TRUST ME. (Harry Styles, Zayn Malik)

Se había tardado tanto en dormirse que luego no era capaz a levantarse, por suerte ni sus padres ni su hermano la molestaron y cuando se despertó al rededor de las cuatro de la tarde, se sentía descansada; aunque seguía preocupada por las visiones extrañas que estaba teniendo.
Se levantó de la cama y se hizo una coleta alta con su melena, luego entró en el baño para lavarse la cara y se miró al espejo, sus ojeras casi habían desaparecido y le daba miedo retirarse la venda del brazo. Así que simplemente se quedó con el pijama de renos.
Antes de ponerse a bajar las escaleras, escucho como su madre abría la puerta principal y luego, su corazón dio un vuelto al escuchar su voz. Se puso nerviosa y las piernas le temblaron, no por miedo; si no por emoción. Y confusión, ¿que hacía él allí? ¿en su casa?
-Buenos días, Mrs. Pierce - le oyó decir - ¿Podría hablar un momento con su hija?
-Claro pero... ¿quién eres? ¿Liam o Niall? Ha hablado mucho de vosotros.
-Soy amigo de ellos - le respondió. Al menos era sincero.
-Un momento, ¡Elizabeth cielo, alguien quiere verte! - gritó su madre.
Seguramente la hubiera escuchado en el baño y sabría que estaba despierta. Se maldijo una y mil veces y luego comenzó a bajar las escaleras intentando aparentar tranquilidad.
-¿Quién? - preguntó. Cuando le vio, fingió sorpresa - Oh, hola Zayn.
-¿Podemos hablar? - parecía nervioso, tenía las manos en sus bolsillos delanteros del pantalón y se movía constantemente.
-Claro, sube - le dijo - Vamos a mi habitación.
Le sonrió a su madre en señal de que no se preocupara y ella le devolvió la sonrisa, un poco pícara; cosa que la hizo enrojecer porque solo la presencia de Zayn la abrumaba.
-Muchas gracias por su tiempo, Mrs. Pierce - le dijo Zayn, entrando en la casa.
Subió las escaleras y caminó detrás de la chica hasta su habitación, cosa que la hizo ponerse nerviosa. Sentía su respiración agitada y eso hizo que su bello se erizara. Cerró la puerta cuando él hubo entrado y le miró expectante. Zayn echó un vistazo por toda su habitación y luego se paró a mirar su corcho, maldición, había olvidado darle la vuelta.
Elizabeth enrojeció todo lo posible y se rascó la nuca.
-Vaya - dijo Zayn entonces - Sí que me odias.
-Yo no lo taché - le respondió la chica - Y... no sé quien fue, si te soy sincera. Aunque seguramente haya sido yo ya que últimamente parece que soy sonámbula y hago cosas sin darme cuenta. Quizá esto sea un sueño, porque me parece imposible que estés aquí.
Zayn rió y Elizabeth no podía creérselo. El moreno había sonreído, soltado una risita y luego la había mirado directamente a los ojos; haciéndola marearse.
-Pues estoy aquí, te lo juro - le respondió.
-¿A que has venido, Zayn? - le preguntó la chica, sentándose en su cama.
-Para asegurarme de que estabas bien, siento mucho lo de anoche. De verdad que yo no quería... no sé que mierdas se me pasó por la cabeza y... lo siento mucho.
-No pasa nada Zayn, no estoy enfadada - le respondió la rubia - Simplemente no entiendo qué te he hecho para que me odies tanto.
Zayn volvió a reír mientras negaba con la cabeza, luego volvió a mirarla y esta vez, se acercó un poco más a ella.
-No te odio para nada, Elizabeth. No podría hacerlo - le respondió y ella simplemente levantó una ceja, sin entender - Tengo que irme.
-¡Espera! - le dijo ella, agarrándole por el brazo para que no se fuera. Zayn volvió a mirarla, el calor que desprendía no era normal - ¿Podremos ser amigos? ¿Como con Liam y Niall?
