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El Club de las Cinco {One Direction}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El Club de las Cinco {One Direction}
jajajajajaja me encantó, estas a punto de ser cachada y que te den semejante trompada, gemma, lol. que quede claro que si yo te llego a ver te convertis en mi próxima victima(?) okno. fue genial :3
Cami
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Capítulo 9.
*Alice*
*Alice*
Simplemente odiaba los lunes, los odiaba. Empezar la semana con escuela no era algo que me gustara. Y mucho menos estar en la escuela, en entrenamiento, escuchando todas esas voces chillonas y femeninas hablando al mismo tiempo… Era algo insoportable.
-Deberíamos ir a hacer entrenamiento afuera – La coreografía hay que cambiarla – Debemos entrenar mas – Podemos cambiar el horario? – Alice, aun no puedo hacer la pirámide ¿Quién ocupa mi lugar? – No vendré la semana que viene – Estoy cansada, descansemos… -
Y así era. Las porristas eran buenas, seguían las ordenes y normalmente no teníamos problema en los entrenamientos, pero… cuando estaban cansadas podían ser malditamente insoportables, y justo yo debía ser la “capitana” y poner en orden las cosas.
-No cambiaremos la rutina. La hicimos hace poca semanas, aún podemos perfeccionarla para que quede bien. – Les dije llamando su atención – En el próximo partido añadiremos lo que practicamos, así que… - Mire el reloj, faltaban solo unos cinco cortos minutos para que el entrenamiento acabe – Pueden irse, ha sido demasiado por hoy. Nos veremos en el siguiente entrenamiento – Finalicé diciendo con una pequeña sonrisa, todas se despidieron felices y salieron rápidamente de la cancha dejándome sola.
Estaba cansada. Muy cansada. Prácticamente me dormí durante las clases, y después al entrar al entrenamiento todo empeoró.
Me senté en el suelo, a beber un poco de agua… Luego cuando ya me sentía lista para regresar a la cancha, me coloqué de pie, y asegurando una vez más que no había nadie, comencé a hacer algunos movimientos de la rutina nueva, y a planear una nueva coreografía.
Estaba explotándome, sabía que exageraba, pero al ser la “capitana” yo era la encargada de que todo salga bien sin errores, y también tenía que demostrar mi agilidad en todo esto.
Pensaba que era una mierda hacer todo esto.
Horas más tarde, ya cuando estaba empezando a anochecer, estaba saliendo de la cancha.
No me había fijado en que el tiempo había pasado tan velozmente, quería quedarme más tiempo… No era lo suficiente para terminar todo, pero en casa se preocuparían y no debía olvidar que mañana tenía cosas por hacer.
Tomé mi teléfono mientras recorría los pasillos vacíos de la escuela.
Tenía un par de llamadas perdidas. De mi hermano, de mamá, un numero desconocido, y Heather. Y también tenía un mensaje de ella.
“All, no me contestas el teléfono, pero habrá fiesta en mi casa el viernes. Te esperaré, y si no vienes te haré venir quieras o no. No olvides que te quiero, Heather”
Suspiré. Era una de las épocas del año en que mi ánimo andaba muy mal. Tenía mucha presión por las porristas, todo debía salir bien. Mis notas andaban algo mal, en casa no todo era felicidad, y desde que el idiota de Liam, comenzó a hablarme, no he dejado de sentirme mal, no era bueno recordar como terminamos, pero ha quedado en el pasado.
Asistiría a esa fiesta. Era la salida a todos aquellos problemas.
****
El viernes llego algo lento para mí. Había estado ocupada con otras cosas, que olvidé la fiesta, pero no significaba que no asistiría.
-¿Una boda? – Pregunte emocionada a Heather, estábamos entre todas hablando, y que hallan hablado sobre una boda … me animó. Josie compartía ese sentimiento conmigo, puesto que las dos la mirábamos con los ojos brillantes.
-¡Eso es lo malo y del por qué la fiesta – Respondió ella, muy seria y algo enfadada. Algo andaba mal – Y no saben quien es el hijo de mi futuro “papi” –
La mire confusa, y en mi mente estaba elaborando una posible teoría a todo esto, cuando apareció él. ¿El? Si el idiota de Liam.
Y no solo eso, estaba de boxers. Cielos, era jodidamente sexy.
Y aquí es cuando los nervios y la tensión vienen a mí. Siento mi cabeza palpitando extrañamente, lo que me produce una jaqueca terrible. Los problemas no terminaban nunca.
-¿Qué mierda haces aquí? ¡Deja de acosarme! – Me importo un carajo que mis amigas hallan estado allí presentes, normalmente no era de perder la calma al borde de lanzarle lo primero que sujete a Liam, que por cierto no tardo en esquivar. Mierda, me hubiera encantado darle justo en su rostro.
Después de intercambiar unas rápidas palabras con Heather, creo que todas tuvimos la noticia de saber que él sería su “hermanastro”.
¿Eso era bueno o malo? No lo sabía. Además, Liam ya no formaba parte de mi vida, ni nunca lo hará. Sólo es un idiota.
****
La fiesta estaba en su mejor momento. Había muchas personas bailando otras ya estaban muy ebrias, y todos la pasaban bien.
Me pareció haber visto a Zayn Malik por allí, lo conocía. Era un buen muchacho, nunca le mostré ganas de acostarme con él, porque no me atraía.
También vi a Liam quién andaba caminando por los alrededores de la fiesta, observando lo que los demás hacían. Yo sólo lo observaba a lo lejos, con varios pensamientos en mi mente, y algo incrédula por su actitud.
