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Mensaje por IreGarciaT Dom 06 Ene 2013, 7:20 am

MARATÓN

Capitulo 6


Nick:
Sabes, he estado pensando... —dijo Gee mientras llegaba a mi lado. Caminaba por el desierto, tomando las almas de los soldados caídos. Odiaba las guerras. Toman mucho de mi tiempo. 
—Oh, te perdiste una. —Gee señaló un alma al lado del cuerpo que alguna vez habitó.
—No me olvidé de una, Gee. No quiere irse —Repliqué, molesto de que estuviera aquí cuando se suponía que debía estar con _______— ¿Por qué estás aquí? 
—Bueno, hola a ti también, Nicholas. Caray, ¡Qué frío! _______ está segura, cenando en casa de su amiga Demi. Demi no me gusta. Estoy segura que tiene miedo de mí y espera de que beba sangre o algo así. 
Gruñí: —¿Eso parece? Trata de parecer menos atemorizante. 
—Como sea, escucha, ¿Cómo es qué no puedes ir a decirle "Deja de rondar a mi chica pedazo de culo estúpido de mierda", y luego acabar de una vez? Comprendo que estás de parte de los humanos en estos días, pero Nick, eres La Muerte. ¿Qué pasa con toda esta angustia? 
Terminé con la última alma y después caminamos por la carretera cubierta de humo, había autos hechos chatarra por lo que acababa de suceder. Las ambulancias comenzaban a llegar y el tráfico crecía por kilómetros. 
—No puedo decirle a un espíritu vudú que se detenga y esperar que lo haga. No tengo ningún control sobre un señor espíritu vudú. Su poder proviene de los seres humanos. Es un espíritu maligno. No es un alma humana. 
Gee suspiró. 
—Esto es ridículo. ¿Qué demonios hizo su madre? 
Jaslyn, otro transportador, se presentó y envió a las almas tomadas de los restos y saludó a Gee antes de desaparecer.
Luego, estuvimos dentro de la casa de otra celebridad. América estaría de luto mañana. Pero, por desgracia, se trataba de una ocurrencia regular. El frasco de pastillas seguía abierto y vacío al lado de la cama y el alma parecía confundida. Me volví a Gee. 
—Toma esta, luego regresa con _______. Ya casi termino, y me estás solamente atrasando. 
Gee gruñó e hizo un gesto al alma antes de que ambos desaparecieran. Gracias a Dios. Necesitaba un poco de paz y tranquilidad. Además, me quedaba el hospital por visitar.

*****

________:
Gee no había querido quedarse para comer con Demi. Lo cual fue probablemente una buena idea, ya que habría asustado a la madre de Demi. Iba a abrir la puerta del auto cuando de repente los vellos de mis brazos se erizaron. Echando un vistazo a la puerta principal de Demi, pensé regresar a su casa corriendo y lanzarme en el interior. Pero mis pies se sentían pesados. Lo que se encontraba aquí no permitiría que me alejara tan fácilmente. ¿Dónde estaba Gee cuando la necesitaba?
—Soy sólo yo, _______. —La voz de Kevin me sorprendió y me las arreglé para girarme lentamente. Efectivamente. Era Kevin. Pareciendo tan normal como cuando había estado de pie en la puerta de mí cocina. Pero no era normal. Los vellos erizados de mi cuerpo demostraron que él no era normal. Él nunca había causado que esto pasara antes. ¿Era porque yo ahora sabía lo que era? 
—¿Kevin? —Mi voz sonó ronca, esperaba no ver al chico en el que había confiado transformarse en un extraño demonio frente mis ojos. Dios, esperaba que no. 
—¿Podemos hablar? 
Esa sería una mala idea. El vudú no era guay. Y sabía que tampoco lo era su príncipe de los espíritus. ¿Dónde estaba Gee? ¿Y qué podía hacer yo al respecto?
—Umm... Yo... Me asustas como la mierda, así que no estoy segura de querer eso. 
Se rió y casi me relajé. Me siento tan familiarizada con ese sonido. La sonrisa de Kevin siempre me hizo sonreír. 
—No hay nada que temer. Nunca te haría daño. 
Me froté los vellos de mis brazos, pensando que mi cuerpo no estaba de acuerdo, y él se encogió de hombros: —Respecto a eso, no puedo hacer nada. Ya no es así. Ya no estoy en forma humana por más tiempo. Vas a reaccionar ante mí de esa manera. ¿Forma humana?¿Por más tiempo? 
—¿Qué quieres? 
Dio un paso hacia mí y me apretó contra la puerta del coche. El frío metal no hizo nada para calmar el calor extraño que venía de su cuerpo. 
—Hmm... Debí haber adivinado que me harías esa pregunta primero. Siempre al grano. —La sonrisa torcida que siempre me gusto brilló—. Pero necesito que confíes en mí y que me escuches. 
¿Confiar en él? No era probable. 
—¿Alguna vez te he lastimado, _______? 
Bueno... no exactamente. Respondí sólo con una pequeña sacudida de cabeza.
—Y nunca lo haré. ¿No he estado siempre ahí cuando me necesitaste? El árbol, cuando te perdiste... El momento en que morías por la enfermedad en tu cuerpo. 
La comprensión se apoderó de mí y lo miré fijamente. Sus ojos verdes. La forma de la mandíbula. Su postura. La curva de sus labios y el sonido de su voz. Él —fue Kevin— era el chico de mis sueños. 
—Eres tú. 
Una persona común y corriente habría necesitado más aclaraciones, pero Kevin no era humano. Entendió lo que quise decir. Así que en su lugar, simplemente asintió con la cabeza. 
—¿Por qué? No lo entiendo. 
—Tú fuiste prometida a mí. El poder de mi padre te curó y en retribución, tu madre prometió tu alma a mí. 
Estoy de nuevo soñando, obviamente, porque esto sonaba ridículo. 
—Lo veo en tus ojos. —Su sonrisa aumento—. Tu alma me reconoce. El fuego está ahí—Levantó un espejo que salió de la nada y miré con horror que mis ojos ya no eran de un verde familiar, sino del color del fuego. Mis pupilas rodeadas por lo que parecían titilantes llamas de color naranja. Temblando, sacudí la cabeza y me aparté del coche para poner más distancia entre nosotros. —_______—Comenzó, entonces su rostro se puso furioso cuando miró alrededor y se marcho una vez más. 
—Lo perdí otra vez, ¿Verdad? Bueno, ¡Mierda! —siseó Gee. Me apoyé en el parachoques de mi coche y envolví mis brazos alrededor de mi cintura. 
—¿Estás bien? No te tocó, ¿O sí? 
Volví la cara para mirar a Gee y se puso rígida, mirando directamente mis ojos. 
—Tus ojos —dijo, extendiendo la mano y tocando mi mejilla con cuidado—. ¿Qué carajo? 
Negué con la cabeza y me alejé de ella. Necesitaba a Nick. Esto era malo. Mis ojos estaban más allá de ser espeluznantes. 
—¿Dónde está Nick? —Mi voz sonó ronca, no quería llorar delante de Gee. Gee no era la clase de ser que quería emociones delante de ella. 
—Métete en el coche, voy a conducir. —Ordenó Gee, asintiendo con la cabeza hacia el lado del pasajero. Normalmente, no estaría de acuerdo con su conducción, porque todo lo que Gee hacía, lo hacía peligrosamente, pero por el momento no podía concentrarme lo suficiente como para conducir. Así que hice lo que me dijo, y me hundí en el asiento del pasajero. 
—¿Dónde está Nick? —Repetí mientras ella arrancaba el coche, acelerando por la calzada. 
—En Afganistán, ocupándose de esos idiotas que se explotan. 
—¿Cuándo va a volver? 
Gee suspiró y miró en mi dirección. 
—No por un tiempo, ______. Tiene que hacer frente a esa mierda vudú que te está acechando. 
Extendí la mano y giré el espejo retrovisor para estudiar mis ojos. Su color normal había regresado y el revoltijo en el estómago disminuyó un poco. 
—Tus ojos eran extraños, Peggy Ann. No voy a mentirte. Eso fue algo extraño, muy extraño. 
—¡Lo sé! ¿No crees que debas decirle a Nick? —Sólo lo quería de vuelta. Lo echaba de menos y después de mi encuentro con Kevin, lo necesitaba para sentirme segura. Por mucho que me encantara, Gee no me daba la seguridad que necesitaba. 
—Se lo diré, pero ahora mismo no voy a dejarte. El príncipe vudú está detrás de ti. Así que tengo que mantenerme cerca. 
Luché contra la urgencia de llorar. En cambio, me mordí el interior de la mejilla y mantuve mis ojos fijos en las casas que pasaban. 
—Está bien, Peggy Ann. Yo me encargaré. 
No estoy tan segura de eso, pero me senté en silencio mientras ella cantaba fuera de tono una canción que los Three Doors Down tocaban en la radio. Una vez que nos detuvimos en mi camino, no esperé a que ella saliese. Si no podía tener a Nick, entonces quería a mi mamá. Por suerte, su coche ya estaba allí. Cuando llegué a la puerta, me volví a mirar a Gee. 
—Estaré con mi mamá un rato. Puedes sentirte como en casa en mi habitación. 
—Mientras estás en ello, ¿Por qué no le preguntas acerca de la mierda de vudú en la que te metió? —Respondió Gee, y luego desapareció. 
Entré y sentí alivio al ver a mamá hecha un ovillo en el sofá, con un tazón de palomitas de maíz en lugar de estar escondida, escribiendo en su oficina. Podría apartarla de ver CSI Miami. De su escritura, no tanto. 
—Hola, cariño, ¿Disfrutaste de la cena con Demi? 
Me dejé caer a su lado y cogí un puñado de palomitas de maíz, preguntándome si sería realmente capaz de comer después del susto que acababa de tener. Tenía que tener cuidado en cómo hablaba. Si mamá escuchaba la más mínima inquietud en mi voz, sospecharía y comenzaría a lanzarme preguntas hasta que cediera y le contara todo. Centrándome en mantener mi tono casual y no afectado, respondí: 
—Sí, tuvimos camarones hervidos, maíz y ensalada. La ensalada tenía frambuesas, nueces y queso de cabra. Fue sorprendentemente bueno. Incluso con el aderezo dulce.
—Oh, eso suena delicioso. Tendré que pedir la receta. 
—Te va a encantar. Está en la categoría de comida saludablemente rara. 
Mamá rió entre dientes y mordisqueó el puñado de palomitas de maíz en su mano. No me sentía segura de cómo hablar de esto. Diría: "Mamá, ¿Recuerdas cuando casi moría y me llevaste a ese médico vudú?" Tuve la sensación de que se resistiría si me acercaba a ella directamente así. Pero tenía que saber la verdad. 
Volví mi atención a la televisión y observe la escena del crimen de una joven estrangulada mientras que el equipo de CSI hacía lo suyo. Hice estallar unas palomitas en mi boca y me las arreglé para masticar. La mantequilla se sentía pesada en mi estómago sensible, así que decidí mejor no comer más. 
—¿Qué te molesta, _______? 
Le eché un vistazo a mi mamá, me observaba a mí en lugar de la televisión. Que fácil podía leer mi estado de ánimo. Era imposible ocultarle un problema a la mujer. 
—Um... pensaba en... —Hice una pausa y debatí incluso si debiera decir algo.
¿Realmente quiero saber esto? Tomé las cejas fruncidas de mi madre como una señal de que ella esperaba a que terminara. Su cabello oscuro estaba escondido detrás de las orejas y no usaba nada maquillaje. Pude ver su preocupación y amor brillando en sus ojos. Sabía por qué lo había hecho. Pero todavía tenía que escuchar su explicación. Tal vez algo que ella supiera ayudaría a Nick a poner fin a esto. 
—¿Te acuerdas de cuando estuve enferma de niña? —Comencé y vi como su ceño se profundizó y me hizo un gesto breve—. Bueno, casi moría. Me acuerdo de eso. Y así... Tuve un sueño. Más como un recuerdo. Estaba en una vieja choza y tú también estabas allí. Había una señora mayor. —Me detuve cuando el pánico comenzó a parpadear en sus ojos. Era cierto. No era necesario explicar más. Sabía exactamente lo que había soñado. —Fue real, ¿no? Me llevaron a un médico vudú y... ella o él me curo.
Mamá tragó saliva y negó con la cabeza casi frenéticamente. 
—¡Oh, Dios! —Murmuró, bajando la mirada a la mano que dejó caer las palomitas de maíz que había estado sosteniendo. ¿Ella nunca espero que yo lo recordase?
—¿Qué les prometiste, mamá? ¿Cuál era el pago por mi curación? 
Mamá colocó el vaso sobre la mesa de café frente a nosotras y se levantó. Me sentía más tranquila de lo que en realidad me sentía cuando empezó a caminar de un lado a otro delante de la televisión. 
—Oh, Dios. Oh, Dios. Oh, Dios —Cantó en voz baja. Ahora comenzaba a sentir pánico. Esta no era la reacción que yo esperaba. Mi fría, tranquila, calmada madre, nunca había tenido un desglose delante de mí. 
—Dime, mamá —Le exigí. Corrió ambas manos por el pelo corto y luego las apoyó en sus caderas vestidas del pijama. Los cerdos voladores de color rosa en el fondo estaban tan felices y sin preocupaciones y tan increíblemente fuera de lugar con la mujer que los llevaba. Empecé a preguntarme si tendría algún ataque de pánico por la forma en que su respiración se había acelerado. 
—No sabía qué más hacer —Susurró con un sollozo roto y rodeó con los brazos su cintura, como si necesitara mantenerse entera. 
—Lo entiendo. Lo que necesito saber es cual fue el pago que se requirió. 
Mamá por fin enfocó sus ojos llenos de dolor en mí. 
—¿Por qué me estás preguntando esto? ¿Alguien ha... algo ha... contactado contigo?
Explicar que mi novio era La Muerte y que una transportista de almas se encontraba en mi habitación, probablemente escuchando mi iPod y pintando las uñas de los pies de un color oscuro, no sonaba exactamente como el mejor plan. Así que me decidí algo más creíble. 
—Tuve un sueño. Lo vi todo. Me acordé de todo. Incluso el olor a moho rancio. 
Un poco de alivio se apoderó de su expresión tensa. Asintió con la cabeza y se limpió las manos en la parte delantera de sus pantalones de pijama con nerviosismo. 
—Está bien. Un sueño. Eso está bien. —Hablaba más para sí misma que para mí. Esperé. Finalmente volvió la mirada hacia la mía. —Estaba desesperada, _______. Una enfermera en el hospital me hablo sobre un nuevo médico vudú en el pantano. No sabía nada de vudú. Nos enviaron al Hospital Infantil de Nueva Orleans porque tenían un especialista muy recomendable. La cultura allí era tan diferente. No sabía qué creer. No le hice caso al principio. —Hizo una pausa y respiró hondo—. Pero entonces... pero luego me dijeron que no ibas a despertar. Me entró el pánico. Te llevé a la anciana. No sabía nada de ella o de sus métodos. Pensé que tal vez tenía una droga milagrosa. —Dejó escapar una carcajada dura—. Quiero decir, ¿Quien cree en hechizos de todos modos? No esperaba que realmente preparara algo y luego el chico entró. —Cerró los ojos con fuerza. Miré las arrugas de su frente más profundas. Había sido Kevin. Ahora, lo sabía sin lugar a dudas. 
—El muchacho era muy joven. Pero sus ojos... sus ojos eran aterradores. Comenzó a cantar y una oscura niebla cayó sobre el cuarto. —Abrió los ojos y me miró. Pude ver el recuerdo de ello en sus ojos. La experiencia la perseguía—. Y luego nos levantamos de nuevo en la habitación del hospital. Era como si nunca nos hubiéramos marchado de allí. Tú estabas sentada en la cama, hablando muy sonriente con una enfermera. Los círculos bajo los ojos se habían ido. Querías macarrones con queso y alguien se había escapado para buscarte algunos. Los médicos y enfermeras comenzaron a llegar a nuestra habitación. Fuiste un milagro. No tenían ninguna explicación, pero no había señales de la enfermedad en tu cuerpo. —Tragó con tanta fuerza que pude ver su garganta contraerse—. Ni siquiera quedo alguna señal de que la enfermedad hubiera estado allí. Has hecho noticia. Eras una maravilla médica. Entonces, un día todo el mundo se olvidó de ello y fue como si nunca hubiera sucedido. 
Esto fue todo lo que sabía. No les había prometido nada. Sólo había dicho que les daba lo que querían. No tenía idea de que les había dado mi alma. Me puse de pie con las piernas temblorosas y caminé alrededor de la mesa de café y la abracé. No porque se lo merecía, sino porque a pesar de que había cometido un grave error, lo había hecho porque me amaba.
IreGarciaT
IreGarciaT