-¿Te apetece ir a algún sitio esta tarde? He quedado con Liam en un par de horas.
-¡Claro! - le respondió la chica, sin poder creérselo.
-Pasaré a recogerte, hasta entonces, Elizabeth.
Le guiñó un ojo y desapareció de allí, tal y como había venido. Elizabeth sonrió y luego comenzó a prepararse, hacía frío pero tampoco quería ir vestida normal y corriente. Buscó por todo su armario y se decidió por unos vaqueros bastante ajustados, converse negras y un jersey naranja. Se alisó el pelo y se comenzó a maquillar, estaba delineándose la ralla del ojo cuando oyó como tocaban a la ventana de su terraza.
Se giró instantáneamente y allí le vio. Creía que iba a darle un infarto de tantos sustos que le estaban dando últimamente pero allí estaba él. Parado con sus perfectos ojos verdes, sus rizos y sus apetecibles labios. Se miraron durante segundos - o quizá fueran minutos - se levantó de la silla, dispuesta a ir a hablar con él. ¿Qué estaba pasando? pero de nuevo, en un parpadeo, había desaparecido.
Abrió la ventana y salió a la terraza, el frió le caló los huesos pero aun así permaneció allí, quieta. Miró hasta los árboles que se perdían no muy lejos de su casa y vio como se movían, apenas hacía viento. Cerró los ojos y suspiró lentamente. Luego agitó la cabeza y volvió a entrar, aquello no podía ser.
Cerró la ventana y siguió maquillándose, el pulso le temblaba pero lo intentó con todas sus fuerzas. Cuando terminó, cogió un folio en blanco y comenzó a dibujar su rostro.
La linea de su mandíbula, la de su nariz, sus labios... terminó poco después y examinó el dibujo, no estaba segura de si era exactamente igual a él, ya que solo le había visto dos veces pero le gustaba. Era precioso.
Lo colgó en su corcho, preparó su bolso y salió de allí, Zayn ya había tocado el timbre.
-¡Yo abro! - gritó bajando las escaleras.
-¿Y esa prisa? - le preguntó su madre sonriendo - ¿Es el chico de antes?
-Si, he quedado con él. Nos vamos a dar una vuelta - le respondió ella.
Su madre sonrió aún más y luego su padre hizo un bufido extraño desde el salón, Rose puso los ojos en blanco Elizabeth simplemente rió.
-Nos vemos luego, mamá - le dijo dándole un beso.
Luego abrió la puerta para reunirse con Zayn, se había cambiado de ropa y ahora quizá estaba aún más guapo. Se había puesto su cresta y tenía un poco de barba, no tanta como la de la noche anterior. Ella le sonrió y Zayn también lo hizo.
-¿Lista? - le preguntó - Quizá no te guste el sitio, pero no podemos ir a otro con la que está cayendo. Además odio la lluvia.
-A mi me encanta - le respondió la rubia mirando al cielo - ¿Niall no irá hoy?
-Está de resaca - le dijo el moreno, soltando una risita.
Effy rió también, el rubio se había pillado una buena la noche anterior y era normal que se quedara durmiendo en su casa. Caminaron hasta donde Zayn había apartado la moto y el moreno le dio un casco.
-Nunca había montado en moto - le dijo ella, con miedo.
-No te preocupes, no te pasará nada - le respondió Zayn montándose.
Elizabeth tragó saliva y se montó tras él, luego pasó sus brazos al rededor de su cuerpo y prácticamente se abrazó a él. Podía notar sus músculos tensos por debajo de su camiseta y eso la hizo sonrojarse. Luego, Zayn arrancó la moto sin problemas y cogió velocidad. La chica se abrazó aún más fuerte a él ya que tenía la impresión de que iban a chocar contra algo y matarse. Cerró los ojos y se dejó llevar; cuando quiso darse cuenta, ya habían llegado.

Corrió por el bosque sin ni siquiera despeinarse, no se cansaba, no sentía nada. Aminoró la marcha cuando estaba a punto de llegar a su casa. ¿Su casa? ¿Podía llamarla así? Solo llevaba allí unos cinco años, cosa que no era nada comparado con todo lo que había vivido.
