, a pesar de que cuando hable estaba temblando.
—Aquí, —dice, quitándose su chamarra y entregándomela.
Me la puse. Era cálida, y no olía a cigarros. Sólo olía como a él. Así que Zayn
dejó de fumar después de todo. La idea me hizo sonreír.
Él encendió el motor.
Dije, —No puedo creer que de verdad estés aquí.
Sonó casi tímido cuando dijo, —Yo tampoco, —Y entonces vaciló—. ¿Aún vendrás conmigo?
No podía creer que incluso preguntara. Iría a cualquier parte. —Sí, —Le dije. Se
sentía como si nada existiera fuera de esa palabra, de este momento. Aquí, sólo nosotros. Todo lo que ocurrió este verano pasado, y cada verano antes, nos ha llevado a esto. Para ahora. Sentada junto a él en el asiento del copiloto se sentía como un regalo imposible. Se sentía como el mejor regalo de Navidad de mi vida. Porque él me sonreía, y no estaba sombrío, o solemne o triste, o cualquiera de las otras palabras que había llegado a asociar con Zayn. Era luz, era vivaz, era las mejores partes de él mismo.
—Creo que voy a ser doctor, —dijo, mirándome de lado.
— ¿En serio? Wow.
—La medicina es asombrosa. Durante un tiempo, pensé que me gustaría entrar
en el campo de la investigación, pero ahora creo que más bien preferiría estar
trabajando con personas reales.
Dudé y luego dije, — ¿Por lo de tu mamá?
Él asintió. —Está mejorando, sabes. La medicina lo está haciendo posible. Ella
responde muy bien a su nuevo tratamiento. ¿Te platicó tú mamá?
—Sí, lo hizo, —dije. A pesar de que ella no había hecho eso. Probablemente no
quería aumentar mis esperanzas. Ella probablemente no quiere aumentar sus propias esperanzas. Mi madre era así. No se permite emocionarse hasta que sabe que es algo seguro. Yo no. Ya me sentía más ligera, más feliz. Susannah estaba mejorando. Estaba con Zayn. Todo estaba sucediendo de la manera que debía.
Me incliné sobre él y le apreté el brazo. —Es la mejor noticia del mundo, —dije,
y lo decía en serio. Él me sonrió, y estaba escrito en cara: esperanza.
Cuando llegamos a la casa, hacia muchísimo frío. Aumentamos la calefacción y
Zayn prendió fuego. Lo observe agacharse y romper trozos de papel y empujarlos a la madera. Apuesto a que había sido gentil con su perro, Boogie. Apuesto que solía dejar Boogie dormir en la cama con él. El pensamiento de camas y sueño de repente me puso nerviosa. Pero no debía de estarlo, porque después de encender el fuego, Zayn se sentó en el sillón reclinable y no en el sofá junto a mí. El pensamiento me llego repentinamente: El estaba nervioso también. Zayn, quien nunca se ponía nervioso. Nunca.
— ¿Por qué te sientas hasta allá? —Le pregunté y pude escuchar mi corazón
latiendo detrás de mis oídos. No podía creer que había sido lo suficientemente valiente como para decir lo que estaba pensando.
Zayn se veía sorprendido también, y vino a sentarse a mi lado. Me acerque a
él. Yo quería que el merodeara con sus brazos. Quería hacer todas las cosas que sólo había visto en televisión y escuchar a Taylor hablar. Bueno, quizás no todo, pero si algunas cosas.
En voz baja, Zayn dijo, —No quiero que estés asustada.
Susurré, —No lo estoy —Aunque lo estaba. No estaba asustada por él, sino por
todo lo que sentía. A veces era demasiado. Lo que sentía por él era más grande que el mundo, que todo.
—Bien —Respiró, y entonces estaba besándome.
Él me besó largo y lento y aunque nos habíamos besado una vez antes, yo nunca pensé que podría ser así. Tomó su tiempo; corrió a su mano a lo largo de la parte inferior de mi pelo, de la forma en que lo haces cuando caminas tocando campanas de viento.
Besarlo, estar con él así... era como una limonada fría con una paja larga, dulce
y medida y agradable de una manera que se sentía infinita. La idea de que quería que nunca dejara de besarme cruzo mi mente. Podría hacer esto para siempre, pensé.
Nos besamos en el sofá de esa forma lo que podrían haber sido horas o minutos.
Todo lo que hicimos esa noche fue besarnos. Fue cuidadoso, en la manera en que me tocaba, como si fuera un adorno de Navidad el cual él temía romper.
Una vez, murmuró, — ¿Estás bien?
Una vez, subí mi mano hasta su pecho y pude sentir su corazón latiendo tan
rápido como el mío. Abrí los ojos y le eché un vistazo, y por alguna razón, me alegró verlo con los ojos cerrados. Sus pestañas eran más que largas que las mías.
Él fue el primer en quedarse dormido. Había escuchado algo acerca de no dormir con fuego encendido, así que esperé a que se apagara. Observe a Zayn dormir un rato. Parecía un niño pequeño, la forma de que su pelo caía en su frente y sus pestañas tocaban su mejilla. Ni siquiera lo recuerdo luciendo así de pequeño. Cuando estaba segura de que estaba dormido, me incliné hacia él, y susurré, — Zayn. Sólo eres tú. Para mí, siempre has sido sólo tú.
Mi madre enloqueció cuando descubrió que no estaba casa esa mañana. Perdí dos llamadas de ella porque estaba dormida. Cuando llamó por tercera vez, furiosa, le dije, — ¿No encontraste mi nota?
Entonces recordé que no le había dejado una.
Ella prácticamente gruño. —No, yo no vi ninguna nota. No vuelvas a salir en medio de la noche sin decirme, Cami.
— ¿Incluso si solo voy a un dar paseo de medianoche? —Bromeé. Hacer que mi
madre riera era una cosa segura. Yo diría una broma y su ira se evaporaría lejos. Comencé a cantar su canción favorita de Patsy Cline.
—I go out walkin’, after midnight, out in the moonlight…
—No es gracioso. ¿Dónde estás? —Su voz era dura, cortante.
Dudé. No había nada que mi madre odiara más que a un mentiroso. Se enteraría de todas formas. Era como una psíquica. —Umm. ¿Cousins?
La escuche tomar aire. — ¿Con quién?
Volteé a verlo. Él escuchaba atentamente. Deseaba que no lo estuviera haciendo.