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Trilogía Existence {Nick&_____} - Página 24 Empty Re: Trilogía Existence {Nick&_____}

Mensaje por IreGarciaT Dom 06 Ene 2013, 7:23 am


Capitulo 7


Oye, ¿Qué esta mal? 
Sollocé y miré a un niño de mi edad. Su pelo era castaño y tenía ojos verdes amistosos. Me encogí de hombros y me limpie la nariz con la manga. Quería estar sola y llorar. No quería explicar las cosas a un extraño. 
—Nada —murmuré, y contemple mis zapatillas sucias. Acababa de comprar mis brillantes zapatillas rosas la semana pasada, pero ahora después de correr por el bosque en medio del barro estaban todas sucias. No importaba. Mamá se molestaría. No era mi intención. Nunca quise ensuciarlas. Necesitaba aprender a no hablar con extraños. 
—Algo que te está molestando —dijo el niño y se sentó en el escalón del pórtico junto a mí. ¿Quién era este chico?
—Sólo cosas —dije, jugueteando con los cordones de mis zapatos sucios. 
—Soy bueno para arreglar cosas. Apuesto a que si me lo dices, yo podría ayudar —respondió. ¿Era en serio? Yo sólo quería que me dejara en paz. Encogiéndome de hombros, pensé que la verdad probablemente lo haría huir. Levanté la cabeza y lo miré fijamente. 
—Vi a mi abuela muerta hoy. Fuimos a su casa porque tuvo un ataque al corazón y murió. Todo el mundo se puso vestidos negros y fuimos a visitar a su ataúd en su casa y a comer y otras cosas. La vi allí tirada. Parecía dormida, pero no respiraba. Luego fui a la cocina para encontrar los libros para colorear que siempre dejan para mí. Y allí estaba. Sonriendo como siempre lo hacía. Estuve tan feliz de ver que había despertado. Fui a abrazarla y se había ido. 
Me detuve, esperando la mirada horrorizada en el rostro de mi madre que me había dado cuando le conté la misma historia, pero no fue así. Tal vez él no lo entendía. 
—Así que me di la vuelta y allí estaba de nuevo. De pie detrás de mí. Parecía triste y negó con la cabeza hacia mí. Me sentí tan feliz de verla con vida que corrí a decirle a mamá. Pero cuando volví a la habitación donde el ataúd, mi abuela todavía seguía allí tendida como si durmiera. Mi madre seguía llorando. Me detuve otra vez, esperando que el niño se parara y huyera de mí. Pero seguía sentado, esperando a que dijera algo más. Quería que alguien me escuchara hoy. En cambio, mi mamá me había dicho que lo dejara y me amenazó con no dejarme salir si decía algo más acerca de esto. Para entonces, ella sollozaba tan fuerte que me sentí mal. No quería darle tristeza. Solo traté de hacerla sentir mejor. 
—Continúa —dijo el muchacho. 
—Bueno, le dije a mi mamá que me acompañara. La lleve a la cocina y mi abuela seguía de pie como la había dejado. Parecía triste de nuevo y negó con la cabeza hacia mí. Mi mamá no la vio. En cambio, se me quedó mirando y me preguntó de qué se trataba. Le señalé a mi abuela y mi madre todavía no vio nada. Frunció el ceño y bajo la mirada y me dijo que ella tenía que volver con las visitas. Luego le hablé de que la abuela estaba allí y se congeló. La expresión de su rostro no era feliz. Me miró... muy, muy asustada. No terminé. Sabía que el niño se escaparía de mí ahora. 
—Por lo tanto, viste el alma de tu abuela —respondió con total naturalidad. Asentí con la cabeza. 
—Creo que, eso era como su fantasma. Porque creo que he visto su espíritu. 
—Sí, es como su fantasma. 
Me sequé los ojos. Las lágrimas habían cesado desde que el niño había aparecido. 
—Está bien ver las almas. No es una mala cosa. Sin embargo, tu mamá nunca lo entenderá. Nadie lo hará. Si deseas evitar molestar a la gente, necesitas actuar como si no los ves. Si lo ignoras, luego te dejarán sola. Si les haces saber que los puedes ver, te seguirán a todas partes — Explicó. Fruncí el ceño, lo estudié. Parecía saber mucho acerca de esto. ¿Ve a los muertos, también? 
—¿Cómo sabes que no es la primera que he visto? 
Se encogió de hombros. —Supongo que los has estado viendo durante unos dos años.
Mi boca se abrió. ¿Y cómo lo sabía? 
—¿Ves fantasmas también? 
Asintió con la cabeza y una sonrisa torcida apareció en su rostro. Realmente no creo que él estuviera loco. 
—Sí, los veo. 
—¿Puedo hacer algo para dejar de verlos? 
Frunció el ceño y sacudió la cabeza. Él debe desear no poder verlos, también.
—Por lo tanto, ¿Se queda de esta manera? 
—Me temo que sí —Respondió—. Pero míralo de esta manera, te hace especial. Puedes ver algo que nadie más puede. Piensa en ello como un súper poder en lugar de algo malo. 
No era probable. Yo quería ser capaz de volar o tal vez ser invisible, pero no me interesaba ver gente muerta.

—¡______! ¡______! ¡Peggy Ann! 
Mis ojos se abrieron de golpe y Gee se cernía sobre mi cara. 
—No se supone que debes dormirte mientras voy a dar una ronda afuera y alrededor de la casa. Pero, ¿Qué sucede? Me fui durante unos cinco minutos y ya estás dormida.
Me estiré y me senté en el sofá. Comenzaba a perder el sueño debido a estos recuerdos. No pude evitar quedarme dormida. Bostecé y lancé a Gee una mirada molesta. 
—No pude evitarlo. —Bueno, sería bueno si al menos intentas no dormirte. —Esta vez, me alegro de haberlo hecho. Me permitió recordar algo que quería recordar. Fue un recuerdo que me alegra tener de regreso. 
Gee frunció el ceño. —¿Qué fue? 
—El día del velorio de mi abuela. La vi. Vi su alma. Me sonreía porque sabía que yo podía verla. Mi madre, por supuesto, se asustó cuando le dije al respecto, pero llegue a despedirme de ella. —Haciendo una pausa, dirigí mi mirada hacia Gee—. Por favor, dime que no es un alma perdida. Por favor, dime que Nick simplemente recupero su alma. 
Gee dejó de masticar su uña del dedo pulgar y sacudió la cabeza. 
— Tu abuela se ha ido. Nick comprobó a la mayoría de tus familiares. Los que estuvieron cerca se han ido. Sé que es un hecho que el alma de tu abuela volverá pronto. 
Dejé escapar un suspiro de alivio y envolví mis brazos alrededor de mi cintura. Fue un bonito recuerdo. Amaba a mi abuela. Molestar a mi madre ese día no es algo que recordara con cariño, pero ahora entendía por qué le molestó. 
—Fue Kevin quién me enseñó a ignorar las almas. 
Gee rodó sus ojos. —Bueno, démosle una medalla de honor por ese acto de bondad. Dado que la razón por la que incluso puedes ver a las almas es por su culpa. 
Tenía razón, por supuesto. Sin embargo, el Kevin de mis sueños era tan similar al chico que había conocido el año pasado. Era difícil de olvidar eso. Nada en él parecía peligroso. 
—Ahora, quiero chocolate y algunas de esas cosas que tu mamá hizo y quiero ver un poco más de ese programa que vimos ayer. Estoy cansada de cuidar de tu culo. Necesito algo de tiempo. 
Hacía días que no había visto a Nick y Gee no se había separado de mi lado ni una vez. Sabía que no era su trabajo ideal y odiaba que estuviera cansada de él. Me levanté del sofá y me dirigí a la cocina. 
—¿Quieres un refresco o leche con bizcochos de chocolate? —Le pregunté. 
—La leche. Hace que los bizcochos de chocolate sepan mejor. 
La emoción en su voz me hizo reír. Tomé dos panqueques y serví dos vasos llenos de leche. Podríamos tener la comodidad de comer y ver Gossip Girl, mientras ella se carcajeaba y se burlaba de todo lo que hacían. La tripulación del Upper East Side divirtió a Gee como no tiene fin.

*****

Nick:
No había visto a ______ en tres días. Al entrar en su habitación, la observé mientras se cepillaba el pelo. Los pantalones vaqueros que llevaba eran un poco demasiados ajustados para mi bien. No manejaba los celos muy bien. Sería más seguro si llevara algo un poco menos sexy. Mis ojos viajaron desde las botas de cuero negro altas hasta los jeans ajustados, muy ajustados que le abrazaban el trasero como un guante. Luego, la piel desnuda en la parte baja de la espalda brilló hacia mi cuando levantó los brazos para torcer los largos mechones oscuros de su pelo hacia arriba, en una masa salvaje de rizos en la cima de su cabeza. Era hermosa y era la mía. 
Cerré la puerta detrás de mí y ella se giró sobresaltada. Al instante, una sonrisa iluminó su rostro cuando sus ojos parecieron comerme. Corrió hacia mí y se arrojó en mis brazos tan rápido que un tipo normal se hubiera caído. Las piernas revestidas con sus jeans que había estado admirando fueron envueltas firmemente alrededor de mi cintura y llovieron besos en mi cara. ¿Era posible que mi corazón se sintiera bien cuando no tenía uno?
Envolví mis brazos alrededor de su cintura. —También te extrañé — susurre, capturando sus labios con los míos. No insistió más, pero me deje probar lo suficiente antes de tirarla hacia atrás y mirarla. 
—Estoy tan emocionada. Te he extrañado como una loca. 
—Será difícil concentrarme en el escenario si estás pavoneándote con esos vaqueros que muestran tu cuerpo increíblemente hermoso. ¿Sabes qué te favorece? 
Riéndose, se removió en mis brazos y me tomó mi rostro con ambas manos y me besó en la nariz y la frente. De inmediato me aproveché de la situación y la acosté en la cama. Sus ojos se pusieron grandes y redondos, con sorpresa, baje sobre ella y empecé a besar su cuello, tomando pequeños lametones en su clavícula. Este era el tipo de beso que podríamos hacer con seguridad. 
El suspiro contento de _______ me volvió un poco loco. Me encantaba esos pequeños sonidos sensuales que hacia cuando estábamos juntos de esta manera. —Mmmmm, bésame en la boca —Susurró. 
Negué con la cabeza, sabiendo que un beso pondría fin a este especial momento demasiado pronto. No me encontraba preparado para dejarla aún. Había fantaseando con su aroma y sabor durante varios días. Ahora que la tenía debajo de mí, era codicioso. Necesitaba lo suficiente como para que pudiera pasar esta noche. 
—Ah —Exclamó, mientras mordía la carne tierna en la curva de su cuello y el hombro. Sonriendo en su piel sedosa y cálida, inhalé profundamente. ______ levantó las caderas presionándose más cerca de mí. La necesidad se encendió dentro de mí y sabía que tenía que poner distancia entre nosotros. Cuando se frotaba y se apretaba contra mí, así confiadamente, siempre terminaba siendo mi perdición. 
Empujé el estrecho contacto de nuestros cuerpos poniendo un poco de espacio necesario entre el calor que parecía tan dispuesta a compartir conmigo, gemí por la frustración y la negación. _______ se incorporó y se arrastró hasta envolver sus brazos alrededor de mi cuello. Sus suaves labios me besaron en la sien. 
—Confía en mí, Nick Walker, sólo tengo ojos para ti. Nadie más se acerca. 
Con un gruñido de burla, giré la cabeza y mordí su oreja. —Es bueno saberlo. No quisiera que un despistado se encuentre esta noche con La Muerte cuando aún no le toca su hora. 
—¡Nick! 
Me reí entre dientes, y me encogí de hombros. 
—Diría que bromeo, pero no lo hago. 
Pagan sacudió la cabeza con exasperación y cogió su chaqueta y se levantó. 
—Vayamos a ver a mi novio rockero en acción —Respondió con una sonrisa. Esta noche era para divertirme con _______. No iba a dejar que los problemas que nos rodean lo arruinaran. Kevin ya me había alejado de ella lo suficiente. Tenía que hacer un concierto con la banda y _______ quería experimentar que funcionaba perfectamente. Entró en el pasillo y miró hacia atrás sobre el hombro y sonrió. 
— ¿Vienes o qué?