Se colocó la chaqueta de vestir color azul marino y eliminó los restos de hierba que habían quedado en ella, dejándola completamente perfecta, como si acabar de ponérsela. Subió las escaleras sin problemas y abrió la puerta.
Cuando entró, escuchó la música del salón a todo volumen, negó con la cabeza mientras entraba allí. Sonrió al oler el resto de sangre, de echo, había una perfecta línea por el pasillo.
-¿Otra vez has traído compañía, Louis? - le preguntó, apoyándose en el marco de la puerta, con las manos en los bolsillos.
Divisó a su mejor - y único - amigo desde allí, éste estaba en el sofá, con tres chicas jóvenes rodeándole, las tres iban en ropa interior y tenían el pecho manchado de sangre, al igual que las manos, el abdomen y las piernas. Hacía unos años aquello le habría parecido repugnante y macabro, pero ya no lo hacía; ahora era totalmente normal.
-Te he reservado una para ti - le dijo el castaño desde el sofá - Está asustada.
Harry guió su mirada por el salón hasta encontrarse con aquella chica. No debía tener más de unos diecisiete años, tenía el pelo rubio y le llegaba listo hasta los hombros. Apenas iba maquillada y vestía con un vestido rosa, Harry sonrió y se acercó a ella.
-¿Como te llamas, preciosa? - le preguntó, con su típica voz lenta, ronca y seductora.
La chica levantó la vista y le miró a los ojos, eran verdes; o quizá verdes. Parecidos a los de ella, aunque no iguales, porque eso era imposible. Los de ella eran únicos.
-Elizabeth - susurró.
Entonces abrió mucho los ojos y se echó hacia atrás. No, no podía hacerle daño. Era una niña. Se parecían demasiado y aquello estaba mal. Miró a la chica con pena, no podía hacerlo. Tragó saliva y luego se giró para mirar a Louis. Estaba seguro de que lo había hecho a posta.
-¿Por qué ella? - le preguntó.
-No lo sé, me pareció que era de las de tu tipo - le espetó el castaño mientras dejaba apoyada en el sofá a una de las chicas ya inconsciente por la falta de sangre - Terminaré con esta después.
-Me voy a mi habitación - le dijo Harry, luego miró de nuevo a la chica rubia - Y tu, vuelve a tu casa y olvida todo esto.
La chica asintió mientras se levantaba de su asiento y corría hasta la puerta. Harry miró a Louis, quien tenía el ceño fruncido, pero luego esbozó una media sonrisa. Acto seguido oyeron un grito. Era aquella chica.
Harry corrió hasta el pasillo, allí estaba, su compañera Debby la tenía sujeta por detrás, haciendo que su cuello se mantuviera estirado. La chica le miró sonriendo, enseñando aquellos blancos y perfectos dientes suyos.
-¿No te apetece un poco, Harry? - le preguntó con su típica voz de queda.
-Déjala marchar, Debora. - le dijo el rizoso - Por favor.
La morena miró a Louis, quién hacía sido su compañero sentimental desde antes de que él se uniera a ellos. El castaño negó con la cabeza y entonces Debby hincó los dientes en el cuello de chica, haciéndola gritar. A medida que la sangre se iba de su cuerpo, más se relajaba. Antes de llegar a matarla, la chica paró aunque siguió sosteniéndola en los brazos.
Louis había sujetado a Harry hasta el momento, pero cuando Debby acercó a la pálida adolescente hasta él, aflojó el amarre.
-Vamos Harry, sabes que quieres hacerlo - le susurró al oído - ¿Desde cuando eres un débil?
‘Desde que la vi’ pensó el rizoso, pero simplemente no lo dijo.
-Ella nunca te querrá, no cuando sepa lo que eres - le soltó la morena - Eres un monstruo, como todos nosotros. Será mejor que lo vayas aceptando.