Una fiesta servía para divertirse y olvidar malos momentos. Era justo lo que estaba haciendo… Bebí un par de vasos, en realidad no me importó cuantos fueron, sólo sabía que esos nervios y la tensión que sentía antes se habían esfumado como por arte de magia. Genial.
Aburrida de estar sentada, me coloqué de pie, y comencé a saltar por allí tranquila y sonriente.
A cada persona que miraba, le sonreía y saludaba con una sonrisa de niña tonta. ¿De todos modos que importaba? Además me devolvían el saludo, o algunos me miraban confundidos… Que se jodan.
Miré hacia un costado y sonreí. Aquella sombra extraña me miraba. Igual que todos, quizá era la única que había bebido una gran cantidad de alcohol. ¿Eso es posible? No lo creo.
Cuando aquella sombra alejada se acercó, me di cuenta que era Liam. Solté una risa fuerte cuando se planto cerca de mí.
-¡Alice!? – Pregunto mirándome – Has bebido eh? Y mucho debo decir – Comentó sin dejar de mirarme. Solté otra risa, era gracioso ver su expresión.
Le respondí rápidamente, en realidad no sabía lo que dije porque la música estaba muy alta.
Nos alejamos de allí un poco, y pronto estábamos en otra sala. La música solo retumbaba, pero se oía lejana.
-Puedo disfrutar igual que lo haces tú – Le respondí mirando los bonitos adornos.
-Si pero… Nunca te has emborrachado así – Dijo con una extraña mueca, que sólo me hizo reír aun mas.
-Vete a la mierda. ¿No puedo hacerlo? – Respondí bruscamente alejándome de el.
-Si pero… Pero antes tú vigilabas que yo no termine pasado de copas, y ahora … al parecer cambiamos los puestos – Explicó con una simpática risa. Me enfadé por un instante.
-Tú lo dijiste: Antes – Dije comenzando a alejarme de allí. No me había dado cuenta que tropezaba constantemente, ¡Que gracioso! Lanzaba carcajadas mientras caminaba, realmente esto del alcohol era genial.
Algo paso allí.
Me sujetó del brazo, obligándome a darme vuelta, y me plantó un beso un poco brusco justo en mis labios.
Cuando me separé lo miré incrédula. ¿Qué andaba mal con Liam? Quizá estaba pasado de copas.
Vi que me observó por un breve instante, y luego volvió a acercarse a mí para juntar sus labios con los míos. ¡¿Qué rayos…?!
Lo empujé bruscamente separándolo de mí. Estaba alcoholizada pero ahora enfurecida, ahora los nervios regresaron a mí. Mierda.
Lo último que hice fue pegarle una fuerte bofetada en la mejilla izquierda de Liam. Extrañamente me dolió tanto como a él, porque cielos, lo hice con una fuerza desconocida en mi, pero que mas daba…
Me dolía, extrañamente lo hacía. Lo había ocultado, pero odiaba que jugara con 100 chicas al mismo tiempo, y yo estaba incluida en esa lista? Jamás.
Lo nuestro acabo y sería definitivo. O al menos eso esperaba.
Lo miré por última vez, y me di cuenta que en este caso yo había sido idiota al pegarle.
Asustada, retrocedí unos pasos y luego salí rápido, lo más rápido que pudiera.
Creo que, mañana sábado , pasaría una tarde entera relajada en la bañera, sin tensiones… Necesitaba urgentemente aquello.
|Mili#Jonas|
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Son las ... 3 de la mañana en mi pais. Tengo sueño, y el autoestima anda por el suelo ultimamente... Ojala halla salido bien, la verdad solo escribi algo enfadada y ... suerte que ningun teclado de la computadora halla saltado de su lugar o algo asi.
Solo espero que les guste, hice un esfuerzo sobrehumano para subirlo, jaja... Sepanlo! Ah, jaja. No queria dejarlo para mas tarde.
Gracias a las chicas que comentan, y a las demas escritoras tambien.
Patu espero tu capitulo pronto. :)
Solo espero que les guste, hice un esfuerzo sobrehumano para subirlo, jaja... Sepanlo! Ah, jaja. No queria dejarlo para mas tarde.
Gracias a las chicas que comentan, y a las demas escritoras tambien.
Patu espero tu capitulo pronto. :)
|Mili#Jonas|
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
oh bueno, a mí me encantó. yo también estoy con el autoestima medio por el piso, no sé por qué... bueno, en realidad sí, soy jodidamente complicada, no dejo que la gente se acerque a mí y nunca demuestro una puta señal de afecto... La madrugada me pega mal, las 3 a.m es la hora de la confesión(?). Como sea, te quedo genial :3
Cami
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Me ha encantado el capítulo (: siganla pronto. y El capitulo ha quedado genial. Bienvenida a mi mundo donde siempre el autoestima es mi peor enemiga ya que siempre esta por los suelos <3 animo Mili.
Última edición por .Invisible. el Lun 10 Dic 2012, 8:46 am, editado 1 vez
{Josie}
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Muy bueno el capítulo, Mili, quedate tranquila c: todos estuvieron geniales y lamento no haberme pasado antes, me colgué u.u y bueno mi autoestima siempre está por el piso así que nada nuevo (? sinceramente, no tengo la puta idea de como continuarla x'D iré a comer cereales y a pensar (?
Trataré de subir a la noche o mañana.
Trataré de subir a la noche o mañana.
Patu
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
¡Genial, Mili!
Te quedo genial el capitulo, pobre Alice...