*****

_______:
El humo se acurrucó en el suelo del escenario, cuando las luces estroboticas se encendieron y gritaron los fans. Nick me levantó contra él y me besó en los labios. 
—Tú te quedas aquí. Voy a venir de ida y vuelta entre los descansos. Quiero verte mientras estoy cantando. 
Asentí con la cabeza, con entusiasmo, y dio un último beso en mi frente antes de salir corriendo hacia el escenario donde los otros miembros de Cold Soul ya se encontraban en su lugar y listos para tocar. 
La intensidad total de las luces del escenario se encendieron y Nick se unió al baterista y bajista en una abertura natural e intensa en una canción que no reconocí. Nick se paseó hasta el micrófono mientras sus dedos bailaban a través de las cuerdas de la guitarra. Tuve ganas de gritar junto con el centro cívico atestado de gente. La ajustada camiseta gris que vestía destacó cada ondulación deliciosa en su estómago. Agradecí que la guitarra le cubriera los impresionantes abdominales. No me gusta la idea de escuchar chicas gritando su nombre para conseguir una imagen de su cuerpo perfectamente formado. 
Volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. Un destello de placer brilló en ellos, luego me guiñó un ojo. Por supuesto que había oído mis preocupaciones. No era de extrañar que a él le gustara el hecho de que no me alegrara que otras lo mirasen. La sonrisa maliciosa en sus labios aumento y su hoyuelo sexy brilló hacia mí. Le lancé un beso con una mano y él actuó como si lo atrapara, se tocó los labios con dos de sus dedos antes de volver a la multitud. Honestamente, estoy muy cerca de desmayarme aquí mismo. ¿Quién hubiera pensado que la muerte puede ser tan increíblemente dulce?
De repente, la multitud gritando se calló, en el momento justo y Nick abrió la boca para cantar. 

Closer:
Cae el sol lejos cuando te miro. 
La oscuridad reclama en el cielo y me gustaría que supieran que nada se puede hacer para impedirme estar contigo. 
Pero me quedo fuera de vista y sólo te susurro a ti. 
Las palabras que no puedo decir. 
Palabras que no es necesario escuchar. 
Las palabras que no puedo evitar que se enreden en mi camino. 
Ahora bien, no puedo estar solo. Ahora, estoy bajo tu influencia. 
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has mostrado. 
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa. 
Me has reclamado y no me importa quién lo vea. 
Estoy debilitado y me fortalezco en tus brazos. 
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.


Mi corazón se aceleró mientras sus ojos se volvieron hacia mí. No había oído esta canción antes y tenía todos sus discos en mi iPod. Su lengua apenas se asomaba de sus labios cuando se los humedeció, entonces capturo mi mirada y abrió la boca otra vez.

Te quedas con ganas de más de lo que jamás podría comprender. 
Yo estoy indefenso, necesitando ceder a tus órdenes. 
Esperando verte sonreír, me está consumiendo y atando de manos. 
Nada de lo que ofrezco podría ser digno de tu amor. 
Es un milagro que me vieras y no huyeras nunca. 
Voy a pasar toda mi vida tratando de ser el hombre que tu crees que soy. 
Ahora bien, no puedo estar solo. 
Ahora, estoy bajo tu influencia. 
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has mostrado. 
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa. 
Me has reclamado y no me importa quién lo vea. 
Estoy debilitado y me fortalezco en tus brazos. 
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.


Sus labios fruncidos, me lanza un beso antes de volver su atención a la multitud y seguir cantando. 

Mantienes el fuego dentro de tu mirada. 
Hipnotizas a todos los que entran en tu laberinto. 
No sé nada de tus pensamientos, pero tengo que tomar el sol en el calor de tus rayos. 
Nada de lo que hacemos cada vez podría estar equivocado. 
Eres por siempre perfecta en todo sentido. 
Ahora bien, no puedo estar solo. 
Ahora, estoy bajo tu influencia.
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has mostrado. 
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa. 
Me has reclamado y no me importa quién lo vea. 
Estoy debilitado y me fortalezco en tus brazos. 
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.


La canción llegó a su fin y la multitud comenzó a gritar su nombre. El orgullo brotó dentro de mí al pensar que este brillante chico... era mío. 
—¿Así que eres la nueva aventura de Nick? —Miré hacia atrás por encima del hombro para encontrar el origen de la voz sarcástica. La chica tenía una sonrisa molesta es su rostro muy atractivo. Una cabeza llena de rizos rubios que le llegaba casi hasta la diminuta cintura que parecía injusta teniendo en cuenta el tamaño de su pecho. La parte superior de la camiseta sin mangas que llevaba dos copas D que se derraman fuera de la línea del escote de corte bajo. Si me dijera que acababa de salir de una sesión de fotos para la revista Playboy no me hubiera sorprendido. —Normalmente acude a... bueno, un tipo más notable. Me sorprende que lo mantengas muy ocupado. 
Sí, no me había equivocado del tono sarcástico en su voz. La chica no me agradaba. Pero lo que decía no tenía sentido. Sabía a ciencia cierta que Nick no tenía "aventuras amorosas" y que yo era la única relación que jamás había tenido, no estoy segura de cómo responder a su evidente falta de conocimiento acerca de él, así que dirigí mi atención de nuevo a el escenario y vi que él llevaba a miles de personas a un frenesí de excitación. 
—Demasiado buena para hablar conmigo, ¿verdad? Bueno, ya lo veremos. He estado por aquí mucho más tiempo que tú y mi papá es el patrocinador de Cold Soul, todos me conocen. A Nick no le gustara que seas grosera conmigo. 
Finalmente, no pude morderme la lengua por más tiempo y giré mi cabeza para encontrarme con su mirada. 
—Cuando digas algo que valga la pena contestar, con mucho gusto te responderé. Pero es obvio que no sabes nada de Nick en absoluto. Si te escuchas, te darías cuenta de lo increíblemente estúpido que suena. —Sus ojos se iluminaron con furia y me entraron ganas de reír por su reacción. La chica podía insultar, pero que no soportada una contestación. 
—Espero que hayas disfrutado de tu paseo, zorra, porque ya se acabó. Nick no se conformara con tan poquita cosa como él. Soy demasiado importante como para alterarme. 
Mi sangre comenzó a hervir y di un paso hacia ella —¿Acabas de llamarme zorra? —Susurré. Al principio, parecía muy contenta con mi ira, pero luego desapareció su sonrisa divertida y una expresión de terror iluminó su rostro. 
Empezó a retroceder lejos de mí. Me entraron ganas de reír en voz alta. Me recordó a uno de los matones de la escuela primaria del que todos hablaban. Una vez que gritaban, se acobardaban. Sentí una sensación de poder para manejar esta situación por mi misma. No iba a esperar a Nick para decirle lo perra que era. 
—No —La chica retrocedió contra la pared y me quedé con mi mirada enojada fija en ella, amando su expresión de horror. Esto era muy divertido. 
—______, detente. 
Me quedé inmóvil ante el sonido de la voz Nick mientras se interponía entre las dos. El sudor de su pecho había empapado la camisa y se aferraba con más fuerza a la piel. Luego se volvió y miró a la otra chica. 
—¿Qué está pasando? —Le oí preguntar. ¿Qué? ¿Por qué estaba preocupado por ella?
—Me atacó, yo sólo trataba de hablar con ella y me atacó — Balbuceó la joven con lágrimas. ¿Está llorando? Maldita sea, incluso sonaba creíble. 
—No la toqué... 
—Ahora no, ______ —Nick me interrumpió y me quede con la boca abierta hacia a él y la chica que aparentemente consolaba. ¿Acaso había entrado en un universo alternativo? Nada de esto tiene sentido. 
—Ella... ella me siseo —Tartamudeó la muchacha, señalando con una de sus largas uñas rojas en mi dirección. Bueno, tal vez lo hubiera hecho. Pero me llamó una zorra.
—Me llamó... —Empecé y una vez más Dank me cortó. 
—Espera, ______. 
La confusión se convirtió rápidamente en ira y no iba a esperar hasta que terminara de hablar con la chica y escuchándola con su boca llena de mentiras. Debería haberme preguntado si yo estaba bien. No a ella. No iba a estar aquí de pie para seguir escuchando esto. Y te aseguro que no iba a quedarme para intentar defenderme si no iba a siquiera darme la oportunidad de hablar. 
Me fui hacia la puerta de atrás, esperando que Nick me siguiera, pero una vez que abrí la puerta, noté que él no había estado detrás de mí. Herida, furiosa y confundida miré fijamente hacia la noche. No tenía un coche. Nick no iba a venir detrás de mí. Y dependía completamente de él y me dejó colgada. Las lágrimas borbotearon de mis ojos y empecé a limpiarlas y decidí dejarlos solos. No quería que nadie me viera llorar. 
—Te llevaré a casa —La voz de Kevin me sobresaltó. Giré y lo encontré apoyado contra su camioneta, mirándome. No quería que me viera llorar, me sequé las lágrimas que corrían por mi cara. No podía irme con Kevin. Era un espíritu maligno detrás de mi alma.
El ceño fruncido en su rostro me recordó al muchacho que llegó al hospital a verme después de mi accidente. Había estado tan preocupado que había dormido en la sala de espera toda la noche. En mi vida entera, Kevin había estado allí cuando yo necesitaba a alguien. Nada en él fue alguna vez espantoso. Ni una sola vez me ha defraudado. Miré hacia la puerta cerrada, deseando que Nick caminara a través de ella, pero no pasó nada. La ira me quemó la garganta y me dolió el corazón. 
—Claro, gracias, Kevim. Me vendría bien un paseo.

****

Nick:
Dejar a ______ caminando apagada, herida y molesta había sido casi imposible. Sin embargo, la distancia que puse entre ella y la criatura sin alma, delante de mí, era mejor. La ira y el dolor rodando fuera de ella eran muy molestos. Tenía que averiguar lo que era esta cosa. No podía hacer eso con la angustia de ______ detrás de mí. Quería terminar con ella y tenerla en mis brazos y tranquilizarla, pero no podía darle a este asunto una oportunidad de escapar. 
—¿Quién eres? —Gruñí, bajando la mitada a la rubia. Sonrió y se enderezó, olvidándose de su actuación una vez que _______ dio vuelta a la esquina. 
—Nadie que conozcas, Nicholas —Respondió, y llevó una larga uña roja hasta mi camisa—, pero eso podría cambiar. 
Le di una palmada a su mano con fuerza suficiente como para que gritara de dolor. Bien. Quería hacerle daño. Había estado demasiado cerca de ______. Y mi niña tontamente valiente había estado mirándola como si ella pudiera con el demonio. 
—Estás por debajo de mí —Le recordé con una voz fría—. Ahora, dime por qué estabas cerca de mi _______. —pregunté. Se encogió de hombros y cruzó los brazos sobre el pecho. 
—Hice lo que me dijeron que hiciera. Es mi trabajo, Nicholas. A ti también te toca cumplir con tu trabajo, ¿No? 
—No juegues conmigo. Quiero las respuestas ahora. Necesito alcanzar a _______. No tengo tiempo para esto. 
Se rió y el miedo helado se apoderó de mí. 
—Demasiado tarde —dijo con una voz cantarina antes de desaparecer. No queriendo creer que el martilleo en mi cabeza era verdad, me eché a correr por el pasillo por el que _______ había corrido tan sólo unos minutos antes. No había ni rastro de ella. Abrí la puerta de atrás y el estacionamiento se encontraba lleno de autos vacíos. Nada. Cerrando los ojos. Busqué por su alma. Y por primera vez desde que la conocí no pude escucharla. 
—¡NOOOOOOO!