Y dicho eso, empujó a la chica casi sin vida hasta dónde estaba Harry, el rizoso la sujetó para que no se cayera y Louis soltó una carcajada divertido.
-Vamos al salón Deb, he traído compañía - le dijo.
-¿Si? Espero que al menos sepan bien - le respondió su novia, entrelazando los dedos con los del chico.
Harry se quedó allí parado, en medio del pasillo con aquella chica en sus brazos. Su piel pálida, sus ojos entrecerrados, su boca entreabierta y su cuello perfectamente estirado. La sangre resbalaba por él, saliendo de las marcas que Debby había hecho en su cuello. El olor de la sangre entró por sus fosas nasales y le invadió.
No quería hacerlo pero no podía controlarlo. Notó como sus colmillos comenzaban a crecer, haciéndose más afilados, más finos y más fuertes. Sus ojos verdes se volvieron rojos, su pupila aumentó de tamaño y su vista ahora no podía apartarse de la sangre.
Los ojos casi opacos de la chica se posaron en los de él, vio el miedo en ellos y aun así no la dejo ir. Abrió la boca y en milésimas de segundo, clavó los dientes en su cuello. Ella se aferró a su chaqueta, pero poco a poco las fuerzas fueron desapareciendo hasta que se soltó, se fue quedando más pálida y débil. Su cuerpo se enfrió y cerró los ojos.
Harry no separó los dientes hasta que tragó la última gota de sangre, luego se separó de ella. La miró durante unos segundos y luego la dejó en el suelo. No era la primera persona a la que mataba, no era la primera que moría en sus brazos; pero aquella tenía algo especial. Quizá era que le recordaba demasiado a ella y no soportaría la idea de que nadie le hiciera daño.
Cogió a aquella chica en brazos y la levantó del suelo. No pesaba nada y aunque lo hiciera, él ahora tenía muchísima fuerza. Caminó con ella y entes de que pudiera salir, Louis salió del salón.
-¿A dónde vas? - le preguntó. Tenía la camiseta manchada de sangre.
-A enterrarla - le dijo, seriamente.
Louis rió.
-Nunca entenderé tu estúpida conexión con tus víctimas. Los humanos matan animales y no pasa nada.
-No es lo mismo, Louis - Harry rodó los ojos - Da igual, no lo entenderías.
-Tienes razón, no lo entendería.
El castaño se encogió de hombros y Harry salió de la casa con aquella chica en brazos. Caminó unos metros por el bosque, quizá kilómetros. No tenía noción del tiempo, ni de distancia, ni de nada.
La posó suavemente en el suelo y luego, comenzó a cavar. Cuando cavó lo suficiente, echó a la chica en la tumba, después de posar sus labios en su frente.
-Lo siento - susurró, mirándola - Lo siento mucho.
Comenzó a echar la tierra sobre ella, tapándola por completo y luego pronunció unas palabras, para que descansara en paz. Seguramente sus padres se pondrían a buscarla como locos, seguramente su desaparición saldría en las noticias y después, la darían por muerta.
Toda aquella culpa le carcomía siempre, era por eso que se mudaba de ciudad cada poco. Intentando comenzar una nueva y buena vida. Pero no lo había conseguido hasta el momento.
Además ahora no podría mudarse, aquella chica había aparecido y no podría dejarla. No sabía porqué pero nunca la dejaría, tenía que estar a su lado.
Dejó unas florecillas encima de la tumba que había hecho y luego corrió por el bosque, sin rumbo fijo, necesitaba relajarse.

Bajó de la moto y se quitó el casco, luego se atusó el pelo porque estaba segura de que tenía unas pintas horribles. Zayn bajó de la moto y la miró con una sonrisa. Luego cogió su casco y lo guardó.
-Me gustabas más con el pelo alborotado - le dijo el moreno, mirándola - Incluso dabas un poco de miedo.
-¿Me estás llamando débil? - le preguntó ella, fingiendo estar enfadada.
-Bueno, eres una blandengue pero... sí, digamos que te estoy llamando débil.
