Internado Woodstock.

Entonces, no me he encontrado con Louis en todo el día, ni siquiera he visto a ninguno de sus amigos, Liam y Harry están cenando con Karlis y Celeste pero no he visto ni a Niall, ni a Zayn; quizás los 3 salieron a algún bar o algo así, cosas de hombres.

—_________, ya volvimos!— Celeste venía agitada, quizás entro corriendo al Internado buscándome por todas partes.

—¿Cómo te fue?— Le sonreí forzudamente.

—¡Excelente! Hubieras estado ahí.—Suspiro como vil chiquilla enamorada.

—No quiero que me restriegues tu gran vida amorosa en la cara— Rodeé los ojos.

—No lo iba a hacer pero es una buena idea— Sonrió maliciosamente.

—Recuerdame no hacer eso— Reí.

—¿Qué cosa?— Me miró confundida.

—Darte ideas— Carcajeé.

—No te lo recordaré— Me sacó la lengua y se fue con Harold.

—Esta loca— Liam estaba junto a Karlis rodeándola con su brazo.

—Lo sé Liam, créeme que lo sé— Alcé una ceja riendo.

—¿Y los demás?— preguntó sin despegarse de Karlis.

—Eso mismo me preguntaba yo— Suspiré agachando la cabeza.

—Llamaré a Zayn— Liam metió su mano a uno de los bolsillos de sus pantalones y sacó su celular.

—Esta bien— Lo miré marcar unas teclas y llevarse el celular a la oreja.

—Están en un bar, un amigo de Zayn llego a la ciudad y fueron a darle su bienvenida— Me sonrió como si quisiera tranquilizarme.

—Gracias por llamarle.— Le sonreí ladeando mi cabeza.

—No hay de qué.— Besó la frente de Karlis.

—Bueno, tendré que esperar a Louis— Rodeé los ojos.

—Eso parece _______, nos tenemos que ir.— Karlis prácticamente estaba colgada a Liam como un mono de un árbol.

—Hasta luego.— Les sonreí despidiendo los con un ademán.

—Adiós— Ambos se alejaron.

Ahora estaba sola y sin un Louis con quien acurrucarme, estoy pensando seriamente en comprar un muñeco inflable para pegarle su cara en él o unos de esas almohadas chinas con brazos para no sentirte solo, son buenas ideas.

Estaba aburrido debo admitirlo, estaba con mis amigos pero no me sentía cómodo, la necesitaba, necesitaba a ________, por lo menos debería llamarle o algo por el estilo, un mensaje podría ser.

—Hey Lou-Lou, ¿estás bien?— Zayn llego abrazándome por los hombros con su brazo derecho mientras que en su mano izquierda sostenía una cerveza.

—No, extraño a _______— Suspiré como un completo enamorado.

—No me siento cómodo Zayn— Me crucé de brazos.

—¿Es enserio? ¿Qué no te cayó bien mi amigo?— Se encogió de hombros.

—Ni siquiera nos lo has presentado— Lo miré como si fuera obvio.

—Niall se presentó solo, ¿por qué tu no?— Volteé a ver a Niall que definitivamente estaba entretenido, se había encontrado con su amigo Josh y juntos estaban comiendo cacahuates con el amigo de Zayn.

—Yo no soy Niall— Alcé una ceja.

—Lo lamento pequeña diva, vamos con ellos— Me tomo del brazo jalandome hacía mis compañeros.

—Hey Lou! Mira a quien me encontré— Niall estaba muy emocionado abrazando a Josh como si quisiera sacarle los sesos.

—Hola Josh— Le sonreí en forma de saludo.

—Hola Lou, Niall me contó que te casaste, nunca lo habría esperado de ti— Sonreí de manera divertida.

—Ya sabes, maduré— Reí secamente.

—Louis, el es mi amigo, Eric— Miré al chico, cabello rubio pero no como el de Niall, era más amarillento, ojos azules, era Niall pero con espalda ancha y músculos más enormes.

—Hola Eric, mucho gusto— Estrechó mi mano. Definitivamente tenía manos muy grandes.

—El gusto es mio— Sonrió mostrando sus dientes, no había notado lo enorme que eran sus labios. Soné tan poco heterosexual.

—Ahora ya se conocen— Zayn sonrió pegándome una palmada en la espalda al igual que a Eric.

Eric por alguna razón no me daba buena espina, es como si quisiera golpearlo; como si hubieramos sido Nazi y judío en nuestra otra vida, quería deshacerme de él. No lo soportaba cerca de mi y al parecer me estaba volviendo loco, ya que todos se llevaban excelente con él, yo era el del problema.

Estaba en mi cama, leyendo por enésima vez el mensaje que había venido a perturbarme, ese maldito estaba aquí y no descansaría hasta encontrarme y vaya que me encontrará, no hay más que unos cuantos internados aquí en New York.

—¿_______?— Escuché su voz tras la puerta, brinqué de mi cama y fui a abrir.

—Louis— Sonreí al verlo parado frente a mi. En unos segundos ya lo tenía sobre mis labios y mis manos estaban agarradas alrededor de su cuello.

—Te amo— Susurró contra mis labios, su respiración caliente chocaba con mi rostro.

—También te amo— Jadeé volviendo a unir nuestros labios.

—Pero yo más— Rió abrazándome por la cintura.

—Tu más— Sonreí separándome de sus labios.

—Te necesitaba— Susurró contra mi cuello para después dejar un beso en él.

—Sentía que no sobreviviría tanto sin ti— Acaricié su espalda.

—Aquí me tienes hermosa— Siguió besando mi cuello yo metí una de mis manos dentro de su camiseta y acaricié su abdomen.

Él apartó mi blusa al igual que yo, mis manos bajaron hacía el cierre de su pantalón y lo bajé, el hizo lo mismo conmigo, sus labios recorrían mi cuello hasta que bajaron por el monte de mis pechos, lo ayude a quitar el sostén, sus labios se concentraron en mis senos mientras los jadeos escapaban de mis labios casi sin siquiera notarlo, bajé su pantalón dejandolo en ropa interior y el hizo lo mismo conmigo, mis labios llenaban de besos su cuello al igual que dejaba mordidas por él. 

—¿Estás lista?— Susurró apartando mi ropa interior mientras yo bajaba su bóxer.

Asentí con mis ojos cerrados, deseosa de que el entrara en mi, sin repercusiones lo sentí, dentro de mi, eramos uno solo. Comenzó a dar movimientos leves de cadera contra mi cuerpo, sus labios se encontraron con los míos uniéndose en una lucha de lenguas. Yo gemía en cada movimiento que el daba, me apegué a su cuerpo que estaba cubierto en sudor al igual que el mío.—Te amo— Susurré contra su oído para después besar su cuello, lo sentí sonreír mientras sus movimientos aumentaban su velocidad, mis piernas se debilitaban con el roce de nuestros cuerpos, arqueé mi espalda soltando un largo gemido. 

El seguía moviéndose cada vez más rápido como si quisiera romperme en dos pero al mismo tiempo de manera delicada como si yo fuera de cristal y pudiera romperme en cualquier momento, mi cuerpo tembló avisándome que estaba a punto de llegar al éxtasis, solté un grito de placer. Sus labios se pegaron a los míos, Louis se seguía moviendo ya que el aún no llegaba, controlé mi respiración mientras sentía como el cuerpo de Louis se tensaba lo que significaba que había llegado.

Sin darme cuenta, yo ya estaba dormida sobre sus brazos, los brazos del hombre que amo.