Última edición por IreGarciaT el Dom 06 Ene 2013, 7:33 am, editado 1 vez
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Trilogía Existence {Nick&_____} - Página 24 Empty Re: Trilogía Existence {Nick&_____}

Mensaje por IreGarciaT Dom 06 Ene 2013, 7:25 am


Capitulo 8


_______:
Mis ojos se sentían pesados. No podía recordar por qué. Luché para abrirlos, pero nada. ¿Dónde me encontraba? ¿Dónde está Nick? ¿Por qué no puedo abrir los ojos?
—Shhhh, está bien, ______. No te preocupes. Te tengo. 
Es la voz de Leif. ¿Por qué está Kevin aquí?
—¿Kevin? 
Dedos anormalmente cálidos apartaron el cabello de mi rostro y me estremecí mientras la piel de gallina cubrió mi cuerpo. No fue por placer. 
—Sí, estoy aquí —Murmuró y continuó jugando con mi cabello. 
—¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo abrir los ojos? —El pánico en mi voz fue evidente.
—Estás conmigo ahora. Donde perteneces. Donde siempre has pertenecido. Has sido mía desde el momento en que te elegí, cuando éramos solo niños. Y en cuanto a tus ojos, podrás abrirlos pronto. Tu cuerpo humano tiene dificultades para tratar con el viaje; lamento eso. — Nada de lo que decía tenía sentido. 
—No entiendo. 
—Sólo descansa. Te sentirás mejor pronto. 
Utilicé cada onza de fuerza en mi cuerpo luchando sin fin para abrir mis ojos. Pero no ocurrió nada. Todo quedó oscuro. Hasta qué, exhausta, me adentré en la oscuridad. Parpadeando lentamente, levanté la mirada a lo que parecía ser gasa oscura. Estudiándola con confusión, noté que caía sobre la cama en que yo estaba recostada. Giré mi cabeza para observar mí alrededor y noté que la iluminación era a causa una tenue luz anaranjada. Me levanté sobre mis codos y me pregunté si esto era real o si era un sueño. Velas cubrían la habitación y hacían que la luz parpadeante bailara a través del techo. Sin embargo, las paredes eran de piedra, el cuarto fue elaboradamente decorado con candelabros y una araña de cristal. Tenía que estar soñando. 
Sacudí mi cabeza para despejarme, deslicé mi pie sobre el borde de la cama, notando por primera vez las sábanas de seda negra en las cuales estuve durmiendo. La enorme cama de hierro parecía fuera de lugar en una habitación con paredes de piedra. ¿Dónde se supone que estoy y cómo llegué a este lugar? Me senté allí, estudiando las pequeñas flamas enfrente de mí y me concentré en lo que podía recordar: Estuve en el concierto de Nick. Allí estaba una chica... una chica mala. Una chica que Nick había consolado. Oh, corrí y Kevin me encontró. Jadeando, salté de la cama y me di la vuelta, buscando una puerta. Esto no era un sueño. Necesitaba salir de allí. Algo no andaba bien. Kevin me había raptado. Me drogó. ¿Por qué tengo que ser una reina del drama y huir? 
Antes de que mis nervios se volvieran locos, la pared de pierda a la izquierda de la cama comenzó a moverse y una puerta oculta se abrió. Kevin entró en la habitación vestido con sus habituales vaqueros y camisa polo. Parecía tan normal. Se parecía al mariscal de campo del instituto. Su cabello castaño perfectamente despeinado como si tuviera estilo. Los ojos verdes en los que una vez confié brillaban mientras se encontraban con los míos. Era tan difícil de creer que era malvado. 
—Despertaste —dijo mientras cerró la puerta detrás de él. 
—¿Dónde estamos? 
Kevin extendió las manos y sonrió. 
—Mi lugar. ¿Te gusta? 
Rompí el contacto visual con él. No era la respuesta que yo buscaba y él lo sabe. 
—¿Por qué estoy aquí, Kevin? 
Sonrió, y arqueó una ceja. No fue una expresión a la que estuviera familiarizada. Kevin nunca pareció ser engreído. 
—Porque me perteneces. 
Me obligué a no dejarme llevar por el pánico mientras me aferraba a mi expresión de calma, y di otro paso hacia él. 
—No te pertenezco, Leif. No soy una posesión. Soy una persona. Por favor, regrésame a casa. 
Kevin dejo escapar una fuerte carcajada que no contenía nada de humor. 
—Así que, ¿Nicholas se quedará con lo que yo cree? No lo creo, ______ —Se detuvo y pasó su mano a través de su desordenado cabello. Fue un movimiento que lo vi hacer cientos de veces. De alguna manera, ver ese pequeño gesto humano alivió al miedo al cual me aferraba. —Lo puedes ver, él estaba obligado a amarte. Eres diferente. Él vio eso. Pero lo que no te explicó fue que eras diferente porque yo te hice diferente. No él. No el destino. Eres mía. Has sido moldeada a mi creación. Debes elegirme —Extendió su mano—, Esta bien, confía en mí. Mi tacto nunca te lastimará. 
Negando con la cabeza, di varios pasos atrás, hasta que mi espalda tocó la cabecera de hierro. 
—¿Alguna vez te he lastimado, _______? Escucha tu alma. Sabe a dónde pertenece. El fuego relampaguea en tus ojos justo ahora, es tu alma buscándome —Se detuvo frente a mi y me sonrió como si tuviera un maravilloso secreto que compartir. Extendió su mano hacia mí— Dame tu mano. 
Mis ojos. Él es la razón por la cual mis ojos brillan de un raro color naranja, ¿Y quiere que le dé mi mano? No lo creo. Esto es un problema. 
—Por favor, llévame a casa. Solo quiero ir a casa —Rogué. Frunciendo el ceño, Kevin dejó caer su mano extendida. 
—¿Qué debo hacer para que confíes en mi? Confías en La Muerte, sin lugar a dudas. La Muerte, ______. Él es la Muerte. ¿Cómo puedes confiar en una creación que toma las almas de la tierra y no confías en mí? Nunca permitiría que salieras herida. Nunca permitiría que estuvieras sola. Pero él aparece y caes sin sentido bajo su hechizo. ¿Qué hizo para merecerte? No salvo tu vida. Vino a tomar tu alma cuando eras una niña. Dejo a tu madre llorando la perdida de su niña y no tuvo remordimiento. Eso es lo que él hace. 
—¿Por qué me salvaste? 
Kevin me dio una pequeña y triste sonrisa y ladeó la cabeza a un lado, estudiándome. 
—No soy tu más oscuro sueño, ______. Puedo caminar en la oscuridad, pero vi una vida digna y la elegí. Mi padre la eligió. Estuvo de acuerdo en lo que tu significas para mi. Ahora tienes que aceptar que la vida que siempre tuviste está llegando a su fin. Ya es hora. Se suponía que morirías ese día en la carretera y cuando la Muerte viniera, yo tomaría tu alma en su lugar. Debiste confiar en mí. Tu alma y mi espíritu son uno mismo. Pero la Muerte rompió las reglas —gruñó Kevin, y caminó hacia uno de los muchos candelabros iluminando la habitación—. Tuve que volverme un poco más duro. Sabía que la Muerte estaba contigo, pero creí que lo que hacía, era el mismo interés que mostraba en cualquier otra alma, preparándote. En cambio, el tonto se enamoro de ti. 
Observé horrorizada mientras alargaba su mano sobre la flama, causando que está creciera hasta que la punta rozó la palma de su mano. Su puño apretado sobre la flama se giró hacia mí y abrió su mano para revelar una bola de fuego. 
—No puedo controlar a la Muerte, pero puedo controlar a los muertos. Esos quienes eligen quedarse en la tierra. Caminan entre la oscuridad bajo el mando de mi padre. Bajo mi mando. Necesito a alguien para llenar la soledad. Tú has sido mi compañía por quince años, ni siquiera lo notaste. Pero tus recuerdos lentamente regresaran. Verás que, de hecho, me perteneces. 
Nick es más fuerte que esto. Repetí ese recordatorio en mi cabeza para que mi corazón dejara de golpear mi pecho. Me encontrará. Incluso si estoy en lo más profundo del Infierno. Mirando a mí alrededor, seriamente dudaba que allí fuera donde estábamos. Nada en este lugar me recordó al Infierno. Bueno, excepto que estaba atrapada aquí con un espíritu Vudú. 
—¿Sólo me raptaste de la tierra? ¿Qué hay con mi madre? No puedo dejarla 
—Esa era en realidad la menor de mis preocupaciones, pero él conocía a mi madre y tenía que echárselo en su rostro. 
Kevin frunció el ceño y cerró la distancia entre nosotros, causando que mi cuerpo se pusiera en alerta máxima. Tuve que obligarme mentalmente a no retroceder por su cercanía. No estaba segura de cómo manejar esto. Aseguraba que mi alma era suya, pero eso no significaba que yo tenía que hacer todo lo que él quisiera. 
—Te regresaré pronto. Ni siquiera notará que te fuiste. Sólo necesito un lugar donde hablar contigo. Para explicártelo sin... —Se detuvo y una expresión de amargura curvó los labios—, esa estúpida transportadora o Nicholas continuamente estropeando mis intentos. 
Así que me dejaría irme a casa. No estaría atrapada en esta espeluznante celda para siempre. Esa fue la mejor noticia que había escuchado desde que él entró en la habitación. Respirar se volvió más fácil. 
—¿Te preocupaba que te mantuviera prisionera? Vamos, _______, me conoces mejor que eso. ¿Cuándo no me he asegurado de hacerte feliz? ¿Cuándo he intentado lastimarte? Nunca. —Terminó, alargando su brazo para tomar mi mano y apretarla. Quería apartarla de golpe y correr al otro lado de la habitación, pero no lo hice. Enfurecerlo no era la mejor idea. Si planeaba dejarme ir a casa, yo no iba a hacerlo cambiar de opinión por una discusión. 
—¿De qué es lo que quieres hablar conmigo? —Le pregunté en un suave tono de no-confrontación. Eso pareció agradarle, sonrió. Este era el Kevin que conocía. Sólo ver su sonrisa me tranquilizo. 
—Eso está mejor. Tu corazón dejo de acelerarse. No tienes por qué asustarte. Nunca temas de mí. Es una lástima. Yo no era fan de los malvados espíritus, así que siempre le temería. 
—Ven a caminar conmigo, por favor. Podemos caminar un rato mientras te muestro alrededor —dijo, tirando suavemente de mi brazo. No me sentía de humor para hacer un recorrido por el Infierno, pero quería irme a casa, así que deje que me dirigiera a la puerta de piedra que hacía juego con las paredes perfectamente. Nunca la hubiera descubierto si él no la hubiera usado. 
El aire frío y húmedo no me sorprendió tanto como lo hizo mi entorno. Esto no era el Infierno. A pesar de que olía muy similar a lo que yo esperaría que si fuera. El vapor que se elevaba desde la calle de asfalto negro frente a mi era por el húmedo aire de la noche, lo que debería ser un anormalmente día de invierno cálido no eran las profundidades del Infierno. 
Los viejos y destartalados edificios franceses bordeaban la calle llena de bares, discotecas y tiendas de vudú abiertas. Podría no estar en el infierno, pero era lo más parecido a él. Una puerta del bar directamente frente a nosotros se abrió y un chico salió tropezándose porque un hombre más fuerte lo lanzó a la calle para luego cerrar la puerta firmemente. El chico comenzó maldecir y reírse y hacer un escándalo. ¿Dónde están los padres de este chico? Debía ser media noche. 
Una mujer corrió por la calle mientras gritaba riendo, luego se detuvo y levantó su ya muy pequeño top para que sus pechos quedaran libres y desnudos frente al hombre que la perseguía. Ella se dio la vuelta y siguió corriendo con sus tacones de aguja, con sus pechos completamente desnudos a la vista de todos. El hombre finalmente la atrapo y la hizo girar, levantándola en sus brazos, enterrando su rostro en algún lugar donde yo no prefería ver. Apartando mi mirada de ellos y su comportamiento repugnante vi un viejo carruaje haciendo su camino hacia nosotros. Me pregunté si esa era la razón por la cual las calles olían a estiércol y vómito. 
—Vamos, _______, debemos hablar. Vayamos a dar un paseo —Kevin me dirigió hacia el carruaje mientras el caballo se detenía frente a nosotros. 
—¿Iremos en esto? —Pregunté mientras me levantaba para subirme a la parte trasera del carruaje. 
—Sí —respondió sonriendo y tomó el asiento frente a mí en vez de sentarse a mi lado. Agradecí la distancia, pero no me gusto el hecho de que sus ojos estuvieran frente a los míos. 
—Entonces, ¿Qué piensas de la calle Bourbon? ¿Es todo lo que siempre habías imaginado? 
Sinceramente, nunca había pensado en la calle Bourbon en absoluto. Ninguna vez en mi vida imaginé que sería esto. Ahora, sabía la exacta localización en Luisiana a la cual Kevin me trajo. 
Puse mi atención de regreso a las calles mientras las pasábamos. Luces de chillantes colores de mujeres desnudas brillaban en las ventanas, y pizarrones que aseguraban tener los mejores platillos de la ciudad llenaban las calles, también. Las tiendas de vudú eran interminables y los pequeños muñecos que siempre me venían a la mente cuando alguien mencionaba Vudú cubrían las ventanas. Eso era todo lo que sabía del vudú. Un pequeño muñeco al que pinchaban agujas si no te agradaba alguien. Era una idea divertida, nada más. Que equivocada había estado. 
—Esas tiendas, las que son de Vudú... —Comencé y Kevin rió. 
—Son propiedad de gente que normalmente estafa a los turistas. Ni uno sólo de ellos tiene algún poder. Me imagino que si un espíritu vudú real tuviera la gracia de tocar sus puertas, le cerrarían la puerta y huirían de la ciudad. El vudú no es real en estas calles. Sólo se puede encontrar muy profundamente por esos elegidos que los espíritus quieren que los encuentren. 
Oh, fabuloso, ¿Los espíritus malignos son exigentes? Esto no puede ser peor. Trato de no rodar los ojos, pero la sonrisa en el rostro de Kevin me dice que él sabe que intento portarme bien. Los viejos edificios franceses comienzan a dar paso a edificios más limpios, más elegantes. Me preguntaba si vería una linda parte de Nueva Orleans antes de regresar a casa. 
—Este es el Distrito Jardín. Es una zona agradable. La mayoría de las mansiones bien conservadas puedes encontrarlas aquí mismo. — Sin importar cuan fascinante fueran, no me interesaban los vecindarios de Nueva Orleans. 
—¿De qué quieres hablar conmigo, Kevin? ¿Por qué estoy aquí? — Kevin se inclinó hacia adelante y apoyó los codos sobre sus rodillas. Me incorporé en mi asiento con el fin de mantener una distancia segura de él. Afortunadamente, pareció no darse cuenta. 
—Sé que no entiendes ahora lo que tu madre hizo. Recordarás todas las veces que he estado entrando a tu vida. Sabrás que estuve ese día que la vieja reina Vudú removió la enfermedad de tu cuerpo. Sí, lo hice y también la petición, mi padre lo requirió, pidió una restitución por ello. Toda acción viene con un pago. No del tipo monetario como en las tiendas de vudú de aquí quieren. El Vudú real pide algo más. El pago más caro que puede ser. Yo quería que vivieras, _______. Te observé desde el momento en que llegaste a Nueva Orleans. La enfermera te observaba porque eras la nieta de la reina vudú. Te trajo a mí para verte desde el primer día que llegaste. Quede fascinado por ti. Mi padre buscaba a mi compañera y yo le pedí que la petición fueras tú. Dijo que teníamos que esperar. Eso significaba que ocurriría cuando el destino lo decidiera. Cuando los doctores dijeron que no verías otro día, tu madre fue con la enfermera y te trajo a la vieja reina vudú, quien me llamó. 
Se detuvo, me miró por un momento. Conocía la mayor parte de eso ya, excepto, la conexión con la enfermera. Después de tomar una respiración profunda, casi un suspiro, Kevin continuó: —Una vida no puede darse gratis. El costo es una vida por otra vida. Salvé tu vida y al hacerlo, compré tu alma. Ha sido mía desde el día que estuviste saludable. He estado cerca de ti desde entonces. 
Mi madre vendió mi alma al diablo. Eso era lo que me decía. Excepto que era difícil pensar en Kevin como el diablo. Se veía tan normal sentado frente a mí. Si sólo fuera un chico normal con quien pudiera terminar y luego alejarme de él. 
—Nada de esto tiene sentido. ¿Por qué te volviste humano? ¿Por qué me ignoraste por años? ¿Por qué fingiste? ¿Por qué me quieres? ¿Por qué sólo no me dejas irme? —Las preguntas salieron de mi boca. Y Kevin comenzó a abrir la boca otra vez cuando una expresión furiosa tomó su lugar. Eso era nuevo. No se parecía al Kevin que yo conocía. ¿Por qué escupí todo eso? Oh, Dios, no dejes que se convierta en un horrible demonio.
—Está aquí. ¿Cómo diablos llego aquí tan rápido? —Rugió y el carruaje se detuvo.
Miré a mí alrededor mientras Kevin se levantaba y saltaba de su asiento y me dejaba sola. Las luces de la calle se apagaron y encendieron y las muy transitadas calles que recorrimos se habían ido. Esto era francamente espeluznante. Una mano tomó mi brazo y me jaló, grité pero al instante me callé, Nick tiraba de mí a sus brazos. 
—Está bien —Me aseguró y deje escapar un sollozo de alivio. Estaba aquí. Iría a casa. Pasó su mano por mi cabello—. Shhh, te tengo. Se fue. 
—¿Dónde? ¿Estás seguro? —Susurré contra su pecho. 
—Sí, huyó en vez de enfrentarme. Se fue, ______. Te lo aseguro. — Asentí en su pecho, envolviendo mis brazos en su cintura e inhalando su aroma. No me importaba que lastimara mis sentimientos más tarde. Que reaccionara de forma exagerada. Sólo quería irme de este lugar. 
—Vamos a casa —Susurró en mi oído.
IreGarciaT
IreGarciaT