-Pues que sepas que puedo ser muy agresiva.
Zayn alzó una ceja y luego sonrió de medio lado, haciéndola enrojecer aún más. Finalmente, le pasó un brazo por los hombros.
-Me encantaría ver tu lado agresivo - le respondió, casi en un susurro, haciendo que su piel volviera a erizarse.
Caminaron hasta llegar a pequeña casita que había allí, luego Zayn abrió la puerta y le indicó que pasara. Ella le sonrió y entró en la casa. Oyó risas y voces que se figuró que vendrían del salón, así que caminó hasta allí seguida de Zayn.
Divisó a Liam sentado en uno de los sofás, a su lado estaba una chica de pelo castaño y ondulado, más o menos hasta las costillas. Le acariciaba la mano al moreno por lo que supuso que tendrían algo o estarían saliendo. En un sillón individual estaba otra chica, de pelo negro y rizado, no muy largo y tampoco muy corto. Su piel era un poco más clara que la de Zayn y nada más que la vio junto a la puerta, sus ojos negros se clavaron en los de Elizabeth, haciéndola sentir incómoda.
La miró de arriba abajo, estudiándola con la mirada y luego hizo una mueca no muy agradable.
-¡Effy! - gritó Liam levantándose del sofá para saludarla - ¡No sabía que vendrías!
-Si bueno, Zayn prácticamente me obligó - dijo la chica.
-Que mentirosa, solo le dije que si le apetecía dar una vuelta conmigo y ella vino encantada - respondió el moreno detrás de ella.
Liam le dio un abrazo, se sorprendió porque él también era tremendamente fuerte. Cuando se separó de ella, se encontró con la chica de Liam. Tenía unos preciosos ojos de color verde agua y una bonita sonrisa. Parecía una buena persona, muy amable; tal y como lo era Liam. Era de estatura media pero bastante delgada, con sus curvas, eso si.
Parecía adorable.
-¡Hola, soy Emma! - le dijo, dándole también un abrazo.
-Encantada, soy Elizabeth pero... llámame Effy, ya que ahora todos me llaman así - le respondió ella sonriendo.
-Em es mi chica - dijo Liam entonces, abrazándola por detrás. La chica sonrió mientras enrojecía levemente.
El chico depositó un beso en su mejilla, haciéndola sonrojar aún más.
-Hacéis una pareja estupenda - les dijo Elizabeth.
-Que bien, ¿podemos dejarnos ya de tonterías? - soltó de repente la chica morena que estaba sentada en el sillón - Me muero de hambre.
-Tu siempre te mueres de hambre - le respondió Zayn - Además eres una maleducada.
-Tu cállate - le espetó la morena, mientras le miraba mordiéndose el labio inferior.
Zayn alzó una ceja y ella se colgó de su cadera, mientras le pasaba los brazos por detrás del cuello. Elizabeth sintió un pinchazo en el pecho, ¿porqué a esa chica la cogía y a ella no? Bueno claro, a ella la conocía de hacía mucho tiempo y seguramente tuvieran algo. Ella era preciosa. Salvaje.
Tal y como parecía ser el tipo de chica de Zayn. No como ella.
Aquella chica llevaba el pelo revuelto y los ojos delineados de negro, incluso sus labios parecían algo rojos y sus vaqueros ajustados la hacían parecer aún más sexy.
Tragó saliva y apartó la mirada; aunque Zayn ya la había pillado mirándoles.
Fue por eso que bajó a la chica de sus caderas y se acercó a Elizabeth, volvió a pasarle un brazo por los hombros y la miró sonriendo, ella simplemente le regaló una mueca extraña y agachó la mirada.
-¿Te apetece comer algo? - le preguntó
-Aquí siempre hay kilos y kilos de comida, es exagerado - le respondió Emma, sonriendo.
-No... no tengo mucha hambre.
-¿Así que eres una de esas pijas anoréxicas que no come para mantenerse en linea? Perfecto - le dijo con asco aquella chica rizosa de la que aún no conocía el nombre, antes de regalarle una fea mirada y entrar en la cocina.