—Zayn, —dije bajando la voz.
Me sorprendió su reacción. La escuche tomar aire nuevamente, pero esta vez fue más un suspiro, como un suspiro de alivio. — ¿Estas con Zayn?
—Sí.
— ¿Cómo esta él? —Era una pregunta extraña, que pasaba con ella a la mitad de su enojo conmigo.
Volteé a sonreírle y abaniqué mi rostro como si estuviera aliviada. Él me guiñó
un ojo. —Genial —dije, relajándome.
—Bien, bien —dijo, pero fue como si ella se estuviera hablando a sí misma—. Cami, te quiero en la casa esta noche. ¿Está claro?
—Sí, —dije. Estaba agradecida. Pensé que me exigiría que me fuera enseguida.
—Dile a Zayn que conduzca con cuidado, —Hizo una pausa—. ¿Y Cami?
— ¿Sí, Laurel? —Ella siempre sonreía cuando la llamaba por su nombre.
—Diviértete. Este va a ser tu último día de diversión en mucho, mucho tiempo.
Gemí. — ¿Estoy castigada? —Estar castigada era una novedad; mi madre nunca
me había castigado antes, pero creo que nunca le había dado una razón para hacerlo.
—Esa es una pregunta muy estúpida.
Ahora que ella ya no estaba enojada, no lo pude resistir. —Pensé que decías que no había ninguna pregunta estúpida.
Ella colgó el teléfono. Pero yo sabía que la había hecho sonreír.
Cerré mi teléfono y me volví hacia a Zayn. — ¿Qué hacemos ahora?
—Lo que queramos.
—Quiero ir a la playa.
Y eso fue lo que hicimos. Nos abrigamos y nos dirigimos a la playa en unas botas de lluvia que encontramos. Yo me puse las de Susannah, y también eran dos tallas más grandes y me mantuvieron resbalándome en la arena. Caí sobre mi trasero dos veces. Me reí todo el tiempo, pero apenas podía oírlo porque el viento soplaba muy fuerte. Cuando regresamos al interior, puse mis heladas manos en sus mejillas y en lugar de apártalas, él dijo, —Ahh, se siente bien.
Me reí y dije, —Eso es porque eres frio.
Puso mis manos en los bolsillos de su abrigo y dijo con una voz tan suave que me pregunte si había oído bien, —Para todo el mundo, tal vez. Pero no para ti. —Él me miró cuando dijo esto, por lo cual se que lo decía en serio.
No supe que decir, en cambio, me puse de puntitas y lo bese en la mejilla. Estaba frío y suave bajo mis labios.
Zayn sonrió brevemente y luego empezó a caminar. — ¿Tienes frío? — preguntó, de espaldas a mí.
—Algo así, —Respondí. Estaba ruborizada.
—Prenderé otra vez el fuego —dijo.
Mientras él trabajaba en el fuego, encontré una vieja caja de chocolate caliente Swiss Miss en la despensa, junto a los tés de Twinings y café Chock full o’Nuts de mi madre. Susannah solía hacernos chocolate caliente en los días de lluvia, cuando el aire estaba frío. Ella usaba leche, pero por supuesto no había ninguna, por lo que use agua.
Mientras me sentaba en el sofá y removía mi taza, viendo como los mini malvaviscos se desintegran, pude sentir mi corazón latiendo, como un millón de veces por minuto. Cuando estaba con él, no podía controlar mi respiración.
Zayn no paró de moverse. Rompía piezas de papel, las metía a las brasas, él estaba en cuclillas delante de la chimenea, apoyando su peso en un lado a otro.
— ¿Quieres tu cocoa? —Le pregunte.
Volteó hacia atrás en mi dirección. —Sí, claro.
Se sentó a mi lado en el sofá y bebió de la taza de los Simpson. Siempre fue su
favorita. —Esto sabe…
— ¿Increíble?
—A polvo.
Nos miramos y nos reímos. —Para tu información, la cocoa es mi especialidad. Y de nada, —dije, tomando mi primer sorbo. Y si sabía un poco como a polvo.
Me observó y apunto a mi rostro. Luego levanto su mano y froto mi mejilla con su pulgar como si estuviera borrando una mancha. — ¿Tengo polvo de cocoa en mi cara? —pregunté, repentinamente paranoica.
—No, —dijo—. Sólo un poco sucio, perdón, quiero decir, pecas.
Reí y le di un golpe en el brazo, y luego tomó mi mano y me acercó a él. Retiro el mi cabello de mis de mis ojos, y me preocupo que él pudiera haber oído la manera en que saqué el aire en cuando me tocó.
Se estaba haciendo más y más oscuro fuera. Zayn suspiró y dijo, —Sera mejor que lleve de vuelta.
Baje la mirada hacia mi reloj. Eran a las cinco de la tarde. —Sí... Supongo que sería lo mejor.
Ninguno de los dos se movió. Levantó su mano y enrollo sus dedos en mi cabello, como una bola de estambre. —Me encanta lo suave que es tu pelo, —dijo.
—Gracias, —murmure. Nunca había pensado de mi cabello como algo especial. Era sólo cabello. Y era castaño y el castaño no era tan especial como el rubio o negro o rojo.
La forma en que lo miraba… a mí. Como si poseyera alguna especie de fascinación por él, como si él nunca se pudiera llegar a cansarse de tocarlo.
Nos besamos otra vez, pero fue distinto a la noche anterior. No había nada lento o perezoso esta vez. La forma en que me miraba... con urgencia, queriéndome, necesitándome. Era como una droga. Era querer más y más y más. Pero era yo quien quería más.
Cuando lo acerque más a mí, cuando puse mis manos debajo de su camisa y las
lleve a su espalda, tembló durante un segundo. — ¿Están muy frías mis manos? —pregunté.
—No, —dijo. Entonces me soltó y se sentó. Su rostro estaba un poco rojo y su cabello aplastado por la parte de atrás. Dijo—. No quiero presionar nada.
Me senté también. —Pero yo pensé que tú ya… —no supe cómo terminar la frase. Esto era muy vergonzoso. Nunca había hecho esto antes.
Zayn enrojeció aún más. Dijo, —Sí, quiero decir, lo he hecho, pero tú no.
— ¡Oh! —Dije, bajando mi mirada hacia a mi calcetín. Luego levante la vista—.