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Trilogía Existence {Nick&_____} - Página 24 Empty Re: Trilogía Existence {Nick&_____}

Mensaje por IreGarciaT Dom 06 Ene 2013, 7:27 am


Capitulo 9


Nick:
No va a mejorar la situación si sigues mirándola desde ahí como si fueras su maldito perro guardián —Se quejó Gee desde la silla de la esquina del dormitorio de _____ en la cual se sentaba. 
Ni siquiera me tomé el tiempo de responder su burla. No podía apartar mis ojos de _______ mientras permanecía acostada en su cama. A salvo. Aquí conmigo y segura. La ira dentro de mí hervía porque fue arrebatada frente a mis narices. Había sido paciente con los tratos con esos espíritus, pero ya no más. Se metieron con el chico equivocado. No habría más criaturas sin almas cerca de _______. No esperaré para ver cuáles son sus intenciones. Terminaré con su existencia. 
Debo comenzar con Kendra. No podría ser otra persona desaparecida. Puedo asegurarme de que nadie la recuerde. No quiero esperar hasta que olviden que existió. Deberá ser un corte limpio. Kendra deberá desaparecer cuando Kevin lo haga. Me molesta que éste todavía por aquí, a pesar de que no causó ningún revuelo desde su partida. La he observado, pero actuó como la caprichosa animadora, cabeza hueca de siempre. Ni una sola vez se acercó a _______ o intentó coquetear conmigo para molestarla. Al menos qué quien la creo le haya ordenado dejarme en paz a mí y a los míos. 
—Tienes esa expresión en tu rostro de “Voy a patearle el trasero a alguien”, Nicholas. ¿Qué planeas? —Demandó Gee. 
Casi había olvidado la presencia de Gee en la habitación. Había estado aquí cuando regresé preocupado por _______. Eso es todo lo que podía decir de Gee. Es leal y _______ se las arreglo para ganarse la lealtad de Gee. Ahora, deshacerme de ella es un problema. 
—Kendra necesita irse. Aquí no hay lugar para criaturas sin almas y no la quiero cerca de ______. 
—Oh, bueno. Me gusta ese plan. Esa zorra debió de haberse ido cuando Kevin lo hizo. He estado observándola en la escuela, no está causando problemas porque nadie recuerda que estuvo allí. Kevin la dejó aquí por una razón. 
—Exactamente —Por una vez estuvimos de acuerdo. Pero cuando se trataba de la seguridad de _______, con Gee siempre contaba. 
_______ murmuró algo durmiendo y rodó sobre su espalda. Observé asombrado como sus pestañas revoloteaban en contra de sus altos pómulos. El labio inferior regordete que tanto adoro sobresalía un poco, como si estuviera haciendo un puchero. Los oscuros mechones de seda de su cabello se esparcían en su almohada. Todo en ella era increíble
—Por favor, deja de mirarla como una cachorro enfermo de amor. Es muy molesto —Se burló Gee. 
—Entonces, pasé de ser un perro guardián a un cachorro enfermo de amor. ¿Qué tienes en contra de las descripciones caninas? 
Gee rio en voz baja. —No lo sé. Quizás necesito un perro. 
—Sí, como si eso fuera a suceder. Una transportadora con un perro de mascota. ¿Dónde vas a dejarlo mientras estés trabajando? ¿En el séptimo cielo? 
—Bueno, ¿No eres una caja llena de sorpresas? Para tu información, me imaginó que si dejan que La Muerte tenga una humana, puedo al menos tener un perro. 
Iba a comenzar a responderle cuando los ojos de _______ parpadearon lentamente y los abrió. Pude ver sus papilas dilatadas mientras trataba de concentrarse. 
—Hola —Gruñó con voz soñolienta. 
Era hora de que Gee se fuera. 
—Vete, Gee. Te llamaré si te necesito aquí —Ordené, sin molestarme en mirarla.
Disfrutaba observar a ______ despertarse y no quería perderme eso por un segundo.
—Veo que estorbo aquí —dijo Gee en tono divertido, causando que las comisuras de los labios de _______ se levantaran. 
—Te veré pronto, Gee —gritó ______ mientras Gee salía de la habitación. 
—Esto es mejor —Suspiré, sentándome al lado de _______ e inclinándome contra la cabecera. Extendí mi brazo y tiré de _______ para recostar su cabeza en mi pecho. 
—Mmmm —Estuvo de acuerdo, todavía no completamente despierta. Kevin había drenado la energía en su cuerpo humano. Eso era peligroso para un humano, sin embargo el idiota lo hizo. _______ sentiría los efectos por un par de días. La traje a casa por medio de un jet privado y durmió en todo el viaje. 
—No puedo mantener los ojos abiertos, pero quiero verte —Jugué con su cabello, enredando sus mechones alrededor de mis dedos. 
—Es por culpa de Kevin. Usó un método de transportación que no es para los humanos. Pero lo pagará. 
—Lamento haberme ido —La pequeña disculpa de _______ me molestó. No tenía ninguna razón para disculparse. Estuvo presa del pánico y manejó la situación erróneamente.
—No, soy yo quien lamenta no haberte explicado sobre esa rubia sin alma. No debí haber descartado tus habilidades. Al verla tan cerca de ti, me asusto. Tomé por misión averiguar porque se encontraba allí. 
_______ bostezó, luego echó su cabeza hacia atrás para mirarme — ¿Era un sin alma? 
Asentí. 
—Me distrajo y te molestó con el propósito de dejarte sola para Kevin. Caí en su trampa —Admitir mi fracaso dejó un sabor amargo en mi boca. Le he fallado dos veces. 
—No, yo caí en su trampa. Tu tratabas de protegerme y actúe como una novia tonta, celosa y me fui —El sueño había desaparecido de su voz ahora. No le gustaba que me culpara de esto. Si no la tranquilizaba, se levantaría y comenzaría a despotricar sobre mi equivocación. 
—¿Tenias celos? —Me burlé y su mirada determinada se transformó en una sonrisa tímida. 
—Sabes que si. La chica me decía  que era tu más reciente aventura y dio a entender que salías con una chica diferente cada semana. Sé que no debía creerle sus comentarios pero me llamó zorra y bueno, quería abofetearla. 
—¿Te llamó qué? Me preguntó si Kevin sabe eso. Debido a que piensa que le perteneces. Como se sentiría si supiera que su pequeña chica malvada te llamó por ese vulgar nombre —Hice una pausa y tomé una profunda respiración. Estar furioso mientras sostengo a una muy dormida y exhausta _______ en mis brazos no es una buena idea—No debí caer en sus provocaciones —murmuré enojado conmigo mismo.
—No, no es tu culpa. Además, no debí haberme puesto celosa. Si hubiera sido más madura nada de esto debió haber pasado. 
—Hmm, me gusta que estés celosa. 
Riéndose, me pellizcó a través del fino algodón de mi camisa y me eché a reír. El sonido era tan nuevo para mí. Antes de _______, no creo haber reído nunca.