GHgfhjlkjfdk hay ¡Deben seguirla! Se esta poniendo cada vez mejor.
¡Saludos!
Invitado
Invitado
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
|Mili#Jonas| escribió:Son las ... 3 de la mañana en mi pais. Tengo sueño, y el autoestima anda por el suelo ultimamente... Ojala halla salido bien, la verdad solo escribi algo enfadada y ... suerte que ningun teclado de la computadora halla saltado de su lugar o algo asi.
Solo espero que les guste, hice un esfuerzo sobrehumano para subirlo, jaja... Sepanlo! Ah, jaja. No queria dejarlo para mas tarde.
Gracias a las chicas que comentan, y a las demas escritoras tambien.
Patu espero tu capitulo pronto. :)
Ay Mili, mira hasta que hora te quedaste despierta para subir :S Vi reflejado ira en tu capitulo(?) Pero hey! Tranquila, sea lo que sea que estes pasando o como te sientas, aqui estamos nosotras bebe :')
Espero que te mejores :3 por cierto, ame el capitulo :') Aunque aun me pregunto porque Alice y Liam terminaron :C
Te esperamos Patu :3
Jaeger.
----
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
oh me he perdido varios capitulos que estuvieron geniales chicas me encanta!!
tienen que seguirla besos!!!
tienen que seguirla besos!!!
{Maru.}
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Lamento haberme tardado en subir >.< y disculpen si está corto y aburrido y deprimente pero no ando muy bien anímicamente y además escribí casi todo el cap con 4 horas de sueño ._.' en fin, gracias por los comentarios y por estar siempre leyéndonos, se las quiere ♥
Capítulo 15
{Josie}
Abrí mis ojos con pesadez, al sentir que alguien me sacudía el hombro no muy amablemente. Con lo primero que me encontré fue con mi ropa, ya seca, colocada sobre el sofá del living. Definitivamente dormir sobre la alfombra no fue una buena opción, sentía todos los músculos agarrotados y doloridos, aunque recordándolo mejor creo que también pudo deberse a lo que hice anoche. Mis mejillas se encendieron de nuevo y cuando volteé, me encontré con la mirada azulada de Louis. Desnuda, y sin nada con qué cubrirme, solo pude sonreír nerviosamente, mientras me incorporaba para alcanzar mi ropa.
—¿Qué hora es? —pregunté, intentando distraerme de su insistente mirada, mientras me colocaba mi musculosa.
—Las diez y media.
Lo observé sobresaltada.
—¡¿Por qué no me despertaste antes?! —Mierda, mierda. Mi madre debía estar muy preocupada. Saqué mi teléfono del bolsillo de la chaqueta y comprobé que tenía varias llamadas perdidas, pero ni siquiera me atreví a llamar a mi casa, por miedo a que mi padre me atendiera.
Louis solo se limitó a encogerse de hombros.
—Ya no importa —replicó con sequedad. ¿Qué le pasaba? ¿Siempre se despertaba con ese mal humor? Entonces entendí porqué estaba tan serio. El maquillaje que me puse la noche anterior se había esfumado por completo cuando lo hicimos en la ducha, dejando al descubierto mis cicatrices.
Los dos permanecimos serios, él con su semblante impasible, y yo, sintiéndome incómoda, pero agradecida de que al menos no hubiese preguntado lo mismo que preguntaban todos: “¿Qué te pasó ahí?” Mejor así, no tendría la necesidad de mentirle.
Cuando estuve lista, subimos a su auto y la ansiedad se apoderó de mí, de solo pensar en lo que me esperaría al llegar a casa. Intenté distraerme de eso pensando en otra cosa, en sexo. En lo bien que lo habíamos pasado Louis y yo la noche anterior. Aunque, posiblemente, sería la última vez que lo hiciéramos, pues dudaba que me dejasen salir de nuevo en la vida. Y la verdad, ¿quería seguir acostándome con él? Siempre que pensaba en cómo sería mi vida sexual, no tenía en mis planes que fuera con alguien que ni siquiera era mi pareja. Por más que tuviera sentimientos hacia Louis, no éramos nada, y si lo pensaba bien ni siquiera yo sabía qué estaba sintiendo por él. O qué sentía él por mí.
—¿Louis? —No recibí respuesta suya, pero me importaba muy poco si tenía ganas de hablar o no, insistí—. ¿Es cierto lo que dijiste anoche? Antes de dormirte.
—No recuerdo una mierda de lo que dije anoche —farfulló, malhumorado, y su semblante pareció ablandarse por unos segundos—. Aunque sí lo que hicimos.
—Dijiste que te puse celoso y que nadie lo había hecho antes —espeté, ignorando sus últimas palabras. Él se tensó levemente al escucharme, pero supo disimularlo.
—¿Ah sí? Bueno, estaba ebrio, así que es más que obvio que no era cierto.
—Las personas suelen volverse más sinceras bajo los efectos de alcohol, ¿sabías?
—Yo no soy de esos.
—Entonces ¿por qué me arrancaste de la mesa prácticamente cuando me viste bailando y besando a ese chico?
Sonreí satisfecha al ver que fruncía más el ceño todavía.
—¿Cuándo besaste a Liam? —¿Eso hice? ¡¿Era él?! Santa y jodida mierda, besé al ex de Alice…—. Lo hice porque sabía que intentabas provocarme, fastidiarme. Quería darte una lección.
—¿Follándome?
—¿Qué mejor manera de hacerlo? —Curvó una sonrisa maliciosa en sus labios—. Mira, Josie, me encanta follar contigo, es magnífico. Pero si crees que serás más que eso para mí, estás muy equivocada. No puedo ofrecerte más que sexo sin ataduras, y si lo piensas bien, viniendo de mí, ya es demasiado.