¿Cómo sabes que yo no lo he hecho? —Ahora lucia rojo como una remolacha y sufrían de tartamudez
—Solo pensé que no habías… es decir, solo asumí…
—Pensaste que no había hecho nada antes, ¿Verdad?
—Bueno, sí. Es decir, no.
—No deberías hacer suposiciones, —dije.
—Lo siento, —dijo. Dudó—. ¿Entonces, lo has hecho?
Sólo me quede mirándolo.
Cuando abrió la boca para hablar, lo detuve. Dije, —No, no lo he hecho. Ni siquiera he estado cerca.
Luego me incline hacia adelante y le bese en la mejilla. Se sentía como un privilegio el sólo ser capaz de hacerlo, besarlo cuando quería. —Eres realmente dulce conmigo —Susurré, y me sentí tan contenta y agradecida de estar ahí, en ese momento.
Sus ojos estaban oscuros y serios cuando dijo, —Solo… quiero saber siempre que estarás bien. Es importante para mí.
—Estoy bien, —dije—. Mejor que bien.
Zayn asintió. —Bueno —dijo. Se levanto y me dio la mano para ayudarme—. Vamos a tú casa, entonces.
No llegue a casa esa noche hasta después de medianoche. Nos detuvimos y cenamos en un restaurante fuera de la carretera. Pedí panqueques y papas fritas, y él pagó. Al llegar a casa, mi madre estaba muy enojada. Pero no me arrepiento. Nunca me arrepentí, ni por un segundo. ¿Cómo arrepentirte de una de las mejores noches de toda tu vida? No lo haces. Recuerdas cada palabra, cada mirada. Incluso cuando duele, todavía lo recuerdas.
Deyca <3
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
Capítulo 17 (Maratón 3/4)
Condujimos en la ciudad, por todos los lugares antiguos, el minigolf, The Crab Shack, y Louis condujo lo más rápido que pudo, silbando. Desee que lo hiciera más lento, hacer que el viaje durara para siempre. Pero no lo hizo, por supuesto. Ya casi llegábamos. Metí la mano en mi bolso y saque un pequeño brillo labial. Aplique un poco de brillo en mis labios y pase mis dedos a por mi cabello. Estaba todo enredado porque teníamos las ventanas abajo, y era un desastre. En mi visión periférica, pude sentir los ojos de Louis puestos en mí. Él probablemente estaba sacudiendo su cabeza y pensando qué que chica tan tonta era yo. Quería decirle, lo sé, soy una chica tonta. No soy mejor que Taylor. Pero simplemente no podía caminar enfrente a Zayn con el cabello todo enredado.
Cuando vi su coche en el camino, pude sentir mi corazón encogerse. Él estaba allí. Como si fuera una bala, Louis salió del coche y dirigiéndose hacia la casa. Subió las escaleras de dos en dos, y yo fui tras él, intentando alcanzarlo.
Era extraño; la casa todavía olía igual. Por alguna razón, no lo esperaba. Tal vez porque Susannah se había ido, yo pensaba que todo se sentiría diferente. Pero no lo fue. Casi esperaba verla andando por ahí en uno de sus vestidos para estar en casa, esperándonos en la cocina.
Zayn, de hecho, tuvo el coraje verse molesto cuando nos vio. Acababa de llegar de surfear; su pelo estaba húmedo y todavía llevaba su traje. Me sentí aturdida. Aunque sólo habían sido dos meses, fue como ver un fantasma. El fantasma de mí pasado primer amor. Parpadeó en mi dirección durante un segundo antes de dirigirse hacia Louis. — ¿Qué demonios haces aquí? —le preguntó.
—Estoy aquí para recogerte y llevarte de vuelta a la escuela —dijo Louis, y podría decir que estaba trabajando muy duro para sonar relajado, tranquilo—.
Realmente eres un desastre hombre. Papá se está volviendo loco.
Zayn agito su mano frente a él. —Dile que lo olvide. Yo me quedo.
—Zay, has perdido dos clases y tienes exámenes el lunes. No puedes simplemente no hacerlos. Te sacaran de la escuela de verano.
—Ese es problema mío. ¿Y ella que está haciendo aquí? —Ni siquiera me miro cuando lo dijo, y fue como si me hubiera apuñalado en el pecho.
Comencé a retroceder alejándome de ellos, dirigiéndome hacia las puertas de corredizas de vidrio. Era difícil respirar.
—La traje conmigo para ayudar, —dijo Louis. Él volteo a verme y luego suspiro—. Mira, tenemos todos sus libros y todo. Puedes estudiar esta noche y mañana y luego podemos regresar a la escuela.
—Que importa. No me interesa —dijo Zayn, caminando hacia el sofá. Se quitó la parte superior de su traje. Sus hombros ya estaban poniéndose bronceados. Él
se sentó en el sofá, aunque aún estaba mojado.
— ¿Cuál es tu problema? —Louis le preguntó, su voz apenas se elevo.
—Ahora mismo, este es mi problema. Tú y ella. Aquí, —Por primera vez desde que habíamos llegado, Zayn me miro a los ojos—. ¿Por qué quieres ayudarme? ¿Porqué estás aquí?
Abrí mi boca para hablar, pero nada salió. Al igual que siempre, él podría devastarme con una mirada, una palabra.
Pacientemente, esperó que dijera algo, y cuando no lo hice, él habló.
—Pensé que no querías volverme a ver. Me odias, ¿Recuerdas? —Su tono fue sarcástico, despreciativo.
—Yo no te odio, —dije, y entonces hui. Empuje la puerta corrediza y salí hacia
al pórtico. Cerré la puerta detrás de mí y corrí por las escaleras, hasta la playa.
Sólo necesitaba estar en la playa. La playa me haría sentir mejor. Nada, nada se sentía mejor que la manera en que la arena se sentía bajo mis pies. Eran ambos, sólido y moldeable, constante y cambiante. Era verano.
Me senté en la arena y observe como las olas llegaban a la orilla y luego se extendían a lo largo, como el glaseado blanco de una galleta. Había sido un error venir aquí. Nada que pudiera decir o hacer podría borrar el pasado. La manera en que había dicho "ella", con tal desprecio. Ni siquiera me llamo por mi nombre. Después de un rato, me dirigí a la casa. Louis estaba en la cocina solo. No había señales de Zayn.
—Bueno, eso ha ido bien, —dijo.