*****

______:
—Entonces, ¿Qué planeas con tu sexy novio rockero para el Día de San Valentín? —preguntó Demi, viniendo a mi lado tan pronto salí de mi coche. Me había olvidado del Día de San Valentín, pero dudaba que la Muerte reconociera esta celebración. Además,  Nick había salido otra vez esta mañana. Gee estaría aquí pronto. La dejé comiendo los waffles sobrantes y la cubierta de fresa que mamá había puesto para mí en la mesa de la cocina antes de que se fuera muy temprano a una convención de escritores en Chicago. Estaría de viaje toda la semana. Por todo lo que ocurría en esté momento, era probablemente lo mejor. Gee podría permanecer en forma humana y vagar libremente por mi casa mientras esperábamos a Nick para encontrar una solución a mi problema. Al pensar en Kevin, miré hacia su lugar de estacionamiento y dejé de caminar al ver su camioneta estacionada. Oh, Dios, esta aquí. ¿Qué significa eso? Todo el mundo lo había olvidado. Ahora esta de regreso. 
—Sé que rompiste con Kevin, pero, maldición, no tienes que mirar su camioneta como si fuera lo peor que has visto. Regresó de su viaje de visita a sus abuelos en el Norte. Te acostumbrarás a estar cerca de él de nuevo. No es gran cosa. 
¿Sus abuelos? ¿Qué? Lo recordaba. Mi cabeza empezó a golpear. Esto era demasiado. Nada tenía sentido. 
—Ahí están mis chicas —La voz de Gee se quebró ante mi ataque de pánico interior y señalé con mis ojos hacia la razón de mi expresión de horror. Ella entendió. Sus ojos parpadearon hacia la camioneta de Kevin y luego de nuevo a mí.
—Bueno, miren, miren, el rey ha vuelto o debería decir "príncipe"—sonrió por su propia broma y me apretó el brazo—. ¿Hoy será muy divertido, no? 
Empecé a sacudir la cabeza y ella me apretó el brazo con más fuerza. 
—Sonríe y se bonita, Peggy Ann. Eso es todo lo que tienes que hacer. Tengo esto bajo control —dijo entre dientes y me llevó hacia la puerta de la escuela. Demi nos siguió en silencio, lo que de por sí era un milagro. Pero pensándolo bien, Gee siempre la asustaba de todos modos. Gee no dejó de tirarme hasta que llegó a mi casillero.
Demi había dicho su adiós y fue en busca de Joe tan pronto como entramos en el pasillo. Agradecía su partida porque necesitaba hablar con Gee a solas. 
—¿Qué voy a hacer?—Susurré mientras miraba frenéticamente alrededor, buscando cualquier signo de Kevin. 
—Vas a actuar como si todo estuviera bien. Es tu ex, actúa como las chicas hacen alrededor de sus ex —Gee explotó una burbuja de chicle en la boca, como si no fuera una maldita gran cosa. 
—Gee, eres consciente de que está detrás de mi alma —Espeté enojada. 
Rodó sus ojos. —Eres consciente de que no hará nada por Nick. 
—Pero Nick no está aquí. 
—Peggy Ann, yo estoy aquí. Además, está aquí porque Nick se deshizo de su pequeño ayudante. No tiene a nadie que le de informes. 
¿Pequeño ayudante? ¿Qué? 
—¿Puedes hablarme sobre eso por favor? 
Gee se apoyó en el casillero de al lado y tiró un hilo de goma de mascar de su boca mientras descansaba una bota en el casillero inferior. 
—Kendra era un sin alma, cariño. Ahora no está más. Nick se encontraba molesto cuando te trajo de regreso de Nueva Orleans. No es un fan de el Barrio Francés, ya sabes. Todos los antiguos edificios franceses lo sacan de quicio. Pero a mí, me gusta todo el alcohol. Excepto que luego están las mujeres desnudas. Eso puede ser un poco molesto. 
Kendra era un sin alma. Apoyé la frente en el frío metal mientras Gee continuó parloteando sobre Nueva Orleans. Por supuesto, Kendra era un sin alma. Eso tenía sentido. Si Kevin estaba tan enamorado de mí, entonces nunca estaría en una relación con otra persona. Todas sus burlas eran destinadas a conducirme directamente a los brazos de Kevin. Y Nick, había fingido con ella porque me protegía. Dios, fui una idiota.
—Por lo tanto, se ha ido... —Me dije a mí misma. Gee dejó de hablar de buñuelos y de su regalo al mundo, suspiró, obviamente frustrada de que su intento de cambiar el tema hubiera fracasado. 
—Sí, y Nick hizo su limpieza. Ni un alma la recordará. Sin ningún doble sentido. 
—¿Gee? 
—Sí. 
—Necesito una coca cola y una barra de chocolate. Muchos chocolates. 
Gee se rió y se retiró de su posición en contra de los casilleros. 
—Estoy en ello. Te veré en clases. 
—Gracias. 
La observé mientras se dirigía por el pasillo hacia la sala de profesores. La risa de Kevin resonó por los pasillos y me giré para verlo de pie junto al mismo grupo de chicos que siempre lo rodeaban. No miró en mi dirección, y las porristas se encontraban pendientes por cada una de sus palabras. Era como si nada hubiera ocurrido este año. Esto era muy similar a la misma escena que había presenciado el primer día de clases. El día que había conocido a Nick sentado en la parte trasera de mi salón. 
Sonriendo, di la vuelta y me dirigí al salón de clases. Las cosas pueden estar todas confusas, pero ahora, pensando en lo sexy que Nick había sido ese día mientras me resistía de no mirar su adorable hoyuelo, eso hacía las cosas más interesantes. Había pensado que no era más que otra alma en aquel entonces. Una que realmente podía hablar. Muchas cosas han cambiado. El alma que pensé que me acechaba no lo hacia. Había estado allí, para llevarse mi alma, porque debía morir. Sin embargo, algo cambió su parecer. Me gustó saber que lo había afectado en una forma que ningún otro ser humano lo había hecho jamás. Había roto todas las leyes del universo por mí. Me dejó vivir. 
—Coca Cola y Snickers —Anunció Gee, mientras puso la lata fría en mi mano y dejó caer el Snickers al frente de mi camisa. 
—Gee —Chillé sorprendida y agarré rápidamente la barra de chocolate, antes de que golpeara el suelo y fuera pisoteado por la multitud de estudiantes que corría al aula del segundo período. 
—Los mendigos no pueden ser selectivos —Intervino junto a mí. 
—Puedes ser una engreída —Le espeté, abriendo el Snickers y tomando un bocado. 
—Sí, pero me quieres de todos modos. 
Sólo pude asentir con la cabeza. Tenía la boca llena y por supuesto que tenía razón. La quería. 
—Oye, ¿De dónde sacaste eso? —Exigió Demi mientras corría a mi lado. Incliné la cabeza hacia Gee, quien sonrió. Las dos sabíamos que no había forma de que Demi le pidiera algo a Gee. 
—Oh —Fue su respuesta. Entonces, pareció superarlo rápidamente y susurró en voz alta—: ¿Ya hablaste con Kevin? ¿Y lo extraño que es que Kevin regresará después de que Kendra se fue? Es como si estuviéramos jugando a las sillas vacías. 
No pude evitar tensarme ante la mención de Kevin y el nombre de Kendra. Si Demi pensaba que esto era raro, realmente estaría extrañada al saber la verdad. Traté de imaginarme en mi cerebro el hecho de que Kendra era una criatura sin alma, pero era demasiado. Ya tengo bastante con Kevin y su reclamo de mi alma de momento. Debía poner a Kendra y su existencia fuera de mi cabeza. Tal vez la olvidaría como todo el mundo lo hacia. Gee se aclaró la garganta suavemente. 
—No, pero él viene hacia aquí y tendré un asiento en primera fila. Maldita sea, debí haber agarrado un poco de palomitas mientras entré al salón. 
Kevin venía directamente hacia nosotras con su sonrisa torcida y arrogancia.
—Oye, ______, ¿Cómo estás? —preguntó, deteniéndose frente a mí, así que no podía huir. A pesar de que tenía respaldo por cada lado, Demi y Gee, deseaba desesperadamente que Nick estuviera aquí. 
—Um, bien, gracias, ¿Y tú? —Sentía los ojos de los otros estudiantes sobre nosotros. Esto era lo que todos habían estado esperando. El drama y la angustia adolescente que alimentaba nuestras vidas. Si tan solo supieran... 
—Veo que has hecho una nueva amiga —Desvió la mirada hacia Gee y el brillo de advertencia en sus ojos era evidente. ¿Realmente la desafía? 
—Uh, sí, la he hecho. 
—Ya sabes lo que dicen, fuera lo viejo —mencionó Gee, levantando las cejas y mirándolo directamente—, y da paso a lo nuevo y mejorado. 
Kevin se puso rígido y me preocupe que ella hubiera ido demasiado lejos. Estábamos en el pasillo con un montón de seres humanos. Tal vez sería prudente si mantuviéramos la calma del malvado espíritu. 
—Una cuestión de opinión —Su voz era controlada y fría. Sabía que Gee se divertiría con esto y lo empeoraría. 
—Um, está bien, fue bueno verte de nuevo Kevin, eh, te veré por ahí —Alcancé el brazo de Gee y lo sostuve firmemente entre el mío, tirándola, mientras rodeaba a Kevin y caminamos lo más rápido posible hacia el baño de chicas. Podía oír la respiración pesada de Demi mientras corría detrás de nosotras para mantenerse cerca. ¿Dónde se encontraba Wyatt cuando lo necesitas? No es que fuera mejor. 
Miranda escogería el chisme y el drama muy por encima de una sesión de demostración de afecto con su novio en cualquier momento. 
—Maldición, Peggy Ann, estás corriendo como si los demonios del infierno estuvieran pisándote los talones —Gee se rió entre dientes por su propia broma. No le encontré ni un poco de gracia. 
—Por favor, se buena —Cambié mi enfoque lejos de Gee y encontré que Demi nos observaba con una mirada en su rostro de preocupación mezclada con determinación. Noté que ella estaba lista por si Gee me atacaba, y se preparaba mentalmente para defenderme. 
—Soy amable —Gee arrastró las palabras y tiró su brazo fuera de mi alcance—. Por Dios, contrólate, ______. Come tu chocolate y bebe tu refresco. Creo que tu nivel de azúcar es bajo y está haciéndote una perra. 
Suspirando, me apoyé contra la pared al lado del lavamanos y tomé un trago de la Coca Cola en mi mano. Necesitaba hablar con Gee a solas, pero la postura de protección de Demi decía que no iría a ninguna parte. En cambio, me comí mi barra de chocolate y disparé una mirada de advertencia en la dirección de Gee. 
—¿Cuándo, uh, uh estará, Nick de vuelta? —Tembló la voz de Demi. Gee parecía encontrar esto entretenido. 
—No estoy segura, probablemente llamará esta noche. 
—¿Vas a decirle que Kevin está de vuelta? —preguntó con cautela. Por supuesto que si, tan pronto lo viera. Mejor aún, podía enviar a Gee para decirle. No estoy segura de poder convencerla de que me dejará sola, con Kevin tan cerca ahora, pero iba a intentarlo con todas mis fuerzas. 
—Claro, pero no es gran cosa. Kevin rompió las cosas conmigo antes de irse. Es simplemente amable. Ya sabes—Ni siquiera me lo creó. Demi frunció el ceño, se acercó al espejo y comenzó a arreglar algunos de sus rizos que pensaba que veía fuera de lugar. 
—Mm, bueno, los ex-novios pueden ser un problema. Incluso los más lindos, como Kevin. No tenía idea. 
—Creo que todo va a estar bien. 
Gee encontró esto divertido y la fulminé con la mirada, lo que sólo la llevó a reírse más fuerte. Demi miró por encima del hombro y frunció el ceño a Gee, pero no dijo nada. 
—Bueno, he terminado. Mi azúcar en la sangre debe estar bien ahora. Vamos a clase, ya es tarde.
IreGarciaT
IreGarciaT


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Trilogía Existence {Nick&_____} - Página 24 Empty Re: Trilogía Existence {Nick&_____}

Mensaje por IreGarciaT Dom 06 Ene 2013, 7:28 am


Capitulo 10


Nick:
El alma de pie a mi lado me miraba con ansiedad mientras el niño sobre el cuerpo antiguo del alma lloraba en voz alta. No me agradaban las situaciones como esta. Necesitaba un transportador de inmediato. Sin embargo, no iba a dejarlo hasta que alguien escuchara los gritos del muchacho y saliera corriendo para ver cómo se encontraba. 
—Despierta, abuelo, vamos, despierta —Cantó el niño, sacudiendo el cuerpo vacío tendido en el campo. Lágrimas corrían por la cara sucia del niño. A pesar de que él quería creer que su abuelo sólo dormía, sabía la verdad. Los sollozos desgarrando su cuerpo eran un indicador de que ya había aceptado el hecho de que su abuelo falleció. Miré por encima del alma cuyo rostro estaba tenso por la frustración. No parecía gustarle ver al niño molesto. 
—Va a estar bien. Has tenido varios años con él para hacer mella en su vida —Le dije al alma y sus ojos se alzaron para encontrarse con los míos. Alguna paz le recorrió. 
—Siento llegar tarde, Nicholas —Se disculpó Kitely mientras aparecía a la derecha del alma. Asentí con la cabeza, pero no dije nada más. El transportador tomó el alma y se fue. Pero yo esperé. Dejar al niño aquí solo con su abuelo muerto no era algo con lo que me sentía cómodo. No es que fuera a ser lastimado. Su alma no estaba marcada para salir de la tierra. Su vida sería muy larga. Pero dejarlo llorar aquí solo me parecía mal. Le vi coger puñados de la camisa del anciano y enterrar su cara en la tela. Sus sollozos eran cada vez más tranquilos ahora. La aceptación era siempre más fácil para los jóvenes. 
—¡COLBY! —Llamó una voz femenina y levanté mi mirada para ver a una mujer joven con el pelo corto de color rojo que venía corriendo por la colina. El temor grabado en su cara, sus enormes ojos marrones brillaban con la ansiedad de los de su hijo. Su preocupación era por su hijo, y no se daba cuenta aún de que su padre se había ido.
Miré al chico una vez más, mientras levantó la cabeza y gritó a su madre. Mi trabajo aquí ya lo había hecho. Así que los dejé. 
La casa olía a amoníaco y vapor de desinfectante. Era un olor familiar. Todas las casas de los ancianos que visitaba olían igual. La anciana, metida firmemente en su cama con varias colchas artesanales que eran una mezcla de modelos brillantemente y diversos colores, no dejaban ninguna duda que la hubiera hecho ella misma, me miró con ojos nublados. Había vivido mucho. Fue una buena vida para ella. Ciento cinco años en esta tierra era un regalo que a muy pocos se les daba. Sólo las mejores y más honradas almas recibían estas vidas. 
—Bueno, era hora de que llegaras —Susurró con voz débil. No podía dejar de reír. Estuvo esperándome. Los más viejos siempre lo hacían. Sabían cuando llegaba el momento. Estas eran las almas más fáciles de tomar. 
—Estoy aquí a tiempo, querida, sólo que tú eres impaciente. —Me burlé de ella con el cariño que su marido había utilizado cuando aún vivía. 
Me acordaba de él susurrándole: Te veré en el más allá, mi querida antes de salir de su cuerpo. Ella había sonreído a través de sus lágrimas. Eso había sido hace casi cincuenta años. 
—Ah, tú lo escuchaste. —Sonrió y las arrugas en su rostro se arrugaron aún más. 
—Lo hice. 
—Bueno, vamos a seguir adelante con esto, estoy lista para ver a mi hombre —Susurró, y una serie de toses demolió su frágil y pequeño cuerpo antes de que yo atrajera hacia mí su alma. 