Sentí ganas de vomitar, de vomitarle mil palabras hirientes a la cara. ¿Cómo podía ser que este maldito imbécil fuera el mismo chico amable y atento que conocí en el comedor aquél día? Le sonreí cínicamente, sin poder decirle nada, pues tenía un enorme nudo en la garganta. No le dirigí ni una palabra más en todo el trayecto, que se me hizo eterno, y me esforcé en contener las lágrimas. ¿Qué estaba haciendo? Jamás debí perder lo más valioso que tenía con un hijo de puta así, estando drogada, y ni siquiera eso porque incluso la noche anterior estuve con él y no puedo culpar a la marihuana por ello.
Bajé de su auto, sin molestarme en mirarlo, dando un violento portazo. Sonreí al escucharlo maldecir.
Sin embargo, la sonrisa se borró de mis labios cuando entré a la casa y me encontré con el semblante más afligido que reprochante de mi madre. Y lo furiosa que estaba Marie, mi hermana mayor. Ella si que sabía como hacerme sentir una mierda.
—Hasta que por fin llegas, papá aún no notó tu ausencia, cree que duermes, pero cerca estuvimos de decirle que no regresabas. ¿Se puede saber dónde demonios estabas?
—Lo siento, me quedé dormida eso es todo. En casa de Alice, una amiga…
—¿Una de ese grupito con el que empezaste a juntarte? De seguro son unas zorras drogadictas, ten mucho cuidado, Josie. No me gusta nada que te veas con ellas.
—Ni siquiera las conoces, mejor cállate y deja de juzgar —escupí indignada. Si bien aquello era cierto, ¿qué más daba? No me importaba que llevaran un estilo de vida poco ejemplar, eran mis amigas, mis hermanas, por más que no nos pareciéramos casi en nada ellas nunca me hicieron a un lado ni me juzgaron por lo que soy. Por eso las quería, y jamás me separaría de ella.
—¡Mide tus palabras!
—No me molestes —ladré algo inquieta, temía que mi padre nos escuchara y se enterara del porqué de nuestra discusión. Lo que menos necesitaba era que me insultara él también, fingiendo que le preocupaba mi puto bienestar.
—¿Cómo puedes ser tan egoísta? ¿Acaso no ves cómo nos preocupas, cómo preocupas a mamá? Ah, no, eres igual que Robert. Solo sirves para causarle disgustos a mamá, después de todo lo que ella hace por ti, y no te importa porque solo piensas en ti y nada más que en ti. Eres una mierda, una basura…
—¡Marie, ya está! —intervino mi madre, con el rostro apesadumbrado y serio.
Mi hermana solo hizo una mueca de disgusto y se fue.
Ni siquiera me atreví a mirar a mi madre a la cara, pues ya sentía las lágrimas rodando por mis mejillas. Si había algo que odiaba era cuando mi hermana se ponía así, y me comparaba con mi padre, porque en el fondo sabía que era cierto.
—Perdón por ser una mierda —susurré.
—No lo eres —replicó, acercándose a mí y acariciándome pacientemente el cabello—. No lo vuelvas a hacer —me reprendió suavemente, y con eso bastó para escarmentarme más que con cualquier otra palabra.
Luego de eso me fui a mi habitación y me quedé dormida hasta que oscureció. Cuando desperté, me desesperaba de hambre pero no me sentía con ganas de comer, aún así, me obligué a ir a Starbucks y comer un poco de chatarra –lo cual no podría conseguir de mi madre-, o de lo contario nunca lograría subir de peso y tener un cuerpo curvilíneo. Sí, a diferencia de muchas chicas que se acomplejan de su peso, mi problema es que me siento demasiado delgada. Para colmo, mi apetito no ayudaba pero finalmente logré comerme toda mi orden y volví a casa.
La semana siguiente tenía varios exámenes y trabajos pendientes, así que me puse a hacerlos, intentando distraer mi mente de aquel nudo que sentía en mi pecho todavía. Aunque por algún motivo, me costaba más de lo normal concentrarme en el estudio y me sentía realmente cansada, pese a haberme despertado pocas horas atrás. Decidí restarle importancia y esforzarme lo más que pude en las tareas, no podía permitirme decepcionar de nuevo a mi madre.
Sin darme cuenta, mis ojos volvieron a humedecerse, dificultándome la vista. Supe que era inútil, así que sequé mis lágrimas una y otra vez, mientras intentaba no hacerle caso a mi mente y seguí leyendo y escribiendo.
Cuando abrí mis ojos, los sentía irritados e hinchados, seguramente porque me dormí llorando sobre mis apuntes sin poder evitarlo. Miré la hora, y eran las tres de la mañana recién. Sin embargo, sabía que no podría volver a dormirme. Me removí inquietamente a mi cama, con grandes deseos de ir al baño, mientras todos los acontecimientos del día se reproducían sin cesar en mi mente. Y de nuevo comencé a llorar. Por Louis, por haberme entregado a él como una cualquiera, por haber actuado tan diferente de lo que realmente soy en aquellas fiestas, y por haber sido tan estúpida como para creer que él sentiría algo por mí, por creer que alguien podría…quererme. No, yo no merecía eso, no después de hacer sufrir tanto a las personas que se preocupan por mí, sobre todo a mi madre que es a quien más quiero en este mundo. Mi hermana tiene razón en varias formas con sus palabras.