—Nunca debí haber venido.
Louis me ignoro. —Diez a uno a que lo único que tiene en la nevera es cerveza, —dijo—. ¿Alguien la toma?
Estaba tratando de hacerme reír, pero yo no lo haría. No podía. —Sólo un idiota
tomaría esa apuesta. —Mordí mis labios. Realmente no quería llorar.
—No dejes que él te afecte —dijo Louis. Tomo mi cola de caballo y la enrollo alrededor de su muñeca como una serpiente.
—No puedo evitarlo—La forma que él me había mirado, como si no significara nada para él, menos que nada.
—Es un idiota; no decía en serio nada de lo que dijo. —Me dio un codazo—. ¿Lamentas haber venido?
—Sí.
Louis me dio una sonrisa torcida. —Bueno, yo no lo hago. Me alegra que vinieras. Estoy contento que no encargarme de sus tonterías yo solo.
Porque él lo estaba intentando, lo intente yo también. Abrí el refrigerador como
si fuera una de esas mujeres de Atínale al precio, esas que llevaban vestidos de noche y tacones enjoyados.
—Ta-da, —dije. Tenía razón, lo único que había en el interior eran dos latas de
Icehouse. Susannah se habría enfadado su hubiera visto en lo que se había convertido su refrigerador de Sub-Zero—. ¿Qué vamos a hacer? —pregunté.
Miró por la ventana, a la playa. —Probablemente vamos a tener permanecer aquí esta noche. Me ocupare de él; ya vendrá. Sólo necesita algo de tiempo. -Hizo una pausa—. Entonces, que tal esto. ¿Por qué no vas y consigues algo para la cena, y yo me quedare aquí y hablare con Zayn?
Sabía que Louis estaba tratando de deshacerse de mí, y eso me alegró. Tenía
que salir de esa casa, lejos de Zayn— ¿Rollos de almeja para la cena? —Le pregunte.
Louis asintió y pude notar que fue un alivio para él. —Suena bien. Cualquier cosa que tú quieras —Comenzó a sacar su billetera, pero lo detuve—. Está bien.
Él sacudió la cabeza. —No quiero que gastes dinero, —dijo y me entrego dos billetes de 20 y sus llaves—. Ya viniste hasta aquí para ayudar.
—Yo quería hacerlo.
—Porque eres una buena persona y querías ayudar a Zay —dijo.
—Quería ayudarte a ti también —dije—. Quiero decir, aun quiero hacerlo. No tienes que lidiar con todo esto tu solo.
Por un breve momento, no pareció el mismo. Se pareció a su padre. — ¿Quién
mas lo haría? —Y luego me sonrió y nuevamente era Louis. El niño de Susannah,
luz de sol y sonrisas. Su angelito.
Aprendí a conducir en el coche de Louis. Se sentía bien el volver a estar en el
asiento del conductor. En lugar de poner el aire acondicionado, baje las ventanas y dejé que el aire salado entrara. Manejé despacio en la ciudad, y estacione el coche por la antigua iglesia Bautista.
Había niños corriendo en trajes de baño y shorts, y también los padres en kaki y
perros sin correas. Era, probablemente, el primer fin de semana desde que la escuela había terminado para la mayoría de ellos. Había un sentimiento en el aire. Sonreí cuando vi a un niño tratando de alcanzar a dos niñas mayores, probablemente sus hermanas. —Esperen —él gritó, sus sandalias golpeaban la acera. Ellas sólo caminaron más rápido, no mirando hacia atrás.
Mi primera parada fue a la tienda. Solía pasar horas allí, analizando los dulces de un centavo. Cada elección parecía de vital importancia. Los chicos los tomaban al azar, una cucharada de estos, un puñado de aquellos. Pero yo era cuidadosa, diez grandes Swedish Fish, cinco bolas de Malta, una bola de tamaño mediano de pera Jelly Bellys.
Por los viejos buenos tiempos, llene una bolsa. Tome unos Goobers para Louis, un Bar de Clark para Zayn, y aunque ni siquiera estaba aquí, un Lemonhead para Steven. Fue un dulce homenaje, un tributo para Cousins de nuestra infancia, cuando elegir caramelos de un centavo era la más grandiosa y mejor parte de nuestro día.
Estaba parada en la fila esperando para pagar cuando escuché a alguien decir,
— ¿Cami?
Me di la vuelta. Era Maureen O'Riley, dueña de la lujosa tienda de sombreros de la ciudad: Maureen’s Millinery. Ella era mayor que mis padres, en sus últimos años de los cincuenta y ella era amiga de mi madre y Susannah. Tomaba muy en serio sus sombreros.
Nos abrazamos, y ella olía a lo mismo, como a jabón de Murphy Oil.
— ¿Cómo está tu madre? ¿Cómo está Susannah? —Me interrogó.
—Mi madre está bien, —Le dije. Avancé en la fila alejándome de Maureen.
Ella avanzo conmigo. — ¿Y Susannah?
Aclare mi garganta. —Su cáncer volvió, y falleció.
El rostro bronceado de Maureen se arrugo en una mueca de espanto. —No lo había oído. Lamento escuchar eso. Le tenía mucho cariño. ¿Cuándo?
—A principios de mayo, —dije. Era casi mi turno de pagar, y luego podía irme y esta conversación estaría terminada.
Luego, Maureen tomo mi mano, y mi primer impulso fue retirarla, a pesar de que siempre me había agradado Maureen. Yo no quería seguir en la tienda, hablando
de cómo era que Susannah estaba muerta, como si fuera un chisme de la ciudad. Estábamos hablando de Susannah.
Ella debió haberlo entendido, porque ella lo dejo ir. Dijo, —Ojalá lo hubiera sabido. Por favor, envía mis condolencias a los chicos y a tu madre. Y Cami, ven a la tienda y ven verme en algún momento. Conseguiremos encontrarte un sombrero. Creo que es hora de que tengas uno, algo con un adorno.
—Nunca he usado sombrero —dije, buscando mi cartera.
—Ya es tiempo, —dijo otra vez Maureen—. Algo que te quede. Vamos, me encargare de ti. Un regalo.