*****

 Cuando entré en la habitación de _______, Gee se encontraba sentada en la silla púrpura que una vez había sido donde yo pasaba las noches. Dirigiendo mi mirada a la cama, noté que no había nadie. Fulminé con la mirada a Gee. 
—¿Dónde está? 
—Insolente, insolente, Nicholas. ¿Tienes el azúcar en la sangre demasiado bajo? —Arrastró las palabras. ¿Qué diablos quería decir con el nivel de azúcar bajo?
—¿Dónde está, Gee? 
Gee suspiró en voz alta y estiró las piernas. Por una vez, no usaba las botas negras y altas a las que era tan aficionada. Tenía sus pies desnudos y sus uñas eran una sombra horrible de color verde brillante. 
—Está en el baño, cielos. 
Me volví para acechar fuera de la habitación cuando Gee me detuvo. 
—Um, Nicholas, no creo que ella aprecie que irrumpas mientras se ducha. Tenía razón, por supuesto. No estaba pensando. Había pasado casi veinticuatro horas desde que la había visto y me encontraba más y más frustrado a cada minuto. 
Kevin había salido completamente de mi radar y yo todavía seguía en un punto muerto sobre cómo tratar con él. Pensé que después de haber eliminado a Kendra, él aparecería, pero no había recibido ninguna respuesta. 
—Te perdiste un día muy divertido —La cantarina voz de Gee no era algo en lo que encontraba consuelo. Esto significaba que iba a decir algo que seguramente me molestaría. 
—¿Qué me perdí? 
—Bueno, vamos a ver, me enteré que ______ tiene azúcar en su sangre y se convierte en una auténtica p... bruja si no come una barra de chocolate durante un momento estresante. También me enteré de que Miranda, de hecho, ama los chismes y, muy posiblemente, a ______ más de lo que ama al chico larguirucho sobre el que se cuelga. —Gee hizo una pausa, luego hizo una mueca cuando notó mi gruñido furioso. No estoy de humor para juegos. —Ah, y Kevin ha regresado de visitar a sus abuelos en el Norte. Toda la escuela era un hervidero de emoción. 
Él había regresado a la escuela. Mi eliminación de Kendra no lo había enviado a mí, lo había enviado de vuelta al mundo de _______. No me esperaba eso. 
—¿Está bien ______? 
Gee se levantó y me lanzó una sonrisa divertida a su manera, antes de dirigirse hacia la puerta. 
—Sí, por supuesto. Estuve en su, ¿Cómo dijo esa anciana que tomamos la semana pasada, después de que incendiara su casa cocinando? Ah, sí, dijo: “como arroz quemado al sartén” —Gee se echó a reír—. Esa era una anciana divertida. Espero transportar su alma de nuevo la próxima vez. —Luego, Gee salió de la habitación. 
El vestido rosa pálido que colgaba en la parte exterior de la puerta del armario de _______ me llamó la atención. La suave tela parecía casi lo suficiente preciosa para tocar la piel de _______. Me acerqué a él y levanté el dobladillo y froté la delicada textura sedosa entre mis dedos. 
—¿Te gusta? —preguntó _______ antes de envolver sus brazos alrededor de mi cintura. 
—Me encanta. ¿Cuándo lo llevarás? —pregunté, girándome en sus brazos para mirarla y disfrutar de sus características. 
—Bueno —Mordió la parte inferior de su labio y miró nerviosamente a mí alrededor para ver su vestido—. Lo vi en una tienda y sólo... me gustó. Me parece que necesito un lugar para usarlo... —Se interrumpió, mirándome esperanzada. ¿Estaba pidiéndome que la llevara a un lugar agradable? 
Nuestras últimas semanas habían sido cualquier cosa menos divertidas para ella. Hemos estado tratando con Kevin y su mierda. Aparte del concierto que terminó horriblemente, yo no la había llevado a ningún lugar. La puerta crujió y alcé mis ojos al ver a Gee asomar su cabeza de vuelta a dentro. 
—Se llama Día de San Valentín, idiota —anunció—. Si vas a salir con una humana, Nicholas, necesitas recordar sus días de fiesta. —Gee me dio una mirada de exasperación antes de cerrar la puerta una vez más. 
Día de San Valentín. Había olvidado esa festividad. Los días de fiesta por lo general significan más trabajo para mí. Las personas deprimidas tienden a terminar las cosas en ocasiones especiales y los fiesteros bebían demasiado y luego se ponían detrás de los volantes de los vehículos. Pero el día de San Valentín no era tan malo en cuanto a suicidio y accidentes automovilísticos se refiere. 
—Lo siento, _______. No soy muy bueno en esto, al parecer. ¿Podrás perdonarme por no pensar en el hecho de que tengo que hacer más que sólo aparecer en tu habitación o ir contigo a la escuela? Soy una mierda de novio, ¿verdad? 
—Ignora a Gee. Simplemente le gusta hacerte pasar un mal rato. Honestamente, no compré esto con la esperanza de que me llevaras a ningún lado por el Día de San Valentín. Sólo lo vi y me acordé de que quisiste que me pusiera de rosa pálido una vez, para el baile. Pensé que tal vez cuando tengamos tiempo, lo podría llevar en algún sitio contigo. 
Besé la cima de su cabeza. Kevin seguía interfiriendo en nuestras vidas y no me gustaba. Mi mente se centraba mucho en él y en el alma de _______; la había descuidado a ella. 
—El Día de San Valentín tenemos una cita y definitivamente quiero que te pongas ese vestido.

*****

_______:
Nick se había ido de nuevo. Había pasado la noche conmigo, o al menos había estado allí cuando me quedé dormida. Anoche había tocado mi canción. Extrañaba oírlo cantar. 
Se había producido más cambios de redacción en esta ocasión como si hubiera estado perfeccionándolo. El sonido de su voz desesperada me hizo feliz de estar acostada en mi cama viéndolo. Sabía con seguridad de que me habría convertido en un charco en el suelo si hubiera tratado de ponerme de pie. Su pelo negro cayó en sus ojos mientras bajaba la mirada a la guitarra en sus manos y tocaba el principio de la canción. La reconocí de inmediato. Las palabras flotaron en mi cabeza toda la mañana mientras tarareaba la inquietantemente dulce melodía. 

No estabas destinada para el hielo. 
No te hicieron para el dolor. 
El mundo que vive dentro de mí me trae sólo vergüenza. 
Estabas destinada para los castillos y la vida bajo el sol. 
El frío corriendo a través de mí debería haberte hecho huir. 
Sin embargo, te quedas, aferrándote a mí. Sin embargo, te quedas, extendiendo una mano que empujo lejos.
Sin embargo, te quedas, cuando sé que no es correcto para ti. 
Sin embargo, te quedas. 
Sin embargo, te quedas. 
No puedo sentir el calor. Necesito sentir el hielo. 
Quiero tener todo dentro y adormecido hasta que no pueda sentir el cuchillo. 
Así que te aparto y grito tu nombre. 
Sé que no puedo necesitarte, sin embargo te quiero cerca. 
Sin embargo, te quedas, aferrándote a mí. 
Sin embargo, te quedas, extendiendo una mano que empujo lejos. 
Sin embargo, te quedas, cuando sé que no es correcto para ti. 
Sin embargo, te quedas. Sin embargo, te quedas. 
No puedo sentir el calor. Necesito sentir el hielo. 
Quiero tener todo dentro y adormecido hasta que no pueda sentir el cuchillo.
Así que te aparto y grito tu nombre. 
Sé que no puedo necesitarte, sin embargo te quiero cerca. 
Sin embargo, te quedas, aferrándote a mí. 
Sin embargo, te quedas, extendiendo una mano que empujo lejos.
Sin embargo, te quedas, cuando sé que no es correcto para ti.
Sin embargo, te quedas. Sin embargo, te quedas. 
Oh, la oscuridad siempre será mi capa y tú eres la amenaza para revelar mi dolor. 
Así que me marcho, me marcho y borro mis recuerdos. 
Necesito enfrentar la vida que era para mí. 
No te quedes y arruines mis planes. 
No puedes tener mi alma, oh, no soy un hombre. 
El recipiente vacío que habito no tiene la intención de sentir el calor que traes.
Así que te aparto y te aparto. 
Ooooh. Sin embargo, te quedas. 
Sin embargo, te quedas. Sin embargo, te quedas.


—¿Qué haces aquí sola, pareciendo estar en otro mundo? — preguntó Demi, sorprendiéndome fuera de mis pensamientos al golpear una mano contra la taquilla cerrada junto a la mía. No pude mantener la sonrisa en mi cara. 
—Nick—Le contesté. Miranda arqueó las cejas y se abanicó con una mano. 
—Chica, no te culpo, ese chico puede usar un par de jeans como nadie. 
Me reí y sacudí mi cabeza. Miranda verdaderamente apreciaba a los hombres. Ella amaba a Demi, pero eso no le impedía mirar al resto de la población masculina. 
—Hablando de picante, aquí viene el último novio digno de baba — Susurró Demi. 
No era lo que quería oír o hablar en estos momentos. Mirando por encima de mi hombro, vi como Kevin saludaba a los que pasaba hasta que logró abrirse camino hacia mí. Era tan fácil fingir que era normal. Cerrando la puerta de mi taquilla me di la vuelta para mirarlo de frente.
—Kevin—Murmuré. 
Era lo mejor que podía hacer. Aparentemente, encontró la respuesta divertida porque su sonrisa sólo se hizo más grande. 
—______, es bueno verte a ti también. 
JaJa. ¿No era un bromista?
—¿Qué necesitas? —pregunté un poco demasiado bruscamente porque Demi me dio un codazo duro. 
—Bueno, me preguntaba sobre la tutoría. Quiero decir, ahora que estoy de vuelta tengo que mantener mi calificación y sabes que no puedo hacerlo sin ayuda. 
Lo que sea. No había forma de que un espíritu vudú fuera disléxico. ¿Creía que yo era idiota? 
—Ah, bueno, cuando te fuiste llené tu lugar. Pero estoy segura de que hay otros tutores disponibles si sientes que realmente lo necesitas. — Me esforcé al máximo en enfatizar mi punto sin que Demi sospechara. 
—Pero tú fuiste muy servicial. Dudo que nadie sea capaz de ayudarme de la forma que tú lo hiciste. —Él disfrutaba esto. El brillo en sus ojos decía que disfrutaba cada minuto. Quería apartarlo y dirigirme a la clase, pero sólo causaría el drama y atraería atención que yo no quería. Así que coloqué la correa de mi mochila sobre mi hombro y me marche sin decir una palabra. Oí a Demi pedir disculpas por mi comportamiento, lo cual era ridículo, pero ella no lo sabía. 
—¿Qué te pasa? Quiero decir, sé que él rompió contigo, pero tienes a Nick ahora. ¿Por qué guardar rencor? —preguntó Demi después de haberme alcanzado. Abrí la boca para responder cuando el timbre de su teléfono celular me interrumpió. 
Demi rebuscó en su bolso a toda prisa para encontrarlo antes de que un maestro lo escuchara. 
—Sabes que debes apagar esa cosa en la escuela. Conseguirás que te lo confisques de nuevo —Le reprendí. Lo sacó de su bolso y me mostró una mirada molesta antes de contestar. 
—Hola. 
—¿Por qué? ¿Qué está pasando en el campo? 
Demi agarró mi brazo para detenerme. Su rostro se veía confundido. —Tenemos que ir hasta el campo. No sé por qué, pero era Krissy Lots y dijo que tenía que bajar a la cancha de fútbol inmediatamente, después colgó. Había sirenas de fondo. 
—¿Sirenas? —Mi interés había pasado de sólo curiosidad a alarma. 
—Deben venir conmigo, ahora. —Gee apareció delante de mí, y realmente no la noté acercarse. Aparecer de la nada asusta a la gente. 
—Tenemos que ir al campo de fútbol —Expliqué, mientras Demi la ignoraba y se abría paso entre los demás estudiantes. 
—Lo sé —respondió Gee, sin una onza de su normalmente actitud sarcástica. 
En cambio, sonaba preocupada. Eso sólo podía significar... Oh, Dios. No me quedé allí y esperé una explicación. En cambio, despegué detrás de Demi y llegamos a la puerta que conduce al campo de fútbol al mismo tiempo. Corrimos todo el camino hacia un campo que se encontraba repleto de personas y dos ambulancias. Sólo había una persona a la que ambas conocíamos que iba al campo cada mañana a correr. Joe.
IreGarciaT
IreGarciaT


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Mensaje por Bea JMG Dom 06 Ene 2013, 3:42 pm

que con cuando donde que le paso a joeeee noo siguela por amor a nick!!
Bea JMG
Bea JMG


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Mensaje por Hey little dhampir Dom 06 Ene 2013, 8:16 pm

nueva lectora :(L):
Hey little dhampir
Hey little dhampir


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Mensaje por ElitzJb Lun 07 Ene 2013, 6:07 pm

dios que le paso a joe como pudiste dejarla alli
q angustia anda siguela quiero mas capítulos
anda siguela esta demasiado buena la nove sigue :wut:
ElitzJb
ElitzJb


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Mensaje por DanieladeJonas Lun 07 Ene 2013, 9:57 pm