La opresión en mi pecho se hizo cada vez más notoria, sofocándome y haciéndome imposible la tarea de permanecer en la cama, así que me levanté con la seguridad de que ya todos dormían y me dirigí al baño con la ansiedad palpitando en cada parte de mi cuerpo y mi mente pidiéndome a gritos que lo hiciera. Y lo hice. Cerré los ojos mientras sentía el punzante dolor de la cuchilla cruzando sobre la maltratada piel de mis muslos. El ardor se hizo presente, y exhalé lentamente, observando como la sangre comenzaba a brotar de mis heridas, refrescándome la piel. De nuevo respiraba, mis músculos se relajaban y mi mente, satisfecha, decidía guardar silencio al menos por ese momento. Así que, luego de limpiar mis heridas y el suelo, aproveché aquel lapso de tranquilidad para regresar a mi habitación y conciliar el sueño.
Escuché que el timbre sonaba, indicando el inicio de una nueva clase. Como ya me tenía mi horario de memoria, me apresuré a sacar mis libros de Historia del casillero para luego dirigirme al salón correspondiente. Sin embargo, a mitad de camino, escuché que la puerta del cuarto del conserje se abría. Tardé en reaccionar y lo siguiente que supe fue que alguien me había tomado fuertemente del brazo, obligándome a entrar y cerrando la puerta.
—¿Louis? —pregunté, frunciendo el ceño con disgusto—. No tengo tiempo para esto…—De pronto me vi acallada al sentir sus labios, sobre los míos, pero no le seguí el beso por lo cual terminó separándose de mí y lanzándome una mirada de fastidio.
—¿Qué carajos te pasa?
—Abre la puerta, llego tarde a clase.
—Oh, vamos. No me digas que solo te calientas los fines de semana —se burló, con una sonrisa lasciva sobre sus labios. ¿Acaso esperaba que lo hiciéramos aquí? El maldito imbécil era más sexópata de lo que creí, aunque en el fondo de mi mente la idea me resultaba irremediablemente excitante. No obstante, debía cuidarme de no dejar salir esos impulsos—. Bien, si es así entonces, te espero en mi casa este fin de semana. Estaré solo de nuevp —susurró seductoramente, envolviendo uno de mis mechones de cabello en su mano y deslizando la otra sobre mi pierna. Lo detuve bruscamente antes de que llegara a la parte alta de mis muslos.
—Seguramente encontrarás a alguien más que te haga compañía —repliqué cortante.
—¿De qué hablas? Te encanta follar conmigo, lo sabes. Vendrás.
—No iré —contraataqué—. Ahora abre la maldita puerta o juro que gritaré.
—Grita todo lo que quieras, solo yo podré escucharte. De todos modos, ese era el plan cuando te traje aquí. —Volvió a subir su mano por mi pierna, y de nuevo lo aparté.
—¡No, Louis! ¡Basta! —grité, con voz trémula. Oh genial, de nuevo comenzaba a lloriquear. ¿Qué pasaba conmigo? Normalmente podía controlar mejor mis estados de ánimo.
—No entiendo qué mierdas te pasa —farfulló, molesto y desconcertado, retrocediendo.
Aproveché el descuido para abrir la puerta y salir corriendo al pasillo.
—No quiero ser una puta más con la que te acuestas. El sexo contigo es maravilloso, no voy a mentir, pero yo no soy así.
—Sabes que no podrás seguir tus principios de niña buena por mucho más. Sé que volverás, estoy seguro.
—Pues espérame sentado si quieres, Tomilson —escupí con odio, y angustia, alejándome de él. Y esta vez de forma definitiva.
Muchas veces podía ser una perra testaruda, y esta vez estaba dispuesta a cortar todo tipo de vínculo con Louis Tomilson, y desde luego, no volvería a caer en sus brazos.
—¿Qué hora es? —pregunté, intentando distraerme de su insistente mirada, mientras me colocaba mi musculosa.
—Las diez y media.
Lo observé sobresaltada.
—¡¿Por qué no me despertaste antes?! —Mierda, mierda. Mi madre debía estar muy preocupada. Saqué mi teléfono del bolsillo de la chaqueta y comprobé que tenía varias llamadas perdidas, pero ni siquiera me atreví a llamar a mi casa, por miedo a que mi padre me atendiera.
Louis solo se limitó a encogerse de hombros.
—Ya no importa —replicó con sequedad. ¿Qué le pasaba? ¿Siempre se despertaba con ese mal humor? Entonces entendí porqué estaba tan serio. El maquillaje que me puse la noche anterior se había esfumado por completo cuando lo hicimos en la ducha, dejando al descubierto mis cicatrices.
Los dos permanecimos serios, él con su semblante impasible, y yo, sintiéndome incómoda, pero agradecida de que al menos no hubiese preguntado lo mismo que preguntaban todos: “¿Qué te pasó ahí?” Mejor así, no tendría la necesidad de mentirle.
Cuando estuve lista, subimos a su auto y la ansiedad se apoderó de mí, de solo pensar en lo que me esperaría al llegar a casa. Intenté distraerme de eso pensando en otra cosa, en sexo. En lo bien que lo habíamos pasado Louis y yo la noche anterior. Aunque, posiblemente, sería la última vez que lo hiciéramos, pues dudaba que me dejasen salir de nuevo en la vida. Y la verdad, ¿quería seguir acostándome con él? Siempre que pensaba en cómo sería mi vida sexual, no tenía en mis planes que fuera con alguien que ni siquiera era mi pareja. Por más que tuviera sentimientos hacia Louis, no éramos nada, y si lo pensaba bien ni siquiera yo sabía qué estaba sintiendo por él. O qué sentía él por mí.