Después, caminé lentamente por ciudad, deteniéndome en la librería y la tienda
de surf. Camine sin rumbo, sumergiendo mi mano en la bolsa de dulces en alguna ocasión. No quería estar con nadie, pero no tenía prisa por volver a la casa. Era obvio que Zayn no me quería cerca. ¿Estaba haciendo mal las cosas? La forma en que él me había mirado... fue más difícil de lo que pensé que iba a ser, verlo de nuevo. En esa casa otra vez. Un millones de veces más difícil.
Cuando volví a la casa con los rollos en una bolsa de papel, Louis y Zayn estaban bebiendo cerveza afuera en la parte de atrás. El sol se estaba metiendo. Iba a ser una hermosa puesta de sol.
Dejé las llaves y la bolsa en la mesa y me senté en una silla de playa. —Pásame una cerveza, —dije. No era porque me gustara particularmente la cerveza. No me gustaba. Era porque quería ser parte de ellos, tener unas cuantas cervezas y reunirnos de alguna pequeña manera. Al igual que en los viejos tiempos, lo único que quería era incluirme.
Esperaba que Zayn me volteara a ver y me dijera que no, que no me pasaría ninguna cerveza. Cuando no lo hizo, me sorprendió sentirme decepcionada. Louis fue al refrigerador y me lanzó un Icehouse. Me guiño un ojo — ¿Desde cuándo nuestra Cami Button bebe? —dijo.
—Tengo casi 17 años, —Le recordé—. No crees que esté demasiado grande para que me llames así.
—Sé qué edad tienes, —dijo Louis
Zayn busco en la bolsa de papel y sacó un sándwich. Lo mordió con avidez, y me pregunte si él había comido algo durante todo el día.
—De nada, —dije. No pude controlarme. Él no me había volteado a ver desde
que regresé. Quería que me notara. Gruñó un gracias y Louis me lanzo una mirada de advertencia. Como, no lo hagas molestarse justo cuando las cosas están bien.
El teléfono de Louis vibro en la mesa, y él ni siquiera se movió para contestarlo. Zayn dijo, —Yo no voy a irme de esta casa. Dile eso a él.
Sacudí mi cabeza con fuerza. ¿Qué quería decir con que él no se iba a ir? ¿Como nunca? Mire fijamente a Zayn, pero su cara era impasible como siempre.
Louis se levantó, tomó el teléfono y caminó hacia la casa. Cerró la puerta corrediza tras de él. Por primera vez, Zayn y yo quedamos asolas. El aire entre nosotros se sentía pesado, y me pregunte si él lamentaba lo que había dicho antes. Me preguntaba si debía decir algo, intentar arreglar las cosas. Pero ¿Qué le diría? No sabía si había algo que podía decir.
Así que no lo intente. En vez de eso deje que el momento pasara y solo suspire
y me recosté sobre mi silla. El cielo era rosa dorado. Tuve la sensación de que no había nada más hermoso que esto, que este particular atardecer combinaba todo lo hermoso de este mundo, diez veces más. Pude sentir toda la tensión del día irse a la deriva mar adentro. Quería memorizar todo en caso de no llegar a volver a verlo una vez más. Nunca se sabe cuándo es la última vez que verás algún lugar. A una persona.
Condujimos en la ciudad, por todos los lugares antiguos, el minigolf, The Crab Shack, y Louis condujo lo más rápido que pudo, silbando. Desee que lo hiciera más lento, hacer que el viaje durara para siempre. Pero no lo hizo, por supuesto. Ya casi llegábamos. Metí la mano en mi bolso y saque un pequeño brillo labial. Aplique un poco de brillo en mis labios y pase mis dedos a por mi cabello. Estaba todo enredado porque teníamos las ventanas abajo, y era un desastre. En mi visión periférica, pude sentir los ojos de Louis puestos en mí. Él probablemente estaba sacudiendo su cabeza y pensando qué que chica tan tonta era yo. Quería decirle, lo sé, soy una chica tonta. No soy mejor que Taylor. Pero simplemente no podía caminar enfrente a Zayn con el cabello todo enredado.
Cuando vi su coche en el camino, pude sentir mi corazón encogerse. Él estaba allí. Como si fuera una bala, Louis salió del coche y dirigiéndose hacia la casa. Subió las escaleras de dos en dos, y yo fui tras él, intentando alcanzarlo.
Era extraño; la casa todavía olía igual. Por alguna razón, no lo esperaba. Tal vez porque Susannah se había ido, yo pensaba que todo se sentiría diferente. Pero no lo fue. Casi esperaba verla andando por ahí en uno de sus vestidos para estar en casa, esperándonos en la cocina.
Zayn, de hecho, tuvo el coraje verse molesto cuando nos vio. Acababa de llegar de surfear; su pelo estaba húmedo y todavía llevaba su traje. Me sentí aturdida. Aunque sólo habían sido dos meses, fue como ver un fantasma. El fantasma de mí pasado primer amor. Parpadeó en mi dirección durante un segundo antes de dirigirse hacia Louis. — ¿Qué demonios haces aquí? —le preguntó.
—Estoy aquí para recogerte y llevarte de vuelta a la escuela —dijo Louis, y podría decir que estaba trabajando muy duro para sonar relajado, tranquilo—.
Realmente eres un desastre hombre. Papá se está volviendo loco.
Zayn agito su mano frente a él. —Dile que lo olvide. Yo me quedo.
—Zay, has perdido dos clases y tienes exámenes el lunes. No puedes simplemente no hacerlos. Te sacaran de la escuela de verano.
—Ese es problema mío. ¿Y ella que está haciendo aquí? —Ni siquiera me miro cuando lo dijo, y fue como si me hubiera apuñalado en el pecho.
Comencé a retroceder alejándome de ellos, dirigiéndome hacia las puertas de corredizas de vidrio. Era difícil respirar.
—La traje conmigo para ayudar, —dijo Louis. Él volteo a verme y luego suspiro—. Mira, tenemos todos sus libros y todo. Puedes estudiar esta noche y mañana y luego podemos regresar a la escuela.
—Que importa. No me interesa —dijo Zayn, caminando hacia el sofá. Se quitó la parte superior de su traje. Sus hombros ya estaban poniéndose bronceados. Él
se sentó en el sofá, aunque aún estaba mojado.
— ¿Cuál es tu problema? —Louis le preguntó, su voz apenas se elevo.
—Ahora mismo, este es mi problema. Tú y ella. Aquí, —Por primera vez desde que habíamos llegado, Zayn me miro a los ojos—. ¿Por qué quieres ayudarme? ¿Porqué estás aquí?