-¡Abi! - gritó Zayn - ¡No te comportes como una zorra!
-Yo no soy una zorra - le respondió la morena desde la cocina - Soy una loba.
Y después de eso le guiñó un ojo, entrando de nuevo en ella. Zayn bufó estresado y miró al suelo mientras se rascaba la nuca. Elizabeth se sentó en uno de los sofás del salón y miró a Emma, que estaba junto a Liam. Hacían una pareja tan perfecta que dudaba que ella pudiera encajar así de bien alguna vez con alguien.
-Y bueno Effy - le preguntó Emma - ¿Vas al instituto con estos tontos, verdad?
Elizabeth asintió.
-¡No somos tontos! - le gritó Liam, abrazándola mientras ambos reían.
Zayn se sentó a su lado, o más bien, se desparramó a su lado con las piernas abiertas. Ella le miró pero no dijo nada, luego Zayn la miró; pero tampoco dijo nada.
-¿Estas segura de que no quieres nada? - le preguntó ahora Liam.
Elizabeth asintió.
-Iré a preparar un chocolate - dijo Emma levantándose - Te encantará.
La habitación se quedó en silencio durante unos segundos, pero luego Liam comenzó a contar una historia sobre la profesora de Matemáticas que les hizo reír a los dos, entonces Zayn volvió a pasar el brazo por sus hombros y Effy se recostó levemente sobre su pecho.
Poco después, Emma y Abi entraron en el salón, la primera con dos tazas de chocolate y la segunda con una bandeja llena de comida. Sandwiches, patatas fritas, golosinas, galletas... había de todo. Emma se sentó junto a Liam de nuevo y Abi en su sillón individual, justo al lado de Elizabeth.
Ésta taladró con la mirada a la rubia, también a Zayn. Porque seguían medio abrazados.
-Y bueno Effy - le dijo en tono amigable, la rubia la miró - Cuéntanos. ¿Eres una de esas putitas que se los tira a todos o solo se la has chupado a Zayn?
-¿Disculpa? - le preguntó ella sin poder creérselo - Me parece que te estás equivocando de persona.
-¿En serio? Cuando lo siento - le respondió con una falsa sonrisa antes de darle un sorbo a su chocolate.
-Abigail, deja de decir tonterías - le dijo Zayn, serio. Comenzando a enfadarse - No te pases de la raya con Elizabeth, ¿lo has entendido?
-Ah si lo siento, había olvidado que ahora es tu princesita. ¿Desde cuando te van ese tipo de chicas, Zayn?
-Abi, déjalo ya - le dijo Liam intentando calmar la situación, como siempre.
-¡No, no lo dejo! ¡Metéis a esta en mi casa sin decirme nada! ¡¿Cómo queréis que me ponga!? - gritó la morena.
-¿Sabes qué? - le soltó Elizabeth - Tienes razón, ha sido una mala idea venir.
Dicho eso se levantó del sofá y comenzó a caminar hacia la puerta, pero Abigail la agarró del brazo.
-Oh no, ahora no te vas. No vayas a dejar a tu chico solo.
Elizabeth se dio la vuelta y la empujó para que la soltara. Con las dos manos, Abi se fue un par de pasos hacia atrás y la miró enfadada.
-No me toques - le dijo Effy - Y me voy si quiero, ¿quién te crees que eres? Creída.
La rubia volvió a darse la vuelta y caminó rápidamente hasta la entrada, cuando puso los pies fuera de la casa, Zayn ya estaba a su lado ajustándose la chaqueta.
-Vámonos, está loca - le dijo.
-Ya lo he notado - le respondió Effy - Deberías habérmelo dicho.
-Lo siento, ponte el casco.
Ambos se subieron a la moto de el chico y en segundos, arrancó. Abi les miró marchar desde la puerta, con los brazos cruzados y los ojos llorosos. De impotencia y celos. Aquella cría no iba a quitarle a Zayn.