—¿Louis? —No recibí respuesta suya, pero me importaba muy poco si tenía ganas de hablar o no, insistí—. ¿Es cierto lo que dijiste anoche? Antes de dormirte.
—No recuerdo una mierda de lo que dije anoche —farfulló, malhumorado, y su semblante pareció ablandarse por unos segundos—. Aunque sí lo que hicimos.
—Dijiste que te puse celoso y que nadie lo había hecho antes —espeté, ignorando sus últimas palabras. Él se tensó levemente al escucharme, pero supo disimularlo.
—¿Ah sí? Bueno, estaba ebrio, así que es más que obvio que no era cierto.
—Las personas suelen volverse más sinceras bajo los efectos de alcohol, ¿sabías?
—Yo no soy de esos.
—Entonces ¿por qué me arrancaste de la mesa prácticamente cuando me viste bailando y besando a ese chico?
Sonreí satisfecha al ver que fruncía más el ceño todavía.
—¿Cuándo besaste a Liam? —¿Eso hice? ¡¿Era él?! Santa y jodida mierda, besé al ex de Alice…—. Lo hice porque sabía que intentabas provocarme, fastidiarme. Quería darte una lección.
—¿Follándome?
—¿Qué mejor manera de hacerlo? —Curvó una sonrisa maliciosa en sus labios—. Mira, Josie, me encanta follar contigo, es magnífico. Pero si crees que serás más que eso para mí, estás muy equivocada. No puedo ofrecerte más que sexo sin ataduras, y si lo piensas bien, viniendo de mí, ya es demasiado.
Sentí ganas de vomitar, de vomitarle mil palabras hirientes a la cara. ¿Cómo podía ser que este maldito imbécil fuera el mismo chico amable y atento que conocí en el comedor aquél día? Le sonreí cínicamente, sin poder decirle nada, pues tenía un enorme nudo en la garganta. No le dirigí ni una palabra más en todo el trayecto, que se me hizo eterno, y me esforcé en contener las lágrimas. ¿Qué estaba haciendo? Jamás debí perder lo más valioso que tenía con un hijo de puta así, estando drogada, y ni siquiera eso porque incluso la noche anterior estuve con él y no puedo culpar a la marihuana por ello.
Bajé de su auto, sin molestarme en mirarlo, dando un violento portazo. Sonreí al escucharlo maldecir.
Sin embargo, la sonrisa se borró de mis labios cuando entré a la casa y me encontré con el semblante más afligido que reprochante de mi madre. Y lo furiosa que estaba Marie, mi hermana mayor. Ella si que sabía como hacerme sentir una mierda.
—Hasta que por fin llegas, papá aún no notó tu ausencia, cree que duermes, pero cerca estuvimos de decirle que no regresabas. ¿Se puede saber dónde demonios estabas?
—Lo siento, me quedé dormida eso es todo. En casa de Alice, una amiga…
—¿Una de ese grupito con el que empezaste a juntarte? De seguro son unas zorras drogadictas, ten mucho cuidado, Josie. No me gusta nada que te veas con ellas.
—Ni siquiera las conoces, mejor cállate y deja de juzgar —escupí indignada. Si bien aquello era cierto, ¿qué más daba? No me importaba que llevaran un estilo de vida poco ejemplar, eran mis amigas, mis hermanas, por más que no nos pareciéramos casi en nada ellas nunca me hicieron a un lado ni me juzgaron por lo que soy. Por eso las quería, y jamás me separaría de ella.
—¡Mide tus palabras!
—No me molestes —ladré algo inquieta, temía que mi padre nos escuchara y se enterara del porqué de nuestra discusión. Lo que menos necesitaba era que me insultara él también, fingiendo que le preocupaba mi puto bienestar.
—¿Cómo puedes ser tan egoísta? ¿Acaso no ves cómo nos preocupas, cómo preocupas a mamá? Ah, no, eres igual que Robert. Solo sirves para causarle disgustos a mamá, después de todo lo que ella hace por ti, y no te importa porque solo piensas en ti y nada más que en ti. Eres una mierda, una basura…
—¡Marie, ya está! —intervino mi madre, con el rostro apesadumbrado y serio.
Mi hermana solo hizo una mueca de disgusto y se fue.
Ni siquiera me atreví a mirar a mi madre a la cara, pues ya sentía las lágrimas rodando por mis mejillas. Si había algo que odiaba era cuando mi hermana se ponía así, y me comparaba con mi padre, porque en el fondo sabía que era cierto.
—Perdón por ser una mierda —susurré.
—No lo eres —replicó, acercándose a mí y acariciándome pacientemente el cabello—. No lo vuelvas a hacer —me reprendió suavemente, y con eso bastó para escarmentarme más que con cualquier otra palabra.
Luego de eso me fui a mi habitación y me quedé dormida hasta que oscureció. Cuando desperté, me desesperaba de hambre pero no me sentía con ganas de comer, aún así, me obligué a ir a Starbucks y comer un poco de chatarra –lo cual no podría conseguir de mi madre-, o de lo contario nunca lograría subir de peso y tener un cuerpo curvilíneo. Sí, a diferencia de muchas chicas que se acomplejan de su peso, mi problema es que me siento demasiado delgada. Para colmo, mi apetito no ayudaba pero finalmente logré comerme toda mi orden y volví a casa.