Abrí mi boca para hablar, pero nada salió. Al igual que siempre, él podría devastarme con una mirada, una palabra.
Pacientemente, esperó que dijera algo, y cuando no lo hice, él habló.
—Pensé que no querías volverme a ver. Me odias, ¿Recuerdas? —Su tono fue sarcástico, despreciativo.
—Yo no te odio, —dije, y entonces hui. Empuje la puerta corrediza y salí hacia
al pórtico. Cerré la puerta detrás de mí y corrí por las escaleras, hasta la playa.
Sólo necesitaba estar en la playa. La playa me haría sentir mejor. Nada, nada se sentía mejor que la manera en que la arena se sentía bajo mis pies. Eran ambos, sólido y moldeable, constante y cambiante. Era verano.
Me senté en la arena y observe como las olas llegaban a la orilla y luego se extendían a lo largo, como el glaseado blanco de una galleta. Había sido un error venir aquí. Nada que pudiera decir o hacer podría borrar el pasado. La manera en que había dicho "ella", con tal desprecio. Ni siquiera me llamo por mi nombre. Después de un rato, me dirigí a la casa. Louis estaba en la cocina solo. No había señales de Zayn.
—Bueno, eso ha ido bien, —dijo.
—Nunca debí haber venido.
Louis me ignoro. —Diez a uno a que lo único que tiene en la nevera es cerveza, —dijo—. ¿Alguien la toma?
Estaba tratando de hacerme reír, pero yo no lo haría. No podía. —Sólo un idiota
tomaría esa apuesta. —Mordí mis labios. Realmente no quería llorar.
—No dejes que él te afecte —dijo Louis. Tomo mi cola de caballo y la enrollo alrededor de su muñeca como una serpiente.
—No puedo evitarlo—La forma que él me había mirado, como si no significara nada para él, menos que nada.
—Es un idiota; no decía en serio nada de lo que dijo. —Me dio un codazo—. ¿Lamentas haber venido?
—Sí.
Louis me dio una sonrisa torcida. —Bueno, yo no lo hago. Me alegra que vinieras. Estoy contento que no encargarme de sus tonterías yo solo.
Porque él lo estaba intentando, lo intente yo también. Abrí el refrigerador como
si fuera una de esas mujeres de Atínale al precio, esas que llevaban vestidos de noche y tacones enjoyados.
—Ta-da, —dije. Tenía razón, lo único que había en el interior eran dos latas de
Icehouse. Susannah se habría enfadado su hubiera visto en lo que se había convertido su refrigerador de Sub-Zero—. ¿Qué vamos a hacer? —pregunté.
Miró por la ventana, a la playa. —Probablemente vamos a tener permanecer aquí esta noche. Me ocupare de él; ya vendrá. Sólo necesita algo de tiempo. -Hizo una pausa—. Entonces, que tal esto. ¿Por qué no vas y consigues algo para la cena, y yo me quedare aquí y hablare con Zayn?
Sabía que Louis estaba tratando de deshacerse de mí, y eso me alegró. Tenía
que salir de esa casa, lejos de Zayn— ¿Rollos de almeja para la cena? —Le pregunte.
Louis asintió y pude notar que fue un alivio para él. —Suena bien. Cualquier cosa que tú quieras —Comenzó a sacar su billetera, pero lo detuve—. Está bien.
Él sacudió la cabeza. —No quiero que gastes dinero, —dijo y me entrego dos billetes de 20 y sus llaves—. Ya viniste hasta aquí para ayudar.
—Yo quería hacerlo.
—Porque eres una buena persona y querías ayudar a Zay —dijo.
—Quería ayudarte a ti también —dije—. Quiero decir, aun quiero hacerlo. No tienes que lidiar con todo esto tu solo.
Por un breve momento, no pareció el mismo. Se pareció a su padre. — ¿Quién
mas lo haría? —Y luego me sonrió y nuevamente era Louis. El niño de Susannah,
luz de sol y sonrisas. Su angelito.
Aprendí a conducir en el coche de Louis. Se sentía bien el volver a estar en el
asiento del conductor. En lugar de poner el aire acondicionado, baje las ventanas y dejé que el aire salado entrara. Manejé despacio en la ciudad, y estacione el coche por la antigua iglesia Bautista.
Había niños corriendo en trajes de baño y shorts, y también los padres en kaki y
perros sin correas. Era, probablemente, el primer fin de semana desde que la escuela había terminado para la mayoría de ellos. Había un sentimiento en el aire. Sonreí cuando vi a un niño tratando de alcanzar a dos niñas mayores, probablemente sus hermanas. —Esperen —él gritó, sus sandalias golpeaban la acera. Ellas sólo caminaron más rápido, no mirando hacia atrás.
Mi primera parada fue a la tienda. Solía pasar horas allí, analizando los dulces de un centavo. Cada elección parecía de vital importancia. Los chicos los tomaban al azar, una cucharada de estos, un puñado de aquellos. Pero yo era cuidadosa, diez grandes Swedish Fish, cinco bolas de Malta, una bola de tamaño mediano de pera Jelly Bellys.
Por los viejos buenos tiempos, llene una bolsa. Tome unos Goobers para Louis, un Bar de Clark para Zayn, y aunque ni siquiera estaba aquí, un Lemonhead para Steven. Fue un dulce homenaje, un tributo para Cousins de nuestra infancia, cuando elegir caramelos de un centavo era la más grandiosa y mejor parte de nuestro día.
Estaba parada en la fila esperando para pagar cuando escuché a alguien decir,
— ¿Cami?
Me di la vuelta. Era Maureen O'Riley, dueña de la lujosa tienda de sombreros de la ciudad: Maureen’s Millinery. Ella era mayor que mis padres, en sus últimos años de los cincuenta y ella era amiga de mi madre y Susannah. Tomaba muy en serio sus sombreros.
Nos abrazamos, y ella olía a lo mismo, como a jabón de Murphy Oil.
— ¿Cómo está tu madre? ¿Cómo está Susannah? —Me interrogó.
—Mi madre está bien, —Le dije. Avancé en la fila alejándome de Maureen.
Ella avanzo conmigo. — ¿Y Susannah?
Aclare mi garganta. —Su cáncer volvió, y falleció.
El rostro bronceado de Maureen se arrugo en una mueca de espanto. —No lo había oído. Lamento escuchar eso. Le tenía mucho cariño. ¿Cuándo?
