TRUST ME. (Harry Styles, Zayn Malik)

La semana había sido larga y agotadora; también bastante rara. Zayn no había ido a clase en los siguientes días y Liam se había comportado de una forma rara, como si estuviera preocupado. Ni siquiera le había dicho nada a Niall sobre como estaba el moreno.
La fiesta de aquella noche seguía en pie y Elizabeth se sentía culpable, quizá el chico no fuera por su culpa, quizá la odiara tanto que no quería ni verla; y lo peor era que no entendía porqué. Ella no le había hecho nada.
-La comida está lista, cielo - le dijo su madre, pero no tenía ganas.
-Creo que voy a darme una ducha y si eso comeré después, estoy bastante cansada - le respondió a su madre.
-¿Te encuentras mal?
-No, tranquila, es solo cansancio.
Su madre le dio un abrazo y un sonoro beso y luego bajó de nuevo a comer. Elizabeth preparó todas las cosas y se metió en el baño, llenó la bañera con agua caliente y luego se desnudó, echó unas cuantas sales de baño para que dieran olor e hicieran espuma y luego se metió dentro.
Cerró los ojos mientras se embriagaba con el perfume de las sales de baño. Aquellos ojos volvieron a aparecer y sonrió; los había echado de menos. En las últimas dos noches no habían aparecido y creía que los olvidaría, pero aquello no podía ser. La habían acompañado durante mucho tiempo y allí estaban.
Le pareció ver como aquella miraba sonreía también, por la forma en la que se achicaban. Aunque aquello tampoco podía ser y seguramente también se lo estuviera imaginando.
Aquella mirada no existiría y ella sería llevada al psiquiátrico y posteriormente, ingresada en una clínica mental. Lo tenía claro.
Pero de momento, disfrutaría aquello, porque le gustaba.

Despertó sobresaltada cuando comenzaron a tocar a la puerta, se había dormido en la bañera y ahora le dolía el cuello. Se lo frotó y luego se aclaró la garganta.
-¿Si? ¿Qué quieres? - preguntó.
-¿Podrías salir ya? - era su hermano - Yo también necesito hacer mis cosas.
-Tenemos otro baño, Jack - le respondió ella desde el otro lado - Pero en seguida salgo.
Oyó como su hermano bufaba al otro lado de la puerta y luego se alejaba corriendo, últimamente había estado mas borde y raro de lo normal. Todas las cosas estaban raras y eso la asustaba.
Se terminó de duchar y se envolvió en su toalla, luego con otra envolvió el pelo y salió del baño. Jack entró en él con mala cara.
-Ya era hora - se quejó.
-Bueno eh, tranquilo - le respondió la chica y él le respondió con un sonoro portazo.
Puso los ojos en blanco y entró en su habitación, ¿qué debía ponerse? Era una fiesta de animadoras, por lo que todas irían muy elegantes y provocativas; pero ella no tenía ropa de ese tipo. Además Niall y Liam seguramente irían vestidos como de costumbre, no mencionaba a Zayn porque daba por sentado que no iría.
Encendió su reproductor de música mientras se secaba el pelo, una canción de Charlie Simpson sonaba, Sundown para ser exactos.

Comenzó a cantarla sin casi darse cuenta, siempre había amado esa canción. En realidad, siempre había amado aquel CD, Young Pilgrim. Podía parecer tonto, pero tenía mucho sentido para ella. Todo era perfecto en su vida, su familia, sus estudios, tenía todo lo que quería, todo lo que necesitaba; pero siempre había sentido que le faltaba algo. Una parte de ella estaba incompleta, una última pieza.

Siempre había sido la chica rara. Quedándose en casa mientras leía junto a su ventana, esperando a que alguien apareciera y la rescatara. Quizá por eso amara la lluvia, quizá por eso amara la oscuridad; porque solo había oscuridad en ella y lo único claro que veía eran aquellos ojos verdes, en sus sueños. O pesadillas.

Suspiró y notó como una lágrima caía por su rostro. Se sentía mal desde que hacía conocido a Zayn. Porque el la odiaba y la miraba como si quisiera matarla allí mismo, en medio de todos. Parecía que la odiaba a muerte y no tenía ni idea de porqué. Deseaba saberlo pero Liam se negaba a decir nada y Niall sabía lo mismo que ella.
Se limpió las lágrimas y comenzó a buscar que ropa ponerse. Mientras la canción seguía sonando.

¿Qué narices iba a ponerse? No encontraba nada bonito. Nada elegante. Nada que le quedase bien. Suspiró frustrada mientras cerraba de nuevo el armario. Caminó por toda la habitación hasta que vio de nuevo aquel misterioso colgante sobre su escritorio, lo cogió y lo notó helado. Demasiado frío como para ser simple oro blanco.
Dibujó una pequeña sonrisa mientras se echaba el pelo mojado hacia un lado y se lo ataba por detrás del cuello. Un escalofrío recorrió toda su piel y notó como se ponía nerviosa pero a la vez la reconfortaba. Sonrió aún más y lo tocó con las yemas de los dedos.

Se sobresaltó al escuchar la puerta abrirse tras ella, luego sonrió al ver que simplemente era su madre. Se acercó a ella con una sonrisa.
-¿Aún así? Creía que te ibas en unas pocas horas - le dijo.
-Si, lo sé, es que no encuentro nada para ponerme.
Su madre sonrió aún más. Era la primera vez que salía de verdad, es decir, por la noche prácticamente. Y además sola.
-Creo que tengo un vestido perfecto para ti. Espera aquí.
Asintió mientras su madre se iba a buscar aquel vestido. Miró hacia su corcho y frunció el ceño mientras su corazón daba otro vuelco. El dibujo de Zayn estaba dado la vuelta, caminó hasta él y le quitó la chincheta, cuando lo miró sintió como se mareaba. Tenía la cara tachada. Miró hacia su alrededor sintiéndose observada y con miedo, otra vez.