:wut:
hay dios nooo!!! Joe!!! que le paso!!
mas bien que le hicieron yo no creo que sea un accidente o algo asii
que maraton tan infartante!! tuvo de todo...
hay que ternurita me dan Nick y la rayis!! dios que bonito!!
casi me caigo del impacto cuando la rayis dijo que si iba con Kevin!!
y que onda con sus ojos?!!!
:wut:
hahahaha amoo a Gee *.*
pasaron tantas cosas que no se ni cual fue la mas emocionante!!!
y dijiste que no iba a morir!!!
por dios te juro que Nick va a aparecer en cualquier momento
y se llevara mi alma!!
rayos... creo que tengo un problema Trilogía Existence {Nick&_____} - Página 24 167695056
recordatorio: dejar de pensar en la muerte en forma de Nick sin camisa...
porque sin camisa? ehhh mejor no preguntes :P ...
hahahaha asi de loca me dejan los capis!!
siguela pronto porfis!! xoxo

DanieladeJonas
DanieladeJonas


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Mensaje por Karli Jonas Mar 08 Ene 2013, 1:29 am

ohhh no dime que no le ocurrirá nada malo a Joe
Please!!! Siguela pronto me encanta!! :D
Karli Jonas
Karli Jonas


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Mensaje por nickian Mar 08 Ene 2013, 8:44 am

Ahhhhh
Joe noooo
Síguela
Síguela
Síguela
Como la dejas así
nickian
nickian


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Mensaje por CatitaaJonas Mar 08 Ene 2013, 11:56 am

HOLAAAA!, estuvo fantastica la Maratón COMO LA DEJAS AHI¡?¡?? que le pasó a Joe D: POR FAVOR SIGUELAAA! :wut:
CatitaaJonas
CatitaaJonas


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Mensaje por IreGarciaT Mar 08 Ene 2013, 2:14 pm


Capitulo 11


_______:
Estaba paralizada. De pie allí, mientras los paramédicos trabajaban incansablemente sobre el cuerpo de Joe, el cual no respondía, yo no podía moverme. Los sollozos y las súplicas de Demi a Joe para que éste despertase sonaban muy lejanas. 
Nada se sentía real. Era casi como si estuviera observando un hecho fuera de mi cuerpo. Además de mi abuela, nunca experimente perder a un ser querido. Seguro que él no moriría. ¿Nick me lo habría advertido, verdad? ¿Acaso no sabía él estas cosas de antemano? 
En el momento en que escuche su nombre en mis pensamientos, él apareció, quedándose como un hermoso ángel oscuro detrás del paramédico inclinado sobre Joe, administrándole la RCP. Preparaba el desfibrilador para reanimar su corazón. Nada más había funcionado. 
Los ojos de Nick encontraron los míos y pude ver el dolor en aquellas profundidades azules. Eso no podía significar lo que yo creía que significaba. ¿Solamente vino para tranquilizarme, verdad? Joe era sencillamente demasiado joven para morir. Él era mi amigo. No cualquier amigo, sino uno que había tenido durante toda mi vida, o al menos durante el tiempo que puedo recordar. Habíamos hecho concursos de comer perritos calientes, y jugando carreras con motocross. Él fue quien me enseño a montar en monopatín, y yo era quien le ponía hígado de pollo de cebo en su anzuelo siempre que íbamos a pescar. Él odiaba este tipo de cosas. Le daban náuseas. Era una parte de mi vida, y yo no quería dejarlo ir. ¿Acaso  Nick no veía eso? 
—Joe, por favor bebé, por favor, abre los ojos para mí —Sollozó entrecortadamente Demi, mientras ellos colocaban las dos paletas en su pecho de la misma forma en que lo había visto hacer a la gente de Grey's Anatomy. El pecho de Joe subió y bajó en un rápido movimiento mientras todos parecieron flotar sobre él, rogándole que respondiera. Pero nada. Los vi hacerlo de nuevo, con los mismos resultados. No ocurría nada. Entonces, vi cómo el alma de Joe se levantaba de su cuerpo y se dirigía directamente hacia Nick. Nunca miró hacia atrás mientras un transportador que nunca antes conocí, dio un paso adelante y en un instante después desaparecieron. Joe se marcho. 
El horror de lo que acababa de presenciar se sintió como una puñalada en el pecho. Él había alejado a Joe de mí. ¿Cómo podía alejar a alguien de mí tan fácilmente? Demi cayó al suelo cuando los paramédicos anunciaron la hora de la muerte como las 8:02. No me atreví a girarme y ver si Nick seguía allí, presenciando cómo nuestro mundo se venía abajo. En vez de eso, me acerqué a Demi y me uní a ella en la hierba húmeda por el rocío mañanero. Envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo, me dejé llevar por el dolor. 
Los paramédicos pensaban que fue un aneurisma cerebral, pero no se sabría con certeza hasta después de la autopsia. Ver el cuerpo de Joe mientras subían la cremallera de la bolsa de plástico en la que se encontraba metido, fue el momento más extraño de toda mi vida. Aunque yo sabía que él ya no estaba allí, entre nosotros, fue un momento raro. Contuve el impulso de saltar y correr hacia ellos, y exigir que le dejaran salir de ahí. 
Él no sería capaz de respirar en esa bolsa. Odiaba los espacios cerrados. Una vez lo había metido en mi armario y cerrado la puerta con llave, y para cuando lo dejé salir le había dado un completo ataque de ansiedad. Y ahora ellos lo encerraban en esa bolsa de plástico, y dentro de poco estaría enterrado. 
Lo veríamos tumbado en un ataúd y luego lo perderíamos para siempre. 
Nada de beca de baloncesto. Nada de NBA. 
Joseph se había ido. 
Demi no había hablado ni comido desde que su madre se presento en la escuela, inmediatamente después de recibir la llamada de aviso. No nos levantamos del suelo cuando su madre llegó. Con trabajo, me las arregle para convencer a Demi de levantarse y las dos subimos a la parte trasera del Cadillac de su madre hasta su casa. Ahora, ella estaba tumbada, hecha una bola, en su mullida cama rosa con el muñeco de peluche que Joe le regalo por el día de San Valentín el año pasado. Tenía un collar alrededor de su cuello con un diamante en forma de un pequeño corazón. Él ahorro durante casi un año para comprárselo. Durante doce meses se detuvo por el pasillo por lo menos dos veces por semana, susurrándome lo cerca que estaba de conseguirlo. Yo le sonreía y negaba con mi cabeza, porque ellos eran tan horriblemente dulces. 
—¿Cuánto tiempo piensas seguir aquí? —preguntó Gee, y yo salté, sorprendida por su llegada. No esperaba que estuviera aquí. Fruncí el ceño y miré a Demi, preguntándome si se había dormido. Sabía que la pastilla que su madre le dio tan pronto como llegamos era para que se durmiese. 
—Está durmiendo, pero no puede verme ni escucharme de todas formas. Estoy de incógnito —Explicó Gee. 
No quería irme a mi casa. No quería dejarla. Y, honestamente, tampoco quería ver a Nick. Me sentía confundida y herida, y La Muerte no era precisamente a quien quisiera ver en este momento. La habitación de Demi era más segura. 
—Pasaré aquí la noche. No me iré hasta que ella esté mejor —Le respondí en un tono cortante. Una parte de mí estaba enfadada también con Gee. Esto había sido obra suya después de todo. ¿No se les pasaría por la mente que yo hubiera querido saber que Joe iba a morir con antelación? Tal vez podría haberlo detenido. Si hubiera sabido que sufriría una aneurisma, yo podría haber hecho algo. 
—Estás enfadada con él, ¿verdad? —preguntó Gee con total naturalidad.
Simplemente, asentí con mi cabeza. 
—Esto tenía que suceder tarde o temprano. No puedes amar a La Muerte, ______, y no aceptarlo. Es para lo que fue creado. No es sólo un chico sexy que sabe cantar y tocar la guitarra. 
Sabía eso, por supuesto, pero en este momento no quería hablar de ello. No con ella, y tampoco con él. 
—Sólo dile que necesito tiempo. No quiero que se aparezca por aquí. No quiero enfrentarme con él en este momento. Necesito llorar, sola. 
Gee abrió la boca para protestar, pero la cerró cuando la miré con frialdad. 
—Bueno, está bien. Si es así como te sientes... 
—Lo es.

*****

Nick:
—Decir que está enfadada sería decir poco —dijo Gee, mientras entraba al patio trasero de Demi, donde yo había estado esperando desde que se fue a hablar con _______. No me hubiese sentido bien interrumpiendo a ________ cuando ella se encontraba en la habitación de Demk. En vez de eso, envié a Gee. 
—¿Qué te ha dicho? —El frío temor de haber lastimado los sentimientos que _______ tenía hacia mí me han estado consumiéndome por dentro desde que tomé el alma de Joe. Si tan sólo hubiese prestado atención a la orden del día y reconocer su nombre... pero no lo hice. Esta había sido la primera vez que había pasado por alto algo como esto. Siempre reconocía a las almas que representaban algo importante. No podía entender cómo pude haber perdido el alma de Joe. Su muerte me sorprendió tanto como a los demás. Si lo hubiera sabido, hubiese preparado a _______. 
Cuando llegué al campo de fútbol y encontré el cuerpo de Joe, casi me negué a llevarme su alma. Pero mientras estaba allí, viendo a _______, me di cuenta de que no podía. Me habían dado una oportunidad después de romper las reglas. No me darían otra. Y yo no podía dejarla. 
Mi naturaleza egoísta se impuso. Incapaz de mirarla a los ojos, me agaché y saqué el alma del cuerpo sin vida. Conocía a esta alma desde antes. El alma de Demi era su pareja. Su dolor sería muy profundo, porque perdió una parte de sí misma. Odiaba saber que yo tenía algo que ver con eso. 
—Está disgustada, Nick. Ahora mismo, el hecho de que tú seas La Muerte la hace verte y entenderte de forma diferente. Hasta ahora, nunca se había dado cuenta de tu objetivo, ya que nunca antes alejaste a alguien de ella. Ahora, lo sabe. Y está luchando con el hecho de que la mayoría de los seres humanos odian, temen y se acobardan frente a La Muerte, y está enamorada de ella. 
La auto aversión se apoderó de mí, y agaché mi cabeza. Esto era inevitable. La Muerte no era algo que los humanos quisiesen. Ahora, mi ______ descubrió lo difícil que era en realidad quererme. Hoy destrocé su mundo y lo dejé hecho pedazos, y no había ni una maldita cosa que pudiese hacer para arreglarlo. 
—Te ama, Nicholas. Sé que lo hace. Pero esto no va a ser fácil de asimilar para ella. Es un concepto complicado para mí, y no soy humana. Su cerebro humano necesitará un largo periodo para acostumbrarse a todo esto. Sólo dale tiempo, y espacio. 
¿Espacio? ¿Cómo se supone que voy a darle espacio? Apenas puedo estar sin ella unas horas. ¿Cómo puedo retroceder y esperar? 
—¿Cómo? —pregunté, levantando la vista para mirar a Gee. Esperaba que, por una vez en su vida, tuviese algo inteligente que decir.
—¿Cómo? Pues, demonio, Nick, ¿Crees que me parezco al loco Creador? No lo sé. Simplemente hazlo. 
—Que simplemente lo haga... —Repetí, mirando hacia la ventana, desde donde podía sentir los latidos del corazón de ______. Ella estaría a salvo allí. Tendría que darle tiempo para aceptar lo que soy. Esperaba que no tomase demasiado 
—¿Te quedarás aquí y cuidarás de ella? —Necesitaba saber que alguien la cuidaría mientras le dejaba algo de espacio. 
Gee rodó sus ojos y puso una mano en su cadera. —Sabes que lo haré. Yo también estoy preocupada por ella, Nick. No voy a irme a ninguna parte. Y puesto que _______ ahora mismo no quiere tenerte a su lado como una carga pesada, ¿Por qué no te vas a tratar con algunos espíritus vudú y a patear traseros? 
Eso era lo primero en mi agenda. —Es lo que pretendo hacer. Después de esto, enfrentarse a Kevin es lo último que necesita. Tengo que encontrar la forma de deshacerme de él. 
Dejando escapar un suspiro de alivio, Gee asintió, estando de acuerdo conmigo. —Sí, debes hacerlo, y este es el momento perfecto para ello.


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Mensaje por DanieladeJonas Mar 08 Ene 2013, 4:41 pm

hay amiga estoy llore y llore!!!!!
JOE PORQUE!!!!!!!!!
PORQUE DE TODOS A EL!!!!!
ÑAAAAAA NO DEJO DE LLORAR MALDITA SEA!!!!!
lo siento pero en algun lugar me tengo que desahogar
si voy con mi mama me mirara como loca
hahaha me llevara al lugar que llevaron a la rayis XD
uffff nick debiste haberte fijado!!!
hoy duermes en el sofa!!!!
es el capitulo mas horrible que he leido en mi vida!!!!
(sin ofender hahaha sabes que amo la nove)
hay no te juro que se me rompio el corazon!!
creo que hasta escuche algo romperse con Demi suplicandole que despertara!!
y luego la rayis que lo vio marcharse que feooo!!!!
hay dios de nuevo las lagrimas
:lloro:
no lo superare nunca!!!
pero siguela que quiero ver que pasara con la rayis y Nick!!
DanieladeJonas
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Mensaje por Bea JMG Mar 08 Ene 2013, 8:21 pm

jajaja... pero QUEJOEMURIOCOMOSELESOCURRE, creo que cuando lei el cap me moriii... :/ porfa siguelaaaaa, sabes merecemos una maraton por joe :D okno
Bea JMG
Bea JMG


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