La semana siguiente tenía varios exámenes y trabajos pendientes, así que me puse a hacerlos, intentando distraer mi mente de aquel nudo que sentía en mi pecho todavía. Aunque por algún motivo, me costaba más de lo normal concentrarme en el estudio y me sentía realmente cansada, pese a haberme despertado pocas horas atrás. Decidí restarle importancia y esforzarme lo más que pude en las tareas, no podía permitirme decepcionar de nuevo a mi madre.
Sin darme cuenta, mis ojos volvieron a humedecerse, dificultándome la vista. Supe que era inútil, así que sequé mis lágrimas una y otra vez, mientras intentaba no hacerle caso a mi mente y seguí leyendo y escribiendo.
***
Cuando abrí mis ojos, los sentía irritados e hinchados, seguramente porque me dormí llorando sobre mis apuntes sin poder evitarlo. Miré la hora, y eran las tres de la mañana recién. Sin embargo, sabía que no podría volver a dormirme. Me removí inquietamente a mi cama, con grandes deseos de ir al baño, mientras todos los acontecimientos del día se reproducían sin cesar en mi mente. Y de nuevo comencé a llorar. Por Louis, por haberme entregado a él como una cualquiera, por haber actuado tan diferente de lo que realmente soy en aquellas fiestas, y por haber sido tan estúpida como para creer que él sentiría algo por mí, por creer que alguien podría…quererme. No, yo no merecía eso, no después de hacer sufrir tanto a las personas que se preocupan por mí, sobre todo a mi madre que es a quien más quiero en este mundo. Mi hermana tiene razón en varias formas con sus palabras.
La opresión en mi pecho se hizo cada vez más notoria, sofocándome y haciéndome imposible la tarea de permanecer en la cama, así que me levanté con la seguridad de que ya todos dormían y me dirigí al baño con la ansiedad palpitando en cada parte de mi cuerpo y mi mente pidiéndome a gritos que lo hiciera. Y lo hice. Cerré los ojos mientras sentía el punzante dolor de la cuchilla cruzando sobre la maltratada piel de mis muslos. El ardor se hizo presente, y exhalé lentamente, observando como la sangre comenzaba a brotar de mis heridas, refrescándome la piel. De nuevo respiraba, mis músculos se relajaban y mi mente, satisfecha, decidía guardar silencio al menos por ese momento. Así que, luego de limpiar mis heridas y el suelo, aproveché aquel lapso de tranquilidad para regresar a mi habitación y conciliar el sueño.
***
Escuché que el timbre sonaba, indicando el inicio de una nueva clase. Como ya me tenía mi horario de memoria, me apresuré a sacar mis libros de Historia del casillero para luego dirigirme al salón correspondiente. Sin embargo, a mitad de camino, escuché que la puerta del cuarto del conserje se abría. Tardé en reaccionar y lo siguiente que supe fue que alguien me había tomado fuertemente del brazo, obligándome a entrar y cerrando la puerta.
—¿Louis? —pregunté, frunciendo el ceño con disgusto—. No tengo tiempo para esto…—De pronto me vi acallada al sentir sus labios, sobre los míos, pero no le seguí el beso por lo cual terminó separándose de mí y lanzándome una mirada de fastidio.
—¿Qué carajos te pasa?
—Abre la puerta, llego tarde a clase.
—Oh, vamos. No me digas que solo te calientas los fines de semana —se burló, con una sonrisa lasciva sobre sus labios. ¿Acaso esperaba que lo hiciéramos aquí? El maldito imbécil era más sexópata de lo que creí, aunque en el fondo de mi mente la idea me resultaba irremediablemente excitante. No obstante, debía cuidarme de no dejar salir esos impulsos—. Bien, si es así entonces, te espero en mi casa este fin de semana. Estaré solo de nuevp —susurró seductoramente, envolviendo uno de mis mechones de cabello en su mano y deslizando la otra sobre mi pierna. Lo detuve bruscamente antes de que llegara a la parte alta de mis muslos.
—Seguramente encontrarás a alguien más que te haga compañía —repliqué cortante.
—¿De qué hablas? Te encanta follar conmigo, lo sabes. Vendrás.
—No iré —contraataqué—. Ahora abre la maldita puerta o juro que gritaré.
—Grita todo lo que quieras, solo yo podré escucharte. De todos modos, ese era el plan cuando te traje aquí. —Volvió a subir su mano por mi pierna, y de nuevo lo aparté.
—¡No, Louis! ¡Basta! —grité, con voz trémula. Oh genial, de nuevo comenzaba a lloriquear. ¿Qué pasaba conmigo? Normalmente podía controlar mejor mis estados de ánimo.
—No entiendo qué mierdas te pasa —farfulló, molesto y desconcertado, retrocediendo.
Aproveché el descuido para abrir la puerta y salir corriendo al pasillo.
—No quiero ser una puta más con la que te acuestas. El sexo contigo es maravilloso, no voy a mentir, pero yo no soy así.
—Sabes que no podrás seguir tus principios de niña buena por mucho más. Sé que volverás, estoy seguro.
—Pues espérame sentado si quieres, Tomilson —escupí con odio, y angustia, alejándome de él. Y esta vez de forma definitiva.
Muchas veces podía ser una perra testaruda, y esta vez estaba dispuesta a cortar todo tipo de vínculo con Louis Tomilson, y desde luego, no volvería a caer en sus brazos.
Última edición por Patu {#} el Vie 14 Dic 2012, 3:55 pm, editado 1 vez
Patu
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Louis es un estupido, realmente es un estupido con Josie. ¿Como puede ser asi con ella? Lo odio tanto en esta novela xd
A la noche subo :D
A la noche subo :D
Jaeger.