—A principios de mayo, —dije. Era casi mi turno de pagar, y luego podía irme y esta conversación estaría terminada.
Luego, Maureen tomo mi mano, y mi primer impulso fue retirarla, a pesar de que siempre me había agradado Maureen. Yo no quería seguir en la tienda, hablando
de cómo era que Susannah estaba muerta, como si fuera un chisme de la ciudad. Estábamos hablando de Susannah.
Ella debió haberlo entendido, porque ella lo dejo ir. Dijo, —Ojalá lo hubiera sabido. Por favor, envía mis condolencias a los chicos y a tu madre. Y Cami, ven a la tienda y ven verme en algún momento. Conseguiremos encontrarte un sombrero. Creo que es hora de que tengas uno, algo con un adorno.
—Nunca he usado sombrero —dije, buscando mi cartera.
—Ya es tiempo, —dijo otra vez Maureen—. Algo que te quede. Vamos, me encargare de ti. Un regalo.
Después, caminé lentamente por ciudad, deteniéndome en la librería y la tienda
de surf. Camine sin rumbo, sumergiendo mi mano en la bolsa de dulces en alguna ocasión. No quería estar con nadie, pero no tenía prisa por volver a la casa. Era obvio que Zayn no me quería cerca. ¿Estaba haciendo mal las cosas? La forma en que él me había mirado... fue más difícil de lo que pensé que iba a ser, verlo de nuevo. En esa casa otra vez. Un millones de veces más difícil.
Cuando volví a la casa con los rollos en una bolsa de papel, Louis y Zayn estaban bebiendo cerveza afuera en la parte de atrás. El sol se estaba metiendo. Iba a ser una hermosa puesta de sol.
Dejé las llaves y la bolsa en la mesa y me senté en una silla de playa. —Pásame una cerveza, —dije. No era porque me gustara particularmente la cerveza. No me gustaba. Era porque quería ser parte de ellos, tener unas cuantas cervezas y reunirnos de alguna pequeña manera. Al igual que en los viejos tiempos, lo único que quería era incluirme.
Esperaba que Zayn me volteara a ver y me dijera que no, que no me pasaría ninguna cerveza. Cuando no lo hizo, me sorprendió sentirme decepcionada. Louis fue al refrigerador y me lanzó un Icehouse. Me guiño un ojo — ¿Desde cuándo nuestra Cami Button bebe? —dijo.
—Tengo casi 17 años, —Le recordé—. No crees que esté demasiado grande para que me llames así.
—Sé qué edad tienes, —dijo Louis
Zayn busco en la bolsa de papel y sacó un sándwich. Lo mordió con avidez, y me pregunte si él había comido algo durante todo el día.
—De nada, —dije. No pude controlarme. Él no me había volteado a ver desde
que regresé. Quería que me notara. Gruñó un gracias y Louis me lanzo una mirada de advertencia. Como, no lo hagas molestarse justo cuando las cosas están bien.
El teléfono de Louis vibro en la mesa, y él ni siquiera se movió para contestarlo. Zayn dijo, —Yo no voy a irme de esta casa. Dile eso a él.
Sacudí mi cabeza con fuerza. ¿Qué quería decir con que él no se iba a ir? ¿Como nunca? Mire fijamente a Zayn, pero su cara era impasible como siempre.
Louis se levantó, tomó el teléfono y caminó hacia la casa. Cerró la puerta corrediza tras de él. Por primera vez, Zayn y yo quedamos asolas. El aire entre nosotros se sentía pesado, y me pregunte si él lamentaba lo que había dicho antes. Me preguntaba si debía decir algo, intentar arreglar las cosas. Pero ¿Qué le diría? No sabía si había algo que podía decir.
Así que no lo intente. En vez de eso deje que el momento pasara y solo suspire
y me recosté sobre mi silla. El cielo era rosa dorado. Tuve la sensación de que no había nada más hermoso que esto, que este particular atardecer combinaba todo lo hermoso de este mundo, diez veces más. Pude sentir toda la tensión del día irse a la deriva mar adentro. Quería memorizar todo en caso de no llegar a volver a verlo una vez más. Nunca se sabe cuándo es la última vez que verás algún lugar. A una persona.
Deyca <3
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
Capítulo 18 (Maratón 4/4)
Nos sentamos a ver la televisión durante un rato. Louis no hizo ningún intento más por hablar con Zayn, y nadie mencionó la escuela o al Sr. Fisher. Me pregunte si Louis estaba esperando a estar a solas con él nuevamente.
Forcé un bostezo. A nadie en particular, dije, —Estoy tan cansada, —Tan pronto como lo dije, me di cuenta de que realmente lo estaba. Estaba tan cansada. Se sentía como si hubiera sido el día más largo de la historia. A pesar de que todo lo que realmente hice fue viajar en un coche, me sentí completamente drenada de energía.
—Me voy a dormir, —Anuncié, bostezando nuevamente, esta vez de verdad.
—Buenas noches, —dijo Louis, y Zayn no dijo nada.
Tan pronto como llegué a mi habitación, abrí mi maleta, y me horrorice cuando
vi lo que había dentro. Estaba el nuevo bikini de Taylor, sus apreciadas sandalias de plataforma, un vestido para salir a sol de cuello de ojal, los shorts cortos, al que su papá denominaba como " calzones de mezclilla," algunas blusas de seda y en lugar de la playera grande que había estado esperando ponerme para dormir, un conjunto rosa con corazones rojos. Un pequeño short y una camiseta sin mangas. Quería matarla. Había supuesto que ella iba a agregarlo a lo que ya había empacado, no reemplazarlo. Lo único mío que ella había dejado fue la ropa interior.
La idea de caminar por la casa en esas pijamas, ser vista en el camino a cepillarme los dientes en la mañana me hizo querer golpearla. Fuerte. Sabía que Taylor tenía buenas intenciones. Ella pensó que me estaba haciendo un favor. Renunciar a sus sandalias de plataforma fue altruista, para Taylor. Pero aun así, estaba loca.
Era igual que con Cory. Taylor hizo lo que quería hacer y no le importo lo yo
pensaba sobre él. A ella nunca le importo lo que pensaba sobre él. No fue sólo su culpa, porque yo la dejé hacerlo.