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Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Ay Louis, no entendió nada de lo que le dije, le voy a cortar las pelotas xd lol jajajaja. Me encantó el capítulo Patu :3 espero que te mejores.
Cami
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Encontré esta novela haca un par de horas y me quedé asombrada. No me arrepiento en absoluto de haberla encontrado. ¡Me he leído todos estos capítulos de un tirón!
A ver, por dónde empezar... Me gusta muchísimo el concepto de que la historia se separe en cinco partes, refiriéndose a las cinco protagonistas. Realmente lo encuentro original, y así no se hace tan pesado como con una sola protagonista, por así decirlo. Una novela colectiva, nunca antes había leído una y me estoy llevando una buena sorpresa :)
¡Dios, qué de historias hay por aquí! Debo decir con total sinceridad que mi perdición es Heather y Harry, porque siempre me pierdo más en él, pero todas son fabulosas. Escribís realmente bien, y no entiendo cómo decís que no os gustan vuestros capítulos cuando son muy buenos. ¡No seáis tan malas con vosotras mismas! De veras, chicas.
Por otro lado están Josie y Louis, que desde el primer momento me conmovieron. Aunque claro está, odio esos cambios de humor repentinos de Louis. También están por otro lado Alice y Liam, que la verdad es que los veo juntos de nuevo. Porque como no, Gemma y Zayn deben acabar juntos, por el amor de Dios. ¡Son adorables juntos! Aunque son primos, y eso me hace verlo raro... Pero, ¿qué más da? ¿Acaso eliges de quién te enamoras? Y bueno, por último están Camila y Niall. Dios, adoro que describáis así al rubio. Tan dulce, risueño, atento, cariñoso... En serio, es el más dulce.
Esta novela me gusta sobretodo porque siempre os estáis refiriendo al sexo, al alcohol, al tabaco y a las fiestas. Tratan sobre diez personas las cuáles viven a base de esas cosas, sobretodo las protagonistas, pero que poco a poco van experimentando nuevos sentimientos... En serio, me gusta muchísimo el rollo este de alcohol, fiestas y sexo. A todas horas hay sexo de por medio, y eso que normalmente lo suelo pasar 'mal' al leer escenas calientes, JAJAJAJA. Pero de algún modo en esta historia me gusta.
Aquí no se salva nadie. Todos son unos adolescentes con problemas personales, algunos que otros corazones dañados que buscan soluciones, o simplemente despejarse de sus problemas conforme el sexo y las fiestas.
Ahora sí, dejando un comentario demasiado largo me despido de vosotras. No me sé vuestros nombres, lo siento. Pero os aseguro que aquí tenéis a una lectora fiel. ¡Subid en seguida, por favor! Me he enganchado muchísimo. Quiero saber qué va a pasar...
Un beso enorme, chicas.
A ver, por dónde empezar... Me gusta muchísimo el concepto de que la historia se separe en cinco partes, refiriéndose a las cinco protagonistas. Realmente lo encuentro original, y así no se hace tan pesado como con una sola protagonista, por así decirlo. Una novela colectiva, nunca antes había leído una y me estoy llevando una buena sorpresa :)
¡Dios, qué de historias hay por aquí! Debo decir con total sinceridad que mi perdición es Heather y Harry, porque siempre me pierdo más en él, pero todas son fabulosas. Escribís realmente bien, y no entiendo cómo decís que no os gustan vuestros capítulos cuando son muy buenos. ¡No seáis tan malas con vosotras mismas! De veras, chicas.
Por otro lado están Josie y Louis, que desde el primer momento me conmovieron. Aunque claro está, odio esos cambios de humor repentinos de Louis. También están por otro lado Alice y Liam, que la verdad es que los veo juntos de nuevo. Porque como no, Gemma y Zayn deben acabar juntos, por el amor de Dios. ¡Son adorables juntos! Aunque son primos, y eso me hace verlo raro... Pero, ¿qué más da? ¿Acaso eliges de quién te enamoras? Y bueno, por último están Camila y Niall. Dios, adoro que describáis así al rubio. Tan dulce, risueño, atento, cariñoso... En serio, es el más dulce.
Esta novela me gusta sobretodo porque siempre os estáis refiriendo al sexo, al alcohol, al tabaco y a las fiestas. Tratan sobre diez personas las cuáles viven a base de esas cosas, sobretodo las protagonistas, pero que poco a poco van experimentando nuevos sentimientos... En serio, me gusta muchísimo el rollo este de alcohol, fiestas y sexo. A todas horas hay sexo de por medio, y eso que normalmente lo suelo pasar 'mal' al leer escenas calientes, JAJAJAJA. Pero de algún modo en esta historia me gusta.
Aquí no se salva nadie. Todos son unos adolescentes con problemas personales, algunos que otros corazones dañados que buscan soluciones, o simplemente despejarse de sus problemas conforme el sexo y las fiestas.
Ahora sí, dejando un comentario demasiado largo me despido de vosotras. No me sé vuestros nombres, lo siento. Pero os aseguro que aquí tenéis a una lectora fiel. ¡Subid en seguida, por favor! Me he enganchado muchísimo. Quiero saber qué va a pasar...
Un beso enorme, chicas.
Begin again
Re: El Club de las Cinco {One Direction}
Oh Louis es un imbecil como trata asi a la pobre de Josie me hace dar bronca!!
si definitivamente es un idiota lo odio en la novela claro esta jaja chicas tienen que seguirla besos!!
si definitivamente es un idiota lo odio en la novela claro esta jaja chicas tienen que seguirla besos!!
{Maru.}
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