Después de cepillar mis dientes, me puse la pijama de Taylor y me metí en la
cama. Estaba deliberando sobre si leer o no un libro antes de irme a dormir, uno de los antiguos libros de bolsillo de mi estante, cuando alguien llamó a mi puerta. Jale las mantas hasta mi cuello y grité, — ¡Pasa!
Era Louis. Cerró la puerta detrás de él y se sentó al pie de la cama. —Hey, —
susurró.
Aflojé el agarre sobre las mantas. Sólo era Louis. —Hey. ¿Qué pasa? ¿Hablaste con él?
—Todavía no. Voy a dejarlo tranquilo esta noche e intentare nuevamente mañana. Sólo intento construir las bases primero, preparar el terreno. —Me dio una mirada de confabulación—. Ya sabes cómo es él.
Y lo sabía. —Bien. Suena bien.
Levantó su mano para que las chocara. —No te preocupes. Nos encargaremos
de esto.
Yo las choqué. —Nos encargaremos de esto, —repetí. Podía oír la duda en mi
voz, pero Louis sólo sonrió como acabara de cerrar un trato.
Nos sentamos a ver la televisión durante un rato. Louis no hizo ningún intento más por hablar con Zayn, y nadie mencionó la escuela o al Sr. Fisher. Me pregunte si Louis estaba esperando a estar a solas con él nuevamente.
Forcé un bostezo. A nadie en particular, dije, —Estoy tan cansada, —Tan pronto como lo dije, me di cuenta de que realmente lo estaba. Estaba tan cansada. Se sentía como si hubiera sido el día más largo de la historia. A pesar de que todo lo que realmente hice fue viajar en un coche, me sentí completamente drenada de energía.
—Me voy a dormir, —Anuncié, bostezando nuevamente, esta vez de verdad.
—Buenas noches, —dijo Louis, y Zayn no dijo nada.
Tan pronto como llegué a mi habitación, abrí mi maleta, y me horrorice cuando
vi lo que había dentro. Estaba el nuevo bikini de Taylor, sus apreciadas sandalias de plataforma, un vestido para salir a sol de cuello de ojal, los shorts cortos, al que su papá denominaba como " calzones de mezclilla," algunas blusas de seda y en lugar de la playera grande que había estado esperando ponerme para dormir, un conjunto rosa con corazones rojos. Un pequeño short y una camiseta sin mangas. Quería matarla. Había supuesto que ella iba a agregarlo a lo que ya había empacado, no reemplazarlo. Lo único mío que ella había dejado fue la ropa interior.
La idea de caminar por la casa en esas pijamas, ser vista en el camino a cepillarme los dientes en la mañana me hizo querer golpearla. Fuerte. Sabía que Taylor tenía buenas intenciones. Ella pensó que me estaba haciendo un favor. Renunciar a sus sandalias de plataforma fue altruista, para Taylor. Pero aun así, estaba loca.
Era igual que con Cory. Taylor hizo lo que quería hacer y no le importo lo yo
pensaba sobre él. A ella nunca le importo lo que pensaba sobre él. No fue sólo su culpa, porque yo la dejé hacerlo.
Después de cepillar mis dientes, me puse la pijama de Taylor y me metí en la
cama. Estaba deliberando sobre si leer o no un libro antes de irme a dormir, uno de los antiguos libros de bolsillo de mi estante, cuando alguien llamó a mi puerta. Jale las mantas hasta mi cuello y grité, — ¡Pasa!
Era Louis. Cerró la puerta detrás de él y se sentó al pie de la cama. —Hey, —
susurró.
Aflojé el agarre sobre las mantas. Sólo era Louis. —Hey. ¿Qué pasa? ¿Hablaste con él?
—Todavía no. Voy a dejarlo tranquilo esta noche e intentare nuevamente mañana. Sólo intento construir las bases primero, preparar el terreno. —Me dio una mirada de confabulación—. Ya sabes cómo es él.
Y lo sabía. —Bien. Suena bien.
Levantó su mano para que las chocara. —No te preocupes. Nos encargaremos
de esto.
Yo las choqué. —Nos encargaremos de esto, —repetí. Podía oír la duda en mi
voz, pero Louis sólo sonrió como acabara de cerrar un trato.
Deyca <3
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
Chicas como el Lunes no subí los dos capítulos que prometí aquí les dejo un maratón de 4, como publiqué en mi novela "Es mi vecino y que?" que estaba enferma y por eso no iba a subir, me olvide de publicar aquí también que estaba enferma y por eso no publicaría capítulos espero me disculpen, las quiero besitos :)
Dey xx
Deyca <3
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
Hola, no importa la espera, con que no la abandones todo genial...
estuvo super bonito el maraton, me encanta, porfis no la abandones :)
que bueno que te recuperaste pronto.... saludos y besos
estuvo super bonito el maraton, me encanta, porfis no la abandones :)
que bueno que te recuperaste pronto.... saludos y besos
MikMakMalik
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
OMG!! Cada dia amo mas y mas y maaaaaas esta novela, ojala que la sigas pronto y que te recuperes super pronto porque yo ahora tambien estoy enferma, tengo gripa
asdramaqueen
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
YA ESTAN EN COUSINS!!!!!
PD: ya estas mejor? (:
PD: ya estas mejor? (:
kariAC
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
A ver como lo digo, seré corta y breve.......
LA AMO ♥ así de simple :)
Siguela, no te preocupes ya estas mejor?
Besos
LA AMO ♥ así de simple :)
Siguela, no te preocupes ya estas mejor?
Besos
khloe
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
MikMakMalik escribió:Hola, no importa la espera, con que no la abandones todo genial...
estuvo super bonito el maraton, me encanta, porfis no la abandones :)
que bueno que te recuperaste pronto.... saludos y besos
No linda no la abandonare :) besitos :)
Dey xx
Deyca <3
Re: No es verano sin ti (Zayn, Louis y Camille) "2da parte TERMINADA"
asdramaqueen escribió:OMG!! Cada dia amo mas y mas y maaaaaas esta novela, ojala que la sigas pronto y que te recuperes super pronto porque yo ahora tambien estoy enferma, tengo gripa
Si yo también amo esta novela :), si ya el viernes cuando llegue de viaje les subo otros 4 capítulos, y sí ya estoy mucho mejor que antes, huuy con gripe? eso es super feo! espero y te mejores prontos besitos :)
Dey xx
Deyca <3
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